Una nueva de vampiros. Corre el año 2019, la Tierra no es lo que muchos esperábamos. Poblada con sólo un 5% de humanos, especie en extinción. Los vampiros se apoderaron de ella pero tienen un vital y enorme problema, su propia extinción, tambien se acaba el alimento: la sangre. Varios intentos científicos buscan reemplazar dicho alimento por sangre sintética o algún otro derivado, los resultados no son satisfactorios (reminiscencias a True Blood, la serie de HBO). Una multinacional plagada de científicos lucran a partir de humanos que crían con el único propósito de extraerles el preciado líquido que corre por sus venas, los recursos se acaban. Charles Bromley (Sam Neill) director de la firma, era un humano padeciendo una enfermedad terminal, el convertirse en vampiro, lo salvó de la muerte inmediata, ahora tiene vida eterna, no le importa su raza sino las ganancias que su empresa genera. Edward Dalton (Ethan Hawke) es otro vampiro, científico, que gasta todos sus esfuerzos en encontrar la cura, encima, el no alimentarse en pocos días, produce mutaciones en los vampiros, los vuelve agresivos, y fisicamente los deforma hasta convertirlos en mostruosos vampiros reminiscentes a murciélagos gigantes. El caos reina. Esta nueva propuesta a las ya tan variadas historias sobre vampiros, no ofrece nada original. Nada que ya no hayamos visto. Algunos la comparan a films como Gattaca, un film neofuturista sobre la evolución humana, los genes y clones, nunca más distante a mi parecer, salvo por compartir al mismo protagonista. Otros sugieren compararla con Vampiros, del maestro John Carpenter, tampoco creo que sea el caso, sólo comparten un elementos de gore, mucha sangre por todos lados y un maquillaje grosero de los no vivos. Ya que estamos de comparaciones, ¿por qué no hacerlo con Inframundo? Para mi opinión, la más cercana. Reminiscencias estéticas a Constantine –sin vampiros, por supuesto-, sumémosle algo de 28 Días Después, 28 Semanas Después, Tierra de los Muertos (zombies)y la que en Argentina fue directo a video, 30 Días de Noche. Como en todo estallido social, los rebeldes, en éste caso, los pocos humanos que quedan, organizados, cuentan con un líder: Lionel “Elvis” Cormac (Willen Dafoe), un duro, con diálogos “cancheros”, oneliners que escupen a punta de arma, con gatillo preparado antes de disparar, su personaje, sólo se remite a ello. El film logra mantener al espectador atento en sus 98 minutos de duración. Muchas escenas de acción, persecuciones con vehiculos, corridas varias, remiten a producciones de bajo presupuesto dignas de los años 80. Los hermanos Spierig convierten éste relato en una nueva e imaginable posible realidad, los vampiros son mayoría. Connotaciones y lecturas si deseamos, pueden realizarse varias, la discriminación sectorial a los “distintos”, vampiros que comienzan el proceso de mutación, la multinacional vista como emblema del brutal capitalismo, la conversión tanto ideológica como bien podría serlo religiosa. Muchos puntos a abarcar, sin terminar de conciliar una u otra óptica. No hace mucho, pocas semanas atrás hemos podido ver en carteleras porteñas una continuación de saga y la grandiosa Criatura de la Noche (Let The Right One In), ésta última con sólo un vampiro de importancia en su trama y con un planteo tan distante como original. La próxima semana, entre vampiros y zombies,dentro del género de terror/horror llega una más, Tierra de Zombies (Zombieland). Amantes del género, nunca más contentos.
