Tras su incorporación al Universo Cinemático de Marvel (Marvel Cinematic Universe) en “Capitán América: Guerra Civil” (Captain America: Civil War), en 2016, el “amigable vecino” Spider-Man se mece con sus telarañas hacia la pantalla grande como protagonista de su propia película en solitario. Si bien la cinta dirigida por Jon Watts (“El Payaso del Mal”) comienza con una serie de flashbacks que se remontan a hechos ocurridos en otros films de este universo cinematográfico de la editorial norteamericana, no es una historia de origen como ya vimos en las dos franquicias anteriores de este personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko y que fueron protagonizadas por Tobey Maguire (en 2002, 2004 y 2007) y Andrew Garfield (en 2012 y 2014). Aquí se nos muestra a un Peter Parker (Tom Holland, la revelación del drama “Lo Imposible”), de 14 años edad, ansioso por volver a ser parte de Los Vengadores mientras trata de equilibrar su vida cotidiana como adolescente, lidiando con la escuela, su mejor amigo Ned (Jacob Batalon), el primer amor Liz (Laura Harrier) y su tía May (Marisa Tomei), y también como superhéroe. A pesar de frustrar algunos delitos menores, Peter se topa con unos delincuentes que utilizan herramientas y armamento de altísima tecnología para efectuar sus fechorías. Pero esta vez, las cosas no salen como él esperaba, por lo que busca la ayuda de su nuevo mentor, Tony Stark (Robert Downey Jr.), que por estos momentos se encuentra mudando la base de operaciones de Los Vengadores, desde su edificio en Nueva York, hacia un complejo ubicado más al norte, quien le dice básicamente que se mantenga al margen y no se arriesgue. Al creer que no se lo toma en serio, Peter decide investigar por su cuenta y su mundo se verá amenzado por Vulture (Michael Keaton), uno de los villanos de turno. Sin dudas, el haber incorporado a este personaje tan querido por todos al MCU le da una infusión de aire fresco a la franquicia. El film es muy entretenido y no decae en ningún momento. Fiel a lo que veníamos viendo, sigue estando el tono humorístico que tan bien queda en las historias de estos personajes de Marvel Comics, así como el infaltable cameo del gran Stan Lee más algunas sorpresas que se irán revelando hasta el último gag tras los créditos finales. Como dije antes, no es una historia de origen, por lo que no nos muestran el momento exacto en el que Peter es picado por la araña que le da sus poderes, historia que ya vimos o leímos hasta el cansancio, pero queda implícito. Es más bien una historia crecimiento y tomar decisiones responsablemente.
Diez años pasaron de los eventos sucedidos en “Prometeo” (Prometheus). Aquí la astronave colonizadora “Covenant”, con una pequeña tripulación, conformada por parejas y 2000 colonos a bordo, se encuentra en curso hacia el planeta Origae-6, en el borde exterior de la galaxia hasta que una explosión estelar daña parte de la nave, lo que provoca decenas de muertos y los hace cambiar de rumbo. Los sobrevivientes deben decidir si continúan con su viaje hacia su destino, lo que les llevaría otros siete años en animación suspendida, o explorar un nuevo mundo cercano a su posición, que al parecer reúne todas las condiciones para albergar a esta misión colonizadora y sus pioneros. El optimismo no dura demasiado, puesto que el nuevo planeta es más amenazador y escalofriante de lo que todos esperaban. Ridley Scott retoma la silla del director en esta entrega que es secuela directa de la anterior entrega (de 2012, la cual también dirigió) y que a su vez es precuela de “Alien, el Octavo Pasajero” (Alien, de 1979). El guión escrito por John Logan y Dante Harper, a partir de una historia de Jack Paglen y Michael Green, basado en la creación de Dan O’Bannon y Ronald Shusett, nos acerca cada vez más hacia los orígenes del espeluznante Xenomorfo. Sin dudas, quien va a ver una película de esta franquicia en una sala de cine, lo hará por todos los elementos conocidos por los amantes del género, como el Xenomorfo, la sensación de encierro, el miedo. Pero creo que luego de ver todas las entregas -sin contar las “Alien vs. Depredador”- es bastante más de lo mismo y casi no aporta nada nuevo, exceptuando el hecho de que mostraron un poco más de la raza de los “Ingenieros”, bautizados con ese nombre en “Prometeo”, y que aquí se los muestra a través de un mero flashback sin haber ahondado un poco más. La película es entretenida pero no llega a ser lo que fueron las primeras dos entregas “Alien” y “Aliens” (Alien 2) que a mi entender siguen siendo las más terroríficas por lo novedoso de la trama y la sorpresa que causaron en ese momento.
