La operación encubierta Argo, tercer film de Ben Afleck como director, llama la atención no sólo por llevar el nombre de algo que podría haber sido y no fué, pero terminó siendo, sino por recrear con gran habilidad una historia interesante. Cuando en 1979 la embajada de los Estados Unidos en Teherán fue ocupada por un grupo de iraníes, la CIA y el gobierno canadiense organizaron una operación inaudita para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses que consiguieron escapar y se refugiaron varias semanas en la Embajada de Canadá. Para ello se preparó el escenario para el rodaje de una supuesta superproducción de Hollywood ("Argo") a rodarse en locaciones de Teherán y poder así rescatarlos. Un hecho poco conocido hasta que Clinton desclasificó la historia y ahora Affleck, junto a George Clooney y Grant Heslov en la producción, decidieron llevarla a la pantalla grande. Argo es principalmente un thriller de espionaje con varias referencias del cine de los 70, pero también se pasea con naturalidad por otros géneros, manteniendo la tensión narrativa mediante un relato que sin grandes explosiones ni persecuciones sabe mantener en vilo al espectador. Affleck se mueve con soltura por distintos géneros, desde la tensionante secuencia inicial de asedio a la embajada en la que recrea con excelente ambientación los hechos históricos, pasando por el drama, el thriller e incluso la comedia cuando se adentra el mundo de la producción y marketing de Hollywood y su capacidad para convertir en verdad la mentira, con diálogos mordaces y autocríticos a cargo de John Goodman y Alan Arkin que funcionan de maravilla en sus papeles. Vale destacar la escena donde inteligentemente se narra en paralelo la dramática situación de los rehenes a la espera de una solución mientras se presenta en conferencia de prensa el descabellado guión de un film inexistente. Affleck se anima a exponer una mirada por momentos despatriotizada, cuando critica la participación estadounidense en conflictos externos con políticas como la de dar asilo al Ayatolah después de ponerlo en el gobierno iraní, donde torturó y asesinó a gran parte de la población o cuando ironiza sobre Hollywood como propaganda demagógica. Pero a pesar de imponer una gran tensión y suspenso al final (es de publico conocimiento los resultados para aquellos que escucharon alguna vez del caso), agrega algunos lugares comunes innecesarios como la reconciliación con la mujer. Resulta interesante la escena donde el personaje Tony Mendez, interpretado por el propio Affleck, descubre viendo en la tv el planeta de los simios lo que será el futuro plan de salvataje. Una sugestiva analogía para destacar el momento en el que el agente de la CIA se le ocurre la manera de traer nuevamente a la “civilización” a ese pequeño grupo de personas cautivas de un régimen y una cultura que parece no haberla alcanzado aún. Otra mirada del director que intenta conformar todos los frentes. El hecho de que Goodman interprete a John Chambers (el oscarizado maquillador de El planeta de los simios) pieza fundamental para llevar a cabo el resolución, podría sumar como anécdota. Argo es un film muy bien narrado y con una historia convincente, donde la acción, la tensión dramática y el suspenso se dan fundamentalmente al comienzo y al final, amalgamándose a la perfección con una mirada irónica sobre la relación de Hollywood con la política. Tal vez falte desarrollar un poco más el drama interno de varios personajes, como el grupo de secuestrados integrado por importantes actores como Scott McNairy (Killing Them Softly), Clea DuVall (Carnivàle), y otros sean poco creíbles como el del director de la CIA interpretado por Bryan (Breaking bad), el embajador canadiense o su sirvienta iraní. Pero Ben Affleck logra involucrar al espectador completamente en la misión y su desarrollo, logrando un film interesante y entretenido. Argo pudo ser una thriller más en los 70', pero solo fué un operación encubierta, y treinta y pico de años mas tarde termnó siendo un film que rinde homenaje a esos clásicos de espionaje.