Amor sin Escalas es un film que nos lleva a la reflexión directa sobre fenómenos cinematográficos recurrentes, creencia en la llegada de un nuevo y prometedor cineasta, la herencia de talento, en fin, un compendio de interrogantes. Jason Reitman ha dirigido hasta el momento dos films que han tenido gran repercusión en el mundo cinematográfico (Gracias por Fumar, La Joven Vida de Juno). La primera, independiente sobre la politica comercial de la industria tabacalera mundial, de bajo presupuesto, cínica y políticamente no correcta, logró notar el gran talento del director. La subsiguiente llegó de lleno con alma y espíritu al corazon de la cinefilia toda, instaurándose en uno de los mejores films en el año de su estreno, reconocimientos varios y la nominación a los tan ansiados premios de la Academia: Mejor Película. Nuevamete con una temática controversial, un embarazo en la adolescencia. Con Amor sin Escalas, se plantea el siempre latente interrogante sobre Jason Reitman, el director. Luego del éxito de La Joven Vida de Juno, el entrar a una cadena de directores “requeridos”, con o sin proyectos propios, el tiempo llegó en que, Reitman aún mas, debe demostrar si su talento es verdadero, si filmó con la intención de generar lo que logró o si simplemente es un director de esos que pasan fugazmente por las marquesinas y luego destinan a ser olvidados. Reitman es el hijo del reconocido cineasta Ivan Reitman, un director de comedias camp, algunas ya convertidas de culto, como Meatballs, la exitosa Los Cazafantasmas o, a mi parecer, su obra mayor: Presidente por un Día. Con Reitman Jr., tambien, se ve propuesto el caso de los hijos de cineastas que toman notoriedad gracias a sus padres, reivindican conocimientos adquiridos a modo de herencia, facilidades varias, una organización ya conformada. Con todas estas ventajas a cuestas, los resultados son arbitrarios, podemos encontrarnos con un farsante o un verdadero cineasta. Amor sin Escalas, como ha sido su estilo, nuevamente toca temas controversiales, qué peor que meter el dedo en la llaga dentro de la sociedad estadounidense luego de la crisis mundial acahecida recientemente. George Clooney interpreta a Ryan Bingham, un señor cuya labor consiste en ser empleado por empresas (multinacionales en gran parte), para encargarse de notificar cara a cara a las personas que oportunamente serán despedidas de la empresa contratante, dar una última charla, contener, brindar una engañosa salida del sistema. Su trabajo consiste en viajar constantemente a lo largo de Estados Unidos, aprovechando cada oferta y promocion válida de compañías aereas, acumulación de millas, etc. El personaje es rico en matices, Clooney, establecido en Hollywood como una nueva especie de Cary Grant, de quien conocemos sus aportes humanisticos, últimamente conjuga roles cinematográficos fiel a sus principios, con carisma, romance de por medio y crítica social, podríamos citar Buenas Noches y Buena Suerte, Syriana, Michael Clayton. Lo secunda la hermosa Vera Farmiga, como un alter ego profesional a su altura. Y, Anna Kendrick en el rol de Natalie Keener, una jóven entusiasta que es adquirida por la empresa de despidos para facilitar y hacer instalar una nueva manera de trabajo en la empresa, un proyecto aun más alejado de la contención hacia el despedido. Este proyecto a emplear, no solo cambiará el establecido modo de vida de Ryan, si no, hara devenir sentimientos latentes en el, una coraza sellada y un crecimiento personal alejado de lo que el mismo tenia por sentado era el camino a seguir. Amor sin Escalas, ha sido nombrada entre los mejores films del año, ha aparecido en toda nominacion imaginada y esto, para alguno, le brinda un mayor atractivo y expectativa a la hora de ver el film, de hecho, hay gente que a partir de estas nominaciones ya lleva consigo un referente que les permite perdonar absolutamente cualquier fallido en un film. Amor… no es un film original, menos aun, un film que vaya a cambiarnos nuestras vidas, es un film correcto, no escapa de la estanteria de films con moralejas, ni tampoco llega al lugar que La Joven Vida de Juno ha sabido ocupar. El éxito y rumoreo, radica en que es un film de critica sobre un tema candente, audaz y actual. La pérdida de trabajo gracias a un sistema que ha caído, y reivindica, saca a la luz situaciones intimistas que ocurren como consecuencia de tan grande colapso. Reitman tiene tiempo todavía, demasiado, para pulir y concretar nuevos y mejores proyectos. El Oscar Buzz, ayuda a su acción, lo coloca en un lugar privilegiado que su padre lamentablemente no ha llegado a ocupar siquiera tardíamente. Caso comparable al de Coppola y Sofia, su hija, casi similar.
