Un parásito en la familia. Si bien muchas veces en el ámbito cinematográfico -y en el arte en general- una carrera que comienza con una obra interesante luego se desinfla de a poco, no deja de sorprendernos cómo se ha acelerado este tipo de declives durante las últimas décadas. El Hollywood facilista actual, siempre presto a fagocitar cualquier esquema narrativo medianamente cumplidor/ eficiente que aparezca en el candelero internacional, tiende a reconvertir hacia su territorio, y casi de manera inmediata, a cineastas que se asoman como artesanos prometedores a futuro. Pensemos por ejemplo en el dúo de realizadores compuesto por Henry Joost y Ariel Schulman, dos norteamericanos que comenzaron su carrera con Catfish (2010), un atrapante documental sobre las mentiras, el anonimato, las identidades múltiples y la impunidad de las relaciones de pareja que nacen en las redes sociales contemporáneas. La película llegó en el momento justo y así se transformó en un enorme éxito de la noche a la mañana, derivando en una serie de MTV en la que la producción sale a la caza de “hipócritas virtuales” y extiende el concepto hasta la frontera del hartazgo. Contra todo pronóstico, los directores a continuación decidieron probar suerte en el terror y se hicieron cargo del tercer y cuarto eslabón de la franquicia de Actividad Paranormal (Paranormal Activity), dos trabajos que dejaron mucho que desear. En esta ocasión los señores insisten con el género y se suman a la andanada de exploitations de The Walking Dead, ya que en efecto Viral (2016) toma prestadas las marcas registradas del fenómeno televisivo, léase el melodrama y una infección incontrolable: aquí no sólo vuelven a fracasar sino que el resultado final se parece demasiado a Sorgenfri (2015), una realización danesa muy similar. Ambos films se centran en una convivencia familiar forzada producto de una cuarentena dictada por los organismos estatales de turno, en respuesta a la aparición esporádica de esos primeros “síntomas” de una debacle que ya conocemos de sobra. Mientras que antes teníamos a todo el clan en la misma casa, hoy sólo contamos con las dos hijas adolescentes, Emma (Sofia Black-D’Elia) y Stacey (Analeigh Tipton), porque papi quedó varado en el camino cuando iba a buscar a mami al aeropuerto, quien por supuesto también permanece fuera de campo. Ahora la zombieficación adquiere la forma de un gusano que sigue la lógica de los parásitos y de a poco va destruyendo la seguridad de un hogar burgués con sus propios problemas internos (Emma es una joven aplicada que se enamora de su vecino, Stacey es la hermana mayor rebelde y los progenitores atraviesan una crisis en su relación). Resulta paradójico que a pesar de “inspirarse” en Sorgenfri, otra reproducción explícita de The Walking Dead, la propuesta no pueda superarla y termine cayendo en el mismo catálogo de estereotipos de siempre, aunque en este caso debido a otros inconvenientes: si el opus danés se guardaba para el desenlace a los engendros homicidas y nos dejaba presos de un desarrollo larguísimo sustentado en personajes de manual, Viral en cambio opta por dividir el metraje entre el contagio y el cariño de las hermanas, condenándonos a escenas de horror bastante torpes que no llegan a compensarse del todo por la buena dinámica actoral entre Black-D’Elia y Tipton. El minimalismo y algunos jump scares poco pomposos no alcanzan para esquivar la idiosincrasia muy derivativa del combo en general, siempre “amagando” con explotar a nivel anímico y luego quedándose en el molde una vez más…
Más cerca de los episodios de las series "The Strain" y "The walking dead" que de "Epidemia", la película no tiene zombies pero sí personas contagiadas que se comportan como monstruos y atacan a sus víctimas. Un padre que debe ir al aeropuerto a recoger a su esposa en plena crisis matrimonial y un suburbio declarado en cuarentena por una infección, es el puntapié de esta historia en las que dos hijas adolescentes -Sofía Black-D'Elia y Analeigh Tipton- quedan, junto a un joven, a merced de una pandemia en la que el contagio está a la orden del día. Viral, la nueva película de terror de los directores Henry Joost y Ariel Schulman -Actividad paranormal 3 y 4, y la más reciente Nerve, un juego sin límites- no se aleja demasiado de los tópicos y situaciones que ofrece el género en este tipo de producciones. Más cerca de los episodio de las series The Strain y The walking dead que de Epidemia, la película no tiene zombies pero sí personas contagiadas que se comportan como monstruos y atacan a sus víctimas debido a la enfermedad del "gusano". Con el marco estudiantil y la obligada cuota de romance con el vecinito de enfrente, las dos protagonistas se encierran en su casa y combaten desde adentro la infección que se apodera del poblado cercano a las montañas. No hay mucho más en Viral, el relato que juega acá más con el suspenso que con el terror que se avecina desde los primeros minutos en el laboratorio del colegio. El resto son vecinos sospechosos, padres no muy comprensivos, helicópteros que tiran bombas para no dejar rastros de una enfermedad incomprensible y dos chicas que luchan a brazo partido para sobrevivir. Al ver Viral, el espectador siempre espera que suceda algo más, pero el film elige el suspenso y el terror alimentado por sobresaltos, ya sea desde el escape en la azotea de una casa y donde el "afuera" se convierte en un enemigo peligroso y alimenta así la paranoia.
Uno de los géneros cinematográficos más baratos que hay, en cuanto a producción, es el del terror. Las sensaciones que busca causar no precisan de caros trajes, destrucción de autos, ni nombres célebres en el poster. Es por esto que también es uno de los que más creativos. Posee muchos estrenos por año y, como consecuencia, las salas se llenan de fans del horror. Los actores no suelen volverse muy famosos al clásico estilo hollywoodense porque son lo que menos importa: el ingenio es el fuerte del género. Aún así, la del cine de terror es una de las comunidades más amorosas y agradecidas que hay: figuras como Tom Savini (genial maquillador de FX) y Robert Englund (el primer Freddy Krueger) son muy queridas y recordadas a pesar de que hace años no estrenan nada que conquiste el corazón del público mainstream. Sin prisa pero sin pausa, una enfermedad viral altamente contagiosa comenzó a infestar a la población estadounidense. Las hermanas Stacey (Analeight Tipton) y Emma (Sofia Black D’Elia), dos chicas de secundaria, tuvieron que mudarse muy lejos de su casa, a California. La situación que esta enfermedad generó en todo el país las alcanzó hasta su nuevo hogar y alteró la vida diaria de su familia. Luego de que todo su pueblo sea puesto en cuarentena y registrado constantemente por el gobierno, una fiesta clandestina las pone cara a cara con la enfermedad. Emma, junto a su amigo Evan (Travis Tope), deberá mantener la infección de su hermana a raya e intentar curarla antes de que el gobierno la encuentre y las separe en el medio de tanto caos. En el cine de terror suele utilizarse al productor como ‘garantía de calidad’. En este caso, Jason Blum avala: participó en otras películas más celebradas como Sinister (2012), The Purge (2013) y Whiplash (2014). En cuanto a dirección, son dos los encargados: Ariel Schulman y Henry Joost. Ambos trabajaron juntos en Actividad Paranormal 3 y 4 (2011, 2012) y la recién estrenada Nerve (2016) (agregar link a la review de ELG, por favor gastonnnnn). El elenco no tiene nombres muy conocidos salvo el de Michael Kelly, por su papel en House of Cards (2013). A sus hijas, Stacey y Emma las interpretan Analeigh Tipton (Warm Bodies, 2013) y Sofia Black D’Elia (Gossip Girl, 2012): ambas muy grandes para actuar en el papel de chicas de secundaria. Las acompaña Travis Tope, que tiene una carrera bastante breve. Su más reciente trabajo fue en Independence Day: Resurgence, estrenada hace unos meses. Sus actuaciones fueron apropiadas para el tipo de película que es Viral: malas pero no llegan a desentonar con la trama. Es muy difícil ser lo suficientemente creativo como para sacar de la nada una buena película de terror. En general, a la hora de explicar el fenómeno que persigue a los protagonistas todo cae y deja en evidencia lo barato de la trama. Con las películas de epidemias, este punto crítico se resuelve desde el principio y salva al guión de dar una explicación demasiado deslucida. Aún con esta utilidad, Viral no logra dar la vuelta de tuerca necesaria para satisfacer esas ganas de saltar del asiento que hasta el más miedoso tiene de tanto en tanto. Los momentos de acción no son demasiado emocionantes ni los de terror, demasiado terroríficos, valga la redundancia. Los personajes, superficiales y aburridos, generan empatía solamente porque son humanos. La historia en general es más bien sosa y la ambientación suburbana inmediatamente remite a The Purge, que en la comparación deja a Viral, sin duda, en un lugar de amplia desventaja. A pesar del tremendo potencial de su trama, Viral no supo aprovechar las herramientas más efectivas que tiene el género.
