El fantasma en la máquina. El cine de terror reúne dos características que lo hacen único a ojos de los espectadores, ya sea que sopesemos el mainstream o el sustrato independiente. La primera y más evidente pasa por el hecho irrefutable de que no necesita una estructura apuntalada en enfoques ampulosos ni presupuestos gigantescos ni estrellas, ya que con una atmósfera y/ o una eficacia narrativa estándar el éxito suele estar garantizado. El segundo rasgo, mucho menos obvio, se resume en la certeza de que hablamos del género más dinámico del séptimo arte, circunstancia que plantea una potencialidad que puede ser tanto positiva (fácil apropiación de alusiones diversas) como negativa (alta permeabilidad a las modas a nivel tecnológico). Precisamente, una de las constantes del horror industrial de nuestros días es el fetiche para con el “found footage”, una suerte de aggiornamiento de la dimensión expositiva que pretende funcionar en esencia como un correlato de la miniaturización generalizada de las cámaras digitales. Recién durante los últimos años Hollywood ha tomado conciencia de la saturación del recurso, lo que a su vez derivó en un repliegue paulatino hacia los engranajes formales tradicionales y una resignificación del mockumentary -que se resiste a morir- ahora bajo el tamiz de las redes sociales o la amalgama con otros géneros. La mediocre Eliminar Amigo (Unfriended, 2014) trae a colación los rasgos de este período de transición. La segunda obra de Levan Gabriadze, a partir de un guión del debutante Nelson Greaves, sigue el andamiaje prototípico de esta clase de propuestas, deudor del slasher ochentoso: un grupito de adolescentes de pocas luces termina mermado significativamente a manos de un espectro vengador, que se siente impelido a hacer justicia por cuenta propia. Aquí la trama se inspira en la reciente Open Windows (2014), la última locura del impredecible Nacho Vigalondo, adoptando como estandarte narrativo un plano fijo del escritorio de la computadora de una de las protagonistas, Blaire Lily (Shelley Hennig), sede central de una especie de cyberbullying metafísico que analiza la estupidez y el sadismo contemporáneos. Incorporando la dialéctica web de una manera un tanto rudimentaria (desde la utilización -reiterada aunque banal- por parte de los personajes de Skype, Facebook, Spotify, Google Chrome, YouTube, Instagram, Gmail, etc.), el film aburre en su primera mitad y cae en todos los estereotipos posibles del rubro, no obstante por lo menos constituye una denuncia cabal de la problemática del acoso y sus ramificaciones en la vida cotidiana de las víctimas. Lejos de los delirios revitalizantes de Vigalondo, siempre bordeando la comedia negra y la ciencia ficción más desatada, Gabriadze y compañía apenas si entregan un producto tan prolijo como anodino sobre la responsabilidad individual y los límites del campo privado…
El género de Found Footage - inaugurado por El Proyecto Blair Witch y potenciado por Actividad Paranormal y sus imitadores - ha dado hijos de todo tipo y color. Lejos de dar muestras de agotamiento siempre hay alguien que le encuentra una nueva vuelta de tuerca y éste ha resultado ser Levan Gabriadze, un antiguo colaborador de Timur Bekmambetov (quien aquí produce el filme junto a Jason Blum), quien dirige Unfriended y se las apaña para mantener toda la acción en el escenario inusual de una pantalla de computadora. Quizás el resultado final diste mucho de ser shockeante pero al menos el estilo asumido es digno del aplauso. Siendo honestos, dudo mucho que Unfriended le quite a alguien el sueño. No es el filme de horror mas efectivo del universo y ni siquiera las muertes están rodadas de manera impactante (todo se ve en pequeñas ventanitas de chat y tirando a borroso), pero no debo dejar de reconocer la originalidad del enfoque y el grado de inmersión que provoca, especialmente si uno está viendo la película en la computadora de su casa. La idea es simple: cinco amigos comparten una conferencia de videochat y un extraño comienza a acosarlos. Primero se acopla a la charla y no lo pueden echar, después empieza a comunicarse y - para matizar la cosa y que esto no se transforme en 90 minutos de ver una estática pantalla de Skype - comienza a mandar fotos, videos, enlaces web, archivos de todo tipo y color como para probar de que se trata de una camada de tipos con mala leche. El acontecimiento que provoca semejante situación es el aniversario del suicidio de una ex-compañera de la escuela, la cual se fue de parranda una noche y terminó desvanecida y tirada en un barrial, empapada en líquidos corporales de origen variopinto. El video de semejante juerga se filtró, la chica recibió la burla de todo el mundo y por último decidió pegarse un tiro. Ahora, un año después, alguien - o algo - ha decidido asediar a aquellos que la hicieron víctima del escarnio: los que la emborracharon, los que la filmaron, los que subieron el video a YouTube. El primer paso es acosarlos a través de las redes sociales. Lo que al principio parece un hacker (o un angel vengador) pronto revela ser algo sobrenatural. El sujeto parece estar en todos lados, controla las computadoras de los participantes, y los impulsa a un juego mortal que consiste en revelar sus verdades mas sucias, caso contrario el que mienta morirá. ¿Y cómo morirá?. Al parecer la entidad es capaz de apoderarse de tu cerebro, obligándote a suicidarte de las maneras mas estúpidas posibles. Y después te saca una instantánea y te la postea en Facebook como para que tus amigos se den cuenta de que el ciber-fantasma está hablando en serio. Unfriended está rodada en tiempo real, un detalle esencial para aumentar la efectividad del formato. Lo que vemos es la pantalla de la computadora de la protagonista, la cual chatea en privado, ve videos en YouTube, escucha música on line, imprime cosas mientras el fantasma de la suicidada los tortura mentalmente un poco antes de masacrarlos. Honestamente, el filme debe haber sido un infierno de logística - las acciones de la pantalla están rodadas al instante; los cinco flacos estaban ubicados en distintas habitaciones de una misma casa; la protagonista opera una gran cantidad de ventanas al mismo tiempo - pero la originalidad del estilo narrativo es tremenda. Lástima que... Mientras que Unfriended debe ser ejemplar para un estudiante de cine, al espectador promedio le parecerá una cosa tremendamente sosa. El fantasma de Laura Barnes es todo poderoso y controla de manera absoluta programas y ciberaplicaciones, borrando botones de confirmación, manipulando conexiones a su antojo, mandando archivos desde algún servidor ubicado en el Purgatorio (o Dios sabe dónde), eso sin contar que es capaz de hipnotizar a los usuarios y hacerlos cometer harakiri de las maneras mas rebuscadas posibles. Si al menos hubiera una mano esquelética agarrando del cogote a alguien a través del ciberespacio... pero aquí tenemos gente pegándose tiros o arrancándose la garganta con licuadoras, lo cual tendría algo de impacto si no fuera que lo vemos en una ventanita de 320 x 240 pixels. Yo creo que Unfriended vale la pena verla sólo por el estilo; aparte de eso, no hay mucho mas para contar. A mí me gustó pero como experiencia pasajera - dudo que volvería a verla de nuevo siquiera en cable -. En todo caso es como un chiste bien contado pero con final flojo, el cual divierte mientras dura pero al final no cumple las expectativas creadas, con lo cual uno lo termina olvidando al poco rato de haberlo escuchado. - See more at: http://www.sssm.com.ar/arlequin/unfriended.html#sthash.bemDWQVa.dpuf
Si las redes sociales han invadido otros géneros del cine, era inevitable que llegaran al terror. Unfriended es, contradictoriamente, clásica y moderna. usa a los jóvenes como protagonistas, pero aprovecha todas las herramientas virtuales que utilizan. Juega a matarlos uno por uno, pero de una manera poco convencional. Y es que esta trama la hemos visto miles de veces: un grupo de chicos vive en verano una serie de eventos que terminan desencadenando una tragedia, en este caso un suicidio. Y tiempo después, comienzan a experimentar sucesos extraños que, a modo de venganza, cobra sus vidas. Aquí podríamos hacer un reto, sobre nombrar una película diferente que trate de lo mismo y tendríamos un buen número de participantes. Y si es tan genérica, ¿qué la hace buena? En primer lugar, su bajo presupuesto. Un millón de dólares fue el costo total, incluyendo publicidad. Después, fue grabado con sólo 6 personas, adolescentes, que logran una buena actuación. Y finalmente, la tensión se logra no por la historia de terror en sí, sino porque la manera de hacerla es algo tan común y cotidiano, que después de verla, dudarás en seguir tan conectado como antes lo estabas. Toda la película se desarrolla en la pantalla de la computadora de la protagonista, mientras utiliza un popular servicio de videollamadas con su novio y sus amigos. Y entonces apreciamos en pantalla lo mismo que podríamos estar haciendo en nuestras computadoras cualquier día: YouTube, Spotify, Skype, smartphones... aquí lo interesante no es que apreciemos seis cámaras al mismo tiempo (la cámara de cada amigo conectado a la conversación) -porque eso es lo que hacemos todos los días-, sino el terror conseguido durante y después de la película. Puede parecer poco ingenioso, pero funciona muy bien. Si les soy honesto, es la segunda película de terror en los últimos 10 años que ha logrado hacerme sentir incómodo. Eliminar amigo es un buen ejemplo de cómo hacer cine de terror sin caer en lo exagerado, de cómo aprovechar los clichés de siempre y conseguir refrescar, innovar y asustar a la gente, que al fin y al cabo, es lo que buscas en un filme de estas características.
Con una abundancia de películas de terror para adolescentes llega una nueva propuesta en manos de cineastas un poco inexpertos y con escaso presupuesto, pero que con un poco de creatividad te dan un film bastante comercial. Sin dudas, el género de terror para la industria en Estados Unidos especialmente se ve totalmente copado por el publico adolescente y Eliminar Amigo (Unfriended) es un film pensado directamente para ese rango de espectadores. La historia es contada mediante el monitor de Blaire quien al principio de la película se encuentra mirando un vídeo donde una de sus amigas se suicida en el patio del colegio tras haber sufrido de cyberbullying. Rápidamente deja ese tema de lado y se une a un chat grupal entre amigos por Skype con motivo de planear su noche. ¿Cómo comienza el terror? Un integrante misterioso se mete en el grupo y lo que empezó siendo algo gracioso terminará siendo una verdadera pesadilla. El nuevo integrante es Laura Barns, la adolescente que se suicido tras haber sufrido de acoso por parte de este grupo de chicos y justamente un año después de lo ocurrido vuelve por venganza en modo de virus cibernético llevando a sus ex amigos al peligro en un juego en el que deberán hacer todo lo posible para sobrevivir. Lo que se trata de hacer en el film es contar una terrorífica historia por medio de las redes sociales con las que vivimos día a día como Facebook, Skype, Gmail, Instagram, etc. No basta solo con el elemento cibernético que también usan el ingrediente de found footage, técnica que se viene usando desde El Proyecto De La Bruja De Blair (1999) hasta las recientemente estrenadas La Horca y La Casa Del Demonio, tratando en cada film hacer sentir al espectador como personaje de la historia o al menos esa es la idea. En el caso de Unfriended la adrenalina que viven los personajes, si es que la hay, no llega en ningún momento al espectador y la película se torna totalmente aburrida. El film pasa a ser simplemente un chat de adolescentes los cuales se ocultan secretos y este demonio en versión cibernética los va sacando a la luz y extrañamente los lleva a cometer sus suicidios. ¿Tiene esto sentido? No, pero en la películas de terror adolescente nada tiene sentido, lo que podría haber sido una gran historia de como las redes sociales pueden ser grandes peligros en la vida de uno termina siendo un drama teen de bullying, engaños, secretos y todo esto mientras siguen conectados. Para ser una película lograda con seis computadoras y un armamento de GoPro está correcta y quizás pueda disfrutarse viéndola desde la computadora de cada uno para que logre ese efecto deseado y generar un pequeña psicosis. Pero para el género en sí no es nada más que una nueva película de terror que no llega a causar un gran impacto en el público.
