Luego de ser invitada a asistir a un cumpleaños por compromiso, la joven Casey se prepara para volver a su casa en el mismo auto que la cumpleañera y otra compañera de clases. Pero todo se convierte en una pesadilla cuando es secuestrada por un misterioso hombre. Ahora las tres adolescentes están cautivas por su captor, que no solo es un secuestrador, sino que padece de disociación de personalidad y tiene veintitrés personas distintas conviviendo en su cuerpo. Luego de la regular Los Huéspedes, nos llega Fragmentado (Split en su nombre original), lo nuevo del siempre separador de opiniones M. Nigth Shyamalan; quién parece que aún debe rendirle cuentas a la crítica y a los espectadores por no tener una filmografía que sostenga el nivel de Sexto Sentido o El Protegido. Todo este preámbulo lo hago para decirles que lo mejor que pueden hacer con esta película es mirarla como un film independiente, sin juzgar el curriculum de su realizador, y dejarse llevar por una historia que atrapa gracias a un trabajo actoral de alto vuelo. El guion escrito por el propio Shyamalan es muy sólido, y los giros (algo que todos debían de esperar de ese director), no se notan forzados o ridículos. Todo tiene sentido debido a la gran construcción que se hace, y lo bien que se aprovechan las dos horas de duración del film. Algo que a otras películas de suspenso recientes vimos como un error, acá es todo un acierto. Pero como dije más arriba. Esta cinta se sostiene en su trama y en sus actuaciones, siendo notables tanto la de Anya Taylor – Joy como la de James Mcavoy. En primer lugar esta joven actriz ya demostró el talento que tiene en La Bruja, y acá no tiene problemas en cargar con gran parte del peso dramático a sus espaldas, en un rol con varios matices. Pero todo esto queda opacado porque lo de James McAvoy, quien hace una labor notable. El actor escocés tiene la difícil tarea de interpretar a diferentes personas, solo usando cambio de vestuario y su propio talento; y podemos decir que cada una de estas personalidades son bien distintas y con caractesticas bien marcadas, logrando que más de una vez nos olvidemos que estamos viendo al mismo actor en dicho rol. Quizás lo menos destacable sea la dirección del propio M. Night Shyamalan, quién vuelve a usar esos planos (en especial primeros planos) bastante extraños que terminan sacando por unos instantes al espectador de la película. Pero de todas formas esto no llega a volveré molesto o restarle puntos al film. Fragmentado es una buena película, muy sólida y con una historia que se sostiene aún cuando da algunos giros inesperados. También es el film de suspenso con las mejores actuaciones vistas en muchos años, y ya por eso, es una de las mejores cintas que tendremos en cartelera estas semanas.
Mercedes lleva en apariencia una vida tranquila, salvo por el hecho de que quiere subir imperiosamente al altillo de su casa. En otro lugar de la ciudad, Adrian llama a cuatro amigos que no ve hace tiempo. Esta reunión no es para celebrar nada en particular, sino por todo lo contrario, es para que cada uno cuente sus experiencias sobrenaturales y asi poder ayudar a un alma en pena, mediante el juego de la copa. Nos llega una nueva producción argentina de terror, 5 AM, esta vez centrada en el siempre interesante contexto del juego de la copa, y todos los rumores y mitos que eso conlleva, y lo mucho que se puede construir y contar alrededor de ello. Y por desgracia quizás sea lo más interesante que ofrezca 5 AM, el mundo que intenta explorar. Bueno, eso y la mas que acertada dirección a cargo de Ezio Massa, ya sea por saber utilizar el aire a cine independiente que transmite 5 AM durante todos su metraje, como por utilizar una fotografía que hasta llega a incomodarnos por momentos. Es una lástima que su trabajo como guionista no esté a la par de su dirección, ya que el film se enreda constantemente en intentar sorprender a base de giros, siendo que quizás si se contaba algo mas simple y lineal, se hubiera obtenido un mejor resultado. También es irregular el trabajo actoral. Ya que si bien Cristina Alberó y Adrian Spinelli están a la altura de sus roles protagónicos, logrando crear empatía pero también transmitiendo misterio e incertidumbre; el resto del elenco está por debajo de ellos. Ya sea por los actores mismos, o porque los personajes no estaban demasiado trabajados, este es quizás la gran pata floja de 5 am. De todas formas al ser un producto argentino, sin el apoyo de una gran productora detrás, estamos ante una película que tiene más de una cosa destacable, y que si bien dista de ser una buena película, tampoco está al nivel de algunas producciones vistas el año pasado, que mejor no nombraremos. Para los amantes del género del horror seguro disfrutaran un poco mas de ella que el espectador no tan aficionado, pero tampoco es para ir con muchas expectativas.