Con barbijo en Instagram. Emma y Stacey Drakeford (Sofia Black-D´Elia y Analeigh Tipton) son dos hermanas de una pequeña ciudad de EE.UU. que viven en un tranquilo pueblo de clase media, van al colegio, van a fiestas, tienen novios, postean fotos en redes sociales y hacen todas esas cosas que hace la gente de su edad. La vida es feliz y apacible hasta que un virus comienza a expandirse por el lugar, al principio todos creen que se trata solo de una gripe fuerte, pero luego sospechan que puede ser algo más complicado. De la noche a la mañana el ejército cierra la ciudad y pone a todos en cuarentena, sin dar ninguna información, solo tomando medidas drásticas de control. En las redes un anónimo personaje dice que el gobierno miente, que no se trata de un virus común y que quienes lo contraen no solo se enferman, sino que también atacan a quienes están a su alrededor. Algo en el virus genera violencia. Una vez que el espectador descubre el lado “zombie” del virus -un extraño y asqueroso gusano que se mete en quienes se contagian-, el filme no tarda en caer en todos los lugares comunes del género: escenas escatológicas que dan mucho asco, portadores violentos, persecuciones, sangre, sobresaltos, violencia y desesperación. La película se divide entre la lucha de los protagonistas por sobrevivir y la dramática relación entre las hermanas en esas circunstancias tan desafortunadas, y aunque el vínculo entre ambas es interesante y la química entre las actrices funciona muy bien, el filme no logra destacar entre otros del mismo género, y a pesar de lograr algún que otro momento de tensión el ritmo cae, algunas escenas aburren y el final es predecible.
El virus del terror Un virus mortal azota a la población y dos hermanas buscan sobrevivir a como dé lugar. Bajo esta premisa llega a las salas el nuevo film de la productora Blumhouse y desde acá desearíamos no vivir algo similar. En el año 2011, el gran ¨Steven Soderbergh despertó la incertidumbre y el temor de todos cuando llevó a la gran pantalla el film Contagio (Contagion, 2011). Acá un virus sembraba el caos y la población comenzaba a reducirse. Soderbergh no recurrió a ningún tipo de efecto especial. Desarrolló un thriller de suspenso absolutamente realista y despertó elogios por parte del periodismo especializado. El gran acierto del director de La gran estafa (Ocean's eleven, 2001) fue mostrarle al espectador que esto puede ocurrir, que las epidemias es algo que jamás desaparecerán y que no hay mejor manera de contarlo que recurrir a los sentimientos. El miedo por una epidemia, sin rarezas ni seres abominables la vista, era algo real y más por la coyuntura que atraviesa el mundo entero. Ahora bien, ¿Qué sucediera si la productora más rentable en films de terror de la actualidad, Blumhouse, se decidiera hacer una película sobre una epidemia y la posterior reacción de la población? El resultado es Viral (2016) y acá el infectado termina siendo una especie de zombie poderoso, agresivo y al cual le sale un gusano gigante por la boca. Si, lo que leyeron. La dirección de este proyecto corresponde a Ariel Schulman y Henry Joost. Estos jóvenes directores ya trabajaron con Blumhouse en sus primeros pasos: se hicieron cargo de Actividad Paranormal 3 (Paranormal Activity 3, 2011) y su secuela, Actividad Paranormal 4 (Paranormal Activity 4, 2012). Luego de unos años alejados del cine, en este 2016 sorprendieron en la cartelera con una de las películas más entretenidas del año, Nerve: Un juego sin reglas (Nerve, 2016). En el mismo, dos jóvenes deciden participar de un juego donde las prendas por dinero que deben realizar comprometen hasta sus propias vidas. En Viral, mantenerse con vida es como agua en el desierto, por lo que la adrenalina y el temor es algo que no escasea. El film entretiene en sus 85 minutos logrando pequeños sobresaltos en el espectador, aunque recurre a efectos especiales que a veces bordean lo absurdo. En el reparto nos encontramos con algunas caras conocidas. La más entrañable de todas es la de Michael Kelly (House of Cards) que abandona por un ratito el ser la mano derecha del presidente Frank Underwood para ponerse en la piel de un médico de investigación que tiene dos hijas, las cuales protagonizan esta incipiente cuarentena. Las adolescentes son interpretadas por Sofia Black-D'Elia (Bienvenidos al ayer) y Analeigh Tipton (Lucy), aquella conocida por hacer pareja con Miles Teller(Whiplash, Música y Obsesión) en Amor a Segunda Vista (Two Night Stand, 2014). Los actores cumplen sus roles sin caer en la exageración ni en lo bizarro, algo difícil de lograr en un film de bajo presupuesto que mezcla el terror y la ciencia ficción. Quizás no sea una de las mejores películas que Jason Blum, el fundador de Blumhouse, ha producido en el último tiempo pero casi con seguridad que va a cortar tickets. Con el respaldo de las franquicias de Actividad Paranormal, La noche de la expiación, La noche del demonio y Sinister, los hijos predilectos de Blum, Viral tiene ese espaldarazo de confianza que, aunque no se acerque a estos productos en materia rentable, podrá cumplir en las boleterías. Si Contagio nos impresionó al punto tal de imaginarnos en la situación de Jude Law o Kate Winslet, Viral solo nos limita a ubicarnos en una situación de cuarentena ya que el resto pasa más por la imaginación y la ciencia ficción. Los infectados se convierten en un zombie que no llega a ser zombie. Ese híbrido no termina de definir al mal, a lo que atemoriza, y despierta todo tipo de sospecha a las respuestas de cómo se originó el virus. Quizás en Blumhouse no tengan las respuestas científicas sobre el origen de infecciones ficcionales, quizás éste no sea su fuerte. Lo que sí podrían contestarte con absoluta tranquilidad es sobre como entretenerte con espectáculos de terror. En esta materia ellos son especialistas.
