¿Qué tan difícil es lograr que aquellas personas que se dedican a la distribución de películas respeten la traducción de un título? ¿O peor aún, que se pongan de acuerdo? Don Jon fue titulada en México como "un atrevido Don Juan", mientras que en Argentina se llamó "Entre sus manos". Y a todo esto, el título real era simplemente Don Jon. Son de esos misterios que nunca resolveremos. Hablando de lo que nos toca, el debut en dirección (y guión y producción) de Joseph Gordon Levitt es por la puerta grande. Sumando su actuación que, como siempre, es muy buena, esta vez acompañado de Scarlett Johansson y Julianne Moore, en un filme que toca muy de cerca la temática del sexo, pero sobre todo del porno, y que lo hace de una manera simple, apropiada, pero sobre todo libre de todo morbo. Aquí viene lo importante. Hace poco reseñábamos "The Sessions" y mencionábamos lo importante y lo bueno que es encontrar películas que hablen del sexo fuera de todo tabú, si, pero de una forma limpia y espiritual. Algo que nos muestre lo que hacemos en nuestra vida cotidiana y que al mismo tiempo sea capaz de reflejar el sentir de una sola persona. Inspirado en el libro de "Don Juan Tenorio", Jon es un mujeriego que noche tras noche caza a alguna mujer para llevarla a la cama, sin que suponga complicación alguna. Es hasta que conoce a na chica (Johansson) que se niega, que comienza a distinguir entre el sexo de una noche y el amor, pero es hasta que conoce a Esther, cuando por fin entenderá que necesita ayuda, entenderá la verdadera diferencia entre el sexo y el amor y podrá por fin poner punto final a sus problemas. Interesante, con ese toque de picardía, tanto en el humor como en el sexo, con un par de escenas subidas de tono, pero muy limpia y una dirección completamente honesta, Don Jon es de esas sorpresas con las que nos gusta toparnos de vez en cuando.
En la humanidad existen marcadas diferencias entre hombre y mujer, no sólo en lo físico, sino también en la forma de ver las cosas. Sin embargo, resulta absurdo que para realizar un remake de una película "femenina", la directora diga que quiere contar su versión desde el punto de vista de las mujeres. De la obra maestra de 1976, Carrie, dirigida por Brian de Palma y protagonizada por Sissy Spacek, llega, para las generaciones actuales, esta versión dirigida por Kimberly Peirce y protagonizada por Chloe Grace Moretz. El cartel en sí no suena tan mal, Grace Moretz es una de mis actrices favoritas (si aún dudan de ella, vean Let Me In), y Julianne Moore como madre de la incomprendida niña. L a única duda viene en la dirección y es la que falla. Todos nos sabemos la historia: una niña, hija de una madre católica conservadora, sufre de todo tipo de abusos por sus compañeros escolares. las cosas alcanzan el clímax el día del baile de graduación en la que es bañada en sangre de cerdo por el simple hecho de ser la burla enfrente de toda la escuela. Siempre ha habido "bullying" en todas las escuelas y en todos los tiempos, pero de un tiempo a la fecha ha cobrado más fuerza desde que se le dio nombre al fenómeno y desde que los padres de familia y las autoridades se dieron cuenta de que era un tema mucho más serio que un simple juego de niños. Ahora, con un toque sobrenatural por los poderes psíquicos de nuestra protagonista, más que una película de terror, es un drama de cómo sufren algunos adolescentes. Y ahí está el verdadero meollo del asunto: NO es una película de terror. Si lo fuera, la escena final no sería la única con sangre y asesinatos. La película no tendría prisa y llevaría una hora de metraje atropellado para llegar con prisa a la escena icónica. No necesitaríamos un esfuerzo importante (y a veces falso) por parte de Moore y de Grace Moretz para exprimir lo mejor a un guión plano y a una dirección simplemente inexistente. En ningún momento se observa la "versión femenina" que supuestamente quiere contar la autora, y lo fuerte de las escenas es sacrificado en pos de llegar a un público más jóven que pudiera comprender más las situaciones por las que atraviesa la protagonista. No tenemos nada en contra de los remakes. Hay algunos que se ven beneficiados por los efectos especiales o incluso por la visión de un director diferente al original. Pero hay algunos, como este, que son completamente innecesarios e intrascendentes.
