Agosto en el Condado Osage. Al menos esa sería la traducción literal para la nueva película de John Wells (The Company Men), protagonizada por Meryl Streep -tras una larga discusión entre los especialistas sobre quién tenía el rol principal- y Julia Roberts. Bárbara, Ivy y Karen son las hijas del matrimonio Weston, cada quien ya con una vida realizada. Es hasta que beverly, el patriarca de la familia fallece, que se ven reunidas en casa de su madre -una inestable mujer que sabe todos los secretos de la familia- mientras en la convivencia van destapando esos secretos que pasan hasta en las mejores familias. Interesante y a la vez aburrida. Es una película para disfrutar un domingo por l atarde cuando no hay nada en la TV. Y es que a pesar de que tiene un estupendo duelo actoral entre Roberts y Streep (lo más sobresaliente del filme), podría parecer incómodo a muchas familias, debido a esos pequeños secretos que todas las familias tienen. un divorcio, un amorío secreto, relaciones intrafamiliares, etc. Tal cuál como poner una cámara a la hora de la comida familiar y ver cómo el carácter y las disputas están a la orden del día. Con un guión sencillo que recae en las actuaciones, Agosto es un filme que se coló a la fiesta de los oscares por esta razón, y que será su mejor logro al considerar que ni siquiera es favorita a ninguna categoría.
Wall Street es un monstruo. Si quieres entrar a trabajar ahí y no eres uno, estás perdido. Al menos esa es la premisa que Martin Scorsese nos plantea en su nuevo filme de estafas, de la mano de su actor consentido Leonardo DiCaprio. Leo es Jordan belfort, un hombre que se abrió paso a través del monstruo económico de los Eu pero no dentro de él, sino como una competencia, como el hombre que aprendió lo secretos y encontró la manera-no muy ética- de amenazar ese imperio capitalista con su propio imperio, rodeado de personas dispuestas a todo con tal de conseguir unos pocos dólares a costa del resto. El dinero lo es todo, o eso parece decirnos el filme. Y aquí podemos hacer una pequeña comparación muy burda. Como si fuera un American Pie de adolescentes. Y no porque se trate precisamente de adolescentes, sino por todos los excesos que provoca el ser descaradamente millonario. Drogas, sexo, alcohol y todo ese tipo de descontrol que provoca saberse lejos de la ley y cerca de cualquier cosa que a uno se le antoje. Para que al final te alcance la resaca del día anterior y descubras que todo lo que tenías era una mala broma solo porque a alguno de tus colaboradores -como buena película de ciencia ficción en la que el villano siempre es creado por el mismo héroe- te delate por accidente o con plena conciencia) y entonces se termine todo el sueño. Basada en el libro de memorias del protagonista mismo, El lobo de Wall street encuentra su mayor fortaleza en las actuaciones y en la dirección, que son capaces de dotar a un guión bastante plano -y muy confuso y aburrido por aquellos que no somos amantes de los números y la economía- en una película entretenida en su segunda mitad y que causa una impresión de anhelo. Como si fuera una de esas pláticas de "Usted también puede ser millonario sin importar su orígen" que al fin y al cabo es lo que terminó haciendo Belfort. Cualquiera que sea su enfoque, al final la moraleja que captamos es "Si lo quieres, lo puedes", y si esta vez la academia lo quiere, podría convertirse en el primer premio del siempre despreciado Di Caprio. Y por cierto, singo sin creer que Jonah Hill le haya robado la nominación a Daniel Bruhl. No lo merece.
