Regresos con gloria Finalmente volvió Dragon Ball en su máximo esplendor, tal como a los fans siempre les gustó: con peleas y situaciones graciosas por igual. No es casualidad que su creador, Akira Toriyama, haya recurrido al regreso de uno de los villanos más queridos de Dragon Ball: Freezer. Como para no hacer una película 100% fiel a la serie sino también para utilizarla como promoción de su próximo proyecto: Dragon Ball Súper, que llegará a Japón en julio. La película se destaca por sus diálogos graciosos entre los personajes y las excelentes batallas que se desarrollan. La última vez, en 2013, con Batalla de Dioses transmitió esa sensación de que algo faltaba. Si bien parecía un episodio más, el abuso de chistes y la ausencia de peleas le habían dado a ese film un tono infantil. Pero parece que en esta nueva película eso se revirtió, el inicio es espectacular, donde se ve a Gohan como padre y esposo reciente. Sin duda un tema que nunca se había tratado en la serie de manera profunda en el animé. Otro aspecto genial son los personajes: muchos menos que en el film anterior, por lo que el simple reencuentro que pareció darse previamente se convirtió en algo mucho más serio. Ese es el tono de la película: bien seria pero sin perder gracia. Las peleas y diálogos son los puntos fuertes de este film y sumado a las voces originales en español es un detalle que los fans van a disfrutar por completo. En cuanto a los personajes hay que destacar que Vegeta fue el mejor desarrollado, pese a que Toriyama nunca le tuvo mucho aprecio, pareció entender que tiene más fans que su propio protagonista. No haberlo ridiculizado como se hizo en el anterior film en cambio de hacerlo más orgulloso y explorar su lado bueno fue un gran acierto, sin duda la escena en la que pelea con Freezer es la mejor. Ahora, el film pese a contar con las peleas que siempre caracterizaron a la serie cuenta con nuevas transformaciones: las criticas por cambios de color, eran lo más acertado viniendo de Toriyama, en el caso de Freezer, su diseño le costó una oleada de cargadas en internet e incluso se dijo que ya estaba escaso de ideas. Sin embargo, el problema del film es que previo a su estreno en su país de origen promocionaron en exceso esas transformaciones que pudieron haber sido las grandes sorpresas. Ajeno a eso, Dragon Ball demostró que sin importar qué edad tenga uno o en qué año haya nacido, puede captar cada vez más fans.
Mientras los Guerreros Z llevan una vida normal, o entrenando para perfeccionarse, las malvadas tropas de Freezer deciden revivir a su amo. Los malos que vuelven Sorbet es el Primer Oficial al mando del ejército de desaparecido Freezer. Luego de años buscando las esferas del dragón y perfeccionando la tecnología para revivirlo, lo logra. Así el malvado villano volverá en búsqueda de venganza contra el primer enemigo que logro derrotarlo: Goku. Yo te conozco Luego del éxito comercial (y fiasco como película) que resulto ser La Batalla de los Dioses, era más que obvio que los productores iban a querer seguir exprimiendo al dragón de las esferas de oro, y dos años después, tenemos el nuevo film, pseudo secuela de los Guerreros Z. Dragon Ball Z: La Resurrección de Freezer es superior a su antecesora, principalmente porque los guionistas parecen haber escuchado las quejas de los fans por los constantes momentos ridículos que inundaban a la película, al grado que rompían con la personalidad establecida de algunos personajes (caso Vegeta). Ojo, momentos tontos a lo largo de la hora y media que dura la peli va a haber, porque si no, tampoco estaríamos ante una película de DB. Hagan memoria o vuelvan a ver la serie original o Z (hagamos de cuenta que GT nunca existió) y vamos a ver que pese a ser los seres más poderosos del universo, Goku y compañía se mandaba varias tonterías en cada arco argumental. Resulta curioso entonces como decidieron rescatar y darle protagonismo a olvidados de la familia Z, en especial a Roshi, que lo veremos en modo bad ass en lo que es para mí la mejor secuencia de acción de la película; acompañado de los demás amigotes de Goku que tienen que aguantar las cosas hasta la llegada del gran salvador. En cuanto al retorno de Freezer, la forma en que lo narran en la película tiene cierta lógica que volviera después de tantos años; aunque si se da de forma bastante precipitada como alguien que debería poder ser derrotado por varios, se vuelve tan poderoso de golpe. Quizás una de las mayores sorpresas que puede dar la película, es como tratan a determinado personaje; pero no se puede decir demasiado sobre el tema. Lo que si les puedo contar, es que para las voces en la versión latinoamérica, volverán los actores de doblaje de siempre, así que podremos escuchar a Mario Castañeda tirando el kame hame, junto a aquellas voces que tanto conocemos y caracterizan a los personajes. Conclusión Dragon Ball Z: La Resurrección de Freezer es claramente una película hecha para seguir exprimiendo una franquicia que debería darse por terminada y así quedar. Pero como sabemos que en el mundo el Señor Billetin es quien manda, solo queda esperar que respeten un poco la escancia de los personajes y el material original; y en este sentido el film es un paso adelante sobre su antecesora. También quedará en el espectador si juzga la película como el adulto que es hoy (en caso de que hayan visto la serie mientras crecías), o si se sabe poner en contexto y perdonar algunas cosas que, en definitiva, siempre estuvieron en Dragon Ball.