Todos sabemos que el oscar ha sido injusto muchos años, tanto con los actores como con las películas. Apenas el año pasado, una de las grandes polémicas fue la coronación de Valiente como mejor película animada, por encima de Ralph el Demoledor, que a juicio de muchos (incluído el mío), era mejor que la mencionada. Ahora, en un año muy flojo en cuanto a películas infantiles, no sorprendería nada que incluso ganara alguna película extranjera, pero por lo conservador del jurado de la academia, son nacionalistas y por lo tanto ganará una película de animación norteamericana. Elsa y Ana son las hijas de un rey. La primera, está destinada a ser reina, mientras que la segunda, se divierte con los poderes de hielo de su hermana mayor. Un día sin embargo, se ven forzadas a separarse hasta la coronación de Elsa, y es entonces cuando tiene que huir y Ana emprender su búsqueda para hacerle entender que vivir sola no es lo mejor. Ya desde que regresaron a la animación tradicional Disney, es decir, con musicales e historias clásicas con la princesa y el sapo, se demostró que el estudio del ratón aún tiene mucho que dar. Frozen no es la excepción, y con personajes entrañables, musicales inolvidables (¿y si hacemos un muñeco?) y una historia que se sale del estándar tradicional. Si, habla del amor, y si tenemos la historia de un príncipe y una princesa que se enamoran y son felices, pero también hay otro tipo de amor que puede ser igual de fuerte para romper hechizos. Y esa es una lección muy valiosa. Lección aparte para el musical "Libre soy" (Let it go) interpretado en su versión original por Idina Menzel (que también va por el oscar a mejor canción), es para mi, la mejor escena del año, con una animación impresionante, algo nunca antes visto. Un logro visual y auditivamente magnífico. Ah! Y estoy enamorado de Elsa.
El mundo del automovilismo sólo es apreciado por aquellos que ya lo aprecian. Suena redundante, pero es verdad. Si desde pequeño no tienes amor por los autos, es muy difícil que de adulto comiences a tener pasión por un deporte así. En el mundo del cine son pocas las películas que se han tomado la molestia de retratar este mundo y hacerlo de una forma fiel, pero además, que logre atrapar a aquellos que no somos fans de las 4 ruedas. Senna lo logró hace poco aunque califica más como documental que como película en sí. Ahora, Ron Howard, ganador del oscar por Una mente maravillosa, llega con Rush, historia que narra el campeonato de fórmula 1 de 1976, donde Niki Lauda (un maravilloso Daniel Bruhl) y James Hunt (un cumplidor Chris Hemsworth) luchan palmo a palmo por el campeonato hasta que un accidente casi le cuesta la vida al austriaco Lauda. lo admitimos. Si Hemsworth tiene a su lado a un buen actor, sale opacado. pero aquí cumple con creces con su personaje, pues es mujeriego, aventurero y presumido, algo que le queda muy bien al australiano. Por el otro lado, Daniel Bruhl, que interpreta a Lauda, es quien cuenta la historia. Olivia Wilde y Natalie Dormer son los atractivos visuales (aunque no enseñen nada, contrario a su esencia), y un elenco que complementa muy bien la historia. Poco a poco nos adentran en su rivalidad que, como dice la historia, no es lo que la gente creía. Eran rivales si, pero sólo en la pista. Eran humanos y se ayudaban, se superaban a sí mismos y se daban ánimos. Arrancamos desde las pistas amateurs y seguimos su ascenso a la fórmula uno donde firman con los grandes: McLaren y Ferrari. Y entonces si, comienza la acción. Unos efectos muy buenos, vestuario bien logrado y una música preciosa por la que creo que, una vez más, Hans Zimmer debería merecer al menos la nominación. Si no les gusta el automovilismo no importa, no necesitamos de grandes explicaciones para comprender lo básico. Muy recomendable película. De las grandes sorpresas rumbo a los globos de oro aunque sea poco probable que gane -
