La nueva entrega de Los Vengadores representa el final de la denominada etapa "Fase 2" del universo Marvel en el cine, que tuvo su mejor momento en la última película del Capitán América. De las últimas producciones del estudio, la historia del Soldado de Invierno terminó siendo la más destacada. En la Era de Ultrón el director Joss Whedon no defrauda a la hora de ofrecer un gran entretenimiento, pese a que este trabajo no está a la altura de lo que fue su labor previa con estos personajes. La gran debilidad que tiene este estreno (y creo que esto también lo vamos a percibir en las próximas películas de Marvel y DC) se relaciona con la política de los estudios de Hollywood de anunciar con tantos detalles los calendarios de estrenos para los próximo años. En consecuencia, es muy difícil crear situaciones de tensión y peligro para estos personajes cuando el público ya sabe que los protagonistas van a salvar el mundo al final de la historia, debido a que los superhéroes principales tienen que regresar para las secuelas. En el caso de esta película, Ultrón nunca llega a ser una amenaza importante para los Vengadores, que enfrentan diversos obstáculos sin grandes problemas. Para los héroes la acción se desarrolla en un terreno demasiado seguro donde los villanos no representan un gran desafío. Una cuestión que convierte a este film en una aventura más para estos personajes. De todos modos, es justo destacar la labor de Whedon porque enfrentó bastante bien estos elementos predecibles que tiene el argumento, debido a que ya sabemos que hay otros conflictos pendientes para el futuro. Uno de los elementos más atractivos de esta película es que el director aprovechó la historia para profundizar en la psicología y emociones de los protagonistas, algo que le dio un condimento especial a esta propuesta. Los personajes más beneficiados resultaron la Viuda Negra, donde Scarlett Johansson sobresale en una muy buena escena que revela acontecimientos de su pasado, y Hawkeye, quien finalmente tuvo el tratamiento que se merece. Jeremy Renner, quien interpretó al superhéroe en la entrega anterior de los Vengadores, manifestó en los medios su descontento con el rol que había tenido su personaje en aquella historia. El director Whedon había anunciado en su momento que Renner iba a ser recompensado en esta continuación y cumplió con su palabra. En la Era de Ultrón se puede ver una faceta distinta de Hawkeye e inclusive en los momentos de acción cobró más protagonismo. Entre las nuevas novedades sobresale la aparición del androide Visión, a cargo de Paul Bettany, que está muy bien caracterizado y seguramente tendrá más relevancia en futuras películas. No ocurre lo mismo con la Bruja Escarlata y Quicksilver, que parecen salidos de la serie de Buffy, la cazavampiros más que del universo Marvel. Elizabeth Olsen es una buena actriz pero la caracterización del personaje y su personalidad tienen poco que ver con la bruja mutante de los cómics. La misma situación se da con Quicksilver, que fue mejor trabajado por Bryan Singer en la última película de los X-Men. En los Vengadores es simplemente un pibe que corre rápido. Desde los aspectos visuales la película no defrauda en absoluto y tiene varias escenas imponentes. Destaco la primera secuencia de acción donde se presenta a los Vengadores que es extraordinaria y parece salida de las viñetas de un cómic y la pelea entre Hulk y Iron Man que brinda otro gran momento. Mención aparte merece el trabajo que hicieron con Ultrón donde se combinó a la perfección el tratamiento adecuado de los efectos digitales con la gran interpretación de James Spader. Si le vamos a buscar la quinta pata al gato, el personaje a veces se pasa con los comentarios sarcásticos pero no es nada grave que afecte al film. La desventaja de Ultrón pasa por el hecho que quedó convertido en un villano de turno y las consecuencias morales de su aparición no generaron mucha discordia entre los Vengadores. Hay un par de desencuentros entre el Capitán América y Tony Stark pero la cosa no pasa a mayores. Más allá de los elementos que cada espectador le pueda objetar a este film, en términos generales la continuación de Los Vengadores es una gran propuesta de acción y aventuras que brinda un buen entretenimiento con los superhéroes de Marvel en el cine.
