Una saga innecesaria. La primera entrega de Aviones ya era bastante floja: una extensión del universo de Cars de John Lasseter, pero con el protagonismo de vehículos del aire. El mayor inconveniente del film era la falta de ideas; el desafío era tomar algo ya establecido previamente -con bastante éxito, por cierto- y redondear una nueva aventura, pero el resultado fue una mayor carencia en el desarrollo de sus personajes y la historia en sí. Con Aviones 2: Equipo de Rescate, su realizador Roberts Gannaway vuelve a cometer los mismos errores de aquella primera parte. En esta oportunidad, Dusty -el humilde avión fumigador que se convierte en el as de las carreras- tendrá un desperfecto mecánico que le hará replantearse su futuro, por lo que se entrenará para ser un avión hidrante y buscar un nuevo destino. Es lógico que lo que mande sea la taquilla aunque ante una película fallida como la primera, sólo pensar en una segunda parte resulta más que innecesario, ya que tanto los personajes conocidos como la mayoría de los nuevos que se incorporan en esta nueva obra carecen de carisma, lo que deriva en que su intento por ser héroes -a pesar de su bondad o valentía- no resulte atrayente. También dejan bastante que desear las escenas relacionadas con la acción o la aventura. La mayoría de los problemas de Aviones 2: Equipo de Rescate recaen en no contrastar esto con la comedia y a pesar de que algún que otro chiste puede caer simpático, el film nunca termina de convencer en ese plano, algo fundamental para el prototipo de personajes que desarrolla la película. Con un nivel visual bastante inferior a lo que resulta la media de Pixar y Dreamworks, esta nueva obra de Disney no logra salir de su intrascendencia. Estamos ante otra película que hace uso del 3D más como una moda que como un elemento central en lo narrativo y demás aspectos técnicos, cuando esta tecnología podría haber acrecentado la emoción de un film que nunca termina de despegar.
Caída libre Antes de que fuera concebida esta propuesta que nació de Cars. Disney toons, responsable de este spin-off, nunca tuvo buena suerte en las secuelas. Así fue como durante finales de los 90 y principios de siglo se encargaron de destruir clásicos de Disney con secuelas innecesarias como la de Aladdín, La sirenita o Bambi, por citar algunos ejemplos. Sin embargo, al notar que lo suyo no eran las secuelas se centraron en los spin-off, y así surgieron Tinkerbell (que tuvo gran éxito y es una rareza de este estudio) y Aviones. Voy a detenerme en esta propuesta que si bien la primera película era un clon de Cars, no entiendo cómo recaudó 200 millones con un presupuesto de 50, ya que en vez de ofrecer un universo diferente se encargaron de calcar a su serie madre. No obstante, los creadores no dudaron en poner en marcha la secuela. Aviones 2 manda por la borda todo lo que se mostró en su predecesora, no podría considerarla una secuela, sino más bien una película independiente que apenas guarda relación con ella e ignora casi todos los sucesos de la primera. El argumento es el siguiente: Dusty, tras haber ganado el campeonato mundial, empieza a tener problemas con su motor por lo que deberá bajar su marcha y se mete de lleno a ser un avión de rescate sólo para ayudar a un amigo, desde luego que no será fácil. El mensaje es claro: adaptarse a todos los problemas de la mejor forma posible, claro que no va a ser fácil al principio. Pese a todo, Aviones 2 tiene una duración justa de unos escasos 83 minutos que si bien se hace amena, a su vez es una contra porque los nuevos personajes apenas son desarrollados y la película al terminar deja al espectador con la eterna pregunta ¿Eso es todo? Por otro lado, destaco los paisajes que se desarrollan durante los primeros minutos, reconozco que a nivel visual mejoró muchísimo con el anterior film, pero eso no alcanza para una buena propuesta infantil. Si bien desde 2010 Disney resurgió con films como Enredados (Tangled, 2010), Valiente (Brave, 2012)) o Frozen: una aventura congelada (Frozen, 2013), Aviones 2 es un paso atrás de las producciones de la casa del ratón Mickey.