El film está basado en el animé (dibujo animado japonés) de 1995, que a su vez se basa en el manga (como se llama a una historieta, o comic, también de origen japonés) creado por Masamune Shirow en 1989, en el que vemos el “nacimiento”, por llamarlo de alguna manera, de Mayor (Johansson). Ella es un androide que posee un cerebro humano y por alguna extraña razón, ésta logra conservar su “Ghost”, su espíritu. De ahí el nombre de la obra “Ghost in the Shell”, que sería algo así como el espíritu (o fantasma) dentro de un caparazón cibernético. Creada por Hanka Robotics, una empresa de robótica e inteligencia artificial, Mayor es entregada a la Sección 9 para su uso como un arma de la fuerza policial japonesa. Un año más tarde de su creación, una serie de ataques terroristas en contra de directivos de la compañía, hacen que Mayor se arriesgue más de la cuenta hasta ser el blanco de ataques de un hacker conocido como Kuze (Michael Pitt). A partir de ese momento, ella comienza a ver destellos de su antiguo ser que le provocan dudar de todo lo que hasta ese momento conocía y creía. Es así que comienza una búsqueda que la llevará a conocer su pasado, lo que le dará las fuerzas para poder enfrentar a las amenazas futuras. El guión escrito por Jamie Moss y William Wheeler es -sin dudas- una adaptación muy fiel del material original. La secuencia de inicio del film es un calco del animé y verlo estremece por la fuerza misma de sus imágenes. Algunas partes del film se diferencian un poco con el animé pero la esencia de la historia es la misma. En la película, al igual que en el material original, se nota la gran influencia de películas del género como “Blade Runner”. El reparto que acompaña a Johansson, está conformado por Pilou Asbæk (como Batou), Takeshi Kitano (Aramaki) y Juliette Binoche (Dra. Ouelet), entre otros. Para mí fue un placer visual.
Para aquellos que no están familiarizados con el mundo de las historietas, y menos aún, con los personajes salidos de las páginas de la Editorial DC Comics, el “Escuadrón Suicida” sería algo así como “Doce del Patíbulo”; es decir, un grupo de marginados cumpliendo misiones de las que nadie -en su sano juicio- quisiera formar parte. En este caso, villanos muy conocidos -y quizás, otros no tanto- son reclutados (y cuando digo reclutados, en realidad quiero decir obligados), a formar parte de un grupo de tareas (Task Force X) de una organización gubernamental ultra secreta (A.R.G.U.S.) con el poder de hacer cualquier cosa sin medir las consecuencias o rendirle cuentas a nadie. La cara visible de esta organización es Amanda Waller (Viola Davis), una ambiciosa mujer con muy pocos escrúpulos, casi sin moral, a la que sólo le interesan los resultados y la posible negación que conllevan este tipo de misiones suicidas, valga la redundancia, si algo sale mal. Según sus propias palabras, con Superman (Henry Cavill) tuvieron suerte, pero ¿qué pasaría si alguien similar no compartiese los mismos valores que representan a la humanidad? ¿Cómo detener una posible amenaza de semejantes características? Para ello, reúne a un puñado de delincuentes, lo peor de lo peor de su clase, con grandes habilidades o poderes sobrenaturales, algunos de ellos humanos, otros meta-humanos, a los cuales se les ofrece reducir 10 años en sus respectivas sentencias si logran concluir con éxito la misión que se les encargue. Este grupo, conformado por Floyd Lawton (Will Smith), más conocido como “Deadshot”; Harleen Quinzel (Margot Robbie), conocida como “Harley Queen”; George Harkness (Jai Courtney), conocido como “Capitán Boomerang”; Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje); Diablo (Jay Hernández) y Slipknot (Adam Beach), tendrá que funcionar como una unidad bien aceitada bajo las órdenes de Rick Flag (Joel Kinnaman). A su vez, Flag, tiene el apoyo de la poseída Dra. June Moone/Enchantress (Cara Delevingne), la mortalmente efectiva Katana (Karen Fukuhara) y el leal teniente “GQ” Edwards (Scott Eastwood), y juntos, héroes y villanos, deberán enfrentar una amenaza de proporciones bíblicas que se presenta en la ficticia Ciudad de