Massimo y Paolo son hermanos, pero muy distintos. Mientras el primero de ellos es un abogado de renombre y casi sin escrúpulos que se dedica a sacar gente de la cárcel; el segundo es un médico infantil dedicado, que varias veces pone su trabajo por sobre su familia. Pero cuando un video sale a la luz en los noticieros locales, la vida de estos hermanos opuestos cambiará para siempre. Luego de tres años de su estreno en Italia, nos llega Nuestros Hijos (I Nostri Ragazzi en su nombre original), y pese a que hay bastante demora, estamos ante un film que merece la pena ser visto, ya que plantea varios temas interesantes, en especial el referente al de la responsabilidad como padres. El tema central del film, como supondrán por el nombre en castellano, son los hijos de ambos hermanos y el famoso video que se viralizará tanto en redes sociales como en los canales de tv, creando la sospecha que roza la certeza, de que son los hijos del médico y el abogado, son quienes se ven agrediendo a una transeúnte sin causa aparente. Todo este tramo final es de lo más interesante que nos presenta Nuestros Hijos, ya que las personalidades de Massimo y Paolo se ven puestas a pruebas, mostrando el verdadero carácter oculto de cada uno ante un hecho que podría terminar con sus hijos presos y sus vidas destruidas. Ayuda bastante a la trama que las actuaciones de este par, Alessandro Gassman como Massimo y Luigi Lo Cascio como Paolo; ya que les dan los matices justos para que la construcción de los personajes sea la acertada con lo que se nos quiere contar. Pero el gran problema que presenta Nuestros Hijos, es lo tarde que llega el conflicto, teniendo casi una hora entera el director Ivano de Matteo para mostrarnos la vida de estos hermanos con sus esposas e hijos, la rutina diaria y como son en sus respectivos trabajos. Algo que se podría haber resuelto en veinte minutos, demora el triple, haciendo que el espectador se empiece a aburrir hasta que llega el gran giro. Es una pena, porque mientras uno ve la película, ve una gran sub trama que jamás se explota, de hecho ni siquiera se utiliza en el film, que es la relación demasiado cercana que tienen los primos que posteriormente veremos en el video que hará explotar todo. Mas que alguna que otra sutileza de su forma de ser y complementarse, nunca vemos si de verdad son solo amigos o hay un deseo carnal. Nuestros Hijos podría haber sido un gran film que critica el trato de los padres con sus hijos y la forma en que cada uno de ellos afronta los problemas que crean; pero en lugar de eso nos queda una película normal, que en su tramo inicial termina aburriendo por la tardanza de un conflicto real.
Segunda Guerra Mundial. El espía Max (Brad Pitt) es enviado Casablanca, Marruecos, para una misión en conjunto con la también espía aliada Marianne (Marion Cotillard). A medida que se acerca la fecha de la misión, la pareja se va uniendo cada vez mas, pasando del matrimonio falso a una relación amorosa real. Luego de cumplir su cometido, ya viviendo en Inglaterra, los jefes de Max le advierten sobre una fuerte sospecha que va creciendo entre los aliados, y es que Marianne es una doble agente nazi. Con un poco de retraso en Argentina con respecto al resto de los países de habla hispana, nos llega Aliados, el nuevo film del siempre interesante Robert Zemeckis, que por desgracia viene con toda la polémica de la separación de Brad Pitt y Angelina Jolie y todo el asunto que a nosotros los cinéfilos nos tiene sin cuidado. Polémicas faranduleras aparte, podemos decir que Aliados no es un film para cualquiera, pese adentrarse una vez mas en la época de la Segunda Guerra Mundial, temática que a muchos espectadores y críticos empieza a cansar; pero que sí está abordada desde un lugar inteligente,siempre habrá historias para contar. Por suerte este es el caso de Aliados, ya que gracias a el guión escrito por Steven Knight, no veremos otra trama sobre los héroes aliados peleando contra los nazis malos malosos, o al típico héroe norteamericano sacrificándose contra un pelotón de alemanes para salvar a un puñado de soldados. No, la historia de Aliados es mucho más intima y sencilla, centrándose únicamente en la pareja protagonista y la duda in crescendo que empieza a nacer en uno de ellos. Y es que además de lo bien llevada y construida que esta la trama (eso si, en los primeros veinte minutos nos podemos llegar a aburrir un poco), hay muchas referencias al cine clásico, y en especial a la propia Casablanca. Seguramente el cinéfilo de alma sabrá apreciar esto. La dirección de Zemeckis acompaña de forma muy sobria el guión, destacándose especialmente en los pocos tiroteos que hay a lo largo de la película siempre centrándose en Max y Marianne, dándonos a entender siempre, que ellos son los protagonistas. Es una lástima que entre Brad Pitt y Marion Cotillard no exista la química necesaria que sus personajes debían tener, y en más de una escena romántica se los nota distantes y fríos. Aunque los actores logran sacar adelante a los personajes gracias en especial a su talento personal. Aliados es una buena película y un paso adelante luego de la también buena En la Cuerda Floja. Pese a ser criticado por algunos medios, Robert Zemeckis es uno de los directores más regulares que hay, y siempre es interesante ver sus nuevos proyectos.
