Lluvia de hamburguesas 2 es un festín visual para chicos y grandes. Este film se destaca especialmente por su maravillosa paleta de colores y por su gran originalidad en cuanto a la creatividad técnica, el divertido diseño de los alimentos y el juego de palabras que se usa para denominar a los...
Un ecosistema gastronómico En la segunda parte, los directores de Lluvia de hamburguesas (Cloudy with a Chance of Meatballs, 2009) radicalizan el elemento fantasioso y le dan vida a la comida que antes caía del cielo. Viaje al corazón de un Jurassic Park comestible. Lluvia de hamburguesas 2: la venganza de las sobras (Cloudy 2: Revenge of the Leftovers, 2013) comienza exactamente donde había terminado su antecesora: con el joven inventor Flint Lockwood y sus amigos entre los restos de comida gigante que dejó su aparato, que convertía agua en comida, ya desactivado. La isla Bocado, donde todos ellos viven, está tapada de pizzas, bananas y hamburguesas de un tamaño colosal. En medio de los festejos y la desolación, aparece Chester V, una especie de Steve Jobs científico, que anuncia que no sólo va a limpiar todo, sino que además va a contratar a Flint para trabajar en su empresa Live Corp. Es notable el parecido entre Chester V y Steve Jobs: los movimientos, la vestimenta excéntrica, el aire de gurú tecnológico; pero no sólo eso, cuando acompañamos a Flint a su trabajo en Live Corp, las similitudes con Apple se multiplican: la empresa está ubicada en un edificio gigante con forma de lamparita, y cada pocos metros hay café gratis y pantallas para motivar a los empleados. Sin embargo, la máscara de filántropo cae rápidamente y descubrimos sus verdaderas intenciones: adueñarse del invento, de nombre FLDSMDFR (un chiste intraducible, la sigla significa Flint Lockwood Diatonic Super Mutating Dynamic Food Replicator). Para esto, envía a Flint y a sus amigos a recuperar el aparato. Entonces, vuelve el equipo de la primera película: la novia de Flint, Sam; el camarógrafo Manny; el ex bully Brent; y el oficial Earl. Pero si el problema de la uno era la comida cayendo desde el cielo, ahora la cosa se pone más complicada, porque los alimentos se mueven, respiran, viven. En este sentido, Lluvia de hamburguesas 2: la venganza de las sobras puede leerse como una reinvención de Jurassic Park (1993): los velociraptors de Steven Spielberg ahora son hamburguesas araña y el tiranosaurio es un taco gigante. Las imágenes del ecosistema son irresistibles: mezclan la atmósfera natural de un bosque con el colorido brillante y llamativo de un envoltorio de papas fritas. Los sapos de manteca, las tostadas medusa, el brontosaurio rabanito, toda la fauna que se despliega en Lluvia de hamburguesas 2: la venganza de las sobras es un paraíso para los publicistas de golosinas. Si nos ponemos paranoicos, podríamos hacer una ecuación, quizás políticamente incorrecta: ante la proliferación de la obesidad infantil y el imperativo de que los niños coman sano, el alimento artificial adopta formas naturales. ¿Qué mejor campaña de marketing, en tiempos de Coca Life, que mostrar que mi producto crece en los árboles? En definitiva, esa es la cuestión en esta secuela de Lluvia de hamburguesas, la dicotomía artificial/ natural. Con algunos monstruitos comida -que recuerdan a los Minions de Mi villano favorito 2 (Despicable Me 2, 2013), sin duda LAS figuras infantiles de este año- y una animación potente y muy atractiva, Lluvia de hamburguesas 2: la venganza de las sobras dobla la apuesta de la primera: el hecho de dotar de vida a la comida que antes caía del cielo es tan retorcida y genial que puede llegar a terminar en una saga. Ojalá se dé.
Gran cierre para la temporada de animación En Monsters University y en Mi Villano Favorito 2 (dos de las segundas partes de animación de este año), los personajes transitaban caminos diferentes al de los films originales. La primera era una precuela de iniciación que funcionaba dentro de un dispositivo iconográfico, la universidad, que se oponía al escenario principal de Monsters, Inc. En Mi Villano Favorito 2, Cru tenía que calzarse el traje de padre y afrontar esa nueva experiencia. De alguna manera, Lluvia de Hamburguesas 2 también se ve urgida por crearle un escenario diferente a sus personajes. A pesar de que se desarrolla en la misma isla, el lugar ha cambiado de fisonomía ya que se ha convertido en una selva virgen habitada por criaturas -a priori- peligrosas; algo parecido a una metamorfosis animal/alimento, como consecuencia de los resultados de la máquina creada por Flint, el científico naif de la primera película. Hay elementos, citas y hasta planos que homenajean a la saga Jurassic Park, incluso tenemos la sorpresa de los personajes que arriban a la isla y se encuentran con las criaturas gigantes que la habitan. En definitiva, hay una alegre filiación nostálgica con el cine de aventuras, ese género que supieron revivir Steven Spielberg y George Lucas en los años 80’s...
La continuación de Lluvia de hamburguesas es una muy buena propuesta de animación que capturó el espíritu del film original con la particularidad que en este caso se incrementaron los elementos bizarros. Los directores de la primera entrega, Phil Lord y Christ Miller, luego de aquella película hicieron la patética y desastrosa Comando especial con Channing Tatum. Por ese motivo hubo un cambio de directores en este estreno y la película quedó en manos de Cody Cameron y Kris Pearn. Dos realizadores que vienen trabajando desde hace años en la animación para Dreamkworks y Sony y acá tuvieron la posibilidad de realizar una producción popular para los cines. Lo interesante y positivo de esta secuela es que no repite la misma fórmula de la película anterior, como es cotidiano en Hollywood, sino que intentaron hacer algo diferente y merecer ser destacado. La producción del 2009 evocaba con mucho humor el cine catastrófe norteamericano y la nueva historia remite más a los clásicos de aventuras y monstruos, como Jurassic Park, a la que se referencia en más de una escena. Es importante tener visto el film original porque la trama se inicia exactamente desde el final de Lluvia de hamburguesas. El trabajo de Cameron y Pearn sobresale principalmente en los aspectos técnicos que es donde pusieron toda la energía. Sí, el film es divertido, tiene bastante humor y los niños la van a pasar bárbaro, pero hay cosas más interesantes para destacar. La labor que presentaron estos dos muchachos con los escenarios es algo completamente deslumbrante. Los lugares donde se desarrolla la aventura están repletos de detalles, con muchos colores psicodélicos que le dieron a estas historias un look muy especial. Me quedó la sensación que la película estuvo muy influenciada por el arte de Mary Blair. Esta mujer es una leyenda de la animación que fue responsable de crear todos esos escenarios coloridos que se vieron en Alicia en el País de la maravillas, Cenicienta y Peter Pan. Si buscás sus ilustraciones de trabajos fuera de Disney vas a encontrar una gran conexión con el estilo visual que tienen estas películas de Sony. Otra elemento importante e interesante es que los nuevos directores le dieron muchísima importancia a los personajes secundarios, algo que no es tan común en el cine de animación, sobre todo el hollywoodense. Esta película está plagada de personajes creativos y originales que no tienen tal vez peso en la historia pero logran destacarse cuando aparecen en la pantalla. La frambuesa Barry, por ejemplo, es lo más y merece su propia película. El villano Chester V, que está claramente inspirado en Steve Jobs también es genial y tiene en su personalidad matices muy interesantes. Por ejemplo, su espiritualidad superficial (probablemente sea estudiante del Arte de Vivir) que sólo se expresa en su vida pública son detalles maravillosos que lo hicieron más atractivo. En términos generales Lluvia de hamburguesas 2 creo que es una continuación decente. Especialmente desde los aspectos técnicos me pareció una muy buena película y merece su visión si te gustó la primera entrega.
