Estrellada por las luces de su marquesina Tres ganadores del Oscar juntos: Denzel Washington, Rami Malek y Jared Leto. Cuando aparecen películas con un cast de calidad y trayectoria aprobadas en Hollywood, todos los cinéfilos del mundo comienzan a poner dicho título en sus listas para que su estreno no se les pase por alto. La expectativa empieza a incrementarse cuando también se tienen en cuenta a quienes están detrás de las cámaras (Director, guionistas, los directores de fotografía y el compositor de la banda de sonido), y ese es el panorama con el que venía Pequeños Secretos, la nueva película de John Lee Hancock que nos lleva a los años 90 en Los Ángeles y nos sitúa en un panorama de desapariciones y femicidios múltiples para los que la policía local no encuentra salida. El Detective encargado de resolver estos casos es el incipiente oficial Jim Baxter (Rami Malek) que terminará solicitando la ayuda de Joe Deacon (Denzel Washington), un viejo detective que ahora ocupa un rango menor en un pueblo aledaño a la ciudad y que supo lidiar con un caso similar en su juventud. Juntos intentarán descifrar las pistas que dejan los cadáveres y al mismo tiempo lidiar con las secuelas que este caso, como aquel, supieron dejar en nuestros protagonistas. Por la propuesta establecida en un primer momento, nada de lo que nos pudiese ofrecer la trama sería algo que no hubiésemos visto antes en películas cómo, por ejemplo, las de David Fincher, pero sí con una gran calidad asegurada. Bueno, lamentablemente para todos y todas, las expectativas no sólo no son superadas sino que tampoco podrían ser alcanzadas cómo para definir esta película como mediocre, sino que peor. A lo largo de las dos horas de duración del film, las emociones son permanentemente opacadas con decisiones irrisorias de guion y empeoradas aún más (si, es posible) por algunas de las actuaciones de los protagonistas. Y eso al ser una constante y no una excepción le juega totalmente en contra al clima en el que la película quiere que entremos. Casi como un autoboicot. Joe “Deke” Deacon (Denzel Washington) interrogando a Albert Sparma (Jared Leto) La historia termina careciendo de importancia en su resolución ya que en el medio de la propuesta y sin ningún tipo de razón o sentido, nuestros protagonistas comienzan a actuar de maneras injustificables por el poco background que tenemos de ellos (incluso teniéndolo sería injustificable). Ahora bien, todo esto hablado desde su ejecución pero ¿está mal querer jugar a ser una cosa y terminar siendo otra? No, para nada. Pero las bases tienen que estar lo suficientemente bien establecidas como para que en el punto medio del relato todo logre tener un sustento comprobable para que el espectador tenga los conocimientos necesarios para que todo cierre. La parte estética es correcta, entre la fotografía y la música (que alterna buenas y malas), ya que el ambiente que quieren establecer es el correcto y su montaje y edición ayudan a pasar el suplicio que se cuenta. Claramente aquí el problema es de guion y una vez que eso falla es muy difícil cambiarlo. Claro que si al menos hubiesen actuaciones convincentes otro sería el cantar pero éstas tampoco están a la altura. Un Denzel Washington en piloto automático, actuando de lo que le gusta (o que al menos tanto tiempo hizo), Rami Malek haciendo un papel que no le sienta bien para nada y la participación de Jared Leto como el “villano” que, si bien deja todo en su rol, no está pulido lo suficiente y lejos de pensar “ bueno, quiero seguir viendo más de este personaje” lo único que el espectador puede hacer es preguntarse la razón por la cual su construcción es tan estereotipada e insulsa. ¿Qué es Pequeños Secretos? Una película fallida, inundada de clichés del género y una ambigüedad que no funciona para la duda existencial interna del espectador sino la duda superficial de no saber qué es lo que termina ocurriendo. Es posible que se consuma masivamente y en plan de disfrute y relajo, pero su recuerdo será fugaz cómo las estrellas que contrataron en lugar de mejores guionistas.
Mucho ruido y color pero pocas nueces La entrega de los Oscars está a la vuelta de la esquina. La entrega de los Oscars está a la vuelta de la esquina y el desembarco de las películas que competirán por el dorado galardón ya están dando que hablar. Una de ellas es la ópera prima de Emerald Fennell, quien escribe y dirige, Promising Young Woman, o Hermosa Venganza. La cinta nos presenta a Cassandra (Carey Mulligan) una joven de unos treinta y tantos que frecuenta salir a bares y emborracharse hasta no poder controlar su cuerpo, lo que provoca que muchos hombres intenten aprovecharse de ella. O por lo menos eso es lo que Cassie quiere hacer creer, hasta que ella lo decida y dichos hombres empiecen a pasarla realmente, y merecidamente, mal. Ahora bien, la lucha de Cassie se tornará un poco más macabra y compleja cuando personas de su pasado reaparecen poniendo a flor de piel los sentimientos y recuerdos que la motivaron a encabezar esta cruzada contra los hombres que se lo merecen. Esta película es desafiante. Todo el subtexto está claro desde un primer momento y no hay ni falsas lecturas que puedan hacerse y mucho menos otras interpretaciones de lo que propone la cinta. Ahora bien, los caminos tomados para reflejarla en la pantalla no son lo mejores. Entre los diferentes cambios de género que abarca el film por momentos muy marcados, los niveles de tensión varían de manera muy pronunciada y lo que por momentos parece una crítica social muy fuerte quedan rematados con chistes o situaciones que pueden ser graciosas y se produce un sin sabor bastante particular. Eso es algo que se repite a lo largo de las dos horas de duración de la película, pero a pesar de eso nunca se torna aburrida, siempre está pasando algo y es muy llevadera. La principal falla de la película o aquello que puede hacer que se dividan las aguas en cuanto a la recepción, tiene que ver con la literalidad de los temas que se tratan. Por momentos los diálogos son cuasi de propaganda, establecidos por una agenda política que es algo que hay que escuchar sin ningún tipo de dudas, pero que a la hora de trasladarlo a la ficción ese exceso puede ser un tanto sofocante y anti-climático. Sobre todo en los diálogos finales para cambiar de una escena a otra. Sobre todo porque constantemente se tratan temas que podrían desembocar en que la película se torne de género de verdad, pero todo queda en el vamos para quedar bien con todos. Eso es sin dudas lo más “flojo” que presenta la película. Después a la hora de ver y analizar otros aspectos técnicos y estilísticos hay que decir que es un trabajo curioso en donde se ven diferentes manera de encuadrar la cámara y se combinan formas de dirección a tal punto que por momentos parecería ser una película de Wes Anderson, en donde abunda el trípode y la centralización del plano y luego cambia radicalmente a escenarios más abiertos y “naturales” y es todo más dinámico. La música es otro gran acierto ya que hay un repertorio musical con todos hitazos, algunos remasterizados y re versionados pero no por eso peores. Y sin dudas un punto que sobresale son las actuaciones, sobre todo por Carey Mulligan que se roba la película porque, no sólo está en escena permanentemente, sino que puede reflejar a la perfección lo que el guion promete y falla torpemente. Por cierto, está más que bien acompañada ya que con ella se destacan los trabajos de Bo Burnham y Alison Brie. En pocas palabras Promising Young Woman es una película desafiante pero torpe, que podría pisar más fuerte si se decidiera a jugar fuerte de verdad y abocarse al género y no fluctuar tanto entre ellos. El exceso de literalidad repetido en sus diálogos le quita impronta y por momentos se banaliza el tema sensible que se trata, casi como atentando contra su propio subtexto.