Basada en hechos reales, Desmond Doss es un ferviente cristiano adventista, que decide enlistarse en el ejército norteamericano en plena Segunda Guerra Mundial. Con un padre alcohólico y ex militar, el sueño de Desmond es ayudar y salvar vidas, no combatir, y es por eso que en las fuerzas armadas le hacen la vida imposible. Pese a todo Desmond termina como soldado, siendo enviado al conflicto armado en Okinawa. Doss deberá mostrarles a todos lo equivocados que estaban, y que pese a no tocar armas será clave en la batalla. Luego de varios años (una década para ser exactos) nos llega el nuevo film dirigido por el siempre polémico Mel Gibson, alguien que a la hora de dirigir no se anda con sutilezas cuando debe mostrar imágenes crudas en la gran pantalla. Y aclaramos esto porque Hasta El Último Hombre (Hacksaw Ridge en su nombre original) no es una película para gente con estómago débil. Ya se imaginarán las brutales imágenes que decidió filmar Mel Gibson para mostrar la fiereza y crudeza de cualquier conflicto bélico, y más si estamos desde el punto de vista de los norteamericanos. También se dijo bastante sobre Hasta El Último Hombre, acusándola de ser una propaganda a la cristiandad, algo bastante ridículo ya que no estamos ante una ficción, sino ante un hecho real donde el protagonista del relato era un cristiano. Hay que saber diferenciar entre realidad y connotaciones por parte del director. Pero si nos referimos al film propiamente dicho, estamos ante uno de los más sólidos en esta carrera a los Oscar. Ya hablamos de la buena dirección de Mel Gibson, pero también tenemos que hablar de la actuación de Andrew Garfield. El ex Spider Man da una actuación notable, tanto al mostrar la fragilidad de Desmond a la hora de poner siempre la otra mejilla, como la fortaleza anímica que tenía cuando empieza a salvar soldados de que sean masacrados por el ejército japonés. Se puede criticar a este film de ser demasiado patriótico y pro Norteamérica. Algo que también suena irrisorio sabiendo que es la propia industria cinematográfica yanqui la que produce la película. y todos sabemos que nunca pondrán el foco de atención en contra de sus propios soldados. Como suele pasar en todo film bélico y que termina siendo nominado en épocas de premios, la polémica está a la orden del día, y en muchos casos es el propio espectador quien termina dándole connotaciones que quizás ni los mismos realizadores pensaron en darle al relato a la hora de filmarlo. Discusiones aparte, Hasta El Último Hombre es una buena película de guerra, que se preocupa más por mostrar el lado humano que en juzgar del porqué del conflicto en sí. Después, ya es cuestión de cada uno como juzgar lo visto.
