Llega la adaptación del célebre juego con la participación del actor del momento, Tom Holland (Spiderman), Mark Wahlberg y Antonio Banderas, narrando la historias de Nathan Drake y Victor “Sully” Sullivan, convertidos en los cazadores de tesoros más atrevidos del mundo en una entretenida propuesta que recupera la aventura, el humor, escenarios cosmopolitas, paisajes exóticos y el entretenimiento para la pantalla grande.
Crítica publicada en Youtube.
Finalmente, y tras años de desarrollo y postergaciones debido a la pandemia, llega a los cines «Uncharted», la adaptación de la galardonada franquicia de videojuegos de Naughty Dog. ¿Valió la pena la espera?
Justamente entre mis juegos favoritos (Entre tantos) se encuentra la serie Uncharted, que cuenta con cuatro juegos principales y dos Spin off (uno en PS Vita y el otro un derivado de Uncharted 4). La realidad es que el juego de Naughty Dog no sería nada sin la influencia de Indiana Jones en lo narrativo, y la de Tom Raider en lo jugable. Ahora llegó el turno de la película, en el que si bien no se le pide que sea un versión que respete todas las características del juego, pero si su escencia, y debo decir que lamentablemente no lo hace. Si nos ponemos a situar la narrativa del film en alguno de los juegos , lo colocaríamos en el cuarto. Ya que contamos con la presencia del hermano de Drake (Para contar un poco sus orígenes) , la búsqueda del tesoro pirata y algunas escenas que son características de dicho título. Aunque a decir verdad es una versión demasiado libre , y que si bien es necesario utilizar algunos recursos para conectar a los personajes en una película de poco menos de dos horas, esta no juega bien sus trucos para darnos algo coherente. Ojo, no es una mala película y tampoco la voy a juzgar de más si nos ponemos a compararla con una de las franquicias más exitosas de Playstation. Pero si nos ponemos a buscar cuáles son los rasgos más destacados de Uncharted desde el Origen, ha sido el carisma y desarrollo de los personajes, escenas de acción imponentes y un pequeño toque fantástico dentro de la búsqueda del todo. La búsqueda realmente sabe a poco , o sea, en Uncharted se optó por una versión realista de la aventura, pero siempre tenía algún elemento que lo llevaba casi a algo sobrenatural. Aquí buscan un tesoro, siguen pistas y no sucede nada más. Otro elemento importante como mencioné antes, eran los personajes. Aunque desde un principio no veía Holland como Drake, quizá era una forma de juzgarlo porque no daba la apariencia del personajes, así que decidí no hacer queja sobre eso y dejar que sea el film que de el veredicto. Y a decir verdad no está nada mal , quizá es el único personaje que se desarrolla con un poco más de profundidad o quién tiene carisma en el film, el resto se ve vacío y casi jugando un papel muy secundario en todo. En cuanto a las escenas de acción, ojo , no tienen malos efectos especiales, al contrario. Pero se hecha falta el frenesí en la acción. En las promociones del film, siempre se ha hecho alusión a la escena del avión , un momento que representa la imponencia que Uncharted solía dar en momentos determinados en sus juegos, pero toca decir que es lo mejor que tiene la película, y lamentablemente se queda en eso único. Uncharted no es la peor película basada en un videojuego pero si está muy lejos de ser la mejor, o catalogarse como uno bueno. Es un film pochoclero que en buena parte entretiene pero al final es una experiencia vacía y sin mucho carisma. Calificación 5/10
Otra decepcionante adaptación de un videojuego La infernal épica de 15 años por llevar la célebre serie de juegos de Sony a la pantalla grande culmina en un mediocre e insípido film de acción y aventuras desprovisto de la personalidad, el encanto o la espectacularidad de los videojuegos que emula. Dentro del debate por el mérito artístico que puede llegar a tener un videojuego los de Uncharted nunca se han llevado más palma que por sus logros técnicos, como la animación con captura de movimiento o la puesta en escena cinematográfica. Esencialmente cada juego es su propia película y la creación de cada uno representa un desafío a los límites de la tecnología para volverlos un poco más cinemáticos. Lo mismo no puede decirse del film de Ruben Fleischer, un producto hecho sin inspiración y con el menor esfuerzo que piensa que devolver la liebre a la galera es un truco tan asombroso como sacarla en primer lugar. Le pusieron de subtítulo “Fuera del Mapa”, pero Uncharted (2022) no explora territorio nuevo. La historia es una simple búsqueda de tesoro alrededor del mundo. Los juegos nunca necesitaron mucho más que eso porque cuentan con personajes simpáticos que se relacionan con ingenio y dinamismo humano. Nada más lejos de ellos que Tom Holland y Mark Wahlberg en los papeles del joven aventurero Nathan Drake y su mentor Victor Sullivan. La relación que debería ser el corazón de la historia pende de una química tan fría y forzada que a menudo los actores ni parecen estar compartiendo la misma escena (y probablemente fue el caso en varias). Holland, siempre tímido y compungido, no da la talla de un aventurero chapado a lo Indiana Jones y un desganado Wahlberg brinda su típica mezcla de agresión y pasividad a un papel que no tiene nada que ver con la figura cálida y paternal de Sully. El tesoro en cuestión es el botín perdido de Fernando de Magallanes. Suena mucho menos emocionante que descubrir El Dorado o la mítica Shambhala porque no hay ningún misterio que revelar ni elemento sobrenatural con el que decorar la trama. Como la mayoría de las decisiones creativas de la película, parece haber sido tomada por descarte. Hay alusiones y referencias a todos los juegos de la serie, incluyendo un simpático cameo, pero ha elegido como compás principal el cuarto y más prosaico de los juegos. El único casting acertado del film es Sophia Ali en el papel de la aventurera rival Chloe Frazer. Antonio Banderas interpreta al villano de turno Santiago Moncada y se roba sus escenas. Su papel termina siendo decepcionantemente menor pero es uno de esos donde el actor comparte con la audiencia cuánto se está divirtiendo. Dentro del tibio caldo de deepfakes y pantalla verde que componen el entretenimiento principal de la película hay muy pocos momentos memorablemente divertidos, salvo por los más estúpidos, y esos es mejor olvidar. Uncharted es un excelente telefilm digno de Nickelodeon que promete entretener sin emocionar demasiado con su violencia sanitizada, humor desdentado, tediosa asexualidad y falta de imaginación. Es el Indiana Jones que le toca al 2022. Los juegos son más divertidos.
El actor del momento vuelve a invadir las salas de cine. Tom Holland regresa a las pantallas – luego del suceso arácnido – de la mano de «Uncharted», la primera adaptación cinematográfica del universo homónimo de videojuegos que viene creciendo desde 2007. Holland interpreta al caza recompensas Nathan Drake, quien es acompañado por Mark Wahlberg en el papel de Victor Sullivan. Ambos se embarcan en una peligrosa búsqueda del «mayor tesoro nunca antes encontrado» al tiempo que rastrean las claves que podrían conducir al hermano de Nathan, perdido hace ya mucho tiempo. Aunque no suene real, Sony viene trabajando en la producción de esta obra desde el 2008. Su principal inconveniente fueron los problemas de agenda con los actores, directores y guionistas involucrados. Es por eso que fueron cambiando las caras visibles y el equipo técnico a lo largo de los años, hasta que a principios de 2020 Ruben Fleischer asumió el rol de director. El cineasta tiene una breve filmografía donde destacan «Zombieland» (2009), «Ganster squad» (2013) y «Venom» (2018). Las tres cintas mencionadas nos dan la pauta de que se trata de un especialista en cine de entretenimiento. Así que no debería decepcionar en el manejo de esta historia de acción y aventuras. Como es de esperarse, la obra cuenta con un desparpajo visual enorme. Desde la primera escena ya nos encontramos con una secuencia de persecución en el aire, lo que indica que la acción no faltará. Holland se encuentra en su mejor estado físico y Wahlberg –quien originalmente iba a interpretar el protagónico – acompaña como corresponde a su colega. Tampoco podía faltar un popurrí de locaciones vistosas que van desde museos a catacumbas y playas paradisíacas desperdigadas por Estados Unidos, España y Filipinas. La fotografía logra sacar provecho de tales escenarios y compone una imagen atractiva y vibrante que permite que el espectador disfrute de todos los elementos en pantalla. En este aspecto, lo más problemático son sus efectos CGI (imágenes generadas por computadora) que por momentos flaquean y se pierde el verosímil en fragmentos donde los personajes son reconstruidos íntegramente por ordenador. En la misma línea, algunos cromas también resultan cuestionables. Si pensamos en el argumento de la cinta, resulta bastante trillado y sencillo. La realidad es que la película no busca ser más que eso. Se trata de un producto de fácil digestión que casi no posee subtramas, resulta bastante predecible y disfruta del mero acto de entretener. Aquel que desee gozar la experiencia por completo, debe ir predispuesto para ese tipo de cine. El guion –como la mayoría de las obras de búsqueda del tesoro – se apoya demasiado en casualidades, azares del destino e incongruencias que no obtienen demasiadas respuestas. Es la típica obra donde se descubre una pista que pone a prueba el ingenio del protagonista y lo lleva a otra, y luego a otra y así sucesivamente hasta concluir en un clímax a pura acción e imágenes grandilocuentes. No obstante, el largometraje tiene dos debilidades. En primer lugar, el villano propuesto por Antonio Banderas tiene un desarrollo de personaje escaso y resulta muy poco relevante para la trama general. En consecuencia, todas sus participaciones terminan opacadas y derivadas a algo de menor importancia. Aunque debemos mencionar como algo positivo el permitirle incluir líneas de diálogo en español, lo cual no suele pasar en el cine de masas estadounidense. En segundo lugar, otro inconveniente es que la cinta funge principalmente como película de origen. Holland interpreta a un joven Drake que resulta inexperto, confiado y poco rudo, lo cual se contrapone con el personaje de los videojuegos. En consecuencia, recién al final se puede apreciar un personaje más formado y similar con el que cualquier persona afín a los videojuegos está familiarizada. Es claro que las intenciones de los productores es convertirla en la próxima franquicia de cine aventura de la década, por eso se toman la libertad de exhibir la faceta más juvenil del personaje. En conclusión, «Uncharted» se propone ser la Indiana Jones de los centennials, con menos misticismo y más acción desmedida. La química de los protagonistas es buena, la destreza atlética no decepciona, los pequeños golpes de humor caen bien y el relato sabe fluir a pesar de los inconvenientes. Señor espectador, puede venir a olvidarse de su cotidianeidad por dos horas, la aventura está asegurada.