La emoción superó a la grandilocuencia de la acción Cuatro años pasaron para ver la segunda película de La Mujer Maravilla. Cuatro años pasaron para ver la segunda película en solitario de La Mujer Maravilla. Cuatro años en donde, retrasos de mercado y pandemia mediante, mucha era la expectativa por volver a ver a la princesa amazona en todo su esplendor luego de su debut película en solitario de 2017. En esta secuela también dirigida por Patty Jenkins, encontramos a la protagonista Diana Prince/Wonder Woman (Gal Gadot) en la época de los 80, ya asentada en el mundo de los hombres y con la doble responsabilidad de mantenerse fuera de los grandes focos de atención y al mismo tiempo abocada a defender a quienes no puedan hacerlo de los malhechores. Este es el panorama que nos presenta WW84, ahora bien, de la misma manera que Diana intenta estar siempre dispuesta a ayudar a los indefensos también están quienes, con conflictos dignos de la época, buscan consolidarse en los puestos de poder para asegurarse un porvenir más frondoso en lo económico y ahí es donde entra en juego el antagonista principal de la película: Maxwell Lord (Pedro Pascal), un magnate petrolero de palabra pero que en el bolsillo sólo tiene deudas acumuladas con todos sus inversores. Con un panorama negro, como el petroleo que no logra conseguir, a Max no se le ocurre mejor idea que recurrir a una antigua piedra Maya que, según antiguos estudios e historias, logra concederle a su portador el deseo máximo que tenga. Casualidad mediante, dicha piedra se encuentra en el Museo del Smithsonian, lugar en donde Diana trabaja. Es entonces donde los caminos de nuestra heroína y nuestro antagonista se entrelazan pero no sin antes marcar a una tercera persona en semejante lío. Cómo si fuera poco, Barbara Minerva / Cheetah (Kristen Wiig), una nueva empleada del museo, llega antes que ambos a hacerse del extraño artefacto y ahí es cuando los problemas para la princesa amazona van a comenzar y el futuro del mundo descansa sobre sus manos. LEER The Suicide Squad: Detalles de la tecnología en la película y un nuevo póster IMAX Una de las diferencias notorias que puede tener esta película con respecto a la anterior es el tono. El tono que no sólo se muestra mediante chistes o la paleta de colores que la fotografía pueda demostrar, sino con lo que la película quiere transmitir en cuanto al subtexto que maneja. El film habla todo el tiempo sobre cómo reponerse de la pérdida, de cómo el paso del tiempo no puede cerrar las heridas sin ayuda de uno y de la importancia de sobreponerse a eso que nos hace falta y centrarnos en aquellos que hacen la diferencia real en nuestras vidas. Es ese el punto de partida de Jenkins, Geoff Johns y David Callaham a la hora de escribir el guion que, sin perder de vista las secuencias de acción épicas propias de un personaje como Wonder Woman, deciden enfocarse en el lado más terrenal de Diana para poder lograr una relación más profunda para con el espectador. Claro que esto no indica que la película sea perfecta, bien lejos está de serlo, ya que a lo largo de las extensas dos horas y media de metraje, el tiempo se termina sintiendo bastante y si bien es entretenida y emocionante, hay mucha parte de la trama que podría estar resumida y el desarrollo no se vería modificado sustancialmente. Después hay decisiones de guion que no son para nada innovadoras, otras que carecen de sentido y resoluciones que provocan que nuestros ojos miren para el techo, buscando algún tipo de escapatoria a esa decisión tomada. Si bien las escenas de acción dicen presente a cuenta gotas, esas pocas están muy bien logradas y funcionan de gran manera con la música, compuesta y retocada nuevamente por Hans Zimmer. Para no ser menos, las actuaciones logran eclipsar el mal o poco desarrollo de algunos personajes, por ejemplo el de Pedro Pascal. Lógicamente Gal Gadot vuelve a ser todo lo que Wonder Woman representa tanto en espíritu como imagen y Wiig da una buena interpretación de un personaje complicado de lograr por el CGI, pero que por una buena decisión de cómo es incluida esa posible falencia no se termina percibiendo. LEER The Suicide Squad: Detalles de la tecnología en la película y un nuevo póster IMAX En definitiva Wonder Woman 1984 es una correcta continuación de la vida de Diana Prince en el mundo de los hombres, sobre todo por el camino emocional que realiza la protagonista. Si bien tiene algunas aristas que logran que la película no sea completamente eficaz, pequeños elementos logran emparejar el panorama.