En un tiempo no muy lejano, un director inglés sorprendió al público en general con un genial film de atracos. Juegos, Trampas y Dos Armas Humeantes, sin innovar, contó con una frenética e imparable forma de edición, el disparar un arma comenzaría a vivirse desde el milisegundo en que se aprieta de un gatillo, seguido del movimiento interno del mecanismo del arma, hasta concretar el disparo, la salida del proyectil y trayecto hasta colisión, edición aplicada también a finitas situaciones dentro del film, un juego de cartas, una conversación, una pelea, etc. Visto por los grandes estudios, sin pereza, Columbia Pictures a través de una subsidiaria, Screen Gems, lo contrata para una nueva producción de características similares; junto a un actor categorizado en la lista de majors y un cast ejemplar, logra Snatch: Cerdos y Diamantes, mismo resultado cinematográfico, potenciado a nivel de distribución. Entre medio, su vida tomó un giro inesperado. Sin querer entrar en el rubro de chimentos, Ritchie se casó nada menos que con la reina del pop, la megaestrella-diva: Madonna. Es sabido que el hombre a veces se eclipsa al lado de una mujer, podríamos citar muchos dichos de índole machista y chascarrillos, pero como aquí no es nuestro objetivo, sólo consideraríamos que en esta conjunción, Guy Ritchie, el director, algo perdió. Su talento, quizás. Incursionó nuevamente en cine compartiendo a su esposa como protagonista de la remake del film italiano Insólito Destino: el resultado fue nefasto. Revolver, demostró que –con menores recursos– sus esfuerzos eran en vano. Ya la atención de su carrera residía (para el público promedio) en si su vida personal continuaba siendo tumultuosa al lado de la diva, siguieron los rumores de separaciones varias, hasta concretar el tan esperado divorcio. Su come-back ha sido Rock’N Rolla, un retorno a medias, pero que sin dudas, supo llevarlo a un nivel tal, que logró imponerse para dirigir un proyecto tan grande como el que aquí nos ocuparemos. Sherlock Holmes. Un estreno muy esperado. Muchos nos preguntábamos qué podría ejecutar Ritchie con un personaje tan conocido (originario de Arthur Conan Doyle), ya que trasladarlo cinematográficamente no sería tarea fácil, ¿reutilizaría una tan agil edición para un personaje tan clásico? Robert Downey Jr. (Holmes) se subió al proyecto en el protagónico y Jude Law (Watson), secundando enérgicamente. El detective y su asistente conformaron un dúo con mucha interacción verbal, gracias a un guión lleno de clisés, apartados de comicidad y verborragia que se ejecutan de manera magistral, cada exacerbación verbal encaja en las respuestas de su contrincante en materia de diálogo. Un duelo entre actores y personajes. Las escenas iniciales están a la orden de poder ambientarnos, sumergirnos en las cualidades de Holmes a la hora de la investigación, la lógica, su destreza para el boxeo, su aptitud para disfrazarse y hasta en conocimientos en química y farmacología. Todos estos aspectos como introducción no están insertados a libre albedrío. Holmes utilizará cada una de sus aptitudes para la resolucion de crímenes misterios y engaños, a veces a pedido de las ineficaces fuerzas policiales que lo convocan una y otra vez para dar pistas o solucionar algún crimen que se les escapa en materia de razonar acerca de los posibles causas. Sumemos un villano de turno, a la orden del actor Mark Strong: podría decirse que es uno de los actores convertidos en “moda” gracias a interpretaciones muy destacables que ha sabido concretar, pero aquí, sin gran animosidad interpreta a Lord Blackwood, un sectario con planes de dominacion. Por el lado femenino, Holmes tiene una contrincante, que ha sabido ser uno de sus tantos amoríos, a su altura en materia de resolver misterios, Irene Adler (Racherl Mc Adams). Hacia los ¾ de duración, el film hace un “click” y a partir de ahí, todo lo que sucedía dejó de interesarme. Mi atención se perdió completamente en lo que hasta el momento constituía una interesante propuesta. El comienzo de la utilización de efectos de ordenador CGIs, persecuciones con Holmes a la altura de un héroe de acción –muy lejana a la tarea de un investigador–, terminaron por aguar la tan divertida experiencia que comencé a experimentar en la primera hora de metraje. Ritchie se ha valido de casi toda herramienta cinematográfica con la que un director pueda tener a mano para contar una historia. Sherlock Holmes demostraría su “gran vuelta” a un circuito del cual se había alejado como anteriormente mencionamos. Si bien el film cuenta con muchos aspectos visuales y narrativos atrayentes, una dirección artística impecable, fotografía cuidada y ambientación, es en los secundarios actorales (Rachel Mc Adams, Mark Strong) donde el film no logra imponerse. ¿Será que los arquetipos conformados por Holmes y Watson son tan magníficos que dejan a todo lo que está a su alrededor, muy pequeño? Con una interesante participación de Kelly Reilly, recientemente vista en cartelera porteña en Eden Lake. Podría decirse finalmente que Sherlock Holmes es una película que pretende tener todo: un superhéroe, un villano, efectos, persecuciones. Pero peca de obviar el hecho de que se trata de un detective y no de un superhéroe, y que probablemente (y siguiendo la tradición literaria o a sus versiones precedentes, como por ejemplo, la de Billy Wilder) uno como espectador espera un film más intrigante y misterioso, con un personaje de porte más serio, y en esta versión terminamos encontrándonos con un Holmes más cercano a un héroe de acción que a la creación de Doyle.