El de aventura es uno de los géneros más entretenidos de la historia del cine. Las minas del Rey Salomón (1985), con Richard Chamberlain y la saga de Indiana Jones, con Harrison Ford, son algunos de los tantos ejemplos. A esa lista se le puede agregar Uncharted: Fuera del Mapa, uno de los estrenos de cine de la semana. Dirigido por Ruben Fleischer (Zombieland, Venom), el film cuenta el origen de la amistad entre Nathan Drake (Tom Holland) y Victor “Sully” Sullivan (Mark Wahlberg), quienes deben recuperar el tesoro perdido de Fernando de Magallanes antes que Santiago Moncada (Antonio Banderas), una persona que piensa que ese oro le pertenece a él y a su familia. Para lograr su objetivo, la pareja dispareja debe resolver las pistas de un diario -muy a lo Indiana Jones-, lo que los llevará por el mundo y también les daría el paradero del hermano de Nathan, desaparecido desde hace años. Quienes alguna vez hayan jugado Uncharted en una PlayStation, seguramente reconozcan más de una referencia; pero no hay que desesperarse si nunca lo hicieron, ya que la cinta se hace igualmente de llevadera y el entretenimiento está asegurado. Más allá de las muy bien logradas escenas de acción, de las cuales Tom Holland siempre sale airoso, la química entre él y Wahlberg funciona. Hay un ida y vuelta entre ambos que, por momentos, parece improvisada y es muy divertido. Las actuaciones son apropiadas, contando que el actor de Tirador (2007) armó un personaje muy cercano a su propio ingenio y al último Spiderman siempre le salen bien los papeles de joven inteligente con pasado doloroso y un sentido del humor afilado. Antonio Banderas no sobresale -el guion no le favorece-, pero cuando su personaje ocupa la escena, la acapara. Le sobra mucha cancha. La duración de la película -casi dos horas- la hace perfecta para pasar un buen rato, no escatima ni en acción ni en aventura. Eso sí, da pocos tiempos de respiro, ya que siempre parece que se agrega otro obstáculo a la situación y no le hace del todo bien al resultado final. Con dos escenas entre los créditos, Uncharted tiene los elementos perfectos para pasar un buen rato dentro del cine, ya tengas una Play o no.
La taquilla argentina viene siendo dominada desde hace 9 semanas por Spiderman: Sin camino a casa (está a punto de llegar a los 4 millones de espectadores) y ese reinado podría terminar desde este jueves 17 con el estreno de otro film de Sony protagonizado también por Tom Holland. Y, ya desde la primera escena (ambientada entre el cargamento que va cayendo desde un avión en pleno vuelo), el Nathan Drake de Holland pareciera estar haciéndole guiños constantes al Peter Parker de la saga arácnida. Basado en el popular videogame homónimo (de hecho PlayStation es una de las productoras principales del proyecto), Uncharted: Fuera del mapa no es una película del todo convincente, pero hay que admitir que tampoco cae en los subsuelos artísticos de tantos otros videojuegos llevados al cine, un subgénero que parece estar “maldito” en Hollywood, aunque entre las Super Mario Bros., Street Fighter, Sonic, Mortal Kombat, Lara Croft, Assassins’ Creed, Tomb Raider, Hitman o Resident Evil siempre aparece alguna que otra para rescatar. Ruben Fleischer -el mismo de la franquicia de Tierra de zombies / Zombieland y de otro éxito de Sony como Venom- intenta con variada suerte conjugar acción, aventuras, comedia y buddy-movie con la interacción entre los dos verdaderos protagonistas del relato: el apuntado Drake y el manipulador Victor Sullivan de Mark Wahlberg. Como tercera en discordia aparece Chloe Frazer (la anodina Sophia Ali), mientras que el otro personaje femenino importante es la villana Braddock de Tati Gabrielle; y Antonio Banderas pone piloto automático para componer al desalmado y conflictuado multimillonario Santiago Moncada (increíble pensar que estamos ante el mismo actor que hace no tanto nos deslumbrara en Dolor y gloria). Más allá de algunos diálogos inspirados y múltiples referencias a la cultura pop que buscan la complicidad del público juvenil, el guion de Rafe Judkins, Art Marcum y Matt Holloway es bastante limitado. Hay un enigma mezclado con trauma respecto del origen familiar y la suerte del hermano mayor de Drake (que se expone en un prólogo ambientado 15 años antes) y luego una sucesión de traiciones cruzadas con un MacGuffin que en este caso son dos llaves de la época del explorador Fernando de Magallanes, así como una búsqueda del tesoro que lleva a los personajes desde Barcelona (la hermosa ciudad catalana se muestra con más clichés turísticos que Woody Allen en Vicky Cristina Barcelona) hasta Filipinas. El resultado es un relato sin demasiadas sorpresas ni hallazgos (como una suerte de Misión: Imposible pasteurizada con algo de Los cazadores del arca perdida y Piratas del Caribe) y que al mismo tiempo se puede seguir -y en algunos pasajes incluso disfrutar- sin la más mínima exigencia intelectual. Fast cinema, film chatarra, película efímera que olvidaremos más temprano que tarde.
“¿Cuando supiste que querías ser Indiana Jones?”, le pregunta Nate Drake a Chloe Frazer, en una escena de Uncharted, fuera del mapa. La mención al arqueólogo más famoso de la historia del cine llega justo en el momento en el que muchos espectadores estarán pensando cuanto les recuerda esa secuencia a Indiana Jones y la última cruzada. Nombrarlo es una forma de decirle al público que la referencia es voluntaria y con el debido crédito reconocido; un homenaje, no una copia. Y, sí, las virtudes de Uncharted, fuera del mapa son lecciones aprendidas de las películas de Indiana Jones. Un protagonista encantador, con un interés por la historia y aptitudes para la aventura que vienen desde chico; una tensa pero cómica relación de “padre e hijo”; la mezcla de datos históricos con fantasías clásicas de tesoros perdidos; el humor constantemente colándose en la aventura. Hasta la decisión de empezar la película en medio de una secuencia de acción, en la que el protagonista corre un peligro extremo (ok, eso se lo “robó” Indiana Jones a James Bond). Claro que Uncharted, fuera del mapa tiene otra fuente de inspiración más directa, el videojuego homónimo, que tiene como protagonista a Nate Drake, interpretado en el film por Tom Holland, aprovechando al máximo su encanto arrollador. Luego de dejar en suspenso la suerte de Nate en la primera secuencia, la película de Ruben Fleischer muestra el origen de la obsesión del muchacho con el supuesto tesoro perdido de Magallanes, una historia que le cuenta su hermano mayor y compañero de aventuras. Ya en la actualidad, con su hermano perdido desde hace tiempo, Nate conoce a Victor “Sully” Sullivan (Mark Wahlberg), con quien se asocia para encontrar al tesoro y averiguar qué le sucedió a su hermano. En el camino, tienen que lidiar con otras personas que quieren lo mismo que ellos: Chloe Frazer (Sophia Ali), quien puede ser una socia confiable o no; Braddock, una temible mujer que amenaza los planes de Nate y Sully; y Santiago Moncada, interpretado por Antonio Banderas, un millonario dispuesto a todo para encontrar el tesoro que considera que le pertenece a su familia. Algo de las relaciones familiares sustitutas y la desconfianza que aparecían en otra película de Fleischer, Zombieland, están presentes aquí. La dinámica del trío formado por Nate, Sully y Chloe es divertida, como también lo es la de Nate y Sully en un principio. Pero los caminos por los que lleva la trama a los personajes dinamitan esa fortaleza y la película sufre por eso en el último acto. Lo construido en la primera parte se diluye en ese último trama debido a lo que sucede con los personajes, pero también por el exceso de CGI y escenas de acción que no logran transmitir una sensación de peligro real. El sentido del espectáculo propio del cine mainstream actual está lejos de aquellas puestas en escena diseñadas como un juego entre el suspenso y la sorpresa, que mantenían al espectador en vilo. Al final, la referencia a Indiana Jones se queda en eso y Uncharted, fuera del mapa termina siendo una película que entretiene pero también decepciona.
El tema con las comedias de acción y aventuras es más o menos el mismo. Si los protagonistas son dos, además de tener un buen villano, tiene que existir eso que suelen llamar química entre los que encabezan el elenco. Y Tom Holland, el “nuevo” Spider-Man -aunque ya apareció 7 veces como Peter Parker- y Mark Wahlberg la sostienen. Se nota a la distancia, desde la platea hasta la pantalla. Porque Uncharted: Fuera del mapa se basa en el archifamoso videojuego, y se exhibe solamente en cines. No acepten copias piratas. Como no aceptarían una copia del videojuego. Como sea, mejor que esto suceda, porque Uncharted: Fuera del mapa es una precuela, donde conocemos cómo Nathan Drake (Holland) conoce a Sully (Whalberg), así que esto va a dar para más películas. Lo que se dice, es el comienzo de una hermosa amistad, tal vez no como la de Casablanca. O de una nueva franquicia. Cuando Nathan conoció a Sully La adaptación del video juego de PlayStation tiene a Sully acercándose a Nathan en el bar donde el más joven trabaja como bartender y mozo, y es un carterista de manos rápidas. Le propone ir tras el botín de Fernando de Magallanes, una pila de oro que vaya uno a saber dónde se encuentra. Porque, como se dice en varias oportunidades en Uncharted nada está perdido hasta que se lo encuentra. Nathan perdió el rastro de su hermano cuando éste se escapó del orfanato en el que convivían, y Sully, que dice menos de lo que sabe, le dice que, juntos, podrían encontrar el oro y al hermano. La película mezcla, porque el verbo le calza mejor que combinar, un poco de Indiana Jones (Nathan es un erudito) con La leyenda del tesoro perdido, aquélla con Nicolas Cage, un poco de Tras la esmeralda perdida, y casi nada de la más reciente Jungle Cruise, la que le sonará a los millennials. Porque Uncharted está pensada para un público joven, que no haya visto muchas de acción y así pueda sorprenderse más. Para llegar al tesoro hay que, primero, conseguir una cruz, que se subasta y que el malo de turno (Antonio Banderas, que ordena y escupe tan bien en español como en inglés) tiene entre sus ojos. Proviene de una familia de alcurnia, los Moncada, pero más que limpiar su nombre no le molesta ensuciar su apellido con sangre siempre que consiga los miles de millones de dólares o euros que significa el botín. A los mencionados se suman Sophia Ali (de Grey’s Anatomy) y Tati Gabrielle, de un lado y del otro de las bandas en pugna, que viajarán de Nueva York a donde sea necesario. La película cambió varias veces de director. Y de elenco, hasta que finalmente logró plasmarse. Wahlberg estuvo en el proyecto, y lo sobrevivió. En una época iba a dirigirlo David O. Russell (El lado luminoso de la vida) y en el elenco estaba también Robert De Niro. Y encontró en Ruben Fleischer (Venom) al director adecuado, y en Holland al actor necesario. Y para quienes se queden a ver los créditos, al margen del consabido adelanto de lo que vendrá, pueden detenerse en un nombre perdido en el reparto. No, el guardia del museo del comienzo no es conocido, pero se llama Jesús Evita.
Ruben Fleischer forma parte de esos laburantes de Hollywood que divide su tiempo entre las realización de comerciales, episodios de series de televisión y las películas que le encargan los grandes estudios. Sus trabajos no tienen una personalidad o visión definida y a veces puede sacar una buena película como Zombieland y en otras ocasiones un bodrio olvidable como Venom. En Uncharted presenta una labor correcta donde tuvo la tarea de desarrollar una propuesta de aventuras basada en el video juego homónimo de PlayStation que cobró popularidad en los primeros años del siglo 21. Durante más de una década los medios de prensa relacionados con el cine cubrieron la producción de este film que tuvo numerosos problemas para concretarse. Mark Wahlberg originalmente iba a encarnar al aventurero Nathan Drake en una película que lo reuniría con el director David O. Russell (American Hustle, Three Kings) y en la que participarían Robert De Niro y Joe Pesci en roles secundarios. El proyecto después se pinchó y aunque atravesó diversos contratiempos, Wahlberg siempre siguió vinculado con Uncharted. El tema es que con el paso de los años tuvo que cederle por una cuestión de edad el rol de Drake a otro actor. Nunca jugué este video juego por lo que no puedo analizar el film desde su adaptación. Como propuesta cinematográfica me pareció un film pochoclero sólido que trae al recuerdo ese tipo de aventuras que años atrás presentó Jerry Bruckheimer con Nicolas Cage en La leyenda del tesoro perdido. Inclusive hasta la estética de la fotografía y el estilo de realización de las secuencias de acción son parecidas a las entregas de aquella saga. Tom Holland en un papel diferente al Peter Parker aniñado de Marvel saca adelante el rol principal con mucha dignidad y la película se disfruta principalmente por la química que gesta con Wahlberg. La dupla es atractiva y funciona muy bien dentro de un relato que no tiene más ambiciones que ofrecer un buen entretenimiento pasable. Antonio Banderas aporta un villano excéntrico de cómic y el director Fleischer le pone la onda necesaria a las secuencias de acción para que las dos horas que dura el film se hagan llevaderas. Creo que un inconveniente que tiene Uncharted es que al haber sido realizada por un cineasta que abordó el proyecto en piloto automático tal vez le falta el golpe de efecto necesario para cautivar al público con una futura franquicia. Algo que consiguió en su momento Jerry Bruckheimer con el director Jon Turteltaub en los mencionados filmes de aventuras. Si Uncharted no llega a tener una continuación la verdad es que nadie terminará decepcionado porque es una producción que se borra de la mente con facilidad y tampoco te enamora para pedir más aventuras con estos personajes. Simplemente está bien para matar el tiempo mientras esperamos la llegada de Batman.
Uncharted es una serie de videojuegos que está entre los más populares y a la vez más premiados de la industria. Con su primer juego lanzado en 2007 y cuatro entregas más, la última en 2017, alcanzó ventas millonarias. Aclamado por la crítica y los fans, era cuestión de tiempo para que llegara la versión cinematográfica que se sumaría a la serie ya extensa de adaptaciones de videojuegos que Hollywood viene emprendiendo hace tiempo, en general con resultados bastante pobres. Uncharted, la película, no viene a dar vuelta la tortilla drásticamente en ese sentido, pero presenta un producto más digno que la mayoría de las películas realizadas con la misma intención. Uno de los motivos por los cuales en este caso la transición funciona más naturalmente es porque ya el videojuego toma elementos que son propios del cine, en particular el cine de aventuras clásico. Son varios los que señalan (y entre ellos sus propios creadores) la influencia que en Nathan Drake, el personaje principal, tiene Indiana Jones. Y como para reforzar ese lazo, el querido arqueólogo aventurero es mencionado explícitamente en la película, mientras algunas escenas, en particular la de búsqueda de pistas y trampas entre las catacumbas de Barcelona, recuerdan fuertemente al comienzo de Los cazadores del arca perdida. El encargado de encarnar al cazador de tesoros Nathan Drake es Tom Holland. El film muestra los orígenes del personaje y lo muestra en el periodo en que conoce al que será su compañero de aventuras y suerte de mentor, Victor Sullivan o “Sully” (aquí interpretado por Mark Wahlberg) con quien va a vivir su primera gran aventura que tiene que ver con la búsqueda del tesoro presuntamente hallado por la expedición que dio la vuelta al mundo iniciada por Fernando de Magallanes y concluida por Sebastián Elcano en el siglo XVI. Nathan tiene motivos personales para involucrarse además del oro y es que ese viaje lo remite directamente a su hermano mayor, a quien no ve desde su infancia y de quien Sully afirma fue su socio y principal promotor de la misión antes de desaparecer. Esta búsqueda los va a meter en unas cuantas situaciones peligrosas porque obviamente no son los únicos interesados en hallar el tesoro oculto. Holland y Wahlberg muestran química juntos, algo fundamental en un film que funciona también como Buddy Movie. Este dúo se amplía a trío con la inclusión de Chloe Frazer (Sophia Ali), también cazadora de tesoros y personaje recurrente del juego. Lo que le da ese carácter de relación conflictiva, propio del subgénero, es que, a pesar del interés en común que los obliga a trabajar en sociedad, ninguno de los tres confía en el otro y razones no les faltan porque ninguno hizo méritos para ello en el pasado o incluso el presente salvo a veces el (al principio) ingenuo Nathan, y en parte el relato es sobre la construcción entre ellos de un vínculo más sólido. Y si los protagonistas hacen lo suyo con oficio es claramente Holland el que brilla, no solo en la comedia sino también por su entrega física que hace que se ponga la película al hombro combinando dotes de bailarín, luchador y acróbata. Ruben Fleisher, responsable de Zombieland (2009), Zombieland: Tiro de gracia (2019) y Venom (2018), vuelve a explotar su talento para la comedia y aquí se juega de lleno por la acción y la aventura pulp. La primera escena ya establece el tono: Un despliegue de acción vertiginosa donde el protagonista cuelga de un avión en vuelo luchando por no caer al vacío. Esta escena que cronológicamente corresponde a un momento posterior del relato y se cierra con un cliffhanger para recién ahí mostrar los orígenes del personaje, está puesta ahí con la clara intención de golpear primero y anunciar cómo es lo que se viene. A lo largo del film hay unos cuantos guiños para los gamers entre ellos un cameo de Nolan North, quien hace la voz de Drake en el juego, y el final deja todo explícitamente servido para una secuela que los números dirán si es factible. Uncharted no cuenta nada nuevo y es más bien un refrito de unas cuantas influencias, es genérica y a veces previsible, pero es ágil, entretenida y sus personajes son interesantes y queribles. No es poca cosa y ciertamente es más de lo que la mayoría de los films basados en videojuegos nos tiene acostumbrados. UNCHARTED: FUERA DEL MAPA Uncharted. Estados Unidos, 2022. Dirección: Ruben Fleischer. Intérpretes: Tom Holland, Mark Wahlberg, Sophia Ali, Antonio Banderas, Tati Gabrielle. Guión: Rafe Judkins, Art Marcum, Matt Holloway, Jonathan Rosenberg, Mark D. Walker. Fotografía: Chung Chung-hoon. Edición: Chris Lebenzon, Richard Pearson. Música: Ramin Djawadi. Diseño de Producción: Shepherd Frankel. Duración: 115 minutos.
Fuera de juego. Antes que nada, quien les escribe no es un gamer absoluto sobre el juego en el cual se basa la película, por lo que el enfoque va a ser sobre esta y no como adaptación. El joven Nathan Drake es reclutado por Victor “Sully” Sullivan para encontrar un tesoro invaluable, ligado a su hermano perdido años atrás. Un filme de aventuras que intenta emular a Indiana Jones, no es algo nuevo. Vimos a lo largo de los años diferentes clones, pero sin irme de tema… ¿qué aporta Uncharted: fuera del mapa? Sinceramente nada, no deja de ser una propuesta genérica en la que Sony se jugó una de sus cartas: Tom Holland. Se suponía que la película debía ser promocionada como una adaptación de Uncharted, la cual llevaba años intentando ver la luz, pero en cambio, al iniciarse la producción, Tom Holland acaparó la atención y ello afectó el filme. No los culpo, puedo entender que la propuesta puede estar dirigida a los más chicos y ver un rostro familiar es más que atractivo, pero realmente esperaba ver algo diferente en su interpretación. Por momentos sentí que estaba viendo a un Peter Parker más calmado, pero algo que realmente me molestó fueron los continuos chistes sobre apps, que no me sacaron una sonrisa para nada. Contario el caso de Mark Wahlberg, que irónicamente iba a interpretar a Nathan Drake años antes. Sus chistes funcionan y su arco es más interesante que el de Holland, en la que vemos una transformación más notoria a lo largo del filme. Como toda historia de aventuras siempre tenemos un villano, y Antonio Banderas está muy bien en sus primeras escenas; de hecho, funciona muy bien su recurso de hablar en español en algunas escenas, pero realmente terminan desaprovechándolo, como si se arrepintieran de su inclusión sobre la marcha. A partir de ahí, las cosas se fueron a pique. Como dije, la mayoría de las propuestas de aventuras tomaron como inspiración a Indiana Jones, pero esta tomó no sólo al personaje de Harrison Ford, sino también a uno de sus peores villanos como modelo, como fue en el caso su villana en Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal. Esperaba una villana (Tati Gabrielle) más carismática, pero realmente no dejaba de ser una secuaz sin motivaciones ni desarrollo. Sólo rescato la primera escena de acción en el aire, pero después se me hizo difícil poder terminar el filme. En cuanto a la película como adaptación al menos se respetó el vestuario del protagonista y alguna que otra referencia, pero no más que eso. Seguramente Sony confirme una secuela y tal vez en este caso sí se vea algo un poco más diferente y cercano al juego.
Uncharted – Fuera del mapa: Indy Jones versión PS Aventura, piratas y Spider-Man No fue hace mucho tiempo que nos quejábamos de las paupérrimas adaptaciones de videojuegos a la pantalla grande. Hoy los estudios de videojuegos, también son estudios de cine y la cosa se está revirtiendo… Uncharted: Fuera del mapa es otro ladrillo para llegar al lugar feliz donde todos y todas nos olvidemos de Super Mario Bros de 1993. ¿De qué va? Uncharted está basada en una de las series de videojuegos más vendidas y aclamadas por la crítica de todos los tiempos. Cuenta la historia de Nathan Drake y su primera aventura con su rival convertido en socio: Victor “Sully” Sullivan. Protagonizada por Tom Holland en el papel de Nathan Drake y Mark Wahlberg en el de Sully, un personaje muy ingenioso, Uncharted mostrará al público cómo Nathan Drake se convierte en el cazador de tesoros mientras resuelve uno de los mayores misterios y tesoros de la historia, en una aventura épica de acción que se extiende por todo el mundo. Tom Holland está de parabienes, su papel de Spider-Man (estrenada hace pocas semanas) lo llevó a lo más alto de la taquilla. Ahora se pone en la piel de Nathan Drake, un personaje reconocido por los y las fans de los fichines. ¿Estará a la altura? La saga de Uncharted ya tiene en su haber varios videojuegos, incluso uno de ellos es un spin-off con los personajes femeninos. En ellos se mezcla la aventura, la relación entre personajes y una pizca de fantasía a medida que avanzan las historias. Desde el museo más escondido, hasta la selva más profunda… el mundo es el patio de juegos en donde se divierte esta franquicia. Si hubiese que explicarla sería: Indiana Jones meets Dan Brown meets héroes de acción de los 80s. Y sin dudas estas fórmulas han funcionado en la pantalla grande. La primera historia de esta franquicia (obvio que está pensada para sendas secuelas, con dos escenas post-créditos incluidas) se mete de lleno en Magallanes, los barcos que recorrieron el mundo por primera vez en su historia y el oro. En el medio, Drake y Sullivan (Mark Wahlberg) se conocen e inician una relación que sin dudas va a crecer de acá en adelante. También hay un villa pomposo, en la piel de Antonio Banderas (no se ustedes, pero yo no puedo dejar de ver al Gato con Botas cada vez que lo escucho) y dos mujeres con claroscuros muy marcados que irán desarrollando el punto sobre el que gira todo: no confíes en nadie. Cosas a favor: el sentido de aventura, la actuación fresca de Holland, los efectos visuales. Cosas en contra: no podemos dejar de ver y pensar en Spider-Man, el verosímil -sobre todo hacia el final- se pervierte un poco, Wahlberg podría ponerle más onda. Esto puede explicarse un poco por su director: Ruben Fleischer, el mismo de la irregular Venom y las dos de Zombieland. La acción se traslada en varios países con una gran estadía en Barcelona, en donde vamos a disfrutar a varios personajes hablando en español, además de imágenes espectaculares que harían las maravillas de una agencia de viajes. Uncharted: Fuera del mapa es el primer escalafón de una épica que en los videojuegos tocó El Dorado, o a los Yetis. Se apalanca en sus protagonistas y el carisma, jugando con el sentimiento de buddy-movie entre Drake y Sully. Los personajes femeninos son potentes y se destacan, aunque hacia el final se dispersan un poco porque así lo pide la trama. De esas películas que se disfrutan en pantalla grande con un graaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan balde de pochoclos, para luego volver a casa y mirar la trilogía (sic) de Indiana Jones.
