Metros de cabellera e ingenio El estreno del último film de animación de Disney confirma que el sello está en su mejor momento creativo y retoma con éxito la aventura, el humor y la acción. Esta vez, de la mano de la dupla integrada por Byron Howard (Bolt) y Nathan Greno. Enredados une a un grupo de queribles personajes en medio de una trama plena de ingenio, vértigo y figuras fantasmagóricas, que recurre a elementos clásicos como los hechizos, el relato de los hermanos Grimm y las canciones que vuelven a la pantalla grande. Flynn Rider (Zachary Levi) roba la corona del reino y se esconde en una misteriosa torre, donde es tomado como rehén por Rapunzel (Mandy Moore), una bella adolescente con una cabellera dorada de 21 metros de largo, que permanece encerrada por su malvada madre. Al igual que Ariel en La Sirenita, Rapunzel se anima a explorar un mundo desconocido para ella y hace un pacto con el ladrón. Ambos, se lanzarán entonces a la aventura y serán perseguidos por la madre (raptora), dos matones gigantescos que se sienten traicionados por el ladrón, y por el ejército de reino. Como todo film animado de Disney que plasma un universo de animales, también aparecen un caballo protector y un camaleón inseparable. Enredados también brilla (como el largo cabello de la protagonista) por sus rubros técnicos y resultan impactantes las secuencias en las que Rapunzel y Flynn quedan atrapados en una cueva, inmersos en el agua que sube rápidamentre; y la del bote, rodeados por globos de luces que avecinan la paz de reino y, como siempre, el re-establecimiento del orden familiar.
EMPEZAR A VIVIR: DISNEY LO HIZO OTRA VEZ En el 2009 Disney nos deleitó con la vuelta a la animación tradicional y con los toques musicales que caracterizan a la productora con "La Princesa y el Sapo". En el 2010, al productora apostó una vez más a la calidad musical y a la perfección técnica que muestra muchas veces y estrenó "Enredados", una película con una historia que logra darle una interesante vuelta de tuerca al clásico cuento y que desarrolla, con excelentes canciones, un mensaje y una felicidad muy destacable. Rapunzel vivió toda su vida en una torre, dejó crecer su cabello mágico y obedeció sin problemas a su "madre", hasta que un día un ladrón se topa con ella y junto a él va a tratar de salir al mundo exterior y descubrir una nueva y maravillosa, pero también dolorosa, vida. La cinta logra darle un giro argumental muy interesante y atractivo a la historia de Rapunzel. Aquí no solo se cuenta cómo ella hizo para vivir tantos años sola en la torre, sino que se le agrega un elemento de fantasía muy bien planteado y que eleva muchísimo la originalidad y el disfrute de la película: el largo pelo dorado de la princesa es mágico y para que sus poderes comiencen a aparecer ella le tiene que cantar. Es así, como desde un principio, la película introduce a la protagonista muy correctamente, se hace mucho énfasis, con una primera canción, en cómo ella pasa el tiempo haciendo siempre lo mismo, tratando de evitar el aburrimiento, y se presenta a la villana de la historia, la madrastra mala y egoísta que la encerró y le impide conocer su verdadera identidad. Este personaje es perfecto, no solo porque en todo momento funciona como el típico estereotipo de la malvada de la película, sino porque dice muchas verdades y posee uno de los mejores momentos musicales del relato (la segunda parte de la canción "Mother Knows Best ", en el bosque por la noche). Siendo esta una historia común dentro de las tantas que Disney realizó en el pasado y que desarrolla una historia sencilla (una muchacha encerrada que se quiere encontrar con su verdaderos padres), la película se las ingenia para ser diferente y para brindarle al espectador una experiencia muy entretenida y original. Para lograrlo "Tangled" se basa en dos increíblemente bien logradas cuestiones: Por un lado en el planteo de personajes con identidad propia, muy distintos entre sí, divertidos e histriónicos. La princesa es muy bella e ingenua, desconfía de todo pequeño animal, sonido, movimiento y persona que se le cruza por el camino; Flynn, el ladrón, compañero de Rapunzel y a la vez el narrador de la historia, es entrometido, no entiende ni se preocupa por entender a la muchacha de larga cabellera y es el galán que frente a un problema mayor se esconde (escena en el bar), y la madrastra, que es anciana, desarrolla un suspenso y una identidad malvada espectacular y, cumpliendo con su cometido, es detestable en muchas oportunidades. A su vez, hay personajes secundarios muy graciosos: un camaleón que funciona como el pensamiento de la princesa, muy bien aprovechada la cualidad física del animal; un caballo blanco con actitudes humanas y caninas muy divertidas, y una gran cantidad de enormes vikingos con diversas personalidades que aportan mucho entretenimiento (el mimo es el mejor de todos). Por otro lado, se encuentran los musicales, marca de casi toda producción animada de la productora y que aquí funciona como principal fuente de expresión de los sentimientos de los personajes. Todas las canciones tienen un alma, todas mezclan belleza y divertimento, pero hay una que supera ampliamente al resto y, con una animación hermosa, logra emocionar al espectador. La misma se titula "I See The Light", el mejor momento del film, perfectamente interpretado por los artistas y a su vez, la situación que más aprovecha los efectos en tres dimensiones. "Tangled" es otra gran película de Disney. Divertida, original, con personajes entrañables y muy bien aprovechados, con un mensaje emocionante y bien planteado y con canciones muy entretenidas. Una cinta muy bien interpretada por sus protagonistas (el trabajo de Mandy Moore y Zachary Levi en la versión en inglés es muy destacable). Colorida, hermosa y técnicamente inmejorable. UNA ESCENA A DESTACAR: la canción con las lámparas en el cielo
Un clasicismo cada vez más moderno Con cada nueva película de Pixar uno espera que esos geniales artistas "reiventen" (nada menos) el universo de la animación y con cada nuevo film "puro" de Disney uno espera que -sin descuidar el espíritu clásico que los identifica y con el que crecieron ya varias generaciones (este el largometraje de "dibujitos" Nº 50 dela factoría)- se adecuen a los nuevos tiempos. En ese sentido, si bien está lejos de "reiventar" la animación como un Toy Story o un WALL-E, Enredados combina muy bien "la mirada Disney de las cosas" con todas las posibilidades visuales actuales (aunque aquí los efectos 3D no agregan demasiado) y con ese "toque Pixar" que se percibe cada vez más desde que John Lasseter está al frente de toda la división animada de la compañía. Así, con sus méritos (muchos) y sus lugares comunes (no tantos), esta versión libre del cuento de hadas sobre Rapunzel creado por los hermanos Grimm luce ágil y moderna. Los directores Byron Howard (Bolt, un perro fuera de serie) y Nathan Greno manejan con gran solvencia los distintos elementos de la comedia romántica, el musical a-la-Allan Menken y el relato de aventuras a-la-Robin Hood con un personaje femenino muy fuerte (Rapunzel), un simpático antihéroe (el ladronzuelo Flynn Rider) y una malvada de fuste (la madrastra psicópata). Hay verdaderas proezas (la animación de la rubia cabellera de 21 metros de la protagonista) y momentos de gran belleza (los miles de globos aerostáticos de papel volando encendidos hacia el cielo). Así, con el agregado de un buen uso del humor (no exento de irónía y espíritu autoparódico), Enredados resulta un más que digno y recomendable entretenimiento familiar.
La chica del cabello largo Cada tanto Disney realiza una película genial que cumple con todas las aspiraciones pretendidas y que reafirma su marca distintiva por sobre el resto de la compañías de Hollywood. Es el caso de Enredados (Tangled, 2010) el nuevo cuento de hadas medieval que posee todos los condimentos para convertirse en un nuevo clásico de la productora del ratón Mickey. Una bebé con extraños poderes en su cabello es secuestrada y encerrada en la torre de un castillo por una bruja malvada. A la edad de 18 años la pequeña Rapunzel (voz de Mandy Moore en la original) tiene ansias de conocer el mundo y decide salir de la torre a espaldas de su madre-secuestradora con su príncipe azul que, paradójicamente no subió a la torre a rescatarla sino a esconderse de un robo que acaba de cometer. Todos los tópicos Disney se repiten en Enredados: la historia medieval contemporánea, los valores familiares inquebrantables, las estructuras sociales incuestionables, la división del mundo en “buenos” y “malos”. Todos estos componentes hacen que Disney sea Disney, es decir, una marca firme que vende sus productos con la certeza de que los consumidores sepan de ante mano que van a comprar. Cine de género puro. Pero Disney tiene también esa capacidad de reinventarse una y otra vez, haciendo siempre lo mismo pero buscándole -y encontrándole- la vuelta al producto para que tenga la solidez y frescura suficiente para venderse como novedoso y reafirmar la marca una vez más. Enredados construye su historia desde la metáfora de la madre sobre protectora a la que su hija -en edad adulta- se revela. La conversación entre ambas no tiene desperdicio para ninguna quinceañera. La madre hace gala de su experiencia personal para asustar a su hija de los peligros del “afuera” bajo el lema de “cuidar” a la niña. La chica sintiéndose culpable por desobedecer a su madre llora por los rincones luego. Disney dice “debes revelarte para conocer el mundo pero también debes esperar a la mayoría de edad que te lo permita”. Mensaje conservador teñido de mensaje liberal. Otra metáfora genial es cuando Rapunzel entra en un bar repleto de hombres “temibles”. Todos tienen el torso desnudo explotando su masculinidad. Aunque no hay mención directa al hecho de que “la niña angelical que acaba de salir del lecho materno se topa con toda la hombría junta” metáfora sexual si las hay, queda relegado al comentario naif de la niña “que olor fuerte que hay en este lugar”. Claro que, al ser una chica “moderna” rápidamente maneja la situación y los hombres “peligrosos” pasan a ser inofensivos y hasta buenos compañeros. Pero para no extendernos demasiado en un análisis que llevaría varios caracteres, vamos a cerrar esta nota diciendo que Enredados tiene la dosis justa de humor, aventuras, carisma, personajes adorables y moralina –obvio- que hacen que Disney entregue uno de sus mejores productos en mucho tiempo.