Ecosistema diet Ya desde el prólogo que ágilmente resume la historia de la primera Lluvia de hamburguesas (2009) queda definido el carácter de secuela de esta segunda aventura Lluvia de hamburguesas 2: la venganza de las sobras, dirigida por Cody Cameron y Kris Pearn donde la cuota de delirio y creatividad vuelve a ser una de las claves, aunque sin tanta sorpresa como su antecesora. Parte de esa falta de sorpresa obedece a una más que inspirada copia de Parque Jurásico al concebir un universo orgánico donde el ecosistema está integrado por alimentos vivientes, de los cuales son reconocibles por la composición de los cuerpos aquellos animales prehistóricos del film de Steven Spielberg. Este detalle no deja de ser vistoso y muy agradable sobre todo para el público al que va dirigido el film, quien se verá cautivado al cien por cien por el estallido de colores e imágenes en pantalla más que por el derrotero de la trama, lineal y predecible. Para aquellos adultos que acompañan, los creadores se han tomado varias licencias para construir un antagonista de Flint Lockwood -nuevamente protagonista- con bastantes guiños a la figura de Steve Jobs (el padre del IPhone, IPad y tantas otras cosas), Chester V, quien representa para nuestro héroe el modelo de científico a seguir pero que en realidad persigue un oscuro plan maquiavélico para apoderarse de la máquina que convertía el agua en comida, causal de la creación de este nuevo ecosistema en la Isla Bocado. Hacia los recónditos paisajes poblados de hamburguesas del tamaño de un Tiranosaurus Rex, y criaturas similares, deberán partir Flint y su grupo de amigos: su novia Sam; el camarógrafo Manny; el excéntrico Brent; y el oficial de policía Earl, sin olvidarnos claro está del mono que tiene por mascota. La misión consiste en acabar con la amenaza que la nueva fauna comestible llegue a otras ciudades. Sin embargo, aquello que parece una amenaza en realidad es una posibilidad de aprendizaje y de reconocimiento de nuevas especies para reforzar por parte de los creadores el mensaje ecológico hacia los más pequeños y por supuesto una moraleja con final feliz en el que prevalece el valor de la solidaridad por encima del individualismo de Chester y su cohorte de secuaces. En épocas donde la comida chatarra parece adueñarse de los hábitos alimentarios de muchos niños en el mundo y sobre todo en Norteamérica, la idea de reivindicar lo sano a partir de vegetales o frutas que hasta pueden resultar divertidas escuda un valor noble en una campaña de marketing que el propio film busca ridiculizar a través de la figura de Chester, pero que en definitiva en ese doble discurso permanente termina por cumplir el objetivo mercantilista de siempre. Claro que eso a los chicos no les importará en lo más mínimo cuando rían con las simpáticas frutillas o gocen de los tacos con patas.
Asi como la primera entrega resultaba una heredera natural del cine catástrofe, esta hermosa secuela animada, es un homenaje a las cintas de monstruos gigantes, sobre todo a JURASIC PARK, filme que emula con gracia en varias secuencias. Colorida, graciosa, bellamente filmada, es una cinta que cautiva por sus decorados de cuento, sus personajes, plagados de matices, y por un humor que nunca deja de lado al publico adulto. Una de esas cintas que los mayores disfrutan a la par de los niños. Gags efectivos, un guion inteligente y una fauna alimenticia que parece salida de un viaje de LSD, hacen de esta secuela, un entretenimiento que nadie debería dejar pasar.
Una isla con vida propia Flint Lockwood vuelve con sus inventos y aventuras en esta segunda parte de "Lluvia de Hamburguesas". Luego de que la isla donde vivía quedara invadida por alimentos que caían del cielo, llega Chester V, un famosísimo científico y filántropo quien se ofrece a limpiar y recuperar la isla, y a reubicar a sus habitantes en una ciudad cercana, hasta terminar la tarea. Chester V es, además, el dueño de Live Corp., una mega empresa estilo Apple, donde crean innumerables inventos, y donde Flint siempre soñó con trabajar. Pero el famoso científico tiene otros planes detrás de su imagen de ecologista, y sus intenciones no son solo las de limpiar la isla. Para sus planes secretos necesita a Flint, a quien le ofrece un trabajo en su empresa, y lo convence de volver a la isla para una difícil misión. Los compañeros de Flint no lo dejarán solo en su aventura, y así todos los personajes de la primera parte regresan con él. Pero la tarea no será simple, ya que ahora la isla tiene su propio ecosistema, donde la comida ha mutado en originales criaturas, resultado de la combinación entre animales y alimentos. Son estas nuevas criaturas las que le brindan a la historia no solo una gran riqueza visual, sino también muchísimo humor, comenzando por los juegos de palabras que forman los nombres de las criaturas, como por ejemplo Tacodrilo, que es el resultado de la combinación entre un cocodrilo y un taco mexicano. Así los protagonistas viven aventuras entre arañas con telas de queso cheddar, lagos llenos de miel, e infinidad de criaturas coloridas y con personalidad propia. No es la típica película infantil donde el humor se divide entre el que es para niños, y los famosos - y ya demasiado usados - guiños a los padres. El humor está muy bien utilizado en todos los diálogos, y en las características de los protagonistas, ya que todos tienen personalidades muy bien trabajadas desde el guión. "Lluvia de Hamburguesas 2" logra no solo ser una gran película de animación, excelente desde lo técnico y el diseño, sino que además tiene un buen guión que logra combinar humor y originalidad. Utilizando temas actuales, como las similitudes que Live Corp. tiene con empresas como Google; combinándolos con recursos típicos de las películas infantiles, como el protagonista que aprende de sus errores, en una historia donde los buenos le ganan a los malos.
Cuando la comida amenazó al mundo La búsqueda del reconocimiento (tanto profesional como paternal) dispara otra vez las aventuras de Flint Lockwood, el joven inventor quien enLluvia de hamburguesas creaba una máquina que transformaba agua en comida. Y la situación, se le iba de las manos. En esta ocasión su misión es distinta. Luego del ínfimo repaso que se hace sobre el filme anterior, la mirada se posa sobre The Live Corp Company, la firma del carismático Chester V -otro científico y musa inspiradora de Flint- quien parece siempre sereno y tiene un perturbador aire mesiánico. El reclutará (y engañará) a Lockwood. La máquina de Flint, perdida en una parte de la galaxia, es recuperada pero no se le dará el fin bonachón de antaño sino que le dará vida a los alimentos ya creados, el mundo de las “zoosobras”. Y así asoma lo mejor del filme: la imaginación en la creación de criaturas. Veremos la temible hamburgaraña, las sushiovejas, una tierna frutilla con ojos y a la meteoróloga Sam Chispas más intrépida que nunca. Ella, que eclipsa a Flint, lo acompañará para superar decenas de peripecias en Isla Bocado como atravesar un pantano de jarabe. La paleta de colores que deslluvia de Hamburguesas 2: la venganza de las sobras animación computarizadaEE. UU., 2013. 95’, atpdecody cameron, kris pearnsalashoyts abasto, Village caballito Muy buena GGGG crítica pliega el filme es muy llamativa, su estética tiene más de dibujito animado clásico que de un trabajo computarizado -como fue la primera parte-, la acción de 2009 era más intensa y el desarrollo de los personajes acorde a un público preadolescente. En esta secuela es al revés, los más chiquitos estarán a gusto, mientras que los mayores difícilmente se entretengan. En medio de la acción, donde predomina el trabajo en equipo, Lluvia de hamburguesas 2deja un mensaje moral, antibullying, que destaca la importancia de los amigos y la familia por sobre el éxito y fomentación del ego. La soledad. Al igual que en la primera, es recomendable quedarse a ver los créditos finales y transportarse a un universo más bidimensional con los personajes haciendo de las suyas. ¿Se viene la tercera?