Más valioso como ensayo sociológico que cinematográfico Retrato sociocultural sobre los métodos de comunicación actuales enfrascado en una historia de terror demasiado convencional. Es sabido que el bajo presupuesto y el acompañamiento de un público fiel y dispuesto a consumirlas en salas hacen de las películas de terror uno de los negocios más redondos del Hollywood moderno. Eliminar amigo lleva ese circuito económico al extremo. Esto dicho no sólo por haber costado un millón de dólares y recaudado 17 millones durante el fin de semana de su estreno norteamericano, sino porque además toda la narración transcurre dentro del monitor de una computadora (!). Dirigida por el ruso Levan Gabriadze, quien, como no podía ser de otra forma, ya está trabajando en la secuela, Eliminar amigo arranca con Blaire mirando videos en Liveleak. Lo hace de forma hiperveloz, bien acorde a los tiempos-Windows que imperan, hasta que se detiene en el del suicidio de una joven. Joven que mientras estuvo viva fue su mejor amiga. O al menos eso alega ella ante su novio en la charla vía Skype que ocurre inmediatamente después. Al encuentro 2.0 se sumarán unos amigos en común y un desconocido que lo hace utilizando la cuenta de la chica fallecida. Primero, claro está, todos piensan que se trata de una broma de mal gusto, pero cuando el misterioso invitado empiece a manejar a su voluntad la computadora y redes sociales de Blaire se darán cuenta que no es tan así. ¿Cómo es posible que a nadie se le haya ocurrido desenchufar todo? Es una pregunta de cajón que el guión de Nelson Greaves recién plantea bien avanzado su desarrollo, marcando que aquí importa mucho menos los hechos que la forma en que se muestran. Y debe reconocerse que Gabriadze lo hace de forma original. Así, por la pantalla de la PC de Blaire –y por la del cine- desfilan Liveleak, YouTube, Facebook, Instagram, Spotify, Skype y Google, entre otras páginas y chats emblemáticos, convirtiendo al film en un retrato fiel de la comunicación y sociabilidad contemporáneas y elevándolo, aunque más no sea por eso, por sobre la media del género. El problema es que ese interés sociológico no se corresponde con el cinematográfico. Tanto que su estructura es trillada y reducible a la idea de “entidad fantasmal asesina uno a uno a un grupo de adolescentes”. Eliminar amigo es, entonces, apenas un lavado de cara para un género que, salvo contadísimas excepciones, está cómodamente enfrascado en sus propias reglas, aun cuando elija mostrarlas a través de una computadora.
Clavale el visto El terror es un género que necesita reinventarse todo el tiempo, necesita cada tanto una purga para sacarse de encima esos vicios que parecen darle la razón a quienes lo ningunean como si se tratase de un género menor. El Terror vive de encontrar formas novedosas de narrar prácticamente las mismas historias. Eliminar Amigo (Unfriended, 2014) llega como parte de ese constante devenir que atraviesa el género. Todo arranca con el suicidio de Laura Barns, una adolescente que decide ponerle fin a su vida después de que un avergonzante video suyo se vuelve viral en redes sociales. Al cumplirse un año de su muerte, seis de sus amigos se encuentran haciendo un chat grupal vía Skype cuando un invitado misterioso se suma y comienza una serie de juegos macabros con los jóvenes. Los 83 minutos del film los veremos –excepto por unos segundos finales- en tiempo real y a través de la pantalla de una laptop, la de Blair, mejor amiga de la fallecida Laura. Desde su interfase veremos a sus amigos chateando, cada uno en su ventana correspondiente y sus imágenes llegando a través de sus respectivas webcams. Mientras los jóvenes intercambian archivos, mensajes, videos y links se irá desentramando un argumento que expondrá cuanta responsabilidad tuvo cada uno de ellos en el destino fatídico de la víctima, y quién o qué busca venganza. Más allá de una trama bastante sencilla en clave “muerte violenta seguida de venganza sobrenatural” lo más interesante del film de Levan Gabriadze es entender como la nueva generación –conocida por algunos sociólogos como los millenials- interactúa y se comunica entre sí. En otro momento se hubiese tratado de un grupo de adolescentes hormonales en una cabaña, en una isla exótia o festejando Halloween y teniendo relaciones prematrimoniales; pero ahora la interacción va por otro carril: el virtual. La ausencia de un espacio determinado y un montaje propiamente dicho son compensados por un fuera de campo y un montaje interno al cuadro que buscan que mantengamos constante atención a todo lo que se tipea, copypastea y clickea. Otro de los ejes temáticos que la convierte en una obra hecha especialmente para los millenials es el problema del Cyberbulling, el acoso a persona desde las redes sociales e internet. Muchas de las problemáticas adolescentes que conforman la trama están inspiradas en hechos reales, cuestión que provee un tono mucho más crudo y actual al relato. Cuando El proyecto Blair Witch (The Blairwitch Project, 1999) llegó a la pantalla grande a fines del siglo pasado, muchos la interpretaron como una película aburrida de tres personas filmándose a sí mismas en el bosque; la cual finalmente cambió al cine de terror sin proponérselo. Seguramente muchos pensarán que Eliminar Amigo es una película en la que no hacés otra más que ver una pantalla de computadora todo el tiempo. Y si bien el film tiene sus defectos, lo más interesante de todo esto será ver en que dirección podría llegar a orientar esta experiencia al género. Parafraseando a Marty MCFly: “Supongo que ustedes no están preparados para esta música, pero a sus hijos les encantará”.
Tanta pantalla te va a hacer mal Eliminar amigo (2014) es la primera película del subgénero de “terror cibernatural”, durante todo el film la cámara es la pantalla de la computadora de Blaire -Shelley Hennig-, en una noche de videoconferencia con sus amigos. Pero un usuario extraño se les cuela en la conversación y el terror cibernético comienza. Hasta acá, es una “buena idea”, el cambio de perspectiva para contar la historia, el cambio de tópico en el género (¡basta ya de exorcismos o rituales demoníacos!) hacen que el primer tramo resulte fresco e innovador. Sin embargo, la sorpresa se vuelve tediosa rápidamente, este usuario fisgón se pone cada vez más agresivo con el grupo de amigos y cae en la clásica fórmula de “mueren uno atrás del otro”. La premisa, sin bien es básica, -se cumple el primer aniversario del suicidio de una compañera de colegio, quien se quita la vida por la publicación de un video que le hace la vida social imposible- perece en el intento por no lograr mantener la tensión -o aumentarla- a medida que la vara se eleva. Tal vez, demasiadas pantallas se ponen en perspectiva en la puesta en escena, donde se observa a través de la computadora de la protagonista y esto le agrega distancia y frialdad a los hechos. En conclusión, Eliminar amigo (Unfriended 2014) puede resultar fallida, pero al menos es un error que no sale de las fórmulas clásicas tan gastadas. Se aplaude el intento de diversificar un género amesetado, pero se deberá seguir buscando por dónde crear nuevas historias de terror.
Hacía mucho tiempo que no me divertía con una película de terror como lo hice con Unfriended. Con un concepto tan simple como original, si se lo puede llamar así, la película de Leo Gabriadze es más un thriller que horror hecho y derecho, pero no por ello menos disfrutable. Dejando de lado el concepto de la cámara en mano, la última innovación es ver toda la acción a través de la computadora de la protagonista, la bella y sensible Blaire -una estupenda Shelley Hennig, creíble y natural en todo momento- quien comparte una videollamada con su novio Mitch antes de que todos sus amigos se unan a la misma. Esta charla de amigos coincide con el aniversario del suicidio de Laura Barns, amiga inseparable de Blaire que se quitó la vida tras lanzarse un video viral de ella misma en una situación bastante deplorable. En el medio de la videollamada, alguien estará encima del grupo de amigos todo el tiempo, controlando cada movimiento suyo y pidiendo explicaciones sobre quien subió a Internet las imágenes. ¿Será que alguien está jugando con ellos a Laura de alguna manera está buscando venganza? Poco a poco esta figura desconocida irá haciendo estragos en el grupo de amigos, primero con revelaciones pícaras para luego pasar a secretos inconfesables dentro del grupo. Los adolescentes de secundaria tampoco es que tienen grandes revelaciones entre sí, pero la dinámica que crea el elenco es lo suficientemente atractiva para creer la situación en la que están metidos. Se pelean, se ríen entre ellos, se discriminan, se lanzan improperios y nadie es mejor que el otro. Alguno será un poco más inocente, pero en líneas generales son jóvenes batallando los unos contra los otros, sacándose ventaja allí donde puedan. Incluso la suicida Laura no era mejor que ellos, sino que fue una situación donde la abusadora fue abusada en su propio terreno, el del bullying. Quizás la cinta The Den se le haya adelantado un poco en el terreno del terror en primera persona, pero Unfriended es la primera que lo hace de manera masiva y comercialmente. No puede venir de otro estudio que no sea Blumhouse, la casa reinante del cine de género de bajo presupuesto, que ha logrado cuantiosos ingresos con el poco costo de la producción, que aparte de ofrecer una interesante propuesta, le hinca el diente a una generación hiperconectada por medio de redes, que han perdido el contacto a no ser que haya una pantalla táctil de por medio. Unfriended es rápida, entretenida, interesante y bastante radical en lo que ofrece. Entre todos los estrenos de terror que llegan semana a semana, éste es uno que por tratar de ser diferente, sobresale por sobre los lanzamientos magros y repetitivos que se suceden en los cines locales. Ah, y gracias a su furor en las salas americanas, la secuela está en progreso. A mirarla y desconectarse de todas las redes sociales luego.