Cha-La Head-Cha-La Dragon Ball Z: La Resurrección de Freezer (2015) continúa la trama planteada en Dragon Ball Z: La batalla de los Dioses (2013) y en muchos sentidos le es superior. La historia sigue pareciendo como si hubiera sido escrita por alguien con déficit de atención y sin idea de cohesión dramática, pero no quita que resulte sumamente entretenida. El conflicto se inicia rápido, la acción es rauda y divertida, los chistes son más conmensurados y tienen mejor efecto, y en general el mundo es lo suficientemente extraño y maravilloso como para atraer hasta a las personas que no se llaman contentas con ser fans de la serie original. A saber: desde el vamos está claro que la película no se va a tomar la molestia de plantear o establecer nada ni a nadie, y las cosas se darán con una lógica onírica. Recordarán que, a pesar de su nombre, Dragon Ball Z: La batalla de los Dioses trataba sobre el padecer cómico de un hombre dividido entre apaciguar al caprichoso Dios de la Destrucción y celebrar el cumpleaños de su mujer, una bizarra mezcla de rutina de vaudeville y La Dimensión Desconocida (The Twilight Zone). La “batalla” era una coda breve y poco satisfactoria al final de todo. Loado sea Akira Toriyama, porque Dragon Ball Z: La Resurrección de Freezer finalmente inyecta adrenalina a las aventuras de Son Goku en la pantalla grande. La película comienza con Freezer muerto y consignado a un infierno en el que hadas y animalitos de peluche bailan y cantan alrededor de su cuerpo inmóvil. Sísifo era más feliz con su roca. Mientras tanto, los lacayos de Freezer juntan las 7 Esferas del Dragón y desean revivir a su amo, o al menos sus pedazos (fue trepanado en vida, aunque sus pedazos luego fueron atomizados, lo cual crea un error de continuidad). Ensamblado gracias a la ciencia ficción, Freezer se dirige a la Tierra ipso facto, queriendo batirse a duelo con el hombre que lo mató: Goku. De ahí en adelante la película se convierte en un episodio bastante formulaico de Dragon Ball Z (o mejor dicho, una temporada entera resumida en 93 minutos): Bulma reúne a la banda de vuelta – Roshi, Krillin, Ten Shin Han, Piccolo y Gohan – y luchan contra el ejército de Freezer mientras hacen tiempo hasta que llegue Goku para que ponga punto final al asunto. Es la parte más divertida de la película porque todos los Guerreros Z poseen técnicas distintas y cada uno tiene su momento de gloria y vulnerabilidad, y realmente da la sensación de que se juegan la vida. El más interesante de todos probablemente es el chico nuevo, Jaco, quien oscila entre el orgullo y la cobardía con mucho pragmatismo. Su técnica consiste en utilizar su entorno para dejar fuera de combate a sus enemigos. Una vez que llega Goku – tarde, como siempre – y con él Vegeta, la película pierde algo de emoción. Goku es, lisa y llanamente, demasiado poderoso. Su lucha contra Freezer tiene la magnitud de un duelo amistoso, con tiempo de sobra para fanfarronear y comparar sus niveles de poder. El Dios de la Destrucción se come un helado mientras mira la pelea desde las bancas, y si algo llegara a salir mal no hay que preocuparse, porque puede utilizar poderes que nunca se establecieron para rectificar cualquier inconveniente al último minuto. Por último, el mensaje final de la película es cuestionable; no por su contenido – trabajar en equipo – sino por cómo se lo presenta: no con acciones, sino con palabras. Dado que la película no hace nada diferente, salvo cambiar el color de pelo de Goku, ni lleva a ningún lugar nuevo, podría decirse que existe dentro de una burbuja hecha para y por los fans del status quo. No porque querían contar una historia nueva, sino porque querían ver cómo sería la revancha entre Goku y Freezer, así como algunos perdemos el tiempo en el recreo preguntándonos quién ganaría entre Superman y Batman, Kratos y Ganon, Maria Altmann y la República de Austria, etc.
Dragon Ball Z es una serie que todos en nuestra infancia vimos al menos una vez, y que a muchos nos dejó marcados. Las peleas, el drama y hasta el humor eran el pan de cada día con Goku y compañía, hasta que terminó. Años después, anuncian una nueva película que terminaría siendo un fiasco pero que demostró que existen miles y miles de fans por todo el mundo. Por ello, una nueva película y una nueva serie llegan de la mano del creador original para beneplácito de todos los fans. Pero... ¿vale la pena revivir a Freezer? Ignoramos la razón de por qué escogieron a Freezer en lugar de Cell, Raditz o cualquier otro enemigo. Basta recordar que incluso dentro de la serie, previo a la saga de Cell, hicieron un intento por revivirlo y reconstruirlo, pero sólo duró un capítulo, pues Trunks del futuro lo cortó en pedacitos sin trabajo alguno. Ahora, mientras Goku y Vegeta entrenan con Wiss y el Dios de la destrucción, Pilaf y compañía recolectan las esferas del dragón por órdenes de dos esbirros de Freezer que siguen con vda, y de esa manera, decide ir (otra vez) en busca de venganza contra Gokú. Hasta ahí, la película promete al retomar el tono tradicional de Dragon Ball. Pero de nueva cuenta, lo absurdo lo traiciona y se queda muy lejos de ser una buena película y de la saga en sí. Porque nunca se siente el verdadero temor que se sentía cada vez que aparecía un enemigo más fuerte. Aún con la nueva evolución dorada, y con los peinados azules de Super Saiyajin fase Dios (honestamente, emocionaba más el diseño no autorizado de SSJ 4 en GT), Freezer no asusta, no impone, y no pone ese toque de dramatismo que tanto amamos de la serie. Nunca sentimos el temor de que alguien va a morir y cuando de verdad logra pasar algo emocionante, utilizan el peor recurso posible. No queremos dar spoilers, pero basta decir que ni siquiera por esa destrucción que dura un par de segundos, emociona. Aunque hay que reconocer que escuchar el doblaje original latino y recordar con todos los diálogos lo emocionante que fue la saga de Namekusei la primera vez que lo vimos, basta para emocionarnos con Dragon Ball Super
La resurrección de Freezer representa la segunda entrega del relanzamiento de la saga Dragon Ball destinado a capturar la atención de una nueva generación de espectadores. Un evento que comenzó con la película La batalla de los dioses y que en el 2015 se consolidó con este estreno y la serie de televisión Dragon Ball Super. Queda claro al ver esta producción que los realizadores tomaron nota de las quejas que generó el film anterior por la falta de acción y el exceso de humor en el argumento. Luego de ese cóctel para amigos y fiesta del reencuentro que fue La batalla de los dioses, el guionista y creador de estos personajes, Akira Toriyama, desarrolló un argumento que se enfoca principalmente en la acción. La trama es muy sencilla. Freezer, uno de los villanos más famosos de esta saga, es resucitado y viaja a la Tierra para desafiar en un combate a Goku y Vegeta y de paso destruir el planeta. El conflicto se presenta en los primeros 15 minutos y el 90 por ciento restante de la historia pasa por la acción. Las quejas de muchos espectadores en el film anterior pasó por las reiteradas situaciones cómicas y las breves secuencias de peleas, un tema que esta ópera prima de Tadayoshi Yamamuro consiguió equilibrar con mejores resultados. Aunque el argumento tiene algunos diálogos graciosos con el humor absurdo que siempre estuvo presente en la serie animada, el eje de la propuesta esta vez pasó por el peligro que representa el regreso de Freezer. Un personaje que desde mi punto de vista terminó un poco deslucido en este relato. En ningún momento de la trama queda la sensación que Freezer podría vencer a Goku o Vegeta y nunca llega a representar una amenaza importante. Creo que le faltó un poco de trabajo a ese aspecto del guión, al igual que la resolución del conflicto que es bastante trillada. Más allá de estos detalles que los fanáticos después se encargarán de debatir en los numerosos sitios web que existen sobre el tema, me parece que el film cumple con creces el objetivo de atraer a la franquicia a una nueva generación de niños. Es difícil que los chicos de entre seis y diez años que descubrieron Dragon Ball a través de sus padres no se enganchen con esta propuesta. Los filmes de esta saga siempre fueron complicados porque nunca llegaron a tener el desarrollo dramático y los momentos épicos que se encuentran en la serie de televisión, debido a que los realizadores trabajan con un tiempo más limitado para elaborar un conflicto. Sin embargo, pese a las objeciones que se le pueden hacer al guión, La resurrección de Freezer consigue brindar un entretenimiento mucho más decente que la última porquería que se hizo con los Caballeros del Zodiaco en la pantalla grande. Acá por lo menos podés reconocer a los personajes y la trama tiene la esencia de lo que fue siempre Dragon Ball. En términos generales el film es buen debut como director de Tadayoshi Yamamuro, quien venía trabajando en esta franquicia desde la primera serie de 1986. No deja de ser notable que pasaron más de 20 años desde que se conoció esta serie animada en Argentina y las constantes chicanas entre Goku y Vegeta siguen siendo graciosas y te sacan una sonrisa. En el doblaje latino los personajes fueron interpretados por Mario Castañeda y René García, las voces clásicas del programa detelevisión, y ese es otro condimento especial que tiene este estreno. El regreso de Freezer no es la mejor ni la peor película de Dragon Ball pero ofrece un momento ameno en el cine con estos íconos de la animación japonesa.
