¿Una piedra en el zapato? ¿Un fallido “no” tan fallido? Es indiscutible que éste nuevo film del consagrado director Peter Jackson ha de crear controversias entre espectadores, detractores varios… Desde mi punto de vista, me resultó grato contar con que un tema difícil, una muerte juvenil, desde otra óptica, una visión muy contraria al acercamiento hostil que padecimos tan sólo una semana atrás con Preciosa, otro film de temas difíciles de digerir y con tan poca delicadeza a cuestas. Desde Mi Cielo, está abarcada desde otro panorama, desde los ojos de la pequeña ya asesinada, inmersa entre medio de dos lugares, entre vivos y muertos, contándonos con voz en off su historia, su visión de los sucesos ocurridos previamente a su muerte, detallando el atroz acto y siguiendo a sus familiares y asesino, a la par, sin interacción, esclareciendo, interpretando, ansiando estar viva para cambiar y vivir los momentos que le fueron usurpados. Esa magnífica herramienta, ya varias veces utilizadas en fílmico, de poder ver lo que hacen nuestros seres queridos mientras uno no está, vivo, muerto, presente, ausente, remite a ¡Què Bello es Vivir! de Capra, la vida y la muerte frente a una delgada línea, una que se quiere, no se debe, o a veces nos empujan y terminamos cruzándola. Susie (Saoirse Ronan) es la hija mayor de los tres niños Salmon, corre la décad de los 70’s, vestimenta característica, una madre (Rachel Weitz) que lee manuales DIY acerca de toda tarea doméstica imaginable, un padre bonachón (Mark Wahlberg) y una abuela (Susan Sarandon) frenética y alcohólica que llega a hogar en quiebra para “ordenar” y romper tabúes frente al dolor engendrado por la pérdida. Lo grandielocuente de Desde Mi Cielo, es el lugar desde donde Susie Salmon registra su partida, su imaginación tal vez, un lugar conformado por parte de sus recuerdos, un collage de vivencias ilustradas, coloridas, paisajes que cambian, rotan, degeneran a medida que se los visita y recorre. El uso de efectos CGI aquí funcionan a medias, por momentos la utilización es excesiva, fluctuando eentre sectores, desvaneciendo el interés frente a largas tomas en duración. Stanley Tucci completa el reparto en su macabro rol, sin lugar a spoiler ya que es presentado como tal desde el inicio del film, su transformación, mentalidad cual un engranaje, no deja lugar a dudas, con sentidos favorecidos, detallista, un asesino precavido y calculador. Peter Jackson no ha sabido concretar una obra a la altura de sus otras, hay resabios de Criaturas Celestiales, su obsesión por la muerte, uno de sus temas favoritos. Y, una manera personal de contar una historia, a su manera, con fallas, fallidos, y quizás,…, una piedra en su zapato que no es más que el éxito que ha sabido acumular y difícilmente ayude a poder producir un film menor, de tono completamente lejano a otras de sus incursiones cinematográficas.
Preciosa, sí, Clareece Precious Jones, es preciosa. Uno podría creer que tener a una adolescente negra, obesa de tan sólo 16 años de edad, analfabeta, maltratada física, psíquica y sexualmente, con una familia quebrada y disfuncional, con una hija con síndrome de down producto de una violación y un nuevo hijo a cuestas podría ser referencia al film Palyndromes de Todd Solondz, el controversial director, pero, creo que ni éste se animaría a tan cruel relato. Creía que con Slumdog Millionaire ya había visto algo similar pero...¿No es esto demasiado? Créanme que no, esto es sólo el comienzo. Un film que aparenta demostrarnos una realidad cruda, involucrarnos, ser conscientes y hacernos sentir mal, muy mal, por lo que la esbelta niña afronta, su paso a convertirse en una mujer, su liberación frente a los maltratos, su educación. Precious (Gabourey Sidibe) está realmente harta de ver lo que le está sucediendo, en parte cree lo que vive es normal, su ambiente lo justifica, ella es enamoradiza, nunca tuvo un novio pero siente al igual que todos nosotros, se mira en el espejo y ve una chica blanca, delgada, rubia, hermosa, odia inclusive sus rasgos raciales. Su madre (Mo’Nique) se mantiene gracias a ella, pensión mediante, constituye en gran parte el centro de los pesares de la niña. El film abarca otros temas relacionados a los centros de contención sociales, de maternidad y escolares, completando el cast con una asistente social (Mariah Carey), un enfermero (Lenny Kravitz), una maestra especial (Paula Patton). Preciosa es un film completamente absurdo y de mal gusto, toca temas profundos irresponsablemente, maniobrando al espectador ética y sentimentalmente. Golpes bajos por todos lados. No creo que ninguno de nosotros pueda permanecer intacto luego de ver tan desgarradora historia basada en una novela, ni siquiera real. Podríamos haber tenido un indicio de lo que estábamos a punto de ver conociendo que el film es coproducido por Oprah Winfrey, conocida conductora de programa televisivo norteamericano de tono amarillento quien ha sabido lograr roles cinematográficos en El Color Púrpura y Amada Hija (Beloved). Ver que un film como éste, acapare la atención de galardones a comienzos de año, duele. Si bien el duelo actoral es intenso entre Sidibe y Mo’Nique, es innecesario. ¿Cómo un ser no ha de ser precioso internamente si tras toda ésta mochila de pesares a cargar todavía tiene fuerzas como para seguir adelante?