Acción con más secuestros El clima de suspenso y acción constantes en un relato dinámico que caracterizó a su antecesora no volvió a repetirse de la misma manera en Búsqueda implacable 2, que nuevamente trae a Liam Neeson como el agente Bryan Mills enfrentando una nueva amenaza para su familia. Si el primer capitulo giraba en torno a un espía retirado que se lanza contra la organización que secuestró a su hija adolescente, en una historia sencilla y repetida propia del género pero muy bien resuelta con ritmo vertiginoso y gran impacto visual, ahora el padre de uno de los secuestradores jura venganza y lo toma como rehén junto a su familia cuando están de vacaciones en Estambul. Esta vez, la típica historia lineal cargada de lugares comunes que identifican al héroe, al villano, el motivo de la acción y el clásico final feliz, no sorprenden como en la primera, pero la fórmula del género no falla y con los tiempos justos de un guión bien construido y el estilo visual de Olivier Megaton (El Transportadorr 3) cumple eficientemente su propósito de entretener. Búsqueda Implacable poseía muchas de las características de aquel cine de acción de los 90 donde una historia mil veces vista con espectaculares escenas de lucha cuerpo a cuerpo, extensas balaceras y alguna impactante persecución automovilística aumentaban la adrenalina con el correr del relato y supeditaban al espectador a aceptar absolutamente todas las reglas de juego que la historia planteaba. Y en ese contexto, con Luc Besson (que camina por los códigos del cine arte y el comercial) imponiendo su sello aún como guionista o productor, garantizó el éxito de aquel film. Pero las reglas del género funcionan mientras cambien los personajes, aparezcan situaciones de riesgo diferentes, los villanos tengan un papel destacado y el héroe principal genere tal empatía con el publico que demande por si solo nuevas secuelas. Basta nombrar Arma Mortal o Duro de Matar como ejemplos. Si bien Liam Neeson soporta casi la totalidad de las escenas acaparando la empatía del publico, que ve a este personaje como parsimoniosamente resuelve peleas con enorme desventaja, balaceras contra varios criminales o persecuciones automovilísticas, el relato no desarrolla el suspenso ni la forma de hilvanar las acciones que caracterizó la primera entrega. También pareciera estar desaprovechado el rol femenino interpretado por Famke Janssen (la sorprendente Ava Moore de la serie Nip/Tuck o X-Men), que en ésta oportunidad tiene un lugar mas destacado en la historia y, a juzgar por los antecedentes de Luc Besson (cuya preferencia por la heroína fuerte e independiente supimos ver enfrentando enemigos en Nikita o redimiendo asesinos en El perfecto asesino), a cargo del guión, los resultados hubieran sido otros. Búsqueda implacable 2 se sustenta en la continuidad de un estilo cuya estética destaca las escenas de acción y un guión preciso donde la historia no importa pero cada plano dura el tiempo justo que la acción demanda.
Basada en una novela originaria de los países nórdicos cuyo autor, Jo Nesbo, es considerado por los críticos internacionales como el que expandió el marco de la moderna novela de crimen, se desprende este ingenioso thriller que combina en dosis justa elementos del policial negro, con momentos de acción violenta y un suspenso que rinde homenaje a la aquellos films de los ochenta donde la intriga por el desenlace de cada acción daba curso al relato. Headhunters nos pone en la piel de Roger Brown, un exitoso caza talento noruego que se dedica a proporcionar candidatos a puestos directivos en multinacionales y roba obras de arte para mantener su fastuoso y aparente estilo de vida. Con sarcasmo y un humor negro muy particular que nos recuerda al cine de los hermanos Coen (un próspero ejecutivo con complejo de inferioridad e inescrupuloso en un país de gigantes que roba obras de arte para mantener su estatus, ya que a pesar de ser reconocido solo los directores ganan buenas sumas de dinero), la historia nos ira revelando la doble vida de este protagonista que tras descubrir un secreto pasara a ser presa de una casería que convertirá su vida en un infierno. Un personaje de moral difusa, con una doble vida y dispuesto a todo por mantener su apariencia, que no tardara en ganarse le empatía de un espectador que secuencia tras secuencia se volverá cómplice y sufrirá con nuestro protagonista. Alguien que no podrá fiarse de nadie y tendrá que ingeniárselas para escapar de situaciones extremas (algunas un poco inverosímiles pero bien resueltas y divertidas) para poder sobrevivir. Casería implacable cuenta con un guion muy bien construido que juega con inesperados giros argumentales y personajes fríos que saben ganarse la empatía del espectador, interpretados de manera notable por Aksel Hennie (uno de los más reconocidos y populares actores noruegos que puede verse en Max Manus), Nicolaj Coster-Waldau (exitoso actor danés visto en La Caída del halcón negro o la serie de HBO, Game Of Thrones) y Synnove Macody Lund, en el papel de una femme fatale de estilizada figura y mirada penetrante cuya sola presencia intriga y amenaza. Algunas escenas un poco extensas o demasiado inverosímiles, pero contrarrestadas por la imponencia de los paisajes nórdicos o el acertado ritmo de las acciones, no alcanzan a empañar este interesante film que con su humor negro logra provocar, incomodar y entretener, dejando incluso un intersticio para la reflexión sobre búsqueda incesante de la riqueza en pos de la verdadera felicidad en una sociedad que tal vez lo que nesecita es precisamente todo lo contrario. Pero solo para la anécdota.