En el camino a la temporada de premios, el director Paul Greengrass (Bourne el ultimatum), llega fuerte a la competencia con una historia basada en hechos reales (ya saben como amamos esto de una película) en la que un capitán de un navío mercante actual, debe viajar por las costas de África para entregar su enorme mercancia y enfrentar el secuestro de piratas Somalíes, quienes sólo buscan un poco de dinero extra. Protagonizada por Tom Hanks, es quien lleva todo el peso dramático del filme. Rich Phillips es el personaje principal, y el que debe llevar todo el peso de la película. Y lo hace muy bien. Comienza lenta, y aunque falta hurgar mucho más en la vida personal del capitán para entender un poco más su psicología, de inmediato entramos a la misión y al problema que enfrentan: evadir los asaltos de pescadores del lugar que han asaltado barcos por los botines, tal cuál y lo hacía los piratas de antaño, aquellos de la época de Barbarroja y Barbanegra (si es que en verdad existieron). Aunque aquí, obviamente, equipados con tecnología y todos los aditamentos que un buen marino necesitaría. Tenemos una buena dosis de adrenalina, y pocos personajes en pantallas. No hay subtramas innecesarias y en general, es un buen thriller de drama con un poco de acción aderezada en los momentos adecuados. Hablando de historias reales, es lógico que magnifiquen/añadan algunas secuencias para hacer el arco dramático aún más poderoso pero es justificable. Con un final predecible y hasta cierto punto muy sencillo que deja con ganas de más, podemos estar casi seguros que Tom Hanks merece una nominación al oscar, aunque no podemos decir lo mismo de Greengrass, que, aunque hace un buen trabajo, su categoría es aún más peleada que la de actor principal. Recomendable para ver en familia.
Somos lo que hay fue una película de Jorge Michel Grau, estrenada apenas en 2010 que pasó desapercibida por salas mexicanas, como la mayoría que no tiene a Eugenio Derbez o Jaime Camil en escena. Aún así, alguien en Hollywood le vió potencial y decidió comprar los derechos para hacer un remake denominado en latinoamérica Ritual Sangriento. No vamos a hacer comparativos porque no he visto la versión original, así que hablaremos sólo de la versión gringa. Cuando la madre de dos niñas y un pequeño muere de causas desconocidas, el viudo se enfrenta a la crisis de seguir adelante con su vida. Entre los 4 familiares se apoyan para seguir adelante con sus costumbres una de las cuáles incluye un ritual sangriento que año con año se lleva a cabo sin importar lo que pase. En medio de todo esto, el sheriff del pueblo con su nuevo ayudante comienzan a investigar una nueva desaparición del pueblo en el que ellos viven. Poco a poco, de forma lenta pero con intriga, la puesta en escena va descubriendo poco a poco de qué va este ritual y cómo es que lo enfrentan los nuevos "líderes" de la familia. Sin embargo, es esa misma lentitud que no la deja crecer. No es lo mismo hablar de Intriga, que con maestría lleva el drama a lo largo de más de dos horas, a comparación de esta, que por poco más de hora y media le cuesta trabajo mantenerse y llegar al clímax que, si bien se resuelve de manera un poco imprevisible, sigue siendo un tanto fácil y ridículo ver que en realidad no hay tanta sangre o gore como uno esperaría o como en la versión mexicana. Ritual sangriento es un filme que, a pesar de ir a participar al festival de Sundance, es una cinta para disfrutar con la novia que le tiene miedo a la sangre como un mero pretexto para abrazarla.
