Una extraña enfermedad se desató y las personas que se contagian mueren en cuestión de horas debido a una extraña gripe. Es por esto que Paul vive en su casa aislada en el bosque junto a su esposa e hijo. Luego de morir el abuelo de la familia, intentan re acomodarse, pero un extraño asalta la casa buscando provisiones para su propia familia. Paul deberá ver hasta que punto confía en esta persona que se instalara en su casa junto a los suyos. Lo primero que tenemos que hacer al hablar de Viene de Noche (It Comes at Night en su nombre original), es que se lo está vendiendo como un film de terror, cuando dista bastante de serlo. Y si bien tiene elementos de horror, o más bien de suspenso, estamos más ante un drama introspectivo que sobre un film de sustos. Un buen ejemplo para comparar Viene de Noche, seria Maggie, esa película de hace un par de años con Arnold Schwarzenegger donde tenía una hija que se convertía en zombie. Bueno, la cinta que hoy nos ocupa es bastante similar a la del austríaco, ya que pasa en una sola locación, con pocos personajes, y explorando los sentimientos de estos más que la situación a la que deben enfrentarse. Para sacar esto adelante se necesitan buenos personajes, con los que el espectador debe sentirse identificado y empatizar en sus emociones. Y acá es cuando Viene de Noche empieza a flaquear, ya que estamos ante una familia x que no conocemos, y que poco y nada se cuenta de ellos, solo una breve introducción al inicio de la cinta y ya. Si bien lo que pasa puede tornarse tétrico (mas si uno tiene familia), jamás nos llegaremos a querer a estos protagonistas. Pero así como estos personajes son bastante acartonados, logran salir a flote gracias al trabajo de los actores, en especial el de Joel Edgerton quien se carga el film a sus espaldas. El director, guionista (aunque en esta ocasión no ejerce esos roles) y actor transmite toda la desesperación que sentiría un padre de familia al tener que proteger a los suyos de un mundo cada vez más violento y con una enfermedad letal. A los personajes planos los salvan los actores, pero el mayor defecto de Viene de Noche es su duración. Estas películas tan chiquitas tanto en presupuesto, personajes y locaciones, no tienen que durar demasiado ya que dependen de que la idea original se sostenga; y en Viene de Noche en más de un momento sentimos que se estiran las situaciones para poder llegar al horario mínimo de un film; dándonos a pensar que quizás lo mejor era hacer un mediometraje. Viene de Noche es una buena película a secas. Con buenos actores pero personajes mediocres, con interesantes escenas de suspenso y drama y momentos muertos que se tornan casi aburridos. Mucho dependerá del espectador y su estado de ánimo para pasarla bien o bostezar a los pocos minutos.
Kenny Wells es un hombre de negocios desesperado por tener un golpe de suerte. Ya casi en la banca rota, decide asociarse con un geólogo para explotar una zona virgen de Indonesia en la búsqueda de oro. De golpe la fortuna de Wells da un giro y se convierte en un millonario ambicioso que no duda en traicionar o asociarse con quien sea con tal de aumentar su riqueza. Pero todo tiene su precio. Hoy nos toca hablar del caso real de Kenny Wells, en El Poder de la Ambición (Gold en su nombre original), film que retrata uno de los casos más sonados en el mundo de la búsqueda del oro, y que trata de retratarnos de forma “creíble” lo sucedido en la realidad. Ni bien empieza El Poder de la Ambición, podemos notar un paralelismo con El Lobo de Wall Street. En ambas tenemos un protagonista ambicioso, que apuesta sus últimas cartas a un negocio que si sale mal lo perderá todo. Así como también vemos su ascenso y posterior caída debido a que una vez en la cúspide de la ola, estas personas no supieron cómo manejarse, ni cuándo decir basta y retirarse como ganadores, o creyéndose por sobre la ley. Pero así como se parecen en temática, El Poder de la Ambición dista bastante ya que le falta el grado de comicidad que manejaba el film de Martin Scorsese; y por sobretodo, falta el propio Scorsese detrás de cámara. Con esto no decimos que el trabajo del director Stephen Gaghan sea malo, pero si miramos su escaso curriculum como director, nos damos cuenta que sus mejores trabajos son como guionista y no como realizador. Si esta película logra destacar un poco por sobre la media, es por la actuación de Matthew McConaughey, quien pese a estar bien secundado por Edgar Ramírez y Bryce Dallas Howard; es quien carga con todo el peso de la película, saliendo prácticamente en cada escena y volviendo a cambiar su físico (esta vez engordando y usando la prótesis de un ridículo diente). Está claro que el actor del apellido complicado de escribir ya a esta altura puede interpretar casi cualquier rol sostener con su presencia un film; pero con eso solo no basta para sacar adelante un buena producción. El Poder de la Ambición está lejos de ser una mala película, pero teniendo en cuenta que relata un hecho real, y más aún viendo que es sobre el mundo de la minería y la obtención de oro, como producto final termina teniendo gusto a poco. El guión cumple y ya, pero la falta de desfachatez, humor ácido o una verdadera crítica social a ese ambiente, hace que nos quede una cinta correcta; cuando había potencial para hacer algo bastante mejor y que pueda competir en los cines contra los tanques hollywoodenses.
