Macri en 3D La película de Boca se presentó como el “documental” definitivo del club que es pasión y fenómeno social. El resultado es un infomercial de la gestión de Mauricio Macri como presidente del club (1995-2008) y sus sucesores. Ese es el período que se muestra con mayor detalle, aquellos triunfos deportivos son subrayados por las palabras de Macri en primer plano, ni siquiera se deja de lado la entrega de una plaqueta a Maradona, un hecho menor que deja bien parado al ex-presidente con el mayor ídolo del club. El “documental” empieza con un relato del candidato a Diputado por el Pro, Fernando Niembro que nos introduce al personaje ficticio de un viejo hincha que recopila todo tipo de estadísticas referentes al club. Este personaje que sirve de “separador” es lo peor del film y atraviesa penosamente el metraje completo. Luego viene un rápido repaso por la historia de Boca en la cual no se alcanza a leer los hitos de la linea de tiempo. Espectaculares planos de la Bombonera en 3D de día y noche que en total deben duran menos de 5 minutos no justifican un film en el cual se ven imágenes de los partidos que todos vimos hasta el hartazgo y donde las declaraciones exclusivas (Barros Schelotto, Márcico, Abbondanzieri, Palermo, Schiavi) aportan los únicos momentos interesantes y divertidos (aunque los productores no lograron entrevistar ni a Maradona, ni a Bianchi). No hace falta ser hincha de River para sentirse decepcionado por una película que no logra lo que muchas “sports movies” logran con facilidad, inclusive manipulando al espectador: inspirar.
El pasado más reciente de una pasión con historia. La historia del Club Atlético Boca Juniors es muy rica en muchos deportes pero siempre el fútbol se lleva toda la atención. La materia prima histórica obliga a estar a la altura a cualquiera que emprenda la tarea de hacer un documental sobre el club porque hay más de un siglo de acontecimientos deportivos para hacer foco. El recorte de Boca Juniors 3D: La Película está hecho sobre la etapa moderna, es así que el primero de los episodios retratados es la final de la Copa Libertadores del 2000, un suceso que marcó el regreso internacional de Boca luego de un par de décadas de sequía. El comienzo emotivo y bien fotografiado por Matías Mesa y Sebastián Zayas arranca por el barrio de La Boca a modo de subjetiva en un camino que termina en la Bombonera, el templo mítico xeneize. El hilo conductor del relato es un memorioso hincha de Boca que da pie a todos los momentos importantes, sin embargo el histrionismo del actor genera un efecto adverso para la propia estrategia conmovedora/ efectista. No hay testimonios que escapen de otros que podemos encontrar en productos del mismo estilo en canales deportivos (no por nada Fox Sports aparece como una de las productoras de esta película) y para peor algunas imágenes, no tan antiguas, aparecen con cierta calidad dudosa. Tratándose de un recorte, es entendible la ausencia de ciertos nombres pero resulta inadmisible que figuras gloriosas de la historia de Boca como Carlos Bianchi, Juan Román Riquelme (solo se tomaron algunas declaraciones de archivo), Sebastián Battaglia (no aparece ni un solo cuadro de este jugador, el más ganador de toda la historia del club), Blas Armando Giunta, el tridente multicampeón colombiano (Bermúdez, Córdoba y Serna), Sergio “Manteca” Martínez (solo mencionado por Alberto Márcico), Alfio Basile y muchos otros, no aparezcan más que por la mención de otros entrevistados. También resulta inexplicable, al menos desde la historia dura del club, que Mauricio Macri tenga tantos minutos en cámara como si se tratara de una figura deportiva de Boca, habiendo sido presidente de la institución en épocas negras y que solo transcendió su nombre por la llegada de Carlos Bianchi; para peor en un momento hasta justifica la contratación de todos los DT que se fueron sin obtener títulos, obviando incluso a algunos como La Volpe, quienes dejaron al club en el peor de los desastres. La no inclusión de periodistas calificados también baja el nivel del documental, ya que los testimonios de algunos de ellos hubieran aportado esa cuota de distancia sobre la pasión y la euforia desmesurada de los hinchas y los que vistieron la casaca azul y oro. Las breves apariciones de viejas glorias como Silvio Marzolini, Rubén “Chapa” Suñé y Antonio Rattín, este último con anécdotas más propias de otro club, tratan de revestir una falsa amplitud de registro sobre la historia de Boca, que tan solo se queda en un intento flojo. Boca Juniors 3D: La Película (formato injustificado por lo que se ve durante las casi dos horas) no cumple satisfactoriamente en proporción a una historia rica en sucesos, y solo parece conformarse con el registro de los últimos veinte años. Es un documental que puede resultar nostálgico para los que vivieron la etapa dorada de Bianchi, de historia reciente para los adolescentes y algo injusto para los mayores que experimentaron gran parte del siglo -y monedas- del Club Atlético Boca Juniors. Un producto agridulce para los hinchas más exigentes.