De Steve McQueen, 12 años de esclavitud narra la vida (o una parte de ella) de Solomon Northup, un ciudadano afroamericano que, de disfrutar su libertad co su familia, una mala noche es engañado, secuestrado y convertido en esclavo. Justo así como le sucedía a mucha gente años antes de la guerra civil en Estados Unidos. Con las actuaciones de Michael Fassbender, Lupita Nyong (lo más sobresaliente), y Chiwetel Ejiofor en el papel principal, la película intenta reflejar de alguna manera la vida de un hombre que vive en carne propia la esclavitud a la que son sometidas las personas por su color de piel, y el racismo y la indiferencia con la que estos son tratados. Sin embargo, cabe decir que de todas las películas que tratan temas similares, podemos acusar a McQueen de irse por la fácil y tratar una historia que, si bien viene de una adaptación y como tal debe reflejar lo que el autor (quien es el que cuenta su historia) y no añadir elementos extraños, es muy superficial la forma en la que refleja las torturas y los abusos que sufrían las personas. No podemos negar que gente como el primer amo (Benedict Cumberbatch) eran buenos con su servidumbre, y otros mas crueles, como el mismo Fassbender. Aún más, gente que incluso estaba en contra de esos tratos, como el personaje de Brad Pitt (reparto de lujo como pueden apreciar). Pero si fue por darle más espacio al drama o por suavizar todo, la única escena realmente fuerte ocurre hacia el final en la tortura de la pequeña Patsy. Honestamente, 12 años de esclavitud está muy sobrevalorada. Con todas las nominaciones y los premios que ya ha tenido, nos preguntamos si en realidad la premiación de esta película sólo ha ocurrido por esa tendencia de los "expertos" en premiar sólo aquellas cosas que hablen de historia norteamericana, o en su defecto, hablen de simple superación personal. Porque lo cierto es que el protagonista en ningún momento sufre más que por extrañar a su familia. Siempre es querido, apreciado, y si bien en algunas ocasiones es forzado a hacer cosas que no desea, tampoco es que su martirio haya sido enorme. Lo difícil aquí es la separación y el ser testigo de la vida de los esclavos que, de nueva cuenta, drama como tal, sólo un par de escenas y lo demás transcurre en diálogos de poca fuerza y poca trascendencia. En resumen: una película para ver una sola vez.
Un día cualquiera te regalan una cámara. Y empiezas a filmar tus propios cortos en compañía de tus amigos y con los pocos recursos a tu alcance. Posteriormente, te haces famoso, tus amigos también son famosos y obtienes el suficiente dinero para hacer de tus ideas retorcidas y de esos videos que guardaste hace mucho tiempo, una película decente, con los suficientes nombres en cartel para atraer la atención. James Franco, Emma Watson, Michael Cera, Rihanna, Jonah Hill (el de Moneyball) son algunos de los nombres que aparecen, aunque sea por cinco minutos mientras se acaba el mundo. Y es que, en una fiesta en casa de James Franco, de repente, el mundo comienza a terminarse. Inicia el apocalipsis, y deben sobrevivir adentro de la casa, con sus propios demonios. Digamos que lo más gracioso de la película, es ver a los actores autoparodiándose a sí mismos y haciéndose burla ellos mismos. Si tienen TV por cable, hace poco nació un concepto llamado "Roast" en el que un grupo de artistas es invitado para humillar a uno específico. Hace poco hicieron el Roast de James Franco y podemos decir que básicamente hicieron los mismos chistes. Después entramos a lo vulgar del humor norteamericano con chistes de sexo, mariguana y cosas sin sentido, que al menos en lo personal, nunca me han gustado. Se guardan los efectos especiales para el final (muy bien logrado) y con un número musical genial (al menos para los que nacimos en los 90). Se agradece que la química en pantalla sea natural y no forzada, pero lo malo es que pudieron haber logrado mucha más comicidad. La mayoría de los chistes son gastados en los avances que ya habían inundado la red, y en general la película pasa a ser un producto mediocre, que nació de un cortometraje casero, y que ahora que se convirtió en película con la colaboración de los amigos de Seth Rogen (guionista, productor, actor y director) pero que dista mucho de ser un producto disfrutable a menos que sean fans de alguno de los artistas arriba mencionados.