Lo que parece ser una videoconferencia vía Skype entre un grupo de amigos, termina en una noche de pesadilla cuando una misteriosa persona se une a la conversación y los empieza a acosar. Y es que el grupito tiene un oscuro secreto, no sólo cada uno con el otro, sino que además, todos ellos le hicieron bullying a Laura Barns, una joven que se terminó suicidando debido al acoso que sufría. Estamos ante lo que personalmente llamo: “película de terror experimental”. No es para hacerme el culto, pero así le suelo decir a esta clase de films de horror poco convencionales, los cuales se destacan más por la frescura de la propuesta técnica que ofrecen, que por los verdaderos sustos que tenemos. Eliminar Amigo Casos de estas pelis son “La Bruja de Blair”, por ejemplo-aunque tiene su antecedente varias décadas atrás- que fue una de las primeras y que con el paso del tiempo puso de moda el subgénero “película casera encontrada”. Luego llegaron las “Actividad Paranormal”, que tomaron el guante y le dieron una vuelta de tuerca mayor a dicho estilo. Y ahora nos llega esta, Eliminar Amigo (Unfriended, en su nombre original), film que pasa exclusivamente por lo que está viendo la protagonista en su pantalla de notebook. Porque no sólo veremos los videochats con sus amigos, sino también cómo vía facebook es acosada desde la página de la difunta Laura Barns y cómo ésta le va chateando y pasando links tenebrosos, centrados en espíritus vengativos. Así es como de a poco se va develando que este “inocente” grupo compuesto por chicos y chicas carilindos, tiene poco y nada de inocente. No sólo humillaron a escondidas a la dichosa Laura Burns, sino que entre ellos hay más de un secreto que traiciona la amistad y confianza que se deberían tener. El mayor problema que tiene esta película es que hasta que llegan al momento de las revelaciones, es decir, cuando los adolescentes de verdad se sienten amenazados, ya pasó la mitad del metraje, el cual se tambalea en el borde del tedio, porque no hablan de otra cosa mas allá de la que hablarían los típicos adolescentes de su edad, o sea, la nada misma. Eliminar Amigo UNFRIENDED – 2015 FILM STILL – Blaire (SHELLEY HENNIG) and Mitch (MOSES STORM) are terrified that the end is near – Photo Credit: Universal Pictures © 2015 Universal Studios. ALL RIGHTS RESERVED. Tampoco a nivel actoral podemos rescatar el trabajo de los actores, ya que a todos los vemos desde los videos en la pantalla de la pc portátil, y lo único que hacen es estar sentados hablando a la webcam. Si bien dudo que alguien que vaya a ver el film busque grandes actuaciones, tampoco les dan el lugar a los chicos para mostrar algo. De todas formas hay que darle mérito a Eliminar Amigo, porque cumple lo que intentaba hacer, y eso era una de terror distinta a los demás films clónicos que estamos viendo; de paso aprovecha las nuevas tecnologías de chat para darle un entorno a la historia. Sin ser una genialidad ni nada parecido, es una buena peli de terror, aceptable para los más exigentes. Si bien no provoca miedo, aprueba en el sentido de buscarle una vuelta de tuerca al género; al menos por eso hay que darle el beneficio de la duda y mirarla.
Esos chicos! Todo el día en la compu! Así como hace unos cuantos años "The Blair Witch Project" revolucionó el género de terror inaugurando el found footage, en este filme el formato también es nuevo y diferente, toda la dinámica de la historia se da en el monitor de una computadora, donde cinco amigos comparten una conversación por Skype. Una noche cualquiera, Blaire (Shelley Henning) está gastando tiempo en su computadora y googleando información sobre el suicidio de una compañera de colegio sucedido un año atrás. Laura Barnes se quitó la vida luego de que un humillante video donde se la veía borracha se viralizara en Youtube. Blair recibe una llamada de Skype de su novio, luego otros tres amigos se suman a la conversación, hasta que un desconocido se integra al grupo, sin foto, sin invitación, y nadie parece poder eliminarlo. El anónimo invitado los provoca, los molesta, parece saber bastante sobre ellos, así que tratan de quitarlo de la conversación, pero no lo logran. Buscan casos parecidos en la web, prueban con antivirus, pero el desconocido no solo sigue ahí, sino que comienza a atacar por varios frentes, chatea con el grupo y con cada uno por separado, sube contenido a sus cuentas de Facebook, les taladra la cabeza con rumores, y finalmente dice que es Laura Barnes. Todos se niegan a creer que se trata de ella, y sospechan de un hacker, pero es tan habilidoso que no solo se ha metido en sus computadoras, sino también en sus cabezas. De a poco revuelve verdades, mentiras, pone a unos contra otros, y propone violentos juegos que pondrán en peligro la vida de los cinco, hundiéndolos en pánico, histeria y terror. La historia atrapa desde el principio, no sabemos si es un hacker o un fantasma, pero como sea mete mucho miedo, y logra todo lo que se propone. Lo primero que se nos viene a la mente con tanta tecnología y la rapidez con la que los protagonistas se mueven por la web, es que hay que tener menos de veinte años para disfrutar de un filme como este, que logra un verdadero clima de claustrofobia, donde los pobres y aterrados jóvenes no se alejan jamás a más de un metro del monitor. Todo sucede ahí, ellos se aman, se odian, se insultan y entregan a sus amigos para salvar sus vidas, pero todo gracias al wi fi. En esta típica historia de hostigamiento, donde alguien vuelve para vengarse, no hay corridas, huídas por escaleras, golpes de auxilio en las puertas de los vecinos, todo se reduce a una computadora dentro de un típico cuarto de adolescente superficial y de clase media, cuyo mundo es solo la escuela y los chismes sobre sus compañeros. Actuaciones genéricas, una muy prolija edición, muchos gritos histéricos, y un sádico acosador sin rostro mantienen la tensión en esta historia de terror adolescente, donde la única innovación pasa por el formato, y alguna que otra reflexión sobre el cyber bullying que quedará a cargo del espectador.
La idea que se puede conocer desde el trailer sin duda es interesante. Un grupo de amigos reciben extraños mensajes de la cuenta de una compañera que murió hace exactamente un año. A partir de ese momento, comienzan a pasar cosas extrañas. Lo curioso, que quiere ser novedoso pero lo cierto es que no sorprende demasiado, es que apela a mostrarnos toda la película desde la pantalla de una computadora, es decir, algo así como lo que hace Nacho Vigalondo en Open Windows. A diferencia de cualquier película found footage, al menos en “Unfriended”, dirigida por Levan Gabriadze, nos vamos a encontrar con cámaras en general quietas, a diferencia de las nerviosas que el subgénero nos quiere hacer creer que son lo más normal y realista del mundo. No obstante, entre los juegos de luces, las conexiones y desconexiones, se va generando algo que a la larga no difiere demasiado de ese bendito subgénero. En “Unfriended” se apela principalmente a retratar el mundo de las redes sociales. Facebook y Skype pasan a ser los dos grandes protagonistas de una película que, como adivinaron, presenta a actores desconocidos. Sin embargo, el tema principal de la película es el bullying, y lo que el film hace es mostrar cómo hoy en día con las viralizaciones de videos a través de las redes sociales, lo que uno sube a la internet queda ahí. “La internet no está escrita con lápiz, Mark, está escrita con tinta”, le dice Erica Albright a Mark Zuckerbeg en la película de David Fincher sobre el creador de la famosa red social y acá esto se aplica de manera perfecta. Generar de eso una película de terror parece una idea al menos divertida, original, la idea de que algo que comience como una broma termine derivando en la posibilidad de estar siendo acechados por un fantasma, el problema es que en “Unfriended”, ésta se agota rápidamente. El principal problema de la película es justamente ése: que como película de terror no funciona, más allá de que sí lo hace como retrato de una sociedad actualmente conectada todo el tiempo a través de diferentes plataformas, especialmente con los adolescentes siempre protagonistas de estas películas, en medio de la vorágine del día a día. Así, “Unfriended” es una película que no aprovecha ideas y en su lugar se termina pareciendo demasiado a cualquier otra película del subgénero found footage, con una estructura típica y así, cero sorprendente, además de un guión con sus flojezas. Parecía interesante, pero termina siendo una más.
Hay que reconocer que el género terror es uno de los que menos novedades ha ofrecido, a lo largo de los últimos años. Entendiendo esta afirmación como cierta escasez de buenas ideas, en relación con la cantidad de títulos que llegan a la comercialización. Sin embargo, cada tanto, alguna sorpresa aparece. Bienvenida "Unfriended" entonces, un guión actual, dinámico y que anticipo, podría abrir un nuevo subgénero en su categoría. Lo primero que notarán con "Eliminar amigo" es que su conexión con la audiencia es inmediata. Impacta por la naturalidad que emana de su manera de presentarse. Mucho más si sos de esta generación o estás familiarizado con ella: directamente todo se muestra desde un pantalla de ordenador. Muchas ventanas, varios mensajeros conocidos y una famosa red social hacen el resto, digamos que es fácil entender cómo viene la historia en minutos nada más. Un año atrás, una adolescente llamada Laura Barns se suicidó (fue filmada en ese momento, además) luego de que alguien subiera un video suyo a YouTube donde se la podía ver en tren de diversión extrema. Poco más sabemos de las circunstancias que llevaron a esa determinación pero la humillación por las redes a esa edad parece bastante intimidante en esos lares... Cuando inicia "Unfriended" vemos una charla de varios chicos vía Skype. Si bien Blaire (Shelley Henning, nada menos que una miss teen USA para deleite de sus fans) se encuentra relajada charlando con su novio, Mitch, lo cierto es que este estado durará muy poco. Comenzarán a llegar mensajes y correos de un usuario que molesta, a través de las redes sociales. Todo parece fácil de resolver, pero Blaire y sus amigos (una banda como puede ser cualquiera de adolescentes hoy), experimentarán a partir de ese momento, la falta de seguridad y control de sus perfiles digitales. Cuando ese extraño se introduzca en sus charlas, provoque con sus amenazas y hasta publique material sensible, buscando una verdad que no parece de fácil confesión, todo comenzará a tener sentido: ¿quien subió el video de Laura que terminaría costándole la vida? Si las respuestas no comienzan a aparecer, ya se imaginarán cómo continuará el espiral de violencia. ¿Podrá ser una entidad demoníaca esa presencia que invade los ordenadores de los chicos? Nelson Greaves (sutil escritor) propone un guión original, potente y divertido. Eso si, puede no ser para todos. La sintonía con la atmósfera del film es fundamental: sus convenciones son las de los programas que atraviesan nuestra vida digital y si estás familiarizados con ellos, comenzás a asustarte a medida que entendés lo que la trama propone. La dirección de Levan Gabriadze no busca más que amplificar la idea del guión. Todo sucede en la pantalla de una máquina y si bien esto no suena atractivo, funciona. Realmente funciona. No podemos pedir actuaciones convincentes en el grupo de chicos que desfilan por la pantalla, son el eslabón más débil de la historia. Pero más allá de eso, esta es un nuevo estilo de encuadre, lejano pariente del found footage, tiene mucho que ofrecer. "Unfriended" es un efectivo film de terror, hecho con pocos elementos pero que atraerá a las audiencias curiosas que quieran echar una mirada a lo poderosa que puede ser una fantasma peligroso, paseando por tus redes sociales favoritas.