La pasión que genera el fútbol es incomparable. Sobre todo en la Argentina, auténtica cuna de astros y de equipos que hicieron historia en cada rincón del globo. El del Club Atlético Boca Juniors es un ejemplo más que paradigmático: la pasión que despiertan los colores azul y oro es legendaria, y el club tiene un lugar de privilegio en la elite mundial. Y así busca reflejarlo el documental Boca Juniors 3D: La Película. Tras un demasiado breve repaso por la historia, el director Rodrigo Vila se centra en las figuras más representativas y en las hazañas contemporáneas del club de la rivera: desde las obtenciones de la Copa Libertadores y de la Intercontinental (sobre todo durante las eras de Carlos Bianchi como director técnico) hasta el regreso del goleador Martín Palermo en aquel 3 a 0 contra River, archirrival de siempre, pasando por la llegada de Diego Armando Maradona a principios de los 80 (y su regreso durante los 90), la explosión de Juan Román Riquelme y de Carlos Tévez, los ídolos de los 70… Salvo Tévez (todavía en la Juventus italiana), los entrevistados hablan desde la Bombonera, el estadio de Boca, donde los planos contribuyen a aumentar la magnitud de aquel marco. Cada relato está unido por un extravagante anciano que se la pasa rodeado de libros, revistas de antaño y hasta televisores viejos; cada recuerdo suyo da pie a imágenes de archivo y testimonios de glorias modernas y de más atrás, como Rubén “Chapa” Suñé, Silvio Marzolini y Antonio Rattín. Pero el excesivo, poco inspirado y burdo histrionismo de ese personaje se vuelve invasivo y termina restando. Si bien dicen presente nombres como los de Palermo, Barros Schelotto, Rolando “El Flaco” Schiavi, Alberto “Beto” Márcico, Roberto “El Pato” Abbonanzieri y del actual técnico Rodolfo Arruabarrena, también hay ausencias cruciales. Maradona y Riquelme no figuran entre los entrevistados, pero se utilizan audios y videos de diferentes entrevistas. Algo parecido, pero al pasar, con Hugo “El Loco” Gatti. Más preocupante es el caso de Bianchi, el técnico más ganador en la historia del club, que no tiene participación más que en las imágenes y en algunas menciones por parte de sus ex dirigidos. Y así otros casos de técnicos de paso exitoso (Alfio Basile, Oscar Washington Tabárez) y de futbolistas que tantas alegrías le dieron a su gente (Gabriel Batistuta, Sebastián Battaglia, Walter Samuel; los colombianos Óscar Córdoba, Jorge “Patrón” Bermúdez y Mauricio “Chicho” Serna, etc.). Es cierto que no pocas de las ausencias deben estar vinculadas a temas políticos o, al menos, a una nula relación con la actual dirigencia. En paralelo, Vila presenta estupendas tomas del barrio de La Boca y de la Bombonera antes de un partido, capturando parte de la esencia del entusiasmo que despierta el equipo. Sin duda, tema para otro documental que hasta podría resultar mucho más novedoso sin dejar de ser fascinante. Boca Juniors 3D: La Película se queda en una pirotécnica aunque incompleta celebración xeneize, que se vale de imágenes ya conocidas (y no sólo a través de los programas deportivos), pero ordenadas en función de un tono triunfalista, decididamente no apto para fanáticos de otros equipos. Un documental que hasta puede defraudar a los hinchas más acérrimos, aunque para ellos contemplar sus colores en pantalla grande -y en 3D- será un placer que hasta ahora no llevó a cabo ningún otro equipo del país.
Somos el pueblo y el carnaval Una crítica jamás puede ser objetiva. Siempre va a haber un grado de subjetividad inmerso en el análisis que alguien pueda realizar sobre un hecho, o en este caso, una película. Después puede haber distintos grados de subjetividad aplicada, pero ahí nos metemos en un terreno que resulta bastante complejo de calcular. Esta crítica de Boca Juniors 3D, La Película es lo más subjetivo que podrán encontrar en la red. Soy hincha de Boca desde que nací, asisto ininterrumpidamente a La Bombonera hace más de 10 años y casi todos los días más felices de mi vida están asociados a los logros deportivos ganados por el club de mis amores. Boca es mi vida, Boca es mi pasión, es la alegría de mi corazón… Podría seguir cantando canciones y describiendo mi sentimiento por los siglos de los siglos. ¿Y qué tienen de relevante estas aclaraciones? De relevante seguramente poco y nada, pero la intención de las mismas es que el lector sepa desde que lugar provienen estas palabras por una película que por momentos consigue transmitir en parte la mística xeneize a la gran pantalla. No van a encontrar en este escrito una crítica hacia los valores cinematográficos que la película pueda o no tener, si el 3D está bien utilizado o no (la segunda respuesta es la más acertada), o si el elemento ficcionario del film (Funes, el mítico hincha que es utilizado como hilo conductor) es un cúmulo de sobreactuaciones o no (lo es y no aporta demasiado). Porque eso lo van a poder encontrar en cualquier reseña de su diario o sitio web amigo. Básicamente lo que van a leer acá es una crítica que intentará desde lo más profundo de su corazón boquense desentrañar las sensaciones vividas, ya sean positivas y negativas, durante el visionado del documental a cargo de Rodrigo Vila. Boca Juniors 3D, La Película recorre vagamente la historia del Club Atlético Boca Juniors y cuando digo vagamente me refiero a que centra demasiada atención de su metraje a los logros obtenidos en el nuevo milenio. Se entiende que está apuntada a un público joven y que la primera década del siglo XXI es, no solo la más reciente sino también la más ganadora en la historia del club, pero hubiese sido terriblemente atractivo ver con un poco más de profundidad las Libertadores del Toto Lorenzo, la final contra River en el Torneo Nacional de 1976 o la primera Intercontinental, solamente por mencionar las copas y los torneos más emblemáticos. Más que nada porque las anécdotas y el desarrollo de los últimos títulos son conocidos por cualquier fanático que se precie de tal. Quizás no era la intención de Vila, pero no pude encontrar a lo largo de su duración algún elemento histórico o curioso que lo distinga por encima de cualquier documental o especial realizado por los diversos canales de deportes. Boca Juniors 3D, La Película centra demasiada atención a los logros obtenidos en el nuevo milenio. La estructura del documental es clásica: Exhibe testimonios de distintos ídolos e imágenes de los logros deportivos de nuestro amado club. Hay muchas voces, y de varias épocas. Silvio Marzolini, el 3 más grande de la historia de Boca; Carlitos Tevez desde Turín (un dato que ahora resulta interesante por su vuelta); el Rata Rattin, único por jugar toda su carrera en el club; el