La compañía ahora perteneciente a una división de NBC, en su misión de continuar renovando films de la bóveda de monstruos legendarios de Universal, algo ya realizado con La Momia, un divertimento que permitió exitosas secuelas y la lamentable reunión de monstruos concretada con Val Helsing, culminó dando rienda a otro de ellos, bajo la tutela de Joe Johnston, un director que ha sabido entregar atrayentes y divertidos films de aventuras con gran utilización de efectos especiales, entre ellos Querida, Encogí a los Niños, The Rocketeer y Jumanji. El Hombre Lobo, con grandes diferencias marcadas en guión frente al film protagonizado por Lon Chaney, narra la clásica historia del hombre que luego de la mordida de un animal extraño con semejanza a un lobo, procede a una transformación anatómica bestial que lo lleva entre otras cosas a matar. Esas diferencias mencionadas, cambian radicalmente la esencia del personaje conocido por todos, se ha buscado dar una nueva vuelta de tuerca innecesariamente, con al afán de producir algo “novedoso”, cambios que resultan forzados, teméticas sociales que no cierran, incluso, parece ser que, de ahora en más, las balas de plata poco afectan al monstruo salvo que sea disparada por una amada. Benicio del Toro (Lawrence Talbot), fresco luego de su muy interesante personificación del Che Guevara, asimila rasgos con mucha similitud al interpretado por Chaney, en postura, movimientos y gestos, una a favor, así como el excelente trabajo de maquillaje, una vez más en manos de Rick Baker, el más destacado productor de personajes en materia de maquillaje, máscaras siliconadas, un innovador reconocido. A Emily Blunt, una de las actrices del momento, le toca interpretar a la sentimentalmente ligada al monstruo, su talento es mal utilizado, en gran parte debido a deficiencias de guión que jamàs terminan por permitir consolidar una relación creíble con el interprete masculino. Por su parte, Hugo Weaving, en el rol de investigador es lo mejor que ofrece el film en calidad actoral, junto a una pequeña participación de Geraldine Chaplin como la gitana que baticina los acontecimientos a acaecer, elemento fantástico mediante y el actor, que últimamente realiza trabajos “de manual”, Anthony Hopkins como Talbot padre. La fotografía y dirección artistica del film recuerdan a los lúgubres diseños de La Leyenda del Jinete sin Cabeza y From Hell, mientras que en materia musical, la partitura del repetitivo Danny Elfman parece tener similaridad de acordes de Bram Stocker’s Dracula y Enemigo al Acecho. El Hombre Lobo, es un film bien intencionado, tiene momentos muy logrados frente a otros fallidos.