La fórmula todavía funciona… Hay secretos que hoy en día todavía se mantienen bajo llave: la fórmula de la Coca Cola, la de las hamburguesas de Mac Donalds (por suerte) y como hizo Walt Disney para crear esa magia que aún hoy en día sigue enamorando a grandes y chicos. Muchos creyeron que con la muerte (su criogenización es un mito) del creador del ratón Mickey, la magia se había evaporado. El tiempo demostró que si bien los productos no alcanzaron los niveles que se esperaban tras su fallecimiento, la magia para muchos seguía existiendo. O, al menos trataban de imitarla. Los mejores trabajos desde entonces se dieron durante los años 90 gracias al éxito de las adaptaciones de cuentos clásicos. O sea, una de las razones por las que Walt supo capturar a la audiencia es porque se inspiraba en cuentos infantiles como los de los hermanos Grimm para crear sus películas (Blancanieves). Justamente cuando Ron Clements y John Musker le dieron una segunda vida a los estudios, se volvieron a inspirar en un cuento de Hans Christian Andersen, como fue La Sirenita (1989). Lo mismo sucedió en los años sucesivos con La Bella y la Bestia, Aladdin, El Jorobado de Notredame, etc. Pero de a poco, los estudios empezaron a apostar por historias modernas, más “originales”, futuristas, etc que terminaron perdiendo a la audiencia, más que nada, por la falta de ideas, del humor que lograba contagiar y empatizar con el espectador. Pronto, no fueron las películas “Disney” tradicionales las que atrapaban al público, sino las de una subproductora que intentaba explorar los recursos de la animación digital: “Pixar”. La cuestión es que con sus obras completamente originales que lograban mezclar ternura, humor e inteligencia narrativa, el clan conformado por Lasseter, Stanton y Bird principalmente, revivió la fórmula de Disney para hacer magia y captar el mayor número de espectadores en una obra animada. Por lo tanto, si los animadores más veteranos fuera de “Pixar” querían seguir trabajando debían recurrir a al menos uno de ellos en asesoramiento para llevar a cabo los nuevos proyectos. John Lasseter salió al rescate y ahora, cuando vemos una película de Disney que no se relaciona con “Pixar” podemos decir que la magia está de vuelta. ¿Y por que La Princesa y el Sapo o Enredados funcionan? No es solo porque Lasseter figura como productor ejecutivo en los créditos (un talismán), sino porque han regresado a las fuentes: los cuentos de los hermanos Grimm. Humor y Canciones Adaptada por Dan Fogelman (guionista de la pieza más clásica y subvalorada de “Pixar”, Cars), Enredados cuenta la historia de Raspunzel, una joven princesa secuestrada por una anciana que descubre, que el cabello de la misma funciona como una fuente de juventud. Siendo aún bebé, Rapunzel es criada por Gothel y encerrada en una torre en medio del bosque, al tiempo que su cabello no deja de crecer. Si se corta, pierde su poder. Cada año, sus padres, los reyes, envían linternas (globos con velas) al cielo buscando a su hija perdida. Rapunzel las observa y desea encontrar el lugar de donde parten esas “linternas”, pero los miedos infundidos por su “madre” le impiden salir de la torre. Un día, accidentalmente, choca con la torre, Flynn Rider, un ladrón de poca monta, a quien Rapunzel lo chantajea para que lo guíe hasta la ciudad, aprovechando que su “madre” se fue a buscar comida. La pareja de héroes será perseguida por dos ex “socios” de Flynn, la madre de Rapunzel y el ejército del rey que busca una tiara que Flynn robó. La dupla Greno / Howard (Bolt) logran una narración entretenida, adrenalínica y divertida gracias a personajes que generan empatía en el espectador, ya sea la inocente princesa como el galancito pero chanta Flynn. Además cuenta con un abanico de secundarios sólidos, donde se destacan un grupo musculosos “vikingos” que ayudaran a cumplir los sueños de los protagonistas, mientras cumplen los suyos (la mayoría relacionados con intenciones románticas o artísticas). Los gags, acompañados por las persecuciones (se destaca un caballo que si bien no habla es más inteligente que todos los demás personajes) y la excepcional banda sonora le aportan calidez al film. Con elementos que hacen recordar a La Sirenita (la escena del bote) o Aladdin (el personaje de Flynn es un calco del protagonista de la misma), Enredados, retoma los mejores aspectos de estas películas, incluyendo las canciones compuestas por el mítico Alan Menken. El mismo, que el año pasado supo adaptar las clásicas canciones Disney a ritmo de jazz de Nueva Orleans en La Princesa y el Sapo, esta vez lo hace con tono celta. Aunque no cae en golpes bajos o sentimentalismo solemne (el peor mal de películas como Pocahontas, El Jorobado o Mulan), la última media hora de película se vuelve un poco lenta y redundante con demasiadas idas y vueltas. Y más allá de que se puede ver una especie metáfora política alrededor de la paranoia que Gothel construye en Rapunzel, no hay un subtexto social tan evidente como el que había en La Princesa y el Sapo. Aunque ambas comparten un final un poco oscuro para los más chicos. Más allá de estos detalles, Enredados es una obra muy simpática y honestamente vigorosa. Como siempre las voces, le dan un afortunado agregado a los productos. Esta vez se puede apreciar a Mandy Moore, Zackary “Chuck” Levi, la gran Donna Murphy (una veterana de Broadway no muy conocida en cine) o los monstruosos Jeffrey Tambor, Brad Garret o Richard Kiel (el famoso Jaws de las películas de James Bond con Roger Moore) dentro de la banda de vikingos sentimentales. Y en la versión en español está… ¡Chayanne!. A nivel visual es realmente meticulosa en la creación de escenarios y el 3D aporta profundidad de campo en cada plano. Disney vuelve a pasarle el trapo en materia de animación a Dreamworks, Fox o Sony. La magia del gran Walt sigue viva gracias al aporte que John Lasseter le agrega a las producciones. Aunque habría que preguntarse… ¿no sería hora de cambiarle el nombre por Lasseterlandia?
Disney renace "No tenemos que avergonzarnos ni inventar excusas para hacer un cuento de hadas" Esto expresaba Glen Keane, productor y jefe de animación de "Enredados", un film que había sido pensado en su momento como una secuela de Encantada con la técnica de mezclar animación y actores reales como aquella. Pero si Disney repuntó su calidad al apostar volver a aquellas animaciones que nos vieron crecer con La princesa y el sapo, en Enredados apuesta a la nueva tecnología 3D y al humor que nos tuviera acostumbrado Pixar y Dreamworks para convocar tanto a grandes como a chicos. De hecho también cuentan, que la película mantendría el título original de Raspunzel pero la Disney, ni corta ni perezosa, sabía que seguir centrando la figura en una princesa acotaría probablemente el público a las niñas y decidió dar tanto protagonismo al galante ladronzuelo como a la protagonista de esta historia, haciendo de la pareja un conjunto de tanta química como aquella de los ogros verdes. Basada en el relato de los hermanos Grimm, esta es la historia de una princesa arrebatada a sus padres por una vieja anciana que la cría encerrada en una alta torre para aprovecharse de la extensísima cabellera de la niña que tiene propiedades de curación y rejuvenecimiento. Pero un día un fugitivo termina escalando la torre mientras es perseguido por las autoridades y aquí comienza la aventura en sí, cuando ella le pide- extorsión de por medio- salir apenas por un par de días (aprovechando la ausencia de su falsa madre) para ver unas extrañas luces que sólo aparecen en el cielo en el día de su cumpleaños. Con mucha sagacidad, Disney, reconstruye la historia de esta princesa desconocedora por completo del mundo de una manera divertida y muy atractiva, llena de esas cosas que nunca faltan en un film de animación de estas características: gags autoparódicos, aventura y sobretodo personajes secundarios que hacen a la delicia del espectador. Enredados es una película que no deja indiferente a nadie, que apunta a ganarse la risa y el corazón de grandes y chicos y que se disfruta sobretodo en familia. En este punto también vale destacar la visión con que el 3D fue utilizado en la cinta, una herramienta al servicio del dibujo base, un conjunto que desde el vamos simplemente buscaba la claridad visual de los personajes, la verosimilitud de los movimientos del cabello y no el mero entretenimiento de los efectillos visuales típicos de otras películas que se agarran del 3D como una forma de venta anticipada. Así tenemos una ambientación excelentemente lograda con una profundidad de campo exitosa y unas escenas grandiosamente logradas que la apuntalan como un rotundo éxito técnico. Algo que por otra parte no podría achacarsele a la Disney que al menos a esta humilde servidora nunca defraudó desde lo visual. Enredados me recordó bastante a aquellas aventuras por las que pasara La Sirenita, con un padre por igual controlador, quien- aunque con diferentes miedos y propósitos- trataba de excluirla del mundo exterior. Aquí también, la joven Raspunzel deberá conocer los peligros del afuera para conocer a su vez sus propias fortalezas, algo que ya muchos psicólogos- como Bruno Bettelheim por ejemplo- se encargaron de cargar con importantes significados en el crecimiento de los infantes. Nominada a dos Globos de oro por mejor canción y mejor animación, habrá que esperar si se hace con alguna nominación de la Academia, lo cual me parece casi inevitable. Llena de romanticismo, humor y aventura, Enredados es una muy buena fórmula para abrir el verano de estrenos porteños y de la que esperamos no se queme en posteriores e incontables secuelas.
