El pacto es una producción independiente de bajo presupuesto que fusionó de manera acertada el suspenso con el terror. Una película que ofrece una experiencia mucho más satisfcatoria de lo que fueron los estrenos recientes de los grandes estudios dentro de estos géneros. El film es la ópera prima del director Nicolas McCarthy, quien expandió en este largometraje lo que había sido su corto del 2011. Un trabajo que pueden encontrar en You Tube con el título de The Pact. Ese corto tuvo muy buena repercusión en el Festival de cine de Sundance y esto le permitió al realizador concretar su primera película. McCarthy se esforzó por tratar de evitar la mayor cantidad de clichés posibles dentro de una temática que encima está completamente quemada, por la cantidad de propuestas similares que se estrenaron en el último tiempo. En la actualidad el 95 por ciento de los filmes relacionados con el terror que llegan a los cines tienen que ver con misterios paranormales. El pacto es una buena película que está muy bien llevada por la narración del director, quien consiguió crear el suspenso necesario para que el espectador se enganche con el conflicto. También hay muy buen trabajo de los actores, donde encontramos entre las figuras más conocidas a Caspier Van Dien (protagonista de Starship Troopers) y Caity Lotz, quien actualmente es parte de la serie Arrow. Dentro de un año que viene flojo en materia de terror, El pacto es lo más decente que llegó a los cines y pese a que no se centra exclusivamente en este género está para tener en cuenta.
Segunda colaboración entre Jake Gyllenhaal y el director Denis Villeneuve, quienes brindaron el año pasado el thriller Prisioneros, del que también fue parte Hugh Jackman. En esta ocasión ofrecen una propuesta radicalmente diferente que se basa en la novela "El hombre duplicado", del escritor portugués José Saramago. Una película que seguramente dividirá las aguas entre los espectadores. Creo que habrá gente que la irá a ver dos veces más al cine y tal vez a otras personas les resulte un bodrio infumable. El director Villeneuve desarrolló un thriller psicológico cuya resolución se presta a varias interpretaciones y esto es lo que convierte a la película en una propuesta sumamente interesante. Es muy complicado analizar este film luego de una primera visión, porque la historia está plagada de simbolismos (malditas arañas) y es inevitable que se te escapen algunos detalles que luego pueden contribuir a cerrar mejor lo que un principio parecería ser un final desconcertante. En lo personal creo que toda las pistas están desparramadas en la trama y eso también es que lo hace tan fascinante a esta producción, que te invita a que vos busques las respuestas en lugar de que el director te sirva la resolución del enigma en bandeja. Cualquier amigo del cine de David Lynch o David Cronenberg probablemente va a encontrar en este film uno de los mejores estrenos del año, ya que el espíritu de las obras de esos realizadores está muy presente en El hombre duplicado. Una película que desde los aspectos técnicos sobresale por la narración del director Villeneuve, quien construye en apenas una hora y media un relato cautivante con logradas atmósferas de tensión, que logran envolver al espectador en las situaciones paranoicas que vive el protagonista. Algo que también se vio reforzado por la fotografía de Nicolas Bolduc y la música a cargo de Daniel Bensi y Saunder Jurriaans. El hombre duplicado representa además uno de los mejores trabajos en la carrera de Jake Gyllenhaal, quien ofrece una auténtica cátedra de actuación. Es fantástico lo que hizo al interpretar dos personajes y como a través de gestos sutiles, que tienen que ver con la expresión corporal, creó matices diferentes en las personalidades de los roles que compone. Esta es probablemente su película más rara junto con Donnie Darko, que también ofrecía una experiencia similar. Me refiero a que son películas que dejan mucha tela para cortar a la salida del cine y ailientan su discusión. Algo que no sucede con todos los estrenos semanales y por eso me parece que vale la pena darle una oportunidad y dejarse llevar por el juego que propone el director.
