Enésima “Atracción fatal” con poco para destacar La obsesión que desarrolla el vecino de Jennifer Lopez por la voluptuosa diva pop tiene un gran problema:es demasiado cercana a la trama de infinidades de thrillers que el espectador viene viendo desde hace ya décadas, sobre todo luego del éxito de la horrible pero inolvidable "Atracción fatal". De hecho, el director Rob Cohen maneja todo el asunto de manera tan básica que llama la atención que todo el producto no haya terminado directamente con una actriz menos importante que J LO ubicado en la batea de las películas "directo al DVD". Cohen es un director bueno a la hora de plantear escenas de superacción como las que logró en "Dragón" (la biografía de Bruce Lee) y en la primera entrega de la saga de "Rápidos y furiosos". Pero el suspenso nunca fue lo suyo y eso se nota en el trazo grueso con el que está contada esta historia. La protagonista es una mujer que aun engañada de manera flagrante por su marido, no se atreve a separarse de una manera definitiva, detalle que aprovecha el joven y apuesto vecino Ryan Guzman, que primero ofrece una mano en arreglos hogareños y luego el resto de su cuerpo para una noche de pasión al rojo vivo, de la que la reprimida profesora de secundaria casi inmediatamente se arrepiente. Lo que por supuesto origina que el seductor muestre su verdadera y peligrosa personalidad (que ya dejaba entrever previamente, aunque nadie se dio por enterado dentro de la película. Lo bueno es que López tiene presencia en la pantalla, Cohen filma bien y mantiene siempre el ritmo y, por lo menos cuando el espectador no da crédito a lo minimalista y previsible que sucede en la pantalla, tiene la opción de reírse del humor involuntario que surge del guión.
Sigue funcionando la fórmula Dragon Ball Z El lunático universo del manga de Akira Torayami no se detiene nunca, y mientras en la pantalla chica Dragon Ball Z sigue siempre vigente, el autor de personajes tan delirantes como Vegeta y Goku sigue sacándole rédito a sus extrañísimos seres. En este caso, escribiendo el guión de este nuevo largo que, sin ser del mismo nivel de la magistral "Batalla de los dioses" con la que Dragon Ball Z sorprendió hace dos años, no está nada mal y hará las delicias de los fans y también de las nuevas generaciones de chicos que, por algún motivo, siempre terminan enganchándose con estas dementes luchas cósmicas. Esta vez la trama tiene que ver con un archienemigo pasado, muerto y enterrado, que sin embargo, gracias a los poderes de las bolas del dragón que otorgan cualquier deseo, vuelve a la vida cuando un villano y petiso extraterrestre lo solicita. Freezer es malísimo y ahora mucho más poderoso que antes, y por supuesto su primera acción es vengarse de quienes lo derrotaron tiempo atrás. Así que pocas escenas después, Freezer invade la Tierra junto a un ejército de mil soldados voladores en una de las escenas que por su impacto visual justifican plenamente este film, pese a que lo cierto es que la repetición de la fórmula se nota demasiado. Justamente todo lo que tiene que ver con lo visual, y sobre todo el uso de los fuertísimos colores que caracterizaban a la serie es lo que resulta más notable en "La resurrección de Freezer", mientras que la animación en sí misma no es tan formidable. Lo que sí ayuda mucho es que grandes y chicos puedan divertirse con el film es el sentido del humor, tan elemental e ingenuo como absurdo, y siempre totalmente eficaz.