Disney tiende puentes a la modernidad La adaptación del cuento de hadas Rapunzel, de los hermanos Grimm, confirma la capacidad creativa de John Lasseter, director artístico del sello. El film fusiona tradición y renovación, sofisticación y espíritu popular y alto estándar de calidad con eficacia narrativa. Cada vez quedan menos dudas de que cuando haya que contabilizar las cinco o seis figuras esenciales de la cultura popular de fines del siglo XX/comienzos del XXI, el nombre de John Lasseter no podrá faltar. No conforme con haber puesto en marcha y seguir fogoneando la mayor máquina creativa de todo Hollywood, de los ’90 para acá (el sello Pixar), desde el momento en que asumió como director artístico de Disney, Lasseter parece haberse propuesto una completa refundación creativa de la más antigua compañía del reino de la animación. Primer trabajo enteramente encarado por él desde su asunción, cuatro años atrás, Enredados confirma que a la hora de fusionar tradición y renovación, sofisticación y espíritu popular y el más alto estándar de calidad con la eficacia narrativa, mil leguas a la redonda del cartel de Hollywood no hay como el creador de Toy Story, Buscando a Nemo y WALL-E. Enredados no es sólo el mejor largo de animación que Disney haya producido desde tiempos de La sirenita, La Bella y la Bestia & Cía. En tanto todo rastro de cursilería, sensiblería y falsedad han sido drásticamente expurgados, el quincuagésimo largo de animación del sello del viejo Walt representa, además, algo que hasta hace muy poco daba la sensación de ser quintaesencialmente imposible: el ingreso de Disney a la modernidad. Un ingreso que tiende puentes, en lugar de romperlos. Por un lado, la más pura tradición Disney, consistente en la adaptación de un clásico cuento de hadas (Rapunzel, de los hermanos Grimm), narrando una historia de amor que tiene a una princesa por protagonista (aunque no se la presente como tal hasta bien avanzado el metraje), una bruja o algo muy parecido por contraparte (la mamá castradora) y animalitos que funcionan como números cómicos (el camaleón y el corcel), salpimentada por canciones (escritas por Alan Menken, compositor de éxitos de Disney) y rematada con una animación de calidad superior (concentrada sobre todo en la caudalosa, mutante cabellera de la protagonista) y técnica de primera (digitalizada y en 3D). Por otro, la innovación, tanto de tono (ligero, sin sermones, lleno de ironías y con buena cantidad de alusiones para adultos) y espíritu (la heroína no es sumisa ni melanco, sino osada y deseosa), como en términos de libertad y ruptura narrativas. Como lo demuestra cierto grupo de bárbaros, que en su primera aparición se presentan como hooligans de temer y en la segunda se ponen a cantar, bailar, enamorarse y hasta coser, como si recién hubieran salido del closet. Escrita por Dan Fogelman (de Cars y Bolt) y dirigida por los hombres de la casa Nathan Greno y Byron Howard, la historia parece casi más escrita por Freud que por los románticos Grimm, con esa hermosa adolescente a la que su madre tiene encerrada en una torre inaccesible, no sea cuestión de que algún vándalo de las inmediaciones vaya a profanarle su más valioso tesoro: la cabellera. Toda una pendevieja que no soporta ver a la hija haciéndose mujer (“Sabia es mamá”, repite un estribillo), da la sensación de que si uno mirara más en detalle a mamá Gothel podría ver su rostro estirado y botoxeado, folklore más propio de Sunset Boulevard que de un pueblecito de Europa Central. Pero Disney no es DreamWorks, por lo cual esta clase de anacronismos son siempre más sugeridos que explícitos. Ladronzuelo astuto y no muy honorable, el pícaro Flynn Ryder –tan capaz de mejicanear a sus secuaces como de mentirle a la heroína– no podría estar más en las antípodas de un intachable príncipe azul. Trabajada durante más de tres años por Lasseter y los suyos, tramas y subtramas se cruzan y proliferan. Por un lado, el deseo de Rapunzel de bajar de su torre-prisión para por fin ver las estrellas (riguroso eco narrativo, las estrellas guardan el secreto de su origen); por otro, la aventura proporcionada por Flynn y sus perseguidores: las autoridades, sus dos gigantescos cómplices y ese gran personaje que es Maximus, caballo con olfato y obstinación de perro. Y además, el camaleón, los bárbaros, cierto viejito que es como un Cupido borrachín, el rey y la reina que extrañan a la princesa desaparecida, un mimo alla Marcel Marceau... Cuando alguna línea del relato adelgaza, siempre otra devuelve a la trama densidad y atractivo. El propio dibujo refleja la tensión entre clasicismo y modernidad, con sus estilizados protagonistas –de ojos tan grandes como un animé– y los secundarios de líneas tan exageradas como una caricatura. Con escenas de gran espectáculo, la utilización del 3D es ejemplar. En lugar de lanzar objetos a la cara, como en un espectáculo de feria, la tridimensionalidad se emplea para arrastrar al espectador hacia el fondo del plano, mediante una serie de subjetivas que refuerzan el efecto de inmersión narrativa. Efecto esencialmente clásico, alcanzado –una vez más– mediante un instrumento de máxima modernidad. Como todo, en Enredados.
Clásico pasado por la planchita La Disney eligió esta vez el cuento clásico Rapunzel para adaptarlo según sus cánones y de paso presentar un nuevo estilo de dibujo, diferente al de sus anteriores producciones. Más caricaturescos y menos naturalistas, es clara la intención de brindar un diseño más humorístico en sintonía con lo que los más chicos consumen diariamente por tv. La historia de una niña que es encerrada en una torre por una malvada bruja que desea los poderes que el cabello de la joven tiene es adaptada sin gracia, y hasta con cierto desdén por el conflicto central que prácticamente es dejado de lado por los realizadores en pos de situaciones sin trascendencia y ni gracia. Técnicamente el filme es inobjetable y los más chicos pueden pasar un rato entretenidos, sin caer en el aburrimiento gracias a una duración apropiada. Por lo demás, lejos está de emocionar o generar una diversión remarcable. Como casi todo lo que se presenta ultimamente para los niños, este filme se ofrece en 3D aunque nada en su realización lo justifique. Ahórrense el dinero extra y vean esta película en una sala normal si no pueden esperar hasta su salida en DVD.
No hay nada que sea nuevo o revolucionario en esta película, así que no esperen nada de eso, lo importante aquí es que todo está hecho con calidad, lográndose de esta manera un producto casi perfecto. Consiguieron hacer una película de animación que divierta y que tenga mucho humor sin...
La princesa que quería vivir La 50° película de Disney es un símbolo de los cambios de la empresa a la hora de adaptar “Rapunzel”. Se sabe: la gente de marketing de Disney desconfiaba de titular Rapunzel a, precisamente, esta adaptación de Rapunzel , porque creían que alejaría al público varonil, y Enredados (o Tangled , lo mismo, en el original) no le cae mal: el protagonismo está más compartido entre Rapunzel y el ladrón Flynn Ryder que en Blancanieves o Mulan . Si a alguna película de Disney se parece es a Aladdin , por el hecho de que un ladronzuelo termina enamorándose de una princesa, y tanto Jazmín como Rapunzel son bien, bien bravitas. No es la primera vez, no será la última, que la empresa del Ratón toma una historia original y la da vuelta a la hora de volcarla a la pantalla. Rapunzel vive encerrada en una torre en medio de la nada, sin saber que es la hija de los reyes, raptada por una malvada que quiere aprovechar el poder mágico de sus largos 21 metros de cabellos. Rapunzel está por ser mayor de edad y quiere escaparse de allí. El salvador será Flynn, que llega de casualidad, huyendo tras un robo, y la ayudará, primero interesadamente, a descubrir el mundo de ahí afuera -igualito a Aladdin-. No es una película de Pixar, y tampoco de DreamWorks, aunque el personaje de Flynn en mucho se parece a los héroes que construye la empresa de Katzenberg. Es que Disney está reinventándose, y en buena y sana medida apelando a lo clásico, con lo que mejores productos realizó en un pasado reciente. El humor y la buena construcción de los personajes -todos- apuntalan el resultado, con una pareja que va en camino a convertirse en nuevas estrellas. Aquí también el 3D tiene su sentido. Rapunzel utiliza su cabellera como látigo o especie de liana, las escenas de pelea están bien resueltas -siempre con un gag- y los personajes de apoyo -un caballo, un camaleón- cumplen con los roles de airear y dar pie a Rapunzel y Flynn para crecer en pantalla. Disney lo ha hecho de nuevo, para alegría de las chicas... y los chicos.
