Dustin Hoffman decidió debutar como director con esta historia basada en la obra de teatro inglesa “Quartet” de Ronald Harwood, quien fuera guionista del film de Roman Polanski, El pianista. Esta es una producción que a varios espectadores les puede traer al recuerdo El exótico Hotel Marigold, que se estrenó hace un tiempo en los cines. El punto en común con aquel film es que los protagonistas también son jubilados ingleses y es una propuesta de bajo presupuesto que se apoya principalmente en las interpretaciones del reparto. Hoffman reunió en este caso a actores grossos como Maggie Smith, Billy Connelly y Michael Gambon, que es un placer verlos trabajar juntos en una comedia como la que propone este estreno. Artistas que hoy por lo general trabajan como personajes secundarios en películas más comerciales acá tenemos la posibilidad de verlos como protagonistas donde brillan en una entretenida historias de enredos. Dustin Hoffman eligió un proyecto chiquito sin grandes ambiciones de producción que se concentra en lo que él mejor domina que es la actuación del reparto y una buena historia que tienen momentos entretenidos y otros emotivos. Una buena película que presenta otra faceta de esta leyenda de Hollywood.
En trance es otra tremenda muestra de la versatilidad que tiene como artista el director Danny Boyle. Eso es lo que genera que cada vez que llega al cine un trabajo nuevo de él se lo espere con entusiasmo porque sabés que va a ofrecer algo distinto que seguramente no tiene nada que ver con lo que fue su última película. En este caso brinda un atrapante thriller que parece haber sido inspirado por las novelas de Jim Thompson, que es recordado por haber sido el escritor más negro de los policiales negros. Historias como “1280 almas”, “La Huída”o “The Killer inside me” presentaban personajes seriamente perturbados que hacían cosas terribles o desencadenaban hechos trágicos y se diferenciaban de otras propuestas literarias de este género. Si bien la película no se basa en ningún trabajo de Thompson la trama fue trabajada como una clásica novela negra de esas que te sorprenden con los giros inesperados del conflicto o los secretos que se revelan de sus protagonistas. Boyle en esta ocasión volvió a trabajar con uno de sus clásicos colabores en el guión como es John Hodge, quien fue responsable de Tumba al ras de la tierra, Trainspotting, Una vida ordinaria y La playa. En trance claramente es un regreso de Boyle a lo que fueron sus primeros filmes, como Tumba especialmente, que presentaban conflictos oscuros y apasionantes. Su nueva producción comienza como una típica historia de ladrones profesionales que luego deriva en un thriller psicológico que se vuelve más complejo. La realidad es que mientras menos sepas de la trama más la vas a disfrutar. Sí se puede destacar que el trabajo de Boyle en la dirección nuevamente es de primer nivel y logra que uno como espectador se conecte por completo en el relato. A nivel visual la película está a la altura de lo que solemos encontrar en sus producciones, como una impecable fotografía que logra que hasta las escenas más perturbadoras de esta propuesta se vean bellas. Boyle además es uno de los realizadores que mejor sabe utilizar la música como instrumento de narración en el cine y acá manejó la banda sonora como los dioses. Por otra parte, la trama está sostenida por muy buenos actores donde se destacan principalmente Rosario Dawson y James McAvoy, quien siempre cumple. Hasta ahora no encontré un film malo de él o donde su trabajo por lo menos sea decepcionante. Igual que Joseph Gordon Levitt es toda una garantía encontrarlo en una película. Disfruté mucho de este retorno de Danny Boyle a los thrillers oscuros y definitivamente lo recomiendo.