DE EPIDEMIAS Y FRATERNIDADES Ya su nombre no deja lugar a dudas, una leve presentación de situaciones en un pequeño pueblo y una epidemia global que dos hermanas deben afrontar solas, porque sus padres quedaron en cuarentena en otro lugar. Pero si bien el problema es mundial todo lo que ocurre en el film (el exterior se ve por tele o por el ataque de vecinos cercanos) se centra en la relación de ellas dos, más un vecino amigovio. Y la determinación de no abandonar a la hermana atacada. Suspenso, ataques, vómitos de sangre y pequeños tentáculos que surgen de los infectados, mas una desconfianza llamativa hacia los socorristas. No mucho más, nada original, rutinarias situaciones que los directores Henry Joost y Ariel Schulman manejan con ritmo, y algunos recursos baratos (situaciones soñadas por ejemplo).
Un humilde film de género Las películas de epidemias, como las de submarinos, suelen tener una calidad en promedio superior a la de films de suspenso con otras temáticas. La siguiente es una afirmación basada en la experiencia. Algunos brillantes y otros sorprendentemente eficientes títulos como Epidemia de Wolfgang Petersen, Contagio de Steven Soderbergh, The Crazies (acá La epidemia) de Breck Eisner y Guerra mundial Z de Marc Forster, por poner algunos ejemplos, nos ayudan en esta argumentación. Una película más pequeña, un producto de escasas ambiciones y con muchas más limitaciones como Viral constituye un agregado modesto a la lista en cuestión. Hay un parásito contagioso, hay noticias de China y hay dos hermanas que recién se han mudado a un nuevo pueblo y un nuevo colegio, con su padre profesor de biología. La descripción del lugar y la presentación de los personajes y su vida se realiza con velocidad, ahorro narrativo y diálogos con filo, y con buena integración de las noticias vía redes sociales y de los usos del smartphone. Las hermanas son creíbles en su vínculo y el desarrollo del conflicto viral-terrorífico se presenta sin abundar en recursos facilistas. El pueblo aislado, la ley marcial, la propagación del contagio, se ponen en escena de maneras probadas una y mil veces, pero sin desgano: hay cierta nobleza en la forma de encarar este producto de espíritu clase b. No se busca que Viral sea memorable, apenas que sea una (otra) película de género: en su carencia absoluta de pretensiones está uno de sus encantos. Por supuesto, su vuelo es rasante y con el paso de los minutos eso se nota porque la lógica empieza a resentirse. Sin embargo, no se estira la acción y el tramo final se resuelve con una economía de recursos nada desdeñable. Tal vez para Viral no se aplique ese lugar común defensor de la austeridad y el minimalismo artísticos: en este caso menos no es más, pero al menos no es menos. Eso sí, en la suma tenemos unos parásitos asquerosos y sangre escupida en modo explosivo, pero esos elementos son parte sustancial del juego.
¿Qué bicho te picó? Cumple: ofrece al espectador por lo que pagó su entrada, buenos sustos y acabado entretenimiento. Las epidemias se llevan muy bien con el género del terror en el cine. Y si se le suma el encierro en el que tienen que (con)vivir los protagonistas se puede generar tensión, suspenso. En fin, que desde la pantalla le ofrezcan al espectador por lo que ha pagado su entrada: unos buenos sustos y un acabado entretenimiento. Eso es Viral, una película de bajo presupuesto debida a Henry Joost y Ariel Schulman, la dupla de realizadores de las dos últimas Actividad paranormal y la reciente Nerve: Un juego sin reglas. No es el fin del mundo, pero casi. Dos hermanas adolescentes quedan en su casa aisladas del resto cuando se decreta una cuarentena, a partir de la aparición de un virus originado aparentemente por un gusano. Su padre, profesor, las podría ayudar, pero está en la otra punta de la ciudad. Hay problemas familiares (los padres están por o se han separado) y este dato podría pasar desapercibido. Pero Emma y Stacey, además de adolescentes, tienen como personajes carnadura. Esto, claro, en sentido literal, les viene bárbaro a los infectados, pero cuando el gusanito se instale entre ellas... Habrá que ver en quién confiar. O no. A kilómetros de distancia del cine trash o gore que no hace más que exhibir tripas a diestra y siniestra, en tres dimensiones o con bajo presupuesto, Viral está estructurada como película de genero, pero también como un drama. No hay violencia ni hectolitros de sangre per se. Tiene una trama -lo cual ya es mucho entre los títulos que se suman semana a semana- y protagonizada por veinteañeras que pasan por adolescentes (Sofia Black-D’Elia -Tirzah en la nueva Ben-Hur- y Analeigh Tipton- Loco y estúpido amor, una estrella en ascenso-) hay algo que lleva a creerles lo que les pasa. Llámese empatía o como quieran, pero estas hermanas hacen sufrir con todas las de la ley. Y con las otras armas también.
Viral es la segunda película que llega este año a los cines dirigida por Henry Joost y Ariel Schulman. Hace poco tuvimos el estreno de Nerve, un thriller protagonizado por Emma Roberts, y con su nueva labor volvieron al género de terror que impulsó sus carreras en Hollywood. Los cineastas venían trabajando en el circuito independiente hasta que realizaron los episodios 3 y 4 de Actividad paranormal y empezaron a conectarse con las grandes productoras. En este proyecto revivieron las historias de parásitos que estaban algo desaparecidas entre las propuestas del género. Al menos entre los filmes que llegan a la cartelera, donde abundan las posesiones demoníacas y los fantasmas. La trama gira en torno a una epidemia de organismos que convierte en zombies a las personas que entran en contacto con un virus. La particularidad de este estreno es que la trama se centra más en los aspectos emocionales del conflicto y relega el gore y la violencia a un segundo plano. Algo que se vio favorecido por el trabajo del reparto que es muy bueno, muy especialmente las interpretaciones de los protagonistas, Sofia Black-D´Elia (Ben Hur), Analeigh Tipton (Memoria de un zombie) y Travis Topes (Día de la Independencia 2). Los tres componen personajes que generan empatía y le escapan al cliché de los adolescentes estúpidos en los filmes de terror. En este punto se destaca el trabajo de los directores, quienes habían hecho algo similar con los personajes de Nerve. Si bien el film incluye alguna escena repugnante con los parásitos no se trata de una propuesta de horror que genere grandes sustos. El gancho del conflicto pasa más por el drama familiar que viven las dos hermanas que protagonizan la historia. Hacia el acto final, cuando el argumento se convierte en un thriller de supervivencia, Viral se vuelve más predecible y pierde la intriga que se había construido en la primera mitad del film. Un problema de esta producción es que carece de escenas destacables con los parásitos. Los directores se enfocaron demasiado en los aspectos dramáticos de la trama y por momentos la película se vuelve algo densa al no tener grandes situaciones de tensión. Tal vez le faltó un poco más de equilibrio entre el drama humano que querían contar y los elementos de horror que presenta una premisa de este tipo. No obstante, con todas las fallas que se le pueden objetar, Viral al menos se deja ver y es un poco más decente que muchos filmes malos que se estrenaron en el último tiempo.