Dos locas y una sola buena actriz en fuga Una mujer policía debe participar de la escolta a un contador y su esposa para que declaren contra el jefe de un cartel narco. Pero las cosas salen mal y la diminuta y varonil agente debe huir junto con la sofisticada exreina de belleza colombiana perseguidas tanto por policías corruptos como por sicarios narcos que obviamente no quieren que la mujer testifique. Como "Dos locas en fuga" es una comedia disparatada con un ángulo femenino, el guión se preocupa más por hacer chistes con la esquemática disparidad entre las dos protagonistas que por cualquier otra cosa, como por ejemplo la construcción argumental que es bastante floja. Reese Witherspoon es la policía que prácticamente creció en el patrullero manejado por su papá (de hecho lo mejor del film es la secuencia de créditos en la que se ve cómo una nena va creciendo en medio de las pesquisas de su padre uniformado, aprendiendo perfectamente los números de código de cada delito) y que no consigue novio, ni tampoco respeto de sus colegas debido a un pintoresco incidente con una pistola eléctrica aplicada con muy poca suerte. Sofia Vergara es la ultrafashion esposa del narco que no puede dejar su maleta llena de zapatos carísimos ni aun cuando su vida corre peligro. A lo largo de esta road movie hay algunos buenos chistes en medio de muchos gags bastante medianos, y tampoco está muy cuidado todo lo que tiene que ver con la acción propia de una comedia policial. Los mejores momentos están a cargo de Reese Witherspoon que, como buena comediante, está muy por encima del nivel de la mucho más sexy pero también sobreactuada Sofia Vergara. Un detalle curioso es el uso intensivo del castellano en muchas más escenas que en la típica comedia hollywoodense, incluyendo verborrágicas discusiones en español entre la pareja estelar. La potente banda sonora rockera de Cristophe Beck da un poco de dinamismo a un asunto que da más para un zapping en el cable que para la pantalla grande.
Flynn no es Fincher, pero logra interesar "Perdida" era una novela intrincadísima convertida en un film también bastante complejo a nivel narrativo, pero con esa complejidad narrada a través de imágenes por un director experto como David Fincher que pudo convertir su adaptación del best seller de Gillian Flynn no sólo en un tanque que recaudó unos 400 millones de dólares, sino también en una muy buena película. Con este antecedente, no debería llamar la atención el interés por adaptar otros libros de Flynn, y es éste el caso de "Lugares oscuros", una novela anterior a "Perdida", cuya trama luce demasiado intrincada para la capacidad narrativa de un buen director como Gilles Paquet-Brenner, que tal vez no tenga el mismo nivel como guionista al encargarse personalmente de transformar el libro en película. A pesar de las idas y vueltas narrativas en distintas épocas, la protagonista casi absoluta es Charlize Theron, que cuando era niña sobrevivió a la terrible masacre de casi toda su familia, trauma del que no pudo recuperarse del todo a lo largo de su vida adulta. Habiéndose culpado a uno de sus hermanos cuando era niña en un testimonio no del todo convincente, la masacre ocurrida en Kanzas quedó siempre como un misterio no resuelto del todo. Detalle que interesa especialmente a una especie de club de detectives amateurs interesados en revisar crímenes famosos con aristas misteriosas. Sin otro interés que el económico, ya que el club promete ayudarla con deudas atrasadas, la protagonista de golpe se encuentra volviendo al episodio traumático que, por supuesto, tantas décadas después incluirá más traumas y situaciones horribles. Aun sin haber leído el libro, esta película todo el tiempo da la sensación de dejar cosas afuera. Cosas que convertirían en algo más interesante un producto correcto pero que no escapa demasiado a las reglas y lugares comunes del género. La estética dark que hace honor al título y las buenas actuaciones ayudan a que la película se vea con atención, aunque también en este sentido queda claro que hay intérpretes desaprovechados, especialmente la sospechosa adolescente con deslices satanistas encarnada por Chloe Grace Moretz. Por otro lado, las cualidades del film merecen apreciarse en cine, ya que lo intrincado de la trama no es de lo más apta para descifrarse haciendo zapping.
