Audrey y Morgan son mejores amigas, que sin quererlo terminan atrapadas en una conspiración internacional cuando una de ellas descubre que su ex novio, que acaba de dejarla, era en realidad un espía. Mi ex es un espía (The Spy Who Dumped Me, 2018) es una comedia de acción dirigida por Susanna Fogel y co-escrita por Cogel y David Iserson. Protagonizada por Mila Junis, Kate McKinnon, Justin Theroux y Sam Heughan. Con una participación especial de Gillian Anderson. Audrey (Mila Kunis) está pasando un terrible cumpleaños al enfrentar que su novio Drew (Justin Theroux) la haya dejado mediante un mensaje de texto. Su mejor amiga Morgan (Kate McKinnon) le recomienda quemar todas sus pertenencias para olvidarlo, por supuesto ninguna contaba con que él volvería a por sus cosas, pero especialmente por un trofeo que contiene información importante. En medio del enredo, Audrey se entera que Drew pertenece a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y junto a Morgan quedan atrapadas en una conspiración internacional que incluye tiroteos y sangre por doquier en distintos puntos de Europa. Mila Kunis y Kate McKinnon serán espías por un rato Cargada de guiños a James Bond y demás cintas tradicionales de espías, acá destacamos también el protagonismo femenino que más allá de la comedia carga con bastante acción y la gran química entre ambas protagonistas hace que fluya de manera genial. La película no es la gran cosa pero tampoco decepciona. Mila Kunis siempre dejó en claro que tiene madera para la comedia y Kate McKinnon también lo deja bien en claro . Logra un impecable trabajo en la coreografía de peleas y persecuciones y ejecuta muy bien las escenas de acción y comedia. Tenía todas las de pasar a ser una película del género más del montón pero gracias a su dupla protagónica, es una comedia de acción sumamente entretenida.
Un par de jóvenes utilizan su trabajo para robar en las casas de sus ingenuos clientes. Todo va bien para estos dos ladrones hasta que un día entran en el lugar equivocado y se encuentran a una mujer que ha sido secuestrada. Latidos en la oscuridad (Bad Samaritan, 2018) es una película dirigida y producida por Dean Devlin pero escrita por Brandon Boyce. Su reparto incluye a David Tennant (Jessica Jones, Dr Who) y Robert Sheehan ( Cazadores de Sombras) , entre las caras conocidas. Sean (Robert Sheehan) es un joven fotógrafo que trata de encontrar una estabilidad económica de una mala manera. Junto a su mejor amigo Derek (Carlito Olivero), trabajan en el valet parking de un restaurante local para ganar algo de dinero. Ambos han desarrollado una perfecta estafa a la hora de tomar las llaves de sus clientes, si tienen aspecto de adinerados utilizan el GPS para llegar hasta las casas y así robarlas mientras cenan. Eligieron mal a la víctima Las cosas van bien hasta que uno de ellos roba al cliente equivocado, Cale Erendreich (David Tennant) y descubre que tiene a una mujer cautiva en su casa. Temeroso de ir a prisión, deja a la mujer y regresa el auto al restaurante. Lleno de culpa, llama a la policía, que no descubre nada en la casa de Erendreich. Tennant se luce en la piel de un psicópata La idea era llamativa e intrigante. Con un excelente comienzo lleno de tensión y un escalofriante ambiente creado por el gran David Tennant la película se pierde en un sinfín de de situaciones carentes de lógica, flashbacks mal explicados y un final que deja muchísimo que desear. Sin dudas otro paso en falso para el director pero a pesar de los errores y aunque la película no llega a buen puerto, es entretenida la mayor parte del tiempo.