Al servicio de sus fanáticos Dragon Ball Z superó ya la docena de largometrajes y el éxito demuestra que podrían seguir para siempre. La subsistencia dependerá, claro, de la lealtad de los fans y esta nueva película parece ser un show exclusivo para ellos. El emperador Freezer es resucitado y, como es de esperarse, vuelve deseando vengarse. Sus secuaces lograron traerlo a la vida con las esferas del dragón que le han robado a Pilaf y los suyos. Esta nueva película se caracteriza por poner todo el énfasis en largas e interminables batallas que harán la delicia de los seguidores y expulsarán a cualquier espectador que busque asomarse por primera vez a este universo. Algunos de esos momentos de batalla igualmente son espectaculares, pero definitivamente son demasiados. Lo que sí no deja de sorprender y resulta siempre efectivo es el humor. Es interesante como consiguen todavía combinar acción y eventos serios con algunos chistes de humor absurdo y disparatado. El mejor ejemplo es el helado con frutillas que sale de la nada pero que produce euforia en el dios de la destrucción Bills y Wiss, este última ya es muy gracioso antes de eso. Ese humor, que no es accidental sino que está en el corazón mismo de la saga, es algo digno de estudio y ojalá la animación occidental tomara nota de estos riesgos tan característico de Japón. No hay duda de que un poco de animé siempre renueva la cartelera y alborata el avispero de un cine de animación más tradicional. Pero si hay tanto fan del animé, uno se pregunta porque la obra maestra de Hayao Miyazaki, Se levanta el viento, pasó hace unas semanas sin pena ni gloria por las pantallas locales. Insólito o no, si algo no ha pasado por la televisión parece que no logra convocar multitudes. Dragon Ball Z: La resurrección de F tiene un público ya cautivo y nadie nuevo se acerca a verla. Para ellos, para los leales, la película tiene recompensa suficiente. Todos felices entonces, aun cuando fuera de eso haya poco más que agregar.
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A lo largo de los años, las películas de Dragon Ball Z no han tenido ninguna relación con el anime. A excepción de la saga de Garlick Jr., ninguno de los films tuvo referencia en sus 291 episodios, más allá de que el villano fuera uno de los más poderosos como Broly o uno en perspectiva insignificante como Turles. Eso permitía cierta libertad de acción con los personajes dentro de las reglas del dibujo animado, algo que se cambió con La Batalla de los Dioses. El incorporar a dos guerreros de un poder ampliamente superior al de los protagonistas, como Bills y Wiss, o insertar a presión una nueva transformación de Super Saiyan fueron modificaciones de importancia dentro de la mitología. El público las aceptó, dado que con el anuncio de la serie Dragon Ball Super, estas se volverán canónicas. Y con eso en vista es que llega La Resurrección de Freezer, un esfuerzo más digno y serio que el anterior a la hora de realizar una película. La del 2013 fue una producción que apeló principalmente a la nostalgia de la audiencia, que sin mucha necesidad reunió a todos los personajes que se pudo en pantalla como una verdadera celebración, por tener de nuevo un film de Dragon Ball Z después de casi dos décadas. En esta oportunidad, por el contrario, se apunta a poner en funcionamiento los mecanismos que hacen que una producción se sostenga por sí misma. Hay desarrollo de personajes o al menos un intento de hacerlo, se depende menos del humor y se confía más en las secuencias de combate, hay alguna vuelta inesperada de guión. Quizás no sea una producción enraizada en la mitología del anime, pero aún así es una más lograda que varias de las 18 que vinieron antes. Akira Toriyama y el director Tadayoshi Yamamuro concentran la acción en unos pocos héroes y les dan a todos la posibilidad de lucirse. En el estilo clásico de la serie, cuando la amenaza llega a la Tierra, ni Goku ni Vegeta están allí para protegerla y la tarea recae en los otros guerreros. En una impactante secuencia, Gohan -lejos de la fuerza que tenía ante Cell y ya más tirado hacia la época del Gran Saiyaman-, Piccolo, Krilin, Ten Shin Han y el Maestro Roshi se enfrentan al ejército de Freezer. A medida que el show avanzó, estos personajes tuvieron cada vez menor relevancia y la película apunta un poco a subsanar esto dejando que cada uno tenga su oportunidad de brillar, incluso con un Kame Sennin que básicamente no peleaba desde Dragon Ball. En el núcleo del argumento se encuentra el entrenamiento de Wiss con los dos poderosos saiyajin, con el intento de que unan fuerzas antes que luchar por separado. El orgullo de Vegeta y el exceso de confianza de Goku han sido los motores de su relación a lo largo de la serie, una competencia perpetua que bien podría haber puesto fin a cualquier problema de la humanidad si fuera hecha a un lado. La Resurrección de Freezer es una película de crecimiento para ambos y no solo en términos de fuerza, sino de aprendizaje: los dos deben dejar un poco sus egos y comulgar en pos de un trabajo conjunto, de lo contrario podrían verse cegados en el fragor de la batalla y poner a todos sus seres queridos en riesgo. En todo lo positivo que tiene la película como tal, hay mucho que le resta como parte del universo Dragon Ball Z. Históricamente la serie enseñó que los problemas del pasado son ligeras molestias en el futuro, debido a que el poder de los guerreros centrales no deja de incrementarse y el de estos villanos permanece igual. El film busca justificar la amenaza que Freezer supone a un Goku por encima del nivel Super Saiyan 3 al plantear una elipsis de 4 meses durante los cuales hizo algún tipo de entrenamiento. El no mostrar cómo el villano trata de aumentar su poder –algo que nunca se vio en la serie con ningún enemigo y que realmente es una oportunidad perdida-, lleva a que para los fanáticos no sea creíble que imponga un peligro ante el mundo. Ni hablar de que un ejército donde Raditz y Nappa serían generales presente algún problema en la Tierra, que Goku tenga una nueva e innecesaria transformación o que un insecto como Sorbet le traiga inconvenientes sobre el final –que por cierto es de los peores que tenían para elegir-. Una de los motivos principales por los que La Batalla de los Dioses supuso una decepción, fue que el combate estuvo muy por debajo de la espectacularidad que podía ofrecer. En ese sentido La Resurrección de Freezer no defrauda, sino que llena sus 90 minutos con pelea tras pelea. La famosa "década perdida", que existe entre la derrota de Majin Boo y la aparición de Oob, da demasiada tela que cortar y será positivo siempre que se lo haga así. El enfocarse en unos pocos personajes o el no depender tanto del humor pero tenerlo siempre presente, son decisiones al servicio de la película, no del fanático. Y así es que se consigue un film satisfactorio, que no necesita apelar solo a la nostalgia.