El cine japonés a través de los años ha entregado innumerables obras de sabida excelencia, un país que, ya renovado, se ha caracterizado por abordar cinematográficamente temas relacionados a las costumbres, el honor, el legado cultural de la región y por sobre todos éstos, el respeto hacia sus ancestros y la emotividad. En Final de Partida, con un vuelco de velocidad narrativa más cercana al cine de occidente, se advierte una conjunción de regiones, de nuevas y viejas costumbres, la visble pérdida de valores. Daigo, es un celista, que por fin encuentra su lugar al ser elegido para ejecutar su instrumento en una compania, por problema ajenos, la banda se disuelve y ante la vergüenza ajena de haber perdido su trabajo, el no dar la cara ante su esposa, comienza una búsqueda laboral que confusamente lo lleva a aceptar una propuesta vinculada a las “partidas”. Daigo vincula el aviso a una guia de turismo, pero, el aviso mal redactado se refiere a una “partida” aun mas lejana. El aviso en cuestión es para el puesto de un “preparador de cuerpos” para una funeraria “distinta”. El dueño del emprendimiento, el Sr.Sasaki, comenzó esta actividad luego de la muerte de su mujer, fielmente “prepara” los cuerpos para la partida final, entregando a sus seres queridos un acto o ritual, donde pueden dejarse de lado las diferencias, con respeto, honor y sabiduría, los cuerpos son presentados como en el momento vivido más bello, de lado quedan las diferencias, enojos y colera. Dificil es decirle a su mujer, que uno ha encontrado su profesión y esté relacionada a un tema de morbo para algunos, de indiferencia social y mal visto hasta el punto de querer lucrar con un fallecido. Final de Partida, demuestra que el trabajo de ser funebrero puede ser honorable, ¿por que no?. El film posee una duración extensa, nada menos que 130 minutos, por demás agiles, pero, analizando luego de ser vista, hay escenas que son repetitivas y podrian haber tenido un diferente corte debido a lo que añaden. Un clisé final, innecesario no perturba en lo más minimo la agradable visión de éste tan emotivo y agradable film. Final de Partida ha sido acreedor del premio Oscar al mejor film extranjero en el año 2008, bien merecido, para un film que como anteriormente confirmamos, por su entrelazado y ritmo comparable a contemporáneos films japoneses como Shall We Dance? –de cierta manera con similitudes en la trama tambien- o temática de la serie Six Feet Under. No dudo en próximos años ver una remake norteamericana de Final de Partida, una materia en la que Hollywood reincide frente a las escasas ideas reinantes.