Una mujer que se crió en una familia ortodoxa judía y regresa a su hogar con motivo de la muerte de su padre, un rabino. La controversia no tardará en aparecer cuando ella comienza a mostrar interés por una vieja amiga del colegio Desobediencia es una película estadounidense-británica dirigida por Sebastián Lelio (Una mujer fantástica) cuyo guion escribió junto a Rebecca Lenkiewicz y que está basada en la novela homónima de Naomi Alderman. Con un reparto más que seductor integrado por Rachel McAdams (Spotlight, The Notebook), Rachel Weisz (La Momia, Constantine) y Alessandro Nivola (American Hustle , Face/Off). La historia arranca con Ronit (Rachel Weisz), quien debe volver a su lugar de origen para el funeral de su padre, un rabino de la comunidad judío ortodoxa en el noroeste de Londres. Al regresar, se reencuentra con viejos amigos quienes para su sorpresa están casados, Dovid (Alessandro Nivola) y Esti (Rachel McAdams), sin embargo la tensión entre Ronit y Esti es lo primero que resalta en pantalla. Ronit trabaja como fotógrafa en Nueva York, tiene una vida sin preocupaciones a simple vista, pero la muerte de su padre revive antiguos fantasmas que creía enterrados. De entrada se deja en claro que su fantasma principal es Esti quien fue su mejor amiga y algo más, antes de que ella decida mudarse a Nueva York. La oveja negra de la familia y comunidad, la hija que abandonó a su padre y no supo respetar la religión, la rebelde, etc. Esos son algunos de los títulos que se posan sobre la cabeza de Ronit a lo largo de la película. Mientras Esti debe reprimir su orientación sexual totalmente aplastada bajo el peso de una comunidad dominada por la religión. La pelea de Dovid consigo mismo intentando no mostrar debilidad alguna y cumplir el rol de “hombre” y “ jefe de casa”. Un triángulo amoroso que rebosa pero no abusa de un drama constante gracias a la gran actuación de los tres protagonistas. Lelio nos metió de lleno en un ambiente perfectamente adecuado para el marco de la historia, el vestuario, los días grises y la sensación del frío constante nos ponen en contexto con la historia que desea contar. Los aplausos son para McAdams y Weiz que supieron transmitir al espectador de manera brillante el sufrimiento y la opresión interna por la que transitan a lo largo de la película mediante miradas sostenidas o simples gestos. Un drama contado de manera brillante que plantea la condena social a la que someten a las personas sólo por amar a alguien, en este caso, alguien del mismo sexo.
Alfonso sale exhausto de trabajar y va a la playa. Se sumerge en el agua. Al sacar la cabeza está en otra playa y sus padres -que tienen casi la edad de el- lo esperan gritando en la orilla. Allí comienza este viaje fantástico por las diferentes vacaciones a lo largo de su vida, donde Alfonso tiene cuerpo adulto y las situaciones se siguen sin orden cronológico, interrumpiendo con un tono de intimidad y nostalgia, su cruce con novias, amigos de la adolescencia, de la niñez, su hija y su soledad. Adrián Biniez (Gigante, El 5 de Talleres) está detrás de este film coproducido entre Argentina y Uruguay, el reparto incluye a Alfonso Tort, Fabiana Charlo, Martín Baumgartner, Julieta Zylberberg, Victoria Jorge, Lucía David de Lima, entre otros. Participó en el Festival de Cine de Mar del Plata y en la 65 edición del Festival de San Sebastián (sección Horizontes Latinos). El detalle, Alfonso se sumerge en las playas de Uruguay y sale en distintas épocas de su vida, siendo siempre el mismo pero diferente a los ojos de quien lo esperan en la orilla. Alfonso Tort viaja al pasado cada vez que se sumerge Es algo distinto para el cine nacional, no cuenta con efectos especiales pero lo fantástico está. La naturalidad con la que el personaje repite cada momento de su vida, pero esta vez, desde otro punto de vista es lo que hace más llevaderos los 90 minutos de duración. La cinta tiene se divide en varios episodios titulados con los nombres de distintos cuentos de aventuras, y con la colaboración en el montaje de Alejo Moguillansky, la película arma de a poco y sin orden la vida del protagonista de manera significativa. Escondidos en los medanos Aunque no hay explicaciones de por qué Alfonso puede volver al pasado a través del mar, es algo distinto y bastante acertado.