La primera parte de Lluvia de Hambuerguesas es a mi parecer, una de las mejores películas de animación de todo los tiempos fuera del grupo Pixar. Tiene un ritmo increíble, es inteligente, con un guión solido y genialmente actuada. La segunda, ¿estará a el mismo nivel?, ¿o la descartaremos como sobras de ayer para dárselas al Bobby? SECUELA AL INSTANTE Lluvia 2, (como le voy a decir debido a su largo nombre), arranca directamente 1 minuto después de que la primera termine. El ídolo de Flint, lo recluta para su compañía mientras este gran científico se hace cargo de la limpieza de la isla. Todos los habitantes y amigos de Flint seran relocados en una isla donde se les da un nuevo trabajo. Seis meses pasan, y Flint en su trabajo esclavo, solo quiere estar a la altura de Chester, este cientifico basadisimo en Steve Jobs. De mas esta decir, que es Chester el antagonista de la historia, y en realidad lo que querrá es recuperar el aparato que Flint creo, para hacer una barra energética. (Ratatouille, ¿alguien?) FOODIMALS Y JUEGOS DE PALABRAS Al instante nos damos cuenta que lo mas flojo de Lluvia 2 es el guion. Es muy flaquito, y vemos a nuestros queridos personajes transitando la historia de manera cansina y por momentos soporífera. Las sonrisas estarán de la mano de los juegos de palabras en los Foodimlas, y situaciones. De los cuales el 90% se pierde en la traducción. Para que se den una idea, en la original, dicen “Piece of Cake”, y aparece una porción de torta. Ergo, el chiste funciona. Pero en la análoga en español, que el personaje diga “pan comido”, y aparezca una porción de torta, no solo no hace reir, si no que no tiene sentido. A eso estaremos expuestos toda la película si la vemos en español. Igualmente las animaciones y animales están realmente buenos, y suman. Y en ingles, los chistes también funcionan. AVATAR A LA CARTE Promediando la película, directamente se transforma sin que nos demos cuenta en Avatar. Es mas hasta hay una escena parodiada, la de Jake Sully hablandole a todos los N’avi, con traductor al lado. Esta escena es igual. Y si hubiera quedado alli, hubiera sido gracioso. Pero no, el resto de la pelicula sigue en esa tesitura, y cambia a drama ambientalista de buenas a primeras. Si tenemos en cuenta que como toda película de animación, gran cantidad del publico al que esta dirigida es pequeño, por momentos Lluvia 2 fluctua entre Plaza Sesamo y Avatar, sin solución de continuidad. Y no es que no se puede hacer una película con un tono ambientalista para chicos, si no recuerden la genial FernGully, que ya en 1992 no solo hablaba fantásticamente de este tema, si no que le resolvía a James Cameron el guion para Avatar. SERIA, MUY SERIA Otro de los problemas de Lluvia 2, es que se toma demasiado en serio por momentos. Tiene el humor ácido, ridículo y por momentos algo negro, que tenia la primera, pero a cuenta gotas. La temática de “salvemos a los Foodimals que son seres vivos”, se come el guion. Es verdad, hay una especie de camino en Flint, de confiar en sus amigos. Una especie de cambio en el personaje. Pero es mínimo y tirado de los pelos, ya confiaban los unos en los otros en la pelicula anterior. Incluso, la debacle entre ellos, es efímera y blandita. CONCLUSIÓN Lluvia de Hamburguesas 2, bajo ningún punto de vista esta a la altura de la original. Pero esto tampoco es necesariamente malo. Lluvia 2 no es una mala película, aunque tenga varios puntos flacos. En si misma es bastante entretenida y correcta. El problema es que indudablemente sera comparada con su antesesora, donde empalidecera siempre. Sin embargo, se deja ver sin ningún problema, sobre todo si uno es indulgente. Bon appetit! - See more at: http://altapeli.com/review-lluvia-de-hamburguesas-2/#sthash.mhczFxwy.dpuf
Lluvia de hamburguesas fue hace cuatro años no sólo un inmenso éxito comercial, sino también una gran sorpresa artística (tanto a nivel de inventiva visual como de irreverencia narrativa). La secuela, por lo tanto, era inevitable en una industria como la de Hollywood -y más aún en el negocio de la animación-, siempre proclive a explotar sagas que funcionan bien en ambos terrenos. Ya sin Phil Lord ni Chris Miller en la dirección (optaron por incursionar en la ficción con Comando especial y regresar luego a la animación con la inminente Lego: La gran aventura ), esta segunda entrega encuentra a dos realizadores sin tanto renombre (Cody Cameron y Kris Pearn), aunque con un resultado final más que digno. Este nuevo film arranca exactamente donde había terminado el anterior. Luego de la devastadora tormenta de alimentos que arrasó la isla Swallow Falls, llega al lugar el famoso inventor Chester V con la excusa de que la corporación de su propiedad está encargada de limpiar el lugar. El veterano científico quiere, en verdad, quedarse con el Súper Duplicador de Comida Dinámico Mutante Diatómico que el joven y entusiasta protagonista, Flint Lockwood, creó en la primera entrega. Chester -el malvado de turno- engaña a Flint convocándolo para trabajar en un laboratorio que reúne a las mentes más brillantes del planeta. Flint, prototípico antihéroe lleno de inocencia y buenas intenciones, cree haber tocado el cielo con las manos, pero -claro- la decepción será dura cuando empiece a descubrir la trama oculta pergeñada por su hasta entonces ídolo. En la segunda parte (de esta segunda parte), Flint y sus amigos deberán regresar a la isla para asegurarse de que Chester no se haga del Súper Duplicador de Comida, pero allí tendrán que enfrentarse también con unas hambrientas y exóticas criaturas. La película decae un poco en la mitad final, aunque las referencias al género de zombis y mutantes o a films como Jurassic Park, sumados a los graciosos monstruos (mezclas de comida con animales) y a una estética -entre colorida y lisérgica- que por momentos remite al clásico Submarino Amarillo terminan compensando cierta sensación de fatiga que puede generar la acumulación de desventuras y el vértigo en el que ingresan los múltiples personajes. En definitiva, y aun cuando no alcanza los picos creativos de la película original, estamos ante una secuela que no desentona. Y eso, en un mercado que muchas veces trabaja sus productos en serie, no es un logro menor.