inmenso Guillermo Barros Schelotto; y hasta el famoso Beto Marcico que vino de Francia para ser campeón. También están Palermo, el Mono Navarro Montoya, el Vasco, el Pato Abbondanzieri, el Flaco Schiavi, Héber Mastrangelo, Rojitas, Mauricio Macri, etc, etc y más etc. Con este repaso de participaciones quiero llegar a que desfilaron bocha de ídolos por la película pero es nula la contribución de Carlos Bianchi, Diego Armando Maradona y la de Juan Román Riquelme (te extraño más que nunca y no sé qué hacer). Los tres son mencionados y destacados por la película (Riquelme y Maradona bastante más que Bianchi) y la participación del máximo ídolo de la historia xeneize se encuentra limitada a extractos de entrevistas que hacen las veces de voz en off para potenciar las imágenes de sus inolvidables logros. De la misma manera que Román, irrumpe el Diego en el film, aunque el barrilete cósmico encuentra en las palabras de Miguel Brindisi un importante diferencial que hace de su ausencia algo menos notorio. No sé bien cuales fueron los motivos de esas gigantescas faltas, pero sin duda resulta llamativo que se realice una película sobre Boca y no participen esas tres figuras de tamaña envergadura boquense. También me hace ruido la cantidad de minutos de Macri (y ahí quizás está la explicación de las ausencias, al menos la de Román y Bianchi) en la pantalla por encima de muchos próceres como Rattin o Rojitas. Y ese ruido se vuelve mayor cuando se cae en la cuenta de que es el único dirigente que tiene la palabra en el documental. Solamente hay una breve mención hacia Alberto J. Armando (y además a cargo de Mauri), una verdadera injusticia para uno de los dirigentes más importantes de la historia de la institución. Resulta llamativo que se realice una película sobre Boca y no participen figuras del calibre de Juan Román Riquelme, Carlos Bianchi o Diego Armando Maradona. Con lo expuesto arriba traté de analizar las cuestiones históricas y referenciales que creo faltan o no están desarrolladas como podría haber sido en el film. Después es bueno destacar que se trata con respeto la idiosincrasia del club y los innumerables planos al hermoso barrio de La Boca son una fiel muestra de eso. Resulta terriblemente enérgico y potente ver la obtención de los distintos títulos de Boca en una pantalla de cine. Las lágrimas brotan sin cesar en varios pasajes, encontrando su punto culmine en el último partido de Román contra Lanús. Es que ese día se despidió una parte viva de nuestra historia y Vila lleva adelante ese segmento con pasión y admiración. Los diálogos entre el Pato y el Flaco son una cosa hermosa y las vivencias del colosal Chapa Suñé son otro gran valor de la obra. Boca Juniors 3D, La Película, si bien no llega a desarrollar con profundidad la rica historia de Boca, hay una noble intención de destacar con testimonios complementados por imágenes los logros más importantes del club. En muchos pasajes consigue transmitir la inconmensurable belleza de La Bombonera, los magníficos colores del barrio de La Boca, la fidelidad de una hinchada que siempre acompaña, la mística del pueblo y el carnaval; y ver eso en la gran pantalla es más que razón suficiente para ir, porque a Boca se lo sigue a todas partes, incluso hasta la sala de cine.
El gol que faltaba En Boca Juniors 3D, la película se realiza un recorrido por las grandes proezas que revolucionaron al club de La Ribera tanto a nivel nacional como continental. Hechos tan relevantes para los simpatizantes como la primera Copa Libertadores en 1977 hasta el gol histórico de Carlos Tevez ante River, el último gran ídolo que retornó a Boca hace pocos meses, son algunos de los momentos que se destacan. Con la dirección de Rodrigo Vila, el espectador parece dejar su butaca para pisar el césped del estadio Alberto J. Armando y así sentirse como uno más de los jugadores. Sin embargo, el 3D casi no se destaca y pasa desapercibido en todo el film. A su vez, la película funciona de manera similar a los documentales que los canales de deportes transmiten en sus ediciones especiales, aportando imágenes ya vistas con tan sólo algunos escasos momentos inéditos. El hilo conductor para lograr una relación coherente entre los hechos que se presentan en Boca Juniors 3D, recae en el único personaje ficcional que vemos, el historiador memorioso Funes. Sin embargo, este recurso narrativo resulta repetitivo hasta el hartazgo al caer en la falsa nostalgia por crear empatía con el espectador, además, no se adapta de forma creíble a la naturaleza del largometraje con tintes de documental. En la voz de los propios protagonistas, como el máximo goleador de la institución, Martin Palermo o el histórico capitán, Antonio Rattin, la película refleja la pasión y fanatismo de jugadores y simpatizantes, recordando con anécdotas los pasajes más importantes de la historia del club. Guillermo Barros Schelotto, Rolando Schiavi, Silvio Marzolini, Ángel Clemente Rojas, Ernesto Mastrángelo y Rubén Suñé, entre otros, son grandes ídolos que también aparecen. Sin embargo, no se cuenta con los testimonios de grandes figuras de la institución, como es el caso de Juan Román Riquelme, Diego Armando Maradona o Carlos Bianchi. La película permite acercar al Mundo Boca, con lo que representa La Bombonera y hasta el propio barrio, a lugares inaccesibles, sea por un motivo económico o de distancia. Cualquier espectador del país, pagando el precio de una entrada de cine, podrá disfrutar lo que significa estar en el mítico estadio cuando juega Boca. 1012380766_bb53df9d6c_b Más allá de los errores técnicos o de innovación que pueda acarrear Boca Juniors 3D, se comprende lo que busca trasmitir: que Boca resulta un elemento en común para unir personas y sentimientos, como en la relación de un padre con su hijo. Otro aspecto positivo es el contexto tan importante en el cual se enmarca al club, en el pintoresco barrio de La Boca, enfatizando en como barrio-club se nutren mutuamente, hecho expresado en las paredes, murales, casas y hasta en las personas del barrio de La Ribera. Boca Juniors 3D, La película, es un mimo digital tanto en el marco sonoro como visual para los fanáticos, que no pierde su rumbo en homenajear a uno de los clubes más importantes de Argentina. A su vez, es el primer largometraje de un club de fútbol en llegar a la gran pantalla. El film, casi exclusivo para hinchas xeneizes -con la ambivalencia que esto genera- llega a todas las salas del país el 27 de agosto, mes en el que el barrio de La Boca cumple 145 años. La película promete ser un éxito gracias a los miles de simpatizantes que sienten la banda azul y amarilla en el corazón, desde Usuahia a la Quiaca.