Jim Preston (Crhis Pratt) viaja a bordo de una nave intergaláctica que lo transporta a una colonia espacial donde la Tierra empezara a llevar de a poco a la humanidad. El viaje que duraría 120 años se ve interrumpido tras una falla en el sistema luego de chocar contra un meteorito. Ahora Jim está despierto, sin poder volver a estado de invernacion y con un tiempo de espera de 90 años hasta llegar. Jim deberá decidir si afrontar su destino solo, o ser egoísta y sacrificar la vida de alguien más para no morir en soledad mientras están en el medio del espacio. Empieza el año y nos llega uno de los tanques, que tanto por el trailer y el elenco, prometía ser un film a ver si o si en cine y que iba a estar en boca de todos. Bueno queridos lectores, si notaron que estoy escribiendo en potencial, ya se imaginarán que todo lo que suponíamos que iba a ser Pasajeros, terminó siendo una linda ilusión. Podríamos situar a Pasajeros como si fuera el cine de ciencia ficción clásico que resultó ser La Llegada, pero mal resuelto. Es decir, acá también estamos ante una historia que prima a los personajes por sobre la trama, y el hecho de ficción es una excusa para contarnos las verdaderas motivaciones de todos los personajes que iremos viendo en la historia; nada más que donde La Llegada ganaba en emotividad y complejidad, Pasajeros si limita a forzar el argumento y desperdiciar buenos amagos de secuencias. Por un lado tenemos la historia de Jim Preston quien se encuentra solo, en una nave gigantesca y tratando de afrontar la situación con cordura. Ya en varias películas vimos a protagonistas solos en situaciones similares, y en muchas de ellas es ahí donde se encuentra el fuerte del film, mostrándonos la esperanza, la pérdida de ella y luego la monotonía de una vida sin sentido. Acá por desgracia el director Morten Tyldum decide editar todo y resumirlo en diez minutos. ¿El resultado? Que a lo largo del film nos va a dar igual que pase con Jim Preston. Lo mismo podría decirse cuando despierta Aurora Lane (Jennifer Lawrence), toda su historia con Jim es bastante resumida y contada a las apuradas, haciendo que sea poco creíble su gran romance, y que también nos dé igual el destino de ella. Si esta película tiene algo positivo es que lograron contar con dos actores extremadamente carismáticos como Chris Pratt y Jennifer Lawrence. En manos de interpretes con menos talento hubiéramos estado ante un verdadero sopor en el cine; es una lástima que sus personajes sean tan planos que no tenga mucho con que trabajar. En este apartado el único que sale bien parado es el siempre rendidor Michael Sheen, ya que Lawrence Fishburne es un deus ex machina andante y Andy Garcia si parpadean no lo ven. Pasajeros tenía un enorme potencial para ser otra buena película de ciencia ficción old school. Pero vaya uno a saber por decisión de quien, nos quedamos a medio camino entre un film de amor en el espacio mal contado, plagados de varios clichés y deus ex machina y un correcto apartado visual como una de las pocas cosas salvables. Demasiado poco para lo que se nos prometía.