Después de la saga Crepúsculo no somos pocos lo que vemos en los créditos de un film la frase “basada en una novela de Stephenie Meyer” y nos preparamos para una tortura insufrible. Sin embargo, eso no ocurrió con La huésped, que como propuesta cinematográfica, resultó una producción claramente superior si se la compara con la serie de los pseudo vampiros o la mediocre Hermosas Criaturas que se estrenó hace unos meses. La trama, que en este caso se encamina más por el lado de la ciencia ficción, es muchísimo más llevadera e interesante y lo más importante tal vez es que detrás de este film hubo un equipo de artistas decentes. En principio te encontrás con un elenco de actores profesionales que no dan vergüenza ajena en sus interpretaciones y llevan muy bien los personajes, un director competente y situaciones sentimentales que no parecen salidas de una telenovela mexicana. Tres elementos claves para disfrutar de un film que combina el romance con la fantasía y hacen que la experiencia no sea tan terrible como uno podría haber imaginado en un comienzo. Andrew Niccol es un muy bien director que en el pasado hizo filmes memorables como The Truman Show y Gattaca, con Ethan Hawke y Uma Thurman, que fueron muy elogiados en los ´90 y hace unos años brindó El señor de la guerra que fue una interesante producción con Nicolas Cage sobre el mercado ilegal de las armas. En el caso de La huésped creo que su profesionalismo como realizador sumado al talento de Saoirse Ronan lograron que la película no terminara siendo otra propuesta tonta para adolescentes. Niccol logra generar interés con el misterio de la trama, donde evitó caer en muchos clichés que tienen las historias de invasiones alienígenas. Salvando las distancias, el concepto de la ocupación extraterrestre en la Tierra en este caso fue trabajado más en la línea de La invasión de los usurpadores de cuerpo, donde el conflicto se desarrollaba más por el camino del suspenso que la acción. Acá no hay grandes batallas y secuencias de acción ni naves espaciales. Los invasores, que en este caso son una combinación de empleados autómatas de la Iglesia Universal del Reino de Dios con fanáticos del Arte de vivir, que visten siempre de blanco, operan de un modo distinto a lo que vimos en otros filmes a la hora de someter a los humanos. La historia es rara y es eso lo que genera también cierto interés. Saoirse Ronan que interpreta dos personajes distintos se cargó toda la película al hombro y es quien la saca adelante. Por otra parte, el romance de la trama es menos estúpido y meloso de lo que vimos en la anterior obra de Stephenie Meyer y presenta un triángulo amoroso distinto, ya que los personajes principales masculinos se enamoran de personas diferentes que habitan el mismo cuerpo. Un concepto bizarro que me pareció interesante ya que trabaja esta cuestión por otro camino. A La huésped le faltó un repaso más al guión para trabajar mejor algunas cuestiones que no se terminan de entender bien, como el desarrollo de los personajes extraterrestres y las motivaciones de sus conquista que termina siendo algo confusa. La trama ofrece un mundo de ficción interesante que nunca llega a ser bien explorado. De todos modos, matar a esta película, como ocurrió en otros países, simplemente porque es una historia de la autora de Crepúsculo es una gran estupidez. Desde lo cinematográfico son propuestas completamente distintas. La huésped no es una obra memorable del género ni mucho menos, pero está bien realizada y brinda un buen entretenimiento. No la sufrí para nada, algo que le agradezco al director Niccol y Saoirse Ronan cuyos trabajos, reitero, fueron la clave de este estreno.
Palabras robadas es una película que el año pasado fue masacrada por la crítica norteamericana de manera innecesaria. No es para nada una producción desastrosa y no queda claro porque tantos medios le pegaron tan duro. Este film fue dirigido por el actor Brian Klugman (Cloverfield) y Lee Sternthal, guionista de Tron: El Legado y brinda una interesante propuesta sobre el mundo de los escritores. La particularidad de esta producción es que fue concebida como una especie de mamushka cinematográfica donde se narra una historia que contienen otras historias dentro del conflicto. Dennis Quaid es un escritor que presenta un libro llamado “The Words” (el título original del film) que se centra en un autor que plagió una obra y se hizo famoso con ese material que pertenecía a otra artista. Ese argumento es protagonizado por Bradley Cooper y Zoey Zaldana que luego abre la puerta a otra historia que está relacionada con el material robado. El concepto de las historias que se ramifican entre sí no es nuevo y se hicieron otros filmes similares en el pasado, pero Palabras robadas está bien narrada y logra capturar la atención del espectador desde las primeras escenas. Esa es tal vez su principal virtud. Me pareció un poco desafortunado que los directores le dieran tanto peso al recurso de la narración en off que con el correr del tiempo se vuelve algo densa. Por momento queda la sensación que más que una película estamos frente a uno de esos audiolibros que le encantan consumir a los yankees que no tiene problemas de visión pero son vagos para la lectura. La historia de Bradley Cooper y la otra subtrama que transcurre en los años ´40 son las más interesantes de la película. Al pobre Dennis Quaid le tocó el segmento más flojo con Olivia Wilde, actriz con la que no tuvo ningún tipo de química. En Palabras robadas los dilemas éticos y la propiedad intelectual se mezclan con los amores contrariados para ofrecer una buena película muy entretenida que sobresale principalmente por el trabajo del reparto. Al ser tan golpeada por los medios norteamericanos pensé que me iba a encontrar con algo terrible y nada de eso sucedió. La película es un buen drama que se disfruta y tranquilamente se puede tener en cuenta entra los estrenos de esta semana.