Un atípico estreno de Disney que logró colarse en la cartelera argentina. En los últimos años este estudio desarrolló numerosos filmes deportivos, basados en historia reales, que en los países latinos terminaron directamente en el Disney Channel. En la mayoría de los casos eran muy buenas películas pero tenían que ver con deportes que no son populares en nuestro país y por ese motivo las historias no generan interés en los cines. Podemos citar los casos de The Rookie (2002), con Dennis Quaid, sobre un jugador veterano de béisbol; Milagro (2004), con un excelente Kurt Russell, que narró la hazaña de la selección estadounidense de hockey sobre hielo en los Juegos Olímpicos de 1980; Invencible (2006), protagonizada por Mark Wahlberg, que se centraba en un jugador de fútbol americano; y Secretariat (2010), la historia del caballo de carrera que ganó la Triple Corona en Estados Unidos y estableció varios récords en esa disciplina. Un golpe de talento entra en la misma categoría. A diferencia de los filmes mencionados, esta producción no fue un éxito comercial en la taquilla norteamericana y recibió críticas regulares por parte de la prensa de ese país. John Hamm, conocido actor de la serie Mad Men, obtuvo con esta película su primer rol protagónico en una producción de los grandes estudios hollywoodenses, donde interpreta una especie de clon de Jerry Maguire. Un agente deportivo que en un momento complicado de su vida profesional decide crear un atípico concurso en la India para reclutar jugadores de béisbol en las Grandes Ligas de los Estados Unidos. Si bien no es un rol que vaya a disparar su carrera en el cine, Hamm está muy bien en esta producción que tiene todos los elementos que uno puede esperar de un film deportivo de Disney. Craig Guillespie, quien previamente hizo la remake de La hora del espanto, estuvo a cargo de la dirección, donde no pudo evitar los clichés que tiene el cine hollywoodense a la hora de retratar la cultura de la India. Esa tal vez es la mayor debilidad de esta producción. De todos modos la película es entretenida y se deja ver si no hay otra alternativa más interesante. Por eso me sorprendió que llegara a la cartelera, ya que es una propuesta que zafa en la televisión pero no es un film lo suficientemente atractivo como para pagar una entrada de cine.
En 1974 Mel Brooks estrenó Locuras en el Oeste (Blazing Saddles), una creativa sátira sobre el racismo que tuvieron los viejos filmes del western hollywoodense. Una película irreverente con el humor de este artista que hoy es un clásico. Desde entonces no hubo tantas comedias que se desarrollaran dentro de este género que no es tan sencillo de parodiar como parece. Los europeos también lo intentaron con los filmes de Lucky Luke, basados en el cómic, pero tampoco lograron ser producciones populares a nivel internacional. A Million Ways to Die in the West es probablemente la peor película y la más aburrida que se hizo con este tema. Después de 12 temporadas de la serie animada Padre de familia y el film Ted, parecería que Seth MacFarlane se volvió incapaz de hacer humor con otra cosa que no sea la escatología, las drogas y el sexo anal, una curiosa obsesión que tiene este muchacho. La película del oso de peluche fue divertida por el concepto absurdo que presentaba. La trama si bien tenía alguna que otra escena zarpada, el fuerte del film residía en la buena dupla que formaban Mark Wahlberg y MacFarlane, quien interpretaba la voz de Ted. Lejos de levantar la apuesta con una historia más divertida, el comediante en este caso presenta un film donde el humor se centra exclusivamente en situaciones gráficas de escatología y chistes burdos sobre sexo que parecen escritos por un pibe de 12 años. Algo curioso de este estreno es que los pocos momentos graciosos de la película son aquellos donde están ausentes las vulgaridades. Pequeños destellos de comicidad como la referencia a la actriz Mila Kunis, que es una pavada pero es divertida, o el cameo de un actor muy querido que te saca una sonrisa. Sin embargo, el film en general está muy lejos de ser una propuesta desopilante. De movida, MacFarlane no es gracioso cuando aparece en la pantalla como actor y su desempeño en el rol protagónico es bastante pobre. Dentro de la trama su labor no aporta nada interesante más allá de sus tediosos y reiterados monólogos sobre la dura vida del viejo Oeste. A diferencia de Ted, acá no hay personajes atractivos y buenos artistas como Sarah Silverman, Giovanni Rivisi y Liam Neeson estuvieron completamente desperdiciados. Charlize Theron es la única miembro del reparto cuyo personaje tiene una finalidad concreta en el argumento. La película es desastrosa como parodia del género y la mayoría de las situaciones cómicas están forzadas y no tienen gracia. Un claro ejemplo es el soporífero entrenamiento con el revólver del protagonista. Después están los trillados chistes de marihuana que Cheech y Chong ya hicieron en los años ´70 y eran más divertidos. Ahora bien, también es cierto que hay público para todo. Si te parece desopilante ver como un tipo se descompone y defeca en un sombrero, una oveja que orina sobre la cara de MacFarlane o una mujer a la que cuelgan restos de semen sobre su rostro (situación, que por cierto, los hermanos Farrelly presentaron 15 años atrás en Loco por Mary), esta es tu gran película del mes. Para un buen catador del humor escatológico el film seguramente será una experiencia religiosa, ya que McFarlane se esforzó por ofrecer una amplia gama de pedos con distintos sonidos a lo largo de la trama. Tampoco se le pide al director que se convierta en Woody Allen, pero me parece que podría levantar un poquito más el nivel de los chistes. En Padre de familia demostró un gran manejo de la ironía y creo que tiene la capacidad para hacer algo mejor . Ojalá Ted 2 resulte un poco más divertida.