La familia de monstruos favorita se embarca en un crucero de lujo para que Drac pueda gozar unas vacaciones de verano y dar vacaciones a todos los demás en el hotel. Es una navegación tranquila para la banda de Drac mientras los monstruos disfrutan todas las diversiones que les ofrece el crucero, desde volleyball de monstruos hasta excursiones exóticas, además de broncearse bajo la luna. Pero estas vacaciones de sueño se convierten en una pesadilla cuando Mavis nota que Drac se enamoró de la misteriosa capitana del barco, Ericka, la cual esconde un peligroso secreto que podría destruir a todos los monstruos. Hotel Transylvania 3 : Monstruos de Vacaciones es la tercera parte de esta saga que se hizo querer hace ya seis años. Dirigida y co-escrita por Genndy Tartakovzky quien estuvo al mando de las dos anteriores. Su reparto original de voces cuenta con Adam Sandler, Selena Gomez, Andy Samberg, Fran Drescher y Steve Buscemi, entre otros. Drac y la pandilla se van de vacaciones Mavis cree que su padre está pasando por una situación de estrés y cansancio por todo el tiempo que le lleva administrar el hotel y se le ocurre una idea: llevar a toda la familia de monstruos de vacaciones en un crucero de lujo que parte del Triángulo de Las Bermudas. Drácula siempre sostuvo que “el click” sólo se puede hacer una vez pero al conocer a Ericka, la capitana del barco, debe replantearse lo dicho. No tardamos en descubrir que Ericka no es tan buena como aparenta ser, ya que entre sus planes está el de robar un antiguo artefacto en la ciudad perdida de Atlantis para exterminar a todos los monstruos, con la ayuda de su bisabuelo Van Helsing. Drácula vuelve a hacer “click” Vacaciones de invierno es sinónimo de querer ir al cine con los más pequeños y Hotel Transylvania es perfecta. El humor se hace presente desde el inicio y funciona tanto para lo más chicos como para los grandes. Y como si fuera poco, toca el tema de la inclusión y de aceptar a cualquiera por como es y no por cómo se ve. Con una banda sonora muy pegadiza y una gran apuesta visual, Hotel Transylvania 3 está a la altura de su secuela y trae diversión asegurada.
Mientras Scott Lang intenta encontrar el equilibrio entre ser Ant-Man y padre, Hope van Dyne y el Dr Hank Pym le presentan una nueva misión que encontrará a Ant-Man peleando junto a La Avispa para descubrir secretos de sus pasados. Como es sabido, la mayoría todavía no nos recuperamos del golpe bajo que nos dejó Infinity War y por eso Ant-Man y la Avispa llegan para darnos una bocanada de aire (o algo así) de vuelta bajo la dirección de Peyton Reed. Scott y Hope aprenden a luchar juntos Ubicamos a Scott Lang (Paul Rudd) luego de los sucesos de Civil War pero antes de Infinity War. Scott llega a un acuerdo con las autoridades de S.H.I.E.L.D y logra una prisión domiciliaria por dos años, y la película nos ubica un par de días antes de que llegara a su fin. Pero mientras Scott intenta acomodar su vida y ser un buen padre, Hank Pym (Michael Douglas) y su hija Hope Van Dyne (Evangeline Lilly) acudirán a él en busca de su ayuda para poder hallar a Janet Van Dyne (Michelle Pfeiffer), madre de Hope y esposa de Hank, que se encuentra perdida en el Reino Cuántico desde hace treinta años. Al final de la primera, dejaron en claro que La Avispa sería compañera de Ant-Man en esta secuela y fue un gol de media cancha. Hope es todo lo que esperamos y más ,gracias a la gran Evangeline. Reed la supo aprovechar al máximo dándole el enfoque que merece dentro de este universo cinematográfico. Ant-Man y La Avispa La química entre Rudd y Lilly es de las que casi no