Tim Burton se ha caracterizado siempre por presentar historias con una particular visión. Gótico, de historias dramáticas y hasta cierto punto melancólicas, su visión del mundo es única y es totalmente reconocible en cualquiera de sus filmes. Pero Big Eyes pareciera ser la excepción. Margaret (Amy Adams) es una pintora con un enorme y particular talento: hacer retratos de niños con los ojos enormes y expresivos. Pero como muchos otros artistas, ese talento no es suficiente para ser reconocida. Es hasta que conoce a Walter (un fabuloso Christoph Waltz), un pintor de calles, que logra alcanzar la fama, el éxito y el reconocimiento. Pero no todo es lo que parece, pues aunque sea rica y famosa, un oscuro secreto será revelado. Basada en la historia real de Margaret, Big Eyes es una bella película biográfica que saca a relucir el talento de Adams, pero sobre todo la dulzura y el encanto de Waltz. Nos sorprende que en la pasada edición de los oscar haya sido completamente borrada, especialmente en el apartado de actuación, donde este par logra una enorme química. Y hay que decirlo, el filme tiene demasiados altibajos en el guión que solo estos dos logran hacer atractiva la puesta en escena. Se nota que, en realidad, Burton solo iba a ser el productor, pues no es su estilo y hasta se nota incómodo en la guía de la película. Solo es en la escena climática en cierto cuarto "caliente" donde sale a relucir su verdadero yo. Entretenida para aquellos que gustan del arte y que desean ver un buen duelo actoral con pintas de telefilme. -
El departamento de animaciones de Dreamworks sigue esforzándose por encontrar una historia redituable como lo fueron Shrek y Como Entrenar A Tu Dragón con todas sus secuelas. Estrenar a principios de año siempre ha sido su estrategia y sin embargo, siguen buscando su propia identidad. Ahora, llegan de nuevo a la pantalla grande con Home, una historia familiar acerca de un pequeño e irritante alien morado y su amistad con una pequeña terrícola, que harán lo posible por encontrar su lugar en el mundo. Oo es un Boov que se la pasa cometiendo errores y al que nadie parece querer por lo despistado, torpe e irritante que llega a ser (no sorprende que la elección de voz original haya sido Jim Parsons, cuyo personaje más famoso, Sheldon Cooper, guarda muchas semejanzas con esta pequeña criatura). Los Boov son una raza alienígena que llega a invadir la tierra de una manera pacífica, huyendo de los Gorg. Oo se dará cuenta que los humanos no son lo que ellos creían, cuando se vea obligado a huir junto con Tip, una niña que está en busca de su madre. En una explosión musical llena de colorido, la película busca apelar a los más pequeños. Los adultos pueden sentirse muy fuera de lugar, pues aunque es entretenida, circula por los clichés más comunes y no aporta nada al género. Oo es quien lleva la parte cómica por su manera de hablar y por su peculiar forma de ser, pero en general, Home es una apuesta que seguramente de aquí a fin de año, será difícil recordar, especialmente cuando viene una película de Pixar en el camino. Vale la pena para los pequeños, para los papás, quizá no tanto.
Del gran Clint Eastwood, que regresa al género bélico, nos llega American Sniper, protagonizada por Bradley Cooper y que cuenta la historia de Chris Kyle un francotirador que participara en la reciente invasión a Irak por parte del país de las barras y las estrellas, y que fuera considerado como uno de los mejores francotiradores en la historia. Francotirador americano es un filme que ha tenido muchas críticas muy polarizadas. Mientras unos la califican de brillante, otros consideran que ese sentimiento patriótico es desbordante y hasta molesto. Incluso la polémica mención al bebé más falso en la historia de las producciones hollywoodenses (increíble que en una producción así se pierdan ese tipo de detalles, es obvio que no usarán un bebé real pero hay que disimular mejor). Las escenas de guerra están bien logradas y el montaje de sonido es bastante épico, pero las escenas en casa se sienten fuera de lugar. Quizá, y sería un punto a su favor, es un reflejo del mismo Kyle: estar en casa era estar fuera de su zona de confort. Pero hay que decir que esa falta de ritmo es lo que termina enterrando al filme. Y el final, sin duda, queda mucho a deber. Ahora, mención aparte necesita Cooper. Muchos aseguran que es el mejor actor de su generación. Como dato curioso, es su tercera nominación en fila al mejor actor protagónico, y si el próximo año resulta nominado de nuevo, empatará el récord de Marlon Brando con 4 al hilo. Hay que remarcar específicamente en este filme que su transformación física es remarcable. Pero es discutible la calidad que lo ha llevado a ser considerado por la estatuilla (aunque no ganará). American Sniper es un filme recomendable sí, pero hay que tomar con cautela todo el sentimiento patriótico que se maneja. pero vamos, sabemos que así son los norteamericanos, y si no nos ponemos quisquillosos en esos temas extra-pantalla, seguro estaremos ante un filme bastante disfrutable.