Ciber-giles Eliminar amigo pertenece a la larga y querida tradición norteamericana de entretener mostrando las muertes atroces de un grupo de adolescentes lujuriosos. Una tradición que a unos cuantos nos ha costado muchas horas de tedio que nunca recuperaremos, pero que también nos ha regalado algunas obras maestras indiscutibles como Halloween. Eliminar amigo, lamentablemente, es de aquellas que nos hacen perder un poco nuestro tiempo, menos mal que nuestro tiempo no vale nada. Un usuario desconocido se suma a una videoconferencia entre amigos por Skype. Pronto ese usuario comenzara a amenazarlos y a manipularlos para que develen sus peores secretos. Los protagonistas se defenderán usando antivirus y todos los chats o medios de comunicación de moda (preferentemente los de Apple). Así como sucede con los alimentos transgénicos, desconocemos los alcances reales de lo digital: el espacio cibernético sin dudas tendrá consecuencias que no podemos siquiera empezar a imaginar. Lo desconocido u oculto en lo digital es el primer generador de terror en el película que dirige Levan Gabriadze. Sumémosle las formas de la última moda en el cine de terror, el ya decadente found footage o cámara en mano, además de un fantasma con habilidades de hacker, y obtendremos aproximadamente Eliminar amigo. Concretamente veremos durante una hora y media la pantalla de una noteboock o macbook. Las películas de adolescentes muertos son un género bien conformado y repleto de convenciones. En general se trata de producciones descaradas, de conservadurismo exacerbado y autoconsciente. Son cuentos con moralejas deformes y amarillistas: quien tiene sexo muere, quien no lo tiene también y quien es malo muere horriblemente. No podemos negar que los responsables de Eliminar amigo intentan traducir estas convenciones a su premisa inicial. Pero la película nunca deja de lucir artificial, y el elenco abundante en actuaciones gritonas y sin gracia no ayuda demasiado. EXPERIMENTA LA QUIETUD Por supuesto que en la pantalla de la computadora suceden cosas: se abren y cierran ventanas, vemos gente morir filmados por cámaras de mala calidad, y también videos humillantes en YouTube. Pero la narración cinematográfica necesita de los cuerpos en movimiento para, al menos, generar la sensación de realidad, y para conseguir verosimilitud. Las pantallas digitales cotidianas aún tienen un rasgo de lejanía y artificialidad que hacen que lo que nos muestran reciba poco crédito de nuestra parte. Si Edgar Allan Poe inventó el lector de policiales, desconfiado y cínico, Internet nació directamente bajo sospecha y a pesar de que lo que vemos en la pantalla de la protagonista se traduzca en consecuencias reales dentro de su universo, Eliminar amigo nos hace experimentar la quietud, y eso no es para nada bueno para los efectos que debe conseguir una película de este tipo, que en pocas palabras, termina aburriendo y asustando poco.
Chat infernal Durante los últimos meses, desde estas mismas páginas se viene sosteniendo una campaña informal en contra de las películas de terror que parecen menos obra de un cineasta que de la máquina de hacer chorizos. Una campaña que busca crear consciencia acerca del abuso que las pantallas argentinas hacen de estos films clonados en los que el demonio, las posesiones, los fantasmas vengativos y el found-footage van pasando de uno en otro como si el cine de terror se hubiera tildado sobre esos dos o tres asuntos, a los que se disfraza para la ocasión casi siempre sin mucho ingenio ni destreza. Al mismo tiempo se ha saludado con honores a los pocos casos que han conseguido correrse de lo preseteado, verbigracia Te sigue, de David Robert Mitchell, y no mucho más. Pues, es hora de reconocer la derrota, porque esta campaña no tiene forma de ser exitosa; basta con mirar los números de taquilla para saberlo. De las últimas cinco películas de terror estrenadas, cuatro han vendido más de 25 mil entradas en su primera semana: La casa del demonio, Sinister 2, El payaso del mal y Exorcismo en el Vaticano (esta última, la peor de las cuatro, vendió casi 74 mil). Te sigue, en cambio, no pudo llegar a los 20 mil en el doble de tiempo. Es tentador ensayar una explicación al respecto, pero no es el lugar ni el momento. Una nueva película de terror acaba de estrenarse y de eso se trata esta nota.Eliminar amigo es el primer trabajo en Hollywood del director georgiano Levan “Leo” Gabriadze, quien sólo dirigió una película antes y cuyo mayor mérito (no menor) consiste en ser uno de los protagonistas de la comedia de culto Kin-dza-dza! (1986), uno de los trabajos más destacados del último cine soviético. De Eliminar amigo puede decirse que si bien no se aleja para nada de los clichés mencionados, al menos logra meter todo en un envase original. Claro que la originalidad en sí misma no es necesariamente un valor, mucho menos cuando apenas involucra a la máscara externa que por dentro esconde lo mismo de siempre. Sin mencionar que se puede ser original y aburrido al mismo tiempo. Se trata de seis adolescentes que son perseguidos por una ex compañera muerta, cuyo fantasma los culpa de haberla empujado al suicidio. Algo parecido ocurría en La horca, que tal vez termine siendo la película de terror más vista del año (unos 350 mil espectadores y que es aún peor que las cuatro antes mencionadas). Sólo que en este caso el morbo del ciberbullying mete la cola y por eso la fantasmita clama venganza por internet. Justamente, acá lo novedoso es que toda la película es narrada desde un chat de Skype y sin abandonar nunca la pantalla de la computadora de una de las protagonistas, echando mano de muchas de las redes sociales y plataformas web más populares –de Facebook a Instagram y de Google a YouTube– para construir el relato. No es posible asegurarlo, pero tal vez se trate de la primera película narrada íntegramente desde la virtualidad. Sin embargo, Eliminar amigo no ofrece nada más allá de esa innovación que es pura cáscara.
Miedo vía Skype Su forma narrativa es muy original: todo sucede en la pantalla de un monitor de computadora El terror quizá sea el género más afectado por la superpoblación de fórmulas probadas que se repiten una y otra vez en el cine actual. Por eso, más allá de que la originalidad no es una cualidad imprescindible, hay que celebrar la aparición de títulos novedosos como Eliminar amigo. La innovación en este caso es formal: toda la acción transcurre en un monitor de computadora que muestra las comunicaciones de una adolescente con cinco amigos. Entran en juego todos los dioses 2.0: Facebook, Google, Skype, YouTube, Spotify. Es, por lo tanto, una película no apta para personas poco familiarizadas con el uso cotidiano de la computadora. Y que incluso exige un rato de adaptación a los que sí son “tecnológicos”, porque la experiencia de verla al principio es extraña e incómoda: es como espiar por sobre el hombro de alguien que está usando una PC. La historia, en cambio, es bastante clásica, aunque trata un tema actual como el ciberbullying: está inspirada por un par de casos reales de chicas que se suicidaron después de haberlo sufrido. En la ficción es una tal Laura Barns la que se pegó un tiro luego de que se difundiera un video que la dejaba en ridículo, con las consecuentes burlas vía redes sociales de compañeros de colegio e internautas anónimos. La noche del primer aniversario de esa tragedia, seis de sus mejores amigos están hablando mediante una videoconferencia de Skype como siempre, pero se suma a la conversación alguien misterioso que dice ser Laura. Alguien imposible de eliminar del mundo virtual, y que volvió en busca de venganza. El fuerte de la película, su forma narrativa, quizá también sea su debilidad. Porque el miedo queda un poco asordinado por esa doble distancia que imponen las dos pantallas (la del cine sumada a la del monitor donde sucede todo). De todos modos, este formato de bajo presupuesto (un millón de dólares) y alto rendimiento (ya recaudó más de 60 millones) tiene todo la pinta de una nueva veta a ser explotada en los próximos años. ¿Nació un nuevo Proyecto Blair Witch?
Terror ante la pequeña pantalla Una película, una pantalla de una computadora. Eliminar amigo plantea un desafío, un encierro, y sale airosa, hasta victoriosa. El relato se ubica en los ojos de Blaire -la extremadamente fotogénica Shelley Hennig-, una chica que juega a seducirse con su novio Mitch vía Skype, pero antes de eso estaba viendo las imágenes del suicidio de Laura Barns, que están online. Un suicidio inducido por un humillante video subido a la red y sus consecuencias. Luego aparecen en el Skype amigos de la pareja, y entre ellos se cuela alguien no invitado. Y habrá actividad, tal vez sobrenatural (de hecho otro título de esta película fue Cybernatural), desde la cuenta de Facebook de la muerta. Eliminar amigo tiene una primera parte tensionante y exacta, en la que la dosificación de situaciones reconocibles ante una pantalla construye un suspenso neta y exasperantemente contemporáneo, al exprimir y aprovechar para el lado macabro lo que se nos ha hecho trivial en nuestras vidas cotidianas: una espera al bajar una foto, una falla en la conexión, la decisión de mandar o no una respuesta, la ansiedad mientras se aguarda un mensaje. El paisaje de ventanas abiertas, de amigos que entran y salen del videochat, de las múltiples aplicaciones constituye un muestrario de las variantes contemporáneas de la comunicación y de los vaivenes entre lo público y lo privado a partir de dispositivos conectados. Y ese es el paisaje de la película, tan aparentemente anárquico como extremadamente familiar para todos aquellos que trabajen y/o socialicen principalmente desde una computadora. Eliminar amigo -producción estadounidense, pero con director georgiano y con presentación y sello del kazajo Timur Bekmambetov- empieza a perder algo de brillo a partir de la primera muerte, pero de todos modos llega con mucha solidez y potencia a un final que no se estira en absoluto. El año pasado también Open Windows, de Nacho Vigalondo, con Elijah Wood y Sasha Grey, intentó sostener la mirada en una pantalla de computadora, pero de forma más fallida y con menos potencia y claridad. Seguramente en el futuro habrá más películas con propuestas similares que gastarán el recurso, como ha pasado históricamente con un montón de conexiones del cine con el mundo contemporáneo que supieron ser novedosas. Pero, por ahora, Eliminar amigo comprueba una vez más lo fructífera que puede ser esa conexión cuando se procede con convicción y concisión.