Midway. El film, escrito y dirigido por David Ayer, está muy bien logrado y narrado de forma brillante. El origen de cada miembro se muestra mediante flashbacks, lo que en los cómics podría considerarse como “origin stories” de una o dos páginas dentro de la historia principal. Sin temor a equivocarme, lo más destacable de la película es la relación conflictiva entre Harley Queen y el Guasón, o The Joker. A muchos les parecerá que éste no está a la altura de la interpretación que Heath Ledger hizo del mismo personaje, pero seamos honestos, ¿quién daba algo por Ledger cuando se conoció la noticia de que interpretaría al payaso asesino? Al final, terminó siendo una de las mejores encarnaciones del archirrival del hombre murciélago y nadie lo puede negar. Este Joker, el del “Skwad” tiene muchísimo más para dar y ya quiero verlo hacer de las suyas cuando sea el villano principal de la historia de entregas futuras. Por mi parte, después de ver los avances con los que nos venían bombardeando desde hace unos meses, si bien me dejó conforme, esperaba ver mucho más de lo que realmente se ve en pantalla. Si bien es cierto que en el film están Batman (Ben Affleck) y el Guasón, más algún cameo de otro conocido superhéroe, ésta no es una película acerca de ellos, es sobre los que forman el escuadrón y por eso es que está bien que los personajes de primera línea sean secundarios en esta historia. No es muy común ver algo así, y aquí está perfecto que pase. “Escuadrón Suicida” sería la tercera entrega del llamado “Universo Cinematográfico de DC”, aquel que comenzó con “El Hombre de Acero” (Man of Steel, 2013) seguido de “Batman vs. Superman: El Origen de la Justicia” (Batman v. Superman: Dawn of Justice, en Marzo de este año 2016) y que con con cada entrega parece consolidarse, más allá de los gustos del público en general. Creo que para los fanáticos de esta editorial, las cosas van bien encaminadas y hay que tener en cuenta que ésto forma parte de un todo más grande. Lo mejor está por venir.
El realizador británico David Yates (tuvo a su cargo cuatro entregas de la saga “Harry Potter”) dirige la nueva adaptación cinematográfica de la historia de Tarzán, creada en 1912 por el novelista Edgar Rice Burroughs. La película, narra la historia de John Clayton III, Lord de Greystoke (el sueco Alexander Skarsgård), hijo de unos aristócratas ingleses que tras la muerte de sus padres en África, cuando era tan sólo un bebé, fue criado por una simio. Con los años, a este joven se lo conocería en todo el continente bajo el nombre de Tarzán que, con el correr del tiempo, deja África y regresa a la casa de sus padres en Inglaterra junto con su amada esposa Jane Porter (Margot Robbie). Ya reinsertado en la sociedad, el Rey Leopoldo de Bélgica le pide que vaya al Congo, oficie de enviado de comercio del Parlamento y sea testigo de todo lo que ha hecho éste para ayudar a ese país. Al principio se rehúsa, pero luego un estadounidense llamado George Washington Williams (Samuel L. Jackson), aludiendo que es muy posible que se estén cometiendo atrocidades tales como la esclavitud, le pide que acepte y que lo acompañe para así poder juntar pruebas de lo que realmente está sucediendo en el país africano. Finalmente Clayton acepta, pero pide ser acompañado por su esposa, ya que ella desea ir porque extraña África, sin saber que no son más que instrumentos en una mortal conspiración de codicia y venganza. Cuando llegan a destino, Leon Rom (Christoph Waltz) -un hombre al servicio del Rey Leopoldo- ataca vilmente la villa en la que estaban Tarzán y Williams, captura a Jane y desata una serie de hechos que reconectarán a Calyton con su antiguo y salvaje ser, en pos de rescatar a su esposa y salvar a África de la opresión. El film, que cuenta con un guión escrito por Adam Cozad y Craig Brewerbasado, contiene un exquisito despliegue visual que nos lleva desde la alta aristocracia europea hasta la espesa y peligrosa jungla africana. La narración lineal se completa con una serie de flashbacks que dan profundidad a la historia y hacen de “La Leyenda de Tarzán” una buena historia para disfrutar.