Vista en el Festival de Cine de Mar del Plata en 2008, tiempo en el que el film recién se acercaba a un proyecto cuasi finalizado, intermedio entre obras del talentoso director de cine y teatro, Santiago Loza, como Cuatro Mujeres Descalzas y Rosa Patria, galardonada en el BAFICI 2009. No obstante mostrado al público, éste mes podrá ser visto en el Museo de Arte Latinoamericano MALBA. La cámara sigue constantemente las acciones de un personaje siniestro (Pablo Seijo) del cual sólo podemos constatar con la muy poca información que se nos brinda, él sólo camina y habla por un teléfono celular, que algo en la vida de éste hombre está sucediendo. En la duración del largo se van dando indicios de hechos paralelos, del por qué de ese frenético trayecto transitado a marcha rápida por la ciudad, barrios, cambio de ropas y misteriosos llamados, localizados en la provincia de Entre Ríos, a cuestas del Río Paraná. El film funciona como una especie de ejercicio visual y sonoro, si bien nos mantiene expectantes en todo momento, llega un momento en que el recurso se agota. Como espectador no me sentí satisfecho con la experiencia, ni sentí mayor entusiasmo por querer ampliar mi conocimiento sobre la propuesta con la cual he tenido que finalizar por optar en el reconocimiento que se ha tratado de un ejercicio puesto en práctica del realizador.
Calido film que narra la historia de una familia de padres separados en plena Argentina en época de la dictadura mililtar, vista a través de los ojos del hijo menor de tan solo 8 años, quien debe amoldarse a vivir con su abuela Olga (Norma Aleandro) tras la muerte de su madre en un accidente. Su padre (Fabio Aste), muy recto, y abuela, distantes de los sucesos, sin tomar partido, haciendo la “vista gorda” a un clima que se conocía pero se decidía no hacer nada al respecto, toman su tiempo en educar “a la antigua” a los dos hijos del truncado matrimonio. El padre, con dificultad en el cierre de las heridas sentimentales, inclusive el conocer que su ex mujer había empezado una relacion con un simpatizante de movimientos revolucionarios, vuelca gran parte de sus problemas sobre el niño. Dentro del barrio, funciona un centro clandestino de detención. Andrés intercambia diálogos con uno de los responsables, manteniéndose una relación que comienza a ser advertida por su abuela. Presentado en proyeccion de HD en el Festival de Cine de Mar Del Plata, el film logra sus mejores momentos cuando el niño, Andrés, inocencia mediante, se encarga de resolver situaciones dignas a su comportamiento y edad. La puesta en escena del film es pobre, asi como ciertas personificaciones y lugares comunes, un padre muy severo o un agente muy estereotipado dentro del centro de detención. El film es la opera prima del realizador Daniel Bustamante, se destacan las ejemplares actuaciones del niño Conrado Valenzuela, Fabio Aste y Celina Font, quien es sus escasos minutos logra captar ese amor materno hacia sus hijos que luego los movilizará a lo largo del film.
La educación. Todos en nuestro sano juicio, inclusive al ser pequeños y afrontar con rechazo las a veces interminables horas de estudio, sabemos que, el estudiar apremia. Si quisieramos posicionarnos en la mirada de la sociedad, el tener un titulo a veces es confundido con inclusive ser una mejor persona. En ese “todos sabemos”, me incluyo e intuyo, que podemos discernir y distinguir que el educarnos nos dignifica, a nivel personal. Con el paso del tiempo, las distintas épocas, se han caracterizado de establecer cánones dentro de los sistema educativos. Ya no es lo mismo estudiar en un determinado instituto frente a otro, mejores salidas laborales, mayor prestigio, en fin, cuestiones que se acercan en muchos casos a la frívola y moderna manera de enseñar. Los sacrificios de familiares, padres en la mayoria de los casos, por obtener una educación que tal vez no hayan podido tener en sus vidas, siempre fue tarea encomendable, intentar brindarles a sus hijos la mejor educación posible, para que prosperen, mejoren, algo que ha de servirles en todas sus vidas. Una educación. Qué ocurre cuando el estudiante se enamora y decide dejar todo por ese amor? Esto, dentro de otras premisas, es algo que plantea Enseñanza de Vida, el nuevo film de Lone Scherfig, directora del recomendable Dogma#12 Italiano para Principiantes. Amabientada en 1960, Jenny (Carey Mulligan) es la adolescente estudiante, destacada entre sus pares, presionada por sus padres, con quienes convive, para lograr el ansiado ingreso a Oxford. Las horas de estudio no bastarán frente a la nueva experiencia en la que se ve envuelta Jenny, algo que los libros no le han enseñado ni por asomo: conocer a David. David (Peter Sarsgaard) es un hombre ricachón, que desborda de simpatía, un dandi, que lleva a la adolescente a conocer con sus propios