Efectismo en la era digital. El público adolescente marca los grandes números de taquilla en el mundo. Eliminar Amigo (2014) es una película hecha netamente para ese nicho de espectadores, una película clase B, de bajísimo presupuesto (inferior al millón de dólares) y que dio grandes réditos a los productores en las boleterías (30 millones en Estados Unidos, 32 millones en resto del mundo). Ahora bien, es importante analizar cómo logró el director Levan Gabriadze para que una película de un único plano fijo, como utiliza James Benning en algunas de sus películas, sea del interés de esta masa de gente ávida de los nuevos procedimientos cinematográficos sustentados en planos cortos y un montaje veloz. Gabriadze no utiliza ni siquiera montaje dentro del único plano (como sí hace Benning en sus documentales), ya que el único plano fijo de la película filma durante 83 minutos un monitor. El plano que decide utilizar el director también funciona como una subjetiva de Blaire, es decir, la cámara registra de manera fija lo que ven sus ojos. Blaire es una estudiante secundaria que, junto a un grupo de amigos, tuvieron algo que ver en el suicidio de Laura, una compañera de colegio. En una charla de Skype entre Blaire y sus amigos, aparece una conexión desconocida, que inmediatamente se revelará como la difunta Laura, y así comenzará una pesadilla para ellos. A partir de ese momento cualquier premisa interesante se viene a pique. El plano fijo subjetivo sostenido hasta el infinito, la fuerte acción de las redes sociales en los adolescentes y la posible reflexión sobre el remplazo de la conectividad en la nube por encima de las relaciones cara a cara sucumben ante los más rancios efectismos de las peores películas de terror de los últimos años. Toda la posible densidad cinética se desarma y vemos antojadizas resoluciones de cada personaje de manera arbitraria e inexplicable. Eliminar Amigo se convierte en una película sin carnadura y espesor y termina siendo un gran experimento fallido que solo será recordado por el bolsillo de los inversionistas.
Social media become source of inspiration for modern horror in dynamic flick First there was Michael Goi’s Megan Is Missing (2011), which mixes found footage with webcam scenes to tell the story of two teenage girls threatened by an Internet stalker. Then Zachary Donahue’s debut feature The Den (2013), about the dark fate of a young woman who chats with unknown people on a forum and all of the sudden turns into a witness to an online murder. And Nacho Vigalondo’s Open Windows (2014) focused on a blogger who spied on his favourite actress via his laptop to then have his life threatened when he got trapped in a web of webcams. Now Leban Grabiadze’s low-budget Unfriended furthers the above formal experiments and turns the gimmick into a legitimate and very effective piece of new horror cinema subgenre. Taking place in real time and shot without using cameras but instead screen captures, Unfriended is about six friends who meet in an online chat room and are unexpectedly and inexplicably hunted by a supernatural force emerging from the account of a dead friend — Unfriended’s original title was, in fact, Cybernatural. Everything you see is rigorously limited to what is on the screen of the protagonist, Blaire (Shelley Henning), a popular high-school girl who harbours some nasty secrets. This fixed framing device allows you to see video-chats, text-messaging sessions, Skype group sessions with her boyfriend and four friends and, most disturbingly, the Facebook messages coming from the dead girl, Laura Barnes. We find out that Laura killed herself exactly a year before out of shame after a video showing her passed out drunk was anonymously uploaded to YouTube. Of course, it went viral in a matter of minutes. For some reason, Laura’s ghost seems to know this particular group of friends is responsible for uploading the infamous video. It’s payback time. And so we have the first cyber-slasher, if you will. And yes, considering the formal characteristics of Unfriended, you probably think it makes for a non-cinematic, tedious experience. Yet I found it to be quite the opposite. That is to say that bearing in mind the limitations of the original gimmick, the film not only takes advantage of its potential but also exploits the many online applications to their fullest in a very precise manner. Which means it’s dynamic, smart and occasionally surprising. What struck me the most is that it all feels realistic and spontaneous. As the many windows pop out, are maximized and minimized, and messages are sent and received, suspense and tension are skilfully built step by step, little by little, and using non-digitally enhanced effects. By the way, there’s another video uploaded to YouTube besides the embarrassing one and it is quite unsettling and realistic: the video of Laura shooting herself in the face in the high school campus. Moreover, there’s much logic to what the characters do in order to get rid of Laura’s ghost. At first, they do the things you do at home when your computer goes nuts and seems possessed by an evil force. You know, it all starts working incorrectly and so you open this program and close the other one, open new sessions and then close them, and so forth. But then they realize that their online group chat truly is haunted and this is when everything they do fails to make the spirit go away. However, it’s not only just a game of who gets killed first and how. There are also some well-kept secret evil doings and sins that each friend perpetrated against the others and so they were first victimizers and are now victims. According to these friends, Laura had it coming because she was always mocking and criticizing others, but when you find out what’s been hidden, you realize that this group of friends had it coming too. It comes as poetic justice that Facebook, the place to have hundreds of friends, is where unfriendly messages come from. It’s even more ironic that dead Laura has now more friends in her community page than she did when she was alive. Not that Unfriended is a profound take on the effects of cyberbullying or a study in the illusion of friendship in these cyber times. It doesn’t want to be so either. Instead, it’s a source for modern horror that boasts more than a couple of effective jump frights, a tormenting feeling that surfaces as the characters reveal their dark sides, and a rebooting of the vengeful ghost that comes to right the wrongs. And although the format wears thin every once in a while and even if consulting a demonic possession web page to get rid of Laura’s ghost is too artificial when compared to the rest of the movie there certainly are more assets than flaws to be found in Unfriended. Production notes Unfriended (US, 2014). Directed by Levan Gabriadze. Written by Nelson Greaves. With Matthew Bohrer, Courtney Halverson, Shelley Hennig. Cinematography by Adam Sidman. Film Editing by Parker Laramie, Andrew Wesman. Running time: 85 minutes.
"La ventana incorrecta" De la mano de los productores Jason Blum y Timur Bekmambetov llega a los cines una de las propuestas de terror más llamativas, en materia de realización, de este 2015. ¿Eso la hace una buena película? No, ya que al igual que el resto de sus antecesoras, “Eliminar amigo” deja en claro que este género está atravesando una de sus peores crisis en los últimos años. El desconocido realizador ruso Leo Gabriadze es el responsable de llevar adelante “Unfriended“, un proyecto que desde el arranque nomás deja en claro dos cosas: El formato visual es el único y gran aliado de la película mientras que sus insulsos protagonistas son los verdaderos malos con los que tendrá que lidiar el espectador durante todo el metraje. Es por eso que, básicamente, “Eliminar amigo” funciona más como una radiografía de lo que es el cine de terror en estos días que como una propuesta digna de ver en la pantalla grande. Copiando de forma descarada todo lo mejor que ofreció la vanguardista “Open Windows” de Nacho Vigalondo (pudimos verla en MDQ el año pasado) y aquello que nos asustó en el celebradísimo corto de terror argentino “Alexia” de Andrés Borghi (pueden verlo acá), “Unfriended” narra la historia de un grupo de amigos que en plena sesión de Skype se ven amenazados desde el más allá por el espíritu de una estudiante que tiene varias cuentas pendientes con algunos de sus ex compañeros. Gabriadze aprovecha al máximo el formato para ofrecer algunos momentos más que intensos y atrapantes, sobre todo durante el segundo acto de la película, cuando la sugestión y los microclimas de suspenso aparecen en pantalla. A partir del tercer acto, como era de esperarse, “Eliminar amigo” se vuelve completamente gráfica, exagerada y absurda para decantar así en un resultado tan obvio como aburrido. Pese a que en el primer acto el espectador también tendrá que soportar nuevamente una serie de clichés tan oxidados como innecesarios para el cine de terror (adolescentes con las hormonas al rojo vivo, drogas, charlas sin sentido y muchos guiños hacía la cultura pop moderna), es la novedad del formato la que lo mantendrá pegado a la butaca. Repito: No hay nada de original aquí, ya que es lo mismo que pudimos ver en “Open Windows” el año pasado. Sin embargo, una pequeña lectura entre lineas del conflicto que presenta “Unfriended” nos invita a reflexionar sobre una peligrosa tendencia actual como lo es el cyberbullying. Ahí radica quizás uno de los aciertos (¿involuntarios?) de la trama de esta película que más allá de sus errores y la falta de originalidad “honesta” terminará siendo una pequeña brisa de aire fresco para aquellos que se apegan exclusivamente al consumo de contenido cinematográfico mainstream. “Unfriended” llegará tarde entonces para aquellos que, ya sea a través de festivales internacionales, cine independiente o internet, estan acostumbrados a disfrutar de propuestas visuales arriesgadas que reflexionan (algunas con más libertades que otras) sobre los limites impensados que puede alcanzar un click en la ventana incorrecta.
Para ver esto, mejor ver la computadora Este film de ciberterror casi logra ser menos atractivo que los múltiples engendros de "material encontrado" que vienen desvirtuando el género desde hace años. Aquí hay una historia sobre un espíritu vengativo que se expresa a través de la red social. Un grupo de Skype compuesto por cinco estudiantes de colegio secundario, que evidentemente se la pasan colgados de sus PC, empieza a ser acosado por la cuenta de una chica que se suicidó hace un año exacto. Los integrantes de ese grupo primero piensan que es algún tipo de hacker que los quiere molestar, pero pronto empiezan a acusarse unos a otros dado que el tema que subyace detrás de la historia es el del bullying. Conceptualmente, tal vez el asunto no esté tan mal, pero dramática y sobre todo visualmente por momentos apesta, dado que en un punto de la proyección el espectador quizá podria llegar a pensar que no hacía falta pagar cien pesos para ver una película compuesta casi íntegramente de pantallas de PC con los mismos sites a los que entra desde su casa (con el fantasma de que no le funcione el servidor siempre provocando miedo). No vale la pena ir al cine para esto.
En Eliminar Amigo vemos a un grupo de adolescentes que a través de una charla vía Skype, recuerdan a una compañera que se ha suicidado tras ser víctima de Bullying. De pronto extraños eventos comienzan a suscitarse, y desde sus respectivas conexiones cada uno de los jóvenes irán pagando por sus pecados. Utilizando la vieja fórmula del terror slasher con "un grupo de amigos siendo eliminados uno a uno", el director ruso Levan Gabriadze narra esta historia de venganza sobrenatural apelando a las nuevas tecnologías de comunicación: redes sociales, canales de entretenimiento y herramientas de uso diario. El resultado es una original muestra de "horror teen", que con mínimos recursos resulta inquietante. Filmada en primera persona, con un formato que permite seguir a través de las distintas ventanas a cada uno de los protagonistas, el ambiente "reality" ayuda a realzar la experiencia de horror hogareño. Al igual que la saga de Actividad Paranormal los tiempos narrativos pueden resultar densos, pero para los espectadores jóvenes, amantes del terror moderno, el filme puede convertirse en una pieza de culto tan divertida como aterradora.