Uncharted es la primera producción de Sony PlayStation Productions. Cómo Marvel, como Star Wars en la era Disney, Play Station tiene un logo que presenta primero a sus personajes en lo que ya es un golpe al corazón para los espectadores que previamente han jugado esos juegos durante años. Pero eso está fuera de la película, solo es la promesa de lo que vendrá, un universo cinematográfico Play Station que empieza ahora con Uncharted y cuyos límites son imposibles de predecir. El dilema de si una de las sagas más exitosas y queridas del mundo de los videojuegos se puede transformar en una saga igualmente querida y exitosa de cine se lleva gran parte de la energía de los seguidores de Nathan Drake y sus aventuras. Pero en definitiva sigue siendo siempre el mismo conflicto falso de comparar la película con universos previos, desde Hamlet a Lara Croft, desde Homero a Pikachu. Se lleva la energía, sí, pero también distrae inteligentemente cuando cada jugador descubre un guiño o una clave que conecta con los juegos que tanto quiere. No dejemos que la película se pierda en esto. Las películas de aventuras son tan viejas como el cine, y aun así Los cazadores del arca perdida (1981) parece haber fundado el género de nuevo. Alguien hicieron Steven Spielberg y George Lucas allí que hizo que todas las aventuras posteriores parecieran un poco lentas, un poco incompletas, y que siempre tuvieran que rendirles homenaje y respeto a los films de Indiana Jones. Uncharted no es la excepción y se mueve bajo la sombra de esos films. La diferencia es bastante clara y a esta altura el único que ha sabido salir a competir de igual a igual fue Stephen Sommers con La momia (1999). Pasaron ya cuarenta años del film de Spielberg y todavía están dando vueltas sin un rumbo definido. Uncharted arranca con una gran escena de acción para que los espectadores estén enganchados y luego retrocede a la adolescencia de Nathan Drake y su hermano Sam. Esta estructura la toma del videojuego, pero para la película delata la incapacidad de ser entretenida con la historia contada de forma lineal. Luego se presenta a Nathan ya adulto (Tom Holland) y como este conoce a Sully (Mark Wahlberg) quien lo recluta para una gran aventura en búsqueda de un gigantesco tesoro relacionado con la expedición de Magallanes y Elcano. En toda esa primera parte se muestra la lógica de las aventuras cazafortunas y la traición como moneda constante. También aparece el villano, Santiago Moncada (Antonio Banderas) un español que hará lo que sea necesario para quedarse con el tesoro. También está Chloe Frazer (Sophia Ali) para sumarse al triángulo de traiciones y competencias. Lo que no se llega a entender es porque no pueden apostar todo el tiempo a la aventura y el sentido del humor. Hay muchas escenas charladas, emociones, explicaciones y situaciones que detienen la acción. La certeza de las secuelas hace que no se preocupen por hacer la película lo más divertida posible y se ocupen en presentar cosas. La escena inicial en el avión prometía más de lo que la película luego cumple. Por suerte cuando ha logrado hacer todas las presentaciones se encamina y el final es verdaderamente espectacular, como si recién allí se encendieran todas las luces y comenzara el show. La película evita la violencia del videojuego y tiene momentos un tanto insólitos, como cuando alguien tiene una muerte que debería ser sangrienta pero solo tiene unas gotas que son mostradas en más de un plano, subrayando sin querer el ridículo. Un poco se aleja de los juegos y se acerca a un cine de aventuras más para todo público. La película tiene chistes pero no tiene sentido del humor en un sentido estricto. La sensación de que lo mejor está por venir esperemos se cumpla. Con un público cautivo tan grande, ya demostraron que quieren ser respetuosos, pero se hace imprescindible más acción, tiros y un espacio para la fantasía. Las mejores adaptaciones de videojuegos serán aquellas que aprovechen lo más demencial de estos y lo conviertan al lenguaje del cine. Por ahora estamos frente a una película que cierra bien pero que avanzó a los tumbos, que promete pero escatima, que no quiere dar pasos en falso y por eso queda limitada. Y sí, hay regalos para los fans de los juegos, lo que sin duda logrará cautivar a los que disfrutaron de una saga que ha hecho historia y a la que siempre vale la pena volver.
Nathan Drake y Victor Sullivan están en la búsqueda del “mayor tesoro jamás encontrado” pero dicha tarea no les será nada fácil. Cuando hay mucho dinero en juego no hay nadie en quién confiar. Nuestros protagonistas también están buscando al hermano perdido de Drake a quién Sullivan conocía. “Uncharted: Fuera del mapa” es una película de aventuras y fantasía basada en la saga de videojuegos producida por Sony: “Uncharted”. Estrenada el pasado 11 de febrero estamos ante un film muy bien logrado por parte de la empresa. Los escenarios están perfectamente elegidos y ayudan a la espectacularidad de la cinta la cuál mantiene un constante clima tenso y expectante. Tom Holland es bastante diferente al Nathan Drake del juego lo que puede llegar a molestar a algunos fanáticos de los videojuegos. También falta algo de la violencia característica de los juegos de este estilo lo que convierte a “Uncharted” en una película más familiar. Más allá de eso estamos ante una producción llena de acción que tiene un buen guión detrás. Se destacan las actuaciones de Tom Holland (Nathan Drake), Mark Wahlberg (Victor Sullivan), Antonio Banderas (Santiago Moncada), Sophia Ali (Chloe Frazer) y Tati Gabrielle (Jo Braddock). Recuerden que “Uncharted” se puede entender y disfrutar sin saber nada de la saga en la que fue basada y esta producción nuclea a los primeros 4 juegos.
Las adaptaciones de videojuegos a cine, no son cosa de ahora. Y tampoco es novedad que, en la mayoría de los casos, nos encontramos productos que no solo no respetan al material original, sino que, como proyectos fílmicos, tampoco ofrecen demasiado y terminan quedando como intentos de sagas que pasan sin pena ni gloria por las salas. Y por desgracia, Uncharted: Fuera del mapa parece que va por ese lado. La historia sigue a un joven llamado Nathan Drake, quien se dedica a robar a gente mientras trabaja de mozo. Un día es contactado por Victor Sullivan, quien le propone una búsqueda de tesoro que esta ligada de forma directa con la desaparición del hermano de Nathan. Pero la aventura va a tener más de una revelación. Llega a los cines la adaptación de Uncharted, una franquicia de videojuegos muy al estilo de Tomb Raider, que tuvo su paso exclusivo por la consola de Sony, la llamada PlayStation. Quien les habla jugó a todas sus entregas, pero va a centrar la reseña en el proyecto como película y ya, y no como adaptación, comencemos. Esta review no va a ser muy larga, ya que estamos ante la clásica cinta de aventuras, donde nuestros protagonistas van a recorrer varios lugares exóticos; siempre aliándose y traicionándose con varios personajes que van entrando y saliendo de la trama. Es decir, la clásica película de domingo por la tarde que dejamos si no hay otra cosa para ver. Y es que no vemos nada que le de un signo distintivo a Uncharted: Fuera del mapa. Tomemos de ejemplo a los actores. Tanto Tom Holland como Mark Wahlberg, hacen de si mismos. Y si, vemos que en pantalla tienen química, pero eso no justifica que los dos están en piloto automático y pareciera que ni ensayaron sus escenas; dando como resultado que sea solo Sophia Ali la única que destaca. Si a eso le sumamos la típica trama de traiciones y exploración a lo largo del planeta, estamos ante lo que dijimos, la clásica cinta de aventuras dominguera que entretiene y ya, pero que no nos va a dejar nada con el paso de los días, y ya para la semana que viene la vamos a olvidar. Y mejor no hablemos de los efectos, que por momentos hasta los videojuegos de PlayStation se ven mejor. En conclusión, Uncharted: Fuera del mapa funciona para los que van a ir al cine con cero pretensiones, sin conocer anda de los videojuegos, y solo buscan pasar dos horas entretenidas y ya. Si le exigen un mínimo de otra cosa, no lo van a encontrar.