Los alimentos que van mutando A diferencia del filme anterior, basado en un libro de Judy y John Barrett, especialistas en dibujos animados, muy popular entre los chicos de 1978, esta nueva película gira en torno del protagonista original, el joven inventor Flint, al que se le agrega un nuevo personaje, Chester V. Como se recuerda, en la primera película, Flint logró transformar el agua en hamburguesas, que comienzan a caer del cielo como si fuera lluvia. El problema es que algo falla y la lluvia de alimentos desencadena una "tragedia alimenticia" mundial. Flint Lockwood y Sam Sparks, la presentadora televisiva que lo ayudó en la primera película, también lo hará en ésta, cuando vean que los restos de comida que cayeron en Swallow Falls, crearon mutantes pero alimenticios. MAQUINARIA MAGICA Chester V, el director de la compañía verde, que se ocupará de limpiar la isla empleará a Flint. Como Flint no encuentra la manera de ser útil y nadie ha vuelto a la isla, es enviado a esta para recuperar la célebre máquina de comida de la primera película. El asunto es que al tratar de solucionar la situación y estar en contacto con los divertidos mutantes, Flint se da cuenta que éstos no son de temer y junto a ellos decide encarar una acción arriesgada. "Lluvia de hamburguesas 2..." mantiene la línea de comedia lunática de la primera entrega, incluye abundantes chistes, situaciones graciosas y juegos de palabras no siempre con brillantes resultados después de la traducción correspondiente y encantará a los más chicos, con los pequeños seres "de diseño alimenticio", lease hamburguesas que caminan, frutillas con ojos y demás. La lograda presentación de Chester V, como un remedo del famoso Steve Jobs, algunas alusiones a filmes como "Parque Jurásico" forman parte de las concesiones a los mayores, que también pueden disfrutar de esta película junto a los más chicos.
El mundo puede ser tan delicioso como vos quieras Justo hace unos días hablábamos con Mex Faliero sobre Paka-Paka, coincidiendo básicamente en lo siguiente: es positivo que exista ese espacio para la producción y difusión del género infantil, pero la gran mayoría de sus programas pecan por preocuparse casi únicamente por el “mensaje” antes que por los medios y formas por los que llega el discurso. Sus contenidos se la pasan remarcando sentencias vinculadas a valores como la “diversidad”, la “tolerancia”, el “respeto” y un largo etcétera, imposibles de ser reprochados, pero nunca hay un trabajo fuerte sobre la narración, el diseño de los personajes o la puesta en escena. En consecuencia, sólo queda la bajada de línea, la enseñanza forzada, el didactismo pero no lo didáctico, que siempre tiene que ir acompañado de lo lúdico e imaginativo. Y es entonces que tenemos el estreno de Lluvia de hamburguesas 2, una película que vuelve a poner en evidencia las diferentes formas que hay de abordar una secuela. Este año tuvimos ejemplos de cada una de las aproximaciones en el género animado: en Mi villano favorito 2 se realiza una repetición automática, casi a reglamento del universo en el que está inmerso Gru, con lo que su conflicto respecto a la posibilidad de encontrar una pareja posee mucho menos impacto que el de la paternidad que aparecía en la primera entrega; mientras que Monsters University es la chance de explorar los orígenes de Mike y Sully, el camino previo que recorrieron antes de encontrarse con Boo, situándolos en un ámbito totalmente nuevo, que amplía las variables del mundo en que se desempeñan. El film de Cody Cameron y Kris Pearn está más vinculado al segundo modelo, aunque es una continuación en vez de una precuela. Y es un relato que continúa no sólo narrativamente, sino también estilística y estéticamente, porque va para adelante, no se detiene ante nada, busca romper con todas las barreras posibles. La historia tiene a Flint Lockwood ahora trabajando en la Corporación Live, para el que es su ídolo, Chester V. Sin embargo, se ve forzado a dejar su puesto, por instrucciones de su propio jefe, para ir a desactivar a su famosa máquina productora de comida, que está todavía en operaciones en la isla que era su antiguo hogar, y que ha evolucionado de una manera bastante retorcida hasta producir híbridos que son comida y a la vez animales vivos. Desde el comienzo el film irá retomando un discurso que se veía también en la primera parte: esta cuestión de que las apariencias engañan, de que lo que observamos de determinada forma, cuando nos paramos en otro lugar ya no presenta el mismo aspecto. De hecho, no hay muchas vueltas y pronto nos enteramos que el ídolo de Flint es en verdad un villano, un hipócrita manipulador al que sólo le importa mantener a salvo a su compañía, y que su demagogia corporativa es apenas un método para exprimir a sus empleados. Pero Flint no: él sabe menos que el espectador (y luego que todos sus amigos) y la aventura que se le presenta será un camino de revelación, de aprendizaje sobre lo que significa la amistad, la familia y el potencial de sus invenciones. Lo que parecía horroroso y causaba temor irá mostrando otras capas, relacionadas con la pureza de la diversión y la posibilidad de comunicarse con lo aparentemente ajeno. Lluvia de hamburguesas 2 es un relato sobre el aprender a querer, sobre el recuperar y solidificar ciertos vínculos, sobre el dejar lo pasado para abrazar lo nuevo. La película logra transmitir estos valores porque antes que nada se preocupa por el universo que va cimentando: está repleta de personajes carismáticos, de múltiples capas, que son graciosos pero no se quedan en el mero chiste; va presentando una isla comestible llena de vida, con una invasión de colores y formas pocas veces vista, una delicia para los ojos, el oído e incluso el gusto o el tacto; tiene una trama y una puesta en escena que transpiran voluntad por hacer estallar todo de la manera más virtuosa posible, redoblando a cada momento la apuesta; y posee un conflicto ramificado pero que nunca pierde su centro. A Lluvia de hamburguesas 2 le importa lo que tiene para contar y cómo contarlo, no su moraleja. Y es por eso que, paradójica y a la vez lógicamente, esa moraleja termina impactando de manera positiva en el público. Párrafo aparte para Phil Lord y Chris Miller: ya dirigieron la primera parte, aportaron en Lluvia de hamburguesas como autores de la historia, dirigieron Comando especial y se aprestan a estrenar La gran aventura Lego, cuyos avances son estupendos. Sus nombres ya tienen un peso definitivo en el cine estadounidense de los últimos años: hacen un cine tan masivo como personal, con un corazón muy pero muy grande.
