Mi vecino, el asesino Después de haber abordado producciones gigantescas como El señor de los Anillos y King Kong, el director Peter Jackson necesitaba algo mas chico, controlado, y hasta personal. Por eso, con menos elementos y más dramatismo. dio rienda suelta a su imaginación y filmó Desde mi cielo, un relato perturbador y original en su tratamiewnto visual. Uno que no dejará conforme a todo el público, como ocurrió cuando realizó Criaturas celestiales. El film cuenta los hechos que le suceden a Susie Salmon (Saoirse Ronan) una niña de 14 años, violada y asesinada por un vecino, George Harvey (Stanley Tucci). Sin embargo, la pequeña, desde el cielo, sigue observando el sufrimiento de su familia en la tierra y las consecuencias de su muerte. En tanto, su cruel asesino borra las huellas del crimen y se prepara para volver a atacar. Lindsey es la hermana pequeña de Susie, que crece a la sombra del asesinato de su hermana, y que acabará por tomar un gran riesgo para recuperar a su familia. Acá también, el crimen, la impunidad y las apariencias engañosas del vecino asesino se funden con la fantasia y la crueldad. El punto a favor de esta película es el clima que Jackson le imprime a cada fotograma: el momento en que la joven cae en las garras del asesino, en un escondite previamente construído por éste. Y del que se sabe no va a salir; o la magistral secuencia en la que la hermana entra a la casa del criminal justo cuando éste llega. Suspenso, buenas interpretaciones y una mirada piadosa desde el cielo son los engranajes de este particular y vistoso viaje al horror y al suspenso. Para tamaña empresa tuvo a su cargo a buenos intérpretes como Mark Wahlberg y Susan Sarandon, pero párrafo aparte para Stanley Tucci (El diablo se viste a la moda, Julie & Julia) , un actor capaz de transformarse en el monstruo más aterrador en pocos segundos. Su mirada será difícil de olvidar...
Pensada para público de corta edad, Plumíferos es una película nacional de animación realizada ínteramente por computadora y que acierta en la pintura de personajes más que en su historia. Aún así, capta la atención del público infantil con una paleta de colores fuertes y fondos fuera de foco, algo excesivo que se percibe durante todo el film. La trama presenta a Juan (Mariano Martínez), un gorrión con aires de convertirse en un ave exótica; y Feifi (Luisana Lopilato), un canario hembra que escapa de las garras trecnológicas de su dueño. Y la lista de personajes se enriquece con la aparición de la paloma Libia (Mirta Wons), quizás con los diálogos más divertidos de toda la película. También desfilan el Gato torpe (Mike Amigorena) que abre el relato; Clarita, el murciélago (Carla Peterson) y el colibrí Pipo. El film acumula vuelos y peligros varios en una segunda parte que muestra más acción. Lo que más cuesta en estas películas es escuchar las voces de los actores argentinos, porque el público está acostumbrado a otro tipo de doblaje. Sencilla, con buenas intenciones y sólo recomendable para los más chicos.
Dioses del Olimpo en caos El director Chris Columbus sigue con el estilo y la aventura de Harry Potter y la piedra filosofal. Aunque el resultado no siempre es parejo, entrega un producto destinado al público menudo y adolescente. Percy Jackson (Logan Lerman, quien será el nuevo rostro de El hombre araña IV) es un adolescente con dislexia y problemas de atención en el colegio. Vive con su madre y la pareja de ésta. Todos parecen saber algo que él desconoce: es un semi Dios y es buscado por haber robado el rayo sagrado. Y hasta aguanta siete minutos debajo del agua. Lo que se dice un chico especial... El argumento, basado en la novela infantil El ladrón del Rayo, de Rick Riordan, funciona como excusa para pasear la cámara por atractivos escenarios, desde las colinas de Hollywood con sus letras blancas, pasando por Las Vegas, museos y hasta escenarios mágicos creados para el film. Percy Jackson tiene algunos puntos de contacto con Harry Potter: son tres amigos que, si bien no estudian en Hogwartz, tienen la misión de restaurar el mundo en sólo diez días, recomponer el ámbito familiar y sortear todos los peligros imaginables. Entre minotauros y cíclopes, el relato es un explosivo viaje al mundo de los Dioses y sus ¿sabias? decisiones. Los chicos saldrán contentos con esta travesía mágica que visita la mitología griega, y expone personajes como el centauro Quirón (Pierce Brosnan, desaprovechado); Medusa (Uma Thurman) que convierte en piedra a todos aquellos que la miran; Zeus (Sean Benn) y Poseidón (Kevin McKidd). Con buenos efectos especiales (sobre todo el dragón de varias cabezas y las caídas desde las alturas del edificio Empire State), Columbus se las ingenia para brindar un buen pasatiempo, sin varitas mágicas, pero con un bolígrafo que se convierte en una filosa espada.