Nuevo y entretenido ejemplo del género apocalípsis epidémico de contagio inmediato, instalada en la cultura millenial y en el aquí y ahora, con Obama presidente, WhatsApp para todo y un sistema invisible, pero muy eficaz, dedicado a la noble tarea de vigilar, y eventualmente castigar, al contribuyente. Hay una familia disfuncional, padre y dos hijas adolescentes, recién instalados en un pueblo en medio del desierto. Intentan adaptarse cuando el brote se dispersa, sutil pero claramente: un caso en la escuela, alerta en el noticiero de la tele, la madre que no puede salir de un aeropuerto. Las chicas quedarán solas en la casa cuando las cosas vayan a peor y se instale el toque de queda. La obligación de seguir las instrucciones oficiales, que se da de bruces con el espíritu rebelde adolescente. Quede el resto a merced de su imaginación, pero Viral, sin ofrecer demasiadas novedades ni sorpresas, es entretenida y hace un buen uso de sus pocos elementos-presupuesto. Entre el film teen y el de horror, no logra llegar muy lejos en ninguno de los dos géneros. Pero es un digno infeccioso, con aire de clase B y no poca inteligencia.
LAS VUELTAS DE LA CUESTION ZOMBI Un cataclismo mundial contado desde el punto de vista sesgado de unos pocos protagonistas, eso es Viral, y también es el mecanismo de un amplio porcentaje de películas de zombis, y de epidemias fatales en general, desde que George A. Romero estableciera el estándar allá por 1968. Viral es, además, una película de la productora de Jason Blum, Blumhouse, que tiene la particularidad de utilizar un modelo de producción independiente pero que se distribuye a través del sistema de estudios convencional. Son películas de muy bajo presupuesto que sostienen cierta calidad dando como resultado una amplia rentabilidad y, a veces, resultados artísticos superlativos. Esa obra maestra llamada Whiplash (Damien Chazelle, 2014) pertenece a la factoría de Blum. Lo moderadamente interesante de esta película dirigida por Henry Joost y Ariel Schulman es que, a pesar de ser increíblemente convencional y lineal, no falla en las áreas donde suelen fallar las películas de bajo presupuesto, incluso algunas de Blumhouse. Por ejemplo, las actuaciones son solidas y creíbles, las hermanas Drakeford interpretadas por el tándem Sofía Black-D’Elia y Analeigh Tipton sostienen el drama con mucha solvencia, además la sub-trama romántica está contada con sensibilidad e, increíblemente, agrega sentido a la historia, algo que en el cine de género barato no sucedía desde los ochenta por lo menos. Los directores demuestran tener pericia para la puesta en escena y unas cuantas ideas para el fluir de la narración, hay un par de secuencias inquietantes en una escuela que están bien resueltas. De hecho los primeros 40 minutos de Viral avanzan sin mayores lagunas narrativas. Los problemas los encontramos promediando el final, lo predecible del guión y lo flaco del relato hacen que la película gire un poco en círculos hasta que, de alguna manera, encuentra cómo encauzar los conflictos en una buena resolución final. Además la amable corta duración del film no nos deja caer en la tentación de aburrirnos por lo cual Viral parece salvarse. No deja de ser curioso cómo la enésima apuesta a un film de bajo presupuesto de encierro sobre el tema de zombis o infectados (combinación que en general da resultados olvidables) como Viral puede ser aceptable y hasta un poco más, cuando detrás se tiene un par de ideas y algo de pericia a la hora de dirigir. Es curioso porque son incontables los ejemplos de malas películas hechas con los mismos puntos de partida.
Los relatos acerca de un virus maligno que ataca a la raza humana, impotente ante esta amenaza inclusive con recursos que film a film se van renovando, han tenido desde siempre lugar en el terror social, aunque quizás el cine haya explotado este género dando resultado a producciones de calidad dispar. Y en esta abundancia se encuentran siempre patrones que se repiten; aquello que jamás puede faltar es el protagonista que, viéndose en desventaja, lucha incansablemente contra la inasible fuerza del mal en favor de la gente que ama. De esto trata Viral, dirigida por la dupla de Henry Joost y Ariel Schulman, responsables de la tercer y cuarta entrega de la saga Paranormal Activity.
Variante de los films de zombies El tema es más que familiar, pero está enfocado desde un punto de vista más preocupado por los conflictos humanos de los sobrevivientes de un virus que se transmite a través de parásitos, provocando que los infectados actúen violentamente contagiando a los demás cuando lanzan borbotones de sangre por sus bocas. Los directores Henry Joost y Ariel Schulman (autores del thriller "Nerve") otra vez vuelven a contar una historia donde casi todos los personajes son adolescentes, esta vez metidos en una trama que intenta ser una variante distinta a la típica película de zombies. Lo que tiene sentido, dado que desde un bajo presupuesto sería imposible competir con "The Walking Dead", por lo que dándole a su argumento forma de pandemia con los militares poniendo ciudades enteras en cuarentena consiguen un interesante clima de película de terror de tono un poco más intimista. Para lograr esto hacen que todo el asunto esté visto a través de dos hermanas que acaban de mudarse a un pueblo en el desierto californiano justo antes de que empiece el contagio. Una de ellas es una estudiante muy seria, la otra no tanñto, por lo que el contraste ayuda a armar un buen guión, más allá del peligro de los infectados, por ejemplo cuando las chicas en vez de seguir el consejo de quedare en casa deciden ir a una fiesta, mala idea que obviamente sirve para acelerar la acción. El hecho de que el virus incluya unos ominosos parásitos también sirve para que, más que a George Romero y sus muertos vivientes, el film tenga guiños al joven David Cronenberg de "They Came from Whitin". Si bien es cierto que el bajo presupuesto a veces es evidente, "Viral" es una buena película con varias escenas fuertecitas y bien filmadas, por lo que no decepcionará a los fans del género.
Con el avance de las series en el mundo audiovisual de los últimos diez años, las películas como Viral (2016) quedan como meros caprichos de sus realizadores, o como productos clase b que sólo se realizan para morder un poco de la torta que generan las ventas internacionales gracias a la horda de espectadores tan acostumbrada a ver las bazofias del género (con la terrible y triste idea de no esperar mucho de algunos géneros, sobre todo de la comedia y el horror) y, generalmente, despreciar sus puntos altos (recordemos el fracaso comercial en nuestro país de una gema como Te Sigue). Claro que en la clase b -incluso en la actual y aún no fetichizada por la magia de los años- hay productos hermosos, pero lo cuantitativo viene superando ampliamente a la calidad en la última década en el cine de horror norteamericano de bajo presupuesto, que, de todo modos, no pareciera estar en ese mal momento en el que algunos medios suelen situarlo. Mencionamos el papel de la series porque no sólo se han ocupado desde el mainstream de temas que las grandes ligas de Hollywood han dejado de lado y que podríamos resumir algo torpemente como temas adultos (pensemos en la complejidad de Los Sopranos versus la sensiblería telenovelesca de la invasión de películas de superhéroes), sino que también se han ocupado del fantástico; pensemos en Stranger Things, audiovisual confeccionado desde un esteticismo que asusta por su composición robótica símil droga de diseño, pero que sin embargo es muy agradable, sobre todo por una precisión narrativa que otros productos marketineros no consiguen. Por ello, películas menores como Viral (en este caso, un subproducto de, entre otras cosas, The Walking Dead), generan desde lo formal menos impacto que un capítulo de una serie televisiva. Lo extravagante es que se apoderan de un lugar destacado en nuestra cartelera y, muchas veces, consiguen un buen número de espectadores (a pesar de que muchas -y es el caso de la que nos compete- en su país de origen van directo a On Demand). En esta historia de género -y genérica-, dos hermanas quedan aisladas del mundo debido a una infección que transforma a las personas en zombies; recurso utilizado y gastado desde la última renovación del cine de zombies ya no muertos vivos (dando fin a la etapa romeriana), en el que podemos ubicar como nodriza a Exterminio (28 Days Later, 2002), de Danny Boyle, sobre todo por su influencia en el uso posterior de las infecciones y los riesgos biológicos en las premisas, no así en la conformación del zombie (pos)moderno, dado que en esa transformación (monstruos más rápidos, salvajes e inteligentes) el cambio de paradigma se dio con El Regreso de los Muertos Vivos (Return of the Living Dead, 1985), de Dan O’Bannon, a pesar de que a menudo se cite a la película de Boyle como responsable. En el subtexto de este mínimo melodrama de infectados, una idea que parece asomar es la de la superación de un drama familiar: las chicas están atravesando la separación de sus padres, y su infección podría representar una consecuencia psicosomática del trauma familiar. A su vez, en la superficie, hay una postura política que cuestiona el accionar militar (encomendado por el comandante en jefe Mr. Obama, que se lleva el insulto del novio de una las protagonistas), las decisiones inhumanas de los representantes del pueblo y su influencia en el ¿final? del falso estado de bienestar americano. Algo que O’Bannon también ya había establecido en su pequeña gran comedia del ‘85. Pasatista, livianita y sensiblera, Viral no supera la media del género actual estadounidense.