Huérfano desde niño y abandonado por su hermano Sam, Nathan Drake (Tom Holland) tuvo que aprender a sobrevivir por sus propios medios desde muy temprana edad. Hoy, aunque es un gran interesado por la historia, paga las cuentas atendiendo la barra de un bar. Y también de vez en cuando robándole a algunos clientes con gran destreza. Es allí donde se acerca a él Victor “Sully” Sullivan (Mark Wahlberg) prometiendo riquezas y aventura, pero por sobre todo noticias sobre el destino de Sam, quien lleva dos años desaparecido. Según Sully, el hermano de Nathan se encontraba tras la pista de un antiguo tesoro español perdido y está convencido de que si descifran el misterio eventualmente llegarán también a saber qué fue de él. La primera parte del plan de Sully implica apropiarse de una cruz de oro de la época de Magallanes que está por ser subastada y por la que Santiago Moncada (Antonio Banderas), descendiente de los financistas del viaje de Magallanes, está dispuesto a pagar lo que sea. Considera al tesoro perdido su derecho de nacimiento y cuenta con un ejército al mando de la mercenaria Braddock (Tati Gabrielle) preparado para encontrarlo. Buscar Alta Peli CRÍTICASUncharted: Fuera del Mapa (REVIEW) Nathan Drake cambia de pantalla. por Matías Seoane publicada el 17/02/2022 Uncharted: Fuera del Mapa, otro videojuego llega a la pantalla grande para seguir exprimiendo la franquicia. Crítica, a continuación. Huérfano desde niño y abandonado por su hermano Sam, Nathan Drake (Tom Holland) tuvo que aprender a sobrevivir por sus propios medios desde muy temprana edad. Hoy, aunque es un gran interesado por la historia, paga las cuentas atendiendo la barra de un bar. Y también de vez en cuando robándole a algunos clientes con gran destreza. Es allí donde se acerca a él Victor “Sully” Sullivan (Mark Wahlberg) prometiendo riquezas y aventura, pero por sobre todo noticias sobre el destino de Sam, quien lleva dos años desaparecido. Según Sully, el hermano de Nathan se encontraba tras la pista de un antiguo tesoro español perdido y está convencido de que si descifran el misterio eventualmente llegarán también a saber qué fue de él. La primera parte del plan de Sully implica apropiarse de una cruz de oro de la época de Magallanes que está por ser subastada y por la que Santiago Moncada (Antonio Banderas), descendiente de los financistas del viaje de Magallanes, está dispuesto a pagar lo que sea. Considera al tesoro perdido su derecho de nacimiento y cuenta con un ejército al mando de la mercenaria Braddock (Tati Gabrielle) preparado para encontrarlo. Uncharted: Fuera del Mapa pero dentro de lo esperable Hace un tiempo que la maldición de las adaptaciones de videojuegos está claramente rota y ya no son una garantía de fracaso vergonzante, pero aunque hubo algunas bastante decentes la mayoría todavía tiene muchas dificultades para proponer algo que las distinga como películas con peso propio. Es en este grupo donde cae Uncharted: Fuera del Mapa, que aprovecha al actor joven de moda (correte, Timoteo) para ponerlo a hacer lo que todo el mundo espera que haga: piruetas y chistes cancheros. Al lado tiene a otro ladrón igual de carismático, y enfrente a un par de cartones pintados que representan arquetipos de villanos como para hacerles algo de contrapeso, aunque sumando a todos ellos no llegan a construir una sola personalidad. Buscar Alta Peli CRÍTICASUncharted: Fuera del Mapa (REVIEW) Nathan Drake cambia de pantalla. por Matías Seoane publicada el 17/02/2022 Uncharted: Fuera del Mapa, otro videojuego llega a la pantalla grande para seguir exprimiendo la franquicia. Crítica, a continuación. Huérfano desde niño y abandonado por su hermano Sam, Nathan Drake (Tom Holland) tuvo que aprender a sobrevivir por sus propios medios desde muy temprana edad. Hoy, aunque es un gran interesado por la historia, paga las cuentas atendiendo la barra de un bar. Y también de vez en cuando robándole a algunos clientes con gran destreza. Es allí donde se acerca a él Victor “Sully” Sullivan (Mark Wahlberg) prometiendo riquezas y aventura, pero por sobre todo noticias sobre el destino de Sam, quien lleva dos años desaparecido. Según Sully, el hermano de Nathan se encontraba tras la pista de un antiguo tesoro español perdido y está convencido de que si descifran el misterio eventualmente llegarán también a saber qué fue de él. La primera parte del plan de Sully implica apropiarse de una cruz de oro de la época de Magallanes que está por ser subastada y por la que Santiago Moncada (Antonio Banderas), descendiente de los financistas del viaje de Magallanes, está dispuesto a pagar lo que sea. Considera al tesoro perdido su derecho de nacimiento y cuenta con un ejército al mando de la mercenaria Braddock (Tati Gabrielle) preparado para encontrarlo. Uncharted: Fuera del Mapa pero dentro de lo esperable Hace un tiempo que la maldición de las adaptaciones de videojuegos está claramente rota y ya no son una garantía de fracaso vergonzante, pero aunque hubo algunas bastante decentes la mayoría todavía tiene muchas dificultades para proponer algo que las distinga como películas con peso propio. Es en este grupo donde cae Uncharted: Fuera del Mapa, que aprovecha al actor joven de moda (correte, Timoteo) para ponerlo a hacer lo que todo el mundo espera que haga: piruetas y chistes cancheros. Al lado tiene a otro ladrón igual de carismático, y enfrente a un par de cartones pintados que representan arquetipos de villanos como para hacerles algo de contrapeso, aunque sumando a todos ellos no llegan a construir una sola personalidad. Todas las películas basadas en productos de otros formatos enfrentan el mismo desafío: contentar a los fans anteriores al mismo tiempo que atraer un público nuevo que no reconozca nada de lo que está viendo. Con sus referencias y guiños a los videojuegos de la franquicia que contentan a quien las descubre sin dejar afuera al que no, Uncharted: Fuera del Mapa es lo suficientemente simple y directa como para no requerir ningún conocimiento previo para entenderla. Ese fue quizás uno de los mayores problemas que tuvieron otras como Assassins Creed para poder arrancar con mejor pie y convertirse en franquicia, algo que en este caso parece ser una probabilidad más promisoria y dando margen para resolver algunas de las falencias actuales durante futuras secuelas. Buscar Alta Peli CRÍTICASUncharted: Fuera del Mapa (REVIEW) Nathan Drake cambia de pantalla. por Matías Seoane publicada el 17/02/2022 Uncharted: Fuera del Mapa, otro videojuego llega a la pantalla grande para seguir exprimiendo la franquicia. Crítica, a continuación. Huérfano desde niño y abandonado por su hermano Sam, Nathan Drake (Tom Holland) tuvo que aprender a sobrevivir por sus propios medios desde muy temprana edad. Hoy, aunque es un gran interesado por la historia, paga las cuentas atendiendo la barra de un bar. Y también de vez en cuando robándole a algunos clientes con gran destreza. Es allí donde se acerca a él Victor “Sully” Sullivan (Mark Wahlberg) prometiendo riquezas y aventura, pero por sobre todo noticias sobre el destino de Sam, quien lleva dos años desaparecido. Según Sully, el hermano de Nathan se encontraba tras la pista de un antiguo tesoro español perdido y está convencido de que si descifran el misterio eventualmente llegarán también a saber qué fue de él. La primera parte del plan de Sully implica apropiarse de una cruz de oro de la época de Magallanes que está por ser subastada y por la que Santiago Moncada (Antonio Banderas), descendiente de los financistas del viaje de Magallanes, está dispuesto a pagar lo que sea. Considera al tesoro perdido su derecho de nacimiento y cuenta con un ejército al mando de la mercenaria Braddock (Tati Gabrielle) preparado para encontrarlo. Uncharted: Fuera del Mapa pero dentro de lo esperable Hace un tiempo que la maldición de las adaptaciones de videojuegos está claramente rota y ya no son una garantía de fracaso vergonzante, pero aunque hubo algunas bastante decentes la mayoría todavía tiene muchas dificultades para proponer algo que las distinga como películas con peso propio. Es en este grupo donde cae Uncharted: Fuera del Mapa, que aprovecha al actor joven de moda (correte, Timoteo) para ponerlo a hacer lo que todo el mundo espera que haga: piruetas y chistes cancheros. Al lado tiene a otro ladrón igual de carismático, y enfrente a un par de cartones pintados que representan arquetipos de villanos como para hacerles algo de contrapeso, aunque sumando a todos ellos no llegan a construir una sola personalidad. Todas las películas basadas en productos de otros formatos enfrentan el mismo desafío: contentar a los fans anteriores al mismo tiempo que atraer un público nuevo que no reconozca nada de lo que está viendo. Con sus referencias y guiños a los videojuegos de la franquicia que contentan a quien las descubre sin dejar afuera al que no, Uncharted: Fuera del Mapa es lo suficientemente simple y directa como para no requerir ningún conocimiento previo para entenderla. Ese fue quizás uno de los mayores problemas que tuvieron otras como Assassins Creed para poder arrancar con mejor pie y convertirse en franquicia, algo que en este caso parece ser una probabilidad más promisoria y dando margen para resolver algunas de las falencias actuales durante futuras secuelas. Seguramente nadie le va a pedir mucho más a Uncharted: Fuera del Mapa que escenas de acción entretenidas que vayan arrastrando a sus protagonistas de un lado a otro sin gran esfuerzo; y eso es justamente lo que van a recibir. No hay engaño ni decepción posible. Tampoco hay mucho guion, desarrollo de personaje ni sentido en la mayoría de las cosas que suceden a lo largo de la trama, pero si no se lo exigieron a las primeras Tomb Raider sería injusto que se lo pidan a Uncharted: Fuera del Mapa. Por más que compararla con una película de hace veinte años (y además con esas películas) tampoco sea un gran elogio.
Es la adaptación del famoso videojuego que permite abrir la puerta de una saga, o al menos los tres guionistas (Rafe Lee Judkins, Art Marcum y Matt Holloway) se muestran muy seguros para explicitarlo al final. La idea de buscar un tesoro, con protagonistas que enlazan sus conocimientos de historia y no se detienen ante nada siempre es atractiva, aquí se trata del tesoro que se supone Magallanes y su equipo guardaron tan bien que se lo perdieron. Para encontrarlo hay que tener a Victor “Sully “ Sullivan ( Mark Wahlberg) y su compañero Nathan Drake ( Tom Holland) que ponen todo su empeño. Cuenta la leyenda que el bueno de Wahlberg iba a ser el protagonista, pero tardaron tanto en darle luz verde al proyecto que el paso de los años lo obligó a conformarse con ser el “histórico” buscador y la posta quedo en manos de Holland, que se entrenó duramente para todas las acrobacias que hace en la peli. La idea fue brindar momentos de mucha acción, como que guionistas y director Ruben Flescher (“Venon” y “Zombieland”) dieron por sentado que a nadie le interesa profundizar en los personajes y todo lo que pedirá la audiencia es despliegue de robos, persecuciones, luchas y por sobre todo descubrir claves para todo el oro imaginable. Por eso no existen diálogos ingeniosos ni se profundiza en los personajes. Hay que reconocer que muchas escenas son realmente atractivas como la que da comienzo a la película y luego repiten y amplían y algunas corridas con la técnica del parkour. Las villanas verdaderas son las chicas que para acción son mandadas a hacer, se lucen: Chloe Trazer y Tati Gabrielle. Un entretenimiento vistoso, que dura lo justo y que seguramente será un éxito.
Las películas basadas en videogames suelen tener mala prensa, lo que muchas veces es totalmente justificado. Pero esta superproducción basada en el taquillero juego de Playstation no deja de ser entretenida gracias al dúo protagónico, al despliegue de efectos especiales y a una catarata de imágenes espectaculares. Tom Holland, más conocido como Spiderman, es un huérfano buscavidas que no parece tener mucho en común con Indiana Jones, pero que cuando es abordado por el mercenario Mark Walhberg para encontrar a su hermano perdido, que justamente desapareció en algún lugar del planeta buscando un tesoro de Magallanes, quiere ir a la búsqueda de antiguos galeones españoles hipotéticamente llenos de oro. Ambos van a Barcelona –y de ahí a muchos lugares exóticos más- y se meten en una trama intrincada que los enfrenta a Antonio Banderas, un villano que sin duda daba para más. Dirigida por Ruben Fleischer, el de “Tierra de zombies” y “Venom”, esta versión para cine de “Uncharted” por momentos navega en piloto automático pero también tiene escenas de acción imaginativas, por ejemplo una caída de un avión o cuando aparecen los famosos galeones. Para pasar un rato divertido, “Uncharted” está bien, aunque los gamers quizá sigan prefiriendo el juego original.
De la mano de Naughty Dog llega a la pantalla grande la primera película de Playstation Studios con un elenco muy atractivo. El héroe de turno es Nathan Drake (Tom Holland) quien creció junto a su hermano Sam en un orfanato hasta que, las autoridades intentan encerrar a Sam por hurtos menores y éste huye, dejando a Nathan con la promesa de buscarlo en el futuro. Los hermanos sabían del tesoro escondido que dejó la expedición de Magallanes y la aventura que recorre Nueva York, Barcelona y Filipinas comienza cuando Victor "Sully" Sullivan (Mark Wahlberg) se pone en contacto con Nathan, quien accede, más que por el oro, por la inquietud de encontrar a su hermano perdido. El plan se complica cuando el millonario Santiago Moncada (Antonio Banderas) cree que el botín le pertenece por sangre y los persigue junto a Braddock (Tati Gabrielle) y un equipo dispuesto a todo. A la dupla protagónica se suma Chloe (Sophia Ali) un personaje con sorpresas. El guion es muy simple para un film que no da tregua, tiene algo de comedia y buenos efectos visuales, muy al estilo "Indiana Jones", con acertijos, persecuciones, tiros y peligro constantes que nos sumergen dentro del videojuego. Es un plus la excelente fotografía de Chung-hoon Chung. El elenco cumple con su cometido, entretener. Importante: Hay dos escenas post-créditos que dejan, como suele suceder, la puerta abierta para nuevas aventuras.