Primera ¿y última? película de un club de fútbol Resulta difícil elaborar una reflexión acerca de un “film” que bien podría ser un clip hecho por ESPN o FoxSports en honor a los 110 años del club Boca Juniors. Poner un puntaje, evaluar los hechos periodísticos resaltados, es todavía más desconcertante. En estilo documental, el largometraje dirigido por Rodrigo H. Vila lleva un buen tiempo, grandes acotaciones de ex jugadores históricos y actuales del club -Tevez, Maradona, Miguel Brindisi, los mellizos Barros Schelotto, Schiavi, Palermo y Abbondanzieri entre los más destacados-, tal vez en lo que flaquea es en su línea temporal, donde salta de la década pasada a los 70, de allí a los 90, vuelta a los años 2000 y otra vez hacia atrás a los 60. Con el arranque de cada escena surge el desconcierto de no saber en qué parte del tiempo se está parado y se tardan unos cuantos segundos en ubicarse. El film también intenta una parte ficcionada con un señor de entrada edad, hincha/obsesionado con el club de la ribera y el trillado recurso del señor con la mirada perdida y recordando en voz alta -o escribiendo sobre un libro que se nota desde la última fila que ya está escrito- para introducir al espectador a la década que toque en el momento. Otro desafío que representa esta película es que, a las claras, sólo puede ser disfrutada por un hincha de Boca Juniors, no es un honor al hincha del fútbol. Como pieza documental, no comprende tanto valor tampoco, ya que cada situación y cada anécdota está al alcance de la mano de cualquiera en Youtube. El 3D que indica su título tiene sus grandes momentos con las tomas aéreas de la bombonera actual, donde globos, papelitos y pirotecnia se vienen encima del espectador. Pero es inexistente a la hora de revivir campeonatos como la Copa Libertadores de América de 1977 por obvias razones de carácter técnico. Boca Juniors 3D, la película levanta sus propios muros herméticos y se deja querer sólamente por el hincha Xeneixe; para ningún otro amante de clubes de la Argentina, este documental tiene valor emocional o al menos periodístico.
Una película sin pimienta Este documental demasiado elemental es sólo para los (muy) fanáticos del Xeneize. Ante un documental de estas características se impone explicar desde dónde uno escribe. No soy hincha de Boca, pero vi decenas de partidos en la Bombonera durante mi infancia, ya que un amigo de mi padre solía llevarme. Siempre fui de Banfield, pero entiendo la pasión que despierta el sentimiento xeneize. Dicho esto considero a Boca Juniors – La película un producto bastante mediocre y en varios aspectos incluso cuestionable. Como escribí “en caliente” en Twitter tras la función de prensa en el Village Recoleta, si uno viera este documental elemental, solemne y efectista un domingo de lluvia tirado en el living de su casa por Fox Sports no habría ningún problema, pero estamos hablando de un “estreno cinematográfico” con entradas a 120 pesos. En ese terreno, es imposible recomendar su visión incluso al más fanático de los bosteros. Algunos aspectos que me interesan remarcar del film: 1- La estructura del documental es clásica (por no decir televisiva) y se limita a presentar testimonios de distintos ídolos boquenses e imágenes de las principales gestas deportivas. 2- El único elemento ficcional es un personaje llamado Funes, un viejo memorioso que archiva todos los datos sobre Boca y que funciona como narrador e hilo conductor. Un recurso que quita más de lo que aporta por su permanente bajada de línea tanguera y sentimental. 3- Para el documental la historia de Boca parece limitarse a las últimas tres décadas. Si bien hay algunas referencias al penal que Roma le atajó a Delem, aparecen en pantalla Rattin, Marzolini, Rojas, Perotti, Mastrángelo o Suñé y se hace una breve reconstrucción de la era del Toto Lorenzo, el film tiene a los ídolos recientes (Riquelme, Palermo y Tévez) como grandes protagonistas relegando incluso bastante a la figura de Maradona. 4- Los testimonios son abundantes (desde Guillermo Barros Schelotto hasta Schiavi, pasando por Abbondanzieri, Arruabarrena, Márcico, Brindisi, Navarro Montoya y Tévez en el campo de juego de la Juventus, algo que hoy queda demasiado ridículo), pero faltan varios claves: Riquelme, Bianchi y el propio Maradona sólo aparecen en imágenes de archivo. 5- Lo del 3D sólo puede ser tomado como una broma. No hay un sólo efecto estereoscópico que justifique calzarse los anteojitos y pagar un plus por la entrada. 6- La calidad de imagen es bastante pobre incluso en las escenas actuales filmadas en la Bombonera. Se entiende que el material de archivo (la Argentina no suele cuidar demasiado su patrimonio) no sea abundante ni óptimo, pero con la tecnología actual era lógico esperar un mejor acabado. 7- El único periodista que aparece en pantalla es Fernando Niembro, actual candidato a diputado nacional del PRO, y Mauricio Macri -más allá de haber sido presidente del club entre 1995 y 2008- es uno de los “héroes” de la película con muchos minutos en pantalla, más incluso que los que se les dedican a ídolos históricos de Boca. Siendo el único dirigente que habla y al que se le rinden honores es difícil no ver a esta película como parte de su campaña presidencial actual. 8- El film es lanzado por una distribuidora top hollywoodense (UIP) y contó con apoyo financiero estatal (vía INCAA). No es mi intención meterme donde no me corresponde, pero ambas decisiones -viendo la pobreza del producto final- parecen bastante injustificadas. Una película -permítanme la pícara y provocadora humorada futbolera- sin pimienta.