SINTOMA DE LA INFECCION El de los zombies, campo triunfante y omnipresente en el terror contemporáneo tiene más de una vertiente de las cuales, si dejamos de lado las más antigua de los productos haitianos hoy casi en desuso, dos son las más evidentes. Por un lado la de los muertos vivos, resucitados y hambrientos, definida allá en el ‘68 por George Romero en La noche de los muertos vivos. Por otro la de los infectados por algún tipo de enfermedad que altera sus conciencias y los convierte en asesinos rabiosos. Sus características generales fueron presentadas en 2002 por Danny Boyle en Exterminio. Ambos mojones, por ponerlo así, tienen su legión de imitadores que los siguen casi como los zombis que retratan. Viral, ya desde su nombre acusa la pertenencia a la facción infecciosa, de la que presenta más o menos la mayor parte de los síntomas. El lugar es un pueblito californiano medio aislado, rodeado por una zona desértica. Los protagonistas son una familia de padre y dos hijas adolescentes. Sabemos que hay una madre de viaje a la que escuchamos por teléfono pero nunca vemos y sabemos que las cosas no están bien entre sus miembros. Estas decisiones sirven para presentar el escenario de la infección a una escala pequeña y controlada de pueblo chico y en el marco de la familia para mostrar en ese microclima como la situación se desarrolla. En este caso el responsable de la epidemia es un parasito parecido a una lombriz solitaria que se aloja en algún lugar del cerebro y toma control del huésped, aunque a veces se asoma un poco a través de las orejas como para tomar aire o dirigir las operaciones haciendo de antena. A esta trama epidemiológica se le suma la de la conspiranoia en relación a los intentos del gobierno por contener la enfermedad y, si no se puede, al menos ocultar su verdadero alcance. Y aquí la filiación nos remonta nuevamente al maestro Romero, esta vez con su film de culto de 1973 The Crazies, donde una plaga ataca un pueblito de Pennsylvania haciendo que los afectados se transformen en locos sedientos de sangre. Al igual que allí, en Viral las autoridades nacionales desembarcan con sus camiones y sus trajes aislantes para contener inútilmente el brote y no tardan de pasar de las medidas sanistarias de chequeo y cuarentena a las militares de requisa y exterminio. Se trata del cuarto largometraje de la dupla Henry Joost y Ariel Schulman que estrenan segundo film en un año. El anterior, hace apenas un par de meses, es Nerve, un juego sin reglas. Al igual que en aquel, los protagonistas son adolescentes y la que leva el relato es una chica tímida. Viral es más deudora de lo que solemos llamar Teen Horror, con interés amoroso incluido, pero se maneja en ese espectro de una manera menos descerebrada que el promedio, aunque alguno de sus personajes muestre claros signos de una estupidez profunda. ¿Pero qué sería de una película de terror adolescente (o adolescente a secas) sin algún joven retardado regodeándose en su propia imbecilidad y exhibiéndola obscenamente para quien quiera verla o no? Lo que le da más carnadura al asunto es que en el relato el elemento de crisis global se monta sobre la crisis familiar ya que la familia en cuestión no está pasando por su mejor momento. El desastre de ahí afuera hace más patente el de adentro y puede contribuir tanto a unir al grupo como a terminar de destruirlo. Esto logra que a uno le importen estos personajes aun a pesar de las varias y evidentes malas decisiones. Viral es una película que, en líneas generales, se ajusta a su género o sub-genero de infectados rabiosos. No inventa nada, pero en sus marcos establecidos lo hace de manera bastante aceptable. Su efecto puede medirse como el de un buen placebo. No cura pero entretiene. VIRAL Viral. Estados Unidos, 2016. Dirección: Henry Joost, Ariel Schulman. Intérpretes: Sofia Black-D’Elia, Analeigh Tipton, Travis Tope, Michael Kelly y Machine Gun Kelly. Guión: Barbara Marshall, Christopher Landon. Fotografía: Magdalena Gorka. Edición: Ron Dulin, William Yeh. Música: Rob Simonsen. Duración: 85 minutos.
No resulta para nada novedoso, ya se vieron muchas otras historias con una temática bastante parecida. Alguien se encuentra infectado por un virus y en cadena las personas comienzan a huir para no contagiarse, todo con un toque apocalíptico y de catástrofe. Contiene algunos sobresaltos, tensiones, sangre y muertes. Delos directores Henry Joost y Ariel Schulman (“Actividad paranormal 3 y 4”, “Nerve, un juego sin límites”).
Crítica emitida por radio.
Otra de terror hecha para zafar. Nuevo y enésimo derivado del esquema básico creado por George Romero hace ya (parece mentira) casi cincuenta años, Viral plantea la súbita aparición de una enfermedad que se comporta como un virus, pero tiene todas las características de un parásito. Contradicción entre términos biológicos que se acerca más a la definición de las pestes informáticas, pero que poco importa en la práctica: al fin y al cabo, la propuesta es genérica y no está destinada ni a los estudiantes de medicina ni a los de computación. Lo que resulta claro es que, en cuestión de días, el bicho en cuestión comienza a saltar de cuerpo en cuerpo y a multiplicarse de manera exponencial, diezmando a la población mundial y transformándola en una masa de violentos y dementes asesinos en potencia. En la tradición de mucho cine clásico, el film de Henry Joost y Ariel Schulman (los directores de Actividad paranormal 3 y su secuela inmediata) se concentra sin embargo en el árbol y no tanto en el bosque, y no sale de los límites de un pequeño pueblo que será bloqueado y celosamente vigilado por las autoridades sanitarias y militares. Viral arranca con el embrague en primera marcha, pasando a segunda luego de un buen rato y llegando a su máxima velocidad una vez superada la mitad del metraje. Y está bien que así sea: lo más interesante del film se presenta durante sus primeros tramos, cuando la tranquilidad aparente del lugar comienza lentamente a teñirse de señales, sospechas y miedos. La mirada sobre los acontecimientos es, fundamentalmente, la de Emma, una joven estudiante de high school interpretada con candidez por Sofia Black-D’Elia (la chica asesinada en el primer episodio de la serie The Night Of). Su hermana mayor y su padre comparten un nuevo hogar en el pueblito luego de la separación de la madre, conflicto personal que –siguiendo otra tradición narrativa de profundas raíces– correrá en paralelo a la explosión de la patología y la conversión de los residentes del lugar en algo parecido a los viejos y queridos zombis. Hay también vecinitos hot, alguna que otra envidia y celos entre el alumnado, y una fiesta no del todo legal donde los jóvenes se enfrentan por primera vez a la aparición del maldito gusano viral. Lo que sigue es de manual, y los realizadores se apartan poco y nada de las reglas, entregando un film de módicos sustos, escenas no tan sanguinolentas y escasos entusiasmos narrativos, contentándose con hacer llegar la embarcación a buen puerto sin demasiados sobresaltos. En otras palabras, Viral es uno más entre tantos largometrajes de terror contemporáneos que sienten la satisfacción del deber cumplido, como esos estudiantes que respiran aliviados cuando aprueban el final con un 4 o, en el mejor de los casos, un 5. “Zafó, alumno. Al menos no tenemos necesidad de vernos el año que viene”. ¿O acaso habrá un Viral 2?