Los estudios Disney presentan un cuento de hadas tan clásico como actual En el universo de la animación actual, poblado de las maravillas de Pixar, los influyentes films del animé japonés y los algunas veces ingeniosos intentos de DreamWorks de reinventar el género infantil incluyendo a los adultos entre su público las princesas de Disney parecían ya no tener lugar. Hasta que llegó Enredados, una adaptación más que libre de Rapunzel, el clásico relato de los hermanos Grimm. Aquí están presentes todos los elementos, personajes y características que el estudio lleva casi setenta y cinco años perfeccionando incluidos el reino encantado, las princesas perdidas acompañadas de simpáticos animalitos, las brujas malas y los héroes montados en valientes corceles. Claro que esta vez ese héroe es un ladrón huérfano necesitado de atención, la princesa perdida es una adolescente curiosa y un poco furiosa y el corcel tiene evidentes problemas de identidad, ya que actúa como un perro sabueso. Con las lecciones aprendidas del primo Pixar y habiendo prestado atención a la repetida parodia del género que es Shrek, este film consigue mantener la tradición modernizándola, sin perder de vista sus raíces y la magia que parece ser sinónimo de Disney desde su nacimiento. En este caso conjurada por la combinación de las canciones compuestas por Alan Menken -el mismo de La sirenita, La Bella y la Bestia y Aladino- con las posibilidades estéticas de la animación digital y el 3D. Princesa en la torre La historia que cuenta Enredados gira en torno de Rapunzel, una princesa encantada que es secuestrada de su cuna por la malvada bruja Gothel, desesperada por utilizar el mágico cabello de la niña como su exclusivo tónico de la juventud eterna. Encerrada en su torre durante 18 años, Rapunzel añora el mundo que sólo conoce a la distancia, por lo que espía desde su ventana con la única compañía de su mascota, un camaleón que no necesita hablar para resultar uno de los más graciosos personajes de la película. Que los tiene en cantidad. Entre ellos, Flynn Ryder, un pícaro ladrón que sueña con tener un hogar y se indigna cada vez que los carteles de "buscado" reproducen una nariz que no se parece en nada a la suya. Lejos del convencional rescate de la chica por parte del príncipe azul, en este caso el encuentro entre la princesa solitaria y el forajido tendrá algo de comedia romántica -gracias al inspirado guión de Dan Fogelman-, y otro poco de comedia física que explota todas las posibilidades del 3D, especialmente cuando se pone en juego el largo pelo de la protagonista. Como si fueran las lianas de Tarzán, los cabellos de Rapunzel son escalera, hamaca y hasta arma siempre lista para lo que su dueña necesite. Claro que no le sirven para protegerse de la malvada Gothel, que no sólo le hizo creer que es su mamá, sino que la mantiene encerrada y aislada con una perversa mezcla de culpa y miedo al exterior. De todos modos, eso no impide que Rapunzel sueñe con conocer el mundo y bajar de su torre un mechón a la vez.
Enredados es una película pelotita. No es redondita... tiene volumen, por eso es una peli pelotita. Después de romperme la cabeza con esta definición, paso a la parte seria de la crítica. Una película que se hace para entretener, y está muy bien grabada, con una aplicación del 3D para satisfacer a los dos bandos de las tres dimensiones, con un humor que atrapará a grandes y chicos, no merece una calificación menor a la A por mi lado. Pude verla hace 3 meses en una presentación de Disney y desde ese momento solo esperaba el estreno para volver a verla con mi hija. Sin lugar a dudas es una película 100% familiar. No creo que algún adolescente y adulto que no esté vinculado a chicos la disfrute tanto. Me sorprendió la nitidez de la imagen y que bien trabajaron con el 3D. Cuando digo que satisface a los dos bandos, es porque trabajaron muy bien con los fondos y con los objetos que salen de pantalla. Hay un muy buen trabajo con los personajes secundarios. El camaleón y el caballo son un ejemplo, y el mimo... es lo más. Tiene ese manto Disney que permite que la mala y bien mala, no termine asustando a los chicos, pero al fin y al cabo para ellos fue realizada. Por mi parte es una excelente forma de comenzar el año y una buena demostración de como hacer una película entretenida y con buen 3D
Otra vez la magia de Disney trae a la pantalla un cuento de hadas capaz de atrapar a todos, desde los más chicos hasta al más duro de los adultos. La historia gira alrededor de Rapunzel, la princesa cuyo cabello mágico no para de crecer y que fuera raptada por la egocéntrica Gothel cuando era bebé. Aventura, romanticismo, idealismo y música se combinan en un film divertido y atrapante, que enriquecido con la magia del 3D hace soñar y meterse de lleno en él. De los clásicos retoma la fórmula de la princesa buena y dulce, la bruja mala y el joven galán que conquista a la chica. Pero en este caso cada uno de los personajes sale del prototipo y tiene una personalidad diferente. Rapunzel, aunque soñadora, bondadosa e inocente, saca a relucir su rebeldía. Está llena de coraje y se las arregla para lograr su cometido: salir de la torre en la que vive encerrada y ver con sus propios ojos qué son esas luces que cada año cubren el cielo. Gothel, la mujer que mantiene cautiva a la chica haciéndole creer que es su hija y que la protege de los males de afuera, es una malvada que resulta simpática, incluso querible. Su pecado es querer conservar la eterna juventud, virtud que solo el cabello de la princesa puede otorgarle, y que por esa razón la mantiene bajo su dominio. Por otro lado y lejos de ser un príncipe encantado, Flynn Rider es un apuesto y aventurero ladrón que quiere hacerse rico y por accidente conoce a la joven protagonista. El cuidado con que se compuso a cada personaje puede verse hasta en los mínimos detalles. Ninguno es igual a otro, cada uno sorprende con actitudes inesperadas. También los secundarios son complejos, tienen su razón de ser y aportan peso y humor al film. Se destacan Maximus, un caballo que pertenece a la guardia real y que toma como propia la misión de encontrar y apresar a Flynn Rider. El animal es muy inteligente y tiene cualidades tanto equinas como caninas, lo que le permite adentrarse en cualquier lugar, seguir huellas y hasta guiarse por su olfato. Pascal, un tierno camaleón, es la mascota de la princesa pero también representa a su parte interior rebelde. Él es quien la empuja a tomar las decisiones que por sí misma no se atreve. Además es el único que la comprende y acompaña adonde sea. La imagen de la película es impecable. La profundidad que otorga el 3D le da un plus adicional a ambientes frescos, llenos de colores, brillantes. Las luces y sombras demuestran un estudio meticuloso, igual que las texturas de cada lugar representado. Hay trabajo sobre los detalles en cada escenografía, desde el bosque profundo hasta la taberna con mal olor de los vikingos. El sonido tiene también su mérito; no solamente las voces de los personajes se lucen, sino también los sonidos ambiente y la música, especialmente encantadora. Canciones vivas y pegadizas; con mucho ritmo algunas –como la de la taberna- y muy dulces otras –como la que Gothel canta para conseguir la magia del cabello de Rapunzel-. Enredados alude a historias ya conocidas de viejos y tradicionales cuentos de hadas, pero también se renueva. Para ello presenta personajes y situaciones modernas y reconocibles en la vida de hoy. Creativa, original y muy divertida –claro que con infaltables momentos al borde de la tragedia- será una historia difícil de igualar.
La extraña de pelo largo Filmada en tiempo récord –tardaron dos años cuando el promedio para este tipo de producciones es de cuatro- Enredados es el film número 50 de los estudios Disney y el primero en construir una princesa completamente digital. La historia se nutre del cuento clásico Rapunzel de los Hermanos Grimm con una serie de modificaciones tendientes a imprimirle mayor grado de acción y cierto aggiornamiento con los tiempos que corren. La raíz argumental fue respetada por los directores Nathan Greno (Bolt) y Byron Howard (Mulan y La familia del futuro), quienes contaron con las voces para los roles principales de la cantante Mandy Moore y Zachary Levi para el personaje de la princesa Rapunzel y el ladrón Flynn Ryder respectivamente. En la versión doblada aparecen en los créditos Danna Paola y Chayanne. Más allá de la técnica digital que es impecable sobre todo en la elaboración de secuencias de bailes y coreografías que implican un gran número de personajes en escena, la característica más relevante de este nuevo producto la constituye la idea del movimiento. Este elemento predominante en todo el largometraje se puede apreciar hasta en los detalles de la larga y rubia cabellera, que sin lugar a dudas es un personaje más dentro de la trama. Un dato curioso es que se convocó a la experta en software en cabelleras digitales, Kelly Ward, para dejar una marca de distinción. Tampoco esta vez se desacertó en la introducción de las canciones (la mayoría a cargo de Mandy Moore en la versión original) ni tampoco en los personajes secundarios que operan como alivios cómicos: el camaleón Pascal y un caballo -medio perro porque mueve la cola y tiene un olfato privilegiado- llamado Maximus. Si en La princesa y el sapo existía la reivindicación de la cultura afroamericana, en este caso podría afirmarse que la relevancia de los personajes femeninos los dota de carácter quitándole el sayo de elemento secundario, aspecto que se subvierte en los roles masculinos como en el caso del ladrón y de otros personajes de menor fuste. En apariencia es hora de heroínas y no tanto de cuentos de hadas por lo que se desprende en este relato que compensa el universo mágico de las maldiciones y los hechizos con acciones de destreza física y drama generacional incluido porque el enfrentamiento entre la adolescente sobreprotegida y su madre sustituta es clave en las decisiones que la protagonista toma. No obstante, del cuento clásico de los hermanos Grimm se tomó la historia de la bruja Madre Gothel (Donna Murphy) quien se apropia de una niña recién nacida llamada Rapunzel, cuyas propiedades mágicas de su pelo -que crece cada vez que canta- son únicas. So pretexto de protegerla del mundo exterior y de cualquier amenaza externa, la encierra en una torre, inaccesible desde afuera. La única manera de subir allí es colgándose de la extensa y rubia melena de la joven, quien sueña con salir alguna vez del encierro y conocer las estrellas. Así las cosas, el ladrón de la corona que pertenece a la princesa Rapunzel -sin que ella lo sepa- Flynn Ryder (en el relato original es un príncipe) en plan de huida va a dar con la torre y a partir de allí ambos se enredarán en una aventura con condimentos para la platea infantil, segmento del público a quien está dirigido el film. Como película de animación digital -tanto desde las texturas como de los colores- Enredados supera los estándares entregando un despliegue visual poco habitual; como clásico reciclado y adaptado para estos tiempos también resulta efectivo, aunque tal vez su público sea solamente infantil.