Lockhart es un financista de una prestigiosa empresa. Luego de cerrar un difícil contrato, su ansiado ascenso parece ser todo un hecho. Sólo falta que en la próxima negociación de la compañía, esté Pembroke, uno de los jefes, para evitar conflictos legales. El problema es que Pembroke se encuentra en un spa al borde de los Alpes Suizos. Lo que parecía ser un sencillo viaje para traer a su jefe por unos días, termina convirtiéndose en una pesadilla cuando Lockhart se va adentrando en las entrañas del spa. Casi desapercibida nos llega la nueva cinta dirigida por Gore Verbinski, responsable de algunos films más que interesantes como Rango o Piratas del Caribe: La Maldición del Perla Negra, y algunos esperpentos como las continuaciones de esta última película o El Llanero Solitario. Así que La Cura Siniestra nos llegaba produciendo un grado de incertidumbre bastante grande. Y por desgracia tenemos que decir que La Cura Siniestra (A Cure for Wellness en su idioma original) entra en el segundo grupo de films antes citados, y para peor, lo hace de forma holgada; siendo este, quizás, el proyecto más inverosímil del realizador norteamericano. Pero debemos aclarar que esto no es su culpa, ya que el apartado de dirección es quizás lo único bueno y más destacable de La Cura Siniestra. Gore Verbinski realiza un trabajo notable al saber filmar creando suspenso desde las imágenes, o en muchas ocasiones, haciendo que el espectador deba estar pendiente de los reflejos y elementos detrás de cuadro. Si La Cura Siniestra es muy floja es por el guion escrito por Justin Haythe (quien junto al propio Verbinski escribieron la historia), ya que todo el relato no tiene ni pies ni cabeza. Y no lo decimos sólo porque gran parte de la trama y los “giros” de guion se revelan por diálogos en extremo explicativos, sino que los ya citados giros no sólo son constantes, además empeoran cada vez más lo que se venía contando volviéndolo más obvio, o en muchas casos, absurdo. Pero el guion no solo peca de confuso y con innecesarios giros y re giros, también en el tramo final se hace bastante largo, logrando que el espectador empiece a mirar el reloj, algo imperdonable. Además, es casi una constante de la película hacernos recordar a La Isla Siniestra, ese interesante film de suspenso de Martin Scorsese, y esto no sólo es por el guion, sino por el parecido fijo que se le suele adjudicar a Dane DeHaan con Leonardo DiCaprio. Tenemos que hablar brevemente de Dane DeHaan, en especial para eximirlo de cualquier culpa en esta fallida película. El pobre actor hace lo que puede con lo que tiene, y pese a todo, da muestra que es un intérprete que da para bastante más. La Cura Siniestra es una muy floja película, que sólo se sostiene por la dirección de Gore Verbinski. Pero esto no es suficiente para sacar a flote un film, que precisamente, hace agua por casi todos lados.