De amor y dinero es una buena película de suspenso a la que le juega en contra la explotación que tuvieron en los últimos años las historias de estafadores. Sin embargo, si no te aburriste todavía con los relatos que ofrecen este tipo de personajes, el film protagonizado por Viggo Mortensen es una opción para tener en cuenta. La película es una muy buena adaptación de la novela de Patricia Highsmith, "Las dos caras de enero" y representa la ópera prima de Hossein Amini. Un realizador que cuenta con bastante experiencia en la adaptación de clásicos de la literatura y que en el pasado fue responsable de los guiones de Jude (Thomas Hardy), Killshot (Elmore Leonard) y Las cuatro plumas (A.E.W.Mason). En este caso encaró la obra de Highsmith con una marcada influencia cinematográfica de Alfred Hitchcock, quien en su momento trabajó una novela de esta autora en el clásico, Extraños en un tren (1950). Este enfoque que eligió Amini para abordar el conflicto de "Las dos caras de enero" es uno de los ganchos más atractivos del film, junto con la reconstrucción que hizo de la cultura de los años ´60. Viggo Mortensen y Kirten Dunst no es una pareja que uno hubiera imaginado para una película de este tipo, pero sorprendieron al gestar una muy buena dupla. Por otra parte, Oscar Isaac (Inside Llewyn Davis), quien se viene destacando con sus ultimas interpretaciones, completa el triángulo sobre el que se centra el misterio que propone el conflicto. El hecho que los roles del héroe y el villano no estén definidos de manera convencional en la trama contribuyó también a que la película sea mucho más atractiva pese al desgaste que tiene esta temática. La ventaja de ser una propuesta basada en una novela de Highsmith, sumado al hecho que el director supo hacerle justicia a la obra original, permitieron en definitiva que este film brindara un thriller decente que trabaja el género sin grandes pretensiones.
La última película de Hayao Miyazaki que representó su despedida del mundo de la animación. Se levanta el viento fue un proyecto radicalmente diferente a todo lo que hizo en su carrera y se centra en la historia de Jiro Horikoshi, un ingeniero que revolucionó la aviación japonesa, al crear los caza de combate que se utilizaron en la Segunda Guerra Mundial. Miyazaki narró esta historia previamente en un manga y en un principio no tenía intenciones de adaptar el cómic en el cine. La película que él iba a realizar en realidad era la continuación de Ponyo. Hayao no quería trabajar este relato en un largometraje porque sentía que el público que seguía sus producciones no se iba a conectar con esta propuesta, ya que no tenía nada que ver con sus obras anteriores. Sin embargo, los directores del estudio Ghibli lo convencieron para que concretara el proyecto debido a que se relacionaba con una de sus grandes pasiones como es la aviación. En esta oportunidad Miyazaki eligió contar un drama realista que narra la vida de Horikoshi, pero al mismo tiempo presenta un versión distorsionada de los hechos con una biografía extremadamente idílica e indulgente. Si uno se deja llevar por este film se queda con la idea que Horikoshi fue un muchacho inocente que sólo quería hacer aviones bellos y los militares terminaron por distorsionar sus obras. La realidad es que este hombre no trabajaba en un circo aéreo, sino que era un empleado del ejercito que se codeaba con miembros de los altos mandos y su tarea residía en crear aviones de combates para ser usados por el Imperio japonés. Nunca tuvo una vida sufrida ni complicada. Nació en un familia acomodada que le permitió acceder a una muy buena educación y dedicarse a lo que le gustaba. Los aviones que él diseñaba eran construidos con mano de obra esclava que provenía de China y Corea del Sur, un tema que el film nunca hace referencia. Por esa razón, creo que esta película debe ser tomada como una biografía imaginaria de Horikoshi. El ingeniero tampoco tuvo una esposa enferma de tuberculosis y ese es un elemento de la trama que Miyazaki tomó de la novela "Se levanta el viento", de Hori Tatsuo, que le dio el título a este film. Sí es cierto que Horikoshi siempre tuvo un terrible conflicto interno con el trabajo que hacía, algo que luego expresó en su libro de memorias. Amaba diseñar aviones pero no era feliz creando máquinas de combate y fue muy crítico en su momento con el ataque japonés a Pearl Harbor. Un aspecto muy interesante