Un grupo de adolescentes comunes se junta a chatear vía Skype una noche como cualquier otra. Todo se torna raro cuando a la videoconferencia se una Laura Barns, una compañera de ellos quien se suicidó hace un año atrás. Lo que en un principio parecía una broma de mal gusto termina convirtiéndose en una pesadilla real. Te vi estas ahí, al otro lado de mi monitor Eliminar Amigo es otra de las cintas de terror que nos llegan tarde por nuestros pagos. Y aunque recalcar esto en cada review de las distintas películas de terror pueda parecer redundante, es necesario debido a la tozudez de las distribuidoras de esperar meses, e inclusive años para hacer aterrizar un film de terror en los cines de Argentina. Detrás de esta producción de terror se encuentra Jason Blum, con su productora Blumhouse Productions, casa que supo involucrarse en cintas como La Noche del Demonio, Sinister o Whiplash: Música y Obsesión. Nuevamente Blum vuelve a dar en el clavo al brindar un soplo de aire fresco en medio de tanto ambiente viciado de posesiones y demonios. Y es que Eliminar Amigo se siente diferente porque toda la cinta se desarrolla desde la perspectiva de la protagonista y a través de su monitor, en ningún momento veremos a los actores de otra forma que no sea por la pantalla de la notebook de la protagonista, y a esto se le suma el hecho de que los 83 minutos que dura la cinta transcurren en tiempo real. Para destacar también es el hecho de que la cinta usa el terror psicológico –excepto en pequeñas partes–, por lo que no veremos demasiadas escenas violentas, sino que el miedo y el suspenso se infundirán a través de la sugestividad, como supo hacerlo aquella promesa de Hollywood, un director hindú conocido como M. Night Shyamalan. Toda la acción se desarrolla por Skype, Facebook y iMessage, por lo que no veremos a los actores haciendo otra cosa que no sea hablarles a la computadora, y aunque el reparto no logra lucirse, ya que el guion no se lo permite, los actores logran cumplir una tarea lo suficientemente decente como para creerles lo que estamos viendo, y no llegar a sentirse sobreactuada. Lamentablemente a pesar de toda la originalidad con la que se impregna la propuesta, y lo bien que está realizada, tiene varios defectos y la historia propuesta no basta para hacernos sentir realmente miedo, por lo que el clima no pasara de momentos de tensión. Quizás esto se deba un poco a que la propuesta no cuenta con música que induzca al miedo, y la banda sonora se limita a los distintos temas que suenan por momentos desde la computadora de la protagonista. Conclusión Eliminar Amigo es otra buena propuesta de terror a cargo de Blumhouse Productions, cargada de originalidad y tensión, la cinta logra ponernos en la piel de la protagonista para vivir a través de su monitor los espantosos hechos que acaecerán. Quizás se la juzgue duro por el hecho de que no llega a asustar, y aquellos que busquen verdadero terror no lo encontrarán, sino que se hallaran más bien en el campo del suspenso. Dentro de tanta basura de terror que nos llega, la propuesta es recomendable para pasar un buen rato, y a pesar de sus múltiples falencias es totalmente entretenida.
La mirada en la era digital Los géneros cinematográficos suelen ser víctima de los más insólitos reduccionismos. A su vez, dentro de ellos el terror es, sin dudas, el que parece ser el blanco más fácil a la hora de deslizar palabras para subvalorar una obra. Esta semana estrena Eliminar Amigo (Unfriended) y parece ser la producción perfecta para que los reduccionistas vuelvan al ataque subvalorando sus varios aciertos. El film nos presenta a Blaire y un grupo de amigos que se reúnen online para hablar. En esa conversación irrumpe un extraño y todo indica que se trata de Laura, una amiga del grupo quién recientemente se suicidó por sufrir constantes acosos cibernéticos. Muchos encasillaron a la película dentro del found footage cuando esa caracterización requeriría analizar nuevamente cuales son los elementos constitutivos de este género (análisis que tampoco vendría mal hacer). Por otro lado, se simplifica la puesta formal diciendo que es un film construido mediante una conversación vía Spype, cuando en realidad, se basa en el entorno de una pantalla de computadora, explotando la condición rizomatica de este marco. El último de los elementos que parecen no entenderse con claridad es que el film no es, en su totalidad, la subjetiva de Blaire. Sin dudas, la focalización está anclada a ella, pero en casi la totalidad de la película no hay elementos formales que expresen la condición de cámara subjetiva sino más bien una grabación de pantalla. Eliminar Amigo reflexiona sobre la responsabilidad que conlleva el acto de ver, aún en un entorno rizomatico como la pantalla de una computadora, en donde la mirada se atomiza. Si no se tienen en cuenta estas clasificaciones, que podrían pasar como detalles mínimos, se atenta contra uno de los elementos fundamentales en la construcción del relato. La reflexión sobre la mirada. Si se ve la película en una computadora y en soledad (marco de reproducción más óptimo que verla en cine) la identificación con el punto de vista resulta mucho más eficaz que si se hubiera usado la subjetiva clásica o la subjetiva mediada por un dispositivo como en el caso del found footage. Por este motivo, la posterior inflexión en el recurso de la grabación de pantalla tiene un efecto contundente. El mayor acierto de Eliminar Amigo está en que la puesta en forma y la elección de contar la película se esa manera se relaciona directamente con las temáticas que aborda y que pretende problematizar. Laura se suicidó por la grabación y posterior viralización de un video humillante que la tenía como protagonista. El registro en video y la citada posterior viralización de su propia muerte, es otra forma de humillación. La película plantea la responsabilidad sobre la mirada como acción, sosteniéndose sobre la tensión constante entre lo que se ve y lo que no se ve. Eliminar Amigo parte de un código particular, el cual instala rápidamente en el espectador y no lo abandona en ningún momento de su metraje. Es un film prolijo y tensionante que como el buen terror puede reflexionar sin apartarse del entretenimiento.
Una película que transcurre - en su totalidad - en una pantalla de pc es para prestarle atención y más aún si la historia se sostiene durante la hora veinte que dura. Skype, Facebook en combinación con el slasher, el terror y una pisca de suspenso, todo unido en una trama que atrapa minuto a minuto. ¿Quién no usa la computadora día a día? Ok, en la película la pc es la base de absolutamente toda la acción. Buenos momentos - con altibajos, pero buenos al fin - y un final que está bien... Seamos sinceros, tampoco es que el cierre es la bomba, pero todo el trayecto es super entretenido y eso es lo más rescatable, porque todo apunta a que la pases bien, o mejor dicho, mal (a los protagonistas les pasa todo y más). Peli pochoclera a full para ver con amigos, sobre todo con los que tenes charlas vía Skype...
Terror en internet ‘Eliminar amigo’ podría haber sido moderna y original si no se hubiera enamorado del truco de mostrar sólo la pantalla de una notebook. Ya pasaron quince años largos del estreno de El proyecto Blair Witch, la primera película importante en utilizar el recurso del found footage. Aunque se pueden señalar precursoras -la más reconocida es la italiana Holocausto caníbal, de Ruggero Deodato-, fue aquella película de fines del siglo pasado la que vino a sacudir un poco el género del terror con la idea ingeniosa de simular que lo que estamos viendo es un video casero encontrado por alguien. En estas películas no hay música -y si la hay es diegética, o sea, música que ponen los protagonistas-, simulan no tener montaje -pero obviamente sí lo tienen, aunque bastante sencillo-, siempre hay cámara en mano y los encuadres son simuladamente descuidados y desprolijos. Tienen dos objetivos, uno noble y otro no tanto. El noble: generar un efecto de realidad que asuste más, como cuando te contaban una historia de terror en un campamento como si fuera real; el no tan noble: exhibir el ingenio del realizador, que se encuentra ante el desafío de contar una historia, de desarrollar personajes, de crear climas, sin muchas de las herramientas del cine tradicional. Lo primero está bien, lo segundo es como obligar a Roger Federer a que juegue al tenis con las manos esposadas: puede que nos sorprenda con su habilidad para devolver unas cuantas bolas aún con esa dificultad impuesta, pero sería una habilidad más circense que deportiva. Y también, digamoslo, hay pocos cineastas que se puedan comparar a Federer. Desde ya, ninguno incursionó en el found footage. Pero Eliminar amigo va un poco más allá en la idea del found footage. Toda la película está narrada desde el escritorio de la notebook de uno de los personajes, que no casualmente se llama Blair (Shelley Hennig). La vemos chatear, googlear, usar Skype -así le vemos la cara, a ella y a los demás protagonistas-, entrar a YouTube, clickear en algún .mp3 -música diegética- y demás. Pero esto que podría parecer una vuelta de tuerca innecesaria al ya innecesario yeite del found footage -Federer está con las manos esposadas y la raqueta es de yeso y pesa un kilo-, tiene cierta justificación en el argumento. Se cumple el primer aniversario de la muerte de Laura (Heather Sossaman), que se suicidó víctima del bullying virtual. Durante una sesión de Skype entre Blair, su novio y tres amigos, llega un mensaje de Facebook desde la cuenta de Laura. ¿Alguien la hackeó o es la amiga muerta que vuelve para vengarse de sus victimarios? ¿Cómo contar una historia en donde los acontecimientos son likes de Facebook o comentarios en fotos de Instagram? La historia de Eliminar amigo ocurre en la internet de la misma manera que una película de Woody Allen ocurre en Nueva York y Star Wars en una galaxia muy muy lejana, y por lo tanto el artilugio no es antojadizo. Pero claro, Federer sigue teniendo las manos atadas -y el georgiano Leo Gabriadze tampoco es Federer- y aunque Eliminar amigo logra mantener el interés y la tensión con recursos mínimos durante sus 83 minutos, deja la sensación de que el techo para este tipo de películas es bajo. Por más justificación que haya en este caso, sigue habiendo escenas forzadas y la verosimilitud está colgada de un pincel. En suma: le caben las generales de la ley. Quizás si Gabriadze, su guionista Nelson Greaves y el productor Timur Bekmambetov no se hubieran enamorado del truquito, si le hubieran dado un lugar preponderante al mundo virtual pero no exclusivo, quizás si no se hubieran esposado las manos voluntariamente, estaríamos ante una pelicula moderna y original. Lo que hay es apenas interesante y un poco tonto.