Adam Sandler volvió a trabajar en esta producción con Drew Barrymore y el director Frank Coraci, con quienes había hecho años atrás El cantante de bodas (1998) y Como si fuera la primera vez (2004). Luna de miel en familia no logró tener la misma repercusión que aquellas películas en la taquilla de Estados Unidos pero resultó uno de los trabajos más decentes que brindó Sandler en el último tiempo. Esta es una comedia romántica muy entretenida que funciona por la excelente química que tienen los dos protagonistas, quienes en este caso estuvieron rodeados de un muy buen grupo de chicos que interpretan a sus hijos en la trama. A diferencia del film de Seth MacFarlane, esta propuesta tiene más momentos graciosos que logran hacerte reír con escenas que están muy bien ejecutadas por el director Coraci. Si bien la historia es bastante previsible y no hay grandes sorpresas en el argumento, la película logra ser entretenida por el trabajo del reparto, donde se armó un buen ensamble de actores. En esta producción sobresalen especialmente las locaciones en Sudáfrica, cuya belleza el director supo capturar con la cámara y la fabulosa interpretación de Terry Crews en un bizarro rol secundario. Deberían estrenarse más películas con Crews, quien se desenvuelve muy bien en la comedia y también lo demostró en series de televisión como Arrested development y Are we there yet? Acá está muy gracioso con un personaje completamente absurdo. De las tres comedias que brindaron la dupla Sandler-Barrymore, Luna de miel en familia es probable que resulte la menos recordada con el paso del tiempo. Sin embargo, eso no significa que no sea una buena propuesta dentro de este género que ofrece un momento ameno y entretenido en el cine.
Al filo del mañana es la adaptación hollywoodense de la novela ilustrada All You Need is Kill, de Hiroshi Zakurazaka, que previamente se trabajó en un manga japonés. Una historia que estuvo claramente inspirada por la película Hechizo del tiempo (Bill Murray), algo que también se hace evidente en esta versión cinematográfica. El concepto del personaje que vive una y otra vez el mismo día hasta que comprende que debe resolver alguna situación en este caso fue desarrollado dentro de un marco de ciencia ficción, a través de un conflicto relacionado con invasiones extraterrestres. La película representa un gran regreso del director Doug Liman, quien ofrece el mejor trabajo de su filmografía desde Identidad desconocida, la primera entrega de la saga de Jason Bourne. En esta ocasión apostó a una producción más ambiciosa en términos visuales que sobresale en la realización de las escenas de acción. La primera secuencia con la que sorprende la trama, donde se presenta una especie de Batalla de Normandía futurista, es imponente y Liman hizo un gran trabajo al recrear el caos de una situación de combate, desde la óptica del protagonista que no está familiarizado en un principio con la violencia. Un condimento interesante de la historia es que Tom Cruise no interpreta al clásico héroe perfecto que suele encarnar en sus filmes, sino que con el transcurso del conflicto su personaje se adapta de a poco a la guerra que enfrenta la humanidad con unos bichos alienígenas. William Cage no es un soldado sino un publicista que trabaja para el ejército norteamericano y se ve obligado a lidiar con la violencia del campo de batalla sin ningún tipo de entrenamiento y experiencia en combate. El film, si bien parece una fusión de Starship Troopers (Paul Verhoeven) con Hechizo del tiempo, brinda una atractiva producción de ciencia ficción donde el director Liman hizo un gran trabajo con el suspenso del conflicto. Cada vez que la trama corre el riesgo de volverse redundante surge una nueva situación que complica a los protagonistas y de esa manera el argumento logra ser interesante hasta su conclusión. En esta cuestión también jugó un papel clave la excelente edición de James Herbert, frecuente colaborador del cineasta Guy Ritchie. La verdad que Tom Cruise está muy bien en esta película y hace una buena pareja con Emily Blunt, una actriz que no suele aparecer con frecuencia en este tipo de filmes. Salvo que directamente no te enganches con el género, no hay motivos para no disfrutar de Al filo del mañana que está muy bien hecha y ofrece un entretenimiento decente.