Decir que Meryl Streep es una gran actriz no es novedad, su versatilidad es constante, ya casi no hay género dentro del cual se haya involucrado. Aquí nuevamente se lanza a la comedia con tinte romántico, género donde se ha lucido con anterioridad si recordamos She-Devil, o la aún mas negra La Muerte le Sienta Bien. Junto a Nancy Meyers, una actual referente dentro de la dirección de comedias románticas desde una óptica femenina puntual, repite la formula que tan buenos logros ha dado: Alguien Tiene que Ceder, comedia que inclusive con sus errores se ha convertido en un film de amplio recuerdo dentro del espectador promedio, en gran parte por la dupla actoral elegida y la particular agilidad lograda en el relato. Con Enamorándome de mi Ex, las premisas vuelven a plantearse: mujer sexagenaria separada, no quiere saber nada de hombres, es independiente laboralmente, divorciada, ha hecho lo imposible para mantener a su familia conformada por cuatro hijos unida y tiene un clan de amigas cercanas (Rita Wilson, Mary Kay Place, Alexandra Wentworth) con quienes se junta en reuniones a debatir sobre sus experiencias o la falta de ellas, en materia sentimental. Su ex esposo (Alec Baldwin) demostrará que los hombres a cierta edad nos convertimos en “viejos verdes”, necesitamos cambiar de mujer, esposa, pareja como si fuera un modelo de automóvil, unos cuantos años menores y como ya es sabido, hay cuestiones que han de quedar deconectados, colgados y hasta desconcertados por las diferencias de etapas, imposibilidades, desde la extrema ótica femenina, un hombre de estas características, enamorado o aunque no sea éste el caso, representa algo negativo. El tema es que, la ex pareja, por ocasión que su hijo se recibe, han de verse y como bien dice el dicho, “donde hubo fuego…”, alcohol de por medio y más de una cuestión no cerrada, los ex esposos vuelven al ruedo en una relación doblemente ex matrimonial. Los planteos del guión resultan comicos, abordan una temática actual y de vinculación estrictamente a problemas contemporáneos que sufren parejas divorciadas e hijos de esa sociedad. El problema con Enamorándome de mi Ex, radica en la dirección, Nancy Meyers nuevamente demuestra que no encuentra un punto donde terminar sus films, tiene todo como para concretar un film triunfal, gran elenco, producción, un estudio mayor por detrás, pero las pequeñas decisiones que desde el sector de dirección se deben tomar, se debilitan ante convertir algo que inicialmente fluye de maravillas en algo complicado –al igual que el titulo en ingles-. Meyers se complica. De la nada el guión esboza una situación de increible falta de adultez, donde los padres sobre explican a sus hijos lo que vienen realizando. Los hijos en el film, no aportan nada a nivel narrativo, están de adorno. Steve Martin, es utilizado como un chivo expiatorio a la relación de los principales, sin la comicidad que el gran conocido cómico ha sabido tener, en ésta simplemente “ya la perdió”. Streep sale aireosa como siempre lo ha hecho, integra inclusive hasta el punto en que uno realmente siente que ella juega con sus roles, verla en situaciones políticamente incorrectas en tono de comedia, es lo mas grato que nos entrega el film. Un film que funciona perfectamente en sus primeros ¾ de duración.
Con el término “La Tigra” no nos referimos a un felino, asi ha sido nombrado un pueblo sito en el Chaco, de escasa extensión, lugar tranquilo donde la siesta es sagrada, la calle principal brilla por la soledad, un ejemplo de pueblo de aquellos en que los jóvenes migran hacia las grandes ciudades, para educarse, conseguir trabajo y desarrollarse en materias que en La Tigra no han de poder. Esteban ha sido uno de esos adolescentes, ya adulto, vuelve a La Tigra con la misión de conversar con su padre, él tiene algo que decirle, algo de qué hablar. Este acontecimiento se pospone, su padre, un conductor de transporte de carga no ha de volver por un par de semanas, dentro de las cuales Esteban, a la espera, se interna nuevamente en el sitio que alguna vez fue su lugar, donde captó aquellos conocimientos que no son enseñados en instituciones cercanas ni lejanas, el lugar donde pasó su infancia, donde es reconocido por cada uno de sus vecinos. En ésta vuelta, reencuentra a Vero, quizás en otros términos, su amiga de infancia, estudiante de medicina, quien por las tardes ayuda a su madre en las tareas de cocción de viandas. Vero al igual que Esteban, ha cambiado, sin embargo, conservan “algo” entre ellos, algo que se realimenta al reencontrarse. El lugar constituye un protagonista más en el relato, con frescura y tranquilidad, los