VideoComentario (ver link).
La extraña de pelo largo Después de las parodias del género de la trilogía de Shrek , era difícil imaginar un cuento de hadas que retornara al esquema clásico. Sin embargo, Disney lo hizo, otra vez. Enredados , el filme número 50 de animación de Disney, retoma la tradición del cuento de hadas en dos sentidos: en la historia, inspirada en el cuento popular Rapunzel de los hermanos Grimm; y en la forma de narrar, que evoca a antecesoras como La Cenicienta o Blancanieves. Como todo cuento de hadas, los ingredientes de la pócima están presentes: una princesa en apuros, una villana egocéntrica, y un príncipe azul. Claro que hay ligeras variantes a los personajes originales, ya que el príncipe es en realidad un ladrón de poca monta, la princesa no quiere esperar rescate sino rescatarse solita, y la villana no tiene poderes, simplemente es mala. Se suman dos personajes secundarios que, sin hablar ni una línea, aportan el humor: el compañero fiel de la heroína, un camaleón histérico y temerario; y un caballo recto como un sheriff. Con mano de John Lasseter (la cabeza de Pixar), ni la animación ni el relato son realistas, y eso se agradece. También se agradece que el filme no sea una sucesión ininterrumpida de chistes, sino una película de amor y aventuras, en la que el humor acompaña. Además, el conflicto de la joven Rapunzel, que nunca salió de la torre ni fue a la peluquería, no se acota al de la princesa que quiere casarse y comer perdices, está planteado desde la rebeldía de una joven que decide abandonar sus miedos y enfrentarse a la autoridad. La historia entretiene, emociona y divierte, con picos dramáticos y un repertorio de canciones. Enredados es una película para deleite de chicos y no tan chicos, y tanto el filme como la protagonista están a la altura de clásicos como La Sirenita o La Bella y la bestia . Hacia el final, los cambios en el desenlace son respecto al cuento tradicional (trágico y truculento como todos los de los Grimm) y no traicionan el espíritu de la historia. Si no tenés hijos o sobrinos, es hora de ir buscándote un niño como excusa para llevarlo al cine.
Anexo de crítica: Tan derivativa como correcta, la nueva realización de la Disney respeta el canon clásico del estudio pero tropieza en lo referido a las secuencias musicales (poco interesantes y un tanto forzadas). A pesar de ello Enredados (Tangled, 2010) entretiene ofreciendo un ritmo narrativo fluido y un puñado de personajes muy bien desarrollados. Sin dudas el caballo y el mimo se roban la función…
Anexo de crítica: El cuento clásico de los hermanos Grimm fue diestramente llevado a la pantalla grande por los estudios Disney haciendo hincapié en varios aspectos: la espectacularidad del 3D, los números musicales (algo excesivos, podrían haberse utilizado menos canciones), el buen humor y los impecables personajes diseñados para regocijo de un público multi-target fiel y adicto a este tipo de propuestas animadas. Colorida, vital y efervescente, a Enredados no le falta nada. Otro pleno de John Lasseter, el Rey Midas del dibujo animado de calidad…
La sonrisa (malvada) de mamá Enredados es la película número 50 de la Disney. Y si bien Enredados lleva el sello de la casa del Tío Walt, hay otro nombre a destacar detrás de todo esto: John Lasseter. Ya nos hemos cansado de hablar de Lasseter en relación a los films de Pixar, pero es en su intromisión con las películas exclusivamente Disney donde su poderoso imaginario adquiere mayor relieve. Es que Lasseter, aún con la libertad que le permite ser una de las personalidades más exitosas del Hollywood actual, era consciente de la historia que tenía que respetar. Y con Enredados esa historia se mantiene, a la vez que se ve reformulada por medio de la modernidad y la actualización de códigos. Y esto es gratificante porque además sirve para que volvamos a creer en el cuento de hadas como una posibilidad de la ficción mirando la realidad. Antes que Lasseter tomara el control, la Disney se había metido con el cine digital para realizar cosas tan horrendas como Chicken Little o Vida salvaje. Luego de Lasseter, llegó La familia del futuro, se volvió al dibujo tradicional con La princesa y el sapo y ahora de nuevo en digital y en 3D, con Enredados. Alcanza sólo con mencionar las películas para que uno entienda la revolución que Lasseter representó. Estas películas rescatan lo mejor del espíritu original, suprimiendo toda tilinguería posible y actualizándolas a partir de un humor novedoso, moderno, veloz, inteligente. Pero, además y más importante, con una mirada sobre los personajes plena de coherencia y cariño. Es en este apartado donde Enredados marca la distancia con, por ejemplo, La princesa y el sapo: si aquella era una muy buena fábula sobre cómo el poder económico determina roles sociales, no dejaba de ser una de princesas y príncipes. En este caso, también hay princesas, pero no un deseo en tal sentido. Rapunzel sólo llega a ser princesa por una consecuencia contextual. Y de príncipe, mejor no hablemos: Flynn Rider es un tipo poco recomendable. Enredados es la actualización del texto de los hermanos Grimm, sobre la joven de la larga cabellera encerrada en una torre por una mujer malvada que desea mantener su poder con ella, y así ser joven por siempre. Y si uno puede leer en esa actualización un toque posmoderno, no hay aquí una mirada cínica y canchera como en Shrek. Enredados no va a la fácil -por más que haya criaturas simpáticas y directas al peluche de la semana como el maravilloso camaleón Pascal, que por lo demás justifica enormemente su aparición en el film por el vínculo que mantiene con la Rapunzel del encierro- y evita resolver sus conflictos de manera simple o con un chiste que mire con distancia el universo creado. Y eso no impide que haya humor, aunque la comicidad se da aquí por la cruza de una serie de elementos: por un lado, la recuperación del relato de aventuras serial, que es por definición plástico, ligero y divertido; y por el otro lado una serie de personajes lunáticos que, involucrados en un relato de aventuras y romance, no hacen más que subvertir constantemente las reglas: y allí reluce alta en el cielo la secuencia en la taberna de vikingos sensibles o el caballo Maximus, un equino-canino con un sentido de la nobleza bastante particular. Aciertos todos estos que también son adjudicables a Nathan Greno y Byron Howard, los directores, y al guionista Dan Fogelman (Cars, Bolt). Ver si no el arranque, con un exquisito prólogo que nos pone en situación, y con un relato que por medio del montaje paralelo nos sitúa en los dos universos que prontamente van a colisionar: por un lado el mundo de Rapunzel, romántico y sensible, que abruptamente se rompe con la intromisión de la aventura y el vértigo que representa el universo del bandido Flynn Rider. Cuando ambos personajes se relacionen, estallará ahí la mejor tradición de la comedia romántica: ambos tienen sus objetivos y sueños pero, con el transcurrir de la acción, descubren que esos sueños no son nada si no está la otra parte incluida. La narración de Enredados es tan sabia, que se permite hacer escalas en el humor y en el romance sin que el asunto sepa a sucesión de sketches y sin que una cosa anule a la otra. El film puede ser definido por sus partes, pero lo novedoso es que estas construyen un todo: el sentido del film lo van dando las actitudes de sus personajes, entre heroicas y nobles. Rapunzel, el personaje, es una adolescente en el amplio sentido de la palabra. La secuencia de montaje en la que una vez liberada, alterna entre la depresión de no respetar el consejo materno y la exaltación alegre de saberse libre, es una perfecta y a la vez muy cómica definición de personaje. Desde ahí, comprendemos todos sus actos, no hace falta que ella se explique con palabras: detrás de la aventura, de los chistes -todos efectivos y precisos-, del respeto al original, de las canciones tan llenas de colores de Alan Menken -y de la inteligencia en cómo son utilizadas-, de la redefinición del concepto Disney, Enredados no es más que una película sobre la adolescencia, sobre crecer, sobre la autodeterminación y sobre el definirse, por eso Rapunzel le dirá a la madre que se la apoderó, que ella resistirá hasta las últimas consecuencias para irse de ese lugar. Y por esto es que el personaje clave en el film -y lo dice el propio Flynn Rider en el comienzo, cuando obra como narrador- es la madrastra Gothel. Se nos dice al comienzo que Gothel es algo así como una bruja. La mujer se robó de la cuna a la heredera del trono y la encerró en la torre: su cabello tiene poder y por medio de un conjuro, logra dar juventud eterna a quien la desea. El elemento fantástico está presente, pero lo que importa más aquí es cómo Gothel mantiene prisionera a Rapunzel: no se trata de ladrillos y puertas con trabas, hay otros muros mucho más difíciles de franquear, y Enredados lo dice con todas las letras a partir de una de sus canciones: “mamá sabe más”. Gothel no tiene más poder que el de ser una madre castradora, de absorber el afecto de su hijastra y exprimirlo hasta el final. Enredados dice muy seriamente que el amor de madres puede ser perverso y enfermizo, que a veces construye hijos sin decisión, atados a un poder que los comprime. Y es entones por lo que se hace fundamental la aventura, la épica, el poder del relato fantástico como forma liberadora. No es otra cosa que la curiosidad de Rapunzel por esas estrellas lejanas lo que permite que emprenda el viaje; no es otra cosa que su imaginación resuelta en arte a través de sus pinturas, lo que le hace resolver el nudo central y redescubrir sus orígenes. Y todo esto que aquí está explicado, en Enredados es narración, es ritmo, es leyenda, con un bandido que pelea con un sartén y una chica que toma las riendas. Riendas hechas de un pelo tan fuerte y sedoso como los encantos de esta película redonda como aquel número 50.