Bad Boys For Life es la típica película de acción en la que uno permanentemente sabe que es lo que va a suceder y sin embargo el espectador logra disfrutar ese camino. Gracias a la vertiginosidad de su montaje y la química de sus protagonistas este recorrido furioso por Miami generará las ganas de ser uno más con Will Smith y Martin Lawrence. 17 años han pasado desde la última vez que pudimos ver a la pareja de detectives conformada por Mike Lowrey (Will Smith) y Marcus Burnett (Martin Lawrence). En aquella oportunidad, y luego de tener dos películas en el lomo, la franquicia de los chicos malos parecía que tenía fecha de vencimiento ya que la última cinta había bajado considerablemente su calidad en comparación con la primera y la baja respuesta de la crítica parecía haber terminado para siempre con la historia que el explosivo Michael Bay había llevado a los cines. Pero como de reboots, remakes y secuelas vive la industria en estos tiempos, los detectives más pesados de Miami volverán a hacer de las suyas en lo que se espera sea su última misión en Bad Boys for Life. Ahora con Adil El Arbi y Bilall Fallah a la cabeza del proyecto, la tercera entrega de la franquicia de acción policial vuelve a ubicarnos en la Miami cuidada por Mike (Smith) y Marcus (Lawrence) pero con éste último ya pensando seriamente en el retiro de la fuerza, un retiro que se hará concreto luego de que Mike sea baleado en el medio del centro de la ciudad por un misterioso criminal del que nada se sabe. Mientras Marcus se distancia de la fuerza, Mike -luego de su recuperación- comenzará una misión de venganza y justicia por mano propia para encontrar a quién intentó acabar con él. Pero como no podrá hacerlo solo él tendrá que unirse con AMMO, una fuerza de elite que cuenta con las mejores armas y la tecnología necesaria como para encontrar al misterioso criminal. De ésta forma Mike tendrá todo a su disposición para encontrar a quién quiso eliminarlo e incluso aclarar algunos aspectos de su vida que él creía terminados. Esta nueva aventura cargada de adrenalina y acción llega manejando el mismo estilo de película que sus predecesoras. ¿Que quiere decir esto? Muchas explosiones (muchas sin sentido), un derramamiento de balas exagerado, persecuciones a toda velocidad por autopistas, muchos insultos y una trama que encuentra elementos puntuales para continuar cuando pareciera haberse agotado. A pesar de que en una primera instancia estos elementos, y su enumeración, puedan parecer que conforman una película más del montón e insufrible, la experiencia termina siendo totalmente inversa y logran definir a ésta entrega de la franquicia cómo un paso adelante con total firmeza. Con un guion escrito por Chris Bremmer, Peter Craig y Joe Carnahan, la historia no se diferencia bastante a lo que ya hemos visto pero las formas es lo que cambian y éstas terminan haciendo la diferencia, siempre teniendo en cuenta los límites y el veraz que una película de acción como ésta tiene. Hasta el más reacio a este tipo de cintas no va a poder evitar divertirse viéndola y eso se debe principalmente a la química entre protagonistas y al sentido del humor que tiene la película, un humor que si bien tiene sus altibajos y a veces la reiteración de chistes tiende a cansar un poco, son mas las veces que las situaciones hacen reír que las que no. Las escenas de acción están muy bien coreografiadas y los momentos en donde todo explota por los aires y las balaceras comienzan se ven realmente muy bien. Un punto clave para la cinta es su montaje y edición ya que gracias a esto el relato fluye naturalmente y lo suficientemente ligero como para que en los momentos más calmos el espectador no se aburra y toda su atención se pose en los segmentos de acción pura y desenfrenada. Todas la perfomances de los actores y actrices están sobre el estándar que estás películas suelen manejar. Con algunos momentos mejores que otros y sobre todo mermando en lo que a idioma se refiere, cada uno de los personajes logra tener su momento de ser protagonista y cada una de las piezas funciona de la mejor manera. Obviamente todas las luces están puestas sobre Will Smith y Martin Lawrence y ellos, a pesar del paso del tiempo que ya se empieza a notar, no defraudan y mantienen entre sí la química que hizo que la franquicia tenga un sentimiento tan particular y propio de ellos. A fin de cuentas Bad Boys Para Siempre es el fiel regreso de una de las sagas de acción de culto gestada dentro del presente milenio y que tiene todo para seguir explotándose a futuro. Su humor, las escenas de acción y la velocidad de un montaje que la vuelve frenética son las razones por las que ésta película marcará al espectador a tal punto que lo hará ser uno de estos chicos malos de Miami.