Nunca fui un fan de los animé ni tampoco exploré su universo con entusiasmo, más allá de alguna incursión con algunos en particular. No está en mi lista, la saga "Dragon Ball" aunque siempre la tuve presente por su fuerte presencia en las elecciones televisivas de mis amigos (y ya paso los 40 eh!) Es más, quizás tuve curiosidad sobre la naturaleza de la magia que generaba en su audiencia pero lo cierto es que nunca me atreví a abordarla. No puedo decir entonces que estoy familiarizado con su esencia, así que mi reseña sólo registra algunos trazos argumentales junto a ciertos elementos observables de esta poderosa franquicia. Primero, si no sos conocedor y fan de la historia de los guerreros Z, deberías plantearte si realmente es una película para vos. No es que te vayas a aburrir, pero este escenario tiene su encanto, si estás en sintonía. Sino, cuesta un poco disfrutarla. Como espectador externo y más bien neutral, destaco que esta entrega es entretenida (eso es innegable) y no debería defraudar a sus fans. Y digo esto porque en la función donde la ví, los rostros de mis compañeros de butaca estaban absorbidos ante el espectáculo visual de los combates entre los diferentes bandos. Eso, sin contar el entusiasmo y vibración que generaban con el devenir de la trama. Digamos, ver a su público en sala es de por sí energético. Cómo aman a la franquicia! Se lo debemos al enorme Akira Toriyama, quien vuelve a la carga con sus ideas y trazos luego de un parate voluntario. Tadayoshi Yamamuro, quien siempre animó para la saga, ahora debuta en la dirección con esta peli y debo reconocerle que me sorprendió el delineamiento de algunos personajes, como Goku y Vegeta en particular. Sabemos que volvió un villano tradicional que los seguidores amaban para dotar a este nuevo capítulo de voltaje y consistencia. El hombre en cuestión se llama Freezer y seguro que sabés más vos que yo sobre él. Vuelvo con Goku y Vegeta, quienes han ascendido a Dioses (esto tiene lugar dos años antes que la cinta anterior "Battle of Gods") y tienen a Whis como nuevo maestro, lo cual abre un camino singular de discusiones, planteados a través de pequeños actos que los van definiendo. Sorbet, el líder de la facción heredera del poder de Freezer, entonces se propone traer de regreso al mítico emperador con la ayuda de las esferas del Dragón, pero cuidado, eso es sólo el comienzo. Se imaginarán que cuando tome forma buscará vengarse de Goku, a quien se la tiene jurada (cuentan que las batallas en el animé original contra él fueron legendarias). El resto, pueden imaginárselos. Muchas batallas, algo de humor y una animación colorida y potente que atrae y convoca. Más datos que suman, en la versión latina, pueden escuchar a Mario Castañeda poniendo la voz con su habitual carisma, elemento importante para sentirse cerca de los clásicos episodios de la saga. Y en Japón y en algunos países se pudo ver en versión IMAX y en 3D. Qué tal? Creo que ningún fan debería dejarla pasar. En cuanto al público no adicto a este tipo de productos, estará en ellos animarse a vivir una aventura diferente, dentro del universo "Dragon Ball". Y esperen, porque en el futuro cercano, más productos llegarán al mercado (no hace falta ser adivino ni estar bien informado para decirlo no?)
Sigue funcionando la fórmula Dragon Ball Z El lunático universo del manga de Akira Torayami no se detiene nunca, y mientras en la pantalla chica Dragon Ball Z sigue siempre vigente, el autor de personajes tan delirantes como Vegeta y Goku sigue sacándole rédito a sus extrañísimos seres. En este caso, escribiendo el guión de este nuevo largo que, sin ser del mismo nivel de la magistral "Batalla de los dioses" con la que Dragon Ball Z sorprendió hace dos años, no está nada mal y hará las delicias de los fans y también de las nuevas generaciones de chicos que, por algún motivo, siempre terminan enganchándose con estas dementes luchas cósmicas. Esta vez la trama tiene que ver con un archienemigo pasado, muerto y enterrado, que sin embargo, gracias a los poderes de las bolas del dragón que otorgan cualquier deseo, vuelve a la vida cuando un villano y petiso extraterrestre lo solicita. Freezer es malísimo y ahora mucho más poderoso que antes, y por supuesto su primera acción es vengarse de quienes lo derrotaron tiempo atrás. Así que pocas escenas después, Freezer invade la Tierra junto a un ejército de mil soldados voladores en una de las escenas que por su impacto visual justifican plenamente este film, pese a que lo cierto es que la repetición de la fórmula se nota demasiado. Justamente todo lo que tiene que ver con lo visual, y sobre todo el uso de los fuertísimos colores que caracterizaban a la serie es lo que resulta más notable en "La resurrección de Freezer", mientras que la animación en sí misma no es tan formidable. Lo que sí ayuda mucho es que grandes y chicos puedan divertirse con el film es el sentido del humor, tan elemental e ingenuo como absurdo, y siempre totalmente eficaz.