Elizabeth tiene una vida bastante normal. Vive sola en un lindo departamento, tiene una pareja con la que van y vienen pero como parte de su rutina, una linda casa y se lleva bien con los vecinos. Pero un fin de semana decide quedarse en su casa, cuidando el gato de su amiga mientras una tremenda tormenta asola la ciudad; todo esto sin saber que también estará acompañada por un intruso en su casa, que la vigilara constantemente desde las sombras. Se va el año y junto con el cierre, nos llega uno de los peores films de suspenso y terror que nos dio este 2016. Y no estamos siendo malos porque si, sino que a medida que avanza la trama nos preguntamos constantemente del porque del comportamiento de los personajes intentando buscarle lógica a la trama; eso entre tantos fallos que iremos viendo. Al leer la sinopsis no podemos no pensar en No Respires, una de las gratas sorpresas que nos dio este mismo género a lo largo del 2016, pero con los roles invertidos, siendo la victima la dueña de la casa y el acechador el intruso. Y sin querer hacer chistes, así como los roles están invertidos, las calidades de ambos films también están invertidas, ya que son totalmente opuestas, siendo Intruso de lo más flojo que vimos. El primer gran fallo que salta a la vista para cualquier espectador, sea habitué al género o no, es que no tiene coherencia la actitud del acosador. No es que le queramos encontrar lógica al funcionamiento de la mente de alguien que se mete en la casa de una mujer para espiarla, pero si a lo largo del film se nos deja en claro que sientes deseos por dicha mujer, no se entiende cómo es que pasa días dentro de la casa solo observando; quitándole todo sentido a la trama y a las acciones del villano de la historia. A esto hay que sumarle que es una situación vista mil veces en el cine, y que el director y guionista Travis Zariwny no se esforzó para nada en hacer destacar alguno de los apartados en los que se ocupó, dándole un tono a película del montón a Intruso, que seguramente la terminará destinando a film de domingo por la noche en la tv por cable. Muy poco tiene para destacar Intruso, y quizás los que mejor salen parados son los actores. La protagonista Louise Linton hace lo que puede con el material que le dieron. Pese a que su personaje es chatisimo, logramos empatizar con ella y la sensación de estar siendo observada que nos transmite. También destaca como curiosidad, que en el elenco se encuentre el músico Moby. Intruso es un film sin pretensiones, y se nota. Pero eso no lo exime de no intentar aportar algo, o que se note que esta hecho sin ninguna pasión. Para ver y olvidar si no hay otras opciones en cartelera.
Mary trabaja en una alejada cabaña como psiquiatra infantil, al mismo tiempo que intenta re hacer su vida cuidando de su hijastro que ahora se encuentra parapléjico. Mientras un niño local que es paciente suyo desaparece, y con una gran tormenta de nieve acercándose, Mary empezara a sufrir pesadillas y alucinaciones, todo esto sumado la lleva a dudar de su salud mental o si en verdad hay una presencia en su casa. Casi desapercibida nos llega Presencia Siniestra, un film de terror y suspenso con la siempre interesante y cumplidora Naomi Watts en el rol principal; y lamentablemente ahí se terminan las cosas positivas que tiene para ofrecer Shut In (nombre original de esta película). No es que seamos malos, ni que no nos gusten los films de estos géneros, pero es que de verdad sorprende ver cómo a veces actores de renombre y que nos tienen acostumbrados a grandes papeles y películas terminen participando en estos proyectos; salvo que fuera porque tienen algún contrato por x cantidad de cintas con determinada productora, y bueno… los contratos se respetan. En el caso de Presencia Siniestra se parte de una buena idea que hasta los primeros compases de la trama parece que va a ser interesante, ya que por un lado tenemos a esta madre (madrastra, mejor dicho) viviendo con el hijo de su difunto esposo en una cabaña en el medio de un bosque aislados del resto del pueblo, por otro lado tenemos la condición casi vegetativa del adolescente y a esto le sumamos la desaparición de un niño pequeño que tenía cierta conexión con nuestra protagonista a días de una tormenta de nieve que azotara