Una espera interminable Este film argentino codirigido por Enrique Liporace, uno de los más destacados actores argentinos con una extensa trayectoria en cine, televisión, teatro y publicidad, y Ezequiel C. Inzaghi, realizador cinematográfico egresado de la Escuela Profesional de Cine de Eliseo Subiela, pretende abordar, partiendo de una premisa original, una fila de temas que de tan larga se bifurca y diluye en el camino. La cola narra la historia de Félix Cayetano Gómez, un hombre que nace en la peregrinación al Santuario de San Cayetano, el Santo Patrono del Trabajo, y de grande subsistirá de aquello que argentina supo adoptar como parte de su cultura: hacer cola para todo. Así es como Félix sobrevivirá a base de fe, y haciendo la fila por los demás claro está. Con un comienzo casi en tono de parodia de aquellos Noticieros Argentinos, donde vemos nacer al futuro colero, el relato ira proponiendo temas y personajes estereotipados a lo que se suman reiterativos sueños que (salvo al principio) mas que un aporte enriquecedor terminan siendo una interrupción del relato. Con temas del presente pero con una estética y fotografía lavada que nos recuerda años pasados, el film va perdiendo interés y deambula entre los sueños y anécdotas de este argentino tipo, creyente, vago y optimista que habla mucho y hace poco. La buena actuación de Awada y la exelente participación de A. Gasalla no alcanzan para sostener un relato signado por diálogos vulgares y redundantes (sobre todo el personaje de Mottola, casi una burla de pibe chorro que pareciera de otro relato), con un personaje femenino desaprovechado y una banda sonora que no deja silencio alguno y sobrecarga todos los espacios. La cola parece emular aquel sentimiento del ultimo en la fila: comenzar con esperanza y fe de que la misma es corta y avanza rápido, descubriendo luego lo tedioso y aburrido de la espera.