La última animación de Disney vuelve, afortunadamente, a los cuentos de hadas. La última animación de Disney vuelve- afortunadamente- a los cuentos de hadas. Y así se suma a la larga lista de princesas de Walt (Blancanieves, Cenicienta, Jazmín, Ariel, Pocahontas…) la joven Rapunzel (con voz de Mandy Moore). La niña tiene un extraño don en su blonda cabellera y es que si canta, su cabello se ilumina y tiene el poder de rejuvenecer y hasta salvar la vida de alguien. Una malvada bruja la secuestra para conservar su belleza por siempre y, haciéndole creer que es su madre, la encierra en una torre so pretexto de que es por su propio bien. Ni hace falta decir que los creadores de estas fantasías manejan al dedillo lo que Propp había descubierto a principios del siglo XX: las funciones de los cuentos populares. Las 31 funciones del héroe se reparten entre la joven Rapunzel y su compañero, Flynn Raider. El joven, al igual que sucedía en Aladín, es un ladrón que accidentalmente conoce a la princesa desconociendo su verdadera identidad. La serie de funciones como el alejamiento del hogar, el ayudar al antagonista sin saberlo, el recibir algún tipo de ayuda mágica y el retorno al hogar se van sucediendo de manera impecable, encadenadas por la archiconocida fórmula de Disney de números musicales y segmentos de humor, con una dosis justa de cada uno en los momentos precisos. Como vienen haciendo desde 1937 con su animación Blancanieves y los siete enanitos, los estudios Disney trabajan con la premisa de la tragedia griega de que las familias de la realeza son una especie de síntesis de los valores de la sociedad. Claro, de la sociedad capitalista occidental: los reyes son buenos y generosos y un malvado opositor les aleja a su amado heredero, haciendo peligrar la estabilidad del reino. Todo el relato es una búsqueda por volver al status quo. Ciertas ideas conservadoras como las habilidades femeninas en las tareas hogareñas se mantienen, pero sazonadas con una pisca de humor. Luego de la autoparodia de Encantada, nosotros sabemos que ellos saben que ya no se sostiene. Lo que mantiene vigente a estos relatos es el aggiornamiento en términos del lugar que ocupa la mujer en la aventura quitándole el protagonismo al héroe masculino, quien pasa a ser un mero ayudante y no el Salvador. Ahora las chicas nos rescatamos solas. En este sentido, Enredados funciona a la perfección y se perfila como un nuevo clásico, conjugando lo viejo y lo nuevo, lo cómico y lo trágico.
Enredados en un cambio argumental los guionistas salieron exitosos “Rapunzel” es un cuento de la serie de los Hermanos Grimm en la que casi todos los personajes son seres marginales llenos de buenas intenciones que luchan contra un solo eje del mal personificado por una bruja. Es una historia triste, ya que ninguno de los personajes, ni siquiera la bruja, la pasan bien ni por un momento. Pero los escritores, fieles a sí mismos, transformaron la leyenda popular de donde tomaron el argumento para darle un final feliz. El equipo de animación de Disney Company, al guionar la versión cinematográfica de este cuento lo cambió en su esencia y varió los perfiles psíquicos de los personajes dándoles un toque de liviandad aunque no de ligereza. Lo que se conservó fue el fondo argumental, pero esto dio lugar a algunos “enredos” que debieron resolverse sobre la marcha del proyecto. A la protagonista se la transformó en princesa y se le dejó su nombre, Rapunzel, pero éste no quedó en el título de la película porque la justificación para ello no figura en el guión. (Ver información complementaria). Al príncipe se lo cambió por un simpático ladrón. Se los rodeó de seres que viven con un halo de ser malvados, agresivos e inmisericordiosos pero que son dulces, cariñosos y fieles a los códigos de la amistad. Y todo transcurre en un hermoso reino donde reyes y súbditos viven esperanzados en que los malos momentos quedarán atrás. La Reina está a punto de morir de parto, pero se salva al serle administrada una poción hecha con una flor mágica que transfiere sus milagrosos poderes a la princesita que nace. Pero ésta es secuestrada por Madre Gothel, una bruja que sabe que para mantenerse joven eternamente necesita de la magia que fluye por los cabellos de la niña. La encierra en una torre y la aísla del mundo. Así transcurren 17 años hasta que llega Flynn Rider un ladrón que ha robado la corona de la Reina y que huye de sus ex cómplices a los que ha traicionado. La princesa Rapunzel y Flynn harán un pacto, él la acompañará a que descubra el mundo y ella le devolverá la joya robada que ha escondido en la torre. Pero Madre Gothel no dejará que todo sea tan fácil y aliada con los “malos” del pueblo interpondrá muchos escollos en el camino de los jóvenes. Es fácil adivinar el final feliz. Pero tampoco se espera que la historia finalice de otra manera. La trama se centra en la magia que se activa por los dorados cabellos de la joven cuando ella canta una determinada canción, pero el espectador se encuentra con interesantes y divertidas subtramas. Así se ven en pantalla hombres grandes, gordos, feos, casi ogros, pero que contienen buenísimos sentimientos y hasta talento artístico, al revés de la bruja que sólo ambiciona ser joven y bella y para conseguirlo no vacila en mentir, adular y agredir. Al metamensaje de que no hay que guiarse por las apariencias se suma el de que la belleza es efímera, por lo tanto también es fugaz su valor. Lo valioso está en lo que perdura, como la esperanza de los Reyes y súbditos en que la princesa perdida retornará algún día al reino. Hay un mensaje muy del siglo XXI en la mujer, la princesa en este caso, que con una fuerte personalidad cambiará el rumbo de su vida y la de un hombre (el ladrón) que tenía casi los mismos códigos de la bruja Esta producción de animación realizada con el sistema 3D muestra en pantalla un avance en el logro de la definición de expresiones de los personajes dibujados, y el movimiento de éstos está acompañado por los circunstanciales desplazamientos de la “escenografía”. Las canciones son bellísimas y sirven tanto de inducción como de incidencia. La canción final titulada “Algo quiero” es interpretada magníficamente por la colombiana Fanny Lu, ganadora del Billboard Latino 2009. En la Argentina se proyecta en versión hablada en español neutro. Un trabajo de doblaje muy bueno para los protagonistas. Rapunzel tiene la voz de la actriz mexicana Danna Paola, de tan solo 15 años, famosa en casi toda Latinoamérica por haber protagonizado en televisión la versión azteca de “Patito Feo”. Al ladrón Flynn Rider le puso voz el famosísimo cantante portorriqueño Chayanne, que ya incursionó mucho en el cine y tuvo un éxito notable en Hollywood .con “Baila conmigo” (Randa Haines, 1998). Pero se destaca especialmente la soprano mexicana Irasema Terrazas al doblar a Madre Gothel, su exquisita voz da tonos ajustadísimos y precisos, y cuando canta es un deleite para los espectadores que olvidan momentáneamente que interpreta a la mala de la película. Esta divertida obra cinematográfica de animación está destinada a adultos y niños que, debido a la agilidad del desarrollo, pueden verla desde los 3 años.
Aggiornado cuento de hadas Mis opiniones con respecto a las peliculas de Disney (“Disni”, según me dijeron se pronuncia) siempre fueron encontradas. No entendi por qué tuve que ver, teniendo tan solo 7 años, en un cine reberreta al que me llevaron –Que culminó en Pumper–, como mataban a Mufasa y que Simba cobrara venganza. Lógico si me pareció que la linda se quede con el chongo y no con el Jorobado de Notre Dame, total, fue honesta y todos contentos. Fui muy fanático de 101 Dálmatas cuando más chiquitito, la vi cientos de veces, pero nunca me interesó La Sirenita. Después no vi más pelis de Disney. Una especie de maduración, creo. Cuando apareció Enredados dije “Epa, ¡el logo es igual al de Encantada!, ¿qué es esto?”. Era obvio que algo me llamó la atención, pero para mal. Después vi el afiche con el identikit del galan y me pareció un “príncipe” aggiornado. Luego me enteré que era basado en Rapuncel (a.k.a. Rapunzel) y me terminó convenciendo. @Ese_Nico me dijo de verla en 3D. Ahí fuimos. Colores pasteles, personajes diseñados en un 3D sencillo y suficiente (pero dentro de un maravilloso universo 3D –casi– pefecto), una historia conocida, pero por redescubrir, tiernas y simpáticas canciones, y una serie de cliches obligatorios dan contexto a la película. La historia es clara, el guión es maravilloso, lleno de humor agridulce que está muy de moda en el cine de animación para chicos (y no tanto). El “príncipe” es un chanta, y como todo chanta es encantador (aunque con Rapuncel no funcione). Es mas, a Flynn (o Eugene) no lo vendieron rubio de ojos claros (como todos los estereotipos), sino un castaño de ojos marrones y chivita que además ¡está bueno en serio!, una belleza real. Por otra parte, nuestra Rapuncel será rubia y bella, pero no tonta. Sabe defenderse bien, ya lo verán, y logra momentos muy desopilantes, y tan reales que todos nos veremos identificados. Los personajes secundarios son fantásticos, uno y cada uno de ellos. Explicarlo sería arruinar la sorpresa. Carcajadas, aplausos y llanto se vivieron durante la proyección a sala llena (de chicos en su mayoria). Cada escena divertía más que la otra, sin perder la coherencia y no caer en lo habitual. Algo que noté, y me pareció perfecto, es que las intrigas se develavan al poco tiempo, y no estiraban con ello hasta el final. La única crítica negativa que le encontramos es hacia una de las últimas escenas. En un momento decisivo ocurre algo que no sólo resulta incoherente, sino que también es un recurso bastante rebuscado. Pero bueno, es un cuento de hadas, no puede morir un personaje (SHHHHHH). Como dato extra les decimos que el doblaje latino es excelente. La voz de Flynn es la de Chayanne. No lo sabíamos de antemano, y nos sorprendió, pero para bien. Realmente el cantante hizo un excelente trabajo. Enredados es una pelicula maravillosa. Para grandes y chicos, para reir y llorar. Y si no se anima a ir solo, grandulón/a, ¡siempre hay un sobrinito de excusa!.