Superando Obstáculos Para ser un avión fumigador y creer en sus instintos a Dusty le ha ido muy bien, y en esta nueva entrega Aviones 2: Equipo de rescate (Planes 2: Fire & Rescue, 2014), el spinoff de Cars cambia el tono de competencia hacia un mensaje más motivador, en el que valores como trabajo en equipo y esfuerzo son sus principales ejes. El gran Dusty vuelve a la quietud de su pueblo natal para descansar del desgaste físico y emocional que le significó haber participado del rally "Alas por el mundo" y durante el receso aprovechará para estar con los suyos y también ultimar detalles técnicos que le posibilitarán continuar trabajando en las ligas mayores. Pero un problema mecánico con la transmisión le avisara que de continuar exigiendo al máximo su motor lamentablemente deberá olvidarse de correr para siempre. Testarudo y empedernido, Dusty no atenderá las indicaciones de Dottie, su mecánico, y en una noche en la que la rebeldía y la impotencia por intentar recuperar algo que ya no podrá ser (competir y volar a gran velocidad), el joven generará un accidente en la pista de aterrizaje del aeropuerto de PropWash Junction, que derivara en un incendio y en la posible clausura del lugar (a días de recibir a miles de turistas para el Festival del Maíz) por la falta de herramientas que permitan contemplar contingencias. Avergonzado y sabiendo que la única posibilidad de solucionar el inconveniente será la de tomar cartas en el asunto, decidirá viajar a Piston Peak, un pueblo vecino, para tomar un curso, de manos de Blade Ranger (el líder), que lo convierta en el nuevo bombero de que acompañará a Mayday (un camión hidrante centenario) en tareas de Emergencia (y así recuperar la habilitación del aeropuerto). Si en Aviones (2013) el espíritu lúdico de la competencia era lo que guiaba el film, en Aviones 2: Equipo de rescate, la explicitación sobre la necesidad de comprometerse y reparar los daños, más allá de relegar los deseos y sueños más profundos, potenciara una moraleja que se esparce en cada escena. Para acompañar a Dusty no solo estará su viejo equipo de trabajo/amigos, sino que se sumaran una serie de actantes relacionados a la tarea que deberá asumir (ser bombero) como: Dipper (una groupie de Dusty), Windlifter (un helicóptero indoamericano) y Cabbie (un viejo avión transportador), quienes juntos intentaran trasladarle al avión fumigador ,devenido ahora en aprendiz de bombero, la información y técnicas necesarias para convertirse en el más responsable de los SIT (aviones bomberos) del lugar. Además estará el "super intendente", un personaje "malo", necesario para generar conflicto, que aportará dinamismo y puja de valores a una trama que minuto a minuto gana en tensión y en la que el director Roberts Gannaway apelará a la utilización de imágenes subjetivas de Dusty y la recreación con gran realismo de escenarios naturales para dotar de verosimilitud las escenas aéreas de la película. La utilización del 3D y las impactantes imágenes de los incendios también brindaran realismo y tensión a un film que pese a ser animado puede trascender la mera puesta en dibujos y generar un mensaje potente. La confrontación de valores y esquemas: nuevo/viejo, campo/ciudad, fama/anonimato, acompañada de una búsqueda iniciática con posterior transformación del protagonista, así como también las múltiples referencias a la cultura popular (CHIPS, Howard the Duck, etc.) hacen de Aviones 2: Equipo de rescate, un film muy entretenido y superador de su precuela. Dane Cook, Teri Hatcher, Stacy Keach, Ed Harris, algunos de los actores que en la versión original prestan sus voces a los personajes.
Efectiva y simpática, pero no mucho más Una secuela de una película que podía considerarse un derivado de Cars (así se promocionaba). Y las dos Cars, por más fanatismo y venta de juguetes que hayan generado, nunca han estado están entre lo mejor de Pixar (Aviones no es de Pixar, pero tiene producción de John Lasseter). En fin, que las expectativas ante un producto como Aviones 2: Equipo de rescate no son las mismas que ante cada nueva película de Pixar o de las más grandes de Disney. Además algunos tenemos que hacer el esfuerzo creer -como espectadores- en esos aviones, coches y máquinas diversas que son los personajes de estos universos: no hay "personas" aquí; hay vida en las máquinas, en los aviones y en los autos que hablan, tienen ojos (incluso anteojos), se enamoran, aprenden, etcétera. Dusty, el avión protagonista de la primera película, tiene ahora un problema mecánico, y además existe necesidad de tener un "bombero" más en la pista, así que el héroe irá a aprender a ser avión hidrante a otro lado, a un lugar turístico en verano, en la temporada en la que hay muchos incendios forestales. Por supuesto, aparecerán nuevos personajes (la avioncita enamorada, el helicóptero severo e íntegro, otro que filosofa extrañamente, otros pequeños y graciosos, etc). Así, claro, habrá nuevos juguetes para vender. Aviones 2: Equipo de rescate es, más que una película, un buen estándar industrial: personajes simpáticos, chistes efectivos y abundantes, espectacularidad de la animación, musicalización fuerte, valores de amistad y solidaridad, movimiento, brevedad cuando tiene que haberla, decisiones de producción antes que de dirección. Con esos elementos, de todos modos, se demuestra que puede hacerse una película que está a buena distancia de animaciones bochincheras y descalabradas como Río 2. A veces no se necesita una gran personalidad artística sino apenas un poco de decoro para vender una franquicia -o una subfranquicia-con módicas dosis de amabilidad, humor y aventura, y lindos colores. Y con una potente secuencia musicalizada con "Thunderstruck", de AC/DC, canción cuyos derechos no deben haber sido baratos.