"La belleza está en los ojos de aquel que la aprecia". Así reza un dicho español que contempla que todo lo bello es subjetivo. Podríamos tener una larga discusión para entender qué es bello y qué no lo es, y el cine, como la no aceptada octava bella arte, no se queda exenta de esta discusión. La Grande Belleza, de Paolo Sorrentino, ganadora del pasado festival de Cannes, del globo de oro, el BAFTA y amplia favorita para ganar el Oscar a mejor película extranjera, trata precisamente, a grandes rasgos, de este tema. Jep Gambardella es un escritor retirado (que en realidad sólo escribió una sola novela de un gran éxito en su juventud), celebra su 65 aniversario en medio de gente de la alta sociedad, sólo para verse reflejado en sus historias y darse cuenta de que ha tenido un gran vacío toda su vida. O en otras palabras, la crisis de los 60. No voy a mentir, y probablemente por las siguientes líneas muchos pidan mi cabeza como escritor de La Cinerata. No me gustó. Y si tuviera una favorita para ganar el oscar, siempre ha sido la Danesa The Hunt. Pero ahora, como meta de intentar ver todas las películas con al menos una nominación a los premios de La Academia, La Grande Belleza era un aobligada. Y si bien nunca he sido fan del cine Europeo, he encontrado varias joyas que me han gustado a pesar de mi declarado fanatismo por los efectos coloridos. Que quede claro que no por eso estoy diciendo que la película sea mala. Como su nombre lo dice, apreciar la belleza es subjetivo. La belleza en la arquitectura (especialmente hablando de Italia que tiene obras bellísimas y que forman parte especial de la fotografía de este filme) Habrá quienes la disfruten (y son muchos los que comparten esta opinión), pero personalmente no me gustó aunque reconozco que es muy buena y que sin duda merece todos los premios que ha ganado. Se me haría injusto calificar a esta película con todos los adjetivos negativos que yo encontré (aburrida, lenta, incomprendida, difusa), porque después de todo, aunque sea un blog personal, se respeta la idea de los espectadores y la finalidad de todo esto es recomendar películas; y como tal, recomendamos mucho esta película para aquellos que amen el cine personal y sobre todo, de arte.
Hace poco en un grupo del cara libro en el que nos encanta hablar de cine, empezamos una discusión a raíz de ciertos comentarios que surgieron sobre esta película, nominada a mejor película de habla no inglesa en la pasada entrega de los Óscar. Y es que, si no existe un consenso entre los países de Latinoamérica sobre como nombrar una local, pues mientras algunos traducen literalmente el título, mientras que otros se toman la libertad creativa de elegir títulos que piensan pueden ser más atractivos para el público, no podemos elegir nosotros hablar sin dar spoilers si el título que le ponen en México y en varios otros países es "La Reina Infiel" Obviamente, con eso ya saben de que va la película. En la Dinamarca del siglo XVIII en pleno siglo de las luces, en donde la nobleza acostumbraba casar a sus hijos previo acuerdo de las familias, Caroline es obligada a casarse con el rey Christian VII, un desequilibrado joven que esta sumido en sus traumas infantiles. Es así que en la corte se presenta Johann Strauss, médico que sabe de todo un poco y quien se convierte en aliado del rey y además, amante de la reina. Y aquí entrábamos en polémica, pues muchos decían que el hecho de hablar del engaño de la reina era en si un spoilers enorme, pero si han visto el avance, e insisto, por el simple título, uno ya sabe de que va el filme. Y como tal, la verdad no presenta nada nuevo a comparación de otros filmes. Pero ojo, no hay que perder de vista que, al fin y al cabo, la nobleza de la Edad Media no se caracterizaba precisamente por su fidelidad a sus parejas, así que no debería sorprendernos que una y otra vez repitan la misma historia pero en diferente país: ya sea Francia, Inglaterra, o ahora Dinamarca. Habrá que decir que, aunque la actuación de Mads Mikkelsen es la mejor de todas, uno preguntaría: ¿por que no eligieron a alguien más guapo?. Bueno, Mikkelsen no es feo, pero no creemos que la reina se haya enamorado de el por sus atributos físicos, se ve mayor y feo. Como sea, ya dijimos que la historia se vuelve predecible y sólo esperamos el desenlace que tiene esta aventura. A destacar el precioso vestuario (otra categoría por la cual fue nominada al Óscar), y la edición, así como las actuaciones del doctor y del rey, no así de la reina, quien se ve sin carisma. Eso si, quizá lo más interesante es el cambio de la sociedad y el impacto en el pueblo y en la misma nobleza a las nuevas ideas de la revolución ilustrada.
