Paul es un hijo dilecto de la dupla de comediantes británicos Simon Pegg y Nick Frost, los que son amigos en la vida real, han hecho juntos numerosas temporadas de sitcoms británicas, y vienen trabajando en cine desde su impresionante debut en Shaun of the Dead. Como está visto que esta gente es ultra fanática de la ciencia ficción (dentro y fuera de la pantalla), decidieron escribir una comedia sobre sus gustos personales. El resultado final es Paul, una comedia que tiene gracia y angel... el suficiente como para prendar a Steven Spielberg y que éste decidiera prestarse a hacer un cameo en el filme. Por supuesto, esta es una comedia nerd. Las referencias a filmes de ciencia ficción abundan, desde ET hasta toda la saga de Alien (incluyendo un sorpresivo cameo y la inserción de parlamentos completos de dichos filmes, hecho con mucha elegancia). Aquí hay dos fans de vacaciones, que deciden hacer turismo alienígena: ir a todos los lugares en donde hubo avistamientos, visitar el Area 51, Roswell, etc. En el camino se les suma un alienígena mal hablado y sucio (con la voz de Seth Rogen), que sólo les trae problemas y les pide que lo ayuden a huir. La película se transforma así en una road movie, en donde el trío se conoce sobre la marcha y protagoniza situaciones cómicas mientras huye de hordas de implacables hombres de negro. La comedia funciona muy bien debido a que la gracia está repartida entre todos los personajes, y éstos caen en manos de excelentes comediantes. Es cierto que el centro pasa por Paul, y que el alienígena sigue siendo Seth Rogen a pesar que sea un CGI de piel verde que mide un metro cincuenta, pero la personalidad de Rogen - fiestero, drogón, malhablado - curiosamente funciona en esta ocasión. Usualmente Rogen tiende a saturar al poco tiempo de estar en pantalla, pero aquí demuestra tener cierto ángel que lo hace querible. Una de las cosas que mejor funciona en el filme es un subtexto religioso que aparece de la nada y termina teniendo conotaciones realmente interesantes. El trío se ve obligado a secuestrar a una fanática religiosa (Kristen Wiig), la que se transformó en testigo accidental de la presencia del alien. Pero entre la chica y el extraterrestre comienza un debate sobre la existencia de Dios, evolución darwiniana y milagros cristianos, todo lo cual termina yéndose al tacho cuando el alien le cura a la chica su ojo enfermo y completamente irrecuperable. En detalles como esos es donde Paul demuestra una inteligencia completamente inusual para una comedia de estas características, y los libretistas Pegg y Frist reafirman que saben de sobra sobre el tema. Paul es un deleite sin desperdicio. Las situaciones cómicas son realmente cómicas, los personajes son queribles, y las referencias cinéfilas abundan por los cuatro costados. Simplemente la recomiendo acaloradamente y sin abundar en detalles, ya que eso mataría el efecto sorpresa de sus escenas.
La genial dupla de la serie "Spaced" y los films "Shaun of the Dead" y "Hot Fuzz", Simon Pegg y Nick Frost, vuelve a reunirse en esta delirante y divertida comedia de ciencia ficción que parodia este género de la misma forma que sus anteriores trabajos lo hicieron con el terror y el policial de acción. Incursionando por primera vez en el cine norteamericano (esta vez sin su "tercera pata", el director/guionista Edgar Wright que fue reemplazado por Greg Mottola, director de "Superbad"), este dúo inglés presenta una película principalmente apuntada a los "geeks" o fanáticos de la ciencia ficción, quienes disfrutarán de las incontables referencias a clásicos del género como "E.T.", "X-Files", "Star Trek", "Star Wars", "Aliens" y "Close Encounters of the Third Kind". Una "road movie" que mezcla comedia, ciencia ficción, romance y aventura, en donde dos fanáticos viajan de la Comic-Con a la famosa Área 51 y se encuentran en el camino con un alien ordinario y maleducado (todo lo opuesto al inolvidable E.T., un buen trabajo de efectos acompañado por la voz de Seth Rogen) que busca escapar de los "hombres de negro" que lo persiguen. Si bien se estira un poco más de lo necesario, "Paul" tiene muchos gags y diálogos graciosos, un divertido elenco secundario (Kristen Wiig, Jason Bateman, Bill Hader, Joe Lo Truglio, Jane Lynch) y la incomparable química del dúo protagonista.
Carta de Amor para Nerds Lo admito, soy nerd. No lo puedo reprimir más. Amo la ciencia ficción y los detalles bizarros. Estoy cansado de que los nerds seamos vistos solamente como bichos raros en las películas. Tenemos nuestra dignidad. Por eso, Paul fue escrita para nosotros. El dúo británico conformado por Nick Frost y Simon Pegg se está convirtiendo en lo que algún momento fueron Laurel y Hardy o Abbott y Costello. Más allá de sus complexiones físicas, ambos conforman una pareja única, maravillosa, que con el correr de los años se consolida como una de las fórmulas humorísticas más efectivas que ha dado la televisión y el cine. Si bien en Argentina aun son desconocidos (tanto Muertos de Risa como Arma Fatal se conocieron directamente en DVD, y la serie Spaced nunca se emitió) en Inglaterra y Estados Unidos (aun un poco menos) ya encontraron su lugar, su fama. Escrita por ambos, pero dirigida por Greg Mottola (Adventureland, Supercool) la película narra las aventuras de Clive (Frost), un escritor de historietas de ciencia ficción y Graeme (Pegg), su dibujante y mejor amigo. Ambos juegan el rol del estereotipo nerd. Amantes de la ciencia ficción, cumplen su sueño de asistir a una Comic Con y posteriormente alquilan una casa rodante con la cual planean hacer el recorrido turístico “extraterrestre”: llegar al famoso Área 51, el “buzón negro”, etc. Sin embargo, cuando un auto se estrella delante de ellos, se encontrarán con Paul, un alienígena que ha vivido demasiado tiempo entre los terrícolas, y que ha aprendido el idioma y todas las costumbres hasta convertirse en un estadounidense más. Paul se ha escapado del Área 51, donde daba asesoramiento de varios tipos (la película tiene el flashback más divertido e injustificado que recuerde) y ahora planea… volver a casa. Con la ayuda de Clive y Graeme será posible. Sin embargo serán perseguidos por el FBI y el padre evangelista de la gerente de un camping, a quien secuestran en el camino (Kristen Wigg). Sin demasiadas pretensiones estéticas, Mottola lleva adelante una película posiblemente poco personal (aunque la amistad es un tema preponderante de la historia y de su filmografía), pero sin duda la más divertida y sólida de su carrera. El guión de Frost/Pegg es perfecto en cada aspecto narrativo. Los personajes son inmensos, ricos en matices, esquivan el lugar común, aun cuando deben interpretar estereotipos. Pero el mejor de todos es sin dudas, Paul. Generado por CGI y Caption Motion, se trata de un extraterrestre más humano que cualquier actor. No solamente el diseño e interacción resultan más verosímiles que los acostumbrados efectos especiales de los grandes tanques hollywoodenses, sino que con la voz de Seth Rogen, logra conmover un comportamiento tan natural y palpable de parte de una personaje creado por computadora. Esto no debe sorprender. Los personajes de Pixar son tan creíbles como Paul. Y si se le puede criticar algo, aunque sea muy pequeño a la película de Mottola, es que adquiere tanto protagonismo que opaca a todo el excelente elenco que tiene detrás, especialmente a Frost y Pegg. Cuando Clive y Graeme están solos, se extraña la presencia del extraterrestre. Más allá de Rogen, es indudable el talento de ambos para generar humor constantemente y al mismo tiempo, resultar creíbles en sus comportamientos. No hablo de una caricaturización de los nerds, sino de una comprensión y empatía hacia los personajes. Como si se estuviesen interpretando a ellos mismos. Igualmente hay un gran elenco atrás encabezado por Bateman y Wigg, seguido Bill Hader, John Carroll Lynch y varios cameos que no vale la pena develar. Lo cierto es que el trío Mottola/Frost/Pegg apunta directamente al ojo cinéfilo. Abundan citas a frases célebres, canciones, personajes e intérpretes de films de culto de ciencia ficción de los últimos 30 años. Desde La Guerra de las Galaxias hasta la saga Indiana Jones, pasando por E.T. Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, Volver al Futuro, Alien, y la serie Viaje a las Estrellas (original). Incluso, como dichas citas no quedan explícitas hay varios momentos particulares que permanecen incomprensibles para los que no hayan visto estos films. Si en Super 8, J.J. Abrams (muy buen amigo de Pegg, vale aclarar) le rinde tributo a Spielbeg, en Paul, los guionistas le levantan un monumento y se dan el lujo de involucrarlo en la trama. Son dos films que sin la presencia omnipresente de Spielberg, no se hubiesen realizado. A diferencia de sus anteriores obras, Mottola no recurre (aunque hubiese podido) a golpes de efecto sentimentaloides. Paul es humor puro de principio a fin, coherente, sutil, zarpado, cinematográfico. Mottola utiliza efectos visuales con discreción y siempre a disposición de la historia de amistad que desea pregonar. Hay lugar para la sátira política y religiosa, pero tampoco se regodea en ello. Un festín para nerds, cinéfilos, fanáticos de Spielberg, de Pegg y Frost, y sobretodo de la ciencia ficción, Paul es una comedia espectacular sin demasiadas pretensiones; una buddy movie, una road movie, una sátira honesta pero respetuosa, a los films con los que nos criamos, aquellos que rondamos los 30. Una obra redonda, tan genial, que parece haber sido concebida por extraterrestres… para un público netamente nerd como yo.