Los senderos del fuego animado Levantar vuelo, llegar a la exigencia máxima del motor para luego disminuir la potencia y desacelerar. Efectividad: dudosa. Así se resume el resultado la nueva propuesta Disney de Bobs Gannaway (Tinker Bell y el secreto de las hadas), quien se embarcó en la segunda parte del spin-off alado, producto de la exitosa Cars. Si Aviones tenía una carrera planetaria y era alevoso el calco guionístico con su musa de cuatro ruedas, Equipo de rescate pega un correcto golpe de timón hacia una historia que poco tiene que ver con su predecesora. Es más, son casi dos filmes diferentes. Dusty (el ganador de la carrera Alas por el mundo) vuelve a la carga, pero más humanizado, con un corazón (transmisión) que le dice basta. Una falla en su motor lo obliga a que le coloquen una luz de emergencia que le avisará cuando esté exigiéndose de más. Su rebeldía le traerá problemas a él y a sus amigos, y el guerrero deberá reposar: mutar su identidad. Si antes él era individualista (competidor de carreras) ahora deberá trabajar en grupo en el Parque Nacional Piston Peak para que le den la licencia de avión fumigador y así poder levantar la clausura del aeropuerto amigo PropWash Junction, flojo de suministros para evitar incendios. Pero el hidroavión de elite no está solo, lo acompañan en sus tropelías el serio y enigmático helicóptero rescatista Blade Ranger, quien lidera al equipo. También está Dipper, un avión cisterna que admira a Dusty hasta el ridículo, el carguero Windlifter y Cabbie, un viejo transporte militar. El drama de los incendios forestales se repite en Aviones 2 como un mantra de la prevención humana. Las continuas fumigaciones virtuales, vistosos paisajes de bosques y lagos, evacuaciones de hoteles de lujo o escenas de un puente en llamas conviven con un sonido adaptado para oídos infantiles, como la semidistorsionada Thunderstruck de AC/DC. La contracara de ellos será el “super intendente”, un acertado y autorreferencial personaje que buscará conflictuar con Dusty, quien promete un próximo aterrizaje por la pantalla grande.
Esta vez el avioncito ya esta consagrado y es famoso y se trasforma en parte del equipo que apaga incendios forestales. También pasa peligros pero sin tanta angustia. Ideal para seguidores
El año pasado, desde el aire, llegaron los personajes de Aviones y por lo visto, para quedarse. La primera de las entregas fue un éxito alrededor del mundo y hoy llega la segunda parte, que a mi parecer, supera ampliamente a la antecesora. Una película repleta de personajes queribles, colores que transmiten felicidad y una historia de valor, coraje y sobre todo, de equipo. Tuve el honor de estar presente en los estudios "DisneyToon" (donde nace la magia) y charlar con Art Hernandez (Head of Story) quien estaba feliz con el resultado de esta segunda entrega, al igual que Erik Estrada (Poncharelo, ¿¿¿te acordas de "Chips"???) y Danny Pardo, quienes pusieron sus voces a algunos de los personajes de la peli. No te quiero contar mucho más porque de todo eso y más, podés enterarte en mi entrevista exclusiva desde Los Angeles para RatingCero, que está publicada en esta nota. Ahhh, la peli, un peliculón para toda la familia, te la super recomiendo (y en 3D).
Otro film de vuelo bajo Como segunda parte de aquel fallido film de animación que surgió poco después del éxito de Cars, ahora se estrena esta producción de Disney que no está a la altura de Pixar. El cine de animación, y en particular Disney, tiene un mercado mundial gigantesco. Y aunque en un principio el estudio cuidó mucho a sus clásicos, en la explosión de taquilla de los años '90 se lanzó a la realización no sólo de secuelas de sus films de animación (logrando grandes películas en el caso de Pixar), sino también productos de calidad menor destinados al consumo fuera de la pantalla de los cines. En esos casos, eran solamente los niños los que seguían las historias, más afectos al fanatismo que a la evaluación artística. Del mundo de Cars, un producto de la factoría Pixar, se creó una rama iniciada por Aviones y continuada por su secuela Aviones 2: equipo de rescate. Ambos films, claramente de una calidad inferior a lo que crea el estudio, y de hecho sin relación artística con los personajes de John Lasseter, creador de Pixar. Pero aparentemente el mercado es grande y la calidad ya no es prioridad. No son films malos, simplemente da un poco de tristeza ver imágenes que se parecen tanto a personajes queridos, metidos en historias sin gracia. Dusty ahora es conocido por haber pasado de ser un avión fumigador a ganar una carrera alrededor del mundo. Pero Dusty se entera de que su motor está dañado y que ya no podrá participar de esa clase de competencias nuevamente. Por eso, termina sumándose a un grupo de aviones que se dedica a apagar incendios forestales. Cuando la secuela de un film que no nos interesaba aparece, la única esperanza que queda es que haya algo radicalmente nuevo que cambie el estilo del primer film o lo eleve de alguna manera. Nada de eso ocurre aquí, donde el humor es más fallido que en el título anterior, donde la animación sigue quedándose un paso atrás de sus competidoras de género y donde ni siquiera la acción tiene alguna clase de encanto capaz de entretenernos. Las películas de animación tienen ese problema: o son obras sublimes y encantadoras, capaces de ser sofisticadas y a las vez muy entretenidas, o caen en esta tibieza insulsa. El problema es que un film de animación mediocre produce una irritación aun mayor que un film mediocre con actores. Tanta técnica llevada hacia ningún lugar es más una pérdida de tiempo que otra cosa. Pixar y Disney han dado mucho, no nos conformemos con menos.