Leo (Peter Lanzani) vive como puede, de lo que consigue, ya sea legal o no. Ahora se encarga de filmar a una amiga teniendo sexo con clientes adinerados, para luego extorsionarlos. Pero todo cambia en su vida cuando el último de estos hombres está involucrado en la venta de una fórmula con un peligroso empresario. Como testigo de un crimen, deberá escaparse por las calles de Buenos Aires, en los lugares más insólitos, mientras busca la manera de salir de este problema con vida. Hoy nos toca hablar de Sólo se vive una vez, un film argentino que ya desde el elenco no puede dejar indiferente a cualquier espectador; una mezcla de actores nacionales (provenientes del drama, films serios o comediantes) con otros intérpretes internacionales y con bastante renombre, tanto que asombra verlos en un producto local. Hay películas que ya desde el diseño del poster nos avisan cómo tiene que prepararse el espectador antes de entrar a la sala de cine. En este caso si uno veía el afiche y luego el tráiler, sabía que Sólo se vive una vez es de esas cintas que nunca se toman en serio a sí mismas; más aun si tenemos en cuenta que se trata de una comedia de acción. Si uno entra en este juego, se va a divertir; además de que cada actor está bien en su rol, por más pequeño que sea su personaje, al grado de tener sus cinco minutos para lucirse. Pero también hay que hablar de las cosas negativas que nos presenta el film, siendo la mayor de ellas ciertos excesos que dejan en claro que estamos ante un producto argento. Y eso se logra haciendo abuso de malas palabras e insultos, que en algunos momentos suenan graciosos pero en otros ya saturan y aburren, más si el espectador no es de Argentina. Otro factor en contra es que si bien estamos ante una comedia de acción y que todos hicieron bien en no tomarse el proyecto demasiado en serio, en más de una ocasión algunos actores ya exageran esto último y casi que les falta guiñar a cámara luego de un chiste; chistes que encima no son tan efectivos y que en medio de esa catarata de gags pasan sin mucha gracia. Pese a todo, los intérpretes tienen el suficiente carisma como para sacar adelante una película que quizás en manos de otros hubiese sido vapuleada por todos lados. Teniendo en cuenta esto, y que es una trama pensada honestamente para divertir, la mayoría que vaya al cine a verla va a pasar un buen momento.
