Si recuerdan aquella lejana Van Helsing del 2004, notarán que hay demasiada similitud entre esta y la nueva película que hoy nos atañe: un hombre despreciado por su creador, que debe encontrarse en el nuevo mundo, y que, dispuesto a luchar por su propia vida, termina ayudando a una batalla que lleva siglos desarrollándose, en contra de un villano que desea conocer el secreto de la vida para revivir a un ejército. De hecho, en la interpretada por Hugh Jackman, el monstruo frankenstein también cobraba importancia, pues era el secreto de su renacimiento lo que buscaba Drácula. Ahora, es un demonio (interpretado por Bill Nighy), que en su pelea contra los ángeles -gárgolas (¿?)-, quiere revivir a su ejército de cadáveres. Como una copia pero con ciertos detalles originales, el protagonista, Aaron Eckhart le da un toque acertado a esta producción. Si bien Eckhart no cumple con el estereotipo de hombre carismático y de buen cuerpo, haber puesto a alguien antipático le da un plus al intento de crear un ser que no encaja en la sociedad. La película no es mala. A quienes les guste este tipo de películas la disfrutarán por los buenos efectos que tiene. El problema es que esta historia ya la hemos visto muchas veces: Inframundo, la ya mencionada Van Helsing, Legión de Arcángeles y un largo etc que nos hacen preguntar cuántas veces más tendremos que soportar la misma idea pero con otros nombres y otras caras. Aunque se supone que es adaptación de un cómic, sigue siendo cansado que no exista innovación en el entretenimiento.
Yo quiero un oscar! Las animaciones lego vienen a la alza. Los videojuegos de superhéroes o de franquicias son muy entretenidos, y ahora apuestan a la grande, en una película que ha tardado casi años en su producción. Y es que, en una mezcla entre computación y stop motion, armar todos los modelos de lego como un "maestro constructor" no es tarea sencilla. Y aquí, Warner se encarga de explotar al máximo los lego. dado que estas pequeñas piezas de culto tienen miles y miles de permisos, ver a Dumbledore, Miguel Ángel, Miguel Ángel, Batman, Superman, Gandalf y otros personajes es todo un deleite geek. Y lo más hermoso es ver cada cuadro a detalle. Todos los sets armados y desarmados con piezas (incluidas naves, nubes y agua por igual), y todas las burlas, parodias y referencias al cine tanto actual como al clásico es algo imperdible para cualquier cinéfilo. Eso si, aunque el doblaje al español no es malo, hay ciertas referencias que se pierden (Release the Kragle es inolvidable) y obviamente voces como Will ferrell, Elizabeth Banks y Morgan Freeman tienen otra dimensión en su idioma original. Warner Bros nunca se ha destacado por su contenido en películas animadas. Pero parece que con la película Lego ha encontrado una fórmula que puede ser redituable por muchos años. Si bien personalmente el final no fue muy de mi agrado, el resto de la película es un agasaje visual teniendo como mejor personaje a Batman y a Vitrubius con una película que podrán disfrutar grandes y pequeños por igual. Y aunque sea muy temprano en cuanto a fechas, ojalá en la academia no se olviden de esta pieza para el próximo año.
George Clooney no es un mal director. Si lo acompañan nombres como John Goodman, Cate Blanchett, Matt Damon, Bill Murray y hasta Jean Dujardin, pensamos que se trata casi de una obra maestra. De hecho sonaba para los pasados oscares hasta que se retrasó su fecha de estreno. Su historia es simple: durante la segunda guerra mundial, el teniente Stout (Clooney) forma un grupo de soldados con una misión especial: salvar las obras de arte -pinturas, esculturas, etc- de los horrores de la guerra. La idea, para los amantes del arte suena bastante genial -y otra vez, es una historia verdadera- lo malo es que tenemos que saber bastante de arte para conocer todas las referencias y las obras que aparecen en pantalla. El filme no es malo, de hecho es bastante entretenido y llevadero. El problema radica en el guión y en el montaje. No establecer una sola misión de rescate hace la película confusa y mal planeada. Y es que son tantos los frentes de batalla y tantas las obras por rescatar, que cuando el equipo se divide, también lo hace la cámara y resulta tedioso y muy desconcertante seguir el hilo a escenas de 2 o 3 minutos que explican muy poco. Hasta que por fin el equipo está completo y se enfocan en hacer el rescate más grande de todos, es cuando la película toma un mejor ritmo, pero es desafortunadamente cuando ya nos encontramos a más de la mitad del metraje. Entretenida pero con fallas imperdonables, nos quedamos con lo que pudo haber sido un grandioso filme de comedia que se tambalea y no logra sostenerse como una buena película.