La venganza de John Wick no ha terminado aún. Además de intentar recuperar su auto robado, sus acciones despiertan el interés de viejos conocidos. Así es como vuelve a aparecer en su vida Santino, un aspirante a heredar el control de la mafia italiana, y con quien John tiene una deuda de sangre. Obligado por el deber y las reglas impuestas por esta corporación de asesinos, Wick deberá retomar sus viejos hábitos y saldar viejas deudas para por una vez de todas poder retirarse y vivir en paz. Luego de la enorme sorpresa que resultó John Wick, nos llega tres años después (o dos, dependiendo del país donde sean) la temida y ¿solicitada? continuación, de nuevo con Keanu Reeves dándole vida al temido babayega. Muchos nos temíamos que se manche tan buen film de acción retro (y que de paso había revivido la carrera de Keanu Reeves) con secuelas innecesarias o que traicionen el espíritu de la película original. Ante esto y sabiendo que estábamos ante una continuación y no una precuela, quedaban dos opciones: calcar la primera entrega casi cuadro a cuadro, o llevar la acción al plano que roce lo ridículo y hacer lo que vulgarmente se conoce como un delirio gracioso. Sí queridos lectores, los productores y responsables de esta entrega (que son los mismos que el film visto hace tres años) decidieron no solo hacer casi la misma película pero con otros personajes, sino que también optaron por hacer todo lo mas irreal posible, entrando en el terreno de los films protagonizados por Jason Statham o la querida Shoot´em Up. Así es como en John Wick 2: Un Nuevo Día Para Morir tenemos situaciones idénticas a Sin Control (recuerden que fue el nombre con el que nos llego a varios países John Wick), no solo por la idea o el estilo, sino por las coreografías y hasta la música. Entonces si la película es casi una copia de la otra, muchos se preguntaran si estamos ante un buen film. Por desgracia no, ya que perdemos el factor sorpresa, y a esta cinta le exigimos bastante más que a una de la que poco pedíamos. A esto hay que sumarle que el villano compuesto por Riccardo Scamarcio no le llega ni a los talones al padre e hijos rusos antes vistos. Solo destacamos la aparición de un actor que no fue usado en la campaña publicitaria y por ende no develaremos en esta review. John Wick 2: Un Nuevo Día Para Morir es una película de acción que cumple con el concepto de cine como entretenimiento y poco más. Todo lo bueno que nos presenta ya lo vimos en la anterior entrega, y las nuevas ideas en su mayoría fallan. Como secuela es una decepción, como film por si solo es ideal para pasar una tarde, mientras rezamos que la mas que obvia tercera parte repunte un poco.
Anna vive sola recluida en un enorme caserón, del que no sale hace muchos años ya que padece agorafobia. Con el largo del tiempo establece una especie de amistad con Dan, quién se encarga de suministrarle comida y sabe de su condición. Pero esta amistad se ve traicionada cuando Dan, acompañado de dos secuaces, se presentan en la mansión con intenciones de robar. Lo que ninguno esperaba es que Anna no es tan indefensa como ellos esperaban. Nos llega con un poco de retraso Intrusos (Shut In en su nombre original), un film que por la sinopsis tenía todo para dar un aire fresco al género del suspenso con tintes de terror, y que por desgracia nos deja una sensación más de gracia que de otra cosa. Leyendo la síntesis del film, está más que claro que varios pensaron en No Respires, esa gran cinta de suspenso que vimos el año pasado de la mano de Fede Alvarez; así que vale recordarles lectores, que Intrusos pese a su estreno tardío, es anterior a la producción protagonizada por Stephen Lang. De todas formas había una idea para que tanto el director Adam Schindler (quien debuta con este film) como los guionistas T. J. Cimfel y David White hicieran algo mejor que esta floja película. El mayor fallo que le podemos achacar a Intrusos es que no busca innovar en nada. Desde la dirección y sus planos comunes y corrientes como desde una historia que termina enroscándose en sí misma en búsqueda de un giro que sorprenda al espectador, todo el metraje sentiremos una sensación de que esto ya lo vimos, o de porqué la protagonista o los maleantes hacen determinadas acciones cuando la lógica dicta lo contrario. Quizás lo más rescatable de Intrusos sea el trabajo de los actores, que se nota que se tomaron la película en serio y dieron lo mejor de sí con lo poco que tenían. Quiénes más destacan son la protagonista Beth Riesgraf en el papel Anna. La chica logra dotar de personalidad a un rol planísimo, así como también darle seriedad a situaciones ridículas. Lo mismo podríamos decir de Rory Culkin como uno de los asaltantes, quién se muestra vulnerable y arrepentido de lo que está haciendo. Intrusos es una floja cinta de suspenso. En especial porque parte de una buena idea, pero por querer buscar sorprender al espectador con giros de trama innecesarios, se termina cayendo en lo obvio y ridículo. Para ver y olvidar.