Para un público cautivo que espera ansiosamente una más de la serie que nació en l984. Los demás abstenerse
Dos años pasaron desde la última vez que “Dragon Ball Z” pasó por los cines. En aquel entonces, Goku y sus amigos tuvieron que salvar a la Tierra una vez más, peleando contra Bills, el Dios de la destrucción. La lucha fue desigual, pero Bills perdonó a la Tierra tan sólo por los manjares alimenticios que ésta ofrecía. En esta oportunidad, dos integrantes del ejército de Freezer llamados Sorbet y Tagoma, llegan al planeta para juntar las Esferas del Dragón con el objetivo de pedirle a Shenlong que reviva a su Emperador, lo cual consiguen y parten de vuelta hacia el espacio. Freezer, resucitado y con su cuerpo regenerado, tiene como único propósito volver a la Tierra y vengarse de aquellos saiyajin que lo destruyeron y enviaron al infierno terrestre algunos años atrás, pero esta vez, no va a dejar nada librado al azar. Mientras esperan por Goku y Vegeta -que se encuentran muy lejos entrenando con Whis en el mundo de Bills- y con la Tierra bajo amenaza de destrucción, Gohan, Piccolo, Krillin y el resto del grupo se convierten en la primera línea de defensa en contra del gigantesco ejército de Freezer. Cuando ambos se teletransportan hacia el planeta, comienza una pelea titánica como las que sólo nos tiene acostumbrados la saga de Dragon Ball. ¿Quién ganará? “Dragon Ball Z: La Resurrección de Freezer” es la película número diecinueve de la franquicia “Dragon Ball”, la decimoquinta de “Dragon Ball Z” y secuela de “Dragon Ball Z: La Batalla de los dioses” (2013). Mucha acción, comedia, gran calidad de animación y las inconfundibles voces de Mario Castañeda y René García como Goku y Vegeta, respectivamente -en la versión doblada par Latinoamérica-, harán que los fanáticos pasen, sin lugar a dudas, un gran momento.
Esta película es una declaración de amor hacia los inicios, cuando Goku era un jovencito, donde todo era nuevo y divertido, la comida y las aventuras eran lo más disfrutable y nada, pero nada, podía salir mal. Debe haber sido nostalgia el motor de esta producción o, como se mencionó antes, amor incondicional hacia la historia y hacia los fans de todas las edades, especialmente para los más grandes, para los nostálgicos dispuestos al lagrimón. Akira Toriyama retoma su obra maestra en vísperas de la nueva serie, Dragon Ball Súper, y continúa con la historia que inicio en “La batalla de los Dioses”, esa que dejó mucho que desear como largometraje. “La resurrección de Freezer”, dirigida por Tadayoshi Yamamuro y distribuida por 20 Century Fox, es la decimonovena película de la franquicia y la decimoquinta desde que Gokú es adulto. Al finalizar la proyección, la sensación no es diferente a la que deja su precuela: una historia larga, donde las peleas se hacen demasiado extensas, no por eso aburridas, y sin puntos de tensión como nos tiene acostumbrados los grandes enfrentamientos de los guerreros z contra los más malvados demonios y androides que supo enfrentar en la serie. Pero el tirano Freezer volvió. Su paso no tuvo ni ton ni son, lejos de ser el amenazante enemigo de la primera saga, este provocó más risas que temores. Pero hay que ser justos, es muy difícil concentrar una buena historia de Dragon Ball en 93 minutos de película, sobre todo cuando existen más de 150 episodios de anime para contar un conflicto como el del film. maxresdefault Los esbirros de Freezer, lejos de ser la potencia universal que solían ser, siguieron luchando en otros planetas. Al enterarse de la muerte de su jefe, no dudaron en poner manos a la obra para buscar a los residentes de Namekusei, mejorar la tecnología regenerativa y juntar las esferas del dragón para revivir a su líder. Luego de realizar largos viajes con un ejército menguante, Sorbet, sin más opciones, le queda viajar a la tierra aterrorizado por el poderoso guerrero que derrotó al tirano hijo de King Cold. Una vez allí, se encuentran con unos viejos “jóvenes” conocidos: Pilaf, Shu y Mai (la ahora nuera de Bulma), que siguen en su afán de juntar las siete esferas del dragón. Los Guerreros Z, con la notoria ausencia de Yamcha, Chaoz y los pequeños Goten y Trunks, llevaban sus tranquilas vidas sin sospechar el peligro que se acercaba. Por otro lado, Gokú y Vegeta estaban entrenando como siempre, pero ésta vez a las órdenes del glotón Wiss y a espaldas del enfadadizo Bills que disfruta de una plácida y larga siesta. En este contexto, Freezer reaparece con un as bajo la manga y con un deseo de venganza que fue incrementando en el infierno de la tierra. La película está llena de chistes, emoción y grandes batallas. En cuanto a los personajes que le hacen frente a la invasión alienígena: Krilin, Ten Shin Han, el maestro Roshi, Gohan y Piccolo, se los nota más débiles pero con un mayor protagonismo que otras historias. Estos ya no están al borde de la muerte y tiene que ser rescatados por Gokú, sino que todo lo contrario, de lo mejor del film son las batallas de estos cinco más la aparición de Jaco, miembro de la patrulla galáctica. Dentro de estos cambios, también hay una notoria actitud por parte Gokú y Vegeta, diferente a lo que nos tienen acostumbrados. Pero esto es preferible no describirlo y que usted, señor lector, saque sus propias apreciaciones. ¿Quién es Jaco, el Patrullero Galáctico? el personaje surge de la serie homónima creada por Akira Toriyama que conecta con Dragon Ball. El 13 de Julio de 2013 fue estrenada en la revista japonesa Weekly Shonen Jump número 33 y cuenta la historia de una especie de policía intergaláctico, al estilo Nova Corps de Marvel o Linterna Verde de Dc, que queda varado en la Tierra pero no por casualidad, su misión era detener a un saiyajin del planeta Vegeta. Tight, la hermana mayor de Bulma, es otra de las protagonistas de la serie. De esta manera, une franquicias, y por qué no, una prueba para incluir a este nuevo y carismático personaje para la serie que se estrena el mes que viene: Dragon Ball Súper. 