Mr. Peabody es un perro parlante que es el ser mas inteligente del mundo, y su hijo adoptivo Sherman, que no lo es tanto. En su primer día de escuela, Sherman tiene una pelea con una compañera de clase llamada Penny Peterson. La agencía de adopciones advierte a Peabody que, de presentarse mas incidentes en la escuela, van a reitrarle la patria potestad de Sherman. Para complicar este asunto, Peabody invita a los Peterson a su casa para "romper el hielo". Después del mal uso que Sherman hace de la máquina del tiempo para impresionar a Penny, deben poner las cosas en orden antes de destruir irreparablemente la continuidad del espacio-tiempo. La trama suena infantil. Pero todos sabemos que hay películas infantiles que pueden agradar a los padres. Este no es el caso. Y no lo decimos por las incoherencias científicas que dicen, o por el hecho de que el perro sea el padre del niño (cualquier cosa se puede) sino por todas las inexactitudes históricas que muestran. Ok, es un filme para niños y a ellos lo que menos les interesa es saber si María Antonieta comía pasteles o si George Washington tiene injerencia alguna en las leyes actuales de EU, pero vamos, son ridiculeces que dan coraje. La animación no muestra nada nuevo y fascinante a comparación de otras películas, y aunque no podemos juzgar que tan fiel es la película a su original que era transmitido en los años 60 como un corto en el programa de Las aventuras de Rocky & Bullwinckle, si podemos juzgar que para hacer películas para niños, hay que hacer un esfuerzo un poco más grande para escribir el guión, porque es como considerar -e insultar- que los niños no saben ni tienen noción de historia y de ciencia. ¿y para qué hacer una película infantil tan tonta? mejor llevo a mis hijos a ver No se aceptan devoluciones y por lo menos no les enseñan que los egipcios eran caníbales. Por cierto, si son mexicanos y no les convence lo que les digo sobre que es una mala película, entonces la voz de Adrián Uribe en el doblaje si lo haga.
Al encuentro del Señor Banks es otro título (y más acorde) para conocer a esta película. Y es que aunque directamente no hay ningún señor Banks, se refiere al protagonista de Mary Poppins, película que cumple 50 años de salir a la luz, y cuya travesía para adaptarse de la novela a la pantalla grande es lo que nos narra John Lee Hancock (Un Sueño Posible) en su más reciente filme, en donde Emma Thompson interpreta a P.L. Travers, autora del ya mencionado libro, y Tom Hanks quien interpreta al mítico Walt Disney. Como toda buena producción de Disney, dejamos de lado las cosas negativas y nos centramos en lo bonito de la historia. En este caso, nos cuentan el día a día de la preparación del guión supervisado -y controlado- por la misma autora del libro quien no quiere que nada se salga de control, mientras paralelamente vemos la historia de Helen Goff, una pequeña niña quien vive con su soñador padre y su controladora madre a principios de 1900. Todo esto intenta establecer un paralelismo entre la vida de la pequeña y el libro de Poppins, dejando un gran hueco que es el peor error de la película. Juzgábamos cuando se hacían las nominaciones, que injustamente había quedado fuera de las mejores categorías. Pero lo hacía con justicia. No hay ningún parteaguas del filme, ese que nos enseñan en la escuela como clímax o punto de quiebre en la película. El único paralelismo en toda la puesta en escena son las peras, y uno no puede entender como pasa a ser una niña soñadora, a una escritora frustrada con el mundo y vuelve a regresar a soñar con la magia y la fantasía. Y lo que es peor, el cierre termina sin ninguna "enseñanza", como acostumbra la casa del ratón y simplemente nos dice que el estreno de Mary poppins fue un éxito sólo porque sí, sin justificar plenamente el cambio drástico de todas las decisiones que supuestamente se habían tomado en el transcurso de la preparación del guión. Sin dar muchos spoilers, la película básicamente pasa de ser una buena promesa de la preparación de una mágica película a ser algo sin cuadratura y con muchos hilos sin atar en cuya producción sólo destaca Emma Thompson aunque no lo suficiente para merecer una nominación. Ni siquiera el soundtrack de Thomas Newman lo merecía.