Batman es el héroe indiscutido de Ciudad Gótica. Además de ganarle a todos los villanos en reiteradas ocasiones, es amado por la gente y en especial los niños; pero como Bruce Wayne, es una persona bastante solitaria incapaz de crear vínculos con otros seres. Todo cambia hasta que la nueva alcaldesa Barba Gordon asume el control de las fuerzas de seguridad y el Guasón se rinde por voluntad propia. Batman ya no tiene sentido de seguir existiendo, por lo que elaborará un complicado plan para volver a ser el héroe que era, pese a que tenga que involucrarse sentimentalmente con otras personas. Luego del rotundo éxito de taquilla y críticas que resultó ser La Gran Aventura Lego, nos llega tres años después un film centrado en el Hombre Murciélago que tantas risas nos sacó en dicho film, y que Will Arnett dotó de tanta personalidad al grado de participar en un sketch con el Batman de carne y hueso. Pese a lo alocada que puede parecer la trama de Lego Batman: La Película, el film tiene bastante sentido al explorar uno de los eternos temas que siguen al mito del Murciélago y es su constante soledad, costándole confiar en otros o abrir su coraza para crear vínculos. Si a eso le sumamos las constantes referencias a Batman a lo largo del tiempo tanto en televisión como en el cine, podemos decir que pese a ser un film que se vende como para los más chicos, serán los más grandes y seguidores del encapotado quienes lo terminen disfrutando al 100%, sin perderse ningún homenaje. El estilo de animación es el mismo que vimos en la ya citada La Gran Aventura Lego, que quizás al principio pueda chocar un poco al ser tan poco convencional y llegar a ser sobrecargada en las escenas de acción, pero a los diez minutos uno se acostumbra y hasta termina riéndose de cómo esta usada en post de varios gags por parte del director Chris McKay. En cuanto al tan esperado trabajo de voces, no podemos decir nada con respecto al reparto original ya que la proyección a la que asistimos estaba doblada al español latino. Si bien el trabajo de los actores de doblaje es notable y saben dar personalidad a cada personaje, nos quedamos con bastantes ganas de escuchar a Will Arnet, Zack Galifianakis o el gran Ralph Fiennes como Alfred Pennyworth. Lego Batman: La Película es una cinta en extremo divertida, con buenas dosis de humor inocentón para los más chicos, pero cargada de nostalgia y referencias/homenajes para los más grandes de la casa. Con un humor que a veces es bastante mordaz, podríamos decir que Lego Batman: La Película es el mejor film de DC en mucho tiempo. Y eso habla bien de este proyecto y mal de los anteriores.
Los hermanos Tanner y Toby Howard tienen un plan que deben llevar a la perfección y lo más rápido que puedan. Todo consiste en robar la mayor cantidad de bancos posibles de determinada empresa texana, misma compañía que está a punto de quedarse con la granja familiar, el único legado que tienen. Los hermanos Howard deberán ir a contrarreloj para conseguir el dinero de forma ilícita mientras son perseguidos por un veterano sheriff a punto de retirarse. Sin arrasar en la conquista de premios o nominaciones previas a los Oscar, nos llega Sin Nada Que Perder (Hell or High Water en su nombre original), quizás la película que viene haciendo menos ruido de las nueve ternadas a los Oscar, pero no por eso deja de ser un gran film. Lo primero que salta a la vista mientras vemos Sin Nada Que Perder es una constante sensación de déjá vu. Y es que es imposible para el cinéfilo de alma no pensar durante todo el metraje, que esta ante un film de los hermanos Coen. Tanto la dirección de David Mackenzie, como el guion escrito por Taylor Sheridan, son un total guiño/homenaje a los western modernos de los Coen. Así es como tenemos un film bastante crudo tanto en imágenes como en trama, pero a la vez cargado de un humor negrísimo, en especial por cortesía del siempre genial Jeff Bridges, quien quizás para la mayoría se venga repitiendo siempre en el mismo papel los últimos años, pero en esta ocasión le da unos matices a su personaje que lo hacen sobresalir a los demás y justifica totalmente el porqué de su nominación al Oscar. Pero el resto del elenco no se queda atrás. Ben Foster vuelve a dar muestras sobradas de que es un actor que merece mucho más reconocimiento del que recibe, y Chris Pine, como viene demostrando en sus últimos trabajos, deja en claro que está para bastante más que encasillarse como el Capitán Kirk. A las buenas actuaciones, hay que sumarle el buen pulso con el que está escrita y dirigida la película. El nivel de tensión va in crescendo hasta el obvio y necesario tiroteo del final, que si bien peca de muy cinematográfico con respecto a lo que se venía contando, la buena dirección de David Mackenzie lo compensa haciendo que siempre entendamos quien esta disparándole a quien, alejándose de la cámara con Parkinson o los miles de cuadros por segundo. Hell or High Water es de las nueve nominadas al Oscar, la que tiene una de las propuestas más convencionales; sin sorprender tratando de innovar u homenajear algún genero en particular; y es en su simpleza donde radica su mayor fortaleza. Para quienes busquen un buen western urbano, de esos que salen en cuenta gotas actualmente, miren Sin Nada Que Perder. Si buscan un buen film, sin pretensiones, y con algún gag bien bizarro y una historia simple pero entretenida y solida, también tienen que ver Sin Nada Que Perder.