Terror 2.0 En la superficie, en su artificio, y en su comercialización "Eliminar Amigo" (USA, 2015) posee un convencionalismo que termina devorando las pocas expectativas sobre ella. Pero a medida que avanza el relato, dirigido con habilidad por el director soviético Levan Gabriadze, "Eliminar amigo" rompe con las fórmulas y logra capturar la atención en una historia que transcurre, curiosamente, en la pantalla de una PC mientras varios amigos se comunican entre sí por Skype. Decididos a pasar el rato "dialogando", misteriosamente un "intruso" se hará notar en la llamada sin invitación de nadie, y creyendolo un "error" avanzan con sus diálogos hasta, claro está, que éste/a se manifieste. Aparentemente la fecha del suicidio de una joven, conocida por todos, será el disparador para un siniestro juego virtual, con muchas reminiscencias a "Diez Negritos" de Agatha Christie y en el que cada avance o retroceso en el puede llegar a determinar la vida de los protagonistas. Hábilmente la película va construyendo su verosimil con la incorporación de cada vez más tecnología y aplicaciones, multiplicando su discurso, y, a la vez, fortaleciendo la propuesta inicial. Las creíbles actuaciones de los protagonistas, como también el dinamismo del relato, además, posibilitan una empatía directa con la historia, algo completamente sorpresivo, ya que sólo vemos pantallas y más capturas de pantallas de aquellas comunicaciones que los jóvenes realizan entre sí. Si la persona "eliminada" en la vida real tomo la decisión por un lamentable video capturado durante una fiesta, o si la culpabilidad de cada uno de los jovenes expuestos al juego macabro es real o no, serán tan sólo algunos de los vaivenes que un sólido guión, escrito por Nelson Greaves, provea a esta experiencia novedosa que atrapa desde la primera puesta en acción. PUNTAJE: 8/10
Te clava el visto Eliminar amigo sigue a seis amigos que sufren las consecuencias de viralizar un video humillante de una joven. Hoy en día es casi imposible pensar la vida sin las redes sociales. La realidad está cada vez más mediatizada por Internet. El avance de las nuevas tecnologías incide en la mirada y la experiencia de ver cine ya no es la misma de antes. La mayoría de la gente ve películas en computadoras hogareñas, en celulares, en notebooks. Para muchos ya no hace falta ir a una sala. Eliminar amigo está hecha especialmente para ver en esos dispositivos más que en el cine. El filme dirigido por Levan Gabriadze está confeccionado para que la imagen no se diferencie de la del monitor que tenemos enfrente todos los días. Filmada en tiempo real, la película cuenta la historia de seis amigos que reciben por Skype un mensaje de Laura Barns (Heather Sossaman), una joven estudiante que fue amiga del grupo y que se suicidó después de que ellos subieran a internet un video humillante, que la mostraba ebria y en condiciones deplorables. Al viralizarse, la grabación dio como resultado un terrible bullying cibernético que la llevó a tomar la drástica decisión. Al principio los amigos piensan que se trata de una broma de algunos de ellos, pero cuando se dan cuenta de que efectivamente hay alguien más que chatea, comprenden que el asunto es bastante grave. Laura Barns no descansa en paz y volvió para vengarse de los involucrados en la broma de mal gusto que le hicieron. Imágenes pixeladas, de baja calidad, ventanas de programas minimizadas, varios chats comunicándose al mismo tiempo (Skype, Facebook, Gmail, Instagram, Messages), y todo visto a través del ojo de las webcams, dan cuenta de una puesta en escena que intenta ser el símil de la pantalla encendida de una notebook. El sonido, por lo tanto, es el que emiten los distintos programas y el teclado. Realidad virtual Vivimos frente a una pantalla y Eliminar amigo asume esa realidad. Se da cuenta de que lo que singulariza al presente del cine (industrial, de Hollywood) es su estética de red social. No se trata de innovar ni de inventar nuevas formas, sino de convertir los diseños de las plataformas en forma cinematográfica. Si bien a partir de la mitad la película comienza a languidecer, la película atrapa con su simpleza y novedad, y porque nos pone ante imágenes que nos resultan familiares. Un filme ideal para asustar amigos, sobre todo a novias y/o novios.
Eliminar amigo es una imperdible película de terror cibernético sobre todo si andas en búsqueda de propuestas nuevas. Lo único que se ve durante toda la proyección es a sus protagonistas escribiendo y dialogando en el medio de un chat e interactuando con sus computadoras, pero es increíble cómo algo tan sencillo, cuando...
A decir verdad, “Eliminar amigo” se hizo esperar más de lo debido. ¿Cuánto podía demorarse la producción de una película conformada íntegramente por el lenguaje y la lógica de las redes sociales? Es, a fin de cuentas, una técnica más en el universo del found footage, pero revestida de modernidad y de guiños a quienes se pasan buena parte de su vida atornillados a las pantallas. En teoría se trata de jóvenes, pero es una generalización engañosa. Detrás de cualquier perfil revolotea por Internet lo más variopinto de la fauna terrestre. ¿Por qué no un fantasma? El sorprendente éxito de “Eliminar amigo” (el título original es “Cybernatural”) se debe a la novedad formal. Ya ocurrió con “El proyecto Blair Witch”, “Actividad paranormal” y la carreteda de falsos y terroríficos documentales que no paran de rodarse. “Eliminar amigo” transcurre en tiempo real y sus protagonistas se hacen ver, escuchar y leer por medio de Skype, Facebook, YouTube, Gmail y hasta Spotify. La pantalla de cine se convierte, durante casi una hora y media, en una pantalla de tablet, notebook o celular. O si se quiere, de alguna obsoleta PC. Es un anzuelo para stalkers y voyeuristas virtuales: la posibilidad de husmear en la vida de los demás desde la butaca. Espectadores que pueden sentirse hackers por un rato. Todo ese artificio costó un millón de dólares y lleva recaudados más de 35 millones. Un negoción que promete secuelas de toda laya. El problema -para “Eliminar amigo”, claro- es que el cine sigue tratándose de narrar historias. Hay mucho aspirante a cineasta obsesionado por la originalidad formal. ¿Y la calidad del cuento? Aquí hay una presencia inquietante que se infiltra en la web para atormentar a seis jovencitos e inducirlos a hacer cosas horribles. Los está castigando, claro. Todo eso es superficial, previsible, de mal gusto y un poco estúpido. Pero en el cine no se puede cliquear para pasar de pantalla.
Un filme moderno, cuya estética se concentra en una computadora, o un ordenador, como lo llaman en España, un plano del artefacto, y las cosas que vemos suceden en esa pantalla. Los primeros quince minutos seducen al espectador por pertenecer al lugar de lo inesperado, la forma de presentación de los personajes es casi original, pero luego, y hasta finalizar la primera mitad, aburre. Será que cae en un sinfín de situaciones comunes y corrientes a este tipo de filmes que se encuadran en el género del terror, en éste caso se suma a la lista de películas que se podrían haberse obviado realizar. Al no establecer un guión sólido que pueda darle curso, viabilidad al texto, termina recurriendo a los gritos y exabruptos sonoros con el único fin de incomodar al espectador, hasta podría cumplir la doble función de sobresaltar al publico y/o despertarlo. La historia se desarrolla en una noche. Cuatro amigos de la secundaria están chateando vía Skype, a ellos se les incorpora un comedido que nadie invitó, ni él mismo sabe como está en medio, en ese instante de incertidumbre, casi violencia, todos reciben un mensaje por Skype de parte de una compañera que se suicidó hace un año atrás. Hoy es su aniversario. En un principio creen, piensan, sienten, que es una broma de mal gusto, pero cuando el espectro que no tiene rostro ni cuerpo, sólo una voz, o alguien que escribe en los muros de Facebook comienza a revelar mentiras y secretos de cada uno de ellos, se dan cuenta que están pugnando con algo del orden de lo siniestro. Secretos y mentiras que saldrán a luz de cada persona. Tomando como referencia a una nueva lógica, la de las redes sociales, que cuanto más se enredan más lejos queda la comunicación humana, más restringido es el uso del cuerpo, en que cada palabra ha perdido su valor significante, las nuevas comunidades no dan sentido real de pertenencia, no hay seguridad de nada. El uso de esta herramienta cibernética es explotada en todos sus atributos, abandonando desde el resultado lo inherente al lo cinematográfico, más específicamente el guión. Todo se descubre haber sido trabajado de una manera elemental, la utilización reiterada de los recursos que poseen sólo redunda en el tedio que producen. Tanto desde los personajes como el uso de las distintas redes sociales, Skype, Facebook, Google Chrome, YouTube, etc. Lo dicho, La realización termina su primera mitad aburriendo extremadamente, en la segunda parte es un catalogo de estereotipos de éste tipo de películas de adolescentes casi descerebrados, que, o bien gritan o bien lloran, pero la actividad del pensar les fue vetada, Si bien hay que otorgarle el beneficio de querer, de tratar, de incorpora al filme como una especie de discurso, intentando establecer una denuncia del mal uso o ilimitado de Internet mostrando que es un lugar de mucha exposición para jóvenes que nada saben sobre las consecuencias. Como no podría ser de otra manera, la producción termina muchos peldaños por debajo de su inicio, con los personajes en estado de indefensión llorando, como dijo el Rey Salomón “siempre es tarde cuando se llora”, o como lo dijo el poeta cubano Israel Rojas, “podrán sembrarnos la vida con tecnología, pero seguiremos llorando como un Neanderthal".
Una venganza que llega del más allá a unos jóvenes que chatean. Aunque la película carece8 de originalidad en cuanto a la historia de base o en cuanto a la trama, la astucia del dispositivo (solo vemos monitores de computadoras) crea una tensión genuina, y pone en tela de juicio el tema de la comunicación (o hipercomunicación, o incomunicación) de una manera efectiva aunque un poco moralista.
El film de terror utiliza la tecnología y las redes sociales para contar una historia de venganza sobre un grupo de adolescentes que chatean y reciben mensajes de una compañera muerta un año atrás. El cine de terror no está exento del uso de las nuevas tecnologías y de las redes sociales en esta nueva incursión del género, Eliminar amigo, que no recurre ni a "cámaras de seguridad" ni a "archivos encontrados" como los últimos exponentes estrenados para contar una historia protagonizada por adolescentes y apuntada a un mercado ávido de sustos. El film, de bajo presupuesto, parte de un planteo curioso y diferente al de otras películas: el espectador se encuentra frente a la pantalla de una computadora y su punto de vista no saldrá de allí a lo largo de noventa minutos. La excusa es simple: cinco amigos de la secundaria, liderados por Blaire Lily -Shelley Hennig- chatean tranquilos hasta que reciben un mensaje por Skype de Laura Barnes -Heather Sossaman-, una compañera del colegio que se suicidó después que se difundiera un escandaloso video suyo en Internet y que causó la burla de toda la comunidad. Al comienzo, los chicos piensan que se trata de una broma, pero las cosas se complican cuando esta aparición fantasmal empieza a revelar los secretos de cada uno, sacando a la luz miserias, mentiras y relaciones cruzadas, a partir de un juego mortal en el que cada uno irá desapareciendo. No hay mucho más para contar de esta película dirigida por Levan Gabriadze y que cuenta con un guión de Nelson Greaves. El film acumula sustos vistos por skype, desesperación y primeros planos de los ojos llorosos de los protagonistas -al mejor estilo El proyecto Blair Witch-. Y nuevamente se enciende la eterna discusión entre el relato clásico enfrentado con la modernidad y los nuevos recursos como pantallas que se despliegan, el Facebook en uso paralelo y las webcam con problemas de imagen que avecinan lo peor. En tanto, los fantasmas son los mismos pero llaman la atención de manera diferente...