Garras y aullidos a la luz de la luna Aceptable versión del mito del hombre maldito que se convierte en lobo en las noches de luna llena. El mayor problema que tienen estas realizaciones sobre monstruos clásicos como Drácula, Frankenstein o El hombre Lobo es que ya no asustan. Y esta versión, filmada por Joe Johnston (Jurassic Park III), corre la misma suerte, El foco está puesto, sin dudas, en el espíritu de aventuras y en las tonalidades lúgubres que recorren el relato. Como película de aventuras, El hombre lobo supera a la versión protagonizada por Jack Nicholson, pero tambiérn se extraña a Lon Chaney, con su monstruo más ingenuo de la década del cuarenta. Benicio Del Toro es Lawrence Talbot, un noble que regresa a la mansión de su padre (Anthony Hopkins) luego de la desaparición de su hermano. El deberá descubrir el misterio que encierra su familia (con pasado trágico) y el horror que baña de sangre a los aldeanos, quienes mueren de manera misteriosa. Este Hombre Lobo tiene mucho de La layenda del jinete sin cabeza en la construcción de los climas; el ritmo de persecuciones de La liga extraordinaria y las garras menos afiladas que Wolverine. Aún así, atrapa al espectador y lo sumerge en la maldición de los personajes. Y guarda un as en la manga. Las transformaciones de Talbot en la bestia recuerdan a las de El hombro Lobo americano en Londres, Y no es casual, el responsable de los efectos es Rick Baker. Las peleas, la secuencia del asilo (la mejor del film) o el enfrentamiento final permiten apreciar cien minutos de buen entretenimiento. No hay que esperar muchos sobresaltos. Y de paso, disfrutar de los intérpretes secundarios: Hugo Weaving (Matrix) y Geraldine Chaplin, en el papel de una visionaria gitana.
A pesar del horror, una luz de esperanza Una bienvenida realización independiente que tiene 6 nominaciones para los próxima entrega de los premios Oscar. Se trata de un drama intenso y brutal que ha tenido muchísimo éxito y desató la polémica en los Estados Unidos. Un tema real y shockeante. Precious Jones es obesa, tiene dieciséis años, es negra y casi analfabeta, y espera el segundo hijo de su propio padre. Precius (consagratoria labor de Gabourey Sidibe) vive en Harlem y es tan humana como amenazante cuando la provocan. Convive con una madre que la humilla (Mo´nique, también nominada en el rubro mejor actriz) , y tiene una abuela que se hace cargo de su hija. Con este panorama desolador, el film muestra que a persar de todo, hay una luz de esperanza, y el relato muestra a dos personajes que prestan particular atención a Preciosa: la maestra que le enseña con paciencia y pasión; y una asistente social (una irreconocible Mariah Carey) que le presta el oído. Ella deambula de un instituto a otro por su último embarazo y cae en un instituto para casos especiales. Preciosa es una topadora, pero no puede expresar con palabras todo el horror que ha pasado. Y expone con sensibilidad e inteligencia el lado más oscuro de una enorme y vulnerable adolescente.
Con hadas como ésta... Fallida película de corte familiar que trae nuevamente a Dawyne “The Rock” Johnson (El regreso a la montaña embrujada y Entrenando a papá) como un jugador de hockey que ha hecho perder los dientes a más de un contrincante. Ahora, recibe una invitación que lo obliga a convertirse en un hada durante una semana (nada más ridículo que verlo con tutú y varita mágica) por confesarle a su pequeña hija que las hadas de los dientes no existen. Acá sería El Ratón Pérez... El film cuenta con la participación desaprovechada de Julie Andrews, como la reina de las hadas y de Ashley Judd, como la novia del protagonista (¿que le paso?: parece otra actriz), en un verdadero compendio de lugares comunes, escenas deportivas de corto vuelo, polvos mágicos entregados por Billy Crystal y concursos de música. Todo contado sin gracia y poca imaginación, y con el obligado toque melodramático sobre el desenlace, que recompone la situación familiar: la relación con los dos hijos pequeños de su novia.
De adolescente a mujer Se estrena una de las películas nominadas en el rubro de mejor film para los próximos premios Oscar. Una interesante comedia romántica ambientada en la Gran Bretaña de la década del sesenta, en un colegio conservador, y en un ámbito en el que una adolescente de 17 años (Carey Mulligan) está a punto de convertirse en mujer. A pesar del ambiente rígido de clase media de su hogar, ella comienza a salir con un playboy treintañero (Peter Sarsgaard) que le muesrta París, mientras sueña con llegar a Oxford. Sin embargo, la realidad no tardará en golpearla. El film mantiene la mirada cálida de la directora Lone Scherfig que expone los conflictos adolescentes con firme mano dramática y sumerge a la joven en un mundo de adultos, en el que se verá inflcuenciada por la cultura francesa. Para lograr su cometido, la realizadora está respaldada por buenos intérpretes: Emma Thompson, como la directora del colegio; Dominic Cooper, en el rol del amigo del novio prometedor, y el excelente Alfred Molina como el padre estricto que ablanda finalmente su corazón. Todos contribuyen para que el relato llegue a buen puerto y, deja en claro, que el corazón también puede recibir una buena educación. Cueste lo que cueste.