Avioncitos simpáticos y estupenda animación Igual que el film original, ésta es una historia con un mensaje acerca de que todo es posible si se persevera, y que hasta los perdedores natos tienen siempre una oportunidad de volverse héroes. Como viene sucediendo últimamente en todas las producciones de Pixar y Disney, todo objeto inanimado ya sea juguetes, autos o en este caso aviones resultan perfectos para protagonizar una historia de animación digital, De hecho, ya los aviones de la película anterior parecían más que nada un subproducto de la franquicia de "Cars", y obviamente a esta secuela le pasa un poco lo mismo, aunque hay que reconocer que las escenas del rescate en el fuego casi un hallazgo de cine catástrofe animado- hacen la diferencia, luciendo por momentos increíblemente realistas y espectaculares en 3D. Dusty es el avioncito protagónico, que igual que varios de sus colegas que han sobrepasado su vida útil estan destinados a cuidar la seguridad de un parque nacional, por lo que no hacen más que soñar con épocas mejores. Eso, claro, hasta que llega el momento de demostrar que aún tienen lo que hace falta para actuar ante una emergencia. "Aviones 2: equipo de rescate" centra su fuerte en los personajes de los aviones , algunos realmente simpáticos (en la versión original cuentan con las voces de excelentes actores como Dane Cook, Ed Harris, Hal Holbrook, Wes Studi, Teri Hatcher, Stacy Keach y Cedric the Entertainer), pero dado que está dirigido a un público de chicos muy pequeños, los gags son realmente muy elementales y sin demasiada gracia para los espectadores adultos que acompañen a sus hijos. En cambio, el fuerte de la película está en todos los aspectos visuales, en los notables escenarios digitales del parque nacional y, sobre todo, en las ya mencionadas escenas del rescate que muestran como pocas todas las posibilidades del cine de animación digital.
El cine pensado para la cajita feliz “No se recomienda a quienes elijan ver esta película que lo hagan esperando encontrar en ella el noble espíritu de Pixar, sino que deberán conformarse con un relato clásico y hasta eficiente pero, valga la paradoja, carente de vuelo.” La frase pertenece a la crítica de Aviones, escrita en estas mismas páginas por Juan Pablo Cinelli hace menos de año, pero bien podría aplicarse a su secuela. La cita es, además de una apreciación pertinente, un acto de justicia poética. Al fin y al cabo, si los muchachos de Disney construyen ya no una sino dos películas con retazos de otras anteriores, con Cars y Turbo a la cabeza de referencias, ¿por qué no comenzar escribiendo sobre ella de la misma forma? Dirigida ahora por Roberts Gannaway, el mismo de varios episodios de animación televisivos y spin offs directo a DVD de la empresa del castillo, Aviones 2: Equipo de rescate raspa las piedras para imaginar un film donde a priori no lo había, esfumando las mínimas coordenadas narrativas que identificaban a su predecesora. Eso sí, manteniendo inalterables el antropomorfismo vehicular (como en Cars, aquí todo elemento con ruedas habla) y a su protagonista Dusty, cuestión de aprovechar las bondades del trabajo de marketing realizado un puñado de meses atrás. Lo que no cambia es la carga simbólica de la avioneta fumigadora descastada como representación de los valores estadounidenses: si antes encarnaba la equiparación de oportunidades y la potencialidad del triunfo como premio al esfuerzo y al trabajo, ahora es la vocación de servicio y ayuda al prójimo. Esto porque, ante al cierre de su aeropuerto por falta de seguridad, decide postergar sus aspiraciones de competencia para sacrificarse por el grupo convirtiéndose en un hidroavión. Lo anterior será excusa para la aparición de nuevos personajes visualmente deslumbrantes y con la simpatía y bondad innegociables. Allí están, entre otros, un helicóptero veterano, sabio y recio, aquejado por un pasado traumático; una avioncita enamoradiza y chirriante; y un conjunto de pequeñas grúas tamaño cajita feliz. Con todos ellos, Aviones 2 dispone de un entretenimiento hecho con indudable profesionalismo, con una cota humorística levemente más elevada que su predecesora, luminosa tanto en forma como en contenido, pero demasiado parecido a otros tantos exponentes que pululan con cada vez mayor regularidad por la cartelera comercial.
Escuché muchos comentarios negativos en su momento de la primera Aviones. Realmente era una película que se había hecho para lanzar en DVD y cambiaron sobre la marcha para "recaudar algo" en los cines. Yo la pasé bien mirándola con mis hijas. Era una linda historia, simple e inocente. Eso lo disfruté más después de haber visto Cars 2 con su historia rebuscada y temática no ideal para los más chicos. Por eso Aviones me parecía una buena búsqueda de retomar ese camino. No era Toy Story obvio, era un buen cuento nada más. Esta secuela sigue con esa línea, lo cual también se agradece porque si fuera como Cars 2 aparecería un avión que por resentimiento derribaría aviones llenos de pasajeros. Y no es eso. Esta historia podría ser leida por un padre a su hijo para que se duerma. Tiene esa "no intensidad". Es algo para distraerse en las vacaciones. Si mecharon un par de cositas que harán sonreir a los adultos presentes en la sala y se agradece el gesto. Aviones 2 lejos está de ser "la película" de animación del año, pero cumple con lo que se plantea hacer. Tan simple como eso.
"Un film de animación digital estándar que, sin brillar, otorga un noble entretenimiento para los más chicos". Escuchá el comentario. (ver link).
El villano es el fuego Aviones 2 es un típico cuento de héroes y redención que divierte y sorprende con su buen ritmo y con el cumplimiento de las reglas de su género. Se vino la número dos de Aviones y vuela tan bonito como la primera. Pudo parecer, alguna vez, una vuelta de tuerca medio forzada para estirarle la vida a Cars esto de sacar películas hermanas protagonizadas por máquinas aéreas. Ya está suficientemente demostrado que no es así. Si el atractivo de Cars pareció agotarse al menos por un tiempo después de su secuela, Aviones llegó con una frescura nueva muy inspiradora y al final de este segundo capítulo parece que hay cuerda para otro rato más. El filme producido por John Lasseter (el capo de Pixar) y dirigido por Roberts Gannaway es una pequeña delicia. Es un típico cuento norteamericano de héroes y redención, pero está tan bien armadito, cumple tan bien con las reglas de su género, que da gusto dejarse llevar por él, sin quitar los pies de la tierra, valga el juego de palabras. Dusty, el protagonista, es un exavión fumigador que en la primera Aviones ganó una competencia mundial de carreras contra modelos mejor dotados que él. En el comienzo de esta nueva entrega está junto a sus viejos amigos, llevando una vida normal, cuando un accidente lo lleva a sacar su personalidad. Esta vez hubo un pequeño incendio en el aeropuerto donde duermen, y una inspección puso plazos para mejorar la seguridad. Así, Dusty se ofrece como voluntario para viajar a un parque nacional y aprender el oficio de bombero junto a otros planeadores. El ritmo de la película es tipo relojito: cuando no está pasando algo en el aire, como ser piruetas, maniobras para arrojar agua sobre un pinar en llamas, para esquivar puentes ardientes o para cargar agua en ríos caudalosos, los diálogos toman el lugar de las imágenes y sueltan buenas ocurrencias una detrás de otra, haciendo parecer que la cantera de chistes con aeropuertos, alas, hélices, modelos de avión, etcétera, es inagotable. La animación también es de primera. El diseño de los aviones, sus funciones, marcas, edades, está tratado como lo haría un coleccionista, con mucho cariño, admiración y profesionalismo. No hace falta ser un loco del aire para sorprenderse y disfrutar por los tipos y personalidades de las distintas máquinas voladoras que aparecen en la pantalla. Y no sólo aviones. También los helicópteros y los autos abundan. Y las coreografías que hacen son sorprendentes y divertidas, en cielo y tierra. Esto ya como otra de las cualidades de la cinta: su maestría para elegir los ángulos, los encuadres, los colores, los espacios donde suceden las cosas, aportando claridad y belleza a la hora de apreciar los escenarios.
Vuelve a escena Aviones, esta vez, con nuevos personajes. Esta comedia de aventuras, al igual que en la primera entrega tiene como protagonista a Dusty Crophopper (Voz original Dane Cook), quien en el momento en que nadie creía que podría ganar una carrera alrededor del mundo, su espíritu resultó más poderoso que su motor y logra obtener prestigio y éxitos. En pocos días llegarán varios visitantes a la región por la “Festival anual de maíz” y muchos además vienen a conocer a Dusty. Pero Dusty sale a volar junto a sus compañeros se produce una falla en el motor y luego se entera que esa pieza ya no se fabrica más teniendo que bajar su velocidad al 80%, eso significa el fin ya que no podrá competir más, todo esto produce una gran angustia, pero algo sucede en el lugar y se une a un equipo de aviones bomberos de élite y ahora tiene una misión: ayudar a proteger el Parque Nacional de Pico Pistón de un terrible incendio. La tarea es muy difícil, Dusty tiene oficio y deberá ser un héroe de verdad, se une al veterano helicóptero de rescate y contra-incendios Blade Ranger (voz original de Ed Harris) líder del equipo, exigente, duro, tiene experiencia, un humor limitado, lleno de leyendas y un poco en contra de su voluntad le da un lugar a Dusty; el valiente equipo además está integrado por: Super Scooper Dipper , extrovertida, valiente y fanática de Dusty; el helicóptero de carga Windlifter (Wes Studi) capaz de transportar objetos pesados, hábil e inteligente; el avión de transporte ex militar Cabbie (Dale Dye) que lleva bomberos paracaidistas muy divertidos, ellos son quienes completan el gran equipo. Son una pandilla de vehículos todoterreno conocidos como Los Bomberos Paracaidistas; entre otros personajes increíbles. Todos juntos lucharán contra un incendio de grandes dimensiones. Este film está lleno de mensajes para los niños y porque no para los adultos también, desde su comienzo con una frase haciendo un tributo a los bomberos que ponen su vida en peligro al servicio de la comunidad. Y otro de los homenajes es referenciando a la serie "CHIPS" Patrulla Motorizada, con una breve aparición de Nick “Loop'n” Lopez (Erik Estrada le pone la voz). La trama es simple, nos muestra que pese a las dificultades u obstáculos todo se logra buscando nuevos caminos y afrontando las trabas con voluntad y coraje. Contiene buenos diálogos, va mezclando el drama con varias secuencias de humor y también emociona, los escenarios son bellísimos combinando: buena música, fotografía, bien colorida y varias reseñas de la cultura popular, causando algunas risas entre chicos y grandes. Quédate a ver los créditos finales porque hay escenas extras.
Cajita feliz Estrenada aquí hace poco menos de un año y basada en una operación de “antropomorfismo motor” similar al de Cars, Aviones tenía a una avioneta fumigadora cumpliendo el sueño de ganar una prestigiosa carrera alrededor del mundo. No había espacio, al menos narrativamente, para una posible secuela, pero 220 millones de razones (todas verdes) la hicieron posible, por lo que ahora llega a la cartelera argentina Aviones 2: Equipo de rescate. El film comienza con un racconto de lo ocurrido previamente, para luego pasar a un presente poco venturoso para el protagonista, quien sufre un problema en el motor que le impide acelerar a máxima potencia, obligándolo a retirarse de las competencias. Por esas casualidades tan propias de este tipo de películas, justo después se desata un incendio en el aeropuerto que evidencia el carácter obsoleto de las medidas de seguridad. Se necesita, entonces, un nuevo avión hidrante. El elegido para entrenarse en una patrulla antiincendios será, claro, nuestro protagonista. Lo anterior es la excusa ideal para la inclusión de nuevos personajes coloridos (helicópteros, grúas, aviones…) que lucen demasiado calculados para la explotación comercial por fuera de la pantalla antes que con una justificación cinematográfica. Esto porque Aviones 2, más allá de algunos chistes que funcionan (como, por ejemplo, el de la versión “helicóptera” de Cops), es una fábula ecologista acerca del cuidado del medioambiente y del trabajo mancomunado por sobre el grupal. Previsible, por momentos disfrutable y visualmente deslumbrante, surge como la combinación ideal para una cajita feliz.
Una caída sin rescate Mucho se ha escuchado sobre las comparaciones entre la primera película de Aviones y la segunda parte, muchos han dicho que la última es mejor. A mi parecer, lo que las diferencia son las pretensiones. Ambas son flojas. Tienen momentos buenos pero son los menos. Sin embargo Aviones 2: equipo de rescate ya no busca, como sí la primera, ponerse a la par de Cars. Ni siquiera tiene pretensiones de película, bien podría ser un capítulo de dibujos animados que pasan por la televisión, no sólo por la duración sino también por la propuesta que presenta. Nuevamente el protagonista de este film es Dusty, un personaje bastante engreído pero que, por suerte, va cambiando su carácter a medida que atraviesa diversas situaciones. En esta secuela, Dusty, que en la primera entrega de Aviones pasó de ser un fumigador a un competidor de carreras, por un problema con una de sus piezas y tras un incidente en su pueblo provocado por él, decide estudiar para ser bombero. Este cambio de rumbo, plantea algo interesante en el protagonista que es un cambio de actitud hacia la vida a partir de la experiencia. Dentro de las propuestas atractivas que nos plantea esta película podemos encontrar algunos pasajes que resultan bastantes metafóricos, como la vinculación del ambiente con los padecimientos del protagonista. Vemos, por ejemplo, caer un tanque de agua con una estampa que dice Dusty justo después que el protagonista se entera que por tener averiada una de sus piezas no podrá competir más en las carreras, lo que le provoca, como al tanque, una caída inevitable. También, es interesante, cómo dentro de la película se los presenta a los personajes viendo una serie. Se reflexiona así sobre el lenguaje visual, apareciendo marcados algunos clichés de las series, como las tomas para la presentación de personajes. Además, puede resultar atrayente la idea de la superación personal, no como una idealización del personaje, sino como proceso de aciertos y errores. No por esto se torna un planteo moralizante y aleccionador, sino que muestra a un personaje más humanizado, con problemas como cualquiera. Aún habiendo marcado ciertos elementos que podrían dar lugar a un buen film, hay una notoria falta de continuidad. La película no logra sostener los buenos momentos ni hacer de ellos un todo. Por otro lado, no da lugar al juego, ni propone potenciales interpretaciones, lo que hace que sea una película fácilmente olvidable y que no invite a ser revisitada, porque sólo tiene un camino para ser recorrida.
La primera entrega de la que ya empieza a tomar forma de una saga, y/o una franquicia, se presentaba cono una copia del éxito obtenido por “Cars” (2006), sólo que ésta fue producida por Pixar y “Cars” era un producto neto de Disney, y eso se notaba. Esta segunda producción vuelve a repetir los personajes, trabajando en el mismo sentido de humanizar las maquinas, mayormente voladoras, haciendo hincapié en las mismas cualidades y virtudes humanas que presentaba la primera. Temas como el coraje, el sacrificio, la amistad, el amor, el altruismo, el hacer frente a las dificultades, el no sentirse derrotado sin luchar, hacer lo correcto, a lo que se le imprime, sobre todo en el personaje principal, la virtud de poder trabajar en equipo. Un punto interesante en este sentido es que todos los personajes son buenos, alguno parece presentarse desde otro lugar, pero en definitiva sólo están cumpliendo con la tarea asignada, y el antagonista principal es la naturaleza, el espacio físico. Todas estas variables están narradas en la película con un tono épico, grandilocuente, exacerbado si se quiere, pero también juega en función didáctica, ya que la realización tiene como destinatario principal el público infantil. En lo que respecta a su estructura, es bastante rígida y sin demasiadas alteraciones conceptuales en su desarrollo, no debería entrar demasiado en juego a la hora de desgranarla en un análisis profundo, y es verdad que no posee esos elementos que coloquen al adulto como cómplice del texto. El mensaje hacia los niños es claro, conciso, entendible, al mismo tiempo que divertido, no mucho más. También se nota un progreso en las cuestiones técnicas puestas en esta producción en relación a la primera: algo más de cuidado, mejores efectos en el 3D, un buen diseño de sonido y una buena paleta de colores en pantalla como para que sea más atractivo visualmente, pero con el cuidado de que el mismo no distraiga de lo contado. A nivel argumental tampoco se aleja demasiado, no depara muchas sorpresas. Un dinámico equipo formado por hidroaviones de elite que se dedican a proteger el histórico Parque Nacional Pico de Pistón de los arrasadores incendios forestales. Cuando el mundialmente famoso corredor Dusty se entera que su motor está dañado y que jamás podrá volver a correr, deberá cambiar su marcha y sumarse al mundo de la lucha contra el fuego desde el aire, pues a pesar de la terrible noticia no se desanima y decide utilizar su experiencia y unirse al equipo antiincendios. Dusty une fuerzas con el veterano helicóptero rescatista Blade Ranger y su valiente equipo. En conjunto, el valiente equipo deberá enfrentarse con un enorme incendio forestal y Dusty aprenderá lo que se necesita para convertirse en un verdadero héroe.