Se dice que una película es oscarizable, cuando su realización se enfoca en crear personajes o historias (generalmente basadas en la vida real que hablan sobre superación personal) cuyo guión explota lo mejor de cada actor y de cada persona que participa en su realización (director, fotógrafo, etc.). El Club de compradores de Dallas, traducción literal para este filme, es uno de esos oscarizables. Matthew McConaughey interpreta a Ron Woodroof, un vaquero drogadicto y amante de las mujeres que es diagnosticado con VIH en una época en la que se comenzaba a entender la enfermedad, pero se seguía llenando de muchos prejuicios y avanzaba más rápidamente de lo que era controlada. Así, en un auténtico instinto de supervivencia, Woodroof se hace con otro tipo de drogas no autorizadas que son mucho más efectivas que las autorizadas por el gobierno, y en el camino conoce a Ray (Jared leto), un transexual con la misma enfermedad que se convertirá en su socio y mejor amigo. Así como lo dijimos en el primer párrafo, McConaughey y Leto se lucen y resulta virtualmente imposible que alguien les robara sus respectivas estatuillas a menos que la academia cometiera una injusticia. Ambos trabajaron física y mentalmente a sus personajes de una forma tan exhaustiva que incluso en la vida real les trajo problemas de salud. Sea como fuere, la película lleva un ritmo lento pero interesante que hace seguir queriendo ver la película hasta el final y ver como la voluntad humana puede más que cualquier medicina o diagnóstico. Muy recomendable película.
El nuevo trabajo de los hermanos Coen es una balada de música contemporánea. O al menos así define su música Llewyn Davis, quien es un músico que, tras tener una época de medio éxito grabando un par de discos en dueto con un amigo, ha pasado a dormir de sofá en sofá, viviendo día a día sin excesos y apenas teniendo unos cuantos billetes para lo necesario. Es en medio de este viaje que él (y muchas otras personas) se dan cuenta que no es lo mismo tocar música por hobbie que hacerlo un modo de vida y tratar de hacerse rico con ella. En épocas recientes hemos escuchado historias de personas que suben sus grabaciones al canal de videos, y productores o artistas los descubren y los hacen famosos. Más que creer o no creer en estas historias, desde hace muchos años han existido tantos y tantos artistas que buscar un género nuevo, o incluso tener el talento suficiente para sonar diferente a lo que ya existe es tarea difícil. Sin embargo, lo que reconocemos en la película, es una falta de ritmo alarmante, por no mencionar lo complicado que es encontrar una historia. Si el objetivo de un filme es contar una historia que puede tener o no final, es la misma historia lo que tiene que resultar atractiva y la forma de contarla. Si, la actuación de Oscar Isaac es buena, la fotografía es buena y la dirección es buena, pero la historia falla, porque divaga mucho en la miseria de Davis sin saber contar su miseria personal, su miseria musical, su frustración, sus corajes o simplemente mostrar lo difícil que es ganarse la vida para una persona normal. E punto es que, en realidad, la historia no cuenta nada. Y los Coen saben hacerlo mejor. Aunque si hay que reconocer que la música merecía más reconocimiento.
De Alexander Payne (Los Descendientes), nos llega Nebraska, la historia de Woody Grant (Bruce Dern), quien es un anciano con principios de Alzheimer que cree ganar la lotería por un billete que encuentra en una revista, y decide iniciar un viaje al estado de Nebraska, sin importar lo que diga su esposa, y se embarca en un viaje con su hijo, que termina siendo un viaje personal. Las historias de Payne siempre son personales y esta no es la exepción. No necesita grandes locaciones a pesar de ser una especie de road-movie, y mientras recordamos un poco de la juventud del hombre millonario y vemos la ambición de la gente que en un principio lo ayudó pero que ahora ve la oportunidad de sacar provecho de ello, también viajamos por los problemas que supone cuidar de las personas adultas y su manera tan particular y un poco distorsionada de ver el mundo. Las nominaciones de June Squibb y Bruce Dern no suenan tan descabelladas al hacer de sus personajes algo realmente humano y cotidiano. Si sumanos la premiación de Dern en Cannes entendemos esta decisión, en una categoría sumamente competida. Es en el apartado de mejor película en donde dudamos que merezca su nominación puesto que no existe ninguna limitante en cuanto al número de nominadas, es decir, pareciera que está de relleno aún cuando no es necesario alcanzar un número mínimo de filmes a premiar. Y en director que no parece ser uno de los productos más fuertes de Payne, aún cuando había otras opciones como Allen o Jonze. Como sea, nebraska parece ser una historia para ver un domingo familiar y reir un poco con las ocurrencias de nuestros ancianos protagonistas que sin duda, son los que rescatan el filme.