Con algunas abolladuras severas en la armadura Iron Man logró dentro de todo vencer a uno de los grandes villanos de Hollywood como es la satánica tercera película de una saga. Siempre es complicada la tercera entrega de una serie porque por lo general se pierde el foco y se arruinan las cosas buenas que se habían hecho previamente. Superman lo sufrió en su momento con el protagonismo de Richard Pryor en el film de 1981 y Batman con la incorporación de Robin en el primer trabajo de Joel Schumacher con el personaje. Ni hablar de Spiderman 3 de Sam Raimi, que decepcionó a muchos, por citar un par de casos. La tercera película nunca es sencilla y podría referirme a otros géneros también. Mi balance de este esperado estreno es positivo más allá de algunas cosas que no me gustaron para nada y ahora voy a comentar sin quemarles la propuesta. Antes quiero mencionar otra cosa. Shane Black bienvenido a Hollywood otra vez! El director de esta entrega de Iron Man no es muy conocido de nombre salvo por los fanáticos del género de acción. Shane fue el creador de dos queridos personajes como los policías Martin Riggs y Roger Murtaugh de Arma Mortal y además escribió El último boy scout, uno de los mejores filmes de Tony Scott con Bruce Willis y esa joya cinéfila, injustamente castigada por los hombres grises de la crítica como fue El último gran héroe, con Arnold Schwazenegger (sí, banco a muerte esa película). Black debutó como director en el 2005 con un excelente policial negro protagonizado por Robert Downey Jr. y Val Kilmer, Kiss Kiss Bang Bang, que no pasó por los cines argentinos. Es obvio que terminó dirigiendo Iron Man 3 gracias al protagonista de este estreno que lo recomendó, ya que de otro modo jamás en la vida a los productores de Marvel se les hubiera ocurrido contratar a Black. No porque sea malo, sino que no es un nombre al que acuden los estudios con frecuencia cuando buscan un realizador. La verdad que su trabajo en la narración es muy bueno y en esta entrega brinda secuencias de acción espectaculares que están impecablemente ejecutadas. Shane Black entiende bien la acción en el cine y acá hizo un trabajo fabuloso donde inclusive lleva el conflicto del argumento con más suspenso que los trabajos anteriores de Jon Favreau (muy loco como engordó recientemente). A nivel técnico Iron Man 3 es genial, pero lamentablemente no puedo decir lo mismo del guión, donde el director también tuvo su responsabilidad. Mi problema concreto con esta película es lo que hicieron con El Mandarín que resultó completamente decepcionante y bochornoso. Para que se entienda. El Mandarín es a Iron Man lo que el Guasón a Batman. En otras palabras, su enemigo más groso que merecía otro tratamiento. Nos referimos a uno de los villanos más importantes en la historia de los cómics de Marvel. Hace dos películas que se lo venía esperando y cuando finalmente lo incluyeron en la trama uno se encuentra con esto que hicieron y la verdad que no me gustó para nada. Es complicado porque no puedo extenderme más en esta reseña con el tema. Simplemente expresar que no puedo comprender lo que quisieron hacer cuando tenían la oportunidad de aprovechar un personaje importantísimo relacionado con esta historia. O sea, entiendo que el universo Marvel del cine es distinto al de los cómics y tal vez quisieron darle una vuelta loca al personaje, pero me parece que se fueron al demonio con las modificaciones y no funcionó. Por lo menos para mí. Es raro porque Marvel venía siendo cuidadoso con estas cosas y acá derraparon mal. Ojalá esto simplemente represente un tropiezo y no signifique el inicio de algo peor en futuros filmes. Después hay algunos agujeros argumentales en la secuencia final de acción que no cierran demasiado. El guión es raro y es donde se encuentra la gran debilidad de Iron Man 3. La trama en este caso estuvo vagamente inspirada en el cómic de Warren Ellis, “Extremis”, que en el 2005 contribuyó a renovar la historieta de Iron Man después de muchos años. Robert Downey Jr. ya está completamente consolidado con este personaje y jamás podrá ser reemplazado con otra figura. Nuevamente todo el peso de la película cae en su interpretación que brinda muy buenos momentos y lleva la película adelante con su carisma. Iron Man 3 aunque no está en términos argumentales a la altura de los filmes anteriores presenta un gran espectáculo pochoclero que se disfruta en el cine.