Sisters Emma (Sofia Black-D’Elia) and Stacey (Analeigh Tipton) have recently arrived to California, they are the new girls in town and are trying to fit in at their new high school. Their teacher (Michael Kelly) teaches at the same high school — in fact, he’s Emma’s professor in one of her classes. As for the mother, she hasn’t still moved into town and will not do so for quite some time because of her husband’s affair with one of his students. Sooner rather than later, Emma and Stacey are separated from their father as an apocalyptic biological pandemic starts to spread all over the world, and so their small town, like so many other places, is quarantined and placed under martial law. What follows is the girls’ struggle for survival as the infected people become zombie-like creatures and the military, as usual, worsen the whole situation. The low-budget horror feature Viral is directed by Henry Joost and Ariel Schulman, who also shot Paranormal Activity 3 (which is pretty good) and the recent Nerve, and was originally slated for a theatrical release in the US. Then, it became an “on demand” movie and was released on DVD outside the US. Which makes sense, considering it has quite a straight-to-DVD feel about it — mostly because of its schematic mise-en-scene and not-gripping-enough set pieces. What doesn’t make much sense is that Viral opts not to go for genuinely scary or suspenseful moments while the gross out factor is very small. And it seems it’s voluntary. Though it is an R-rated movie, it mostly feels like a PG 13 release. It largely resorts to off-screen space to suggest, for the most part, the presence of the infected and the military, and yet the sound design fails to do the trick. So what kind of a horror movie is this? Not an inventive one, that’s for sure. It’s obvious that Viral follows a well-trodden road and adds no novelties. So I guess you can think of it as a drama within with the frame of a horror movie, a drama that resorts to the genre to speak about how defenceless and vulnerable you can be when an unknown virus breaks out — especially if you have to trust the government. But this drama boasts a few sentimental scenes that are too sugar-coated and taken right out of a teenage romance. As for the storyline related to the infection, as predictable as it may be, Viral holds some potential. Actually, during the first half of the movie — which is meant to introduce and develop the lead characters, but it unfortunately fails to do — the accumulation of minor events that lead to major mayhem is well articulated, there are a couple of scares, the acting is perfectly watchable, and the tone is kind of unsettling. But then, during the second half, the thrills are pretty much absent, the drama loses momentum, and chaos does look rather tepid. On the plus side, as happens in George Romero’s zombie movies, Viral does draw a political scenario of a country where the rule is that the fittest will survive — but only them. Production notes Viral (US, 2016). Written by Barbara Marshall, Christopher Landon. Directed by Henry Joost, Ariel Schulman. With: Sofia Black-D’Elia, Analeigh Tipton, Travis Tope, Michael Kelly, Machine Gun Kelly. Cinematography: Magdalena Gorka. Running time: 85 minutes.Gaumont. @pablsuarez
Tras varios retrasos, finalmente llega Viral a los cines de Argentina. La cinta de terror está dirigida por Henry Joost y Ariel Schulman (Nerve, Actividad Paranormal 3 y 4) y protagonizada por Sofia Black-D’Elia, Analeigh Tipton y Travis Tope. Bostezos virales: La película nos cuenta la historia de dos hermanas que intentan sobrevivir en medio de una epidemia a nivel global que está aniquilando a la raza humana. Sin sus padres, con apenas comida, y solas, las jóvenes deberán seguir con vida a toda costa. Pero entre estas dos hermanas existe un gran problema: una de ellas está infectada y es cuestión de tiempo para que el virus la transforme. Viral es la típica película de terror estadounidense que tantas veces hemos visto en cartelera. Cuenta con todos los clichés habidos y por haber de este género, con el grave error de que la historia es terriblemente soporífera. Sofia Black-D’Elia (Project Almanac) interpreta a la hermana menor de Analeigh Tipton (Mi Novio es un Zombie), ambas adolescentes componen dos típicos personajes de las cintas estadounidenses: Black-D’Elia es la hermana menor y la más reservada, mientras que en contrapunto se encuentra Tipton quien encarna a la mayor, rebelde, que hace lo que quiere y contesta mal, lo que como se imaginan, llevará a ambas a graves problemas. A pesar de venderse como una cinta de terror, Viral, termina siendo un drama adolescente con pequeñas dosis de “terror”. Y terror entre comillas, debido a que la carencia absoluta de ideas originales en esta producción, minimizan los sustos a los ya usados hasta el cansancio sobresaltos. La cinta es vendida como “De los productores de Los Huéspedes, La Noche de la Expiación y La Noche del Demonio”, pero poco comparte con estas producciones, ya que Viral es altamente aburrida, con personajes chatos, exasperantes, recursos para el terror flojos y momentos totalmente predecible, aunque es cierto: es una película chica, que aborda la historia de dos adolescentes en medio de una pandemia que está exterminando a la población mundial, lo cual no implica que tenga que ser aburrida. Como un pequeño aliciente, entre el elenco de esta cinta se encuentra Michael Kelly (House of Cards), encarnando al padre de las adolescentes protagonistas. Aunque lamentablemente su personaje casi no tiene peso en la historia, y desaparece tras el primer acto. La arista más interesante de esta producción es el virus que toma el control de las personas y las obliga a atacar a otras, algo así como zombies pero vivos, y sin embargo en ningún momento de la trama se hace demasiado hincapié en el origen de la epidemia global, ni qué la genera, ni dónde se detectó el primer brote. Tan sólo se la nombra y ya está. Conclusión: Viral es una producción de “terror” totalmente soslayable. No cuenta con ningún aspecto destacable más allá de la idea del virus que podría haber sido desarrollada un poco más. La película es chica: se centra en las adolescentes y nada más. Cuenta con todos los clichés del género, utiliza todos esos recursos usados hasta el hartazgo que tanto odiamos y como frutilla del postre no asusta ni genera tensión en el espectador. No pierdan tiempo viendo esto.
La clase B y el género suelen darnos películas que no nos duermen. Esta no es genial y parte de un lugar común demasiado repetido -sería interesantísimo saber por qué, lástima que aquí no hay lugar para hacerlo-: una epidemia que acaba con todo y vuelve peligrosos-zombies-sobrenaturales a los que la padecen. Más un par de hermanas que se encierran para salvarse, más la imposibilidad de hacerlo, más corridas, desesperaciones y un poco lo de siempre. Este film, hijo -como muchos- tanto de la obra maestra El enigma de otro mundo, de John Carpenter, como de la (otra) obra maestra La noche de los muertos vivos, de George Romero, tiene sin embargo algo que decirnos respecto del estado de desesperación (que es igual a falta absoluta de esperanza) en el que vive el mundo de hoy. Hay momentos, además, que eluden lo previsible, sin salirse demasiado del molde pero lo suficiente como para que uno sienta que está viendo el cuento por primera vez. Lateralmente, hay otro motivo para ver estas películas que -al menos- transpiran la camiseta: quizás alguno de los anónimos intérpretes alguna vez será famoso. Si se quiere asustar un poco, no lo dude.