Philomena Lee es una mujer cerca del abismo. Reza y cree en Dios como parte de la educación que tuvo cuando era jóven en un convento. pero ese también es su mayor castigo, y es que hace 50 años, en una pequeña aventura de una inocente criatura, nació Anthony, quien le fue arrebatado de las manos por las "mujeres de Dios" para venderlo por una buena cantidad de dinero "para Dios". Ahora, con ayuda de un periodista, inicia la búsqueda de su hijo perdido sin importar lo que encuentre. Quizá no es intención del director Stephen Frears (The Queen), ni tampoco lo fue de Martin Sixsmith, autor del libro (interpretado por Steve Coogan) generar una polémica al rededor de las monjas irlandesas de ese convento. no he leído el libro y no sé hasta que punto entren en esa temática, pero bien podríamos considerar que está a la altura de los curas pederastas en cuanto a obras de los "hombres de Dios". Vender a un niño a costa de su madre solo como "castigo" cuando hablas de un Dios misericordioso sigue siendo una contradicción, y como tal, lo muestran sutilmente en la película sin entrar en más detalles. Pero es un buen debate para abrir. Magistral Judi Dench en su actuación, justificando su nominación, no así la película que, si bien es sentimental y tiene notas bonitas, el hecho de saber el destino del hijo practicamente a la mitad del filme le resta un poco de emoción. Aún así, hora y media de metraje no está tan mal para una pequeña historia de la que hay muchas, llena de sentimientos y buenas actuaciones
Ella (Her). Volver al Futuro En un futuro no muy distantes, las computadoras personales (Persocom) han evolucionado tanto en su software como en su hardware. Ahora son creadas con cuerpo de hombres o mujeres y hay para todos los gustos, desde una pequeña de bolsillo hasta una que sea capaz de emular a una sirvienta al mismo tiempo que una computadora. En medio de todo esto, un estudiante de preparatoria se encuentra una Persocom en la basura y decide conservarla a pesar de que su disco duro estaba borrado. Poco a poco y mediante la convivencia se termina enamorando de ella para descubrir que su historia no es única y que se ha abierto un gran debate en la sociedad sobre la evolución de las relaciones interpersonales, donde ahora la gente interactua más con sus computadoras que con otras personas. Esta no es exactamente la trama de la nueva película de Spike Jonze, pero se parece. La historia que les acabo de contar es de un ánime japonés llamado Chobits, publicado en 2001 (y uno de mis favoritos). Como se darán cuenta, la idea no es tan nueva, pues nos viene persiguiendo desde que el internet dio el salto a todos los hogares y dejó de ser un lujo de gente rica. Lo que si es nuevo, es la manera de presentar la historia a la gente, mediante Theodore (un fantástico Joaquin Phoenix), quien es un hombre divorciado y que vive en soledad y sobrelleva el día a día de una manera triste y solitaria, hasta que conoce a Samantha, el nuevo software que compró para su computadora. Sam (la sexy voz de Scarlett Johansson) es un conjunto de programaodres que va creciendo y va enamorándose de Thedore a la vez que surge toda una enorme cuestión de metafísica (en la que afortunadamente no profundiza el guión para no hacerlo aburrido), sobre si pueden o no generar su propia conciencia las computadoras. Así, nos metemos en una hermosa historia de amor a la vez que jugamos con la tecnología y nos hacemos miles y miles de preguntas. ¿Hacia donde va la humanidad? ¿Hacia donde va el amor? Cada quién puede dar su definición y ese es un interesante debate que se abre: ¿estamos o no de acuerdo ante el romance de Theo y su computadora?. Cada quién tendrá sus argumentos, pero lo que no podemos negar es que Her es una hermosa e imperdible película romántica que todos debemos ver y pensar un poco acerca del amor. Nominada a mejor película (en donde tiene nulas posibilidades), a mejor guión (en donde esperemos que gane), mejor soundtrack -maravilloso Arcade Fire- además de canción y diseño de arte.