de esta historia que Miyazaki nunca llega a profundizar en el film, si bien queda establecida la postura del protagonista frente a la guerra. Se levanta el viento, por otra parte, presenta una narración muy irregular. El comienzo donde el director aborda la inocencia del protagonista durante su infancia brinda escenas fabulosas, pero después la trama se vuelve bastante densa cuando el conflicto se concentra en la carrera del ingeniero. Hay demasiadas escenas con situaciones que no aportan nada a la historia central y son simplemente viñetas de la vida Horikoshi. La película creo que levanta por completo cuando Miyazaki se concentra en los aspectos más humanos del protagonista. A partir del momento que aparece la chica que se convertirá en su esposa, el film se vuelve mucho más interesante y atractivo. Me encantó la historia de amor (aunque no haya existido en la vida real) entre Horikoshi y Satomi, que brinda momentos fabulosos. La escena en la que ello dos juegan con un avión de papel es tremenda. Esos breves momentos creo que son una mini obra maestra de la carrera de Miyazaki. También se destacan las secuencias de sueños de Horikoshi donde se encuentra con su mentor, el diseñador de aviones Giovanni Caproni. Sin embargo, la primera mitad de la película en mi caso se me hizo larga y densa. Supongo que por ese motivo esta producción no me apasionó como otras obras de Ghibli. Desde la realización Se levanta el viento está al nivel de lo que estamos acostumbrados a ver en una obra de este estudio. La reconstrucción del período histórico, que se desarrolla a lo largo de 40 años, es excelente y hay escenas imponentes como la del terremoto de 1923. En términos generales es una muy buena película de Miyazaki, pero me di cuenta que no es mi gran favorita de su filmografía. Me resulta extraño que se la califique como la obra maestra definitiva del director cuando no tiene nada que ver con todo lo que hizo a lo largo de su carrera. Obviamente recomiendo ver en el cine Se levanta el viento. En esta reseña yo compartí mi experiencia con la película, pero es un propuesta que si te gusta la animación no podés desconocer. Lo único negativo de este estreno es que no vamos a tener más películas de Miyazaki y se lo va a extrañar muchísimo.
En Big Eyes Tim Burton abandonó los mundos de fantasía y escenarios góticos, con los que suelen estar asociados sus proyectos, para narrar la historia real de la pintora Margaret Keane. Una artista que tuvo notoriedad en los años ´60 por sus cuadros con niños tristes y ojos enormes, que llegaron a ser bastante populares en su momento y tuvieron una influencia destacada en las producciones de Burton dentro del género de animación. El diseño de los personajes que aparecían en El extraño mundo de Jack y El cuerpo de la novia remitían bastante a los trabajos de Keane. Inclusive las Chicas Superpoderosas de Craig McCracken estuvieron inspiradas en estos retratos que llegaron a fascinar a los norteamericanos. Durante muchos años el esposo de la artista, Walter Keane, se adjudicó la autoría de sus obras hasta que la mujer lo demandó en un famoso litigio judicial que acaparó la atención de todos los medios de prensa. El nuevo trabajo de Burton se centra en el origen de este conflicto y su principal atracción pasa por las interpretaciones de los dos protagonistas y la fotografía de Bruno Delbonnel (Amelie), quien colaboró por segunda vez con el director después de su labor en Sombras tenebrosas. Amy Adams vuelve a demostrar la enorme versatilidad que tiene como actriz y en este caso se luce en el rol de Margaret Keane, una mujer que tuvo que luchar para conseguir su independencia creativa en una sociedad extremadamente machista como la que predominaba en los Estados Unidos a fines de los años ´50 y mediados de los ´60. Por su parte, Christoph Waltz domina sin problemas el rol del hombre malvado e inescrupuloso que trabajó en otras películas y ya está empezando a cansar. Aunque Big Eyes cuenta con el guión de Scott Alexander y Larry Karaszewski, la dupla responsable de Ed Wood (una de las grandes joyas de Tim Burton), la película sorprende por la superficialidad con la que se trataron temas interesantes que merecían un poco más de espacio en el argumento . Todo el contexto social en el que se desarrolló el caso de Margaret Keane se abordó sin demasiada profundidad y el film se centra en la anécdota del litigio entre el