Sin deslumbrar, ni revolucionar el género, Uncharted: Fuera del Mapa es la mejor adaptación cinematográfica de un videojuego. Va de las sorprendentes escenas de acción a la comedia con absoluta naturalidad y se las ingenia para conformar a todos: a los viejos nostálgicos del cine aventuras, a los exigentes que les cuesta sorprenderse por que no encuentran nada nuevo en este tipo de películas y a los fanáticos de las aventuras de Nathan y Victor en la PlayStation.
Reseña emitida al aire en la radio.
Una de aventuras que entretiene Basada en el videojuego del mismo nombre, Uncharted, dirigida por Ruben Fleischer y on guion de Joe Carnahan es una película clásica de aventuras bien estructurada, con ritmo interesante, protagonistas con muy buena química (lo básico para una película de este estilo) y adecuadas puntas argumentales que se cierran en el momento justo. Está claro a esta altura la simpatía e imán natural que posee Tom Holland. Alguien dijo alguna vez, o tal fue el diálogo de alguna película, pero al grano: o la cámara te quiere o no, y este pibe se lleva todo puesto. Uncharted hasta se da el lujo de tener un muy buen secundario, compuesto por Antonio Banderas, al que tal vez se le podría haber sacado aún más jugo, pero que de todos modos apuntala la historia con su rol. El balance en ese sentido es perfecto y entonces el elenco compuesto por Mark Wahlberg, Sophia Ali, y Tati Gabrielle, entre otros, hace de las suyas correctamente. El videojuego fue desarrollado por Naughty Dog (empresa creada en 1984 por Andy Gavin y Jason Rubin) para Play Station 3, y con la distribución de Sony. vendió 2.6 millones de copias. Lo complejo de este tipo de adaptaciones es dar en el clavo con los elementos que hacen a una película trabajando con todos los puntos que detallé en el primer párrafo, respetando, además, la esencia del formato del que toma la idea. La apertura, como es esperable y se entiende (no es sorpresa ya que el juego tiene 5 partes), para al menos una secuela es el broche de oro para un film que tiene el éxito de taquilla asegurado.
Los videojuegos se volvieron grandes proveedores de historias que terminan siendo desarrolladas como series o películas. A los cómics y a los libros, se les suma otro formato más. En este caso del videojuego a la pantalla grande llega «Uncharted», dirigida por Ruben Fleischer. El videojuego salió en el año 2007 y fue un éxito para Sony, generando millones de fans de la saga (la cual actualmente sigue sumando adeptos). Se puede decir que todo aquel que tuvo/tiene una Playstation, se adentró en esta historia de acción y aventura. Toda historia de aventuras tiene una dupla protagónica. En este caso hablamos del joven Nathan Drake (Tom Holland), quien se introduce como caza tesoros, gracias a la aparición de Victor Sullivan (Marke Wahlberg) quien además esconde ciertos secretos. Estos dos personajes van en búsqueda del tesoro de sus sueños, por lo que claramente correrán peligro dando la vuelta al mundo, pero nada los detiene. Cada pista a seguir los irá llevando a conseguir lo que más desean y además, en el caso de Nathan, lo ayudará a acercarse a su hermano. Los actores estuvieron muy bien elegidos para cada papel. Sin dudas destaca Tom Holland por las escenas de acción que fueron increíbles y porque se puso esta película al hombro. En cuanto a su co-protagonista, Mark Wahlberg, fue un tanto insulso el carácter que le dieron a su personaje. Se esperaba más de él. Le faltó mucha rudeza ya que además es un actor que nos tiene acostumbrados a películas de acción y siempre cumple. Lo que ayudó a su personaje son los diálogos entre ellos dos, que fueron cómicos y te hace querer a esta dupla aún más. Por su parte, los villanos estuvieron bien incorporados, pero no fueron las estrellas destacadas. En cuanto a las escenas de acción, fueron increíbles sin ninguna exageración. Eran peleas de verdad con un gran despliegue que te dejan expectante. Por suerte no se abusó del CGI, se usó lo justo y necesario, haciendo todo lo más real posible. Un error que sí se cometió es poner tanto foco en el personaje de Holland, en el sentido de que no le dan respiro y todo el sostén del film depende de él. Se podría haber aprovechado mucho más a Wahlberg. Para quienes jugaron esta saga, van a ver varios guiños hacia los videojuegos, desde escenas casi exactas de la misma hasta planos de cámara, en la que uno se siente partícipe. En cuanto a la trama hay cosas distintas en lo que son las características de sus personajes principales y el tono de la misma, el cual no es rudo (característica que se acostumbra a percibir en la saga). Se nota que la película es una adaptación y se encargaron de remarcarlo, lo cual está bueno para no generar confusión. Sin dudas, esta película fue pensada para Tom y damos gracias por ello, es acertado y lo demostró. En síntesis se puede decir que es una película de Indiana Jones actualizada, pero con un gran protagonista, que lo da todo y hace que te sumerjas de lleno en una búsqueda del tesoro. Vayan a verla, sin prejuicios y quédense sentados en la butaca después de los créditos porque hay sorpresas.
TAN INOFENSIVA COMO OLVIDABLE Hay un puñado de géneros que en las últimas décadas Hollywood tiene bastante abandonados, aunque de vez en cuando intente resucitarlos, con resultados dispares: uno es la comedia romántica, que tuvo estrellas emblemáticas, pero ahora parece ir a contramano del cinismo actual. El otro es el de aventuras, que suele presentar mundos y personajes que muchas veces chocan contra la pulsión contemporánea por el CGI. Uncharted: fuera del mapa es un nuevo intento por revitalizar el segundo género y sus esfuerzos son innegables, pero también sus fallas. Hay un par de cuestiones llamativas en el film de Ruben Fleischer. La primera es que se apoye en una saga de videojuegos que ya desplegaba unas cuantas referencias cinematográficas, como la saga de Indiana Jones. Es cierto que había un mundo de personajes y situaciones por explorar para trasladar el espíritu lúdico a la pantalla grande, pero también que la escasez de ideas originales generaba la necesidad de acudir a materiales que en verdad eran reversiones de paradigmas ya establecidos. La segunda es que, a pesar del tiempo de desarrollo del proyecto (más de una década, con diferentes directores vinculados a la producción, como David O. Russell y Shawn Levy), la trama muestra muchos cabos sueltos. Quizás haya tenido que ver en parte porque, si bien Mark Wahlberg iba a estar a cargo del protagónico, finalmente este haya quedado a cargo de Tom Holland, lo que implicó una reconfiguración de la narración. Así, Uncharted: fuera del mapa se construye en buena medida como una precuela o film de origen, mostrando a un joven Nathan Drake (Holland) y sus comienzos como buscador de tesoros junto a su mentor y compañero Victor Sullivan (Wahlberg). El relato se estructura entonces alrededor de la búsqueda de un enorme cargamento de oro escondido por Fernando de Magallanes y su tripulación hace cientos de años, luego de su famosa expedición que buscó dar la vuelta al mundo. Aunque claro, no son los únicos en busca de ese tesoro: también trata de encontrarlo Santiago Moncada (Antonio Banderas), descendiente de la familia que financió el viaje de Magallanes, que tiene bajo su mando a un grupo de mercenarios cuya líder tiene varias cuentas pendientes con Sullivan. La búsqueda tendrá, obviamente, una diversidad de obstáculos, entre los cuales están las posibles traiciones entre aliados improvisados y un conjunto de enigmas (pero también pistas) relacionados con el pasado de Drake y su vínculo con su hermano mayor, Sam, a quien no ve hace largo tiempo. Es cierto que, sin descollar, Uncharted: fuera del mapa tiene un conjunto de escenas de acción bastante divertidas. No solo la publicitada caída desde un avión -con una dosis de vértigo que se impone al CGI-, sino también una extensa recorrida por las calles y catacumbas de Barcelona en medio de trampas y pasadizos secretos, y una persecución final donde los barcos y helicópteros se unen de formas inesperadas. Allí la narración va de la mano del movimiento y la película fluye sin demasiados inconvenientes. Sin embargo, hay un problema grande que el film no puede resolver, que es la configuración de sus personajes: si el Drake de Holland es un muchacho simpático, pero que debe explicar todos sus conflictos sentimentales y morales; el Sullivan de Wahlberg quiere construir simpatía desde el cinismo, pero luce demasiado forzado. Pero lo peor viene por el lado de los secundarios: las decisiones que se toman con los personajes de Moncada y Chloe Frazer (Sophia Ali) son bastante incomprensibles y los convierte en meras piezas del guión. Esa dificultad insuperable que tiene Uncharted: fuera del mapa para construir personajes atractivos -algo en lo que eran exitosas sagas como Jumanji y La leyenda del tesoro perdido– la condenan a una medianía entre inofensiva e intrascendente. Y si la película se preocupa en demasía por dejar todas las puertas abiertas para la construcción de una franquicia, no despeja las dudas sobre cómo hará para aplicar todas -no solo algunas- las reglas básicas del género en las posibles futuras entregas.
Uncharted está basado en una serie de videogames realistas en la que todo es pasar de peligro en peligro y conseguir un tesoro. Fin. ¿Fin? Uncharted pertenece a esa generación de VG que se inspiran en los modos y la sofisticación del cine. Hacer una película es un poco rizar el rizo, tomar de la mecánica interactiva el relato. Aquí es donde aparece, con luces y sombras, el realizador Ruben Fleischer, sobre todo un humorista (Zombieland, la primera Venom) cuyo estilo consiste en tomarse más o menos en serio a los personajes y nada en serio el mundo en el que les toca. Aquí hay un mapa, un héroe que perdió a su hermano, un enorme tesoro, una amistad y un villano. Y muchas escenas de acción, aunque el gran despliegue digital (paradójicamente dado el material visual) es menor que en otros productos similares. No hay mucho más que eso, pero alcanza para que sintamos que no perdimos dos horas.