Lo mejor, la psíquica y algunos de los climas sobrenaturales A primera vista esta película no tiene mucho que ver con la excelente "La noche del demonio", dirigida por James Wan. Pero en realidad es una precuela que empieza antes de aquella historia. La película empieza con una gran escena: una chica llega a lo de una psíquica que ya no quiere trabajar de médium con el más allá. La chica le cuenta que hace un año y medio murió su madre, y que desde ese momento ha intentado conectarse con su espíritu. A la psíquica le da pena y hace un intento por hablar con la madre muerta, pero le contesta otro ser, que no es la madre, y claramente no es amistoso. Lamentablemente, luego de ese primer momento, el film se vuelve muy desparejo y pierde unos 20 minutos en volver a recuperar fuerza. El asunto es que la chica sufre un accidente que la deja con las dos piernas rotas y la inmoviliza en su casa, al cuidado de su padre, que en un principio no le cree que hay un espíritu maligno que la está perturbando. El director, guionista y también actor Leigh Whannell hace bien las cosas en los momentos intimistas, consiguiendo buenos climas en el que el film se concentra en asuntos sobrenaturales no muy claros ni bien definidos, llegando incluso a resultar bastante terrorífica. En cambio, cuando aclara las cosas se vuelve un poco burda en su intención de relacionarse con la primera "La noche del demonio". La que realmente se luce es la actriz que encarna a la psíquica, Lin Shaye, quien logra transmitir la angustia que le provocan los contactos con el otro mundo. En cambio, las otras actuaciones son bastante convencionales, aunque la de Dermot Mulroney como el padre de la chica enyesada es bastante energética. La película también tiene algunos pasajes humorísticos con unos ridículos cazafantasmas, que por suerte no aparecen demasiado, dado que son más tontos que otra cosa.
Desperdicio de talento, empezando por Crowe Sin duda "Aloha" es uno de esos desperdicios de talento que de vez en cuando aparecen inexplicablemente en Hollywood. Aquí tenemos un gran director como Cameron Crowe con un elenco que incluye a actores como Bill Murray, y sin embargo el film nunca levanta vuelo, principalmente porque el asunto a narrar nunca llega a ser realmente interesante. Bradley Cooper es un contratista del Departamento de Defensa que retoma sus raíces y su idealismo al volver a su Hawaii natal para un trabajo. Pronto se forma un triángulo amoroso con una exnovia que no veía hacía más de diez años (Rachel McAdams) y la militar que lo acompaña (Emma Stone). La falta de química entre el protagonista y sus dos coestrellas es uno de los puntos más flojos de un film que daba para más. Por otro lado, y aún más curioso tratándose de Crowe, que ha dado muestras de ser un gran narrador en películas tan contundentes como "Casi famosos", "Bajo el mismo cielo" está contada de un modo bastante errático y poco atractivo, por momentos casi confuso, dado que el director se concentra en la descripción de las locaciones hawaianas y de cierta mitología polinesia, detalles que si bien a veces son atractivos en forma independiente, no tienen mucho que ver con los demás elementos y el clima general del film. Bill Murray y Alec Baldwin condimentan un poco el humor de la película, sobre todo el segundo en el papel de un militar, pero Bradley Cooper es la primera víctima de la falta de inspiración que atraviesa todo el conjunto. Al final, "Aloha" sobre todo da ganas de volver a ver algunas de las excelentes películas que ha dirigido Cameron Crowe en su larga y provechosa carrera.
Mucho más que un festival, Helen Mirren Helen Mirren es sinónimo de buenas películas, pero más allá de que "La dama de oro" es un festival del talento de la actriz de "Excalibur" y "La Reina", este film cuenta una historia real tan importante como poco conocida: la de la restitución de las obras de arte robadas por el régimen nazi. Mirren encarna a una anciana que, al revisar la herencia de su hermana recién fallecida, descubre elementos para pensar que el famoso cuadro "La dama de oro", de Gustav Klimt, en la práctica un retrato de su tía robado por los nazis al tomar el poder en Austria, podría ser objeto de estas revisiones sobre el destino de las obras de arte de familias judías. Ryan Reynolds, en un tipo de papel poco habitual, interpreta a un abogado no especialmente experto que lleva a la anciana a Austria para tratar de que el comité de restitución de obras de arte entienda que el cuadro había sido robado. Sólo que, tal como define un vienés, "La dama de oro" es algo así como la "Mona Lisa" de Austria, y por ningún motivo alguna autoridad austríaca permitirá su restitución. El productor y director televisivo Simon Curtis dirige con inteligencia esta historia, logrando que los cambios de planos temporales entre el presente y los recuerdos de la protagonista se sucedan con fluidez. Algunas de las escenas del pasado por supuesto incluyen la reconstrucción de la llegada de los nazis a Austria con la aprobación de la gran parte del pueblo austríaco y el despliegue de producción es notable, igual que la crudeza con la que están planteados los hechos. Dado que básicamente éste sería un drama tribunalicio, estas escenas imprimen atractivo visual y dinamismo, especialmente cuando el film prácticamente se convierte en thriller al narrar la fuga de la joven Helen Mirren de Austria en un momento realmente tenso. Pero toda "La dama de oro" está muy lograda, y sobre todo es una película con algo que decir. Dado que Reynolds interpreta al nieto del compositor Arnold Schönberg, entre los varios matices del film hay que mencionar un concierto con la asombrosa música de su abuelo.