Encuentros cómicos del tercer tipo El encuentro con un ser extraterrestre sirve de disparador para esta comedia que juega con la ciencia-ficción y el valor de la amistad en medio de una trama plagada de disparates. Dos amigos fanáticos de los comics y de las historias fantásticas emprenden un viaje hacia el inquietante sector 51, pero en su camino se encuentran con un un extraterrestre llamado llamado Paul, con mochila a cuestas, y adaptado a la vida entre humanos que quiere volver a su hogar. A la alocada travesía se suman una chica con problemas de vista que escapa de su salvaje padre y dos torpes agentes del gobierno que se lanzan tras los pasos de la criatura alienígena. Con este material entre manos que tiene obvias referencias a E.T. y Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, el realizador Greg Mottola (Super Bad y Adventureland,) cuenta con dos intérpetes que se mueven a sus anchas: Simon Pegg y Nick Frost, la dupla de Arma fatal- Hot Fuzz, que en Argentina saltó directo al DVD, y Seth Rogen (El avispón verde) que presta su voz al alienígena. Paul es verborrágico, simpático, y baila. Pero también es capaz de paralizarse para pasar desapercibio (como lo hacía el personaje creado por Steven Spielberg) y puede, poderes mediante, revivir a un pájaro y...comérselo. Con un cameo de Sigourney Weaver en el rol de la jefa villana, el film mezcla géneros y ofrece buenos efectos y recursos a la hora de entretener al espectador.
Lo más logrado de la película es la personalidad y los diálogos que le otorgaron a Paul, que lo convierten en un alienígena poco común, fumador, muy humano, bizarro y zafado, características que van a divertir a lo grande. Las divertidas actuaciones de Simon Pegg y Nick Frost son muy buenas y pintan perfectamente a...
De otra galaxia ¿Cómo hacer sencillo lo complejo? Asociar un grupo de freakies con un extraterrestre, homenajear al mundo de los comics y de la Ciencia Ficción, criticar a las religiones ortodoxas y a los Estados Unidos como nación armada y sintetizar todo en un discurso sobre el valor de la amistad. Paul (2011) lo logra con un relato tan simple como divertido. Dos amigos fanáticos de los comics viajan desde Inglaterra hasta los Estados Unidos para una convención de historietas. Al salir de la misma, deciden aprovechar el viaje para recorrer a bordo de una casa rodante lugares donde hubo apariciones de ovnis. En ese trayecto se topan con Paul (voz de Seth Rogen), un particular extraterrestre fugitivo de los agentes secretos que intentarán capturarlo. Los dos amigos, más una chica pueblerina huirán por las carreteras mientras entablan una profunda amistad. Al director Greg Mottola le gustan los relatos sobre las amistades juveniles. Lo demostró con Super Cool (Superbad, 2007), con Adventureland: Un Verano Memorable (Adventureland, 2009) y vuelve a hacerlo con Paul. Esta vez, bajo el género de la Ciencia Ficción y con un extraterrestre muy especial: fuma porro, le gusta tomar cerveza y maldecir. Los dos amigos nerds se topan con él (¿o con otro extraterrestre?) con quien desarrollaran una fuerte amistad. La película además de utilizar la efectiva fórmula del fugitivo, se permite criticar a las religiones ortodoxas con el personaje de Ruth (Kristen Wiig), una pueblerina fanática religiosa que no quiere aceptar la existencia de aliens, y a los norteamericanos como sociedad que pretenden solucionar los conflictos mediante la violencia. Cuando una película plantea tantas subtramas con un relato sencillo, entretenido y muy pero muy divertido, estamos frente a una gran película. Y Paul, al igual que su personaje, bajo una apariencia espontánea engloba años de evolución en este aspecto.
Amigos son los amigos Greg Mottola es un escultor. Pero esculpe en una superficie distinta a las tradicionales: su trabajo es sobre un material noble, amable, por eso sus películas tienen esa condición. El tipo esculpe sobre terciopelo. Construye paredes, pisos y techos llenos de calidez, dulzura y las limpia de cualquier forma parecida al cinismo. El resultado es rotundo: cada vez que vemos Supercool o Adventureland: Un verano memorable dan ganas de quedarse a vivir ahí. No porque esos mundos sean ideales ni porque sean maravillosos, sino porque, pese a todos los males que les puedan suceder a los personajes, siempre va a haber alguien que los cuide y nos cuide a nosotros, como espectadores. Bueno: a esa lista sumémosle a Paul. Pero… ¿qué es Paul? Dos fanáticos ingleses de las convenciones de cómics y de ciencia ficción/fantástico se topan accidentalmente con el susodicho Paul (voz de Seth Rogen, que crea un imposible alienígena relajado, porrero y escatológico), ET encarcelado secretamente durante décadas. Tras la sorpresa inicial, el viaje es hacia un punto específico, donde Paul pueda ser rescatado y volver. En el medio, una creyente tuerta (la enorme Kristen Wiig) convertida en una racional boca sucia gracias a los poderes extraterrestres, un par de policías que se comportan como chicos de 8 años, un agente especial con intereses creados (Jason Bateman, impecable como casi siempre) y un cameo de Sigourney Weaver como la responsable suprema de la persecución. Paul, a diferencia de las anteriores películas de Mottola, tiene un tono todavía más algodonado. Su desarrollo de falsa persecución se comporta como un notable exponente de ese genial subgénero que son las road movies, pero en una variante más relajada, como si no hubiera clímax. Pero, a diferencia de aquellas en donde el viaje es un aprendizaje que muestra cambios profundos, en Paul no se apela a esas disposiciones, a esos saltos en velocidad. Quizás por eso los personajes que construyen Nick Frost y Simon Pegg (aquí también guionistas) sean tan queribles. Su “cambio” es imperceptible: no es a los gritos, no es con lágrimas, sino en un tono íntimo, de camaradería. Por eso la película logra integrar “tripulantes” al viaje de los protagonistas: en el fondo el tema es crear un grupo, declararse ese amor tan propio de las “bromantic comedies” (subgénero al que Paul también pertenece) y gritar a los cielos que los amigos son esas cosas que justifican el paso por esta tierra.
Luego de dirigir dos excelentes comedias como Supercool y Adventureland - Un Verano Memorable, Greg Mottola ha vuelto a las andanzas con Paul para contarnos la historia de dos amigos que de paseo por los Estados Unidos se encuentran con un alien llamado Paul, al cual deberán salvar de unos agentes que quieren atraparlo para experimentar con su cuerpo. Paul vendría a ser la primera excursión juntos de Nick Frost y Simon Pegg fuera de Inglaterra y también la primera película en la que Greg Mottola no es cobijado por el "ala protectora e interventora" de Judd Apatow en la producción del film, más allá de que la marca del realizador de Ligeramente Embarazada se encuentra en un elenco plagado de "sus" figuras como lo son Jane Lynch, Seth Rogen, Kristen Wiig y Bill Hader. Ambas excursiones resultan altamente positivas para los principales intérpretes delante y detrás de las cámaras de este film, debido a que Paul representa una de las mejores comedias que han llegado este año y reafirma a Mottola como uno de los mejores directores en la actualidad dentro de ese género. En clave de comedia que también funciona como road-movie, Paul presenta momentos rodeados de referencias cinéfilas a las películas de Ciencia Ficción, que no considero prudente citar para no arruinar la sorpresa, aunque la referencia sobre el final a una cinta que hace poco pasó por nuestras carteleras no tiene desperdicio. Lo positivo de este film en las mencionadas alusiones es que son narradas explícitamente por el director y son mostradas por sorpresa, generando siempre una nueva sensación al asistir al visionado de las secuencias que las poseen. Dentro de la clásica estructura de fuga y búsqueda, Mottola se permite introducir una ácida e interesante crítica a la religión por medio de la intromisión del gracioso personaje de la pueblerina, Ruth Buggs, interpretada brillantemente por esa gran comediante llamada Kristen Wiig. Al igual que en Supercool, Mottola basará el motor de su película en la amistad y la madurez de sus personajes, que nuevamente son abordados con la dificultad de entrometer entre ellos a un personaje fuera de este planeta, que vendría a ser el encargado de conectar a los intérpretes principales con el mundo externo y su posterior maduración. Quizás la repetición de las situaciones obscenas a cargo del entrañable alienígena, representan el punto más flojo de una gran comedia que no decae en ningún pasaje de sus 104 minutos. Nick Frost y Simon Pegg siguen demostrando que son una pareja cómica muy efectiva, mientras que Seth Rogen (por medio de las bondades del motion capture) y su voz dan vida a Paul. Ese "dan vida" suena un tanto trillado y es verdad, pero realmente aquí se ajusta perfectamente porque Rogen realiza una labor tremenda en la personificación del extraterrestre que tiene a su cargo los puntos más altos de este film.