existen en el resto de las pelis y se hace presente desde el primer minuto de reencuentro. De todas formas los secundarios no se quedan atrás, Michael Douglas mantiene el carisma que Hank nos dejó en la primer entrega. Personalmente creo que los villanos de Marvel Studios venían con la vara demasiado alta, los últimos tres que fueron Hela (Thor: Ragnarok), Killmonger (Black Panther) y Thanos (Infinity War) eran malos por naturaleza. En esta ocasión decidieron mostrar a dos: Fantasma (Hannah John-Kamen) es una (no tan) villana que lo único que busca es aliviar el dolor que le causaron la obtención de sus poderes y para eso deberá robar tecnología perteneciente a Hank Pym. Fantasma es la villana de esta secuela Y luego los típicos mafiosos de traje que sólo desean alzarse con dinero robando importantes piezas tecnológicas a costa de cualquier cosa y repartiendo balas a quien se cruce en su camino. Quizá lo único que no termina de entenderse del todo es el concepto del Reino Cuántico, ese micro universo al que fue a parar Janet Van Dyne hace treinta años y del que no pude regresar. Ese viaje al universo microscópico me recordó a escenas de Doctor Strange debido a las escenas psicodélicas y la gama de colores que presenta pero el término nunca es totalmente desarrollado durante la película. Hope y Scott El uso del CGI está muy bien utilizado tanto para los héroes como para Fantasma. Los cambios de tamaño son espectaculares, principalmente los de la Avispa en las escenas de acción y esta vez el cambio de tamaño también se ve en distintos objetos; el poder de Fantasma para atravesar desde paredes hasta personas está manejado de una manera muy prolija y es de los efectos que más me gustaron. Con dos escenas post créditos que nos dejarán gritando, Marvel Studios se despide de las salas hasta marzo del año que viene, dejando paso a las teorías.
En la casona de hacienda viven sólo mujeres: Matilde, la matriarca, sus tres hijas solteras y la más joven, una adoptada. Matilde está muriendo, motivo por el que llegan a la casa sus dos nietos, uno de ellos con su esposa norteamericana. En su confesión póstuma al cura del pueblo, Matilde afirma haber asesinado a su marido, 40 años antes, y haberlo “sepultado” en un arcón de la cochera, arcón que ya estaba ocupado por el cadáver de un hombre, desconocido para ella. Son sólo un par de secretos que cohabitarán en la casa y que saldrán a la luz en este breve pero intenso reencuentro familiar. Esta coproducción entre Chile y Argentina dirigida por Arnaldo Valsecchi cuenta con el guion de Valeria Vargas y Arnaldo Valsecchi y está basado en la novela homónima de Jaime Hagel. El elenco lo conforman Annie Fink, Patricio Contreras, Gloria Münchmeyer , entre otros. Calzones Rotos es una comedia negra que nada tiene que ver con esa masa dulce tan popular en Chile. Situada en algún lugar de Chile durante una época incierta, ya que nunca lo aclara. Juega con el pasado y el presente de manera descuidada, las protagonistas son casi todas mujeres y los hombres juegan un rol demasiado patético. Si bien el título pregona un “Revancha de mujeres” se aleja bastante de eso ya que a pesar de contar con un reparto casi por completo de mujeres, sólo las coloca en una posición ingenua y hasta inútil ya que sólo se les ocurre recurrir al asesinato en defensa propia. Desde incesto, abuso, muertes, prostitución y un machismo extremo, Calzones Rotos no suma nada a la condición de la mujer, sólo resta. Lo mejor ( y lo único) que funciona son los planos a la locación de la casona con las estatuas como testigos de los enredos familiares y la música.