Maléfica fue una de las más grandes creaciones que brindó Marc Davis en su carrera, uno de los colaboradores principales de Walt Disney. Nos referimos a una de las mejores villanas que se concibieron en la historia de la animación. La autoproclamada "Ama de todos los males" resultó una de las principales atracciones que tuvo La Bella Durmiente en 1959 y la realidad es que nunca se supo demasiado acerca de su origen. Por esa razón, este estreno despertaba cierto atractivo por ver cómo trabajaban este aspecto del hada malvada. La gran paradoja de esta nueva película es que presenta una versión extremadamente endulcorada y liviana de lo que fue la icónica villana de la obra de Disney. Este film distorsionó por completo la creación de Marc Davis al convertirla en un forzado ícono feminista donde Maléfica ahora es la gran heroína de la trama. El argumento de esta producción fracasó en los campos donde Frozen sobresalió al presentar un óptica diferente de otra gran villana de la literatura como es la Reina de las nieves. La diferencia es que en aquella propuesta animada, Elsa, era un personaje rico cuya personalidad tenía distintos matices, mientras que el papel de Angelina Jolie quedó reducido a un rol más trillado. Maléfica fue convertida en una hada que cometió algunos errores en su vida , pero en el fondo tiene un buen corazón y vela por la seguridad de Aurora. Al encarar el personaje por esta vía, la guionista Linda Wooverlton eliminó todos los elementos que hicieron a esta histórica villana un personaje tan atractivo y apasionante. En lugar de contar la caída en desgracia del hada, que tal vez hubiera sido más interesante, la convirtieron en una heroína forzada que no termina de convencer. Cuando Maléfica deja de ser Maléfica la trama pierde su gracia por completo. Es como si Cruella de Vil salvara a los cachorros en el final de 101 Dálmatas o la bruja Úrsula se convirtiera en la mentora y guía de La sirenita. No está mal que intentarán hacer algo distinto con el personaje, pero en este caso derraparon con las modificaciones y la distorsionaron demasiado. Por otra parte, La princesa Aurora, interpretada por Elle Fanning, en esta versión quedó relegada a ser una joven pasiva e insulsa que está completamente pintada en la trama y no tiene mucho que hacer en el conflicto, más que ponerse en peligro para ser salvada por su otrora enemiga . El nuevo malvado es el Rey Stefan, interpretado por Sharlto Colpley (Distrito 9) que apenas llega a ser desarrollado y nunca queda claro por qué odia a la protagonista. Angelina Jolie luce bárbara con la vestimenta de Maléfica pero interpreta otro personaje, que muy poco tiene que ver con la malvada que todos conocemos. La película fue dirigida por Robert Stromberg, quien fue responsable del diseño de producción de Oz, el poderoso y Alicia en el País de la Maravillas, de Tim Burton. Su ópera prima como realizador sobresale principalmente en la ambientación de la historia que es fabulosa y presenta muy buenos escenarios. No se puede decir lo mismo de su narración donde apenas logra desarrollar los personajes principales y todo se resuelve demasiado rápido, como si el estudio Disney hubiera estado desesperado por hacer una película de 97 minutos. Me parece que la idea de convertir a Maléfica en una heroína fue un error terrible porque el personaje perdió su atractivo. Sin embargo, también sería una exageración afirmar que es una producción mala. Angelina dentro de todo le puso onda a su rol pese a que no es la Maléfica que se hubiera esperado de ella. Seguramente los chicos, sobre todo las niñas, se entretendrán un rato en el cine, pero eso no quiere decir que vean una gran película que recuerden con el paso del tiempo. Esperemos que la nueva versión de la Cenicienta que se viene, dirigida por Kenneth Branagh, le haga más justicia a los grandes clásicos de fantasía.