SONIC es divertida, entretenida y con mucho corazón. Las grandes actuaciones de sus protagonistas estrellas acompañan de manera excelente a la simpatía que genera el erizo más veloz de la Tierra. La historia de las adaptaciones de vídeojuegos al cine ha sido un camino transitado en varias oportunidades y su gran mayoría suele terminar de la misma manera: para el olvido. Si bien durante un largo período de tiempo los estudios se dieron casi por vencidos en cuanto a la continuidad de esas películas, en los últimos años Hollywood decidió darle una nueva oportunidad a las cintas basadas en juegos y más confiados que nunca luego de que el año pasado se estrenase Detective Pikachu y lograra, dentro de todo, unificar las opiniones del público y de la crítica. Gracias a ese último empujón que dio la película del simpático roedor eléctrico y amarillo es que ahora otro roedor, pero azul y súper veloz puede tener su propia cinta. Estamos hablando ni más ni menos que de SONIC (Sonic: The Hedgehog) un icono inconfundible en la cultura popular y la cara de SEGA, una de las empresas que diseñan vídeo juegos más emblemáticas de la historia gamer. Ahora en manos del director Jeff Fowler y con un guion escrito por Patrick Casey y Josh Miller llega la primera película live action del erizo azul en donde nos presentarán los origines de Sonic (Ben Schwartz) y podremos descubrir que él viene de un antiguo y extraño planeta pero que por diferentes situaciones terminó refugiándose en la tierra, más exactamente en un pequeño pueblo de California. Allí luego de vivir durante más de 10 años entre los ciudadanos y sin que ellos se diesen cuenta de su presencia y tras un arrebato de su increíble poder, el gobierno empezará a sospechar de que hay algo fuera de lo normal en ese pueblo y ahí es cuando entrará en juego el brillante pero psicótico doctor Robotnik (Jim Carrey) que utilizará toda su artillería rebotica para hacerse del erizo. Ante el peligro inminente Sonic tendrá que aliarse con Tom Wachowski (James Marsden), el jefe de policía del pueblo, para lograr sobrevivir a los constantes ataques de Robotnik. Luego de todos las idas y vueltas que se produjo gracias al cambio de diseño de un personaje tan emblemático como Sonic, las expectativas de ésta película no venían en alza ni mucho menos, pero afortunadamente el trabajo de los guionistas para crear una historia concreta y que logre reflejar la esencia del personaje logró anteponerse a los prejuicios que se podrían tener. Sin ser una película innovadora en ningún aspecto a lo largo de su poco más de hora y media de duración la cinta se encarga de dar pasos firmes hacia delante para lograr conmover a quienes ya conocían de antes al personaje y también de atrapar a los más chicos que aún no lo conocen tanto. Lo bueno del guion que posee es que está claramente direccionado a atrapar a una generación que no creció ni jugando a los juegos y menos viendo las diferentes series animadas, entonces las bases necesarias para crear un vinculo entre historia – espectador están perfectamente seteadas. En cuanto a las actuaciones tanto de Jim Carrey como de James Marsden hay que decir que están a la altura de sus carreras y sobre todo la de Carrey que desde un primer momento había sido criticado por su designación cómo villano pero que una vez más demuestra que interpretando a estos tipos de villanos “freaks” son los que a él le gustan y los que le quedan más cómodos a pesar de que por momentos él tiene excesos de esa excentricidad. Marsden acompaña más que bien y se encarga de darle la cuota de humor “serio” a la película cómo para que los más grandes también puedan disfrutar de la cinta. Y sin dudas el personaje que mejor está, y que mejor se ve, es Sonic. Luego de una corregida a las corridas por su diseño original es impresionante lo bien que se lo ve y lo bien que queda el personaje interactuando con personas reales (mayoritariamente). A fin de cuentas, SONIC: La Película es una más que correcta primera aventura del erizo más rápido del mundo. Gracias a su simpleza en el guion y a las actuaciones de sus estrellas que acompañan de manera perfecta a la simpatía del veloz roedor se termina concretando una cinta entretenida en todo momento y que sienta las bases para continuar explorando el mundo de los fichines pero en la pantalla grande.
Divertida y cargada de acción comiquera, Aves de Presa se consolida como una de las películas más concisas de todo lo que ha propuesto DC en el último tiempo. Un gran labor de su directora y guionista, y un compromiso de parte de su elenco para con los personajes que se nota desde el primer momento son las claves principales para que ésta película funcione de manera correcta. Después del estrepitoso fracaso en críticas que sufriera Escuadrón Suicida (Suicide Squad, 2016) habían contados elementos de los que DC y Warner podrían aferrarse para continuar expandiendo su basto universo de personajes e historias. Uno de ellos fue la primera participación live action de la doctora Harleen Quinzel o mejor conocida como Harley Quinn. La siempre fiel acompañante del Joker tuvo una primera adaptación que despertó el interés del público a tal punto que desde esa explosión viral hace ya cuatro años, lo más normal es que en cualquier convención de cultura pop o fiesta de disfraces particular haya un disfraz de ella. Pero claro que para que el personaje tuviese tanta buena aceptación fue clave la actuación de Margot Robbie ya que la actriz desde el primer momento se involucró de lleno en el desarrollo del personaje y en varias oportunidades ella se ha manifestado declarando un amor por Harley. Pero claro, a pesar de recaudar millones en taquilla, a la película le fue muy mal en críticas y por eso era muy poco probable que volviésemos a verla en la gran pantalla por lo menos por un buen tiempo. Con decisiones editoriales en el medio y cambios en cuanto a la dirección del Universo DC y teniendo en cuenta que el personaje de Margot continuó siendo furor, una nueva oportunidad de ver a Harley Quinn se presentó y es por eso que ahora llega a los cines de todo el mundo Birds of Prey (and the Fantabulous Emancipation of One Harley Quinn). De la mano de Cathy Yan en la dirección y con un guion escrito por Christina Hodson, esta nueva aventura cuenta que fue lo que pasó con Harley Quinn (Robbie) luego de que el Joker se haya escapado con ella al final de los sucesos vistos en Escuadrón Suicida, pero lejos de toda la felicidad que en ese momento Harley creía tener, ella ahora estará separada para siempre del Payaso del Crimen y estará en la búsqueda de