sentidos todo aquello que veia reflejado en libros de enseñanza, arte, música, pinturas, juntos visitan un museo, una subasta, una ópera, un viaje a Paris. Se plantea el temino de cuánto tiempo hay que esperar para poder disfrutar de los placeres de la vida, vivirlos, no posponerlos, el tiempo es ahora. Algunos personajes enarbolan los distintos estereotipos a seguir: David representa lo que algunos padres desean para sus hijas mujeres, un hombre que les brinde tranquilidad económica, ¿para qué seguir estudiando?. Su recta profesora Miss Stubbs (Olivia Williams) se encamina hacia el tipo de mujer culta de la cual su vida no ha sido mas que abarcada totalmente por el estudio, soltera, independiente, fiel a los valores morales. La rectora, interpretada por Emma Thompson es la que finalmente le hace frente a Jenny, en uno de los mejores diálogos concebidos en el film. Es muy interesante poder acceder al desarrollo que el film va concadenando, de un clásico drama escolar, el vinculo con otras temáticas y géneros va acrecentándose, teniendo siempre a Jenny como el eje de todo asunto. Encontrè en Enseñanza de Vida, un hermoso film, pintorezco, narrativamente cálido al igual que el gran salto actoral que ha implicado para Carey Mulligan, una actriz que de ahora en más veremos hasta en la sopa. No obstante discrepo con los diversos válidos planteos que hace el film a ciertas circunstancias, y que luego el mismo, dá completamente por aludidas y rechazadas, por otros argumentos. Cambios abruptos en la intención del film y visualmente desde el punto de vista de vestuario o carácter de la protagonista. Un film que temina a las apuradas luego de haber disfrutado de casi su totalidad.
Retiscente a escribir sobre este estreno de la semana, sabiendo que otros pares habrian de escribir largo y conciso, con apreciaciones más que correctas sobre temas del film de los cuales hemos conversado una y otra vez desde haber visto Vivir al Límite en la función de Apertura del Festival de Cine de Mar del Plata del 2008 -si, ya casi dos años atrás-, surge en mí la necesidad de aportar mi experiencia antre la visión de un film que no será olvidado, que me alegra que haya despertado la atención de festivales internacionales y ahora, luego de su estreno en Estados Unidos, nominaciones y galardones por cuanta entrega de premios se recuerde. Creo, la única protagonista del film, es, sin dudas, su directora: Kathryn Bigelow. No es fácil en el medio, para una mujer, tras un mundo netamente machista, de donde los trabajos de dirección importantes y de costosas producciones recaen en directores hombres. Bigelow, con el correr de los años, se ha convertido en un ejemplo. Es difícil a primeras vistas, imaginar que sus trabajos hayan sido concretados por una mujer, no por desmerecer su sexo, sino las temáticas abordadas, dígase un film de terror con vampiros rurales, un thriller policial, una de surfers ladrones, e inclusive un drama bélico. Temas que, generalizando, no son exclusividad, pero, han sido desarrollados y se ven vinculados “generalmente” a directores y público masculino. En mi experiencia con el film, puedo destacar la veracidad con la que Bigelow ha expuesto a sus actores, la actuación de Jeremy Renner es soberbia, y ambientación para brindarnos Vivir al Límite. Desde el comienzo del film estamos inmersos en la experiencia de un gendarme de comando desarmabombas, estamos en Irak, estamos en una guerra. Con cámara en mano excesiva para mi gusto. Es el ambiente donde el protagonista con sus recaudos, camina, observa, vive. No transcurre un segundo donde éste se detenga a teorizar acerca de lo que está haciendo, del contexto político, social, bandos, en definitiva, qué está haciendo allí. El es solo un soldado, un experto nato para su tarea. Quizás con referirme a una “tarea” es lo que he sentido en cierta manera, lo que me ha generado Bigelow con el film, lo veo como una “tarea”, donde discrepo con mis pares y no veo profundización. Veo un film donde, magníficamente podriamos hacer una lectura sobre esta defenestrable invasión, ¿cuándo si no?. Esa sensación que he reiterado de “no jugarse” es lo que me hace ruido, en lo personal. Viendo a Bigelow, con su entereza, en una conferencia de prensa, desdibujada, donde habló sobre el proyecto, sentí aún mas que mis dudas sobre el film quedaban confirmadas. ¿Por qué hacer un film mostrándonos un ambiente hostil y de actualidad, y no hacer un descargo, no pido la utilización de trazo grueso, al menos con una simple mención, escapando de ideologías pero no de compromiso. Aquí no hay malos ni buenos, enemigos ni heroes, esto no es un duelo, ni un western, es una realidad. ¿Por qué no dar un índice de lo innecesaria que es ésta guerra o invasión? Por momentos, mi única respuesta a éste planteo, rondaba por la vinculación del film a