Días del futuro pasado es una de las historias más populares que surgieron en los cómics de los X-Men. Una trama publicada originalmente en 1981 que se desarrolló en apenas dos números (el 141 y 142 de Uncanny X-Men), donde los artistas Chris Claremont, John Byrne y Terry Austin sorprendieron a los lectores con un conflicto que transcurría en un futuro alternativo distópico. Marvel ya había adaptado varias veces este relato en sus producciones dentro de la animación. Primero en la excelente serie de los X-Men de 1994, luego en Wolverine y los X-men (2009) y más recientemente, con un enfoque infantil orientado a los niños, en El escuadrón de Superhéroes. En el caso de esta nueva película los productores tomaron la esencia del conflicto del cómic y la trasladaron al universo de ficción cinematográfico. Nos encontramos ante un glorioso regreso del director Bryan Singer, quien vuelve a presentar un trabajo al nivel de lo que fueron sus películas anteriores con estos personajes. Junto con X-Men 2 me parece que este estreno es el mejor film de los mutantes hasta la fecha. Días del futuro pasado contiene todos los elementos que generaron que las primeras películas fueran tan elogiadas. Es decir, un guión con una trama interesante y la magnífica narración de Singer, quien presenta un film de más dos horas donde logra capturar la atención del espectador desde la escena inicial. James McAvoy , Michael Fassbender, Hugh Jackman y Jennifer Lawrence son los actores que llevan adelante la historia y en consecuencia, quienes más logran destacarse dentro del reparto. Entre las novedades que presenta esta producción sobresale la aparición de Quicksilver (el hijo de Magneto en los cómics), quien es protagonista de una escena de antología en esta saga. Se trata de una secuencia de acción donde el mutante hace uso de sus poderes y que Bryan Singer la convirtió en una obra de pura belleza cinematográfica. La musicalización y la ejecución general de la escena es simplemente brillante. Puedo imaginarme a los espectadores hablando del gran momento de Quicksilver a la salida del cine. Un personaje que uno hubiera deseado que tuviera más participación, ya que el trabajo del actor Evan Peters (American Horror Story) también es muy bueno. Por otra parte, esta producción de Singer consiguió el equilibrio perfecto entre el suspenso que ofrece este clásico argumento de los cómics y las numerosas escenas de acción, que llegan a ser impactantes desde los aspectos visuales. Tenemos una nueva película de los X-Men realizada por el director que revivió las historias de superhéroes en Hollywood. Era una apuesta segura que no podía decepcionar y dentro de este género la verdad que es una gran película. El Dato Loco: Para los espectadores comiqueros principalmente. En una escena del film aparece Len Wein, el creador de Wolverine, en un loco cameo como Congresista de Washington.
La bicicleta verde es una muy buena película que logró hacer historia en el cine por dos motivos. Se trata de la primera producción filmada íntegramente en Arabia Saudita que además fue dirigida por una mujer de ese país, algo que no tenía antecedentes. La trama tiene como protagonista a Wadjda, una niña de 10 años, que está obsesionada con tener una bicicleta para demostrarle a su amigo Abdullah que puede ganarle en una carrera. Un deseo que prácticamente es una misión imposible de concretar para ella, ya que por el simple hecho de haber nacido mujer tiene prohibido, entre tantas otras cosas, subirse a una bicicleta, algo que en su país se considera una ofensa irreparable para la dignidad y virtud de las niñas. En ese contexto el pequeño sueño de Wadjda se termina por convertir en algo más que un simple capricho infantil. Representa un desafío a la sumisión que la cultura de esa región impone a las libertades individuales de las mujeres. A través de una historia muy sencilla la directora Haifa Al-Mainsour expone con mucha inteligencia las numerosas restricciones cotidianas que tienen las mujeres arabes y la hipocresía que existe también en esa sociedad frente a estas cuestiones. La película consigue retratar de manera contundente estos temas que vive un país que muy lentamente empieza abrirse a la posibilidad de un cambio. No es un dato menor que en este 2014 las mujeres árabes podrán acceder por primera vez al derecho al voto, con la posibilidad de presentarse como candidatas políticas en las elecciones locales. Recientemente en Arabia Saudita las mujeres, que también tienen prohibido manejar autos, salieron a las calles con sus vehículos para manifestarse frente a esta restricción. El avance es muy lento pero es claro que hoy hay una apertura al cambio que no existía hace algunos años. La concreción de esta película es otro claro ejemplo de ello. Una década atrás hubiera sido imposible esperar una producción de Arabia Saudita que trabajara estos temas. Más allá de esta cuestión, desde los aspectos artísticos la película sobresale por el trabajo de la actriz Waad Mohammed, sobrina de la directora, en cuyas espaldas reposa todo el conflicto de la historia, y sorprende con una interpretación muy espontánea. Una labor que le permite al espectador conectarse con las emociones y frustraciones que vive su personaje. Esta es una gran propuesta que se suma a la cartelera esta semana y recomiendo tener en cuenta.