La estrella que ilumina pero no brilla Enmarcada en un universo imaginario con personajes profundamente humanos y dirigida principalmente al público infantil, La maquina que hace estrellas se sustenta en la originalidad de la historia y su propuesta estética, que combina un estilo Steampunk y el 3D. Antes de continuar, considero apropiado destacar que el Steampunk es un movimiento estético muy amplio centrado especialmente en la 2ª mitad del siglo XIX, próximo a la 2ª Revolución Industrial, que se originó en ilustraciones y luego se extendió a otras formas de expresión, y que proponía una visión crítica activa a la sociedad que se encaminaba al consumismo y capitalismo integrando la tecnología electrónica e informática hasta el extremo de que las máquinas remplazarán la raza humana. Con mucha imaginación y creatividad, tomando especialmente tecnología derivada del vapor (steam en inglés), aparatos, máquinas, autómatas, partes de maquinaria en desuso, y otros elementos aventureros (especialmente las gafas de aviador, o de soldador) del pasado, conformó una estética retro futurista que dio lugar a historias más bien utópicas, con un aire muy bohemio y una crítica social un poco mas optimista y romántica que su pariente el Ciberpunk. Pero La maquina que hace estrellas, sólo toma de este movimiento las naves espaciales rudimentarias, maquinas con enormes engranajes, robots, autómatas y elementos aventureros retro futuristas para el diseño de los personajes y los escenarios, adaptándolos a una historia original pero mucho mas sencilla y con carácter de fabula orientada a los mas pequeños. Así es como Pilo, un niño fascinado con las historias que le cuenta su abuelo, un día experimentará una de ellas, debiendo asumir la responsabilidad de devolverle las estrellas a su universo. No faltara el compañero de aventuras, el villano a derrotar y una serie de situaciones peligrosas y emotivas que convertirán al niño en héroe. Un film donde el contenido pesa más que el recurso técnico del 3D, que durante gran parte de la película sirve a los efectos de fondo y no aporta demasiado a la acción. Con una historia original y un relato bien construido, que tal vez no tenga la acción y el dinamismo acostumbrado por estos tiempos para el publico mas pequeño, pero agiornado por una propuesta estética que llama la atención, entreteniendo y cautivando a aquellos niños de 8 a 9 años con espíritu aventurero.
Un cálculo con probabilidades La película que trae nuevamente a la actuación a Adrián Suar y un gran elenco, acertado como anillo al dedo, es una comedia sencilla y superficial, pero efectiva y entretenida cuya principal virtud radica en la propuesta temática. No es precisamente el abordaje del movimiento swinger (intercambio de parejas) y todo lo que ello significa en el marco de una sociedad que aparenta profesar más de lo que ejerce, sino la intención de jugar con la curiosidad, la fantasía y una serie de preguntas que de allí surgen lo que moviliza el relato manteniendo viva la atención del espectador. La simpatía de los personajes, interpretados con gran naturalidad, y el uso de un lenguaje cotidiano hacen de las peripecias de estas dos parejas swingers y sus anécdotas tragicómicas una divertida comedia que sobre el último tramo del relato vira en lo previsible y decae, con un final feliz pero poco convincente para una historia que de todas formas poco intenta contar. Técnicamente correcta y con desnudos muy cuidados, Dos más Dos, suma en la fluidez del relato y la empatía de sus personajes con el público, pero resta en el superficial abordaje de una práctica que existe en nuestra sociedad pero que culturalmente aún debe superar varias barreras. Un film que responde a la perfección los cánones televisivos para transformarse, si lo quisiera, en un nuevo producto Polka de la próxima temporada. Tal vez a la salida (café de por medio, en un bar, o quien sabe dónde), si la vio en pareja, debata sobre sus fantasías, el miedo a los cambios y que pasaría si……, cómo sería la reacción... y mucho más que sólo sabrán después de verla.
Una obra de arte que con gran belleza visual plasma una perfecta combinación entre el universo estético de la pintura y el cine, invitando al espectador a contemplar y reflexionar en un verdadero ejercicio de estilo. El compositor de ópera, poeta, artista, fotógrafo y cineasta polaco Lech Majewski (quien ya había trabajado sobre el mundo del arte en Basquiat y El Jardín De Las Delicias Terrenales) es el creador de esta excéntrica y cautivadora especie de "art movie" que recrea el universo plasmado por el pintor flamenco del siglo XVI Pieter Bruegel (El Viejo) en su obra maestra, "Camino al Calvario", ambientándolo en la ocupación española de Flanders a mediados del siglo XVI. Combinando diversas técnicas pictóricas con efectos visuales y una puesta en escena muy especial, El Molino y La Cruz recrea la génesis del famoso cuadro de Bruegel, centrándose en éste, interpretado por Rutger Hauger (Blade Runner), y algunos personajes emblemáticos (de entre quinientos retratados en la obra) como su amigo y mecenas Nicolaes Jonghelinck (Michael York), la Virgen María (Charlotte Rampling), Cristo y Judas entre otros, para reconstruir a través de ellos el contexto social, político y cultural de aquel pueblo y momento. Majewski logra construir una narrativa muy particular jugando con la composición de cada encuadre, las perspectivas (pintó el cuadro de Brueghel y lo expandió desde siete perspectivas simultáneas), relieves, profundidades y texturas (pintó los decorados y se utilizó lo último en técnicas digitales para incorporar a los actores al mundo de Brueghel), combinándolas con breves diálogos y una banda sonora que dramáticamente nos transporta al mundo del cuadro. El Molino y La Cruz es una cautivante experiencia audiovisual que sorprende gratamente a los sentidos y nos invita a releer, reflexionar y discutir sobre el poder del arte. Considero pertinente aclarar que esta película no responde a los cánones del cine clásico, de género o un mero cine experimental. Es un film, que al igual que otros como El arca rusa de Sokurov, Caravaggio de Derek Jarman, o Seraphine de Martin Provost, brindan una propuesta diferente del séptimo arte.
