Con este estreno se dio algo similar a lo que ocurrió la semana pasada con La revelación. Acá también tenemos en roles protagónicos a dos artistas excelentes como Adrien Brody y Sarah Polley (Mi vida sin mí, el amanecer de lo muertos), más una buena premisa argumental relacionada con la ciencia ficción que auguraba una película interesante. Splice es una historia sobre científicos que violan todas las reglas éticas y morales que existen en la vida para llevar a cabo un peligroso experimento. Hay un montón de historias en el cine que trataron este tema y tal vez La mosca, sea la madre de todas ellas. La película comienza muy bien pero luego derrapa por completo cuando entra en juego la atracción sexual, por llamarlo de alguna manera, de uno de los protagonistas por la criatura que nace del experimento. Es en ese momento en que la historia se va literalmente al carajo y ya sin retorno lo que sigue son escenas que no hacen otra cosa que levantar la apuesta en lo que se refiere al absurdo. Me dio la sensación que el director Vicenzo Natali (Cube) intentó emular los primeros trabajos de David Cronenberg como Cromosoma tres (The Brood) y en su intento por hacer un film retorcido le salió algo totalmente ridículo. Se pasó de rosca con una serie de situaciones y terminó por arruinar la premisa de la trama que no estaba mal. Para ser una producción que se hizo con un presupuesto bajo, Splice presenta muy buenos efectos especiales y Dren, la criatura que nace de la manipulación genética, estuvo muy bien lograda. Sobre todo al final donde se vuelve intimidante. Es lo único bueno que se puede destacar de este film. Después es un milagro que los productores consiguieran filmar esta historia con dos grandes figuras como Brody y Polley que por momentos da pena verlos en una película como esta porque son excelentes artistas que merecen trabajar en producciones mejores.
Una de las peores películas estrenadas en este 2011. Apollo 18 no ofrece otra cosa que 80 minutos de aburrimiento irritante, producto de una realización mediocre que arruinó por completo una premisa que tenía su potencial. La semana pasada Chandler subió al blog de próximos estrenos un corto realizado por un director argentino realizado con 100 dólares que es mucho más creativo y está mejor logrado que esta bazofia que logró conseguir distribución internacional. Comparado con esto, Actividad Paranormal (inexplicable éxito taquillero si los hay) es una montaña rusa de pura adrenalina. La idea de la conspiración de la NASA sobre una misión secreta espacial que salió mal era una buena idea y probablemente habría funcionado mejor si no se desarrollaba con el mismo estilo de El proyecto Blair Witch, un formato que deberían dejar descansar en Hollywood hasta que presenten una idea original. Apollo 18 fue dirigida por el español Gonzalo López-Gallego quien hunde el film en el tedio absoluto en sus primeros cinco minutos y nunca logra rescatar esta producción de ese pozo de aburrimiento que se convierte en una tortura con el paso del tiempo. La ineptitud de Gallego para generar tensión y suspenso es impresionante. Oren Peli, el director de Actividad Paranormal, comparado con este tipo es Alfred Hitchcock. No ayudó tampoco que en la trama los protagonistas sean atacados por unos bichitos pedorros que aparentemente serían piedras lunares que tienen vida y nunca se llegan a ver. Salvo que seas geólogo este concepto no podría resultar menos atractivo. Uno recuerda lo que hizo hace poco el director Duncan Jones (el hijo de de David Bowie) con Moon, una historia completamente superior, que también tenía que ver con astronautas con problemas en el espacio y al ver esto te deprimís. El terror brilla por su ausencia a lo largo de toda la película, al igual que el suspenso. El film ni siquiera logra establecer una empatía con los personajes principales, cuyo destino no podría importarnos menos, pese a que el director intenta conmover al público con imágenes de archivo donde vemos a los astronautas con sus familiares. Tampoco es de extrañar que esta película sea mala teniendo en cuenta que fue producida por un director mediocre de películas de acción como es Timur Bekmambetov (Wanted). Un sujeto que cree que el cine de acción y la consola Play Station son la misma cosa. Lo más gracioso de todo esto es que el productor Bob Weinstein, quien piensa que la gente que vive fuera de Hollywood es estúpida, intentó vender en los medios la idea que Apollo 18 no era una película de ficción, sino que se trataba de una cinta clandestina que habían encontrado! Por supuesto nadie se tomó en serio semejante huevada y la campaña de marketing fracasó por completo. Hacia el final de la historia utilizaron un discurso de John F.Kennedy, sacado totalmente de contexto, para darle mayor realismo a la trama de un modo tan infantil que resulta gracioso. Esta película es impresentable y sería una falta de respeto al género catalogarla como una propuesta de terror. La mejor recomendación que se puede hacer es esperar a la semana que viene el estreno de La noche del miedo que es una propuesta superior y mucho más entretenida.
El director Neil Burger, quien hace unos años brindó esa excelente película que fue El ilusionista regresa con otro buen thriller, que cumple con el objetivo de brindar un buen entretenimiento bien realizado. Probablemente lo más importante de Sin Límites es que se trata de un film que le permitió a Bradley Cooper demostrar lo buen actor que es y lo subestimado que está en Hollywood. Con este film probó que está para mucho más que hacer de galán cancherito en las comedias románticas. Burger presentó en este caso un film con una narración muy ágil que presenta el conflicto sin muchos preludios y logra mantenerte enganchado hasta el final. En esta película trabajó con más hincapié en los efectos visuales, que en este caso tienen que ver con lo efectos que le produce al protagonista una droga que es la que dispara todo el conflicto, Los efectos están muy bien elaborados y le otorgaron un interesante estilo visual al film El mensaje que deja la historia sobre las drogas es un poco ambiguo y parecería por momentos que consumir basura es el camino para que la gente desarrolle sus máximos potenciales, aunque por otra parte, no crea que este sea un film para analizar el tema en serio. Algo que se le puede objetar a la película es la manera en que trabajaron a la mafia rusa que es totalmente estereotipada, pero esto ya es algo normal en Hollywood. Sin límites es esa clase de películas como 8 minutos antes de morir (Jake Gyllenhaal) que no son producciones emblemáticas pero están bien hechas, tienen buenos actores y lograr hacerte pasar un buen rato en el cine. Al menos cuando la historia termina no vas correr a la boletería a reclamar el dinero de tu entrada (como si te estimula hacer Apollo 18) y eso es una buena noticia.
Amigos con beneficios cuenta con la gran desventaja de ser la tercera comedia romántica en lo que va del año que trata exactamente el mismo tema. Otra vez todo gira en torno a una pareja de amigos que se proponen tener sexo sin compromiso y después se terminan enamorando. Primero fue el turno de Amigos con derechos, con Natalie Portman y Ashton Kutcher, luego le tocó el turno a De amor y otras adicciones con Jake Gyllenhaal y Anne Hathaway, que si bien tenía elementos dramáticos, el conflicto que vivían los protagonistas era muy similar, y ahora llega un nuevo film que explora otra vez la misma temática. La particularidad de esta propuesta producida por los hermanos Zucker (La pistola desnuda) es que dentro de estas tres opciones es por lejos la más entretenida y gran parte de esto se debe a que Amigos con beneficios de alguna manera es una sátira de las comedias románticas norteamericanas. El film está muy bien llevado por Mila Kunis y Justin Timberlake, quienes tienen buena química y hacia el final cuando las situaciones dramáticas tienen más peso en la trama, los dos presentan buenas interpretaciones. Otro punto a favor que tuvo esta producción, con el que no contaron las dos películas anteriores que trabajaron el mismo tema, es el reparto secundario. Woody Harrelson, Patricia Clarkson y Richard Jenkins se destacan en cada escena en la que aparecen y para una historia trillada como esta la verdad que sumaron bastante. Es difícil por estos días encontrar grandes comedias románticas, como Medianoche en París, que uno pueda recomendar con entusiasmo porque este género en Hollywood no atraviesa desde hace unos años su mejor momento. Frente a ese panorama, Amigos con beneficios, sin llegar a ser una gran película, dentro de todo zafa un poco si la idea es entretenerse un rato con este tipo de historias.
La verdad oculta es un muy buen thriller político que se destaca por presentar otro gran trabajo actoral de Rachel Weisz y un tema que es de máxima actualidad como el tráfico de personas y la explotación sexual. La historia es muy interesante porque está basado en un hecho real que debería haber tenido mayor repercusión en los medios y en las Naciones Unidas. Kathryn Bolkov, es una ex policía de Nebraska que trabajó en Bosnia en 1999 en el Destacamento Policial Internacional (DPI), que en coordinación con las Naciones Unidas se encargaron de mantener la paz luego de la guerra civil que se produjo en esa región. Bolkov, que en la película es interpretada por Rachel Weisz, denunció el lado oscuro de las misiones internacionales de paz relacionado con la trata de blancas y la explotación sexual que cuenta con la complicidad del DPI, la OTAN y la ONU. La película es muy interesante porque se enfoca también en las empresas privadas norteamericanas que contratan gente para colaborar en las misiones de paz. A diferencia de otros países que cuentan con cuerpos de seguridad nacional como la gendarmería, en Estados Unidos el personal reclutado para el DPI proviene de contratistas privados que ganan una licitación y envían al personal a las misiones de paz. Al no tener ningún tipo de control la corrupción en estas compañías está a la orden del día. Se hicieron varias películas sobre el tráfico de personas, pero en este caso abordaron un aspecto que no es tan conocido y sigue vigente. Este estreno es un film duro que retrata esta temática con mucho realismo y se apoya en el talento de la protagonista para narrar la historia de esta policía que reveló un tema oculto por el simple hecho de hacer lo correcto. Otra buena película con Rachel Weisz.
Destino Final fue una de las grandes sorpresas que presentó la cartelera en el 2000. Un propuesta distinta que trabajo de manera original el subgénero de los slashers film (películas de asesinos) con un villano abstracto que no se podía vencer. Un muy buen film que además estuvo bien realizado. Desde entonces se hicieron varias secuelas que más que continuaciones en realidad fueron remakes de la producción original sin aportar demasiado, más allá de aumentar la cantidad de personajes muertos. Sin embargo, lo peor de todo fue que a partir de los últimos capítulos Destino Final se convirtió directamente en una comedia de humor negro. La nueva entrega es por lejos uno de los mejores filmes que se hicieron en esta saga y se destaca por traer de regreso a sus raíces a esta historia. Comparado con la bazofia de la cuarta parte esto es otro mundo. En primer lugar, Destino Final 5 sobresale por un excelente uso de las tres dimensiones. El trabajo que hicieron con el 3D es genial y la verdad que en este caso vale la pena ver la película en ese formato. Los créditos iniciales son fabulosos y en este punto la diferenta es abismal con Destino Final 4. La dirección en este caso corrió por cuenta de Steven Quale, un discípulo y colaborador de James Cameron, quien estuvo a cargo de la segunda unidad de Titanic y Avatar. Quale hizo muy buen trabajo construyendo los momentos de suspenso previos a las mutilaciones y el espectáculo gore. Otro aspecto para destacar es lo que hicieron con los efectos visuales, especialmente con las escenas sangrientas que claramente están mejor trabajadas que los últimos filmes. Lamentablemente la película no aporta ningún elemento nuevo a la historia y en el fondo todo es más de lo mismo. Algo que si está bueno es como conectaron la trama de este film con la de la primera película, que es el único aspecto que se puede destacar a nivel argumental. Destino Final hace rato que no da para más, porque ya exprimieron la serie al límite. Si esta película es realmente es la última entrega (y a juzgar por la pobre recaudación que hizo en la taquilla norteamericana es probable que lo sea) por lo menos cerraron la saga con dignidad.
Hace poco leía una crítica sobre este film donde el ignorante que escribía expresaba que no se podía esperar mucho de esta propuesta si la producción estaba basada en una película para televisión de los años ´70. Menos comprensión del cine y el género que Osvaldo Quiroga, que ya es un límite al que puede llegar el esnobismo y la ignorancia dentro de la crítica cinematográfica. Los años ´70 fueron emblemáticos para el cine de terror y las cosas que se hacían eran tan grosas que inclusive las producciones televisivas eran realmente geniales. Hubo dos películas que sobresalieron especialmente. Una de ellas fue Trilogía de Terror (1975), del director Dan Curtis, el mismo de Posesión Diabólica (Burnt Offerings), que protagonizo Karen Black y estaba basada en relatos de Richard Matheson (Soy leyenda). El otro caso es el de No le temas a la oscuridad, de 1973, que en su momento recibió críticas excelentes de la prensa y hoy es considerado uno de los clásicos más importantes de aquellos años. A lo que voy con esto es que esta remake que produjo Guillermo Del Toro se basa en una película que fue realmente importante en su momento. La nueva versión si bien toma el concepto del film original, la trama que presenta es muy distinta. Uno de los puntos fuertes de film es la temática que brinda esta remake que me pareció muy buena porque no se trata demasiado en el cine. Por lo general cuando se trabaja con duendes y hadas en las películas siempre se retrata a estos seres desde la mirada más positiva. Sin embargo, dentro de la literatura, muy especialmente la que pertenece a la cultura celta y germánica, son numerosos los relatos que existen donde los duendes y las hadas hacen cosas terribles. El rapto de personas y niños sobre todo, son un clásico de estas viejas leyendas. No le temas a la oscuridad tiene que ver con estas historias y la verdad que el tema estuvo muy bien trabajado. El inconveniente de este film me parece que pasa cuestiones narrativas. La versión original se destacaba por los climas de tensión y suspenso que generó el director John Newland a través de las sutilezas. La película lograba asustarte por medio de las cosas que no te mostraba, además de una soberbia banda de sonido de Marco Beltrami. La remake, en cambio, es más burda en ese sentido y me parece que al exponer tanto a los duendes diabólicos el film perdió la gracia enseguida. Además los efectos especiales no funcionan bien en todas las escenas y en algunos momentos se ven artificiales. Mejor trabajo hicieron con el diseño de producción que es fabuloso. No es de extrañar que los aspectos estéticos de este estreno representen las mejores cualidades de esta remake, teniendo en cuenta que el director Troy Nixey es un artista de cómics que se destacó por sus ilustraciones para la revista de Batman y la miniserie “Jenny Finn” de Mike Mignola (Hellboy) y la tiene clara a la hora de crear los ambientes perfectos para estos relatos. Toda la ambientación de la mansión donde transcurre el film es fabuloso y el reparto también hizo un buen trabajo. El tema es que el director no llegó a lograr lo mismo a la hora de trabajar el suspenso y la tensión. No le temas a la Oscuridad no es una película precisamente aterradora. En el Fantasia Film Festival, donde Guillermo Del Toro presentó oficialmente la película expresó que el film estaba dirigido a la generaciones más jóvenes de fans del terror de 12 y 13 años que es la edad en la que él descubrió la versión original de esta historia. En ese sentido la película cumplió su objetivo, ya que es el segmento del público que más va a disfrutar este estreno.
Quiero matar a mi jefe es una comedia entretenida que zafa para pasar un rato en el cine, pero podría haber sido un film mejor si los productores no hubieran estado desesperados por emular el éxito de ¿Qué pasó ayer? Es claro que la película se desarrolló debido al suceso de aquel film con Bradley Cooper e inclusive copiaron la misma dinámica de relaciones entre los tres protagonistas que es muy similar a la que tenían los actores de aquella comedia que sorprendió en el 2009. En 1999 Jennifer Aniston protagonizó una muy buena comedia como fue Enredos de oficina, dirigida por Mike Judge (El creador de Beavis and Butthead y Los reyes de la colina) que con mucho sarcasmo y cinismo se reía de las relaciones laborales. Una muy buena película donde unos empleados de una compañía se rebelaban contra sus maléficos jefes. La diferencia principal que presenta Quiero matar a mi jefe con aquel film es que este estreno directamente parece dirigido por Beavis and Butthead. Parecería que a raíz del éxito de ¿Qué pasó ayer? en adelante todas las comedias van a ser desarrolladas por el mismo camino, como si el humor ahora pasara por mostrar a un tipo que se pasa un cepillo de dientes por el culo y otras escenas de ese tipo. El tema es que cuando la comedia se centra exclusivamente en esa clase de situaciones la película deja de ser graciosa porque se vuelve repetitiva. La verdad es que por el reparto que tenía Quiero matar a mi jefe se podía esperar una película mucho mejor. La primera parte de la historia (antes que caiga de manera burda en la copia pobre ¿Qué paso ayer?) es la más lograda de esta producción, donde se destacan un poco los personajes de Kevin Spacey y Colin Farrel, pero después el film comienza a decaer cuando te das cuenta que el director Seth Gordon quería hacer otra comedia zarpadita con un argumento flojo. Una pena que no lo aprovecharan más a Farell en la historia, quien es por lejos el actor más gracioso de esta película. Quiero matar a mi jefe tiene momentos divertidos, pero por los actores que trabajaban yo por lo menos esperaba mucho más.
¿Cuándo le van a dar un Oscar a Andy Serkis? ¿Qué más tiene que demostrar para que los miembros de la Academia se aviven que es uno de los grandes artistas de la actualidad? Gollum en El Señor de los Anillos, King Kong y ahora el inolvidable mono César en esta gran película. Tres soberbios trabajos que van a quedar grabados en la mente de los espectadores mucho más que los papeles por los que fueron premiados recientemente Jeff Bridges y Colin Firth. Lo que hace Serkis es una fusión maravillosa de un gran trabajo en los efectos especiales con la actuación clásica. La tecnología CGI en este caso es el maquillaje virtual que termina de componer al personaje, que no sería lo mismo sin el talento e histrionismo de este gran artista Esta semana se estrena uno de los grandes tapados del 2011. Una película por la que nadie daba un peso. La verdad que este no era uno de los estrenos más anticipados del año, porque todavía estaba fresco el recuerdo de lo que hizo Tim Burton con esta historia en el 2001. Diez años después de aquella producción los estudios Fox decidieron relanzar esta clásica saga de ciencia ficción con una nueva trama que representa uno de los mejores trabajos que se hicieron en el cine con esta franquicia, inspirada por la novela francesa “El planeta de los simios”, de Pierre Boulle. De hecho, creo que es la mejor película que se hizo desde la original de 1968. Más allá de haber sido impecablemente realizada, el film sobresale por un gran guión que se enfoca en el factor humano y el soberbio trabajo interpretativo de Andy Serkis. La historia es un gran thriller pero además tiene una carga dramática importante que permite que uno pueda comprender, por ejemplo, algunas decisiones drásticas que toma en su desesperación el científico que interpreta James Franco. Es la primera vez que se hace una película de esta saga con escenas realmente emotivas. Es como si el director Ruper Wyatt le hubiera escapado a toda las estupideces que incluyó Tim Burton en su trabajo con estos personajes. La historia del mono César es brillante y por eso es tan importante el trabajo de Serkis, ya que con su interpretación le dio vida a este personaje de un modo especial, que le permite al público conectarse con las emociones que vive el animal a lo largo del conflicto. Toda la trama de cómo los monos se sublevaron frente a los humanos está muy bien construida y aborda un tema que nunca se había explorado de este modo en los filmes clásicos de los años ´70. Es cierto que La rebelión de los simios ( Conquer of the Planet of the Apes), de 1972, trabajó una premisa similar en su momento, pero la historia del origen de cómo los animales comenzaron a apoderarse del planeta en este estreno es mucho más profunda y emocionante. El director Wyatt narra muy bien la película y desde las primeras escenas te mete de lleno en la trama y logra que te mantengas enganchado hasta el final. Una de las grandes sorpresas del 2011 que no debería dejarse pasar.
El Weird Western es un loco subgénero literario que hizo popular a comienzos de los años años ´70 un señor llamado John R. Lansdale, quien además de escribir muy buenos cómics fue responsable de varios capítulos emblemáticos de la memorable serie animada de Batman, que hizo Bruce Timm en los años ´90. Este subgénero se caracteriza por combinar las historias clásicas de vaqueros con elementos fantásticos. En la década del ´70 este tipo de relatos eran super populares a tal punto que la editorial DC publicó con éxito la revista “Weird Western Tales”, donde surgió el personaje de Jonah Hex, que hoy es un clásico de los cómics. Ahora bien, lo que tuvo una buena recepción en las historietas o en los dibujos animados (la serie animada Bravestarr, de la productora Filmation, es otro gran ejemplo exitoso del Weird Western) en Hollywood también tuvo su momento de gloria décadas atrás dentro del cine clase B. Con este estreno el director de Iron Man, Jon Favreau, revivió un subgénero olvidado que brindó clásicos memorables como Riders of the Whistling Skull (el primer western sobrenatural de 1937), La Bestia de Hollow Mountain (que combinó cowboys con dinosaurios en 1956) y por supuesto los super clásicos de 1966, Jesse James contra la hija de Frankenstein y Billy The Kid Vs. Drácula. En las ultimas décadas se destacaron también Volver al futuro 3 (que jugó con en este subgénero) y House II. Los fracasos de Wild Wild West y Jonah Hex también son partes de este estilo de relatos. Cowboys & Aliens está basada en la novela gráfica homónima creada por Scott Mitchell Rosenberg, quien es uno de los productores principales de este estreno. Si había un cómic que jamás pensé que sería adaptado en el cine era este, ya que no es una historia muy conocida que digamos. Para mi gran sorpresa el creador de esta propuesta decidió cambiar toda la trama en la versión cinematográfica. La historia original tenía que ver con la alianza que formaban los vaqueros y los indios para combatir una invasión alienígena en 1873. Los indígenas tenían un rol clave en el conflicto. Este elemento que era interesante lamentablemente fue aniquilado en el film, donde los indios tienen una breve participación. La trama en este caso es mucho más bizarra que la del cómic, pero no por eso deja de ser entretenida. Jon Favreau se manejó muy bien con este subgénero y la verdad que Cowboys & Aliens es lo mejor que se hizo con este tipo de historias dentro del cine en muchísimo tiempo. No creo que sea una propuesta para todo el mundo, pero el que más o menos entiende por donde viene la mano con esta fusión de géneros, que representa el Weird Western, se puede entretener un rato.