De Jean-Marc Vallée, que el año pasado nos deleitó con Dallas Buyers Club, este año nos presenta Wild, una historia sobre la introspección, la naturaleza y el deseo de dejar el pasado atrás. Protagonizada por Reese Whitesrpoon. En esta historia, Cheryl (Whiterspoon) decide iniciar una caminata a través de un paraje, famoso entre los caminantes, de 1000 millas, ella sola y su conocimiento de la naturaleza, como medio para evadirse de todo. La muerte de su madre, los problemas con su esposo y su propia decepción de la vida. El filme queda un poco a deber en cuanto a los motivos. Aunque los de la madre (Laura Dern) quedan claro,s los del marido no quedan definidos y pareciera poco probable sobrevivir a un viaje como ese si se tiene una inexperiencia en la materia. Vamos, no cualquiera puede iniciar una caminata de casi un mes con la determinación necesaria, pero para completarlo, hace falta mucho más que eso. Personalmente, cada año inicio una caminata de dos días a un santuario con la familia de mi esposa, tradición que lleva en esa familia 30 años. Y aunque sean solo dos días de caminata, el cansancio pesa. A pesar del tiempo y del conocimiento, siempre existen imprevistos, aunque el viaje en si es una experiencia reconfortante para deshacerse un rato del estrés y la presión de la ciudad. Es por ello que, al ver este filme, inevitablemente recuerdo ese viaje y entiendo el proceso espiritual por el que uno atraviesa. Por estas razones, Vallée me ha desencantado aún más, por el poco realismo que se imprime a la historia. Acampar, comer al aire libre y encontrar otros caminantes nunca es cosa sencilla, y aquí nunca se pierde el glamour. Nunca tiene uno la sensación de estar caminando, lejos de la civilización y en compañía de uno mismo. La actuación de Whiterspoon no es mala, pues es quien está el mayor tiempo en pantalla, pero los secundarios como Dern quedan muy olvidados y creemos que para una nominación a actriz secundaria le faltaba mucho más (incluso en Bajo la Misma estrella, drama juvenil, tiene más peso que acá). Para la joya que nos regaló, especialmente en cuanto a actuaciones se refiere, Wild queda muy lejos de lo que se pretende: una experiencia de vida en compañía de la naturaleza.
Dicen que cuando se es actor y posteriormente se sientan en la silla del director, se tiene una mejor perspectiva de lo que se quiere contar y cómo se quiere contar. Casos hay muchos y varios de ellos resultan con buenas críticas en sus filmes, pero siempre hay sus excepciones y este es uno de ellos. De Angelina Jolie, Inquebrantable cuenta la historia de Louis Zamperini, atleta norteamericano de orígen italiano que participó en los juegos olímpicos de Berlín 1936, pero que posteriormente fue reclutado por el ejército para ir a pelear en la segunda guerra mundial. Como nota curiosa, el señor Zamperini fue gran amigo de Jolie en sus últimos años de vida, razón por la cuál decidió hacer un filme de su vida a modo de homenaje y contar "la historia nunca antes contada". Ya sabemos que sucede con estas películas. Llena de momentos de superación, drama y dolor, Zamperini, interpretado por Jack O Connell (300, ´71), quien al entrar en combate naufraga y es capturado por el ejército coreano, donde es sometido a varias torturas. De ahí viene el título de Invencible. Y la película podría funcionar de no ser por que hay varios momentos en la cinta, en la que Jolie pierde la mano. Se nota que necesita experiencia para contar este tipo de historias, pues hay que saber que cortar, que añadir y que dejar tal y como está para hacer un verdadero relato de superviviencia. La imágen promocional del poster (esa donde sostiene un tronco por encima de su cabeza) sucede a los minutos finales del filme, después de largas y aburridas sucesiones de historias sin principio ni fin. Tanto el naufragio en el mar como la estadía en el campo de concentración son totalmente faltos de ritmo, que para el momento en el que llegamos a lo que de verdad importa, ya queremos salirnos de la sala. A pesar de todo, a destacar su fotografía que es muy buena (no por nada obtuvo nominación) y el soundtrack que tiene pasajes interesantes.