La pasión boquense hecha película El decadente mandato de Daniel Angelici en la presidencia de Boca culmina con un año para el recuerdo, y no justamente por los títulos obtenidos, sino por la batería de sucesos que vinieron para dar un golpe mediático en la gente con el fin de olvidar los fracasos deportivos sufridos. Primero fue la contratación del desconocido por estas tierras Daniel Osvaldo, argentino nacionalizado italiano que jugó siempre en el exterior y con su carismática fama vino a dar el golpe de efecto al plantel que disputase la Copa Libertadores de América, el anhelado objetivo que el club debía conseguir este año. Tras el bochornoso suceso del gas pimienta, y el inevitable camino al título de su eterno contrincante, Angelici es consciente de que debe dar un nuevo golpe mediático si quiere volver a ser presidente a fin de año. Repatrió al gran Carlitos Tevez, ídolo y figura del club (luego de echar a Riquelme) para tratar de enderezar el rumbo deportivo. Le dio presencia en las redes sociales a la “fan page” del club con éxito de seguidores, y se apoya en el estreno de Boca Juniors 3D, La Película (2015), primer film documental sobre un equipo de fútbol filmado en 3D, excusa por el 110° aniversario del club. No podía ser de otra manera, a falta de objetivos deportivos, Angelici recurre a los fuegos artificiales para tapar su mala imagen. Boca Juniors 3D, La Película viene a sumarse a la extensa lista de documentales sobre equipos de fútbol, una tendencia que comenzó hace algunos años y se instaló definitivamente. Cada equipo (Belgrano de Córdoba, Gimnasia de La Plata, Independiente, Talleres de Córdoba, inclusive River Plate con Esos colores que llevás) tuvo su versión cinematográfica, y Boca Juniors, como no podía ser de otra manera, la tiene a gran escala y en 3D. Estas películas se basan en la pasión que despierta el club y no en la estructura deportiva (entiéndase entrenamiento, sacrificio y desafío final) de, por ejemplo, los films sobre boxeo. Y Boca Juniors 3D, La Película no es la excepción, ubicando la cámara en la tribuna de ese templo apodado La Bombonera, y con el recurso de las tres dimensiones, logra trasmitir la sensación de estar en la cancha alentando al equipo. Pero no será solo eso, una infinidad de ídolos de las etapas gloriosas del club desfilan frente a la cámara para contar su experiencia de “ser” parte de la historia de oro del club: Diego Armando Maradona, Martin Palermo, Guillermo Barros Schelotto, Juan Román Riquelme, Carlos Tevez, Ángel Clemente Rojas, Alberto Márcico, y varios más, como no podía ser de otra manera. El director de la película es Rodrigo Vila, quién dirigió el emotivo documental ganador del premio Cóndor de Plata Mercedes Sosa, la voz de Latinoamérica (2013), alguien que sabe apelar a las emociones y condensar esa música que emerge de los cánticos de la hinchada con el sentimiento que generan los colores azulgranas. No será cuestión de olvidar el gris presente pero si una buena oportunidad para recordar tiempos de gloria y refrescar la memoria de por qué Boca Juniors está más allá de dirigentes ineficaces y delincuentes que se disfrazan de hinchas. Boca Juniors 3D, La Película, más allá de su convencional estructura cinematográfica, es la película que el fanático esperaba.
Para un público que lleva a ese equipo en su corazón, son 110 años de historia con los mejores títulos y no pocas tristezas. Algo de ficción, el director y guionista Rodrigo Vila acierta con los documentos, las historias individuales de los grandes líderes y la épica para llegar al corazón del hincha.
Postales de un equipo glorioso Con una historia que comenzó hace 110 años por Boca Juniors el cine en 3D recorre desde sus inicios, y a través de uno de sus más entusiastas y anónimos hinchas, el transcurrir de esa institución que, en cada encuentro deportivo, reúne en la clásica Bombonera a enfervorizados simpatizantes que, con alma y vida, aplauden a sus héroes, sufren con las derrotas de su equipo y saltan de felicidad frente a cada gol. El director Rodrigo H. Vila deja pasear su cámara por las calles boquenses, se detiene frente a sus conventillos y rememora, desde sus inicios, los partidos más importantes que ese equipo jugó tanto en la Argentina como en el exterior. Puso frente a su lente a nombres tan emblemáticos como Palermo, Barros Schelotto, Márcico, Brindisi, Rojas, Tevez, Riquelme o Maradona. Impecable fotografía y una suave banda musical ilustran este merecido homenaje a esa institución.