Varios años después del éxito de la original comedia animada de Sony Pictures Animation Lluvia de hamburguesas (2009), dirigida por Phil Lord y Christopher Miller, llega la segunda parte a cargo de los experimentados animadores Kris Pearn y Cody Cameron. Los directores -quienes ya habían trabajado en la primera entrega en otros roles- lograron darle una vuelta de tuerca a la historia original, con una buena dosis de aventura y escenas más delirantes. Esta segunda película retoma desde el final de la primera: Flint Lockwood es invitado por su ídolo Chester V a unirse a The Live Corp Company, donde los mejores y más brillantes inventores del mundo crean tecnologías para el bienestar de la humanidad. Pero todo cambia cuando descubre que su invento más famoso, la máquina que convierte el agua en alimentos, sigue funcionando (tiene vida propia y creatividad) y ahora ha creado un híbrido de comidas-animales, las zoosobras. El joven inventor y sus simpáticos amigos –su novia Sam, el camarógrafo Manny, el policía Earl, su mono Steve y Baby Brent- deben regresar a la isla y salvar al mundo de un posible ataque de las criaturas de comida. En cuanto a su propuesta estética, Lluvia de hamburguesas 2 es visualmente es muy atractiva. Si bien mantiene el mismo aspecto que la primera en cuanto al uso de los colores, esta segunda parte muestra una explosión de tonalidades y brillo. Plantea una tierra de maravillas en donde la comida ha tomado vida en forma de criaturas salvajes (al menos en apariencia): tacodrilos hambrientos, chimparones, hipapátamos, aramburguesas, entre otros curiosos especímenes. El humor, que había sido un rasgo característico – y destacable - de la anterior película, continúa muy presente en diálogos ingeniosos, lo que se transforma en su marca distintiva. La idea de aventura está más presente en este film; la isla se ha transformado en una jungla llena de misterios. Si bien la película se desarrolla en un universo familiar, al mismo tiempo es distinto. Los directores reconocen que en esta oportunidad hicieron “la película de monstruos” que siempre quisieron hacer (a diferencia de la anterior, la cual aseguran es más del tipo de cine catástrofe), y para ello tuvieron de referencia gran cantidad de cintas de los años ochenta, como ET, Alien, El Regreso del Jedi, La Misión y, obviamente, Jurassic Park (1993), y se las homenajea con planos y citas a lo largo de sus 95 minutos de duración. Una mención aparte merecen los créditos finales, que conforman una elaborada pieza de animación, con un estilo diferente al de la película, y para el cual recurrieron a diversas técnicas como el Live Action, Stop Motion y hasta títeres de mano. Lluvia de hamburguesas 2 -cuya banda de sonido incluye canciones de Paul McCartney y Cody Simpson- es una película de animación visualmente atractiva y con una historia que combina aventuras y diversión para todas las edades
No quise leer las notas de producción antes de ver esta secuela. La original "Cloudy..." había sido un golazo para Sony Pictures Animation y supuse que la compañía iba a asegurar el destino de la naciente franquicia con otro producto de similar calibre. No me equivoqué. Es más, como secuela es una arriesgada propuesta les diré. Pero se ve que Cody Cameron (de la fallida "Open Season 3") y Kris Perarn (colega y amigo del primero) quienes ya había formado parte del equipo que hizo la anterior, tenían varias ideas lisérgicas sobre cómo transformar el paisaje de la original en un festival de formas, colores y personajes impensados. Y se animaron a llevarlas adelante. Bien por ellos. La verdad, al principio tanto despliegue visual incomoda, pero después, deslumbra. La historia, retoma inmediatamente minutos después del final de la primera parte. Flint, nuestro joven científico loco, se encuentra con sus amigos en su isla, repleta de restos de comida gigante producida por su máquina. Llega un magnate de la Corporación Live, Chester V, (que vendría a ser un crossover entre los CEO de Google, Apple y Microsoft juntos) quien se va a ocupar de la limpieza del lugar. Traslada a todos los habitantes a San José Francisco (?) y los reubica laboralmente. La cuestión es que Flint, quien es empleado en Live, al poco tiempo, es llamado para su máximo jefe para ir al lugar donde vivía y resolver un problema grave que tienen por allí: su máquina original (la "Fldsmdfr") no se ha detenido y la comida gigante, ha "evolucionado" de manera que tiene vida propia y ha generado un propio ecosistema en la isla. Flint reune a su banda (su papá Tim, su novia meteoróloga Sam, el cameraman Manny, el oficial Earl, el hombre-pollo Brent, y el monito mascota Steve) y regresa entonces a vivir una aventura de proporciones épicas: es un tour de force de descubrimientos constantes... Si, está bien. Chester oculta algo pero, ya se imaginaban eso no? La película, desde el punto de vista técnico es impresionante. Un despliegue incesante y violento a veces de animación de "alta gama", donde hay tanto para ver en pantalla, y sucede tan rápido (fijense sino en Steve, quien siempre detrás de la escena está jugando un gag divertido, mientras la acción va por otro lado en contraplano) que la acción atrapa desde el instante uno. La banda de sonido es excelente y la edición es de las mejores que ví este año en el género. Afortunadamente, en "Cloudy..." hay mucho humor y para todas las edades. No es Shrek, pero no tiene porqué serlo. Se garantiza que el público adulto la va a pasar muy bien. Lo único que es necesario señalar es que a veces los eventos que suceden van a una velocidad que no permiten que el espectador más pequeño pueda seguir la trama. Avanza y si dudaste un instante, te perdiste mucho y valioso. Una gran propuesta de Sony para cerrar el año. De lo mejor del 2014, seguro.
Con la comida no se juega Los éxitos en el mundo de la animación rápidamente generan secuelas, sin tener que preocuparse por los cachets de actores. Ahora llega otro ejemplo, pero con menos brillo. No todos los films de animación son iguales, Lluvia de hamburguesas 2 es la prueba de ello. Con una animación más absurda que los clásicos actuales del género, con algo de humor ridículo y un tono diferente al resto, esta secuela del exitoso film intenta hacerse fuerte en ese aspecto principalmente. Por supuesto, recupera a sus personajes principales y la premisa absurda del primer film se potencia. Ahora bien, en aquella película del 2009 la historia era más interesante, tenía algo de emoción y bastante sentido dentro del disparate. Acá, los directores y guionistas no tienen idea alguna, por lo cual salen a parodiar de forma directa y diciendo que es homenaje nada menos que a Jurassic Park. Declararlo no los hace mejores, porque su aporte es pequeño. La comida ahora ya no cae del cielo, sino que está viva en una isla que sin lugar a dudas es como la de Jurassic Park. Y ahí va nuestro héroe y sus amigos a enfrentarse con un montón de comida (hamburguesas completas, tacos, etc) devenida en la versión comestible de esos gigantes de Jurassic Park o de su antecesora literaria El mundo perdido de Arthur Conan Doyle. Como ocurría con el primer film, la diversión se agota y se vuelve un tanto confusa, cuando por momentos parece más algo asqueroso que gracioso. En este film, el taco gigante parece más un vómito que una comida amenazante. Y Flint, el protagonista, debe enfrentarse a un dilema moral que será el centro de la trama. Su ídolo científico se convertirá en su antagonista, lo que creará en él un gran conflicto. Pero el discurso es tan confuso y contradictorio que es imposible dilucidar qué es lo que la película quiere decir. Hay demasiadas películas de animación, ocupando demasiadas salas y ofreciendo poca variedad entre ellas. Lluvia de hamburguesas 2 se suma a la lista de las irrelevantes.
Las doble con queso echaron raíces. Cuando el río suena… Es porque agua trae, dice un dicho. Y acá, todo lo que tenga agua trae comida. Habíamos visto en la primera entrega que el loquito de Flint Lockwood había creado una máquina que convertía las moléculas de H2O en deliciosas y abundantes porciones alimenticias. Y es que su aburrido pueblo pesquero, sólo consumía sardinas enlatadas a toda hora, lo cual inspiró la mente de este científico hambriento de curiosidad. Por supuesto que se salió todo de control y hubo que abortar la misión ya que, la lluvia era ahora un sinfín de proteínas sólidas, carbohidratos y demás integrantes de la pirámide alimenticia, capaces de matarnos de un paro cardíaco con sus desmesuradas porciones. Pasó bastante tiempo desde aquellos ‘incidentes’ hasta que volvió a hablarse de la poderosa máquina, gracias a que el ídolo de Flint (Chester V) se ha interesado en su invención. Pero nadie con buenas intenciones podría querer tener acceso a semejante aparato, y va a ser ese el punto de inflexión en esta nueva entrega. lluvia-de-hamburguesas-2-2-locoxelcine Todos los habitantes del pequeño pueblo portuario son desalojados y enviados a una ciudad llamada ‘San Franjose’ (¡!), con la excusa de que la isla se ha vuelto sumamente peligrosa e inhabitable para los seres humanos, debido a la presencia de extrañas criaturas. Los planes del tal Chester tienen el trasfondo de un típico villano de película, y sus actitudes no denotan otra cosa. Pese a ello, Flint confía en él (¡es su ídolo de la infancia y quien lo inspiró a ser inventor!) y se deja llevar por sus planes. Así, nuestro protagonista no sólo aceptará inocentemente ser parte del ‘team’ de los malos, sino que también viajará a la isla en busca de la llamada FLDSMDFR, con instrucciones de desconectarla para siempre. Sin embargo, al llegar allí, él y todos los colados que se le sumaron en el camino, descubrirán un impresionante hábitat que valdrá la pena conservar. Con una estética que me recordó demasiado al famoso ‘Laboratorio de Dexter’ de Genndy Tartakovsky, Lluvia de Hamburguesas 2 (Cloudy With a Chance of Meatballs 2, 2013) supera en imaginación artística a su antecesora, pero no en calidad de historia. El sinfín de criaturas hechas de comida tiene los condimentos tiernos y las variables necesarias como para poblar la película, pero serán tan sólo una cortina. El verdadero motivo del film, yace en sus resonadas enseñanzas y en el agregado de nuevos y disparatados personajes, o en la explotación de los ya existentes. Tiene esos momentos que lograrán que expulses toda la gaseosa a través de las fosas nasales, pero también tiene un tono más infantil, si se quiere. De todas maneras, la energía y el nivel de excitación de Flint a lo largo de la película, realmente contagia. Cuando da lo mejor de sí, ‘Lluvia…’ divierte bastante, pero no alcanza visualmente a ser lo que me esperaba. Incluso, me decepcionó el ya no poder comer de arriba.