La fórmula Eastwood: racismo, rugby y política Al igual que en Gran Torino,donde exponía problemas raciales, en Invictus, el director Clint Eastwood sitúa la acción en la déada del 90, con la asunción de Mandela al poder. Y los personajes deslizan frases como “Soltaron a Mandela. El país cayó en desgracia” o “El puede ganar una elección, pero... ¿puede gobernar un país?”. Y de esta manera deja en claro lo que se avecina. Poco después, el país celebró el campeonato del mundo de rugby, tras años de ser excluidos de las competiciones debido al apartheid. Evento que Mandela (Morgan Freeman) impulsó con la ayuda de la estrella de rugby Francois Pienaar (Matt Damon) para acabar con el odio existente durante décadas entre la población blanca y negra del país. A lo largo de una trama plagada de intereses politicos, clima familiar desarmado y deseos integracionistas, Invictus tiene sus méritos y es rica en detalles: la forma en la que Mandela evita que nombren a su familia; la visita de Francois a la cárcel; el enfrentamiento con los maoríes o los dispositivos de seguridad que se montan para el gran partido. No es lo mejor de Ewastwood, pero brilla Morgan Freeman. En síntesis, rugby, racismo y política, un cóctel a lo Eastwood.
El caos después de la muerte Sin demasiada prisa, la directora Mariana Chenillo construye este relato detallista y descriptivo que gira en torno a una reunión familiar luego de la muerte de Nora, una mujer de sesenta y tres años. Una desaparición más que sospechosa y una carta dejan abiertos el abanico de las posibilidades y de las dudas. Aunque anunciada como una comedia “desopilante”, la película es un drama con sólo algunas frases de humor: “Si fuera por mí, la enterraba viva”, asegura el ex esposo en un pasaje del film. La trama hace foco en los cuatro días que hay que esperar para enterrarla ante la llegada de las fiestas judías. Y ahí afloran las miserias de su ex esposo, su hijo y nuera, además del choque de costumbres y los enfretamientos religiosos con el rabino de turno. La comida sirve como elemento de unión familiar en este film con manipulaciones y secretos que descubrirán los integrrantes del clan. Un poco más de ritmo no le hubiera venido mal, pero el resultado es interesante por la solidez del elenco y por el clima de enfrentamientos que le impone su realizadora. A veces, es mejor no morirse.
Un musical atrapante con sabor italiano A la vida del director Guido (Daniel Day Lewis) parece habérsele acabado el rollo de película cuando está punto de comenzar su nueva producción: Italia. Rodeado de un explosivo panorama femenino, él intentará buscar la inspiración y su propia salvación. Ambientada en el histórico estudio 5 de Cinecittá, en Roma, iluminado por las apariciones fantasmagóricas de sus mujeres, Nine recupera la memoria del cineasta Federico Fellini y su creación 8 y ½ (con Marcello Mastroianni y Giuletta Masina) y está basada en el musical homónimo de Braodway. El espíritu de fantasía musical es recuperado, recreado y trasladado a la pantalla por Rob Marshall (Chicago) con los mejores recursos cinematográficos que se instalan en una puesta deliberadamente teatral, al mejor estilo All tha jazz, de Bob Fosse. Sin grandes pretensiones, entrega un producto visualmente potente y lúcido, que transpira lujuria, inspiración y conflictos del corazón, además de ser una inspirada mirada al mundo del cine dentro del cine. Las piezas femeninas (impactantes cuando aparecen en las primeras tomas) de este rompecabezas son su amante Carla (Penélope Cruz); su esposa Luisa (la excelente Marion Cotillard); su musa inspiradora (Nicole Kidman); su diseñadora de vestuario y amiga (otra vez impagable Judi Dench); una periodista de Vogue (una irreconocible Kate Hudson), una instructiva prostituta de su niñez (Stacy Ferguson) y su madre (Sophia Loren). Todas habitan de alguna u otra manera en la cabeza de este realizador de ficción preocupado por su próxima película y con el corazón en standby. Todos están magníficos en sus roles y resulta una gloria ver a Sophia Loren, con su gran presencia en la pantalla grande. Al menos, Guido no tiene motivos como para quejarse y gritar "Acción!".