a todo el poblado. Es una lástima que todo esto termina siendo echado por tierra casi a los quince minutos de metraje, cuando nos vemos venir el desenlace y la trama se convierte en una sucesión de momentos WTF constantes con tal de intentar sorprendernos con el giro final, siendo que la mayoría de los espectadores lo verán venir desde el inicio. Todo esto provocando que la película por momentos cause gracia cuando no se lo proponga, o peor aún, se vuelva tediosa cuando apenas dura una hora y media. Sólo podemos destacar el trabajo realizado por Naomi Watts, que por suerte se tomó el proyecto de forma profesional y da lo mejor de sí, volviendo creíble su personaje pese a que la trama se esfuerza en hacerla parecer bastante tonta. También hay que mencionar al joven Jacob Tremblay, quien ya nos había sorprendido a finales del año pasado o inicio de este (dependiendo del país que sean, la fecha de estreno fue variando) con La Habitación. Gran futuro le espera a este niño si los padres no lo explotan y elige mejores proyectos. Presencia Siniestra es una floja película, muy de manual y con un giro final que la mayoría de los espectadores ya habitúes al género verán venir a la legua. Con casi nada que destacar, sólo esperamos que a nadie se le ocurra hacer una secuela…
Ed Snowden tiene el deseo de servir a su país. Es por eso que primero se enrola en el ejército, pero tras sufrir un grave accidente, y debido a su capacidad innata para manejar computadoras, termina trabajando en la NSA y luego en la CIA. Pero lo que parece un sueño cumplido, termina siendo un cachetazo de la realidad cuando Snowden se de cuenta cómo se manejan en verdad estas agencias, y que nadie está a salvo de ser espiado por Estados Unidos. Estamos ante la adaptación del controversial libro “The Snowden files: The inside story of the world’s most wanted man”, publicado hace unos años y que nos contaba cómo es que Ed Snowden ayudado por el periódico The Guardian, terminó sacando a la luz en pleno gobierno de Barak Obama, toda una red de espionaje ilimitado y sin control por parte de las agencias de seguridad norteamericanas, estando casi ninguna persona del mundo a salvo de ser vigilada. Oliver Stone es quien se encarga de traernos esta adaptación de un libro basado en un caso real y que armó un enorme revuelo cuando todo terminó sabiéndose. Quizás era el director más indicado para semejante película, que si bien cumple, no a todos terminará por gustar. Uno de los principales defectos que tiene Snowden es que cae demasiado en el lenguaje técnico de las computadoras, los algoritmos y demás términos que a mucha gente le son ajenos, o en el peor caso, le aburre. Algo que en La Red Social se supo resolver bien para terminar gustando a todos, acá se prefirió elegir el camino de ser lo más veraz posible. El otro punto en contra de Snowden es en lo mal que maneja y dirige Oliver Stone las historias de parejas, algo que ya vimos en su floja Wall Street 2 y en este film vuelve a suceder. Pese a que son buenos actores y que sus roles los cumplen bien, nunca vemos una real química entre Joseph Gordon -Levitt y Shailene Woodley, que si bien esta sub trama no es tan importante, sí tiene los suficientes minutos en pantalla como para hacerse sentir. Pero no podemos no decir las cosas a favor, como, por ejemplo, lo bien que está llevada la historia de Ed Snowden en las diferentes agencias gubernamentales. Pese a lo dicho sobre el lenguaje técnico, siempre nos queda en claro qué es lo que está sucediendo y qué es lo que va llevando a Snowden a cambiar de opinión con respecto a sus objetivos. Snowden es una interesante película que nos muestra algo que en realidad se sabía pero nadie se animaba a decir y mostrar, y es el nulo control que tiene Estados Unidos para vigilar a todo el mundo sospechando de que todos son terroristas, o inventándose algún enemigo de turno. Pese a algunas fallas, el film jamás logra hacerse largo ni aburrido a pesar de tocar un tema que por ahí puede resultar bastante denso para quienes no son habitúes a las tramas de espionaje. Lejos de ser una de las mejores obras de Oliver Stone, el controversial director aún se muestra en forma y se redime de malos proyectos como lo fueron Salvajes o la ya mencionada Wall Street 2.