LA AMISTAD EXTRATERRESTRE La carismática dupla protagonista de "Shaun of the Dead" (Nick Frost y Simon Pegg) vuelve a aparecer en esta propuesta que, si bien no es la mejor colaboración mutua de ambos actores, es una película entretenida que triunfa gracias al aprovechamiento de las personalidades de los actores antes mencionados y, principalmente, a la muy bien lograda identidad del alien que aquí se presenta. Graeme y Clive son dos mejores amigos amantes de la ciencia ficción. Ellos son ingleses, y deciden viajar a los Estados Unidos para concurrir a una famosa convención de cómics. Durante muchos años han estado expectantes por protagonizar o ser simples testigos de algún hecho relacionado con los extraterrestres, es por eso que se ponen de acuerdo para hacer un tour por los lugares más famosos donde se han avistado OVNIs. Pero en el camino conocen a un extraño individuo llamado Paul, un alien que está tratando de encontrar la manera de poder regresar a su hogar. Ellos están siendo perseguidos por los federales y van a ser participes de un acontecimiento que no podrá ser olvidado con facilidad. La cinta presenta una premisa muy bien introducida y que en cierta manera se puede asemejar a un estilo de "Road movie", ya que todo lo que aquí sucede tiene lugar en la carretera y en el viaje que los personajes van haciendo hasta llegar a destino. La temática está bien presentada y se elabora un conflicto que ya se ha visto numerosas veces en el cine, pero que mantiene una frescura y un interés muy bien logrado en el espectador. El entretenimiento siempre está presente y en ningún momento se deja de lado para contar algo demasiado serio o emocionante. A su vez, y es allí donde la misma logra destacarse del resto de propuestas similares, se desarrolla un mensaje relacionado con el valor de la amistad que está perfectamente mimetizado en la narración y que, sin duda alguna, enriquece el relato. La elección de incorporar un alien al grupo de protagonistas está muy bien resuelto, ya que, pese a que se hace una acentuación algo innecesaria del humor basado en la sexualidad, la personalidad creada en torno al extraterrestre es perfecta. La mezcla lograda entre la humanidad del personaje y la fantasía propia de sus características, es excelente, ya que se aleja de muchas de las actitudes estereotipadas de este estilo de roles y se desarrolla una diferente e inteligente manera de ver a un hecho que se ha visto innumerables veces en la historia del cine de ciencia ficción. Otra de las características que hacen de esta propuesta una entretenida película, es la calidad de las actuaciones. Nick Frost y Simon Pegg desarrollan una química maravillosa cada vez que aparecen, y son los encargados principales de profundizar el sentido aquí expuesto sobre la amistad. Cada uno respeta sus personalidades y, pese a que los personajes encarnados no difieren mucho de otros del pasado, divierten y le aportan fluidez a la historia. Quienes lo acompañan hacen también un buen trabajo: Jason Bateman, en el rol villano, está muy bien, le aporta humor y realismo a su personaje; Seth Rogen, brindándole la voz a Paul, está correcto, si bien su tono al principio no se homogeniza correctamente con la primera impresión del alien; y la segunda villana, la gran mala de la película, logra destacarse en las instancias finales (no es la intención de destruir quién es, ya que la cinta se preocupa por crear suspenso sobre su identidad hasta el momento cúlmine de la historia). Los puntos débiles de esta película se ubican en el guión. El humor por momentos toca puntos innecesarios, que, si bien son entretenidos, se alejan del ingenio y la originalidad expuesta desde el comienzo. El uso de la religión cristiana como principal eje de gracia en muchas escenas es repetitivo y está fuera de lugar. A su vez, y pese a que se destacan, son varios los momentos en los que los protagonistas son opacados por algunos personajes secundarios, alargando sin necesidad la duración de la película. "Paul" es una película entretenida, que logra destacarse gracias al aprovechamiento que se logra apreciar de sus intérpretes y a la particular identidad del extraterrestre. Una buena comedia, con muchas referencias al cine de ciencia ficción clásico, y que no decepcionará a aquellos que disfruten de la dupla protagónica en acción. UNA ESCENA A DESTACAR: final y aparición de Paul.
La hora de los "geeks" Hay que saludar el estreno de "Paul" en la Argentina. Segunda tarea titánica para un distribuidor independiente (Sir Chandler, de cinesargentinos.com) quien viene de un gran hit ("Back to future digital 2D") y se anima al desafío de presentar una muy buena película, que si no la traía él, iba a parar directo a DVD. Si no escucharon hablar de "Paul", es porque no son "geeks" ni "nerds", así que es bueno saber un poco de su público potencial... Estos sujetos ("geeks", sorry) son una tribu global amante de la tecnología, los comics, el desarrollo de la imaginación, los lenguajes con códigos propios y se caracterizan por amar las computadoras y todo lo referente a la informática. Tienen algún costado anti-social (chicos, asumirlo...) y hasta hay un día del "Orgullo Geek" (el 25 de mayo, día que se conmemora el lanzamiento de la primera "Star Wars" en 1977), hecho que marca que la integración con la sociedad no es uno de sus fuertes. ¿Por qué les cuento esto? "Paul" es una road movie "geek". Algunos dirán que es una "buddy movie", pero creo que se quedan cortos. De principio a fin esta película es una fiesta para quienes coleccionan muñequitos, leen historietas y se fascinan con el mundo de lo fantástico. No es que su guión sea genial, para nada, pero su ambientación y diálogos la colocan a la altura de las mejores películas en su género en décadas. ¿Tan así? Sí amigos, "Paul" es capaz de abducirte, así que prestá atención y no vayas desarmado a verla. Graeme (Simon Pegg) y Clive (Nick Frost), son dos amigos ingleses que se van de gira a Estados Unidos en un tour especial. Llegan a la famosa Comic Con (prestigiosa convención al estilo americano del género) a recrearse un poco y disfrutar de su pasión en tierras extrañas. No contentos con esta parada, deciden hacer un recorrido por lugares que son referencias clásicas de OVNIS. Tienen una casa rodante (RV) y se lanzan a la ruta sin vacilar, pensando en terminar su recorrido en la legendaria área 51... pero el destino les tiene preparada una sorpresa. De noche, un auto los sobre pasa y vuelca en sus propias narices. En este accidente automovilístico encuentran a Paul (la voz de Seth Rogen) un extraterrestre que llegó a la tierra hace muchos años (1947 para ser exactos) y ahora está escapando de sus carceleros. Las autoridades lo quieren recuperar a cualquier costo para seguir con sus investigaciones sobre sus habilidades pero él sabe que su tiempo en este plano terminó: debe irse. Así es que los amigos ayudan a Paul a encarar su fuga y conectarse con sus semejantes de manera de encontrar un lugar seguro donde preparar su regreso al mundo del que vino. Esa es la historia. Simple. Efectiva. Lineal. ¿Por qué sobresale? Bueno, primero, esta bien escrita. La pareja protagónica (Pegg y Frost), son los responsables del guión y son tipos que saben mucho del tema. Hacen reír pero su fuerte es crear climas absurdos y cruzar diálogos delirantes. Y lo hacen en dosis sutiles! encima, son especialistas en detonar los resortes narrativos en los momentos adecuados. La tienen clara: su "Paul" es carisma en estado puro. El hombrecito fuma, hace bromas sobre las drogas, conduce (mal) y es todo lo que nunca te imaginaste que un alienígena podría ser. Rogen hace un gran trabajo, logra que su ET sea creíble (de alguna extraña manera) y nunca pierde de vista que la gran foto es para el trabajo de equipo. Sus intercambios con los terráqueos a la hora de desmitificar su presencia en nuestro planeta son imperdibles, pero ellos no serían posibles sino contara con un formidable grupo de secundarios. Todos están en el registro correcto, desde Jason Bateman a Bill Hader, pasando por las adorables Kristen Wiig y Blythe Danner. Hay química y conexión en el cast y eso beneficia las escenas más absurdas, siempre bien resueltas y singulares por donde se las mire. Sí, es cierto que si la analizamos siendo muy críticos podemos pensar que es "ET" riéndose de sí misma (se parafasea también todo el tiempo y hasta Spielberg hace un cameo!). Lo cual no está mal, dado que no es un tema al que se le anime mucha gente. "Paul" es una película que entretiene con nobles armas. Nada es dejado al azar (tiene todos los guiños a los clásicos que puedas esperar), la banda de sonido acompaña (y, es David Arnold!), la animación de Paul es correcta (esos ojos!) y la edición, precisa. Quizás la duración sea un poquito mayor a la deseada, pero está correcta. Si la sala estalla al final, no se extrañen, sólo esta película es capaz de hacerlo. Me encantó. No se la tienen que perder de ninguna manera. Gran cine de humor y aventuras. Hace tiempo que no disfrutaba tanto en un sala. Simplemente genial.
VideoComentario (ver link).
¿Y Monguito dónde está? Para el fanático de la ciencia ficción, las historietas, los videojuegos, la televisión y el cine existe un Paraíso terrenal llamado Comic-Con que se celebra anualmente en la ciudad de San Francisco, en la costa oeste de los EE.UU. En esta convención que convoca a miles de personas –entre freakies, nerds y geeks de todo tipo- hay dos muchachos que se mimetizan con la masa pese a su indumentaria convencional (muchos se disfrazan de sus personajes favoritos): son los inmaduros e inocentones británicos Graeme y Clive que han roto el chanchito para cruzar el Atlántico con tal de cumplir un sueño en común. Y ahí están los chicos; sólo que en verdad ya no son chicos sino señores que pisan los cuarenta años y pese a ello persisten en la pavada total hablando en klingon (el idioma creado para la serie Star Trek), comprando merchandising a precios exorbitantes y demostrando que a las mujeres las conocen, sí, pero sólo gracias a las revistas de desnudos. ¿Se puede afirmar, entonces, que se trata del nunca bien ponderado estereotipo del loser especializado? Sí, se puede; es eso, me temo que es eso. Con el encanto de Simon Pegg (Graeme) y Nick Frost (Clive) -la dupla de amigos actores que trabajara en Muertos de risa y Arma letal- como estandarte aunque no creo que esta vez sea suficiente. No para mí, al menos… ¿Qué “novedad” nos quieren vender con Paul estos ingleses que además han escrito el guión? Sólo una, razonablemente aprovechada: la presencia del alien del título, una criaturita grisácea que habla hasta por los codos, fuma, bebe y hace chistes… ¿Cómo? ¿No es el pato Howard? Con otra fisonomía, otra personalidad, otro estilo y otros objetivos digamos que sí, que comparten algunas características. Los dos son extraterrestres, los dos quedan varados en la Tierra por un accidente, los dos son “adoptados” por humanos y los dos quieren volver a su casa. En Paul los guiños son múltiples y el bombardeo de referencias a la cultura pop está a la orden del día. Sólo falta el Monguito de Los extraterrestres (Enrique Carreras, 1983) para que cantemos bingo. El mérito, si es que existe alguno, es haber mezclado todo eso para volcarlo en la historia sin mucho cálculo previo. Como sale, así se queda. Le guste a quien le guste. Argumentalmente no hay mucho para analizar. La trama sólo es una excusa para homenajear a una interminable lista de programas de TV, películas de los setentas, al santo patrono Steven Spielberg y un largo etc. Todo envuelto para regalo con la estructura de una road movie que le cede algo de espacio a la crítica cuando se trata de satirizar el fanatismo religioso y armamentístico de los estadounidenses. Gracias a la participación de la campirana tuerta Ruth (Kristen Wiig) y su padre Moses (John Carroll Lynch), un auténtico caso de gatillo fácil, la película -dirigida sin demasiado alarde por el correcto Greg Mottola- de cuando en cuando levanta un poco el nivel y causa su gracia. El flashback con la voz en off de Spielberg siendo asesorado por Paul previo al rodaje de E.T. El Extraterrestre no puede ser más idiota. Las obviedades que todos se imaginan están ahí y también en muchas otras escenas. Y por si alguien piensa que me equivoqué de género, que esto no es mi target o que simplemente no estaba en mi mejor día cuando la ví... bueno, tal vez esto último sea cierto. Lo demás, nada que ver… El E.T. con la voz del inefable Seth Rogen se roba la función opacando a sus coequipers. Posiblemente sea deliberado. Simon y Nick hacen bien su parte aunque se extraña un poco la frescura de sus primeras colaboraciones. El MIB que compone Jason Bateman es de lo más flojo que yo le recuerde a este generalmente estupendo intérprete. Bill Hader, comediante fetiche de Mottola, y otros actores de reparto no logran destacarse casi nada. Por su parte Sigourney Weaver sólo aparece para que en el final un personaje secundario le sacuda un mamporro con la inolvidable frase de la Tte. Ellen Ripley en Aliens, el regreso: “Get away from her, YOU BITCH!!!”. Bastante patético. El homenaje mal insertado en la acción sólo despierta el interés del que desconoce la cita al comprender que hay algo que se le está escapando. Si se identifican con la casta de freaks que pululan por la Comic-Con y si su sentido del humor sintoniza con esta propuesta formalmente poco inspirada quizás la experiencia les reditúe de alguna u otra forma. En lo personal esperaba mucho más. No me siento estafado pero sí decepcionado. Y créanme que lo lamento…
Anexo de crítica: Con momentos realmente inspirados y otros bastantes vergonzosos, el resultado irregular de Paul está a la vista desde la primera mitad hacia adelante cuando la novedad del extraterrestre parlanchín se acaba y comienza el manoteo de los guionistas para buscar gags que sostengan un relato bastante pobre en ideas. Todos los actores que se prestaron para esta aventura resultan muy poco convincentes y graciosos en sus papeles al lado del Alien verborrágico, y Gregg Mottola desde la dirección parece más preocupado por terminar la película que por lo que ocurre en su desarrollo...