cierto tipo de norteamericano, que esto juegue en contra hacia el film y no adquiera notoriedad, demostrado con la repercusión resultante en films como Redacted de Brian DePalma, más cercanamente a Che de Steven Soderbergh, o los documentales de Michael Moore. Hay gran parte del Estados Unidos que no quiere ver éste tipo de films, que les demuestre lo incorrecta que es su sociedad e indique objetivamente en qué se han equivocado, que resalte los errores. Siento que a Bigelow le ha pesado esto, no querer ser encasillada, según sus propias palabras al ser interrogada en una rueda de prensa comentó que no era su función como directora tomar una posición ante el tema de la invasión norteamericana a Irak. Personalmente, creo que con esa arma en las manos, en un mundo injusto como en el que vivimos y la auténtica crudeza que demuestra en el relato de Vivir al Límite, una gran oportunidad se perdió.
Invictus es un film que en las manos de otro director, no pasaría desapercibido, pero no contaría con el clamor que ha logrado éste. Un gran director frente al proyecto, Clint Eastwood, su nuevo gran amigo (Morgan Freeman) desde la colaboración de ambos en Los Imperdonables y Matt Damon, uno de los nuevos talentos en materia de actuación, estamos acostumbrados a verlo en varias producciones al año, todo director mayor, lo quiere para sus producciones. La historia de Nelson Mandela, ha sido revisitada inoportunamente en otros films, de manera irresponsable, con formato de melodrama acentuando su pasado en prisión. Aquí, el transcurso del film comienza con la etapa del lider en que se convierte democráticamente en Presidente sudafricano por voluntad del país íntegro, sin importancia del color, o clase social. Madela incita al perdón, a dar la otra cara, sabiendo que se puede construir inclusive con aquellos que obraron mal, mientras se sumen a un cambio. Ligar temas políticos al fanatismo por un deporte socialmente, no es algo que se nos escape, por sobre todas las cosas, a la sociedad argentina. Pensar que tuvimos un Campeonato Mundial de Futbol en plena dictadura, mostrando una cara hacia el resto del mundo tan distante como cínica. Un disparate de tal magnitud que mientras la mayoría de los argentinos nos vimos envueltos en un festejo mientras personas que querian cambiar nuestro país por uno mejor, estaban siendo torturadas y desencadenando en muertes. Sudáfrica corrió una suerte similar, el apartheid cobró millares de muertes, discriminación y genocidios. Francois Pienaar (Matt Damon), fue el lider del equipo de rugby sudafricano en 1995, es en quien Mandela ligó gran responsabilidad y expresó su anhelo de ganar dicho campeonato mundial, por la importancia que podría generar en el país desunido, fundir odios y llegar a un punto del que, a partir de cambios en politicas no podria arribarse con tanta prontitud. Es evidente que el viejo Clint, dato que ya hubiéramos advertido desde sus ultimos films, ha adquirido con su vejez, un importante foco sobre temas de importancia social, Clint ha dejado de callarse, sabe que cada una de sus nuevas obras puede llegar a ser su ultima, Clint con los años no ha hecho otra cosas más que mejorar, añejarse como un vino. El placer de sus nuevos films radica en la doble interpretación de sus actos, no sólo se juega por demostrar lo mejor y peor de la sociedad norteamericana, si no que ya no tiene límite en este ejercicio. Poco le interesa ser políticamente correcto, inclusive con escapes en sus guiones hacia lugares tortuosos como hiciera con Río Místico. Invictus, parte de una temática netamente política hasta convertirse en uno de los tantos dramas con desarrollo de un grupo de integrantes de un equipo deportivo, con una meta, llegar a una final. No obstante aquí, la finalidad y contexto es otro que el simple hecho deportivo, y es ese el detalle que magnifica a este relato. El rol de Matt Damon puede haber sido interpretado por cualquier otro actor, no es un personaje de importancia, sí lo es, la impecable intepretación de Morgran Freeman, muy bien caracterizado, con algunos diálogos que subrayan con trazo grueso algunas cuestiones y màs de alguna falla en el guión. Se impone una relación entre los custodios del presidente muy particular, una subtrama interesante, asi como otros olvidables encuentros entre presidente y capitan del equipo, apartados e inexplicables cambios en la forma de pensar de los integrantes del grupo de rugbiers de un momento para otro. Es característico en Eastwood volver a juntarse con quienes ya ha trabajado en otros proyectos, la musicalización del film nuevamente está a la orden de su hijo Kyle, al igual que la fotografía radica en Tom Stern, quien minuciosamente, ha acompañado a este director desde el largo Blood Work hasta la actualidad, idem Joel Cox, editor desde un tiempo aún más largo.