Gusanos zombies En "Viral", los habitantes de una pequeña ciudad son afectados por una extraña infección: un bicho los convierte en caníbales. Si quieren ver una película donde no se justifica nunca nada de lo que hacen o por qué lo hacen, pueden disfrutarla. Emma (Sofi a Black-D’Elia) y su hermana Stacey (Analeigh Tipton) acaban de mudarse con su familia (sólo vemos al padre, interpretado por Michael Kelly) a una pequeña ciudad, con diferentes capacidades para relacionarse con su nuevo entorno. Una misteriosa enfermedad que comienza como gripe y genera un extraño comportamiento. Cuando la ciudad queda en cuarentena, las jóvenes no le prestan mayor importancia al problema, hasta que encuentran nuevas víctimas dentro del barrio. Sin embargo, la infección no es como cualquiera: Cuando un gusano entra por los ojos (el contagio suele producirse cuando un enfermo escupe sangre a la cara de alguien sano) al cuerpo, la persona cambia su comportamiento y se transforma en una especie de zombie (aunque vivo) caníbal que ataca a los que no están infectados. Será entonces una carrera de vida o muerte para evitar ser alcanzado por los enfermos. Inexplicable En una mezcla de película de catástrofe y de terror un tanto fantasiosa casi clase B de cine, “Viral” es una propuesta que podría catalogarse como simpática en la primera mitad a pesar de ser bastante chata, pero lo peor sucede cuando debe aparecer la acción pues es escasa en esa ensalada que nunca termina de decidirse entre ser completamente ciencia ficción o terror, en una mezcla que ni siquiera parece intencional. Si quieren ver gusanos que crecen como ramas por el cuerpo y atacan a través de sus huéspedes gente y se reúnen como si se tratara de un ejército de organismos unicelulares, sin justificar nunca nada de lo que hacen, por qué lo hacen o hacia donde se dirige de alguna forma la sucesión de escenas, pueden disfrutarla.
Hoy llega el estreno de la película de terror y supervivencia, Viral de Henry Joost y Ariel Schulman (Actividad Paranormal, Nerve) ; un intento de contar una historia que podría estar bien, si no fuera que ya la vimos decena de veces. Stacey, una joven que vive en una urbanización de los suburbios con sus padres y su hermana Emma, verá cómo su vida cambia por completo cuando un virus letal comienza a extenderse por el vecindario en una ciudad que se declara en cuarentena. Hay muchas formas de contar una película apocalíptica, están las contemplativas como La carretera y otras que se apoyan más en la acción como Mad Max: Furia en el Camino. Otro subgénero es el del brote de una pandemia, ya sea como 28 días después o Guerra Mundial Z. Viral entra en esa categoría, pero sin un protagonista que se destaque o que evolucione debido a los cambios sufridos; se estanca en algo rutinario y ya visto o incluso es un capítulo más de The Strain, la serie de Guillermo del Toro. Las similitudes que tiene con esta última son enormes, desde la propagación de la infección, el punto de vista de los militares e incluso un experto en patología (que no aporta nada en la historia). Finalmente hay que aclarar que en esta ocasión el poster que acompaña el estreno de la película no tiene nada que ver con lo que pasa realmente en la misma.
"Viral": una película que suma un punto al subgénero de epidemias Viral es una película austera y efectiva, que suma un punto al subgénero de epidemias. El Departamento de Salud ha emitido una cuarentena nacional. La situación se cree que es causada por un pequeño parásito parecido a un gusano. La llaman “gripe del gusano”. Los síntomas incluyen incremento del apetito, fiebre, tos con sangre y, en algunos casos, convulsiones. Sólo puede propagarse por transmisión de sangre. Esta es toda la información que se da al comienzo de Viral, la nueva película de la dupla integrada por Henry Joost y Ariel Schulman, dos directores a quienes hay que tener en cuenta (hace poco también se estrenó Nerve, una interesante fantasía de neón dominada por adolescentes que no se desprenden de sus celulares). Para los realizadores no hace falta explicar las causas ni nada que entorpezca el mecanismo de una historia sencilla. Se centran en la acción, en el manejo de la banda sonora, en el trabajo de los actores, en la construcción del suspenso. Viral es una película modesta, pero decidida, que sabe que el cine no tiene que subestimar al espectador con explicaciones redundantes e innecesarias. Las protagonistas son dos jóvenes hermanas que llegan al pueblo con su padre, un profesor de biología recién separado de su mujer. Todo es como si fuera una típica película de adolescentes norteamericana: pasillos de colegios, una chica que se enamora de un chico, rivalidades entre compañeros, bromas, fiestas. Uno de los aciertos del filme es que Emma (Sofia Black-D’Elia) y Stacey (Analeigh Tipton) parecen hermanas de verdad. El trabajo de las actrices es verdaderamente convincente. Los diálogos son directos, simples y efectivos. Y como en la anterior película de los directores, acá también hay un pueblo habitado básicamente por adolescentes. Son los jóvenes quienes luchan contra el virus y los contagiados convertidos en una especie de zombis asesinos. Viral conoce sus límites y se mueve dentro de ellos. Su ambición más grande es la de ser austera y directa, simple y rendidora. Y cuando se empiezan a quemar los papeles, los directores le ponen fin. La puesta en escena no cae ni en la de películas de epidemias a escala mainstream ni en la de bizarreadas de bajo presupuesto. El filme se ubica más bien entre ambos extremos y todo está en su justa medida.
Viral es una película más del subgénero de zombis que toma como referencia a 'The Walking Dead'. Una familia acaba de mudarse a una población soñada cerca del Gran Cañón, los reflejos rojizos de la tierra se mezclan con atardeceres límpidos, todo parece funcionar a la perfección. Y se presentan los miembros de la familia: dos hermanas muy disímiles entre ellas, la mayor es lanzada y extrovertida mientras que la menor es sensible y tímida; una madre ausente —porque se encuentra de viaje— y un padre protector. En este precioso lugar donde los problemas más graves son cuestiones familiares o de amores no correspondidos, comienzan a aparecer extraños casos de virus con síntomas muy particulares: una tos fuerte, sangre en la boca y grandes cambios de conducta. Lo que parece ser una influenza se transforma en una completa usurpación de cuerpo con parásitos incluidos. Por supuesto que el comportamiento que tendrán los infectados una vez convertidos será al estilo zombi, pero no esos zombis mecánicos y autistas como los de La noche de los muertos vivos, la obra maestra de George Romero, sino los evolucionados, los que tienen una fuerza extraordinaria y cierta dosis de crueldad, como los de la popular serie The Walking Dead. El film con pocos elementos y un clima enrarecido nos invita a ir descubriendo lo que sucede. Desde el punto de vista de la hermana menor iremos develando que este virus tiene un parásito y que las personas que lo poseen se vuelven híper violentas, pero lo que nunca sabremos son las causas del mismo, este aparece de improvisto, sin razón alguna. Sin bien nos encontramos con una historia repetida, más en estos tiempos que el subgénero está de moda, la película es correcta. Con una puesta en escena austera, sin ningún despliegue de espectacularidad, la narración se sostiene a base de climas y un fuera de campo que genera suspenso y tensión. Viral es un film hecho con pocos recursos que si bien hace agua a nivel guion, dado que quedan muchos cabos sueltos, cumple con su cometido. Es una ficción sencilla sin grandes pretensiones y bien resuelta, que apunta al público fanático de la nueva generación de muertos vivientes.