Muchas manos en un plato… El videojuego de PlayStation salta a la pantalla grande con Tom Holland como el aventurero Nathan Drake. ¿De qué va? Nathan Drake, un buscavida que sobrevive con artimañas, es encontrado por Victor Sullivan, un cazarrecompensas que trabajó con Sam, el hermano desaparecido de Drake. Juntos deberán embarcarse en la búsqueda del tesoro perdido de Magallanes, no sin enfrentarse a Moncada, un empresario que reclama la misma fortuna. Antes que nada, cabe aclarar que soy un fan acérrimo del mundo creado por Amy Henning y compañía. Gracias a sus historias y al mismísimo Nathan Drake, ese cazarrecompensas tan atorrante como insoportable, como jugador, y como espectador por qué no, pude revivir esa emoción heroica y aventurera de transitar páramos peligrosos, llenos de secretos y tesoros deslumbrantes. Desde Perú hasta Nepal, de encontrarse con El Dorado a transitar la mismísima Atlántida de las Arenas, la travesía de Nathan Drake, y de cómo sus amigos y confidentes Sully y Elena lo ayudaron a no morir en algún rincón mohoso del planeta, es una de las experiencias más ricas, gratificantes y sanadoras que existen en el mundo videojueguil. Tras esta introducción, y dejando en un cajón el amor que siento por la saga, aclaro que esta crítica va a ser en base a la película como obra audiovisual autónoma y no como adaptación, ya que debería de centrarme en cómo un videojuego, con sus propias mecánicas y reglas, logra reducirse a apenas dos horas de duración. En este contexto, ningún videojuego, o incluso libro u otra fuente adaptable, lograría «llenar las expectativas» de los fanáticos juzgadores que esperan con ansias destripar el film en busca de situaciones “fieles” o caracterizaciones exactas. Eso dejémoslo para los blogueros haters. De más está decir que hay guiños y un cameo que sacará alguna que otra sonrisa, pero eso no nos importa a la hora de analizar el verdadero contenido de la trama, ya que estos chascarrillos son eso; guiños de la producción para hacernos levantar el índice cuál DiCaprio en el sillón. Sin mucho más preámbulo, paso a comentarles por qué la última película de Ruben Fleischer (Zombieland, Gangster Squad, Venom), bah, de Sony, no solo es paupérrima a nivel ejecución, sino que el mero motivo de su existencia es, y sin hacerme el tonto en que otros tanques hollywoodenses tienen el mismo objetivo, la plata. Mucha plata. ¿Promocionar indirectamente la remasterización de los últimos dos juegos de la saga para PS5? ¿Expandir el mundo multimedial? Poco importa la respuesta, ya que con esta película se responde lo único que necesitamos saber: Uncharted es otro intento descarado y fallido de llevar un mundo riquísimo a una adaptación que tuvo más manos que amor propio. No hace falta demasiado tiempo en pantalla para darse cuenta de que la representación de las escenas más emblemáticas de los juegos va a buscar ser las verdaderas protagonistas del film. Ni bien comienza vemos a un Nathan Drake gritando “¡Oh, crap!” mientras escala desaforadamente por un cargamento que cuelga de un avión en pleno vuelo. Un flashfoward que inyecta en el espectador la adrenalina suficiente para que se peguen a la pantalla y así ver cómo se desenvuelve el accionar de nuestro protagonista y qué lo hizo llegar a allí. Es acá, y en todo el resto del film, que presenciamos la decadencia de un guión tan desnutrido como lastimoso. Con una presentación de personajes tan insulsa y genérica que nos hace preguntar si de verdad recurrieron al visionado de alguna película del género para inspirarse, con diálogos que escupen información con el mismo tono de decibeles durante todo el film, dudando de si en estos actuantes corre sangre o solo un esquema mal diseñado y con situaciones que apenas cumplen correctamente con lo que una obra de esta índole puede ofrecernos, Ruben Fleischer nos trae un proyecto emparchado, que estuvo en desarrollo tanto tiempo que esa pizca de amor que inició todo quedó en un pasado ya olvidado. Recuerdo a Joe Carnahan diciendo que el guión que estaba preparando era sobre una aventura completamente nueva para nuestro Nathan, algo que, sin contar que el director tiene alguna que otra película disfrutable en su catálogo, traía cierta luz sobre un proyecto que no necesitaba existir. Ya alcanzaba con las cientas de cinemáticas y el gran desarrollo de la historia que tienen los juegos para saciarnos del aventurero por largo rato. Aún así, tanto Joe como ese guión quedaron en el olvido, haciendo que el plan para traer a la pantalla grande a Nate y compañía quedara en la deriva hasta que hoy, 2022, concluya en el estreno no de la película del buscador de tesoros, sino de «la nueva de Tom Holland«. Con el actor inglés encabezando el poster, y con un Mark Wahlberg que le pone la mejor (aunque, por favor, no hables más en español) para sacar a flote a un Sully que, a pesar de todo, es el que más aciertos tiene dentro de este caos, Uncharted no es más que una sucesión de escenas inconexas que terminan en la pobre representación de aquellos momentos icónicos de la saga, confundiendo la palabra “adaptación” con “darle la banana al mono”. No me confundan, sé que la intención era esa, pero no me la hagan tan obvio, che. Ah, y para concretar, la escena post créditos tiene más espíritu y ganas que toda la película. ¿A qué les hace acordar esto?
Una sorpresiva adaptación que toma las decisiones correctas Con muchos guiños y escenas de acción bien implementadas, Uncharted: Fuera del Mapa abraza a los fanáticos pero también le abre la puerta al resto del público. Las dudas sobre la adaptación de Uncharted se sembraron desde su anuncio. Los numerosos cambios de directores, postergaciones en su estreno a causa de la caótica producción por el Covid-19 y una dupla protagónica que no sentó muy bien dentro de la comunidad de fanáticos fueron algunos de los alicientes que hacían de este estreno un enorme signo de interrogación. Sin embargo, para sorpresa de muchos y al contrario de lo que gran parte de la prensa internacional expresó, Uncharted: Fuera del Mapa es una grata sorpresa y otra pieza más dentro del buen presente que están atravesando las adaptaciones de videojuegos. Tom Holland y Mark Wahlberg se cargan al hombro esta aventura de la cual, similar a los videojuegos, se llevan un pedazo enorme de participación en pantalla y si uno comienza escéptico sobre sus interpretaciones, con el paso de los minutos y las escenas te terminan convenciendo de que son correctas elecciones para dar vida a Nathan Drake y Victor “Sully” Sullivan. Gran merito del correcto funcionamiento de Uncharted: Fuera del Mapa recae en Ruben Fleischer y las correctas decisiones que toma en la elaboración de la trama y los personajes. Con 4 juegos canónicos y un puñado de spin-off que complementan el universo, el director toma solo los elementos narrativos justos y necesarios para realizar una película de origen que permite a una nueva audiencia no quedarse afuera de la ecuación y darle a los fanáticos sus merecidos easter eggs que resuenan durante las casi dos horas de duración. Y así como incluye elementos de forma correcta, también hay un decisión acertada en dejar personajes y elementos afuera de esta ecuación porque era más que complejo hacer convivir tantas historias en una trama armoniosa, que encima es 100% de origen. Crítica Uncharted: Fuera del Mapa, una sorpresiva adaptación que toma las decisiones correctas Los guiños no son parte del sustento narrativo pero funcionan darle ese toque de color que la transforma en una adaptación correcta. A veces son diálogos, otras veces son objetos y otras movimientos particulares: la esencia de Uncharted busca traspasar la pantalla sin querer predominar por sobre la historia. En aspectos narrativos, es una película de acción de punta a punta sin ningún giro sorpresivo o vuelta de tuerca que busque desencajarnos. Mientras más grande sea el balde de pochoclos que tengamos entre las manos, mayor será el disfrute, porque Uncharted busca precisamente eso: que acompañemos a Nathan y Sully por diferentes partes del mundo en búsqueda del tesoro perdido de Magallanes. La misión principal mantiene el espíritu de los juegos, y en sinergia, acompañan el buen ritmo que desarrolla la película, porque en ningún momento hay baches profundos: es un constante movimiento de acciones que te mantiene atento a cada uno de los eventos que suceden en pantalla, porque tampoco querés perderte algún guiño, comentario de Sully o movimiento de Nathan. El Nathan Drake que conocemos de los juegos no es el que realmente vemos en pantalla, sino que está unos pasos por detrás de ese camino y es por eso que, como historia de origen, es muy funcional. Acá veremos el comienzo de la relación con Sully, la complicada y vertiginosa infancia con su hermano Sam, los primeros encuentros con Chloe Frazer, y el despertar de su instinto aventurero. Para los que leen esta crítica y vienen de la franquicia gamer, habrán notado que el anterior párrafo es un mix de las 4 entregas de los videojuegos, pero hay un detalle: todas estas piezas van en pos de construir una historia original. Crítica Uncharted: Fuera del Mapa, una sorpresiva adaptación que toma las decisiones correctas A pesar de muchas de sus virtudes, los puntos flacos también pesan con fuerza. La excesiva cantidad de minutos que tienen los protagonistas en pantalla es un contrapeso para el bando de los villanos. El desarrollo de Antonio Banderas y Tati Gabrielle como antagonistas es casi nulo, forzando a un “porque sí” constante en la mayoría de sus acciones y una ausencia total de profundidad. De hecho, parece casi adrede, pero en las escenas que Banderas u otros personajes tienen protagonismo absoluto en la escena, todo sucede con una velocidad increíble, sin darle el timing ni espacio suficiente para conocer sus motivaciones, empatizar u odiarlos un poco más. Solo son una excusa para que Nathan, Chloe y Sully escapen de decenas de gangster y peleen de forma acrobática en el camino. Tratándose de una película de acción y aventura, hay que reconocer que hay un enorme esfuerzo de brindar originalidad en sus puestas en escenas, para alejarse un poco del mote de “la Indiana Jones moderna”. Sin embargo, en esa búsqueda constante de distanciarse de esas etiquetas presenta en el ecuador de su trama algunas escenas que rozan fuertemente la inverosimilitud y rompen un poco el clima que construye la película antes y después. Crítica Uncharted: Fuera del Mapa, una sorpresiva adaptación que toma las decisiones correctas Eso sí, el tercer acto de Uncharted: Fuera del Mapa es una fiesta completa. Referencias, disparos, piñas, música que nos transporta al videojuego, originalidad en muchas de sus escenas y, por sobre todas las cosas, es parte de la metamorfosis final para ver al Nathan Drake que controlamos en PlayStation, y que termina dejándonos con ganas de más. Sin entrar en spoilers, esas ganas de más quedan completamente reflejadas en las 2 escenas post-créditos que tiene la película y que conectan de forma mucho más directa con la primera entrega del videojuego, aunque como queda claro en parte de su narrativa, en caso de haber una secuela seguirá tomando elementos para construir su propio aventurero camino. Uncharted: Fuera del Mapa no viene a patear el tablero del género pero tampoco es el desastre que la mayoría pronosticaba. Es una entretenida película de acción, que tiene un mérito extra por ser, al mismo tiempo, una adaptación más que acertada y original de una de las franquicias de videojuegos más relevantes de los últimos 15 años.
Adaptar un videojuego a la gran pantalla puede ser una trampa mortal para cinéfilos de buen paladar…o la excusa perfecta para la rentabilidad a bajísimo costo artístico. El proyecto “Uncharted” parte de una serie gamer de playstation, lanzada al mercado por primera vez en 2007. Nos trae a la gran pantalla la palpitante fascinación por las historias de cazadores de tesoros, sin importar los obstáculos a atravesar para alcanzar tan esquiva recompensa. La leyenda cobra vida en películas como “Indiana Jones”, “La Momia” y “National Treasure”. Cine de manufactura comercial para el Hollywood del nuevo milenio, enfrascado en la anodina repetición de la fórmula exitosa. Tras las cámaras se encuentra Ruben Fleisher, contratado por encargo para esta aventura gráfica de presupuesto demencial, presta a sacrificar las pocas buenas intenciones que exhibiera en anteriores abordajes el realizador de “Gánster Squad”. Finalmente, nos encontramos frente a un producto final conformista pero homogéneo. Efectos especiales y humor en apreciables dosis. Fleischer resiente la propuesta, quedando a deber en ciertos requisitos indispensables para la ligereza con la que se consume este tipo de cine. Si Tom Holland da vida a un héroe carismático pero vulnerable a la vez, es nula trascendencia de un Mark Whalberg, en plan de valiente mentor, algo rezagado y contenido. El film tampoco aprovecha los quilates interpretativos de Antonio Banderas, quien suma una enésima encarnación de villano pésimamente guionado. Exóticos escenarios fotografiados con afán turístico, poco y nada aportan a tan previsible narrativa. “Uncharted” encarna el cine de algoritmo que privilegia la ejecución de una acción ultra planificada. Sacrificada la verosimilitud argumental, un leit motiv recurrente divide en idénticas secuencias al relato, prólogo a un final abierto que presagie una inevitable secuela.