Esta película fue el último proyecto que llegó a concebir el director Tony Scott junto a su hermano Ridley. La trama fue escrita por el actor protagonista de la serie Prison Break, Wentworth Miller y en este caso los Scott delegaron la dirección en uno de los grandes realizadores actuales de Corea del sur, como es Chan wook-Park. Seguramente si anduviera por Buenos Aires y viera que los afiches promocionan su nuevo trabajo con la frase “del aclamado director de Old Boy” se moriría de risa porque le costó mucho poder construir una carrera en el cine y los elogios no vinieron enseguida. Los primeros filmes que hizo en su país durante los años ´90 fueron un desastre absoluto a tal punto que durante años Chan estuvo trabajando como crítico de cine en medios de Corea porque no podía hacer nada en el mundo del cine. Su gran oportunidad llegó en el 2000 con ese tremendo thriller que fue Joint Security Area (ver link), que fue como si hubiera hecho un pacto con el Diablo, al mejor estilo Robert Johnson, porque un día de repente surgió un maestro de la narración que estaba dormido y por el que nadie daba dos pesos. Por supuesto el talento ya lo tenía, lo que pasa que no había encontrado el proyecto adecuado para destacarse. Esa película, más allá de brindar un tremendo thriller, fue un fenómeno taquillero en Asia y luego vinieron sus oscuras y retorcidas historias de venganza como Simpathy for Mr. Vengeance, Sympathy for Lady Vengeance y la más famosa a nivel internacional que fue Old Boy, la única que se estrenó en los cines argentinos. También están buenas sus películas romanticonas como “Soy un ciborg, pero está bien”, que no se difunden y son bizarrísimas. Stoker representa el debut del cineasta en Hollywood, industria que actualmente busca con frecuencia a los artistas coreanos. La verdad que fue una buena elección de los hermanos Scott porque el material era el adecuado para wook-Park. De movida, es importante destacar que si bien el film no está a la misma altura de sus trabajos anteriores y la trama nunca llega a ser tan desquiciada como los cuentos que brindó en el pasado, Stoker es un muy buen trhiller que sobresale principalmente por su labor en la narración. Creo que con otro director hubiera sido una propuesta hollywoodense más. Chan me parece que supo llevarla por otro lado. En esencia, Stoker es Chan wook-Park jugando en el terreno de Alfred Hitchcock. Acá no hay escenas de violencia gráfica perturbadoras como la de sus otros filmes y el foco de la producción está puesto en el misterio que envuelve a estos personajes. Es interesante que por lo general en las historias del director, se nos presentan personajes que llevan vidas en apariencia normales y luego viven odiseas que los hacen descender al Infierno. Stoker arranca directamente en el Infierno y desde los primeros minutos se nos deja en claro que los integrantes de esta familia están totalmente pirados y detrás de la fachada social se esconden secretos oscuros. También está bueno el título Stoker porque directamente uno lo asocia con el terror por Drácula y si bien acá no hay vampiros, el horror en este caso está presente a través de lo psicológico. Chan wook-Park, al igual que hizo el cineasta Kim Jee-woon en El último desafío (Schwarzenegger),viajó a Hollywood con su clásico director de fotografía Chung Chung-hoon, quien brinda nuevamente una labor extraordinaria. Stoker sobresale en términos más técnicos claramente por la fotografía y la también excelente edición de Nicholas de Toth (Duro de matar 4) que se fusionó muy bien con el estilo narrativo del realizador coreano. Los tres protagonistas están excelentes y se destaca especialmente Mia Wasikowska, quien vuelve a demostrar su versatilidad como actriz. Lo cierto es que Chan wook-Park no defraudó en su debut hollywoodense y brinda otro atractivo thriller que logra mantenerte interesado en el conflicto durante 99 minutos. No creo que se convierta en un clásico de la filmografía de este director pero es una muy buena opción para tener en cuenta en los cines.