Han pasado cinco años, ocho meses, doce días, y contando. Ese es el tiempo que Debbie Ocean lleva ideando el robo más importante de su vida. Ella sabe lo que necesitará: un equipo de las mejores del sector, que empieza con su cómplice, Lou Miller. Juntas, reclutan a un grupo de especialistas. El objetivo son unos interesantes 150 millones de dólares en diamantes, diamantes que adornarán el cuello de Daphne Kluger, la actriz de fama mundial que será el centro de atención en el evento del año, la Gala del Museo Metropolitano de Nueva York. El plan es más sólido que una roca, pero todo debe salir a la perfección si el equipo quiere entrar y huir con las piedras. Y todo a plena vista. Es casi imposible olvidar una película como La Gran Estafa (2001), remake en la que George Clooney se ponía en la piel de Danny Ocean, un estafador experto que apenas sale de la cárcel planea un robo simultáneo a tres casinos. Pero La Gran Estafa es la historia de Danny. Hoy estoy acá para hablar Las Estafadoras (Ocean’s 8),este spin-off que se centra en su hermana, Debbie Ocean (Sandra Bullock) y está dirigida por Gary Ross (The Hunger Games, Seabiscuit) Debbie Ocean Debbie pasó cinco años en la cárcel planeando un importantísimo robo. Al salir de la de allí lo primero que deja en claro son sus habilidades criminales. Recurre a su amiga y compañera Lou Miller (Cate Blanchett) con quien espera contar para llevar a cabo su plan. Robar un collar valuado en 150 millones de dólares el día de la Gala en el Museo Metropolitano de Arte del cuello de una famosa modelo. Debbie y Lou Para esto deberán reunir un equipo eficiente y confiable. La primera en entrar al equipo es Rose (Helena Bonham Carter) , una diseñadora excéntrica y en quiebra que deberá vestir a Daphne Kluger (Anne Hathaway) y lograr que saquen el collar de la bóveda para esta ocasión especial. Tammy (Sarah Paulson) se infiltrará en la organización del evento, Bola Nueve (Rihanna) es la hacker, Amita (Mindy Kaling) la experta en joyas y Constance (Awkafina) es rápida con relojes y billeteras. Para ser sincera la fórmula Bullock-Blanchett funciona de maravilla, ambas actrices son excepcionales por igual. En cuanto al resto del equipo a ninguna le sobra o faltan escenas en pantalla, cada una cumple el rol que se le asigna y le aporta algo propio. Es divertida e inteligente, si disfrutaron la trilogía anterior esta no defrauda. Quizás con unos minutos menos hubiera funcionado mejor pero el final lo justifica. Es una de las películas más esperadas del año y está a la altura de sus antecesoras.
En esta segunda parte , Deadpool (Ryan Reynolds) debe proteger a un joven mutante llamado Firefist (Julian Denisson) que está fuera de control y es perseguido por un mutante proveniente del futuro conocido como Cable (Josh Brolin) que intenta matarlo para evitar futuras catástrofes Wade Wilson (Ryan Reynolds) es un ex mercenario quien es diagnosticado con un cáncer terminal y termina en un centro de experimentos donde mediante distintas pruebas (torturas) logran activar el gen X en su cuerpo. Tiene la habilidad de sanar cualquier tipo de herida o mutilación, además de ser un completo bocón. Se debate entre acabar con aquellos que lo dañaron o salvar a Vanessa (Morena Baccarin), el amor de su vida En el año 2016 Deadpool fue la gran sorpresa en las carteleras de cine alrededor del mundo recaudando US$783.1 millones en la taquilla global. Sacado de las páginas de los comics de Marvel como sus compañeros de estudio, los X-Men. En esta entrega , para hacerle frente a Cable, Deadpool reúne a un equipo llamado X-Force formado por Domino (Zazie Beetz), Shatterstar (Lewis Tan), Zeitgeist (Bill Skargard), Bedlam (Terry Crews) . Además vuelven a por su ayuda Colossus (Stefan Kapičić) y Negasonic Teenage Warhead (Brianna Hildebrand) los únicos X-Men que parecieran habitar en la mansión. Deadpool 2 repite la fórmula de la primera, es ácida y graciosa, no le hace asco a la sangre ni a las mutilaciones. Ryan Reynolds se permitió reírse de todos pero principalmente de sí mismo (nunca nos vamos a aburrir de su eterno arrepentimiento con Linterna Verde). Parecía imposible superar lo que salió de la primer entrega pero se mantiene al nivel, el cambio de director no fue un gran impacto, recordamos que Tim Miller dió un paso al costado y tomó su lugar David Leitch (John Wick). La química entre Brolin y Reynolds resulta divertida, los cameos son una caja de sorpresas y la introducción de personajes nuevos (y no tanto) resulta acertada. La banda sonora está a la altura, desde Celine Dion hasta Skrillex. Quizá con unos minutos menos habría funcionado igual pero tampoco es una queja. Se sostiene la rotura de la cuarta pantalla, ya que en todo momento se hace presente la interacción con el público. Si disfrutaron la primera esta no se queda atrás , pero no logra superarla. No defrauda y mantiene la esencia, a los fans de los cómics les sacará más de un sonrisa y los no fans también.
Simón Pier es un adolescente de 17 años que lo tiene todo, padres perfectos, una hermana pequeña que ama con locura y un sólido grupo de amigos. Todo parece funcionar en su vida excepto que esconde un gran secreto : es gay y no sabe como salir del closet ante su familia y amigos. “Yo soy Simón” es la nueva apuesta de los estudios Fox que apunta al público adolescente-adulto. Dirigida por Greg Berlanti (Arrowverse)y adaptada por adaptada por adaptada por Isaac Aptakery Elizabeth Berger (This is us), es una adaptación del bestseller de Becky Albertalli titulado “Simon vs the Homo Sapiens” publicada en 2015. Con un reparto de jóvenes y grandes estrellas entre las cuales se encuentran Nick Robinson (Jurasssic World, La quinta ola), Katherine Langford (Por trece razones), Alexandra Shipp (X-Men Apocalipsis), Keiynan Lonsdale (The Flash, Divergente) y Logan Miller (Si no despierto), Jennifer Garner y Josh Duhamel ,entre otros. La vida de Simón (Nick Robinson) es como la de cualquier otro adolescente, un estilo de vida envidiable a simple vista, una familia súper comprensiva y amigos increíbles,pero detrás de todo esto él se siente un extraño en su propia vida ya que esconde un gran secreto : es gay pero no sabe como enfrentarse al que dirán. Su status-quo cambia al encontrar en un blog anónimo a quien pareciera ser su alma gemela llamado Blue. En el intento por descifrar la identidad de Blue, Simón se termina perdiendo en un encuentro consigo mismo hasta que por un error alguien amenaza ese secreto que sólo le pertenece a él y en un intento por no lastimar a nadie termina haciéndolo. El uso de las redes sociales y el bullying que afecta la comunidad LGBT diariamente se hacen muy presentes a lo largo de la película y se ve muy bien reflejado. Cómo las plataformas online son un arma de doble filo en situaciones como estas son casi el centro del argumento. Es así que “Yo soy Simón” no se pierde en los clásicos clichés de películas adolescentes y sabe manejar la situación con bastante madurez gracias a su gran guion. Es una completa novedad en el género que merece bastante reconocimiento como también lo merecen Nick Robinson y Katherine Langford ya que sus sólidas actuaciones, pocas las de Langford a mi parecer, construyen muy buenas escenas. Una comedia dramática inteligente que sabe como llegar al corazón del espectador sin demasiadas vueltas. Cargada de guiños a la cultura pop y una banda sonora más que bien “Yo soy Simón” no decepciona, hace reír y más de uno va a soltar alguna lágrima.