La vida de Gloria parece que no puede ir peor. Aunque ella no lo admita, tiene graves problemas con el alcohol, motivo por el cual su novio la echa de su casa y debe volver al barrio de su infancia, a vivir en un enorme caserón desamueblado. Así se vuelve a ver con viejos conocidos de su época de infante. Pero además que la situación no mejora, al otro lado del mundo, en Seúl, aparece un enorme monstruo que destroza la ciudad siempre a la misma hora. Hoy nos toca hablar de la nueva cinta dirigida por el español Nacho Vigalondo, quien por muchísimos cinéfilos es amado y considerado un visionario, y unos pocos, pensamos que su filmografía se basa más que nada en grandes ideas muchas veces mal ejecutadas. Y algo de eso tiene Colossal. Como suele suceder en el cine de Vigalondo, la atractiva premisa sirve como excusa para contar otra cosa, algo que quedó más que claro en el film Extraterrestre. Ahora la historia central e importante, es la de Gloria y como debe re armar su vida luego de una separación, y una auto negación con su adicción al alcohol. Así es como vuelve a reunirse con viejos colegas, que al principio resultarán de ayuda pero a medida que avance el film vamos viendo que en realidad son un lastre para ella. Y si ustedes se preguntan ¿Qué tiene esto que ver con el kaiju (monstruo gigante) que está destruyendo todo en Seúl? Si, tiene bastante que ver, aunque la explicación la dejaremos para que la vean ustedes y decidan si es una tomadura de pelo o de verdad funciona. Y a riesgo de parecer reiterativo, este film NO ES DE KAIJUS, si quieren ver ciudades destrozadas por bichos enormes, vuelvan a ver Pacific Rim, porque en Colossal en muy pocas escenas podremos observar eso. A favor del film, por suerte esta vez Vigalondo contrató una actriz de verdad y Anne Hathaway está más que correcta en su rol de gloria. Logramos empatizar con ella y nos da lástima como va tirando su vida a la basura por no poder tomar una cerveza menos. Pero quien en realidad se come la película es Jason Sudeikis como Oscar. Lo vemos bastante alejado de los roles que suele hacer, en un papel que a veces intimida, y que ojalá lo veamos interpretar más seguido. Colossal es una propuesta correcta y ya. Como suele pasar con las últimas cintas de Nacho Vigalondo, podríamos decir que sus ideas se adaptarían mejor al formato de mediometraje que al de una película en sí, ya que una vez contado o puesto en escena lo que le interesaba contar, los films se sienten vacios y estirados sin necesidad. Una pena porque las premisas en sí, son bastante innovadoras.
Endel, un joven que fue prodigio en el arte de la esgrima, se encuentra en pleno escape de la policía rusa en la década de los 50. Así es como termina en un pequeño pueblo, ocultándose bajo un nombre falso y dando clases de gimnasia en el colegio local. Por el pedido de que forme un club deportivo y ante la falta de recursos que tiene, Endel ve en la esgrima el único deporte con el que puede hacer que los chicos se evadan de la cruda realidad en la que viven. Pero la paz no durará demasiado. Ya sabemos que la mayoría se empiezan a cansar de los films situados en esta época histórica, y más aún si son provenientes de países europeos donde no tienen una industria del cine demasiado desarrollada. Pero créanme que El Esgrimista no es el típico film sobre la guerra, donde se nos presentan varios golpes bajos para mostrar a los soldados como malos malísimos, y a un protagonista demasiado bueno, que ya roza lo poco creíble. Este quizás sea el mayor merito de El Esgrimista; que sus personajes sean personas comunes, que se ven involucradas en un contexto sociopolítico donde cada uno deberá tirar para el lado que más le convenga, evitándose encontronazos con la ley de la época. De hecho, apenas veremos soldados en esta película, ya que el “villano”, por así decirle, es un simple director de colegio, por ejemplo. Con respecto al protagonista, si bien el personaje se hace llevadero, nunca se indaga bien en su pasado. Y por ende, jamás podemos terminar de empatizar con él al 100%, ya que sólo sabemos que está en ese pueblo de incognito y que de a poco, y pese a que no quería, irá forjando una relación de amistad con los niños del lugar. Si bien todo esto funciona a nivel trama (en el medio hay una historia de amor bastante forzada), es algo que ya vimos en cientos de películas y que se podría haber resuelto de otra forma. Muchos también podrían criticar a El Esgrimista de ser demasiado simple y light, ya que pese a la época donde transcurre la historia, no vemos una verdadera amenaza latente como la que suponemos que vivían todas las personas que se debían esconder. Pero esto no debería ser algo en contra, ya que desde el propio guión nunca se propone que ese sea el verdadero conflicto. El Esgrimista seguramente va a pasar desapercibida en las salas de cine argentinas frente al tanque (o buque mejor dicho) de Disney, pero para aquellos que busquen algo más en el cine que una historia de piratas, es una buena opción. En especial, si se tiene hijos.