Louis Bloom es un hombre como cualquier otro en New York, en busca de un trabajo. Es cuando presencia un accidente y aprende lo que significa grabar las noticias y venderlas, que comienza su jornada por convertirse en el primero en cada escena criminal. Sin embargo, sus pocos escrúpulos, lo harán cruzar la línea de lo moral y lo ético. Con una intrépida dirección de Dan Gilroy, sorprende que sea su debut detrás de la cámara, pues la manera en la que está contada la historia parece incluso de una mano experta. Y ni se diga de la actuación de Gyllenhall que ya había venido soprendiendo al mundo con Enemy, demostrando que es más que un héroe de acción o una cara bonita. El cambio físico y la tensión a la que se ve sometido, reflejando la locura interna es sorprendente y resulta increíble e injusto que no lo hayan tomado en consideración para por lo menos una nominación al oscar. Durante todo el filme, se muestra no solo la violencia la que se ve sometida la sociedad, sino la misma manipulación de los medios. Es cierto que hay gente honesta que hace su trabajo y se compromete con la veracidad de la información, pero otros lo hacen por vender. En la actualidad, llegar a las noticias es cuestión de un click o un touch en el celular, y cualquiera con un teléfono a la mano que esté en el momento oportuno puede grabar el momento exacto de la noticia. Pero hay que ver las maneras, y acá Gyllenhall en un estado de locura reflejada a la perfección en el rostro, hará todo lo posible por convertirse en el freelance mejor pagado de la historia. Desafortunadamente, pareciera que a los señores de la academia no les ha gustado nada este trabajo, regalándole a este filme (mejor que muchos de los que están en la competencia) una sola nominación. Pero nosotros creemos que todos deberían darle una oportunidad y no saldrán decepcionados.
Como todas las guerras civiles, la de Estados Unidos tiene una y otra vez proyecciones de películas que intentan contar a su manera lo ocurrido. Sin embargo, es precisamente del país con amyor difusión del que recibimos más noticias. Selma es el nombre de un pequeño pueblo en Alabama, donde Martin Luther King Jr. enfocó los pasos finales de su lucha por los derechos civiles de las personas de raza negra. Ava DuVernay dirige con mano inexperta los pasos de Luther King Jr (Chiwetel Ejiofor), y se enfoca en lo ocurrido en el pueblo de Selma, sin querer ir más allá y narrar toda la vida del importante luchador civil. Esto es un acierto, pues en las dos horas que dura el filme, cuenta lo que tiene que contar y no intenta narrar toda una vida y volverla aburrida. Sin embargo, por eso mismo es por lo que falla: le cuesta mucho trabajo encontrar su propio ritmo. Tiene momentos emotivos, es cierto, pero fallan muchas cosas, empezando por cambiar los discursos más representativos que son precisamente de esta época, y esto tiene que ver con que la familia de Luther King que aún vive, son quienes poseen estos derechos y no quisieron prestarlos para el filme. La esencia se mantiene, pero uno espera encontrar esas frases icónicas que marcaron a la historia. Ahora bien, Ejiofor está correcto pero no sorprende. No imprime esa fuerza de líder que sí tenía King Jr. y ahi es donde se cae todo. Los personajes secundarios son muy secundarios, y aunque creemos que muestra el nivel de violencia necesario sin caer en la exageración, también necesita un poco más de contexto histórico. Su fortaleza que habíamos mencionado, de centrar toda la historia en unos pocos días, es también su mayor falla, pues pareciera que quedan muchos cabos sueltos. Si no concen la historia de lo que de verdad pasó en Selma y en el país en general en esos años, se pierde mucha información. Y para ser honestos, al igual que nos pasa con la segunda guerra mundial, ver dos o tres películas por año con las mismas historias termina por cansar. Es cierto, pobre gente, sufrió mucho, pero ya nos cansamos de ver más de lo mismo.