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Boca, con recuerdos parciales Suena contradictorio, pero la expresión es válida: a más de uno se le puede poner la piel de gallina cuando la cámara de esta película en 3D le haga vivir la sensación de estar saliendo a la cancha, con toda la tribuna enfervorizada, las bombas de estruendo, la lluvia de papelitos y los nervios del partido. Aunque el espectador no integre la autoproclamada mitad más uno, igual vale la pena vivir a través del cine esa clase de emociones, propias de las grandes noches boquenses. Y también sentir el entusiasmo contagioso de los futbolistas viejos o actuales cuando rememoran algunas jugadas históricas que les tocó protagonizar, o presenciar de cerca. O disfrutar la buena restauración de imágenes de archivo, como el penal que Antonio Roma le atajó a Delem, con quien después fueron grandes amigos y hasta socios. Esa imagen la encontró el equipo de filmación en el Museo del Cine, a pocos metros del lugar donde estaba la cancha original de Boca. Pero la película no desarrolla demasiado la historia del club, aunque por ahí tenga un narrador medio molesto bautizado Funes. Más bien es un ir y venir de recuerdos de buenos momentos, esquivando los malos, y a veces también olvidando, o recordando apenas, porque no alcanza el tiempo para todos, y entonces se priorizan los que la hinchada tiene más frescos, o los que mejor se conservan en la imagen. Además da trabajo conseguir el material y aplicarlo al 3D, y en esto hay comprensibles injusticias. Especialmente para la película hablan viejas glorias como Márcico, Rattin, Brindisi, Rojitas, Marzolini, Mastrángelo, Suñé, y más recientes, como Palermo, Navarro Montoya, Barros Schelotto, Schiavi, Abbondanzieri y Carlos Tevez, que hace una emotiva evocación de un amigo muerto en trágicas circunstancias. Quizás esa parte representa mejor que otras la fuerte conexión del deporte con la realidad. En esa selección de entrevistados faltaría la palabra actualizada de los viejos directores técnicos, y, sobre todo, del Pampa Calvo y Román Riquelme, ídolos induscutibles, y acaso de algún otro que habrá querido cobrar en dinares la entrevista. Pero es más que suficiente con lo que vemos. Autor, Rodrigo Vila, hincha y socio de Boca. Estereógrafo, Sebastián Tolosa. Montaje, Luciano Origlio. Música, Diego y Pablo Vila. Arte digital, Pablo Pager. Fotografía, Matías Mesa y Sebastián Zayas. Sonido, Hernán Converti. Investigación previa, Diego Bigongiari y Ezequiel Fernández Moores. Producción, Cinema 7 Films, de Rodrigo Vila.
Un film dedicado a su hinchada. Un film pensado para que los hinchas de Boca Juniors disfruten de su estadio, las calles de los alrededores, con sus colores y merchandising que ofrecen en la zona (sacando el plus de que es un lugar muy visitado por turistas), sus goles, hazañas, los festejos, las copas, anécdotas, buscando emocionar y vivir toda la película con alegría. No se cuenta cómo llegó a la primera división, cómo construyeron el estadio, no vemos ni un solo conflicto, problemas con la barra, económicos y dirigenciales, la tragedia de la Puerta 12, el llamado cabaret de Boca, clausuras luego de algún incidente, ningún tipo de crisis, ningún apremio. Solo se marca un momento cuando no se ganaba mucho donde se encuentra un niño triste a punto de hacerse hincha de otro club y ahí interviene su padre y le dice - ¿Si tu papá estuviera enfermo dejarías de quererlo? , le deja como enseñanza que en las malas a tu club lo tenes que querer mucho más, en este caso a Boca Juniors. La narración del film va pasando por algunas historias de vida y anécdotas como la trayectoria de uno de sus ídolos Carlos Tevez (cuando hace su relato se encuentra filmado en otro campo de juego no en La Boca), su amor a esos colores, su vida en el Barrio Ejército de los Andes y el dolor que sufre cuando su amigo muere por estar vinculado al delito. Martín Palermo y cómo una lesión lo dejó fuera de una importante venta a Europa, pero cuando se recuperó ganó varios títulos en este Club y convirtió varios goles. Quienes están también en pantalla son: con su relato, el candidato a Diputado por el Pro, Fernando Niembro y Mauricio Macri como presidente del club (1995-2008). También están los testimonios de: Guillermo Barros Schelotto, Schiavi, Abbondanzieri, Arruabarrena, Márcico, Brindisi, Navarro Montoya, entre otros, pero faltan entrevistas a: Riquelme, Bianchi, Juan Carlos "Toto" Lorenzo, Maradona, quienes salen con algunas imágenes de otras filmaciones de archivo y algunos apenas mencionados u olvidados como por ejemplo Sebastián Battaglia. Aquí lo que se relata es una parte de la historia, no los 110 años, sino las últimas tres décadas comentadas por un viejo memorioso llamado Don Funes (como si fuera un fantasma o El Patriarca de los pájaros, pero en persona). Y cómo va llegando a títulos obtenidos como Las Libertadores, las Intercontinentales y el viaje soñado para jugar en Japón. El uso del 3D solo le da efecto a los papelitos, fuegos artificiales y el estadio con su hinchada, no se justifica. Algunas escenas podrían ser interpretadas como un cierto toque de campaña. Esta es la película que cualquier fanático e hinchas de un Club espera, respeta y sabe valorar, está hecha solo para ellos. El Director, Guionista, Productor ejecutivo Rodrigo H. Vila ("Mercedes Sosa: La voz de Latinoamérica, 2013 ") dedica este film no solo a todos los hinchas de Boca, sino a su padre que ya no está, y recuerda en alguna secuencia de esta historia cuando su familia envió aquel niño a reflexionar a su pieza porque se aburría viendo un partido, luego de su indecisión al salir de aquel cuarto jamás volvió a dudar de su amor a esos colores. Esta película se estrena en más de 150 salas del país.