Mia y Sebastian buscan cumplir sus sueños en Hollywood, ella intenta hace tiempo empezar una carrera como actriz, mientras él busca por todos los medios que el jazz no muera y tener su propio club. El destino se encarga de unirlos y juntos empezarán una relación que los hará crecer como personas, y empujarse el uno al otro, hasta que deban elegir si seguir con su amor o perseguir sus sueños. Finalmente nos llega a los cines argentinos La La Land, después de haberla visto ganar cuanto premio tuvo adelante en los Globos de Oro y con unas críticas a nivel mundial que le hacían subir el hype a cualquiera. Así que la gran pregunta que seguro tendrán ustedes como lectores, es si todo lo que se dice sobre ella es cierto o no. Y al menos para este humilde redactor, es un rotundo sí. Lo primero que hay que decir es que el director y guionista Damien Chazelle es un apasionado de la música, y en especial del jazz, y lo demuestra casi en cada fotograma de La La Land. Tanto por diálogo como por banda sonora, Chazelle maneja la música diegetica y extradiegetica a la perfección, jugando con la percepción del espectador casi a placer. Bastante se comentó sobre las muchas referencias y homenajes que contiene La la Land a los musicales de antaño, y si, los tiene y en cantidad. Pero otro de los aciertos de Chazelle es que no hace falta entenderlos todos para que la película termine siendo tan redonda. Se puede ser totalmente ajeno a este sub género y aun así entender todo y que la película termine gustando. En este sentido el espectador más experto como el más novato saldrá igual de contento del cine. Otro de los puntos álgidos del film son las actuaciones. Que Emma Stone y Ryan Gosling tienen una enorme química no se puede discutir, solo basta ver sus anteriores dos trabajos juntos para notarlo. Pero acá también cada uno brilla por separado, mostrando que son dos de los mejores actores que hay actualmente. Pero si bien ambos están notables, lo de Emma Stone esta a otro nivel, llenando la pantalla de carisma, y saliendo mejor parada en el apartado de cantar y bailar que el propio Gosling. Para los que no son muy amantes de los musicales, les tengo una buena noticia, ya que si bien este film es un musical con todas las letras, no está superpoblado de canciones (de hecho por varios tramos no suena ninguna) ni coreografías de baile. Eso sí, cuando aparecen, Chazelle muestra toda su maestría a la hora de jugar con las luces, haciéndonos soñar despiertos con algunos planos. La La Land es de lejos el mejor estreno en lo poco que va del año, pero este redactor está seguro que al finalizar el 2017, veremos a La La Land en todas las listas de lo mejor que vimos en el año. Sin traicionar al género, pero acercándolo a ese público que siempre se muestra reacio a los musicales, no podemos hacer otra cosa que no sea rendirnos a los pies de esta enorme película y recomendarla de inmediato. Cine en su estado puro.