Me cae bien Tom Holland. Creo que es un tipo talentoso. Y la industria ha detectado que tiene un grupo de seguidores enorme, merced a su trabajo en «Spider Man». Es así que era esperable que le llegaran propuestas dentro del género familiar para aprovechar su popularidad en la taquilla. Así es que finalmente, después de mucho tiempo de pre-producción, llega a nuestras salas «Uncharted», versión fílmica de un videojuego al que los gamers de todo el mundo, aman. De hecho, algunos que estaban en la función en la que ví la cinta, estaban realmente enojados con la adaptación que veían, la edad del protagonista… Y yo, que no jugué nunca «Uncharted», descubría bastantes clichés relacionados a aventuras clásicas de los 80′ como la saga de «Indiana Jones». Un entorno desafiante, buenos efectos en relación a los combates y un relato, simple… efectista. Pero mis colegas seguían enojados porque, en sus términos, «no respetaba la esencia del juego original». Sí me pasó de ser jugador, en cambio, de la saga «Resident Evil» de Capcom muchos años. Y cuando me tocó ver, especialmente la última entrega, me gustó volver a esos lugares del primer juego de Playstation 1. Lo disfruté, realmente, más allá que la peli no es un concierto de virtudes y tampoco es un film memorable. ¿Por qué digo esto? Creo que hay que tomar el concepto detrás de las generalidades que ofrece «Uncharted» y respetar la adaptación de guionistas y director. Hay trazos gruesos de los personajes, un universo familiar a los seguidores de la saga y no mucho más. Y no creo que importe. Porque al final de cuentas, la recordaremos (y habrá segunda parte si la taquilla es buena) por lo que es y de dónde viene, o cuál es su fuente de inspiración. Desde ya, la mayor parte de películas inspiradas en videojuegos son de discretas para abajo pero… no es el caso. Esta «Uncharted» es entretenida. La historia es la de nuestro amigo Nathan Drake (Holland) quien es un aventurero conflictuado que será convocado a ser parte de la búsqueda de un tesoro, por Víctor «Sully» Sullivan (Mark Walhberg). Dicha tarea, será obviamente en escenarios interesantes, con una adecuada dosis de acción y gran despliegue visual. Walhberg luce mejor de lo esperado, tiene más humor que Holland, quien parece atado a su rol de ídolo teen arácnido. Los villanos, son nombres desperdiciados (con Antonio Banderas a la cabeza) y el sentido de la trama, es hacer un recorrido de aventura mientras internamente, Drake, hace su proceso para resolver los temas que tiene con su hermano de hace un tiempo atrás. El director de «Venom», Robert Fleischer, intenta dotar a su relato de todos los elementos que conocemos en sus films anteriores («Zombieland», sin ir más lejos) pero falta química en la pareja central para mostrarse como una «buddy movie» de primera línea. Lo es, por una cuestión de presupuesto, no de calidad. Si buscan un rato de esparcimiento sin mayores expectativas y no se conflictúan porque la propuesta, no está «a la altura del videojuego», tienen vía libre para verla. Insisto, está debajo de lo esperado (por elenco, director y producción), pero teniendo en cuenta la realidad de esta cartelera «post-pandémica», pueden considerarla una opción válida.
La película no aporta nada al universo de Uncharted, apostando a un entretenimiento sin contenido. El tesoro de ‘la adaptación de juegos definitiva’ todavía está ahí, pero no es Drake quien lo encontrará.
Basada en una de las series de videojuegos más vendidas y aclamadas por la crítica de todos los tiempos, Uncharted presenta al público al joven y astuto Nathan Drake (Tom Holland) y muestra su primera aventura en la búsqueda del tesoro junto a su bromista socio, Victor "Sully" Sullivan (Mark Wahlberg). En una historia de acción y aventuras que se extiende por todo el mundo, los dos van en busca de "el mayor tesoro jamás encontrado" y, al mismo tiempo, siguen las pistas que pueden llevarlos al hermano perdido de Nathan. Vayamos por partes dijo Jack (El destripador), el hecho que sea una traslación de un videojuego no aporta ni quita nada. Es otro texto, otro lenguaje, no voy a empezar a establecer la teoría de que el medio es el mensaje, sería para muy largo. Definiendo, no tiene importancia el origen primario, de hecho el mayor aportante al cine es la literatura. ¿Cuantas versiones hay de Hamlet? No todas son buenas, tenía un profesor de guión que decía: Pones a 20 actores sobre el escenario leyendo Shakespeare y la obra será buena, solo por el texto. La segunda parte de la sinopsis establecida desde la producción, establece la aventura y falsea sobre parte de la motivación. En tanto al filme en si mismo, dejando de lado su génesis, claro, es un cúmulo de lugares comunes ya visto en decenas de películas. Las que mas se reconocen, no las únicas, Tomb Raider, Indiana Jones, podría nombrar a “Tras la Esmeralda Perdida” (1984) de Robert Zemeckis, pero no sería honesto. Como pregonaba Akira Kurosawa, “Es posible hacer una mala película de un buen guion, pero imposible una buena de un mal guion”. Acá parece que desaprovecharon un buen germen. No es enjuiciable el hecho de copiar, es más copiar de lo bueno hasta podría ser loable, lo problemático es cuando se copia mal y se resuelve peor. Respecto de la técnica, la vedette seria el CGI, lo efectos especiales, tienen el grave problema que por momentos, a partir del montaje, se notan como tales. Como dice un colega, ex amigo, “Se le notan las costuras”, que no se exactamente que significa. Al ser presentada como una pre- cuela, lo mas importante pasa a ser la presentación de sus personajes, hasta la justificación de la elección de los actores. El poco desarrollo de los mismos atenta contra la posibilidad de generar empatía con ellos. Sabemos que es un filme de aventuras y todo es posible, pero meramente deben hacerlo creíble. No es que las actuaciones sean decepcionantes, Tom Holland, (Nathan Drake), si bien todavía parece estar con síntomas de la araña, sale airoso, el punto es que debería haber sido el pedestal del texto y no lo es. Un escalón mas elevado Mark Walberg (Victor Sullivan) que sin nada de presentación ni desarrollo, hace creíble y llevadero al su personaje. Antonio Banderas, (Santiago Moncada) vio luz entro, puso cara de malo a lo Antonio Banderas, cobro y se fue. Respecto de Sophia Ali (Chloe Fraser)el carisma de la actriz sostenga el personaje, casi que no importan sus contradicciones. En cambio Tatti Gabrielle (Braddock) alguien debería haberle avisado que esto es cine no televisión (solo tiene experiencia televisiva), por lo cual como decía Marshall McLuhan “La televisión es gigantes viendo enanos y el cine es enanos viendo gigantes”, en este sentido cualquier gesto por mínimo que sea estará exacerbado por el tamaño, ergo: se nota. La actriz no se ahorra en gesticulación para aparecer mas malvada. Tampoco carguemos todas las tintas sobre la joven, calculo que algo sino mucho, tuvo que ver el realizador en las directivas que impartió. En síntesis un filme de aventuras, liso y llano, sin nada novedoso ni nada para aportar. Que las casi 2 horas no se transformen en tediosas depende de cada espectador, particularmente me aburrió, aunque lo mejor aparece tras los créditos. Aunque tenga ganas de irse, quédese un poco más. Califición: Regular
Esto es lo que pasa cuando mezclás Indiana Jones con Rápido y Furioso. Sanata histórica de cuarta, persecuciones que no respetan las leyes de la física, puro CGI. Bah, puede ser una pavada entretenida, el problema es cuando no hay una pelea o persecución en pantalla. Acá los diálogos son puntos muertos, incapaces de remontar algo a los personajes y hacerlos mínimamente atractivos o tridimensionales. Son simples vomitadores de parlamentos, los cuales dicen lo mínimo necesario para que vayan del punto A al B y luego al C. En ocasiones así – el blockbuster por el blockbuster puro; explotar una franquicia basándose en la fama de la misma y en las secuencias de acción concebidas por una computadora – la presencia de personalidades ayuda… pero acá no es el caso. Mientras que pistear con galeones españoles flotando por el aire se ve bárbaro, el drama viene cuando esta gente debe decir algo mínimamente serio. Acá podías optar por el camino de Alerta Roja (Red Notice, esa de Netflix con la Roca, la Mujer Maravilla y Deadpool) y tener un Ryan Reynolds haciendo chistes malos que, bah, salvan el momento (aún cuando el filme sea un disparate) y le hace un guiño a la platea de que esto es solo un entretenimiento liviano; o ponerte serio como una lápida y pretender de que lo que estás diciendo no solo es dramáticamente interesante sino que pone a la audiencia de tu lado. Pero cuando tenés a Peter Parker de un lado, y a Mark Wahlberg – haciendo de Mark Wahlberg por enésima vez en la vida – en el otro, la cosa simplemente no se enciende. Wahlberg va por el cheque pero Tom Holland – que quiere probar suerte de estrella por fuera de Marvel – no puede sacudirse el aire de pendex de secundaria que lo convirtió en el Hombre Araña. En varias de las peleas del filme uno espera que el tipo tire telarañas de las muñecas, es así de simple. Con la voz y pinta de nene es un error venderlo como un aventurero curtido, no importa si figura que ésta es su primera aventura internacional. Tomando tragos, seduciendo o disparando a troche y moche, el tipo es un serio error de casting aun cuando despliega toda su simpatía y es genial en las acrobacias (no por algo es Spiderman!). Precisaban a un treintañero, alguien con barba y mas estatura, un tipo curtido (¿Reynolds?) que no se vea como el hijo de Wahlberg. Los villanos son de stock y ni siquiera alguien con infinito salero como Antonio Banderas puede hacer algo memorable con sus parlamentos. La única sorpresa del filme es verlo hacer mutis por el foro de manera inesperada y a mitad del relato. Eso no quita de que Uncharted zafe y que se venga la secuela en vista de lo que ha recaudado; pero la saga precisa muchos ajustes para elevarse sobre la mediocridad promedio que afecta a todas las adaptaciones de videojuegos al cine. Yo no tengo Playstation, nunca jugué a Uncharted, no lo conozco pero los que si (y vieron la película) coinciden en que el fichín era mas entretenido y mucho mas cinemático que esta versión que apenas califica de entretenimiento correcto y es en absoluto olvidable. Los héroes precisan personalidad, algo que los atraiga al público; y, por el otro lado, las historias de tesoros perdidos deben ser menos traídas de los pelos (o que por lo menos los guionistas hagan algo de investigación histórica como se debe). Uncharted es pasable pero, con todos los recursos que quemaron para hacerla, pudo haber quedado mucho mejor. Y no, Holland va a quedar encasillado como arañita a menos de que tenga 15 años mas, se llene de arrugas y canas… aunque para esa época posiblemente se vea mas como un Michael Fox cuarentón que como un aguerrido Harrison Ford.