1280x720-0oS Guste o no, esta nueva película de Dragon Ball Z no aporta nada nuevo y es más de lo mismo en términos generales. Una fina mezcla entre batallas y humor, y como se mencionó al principio, un marcado esfuerzo por volver a las carcajadas que provocaba la obra de Akira Toriyama en sus inicios, sobre todo en el carácter del villano. Pero definitivamente, las artes marciales y el ki, enriquecidos visualmente por las nuevas tecnologías, una mixtura entre imágenes 2d y 3d, son de los mejor de la película. Sobre todo la de los guerreros z contra el ejercito de Freezer y la de Goku y Vegeta contra el, ahora dorado, hermano de Cooler. Las transformaciones (uno de los puntos más criticados a priori) parecen más una parodia de sí mismos que algo pensado y justificado. Dos cambios en muy corto plazo, para colmo ascienden a los principales héroes al nivel de dioses, y dejan muy poco margen para que un enemigo los ponga realmente en peligro, sobre todo porque el Dios de la Destrucción, Bills, tampoco parece tener serias intenciones de rivalizar. Porque la identificación auditiva es necesaria, los actores de doblaje son los de siempre: Mario Castañeda gritando el kame hame ha, no tiene precio. Las voces que tanto conocemos y caracterizan a los personajes están de vuelta salvo la del Maestro Roshi, quién posee un destacada participación en las batallas. Una pena. Review-de-Dragon-Ball-Z-La-Resurreccion-de-F3.jpg ¿Qué se espera para el futuro? Muchas son las pistas que se pueden extraer en las últimas películas, y también son muchos quienes sueñan que en la nueva temporada animada de Dragon Ball Z, Gokú se enfrente a otros dioses y se convierta en alumno definitivo de Wills, caso que haga enojar por completo a Bills y se convierta en el enemigo definitivo. En conclusión, La resurrección de Freezer es recomendable para cine, sin ser una obra maestra, los fans deben pagar la entrada para pasar un momento para el recuerdo por el despliegue de los personajes, por las nuevas pequeñas novedades y, sobre todo, las risas, efectivas como hace más de dos décadas. Además, sirve para aplacar la ansiedad por el inminente comienzo de la serie, que está a menos de 15 de su estreno en Japón por la cadena Fuji Tv.
Es interesante esto de que se estrenen largos de animación japonesa industrial, incluso si no son brillantes (quizás esto desarrolle un público y podamos ver otros mejores). La saga Dragon Ball tiene una mitología un poco complicada, pero a este redactor le interesa su estilo gráfico: personajes a veces delicados en estilo Disney y momentos de violencia rudos, bocetados con furia. Este largo hace honor al estilo del creador Akira Toriyama, y eso es algo.
Ochocientas mil más se pueden hacer de Dragon Ball Z. ¿Por qué no? Hace dos años tuvimos el estreno de “La batalla de los Dioses” que llevó casi 400.000 espectadores en la Argentina, lo cual da cuenta de la masividad de los seguidores, entre los de la primera época y los actuales. Es más, con tanto universo escrito, dibujado y filmado durante tanto tiempo en este Manga / Animé Japonés, no es raro mirar hacia atrás a ver si se encuentra algún cabo suelto como para exprimir un poco más la franquicia en la multi-juguera de la boletería. Incluso si, como en este caso, nadie se molesta en explicar nada de lo anterior. Se asume que los espectadores de Dragon Ball ya saben todo, y quien se declare novato en la materia deberá ver horas y horas de serie televisiva y las películas anteriores. Hasta ahí, todo es válido. Son las reglas del juego. Todo bien. El problema es cuando se pasa del otro lado. Cuando se rompen los propios códigos, no de la saga, sino de la escritura de un guión. Es decir, es de esperar que un seguidor pueda agigantar sus expectativas al grito de: “¡UH ¿¡Resucita Freezer?!” Pero el tema es la forma. Tomarse el trabajo de no tomarle el pelo a nadie. Si la idea es jugar al vale todo, y no importa ya ni siquiera cuidar a los fans, entonces “Dragon Ball Z: La resurrección de Freezer” es una buena muestra. Ya sabemos que juntando siete bolas de dragón se puede convocar a dicho lagarto para pedir un deseo. El que usted quiera. ¿Quiere que no se corte la luz en invierno? Se lo pide al dragón. ¿Qué la FIFA sea un ejemplo de buena moral y honestidad? Al dragón. ¿Qué haya debate de candidatos a presidente? Al dragón. Y si se es creador y guionista de Dragon Ball y no se le cae una idea en años, puede pedirle al dragón que resucite algún villano del que no se acordaba nadie. Y lo cumple ¡eh! Aunque el villano haya sido seccionado a espadazos como bofe para alimentar gatos, él escupe-fuego se lo resucita sin eufemismos. Así pasa con Freezer. Y anda rabioso el malandra porque condenaron a su alma, atrapada en un capullo, a observar y escuchar a cuatro muñecos de peluche tocar una melodía de calesita una y otra vez por toda la eternidad (¡¿Qué?!). Este capricho de guión arbitrario, indiferente a la historia, e inescrupuloso con el bolsillo, es la excusa para el resto de una trama llena de acción de la que van a buscar los fans, efectos de sonido sobre expuestos y situaciones de pelea interminables en las cuales el único daño que provocan los contendientes es al intelecto del espectador. Difícil saber si “Dragon Ball Z: La resurrección de Freezer” será aceptada entre su propia gente; lo que sí es seguro es que el sentido común hay que dejarlo en la puerta del cine y pasarlo a buscar a la salida.