Dos films, tan distantes, tan cercanos. Adventureland y Zombieland, ambos se refieren a “tierras”, protagonizadas por el mismo actor, Jesse Eisenberg, transcurren gran parte dentro de un parque de divesiones, podrían ser catalogadas como comedias, tienen en común temas relativos a la pérdida de la virginidad, en ambas, el confiar en una mujer se torna peligroso. Comenzando con una gráfica de titulos lineales siguiendo las estructuras de edificios, calles, postes, al igual que en Intriga Internacional, La Habitación del Pánico y otras, iniciaremos a conocer las reglas básicas que el protagonista principal posee a la hora de tener recaudos para no convertirse en alimento de zombies, hacia el final del film, rondando las 32. #1 Cardio #2 Tener cuidado en los baños #3 Cinturones de seguridad #4 Doble disparo #5 No tener ataduras sentimentales Y asi las siguientes… Tierra de Zombies es un film crudo, demasiado sangriento y divertido. Se dirige al espectador en primera persona, contándonos un relato que escapa las osadías, aventuras, experiencias e inexperiencias del jóven protagonista masculino. Columbus (Jesse Eisenberg) es un adolescente sin familia, nunca la tuvo y desconoce si quisiera tener una. Es tímido, no tiene experiencias con mujeres hasta llegado el día que una asustada e histérica toca a su puerta, denominada “406”, numero del departamento contiguo, a escasas horas, la única mujer a quien haya de abrazar se ha convertido en una zombie que no deja de atacarlo. Dentro de la barbarie que se ha desatado en los Estados Unidos, conoce a Tallahassee (Woody Harrelson), un tipo bruto, calzando botas, manejando camioneta y aniquilando a todo zombie que se cruce por su camino, tarea para la cual según sus palabras “ha nacido”. El film se caracteriza por la gran agilidad a la hora de la edición, gracias a ello, tampoco se cae en el sentido hermetico de las típicas películas de zombies, los diálogos hacen hincapié en citas cinematográficas, se cuenta con una visita inesperada a una mansión de una estrella en Beverly Hills constituyendo la mayor y agradable sorpresa. Ruben Fleischer reitera que se pueden conjugar géneros tan opuestos como es el gore de un film de zombies con una comedia, tarea que ya hemos visto realizada en Shaun Of The Dead, aquella zombie-comedia inglesa que tenia como escritor y protagonista a Simon Pegg. Woody Harrelson se luce en su rol, nuevamente interpretando a un hombre sacado de sus cabales, secundado por la hermosa Emma Stone, vista en Supercool y Abigail “Pequeña Miss Sunshine” Breslin, ya crecidita, a la orden de tareas más adultas y con mayor requerimiento actoral.