seguir sosteniendo su ritmo y estilo de vida pero ahora sin las ventajas que antes tenía con el Guasón. En este camino que ahora le toca transitar Harley terminará reunida con un grupo de mujeres compuesto por Helena Bertinelli/Huntress (Mary Elizabeth Winstead), Dinah Lance/Black Canary (Jurnee Smollett-Bell), la detective Renee Montoya (Rosie Perez) y Cassandra Cain (Ella Jay Basco), que en una primera instancia no tienen mucho que ver una con la otra salvo por un enemigo en común: Roman Sionis/Black Mask (Ewan McGregor) un empresario del bajo mundo de Gotham que por diferentes razones termina provocando el enfado de estas mujeres que buscarán acabar con él usando todos los recursos que tienen a su alcance, incluso la estrafalaria y particular locura de Harley Quinn. Partiendo de la base de que ésta película podría funcionar como secuela o spin-off del Suicide Squad eran lógicas las dudas que se podían tener en cuanto a su calidad como producto cinematográfico. Sin embargo una vez más el cine da muestras de que los prejuicios, por más razones que el público pueda llegar a tener, pueden ser refutados en apenas 110 minutos de material. Si bien la película comienza de manera tambaleante en cuanto a modo de narrar la historia, esas maneras se van aclarando con tal avanza el relato y una vez que se logran establecer todas las líneas temporales, juega mucho con el flashback, la historia propiamente dicha se aclara y deja el camino preparado para los eventos que realmente valen la pena ver. El guion con el que cuenta la película tiene como detalle particular que juega permanentemente con el espectador rompiendo la cuarta pared de una forma en la que no se lo nota pesada ni mucho menos aburrida. Como para poner un ejemplo, es lo más cercano que una película ha logrado estar a Deadpool (2016), ya que no sólo en la metatextualidad está su punto más alto sino también en el aspecto humorístico y en lo que a violencia explícita se puede considerar tomando todos los riesgos necesarios como para impactar al espectador creando escenas memorables. A pesar de que la historia per se no contenga una gran cantidad de giros o una complejidad demasiado desarrollada, los caminos que son utilizados ayudan a reemplazar esa falta de contenido y metiendo desarrollo de personajes secundarios como para balancear esa falta de historia con la necesidad de presentar todos personajes nuevos. Más por el lado de la dirección muchas críticas había recibido la directora con respecto a las escenas de acción, la mayoría utilizando el prejuicio de “las directoras no saben hacer películas de acción” y la verdad es que con la ayuda del director de John Wick para pulir todas las coreografías ya planteadas lograron concretar peleas que están a la altura de lo que una película de acción y comiquera requiere. Al mismo tiempo el ambiente que se logra generar gracias al buen uso de la fotografía, resaltando los colores y la oscuridad cuando es debido, y a la elección de temas musicales, aspecto que un poco se asemeja al de su predecesora, crean una experiencia disfrutable en todo momento del metraje. En cuanto a las actuaciones ya no hay discución con lo que Margot Robbie puede hacer gracias a su versatilidad como actriz y también por el cariño notorio que tiene para con el personaje y esa “relación” puede notarse desde el primer fotograma en el que aparece consolidando para ella una brillante nueva interpretación. Si bien el resto del elenco cumple con creces, a ninguna de las “Aves” se le puede reprochar nada ninguna logra destacarse por sobre el resto. El que si logra destacarse es Ewan McGregor en su rol de villano y aprovecha su oportunidad para pisar fuerte en el mundo comiquero. Él logra dar una gran interpretación de un personaje que no había sido encarado antes en cines y lo mismo en cuanto a lo que su personaje realiza, ya que las motivaciones de Black Mask son más “simples y cotidianas” que otros villanos pudiesen tener. Ese es un aspecto que las películas de DC, en el último tiempo, no habían abordado y en esta ocasión fue aprovechada al máximo. Aves de Presa llega como la primera película comiquera protagonizada por un grupo de mujeres y logró funcionar de una manera impecable pese a la simpleza de lo que la trama propone. Los caminos que utiliza su directora, el guion que aprovecha lo que tiene al máximo y una más que satisfactoria labor de sus intérpretes consolidan a ésta película como una de las más estables y concisas del Universo DC.
Mujercitas de Greta Gerwig está destinada a ser un clásico inmediato. En esta peli todo funciona, desde su reconocido elenco hasta su puesta en escena. Un film que no le dan ganas al espectador de levantarse de su butaca. Mujercitas o Little Women es una historia americana que ya lleva más de 150 años siendo parte de las novelas más preponderantes de la literatura mundial. Una de las razones de que ésta sea un éxito son los temas que trata el libro y que va más allá de lo que tenga que ver con la guerra civil estadounidense. La búsqueda de la identidad, los sueños, las aspiraciones y las relaciones de un grupo de mujeres que tienen que hacerse grandes de golpe atravesando situaciones poco propias de su edad, son los detalles que hacen que la novela haya sido un clásico desde su primera publicación hasta la actualidad. Claro que tal fue el éxito que su adaptación al cine fue algo que se tenía que dar más temprano que tarde y es por eso que Mujercitas ya tiene cuatro adaptaciones, contando ésta, en la gran pantalla (1933, 1949, 1994, 2019) y dos adaptaciones en formato serie (1978, 2017). Todas tienen en común algo y lejos tiene que ver con respecto a su calidad, algunas peores otras mejores, y es que siempre han servido de motivación para que diferentes generaciones de mujeres pudieran verse reflejadas en las pantallas, luego de haber leído la novela. Ahora, 26 años después de la última adaptación del libro le llegó la hora a Greta Gerwig (Lady Bird, 2017) la oportunidad para brindarle al mundo su visión de Mujercitas y es gracias a ella que una nueva generación de mujeres tendrá en la gran pantalla una versión más fresca y novedosa de la ya clásica novela con las actrices del momento e imprimiendo su estilo propio. En ésta película, que tiene como contexto político histórico la guerra civil norteamericana, la trama se centra en las hermanas March: Jo (Saoirse Ronan), Meg (Emma Watson), Amy (Florence Pugh) y Beth (Eliza Scanlen). Todas y cada una de ellas son diferentes entre sí en cuanto a lo que a aspiraciones se refiere y es por eso que la historia gira en torno a los planes