matrimonio. Nunca se explora la vida de la pintora antes de conocer a su marido, cómo se convirtió en artista, la fuente de inspiración de sus obras o la fascinación que tenía con esos personajes de ojos tristes que la hicieron famosa. Hay un montón de incógnitas relacionadas con la vida de esta mujer que en la película quedaron en la nada. Salvo por la escena en que Amy Adams se encuentra en un supermercado y empieza a observar al resto de los clientes como los personajes de sus pinturas, el estilo personal de Burton para narrar historias brilla por su ausencia. Big Eyes resultó por lejos la película más aséptica, impersonal y desapasionada de su filmografía. Toda la reconstrucción de los años ´60 está muy bien lograda, hay una linda fotografía y buenos actores, pero el film nunca llega a ser emocionante pese a que los hechos reales tenía los condimentos necesarios para abordar este conflicto con una mayor sensibilidad. Para tratarse de un artista que supo brindar películas creativas con elementos transgresores que iban a contramano de la industria Hollywoodense, este tipo de filmes correctos y desganados que presenta Burton en la actualidad dejan cierto sabor amargo. Pasaron 12 años de Un gran pez, la última gran historia de su filmografía, y desde entonces el alma y corazón que tenían sus trabajos se fue desvaneciendo con el paso del tiempo. Big Eyes es una película correcta y entretenida pero queda en el olvido después de su visión, algo que no solía ocurrir con las obras de este director.
El director Eduardo Sánchez, quien hace 15 años fue responsable de El proyecto Blair Witch, junto a Daniel Myrick, en su nuevo film trae de regreso a sus fuentes el subgénero del found footage. Esta clase de propuestas, que hoy terminaron por saturar en la cartelera, se originaron en 1972 con el documental falso, La leyenda de Boggy Creek, dirigida por Charles B. Pierce, quien fue el pionero en abordar el cine de terror con un enfoque narrativo diferente. Aquella historia giraba en torno a la aparición de la criatura Pie Grande en Arkanzas. El film fue un gran éxito en el momento de su estreno y tuvo dos continuaciones en 1977 y 1985. El monstruo luego dejó ser una figura aterradora en Hollywood para convertirse en un personaje más simpático en la clásica comedia de 1987, Pie Grande y los Henderson, protagonizada por John Lithgow. En Terror en el bosque, el director Sánchez vuelve a retomar el concepto de la Leyenda de Boggy Creek con un film que en su última media hora logra hacerle justicia a la clásica criatura mitológica. Lamentablemente antes que lleguen las escenas de terror decentes el cineasta trabaja una historia trillada con los clásicos jóvenes descerebrados que suelen aparecer en este tipo de filmes norteamericanos. En consecuencia, Pie Grande a los 15 minutos de haberse iniciado la película se convierte en el Charles Bronson de los monstruos mitológicos. Después de pasar media hora con los protagonistas es imposible como espectador no ponerse del lado de la criatura salvaje durante sus ataques. Un inconveniente que tiene esta producción, ya que se supone que la historia debería generar la reacción contraria. Si bien este regreso del director no aporta nada nuevo al subgénero del found footage, Terror en el bosque por lo menos llega a ser entretenida. Me pareció muy interesante que el clímax de la película se desarrollara de día, algo que no suele ser cotidiano en el cine de horror, ya que es más difícil sugestionar al espectador con las ambientaciones apropiadas. En la última media hora del film, donde la misteriosa criatura toma un protagonismo absoluto, Sánchez hizo un gran trabajo con las situaciones de tensión y las escenas de violencia. Algo que se vio favorecido también por la excelente caracterización que tuvo el monstruo. Pie Grande está muy bien logrado y el director supo trabajarlo de la manera adecuada para que el personaje no resultara un chiste. Antes tantas películas malas de este género que se viene estrenando en el último tiempo, Terror en el bosque por lo menos tiene sus buenos momentos. No es un film de visión imprescindible pero al menos consigue brindar en el clímax de la historia un entretenimiento decente. El Dato Loco: El monstruo fue interpretado por Brian Steele, quien trabajó el mismo personaje con un enfoque más amigable en la serie de televisión Pie Grande y los Henderson, basada en la película de 1987.