Tras los eventos sucedidos en “X-Men: Días del Futuro Pasado” (X-Men: Days of Future Past, 2014), que transcurría en la década del ’70, todo el universo de los X-Men fue reiniciado, cambiando el curso de la historia y -por lo tanto- la primer trilogía que se desarrollaba en los 2000, queda prácticamente en el olvido. En la escena post créditos de ese film, que unía a personajes de la trilogía original con los de “X-Men: Primera Generación” (X-Men: First Class, 2011), se nos mostraba a un joven de tez celeste y a cuatro jinetes sobre un médano en el vasto desierto del antiguo Egipto, y todos los que alguna vez leímos comics o vimos la serie animada de los ’90 enseguida supimos de quienes se trataba. En “X-Men Apocalipsis”, que es una continuación directa de “Primera Generación”, la historia gira en torno a ese primer y más poderoso mutante del universo de la Marvel Comics. La película arranca en ese Egipto antiguo en donde este mutante, que es considerado una deidad, ha conseguido los poderes de muchos otros mutantes, convirtiéndose en inmortal e invencible. Ya en sus últimos días y en un cuerpo gastado, sus seguidores comienzan un ritual para pasar su ser al cuerpo de un joven mutante que le permita poder seguir viviendo eternamente. Pero un puñado de detractores intervienen, poniendo fin al ritual que lo deja sepultado y en un proceso de hibernación que duró varios milenios. Ya en la década de los ’80, en donde transcurre la mayor parte de este metraje, un grupo de seguidores de este semidios conocido como En Sabah Nur, buscan despertarlo de su letargo para que vuelva a gobernar el mundo como lo supo hacer miles de años atrás. Al despertar, Apocalipsis (Oscar Isaac) disconforme con lo que se encuentra, comienza a reclutar a cuatro nuevos poderosos mutantes para que lo protejan y ayuden a exterminar a la humanidad y establecer un nuevo orden sobre el cual él reinará. Una joven ladrona egipcia que es capáz de controlar el clima (Ororo Munroe/Storm/Tormenta, encarnada por Alexandra Shipp) es la primer recluta; luego es el turno de Psylocke (Olivia Munn), Angel (Ben Hardy) y por último, un abatido Magneto (Michael Fassbender). Para poner fin a los planes de Apocalipsis y sus cuatro jinetes, un grupo de X-Men, guiados por Charles Xavier/Profesor X (James McAvoy), Raven/Mystique (Jennifer Lawrence) y Hank/Bestia (Nicholas Hoult) entran en escena. Entre ellos podemos ver a unos jóvenes Jean Grey (Sophie Turner), Cíclope (Tye Sheridan) y Kurt Wagner/Nightcrawler (Kodi Smit-McPhee), entre otros. Este film dirigido por Bryan Singer concluye una segunda trilogía y le da un cierre a los primeros arcos argumentales de los personajes jóvenes de “Primera Generación”. En cuanto al reesto del elenco, regresan Rose Byrne (Moira MacTaggert), Evan Peters (Quicksilver), Lucas Till (Havok) y Josh Helman (Stryker) a quienes se suma Lana Condor como Júbilo, entre otros. Para quienes se preguntan si aparece Wolverine (Hugh Jackman), sí, y en su versión más feroz y animal sacada de las páginas de “Arma X” (Weapon X). La verdad, con cada entrega, el universo de los X-Men en el cine sigue creciendo en calidad y se acerca cada vez más a las historias salidas de los comics. Ya todos sabemos que la próxima entrega de “Wolverine” en solitario, podría ser la última vez en la que Jackman se ponga en la piel de este querido personaje y en la escena post créditos de “X-Men: Apocalipsis” (atención, a no levantarse de la butaca) quizás estemos viendo cómo se prepara el camino para presentar a su posible sucesora, más conocida como X-23. Todo indica que así será pero eso sólo el tiempo lo dirá.