Otra Lluvia de hamburguesas que los chicos disfrutarán Si la primera película -un enorme éxito comercial que recaudó unos 250 millones de dólares- podía entenderse como una parodia animada de las películas sobre desastres naturales o cine catástrofe, esta secuela se aparta un poco del original y convierte la premisa en una parodia de films de terror, que en este caso incluye comidas mutantes, algo asi como una demostración que no hay que jugar con la comida.. Como pasa tantas veces en estos casos, la trama armada para retomar los mismos personajes- empezando por el responsable principal del caos, Flint) no es tan atractiva como la del original. En este caso, Flint y sus amigos deben salir de su hogar en la isla donde provocaron el caos en la primera película, pero luego deben regresar cuando la máquina de hacer llover comida de antes se demuestra activa en la estratósfera con consecuencias apocalípticas. Estas nuevas consecuencias obviamente son lo mejor de una película rica en cosas que puedan parecer que son arrojadas desde la pantalla a los ojos del espectador, lo que el público infantil disfrutará especialmente con las distintas variantes de comida mutante monstruosa, como las arañas con patas de papas fritas y otras bellezas por el estilo que quizá puedan aturdir un tanto al público adulto acompañante. La estética de la película es atractiva en sus variantes multicolores, e igual que en el film anterior da la sensación de que todo se apreciaría mejor con las voces originales de Bill Hadder y James Caan.
Lo primero que hay que destacar de Lluvia de hamburguesas 2: la venganza de las sobras es la lograda fusión entre tecnología e ingenio artístico, que da como resultado un entretenimiento efectivo y apto para todo público. La nueva animación de Columbia Pictures y Sony Pictures Animation propone una aventura gastronómica multicolor que vuelve a tener como protagonistas a Flint/Loco y sus amigos. En la primera entrega la máquina inventada por Flint, la impronunciable FLDSMDFR, fue destruida, pero aquí vuelve a funcionar y los restos de comida de Isla Bocado mutan en criaturas famélicas y amenazantes. Loco quiere ser como su ídolo Chester V y hacer del mundo un lugar mejor. Para eso, la corporación Live lo invita a participar en un concurso de aspirantes a "ideanautas". Loco pierde el certamen pero Chester V advierte que sólo el joven inventor puede detener el avance de las enormes aranburguesas (araña + hamburguesa). Entre tacodrilos gigantes, banastruces, elefandías, sushiovejas y cascadas de coco, los personajes tendrán que abrirse paso para conseguir el objetivo. La película surfea entre la celebración de la abundancia alimenticia y el culto a la comida chatarra. Con una pizca de psicodelia bien espolvoreada a lo largo y a lo ancho de la cinta, Lluvia de hamburguesas 2 homenajea a Jurassic Park (1993), de donde extrae su idea principal: lo inventado supera al inventor. Lo creado se desborda y pierde el control. Además de recrear secuencias del filme de Steven Spielberg, también se permite una referencia clara y paródica: Chester V se parece a Steve Jobs, el fundador de Apple, en los movimientos con las manos, los gestos y el tono de voz. Sin embargo, en medio de los colores iridiscentes, se desliza un mensaje un tanto oscuro: hay frutas y vegetales, pero también hay mucho colesterol. Los dibujos animados fueron siempre el caballo de Troya de Hollywood, y Lluvia de hamburguesas 2 es un ejemplo más de esta tradición de entretenimientos hechos para despertar la atracción de grandes y chicos e inocular, a través de ella, su verdadero propósito: convencer al público para que consuma lo que se ofrece. Si para muchos el poder de la cultura popular norteamericana está basado en un mensaje directo, simple, con un significado limitado, en las últimas décadas la estrategia para persuadir se invirtió: ahora el mensaje es indirecto, complejo, con un significado difuso.
Un film animado divertido, ingenioso y creativo. Recordemos que la primera entrega fue estrenada en Argentina el 1 de octubre de 2009 y obtuvo una buena recaudación (más de 240 millones de dólares en todo el mundo) y ya se está pensando en la tercera parte; animación digital, producida por Sony Pictures Animation y distribuida por Columbia Pictures, con las voces (en inglés) de Bill Hader, Anna Faris, James Caan, Neil Patrick Harris, Benjamin Bratt, Andy Samberg, entre otras y con otros directores. Esta comienza con un ligero y ágil prologo para recordarnos la primera parte, luego sigue donde terminó su antecesora. Flint Lockwood (Bill Hader) y Sam Sparks (Anna Faris) se dan su primer beso y ahora planean tener su propio laboratorio, se encuentran rodeados de pizzas, bananas y hamburguesas de gran tamaño, luego aparece Chester V (Will Forte) , a este personaje los adultos le van a encontrar un parecido con un empresario muy famoso, un magnate que falleció hace unos 2 años, sus movimientos son muy parecidos y su vestimenta también. Lo contrata para trabajar en su empresa Live Corp, lugar que tiene la forma de una lamparita gigante, allí todo parece perfecto, es un lugar de ensueño aparentemente. Pero no tardamos en descubrir sus verdaderas intenciones, todo se vuelve más desequilibrado, impetuoso, los alimentos cambian sus formas, estos respiran, se mueven y caminan, se ve una hamburguesa gigante que camina y son temibles como un dinosaurio (similares a los animales prehistóricos como en “Jurassic Park” de Steven Spielberg), las tostadas son medusas y ocurren otras situaciones que no es bueno desarrollar demasiado para que no se pierda la sorpresa en los espectadores. Ahora cada uno de los personajes tendrán su desafío: el mono Barb (Kristen Schaal) asistente, el camarógrafo Manny (Benjamin Bratt), reportero Sam Sparks (Anna Faris), el padre Tim Lockwood (James Caan), policía Earl Devereaux (Terry Crews) y el excéntrico Brent McHale (Andy Samberg). Es muy atractivo visualmente y a los más pequeños le va a encantar, es más colorida que la anterior, tienen mayor profundidad, varios animalitos extraños, tienen mayor participación los personajes secundarios. Muy alocada, con mucho humor y un toque ecologista. Tiene varias situaciones de otras películas, no cuenta con un gran guión, ni es una historia que va a deslumbrar a los adultos pero a pesar de todo resulta en un entretenimiento para disfrutar en familia. La podes ver subtitulada o doblada y al final hay que quedarse a ver los créditos porque podrás disfrutar imágenes extras.