En la ruta, con un extraterreste Dos fans de la ciencia ficción se topan con un alienígena. Como Platero, Paul es pequeño y suave, aunque no tan peludo. Su cuerpo pequeño y su cabeza gigante dejan en claro que es un alien, hecho y derecho. Pero además de la piel gris, los ojazos enormes, la pelada, ciertos poderes y demás características clásicas, a Paul lo distingue algo muy concreto: habla, putea, bebe, fuma y se rasca como cualquiera. Más que un extraterrestre, parece un nerd disfrazado de alien. Y esa es la conexión que se genera cuando el tal Paul se cruza, en medio del desierto, con dos freaks ingleses que, con sus remeras de Star Wars y su comics bajo el brazo, han ido hasta Comic-Con, la convención anual de todo lo que tiene que ver con los géneros fantásticos. Esa clase de lugar donde miles de personas lloran de emoción si se topan con algún actor secundario de... Galáctica, astronave de combate . Viniendo de la mano maestra para mezclar ironía, acidez y pasión por reflotar ese tipo de géneros del tándem que componen los británicos Simon Pegg y Nick Frost ( Shaun of the Dead, Hot Fuzz : el primero escribe y actúa, el segundo sólo actúa), sumándole la gran elección del director estadounidense Greg Mottola ( Adventureland, Supercool ) para darle un toque americano y “sensible” a la historia (si algo se nota en Mottola es un gran cariño para con sus personajes), Paul no podía fallar. Y no falla. Acaso no esté a la altura de las anteriores (que parodiaban el cine de zombies y las películas tipo Arma mortal ), pero es mucho más graciosa que el 80% de las comedias que circulan. En esta época de tanto rescate de los ’80 (de Super 8 a las publicidades de Volver al futuro ), Paul va a la ciencia ficción alienígenea combinando E.T. y Encuentros cercanos del tercer tipo en la historia de estos dos fans que, en tour por lugares míticos tipo Area 51, se topan con el tal Paul, que no sólo es un alien, sino que habla (con la voz de Seth Rogen) y tiene otros hábitos muy alejados del aniñado modelo de Spielberg. El tipo, además, confiesa que está en la Tierra hace 60 años y que muchas de las cosas que suponemos saber de los extraterrestres vienen de él. Como buena película del género, los amigos, el alien y una recién llegada que se les suma (la genial comediante Kristen Wiig, pronta a verse en Damas en guerra ) deben escapar de un agente secreto (el talentoso Jason Bateman) y dos torpes policías locales, a quienes maneja una voz en el teléfono que pronto sabremos quién es. Como ella, son muchos los cameos, frases, chistes y referencias a la ciencia ficción de los ’70 y ’80. Lo bueno es que más allá del jueguito, hayan conseguido hacer una comedia que funciona por sus propios medios: divertida y burlona, por momentos llena de guiños, pero también tierna y muy humana. Como para llevarse un Paul a casa, ponerle una lamparita adentro y usarlo como velador. Bueno, pensándolo bien, tal vez no...
Un simpático extraterrestre se cruza en la vida de dos fanáticos de los cómics, en este cuarto largometraje de Greg Mottola. Comedia, película de extraterrestres, road movie, relato cinéfilo, cuarto largometraje de Greg Mottola y desembarco estelar de los ingleses Simon Pegg y Nick Frost en Estados Unidos, Paul es eso y mucho más, presentado con seguridad y cohesión. El encargado principal del exitoso ensamblaje es Mottola, que con la comedia dramática sobre jóvenes adultos Deseos y sospechas , la comedia sobre adolescentes Supercool y la inolvidable comedia romántica situada en los ochenta Adventureland: un verano memorable ya se había revelado como un director talentoso y tan sólido como -paradójica y felizmente- impredecible: nunca fue fácil pronosticar su siguiente paso. Pegg y Frost son actores, comediantes y guionistas ingleses. Para conocerlos, nada mejor que ver Arma fatal y Muertos de risa , ambas disponibles en DVD y dirigidas por Edgar Wright, ambas veloces despliegues de humor inglés a partir de relecturas cariñosas de productos americanos como el policial al estilo Arma mortal y las películas de zombies, respectivamente. Pegg y Frost, guionistas y dos de los tres protagonistas de Paul , son aquí Graeme y Clive, nerds ingleses fanáticos de los cómics, la ciencia ficción, las espadas, La guerra de las galaxias y universos adyacentes, que asisten a la convención de cómics y aledaños más grande del mundo, la Comic-Con, de San Diego. Desde allí salen a la ruta a recorrer "el camino de los ovnis" en una casa rodante. Apenas comenzado el viaje se les aparece Paul, un extraterrestre con varias décadas de vida en la tierra. Paul es un personaje bien definido visualmente, con concretos contornos digitales y movimientos y materialidad realistas. Pero el mayor logro de la película reside en su personalidad. Paul es grosero, malhablado y corrosivo, y también es vital, leal y bondadoso. La voz que lo anima es la de Seth Rogen, quien demuestra, con muchos matices sonoros, sus múltiples recursos de comediante. Paul, perseguido, se une a los ingleses para intentar escapar y volver a su planeta. Las múltiples referencias cinéfilas, tanto explícitas y frontales como laterales (desde E.T . hasta Deliverance y Duel ) más la diversidad del humor (verbal, slapstick , deadpan , escatológico y hasta teológico) son amalgamadas por Mottola, que conduce con seguridad en las elipsis y en los cambios de ritmo. Sabe que la comedia es principalmente cuestión de timing (hasta se permite un chiste final de Paul sobre el asunto) y logra, en no pocos momentos, hacer de Paul una fiesta irreverente, ácida y noble, que probablemente celebrarán, desde otro ángulo, quienes disfrutaron la reciente Súper 8.
Por un lado, Simon Pegg y Nick Frost. De origen inglés, este dúo dinámico antiheróico protagonizó éxitos de culto —por extraña que suene la expresión— como Muertos de Risa y Arma Letal (títulos argentinos de Shaun of the Dead y Hot Fuzz, respectivamente), dirigidas por el no menos talentoso Edgard Wright. Por otro lado, Greg Mottola. Otrora co-equiper de Judd Apatow, culpable máximo de Supercool y Adventureland: Un Verano Memorable. Si a la ecuación le sumamos un extraterrestre con la voz de Seth Rogen, nos da como resultado Paul. Graeme Willy (Pegg) y Clive Gollings (Frost) son dos artistas y meganerds británicos que, luego de gozar en la Comic-Con[1], alquilan una casa rodante y se ponen a recorrer parajes relacionados con el fenómeno OVNI, como el Área 51. En medio del camino, ven cómo un auto se desvía de la ruta y choca. Cuando acuden para rescatar a posibles heridos, descubren que el chofer no era un ser humano. Paul, un alienígena cabezón, de ojos grandes y muy canchero, les pide ayuda para llegar hasta la nave que lo llevará de regreso a su planeta. Graeme y Clive le dan una mano a su nuevo e inusual amigo, aunque deberán huir de agentes y otras personas que pretenden dar con el Visitante. La película es una desopilante comedia en clave de road movie ambientada en las carreteras estadounidenses, pero, sobre todo, es la historia de fans, hecha por fans y para fans. Graeme y Clive son los prototípicos nerds; hombres que, pese a su edad, saben todo sobre Viaje a las Estrellas y La Guerra de las Galaxias. Sin embargo, más allá de sus graciosas salidas, están mostrados con respeto, no como un par de loquitos de historieta. Una vez más, Pegg y Frost, desde la actuación y desde el guión, logran hacer creíble y divertido lo francamente inverosímil, además de una gloriosa fiesta para cinéfilos y entendidos. Predominan homenajes y referencias, la mayoría puestas de manera muy inteligente y original: Paul, en sus sesenta años que lleva en la Tierra, se dedicó a asesorar a producciones de Hollywood y a cineastas de la talla de... ¡Steven Spielberg! Curiosamente, la próxima aparición (o algo así, ya que animarán sobre ellos gracias a la técnica de motion capture) de la dupla Pegg-Frost será en Las Aventuras de Tintín - El Secreto del Unicornio, dirigida por el denominado Rey Midas del cine. Demostrando que la tienen clara a la hora de musicalizar films, Pegg, Frost y Mottola se despachan con otro soundtrack demoledor. Suenan temas de Marvin Gaye, B’52... y “ Don’t Bring Me Down”, de Electric Light Orchestra, que también forma parte de la banda sonora de Super 8, película con la que Paul se complemente a la perfección. Paul es un nuevo prodigio de la animación por computadora y un nuevo trabajo inolvidable de Seth Rogen. Al haber vivido tanto tiempo en nuestro planeta, el extrovertido alienígena adoptó nuestros modismos y la manera de hablar. Su carisma y sus movimientos recuerdan a Bugs Bunny, pero más escatológico. Ojo, también tiene su faceta tierna y sentimental. Además de Pegg, Frost y Rogen, el elenco secundario también se luce. Kristen Wiig hace de Ruth, una chica demasiado religiosa y tuerta que se una a los protagonistas y aprende a deshinibirse. Perteneciente al elenco de Saturday Night Live, Wiig actúa en —y es co-guionista de— Damas en Guerra, que se estrena en breve. Jason Bateman interpreta a un misterioso hombre de negro que anda tras Paul. Una vez más, este comediante causa gracia al mantenerse serio ante las situaciones más absurdas, como si no estuviera actuando en una comedia. Bill Hader, de Saturday Night Live y actor fetiche de Mottola, es Haggard, un agente con intenciones que no terminan siendo las que parecen. Joe Lo Truglio, por su parte, es O’Reilly, compañero de Haggard, quien resulta un nerd de la primera hora. John Carroll Lynch sigue dando miedo, ahora como el padre de Ruth, quien no duda en tratar de rescatar a su hija con una escopeta y una Biblia. Blythe Danner pone la cuota emotiva como una vieja amiga —y amiga vieja— de Paul, y Jane Lynch, hoy conocida mundialmente por ser la malvada Sue Silvester en Glee, saca más de una sonrisa en los pocos minutos que le tocan en pantalla. También hay una aparición sorpresa en el final, de la que no conviene adelantar nada. En Paul, Simon Pegg y Nick Frost siguen siendo garantía de genialidad y humor. Hacen tan buen equipo con Mottola como con Wright, y una vez más nos dicen que e, ciertas ocasiones, hay que arriesgarse de lleno por lo que se siente o por las personas a las que amamos. Ya lo dice Paul: “A veces hay que jugársela”.