Brian De Palma es conocido por hacer thrillers tan inolvidables como interesantes. Carrie, Scarface y Los Intocables son de sus trabajos más inolvidables. Es por eso que cuando uno ve su nombre en un cartel, de inmediato piensa que estará ante otro filme así de inolvidable, sobre todo si presenta en el cartel a Rachel McAdams y Noomi Rapace, actrices camaleónicas que prometen quedarse en el imaginario colectivo ante sus "cortas" carreras. Pero nada podía ser más alejado de la realidad. En Passion, McAdams interpreta a una ejecutiva importante de moda, mientras que Rapace, a su ayudante-gerente, como del estilo de "El diablo viste a la moda". Y así, mientras una le roba el novio a la otra y existen escenas de humillación pública muy bien logradas y magistralmente ejecutadas por ambas, con la incursión de Karoline Herfurth (El Perfume) y Paul Anderson (Sherlock Holmes), formando un triángulo -cuarteto- amoroso que desembocará en un asesinato. La premisa parece interesante, sobre todo porque ya mencionamos la maestría con la que De Palma maneja esta clase de películas. Sin embargo, no nos queda completamente claro que es lo que falla. El filme avanza lento pero sólido, mostrando todo lo necesario para culpar a uno u a otro mediante las pruebas. Y desemboca en lo inevitable. ¿Por qué falla? Quizás sean los personajes secundarios, que carecen de la fuerza actoral necesaria. Quizá sea la falta de más Passion entre McAdams y Rapace. O quizá sea ese final a medio camino entre lo onírico y lo difuso que no queda del todo claro, y que más allá de dar inicio a un debate, da lugar a una tremenda confusión que terminan por darle el golpe final al filme. Personalmenet no me queda del todo claro que fue ese algo que le falta, pero que se siente ausente en toda la película. Ese punch, ese toque sutil que divide a las malas películas de las obras maestras a pesar de contar con un buen guión. Si la ven, me dicen qué les pareció y abrimos una mesa de diálogo.
De Woody Allen, el director más prolífico de Hollywood (hacer una película al año y de tanta calidad no es cosa fácil), llega Jazmín Azul, la historia de Jasmine (Janette para los cuates) una mujer de la alta sociedad que, un día, de la nada pierde toda la fortuna y los lujos a los que estaba acostumbrada cuando su rico marido es acusado de fraude. Así, llega a vivir con su hermana a los barrios bajos (por hacer un comparativo con Nueva York) de San Francisco, donde deberá adaptarse a una nueva vida, nuevas costumbres y nuevas personas mientras lucha por salir adelante. Así, con Blue Moon de fondo, viajaremos entre el pasado y el presente para ser testigos de cómo cambió todo. Hay que aclarar que, como buena película de Woody Allen, quizá no todos la soporten. Más que comedia, es un drama de la vida que recae totalmente sobre los hombros de Blanchett y que logra llevarlo por buen camino por su gran calidad actoral, no por nada es la favorita a llevarse el oscar de mejor actriz. La duración de dos horas soportando los desplantes de una mujer no es tarea fácil en la vida real y tampoco lo es en un filme, sobre todo si esa mujer se la pasa comparando y recordando la vida en la que lo tenía todo, y que por un desplante lo pierde. Por un momento de debilidad mental. Vayan ustedes a saber si en realidad todo era provocado o si todo lo que pasaba por su cabeza era real. Si tu vida se hace pedazos en cuestión de días, no sólo monetariamente sino sentimental y espiritualmente, no creo que sea cosa fácil mantener la cordura. Cualquiera que sea la situación, Blue Jasmine es una excelente puesta en escena de todas las dotes actorales de una de las mujeres de Allen (si existen las chicas Almodovar, o las chicas Bond, ¿por qué no pueden existir las chicas Allen?) en una historia muy personal que merece el reconocimiento no sólo por el buen guión cortesía de Woody, sino por los amantes del cine en general.