Con el espíritu y el estilo visual y narrativo de las realizaciones clásicas de Disney sobre princesas, Enredados es el primer film de esta empresa en formato digital y sistema 3D que logra aunar y armonizar ambos mundos de la animación de una manera que hubiera aprobado el legendario Walt. Atrayente, mágica, dinámica, mordaz, romántica y emotiva, la película dirigida por Byron Howard (Bolt) y Nathan Greno combina tradición y modernidad con un encanto irresistible. Así como Encantada integró la acción viva con la animación, dotando a una historia de princesas y príncipes de un logrado e ingenioso aggiornamiento, algo similar logra Enredados en este remozado producto de la firma. Que apela a la recreación de un clásico cuento de los Hermanos Grimm, Rapunzel, acerca de una primorosa adolescente de largísimo cabellera aislada en una misteriosa torre que se topa con el carismático bandido Flynn, y todo lo que ocurre con ambos, suerte de antihéroes redimidos. La calidad visual de films manufacturados con tecnologías digitales ya no sorprende, sin embargo en varios aspectos Enredados alcanza fascinantes resultados; por ejemplo en los fondos, dotados de bellos pero nada empalagosos paisajes, y las texturas que le dan forma al voluminoso cabello de la protagonista, atributo fundamental alrededor del cual gira el film. La princesa y el sapo fue un intento aceptable de Disney por retomar la línea histórica de films de animación tradicional sobre tramas principescas, sin embargo éste basado en la historia de Rapunzel alcanza una mayor envergadura dramática y humorística, proponiendo elementos de atracción para niñas pero también para varones y público en general. Tanto la versión en inglés como la doblada tienen pareja eficacia, el final guarda un momento de gran emotividad y el personaje del caballo blanco no tiene desperdicio.
Ideas sueltas y arbitrarias sobre Enredados. 1. Todo lo clásico de Disney se cruza con la modernidad de Pixar: el cuento de hadas de la princesa Rapunzel + humor + ironía + autoparodia + slapstick + un combo de personajes secundarios imbatibles (con Pascal a la cabeza) + un increíble e impecable detalle para la animación (ver el movimiento del pelo y los pliegues del vestido de Rapunzel) logran un equilibrio perfecto. 2. Es tierna (muy) sin ser pavota, sensible sin ser sensiblera y romántica sin ser cursi. Es divertidísima sin bifurcar el humor. No hay chistes para los chicos y chistes para los adultos. No es una película “de dibujitos” en la que los grandes no se aburren mucho porque de vez en cuando se les guiña el ojo (como en esas porquerías de Madagascar o las del hielo). Es una película animada para todo público que no trata a su espectador de idiota. La vi en una sala a las once de la noche donde todos nos matábamos de la risa y pelábamos pañuelos al unísono, sin distinción de edad. 3. Tiene la dosis justa de musical. Es frecuente escuchar que lo “flojo” de las películas de Disney son los números musicales (y es verdad que algunos son un poco densos), que son muchos, que frenan el relato. Ya en La princesa y el sapo estos momentos están integrados de manera más homogénea a la historia. Acá el musical no rompe con la narración, la complementa, y permite un despliegue coreográfico que pareciera que solo la animación podría lograr, como cuando la princesa canta en su habitación mientras juega con su pelo. O como cuando bailan y cantan en la plaza (¿vieron la cantidad de planos que hay ahí?). Demás está decir que Enredados es una montaña rusa que no se detiene un segundo. 4. Como todo cuento de hadas tiene un malvado, en este caso, una villana. El giro interesante es que esta villana (todavía no leí la historia de los hermanos Grimm, no sé cuánta fidelidad le guarda) tiene su cuota de bondad. Detrás se esconden fines espurios y en definitiva tiene a la princesa encerrada en una torre, pero el trato para con ella es tierno y Rapunzel, de hecho, la quiere. Y sí, es mala, pero deja que Rapunzel cumpla su sueño (en la escena más linda del año), y si eso no es una demostración de cariño, no sé qué es. 5. En fin, clásica y moderna. Hermosa y divertida. Que Enredados está buenísima. Hay que verla y reverla y que si no la disfrutás y aún más, si no te parece que la vida es más linda después de haberla visto, bueno… estás muerto por dentro.
Un destino luminoso Enredados es una de las mejores noticias del verano porque inventa un mundo de princesas a partir de ideas visuales que son literalmente luminosas: la flor dorada de la que se alimenta la reina y que nutre tanto el pelo como la magia de Rapunzel es una maravilla que se abre en la noche y que promete una película distinta. La luz en el pelo de Rapunzel, sus cualidades mágicas que vienen de una luz más interior que propia de la belleza externa, las lámparas que los padres y los habitantes del castillo envían el cielo cada año para llamar a la princesa perdida, todo es de un lirismo que conmueve (sólo para darme el gusto quiero agregar que ese amor entre la chica y el ladrón condensado en dos lámparas que se elevan juntas entre tantas otras me pareció un detalle de esos que me hacen decir “Aaaahhhh”, extasiada en la oscuridad del cine, aunque la nenita que estaba sentada al lado mío me miró varias veces un poco sobradora). Pero como nos hemos puesto modernos, Enredados combina toda esa poesía con mucho de comedia, y la combina bien. La secuencia de comedia física en que Rapunzel intenta esconder al ladrón en el ropero hizo reír a carcajadas a todos los chicos (y eran mayoría) que habíamos en la sala, y me hizo sentir también que en esas lámparas de las que hablé se elevaba también una esperanza: la de que los chicos del futuro no tengan tan mal gusto, porque sinceramente, en la función de la pésima Los viajes de Gulliver a la que asistí el jueves pasado no se rió prácticamente nadie. Más delirante y sofisticada todavía es toda la escena en la taberna que se llama –esto me hizo agua la boca- algo así como El patito mimoso, llena de tipos rudos que puestos a confesar sus sueños en una canción se descubren como amantes del crochet, la pastelería y el amor (todo bien gay), y hasta hay uno que quiere ser mimo (y sin embargo no, no dan ganas de matarlo), por no hablar del viejito que hace de cupido revoloteando un poquito borracho alrededor de la taberna. Lo divertido y lo moderno, claro, vienen de la mano de una princesa rebelde que debe aprender a no hacerle tanto caso a su madre –genial la alternancia entre culpa y euforia cuando por fin se baja de la torre y no sabe si gozar del mundo o sentirse mal por haber desobedecido a la mamá- y que arremete la aventura empuñando una sartén, al punto que hace decir al ladrón que la acompaña “después de todo no estabas tan indefensa”. A pesar de todo, no me parece que Enredados sea una película perfecta, o tal vez sí, pero la perfección no es algo que me interese demasiado. Lo que se extraña un poco en ella es justamente la extrañeza, lo siniestro del cuento de hadas que asoma en la madre que dice todo el tiempo amar a la hija y sin embargo no la deja ver el mundo, y sobre todo en la muerte de esa madre. Y no me digan que es porque se trata de Disney: ahí tienen la pesadilla de Blancanieves cuando se pierde en el bosque para mostrar que Disney supo ser más zarpado, incluso visualmente, y eso por no hablar de la lisergia a montones que hay en Fantasía. Hay cierta sensación de que Enredados es una película muy buena pero mansa, en la que el peligro y el dolor nunca llegan a ser verdaderos (y eso resta emoción cuando todo termina y vuelve a ser luminoso), por más que la princesa termine con el pelo marrón y cortado a cuchillo.