La historia de La Bella y la Bestia fue adaptada numerosas veces en el cine y la televisión con muy buenas producciones que trabajaron con distintos enfoques la clásica novela de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont. No recuerdo haber visto un film malo que se haya basado en este relato. En la actualidad las versiones más populares son el musical de Disney de 1991 y la serie de televisión de los años ´80 que protagonizaron Linda Hamilton y Ron Perlman. El espectador más cinéfilo y fanático del género de fantasía seguramente elegirá la obra maestra de Jean Cocteau, de 1946, que sobresalió por el extraordinario diseño de producción y los efectos de maquillaje de la Bestia que tuvieran una enorme influencia en centenares de producciones que vinieron después. Esta nueva producción francesa que llega a los cines fue dirigida por Christophe Gans, responsable de Necromicon, Silent Hill y ese entretenido y subestimado film de artes marciales y aventuras que fue Pacto de Lobos. La película de Gans adapta con bastante fidelidad la novela original de Leprice de Beaumont al mismo tiempo que expande el origen de los personajes principales, algo que no se había explorado con tanto detalle en ninguno de los filmes anteriores. Si bien el conflicto central no fue alterado, estos cambios que aportaron en la trama el director y la guionista Sandra Vo-Anh contribuyeron a recrear esta historia desde una óptica diferente. Christophe Gans es un cineasta que suele enfocarse mucho en los aspectos visuales de sus filmes, donde por lo general encontramos las mayores virtudes de sus películas. La Bella y la Bestia es claramente su producción más ambiciosa y ofrece secuencias extraordinarias. Toda la ambientación de cuentos de hadas que le dio a la película es excelente y ya desde las primeras escenas, la narración de Gans te envuelve en ese universo de fantasía en el que transcurre la trama. Hay momentos imponentes, como la escena en que Bella se adentra en los terrenos donde vive la misteriosa Bestia, que sobresalen por el impecable trabajo en el diseño de producción y la fotografía. El realizador francés puso muchísimo empeño en capturar los elementos mágicos de esta historia a través de los decorados, los vestuarios y la música que contribuyen a transportar al espectador a ese mundo tan especial y fascinante donde se desarrolla el conflicto. A nivel visual esta producción es un ejemplo brillante de como deberían verse las propuestas basadas en cuentos de hadas. Un punto débil de la película de Gans es el casting de la pareja protagónica, conformada por Vicent Cassel y Léa Seydoux, una de la nuevas chicas Bond que próximamente aparecerá en Spectre. Aunque los artistas presentan interpretaciones muy correctas, la química entre ellos brilló por su ausencia y esto generó que la historia de amor entre los personajes principales no tenga el peso que uno hubiera esperado. En esta cuestión pesó también el hecho que esta versión se concentra en la historia de la Bella y el protagonista masculino tuvo un rol más secundario. Por otra parte, desde los aspectos técnicos hay algunos efectos digitales que se ven artificiales y arruinan la atmósfera que había creado el director con las ambientaciones reales porque generan distracción. Es curioso que una superproducción importante como esta no pudiera ofrecer efectos de CGI más decentes. Afortunadamente este problema sólo se percibe en algunos momentos puntuales que tampoco arruinan la visión general de la película. Antes que esas aberraciones que fueron Maléfica (o Gatúbela con hadas) y la Blancanieves de Tarsen Singh con Julia Roberts, esta producción es mucho más decente. Con todas sus imperfecciones La Bella y la Bestia logra brindar una excelente propuesta de fantasía y merece su recomendación.