humildes integrantes natos de pueblo son captados con armoniosa naturalidad, el mate es el elemento que genera las “juntadas”, un elemento de grandeza al momento de vincular personas socialmente. Vero y Esteban, recorren el pueblo, recuerdan y generan situaciones que los retrotraen a la infancia en común. Una peña, un partido de futbol, un taller de arreglos varios, lugares y situaciones desde las que se delinea una historia sencilla. Opera prima de Federico Godfrid y Juan Sasiaín, co-directores y guionistas del proyecto, egresados de la carrera Diseño de Imagen y Sonido en la UBA, impusieron su marca en el Festival de Cine Internacional de Mar del Plata al ser galardonados con el premio FIPRESCI, uno de los más importantes. Deambulando por la ciudad, casi pasando desapercibidos, la repercusión de su obra en espectadores, critica y jurado, resultó convertirse en una de las mayores sorpresas del festival. En el discurso de otorgamiento del galardón denotó un agradecimiento hacia la existencia de la universidad pública en Argentina, recibiendo una gran ovación del público presente, no es frecuente que se agradezca a una institución educativa estatal, de la cual gran cantidad de cineastas han surgido frente a otras escuelas de cine, en auge en Argentina. El resultado es una experiencia de nuevos cineastas, humilde y de bajos costos, con una enorme integridad al momento de querer contar una historia, por más pequeña que ésta sea.
Han pasado numerosas secuelas y ahora remakes de la convertida franquicia de Halloween de John Carpenter, uno de los films del genero terror/horror denominados de “culto”, con un personaje “serial killer” ubicado entre los mas destacados de la historia del cine. Ahora, en ésta continuación a la remake del propio Rob Zombie, músico devenido en director de cine, quien ha entregado obras como Mil Cuerpos y Violencia Diaólica, reivindicando su pasión por el género, con una narrativa audaz y a su vez provocadora. Con Halloween: El Comienzo, su tercer opus, logró dividir las aguas entre el público promedio y los mayores seguidores del guión de John Carpenter, uno de los mejores ejemplos de directores que ha sabido entregar el cine norteamericano en las ultimas dos decadas. Halloween (la remake) revitalizó la saga, la reinventó, se notó una gran admiración sobre el trabajo de Carpenter y siguió una linea argumental sin caer en en tonos opacos, una historia que cierra perfectamente un círculo, con tintes metafísicos, interiorizándonos en la infancia del protagonista y en secuencias que incorporaron información vital a la narración. La saga revivió. Halloween 2, en sus primeros minutos, parte del final de la anterior remake, abordando un tema místico, una especie de fábula y una vinculación aun mayor del personaje principal (y sí, ya es hora de nombrarlo: Michael Myers) con su madre. El film inicia con una sobredosis de gore imparable, persecusión en un hospital, al igual que continuación de la original de Carpenter, el drama es duro, cruel, demasiado fuerte para impresionables y uno de los aciertos de Zombie. Pasados los minutos iniciales, donde esperamos la trama avance sobre el riel en que comenzó a moverse, el film se detiene en argumentos que, al menos según mi apreciacion, despertaron inquietud hacia el mal camino que tomó Zombie para continuar esta nueva historia. No reniego de sus herramientas narrativas ni de su extrema violencia en escenas, sino su evidente desinterés hacia los personajes originarios, contrario a lo que había logrado (o aparentó lograr) en la primera parte. Loomis, aquel doctor en quien Myers se apiada, la única persona donde Myers ve alcanzar la redención, el confrontar y psicológicamente ser “¿controlado?”, en esta secuela se ha convertido en un hazmerreír televisivo: la historia de Myers fue llevada a un escrito, un libro que Loomis ha elaborado para su propia fama, ridiculizado a un nivel astronómico. Una decepción en este sentido. El único personaje del relato original que lograba tener vinculación fuera del salvajismo con Myers, aquí se ve disminuido, fuera del contexto original. ¿Es Halloween 2 una digna continuación? A esta pregunta debemos añadirle contra qué la comparamos, con la obra de Carpenter o con la remake de Zombie. En cualquiera de los dos casos, no logra conformar una historia con el peso e interes que han logrado captar las dos mencionadas. Halloween 2, es simplemente distinta, revierte en gran medida temas ya consolidados, vuelve a la historia del perseguido y el perseguidor, un asesino serial que no piensa, sólo eleva su machete, cuchilla o elemento que tenga al alcance de la mano y mata.