Una animación sólo apta para dietas hipercalóricas Público en dieta, abstenerse. Lluvia de hamburguesas 2 no es apta para obsesivos de las bajas calorías. Porque esta película propone engullir homenajes y hastiarse de colores y formas alimenticias de todo tipo, tamaño y combinación. La venganza de las sobras es continuación del suceso de 2009, que terminó por convertirse en una de las películas más vistas de ese año. Entonces se contaba acerca de las hazañas de Flint, un chico muy despistado pero inteligente, con una temprana vocación de inventor que alentó su madre, a la vez que su padre le intentó imponer la continuidad de su negocio de venta de sardinas. Aunque sus inventos anteriores no resultaron, Flint cree que con sus creaciones puede ayudar a la humanidad y pega en el plato cuando decide que puede solucionar el hambre del mundo al hacer que la comida caiga preparada desde el cielo como lluvia. ¿Cómo? A través de la FLDSMDFR, una máquina que transforma el agua en alimentos. Sin embargo, las cosas se complican por un verdadera tormenta de menúes de lo más diversos que inunda las calles. Terminar con su invento es la única solución posible y Flint lo logra con ayuda de Sam, una meteoróloga que da el pronóstico por televisión, un camarógrafo, un policía y hombre pollo que en edad adolescente se burlaba de él en el colegio, y su infaltable mascota, el mono. Con el racconto de aquellos sucesos comienza esta entrega que goza de nuevas firmas --la primera fue realizada por Phil Lord y Christ Miller--, y es el propio Flint el encargado de introducir al espectador en los hechos y hacerlo testigo de otra aventura grupal. En ella aparece el doctor Chester V, ídolo de Flint desde su infancia y dueño de la corporación Live que todos los años capta a los inventores de todo el mundo, para seleccionar de entre miles a uno que pasará a formar parte de su equipo de elite. El hombre se presenta en la isla con la supuesta misión de evacuarla, limpiarla y volverla un lugar habitable, además de invitar a Flint a participar por el puesto en su empresa. El chico se traslada a San Franjosé con los suyos para cumplir su sueño, pero el regreso a casa se demora más de lo esperado y se descubre que la FLDSMDFR no sólo ha sobrevivido a la batalla con quien la inventó, sino que se reprogramó y está generando un ecosistema nuevo, plagado de temibles mutantes, como hamburgarañas, tacodrilos, flamangos, o puerros, frutillas y malvaviscos que se comunican, atacan y se reproducen, amenazando con invadir el continente. Flint parece ser el único capaz de encontrar la máquina que provocó tales desmanes y volver a cambiar la historia. En Lluvia de hamburguesas 2 el acierto está en lo visual, con la construcción de escenarios que explotan en detalles, capas y colores, y que hacen las delicias del público, en especial si se tiene oportunidad de verla en 3D. Surgen absolutamente impensadas y divertidas, también, las combinaciones de alimentos y especies animales ideados para una selva entre actual y jurásica. Y como en muchas aventuras ya vistas en pantalla gigante, las dimensiones de lo que el personaje debe enfrentar y recomponer son lo suficientemente grandes como para llenar casi dos horas de metraje, con mucho e hipercalórico para "comer con los ojos".
Un feliz mundo de comida Sumergirse en un mundo de alimentos vivientes bajo la melodía de Paul McCartney suena altamente atrapante y más, si forma parte de un plan para salvar al mundo que, casualmente, está siendo destruido por hamburguesas gigantes. Bajo esa premisa, los amigables personajes Flint y Sam emprenden una aventura junto a sus amigos para recuperar su isla que corre peligro. Se trata de la secuela de "Lluvia de hamburguesas", que en 2009 fue todo un éxito y cuya segunda parte no decepciona en absoluto. Resulta que la gran máquina que inventó Flint llamada Súper Duplicador de Comida Dinámico Mutante Diatómico está fuera de control y no para de crear comida. Alarmados por la cantidad de hamburguesas, frutas, verduras, tortas e infinidad de comestibles, este grupo de amigos tiene que ir a salvar la isla que los vio crecer. Pero no será fácil, ya que allí estará el maligno inventor Chester, que tiene un plan secreto para perjudicar a Flint. De esta manera, la película propone 95 minutos de pura diversión, aventuras y moralejas sobre la amistad y la valoración de la naturaleza. La colorida estética y la calidad de imagen, sumado a las exóticas criaturas -mitad comida y mitad animal- que habitan en este ecosistema de alimentos vivientes logran una muy buena producción para disfrutar en familia. ¿El broche de oro? La música de Paul McCartney le imprime magia y rock a este simpático film.
La primera “Lluvia…” se convirtió en una de las películas de animación digital más originales dentro de un panorama que ya ha establecido sus propios lugares comunes. La segunda tiene una ventaja: conocemos de qué se trata y, también, a los personajes; el acento está menos en la historia que en la capacidad de invención de los dibujantes y animadores, que llegan a extremos de auténtico –y efectivo– surrealismo. El film cuenta cómo la comida restante de la primera película ha cobrado vida de las maneras más absurdas y pasan de ser una serie de graciosos gags a una verdadera amenaza. Sí, es cierto, hay un trasfondo “ecológico” en lo que vemos, pero es realmente lo de menos. Sin tener la precisión emotiva del primer film, que además de hacernos reír nos enamoraba de sus criaturas, esta segunda parte apuesta todo al ritmo a veces desenfrenado y a la sorpresa gráfica. En general, acierta, aunque en ocasiones los gags se tornan derivativos, como pequeños cartoons dentro de la gran película (algo que se ha vuelto una costumbre en esta clase de films, pero que aquí resulta un poco saturante). Lo interesante, de todas formas, es que “Lluvia…” captura el ojo con colores alegres y una especie de felicidad anárquica, que no siempre aparece en el cine animado industrial, demasiado preocupado –cada vez más– por recuperar inversiones millonarias.
Lluvia de hamburguesas 2 Ya no sorprenden, aunque no dejan de llamar la atención, algunas obviedades de Hollywood: Esa insistencia en meter un éxito para luego exprimirlo hasta despojarlo de toda virtud que hubiera tenido en primer lugar. Es cierto, la yanqui es una industria que toda la vida se manejó por el andarivel de la taquilla, sólo que antes había otra calidad e incluso otro tipo de preocupación por lo que se le iba a brindar al espectador. Tal vez era simplemente un mundo más sutil, qué se le va a hacer. Hoy no parece haber filtros para chantar en la cara el consumismo. De todas las películas animadas de los últimos diez años probablemente “Lluvia de hamburguesas” (2009) era la menos merecedora de una secuela, como mínimo por dos aspectos: el guión y el producto final. Respecto a lo primero, Phil Lord y Chris Miller no dejaban lugar a una continuación. Los cabos estaban atados, el personaje ya había sido desarrollado al máximo que se podía dar, lo que no era mucho por cierto, y la historia no tenía nada más para contar. Con respecto a lo segundo, terminada la proyección “Lluvia de hamburguesas” dejaba sabor a poco, vaya paradoja. Salvo por un claro viraje estético al cine clase B de los ’50, como “El ataque de los cangrejos gigantes” (1957) del gran Roger Corman o la saga de “Los tomates asesinos”, comenzada en 1978, no había mucho para rescatar. La idea de un chico obsesionado con inventar algo a como dé lugar ya tenía en “Jimmy Neutron” (2001) a un baluarte difícil de empardar. La propuesta amagaba con interesar porque el invento transformaba la lluvia en comida, pero en lugar de plasmar un subtexto profundo, como podría haber sido la preocupación, o una mirada de los chicos, sobre el hambre en el mundo, se eligió lo anecdótico mechado con la típica historia de amor. Acompañaban al protagonista una serie de personajes con poco sustento, es decir que están más diseñados que desarrollados. Algunos son de relleno, otros aportan el costado cómico, por la forma en lugar de serlo por el contenido. Dicho esto, queda el factor económico para justificar la segunda parte. Ahí sí no hay dudas porque a la primera le fue razonablemente bien a nivel mundial. De local salió apenas ganando. “Lluvia de hamburguesas 2” comienza con un resumen de lo ocurrido anteriormente, agregando en el medio un personaje nunca antes mencionado, Flint, que admiraba de chico a un tal Chester V, un científico inventor de la barra de cereales nutritivos, tan sólo eso. Terminaba con la famosa máquina destruida así que es más fácil pensar como revivirla que en algo más elaborado. A partir de esta premisa si el argumento pudiera estar más tirado de los pelos sería directamente una peluca. En fin. Total que Chester V pretende hacerse del artefacto, pero para eso necesita de su inventor que, como dijimos, siempre lo admiró. Por ende, con una convocatoria a científicos para trabajar en la compañía se arregla todo. La comida cobró vida en la isla. Nuestros héroes deben enfrentarse a cebollas de verdeo, bananas, tacos gigantes o hamburguesas completas que parecen atacarlos. Hay que ver el beneficio de que la comida chatarra esté del lado de los buenos en el subtexto, pero esto es otra historia. En todo caso podrán analizarlo los adultos que lleguen al final de la película sin caer dormidos. Los personajes son los mismos de siempre. El padre, la novia, un amigo, un policía y, por sobre todo el mono cómico cuyas acciones rozan más la cocaína que el edulcorante. Increíblemente, el padre sigue siendo un personaje al cual todo le pasa por adelante al punto de apoyar a su hijo sin saber bien en qué. Para los chicos es un producto lleno de colores (miles y miles de colores por todos lados), algunos gags que funcionan bien, como la escena del pantano de miel o el montaje de inventos. Mensajes sobre la comida, los beneficios, la biodegradación, el equilibrio, la buena alimentación, el balance o el buen tino de no agrandar un combo, nunca aparecerán aquí. Eso sí, hay un poco de moralina sobre confiar en los amigos. No hay una sola escena que deje lugar para una tercera parte. Igual eso no importa ¿no?