Seguramente En tus zapatos quedará en el recuerdo como mayor el fracaso comercial de la carrera de Adam Sandler. La película apenas recaudó 824 mil dólares y en Estados Unidos enseguida la levantaron de cartel. Ya sea que el público se cansó de Sandler o no interesó la propuesta, no deja de ser llamativo que le fuera tan mal porque tampoco es el peor trabajo de su filmografía. En el último tiempo el actor hizo filmes mucho más terribles que este como Jack y Jill y Son como niños 2 que eran comedias infumables, pese a que convocaron gente en los cines. Creo que a esta producción le jugó en contra el hecho de trabajar una fórmula que ya vimos en otras películas de Sandler. Nuevamente interpreta a un tipo común y corriente sin grandes aspiraciones que un día adquiere una habilidad especial a través de un elemento mágico y vive una serie de experiencias donde aprende varias lecciones de vida. Si en Click tenía la habilidad de manipular el tiempo con un control remoto, en este film es un zapatero que puede convertirse en otra persona cuando se prueba el calzado de sus clientes. El concepto del film está bueno, el problema es que el director y guionista Thomas McCarthy nunca tuvo claro lo que quería hacer con el conflicto y los personajes. En consecuencia, En tus zapatos terminó siendo un extraño híbrido de varios géneros que nunca termina por definirse. Durante el desarrollo de la trama el film cambia abruptamente de tono varias veces. Empieza como un drama serio, luego trabaja la comedia romántica y después se enfoca en el terreno de la intriga policial (con gángsters incluidos), algo que termina siendo bastante desconcertante. El director tarda una eternidad en presentar el conflicto y no hay tantas situaciones graciosas. El director McCarthy, quien fue guionista de Up y dirigió varios filmes independientes, evidentemente no le encontró la vuelta a esta historia y por esa razón la película no termina de convencer. Dustin Hoffman y Steve Buscemi tienen pequeñas participaciones que levantan por momentos un poco la trama, pero en general es un film olvidable que tal vez disfuten con más entusiasmo los fans de Adam Sandler .
¿Quién hubiera pensado que algún día nos terminaríamos emocionando con una película de acción de Vin Diesel? Más allá de las virtudes técnicas que presenta el film, esta séptima entrega de Rápido y furioso quedará en el recuerdo por el sentido homenaje que se le hizo a Paul Walker y la manera en que los realizadores sacaron adelante el proyecto luego de la muerte de uno de los protagonistas. La evolución que tuvo esta franquicia en los últimos años es extraordinaria y no tiene antecedentes en Hollywood. Cuando se estrenó la tercera parte, en el 2006, Rápido y furioso iba a camino a desaparecer en el cine. Las secuelas clase B realizadas para el dvd era el gran destino de esta franquicia. Sin embargo, los productores volvieron a juntar a los protagonistas del film original del 2001 y con una mayor apuesta en materia de acción y efectos especiales levantaron por completo la serie. La gran novedad de este nuevo capítulo es la incorporación de James Wan (SAW, El conjuro) en la dirección, quien reemplazó a Justin Lin, el cineasta a cargo de las últimas entregas. Esta película representa la segunda incursión de Wan en el género de acción, luego de Sentencia de muerte (Kevin Bacon). Un trabajo muy interesante que permite apreciar su talento y versatilidad como realizador, que va más allá del gran dominio que presentó hasta ahora en el género de terror. Si bien Wan mantuvo la estética y la música que caracterizaron los trabajos de Justin Lin, Rápido y furioso 7 elevó la calidad de las secuencias de acción con varios momentos extraordinarios. Ya de entrada, en los primeros minutos, la manera en que está filmada la pelea que tienen Jason Statham y The Rock (el pueblo cinéfilo siempre lo llamará de esa manera) se nota claramente que hay otro director a cargo que se propuso abordar la acción de un modo diferente. El trabajo que hizo Wan con los ángulos de las cámaras en esa escena es fantástico. Si algo quedó claro al ver Rápido y furioso 7 es que James Wan debería estar entre los candidatos