Sabemos que dificilmente puede existir una película perfecta. Subjetivamente, cualquiera que reseñe películas podrá darle el 10 a alguna película que le haya gustado, pero casi siempre encontraremos un culpable por el cuál la película falló. Y lo más común es echarle la culpa al director o al guión. En este caso, podríamos echarle la culpa al segundo, si no es porque al visionar el filme, uno se olvida por completo de lo floja que resulta una historia tan simple alargada a más de dos horas de duración, y disfruta del grandísimo elenco que saca a flote la película. Y es que no por nada los 4 actores principales recibieron una nominación al Oscar: Christian Bale, Amy Adams, Jennifer Lawrence y Bradley Cooper. Aunque podemos discutir las otras nominaciones (especialmente mejor película), no cabe duda de que La Gran Estafa Americana es una película que vale la pena verse si se está estudiando actuación. Irving Rosenfeld (Bale) es un estafador de medio pelo. Casado con Rosalyn (Lawrence), quien es la que desata todo y es una delicia verla en cada escena, conoce a Sydney (Adams), con la que forma una pareja exitosa que se dedica a sacar dinero a costa de la gente, montando un teatro desde la fachada de su negocio hasta su propia fachada. Hasta que se aparece Richie Di Maso(Bradley) y los captura para después chantajearlos con atrapar a diputados corruptos para dejarlos libres mientras él catapulta su carrera. Con tintes de comedia (nada exagerado), un poco de drama, pero sobre todo, una historia simple que intenta tornarse seria y demasiado larga, American Hustle se lleva 10 nominaciones en loa carrera rumbo al oscar. A tomar en cuenta, aunque, a opinión personal, demasiado sobrevalorada.
Dentro de un hecho histórico verdadero, La Vida secreta de Walter Mitty nos narra la vida de Walter, un excéntrico soñador, enamorado en secreto de una compañera de trabajo, que en sus pensamientos vive una vida aparte y muy diferente de la "realidad". Como más de alguna vez pasamos todo por eso, aunque quizá más de niños que de adultos. En plena transición digital de la revista "Life", Walter recibe el encargo de elaborar la última portada en físico, antes de convertirse únicamente en revista online. Cuando no encuentra el negativo designado para tal tarea, decide romper todos los paradigmas de su vida y arriesgarse a hacer lo que nunca antes había realizado: nadar con tiburones, subir un helicóptero, practicar sus olvidadas habilidades en patineta y recorrer el mundo para dar con el fotógrafo responsable de la captura. No sabemos si fue "basada en una historia verdadera". Lo que si sabemos es que, sin tanto rollo del amor y la vida miserable, nos adentramos de lleno en una aventura que recorre paisajes hermosos con una buena fotografía. Lo malo de todo esto, es que la película parece una campaña extendida de una compañía de refrescos mundialmente conocida, esa que decía "Volvámonos locos" y "hay que sacarle el lado bueno a la vida". Si tiene una moraleja, la historia nos dice "vive ahora o te arrepentirás de sólo soñar y nunca haber cumplido tus fantasías realidad, no importa si eres un oficinista aburrido o un borracho de cantina". Cualquiera que sea la situación, nos queda el buen sabor de boca de una agradable película familiar para pasar el rato en donde por fin Ben Stiller demuestra que no necesita hacer chistes de sexo ni comedia simple para obtener un buen producto. Ah, y si lo buscan, es simplemente un remake de un filme de 1944. Nada original