Todo es demasiado raro en la vida de la joven Emma (Sofia Black-D’Elia): mientras comienza a enamorarse de su nuevo vecino Evan (Travis Tope), sus padres desaparecen sin dar motivo, y su mejor amiga, Gracie (Linzie Gray), es la primera víctima conocida de un virus que comienza a avanzar rápidamente en la población. Estados Unidos entra en cuarentena y Emma, junto a Stacey (Analeigh Tipton en el papel de hermana mayor rebelde), se encierran en su casa para protegerse. Mientras los medios no dan noticias certeras acerca de lo que está sucediendo, el único que lo explica en detalle es un joven incógnito a través de un video subido a internet -viralizado, claro. Pronto queda establecida la ley marcial, las comunicaciones se cortan y las revisiones de hogares comienzan a hacerse a diario, llevándose con paradero desconocido a los infectados.
VIRAL Antes de “Nerve” los realizadores Henry Joost y Ariel Schulman imaginaron este filme apocalíptico en el que dos jóvenes intentarán sobrevivir a pesar que un extraño virus en forma de un gusano los aceche. Nada nuevo en “Viral”, ni siquiera en sus actuaciones, que terminan por generar tedio ante la falta de declaración de adaptación apócrifa de “Los usurpadores de cuerpos” o “El amanecer de los muertos” de George Romero.
Emma (Sofia Black-D’Elia) y Stacey (Analeigh Tipton) son dos hermanas adolescentes de padres separados, viviendo en la soleada California. El padre (Michael Kelly), que está a cargo de las chicas, es un prestigioso profesor y bacteriólogo que estudia el avance de un virus a escala global. La epidemia obliga al hombre a viajar y las hermanas quedan solas, con la eventual compañía de sus novios. Esta es la parte más cercana al terror clásico, de género: la cautela de Emma, la más temerosa pero al mismo tiempo –quizá por eso– la más valiente (y en consecuencia, la protagonista principal), frente a la intrusión de un infectado, versus la temeridad de Stacey, que se anima a ignorar el toque de queda y lleva a Emma a una fiesta donde, como era esperable, se desata un festín gore con un amigo “viralizado”. Los directores Joost y Schulman hacen buen equilibrio entre el subgénero pandemia (del que Contagio, de 2013, fue un gran ejemplo) y un horror calibrado con buenas actuaciones, junto a una fotografía que enfatiza al sol asfixiante de California. Recomendada.
Otro apocalipsis zombi y van... De acuerdo, puede que no sean zombis clásicos, pero va por ahí. De uno u otro modo, nuestro destino parece determinado por un inminente fin de los tiempos con forma de pandemia. En el caso de “Viral” se trata de la infección a cargo de unos parásitos que huelen a hibridación entre los invasores de cuerpos filmados por Don Siegel hace 60 años y los modernos vampiros de “The strain”. Agreguemos un toque de la reciente “Cell”, que es malísima pero está basada en una novela de Stephen King. Lo elegante es hablar de “influencias”, pero lo justo es apelar a la honestidad y consignar que hay aquí un prolijo robo/amasijo de ideas. De lo que no se ocupa “Viral” es de dar demasiadas explicaciones, y eso que aprovecharon algo de found footage de Barack Obama para calzarlo en la historia. Al apocalipsis se lo intuye en un video de YouTube y termina desatándose en un apacible barrio de California, una de esas urbanizaciones alejadas de las ciudades que representan el corazón del sueño americano. Sofia Black-D’Elia (a quien vimos en la estupenda “The night of” y en la pésima remake de “Ben Hur”) y Analeigh Tipton son las hermanas Drakeford. Ambas tendrán que remar solas en ese mar de horrores porque papá (el gran Michael Kelly, de “House of cards”) desaparece en medio de la película para no volver. Hay un vecino enamoradizo listo para ayudar (Travis Tope) y no mucho más. Detrás de “Viral” está la dupla Joost-Schulman, de quienes vimos este año “Nerve, un juego sin reglas”. Claro que ahí estaba Emma Roberts y esas son palabras mayores. Michael Landon, uno de los guionistas, firmó la mayoría de las entregas de “Actividad paranormal” y eso explica muchas cosas. Lo que llama la atención es la presencia de los hermanos Weinstein entre los productores. ¿Cuán de cerca siguieron esto? “Viral” es una sucesión interminable de clichés y de sustos que no asustan, rematada con uno de los peores finales que hayamos visto en los últimos tiempos. De esos que, queda clarísimo, rodaron por obligación y a las apuradas. Así estamos.
"Viral", la película dirigida por la dupla conformada por Ariel Schulman y Henry Joost (quienes se ocuparon de la tercera y cuarta entrega de Actividad Paranormal), se estrenó este año en Estados Unidos a través del streaming on demand el 29 de Julio pasado. Sin embargo, este Jueves 13 llega a los cines de Argentina. El guión, a cargo de Christopher Landon (también guionista de secuelas de Actividad Paranormal) y Barbara Marshall, gira alrededor del enfrentamiento de dos hermanas, Emma (Sofia Black-D'Elia) y Stacey (Analeigh Tipton), contra un virus que se propaga por toda la raza humana. Ante una crisis familiar y el florecimiento de la adolescencia, Emma, de 16 años, debe sobrevivir a una epidemia aparentemente insoluble junto a su hermana mayor, Stacey. Luego de fracasos como las secuelas de Actividad Paranormal, Viral es una grata sorpresa. La película se esconde detrás una narrativa clara y presuntamente simple para contarnos, a través de excelsos simbolismos, temas más complejos como la condición humana, el paso de la adolescencia a la adultez y la fraternidad. Desde un sólido guión, construido de forma arquitectónica, el film lleva al espectador de la esperanza a la angustia y de la comedia al suspenso de manera aceptable. Quizás, la sobreexplotación del cine mercantil y demagogo nos haga olvidar del verdadero propósito del cine. Ante una evidente desaparición del presupuesto medio y el avance de los formatos descartables, el hecho de que tener una unidad narrativa regular y atrapante comprometa al espectador en la pantalla grande siempre es un buen augurio. Con algunas escenas logradas desde lo dramático y otras no tanto, Viral es -hoy por hoy- al menos una propuesta argumental decente. Con su bajo presupuesto, propio de las películas de terror en general, la trama se apoya en sí misma con algunos traspiés pero al fin y al cabo cumpliendo su misión. Uno de los puntos más débiles de la película es tal vez la falta de profundidad en los personajes y su casi carente material empático. En cuanto al timing propio del género, se puede decir que está aprobado. Con algunos trucos intrínsecos del cine de horror, la película atraviesa momentos de inmersión interesantes desde la música, la definición del espacio y la colorimetría. Como quién sube una escalera, el film aumenta de intensidad lentamente hasta llegar al clímax, en donde el protagonista tiene que tomar una decisión, esa decisión tan valiosa en términos dramáticos. Ante una falta de narrativa concisa en el cine actual, Viral nos propone un objetivo imprescindible pero sobre todo, noble: contar una historia. Y cuando una película prioriza dicho aspecto por sobre la estética, siempre es una buena noticia.