que van pensando con respecto a su futuro. En un ida y vuelta constante entre presente y pasado se podrá ver, más generalmente desde el punto de vista de Jo, cómo su familia fue creciendo a través del tiempo y cómo cada una de las hermanas fue haciendo su propio camino. Mujercitas es una de esas historias en las que muchas veces se ha predominado por profundizar el qué por ante el cómo (sin quitarle ningún tipo de mérito a la historia). Pero ésta nueva versión escrita y dirigida por Greta Gerwig logra elevar muchísimo más que otras versiones de la misma novela por el estilo tan particular de su directora. Como primer gran acierto, la película utiliza constantemente el recurso de los flashbacks utilizando a las mismas actrices en ambas líneas temporales utilizando a un 100% la calidad de cada una de sus actrices protagonistas. Partiendo desde allí y sumado a este recurso narrativo, que al principio se lo nota algo engorroso y prematuro, una utilización de la fotografía que aclimata cada uno de los espacios temporales con una paleta de colores diferentes como para despejar cualquier duda que pueda llegar a darse con respecto a en qué momento está pasando cada situación. Estos elementos puramente artísticos hacen que la película sea un disfrute completo desde que empieza hasta que termina e incluso le dan ganas al espectador de saber qué más pasó, que haya más para contar y para mostrar y eso es enormemente valorable. Sumados a la maravillosa fotografía que tiene la película, otro de los aspectos artísticos que sobresalen es el de la banda sonora compuesta en su totalidad por Alexandre Desplat de forma exclusiva para ésta cinta y que viene a ser la frutilla del postre para este maravilloso relato que termina siendo hermoso de ver y de escuchar a tal punto que uno puede sentir perfectamente lo que la película ofrece. Si bien el género de la cinta está considerada como dramática, Gerwig se encarga de imprimir un sentido del humor muy característico de ella, que ya supo transmitir en Lady Bird y que lo hace de igual manera cuando se encarga de actuar. Esa conjunción de géneros y los momentos en donde cada uno toma una preponderancia en el guion están perfectamente ejecutados, no hay ningún momento en que los discursos de los personajes se vean contradictorios entre sí y mucho menos fuera de lugar. De hecho la película logra pasar por todas las emociones posibles y ninguno de esos segmentos son forzados y todos tienen su sustento en el guion. Otra cosa que funciona a la perfección es el discurso que tiene la película para con el espectador, sin ningún tipo de vueltas y yendo al hueso directamente la directora toma la premisa original de la novela y la profundiza de una manera directa pero sutil sin caer en golpes bajos o en una bajada de línea que poco tenga que ver con la trama de la película, es más hace todo lo contrario porque para aquellos que no quieran “captar” el mensaje desde el primer momento el guion está compuesto para que ese discurso termine llegando de igual manera. Siguiendo con la cadena interminable de aciertos de Gerwig para con la película, la elección de las actrices y actores que tienen lugar en la cinta parecería no poder haber sido mejor. Dentro de las cuatro actrices protagonistas -Ronan, Watson, Pugh y Scanlen- es muy difícil determinar cuál fue la que estuvo mejor porque todas realizan una soberbia interpretación de sus personajes, cumpliendo sus respectivos roles y aprovechando cada uno de los minutos que están en pantalla. Tan bien están todas que sus actuaciones parecieran complementarse cuando interactúan juntas y allí se ve la mejor versión de cada una. Pero completando el elenco hay intérpretes de un nombre demasiado rutilante como para ser totalmente complementarios y todos logran adaptarse de la mejor manera; Laura Dern, Timothée Chalamet, Meryl Streep y Bob Odenkirk son los nombres que en cualquier otra producción hubiesen estado a la cabeza del poster o marquesina, pero que con buen tino supieron adaptarse y otorgarle el protagonismo necesario a las ya mencionadas actrices. La nueva versión de Mujercitas tiene todos los condimentos necesarios como para convertirse en un clásico inmediato. Su directora supo de manera exacta y precisa los elementos que retocar como para que la historia clásica tuviera una renovación que no le jugara en contra y logre convertirse en, por ahora, la mejor adaptación del clásico literario. Un guion sin fisuras, un despliegue artístico de gran desenvolvimiento y un elenco de actrices que funcionan en todo momento le dan a Mujercitas el salto necesario como para pelear de lleno en los ya inminentes premios de la Academia.
1917 es una maravilla visual y técnica que mediante su maravillosa realización logra enaltecer una historia que a priori no tiene demasiado atractivo pero que a fin de cuentas termina siendo una historia que tiene todas las emociones posibles. Escrita y dirigida por Sam Mendes (007: Skyfall), con la colaboración en el guion de Krysty Wilson-Cairns, llega a nuestros cines 1917, una película de la cual se viene hablando mucho gracias, entre otras cosas, a la decisión de Mendes de rodarla cómo si fuese un plano secuencia. En ella, el director nos teletransportará a la Primera Guerra Mundial y nos meterá de lleno en un pelotón inglés y más específicamente en dos soldados: Schofield (George MacKay) y Blake (Dean Charles Chapman). Ellos tendrán la importante misión de atravesar las líneas enemigas alemanas para darle un mensaje urgente al Coronel de un pelotón aliado que se aproxima a lo que parece ser una emboscada. Los dos soldados protagonistas deberán correr una carrera contra el tiempo para evitar que sus tropas caigan ante las fuerzas enemigas e intentar lograr una ventaja frente a sus adversarios. A lo largo de sus casi dos horas de duración la propuesta que otorga Mendes logra deslumbrar al espectador desde su primer fotograma. Con un despliegue técnico asombroso y un manejo de la tensión que va subiendo y bajando de acuerdo a lo que la trama propone, la cinta termina estando a la altura de las expectativas que se tenían de ella. Si bien podría parecer que dicho despliegue “merecería” tener una historia más frondosa, en donde más personajes tengan un tiempo en pantalla más prolongado y más desarrollo, el guion se las ingenia para que esas primeras impresiones queden en el olvido una vez que la historia se desarrolla. Lo más importante para que el espectador vea es la relación entre los dos soldados y ver como ambos se las ingenian para lograr su cometido con todas las trabas que puedan tener y a pesar de