Ojotas y Short serán la vestimenta más cool que podrá tener un extraterrestre en la historia universal. Muchas veces escuché personas que me dijeron que, luego de ver E.T., descubrieron su pasión por el cine. Ahora, después de ver Paul, puedo creer plenamente que una nueva generación tendrá ganas de amar el cine. El misterio y la curiosidad no son los únicos logros que este tipo de películas nos impusieron, sino también lo ha sido su manera de deshumanizarlos (o no) como clave escencial para lograr empatía o miedo. Lo primero es una forma de superar lo segundo, y lo segundo es la forma más sencilla de no aceptar a lo distinto. Cuanto más miedo me da, más me atrapa, ¿no? Lo cierto es que esta comedia inglesa a la americana es una obra de humor moderno que nos acerca al alien Paul (en la voz de Seth Rogen) que por más que quedó atrapado en la Tierra en la década de los 50 ha sabido adaptarse mejor que los humanos a los cambios sociales y culturales. Una vez libre por voluntad propia (decide tomar un auto y escapar del cautiverio), se cruza con dos ingleses nerds y fans de los comics que deciden emprender, luego de su paso por el evento de comics más importante (Comic- Con). un viaje por Extraterrestial Highway (algo así como la carrera extraterreste) con el sueño de toparse con un un ser u objeto no identificado. Esos dos nerds son los amigos Graeme Willy (Simon Pegg) y Clive Gollings (Nick Frost), dos seres muy particulares que viven en un mundo paralelo y aniñado donde el concepto de adultez aún no ha llegado a sus oídos. Claro … hasta que se topan con Paul. Si bien la película no para de ser un constante guiño a los clásicos de la ciencia ficción, donde no hay momento para una no deje de pensar en la hipertextualidad que hay en toda la obra, existe algo que nos excede y es la capacidad de Pegg y Frost para crear un nuevo texto, en una nueva obra que se convierte en una road movie clásica donde en cada kilometro recorrido nuestros protagonistas toman una nueva dimensión y donde los cambios entre ellos y para sí se van sembrando sutilmente hasta el final. Porque a pesar de ser una comedia donde realmente nadie para de reír hasta el final, y donde este final es casi obvio, es en esa obviedad es donde se apoya esta historia. Ya que no importa su final sino su recorrido, y Paul será clave para que ambos protagonistas tomen posición sobre sus vidas (el amor en el caso de Graeme o la seguridad en si mismo en el caso de Clive) mientras atraviesan varias persecuciones por parte del Agente Zoil (Jason Bateman) y, sus asistentes Haggard (Bill Hader) y O´Reilly (Joe Lo Truglio) y el padre de una joven que secuestran involuntariamente en el camino. Paul fue dirigida por Greg Mottola (Adventureland Y SuperBad) y escrita por la dupla protagonista conformada por Pegg y Frost, que nos han deleitado con sus actuaciones en Hot Fuzz y Shaun of the Dead. Un mix realmente muy bien encastrado, como Legos que parece que nunca podrían ser una figura (digo esto, teniendo en cuenta que siempre ha sido Edgar Wright, quien ha dirigido a estos ingleses tan geniales). Tan cercana a la recientemente estrenada Super 8, Paul es la contracara de la obra de J.J. Abrams y Steven Spielberg (guiño guiño con este último). Porque si bien, en la primera los niños deben ser adultos para afrontar lo que han vivido, en la otra los adultos (algo aniñados) son tan niños que ante una rareza como un extraterrestre se desmayarán, nunca actuarán de manera lógica y se guiarán por su deseo más que por su razón. Paul es un estreno altamente recomendable que sólo podrá verse en los cines ShowCase que tengan triple sala digital de forma limitada, ya que Universal decidió ofrecerla al colega SirChandler, la cara más visible de cinesargentinos.com, para que la distribuya comercialmente en el país dado que el estudio había optado directamente por llevarla a DVD. Una pena que ya hemos sufrido con obras como “Scott Pilgrim Vs. The World”. Si queres morir de cariño por un alien en ojotas y short, definitivamente no podes perdértela ¡ Nada de lo que te diga va ser mejor que vivirla!
Con precisión de relojero cada dos años Greg Mottola entrega una nueva gran película. No repite fórmulas, cambia, busca nuevos guionistas, da oportunidades a jóvenes actores y siempre cumple. En el 2007 buscó y logró risas con Superbad, film que potenció a un adolescente grupo de actores y a sus principiantes escritores Evan Goldberg y Seth Rogen. En el 2009 volvieron los ’80 con Adventureland, su mejor trabajo hasta el momento y lamentablemente el menos conocido. Con Paul juega a la ciencia ficción. Como niños en una dulcería, lleva al paraíso geek a sus siempre presentes nerds y los deja tocar todo. El resultado es una divertida y emotiva comedia cargada de personajes entrañables, como aquellas que suelen caer de otro cielo que es el de Apatow. Y para el combinado sci-fi humorístico, nada mejor que aquellos que durante algunos años han mezclado sabores del otro lado del charco. Simon Pegg y Nick Frost han probado como dupla actoral, y como guionista el primero, la comedia de terror (Shaun of the dead), le han sumado acción (Hot Fuzz) y, en su primer guión co-escrito, juegan con Mottola a la ciencia ficción. Y como él, cambian. Pero al igual que el director mantienen un punto fundamental: el corazón. Sus personajes pueden insultar cada dos palabras, pueden hacer cosas ilegales, los puede perseguir la policía, pero nunca pierden sus valores, y en estas películas lo principal es la amistad. Paul es cómica, ocurrente, franca, emotiva. Puede que el género sea otro, pero en la práctica es lo mismo. El mismo cine de Mottola, el mismo ejemplo de felicidad.
Mi alienígena favorito y dos freaks Entre los cientos de estrenos de cada año, Paul bien puede considerarse un film pequeño, tanto por ser una producción modesta en términos de despliegue de recursos, como en sus aspiraciones de trascendencia. Sin embargo, la película es un delicioso artefacto que disfrazado de comedia disparatada en plan de parodia del género de ciencia ficción se anima a traficar algunos discursos críticos sobre el conservadurismo religioso, la obsesión por las armas del Estados Unidos profundo, y además habla de valores como la amistad y la solidaridad en un mundo hostil. A partir de la anécdota mínima de dos freaks ingleses que concretan el sueño de toda su vida, es decir, pasar sus vacaciones en Comic Con, la famosa convención de ciencia ficción que se realiza en Las Vegas todos los años, más una excursión a la mítica Área 51 en Nevada –donde según las teorías conspirativas se supone que el gobierno de los Estados Unidos realiza pruebas con extraterrestres prisioneros, entre otros misterios–, la historia rápidamente levanta vuelo cuando hace su aparición Paul, un alienígena con un sentido del humor bastante pedestre, que busca regresar a su planeta después de pasar demasiados años en la Tierra. Por supuesto que hay una agencia gubernamental que lo persigue y, claro, abducciones. Pero el tamiz británico que le imprimen al relato Simon Pegg y Nick Frost (Muertos de risa), habilita una mirada ácida sobre algunas cuestiones como el fanatismo de la fe, la paranoia y el derecho a portar armas, más las múltiples referencias a películas como E.T. y Encuentros cercanos del tercer tipo –incluido un cameo del mismísimo Steven Spielberg–, que combinadas con el buen pulso para la comedia del Greg Mottola, director de Adventureland - Un verano memorable y Súper cool, y el aporte de Bill Hader y Kristen Wiig de la factoría Saturday Night Live, hacen de Paul una muy buena comedia pensante.