Adiós Goku En 2013, Akira Toriyama se convenció de que necesitaba hacer más dinero con la franquicia de Dragon Ball y volvió a escribir una aventura para Goku, Vegueta y demás personajes. El resultado fue Dragon Ball Z: la batalla de los dioses, extraña visita al universo creado en 1984 donde veíamos a los personajes reunidos en una especie de evento de egresados, rememorando, comiendo y festejando el reencuentro. Aparecía la amenaza de Bills, el dios de la destrucción que era una especie de gato egipcio gigante y caprichoso que aceptaba no destruir la Tierra a cambio de los deliciosos manjares que aquí se cocinan. La película era pequeña pero amable, distendida y cariñosa. Toriyama aprovechaba para sacarle algo de solemnidad y agregar un poco de ese humor pícaro que tanto le gusta y al que no pudo acudir durante el desarrollo de Dragon Ball Z, que le exigía enemigos poderosos, batallas, entrenamientos y repetir el mecanismo hasta el infinito. Lamentablemente los otakus y simpatizantes del manga y el animé han sido padres, y de esos que no pueden permitir que sus hijos tengan gustos propios. Entonces hay un ferviente ejército de niños que están desesperados por ver un Goku de su época, y padres desesperados por alguna excusa para ver Dragon Ball de nuevo. Atrás ha quedado la infame Dragon Ball GT y la mutilada edición y remasterización llamada Dragon Ball Z Kai y, luego del éxito de La batalla de los dioses, el camino es uno solo: secuela y reboot llamado Dragon Ball Z: la resurrección de Freezer. El título es elocuente, ya que vuelve Freezer, el enemigo más agotador de la historia de la televisión: su batalla con Goku debe haber sido la que más capítulos abarca en la historia de la serie y el mundo. Luego de entrenar, junta un ejército y se va a la Tierra a matar a Goku. En la Tierra las cosas están más o menos igual a lo que veíamos en La batalla de los dioses. Por supuesto, se viene una gran batalla. Aquellos que hayan visto algunas de las 14 ó 15 películas anteriores basadas en Dragon Ball Z notarán la diferencia de aquellas escritas por Toriyama o no. Es decir, aquí Toriyama vuelve a imprimir ligereza, desparpajo y humor, pero como está contando un reboot nos quiere también introducir personajes y explicar desde los diálogos un montón de datos innecesarios para la película, los cuales seguramente sean importantes en la nueva serie que pronto tendremos llamada Dragon Ball Z Súper. Esto termina pareciéndose a ese corpus de películas-prólogo a las cuales nos tiene acostumbrados Marvel, cuyo peores exponentes son Iron Man 2 y Thor, donde no importa lo que sucede sino qué datos nos aportan para lo que viene. Desde ese punto de vista, la película pierde bastante interés: nada va a suceder más que acomodar los tantos como para que lo que sigue no quede tan descolgado. Además, como transición tampoco funciona del todo: es ociosa y un tanto larga, se toma mucho tiempo para llegar al clímax de una premisa que es demasiado simple, con dos tramas bien definidas y lineales. Esto nos hace pensar que debería ser obligación, a partir de este año, que todos los realizadores deban entender la narrativa desde el visionado de Intensa-mente. Mientras miraba la enésima piña que le pegaba Freezer a Goku y viceversa, pensé que quizás ya no puedo permitirme ver Dragon Ball Z desde la inocencia, el fanatismo y la melancolía. Por lo tanto, aunque mire cada uno de los capítulos de Dragon Ball Z Súper, voy a ser un espectador ajeno porque esos personajes ya no me pertenecen, sino que son de una generación nueva y también de Akira Toriyama y su camión lleno de billetes.
Porque murió por nosotros y resucitó para salvarnos… TE AMAMOS GOKU Ya en Sintonía de Amor (Nora Ephron, 1993) hay una escena genial donde el personaje de Tom Hanks y el de Rita Wilson hablan sobre el melodrama Algo Para Recordar (Leo McCarey, 1957, leit motiv en ese film). Ella, entre lágrimas al relatar una escena clave de aquella película, los acusa de la incapacidad masculina para entender el romance. A lo que ellos retrucan “los hombres también nos emocionamos con las películas”, para acto seguido fingir llanto hablando del final de Doce del Patíbulo (Robert Aldrich, 1967), terminando conmovidos en serio, muy a su pesar. Dragon Ball: La Resurrección de Freezer (Tadayoshi Yamamuro) es un poco esas lágrimas. Existen momentos, que a todos los amantes del anime japonés, nos quedaron grabados en el subconsciente emocional. Ejemplos tenemos miles, La última batalla de Asuka (Evangelion), Battusai Himura vs Hiko Seijuro (Rurouni Kenshin), Spike vs Vicius (Cowboy Bebop), Rock Lee vs Gara (Naruto) y por supuesto Goku vs Frezzer (Dragon Ball Z), siendo esta última una de las de más larga duración en la historia de la animación oriental. En este épico combate somos testigos de cómo los guerreros Z hacen lo impensable al derrotar al emperador del universo Lord Freezer y es también donde, por primera vez, nuestro amado Goku-San alcanza el grado de Super Sayayin (shit got real madafaka!!). Dejando de lado la historia de cómo llegó a emitirse en américa latina, que no es poca por cierto, esta serie marcó un antes y un después en la vida de incontables niños/adolescentes, transformando así la rustica concepción de aquel entonces del bien y el mal, la amistad, la redención, la esperanza y el crecimiento personal. Regalándonos un universo donde la maldad puede convertirse en bondad. Nada más representativo que la frase de Goku poco antes de derrotar a Majin Boo: “Eres un ser increíble, diste lo mejor de ti y por eso te admiro. Pasaste por varias transformaciones, fuiste tan poderoso que todos nosotros te odiamos [...] te estaré esperando para pelear, yo también entrenaré, entrenaré mucho para volverme más fuerte. Adiós Majin Boo”. El mensaje de DBZ siempre fue el de la auto superación y el de enfrentarse a los problemas en vez de huir de ellos. El mensaje de Dragon Ball Z siempre fue el de la auto superación y el de enfrentarse a los problemas en vez de huir de ellos. Por este, y por muchísimos otros motivos, esta última producción de Goku y cia. (decimonovena de la franquicia) tiene un no sé qué espectacular. Honestamente si vamos a los aspectos técnicos es considerablemente inferior a su predecesora Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses en la que la pelea entre Goku y Bliss se asemeja más a los tenkaichi budokai de las consolas domésticas. El estilo de animación es bastante tradicional al respecto, quizás con la intención de crear algún feedback nostálgico con aquella mítica primera batalla entre los protagonistas. Mismo para el espectador atento, hay escenas calcadas donde Goku y Vegeta simplemente intercambian posiciones. A nivel argumental, sí es mucho más sólida. Omitiendo ciertas incongruencias en los niveles de pelea, la historia decanta por sí sola, alcanzando el climax con el inicio de hostilidades entre Goku y Freezer. De ahí en adelante, podes estar de acuerdo o no de cómo se plantea la situación. Ahora bien, a diferencia de Naruto, La Película, DBZ tiene una espalda muy ancha para bancarse todas las críticas las cuales no serán pocas. Es probable que los otakus (fans acérrimos de la franquicia) no salgan contentos de las salas de cine, pero saldrán con una media sonrisa en la boca pues es evidente que estas últimas dos producciones sirven de base para lo que se viene, Dragon Ball Super, historia que se sitúa seis meses después de los incidentes con Majin Boo y que contará con, al menos, cien episodios. Por consecuencia, está no será la última oportunidad en la que veremos a Son Goku, Vegeta, Bliss y cia. en la pantalla grande. Concluyendo, si bien se esperaba mayor espectacularidad, Dragon Ball Z: La Resurrección de Freezer es un digno comienzo para lo que se vendrá de aquí a poco tanto en fílmico como en papel. DATO LOCO: Se dice que la canción del grupo musical Maximum The Hormone fue la que inspiró a Akira Toriyama para dar el ok en el desarrollo de esta última película.