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No sólo un buen documental, sino un merecido homenaje Primero una confesión para aquéllos que no lo sepan. Soy hincha de los “xeneizes”. Y una recomendación para quienes comparten esta adicción: “Boca Juniors 3D” de Rodrigo H. Vila es su película. Para los que estén “en la vereda opuesta”, lo más probable es que no les interese. Y finalmente para los que les guste el cine mi sincera opinión es que la película está lograda. Con la aclaración de que la emoción que transmite a los simpatizantes (e hinchas) no llegará a la mayoría del resto. Una de las virtudes del film es que, pese a pertenecer al género documental, aguanta bien las casi dos horas de duración. Esto merece ser destacado ya que usualmente las películas de dicho género, muy abundantes en la cinematografía actual de nuestro país, raramente superan la hora y media. Y cuando lo hacen suelen agotar la paciencia del espectador (y del crítico). Posiblemente la razón de que aquí esto no ocurra sea la riqueza del historial del club de la Ribera, lo bien que dicha crónica está armada y el testimonio de varios de los principales jugadores de los últimos cincuenta años. En verdad algo más de tiempo, ya que se muestran imágenes del año 1962 cuando Boca le ganó 1 a 0 a su eterno rival en un partido al que este cronista asistió y donde el gran arquero Antonio Roma (lamentablemente hace poco fallecido) le atajó el penal al brasilero Delem. Y como afirma frente a cámara casi textualmente el “centrohalf” Rattin, junto a Silvio Marzolini que también estuvo en esa época, el “Tarzán boquense” se adelantó más de dos metros,. A ese periodo también pertenece Ángel Clemente Rojas o “Rojitas”, cuyo testimonio también se escucha, ve y aprecia. No todos los más célebres jugadores aparecen en “la película” y hay ausencias importantes como las de Riquelme, Maradona y el director técnico Carlos Bianchi, que sin embargo son sagazmente compensadas con declaraciones de archivo. Pero por suerte aparecen entre otras las de Navarro Montoya, Schiavi, Abbondanzieri, Palermo, Guillermo Barros Schelotto, Arruabarrena, Brindisi y una emotiva de Suñé, que se salvó de un intento fallido de suicidio. Seguramente habrá habidos distintos motivos que expliquen la ausencias antes señaladas pero si algo debe agradecerse son las declaraciones desde la cancha de Juventus de Carlos Tévez, filmadas seguramente alguna semanas antes de su retorno. Y como siempre “Carlitos” con su modestia (véase el elogio a Maradona) y don de gente, enriquece algunos de los pasajes más destacables del film. Es cierto que Macri aparece varias veces y del resto de los dirigentes poco se ve, salvo varias imágenes de Alberto J. Armando. También es real que mucho se consiguió durante las repetidas presidencias del primero. Para algunos será objetable dicha reiteración pero lo que sí puede afirmarse es que buena parte de la historia y los innumerables campeonatos y copas ganadas están bien reflejados en “Boca Juniors 3D”.
En un país como la Argentina, un documental sobre un equipo como Boca Juniors (por caso River, o Racing, o cualquiera de los cinco “grandes”) genera la misma cantidad de adeptos y detractores apenas se ve el afiche en la calle. Ni hablar si el exitismo exacerbado que nos caracteriza se traduce en que la película sea un éxito o un fracaso comercial. Todo será motivo de cargadas folclóricas o gritos de victoria. Está claro que el estreno de “Boca Juniors 3D: La película” excede la exclusividad cinematográfica para convertirse en un fenómeno cultural. Jamás se podrá analizar el éxito de taquilla fundamentándolo sólo en las virtudes de la realización. La pasión, los colores, la fidelidad al cuadro de sus amores, volcarán a los hinchas de boca en forma masiva al cine. Luego de ese gran documental que fue “Mercedes Sosa, la voz de Latinoamérica” (2013), Rodrigo Vila se embarcó en ésta aventura que obviamente tiene el objetivo claro: llevar gente al cine. Por ello se puede intuir la lucha conceptual librada entre dos ideas: una es cuánto de la rica historia del club quedó afuera del producto final, enfrentada con todo aquello que no podía faltar. Hay rescates de material de archivo inédito, eso que podríamos considerar perlitas, insertado en los últimos 16 años. O sea, la era Carlos Bianchi en adelante, se convierte en la columna vertebral de Boca Juniors 3D: La película”, decorada con la presencia y la voz de los protagonistas principales de ese período. Está claro que en la post producción y la compaginación, amalgamados por un estremecedor diseño de sonido, encontramos las grandes virtudes del documental espectáculo. Los lineamientos generales del guión van logrando los golpes de efecto en el corazón del hincha. Hay momentos de tensión dramática dados por los resultados, los goles, las lesiones y, claro… las gestas hacia los títulos que están dentro de lo esperable. También hay una línea interesante en un personaje singular. Funes se llama. Un hombre con impronta de leyenda urbana al ser uno de esos tipos que saben hasta el color de calzoncillos que los jugadores tenían en tal partido, de tal fecha, de tal año, y que constituye, dentro de la película, una línea semi ficticia que aporta una estética a lo Jean Pierre Jeunet en “Delicatessen” (1991). Se puede decir que ésta novedad tiene argumentos para convocar a hinchas neutrales, o que no se auto impongan la bandera por encima de la historia del fútbol argentino, pero en todo caso es justo decirlo: Todos los clubes merecerían tener una película como esta.