Divertido encuentro de los perdedores y el alien En un raro momento de intercambio intercultural, los dos nerds ingleses de la gran parodia del cine de zombies «Shaun of the dead» van de vacaciones a los Estados Unidos partiendo de una convención de fans del comic y la ciencia ficción, para luego recorrer el circuito de conspiraciones extraterrestres, donde conocen un auténtico alien que asegura ser quien asesoró a Spielberg para «Encuentros cercanos del tercer tipo». Todo esto dirigido por Greg Mottola, el experto en perdedores de «Super Cool» y «Adventureland», con el aporte de grandes comediantes como Bill Hader (de «Saturday Night Live») como un aspirante a «hombre de negro», o Seth Rogers (la voz del marciano con una generosa provisión de la marihuana que le daban los militares de las bases secretas donde lo tenían encerrado). Uno podría pensar que, con todos estos elementos, «Paul» podría ser una comedia fabulosa. Lo cierto es que es una comedia bastante buena, con la típica estructura de «road movie» divagante que intenta armonizar la trama con los gags y sketches de eficacia intermitente. Es decir, uno la pasa bien durante toda la película, pero como suele suceder en estos casos, da la sensación que los que se divierten más son los artistas involucrados en el rodaje. Obviamente los seguidores de las conspiraciones extraterrestres y la cultura pop relativa a la ciencia ficción y las convenciones con gente disfrazada de star troopers o princesas Leia de «Star Wars» van a disfrutar especialmente todo este chiste con momentos brillantes, dos o tres gags realmente gloriosos, y una dosis generosa de «buenas vibraciones» para compensar cualquier falta de rigor que pueda afectar el conjunto. Además, hay muy buenos diálogos en «klingon», lenguaje obviamente despreciado por Paul, hombrecito verde que está de vuelta de todas estas cosas.
Bien pensada comedia lunática Greame y Clive lograron su sueño de infancia, compartir la Comic Com, Convención Internacional de comics, ciencia ficción y fantasía de San Diego. Fanáticos del tema, vinieron desde Inglaterra (trabajan en el campo) y piensan visitar "los paraísos ovnis norteamericanos", desde Nuevo México y su polémico Roswell, al Area 51 en Nevada, pasando por la publicitada Rachel. Así emprenden un viaje por "la carretera extraterrestre" (la 375), sin imaginarse 1que un alienígena, escapado de una base militar los elegirá como compañeros de viaje. Y no serán los únicos acompañantes, vendrán agentes federales, un fanático religioso y su linda hija, más otros personajes innombrables. Los amantes de la ciencia ficción van a disfrutar a lo loco con estos simpáticos nerds, ingenuos y prejuiciosos, que deslumbrados por su Encuentro del Tercer Tipo, iniciarán una fuerte amistad con ese Paul al que alude el título, mezcla de imagen Roswell con hermosos ojos E.T., de fuerte personalidad y humor zumbón. FANATICOS Y ALGO MAS "Paul" tiene un sólido guión de los simpáticos actores, que hacen doblete en este filme. Hay bromas, alusiones a películas y escritores del género (encuentro con Shadowchild en la convención), a Bin Laden y a Darwin, a cineastas como Spielberg y mucho hincapié en las aprensiones gay de los "duros" y muy tontos de la zona. Es desopilante el enfrentamiento de Paul y el fanático religioso al que desafía a explicar su existencia alienígena. En síntesis, el director Greg Mottola con sus actores-guionistas, homenajea el mundo de la historieta y la ciencia ficción, observa agudamente los "tipos" de la región, "la mesera", "los duros", el fanático religioso, el armamentismo bushiano, logrando exaltar las virtudes de la amistad y la aceptación de la diversidad. Tiene química la pareja de amigos, Frost y Pegg, muy graciosa la pareja de agentes. Hay un cameo de Sigourney Weaver en el final.
Encuentro cercano con el tercer tipo Más que una historia de un enceuntro del tercer tipo, Paul es en realidad la historia del tercer tipo. Dos nerds británicos treintañeros viajan a la convención Comic-Con en San Diego y conocen en el camino a un verdadero extraterrestre, Paul, un alien despreocupado que llegó a la tierra hace años y les pide ayuda regresar a su planeta. Si ellos son como dos niños inocentes amantes de los cómics y la ciencia ficción, Paul aprendió en la tierra a pasarla bien: le gusta fumar, tomar buena cerveza y tiene toda la destreza social que le falta a sus dos amigos. Así, a medio camino entre una buddy movie como Supercool, una road movie con versiones masculinas y ñoñas de Thelma & Louise, y un policial de persecuciones, Paul cuenta la historia de estos tres forajidos. Pisándoles los talones, los persigue un agente del gobierno, Lorenzo Zoil (Jason Bateman, quizá uno de los mejores actores de comedia de los últimos años), y dos agentes del FBI, Bill Hader (que también fue el genial policía en Supercool) y Joe Lo Truglio. Como en la película Gentlemen Broncos, el filme funciona como una parodia del cine de ciencia ficción, sobre todo, de la ciencia ficción entendida por Steven Spielberg. Claro que aquí ET es reemplazado por un alien mujeriego y fumón con la voz de Seth Rogen. Pero los guiños se extienden a otros filmes del género, desde Alien a Encuentro cercano del tercer tipo o Expedientes X. Sin embargo, si hay algo que tiene Greg Mottola es ternura por sus personajes, esos fans, freaks, niños introvertidos y adultos asociales a los que nunca ridiculiza. De hecho, el encuentro con Paul es una manera de relatar el vínculo entre estos dos amigos, cándidos como adolescentes, y su paso hacia la madurez. De alguna manera, hay una parodia pero también homenaje a Spielberg allí. Algunas palabras finales para Simon Pegg y Nick Frost, los protagonistas y coautores del guión con Mottola. Más allá del perfecto physic du role de ambos (el colorado pálido y el gordito que no usó los aparatos suficiente tiempo), los comediantes ingleses (Hotfuzz, Zombies party) parecen haber nacido para estos roles. Paul no es pretenciosa, pero logra exactamente lo que pretende.
VideoComentario (ver link).
Anexo de crítica: Tranquilamente podríamos considerar a Paul (2011) un verdadero desastre si sólo tuviésemos en cuenta el hecho de que constituye el esperado regreso de la dupla compuesta por Simon Pegg y Nick Frost luego de las extraordinarias Shaun of the Dead (2004) y Hot Fuzz (2007), sin embargo -y para relativizar el impacto de tanta cursilería y chiste fácil- hoy debemos señalar la presencia de un director mediocre como Greg Mottola y un guión sujeto a la improvisación fortuita. Aún así duele reconocer que ni el talento del dúo protagónico ni la colección de citas nos salvan del tedio ocasional...
Hay películas que tienen como única excusa la simpatía. Y no está mal: simpatía es algo que falta en el mundo, sentir que, amablemente, compartimos las emociones de otro. Paul es eso: un extraterrestre totalmente fuera del canon que se encuentra con dos tipos igualmente excéntricos y viven aventuras, a cual más cómica. Un poco E.T., un mucho el Quijote (no se asuste por la referencia “culta”), el film construye una mirada sobre nuestros lugares comunes sociales desde una justificada mirada “desde afuera”. En el fondo, se trata de preguntarse cómo es el mundo en que vivimos asumiento el punto de vista de gente que se inscribe al margen. Hay aventura, hay acción y hay, es necesario a los efectos narrativos, algo de drama. Pero sobre todo hay tres personajes simpáticos con los que no cuesta nada identificarse. Podemos ser Paul, el extraterrestre, casi en cualquier momento. Divertirse mirándose en un espejo distorsionado es, en el fondo, la clave del humor. De eso se trata.
Encuentros demasiado cercanos Últimamente la cantidad de buenos comentarios y hasta alabanzas que generaron ciertas comedias no congeniaron finalmente con mis expectativas. Pero pensando que después de todo Greg Mottola no me había desilusionado hasta el momento, me decidí a ver Paul. Traté de hacerlo sabiendo lo mínimo indispensable, haciéndome a la idea de que - como dijera siempre nuestro amigo Tusám- podría fallar. Pero debo de reconocer que a pesar de una extención un tantín exagerada para lo que cuenta, disfruté de los 104 minutos de una comedia que con clichés incluídos y sin ser una genialidad cumple muy bien su cometido. Comedias estilo road movie con una pareja de frikis al volante escapando de cuantos enchastres se mandan, tenemos a raudales, pero lo bueno es cuando empleando siempre los mismos ingredientes la torta tiene ese no se qué que la hace deliciosa. Nick Frost y Simon Pegg- aquellos protagonistas de la locura zombie Shaun of the dead- guionistas y protagonistas de este cuento de ciencia ficción, bien hacen valer una tarde de visionado en la que uno tenga ganas de divertirse, reir y sobretodo, si se es un poco fanático de los films de culto y comics, identificado. No puede negarse que son una pareja con química que con el agregado de un ET grosero y descarado terminan por hacer de esta aventura llena de guiños y pases a los films del género una muy buena opción.Como si esto fuera poco el reparto se completa con figuras que dentro de la comedia son ya toda una referencia como la cada vez más ascendente Kriten Wiig y el increible Bill Harder que muchos habrán disfrutado juntos por ejemplo en Saturday night live. Desde la línea argumental básica tenemos a un par de amigos británicos de visita en EE.UU para la Comic Con y que posteriormente deciden alquilar una casa rodante para seguir la ruta más famosa de avistaje de OVNIS. En pleno viaje por la noche sucede un accidente y dan con Paul, interpretado vocalmente por Seth Rogen, un alienígena que desde la década del '40 ha sido prisionero del Gobierno y ahora se ha fugado. Como no podía ser de otra manera deciden ayudarlo por lo cual deberán de escapar todo el tiempo de los "hombres de negro" que lo quieren de vuelta a cualquier precio. Desde la misma ET pasando por Encuentros cercanos del 3er tipo y obviamente la nombrada Hombres de negro, el film está lleno de escenas, frases, personajes y dobles sentidos referidos a los films del género. Todo condimentado con humor británico mezclado con el típico americano y, claro, negro, bastante humor negro. Aburrirse es difícil aun cuando sabremos de antemano muchas de las cosas que pasarán, cómo terminará el cuento y quién es quién. Comedia que además guarda alguna que otra buena crítica social y por supuesto, algún que otro momento emotivo.Un film que cumple sin arrogancia ni pretenciones desmedidas, es lo que ofrece y por eso, funciona.