para el próximo director de la saga de James Bond. La manera en que encaró el tratamiento de la acción parece muy influenciada por la saga de 007. Por ejemplo, la secuencia donde Diesel y Walker atraviesan de un salto en el aire tres edificios es un típico momento de una película de Bond. No importa que esas situaciones desafíen las leyes de la física y el sentido común, James Wan entendió claramente el concepto de esta saga y en materia de realización ofreció un trabajo brillante. Esta película además resultó un claro ejemplo de como se deben utilizar los efectos digitales de manera adecuada para evitar generar espectáculos artificiales. La historia presenta situaciones alocadas pero lo que ves en la pantalla siempre es creíble y no se nota el trabajo de la animación computada. Dentro del reparto no pasaron desapercibidas las incorporaciones de Jason Statham (en un atípico rol de villano) y una leyenda del género como Kurt Russell, quien le dio jerarquía al elenco. Para quienes somos seguidores del cine de artes marciales terminó siendo un poco decepcionante el debut hollywoodense de Tony Jaa (Ong Bak, The Bodyguard), una de las grandes estrellas de Tailandia, quien en esta producción quedó bastante desdibujado. Creo que esto tuvo que ver con una cuestión argumental donde Jaa no tenía demasiado lugar para destacarse y ya ocupaba Statham el rol de villano. Tony tiene un par de buenas escenas junto a Paul Walker pero son breves. A propósito de Walker, el modo en que los productores manejaron el tema de su muerte en esta produción es extraordinario. Había centeneres de variantes para elegir y optaron por la más inteligente y emotiva. Chandler seguramente va a mencionar los detalle técnicos en su reseña por lo que no me voy a detener en este punto. Lo que no puedo dejar de destacar es el soberbio homenaje que se le hace a Walker al final. El momento es muy emotivo porque Diesel expresa unas palabras que le salen del corazón. Es raro emocionarse con una película de acción, pero Rápido y furioso 7 genera esa reacción y por esa razón será recordada entre las grandes propuestas pochocleras del 2015.
Héctor y la búsqueda de la felicidad es probablemente uno de los filmes más serios y maduros que brindó Simon Pegg en su carrera. Lamentablemente esta propuesta se relaciona con una temática muy explotada en el último tiempo en Hollywood, que ya que pudimos ver en producciones similares como La vida de Walter Mitty (Ben Stiller) o Comer, rezar y amar (Julia Roberts). Otra vez nos encontramos con un personaje de cuarenta y pico de años que atraviesa una crisis personal y decide viajar alrededor del mundo para encontrarse a sí mismo y descubrir el secreto de la felicidad. Para variar, el protagonista elige lugares exóticos donde conoce otras personas que en algunos casos lo ayudan a tener una perspectiva diferente de la vida. Algo gracioso de estos filmes es que la búsqueda de la felicidad siempre depende de la capacidad económica que tengas para tomarte varios meses sabáticos y viajar por el planeta a lugares remotos. De otro modo, estás condenado a tener una vida miserable y aburrida. Pegg tiene algunos buenos momentos en el rol del excéntrico psiquiatra Héctor y hace una buena dupla con Rosemund Pike. Sin embargo, las enormes similitudes del argumento con la temática de Walter Mitty generan que la película se vuelva bastante trillada y predecible. La dirección corrió por cuenta de Peter Chelson, quien fue responsable del excelente film romántico, Señales de amor, con John Cusack y Kate Beckinsale. En este caso desarrolló una propuesta distinta que fusiona el drama con la comedia sin grandes resultados. No es una producción mediocre y tiene un gran reparto, pero cuesta bastante conectarse con una historia que repite los mismos conflictos que se trabajaron en filmes recientes. No hay ningún tipo de sorpresa en la trama y esto afecta la conexión que se podría gestar con los personajes. Para el fan de Simon Pegg tal vez puede resultar una opción interesante, debido a que el actor tiene un rol más introspectivo, pero más allá de esta cuestión no hay mayores elementos que se destaquen en esta producción.