Era cuestión de tiempo que al género de terror se le buscara una vuelta de tuerca y se adaptara a los avances de la tecnología, las redes sociales y las formas de comunicación 2.0. Este es el caso de “Eliminar Amigo”, película que presenta una innovadora manera de contar una historia que toma lugar, durante 82 minutos, en la pantalla de la computadora de uno de los protagonistas. El desconocido realizador ruso Levan Gabriadze es quien dirige esta producción que cuenta con el apoyo de Timur Bekmambetov (“Se Busca”, “Guardianes de la Noche/Día”,“Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros”) sobre un guión escrito por Nelson Greaves (serie “Sleepy Hollow”), el cual centra su argumento en seis amigos adolescentes -Blaire (Shelley Hnning), Mitch (Moses Storm), Jess (Renee Olstead), Adam (Will Peltz), Ken (Jacob Wysocki) y Val (Courtney Halverson)- quienes inician una sesión de video chat en Skype en la noche que se cumple un año de la muerte de Laura Barns (Heather Sossaman). Laura era una compañera de colegio que decidió quitarse la vida tras haber sido humillada con un bochornoso video anónimo subido a Internet que rápidamente se viralizó y acabó con su reputación en Fresno, California. Lo único que el espectador ve, en tiempo real porque la película fue filmada en una sola toma, es lo que Blair (supuestamente la mejor amiga de la fallecida) hace en su laptop como lo hacemos diariamente nosotros. Todos hablan de bueyes perdidos hasta que un usuario desconocido y misterioso se acopla a la reunión. Creyendo que se trata de una falla del programa, los chicos intentan reiniciar la conexión, pero la presencia de este sujeto es persistente y pronto se da a conocer diciendo que es la propia Laura Barnes desde su mismísima cuenta de Skype y Facebook. Lo que al principio parece una broma de mal gusto se transforma en algo más macabro cuando éste “ente sobrenatural”, en su búsqueda de venganza, comienza a mandar fotos y videos comprometedores que revelan secretos sucios de cada uno de ellos que provocan discusiones y enfrentamientos. La venganza final concluye con un retorcido juego tipo Verdad/Consecuencia que fuerza a los amigos a afrontar sus mentiras y ocultamientos a cambio de evitar la muerte que el fantasma de Laura tiene programada para cada uno. Sin duda, estamos entrando a una nueva era del terror. Si bien “Eliminar Amigo” es original, no genera miedo pero mantiene nuestra atención en todo momento y, adicionalmente, expone una problemática actual como lo es el Cyberbulling. Ya se confirmó la secuela para 2016.
Muchos padres están preocupados por el rol que cumple la computadora en la vida de sus hijos adolescentes, y se quejan de no comprender la fascinación que el universo de las redes ejerce sobre los más jóvenes. Eliminar Amigo no habla estrictamente de eso, pero bajo su apariencia superficial de peliculita de terror adolescente –que muchos adultos ni siquiera se detienen a observar en la cartelera– se esconde un material completamente recomendable para intentar comprender ese lenguaje que nos excede y donde se ponen en evidencia, tal vez como en ningún otro sitio, las diferencias de percepción generacionales. Lo que sorprende de la película es el procedimiento, digno del mejor cine de terror de todos los tiempos: poner en la pantalla miedos inconscientes que no sabíamos que teníamos, y hacerlos signos de nuestro tiempo. Básicamente, hacernos vivir nuestras propias pesadillas. Utilizando las pequeñas esperas, ansiedades y frustraciones con las que lidiamos día a día en el universo informático –esperar una descarga, aguardar la apertura de un programa, desear una respuesta que no llega– la historia se va cargando de una densidad inusual, logrando lentamente enrarecer lo conocido y abrir las puertas de lo inverosímil. El formato visual redefine todo lo visto hasta el momento en términos de poner en pantalla material supuestamente encontrado –ese sub-género que inauguró El Proyecto Blairwitch – y se vuelve completamente original: vemos solamente la pantalla de la computadora de una linda chica que mantiene videollamadas con su novio y sus amigos. De este modo, la vemos a ella a través de la cámara de la pantalla, y también a ellos, cada uno en su casa. Hay un usuario que no pueden eliminar de la conversación, y que será el principio del desorden: eso que no pueden ocultar y que ha venido a buscarlos. La película no traiciona nunca sus propias premisas: jamás pierde la perspectiva “skype”, donde las únicas cámaras son las de las computadoras de cada personaje, y tampoco abandona el punto de vista de la chica protagonista. Ese apego a los recursos se transforma en solidez narrativa y colabora en gran medida con la sensación de asfixia general, tan palpable que incluso nos hace pasar por alto ciertas escenas algo forzadas, sobre todo en la última media hora. Pero también esto es terror y tiene un toque bizarro que es inherente al género. La mirada sobre los asuntos adolescentes no resulta para nada ingenua. La película se convierte en un retrato terrible de un momento vital donde los límites del dramatismo no existen, y donde parece no haber posibilidad alguna de reflexión sobre las acciones propias o las de los demás. Impacta sobre todo la estridencia con la que son planteados los problemas, las traiciones, los secretos: los personajes son atravesados por una histeria agobiante, que causa verdadera angustia. La violencia en la que están inmersos trasciende la situación puntual y parece ser parte fundamental de los vínculos y los afectos. El trabajo de sonido de la película acentúa esta sensación, ya que los sonidos estandarizados de la comunicación, conocidos por todos, se mezclan con gritos, disparos, ruidos desesperantes; como en la percepción de un psicótico, ficción y realidad ya no tienen frontera. Pocas cosas asustan tanto –y sobre todo en la adolescencia– como la exposición de nuestros secretos a la mirada general. La internet es una posibilidad constante de que eso suceda: en cualquier momento podría salir a la luz nuestra información acumulada, nuestros chats, nuestras imágenes. ¿Cómo nos sentiríamos si se revelara lo que tenemos oculto? ¿Cómo es ser adolescente en un tiempo donde la exposición al ridículo es una posibilidad cotidiana? Eliminar amigo es una buena película de terror porque nos propone un espejo clásico y nuevo a la vez, ese que se empeña en mostrar nuestras deformidades y hacernos sentir miedo de nosotros mismos.
Este es el segundo largometraje del cineasta ruso Levan Gabriadze, un experto en crear atmósferas de suspenso y terror. Un grupo de amigos de la secundaria Blaire Lily (Shelley Hennig), Mitch (Moses Jacob Storm), Jess Felton (Renee Olstead), Ken Smith (Jacob Wysocki), Matt (Matthew Bohrer) y Adam Sewell (William Peltz),chateando una noche reciben un mensaje por Skype de parte de una compañera de colegio que se suicidó un año atrás (Laura Barns), producto del bullying. Ellos primero suponen que es una broma, pero cuando la chica empieza a revelar secretos de cada uno se dan cuenta que están luchando con algo mucho más oscuro. Quien se mete en la vida de ellos no puede ser eliminado y la situación comienza a tomar cada vez mas forma porque cada uno deberá pagar por sus pecados. Ahora el terror viene con un estilo cibernético, toda la acción se desarrolla vía Facebook, Youtube, Instagram y Skype, uno de los protagonistas es la computadora y esto tiene algunos planteos atractivos. Su narración es ideal para los amantes de la informática. No cuenta con un elenco de actores muy conocidos, una de las actrices más representativa es Shelley Hennig (“Ouija”, “Teen Wolf”), además es la que más se destaca y te hace sentir su desesperación y nerviosismo otorgándole mayor tensión a los hechos. Algunos encontrarán en algún punto cierta similitud con “Carrie” (1976) o “Angel Negro” (2000) de Jorge Olguín, pero aquí con un desarrollo más moderno. No son de real importancia la banda sonora y fotografía. Se encuentra dirigida por el ruso Levan Gabriadze quien ya se encuentra trabajando en la secuela. “Eliminar amigo” obtuvo una muy buena recaudación unos U$S 54 068 288 con un presupuesto de un millón de dólares, (en Estados Unidos se estrenó en abril de este año), por lo tanto en el 2016 se estrenará “Unfriended 2” (“Eliminar amigo 2”).
El cine de terror dejó de dar miedo (salvo contadísimas excepciones) hace mucho ya. Pero, en compensación, o quizás en pos de un nuevo género emergente aún sin denominación, surgen películas que, aún sin asustarte, resultan interesantes. En nuestros pagos la historia ya la vimos en Alexia, el último y excelente cortometraje de Andrés Borghi. En esta oportunidad nos llega un largometraje sobre la misma base: una persona que se suicidó, Laura Barns, (Heather Sossaman, de 10.0 Earthquake) establece contacto con los vivos; primero a través de las redes sociales, para luego impactar directamente en la vida real de sus víctimas. Desde el punto de vista de Blaire (Shelley Hennig, Ouija), asistimos a una charla vía Skype con sus amigos: Matt (Matthew Bohrer, Generic Girl), Val (Courtney Halverson, True Detective: 2ª temp.), Adam (Will Peltz, Men, Women & Children), Jess (Renee Olstead, The Secret Life of the American Teenager), Ken (Jacob Wysocki, Pitch Perfect) y su novio Mitch (Moses Storm, Correcting Christmas). Lo destacable de Unfriended (en nuestro país traducida como "Eliminar Amigo") es la literalidad más absoluta del punto de vista: toda la película transcurre en la pantalla de la computadora, navegando a través de Facebook, YouTube y otros sitios de acuerdo a la necesidad dramática. De a poco, esta charla entre amigos, que parecía tener una liviandad cotidiana como cualquier chat grupal que solemos tener, termina tomando un tinte trágico y se convierte en una pasada de factura de Laura, una víctima de bullying por parte de los otros involucrados (quienes finalmente la pasan tan mal o quizás peor que ella). La economicidad de recursos es asombrosa. Es como una multiplicación del found footage que "inventó" Blair Witch Project: en diferentes ventanas se reproduce la webcam de cada uno de los integrantes del chat grupal. Y claro, el fantasma de Laura es lo suficientemente vivo como para jugar con ello. Los realizadores de la película también lo fueron: cuando entran en juego mensajes individuales a cada uno de ellos, y no ves el contenido pero sí la reacción, es cuando Unfriended alcanza los picos más altos de suspenso. En parte por requerimientos del formato, y en parte como una gran cristalización de la manera de proceder de la juventud actual (bueno, yo no soy tan vieja, por lo cual me incluyo, pero no taaaanto), todas las soluciones se buscan vía internet: la película registra con precisión cómo se han perdido costumbres tales como llamar por teléfono, buscar información en libros o realizar consultas con personas reales. Todo, absolutamente todo, sucede a través de Internet, por medio de una inagotable multiplicidad de ventanas (ya todos quisiéramos una computadora con la velocidad que tiene la de Blaire). Esa precisión en la actitud cotidiana de los personajes, sumada a un espíritu vengativo, es la combinación que hace sumamente interesante a la película. Queda en cada espectador verla solamente como una cinta de terror (fallida, porque asustar, no asusta) o darle una vuelta que permita encontrarse ante un film más interesante y bastante reflexivo sobre las formas de comunicarnos con nuestros pares. VEREDICTO: 8.0 - GRAN INTENTO Tal como indiqué anteriormente, si buscamos una película que nos genere miedo, como supo hacer el terror en muchas de sus cintas maestras, nos vamos a sentir estafados y defraudados. No obstante, Unfriended es atrapante y muy, pero muy interesante. Como dicta el dicho popular: "Nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira".