Iron Man al extremo Gran película de acción con increíbles dosis de humor que crean el perfecto combo de entretenimiento. Robert Downey Jr vuelve a hacer un excelente trabajo y las escenas de acción son tan increíbles como excitantes. Si bien, Iron Man 3 no es perfecta genera fascinación por su desvergonzado uso de la comedia y habilidad en la creación de efectos especiales. Iron Man 3 tiene como principal fortaleza conocer y explotar a la perfección sus virtudes. El despliegue de Robert Downey Jr con su peculiar carisma y el avasallante uso de efectos especiales le otorgan a la película la perfecta mezcla entre humor y acción. Es impresionante como estas dos cualidades no desentonan en ningún momento. La comedia es impecable, en especial cuando satiriza al terrorismo o se burla de complejas heridas emocionales como el abandono en la etapa de la niñez, mientras por otro lado las diversas escenas de acción no solo funcionan a la perfección sino que también asombran por su alto grado de sofistificación. En contraparte, como sucedió en la segunda película, la trama vuelve a tener problemas a la hora de constituir a los villanos. En este caso, la falla proviene en crear a un fuerza antagónica prácticamente indestructible, casi inmortal, de la cual nunca parece poder definirse cual es su debilidad para poder matarla. O sea, si durante toda la trama se ve a los villanos sobrevivir de disparos, explosiones o desmembramientos y nunca se entiende precisamente que los derrota, se hace de la batalla un campo sin reglas donde todo es posible y cuando esto sucede la épica del héroe se hace añicos al no haber limitaciones o desafíos en su accionar. Por ejemplo, el enfrentamiento final comete el mismo error que hizo George Lucas en su "Guerra de las galaxias" cuando enfrento a ejércitos de robots con clones: observar la batalla era asombroso pero en el fondo era insignificante ya que al ser un enfrentamiento entre seres a los cuales el espectador no sentía empatía volvía a toda la experiencia completamente vacía. Sin embargo, el verdadero problema (mejor dicho inconveniente menor) de esta nueva entrega radica principalmente en el agotamiento de su formula constituyente. Todo resulta familiar y conocido, casi como un dejavu. No se trata de una falla propia del género sino más precisamente de la franquicia. Ya son tres películas de Iron Man en las cuales Tony Stark comete un error que lo aísla de todo el mundo para poder trabajar en una nueva armadura. Los desenlaces se vuelven más predecibles y hasta redundantes. En la primera, el protagonista se enfrentaba contra el jefe de su compañía quien usaba un traje monstruosamente grande, en la siguiente su rival también crea su propia armadura la cual tiene látigos electrificados y está acompañado por una patota de robots, mientras finalmente en la última tenemos una guerra campal entre toda clase de Iron Man y una legión de hiper-soldados. Incluso por último, se vuelve a repetir la presencia de una enfermedad que padezca su protagonista. En definitiva, este podría no ser un gran problema, pero el abuso de tramas similares impiden generar asombro o sorpresa en el espectador e incluso hasta pueden decepcionar.
Los principios en la venganza Jason Stathan personifica a un mercenario en busca de venganza en una horrible historia donde el actor aportará todos sus recursos para hacer de cada escena de acción algo sumamente atrapante. Sin embargo, nada puede rescatar a una trama tan carente de ideas como sentido, cuya única fortaleza reside en la impronta y carisma de su elenco mientras intentan combatir con escenas absurdas y faltantes de emociones. Cuando se piensa en una película de acción, generalmente toda la atención está puesta en las escenas de adrenalina con golpes de puño y disparos, pero qué sucede cuando historias como en este caso cuentan con realmente pocas instancias de este tipo. Simple, el relato se vuelve en una pieza fundamental. Por lo tanto, el hecho de que “Parker” presente una trama tan pobre y apática es un error garrafal. A pesar de comenzar de forma sumamente interesante con el protagonista siendo traicionado y jurando venganza, la trama se pierde en instancias que nada tienen que ver con él cumpliendo con su objetivo. El mayor inconveniente del relato es que la historia misma no pasa por el enfrentamiento entre el protagonista y su antagonista, sino que se desvía en sub-tramas completamente irrelevantes y que constantemente quedan inconclusas. Si hay algo que hace a “Parker” una película aburrida es su completa descripción por el modo operativo de los criminales y como constantemente se le da importancia a cuestiones completamente irrelevantes. El continuo y mecanizado robo de autos junto a una total explicación de todo lo que sucede, hace de cada acción entablada por Statham un trámite carente de emoción. Haber incluido una escena de persecución por el reclamo de algún auto robado o un relato con algún secreto por develar, le hubieran dado a la historia algo peligro, misterio o excitación. No obstante, es impresionante la magnitud de insignificancia y redundancia que tiene el rol de la mujer en este relato. El personaje de Jennifer López no es de interés romántico, casi no lo ayuda en nada y le representa un obstáculo del cual no se entiende por qué el protagonista no se desase de ella. Si bien el personaje es atractivo y simpático no tiene real cabida en la película. Es decir, la trama pierde mucho tiempo en una línea argumental que no va a desarrollar ni darle demasiada importancia. Finalmente, lo más positivo de la película resultan ser las buenas coreografías con gran despliegue físico de Statham donde dentro de todo hacen de la historia algo entretenido de ver. Incluso el carisma de su persona, hace de algunos pasajes como la búsqueda por los documentos falsos, instancias muy atrapantes y cómicas. Es lamentable como la trama de venganza termina siendo un relato superficial, con escaso desarrollo y sin nada que ofrecer.
Los zombies también tienen corazón Inusual comedia romántica sobre una historia de amor adolescente entre un zombie una humana. Un relato dinámico que tiene como virtud crear un universo singular, diferente y bastante creativo. Si bien la trama se sigue agradablemente y tiene destellos de buen cine, hay demasiada inocencia e ingenuidad como para poder generar una conexión con el espectador. Su excesiva formula detrás de la historia impide generar verdaderas emociones. Ya desde el comienzo está historia de amor entre un zombie y una chica humana hace recordar a las películas de “Crepúsculo”. No por la trama romántica sino por su variación absurda del mito del zombie. Si en Crepúsculo los vampiros podían caminar bajo el sol, acá en “Mi novio es un zombie” los muertos vivos piensan y razonan como cualquier persona común. Es a través de la voz en off donde todo lo preexistente a la personalidad de los zombie se traiciona con el objetivo de hacerlos amigables. El protagonista es miembro de una raza particular, los cadáveres, quienes se encuentran en el medio de los humanos y los esqueletos (los verdaderos zombies). De esta manera, los cadáveres y los humanos tienen la perfecta excusa para juntarse. Pensada como una comedia romántica, la trama lamentablemente solo presenta ser un giro interesante sobre un género bastante mal desarrollado últimamente por los estudios de Hollywood. El inconveniente sucede en que la historia romántica no logra nunca pasar de las típicas tramas de amor adolescente donde los protagonistas parecen enamorarse más por inercia que por sentimientos reales. Las intenciones del zombie tienen como principal fundamento el deseo sexual (algo raro si su cuerpo está muerto), mientras a la chica le basta con haber sido salvada una y otra vez. Aunque en la cotidianidad de los cuidados del hombre o las travesuras de la mujer se crea un vínculo fuerte entre ambos, siempre está en la película la sensación de estar ante un romance forzado. Como suele suceder en todas las comedias románticas de estos días, los momentos más logrados provienen de los personajes secundarios. Las escenas con Analeigh Tipton y Rob Corddry son especialmente sensacionales. Corddry despliega su contagiosa energía mientras la ironía de Tipton es asombrosa. Sin embargo como comedia tampoco es sensacional ya que hay elementos divertidos que se quedan a mitad de camino y no logran ser aprovechados por completo como el uso de la música, o incluso se terminan repitiendo hasta el hartazgo como son las continuas miradas fijas del protagonista hacia la chica. Incluso el personaje de John Malcovich y la trama de los esqueletos son más pertinentes en otro tipo de películas, más dramáticas o terroríficas. Es su fuera de lugar, lo que vuelve absurdos a sus comportamientos o intervenciones. Tan mal ubicados como los continuos sueños o recuerdos del protagonista donde se observan los recuerdos del exnovio de la chica y no aportan absolutamente nada a la trama romántica. A pesar de todo, la película termina siendo un relato ágil y entretenido, ya que siempre hay movimiento y peligro a cada paso. Los constantes cambios en el protagonista y su raza de zombies vuelven a cada detalle en algo muy interesante de observar y si bien las transformaciones se remarcan bastante por la trama, se hace muy divertido ver como su cuerpo y forma de moverse va evolucionando. En definitiva, “Mi novio es un zombie” se trata de una trama simple y efectista que logra entretener a lo largo de su duración.
Un romance aristocrático A través de una rara producción teatral se narra la historia de como en la burguesía rusa una mujer casada con un alto funcionario arriesga todo por su romance con un militar. Un relato basado en el amor, el honor y el sacrificio cuyo mayor interés proviene en el choque entre el deseo y las reglas dictadas por la sociedad. Aunque la pasión de los personajes y el complejo retrato de la clase alta es verdaderamente asombroso, su pretenciosa ambientación teatral junto a un desenlace apresurado e inconcluso hacen de la película un producto fallido. Basada en la famosa novela de Tolstoi se narra esta historia de amores prohibidos en donde a través de dos relatos, el triangulo amoroso principal de un matrimonio jaqueado ante el amante de la esposa y el romance entre dos jóvenes angustiados por el rechazo amoroso, se describe como la ventajosa posición social puede volverse de diversas maneras angustiosa para sus protagonistas. Si bien, la trama secundaria es un tanto débil y por momentos carece de relevancia, el conflicto principal es maravilloso en su forma personificar el deseo y las dificultades de intentar controlarlo. Incluso la película encierra una visión maravillosamente crítica sobre las nociones de moralidad y ética de la sociedad de aquella época. Instancias como la hipocresía de la protagonista en sus pedidos de perdonar y ser perdonada encierran al relato en una complejidad tan asombrosa que incluso tiene espacio para mostrar el otro costado de la tragedia donde el personaje del marido se ve envuelto en un sufrimiento por el cual él no ha hecho nada para merecerlo. Sin embargo, hacia al final la trama tan fascinante en su profundidad, va perdiendo complejidad y su desenlace termina apresurándose en emociones forzadas y resoluciones injustificadas. No obstante, más allá de los logros de la historia, lo primero que se observa en "Ana Karenina" es su extraña manera de ser narrada. Casi toda la trama esta ambientada en el interior de un teatro (afuera y dentro del escenario) y las distintas secuencias son unidas con transiciones donde en una escena termina con el comienzo de la siguiente y viceversa. Es decir, la producción de la película fue realizada a través de un fuerte concepto donde la metáfora de la falsedad en la sociedad rusa se vuelve literal en forma de teatralidad. Una idea interesante que lamentablemente resulta un ejemplo de que pasa cuando la forma supera al contenido, ya que si bien la película puede presentarse como una caracterización teatral, todo lo demás se corresponde a un ambientación bien detallista y realista, tanto en vestuario como en actuaciones, lo cual hace que toda la experiencia quede desbalanceada. Mientras se observan a personajes sufrir muy intensamente y de manera tangible, el escenario es completamente falso. Por lo tanto, nada es real y los conflictos tan melodramáticos de la película se diluyen en superficialidad. Incluso toda la mirada de la sociedad rusa se vuelve banal.
Duelo de madres adoptivas "Mamá" es una historia simple, llevada de forma compleja y aterradora. Casi como una fábula o moraleja. Sin embargo, es su forma completamente efectista y muy poco arriesgada, lo que revela un relato lleno trampas al espectador donde sus fuertes sustos son simples manipulaciones y aunque tenga sus aciertos como la compleja psicología de las niñas, la película resulta ser simplemente una mezcla de lugares comunes y resoluciones absurdas. Si bien hay destellos de originalidad en esta trama, como cuando las niñas actúan en estado primitivo, la gran parte del relato se basa en situaciones no sólo muy transitadas por el género sino que además desarrolladas de la peor manera. Para empezar, la historia detrás del fantasma tiene tantos baches como incongruencias (por ejemplo ¿De qué se esconde el fantasma?) que hacen que la antagonista no tenga mucho sentido y cuando pasa esto en las películas, la trama sufre mucho. No es casual que el desenlace termine siendo completamente horrible. Luego, aparece el psiquiatra y su investigación, la cual es absolutamente absurda por como se desarrolla de forma tan predecible y como inexplicablemente se guarda la información para el mismo. Finalmente y más importante, el procedimiento que utiliza la película para horrorizar es la muy molesta forma de los sustos de golpes bajos, es decir, se asusta al espectador, no a los personajes y ni siquiera tienen implicancia en la historia. Son esos quiebres fuertes de sonidos acompañados por un movimiento brusco que se hicieron tan populares en los videos de internet, que aquí hacen saltar al espectador de la butaca, pero no tienen nada que aportar al relato. La única razón por la cual "Mamá" logra entretener se debe principalmente a un increíblemente destreza y maestría en todos los rubros del trabajo cinematográfico. Las distintas puestas de cámara, la ambientación, las actuaciones, la sonorización, etcétera. Todo está empleado de manera brillante. Lamentablemente, como dijo una vez el gran Akira Kurosawa: "Con un buen guión puedes hacer una película buena o una película mala. Con un mal guión sólo tendrás películas malas".
Tu me pertences Policial de suspenso sobre un investigador privado que es contratado para seguir a la mujer del alcalde de la ciudad por supuesta infidelidad, pero mientras más explora más secretos salen a la luz. Una muy buena trama sobre el juego de detectives cuyos impredecibles giros la vuelven tan atrapante como intrigante, aunque lamentablemente es su ideología bastante banal o su escasez de motivación en el protagonista lo que hacen de la experiencia algo vacío de emoción. "Broken city" tiene tantos aciertos como fallas y si bien en lo más importante cumple ampliamente, son esas pequeñas incongruencias las que dinamitan los cimientos de la trama. Un relato que se construye con mucho vértigo y elocuencia a base situaciones de gran misterio y personajes bien carismáticos. Es en esa relación profesional/sentimental entablada entre el protagonista y su asistente, más la presencia de un alcalde muy prepotente e inteligente que parece dominar todo, donde la película encuentra sus mayores logros. Sin embargo, son las presencias de una novia latina quien es actriz de cine independiente, los problemas con el alcoholismo o las raras parejas sentimentales entre la esposa del alcalde, el comisionado, el opositor político y su jefe de campaña, crean un embrollo inacabado que distrae del verdadero propósito de la trama y complican profundamente la conexión con el espectador. Incluso hay evidentes razones por las cuáles se puede afirmar que la película carece totalmente de ideología o sentido. En principio, es completamente absurdo que la historia se sitúe a dos días de las elecciones y le de mucha importancia cuando la trama abarca un enorme caso de corrupción, lo cual hace irrelevante a la elección porque lo que está en juego no es el cargo político sino la cárcel. Incluso el desconocimiento de una ley tan conocida como la "double jeopardy (doble riesgo)" donde una persona no puede ser enjuiciada dos veces por el mismo crimen, hace de la historia de fondo del personaje de Mark Wahlberg algo sumamente incoherente e ignorante. En definitiva, "Broken city" tiene una muy buena trama policial sobre una historia absurda de política y relaciones amorosas. Aunque es reconocible su increíble tensión dramática, simplemente hubiera sido recomendable construirla sobre buenos fundamentos.
Reencuentro con las raíces Dos primos reciben la noticia de la muerte de su abuelo y son llamados a regresar a su pueblo natal. Ambos a su manera están perdidos y la vuelta a sus raíces les permitirá redefinirse como personas. Un relato paciente, muy sentimental y bien tangible que lamentablemente a pesar de tener un concepto general sumamente delicado y agradable, presenta situaciones un tanto forzadas que no ayudan a la completa empatía con el espectador. Desde el comienzo "Villegas" presuponía lo peor, dos primos completamente diferentes son forzados por decisión propia a compartir un viaje en el cual los juicios hacia la otra persona florecen entre ambos. La situación se vuelve forzada, estereotipada y muy larga, cada escena no encuentra el tono apropiado y encima comete el error de no poder combinar frases hechas con diálogos costumbristas. Todo es absolutamente falso y culmina en una pelea tan absurda como irrisoria. Sin embargo, cuando llegan al pueblo las cosas cambian. Ellos cambian. Ya los juicios de valor tan absurdos como forzados (desde la cámara y personajes) son dejados de lado para ahora con sutileza generar climas amables y emocionales. Resulta que con cada reencuentro familiar, amigos o novias, los dos protagonistas empiezan a soltarse y a disfrutar. Si bien tiene sus altibajos con algunos pasajes algo extraños como la caminata en el pueblo a la noche de Pipa junto a su prima, el espectador logra tener esa identificación tan preciada con los personajes. Tal vez, lo más interesante de la película se encuentre en como la vuelta al pueblo, hace de aquel lugar de donde se fueron un sitio tan ideal para quedarse. Una situación que al personaje de Esteban no le modifica nada ya que el ya planificó su vida, pero en Pipa la cosa se hace inquietante ya que el no tiene un lugar a donde ir. Sin embargo, ambos saben como dice la canción ya no hay nada allí para ellos.
Mezcla de estilos A través de la historia de un muchacha persiguiendo a un acróbata por diferentes carpas de circo, se presentan los distintos espectáculos del famoso "Cirque du soleil". Si bien, los espectáculos son impresionantes y están filmados de manera espectacular, la historia que los conecta nunca termina de funcionar, ya que las diferencias entre las distintas acrobacias son muy disimiles para unir. Incluso, las cámaras registran de forma muy evidente varios artificios que el público presente no los vería, por lo tanto deja la sensación de que sería mejor verlo en vivo. Ya desde el comienzo hay algo raro en la película. Su inicio con una chica enamorándose de un malabarista con un simple intercambio de miradas junto a un espectáculo circense claramente aburrido. Dan un puntapié bastante absurdo ya que combina la superficialidad banal de aquel romance con la solemnidad más soberbia de claramente enfatizar que el "Cirque du soleil" es algo fuera de este mundo. Aunque la historia es completamente funcional al relato, ya que no habría otra forma de unir tantos espectáculos y tan diferentes, globalmente la trama no funciona del todo al constantemente desvanecerse en las acrobacias cada vez más singulares y menos relacionadas entre sí. Es evidente que los espectáculos del "Cirque du soleil" son verdaderamente impresionantes y que las cámaras o producción de James Cameron hacen de la experiencia algo visualmente asombroso. No obstante, el haberlo hecho película le quita todo el riesgo y peligro que hace a la profesión tan excitante y atrapante. Se observa con mucha atención la enorme destreza de los acróbatas o contorsionistas, pero hay algo muy frustrante en continuamente mostrar con detalle cómo se realizan los trucos. Ya sea a través de los cables, camas elásticas o algunos trucos mecánicos, el artificio/magia de los espectáculos se pierde en estos detalles. A pesar de todo, al terminar de ver "Cirque du Soleil: Mundos lejanos" le dan ganas a uno de ir a ver el espectáculo original y aunque la historia no sea del todo lograda, hay algo en esa pareja que nunca logra juntase, que hace del encuentro final algo muy bello de ver.
El sr. de las rubias Ambientada en la realización de 'Psicosis', se narra la compleja relación entre Alfred Hitchcock y su esposa "Alma Reville", mientras luchan por producir ellos mismo el film por el cual nadie tiene grandes expectativas. Independientemente de si "Hithcock" es, o no, una película fiel a la vida del director, toda la trama resulta ser una mezcla muy mal congeniada donde nunca se sabe que se cuenta o si realmente se trata de un homenaje al genio de Hitchcock. Lamentablemente, es decepcionante ver como casi nada funciona y los pequeños grandes momentos se deben a retratar el detrás de escena de aquella gran película. Alfred Hitchcock y "Psicosis" pueden ser la combinación más exitosa y recordada de la historia del cine, incluso superior a "Casablanca" o "El padrino". Ambos a través de sus méritos y otros ajenos, se han instalado como hitos del cine. La película y el director son entes imposibles de no haber visto. Habiendo dicho esto, es indispensable afirmar que si "Hitchcock" tiene algún valor se debe principalmente a lo que retrata. En esta película se desarrollan dos líneas narrativas "las dificultades en la creación de Psicosis" y "la compleja relación que Hitchcock mantenía con sus mujeres (su esposa y las actrices protagónicas)", pero en casi ningún momento logran relacionarse entre ellas de manera armónica. Salvo por la historia de Scarlett Johansson como Janet Leigh donde su relación con Hitchcock funciona, todo el resto, en especial Jessica Biel como Vera Miles, resulta increíblemente forzado en su intento de dejar bien en claro como era el verdadero Alfred Hitchcock. Mientras tanto, lo más absurdo de la película se presenta en el personaje de "Alma Reville" cuya historia con otro guionista en esa casa en la playa tiene una falsedad tan extrema que hace imposible tomar en serio a la película. Incluso el protagonismo excesivo que se le da, termina opacando por completo al personaje principal. Si uno analiza la película en su totalidad, se daría cuenta que hay muy poco de homenaje en la trama, ya que prácticamente a Hitchcock no se lo ve tomar alguna decisión artística sobre "Psicosis". Si hay alguna razón por la cual "Hitchcock" funciona como película se debe a contar de manera maravillosa los distintos procesos de producción y ver el costado más místico del realizador cuando mira detrás de las cortinas, ventanas o puertas. Sin embargo, en lo que se refiere a historia la película deja muchísimo que desear.
Como domar un dragón Película extraña, pero potente y que genera su atracción en el choque de sus dos polos opuestos. El costado más animal del hombre contra su lado más intelectual casi completamente enajenado. Una pelea fascinante que se enmarca en el deseo primordial del hombre por el control y la dominación. El hombre torpe y violento es absorbido por una secta cuyo líder al sentirse fascinado por su carácter lo somete a su voluntad para así poder revelar un nuevo secreto del universo. Un relato seco y muy psicológico cuyas asombrosas actuaciones y excelente despliegue técnico son tan impresionantes que hacen de una trama supuestamente apática en algo sumamente emocional. Joaquin Phoenix es un hombre reprimido, pero que no sabe de qué. Esta obsesionado con el sexo y bebe cócteles alcohólicos tan fuertes como auto-destructivos. Es un hombre perdido, solitario, sin razón de ser, totalmente bruto y siempre al borde de estallar en una ira tan violenta que se le hace inmanejable. Philip Seymour Hoffman es alguien también reprimido, busca algo que no sabe ni entiende. Tiene modales, es carismático, siempre esta rodeado de seguidores e incluso es también violento, pero no de forma física sino verbal y psicológica. Ambos aunque tienen una existencia totalmente diferente, comparten fuertes puntos en su personalidad que los vuelven fascinantes entre ellos. En un cierto modo los intriga y los seduce. Los opuestos se atraen. Hoffman utiliza su intelectualidad para descifrarlo, mientras Phoenix en su condición de animal se rinde ante su amo. Sin embargo, la relación será completamente caótica y los experimentos serán tan intensos como terroríficos llevando al personaje de Phoenix a un continúo caminar por la cornisa de su equilibrio mental. Phoenix es la bestia primitiva a la cual Hoffman debe investigar y analizar. Él sabe que en ella se encuentra la clave para su próximo descubrimiento, por lo tanto de ahí en adelante somete a su protegido (así lo llama) en una tremenda batería de terapias llamadas “Processing” donde el conejillo de indias es llevado a niveles insoportables de agotamiento mental (tanto para él como el espectador) y cuyo desarrollo dramático atraviesa cualquier límite tolerable por la mente humana llevándola a un saturamiento que no puede dejar otra cosa más que heridas. Incluso se verán escenas tan oníricas como maníacas donde los ojos de las personas mutarán o las mujeres de una habitación serán vistas sin ropa. Una enajenación tan brutal que desencadena el descubrimiento de que recordar puede ser lo mismo que imaginar. Resultados que para una mente sensata podrían ser un disparate, pero para los fanáticos de "La causa" son dignos de admiración. Tal vez, el mayor atractivo de "The master" se encuentre en su peculiar forma de narrar hechos que nunca llegan a ser entendidos completamente por si solos. Cada escena encierra momentos de incertidumbre de los cuales es muy difícil descifrar las verdaderas intenciones detrás de los protagonistas. De esta manera se exige la presencia de un espectador ávido de buscar respuestas que revise, analice y este atento a los detalles de la trama. Un relato que narra lo justo y suficiente sobre sus personajes cuya falta de certezas en lo que se refiere a su objetivo más existencial hacen de la película una experiencia sumamente atrapante. Son los pequeños/grandes misterios sobre porqué Joaquin Phoenix se deja someter con tanta facilidad (qué pretende obtener), si Philip Seymour Hoffman es realmente un manipulador criminal o simplemente cree en sus delirios, o si el círculo más profundo y gobernante de "La causa" ha sido verdaderamente cautivado por lo que sostienen o son simples soldados de lucha, lo que hace fascinante a la trama porque no se tratan de agujeros sin tratar en la película, cada una de estas interrogantes se plantean en la historia como hipótesis con su pros y sus contras dejando al espectador sacar sus conclusiones. No son casuales como escenas similares a la de Philip Seymour Hoffman llevando a Joaquin Phoenix a desenterrar un cofre con viejos manuscritos, encierren el misterio de la disputa entre el fanatismo extremo o la manipulación absoluta. Son confidentes o es otro acto de sometimiento. Un punto también asombroso en esta película es la presencia del interés romántico de Phoenix por un chica en sus días previos a la guerra y su promesa de volver. Ella es la personificación del sueño americano de la época, es la "Sweetheart" (novia cuya traducción exacta corazón dulce) que los médicos del ejército resaltan en sus exámenes psicológicos posteriores a la guerra donde dan a entender que ella es en cierta medida el camino correcto o la salvación. Ella es el cable a tierra, la última carta bajo la manga que le queda a Phoenix para sanarse. De ahí que una vez terminada la guerra ya no puede volver con ella, no se siente apto y termina deambulando por el país sin ningún rumbo. Es el fortuito encuentro con Hoffman lo que luego lo libera y le da el valor de regresar. Sin embargo, en su máxima derrota se entera que ella siguió con su vida, se casó, formó su propia familia y que incluso ahora casualmente se llama Doris Day, exactamente como la famosa actriz de cine. Por lo tanto, en un acto más que significativo Phoenix termina desparramado en un cine viendo en una película (no me consta que sea Doris Day quien actúa en ella pero probablemente así sea) el sueño de vida que nunca tendrá. No obstante, todavía le queda a Phoenix un último sufrimiento, el rescate de Hoffman quien, ya habiendo extraído de su protegido todo lo que necesitaba, ahora le exige la máxima obediencia a cambio de la posibilidad de seguir con su amistad.