Pierre Morel es uno de los mejores directores que surgieron en el género de acción en la última década. Un artista que empezó a trabajar en el cine como colaborador de Luc Besson y luego pasó a dirigir sus propias películas. Distrito 13 (2004), Búsqueda implacable (2009) y Sangre y amor en París (2010) sorprendieron por las elaboradas y emocionantes secuencias de acción, donde el cineasta abordó el género con enfoques diferentes. La ópera prima se centraba en las artes marciales, el thriller con Liam Neeson evocaba el cine de acción de los años ´70 y su último trabajo, protagonizado por John Travolta, estaba más en sintonía con las buddy movies de los años ´90. Si a esto le sumamos el hecho que el realizador se niega a filmar continuaciones de sus películas, ya que prefiere hacer cosas diferentes, Morel se convirtió en un artista muy interesante para seguir. The Gunman lamentablemente resultó la película más floja de su filmografía, a tal punto que no parece dirigida por él. La idea de ver una producción realizada por Morel, que además reunía en su elenco a Sean Penn, Javier Bardem, Idris Elba (Luther) y Ray Winstone, era una propuesta muy atractiva. Sin embargo, la cosas se dieron de otro modo y al terminar de ver el film queda cierta sensación de decepción, pese a que no es una mala película. El gran problema que tiene este proyecto personal de Penn es que desaprovechó por completo un equipo de artistas que estaba para más. Barden y Winstone tuvieron roles muy secundarios y el trabajo de Elba quedó limitado a una breve participación especial en la última parte de la trama. La historia que concibió Penn es una típica propuesta de Jean Claude Vann Damme de esas que el actor belga suele hacer para el dvd y ya se filmaron centenares de veces. Sin embargo, con un director como Morel y el reparto reunido se podía haber brindado un film más atractivo. Esas secuencias de acción soberbias, cargadas de tensión y adrenalina, que vimos en Búsqueda implacable o en Sangre y amor en París, acá brillaron por su ausencia y Morel presenta una película de acción bastante genérica que no está al nivel de sus labores anteriores. Las escenas de tiroteos y persecuciones fueron filmadas con mucha corrección pero no hay ningún momento que quede en el recuerdo luego de ver este film. The Gunman es una propuesta que parece concebida para el lucimiento exclusivo de Sean Penn, quien a los 54 años sorprendió con una notable transformación física que trae al recuerdo al Sylvester Stallone de mediados de los años ´80. Nadie hubiera imaginado que el protagonista de Río mistico un día se iba a convertir en el heredero de Cobra. Esta película representa su debut en el género de acción y Penn se desenvuelve en la historia como si fuera Dolph Lundgren y no hubiera hecho otro tipo de cosas en su vida. Obviamente la cámara se encarga de hacer lucir sus bíceps cada cinco minutos, algo que es comprensible después de semejante trabajo en el gimnasio. Si a los 54 años llegás con el mismo estado físico que tiene Penn en este film, creo que en adelante andás desnudo por la vida y nunca más te ponés una remera. Reitero, para los seguidores del cine de acción The Gunman no es para nada una mala propuesta, pero tampoco van a encontrar la película que se hubiera esperado teniendo en cuenta los artistas que fueron parte de este proyecto.