Vuelve Goku y sus amigos contra un viejo conocido en Dragon Ball z: La resurrección de Freezer. Dragon Ball Z: La Resurrección de Freezer, continúa con lo que ya conocimos en Dragon Ball Z: La batalla de los Dioses. Que hay que tener en cuenta, que la película no se toma el tiempo para explicar lo que presupone como sabido en el espectador que ve este film. Quienes son, de donde vienen y que hacen. O ya lo saben o no intenten ver la película. Todo comienza con Freezer en el infierno, luego de que ya murió dos veces en lo que a la saga televisiva respecta. Quienes aun le son fiel a Freezer buscan las esferas del dragón para resucitarlo. Mientras tanto Goku y Vegeta entrenan en el hogar del dios Bills, que conocimos en la película pasada. Una vez vuelto a la vida, Freezer tiene solo una cosa en mente y, claramente, vengarse de quien lo mato. Dragon Ball z: La resurrección de Freezer tiene mas accion y es mas fiel a lo que ya conocimos en las sagas de la tv creadas por Akira Toriyama. La música, las peleas, el humor de la película funcionan muy bien. Hay un dato que es clave para tener en cuenta. Dragon Ball z: La resurrección de Freezer no es una película para todos, es para aquellos fanáticos o seguidores de Goku. La historia transcurre como transcurrieron siempre en la televisión, villano que aparece y pelea con todos y quiere destruir el planeta. Aparecen Goku y Vegeta a ultimo momento para salvar a todos con un poco de dramatismo, que sabiendo como sera el final.
Con el estreno del año pasado de Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses y ahora a pocos capítulos del final de la remasterización de la serie que lleva el mismo nombre + Kai, aparece una nueva película del anime creado por Akira Toriyama. Dragon Ball Z: Fukkatsu no F es la más reciente apuesta para recordar que Goku y todo su universo están más vivos que nunca. El humor, los chistes y la inocencia de nuestros queridos Guerreros Z son las principales características en una película que transcurre meses después del enfrentamiento entre Goku y Bills, el Dios de la Destrucción, donde la paz abunda en la Tierra, pero solo hasta el momento de invocar a Shen Long. Los responsables de continuar con la tarea de Freezer en la galaxia, luego de mucho tiempo, logran encontrar un planeta donde existen namekuseins y las Esferas del Dragón. La leyenda del poderoso dragón que puede cumplir cualquier deseo es de puro conocimiento en la tropa comandada ahora por Sorbet, que sin dudarlo logra exitosamente su objetivo de conseguir las siete esferas y así logran traer nuevamente a la vida al Gran Freezer. El estado de Freezer luego de ser revivido es lamentable. Él mismo sabe que Goku se ha convertido en un ser más que poderoso desde su última batalla e inclusive tiene conocimiento de que derrotó al terrible Majin Boo. Así que deberá buscar la forma de aumentar su fuerza para poder cumplir su objetivo. Con una jugada magistral del Gran F, su regreso no será parecido al de la última vez. La gran mente del asesino comienza a tener un papel importante y su venganza comienza a desarrollarse con una súper invasión hacía la Tierra. La batalla en la Tierra comienza y los Guerreros Z luego de un largo período de paz, tienen que salir a luchar una vez más para defender su hogar. Piccolo,Gohan, Krilin, Ten Shin Han y el maestro Roshi le presentan batalla a la nueva tropa comandada por Freezer y es de los mejores momentos del film. Ver a los grandes personajes de nuestra infancia pelear con tanta capacidad y prolijidad, es un claro indicio de que los Guerreros a pesar de vivir en tiempos pacíficos, no perdieron el tiempo y siguieron entrenando para volverse más fuertes. Una grata sorpresa es ver al maestro Roshi sacudir a todos estos extraterrestres y al Señor Piccolo luchando con un gran potencial junto a Gohan. Pese a su gran esfuerzo de defender a la Tierra de la invasión, aunque no lo crean, Freezer está a otro nivel y no es rival para estas personas.¿Pero donde están Goku y Vegeta? Están siendo entrenados por Wiss, el gran maestro de Bills, que ayuda a los dos sayayines para sobrepasar sus poderes a cambio de la deliciosa comida que pudieron degustar estos Dioses en la última película de DBZ. El exigente entrenamiento que reciben Goku y Vegeta por este sujeto increíblemente misterioso, lleva a ambos a alcanzar un nivel superior, un nivel que nunca creíamos que llegarían. La pelea amerita que se hagan presentes, y es así como la gran batalla y la venganza de F comienza. La pelea es increíble, para todos aquellos que se quejaron de la poca acción en La Batalla de los Dioses, Goku y Freezer se pegan de lo lindo. Ambos presentan sus nuevas transformaciones y la lucha del ego de quién es el sujeto más poderoso llevan a F a perder totalmente la cabeza, el veneno que le produce las palabras de Goku lo vuelven cada vez más temible y presenta su última transformación: Golden Freezer. Goku no se queda atrás, en esta película presenta su nueva transformación que pudimos adelantar hace semanas, y gracias al entrenamiento de Wiss, Goku alcanza el nivel de Super Saiyajin Dios SS. Esta nueva transformación de Goku tiene mi aprobación. Sus poderes están en otra dimensión y estarán justificados en la próxima serie Dragon Ball Super. Sin embargo, el exceso de confianza de Goku lo llevan a morder el polvo. Por suerte, Vegeta no es como Kakaroto, y una vez más, el Príncipe deberá enfrentarse al monstruo que destruyó a su planeta y a su raza. A diferencia del combate en Namek, ahora en la Tierra peleará como todos quisimos ver pelear a Vegeta. Si te gusta todo lo que significa Dragon Ball, la película te va a encantar. Han mejorado enormemente la calidad visual luego de La Batalla de los Dioses, pero te lo repito, si vas a buscar algo épico con consecuencias tremendas, la película no trata de eso y es más bien una introducción para lo que se viene: Dragon Ball Super.