Gabrielle Muccino es un director italiano que trascendió internacionalmente por su película El último beso, que luego tuvo una olvidable remake norteamericana. El suceso de aquel film hizo que despertara interés en Hollywood y así fue que terminó realizando En busca de la felicidad, que brindó un gran trabajo actoral de Will Smith y su hijo Jaden. Jugando por amor es la segunda apuesta de Muccino en Estados Unidos, donde fue literalmente masacrado por la prensa de ese país. Sinceramente no me pareció que la película fuera tan terrible para que castigaran al director con tanta saña, donde en algunos casos hasta lo catalogaron de misógino. No entiendo que les pasó a los críticos yankees con esta producción. Dentro de las comedias románticas el cine norteamericano ofreció filmes muchísimos peores que este que no recibieron tantos palos. Si viste El último beso te das cuenta que este fue un proyecto que Muccino hizo por encargo, ya que hay un abismo entre ambas obras, pero tampoco es tan terrible como para matarla. Gerard Butler se maneja muy bien con los momentos humorísticos y está rodeado de buenos actores como Dennis Quaid y Catherine Zeta Jones. Si bien la trama es predecible y ya la vimos en otras películas, el director lleva muy bien la historia apoyado en un buen elenco. No es un relato que emocione y uno lo recuerde como uno de los grandes filmes románticos de los últimos tiempos, pero zafa y brinda un buen entretenimiento dentro de este género.
Tadeo, el explorador perdido, es una muy buena opción para los más chicos. La película es otra clara muestra del crecimiento que tuvo en estos últimos años la industria española en materia de animación. El director Enrique Gato creó a este personaje que es una versión torpe de Indiana Jones en un cortometraje que ganó numerosos premios, entre ellos el Goya en el 2006, y en esta oportunidad expandió el concepto en un largometraje. La película presenta un argumento muy sencillo, cuyo contenido no tiene nada que envidiarle a las últimas entregas de Madagascar y La era de hielo, y se centra principalmente en la acción y la aventura que es en los aspectos donde se brindan los mejores momentos del film. También está muy logrado el trabajo que hicieron con el retrato de Cusco, Machu Picchu y otro zonas conocidas de Perú, donde transcurre la mayor parte de la trama. Tadeo fue un éxito importante en España y hace unos meses sorprendió también en la taquilla peruana. La verdad que no es una propuesta precisamente memorable dentro de este género, pero la animación es decente y el film está muy bien pensado para el público infantil que es el target al que apunta esta producción. En Argentina llega por suerte con un muy buen doblaje latino donde se destacan algunas leyendas de este campo como Esteban Siller (la recordada voz de Gárgamel en los Pitufos) y Jesse Conde (El señor Cara de Papa en Toy Story), cuyas voces pueden llegar a ser reconocidas por los adultos ya que aparecieron en centenares de dibujos animados. Es justo destacar también el trabajo de la cantante Belinda, quien interpretó al principal personaje femenino en un excelente tono neutro, a tal punto que jamás en la vida te enterarías que lo hizo ella, ya que no suena con acento mexicano. De hecho, después de escuchar el tema que grabó para este film y se escucha en los créditos finales creo que es mejor actriz de doblaje que cantante. Es interesante el éxito de Tadeo porque no tiene ningún elemento que genere una bisagra en la animación europea pero es un producto bien realizado que supo llegar a los chicos. Si la idea es ir al cine con niños esta es una buena propuesta que se puede tener en cuenta.