En estos días se habla mucho del homenaje que supone para el cine familiar de los 80 la reciente Super 8 de J.J. Abrams. Como suele ocurrir frecuentemente, los focos se dirigen sobre esta película, dejando de lado otro homenaje en forma de parodia al cine de ciencia ficción de los años 80; se trata de Paul de Greg Mottola. Paul nos cuenta la historia de dos británicos, Graeme y Clive, asistentes a la comic-con de Los Ángeles que deciden cruzar estados unidos visitando todos los lugares de poder en su vuelta hacia la costa este a bordo de un motorhome. Se presenta con una estructura clásica de una Road Movie, que se verá truncada como tal cuando los infortunados protagonistas se topen, en las cercanías del Area 51 con Paul, un extraterrestre que se acaba de fugar de un laboratorio secreto. Desde ese momento, suceden una suerte de delirantes incidentes donde se destripan los tópicos con los que los anglosajones de ambos lados del charco se ven unos a otros. Así, Graem y Clive aparecen como una caricatura inocente de unos europeos ingenuos e inseguros que al atravesar los Estados Unidos parodiando a la Road Movie por excelencia, Thelma y Louise , coincidirán por el camino con todo el elenco de personajes que cabría suponer encontrarse en el medio oeste americano en una sucesión de incontables referencias en forma de gags que al espectador no le costará reconocer, tanto es así que se intuyen incluso homenajes a cintas que a su vez ya homenajeaban al género como al pasear al alienígena disfrazado, como en ET, al igual que ya hiciera Kevin Smith en Jay and Silent Bob Strike Back , o la conversación con el Marshall en la gasolinera que ya llevó al cine Robert Rodriguez en Del crepúsculo al amanecer. Mottola al que concemos por las agudas Superbad y “Adventureland” de 2009, nos propone en “Paul” un ensayo sobre películas de género fantástico que destacaron en la taquilla durante los años 80, en una historia hecha a medida para lucimiento de la pareja cómica “Simon Pegg” y “Nick Frost”, inolvidables tras su interpretación de la muy británica Muertos de risa. No en vano, son los propios Pegg y Frost los responsables de un guión completo, donde a modo de Trivial Pursuit de hora y media, podemos jugar a adivinar donde hemos visto tal o cual escena con anterioridad. Merece destacar, en este sentido, las continúas menciones a la mujer con tres pechos de El vengador del futuro, si bien, se ven durante toda la película divertidas alusiones a múltiples títulos como Los cazadores del arca perdida. Ni que decir tiene que la serie Hombres de negro aparece representada, tanto en el comienzo, como durante el desarrollo. No sólo eso. La complicada situación política mundial da lugar a gran cantidad de sarcasmos. Así, son frecuentes referencias a la actualidad, como la mención a Guantánamo, o la inmigración ilegal, a través de numerosos juegos de palabras con la palabra “alien” en su versión en inglés. Aderezada con continuos cameos (el propio Spielberg se pone voz a sí mismo), la película mantiene un ritmo constante a lo largo de todo el metraje, sin llegar en ningún momento a cansar, y con una trama paralela que le añade la dosis justa de intriga. Una muy buena película con la que pasaremos momentos muy divertidos y que se hace indispensable ver en versión original para captar toda su esencia.
No hay sancta sanctorum que mejor represente a la cultura nerd que el multitudinario encuentro anual del Comic Con que se celebra en San Diego. La convención más grande del mundo dedicada a la industria de los superhéroes, las historietas y la ciencia ficción reúne a miles de fanáticos de novelas gráficas, series y films de personajes fantásticos. Es aquí donde un par de freaks ingleses, fervientes admiradores de la vida más allá de las estrellas, llegan para iniciar el circuito de la autopista OVNI que culmina en Roosevelt, Nuevo México. En medio de la noche y en una solitaria ruta del oeste norteamericano, este par de amigos conoce por accidente a Paul, un extraterrestre que hace sesenta años vive en nuestro planeta y ahora se encuentra huyendo de los servicios secretos que protegen el Área 51. Una verdadera aventura, fuera de las páginas de los comics, se les presenta y ellos no la dejarán pasar. Los actores Simon Pegg y Nick Frost llevan toda la irreverencia y acidez de “Muertos de risa” y “Hot Fuzz” a un terreno fértil, plagado de iconografía a la cual parodiar y a la vez nutrirse de la misma para entregar un guión que sorprende a cada momento. Los homenajes a Steven Spielberg, gran propulsor de la cultura alienígena, son varios. El diseño computarizado de Paul es realista y se integra a la acción en vivo sin desentonar. Con el valioso aporte de Seth Rogen en el doblaje, Paul es un alien maleducado, fumador e intolerable que adquirió todas las mañas humanas en su larga estadía en nuestro planeta. Sin esfuerzo desliza frases imperdibles: “Esto es Estados Unidos, raptar a un cristiano es peor que ocultar a un fugitivo” o “No estoy en contra de la homosexualidad porque en mi planeta todos somos bisexuales” son sólo algunas de ellas. Con el co-protagónico de Jason Bateman y los cameos de Jane Lynch, Sigourney Weaver y Blythe Danner, esta destacada iniciativa de la web cinesargentinos.com vuelve a apostar por un cine con el que las majors temen perder dinero. Iniciándose como una distribuidora de cuidadosa selección de títulos, muy pronto lanzarán la versión en 3D del éxito ochentoso “Top Gun”, tras la fervorosa repercusión que tuvo idéntico reestreno de Volver al Futuro en 2010.
La “road movie” debe estar dentro de los inventos más raros que se usaron para clasificar películas en tanto género. Me pregunto a quién se le ocurrió tal cosa. Comedia, drama, aventura, bélica, todo dentro de la misma bolsa, sólo porque la acción (o la mayor parte de ella) se desarrolla en un camino, ruta, autopista, etc. Menos mal que no proliferó esta forma de definición. Ya me veía hablando de riachuelo movies, tribunales movies, supermercado movies, ¡o vaya a saber que otra ridiculez! “Paul” de Greg Mottola ocurre en la ruta, y la trama se desarrolla durante un viaje, pero es una comedia. Créame. ¡Y de las buenas! Dos nerds, Graeme (Simon Pegg) y Clive (Nick Frost), fanáticos de todo lo relacionado con la ciencia ficción, incluyendo historietas y series, llegan de Inglaterra a Estados Unidos para la convención anual de Comicon, encuentro que reúne a los fanáticos de todo el planeta. Pero el viaje tiene otro propósito aún más importante para ellos: hacer un recorrido en casa rodante por aquellos lugares de USA en donde hubo contacto extraterrestre. Eventualmente se encuentran con uno. Adivine como se llama: Paul. Se trata de un alien que se ha escapado del Área 51 con la idea de retornar a su planeta. En cautiverio durante décadas, el sujeto ha tomado todos los modismos y costumbres del ser estadounidense de medio pelo y grosero: Insulta, fuma, toma alcohol, habla de minas y tiene un humor bastante ácido. Le diría que se imagine al humor de Alf aggiornado a esta época y no apto para todo público. Paul conoce a los británicos, se une a ellos emprendiendo una huida cuyo destino final es el punto de cita del alienígena con los congéneres que llegarán desde el espacio para rescatarlo. Enterada de la fuga, la jefa de jefas (actriz sorpresa) ordena a uno de sus agentes la búsqueda y captura de Paul, un agente de pocas pulgas y pocos amigos. El resto, imagínelo durante medio minuto. Sí, es exactamente lo que pensó. Sin embargo, esta vez lo predecible no resulta un factor negativo. Esta comedia se sustenta sobre dos pilares fundamentales: El extraterrestre cool y ocurrente (en la voz de Seth Rogen), con un humor apuntado directamente sobre las convenciones del género para reírse de ellas, y la excelente química de Simon Pegg y Nick Frost, a los que se suma la gran comediante Kristen Wiig como una chica caída del catre que aprende de todo en el viaje. Por supuesto que cuanto más fanático sea usted, y más sepa de ciencia ficción, más gags y guiños podrá agarrar al voleo, pero es importante destacar que “Paul” se puede disfrutar aún si vio muy poco, hasta le diría que con “Encuentros cercanos del tercer tipo” (1977) alcanza. Al director Greg Mottola le falta poco para lograr que se lo empiece a usar como referencia. Sabe muy bien esto del humor rebuscado, y ya manejó su propio código en películas como “Un verano memorable” (“Adventureland”, 2009) o “Super Cool” (“Superbad”, 2007), y en el caso de “Paul” con el agregado de construir un personaje muy sólido, a tal punto que hace olvidar al espectador que se trata de un ser enteramente digital. Las tramas paralelas se desarrollan por los carriles normales. En este sentido los guionistas (los mismos actores Simon Pegg y Nick Frost) siempre tuvieron claro que esta producción es un gran gag dividido en secciones, que bien podrían ser parte de cualquier sketch de Saturday night live o Mad TV. Probablemente “Paul” no pase a la historia del género, pero seguramente será de culto y, en el mejor de los casos, si usted detesta la ciencia ficción o las historietas, esta realización será su mejor compinche para entender por qué.