“Bolishopping”: testimonio valioso, realización mediocre Por: Diego Curubeto "Bolishopping" (íd., Argentina, 2013). Dir.: P. Stigliani. Int.: A. Goetz, J. C. Aduviri, O. Torres, R. Ferro. Sin duda el tema del trabajo esclavo es de actualidad, y tiene todo el dramatismo para potenciar un buen drama social con toques testimoniales y carácter de cine policial, ya que el asunto es un delito. Todas estas posibilidades estan desaprovechadas en "Bolishopping", una película que por su titulo parecería acercarse al tema con algún tipo de humor o ironia que no aparece en las largas, convencionales escenas que describen las amargas vivencias de un grupo de bolivianos que llega a la Argentina buscando un trabajo digno, y encuentran algo bastante peor. La historia es interesante, y necesariamente hay partes donde la descripción del método de los que regentean un taller clandestino está expuesta de una manera distinta de la que el espectador puede ver en un informe televisivo. Sólo que por momentos el estilo naturalista testimonial elegido por el director se vuelve poco verosímil debido a flojas actuaciones y diálogos endebles. Lo peor de "Bolishopping" es el recurso de interrumpir la acción con la constante declaración de una de las victimas, la madre que comete el error de traer a su pequeña hija al trabajo en la Argentina, detalle que determina el mayor conflicto del guión. El largo testimonio de la protagonista, que evidentemente no tiene mucha experiencia actoral, vuelve la película cuesta arriba.
El Sargento Pepper entre los fiordos Hay un momento emocionante que todo aquel que haya crecido escuchando la música de los Beatles entenderá perfectamente. Es cuando un chico saca de su funda el vinilo de "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band", lo pone en la bandeja del tocadiscos, y mira ansiosamente la púa recorriendo el primer surco, para empezar a escuchar no directamente una canción, sino una serie de ruidos de murmullos e instrumentos afinándose, breve prólogo sonoro de tema que da su nombre a esa obra maestra del flower power. Más allá de las diferencias particulares del descubrimiento de los Beatles por unos chicos de Oslo hacia 1967, es fácil identificarse con ese tipo de situación, que es la sal de la vida beatlemaníaca. Pero, por otra parte, el que vaya a ver esta película noruega guiado por el nombre de la banda de John, Paul, George y Ringo, se quedará bastante defraudado en cuanto a que, si bien la historia cuenta el aprendizaje y crecimiento de unos adolescentes que quedan subyugados con los Beatles, al punto de soñar con que ellos mismos son los fabulosos de Liverpool, en realidad no hay mucha más beatlemanía para sostener semejante título. El bestseller de Lars Saabye Christensen en el que se basa la película es una de las novelas mas celebradas de la literatura escandinava contemporánea, y tal vez leyendo el libro el asunto quede un poco más justificado. E incluso la trama resulte más fluida, original y verdaderamente sustanciosa. Pero la película, aunque bien filmada y, por momentos, muy bien actuada por el elenco de jóvenes noruegos totalmente ignotos fuera de su tierra, "Beatles" muestra situaciones bastante remanidas sin mucha audacia, humor o color local que la vuelva verdaderamente atractiva. Hay algunas picardias propias de la edad de los personajes que sazonan un poco la historia, pero teniendo en cuenta la industria del erotismo y la libertad sexual propia de la sociedad escandinava, sobre todo hacia fines de los '60, la película parece recatada, y se queda corta en casi todo sentido. Salvo en la duración, ya que el ritmo lento narrativo provoca que sus 111 minutos de duración parezcan mas largos.