La Extraña del Pelo largo Clásico cuento de hadas que ha sido ajustado a la tipología de guión renovado que los Estudios Disney han venido poniendo en práctica en los últimos años, y precisamente el pasado 2010 tuvieron una excelente perfomance con "La princesa y el sapo". Un bandido encantador que huyendo conoce a Rapunzel, esa chica escondida por quien la raptara de bebé y que habita en una alta torre en la espesura del bosque, claro que el muchacho las tiene todas a favor y se convertirá en la salida de la adolescente de su habitat, ella porta su larga y extensa cabellera rubia como el oro -y que tiene su porqué-, el pacto de huir juntos pronto se convierte en una aventura llena de entretenimiento que deleitará al público sin dudas. Cada personaje tiene lo suyo, obvio recae en su totalidad en la pareja principal pero a estos hay que agregarles: los maravillosos co-protagónicos de un caballo increible y un camaleón mascota de Rapunzel. Por alli no están demasiado logradas las canciones, que además de melosas, en la traducción al castellano no se entienden demasiado y son híbridas, pero por otro lado los gags y la rapidez de la narración la ensalzan. Todo un tema es la duración de 100 minutos, es extensa, demasiado, poco recomendable para un largo animado, si la misma podría tranquilamente sintetizarse, pero sin dudas hay una pretenciosidad de productores. "Enredados" es opción segura para el disfrute familiero, de este verano.
Disney vuelve con otra historia de princesas con buenas dosis de fantasía y musicales. ¿Cuántos padres siguen con ganas de llevar a sus hijas al cine después de leer eso? Para vos, que fuiste el único que levantaste la mano, va bien fuerte este aplauso por tu evidente resistencia al sufrimiento. Al resto les digo: el alma detrás de esta película es John Lasseter, fundador y director creativo de Pixar, responsable de dirigir Toy Story, Cars y supervisor de todas las películas de la productora. Luego que su empresa fuera comprada por Disney, Lasseter asumió el cargo de director creativo. Traducción: la misma mente que supervisó los films animados por computadora más exitosos de los últimos quince años está detrás de Enredados. ¿Más tranquilos ahora, manga de prejuiciosos cobardes? Sigamos entonces… Disney hizo todo lo posible para que la película no fuera prejuzgada y encasillada, primero cambiándole el nombre a Enredados (originalmente se iba a llamar como la protagonista, Rapunzel) y luego recortando todo rastro de musical en los trailers que se difundieron antes del estreno. Y si bien es cierto que es, como dije al principio, es la vuelta de Disney a las historias de princesas, la cosa no queda ahí, ya que si Lasseter está detrás de esto, podíamos esperar más. Mucho más. Si uno sabe que hay gente de Pixar detrás de esta película, ya era hasta gratamente previsible ver esos gráficos animados por computadora con una calidad increíble. Pero también Pixar nos acostumbró que cada nueva película es un pasito más adelante en lo que a la calidad gráfica y animación se refiere. No hay que perder de vista que solo pasaron 15 años desde aquellos humanos feos y cuadrados de Toy Story hasta la belleza de los personajes de Enredados. Aquellas primeros acercamientos que el equipo de Lasseter hizo probando las aguas de los cuentos tradicionales con Tinkerbell (2008) parecen haber llegado a su punto máximo en Enredados. El nivel de detalle, la belleza de los escenarios, la fotografía y los personajes son asombrosos. El puente que une los grandes éxitos de Disney, vuelve a ser la música, en este caso a cargo de Alan Menken, quien trabajó en La Sirenita (1989) y La Bella y La Bestia (1991) que terminaron convirtiéndose en musicales de Broadway unos años más tarde. Otra cosa que destaca y diferencia esta película de las otras del género, son las escenas de acción, en donde se nota la mano de los directores Nathan Greno y Byron Howard, quienes trabajaron en Bolt (2008). Enredados parece ser el paso perfecto para que los cuentos tradicionales de Disney entren en la modernidad, con varios momentos cómicos, muchas veces aportados por los animales: un caballo con actitudes de sabueso y la compañía inseparable de Rapunzel, un pequeño camaleón consejero y defensor. No faltan los guiños para los adultos, como ser un cupido borracho y un villano con sueños de ser mimo. Y la diferencia llega especialmente en la narrativa. Siguiendo la línea de La Princesa y El Sapo, donde teníamos una princesa que cree en el trabajo duro, en Enredados tenemos una adolescente que toma coraje agarrando la sartén por el mango, literalmente. Rapunzel debe valerse por si misma para independizarse de un personaje adulto que la oprime y así madurar. Y el príncipe azul tiene unas cuantas manchas, ya que Flynn Rider es un ladrón que hasta le falla a sus propios secuaces para sobrevivir. Enredados es una experiencia visual agradable y encantadora, y una película entretenida de principio a fin. Los padres que le huían a las películas de princesas pueden volver a los cines tranquilos, sabiendo que Lasseter está a cargo.
Con un brillante guión de Dan Fogelman, adaptado del famoso cuenta de hadas, Disney lo vuelve a hacer reinventando una historia clásica para hacerla propia, haciendo personajes creíbles y generando musicales preciosos, a la vieja usanza pero con tecnología súper actual. El trabajo de efectos especiales de esta cinta animada no es para pasar por alto. Hay una labor sensacional en la profundidad de campo, los encuadres y los "movimientos de cámara" (el travelling en gran plano general del puente, por ejemplo) que denostan muchísimo profesionalismo, sobre todo tratándose de una animación no-Pixar. Tangled (2010) no tiene nada que envidiarle a las demás cintas de éste tipo que se estrenaron en la temporada. Además, y como viene sucediendo con las últimas propuestas animadas de Disney, se nota mucha madurez al encarar el proyecto, apuntando al seno familiar y cuidando los mensajes para los más pequeños. Todas las decisiones tomadas por los realizadores -que van desde el título (que no es simplemente "Rapunzel") hasta la fotografía- son un indicador de los tiempos que corren en la empresa de Don Walt. Nada más que decir. Un film muy disfrutable, muy bien musicalizado -con la emotiva escena del bote y la canción "I see the light" como cumbre absoluta- y dirigido, que gustará a grandes y niños por igual.
La vida te despeina Blancanieves era la más bella del bosque, mucho más que la Reina, y por lo tanto, tuvo que pagar con un exilio forzado en pleno bosque lidiando con siete enanitos que necesitaban una figura maternal que les pusiera limites y orden en sus vidas. La Bella Durmiente pinchada con la aguja de una rueca duerme que te duerme el sueño eterno hasta que venga el príncipe (azul?) y la saque del letargo. Rapunzel, la princesa heroína de "Encantados" -la nueva comedia animada de Disney-, ha nacido como toda buena princesa en cuna de oro pero el poder que tiene su larga cabellera hizo que la bruja Gothel la secuestrara desde bebé y la mantuviese alejada en una torre en el medio del bosque, sin contacto social alguno, para que su mágica, larga y rubia cabellera le diese la juventud eterna con sólo cantar la canción que activa poderosamente ese mágico secreto. Basado en el cuento "Rapunzel" de los hermanos Grimm -aunque demasiado libremente-, "Encantados" nos trae a una princesa más ligada con el espíritu aventurero de Ariel ("La Sirenita") que de las más clásicas princesas de Disney. Tiene de Ariel toda la vitalidad, las ganas de conocer otro mundo, de salir al exterior y de vivir su vida, desatándose -aunque le cueste- de los mandatos familiares. Comparta también con Jazmin (de "Alladin") el sabor de la aventura prohibida y de estar enamorada del bandido seductor. Sin embargo está envuelta en historias palaciegas y presiente la verdad: en el castillo sus padres, la esperan ansiosamente hace más de 18 años. El estilo posmo de esta nueva heroína de Disney viene mezclado con un vertiginoso ritmo de aventuras y persecusiones, sin dejar de lado el mundo clásico que envuelve a la historia. Si a esto le sumamos las canciones de Alan Menken (ganador del Oscar por "La Sirenita" y "La Bella y la Bestia") -aunque en algún momento alguna parezca que está un poco de más como pasaba en "Hércules"- que logran momentos geniales de comedia musical como el despliegue en la taberna al ritmo de "I have a dream" (les dejo abajo una pequeña muestra...) y la historia de amor con ritmo de comedia romántica de polos opuestos que se atraen, ya está sin lugar a dudas nuevamente servida, la receta del éxito. El guión, convengamos, no tiene la sutileza y la genialidad de los guiones de Pixar, pero John Lasseter, al mando actual de la compañía Disney, le imprime certeza en la forma de contar el relato, logrando llegar a todos los públicos. Porque al mundo de las princesas, la comedia musical y la historia romántica completa, de la mano del papel de Flynn Ryder -quien ha robado una joya de la corona y está buscado por toda la comarca-, el más fuerte ritmo de aventuras. El avance continuo de la tecnología a favor de la animación permite que algunas escenas queden más impactantes en 3D pero por sobre todo ayudan a crear escenarios y situaciones que se hacen cada vez más vívidas. Ya sea para lograr un clima de ensueño en la escena donde desde el bote Flynn y Rapunzel miran la suelta de faros de color -delicadamente deliciosa-, para darle vida a la larguísima cabellera de la heroína que será un perfecto multi-uso (liana, escalera, hamaca, arma letal, todo es posible!) hasta una impresionante escena de acción en un dique que está a punto de estallar, lejos, lo más impactante en técnica que logra "Enredados". Agil, divertida y sin apartarse de la historia clásica que forma una típica receta con happy ending incluido este nuevo producto Disney tiene el timing perfecto de toda buena película de animación con el adicional de toques de mucho humor de la mano del inseparable compañero de Rapunzel, en este caso, un simpatiquísimo camaleón llamado Pascal , quien sin hablar una sóla palabra tiene en sus expresiones los pasajes más divertidos y delirantes de la película. Es evidente que Sebastián, el cangrejo de "La Sirenita" o Meeko, el mapache compinche de "Pocahontas" deben estar terriblemente celosos. Pascal, sin dudas, se roba la película.