“Civil War” -o “Guerra Civil”- es una de esas historias que definen un antes y un después para la continuidad del universo de la editorial Marvel Comics. En ella, luego de una catástrofe de proporciones nucleares, provocada por un ser con superpoderes, se plantea el hecho de que todas aquellas personas con alguna habilidad superior (sean mutantes, o adquirida luego de un accidente con arañas radioactivas o simplemente el haber tomado una fórmula para convertirse en supersoldado) deben revelar sus identidades secretas al mundo y estar bajo la supervisión del gobierno. Iron Man revela su identidad secreta y se pone a disposición mientras que Capitán América opina todo lo contrario, hecho que produce un enfrentamiento entre ambos y Spider-Man queda atrapado en medio del conflicto desarrollado en el comic crossover del guionista Mark Millar y el dibujante Steve McNiven, sobre el personaje creado por Joe Simon y Jack Kirby. En este film dirigido por Anthony y Joe Russo, el guión se ha adaptado para encajar en el Universo cinematográfico de Marvel (conocido como Marvel Cinematic Universe o MCU), aquel que se inició con “Iron Man” en 2008 y que siguió con un gran número de películas de personajes en solitario, como las de Capitán América, Hulk, Thor, Ant Man o el ya mencionado ‘Hombre de Hierro’, como así también las del grupo de Super Héroes más conocido como The Avengers (Los Vengadores), para llegar a este evento que es más una secuela de “Avengers: Era de Ultron” (2015), que de “Capitán América y el Soldado del Invierno” (2015); ésta última también dirigida por los hermanos Russo). Los gobiernos nucleados en Naciones Unidas, viendo que existe mucha gente temerosa de estos seres con superpoderes, impulsa una ley de registro que limita la acción de estos héroes. El resultado es una división dentro de Los Vengadores. Iron Man/Tony Stark (Robert Downey Jr.) está a favor, alegando que sus acciones deben mantenerse dentro de límites tolerables para no seguir teniendo daños colaterales como sucedió en pasadas entregas, en las ciudades de Nueva York y Sokovia. Pero Steve Rogers/Capitán América (Chris Evans) siente que no deben depender de ningún gobierno que les ponga freno. ¿Qué sucedería si los obligan a actuar en contra de sus ideales o si por el contrario sienten la necesidad de intervenir y se les niega la oportunidad? Ésto desata una guerra entre el equipo liderado por Iron Man, conformado por Natasha Romanoff/Black Widow (Scarlett Johansson), Jim Rhodes/War Machine (Don Cheadle), Vision (Paul Bettany), Spider-Man (Tom Holland) y T’Challa/Black Panther (Chadwick Boseman); y el de Captain America, integrado por Bucky Barnes (Sebastian Stan), Sam Wilson/Falcon (Anthony Mackie), Wanda Maximoff/Scarlet Witch (Elizabeth Olsen), Clint Barton/Hawkeye (Jeremy Renner), Sharon Carter/Agente 13 (Emily VanCamp) y Scott Lang/Ant-Man (Paul Rudd), mientras un nuevo villano entra en escena: el Baron Zemo (Daniel Brühl). Grandes efectos para la que, sin lugar a dudas, es una de las entregas más oscuras (aunque conserva los clásicos toques de humor), la cual también marca el hecho de que Spider-Man, cuyos derechos cinematográficos le pertenecen a Sony Pictures, pueda ser parte de este universo, aunque -a diferencia del cómic- su papel no es tan relevante como lo es en las páginas de la editorial norteamericana. Atención y a no levantarse de la butaca porque hay dos escenas post-créditos que no hay que perderse.