La gente de Disney quería expandir el universo de "Cars", eso ya lo saben. Intentaron hacerlo el año pasado con "Planes", muy esperada por los fans de los autos animados y el resultado fue decididamente menor. No en los números, donde la cinta generó ganancias aceptables, pero sí entre la crítica especializada, que juzgó la historia como débil y sin matices. Afortunadamente, los productores tomaron nota de esto y redireccionaron la propuesta, alejándola del universo de las carreras aéreas y centrandose en algo más intenso, entretenido e interesante: las misiones de rescate de un grupo de bomberos. Eso si, no debemos olvidar que estamos dentro de un mundo de hojalata donde todos tienen ruedas o alas. Elemento que, lejos de funcionar como algo limitante, sirve para arrancarle sonrisas cómplices al espectador todo el tiempo: esta vez, el humor está bien trabajado y el público adulto tendrá muchos guiños para no despegar sus ojos de la pantalla. Recordamos que en la anterior, Dusty, el protagonista, era un avión fumigador que abandonaba los campos para correr carreras en las grandes ligas. Cuando comienza "Planes: fire and rescue", lo vemos en el pico máximo de su popularidad, es conocido y respetado y hace lo que más le gusta: volar a gran velocidad. Sin embargo, durante un vuelo en particular, comienza a tener problemas en el motor y pronto su mecánico descubre que una delicada pieza de su transmisión ya no funciona bien. La disyuntiva se instala rápido: si Dusty acelera pasado un punto, corre el riesgo de estrellarse. A esto se suma un tema con la pista principal de su pueblo: accidentalmente se incendia y los jefes de seguridad aérea deciden clausurarla hasta que cuente con dos bomberos y equipamiento para poder enfrentar cualquier eventualidad. Es asi entonces que nuestro protagonista, decide asumir un nuevo desafío, ir a entrenarse con los mejores, los Smokejumpers, quienes desde una base en el medio de las montañas, se preparan para combatir los habituales incendios forestales de la zona. Teniendo en cuenta lo que ya sabemos, Dusty irá aprendiendo habilidades para enfrentar las difíciles situaciones de su nuevo oficio, pero no de una manera fácil. Para empezar, hay que decir que el nivel de la animación ha mejorado su engine en un 200 por ciento. Texturas perfectas, mayor nivel de velocidad sin perder definición en secuencias complejas y un adecuado acabado en el color, hacen que el film luzca excelente desde el primer instante. Los simpáticos personajes que acompañan al héroe de la cinta están bien guionados y ofrecen buenos contrapuntos y la banda de sonido, se instala como un punto positivo a tener en cuenta. Robert Gannaway (el hombre detrás de las cámaras) realiza un cuidadoso seguimiento de la acción y despliega su vasto conocimiento en animación para sacar lo mejor de los recursos con los que cuenta. La saga ganó en emoción con este enfoque de misiones y eso hay que reconocerselo. Sin anticipar más, debemos decirles que este producto ATP es visualmente impactante, divierte y genera mucha conexión con los adultos que acompañan en sala. Es corta, intensa y vibrante. Un paso adelante para la saga "Planes", así que tenerla en cuenta para estas vacaciones.
Cuando las segundas partes son mejores Dusty es el avión que en la primera “Aviones” ganara la carrera de la vuelta al mundo. Ahora se encuentra en su pueblo donde se va a realizar una fiesta donde el, el gran campeón, será el protagonista, pero Dusty no es el mismo. Tiene un problema en el motor que hace que no pueda desarrollar toda su potencia. Por querer forzarse provoca un incendio al cual, el viejo Mayday, el bombero del lugar por la cantidad de achaques no puede hacer frente del todo. Por esto es que cierran el aeropuerto hasta que tengan dos bomberos matriculados. Para esto se pondrán a trabajar en el viejo Mayday y Dusty viajara para conseguir la matricula. Cuando llega a donde le enseñaran el trabajo de los aviones y maquinas de rescate antiincendios, comenzara la verdadera aventura y acción. Esta es la historia de aviones 2. La primera había sido de lo más flojo que había hecho la factoría de Disney, realizando casi una copia de "Cars" pero con aeroplanos. Aquí la cosa cambia, el objetivo cambia. Aquí hay mucha acción, suspenso y una manera de tomar conciencia sobre el trabajo de los bomberos y de todos los miembros de organismos de rescate ya que se desarrolla en una zona donde son frecuentes los incendios forestales donde Dusty deberá acompañar a sus nuevos amigos, y aun jefe/maestro muy especial a combatirlos para aprender además la importancia del trabajo en equipo. Después de una primera “Aviones” bastante floja, “Aviones 2” es un film que entretiene a grandes y chicos y que mantiene con toda la atención puesta en la pantalla gracias a que consiguen momentos de suspenso, para chicos, que hacen que los chicos no se pierdan detalle.