Comenzamos diciendo que la primera parte de esta peli me ha gustado pero no fascinado. Entre las pelis de animación (y de todas va!) están esas que verías muchas veces y las que con una o dos veces bastan. Esta es de las últimas. Lo que no quiere decir que sea mala. Le subí de hecho, un punto al solo aprobado, porque hay momentos en los que me reí con ganas. Y la risa no se logra fácil. Por otro lado, destaco se universo de comida viviente, creativo y tierno. Entre lo que no me convenció hay dos cosas principales: una, la primera parte (hacer un recuento de la primera para mi es una falla) la cinta tarda en enganchar casi media hora. Por otro lado, esa isla, aunque creativamente poblada de seres, no me dejo de parecer muy recargada. Menos es más, dicen por ahí los que saben y acá hay mucho de todo, y muy rápido (no, no me volví lenta para mirar). A lo que se le podía sacar el jugo, se lo ve todo junto y en dos segundos, y la sobrecarga de especies y de comida enorme decorando, abruma, ensucia un poco los encuadres. Entre lo bueno se destaca como ya dije la construcción de especies existentes pero en versión comida. Algunos planos del tipo “período de dinosaurios” que suma a la emotividad. Una fresa que tiene poco desarrollado su personaje pero muy tierno, como deber ser una fresa jajaja Un policía que es de lo mejor construido del filme; y momentos específicos en donde solté una carcajada ante situaciones hilarantes, o sonoramente graciosas (esos gritos sostenidos en el tiempo!!! jajaja). No hay mucho más, ni mucho menos. Entretiene si se aguanta la primera hora, queda gusto de que podría haber sido mejor sazonada. Pero aún así, uno queda satisfecho.
Ya no llueven, pero da lo mismo La espectacular primera entrega había sido una gran sorpresa. Sony Pictures animation, lo que hasta entonces había sido un impecable estudio de animación estadounidense que había logrado una película brillante (Surf’s up) entregaba otro gran éxito con muchas peculiaridades. La primera Lluvia de hamburguesas estaba dotada de un ritmo trepidante y adictivo, de una historia tan extraña como divertida e irreverente y de una inventiva visual atípica. Con seres elásticos y de movimientos imposibles, con gags perpetrados a toda velocidad y un gran sentido anárquico, la animación se sentía más cercana a las clásicas caricaturas de la Warner Bros que al cine de animación dominante, más jugado a texturas y a movimientos realistas. Más adelante, Sony Pictures Animation pareció perder el rumbo y la solidez que lo caracterizaba ofreciendo películas que, si no llegaban a estar mal del todo, carecían de la gracia y el empuje de las anteriores (Los pitufos 1 y 2, Hotel Transylvania, ¡Piratas!, una gran aventura). Manteniendo la dignidad pero no el buen nivel de antes, en esta secuela hay un cambio de peso. La dupla de directores de la primera (Phil Lord y Chris Miller) fue sustituida por otra nueva, un par de animadores más inexperientes (Cody Cameron y Kris Pearn) y un grupo de guionistas que parecieran estar peleándose en el mismo trayecto de la película por ver quién aporta más líneas de diálogo. El resultado es un tanto abrumador, una obra sobregirada que, a pesar de contar con personajes atractivos que ya habían sido introducidos antes, demora mucho en cautivar, sin ofrecer momentos de distensión como para dejarle entrar aire al relato y permitir que sus personajes y el espectador respiren un poco. Hay momentos muy graciosos y de gran inventiva, se presenta un mundo inevitablemente atrayente (habitado por comida viviente y animalizada, a veces entrañable) y personajes que son lo máximo (el policía y una frutilla parlante sobre todo), pero es esta la clase de cine que se sustenta más en una acumulación de chistes que en una buena historia. Ya se sabe quién es el malo desde el primer fotograma en que aparece y no presenta ningún matiz que lo vuelva interesante. Las referencias cinéfilas son casi constantes y aluden a Jurassic Park, La misión, El regreso del Jedi, entre otras, pero la explosiva gama de colores y tanta variedad y riqueza de detalles merecían un poquito más de reposo.
La invasión de los tacos asesinos El cine de animación continúa exprimiendo sus éxitos en secuelas. No sorprende: es el camino más fácil y el más redituable. Y si bien “la primera es siempre la mejor”, el costo de originalidad se recompensa con la experimentación de cada film, que nutre y se nutre del cine con pantalones largos. Todo esto se evidencia en Lluvia de hamburguesas 2, planteada como una secuencia interminable de gags ingeniosos que al mismo tiempo horadan el argumento central. En esta secuela, el aspirante a genio, Flint Lockwood, inventor de la máquina de hacer llover hamburguesas, participa en un concurso de cerebros convocado por Chester V, suerte de ídolo malévolo de Flint, cuyas apariciones se multiplican con hologramas. La competencia es una lograda parodia de las convenciones de Google y de la cultura Silicon Valley, y la invención de Flint tiene un rol hilarante en la votación. Flint es luego convocado por Chester, mandamás de Live Corp Co, para desactivar su máquina que, confinada en una isla remota, produce monstruos gigantes compuestos de comida. Lockwood, su padre, Sam Park, Manny y el mono Steve viajan a la isla, un Jurassic Park gobernado por los Tacodiles Supremes, enormes tacos, pero también langostas con forma de gorila y melones con trompa de elefante. Este es el momento en que el film (otro contraataque de Sony Pictures Animation a Pixar) comienza a divagar entre algún acierto, como la parodia de Avatar, manifiesta en una lucha de robots tripulados y comestible-saurios. Ok como plan B de cartelera, y para ir con chicos no tan chicos.