Tercer largometraje del cineasta argentino Ezequiel Acuña (Nadar Solo, Como un Avión Estrellado), filmada en B&N. Volviendo a personajes de su corto Rocío, -que, puede apreciarse dentro de la sección de extras de la edición en formato dvd del film Nadar Solo, editada por AVH- dos amigos, Marcos y Martin, vuelven a encontrarse luego de 10 años de ausencia, compañeros de infancia y escolares, uno convertido en un consagrado guionista y el siguiente ya con hija, trabajando en el mercado de las golosinas. El reencuentro se establece frente al pedido de Marcos de solicitar invadiendo arduamente el espacio de Martin, ser el corrector de guion de un proyecto de obra teatral, excusa que los volverá a juntar, redescubriéndose, deshilvanando interrogantes de la infancia y pormenores con un gran uso de comicidad. Un reencuentro atípico, con grandes diferencias que los delimitan, tales que con el desarrollo de algunos intercambios vuelve por momentos a unirlos como carne y uña. Si hay algo que sobrepasa lo agradable que me resultó la experiencia de ver éste film, ha sido la evidencial gran aptitud de Acuña para dirigir actores y delinear personajes. Marcos logra ser caracterizado con gran convicción hasta en menores aspectos y tics referentes de su personaje. En el film abundan momentos de comicidad pertenecientes a un guión muy eficaz, con una muy buena elección de temas musicales que acentúan el recorrido de tan apreciable trayecto. El largo contó con gran aceptación del público en el pasado BAFICI, aunque fuera de competencia. Critica anteriormente publicada en www.cronicasdelbafici.blogspot.com
Debido a encontrarnos en plena temporada de premiaciones y nominaciones, llámese Globos de Oro, Asociaciones de Críticos de medios gráficos alrededor del mundo, Oscars, etc., ésta, constituirá una crítica realizada a partir de comparaciones entre el film a reseñar versus un film que viene perfilándose como una de las posibles ganadoras de este año. La razón: The Hurt Locker, perteneciendo a un género completamente distinto en comparación con Avatar, posee según mi criterio, una óptica demasiado contraria sobre un mismo tema, diferencias notables y semejanzas también. Comencemos por sus directores, Kathryn Bigelow (The Hurt Locker) y James Cameron (Avatar), en la actualidad no solo comparten un gran momento como directores sino que el pasado los unió en el voto marital: Cameron, tres años mayor formalizó en su terceras nupcias con Bigelow. Ambos han demostrado devoción por films de acción en sus haberes, ciencia ficción y terror. Han compartido elección de actores para sus proyectos (Bill Paxton, Lance Henriksen, Jenette Goldstein). Bigelow dirigió una historia escrita, producida y editada por Cameron, un excelente film de ciencia ficción: Dias Extraños. En relación a sus últimos films, The Hurt Locker constituye un drama bélico acerca de un soldado perteneciente a una brigada de desarme de explosivos asentada en Irak. James Cameron, por su lado, en Avatar, presenta a un soldado inválido del ejército a quien también le ha tocado explorar un territorio desconocido con una misión, en este caso, un nuevo planeta. En ambas reina una organización militar, destinada a la conquista, invasión a causa de un objeto material de valor, preciado, que, para las economías de sus países constituye una de las mayores fuentes de riqueza: petróleo y piedra. Tanto el Sargento William James en THL como Jake Sully en Avatar, cumplen un doble rol, son héroes y antihéroes. En ambos films se vislumbra la pérdida del costumbrismo social, la herencia de una cultura a partir de los invasores / conquistadores, más aun en Avatar, donde se hace conocer una bajada de línea, Cameron se juega en plantearnos temas inherentes al medio ambiente, la colonización, desde su punto de vista, en un género de ciencia ficción, juega y denuncia. Cuestión en la que Bigelow queda como aludida, no toma partida, no define su posición, algo que en la conferencia de prensa al presentar su film en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, he estado presente al impetuosamente habérsele preguntado al respecto, su contestación: “A veces, no hay por qué tomar partidos.”