Fumanchi E.T. Paul es un film de Ciencia Ficción/Comedia que devuelve a la pantalla a la dupla cómica británica de Simon Pegg y Nick Frost, vistos anteriormente en otros productos similares donde se combina la ciencia ficción con la burla y el humor nerd como "Shaun of the Dead" (película de zombies increíblemente estúpidos) y "Hot Fuzz" (donde los increíblemente estúpidos son ellos dos). Debo admitir que no soy para nada fan de esta dupla cómica del cine, que me parece hacen un tipo humor irritante que mezcla moralismos con lo políticamente incorrecto en tono burlón. Quizás en "Shaun of the Dead" me simpatizaban un poco más, pero para mí ya han dejado demostrado que no tienen mucha capacidad de reinventarse a sí mismos y van siempre sobre la misma línea. En esta historia vuelven bajo el mando de Greg Mottola, que dirigió anteriormente películas juveniles como "Superbad" y "Adventureland", que en mi opinión son bastante superiores a este último trabajo que parece ser la versión marihuanera del clásico de los '80 de Steven Spielberg, E.T. En esta historia, dos nerds fanáticos de la ciencia ficción viajan a Estados Unidos para asistir al mundialmente conocido Comic-Con, un evento anual donde se expone lo mejor del género fantástico mundial. En su viaje, sufrirán un accidente que derivará en un encuentro con un marciano poco convencional llamado Paul (con la voz de Seth Rogen). El alien ha estado viviendo varios años en el Área 51 asesorando a la NASA luego de que su nave espacial de reconocimiento se estrellara, pero últimamente notó que su ayuda ya no estaba siendo valorada como antes, por lo que decide escaparse para tratar de volver con su gente antes de que sea demasiado tarde. El marcianito fuma, cigarrillos y marihuana, es medio exhibicionista, le encanta decir malas palabras y a la vez tiene un buen corazón, y la verdad es que es muy simpático, pero no hay mucho que más que resaltar sobre este film. Hay algunas participaciones de actores conocidos como Sigourney Weaver, Blythe Danner y Jason Bateman que parecen ser sólo compromisos comerciales con el estudio, que están de relleno y a los cuales no les sienta para nada bien el rol que se les dio. La dupla protagonista me parece que tiene un estilo bien definido, que al espectador le puede gustar o no, y como dije anteriormente soy claramente del 2do grupo. Si te gusta el humor al estilo Seth Rogen ("Ligeramente Embarazada", "Superfumados"), o viste los trabajos anteriores de la dupla protagonista, seguramente disfrutes esta película, pero si no sos simpatizante de estos actores, abstenete porque seguro te vas decepcionado del cine.
Mottola trabaja el vínculo de amistad masculina puesto en crisis durante la movilidad de un viaje, y a sus protagonistas los pone a interactuar con toda clase de personajes. Greg Mottola es uno de los directores más interesantes del cine norteamericano actual, pero es a la vez una rareza: no es de aquellos nombres que buscan la trascendencia a través de lo considerado “artístico”, ni es de los que perfilan en el mainstream con grandes tanques o films populares. Si bien ha transitado formatos populares, siempre ha sabido rodear el hueso y mostrar un punto de vista diferente. Mottola se moviliza en un universo donde la amistad es un valor fundamental, incluso mucho más que el amor de pareja. Y en Paul, el director logra hacer varios cruces con otros universos igual de interesantes: por un lado, lo que propone la dupla británica Simon Pegg y Nick Frost, que aquí no sólo protagonizan sino que además escriben; pero también la capacidad de Seth Rogen para construir un personaje adorable sólo con su voz. Pegg y Frost son dos británicos en Estados Unidos, que van a la Comic-Con, una de esas ferias repletas de freaks, pero que luego deciden recorrer diversos puntos donde supuestamente se han realizado avistamientos alienígenas. Y es precisamente que en uno de estos lugares se cruzan con Paul, un marciano perdido en tierra norteamericana desde hace varias décadas y que busca desesperadamente la forma de volverse a su hogar. Como en Supercool, Mottola trabaja el vínculo de amistad masculina puesto en crisis durante la movilidad de un viaje, y a sus protagonistas los pone a interactuar con toda clase de personajes. Paul incorpora la road movie, la ciencia ficción paródica, la buddy movie, la sátira política, apuntando todos los dardos contra la política armamentista de los Estados Unidos y la pasión religiosa y violenta del sur norteamericano. En Paul están todos los que tienen que estar: Jane Lynch, David Koechner, Seth Rogen, Jason Bateman, Bill Hader, Joe Lo Truglio, Kristen Wiig, y todos están perfectos. Mottola sabe cómo entrelazar personajes y cómo hacer esto en pleno movimiento. Si hay una característica en su cine (además de su habitual calidad), es la del crecimiento personal, la de la aventura que significa el pasaje a otra etapa de la vida. Lo interesante en Paul, y de ahí su carácter subversivo, es que mientras quiere decir una cosa por un lado respecto de la amistad y demás banalidades, las niega contundentemente por el otro. Y en eso tiene mucho que ver Paul, el marciano, creación irreverente que pone el universo patas para arriba. Además, en Paul la cinefilia de Mottola llega a niveles insospechados, introduciendo incluso chistes sobre Un milagro para Lorenzo. La última película de Mottola va por diferentes carriles: la crítica a los Estados Unidos conservadores, la comedia de pareja despareja y la sátira al cine de ciencia ficción y aventuras, y por todos va acertadamente, a la vez que logra cruzarlos como esas rutas que atraviesan los protagonistas. Si bien es anterior, bien vale verla como una reversión de Súper 8. Junto al notable film de JJ Abrams resultan un gran homenaje al cine de los 80, entendiendo por homenaje no la copia textual, sino la recreación de un espíritu. Algo que está en el aire, y que Paul toma con total alegría. Si hay algo del film que vale la pena, precisamente, es la alegría que destila. No se ven películas tan libres como esta habitualmente. Mottola volvió a acertar.
El Alien que fuma Dentro del vapuleado género de comedia americana, aquí Greg Mottola -director de las muy interesantes y oxigenantes: "Súper Cool (2007) y "Adventureland, Un verano memorable" (2009)-, supone una historia por demás de simpática, divertida y fumona -en el amplio sentido de la palabra, ya que este Alien llamado Paul fasea como un murciélago entre otras cosas-, así ofrece la historia de dos turistas ingleses fans de los cómics y los eventos que esta fanatización ofrece. Por casualidad se les cruzará en el camino, este extraterrestre que según parece hace décadas ha sido capturado por el gobierno de EEUU, y que huye para regresar finalmente a su planeta. Lo hilarante en esta propuesta es sin dudas la personalidad de Paul, su picardía, su vestimenta "cool" de shores y ojotas, o su curiosa adaptación a los cambios de una sociedad terrestre, pero también el guión exacerba el tema de la amistad, como aquella del "E.T" de Spielberg: los valores solidarios en medio de una sociedad armamentista y hostil-. Llena de guiños cinéfilos, una película con más del género "road-movie" que de Ciencia Ficción, con sus acumulativos cómicos y una buena dupla actoral de Simón Pegg y Nick Frost como esos dos "british" admiradores de la contracultura "freak" que protegen a Paul, y suma plus de la estupenda Kristen Wiig -la protagonista de "Damas en Guerra"- como una fanática religiosa tuerta.
Durante las últimas 6 décadas, un extraterrestre llamado Paul ha estado en una secreta base militar. Por motivos desconocidos, este alienígena algo perspicaz, huye y se sube al primer vehículo que encuentra en el camino para irse lejos de ahí: una vieja casa rodante alquilada en la que viajan dos “frikis”. Ambos hombres, ya en sus cuarentas pero detenidos en un estado adolescente, son dos británicos fanáticos de la ciencia ficción que recorren América para conocer la legendaria Área 51, el mítico emplazamiento en el que supuestamente el gobierno estadounidense realizó una autopsia a un extraterrestre. Ellos están ansiosos por ver un OVNI o un ser espacial y, claramente, el deseo resulta más que cumplido. Por causas diversas, el trío es perseguido por agentes federales y por el trastornado padre de una joven que raptan sin querer. En sus intentos por ayudar a Paul a regresar a su nave nodriza van dejando de ser nerds para convertirse en héroes intergalácticos. La agilidad del relato dirigido por Greg Mottola (“Supercool”), la simpatía (y la química) de sus protagonistas Nick Frost y Simon Pegg (también guionistas), y la participación secundaria de Kristen Wiig, Bill Hader, Jane Lynch, Blythe Danner, Jeffrey Tambor, Sigourney Weaver y Jason Bateman, hacen de “Paul” un auténtico entretenimiento. Pero es, sin dudas, el personaje del incorregible alien (con la voz de Seth Rogen, de "El avispón verde") el que se destaca en esta aventura del tercer tipo, dada su enorme simpatía, su desenfado y su afilado humor. El tema musical “All over the world” de Electric Light Orchestra termina por coronar esta simpática cinta, más entretenida y graciosa de lo que podía esperarse. Prejuicio, que le dicen…
Películas sobre aliens hay muchas, pero creo que muy pocas como Paul. Es un puro sarcasmo a la ciencia ficción y un ataque al sentimiento “geek“ con un humor que logra cumplir con su cometido y sacarnos unas cuantas carcajadas. Todo comienza cuando dos fanáticos de los comics y los ovnis se encuentran, tras un accidente, con Paul en medio de la nada mientras este intenta huir de un agente secreto que lo sigue. Es entonces que luego del shock inicial emprenden un viaje quasi-suicida con el fin de ayudar a Paul a escapar de quienes lo persiguen. A partir de ahí transitan por diferentes lugares que llevarán a los dos amigos y al alien por situaciones muy peculiares que desembocarán en pura comedia. El film en general en bastante entretenido de principio a fin y casi en ningún momento decae. Por suerte cuenta con un humor inteligente y no abusa del chiste barato como otras comedias. Pese a que pueda parecer una burla del mundo “Geek” en verdad en un pseudo-tributo en forma de comedia y por eso algunos de los chistes sólo serán comprendidos por aquellos entendidos del tema. También en muchas oportunidades van a ver referencias a clásicos del cine dentro del género de ciencia ficción como “Star Wars” o “E. T.”. Simon Pegg y Nick Frost realmente hacen provecho del género y se nota que están en lo suyo, pero quién realmente se destaca en la actuación a mi parecer en Kristen Wiig quien interpreta a Ruth, una chica criada religiosamente que descubre gracias a Paul que su vida ha sido una mentira y quiere aprovechar cada segundo al máximo. Obviamente, y a pesar de que no se lo vea, Seth Rogen aporta bastante a través de su voz en Paul. Es una película que entretiene pese a que quizás no sea la mejor comedia de la historia. Obviamente la van a saber apreciar mas aquellas personas que vivan en el mundo de los comics, ovnis y ciencia ficción siempre y cuando tengan un poco de humor ;)