Es difícil catalogar a un film como Nine, Una Vida de Pasión, una obra que ha dejado en mí más interrogantes que certezas. ¿Es un musical? ¿Un homenaje al director Federico Fellini? ¿Un relato semi-biogràfico? ¿Una libre inspiración del film 8 ½? Luego de aceptar y sumergirme en la experiencia de ver Nine…, he quedado con la impresión de haber visto dos films contenidos en uno, con marcadas diferencias, resultado de una muy pobre conjunción entre lo que podríamos diferenciar como una narración musical y una cinematográfica. ¿Pueden plasmarse ambos tipos de relato?. Claramente si, muchos films musicales ya lo han logrado, sin ir màs lejos, el anterior de Rob Marshall: Chicago. Tanto Nine como Chicago han sido obras musicales estrenadas en Broadway, exitosas ambas. Pero en Nine, algo no ha funcionado, quizás esa fusión. Partimos de un director de cine italiano, denominado Guido Contini (Daniel Day Lewis), en un acto donde nos dan a conocer bajo un acto musical a un grupo de mujeres que entra de maduro, han de tener que ver algo con su vida, entre ellas, actrices de la talla de Sophia Loren, Judi Dench, Nicole Kidman, Penelope Cruz, Marion Cotillard, secundadas por Fergie, la cantante de Black Eyed Peas o Kate Hudson. La agilidad que teníamos en Chicago, aquí se ve debilitada, donde los números musicales no son “en” función del film, si no, apartados videoclips, uno para cada protagonista femenina, algunos inclusive con estilo MTV, rondando lo ridiculo. El mensaje de “ser italiano” como si esto fuese una moda. El tema “Cinema Italiano”, el más desechable de todos, a cargo de Kate Hudson. Contini pasa todo el tiempo queriendo concretar una nueva obra luego de sus ultimos dos flops cinematogràficos, intercalando entrevistas punzantes de las que sale aireoso, sus escapadas con amante, una vida glamorosa, que tanto Marcello Mastroiani ha demostrado bajo la dirección de Fellini en films como La Dolce Vita y 8 ½. El problema de Contini, es que no comienza a rodar su film para el cual cuenta con una amplia producción y equipo de trabajo, al igual que en 8 ½, la experiencia se convierte en una pesadilla para el director - a quien en su momento Fellini se habría autoreflejado -, no hay rodaje por que no hay guión, ni una musa inspiradora como antes, no hay visión, bloqueo de autor. El Guido Anselmi de 8 ½ es Mastroiani haciendo de Fellini, y ahora el Guido Contini de Nine es Daniel Day Lewis haciendo de Mastroiani y Fellini al mismo tiempo. Federico Fellini ha sido uno de los mejores directores en la historia del cine mundial, surgiendo del movimiento neorealista, junto a Visconti y De Sica, si bien, un tipo de estilo, glamour, inadvertiblemente podría pasar por un mundo como es el de la publicación Vogue. Pensar que el tipo era un mujeriego tampoco sería novedad, sus films transitan esos aspectos una y otra vez, los rotos tabúes, controversia, su admiración excesiva por las mujeres voluptuosas y lo banal. Ha sido un director de repercusión mundial, de desencuentros religiosos y contado a su lado como esposa a la gran actriz Giulietta Masina con quien habría colaborado, aquí caracterizada gracias a Marion Cotillard (La Mome – La Vie En Rose), ampliamente el rol femenino más consolidado dentro del film, reminiscente a tantos otros ya vistos, con emotiva frialdad, un rol que acapara miradas siempre, la esposa que banca a su adultero esposo, ver si no, los pocos minutos ejemplares de Beatrice Straight en Network. Sophia Loren es la actriz más desaprovechada, sabiendo de su imponente figura, sin dialogos, utilizando únicamente su fina presencia con un abrir de brazos, como un fantasma, su madre, en recuerdos. Hay personajes que si luego de ver el film, recordamos sus participaciones bien podríamos decir que su presencia o ausencia dan lo mismo, no intervienen en el resultado final, sea Nicole Kidman, Kate Hudson o Fergie, en un rol cuasi cuadro por cuadro tomado de 8 1/2, rememorando a la infancia de Fellini. Penelope Cruz, es agil, nuevamente como una femme fatale, amante, demasiado estereotipada. ¿Qué destacar de Nine? El amor hacia el cine y el personaje de Fellini. Cada aspecto del film donde no nos encontramos con escapes musicales, son muy cuidados, con una fotografía, ambientacion y banda sonora reminiscente a los grandes trabajos de Nino Rota. Eso es el “sentir italiano”, donde parte del film lo ha sabido captar, donde el multifacético Daniel Day Lewis ha sabido sumegirse, y de donde lastimosamente el director Marshall ha demostrado alejarse por momentos. Nine es un film glamoroso, de ello no hay dudas, su calidad visual es ejemplar, tiene un elenco de estrellas inmejorable (mal utilizadas), tiene destellos de emotividad siempre que Lewis aparece en pantalla, su actuación es creible en su totalidad. Se desentiende el objetivo del film.