Resulta difícil hacer una reseña de una película sobre un tema que genera tanto fervor. Sobre todo para un hincha de Boca como yo. El género al cual pertenece parece un buen lugar para comenzar: un documental de la historia de un club de fútbol. Se ven muchos de este tipo de repasos históricos a las instituciones que hicieron grande a uno de los deportes más populares de Argentina -y del mundo. Generalmente, la costumbre es empezar por el origen. La fundación, los comienzos, los primeros equipos. No es el caso de Boca Juniors 3D. En este punto es donde Rodrigo H. Vila encuentra uno de sus aciertos más importantes: el narrador, Funes el memorioso. Funes (que tiene poco de borgiano en esta película) le permite a Vila (director y guionista) tener el resorte fundamental que le permite ir de atrás hacia adelante, venir y volver a lo largo de la rica historia centenaria del club de la ribera. A través de sus recuerdos es que accedemos a las imágenes y las crónicas, muchas de ellas guardadas todavía en las retinas y en la memoria de los hinchas xeneizes. Además de Funes, tenemos a los protagonistas. Los que construyeron la historia contando sus anécdotas, sus vivencias, sus sentimientos. No están todos, faltan algunos de los más importantes: Bianchi, Riquelme, Maradona (sólo se los ve en imágenes de archivo). Pero el resto, están. Del pasado reciente y del más lejano. La cuestión que no brinda una experiencia completa es el 3D. La experiencia 3D solamente dice presente en algunas imágenes actuales de la Bombonera, filmadas por el propio director. El resto son imágenes de archivo, televisivas -como era de suponer- que no logran equipararse a las tomadas por el director en la actualidad, de una Bombonera repleta y que hacen sentir al espectador como si estuviera ahí. Pero todo eso, al hincha de Boca, le importa muy poco. Porque el sólo hecho de ver a sus ídolos y a la camiseta que ama le despierta pasión, vítores, aplausos. Y con esta película, de algo podemos estar seguros: diga lo que se diga, con los millones de hinchas de Boca que hay a lo largo y ancho del país,va a reventar la taquilla.
Sentimiento y nostalgia xeneize en pantalla grande Era raro que en un fútbol tan marketinero como el actual nadie lo hubiera hecho antes. Pero así fue, hasta ahora. Finalmente, se estrena en cines comerciales una película acerca de un club argentino. Y, como era de esperarse, ese club es Boca Juniors. "Boca Juniors 3D" es, básicamente, un documental que cuenta de manera fragmentada e incompleta (no podía ser de otra manera) los 110 años de historia de una de las instituciones futbolísticas más grandes e importantes del país y, claro que sí, del mundo entero. Y lo hace con un añadido que, a priori, parecía innecesario y efectista pero que, tras verlo en una sala, aporta un atractivo especial: el 3D. Para contar algunos de los hitos xeneizes más importantes de todos los tiempos, la película presenta a un personaje central, que oficia de una especie de presentador e hilo conductor de los distintos episodios seleccionados. Se trata de "Funes", un viejo hincha fanático y enciclopédico, que remite directamente a "Funes el memorioso" de Jorge Luis Borges. A través de su relato, de los testimonios de algunos de los principales ídolos boquenses y de una inmensa cantidad de imágenes y material de archivo, el film recrea las máximas alegrías conseguidas por el club y obvia la inmensa mayoría de sus sinsabores. De todas manera, y nobleza obliga, la intención de la película es clara y cumple más que bien: celebrar el hecho de ser hincha de Boca. Entre las virtudes de este opus, encontramos varias. Por un lado, su ritmo y edición. Que los hechos narrados no estén necesariamente en orden cronológico y que el montaje esté tan bien trabajado le aportan un dinamismo muy agradable. La película entretiene mucho y estructura su relato de manera acertada, logrando emocionar por momentos (si uno es hincha de Boca, claro). Por otro lado, su factura técnica y visual. No sólo está filmada (y suena) de manera excelente, sino que logra embellecer muchísimas imágenes de archivo de una manera muy destacable, ya sea mediante un perfeccionamiento del color o una edición con fines narrativos de las imágenes (cámara lenta, enfoques, etc.). En este sentido, el 3D juega un papel clave. No sólo está muy bien implementado, sino que logra transmitir la sensación de estar en la Bombonera, al ladito de los protagonistas. Mención aparte para una secuencia de cámara subjetiva que, de alguna manera, nos hace experimentar lo que vive un jugador al salir del vestuario hasta entrar a la cancha repleta. En cuanto a los puntos negativos, también hallamos algunos. Por un lado, "Funes". Si bien no está mal su inclusión y rol, por momentos sus intervenciones cansan un poco y hacen pensar en que las mismas tampoco eran tan necesarias. Por otro lado, lamentamos que Juan Román Riquelme, Carlos Bianchi y Diego Maradona no hayan sido entrevistados para la ocasión. Si bien los vemos y escuchamos a través de material de archivo, que no hayan dado su testimonio frente a las cámaras de los realizadores como sí lo hicieron Carlos Tevez, Martín Palermo, Guillermo Barros Schelotto y tantos otros (hasta Mauricio Macri) es una pena. Por último, aunque en relación con esto último, podemos criticar algunos focos y decisiones, como, por ejemplo, que Riquelme, considerado por la mayoría el máximo ídolo de toda la historia de Boca, tenga menos peso en el relato que otras glorias. No obstante, y más allá de estas posibles críticas en parte injustas, el resultado final es más que aceptable. Eso sí, si no sos de Boca, andá a ver la última de Francella u otra que tengas ganas.