911 Llamada Mortal es un proyecto que fue creado inicialmente para una serie de televisión y luego decidieron convertirlo en una película. No habría que extrañarse si en el futuro se concreta la realización de este programa porque el concepto es excelente. Se trata de un drama policial donde se sigue un caso desde la mirada y la labor de los operadores del 911. Es muy interesante porque esto jamás se había tratado en profundidad hasta ahora en el género policial. El trabajo de los operadores es completamente estresante y ellos son los primeros que toman contacto con las víctimas en los hechos. Por lo general en la ficción siempre tienen un rol secundario pese a que su labor es extremadamente importante. El director Brad Anderson, quien fue responsable del film El maquinista, con Christian Bale, hizo un gran trabajo retratando el funcionamiento del departamento de operadores del 911 y la manera en que se asiste a las víctimas con la tecnología de la actualidad. Anderson que trabajó además en excelentes series policiales como The Shield y The Killing brinda un gran thriller durante 80 minutos dentro de los 96 que dura el film. Lamentablemente y de manera inexplicable su película derrapa horriblemente en el acto final donde el guión destruye por completo todo lo bueno que habían construido hasta ese momento el cineasta y los actores. Llamada mortal venía bárbaro hasta que los guionistas tuvieron la poco feliz idea de emular El silencio de los inocentes como solución para resolver el conflicto. El final no es igual al de aquella película, pero tiene esa onda que no está en sintonía con el resto de la trama. Es muy loco el caso de este estreno porque te deja la extraña sensación que durante la filmación cambiaron la historia y terminaron haciendo otra cosa. El personaje de Halle Berry, que durante 80 minutos es interpretado con cierto realismo, en la última parte emprende acciones incomprensibles y estúpidas dentro del conflicto, que por momentos representa un insulto a la inteligencia de los espectadores. El problema es que la manera en que actúa la protagonista va a contramano de lo que había sido el personaje durante todo el film. Es una pena porque Llamada mortal está bien narrada y brinda buenas actuaciones además de Abigail Breslin (Pequeña Miss Sunshine) y Michael Eklund (Watchmen), quien compone a un odioso psicópata. El director Anderson construyó un buen thriller que durante casi toda la trama te mantiene completamente enganchado con los acontecimientos que se dan en el conflicto. Sin embargo, la emoción se disuelve cuando la conclusión se convierte en una huevada hollywoodense que no tiene sentido. Todavía no termino de entender como arruinaron la película de esa manera cuando tenían disponible una muy buena idea conceptual. Pero bueno, así son las cosas en Hollywood en estos días.
Joseph Kosinski es uno de los directores nuevos más interesantes que surgieron en estos últimos años en Hollywood. El cineasta sobresalió primero en el mundo de la publicidad por sus comerciales realizados con animación computada y en el cine se destacó con lo que fue su ópera prima, Tron: Legacy, en mi opinión, una excelente secuela del clásico de Disney. En este caso presenta Oblivion, que es la adaptación del cómic homónimo que escribió junto con Arvid Nelson, que todavía no se publicó. Esto es muy loco porque Kosinski tardó menos tiempo en hacer la película con Tom Cruise que en tener editada la novela gráfica en las librerías. Su nuevo film es una producción muy influenciada por el viejo cine de ciencia ficción de los años ´70, al que este estreno parece rendirle homenaje. Me refiero a clásicos memorables como La amenaza de Andrómeda (1971), de Robert Wise, La máquina del Día del Juicio Final (1972), Naves misteriosas (1972), con Bruce Dern, y Zardoz (1974) por mencionar algunos casos. También está un poco presente el espíritu apocalíptico de El planeta de los simios, pese a que acá no hay monos ni monstruos involucrados en el argumento. Me quedó la sensación que este tipo de historias tuvo un peso importante en la concepción de Oblivion. El director Kosinski nuevamente presentó otra obra impecable en materia de realización que tiene algunos puntos en común con lo que fue Tron: Legacy en materia de música y fotografía. Lo interesante de este film es que el cineasta durante el 80 por ciento de la trama sostiene todo el relato y el misterio del conflicto con tres actores: Tom Cruise, Olga Kurylenko y Andrea Riseborough. Después se incorporan más personajes en la trama pero el núcleo de la historia se concentra en la relación de los tres protagonistas. Las secuencias de acción están muy bien logradas, al igual que los escenarios futuristas y pese a que el film puede traer al recuerdo a numerosas producciones clásicas que se hicieron en el pasado, Oblivion es una propuesta de ciencia ficción que brindar un buen entretenimiento.