Tras una larga espera, Batman y Superman aparecen juntos por primera vez en la pantalla grande. Y lo hacen en esta continuación de “El Hombre de Acero” (2013), que terminó siendo ni más ni menos que el punto de origen del universo cinematográfico de DC. Este film, no solamente hace historia por este hecho, sino que además, es el debut de Wonder Woman en el cine. Como ya nos tiene acostumbrados Zack Snyder, el despliegue visual es fascinante y el diseño de vestuarios, similares a los de los “Nuevos 52”, en un placer para la vista. Es ni más ni menos que un comic llevado a la realidad, que por momentos me recordó a las ilustraciones de Alex Ross en “The Kingdom Come”. Definitivamente, Ben Affleck nació para ser Bruce Wayne/Batman. Y en especial éste Batman, basado en “The Dark Knight”, la obra maestra de Frank Miller; un Batman entrado en edad, tosco y violento. La tragedia que da origen al personaje creado por Bob Kane y Bill Finger es simplemente una obra maestra: un flashback corto, conciso, emotivo y efectivo. No hace falta más, puesto que la hemos visto miles de veces y en diferentes formatos. Para los que pensaban que Affleck era una mala elección, se equivocaron. Estamos en presencia de una de las mejores interpretaciones del Hombre-Murciélago de los últimos tiempos, distinto a todo lo que vimos en el pasado. Henry Cavill retoma el papel de Clark Kent/Superman y aquí se plantea su rol en el mundo. ¿Es un dios? ¿un hombre? ¿ambas? ¿ninguna? ¿Debe responder a alguna autoridad terrenal y enfrentar las consecuencias por los daño colaterales que provoca cuando pretende salvar a la humanidad?. Gal Gadot se pone en la piel de la Mujer Maravilla (Wonder Woman) y mucho se dijo sobre ella por su físico, como que no estaba a la altura de semejante ícono. Pero en el momento en que aparece completamente uniformada, es increíble, sin dudas es uno de los mejores elementos de la película. Jesse Eisenberg encarna a uno de los villanos más complejos del universo DC. Y aquí está interpretado bajo dos de sus rasgos históricos más conocidos: el del científico loco y trastornado por un lado y, el del heredero de un imperio empresarial con recursos ilimitados, por el otro. El guión escrito por Chris Terrio (“Argo”) y David S. Goyer es una conjunción de varias historias nacidas de las páginas de las historietas tales como “The Dark Knight”, “Batman Year One”, “The Dark Knight Returns”, “Superman: Birthright”, “Superman: Doomsday”, por nombrar solo algunas lo que debe de haber sido muy difícil de adaptar y condensar en las 2 horas y media que dura el film, el cual no se hace pesado en ningún momento. La trama, comienza en el momento exacto en el que Superman (Cavill) está peleando con Zod (Michael Shannon) sobre Metrópolis en “El Hombre de Acero”, pero todo visto desde la óptica de Bruce Wayne (Affleck). Al ver tanta destrucción, el millonario se propone ponerle límites al último hijo de Krypton. Mientras que Kent comienza a investigar sobre el murciélago de Ciudad Gótica al que ve como un vigilante, un juez, jurado y verdugo de los criminales a los que persigue. Ese sería el conflicto incial entre ambos, pero avanzada la película, los motivos por los cuales se enfrentan son diferentes. “Batman Vs Superman: El Origen de la Justicia” es una película oscura, que quizás no debería de haber sido para mayores de 13 y sí para mayores de 18, por su contenido violento, y mostrar lo que quedó fuera de la edición final. No se trata solamente de ver la pelea entre los dos personajes más importantes de la Editorial DC y ver quién gana. Es más que nada una historia de enfrentamiento y puntos de vista sobre una misma meta: dejar las diferencias de lado para poder enfrentar las futuras amenzas a la Tierra. Además, nos introducen muy brevemente y bajo la forma de “investigación codificada” a algunos miembros de La Liga de la Justicia. Tarea nada fácil pensando en que Marvel, la editorial rival tuvo que pasar por numerosas películas de sus héroes en solitario antes de formar a los Avengers. Los únicos dos puntos flojos, a mi forma de ver, son el aspecto final que le dieron a Doomsday, en los comics es más aterrador de lo que lo vemos aquí, aunque en la película cumple con su propósito a la perfección. Y el segundo punto es que quisieron abarcar muchos temas muy de golpe y no creo que todos los que vayan al cine van a entender todo sin haber leído los comics, ya que hay muchísima información para procesar. Eso sí, está plagada de easter egss (no creo que haga falta, pero por las dudas aclaro: sería algo así como mensajes ocultos) que los fanáticos de DC van a disfrutar. En mi opinión, es una gran película que formará parte de algo muy muy grande a futuro. En cuanto al reparto multiestelar, éste se completa con Jeremy Irons como Alfred, Amy Adams como Lois Lane, Diane Lane como Martha Kent, Laurence Fishburne como Perry White, Holly Hunter como la Senadora Finch, entre otros.