Promoviendo revoluciones Producto de la pandemia de remake, secuelas y precuelas que se apoderaron de Hollywood en este ultimo tiempo, llega esta nueva remake del clásico y popular film del director Paul Verhoeven (el mismo de Robocop) que estrenado en 1990 contribuyó a fortalecer todavía más la popularidad de Arnold Schwarzenegger como héroe de acción y presentar una desconocida Sharon Stone. Basada también en el clásico cuento corto Philip K. Dick, Podemos recordarlo todo por usted ("We Can Remember It for You Wholesale") de 1966, esta versión 2012 de El vengador del futuro (Total recall) presenta un nuevo enfoque con respecto a la original. Ya no es Marte el destino de quienes aspiran a ver implantados en su cabeza sueños o recuerdos y la acción se sitúa en un futuro casi apocalíptico con la Tierra devastada luego de una guerra química y una reconfiguración futurista de lo que conocemos como nuestro mundo donde sólo dos territorios se mantienen en pie: "Nueva Euroamérica" (suerte de Federación Británica donde vive la elite) y una periferia conocida como "La Colonia" (que alberga millones de renegados de todas las culturas que no forman parte de la élite). A diferencia de la película original, que tal vez poseía algunos gags mas divertidos y presentaba efectos visuales que para la época fueron revolucionarios (vasta con recordar cuando Douglas Quaid se camufla para entrar a Marte con mejores técnicas que las de Misión Imposible en el cuerpo de una señora gorda pero su traje falla y es descubierto, o cuando Cuato, líder de la resistencia descubre su identidad para ayudar a que Douglas Quaid abra su mente y recuerde la importancia de su rol para la humanidad, o cuando Douglas Quaid comienza a descubrir su verdadera identidad y en su intento de escapar de sus perseguidores se quita un rastreador de la cabeza y se lo da de comer a una rata y podría seguir..), la nueva versión se centra y resume mas las preocupaciones de la obra de Dick, donde sociedades futuras devenidas de Apocalipsis siguen siendo sometidas por el capitalismo salvaje, gobiernos autoritarios y estados alterados de conciencia. Y toma prestado (por decirlo de alguna manera), tanto en lo temático como en el estilo, un mix de influencias de grandes películas que dejaron su huella indiscutida en el genero, como THX 1138 (1971) de George Lucas, MADE MAX (1979) de George Miller, BLADE RUNNER (1982) de Ridley Scott, PROYECTO BRAINSTORM (1983) de Douglas Trumbull, TERMINATOR (1984) de James Cameron, ROBOCOP (1987) de Paul Verhoeven y MINORITY REPORT (2002) de Steven Spielberg, por citar algunas. Sin embargo este Vengador del futuro 2012, técnica y visualmente impactante, encuentra en la puesta en escena y la generación de climas, su principal atracción. La recreación de las dos civilizaciones unidas por la “La Caída”, un elevador gigante que atraviesa la Tierra y conecta la Federación Unida de Bretaña con La Colonia, es fascinante. Con un relato fluido y entretenido pero con una propuesta tematica ayornada a otra época, El Vengador del futuro, nos recuerda que siempre habrá un Rekall para aquellos insatisfechos.