Muerte en Buenos Aires es al género policial lo que Los Wachiturros a la música. Una historia que trae al recuerdo las películas malas que solían hacer en este estilo Rodolfo Ranni y Gerardo Romano en las décadas del ´80 y ´90. La única diferencia es que este estreno presenta un trabajo decente en los aspectos técnicos de realización. La trama es tan mala como Maldita cocaína, con Osvaldo Laport, con la particularidad que está mejor filmada. En el caso de esta producción nos encontramos con una muy buena labor de fotografía y una lograda reconstrucción de los años ´80. Es una lástima porque son recursos que se desperdiciaron en un argumento pobre y aburrido. Cualquier guionista que hubiera leído en su vida un libro de Elmore Leonard, Joseph Wambaugh o James Ellroy jamás podría concebir una historia tan mala como Muerte en Buenos Aires, porque hubiera aprendido de estos maestros a evitar los clichés estúpidos que afectan a las propuestas mediocres de este género. No te gusta la literatura, tenés una auténtica universidad del cine policial en los trabajos de directores como Sam Fuller, Sam Peckinpah, Umberto Lenzi, Enzo Castellari, William Friedkin o David Ayer. La verdad que uno ve lo que hace la BBC en series como Luther (Idris Elba) y después te encontrás con esto en el cine argentino y te dan ganas de llorar. La trama es completamente inverosímil de entrada. Un cabo novato de la Policía Federal con total facilidad termina trabajando en un caso mediático de homicidio junto al detective de una brigada, simplemente porque se trata de un muchacho colaborador. Lo que sigue a continuación es un collage de lugares comunes y situaciones ridículas que son desarrolladas con personajes estereotipados. El juez que interpreta Emilio Disi, el comisario de Hugo Arana o el gay trillado que compone Carlos Casella parecen más caricaturas que personas reales . En una escena Demián Bichir se despide del Chino Darín y entra a su casa. El policía se descambia y se acuesta luego de la jornada de trabajo. Mientras duerme, su hijo toma un revólver y lo dispara accidentalmente. Entonces de la nada aparece Darín, quien escuchó el disparo con su oído bioníco, e irrumpe en la habitación de Bichir para salvar al niño y quitarle el arma. Escenas ridículas como esa abundan en el film y son la que generan que uno mire esta película hasta el final simplemente para reírse de lo mala que es. Ni hablar de la relación forzada que se gesta entre los dos protagonistas que entra directamente en el terreno de lo bizarro. Dentro del reparto, Demián Bichir se esforzó por brindar una interpretación decente pese al material que le brindaba el guión. Cosa que no ocurre con el Chino Darín y Mónica Antonópulos, quienes no resultan creíbles en los roles de policías. En el caso de la actriz, con el transcurso de la historia, su personaje queda completamente desdibujado y no tiene mucho para hacer en el conflicto. Por otra parte, la directora Natalia Meta nunca logra construir con su narración situaciones de tensión y suspenso sólidas que generen interés por la trama que se presenta. Un elemento clave en una propuesta de estas características. Antes de perder tiempo y dinero con Muerte en Buenos Aires la mejor recomendación que se le puede hacer a un amante de este género es buscar la excelente miniserie de la BBC, Line of duty, que ofrece una gran historia policial en serio.