La carencia de ideas en Hollywood viene a la alza. Y no porque tengamos algo en contra de las adaptaciones, pero fue hasta el boom mediático que representó Harry Potter, que todas las compañías de cine se dedicaron a la búsqueda de su gallina de los huevos de oro en novelas juveniles. La única que lo ha logrado medianamente es Lionsgate con Los Juegos del Hambre, y Summit, con su gran fracaso llamado Crepúsculo, lo intenta otra vez, ahora con El Juego de Ender, novela de ciencia ficción multigalardonada, escrita por Orson Scott Card que goza de una vasta legión de seguidores (quienes por cierto, la odian, de lo cuál hablaremos más adelante). Ender es el tercer hijo de una familia que rompió las reglas.En un futuro post apocalíptico, la batalla contra los Formics, alienígenas que intentaron conquistar la tierra, la vida se ha vuelto dura para las familias. Sólo pueden tener dos hijos, y ambos, son enviados a temprana edad a una academia donde se les entrena para la nueva guerra que está por venir, la definitiva, donde se decidirá el curso de la raza humana. Ender es la mezcla perfecta entre la furia de su hermano y la compasión de su hermana, pero debe demostrar que él es la persona elegida para llevar a la victoria a su gente. Los efectos especiales de la película están muy bien logrados, eso es innegable. El problema es que, como siempre se ha dicho, si la historia es la que sirve a los efectos y no al revés, la historia no pasa de ser una pintura hueca, bonita, pero hueca. Y es que, sin ir más lejos, parece que Asa Butterfield (Hugo), ha perdido todo su encanto y sólo se dedica a ser un robot, sin actuar. No he leído la novela, y si bien los comentarios de los fanáticos, aseguran que más de una vez el Ender de las páginas llegas a odiarlo, en ningún momento de la película se justifica su liderazgo, su ascensión al "poder" y la justificación de sus acciones, mas que la necedad de un Harrison Ford totalmente plano, que se empeña en decir que es el elegido sin explicar nada de la mitología que puede haber detrás de todo el universo de Card. Ni Hailee Steinfeld, ni Viola Davis, ni Ben Kingsley (aunque sí es el más decente de todos) logran conectar con el público ni logran contar la historia de modo que atrape, que genere emociones. Fría, hueca, sin sentido. Todo eso en realidad se le puede atribuir a la dirección (Gavin Hood) y al guión. Si hubieran querido, hubieran podido dividir en dos la película y hubiera sido una adaptación más fiel (honestamente, estoy esperando que anuncien una versión extendida en DVD o BD para ver si así logran mejorar), muchos diálogos y metáforas sin sentido (que probablemente en el papel tengan mucho más ingenio), en la que nos pasamos casi 2 horas esperando entender algo de lo que nos quisieron contar. Por cosas así es por la que muchos autores han hecho bien en negarse a que sus películas sean adaptadas. Y por cosas así es por lo que premios de prestigio seguirán ignorando a la ciencia ficción.
Cuando apenas transcurrían 60 minutos de la secuela de Los Juegos del Hambre, tuve una epifanía: es la mejor película del 2013 Ok, quizá me estoy dejando llevar por mi fanatismo. Pero habrá que admitir que es una película muy bien hecha. Francis Lawrence, pero sobre todo, Michael Arndt y Simon Beaufoy demuestran lo que es adaptar un libro, sin perder fluidez, mostrando los detalles que los fans queremos ver (inolvidable cubo de azúcar), y agregan lo que hay que agregar, dejando que sean los actores y su talento los que hablen. Si alguien aún tenía duda del oscar de Lawrence, sólo debe tomar el libro, leerlo y comprobar que no necesitamos una voz en off para saber lo que Katniss siente, lo que piensa. Y sí, es probable que se sienta repetitiva. pero los que ya han leído el libro, saben que es lo mismo: la mitad del libro es la vida en los distritos, y menos de 100 páginas, son para lo que sucede en la arena. Y así, justo de la misma manera, dejando una hora para visualizar la arena, viajando por el capitolio y sus distritos, en donde se nota que, efectivamente, no repararon en gastos. O al menos subió lo bastante el presupuesto como para hacer que el filme fuera en un formato un poco más clásico y no pareciera tan independiente como la primera parte, en donde se abusaba demasiado de la cámara en mano. Y por cierto, amamos a los nuevos tributos. Finnick irresistible y Johanna siendo... Johanna Es obvio que no todas las páginas del libro están en pantalla, y también es obvio que, como en todas las trilogías (hablando de libros, porque ya sabemos que el último libro, Sinsajo, será dividido en dos películas), el segundo sirve como puente y como preparación para el desenlace. Viene la revolución y no puedo más que decir que si el señor Lawrence (que no es pariente de la protagonista aunque lleven el mismo apellido), logrará hacer lo mismo que ha logrado con En Llamas, entonces estaremos ante la mejor adaptación después de Harry Potter. Quizá no llegue a los premios de renombre por su género, pero sin duda ya tiene el reconocimiento de la gran legión de fans que agradecemos las lágrimas derramadas en los momentos adecuados.