LEJOS DE LA SORPRESA, Y AUN DEL DISEÑO DEL ORIGINAL, ESTE REGRESO AL PARQUE JURÁSICO SÓLO EXPLOTA UN ANTIGUO ÉXITO Dinosaurios eran los de antes Entre las muchas películas que Hollywood rehizo una y otra vez con variaciones de la idea original, una de las más inspiradas fue la que adaptó la imaginada por el escritor Michael Crichton en 1973, "Westworld", la contundente distopia de parque temático en la que la gente podía sentirse pistoleros que mataban en tiroteos a cowboys-androides igualitos al Yul Brynner de "Siete hombres y un destino". La película tuvo una secuela, "Futureworld", series de TV vintage, e inclusive una versión a estrenarse este año. Y por supuesto, en un desvergonzado acto de autocanibalismo literario y astucia para percibir los cambiantes gustos del público, el bestseller "Jurassic Park", que tomaba la misma idea básica de un parque de diversiones que resucitaba criaturas extintas, solo que reemplazando los cowboys robóticos por dinosaurios vivientes surgidos de experimentos genéticos. Todo un hito en la evolución de los efectos digitales, los dinosaurios de aquel memorable éxito de taquilla de Steven Spielberg eran muy creibles ya que, en los planos cortos, no surgían de una computadora sino de sofisticadas marionetas creadas por el genio de los FX, Stan Winston. Luego de dos secuelas y mas de dos décadas desde el primer "Jurassic Park", Spielberg sólo produce, John Williams no está a cargo de la banda de sonido, no actúan ni Jeff Goldblum, Sam Neill ni Laura Dern (ni mucho menos el fallecido Richard Attenborough), ni hay marionetas de otro difunto, Stan Winston, ya que esta vez todo es digital. Por supuesto, aprovechando que Michael Crichton murio en 2008, Spielberg no tuvo ningun problema en titular a esta cuarta entrega de las andanzas de los velocirraptores y tiranosaurios, "Jurassic World". Crichton lo habría escrito y aun filmado mucho mejor (es una pena que grandes films de este escritor, por ejemplo "El gran robo del tren" y "Coma" sean tan subestimados). Pero justamente el asunto de que no vale la pena recordar a los auténticos monstruos prehistoricos es el quid de la cuestión en esta floja secuela en la que los velocirraptores están amaestrados, el tiranosaurio guardado en una bóveda lejos del publico, y la gran atracción pensada para volver más redituable el parque es un pseudodinosario mutante, creado genéticamente para ser mas malo que cualquier otro pariente lejano. Por supuesto, al final el publico entenderá que dinosaurios eran los de antes. Este giro argumental hace descender la idea original de Crichton a niveles sólo recordados en las ingenuas secuelas japonesas del lagarto mutante Godzilla. Ahora hay una ejecutiva, fría y cerebral, que no atiende los requerimientos románticos del entrenador jurásico hasta que aprende a matar reptiles (la pareja estelar formada por Chris Pratt y Bryce Dallas Howard no saca muchas chispas, y lamentablemente sólo esporádicos gags eficaces); dos niños ñoños que uno querria fueran los primeros en ser merendados por alguna lagartija, y por suerte un buen villano encarnado con talento y energía por Vincent D'Onofrio (sobre todo energía, dado los absurdos diálogos que logra volver minimamente convincentes). Tambien hay una larga primera mitad correcta, pero un poco aburrida y bastante mediocre a todo nivel, seguida de una segunda parte totalmente insensata, que por suerte resulta divertida. Hay ataques apocalipticos de dinosaurios descontrolados a los miles de visitantes al parque tematico, tiburones jurásicos que aparecen poco pero con mucha superaccion, e inclusive algunos chistes buenos. Pero, créase o no, tambien velocirraptores que actúan como un perrito bueno, casi con el heroísmo de Rin TinTin y la bondad de Lassie. Técnicamente hay mejores cosas para apreciar, y más allá de los efectos digitales high tech, lo mas notable es el impresionante diseño de sonido.