Cuando hablaban de adaptar el Hobbit muchos soñábamos con que la dirección de Guillermo Del Toro haría maravillas. Se salió del proyecto y Peter Jackson entró al quite. La idea no era mala, considerando que había hecho una buena adaptación de la trilogía del señor de los anillos. Se habló de la necesidad de dividir el corto libro (que nació como un cuento para dormir para los nietos de Tolkien) en dos partes ante lo pesado de la trama. Con la tecnología que existe no parecía tan descabellada la idea que le dieran más tiempo en pantalla al imponente Smaug y las aventuras de los enanos. Pero cuando se habló de hacer una trilogía, muchos de los fans de Tolkien temblamos ante las desiluciones que nos esperaban. No estábamos lejos de la realidad. La desolación de Smaug, película puente de la trilogía es un absurdo totalmente innecesario. Tenemos que hablar de la primera parte porque van totalmente ligadas una de la otra, y es que si bien la historia del Hobbit sucede antes de lo narrado en El señor de los anillos, no tenía necesidad alguna de convertir en precuelas las películas metiendo referencias que jamás aparecen en los libros. Ese fue el primer error. El segundo error, y estamos hablando específicamente de esta segunda parte, fue crear personajes innecesarios, planos y sin sentido, por no mencionar el hecho de hacer que otros personajes que no tienen cabida alguna, aparezcan solo por "complacer a los fans". Y es que la segunda parte bien pudo haberse llamado "Légolas y Tauriel" al ocupar casi la mitad del filme de una forma infantil y tonta. Eso sn mencionar la trama romántica que simple y sencillamente no tiene cabida. No va. Y para rematar, si bien no podemos quejarnos de lo espectacular que se ve Smaug (y con la imponente y elegante voz de Benedict Cumberbatch), no justificamos que le dejen sólo 40 minutos de un filme que se alarga repitiendo la misma fórmula una y otra vez: enanos en peligro, Bilbo los salva, durante más dos horas (sin contar la versión extendida). Smaug es impresionante, cierto. Y los efectos en la montaña solitaria son innegablemente buenos. Pero tan innecesaria era la trilogía, que la misma academia prefirió nominar a "El Abuelo sinverguenza" que a este filme en la categoría de maquillaje por lo repetitivo que es. Y si, mi critica también es muy repetitiva, pero no puedo encontrar más adjetivos que definan lo aburrido que me pasé las dos horas y media de duración sólo para contemplar un final demasiado abierto que no vale la pena ni siquiera por Cumberbatch.
Platicando con mi esposa, decía que los EU es el país más irónico del mundo. Después de humillar y pisotear los derechos de los negros (o personas de color o afroamericanas, por si se sienten ofendidos), una persona de esa raza es actualmente presidente del país más poderoso del mundo.Y básicamente, de eso trata esta película. Cecil Gaines (Forest Whitaker) es un mayordomo de la casa blanca, cuya infancia fue muy dura en un campo algodonero. Con perseverancia logró formar una familia que vivió los momentos buenos y malos en carne propia y con su hijo sobre los peores actos que le pudieron ocurrir a la comunidad afroamericana. basado en una historia real (de esas que atrapan más gente), Oprah invirtió una buena cantidad de dinero, tanto para filmar dentro de la casa blanca, como para contratar a la gente de su raza más exitosa: Don Cheadle, Lenny Kravitz, Terrence Howard, Cuba Gooding Jr. y un extenso cast que incluye nombres como Robbin Williams, Jane Fonda, Alan Rickman y básicamente cualquier persona que se declare amiga de la otra persona más famosa de los EU. En un filme con bastantes altibajos (a veces entretiene, a veces aburre), se destaca la intención del director, Lee Daniels, de contar una historia, su propia historia como pueblo, de cómo lograron la libertad, de todo lo que enfrentaban a través de los ojos de alguien "infiltrado" en la casa más poderosa del país. de como, bajita la mano, cambiaban la historia y el rumbo del país. Si bien no podemos decir que es una película inolvidable, si pienso que fue injustamente olvidada en los oscares al no llevarse ninguna nominación en rubros como guión, dirección o incluso soundtrack. Como sea, por curiosidad o por entretenimiento, The Butler es una historia que debe verse por lo menos una vez, para aprender un poco más de tolerancia, historia, y por qué no, de humanidad, esa que nos hace mucha falta.