Joe Caughlin vuelve de la Primera Guerra Mundial con un plan, no volver a recibir órdenes de nadie. Así es como inicia una carrera de ladrón de poca monta, que sin proponérselo, termina siendo reclutado por el capo mafia irlandés de la ciudad, Albert White. Pero cuando Joe comienza un romance con la novia de Albert, todo se descontrola y tras una estancia en prisión, termina trabajando para la competencia, bajo el mando de Maso Pescatore. Ahora Joe deberá liderar el negocio ilegal del alcohol en Tampa, mientras intenta rehacer su vida. Si la sinopsis parece un poco caótica, es que Vivir de Noche hasta pasado sus cuarenta minutos iniciales y en grandes tramos de sus dos horas, lo es. Y quizás, y aunque nos duela decirlo, estamos ante el film más flojo dirigido por Ben Affleck hasta el momento. El gran problema de Ben Affleck (ahora hablamos de él en su rol de guionista) es que jamás se decide qué nos quiere contar, y una trama termina molestando a la otra en vez de convivir. Por un lado tenemos la historia de amor y venganza de Joe Caughlin, quien lo pierde todo y debe rehacerse desde cero; por otro lado está su rol de casi cabecilla de la mafia en Tampa y cómo va sorteando los diferentes problemas tanto legales como ilegales que se le presentan. Este segundo apartado es quizás lo más interesante de Vivir de Noche, ya que nos muestra una historia de gánsters pero alejados de Chicago y Nueva York, centrando todo en Tampa, con la presencia de afroamericanos y cubanos, incluso hasta el mismísimo y temido Ku Klux Klan. Pero cuando la otra trama de amor y venganza vuelve a hacerse presente y recordamos que en realidad Joe es un peón entre dos capos mafia y tiene que vengarse, la historia se vuelve molesta, o peor aún, algo absurda y molesta. Como suele suceder en los films dirigidos por Ben Affleck, la dirección de actores es soberbia y en esta ocasión se vuelve a repetir. Quien destaca por sobre la mayoría es el inoxidable Chris Cooper en un rol con bastantes grises que explotar, lo mismo que Elle Fanning, quien vuelve a demostrar que es la mejor actriz de su generación. Pero también es una pena ver a otros buenos intérpretes desperdiciados en papeles que se pierden en la irregular trama y que al final nos olvidamos de ellos. Si hablamos de gánsters sí o sí hablamos de tiroteos, y Affleck vuelve a mostrar un gran pulso a la hora de dirigir escenas de acción (algo que ya había mostrado en The Town). Con un estilo que recuerda bastante al mejor Michael Mann, cualquier fanático de DC debería estar frotándose las manos para ver la más que posible Batman dirigida por Ben Affleck. Vivir de Noche es hasta el momento lo más flojo que dirigió Ben Affleck. Pese a tener varias cosas interesantes y buenas actuaciones, lo irregular de la historia y el no saber qué se quería contar termina jugándole muy en contra y es entendible ver porqué se quedó afuera de todos los premios. Pese a estar lejos de ser una mala película, podríamos decir que es la primera muestra de que el Ben Affleck director no era infalible. Y sí, algún día tenía que pasar.
Connor O´Malley es un niño ingles de 12 años, que tras la separación de sus padres, intenta sacar adelante su hogar mientras su madre lucha contra un cáncer que cada vez se torna más cercano a lo terminal. Solo, acosado por sus compañeros, con un padre que no puede hacerse cargo de él y una abuela demasiado acostumbrada a ser rígida y fría, Connor empieza a refugiarse en su imaginación, en especial en su enorme amigo imaginario, un monstruoso árbol viviente. De la mano del realizador español Juan Antonio Bayona nos llega Un Monstruo Viene a Verme, adaptación del clásico libro infantil del 2011, pero con un enfoque que acerca el producto más al público adulto que a los propios chicos. No son pocos los proyectos que en los últimos años nos muestran historias en apariencia infantil, que terminarán gustando más a los mayores de la casa y aburriendo a los pequeños, como ya vimos el año pasado con El Libro de la Selva por ejemplo. Y así como pasaba con la película de Disney, Un Monstruo a Verme pareciera tener los mismos problemas. Es decir, una película que muchos padres al ver el trailer la confundirán como cine para niños, siendo que éstos seguramente en la sala o se aburran con el tono de la cinta, o se asusten con la apariencia y el grado de voz del Monstruo (un gran trabajo vocal de Liam Neeson). Pero si la miramos como una película que está pensada apuntado a un público mayor, Un Monstruo Viene a Verme tampoco sale bien parada, ya que el guion es casi una sucesión de golpes bajos, distribuidos en una trama bastante obvia que no deja lugar a la sorpresa y que a pesar de que puede hacer emocionar, no nos cuenta nada nuevo ni inteligente. Los momentos emotivos de los que hablamos resultan creíbles principalmente por la labor del elenco, dando todos una buena performance en general, destacando además del ya citado trabajo vocal de Liam Neeson, la siempre rendidora Felicity Jones y en especial el joven Lewis MacDougall como Connor, cargándose todo el peso dramático a sus espaldas. Por parte de Bayona, podemos decir que las secuencias donde vemos a el Monstruo (que por desgracia se parece demasiado a Groot), y las partes donde este relata pequeños cuentos, son de lo mejor en cuanto a dirección, siendo el resto un trabajo bastante regular de su parte. Un Monstruo Viene a Verme es una correcta película y ya. Siendo que el guionista es el mismo autor que el libro (Patrick Ness) asumimos que no había demasiado más de donde agarrarse por parte de Bayona y elenco. Para mirar y olvidar a los días.