Hechizos en Escocia La innovación y transgresión de Pixar unida a la clásica visión de Disney para una película donde el conflicto central y su progresión dramática recae en sus protagonistas femeninas. Ambientada en la Escocia medieval, Merida (voz de Kelly Macdonald) una pelirroja princesa adolescente con arco y flecha, indomable, con un ligero toque masculino y dispuesta a forjar su propio destino en vez de ser oprimida por las tradiciones, decide enfrentarse a cualquier cosa con tal de conservar su libertad. La película aborda temáticas que giran en torno a la unión familiar (algo que ya se había visto en la excelente película del mismo estudio y ganadora del Óscar Los Increíbles, donde el trabajo en equipo signaba la fábula) y se centra específicamente en la relación padre e hijos en una edad tan complicada como la adolescencia. Tal vez lo arriesgado en esta oportunidad radique en centrarse específicamente en la relación de las hijas con las madres (algo que también abordaron mucho más desarrollado en la magnifica Enredados) y que dejaran las situaciones cómicas a cargo de los personajes masculinos (poco maduros y caric
Preguntas sin respuestas Ridley Scott vuelve a demostrar con este film las razones que lo llevaron a marcar tendencia en la ciencia ficción, género que reinventó con Alien seguida de Blade Runner, una de las películas de ciencia ficción más influyentes de nuestra época. Prometeo podría ser una precuela a la saga de Alien, pero en realidad es el comienzo de una historia que revela el origen de aquel Octavo Pasajero del film de 1979, que deja muchos interrogantes sin respuesta como, por ejemplo, para qué y por qué 33 años después abordara la nave Nostromo de Sigourney Weaver. A su vez plantea, desde lo visual y narrativo, nuevas incógnitas que devendrían en nuevos films capaz de esclarecer dudas del futuro o virar el rumbo e indagar sobre el pasado. Así es como Prometeo hereda muchas de las características narrativas y detalles visuales que la conectan con aquella de 1979, como el universo donde se desarrolla la trama, el protagonismo femenino y la convivencia de diferentes etnias y rangos, por citar algunos. Pero suma una de las particularidades de este director que llevaron a consagrarlo en la película Blade Runner, y que tienen que ver con el planteo acerca de la vigencia de ciertos valores éticos y las constantes contradicciones humanas llevadas a un nivel metafísico. Prometeo toca temas como el origen del ser humano y su destino, la inmortalidad, la sed de conocimiento llevada al límite, la manipulación genética, el poder y la fe. Una propuesta ambiciosa que (en esta aparente primera entrega) deja muchos interrogantes sin responder. Quizás el acierto mas interesante de Prometheus resida en la utilización del 3D y el talento de R. Scott para exponer majestuosamente los escenarios donde se desarrollará la acción, aportando mucho mas realismo a los espacios y permitiendo que el espectador pueda sumergirse en el universo de un relato que con poca acción, diálogos precisos y acertadas actuaciones, logra mantener el misterio hasta el final. Con una estética donde no faltan los displays, láser y lucecitas por doquier, siguiendo aquella estética posmoderna (al borde de la publicitaria) que en cierta medida supo inaugurar con Blade Runner, y una banda sonora que no deslumbra pero aporta lo necesario. Sin embargo, ciertos detalles no se explican bien y a pesar de ser un género que admite ciertas licencias, algunas situaciones terminan siendo inverosímiles o dejan varios cabos sueltos. Por ejemplo, como es que al científico (Logan Marshall-Green) el liquido negro lo mata y al arqueólogo lo transforma en un zombi súper fuerte. O por que David (Michael Fassbender) contamina al científico. ¿Si aquello que los ingenieros diseñaron para eliminar la raza humana se les volvió en contra y terminó con casi todos ellos, porque matar al humano que le vuelve a dar la posibilidad de repara el error?. Demasiadas preguntas para un film que promete dar respuestas en sus secuelas.