que ésta situación al comienzo del film, sobretodo su relación, no es de un interés demasiado grande, esa relación se va a ir incrementando con tal los minutos van pasando y el espectador puede verse involucrado en esa relación también. Dos aspectos que hacen de la película una experiencia increíblemente disfrutable son la fotografía y la composición de la banda sonora. En el primer aspecto hay que destacar a Roger Deakins como un protagonista esencial para la puesta en escena ya que a ésta altura ya tiene colaboraciones con el director (007: Skyfall) pero que además es el responsable de haber logrado las magníficas puestas visuales en sus trabajos con Denis Villeneuve (Blade Runner 2049; Sicario; Prisoners) o con los hermanos Coen -juntos o por separado- (No Country for Old Men; The Big Lebowski; Fargo). El trabajo de Deakins es absolutamente brillante y lo que otorga es realmente increíble sobre todo en una escena que se desenvuelve de noche y ahí los colores y su conjunción de ellos brindan una imagen final emocionante. De la mano con el tema visual, el trabajo de la banda sonora, la mezcla de sonido y su edición no se quedan atrás. Thomas Newman, quién vuelve a trabajar también con Mendes, es el responsable número uno de que el espectador logre sentir empatía con los personajes, cosa que el guion no hace del todo, gracias a las notas que acompañan su aventura cuasi suicida. La banda sonora es gran responsable de que la tensión se maneje logrando un in crescendo, notorio pero efectivo, que denotan cuando la situación se va a poner más o menos complicada para los protagonistas. Si bien el elenco está compuesto por actores de renombre y primer nivel mundial como Colin Firth, Mark Strong, Andrew Scott, Richard Madden y Benedict Cumberbatch, los que se destacan por sobre todos ellos son los protagonistas MacKay y Chapman. No sólo por el tiempo que tienen en pantalla, sino por lo que también brindan física y, sobre todo, expresivamente. Sin duda alguna el gran intérprete que tiene ésta película es George MacKay que da una clase de actuación yendo de menos a más en todos los aspectos ya que en una primera instancia el ni siquiera sería el protagonista principal de la trama. 1917 es una de esas películas que no se puede dudar de ir a ver a la gran pantalla. Gracias a un despliegue técnico brillante y un par de actuaciones que la ponen en la carrera para llevarse el Oscar a mejor película. Si bien desde lo que a guion se refiere la cinta no tiene los atributos necesarios para considerarla como una de las grandes producciones bélicas de los últimos tiempos su calidad visual y la decisión de filmarla como un falso plano secuencia harán de ella una película difícil de olvidar.
Es la típica película de agentes secretos, pero que ahora llega en formato animación. Su guion poco creativo es la principal causa de que para los chicos pueda resultar entretenida pero un suplicio para sus acompañantes mayores. Dirigida por Troy Quane y Nick Bruno y escrita por Brad Copeland llega a los cines argentinos Espías a Escondidas (Spies in Disguise, 2019), una aventura animada que se centra en las misiones del famoso espía Lance Sterling (Will Smith) al que luego de un trunco trabajo al intentar recuperar un valioso artefacto, que cayendo en las manos equivocadas puede hacer que el bienestar del mundo peligre, lo empiezan a incriminar y culpar de traición ya que otra persona se está haciendo pasar por él. En pleno escape de sus superiores, Lance terminará recurriendo a una joven promesa que se encarga del desarrollo de armamento y utensilios tecnológicos, que previamente fue despedido por el propio Sterling, llamado Walter Beckett (Tom Holland), un muchacho que tiene más ganas de cambiar el mundo que oportunidades para hacerlo y gracias a su particular forma de ver el mundo muchos le dan la espalda. Pero cómo si esta nueva alianza no fuera todo, Lance terminará convirtiéndose en una paloma gracias a uno de los experimentos de Walter y en el medio de la búsqueda de un antídoto que lo vuelva a su cuerpo ambos emprenderán un viaje a través del mundo para encontrar a quién se está haciendo pasar por él para poder limpiar su nombre y salvar al mundo. A lo largo de de los 102 minutos de duración que tiene este film, quizás el peor error que esta cinta posea es el de su guion simple y previsible ya que este es sólo un conjunto de diferentes historias de espías puestos en una sola trama. Desde que comienza hasta que termina, la película no ofrece ningún tipo de sorpresa o vuelta narrativa que produzca en el espectador un verdadero interés y la principal razón es que el nudo de la trama no es para nada original. Obviamente, esta película en particular es el típico caso que puede referirse como “una película para chicos” ya que si bien la trama no es para nada interesante, los más pequeños la encontrarán divertida por su humor físico, muchas veces excesivo y sin sentido, y sus secuencias coloridas. Lamentablemente sus desarrolladores no tuvieron en cuenta a quienes sirven de acompañantes ya que básicamente es una invitación al aburrimiento, salvo por escasos momentos. En cuanto a la animación no hay nada novedoso, si bien es una cinta que se ve bien no sorprende en ningún momento. Ni los fondos y mucho menos la creación de personajes dan el salto de calidad necesario como para que se recuerde esta película. La edición de sonido y la composición de la banda sonora tampoco dan la talla ya que por momentos se elige, sin ningún tipo de propósito narrativo puntual, acentuar más uno que otro y en el metraje final eso queda muy desprolijo y es inmediatamente reconocible. La selección de los actores para poner las voces es correcta pero no mucho más que eso. Siendo Will Smith el único que le da un poco de valor a su personaje, básicamente está inspirado en él, el resto de las voces no parecieran tener ningún sentido de ser conocidas. Ni siquiera Tom Holland puede hacer con su reconocible voz hacer de que su personaje sea un poco más entrañable y mucho tiene que ver con el hecho de tener que cambiar su acento natural y ponerle uno totalmente aleatorio que le sacan su sentido de pertenencia. Espías a Escondidas es la típica película que funciona durante el momento pero que minutos después cae en el olvido intempestivamente. Un guion que busca la conexión con los más chicos pero que se olvida totalmente de los más grandes proporciona diversión sin fundamentos en toda su duración. Ni las voces de actores reconocidos a nivel mundial logran levantar ésta película que terminará pasando sin pena ni gloria por las salas de cine.