Después de muchas idas y vueltas, de material filtrado por Ryan Reynolds en un 70% de manera intencional en internet -según él mismo dijo, aunque todo puede ser una gran mentira- hoy se estrena “Deadpool”, o “piscina de la muerte”, en la Argentina, un día antes que en los Estados Unidos. A este popular antihéroe de la Marvel Comics, ya lo habíamos visto en “X-Men Orígenes: Wolverine” pero su introducción no había sido tan fiel como uno hubiese esperado. Pero los sucesos ocurridos en “X-Men: Días del Futuro Pasado” provocaron un borrón y cuenta nueva en este mini universo Marvel que posee la 20th Century Fox. Gracias a ello podemos ver a un Deadpool como corresponde, gracioso, irreverente y letal. El film dirigido excelentemente por el debutante TIm Miller cuenta la historia de Wade Wilson (Ryan Reynolds) un ex militar canadiense dado baja al que no le queda más remedio que convertirse en mercenario de poca monta y tras ser diagnosticado con una enfermedad terminal, decide someterse a un experimento que active los mutágenos en su cuerpo que tal vez le salven la vida. Gracias a su gran bocaza y su humor negro e irreverente, logra sin mucho esfuerzo poner en su contra al conductor de estos macabros experimentos, Ajax (Ed Skrein), quien comienza a llevarlo a límites extremos sólo por diversión. Wilson sobrevive a la tortura pero su físico queda desfigurado, arruinado estéticamente, pero con un poder mutante de regeneración que, sumado a su entrenamiento militar, lo convierten en un arma perfecta y casi inmortal. A partir de ese momento su nueva obsesión es encontrar a Ajax con la ayuda de los X-Men Coloso (Stefan Kapicic) y Negasonic Teenage Warhead (Brianna Hildebrand) y así cobrar venganza del hombre que casi destruye su vida mientras come chimichangas. Humor, acción, sangre, cameos, locuras extremas, y dos, no una, dos escenas postcréditos, hacen de Deadpool una gran experiencia visual y una adaptación muy fiel de un personaje muy complicado de interpretar… bueno, para cualquiera menos para Ryan Reynolds, el cual parece haber encontrado la horma de sus zapatos y ya está pensando en la secuela. Completan el reparto T.J. Miller como Weasel, el mejor amigo de Deadpool, Morena Baccarin como Vanessa, la novia de Wade Wilson/Deadpool, Gina Carano como Polvo de Ángel y Leslie Uggams como la Ciega Al.
Este film es el típico caso en el que nada es lo que parece. Es una de esas historias en la que uno cree que todo es predecible y termina siendo una grata sorpresa. La trama se centra en Vaughn (Jeffrey Dean Morgan), un crupier de un casino flotante al que no le alcanza el dinero para pagar las deudas que mantiene con el hospital en el que su pequeña hija se encuentra a la espera de un transplante que le salvará la vida. Ante tal desesperación, recurre a su jefe, “El Papa” (Robert De Niro), un mafioso al borde del retiro por problemas de salud que, como era de esperarse, no sólo niega ayudarlo monetariamente sino que -además- lo despide de su trabajo. Habiendo perdido toda esperanza, Cox (Dave Bautista), su nuevo compañero, un matón encargado de la seguridad del casino, le propone robar el dinero de los jefes de la mafia local que es lavado mediante las operaciones de este lugar. Tras planear todo cuidadosamente, el robo se lleva a cabo, pero el escape se complica y se ven forzados a subir a un autobus (cuyo número es el título de esta película), tomando por rehenes al conductor (papel interpretado por D.B. Sweeney) y a todos sus ocupantes. Con un compañero herido, y otro a la fuga, Cox y Vaughn no solamente serán perseguidos por la policía, sino que también por la gente de “El Papa”. Esta road movie dirigida por el muy poco conocido Scott Mann, contiene altas dosis de acción, adrenalina y emoción que nos plantea el “¿hasta dónde estarías dispuesto a llegar para salvar a un ser querido?”. Completan el reparto, Gina Carano, Morris Chestnut, Mark-Paul Gosselaar y una muy desaprovechada Kate Bosworth que sólo participa de una escena y aún así está en el poster.