Luego de lograr un milagro al aterrizar un avión con 155 personas a bordo, el capitán Chesley Sullenberger debe enfrentar otro momento difícil. Tanto las autoridades aéreas, ingenieros y la misma prensa empieza a preguntarse si el haber aterrizado un avión en un rio en lugar de haberlo llevado a la pista de aterrizaje más cercana fue un acto de heroísmo, o de imprudencia y temeridad total. Nos llega un nuevo film del inagotable e incansable Clint Eastwood, y esto de por sí ya es algo que debería llamar la atención de cualquier cinéfilo que se precie de serlo. A esto hay que sumarle que Sully: Hazaña en el Hudson está basada en hechos reales, y que además es un acontecimiento que involucraba aviones después de ocho años de lo ocurrido con las Torres Gemelas. Lo primero que nos llama la atención de Sully: Hazaña en el Hudson, es su corta duración, algo extraño en la filmografía de Clint Eastwood, ya que estamos hablando de un film que no pasa de la hora y media. Y esto en el balance final termina jugándole bastante a favor a la película y aquello que el viejo Clint nos quiere contar de este hecho real. Otro elemento a favor es como está estructurada Sully: Hazaña en el Hudson. El caso real es por casi todos conocidos porque no es tan lejano en el tiempo, y viendo los avances se nota que el film gira en torno a la audiencia que tuvo que asistir el Capitán Sully donde se quería comprobar si podría haber aterrizado en un aeropuerto o si lo que hizo fue una temeridad innecesaria. Y acá es donde se nota que un buen guionista puede contar algo interesante con elementos y sucesos que ya el espectador conoce de antemano. Contrario a lo que pasaba con Mas Allá de la Vida donde el film iniciaba con el tsunami, acá el incidente aéreo es mostrado en cuenta gotas, siendo recién en el tramo final donde el espectador ve lo que realmente pasó, así usando el elemento conocido, como el clímax y enganchado fácilmente al espectador. En ese sentido el trabajo del guionista Todd Komarnicki es bastante inteligente. Es una lástima que el resto de los apartados no pasen del correcto. Sí, la secuencia a bordo del avión está muy bien filmada y crea tensión, pero no es nada muy distinto a films con tramas similares como por ejemplo Flight protagonizada por Denzel Washington. Lo mismo podríamos decir del apartado actoral, con Tom Hanks a la cabeza haciendo de héroe americano sin proponérselo, papel que viene repitiendo últimamente. Sí hay que mencionar, y para mal, el papel que tuvo que interpretar Laura Linney. Bastante insoportable e innecesario, y sólo justificable para que haya una presencia femenina en la cinta. Sully: Hazaña en el Hudson no es una mala película, pero tampoco pasará a la historia como los grandes films dirigidos por Clint Eastwood. Ni siquiera entrará al grupo de muy buenas obras. Muy de la mano con sus últimos trabajos, Sully: Hazaña en el Hudson se deja ver, pero no la mantendremos demasiado en la memoria.
DOCTOR STRANGE: HECHICERO SUPREMO. El prestigioso neurocirujano Stephen Strange parece tenerlo todo: talento, juventud, fama, dinero y el respeto de sus colegas. Pero su burbuja se rompe cuando sufre un terrible accidente de autos que termina provocándole múltiples fracturas, incluida las de sus delicadas manos. Buscando rehabilitarse y poder volver a practicar la medicina, su camino se cruzara con el de las artes místicas, conociendo un nuevo mundo de posibilidades más allá de la mente humana, pero también lleno de amenazas tanto de este mundo como de otros universos. Marvel Studios sigue actualizando su universo cinematográfico y ahora nos trae uno de los personajes más esperados tanto por los seguidores de los comics como para el publico casual que se quedó sorprendido al ver los avances de Doctor Strange: Hechicero Supremo, donde se nos presentaba un héroe bastante fuera de lo convencional visto en este subgénero hasta el momento. Si son lectores de historietas, no hace falta que les presente a Doctor Strange; pero si solo siguen a estos personajes en sus adaptaciones a la gran pantalla, queda todo bastante claro en la sinopsis. Marvel Studios se anima a poner en pantalla por fin el factor magia en su mundo, y así dando un enorme paso hacia adelante con la tan soñada Infinity War, donde veremos a todos estos personajes en pantalla. ¿Pero de verdad es esta película tan buena como se viene leyendo, pese a que Marvel Studios vuelve a repetir la fórmula? Si, definitivamente. El esqueleto argumental ya lo vimos varias veces y es el típico film de inicio de personaje, donde este pasa de ser un