La nueva versión del Doctor Dolittle no sólo está lejos de poder ser comparada con la saga de Eddie Murphy de los 90 sino que también está a años luz de poder pensarla como una película mediocre. Para quienes hemos nacido en los 90s era más que común en alguno de los días del fin de semana, encontrar al gran Eddie Murphy interpretando al papel por el que una generación de chicos, o más, conocieron al gran comediante. Ese papel era el del Doctor John Dolittle, un soberbio doctor que durante mucho tiempo reprimió una curiosa habilidad que poseía: la de poder hablar con los animales. Esta historia que está adaptada de una saga de cuentos británicos creada en 1920 por el escritor inglés Hugh John Lofting bajo el nombre de “La historia del Dr. Dolittle” narra las aventuras de un doctor veterinario que mediante su poder de comunicación con los animales lograba curarlos de manera veloz y acertada. Si bien las primeras dos películas que encabezó Eddie (1998 y 2001) son consideradas como películas de culto por parte de los cinéfilos millennials, la crítica no fue tan benévola con ambas cintas y luego de la segunda parte Murphy se despidió del personaje. No obstante luego de un par de años, esa misma franquicia se extendió por tres entregas más (2006; 2008; 2009) pero todas pasaron sin pena ni gloria y la franquicia finalmente terminó. Hoy, más de una década después, llega en forma de reboot una nueva adaptación de la obra literaria de Lofting apuntando a ser un poco más fiel que las versiones anteriores ambientando la trama en la época victoria de Londres y recurriendo a una de las caras más reconocidas en todo el mundo hoy por hoy: Robert Downey Jr. Con la dirección de Stephen Gaghan y un guion escrito por el propio director en colaboración con Chris Mckay y Thomas Shepherd llega a los cines de nuestro país Dolittle (2020); en esta oportunidad la trama gira en torno al joven inglés Tommy Stubbins (Harry Collett) quién gracias a las presiones de su familia termina hiriendo de gravedad a una ardilla en un día de cacería. En la búsqueda de alguien que lo ayude, Tommy termina llegando a una mansión abandonada donde antes ejercía de veterinario el Doctor John Dolittle (Downey Jr) pero que ahora bastante alejado se encuentra de esa realidad. Pese a negarse en una primera instancia, el Doc. termina asistiendo al roedor pero en medio de la cirugía una niña llamada Lady Rose (Carmel Laniado) entra en escena cuando, en representación de la Reina Victoria, le comunica al doctor que la mayor autoridad de Inglaterra está gravemente enferma y que requiere de sus servicios. Luego de diagnosticarle a la Reina que le quedan escasas horas de vida, el Doctor Dolittle y Tommy se embarcarán en una aventura en la que deberán cruzar el océano hacía una isla desconocida en la búsqueda de una medicina que nadie ha visto jamás. Por supuesto que ellos no estarán solos, ya que también estarán presentes en la aventura una gran manada mixta de animales que ayudarán de una forma u otra a salvar la vida de la Reina. Esta nueva adaptación de Doctor Dolittle no sólo está a años luz de distancia de lo que supieron ser las películas de los noventa, sino que también está terriblemente lejos de poder considerarla como una película pasable. Gracias a un guion que hace que el verosímil de la cinta (que bastante poco creíble ya de por sí es) sea una payasada total, la película intenta explorar por diferentes lugares la comedia y la aventura y en ambas termina fracasando estrepitosamente. Desde el diseño de los animales con un CGI de muy mala calidad y una posterior mezcla de voces que en ningún momento dan gracia ( y algunos actores ni alcanzan a ser reconocibles) cada uno de los personajes “pelean” para ver quien tiene el momento más bochornoso y patético. A lo largo de sus cien minutos de duración, la trama da vueltas sobre sí misma una y otra vez logrando que el espectador termine perdiendo el foco totalmente. Quizás para este tipo de films el aspecto que más se tiene en cuenta en la pre-producción es la de crear una aventura familiar que sea divertida y que entretenga pero de manera inconcebible, en esta oportunidad, no terminan pasando ninguna de las dos cosas decretando un bodrio soporífero para los grandes y algo totalmente olvidable e ingenuo para los más chicos. Obviamente que en cuanto recursos narrativos o desde la puesta en escena no hay ningún aspecto que sea claramente destacable y mucho menos innovador. Una gran interrogante que quedaba en el medio de esta producción era ver cómo iba a responder Robert Downey Jr. luego de dejar de ser Iron Man y la verdad es que la respuesta a esa pregunta es para nada alentadora. Con una actuación totalmente exagerada y ridícula en donde se lo nota totalmente incómodo y fuera de eje. Cómo voces del, bastante poco simpático, elenco que participa siendo animales se encuentran estrellas de primer nivel mundial como: Emma Thompson, Rami Malek, Tom Holland, John Cena, Kumail Nanjiani, Octavia Spencer, Ralph Fiennes y Selena Gomez. Otro de los grandes problemas es que todos y cada uno comparten como característica principal la poca participación que tienen y que en sus breves apariciones no logran generar absolutamente nada en el espectador. Hay quienes apenas tienen 3 líneas de diálogo y otros muchas más, pero para ambos casos el resultado de su tarea es el mismo: olvidable totalmente. Esta nueva versión de Dolittle es un desastre por donde se la mire. Aburrida, poco graciosa, con actuaciones completamente lamentables y un guion paupérrimo, no hace más que enaltecer lo que Eddie Murphy supo brindar hace ya más de 20 años.