El mundo de los Aviones -que es el mismo del de Cars- es un problema por su ausencia de seres humanos. Pero esta vez, con menos ánimo aleccionador, parece que los animadores se tomaron sus libertades para divertirse y la película, que narra las aventuras de una brigada aérea contra incendios, posee más gags (no todos cómicos, muchos sí), más diversión e incluso si es aleccionadora, parece no tomarse las cosas demasiado en serio. Una mejora.
Aviones 2, Equipo de rescate, es una película repleta de personajes carismáticos y situaciones simpáticas y divertidas. Tiene todos los ingredientes necesarios como para que los más pequeños estén entretenidos y atentos a lo que pase en la pantalla: la premisa es buena, la historia es clara, la paleta de colores es vibrante, el guión tiene un muy buen ritmo y contiene varias...
Una cumplidora propuesta animada para los chicos. Llegan las vacaciones de invierno, y las propuestas animadas, como es habitual en esta temporada, desembarcan en las salas para pujar por un lugar en la atención de los más chicos —y por ende, de los padres que pagan la entrada—. Para la ocasión, Walt Disney Pictures, de incuestionable experiencia en este apartado, nos trae la secuela de Aviones, título que tuvo una inesperada buena acogida el año pasado. ¿Cómo está en el papel? El avión Dusty Cropduster goza de una rotunda fama como corredor de carreras, pero en su última carrera su caja de engranes sufre un desperfecto que le impide correr a altas velocidades. Así que decide convertirse en un Avión anti-incendios. Para serlo, contará con la ayuda de Blade Ranger, un helicóptero de rescate, y su equipo. Es en el transcurso de esta historia en la que Dusty descubrirá lo que implica ser un verdadero héroe. Esta secuela de Aviones está bien construida; no es una obra maestra del guion pero está bien hilvanado. Las situaciones cómicas están, así como los típicos momentos de “maestro severo (traumado por el pasado) tiene que aleccionar a aprendiz banana”. Obviamente, de mas esta decir que se sostiene a base de sendas escenas de acción apropiadamente ejecutadas. La película es también un homenaje a los bomberos de la vida real, ya que remarca el riesgo de vida inherente al oficio, pero no lo hace de una forma panfletaria sino a algo que responde a la necesidad de aprendizaje del personaje. ¿Cómo está en la pantalla? La animación de la película está muy bien pensada, y se nota que cada composición de cuadro estuvo cuidadosamente planeada en todos los aspectos, desde la distribución de los elementos, pasando por la iluminación y el color, hasta los dinámicos movimientos de cámara. Conclusión Aviones 2 – Equipo de Rescate es una propuesta cumplidora para los más chicos. Una narración sostenida con el claro propósito de entretener; objetivo que cumple con lo justo y necesario.
VideoComentario (ver link).
Hace apenas un año, llegaba a las salas de cine un spin-off del mundo de cars, esta vez en las alturas. Como lo comentábamos en nuestra reseña, el problema no es si a los niños les gusta o no (que obviamente van a disfrutar cualquier producto de caricatura), sino lo que aporta al género animado. Y al igual que su precuela, la respuesta es simple: nada. La animación no está fuera de lo ordinario, pues ya hemos visto en otros filmes los planos secuencia, la cámara en primer plano moviéndose a alta velocidad, la textura de los personajes, etc., y el 3D aporta poca profundidad a los escenarios y nada más. La historia, más que una secuela es como arrepentirse de lo establecido anteriormente, pues ahora, Dusty Crophopper, después de haber ganado el tour alrededor del mundo, descubre que en verdad no fue hecho para eso y su sistema ya no responde, por lo que, una vez más, debe regresar a lo que sabe hacer: volar bajo y soltar su carga, pero en lugar de ser químicos para plantíos, es agua para controlar incendios en un bosque nacional. Así, si resultaba fácil saber cuál era la moraleja en la primera parte (superarse así mismo y luchar por tus sueños), en esta segunda parte resulta confuso si hay que sacrificar los sueños personales por ayudar a los amigos, desobedecer las órdenes para ser el héroe o resignarse a ser quien eres por que así naciste y no puedes ser algo más. A pesar de que en muchos lugares la colocan por encima de la primera parte, aunque tiene muchas más escenas de acción, los personajes en esta ocasión están mal delineados, la historia termina por ser innecesaria y hasta cierto punto falsa, y sigue siendo una película innecesaria por la que el estudio del ratón ganará mucho más dinero del que esperaba por el simple hecho de su grandiosa estrategia comercial: estrenarla en plenas vacaciones infantiles.