arrogante a redescubrirse y terminar sacando todo su potencial. Pero si este film destaca es porque debe ser uno de los mejores actuados en lo que se refiere a cine de superhéroes. Benedict Cumberbatch nació para dar vida al Doctor Strange, y en esta ocasión vuelve a mostrar que es uno de los mejores actores del momento. No podemos no nombrar a la gran Tilda Swinton quien le saca todo el jugo posible a su personaje de mentor ambiguo (aunque algún fan saltara a llorar por el cambio de sexo sufrido en la adaptación), y hasta Mads Mikkelsen destaca pese a que Marvel Studios vuelve a darnos un villano bastante simplón. Solo tenemos una nota negativa, y es Rachel McAdams, quien tiene el personaje peor escrito y termina siendo una mujer florero sin demasiado lugar en la historia. Pese a que es obligación que películas con tan grandes presupuestos tengan buenos efectos especiales, esta ocasión debemos alabarlos y hasta puedo decir sin dudar que si en los próximos Oscar, Doctor Strange: Hechicero Supremo no está nominada en las categorías de los apartados visuales, estaríamos hablando de un robo; porque sin dudas hay secuencias que lo dejan a uno sorprendido por la cantidad de cosas que hay en pantalla y que ninguna se vea mal ni poco trabajada, todo sin sacarnos el foco de la acción. Doctor Strange: Hechicero Supremo es la muestra clara que cuando se tiene en claro lo que se quiere hacer, pese a que se esta sobreexplotando demasiado el sub genero, aun se pueden sacar películas que sorprendan y gusten a expertos como al espectador casual. Mientras tanto este redactor no ve la hora de ver al Doctor Strange ya interactuando con los Vengadores. Ah, y aunque se redundante, quédense hasta el final porque hay dos escenas post créditos.
Alejandro es un experto jugador retirado, actualmente alcohólico que ahora trabaja para Pascual Palma, un multimillonario empresario de la carne. En su actual encargo, debe llevarles plata a los nietos de éste, que se encuentran en Mar Del Plata. Pero lo que parece ser un trabajo simple, se complica cuando Alejandro se deja manipular e involucra en los turbios negocios de los adolescentes ricos y con sueños de hacer grandes negocios. El azar, las maquinaciones y las traiciones se volverán moneda corriente en esta historia. Una película argentina de estafas, con un buen elenco, una trama interesante y una locación que le es conocida a todos los espectadores de dicho país. En apariencia, todo perfecto y nada podía salir mal… pero sí, este film promete mucho más de lo que terminamos viendo y ese es problema. Principalmente, de un guión bastante flojo. Y cuando hablamos del pobre trabajo de guión, no nos referimos sólo a las constantes escenas incoherentes o absurdas que pueblan el film (como por ejemplo una tortura usando pescados muertos), si no porque la película adolece de una duración que parece mucho más excesiva de lo que termina siendo. Y si hablamos de que una cinta de una hora y cuarenta se siente larga, es que algo está fallando en la trama. Vale aclarar que el film no es un desastre, y está lejos de serlo. Sólo empezamos la review con los puntos negativos (nos faltó decir lo ridículo que resulta cierto personaje cuando insulta), pero también hay varios elementos a favor. Uno de ellos es el buen hacer de todo el elenco, pese a que algunos personajes no están del todo bien definidos. Entre todo lo bien que está el reparto, destacamos especialmente a Alejandro Awada en el rol protagonista, componiendo a una persona llena de excesos al que la vida le pasó por encima varias veces, reduciéndolo a ser un peón entre los problemas familiares y monetarios del abuelo millonario y sus parasitarios nietos. Pero también hay que nombrar a las dos mujeres de esta película: Lali González y Guadalupe Docampo. Ambas hacen a mujeres casi opuestas, pero a medida que avanza la trama, vemos sus verdaderas caras, siendo totalmente manipuladoras, femmes fatales cuando es necesario, demostrando que además de ser lindas son bastante inteligentes como para sacar provecho de su belleza y manejar a todos los hombres casi a placer. Gran descubrimiento y ojalá empecemos a ver a estas actrices de forma más seguida. El Jugador tenía bastante potencial para ser uno de los mejores policiales argentinos de esta mitad del año, pero por las incongruencias del guión y varias escenas resueltas de forma que parecen casi paródicas al género, se queda en la categoría de film aceptable. De todas formas y ante la escasez de buenas propuestas en la sala, no deja de ser una película a tener en cuenta como opción.