. Bigelow solamente quiso mostrar una realidad y he aquí mi consternación con The Hurt Locker, siendo un film completamente duro y audaz, pierde gran parte de su valor al no poder definirse. ¿Acepta Bigelow, al no contestar, una posición política personal sobre la Guerra en Irak? Explayándonos más sobe Avatar, Cameron crea sin dudas, un universo que impacta visualmente, no encuentro registro de una puesta de animación de tal belleza en la utilización de colores en el ambiente creado. Cameron juega, un relato con connotaciones a la historia de Pocahontas, la de un hombre que insertado en una sociedad y poniéndose en el lugar del otro, toma partido. Avatar es un compendio de sus otros filmes, contiene marcados elementos de Terminator, Aliens, Abismo, Mentiras Verdaderas e inclusive Titanic, colores, maquinarias, transportes aeronáuticos, el score musical. La experiencia es vertiginosa, la adrenalina fluye en las corridas por los arboles, la incesante y responsable liga con la naturaleza. La acción arrogante de la milicia frente a la investigación científica. Dentro de los posibles lecturas del film, también podemos contemplar el anhelo del hombre por poder concretar algo de lo cual puede sentirse extremadamente alejado, por imposibilidades varias, vinculando al espiritu humano, donde no hace falta otra cosa que la comprensión y la utilización de la “mente”. Con todas sus buenas intenciones, Avatar, no obstante, tiene grandes cuestiones a debatir. Argumentalmente abundan los exabruptos en el guión, estereotipos de personajes, momentos que son increíblemente desarrollados y otros que se dan maravillosamente con rapidez, en hechos muy similares. Alguna mención romántica y sensiblera demasiado forzada, como así, un increíble vuelco y contradictorio comportamiento animal dentro del nuevo planeta. Dentro de la utilización del 3D, podemos aclarar que acompaña a la experiencia cinematográfica en carácter adicional, no es invasiva en absoluto, no fue creada con esa intención, solamente resalta particularidades estéticas, creando campos, que, luego de transcurridas decenas de minutos, olvidamos por completo su implementación. Avatar no es un film que vaya a hacer historia, pero si, un logrado film de entretenimiento masivo, efectivo, donde brilla lo visual y las creaciones por ordenadores ya han llegado a un nivel de aceptación increíble gracias al detalle minucioso.
Kad Merad se convirtió instantáneamente, luego de Bienvenidos al País de la Locura, en uno de los nuevos capo cómicos franceses, tal fue su éxito y poder de convocatoria que ahora le toca codearse con un elenco de actrices de renombre como la diva Catherine Deneuve y Emmanuelle Beart. El film gira alrededor de un empleado de limpieza, Robert, (Merald) que vive una doble vida, trabaja limpiando oficinas de un representante de actores, fanatizado con el cine, los guiones que lee en las tardes mientras debería estar realizando su labor, con su sector lleno de postres de actrices y films. Robert es un ser melancólico, tiene una hija de una mujer a la que ama, por la cual ha sido abandonado al ver su "no crecimiento". Especialmente de Solange Duvivier (Deneuve) a quien acecha hace tiempo, ella y su asistente le tienen la entrada prohibida, desmerecen ante tantas molestias ocasionadas al escuchar el timbre de entrada pulsado por el pulgar de Robert. Su fanatismo llega a un punto tal, que mediante un juego entre las fotos seleccionadas para el casting de un nuevo film, Robert deja planteada en la mesa del representante, su parecer. El casting se completa, su vision es aceptada, pero, dentro del anonimato, nadie sabe que ha sido él, el responsable de ese cambio. Mis Estrellas y Yo, refleja con mucha sutileza y comicidad la relación entre tres actrices de edades diferentes, una diva, una actriz consagrada y una novata, con sus pesares personales, a la idea de que “no todo lo que brilla es oro”. Arman una venganza hacia su acechador que generará un efecto boomerang. El resultado es una comedia con un acercamiento a producciones hollywoodenses, perdiendo en cierta forma el actractivo de la tradicional comedia francesa. Existe una pequeña participación de Patrice Leconte, en un rol de dirección, El store es exquisito salvo pequeñas inclusiones de temas musicales.