Los Wachowski saben hacer películas que de una u otra manera generen polémica. Tanto por su contenido como por que dividen a las audiencias entre quienes los aman, y quienes los detestan por considerarlos pretencioso y absurdos. Yo entro en el primer grupo. Si bien su mayor pecado se llama Matrix Revoluciones, desde entonces, sus filmes son inteligentes y destinados a algo más que entretener: a pensar. Cualquiera que diga que los Wachoski venden "filosofía barata" será por que en su vida han agarrado un libro de filosofía. Y no, no creemos que en sus películas escriban obras de la talla de Nietszche o compañía, pero si creemos que más que entretenimiento, consideran que los espectadores son inteligentes. Por eso no necesitan una explicación completa (y que puede terminar rayando en lo absurdo cuando se intenta) y dejan que la gente encuentre la mejor explicación. Jupiter ascending es lo mismo: crean una mitología que no necesitan explicarte totalmente de donde viene o como funciona. Solo dejan las pistas más básicas para poderle entender. Jupiter Jones (Mila Kunis) es una chica huérfana de padre que se ve obligada a trabajar como sirvienta, hasta que unos seres extraños intentan asesinarla. Es cuando entra en escena Caine (Channing Tatum), un guerrero alterado genéticamente, contratado para protegerla y descubrir que ella es en realidad la reencarnación de la jefa de la familia Abraxas, dueña de la mayor parte del universo. Si hablamos de reencarnación, no es la filosofía de el alma. Es de los genes. Y acá entra una base más científica, cuando jugamos con los genes y nos damos cuenta de que, en verdad, con tantos planetas, en un universo tan amplio y con tanta gente, ¿no puede la genética arrojar los dados y encontrar el mismo arreglo dos veces? Blockbuster entretenido, visualmente impactante y con un soundtrack, cortesía de Michael Giacchino que se coloca como uno de sus mejores trabajos.
David Dobkin es más bien conocido por hacer comedias (los caza novias, Si Fueras yo, El Hermano de Santa) que por hacer drama. Por eso resulta extraño dirigir un filme con tintes oscuros con actores de la talla de Robert Duvall y Robert Downey Jr. Pero sabemos que el drama no es un género nada fácil y se nota por todos lados. La historia es simple, va de un abogado, Hank Palmer (Downey Jr.) con tintes de Iron Man y Sherlock mezclados en un mundo más contemporáneos, es un brillante abogado que regresa a su tierra natal para el funeral de su madre. Es ahi cuando se entera que su padre, el respetable juez Palmer, ha sido acusado de asesinato. Deberán superar sus diferencias si quieren trabajar juntos y salir libres de los cargos. Su larga duración (2 horas y 30 minutos) la hacen pesada y soporífera. Pareciera que a Downey Jr. ya se le olvidó que posee el suficiente talento para entregar actuaciones dignas y sus últimas ocasiones ha interpretado al mismo personaje pero con diferentes máscaras: Palmer es una mezcla entre el extraño Tony Stark y el inteligente Sherlock Holmes. La película recae en el grandísimo talento de Duvall que le ha merecido una nominación a mejor actor de reparto en los oscar, pero el guión tiene tantos huecos y fallos que es difícil tomar en serio un filme así. Y ojo, que la historia podría ser buena, pues un juez intachable y de larga carrera de repente se ve acusado de asesinato en un pequeño pueblo justo después de la muerte de su esposa. Pero como lo hemos mencionado antes, el dirigir drama no es nada fácil y no cualquiera lo puede hacer, y Dobkin sale mal parado de su primer acercamiento al género
Si se trata de empujar los límites, películas hay muchas. De superación personal, ni se diga. De juventud, de educación, de maestros y sus relaciones con alumnos... Es cierto que en el cine actual pareciera que ya no hay ideas nuevas, que si no se trata de adaptar el libro de moda, las historias originales no pueden tener éxito en hollywood. Pero de vez en cuando, hay joyas que nos sorprenden. Andrew (Miles Teller) es un chico que vive solo. Su padre lo visita de vez en cuando y asisten a un cine, mientras el estudia en Schaffer, la mejor escuela de jazz de la ciudad. Acaba de entrar y desea convertirse en el baterista de la banda principal, pero para lograrlo, deberá convencer a Fletcher (J. K. Simmons), el más temido y respetado profesor del instituto. Y lograrlo no será cosa fácil. Ganadora del festival de Sundance al premio de la audiencia (el máximo galardón del festival), este filme es sobresaliente de principio a fin. El ritmo no decae, el duelo actoral está presente desde el primer instante y es todo lo que necesitamos. Tanto Teller como Simmons se despedazan en pantalla mientras la relación alumno-maestro lleva la tensión al máximo y explora los límites de la psique y la resistencia humana. ¿Qué tan lejos estarían dispuestos a llegar por alcanzar sus sueños? Probablemente todos diríamos que hasta el final, pero realmente muy pocas personas soportan las presiones a las que se ven sometidos y abandonan a la primer derrota. Quizá esta filosofía elitista sea peligrosa en muchos aspectos, pero aquí no estamos para detallar cada aspecto por debajo del guión. Acá solo resaltamos que es simple y efectivo, que el filme es simple y sencillamente brutal, desgastante y emocionante y que en un mundo en el que el oscar verdaderamente premiara a lo mejor del año, esta debería ser la ganadora.