Luego de sufrir un inesperado percance, la tripulación de la nave colonizadora Covenant despierta. Al ver que las cápsulas de híper sueño son una trampa mortal, y luego de encontrar un planeta cercano mucho más habitable que aquel al que se dirigían originalmente, deciden cambiar el rumbo de la misión. Lo que no sabían es que dicho planeta resultará ser una trampa mortal. Luego del fiasco que resultó Prometeo para muchísima gente, las esperanzas de que una nueva entrega de Alien dirigida por Ridley Scott fuera buena, eran puesta en dudas por varios fans, ya que a pocos les interesaba conocer más de esos personajes y universo previo al que vimos en Alien: el Octavo Pasajero. Y por desgracia todos estos miedos se terminaron confirmando. Uno de los principales problemas de Alien: Covenant es que nos presenta a los personajes peor escritos en muchos años. Este grupo de astronautas es mucho más incompetente y toma decisiones más absurdas que los vistos en Prometeo, haciéndonos pensar que en este universo cualquier pelmazo puede ser un viajero espacial. Y esto da como resultado que nos importe poco y nada quiénes viven y quiénes no. O peor aún, en más de una ocasión nos terminamos riendo y llevando las manos a la cabeza al ver algunas acciones que realizan, como por ejemplo: disparar un arma de fuego en un cuarto lleno de tanques de gas. Pero el guion no solo es pobre en construcción de personajes, sí no que muchos de los eventos que se dan en la película, contradicen información que se nos había dado en Prometeo, algo bastante extraño ya que si bien los guionistas no son los mismos, el realizador y cabeza del proyecto si lo es, además de que no pasan demasiados años entre ambas historias. Ridley Scott por su parte da un salto atrás con lo que respecta al apartado visual. Prometeo podrá haber gustado o no, pero nadie puede discutir que desde las imágenes nos dejaba impactados en más de una ocasión (solo hay que recordar el inicio). En Alien: Covenant estamos frente a un film espacial más, que no destaca ni por el trabajo sonoro y mucho menos por cómo se ve. Alien: Covenant es una mediocre película, que si uno la mira estando atento, no habrá forma en que no le encuentre los miles de errores que tiene a nivel guion. Y por más que uno quiera a Scott (que se había redimido con The Martian), hay que plantearse seriamente si vale la pena seguir viendo entregas tan pobre del universo Alien, o si en cambio no es hora de dejar descansar al famoso xenomorfo de una vez por todas.
Romeo es un hombre apático de 50 años, que con un matrimonio arruinado, sus únicos momentos de felicidad se basan en que su hija cumpla los planes que ideó para ella. Cuando los exámenes definitivos de la joven Eliza se acercan, ella es atacada en la calle mientras Romeo empieza a sufrir ataques de vandalismo. Ahora el mundo de este hombre se empieza a desmoronar, mientras él intenta mantener el control de todo. Desde Rumania y con unos meses de retraso nos llega Graduación (Bacalaureat en su nombre original), un film que quizás a primera vista para el público acostumbrado a otro ritmo en las películas, pueda resultar un poco denso o bastante lento; pero si uno hila muy fino, puede encontrar cosas bastante interesantes. Una de ellas es ver como un hombre que en apariencia tenía todo, es decir, un buen trabajo, una familia armada, una hija inteligente que esta por recibirse con un promedio casi perfecto, en realidad usa todo esto como pantalla para ocultar su vida bastante fría y desabrida… en realidad su hija tiene sus propios planes, su matrimonio no existe y empieza a tener problemas en el trabajo. Pero así como tenemos todo eso que se ve por debajo como interesante en Graduación, también hay un personaje que se torna insoportable a los pocos minutos de metraje, y son básicamente por dos razones. La primera de ellas es que cuesta empatizar con una persona infiel, que a su hija casi la violan y a él solo le interesa mantener las apariencias, cubriendo el inminente divorcio o más preocupado para que la chica de un examen a que se reponga del ataque que sufrió y que para toda mujer representa uno de los peores miedos. Y el otro motivo es por la actuación de Adrian Titieni, quien pese a interpretar a alguien que oculta todo lo que pasa a la vista de los demás, no mueve un musculo facial en toda la película. No sabemos si esto fue por pedido del director Cristian Mungiu, para resaltar la apatía de Romeo, o por propia decisión del actor. Y ya que hablamos del director, vale recalcar el buen uso de la fotografía que realiza. En todo momento se nos retrata una Rumania fría y casi muerta en vida, muy a tono con lo que se nos quiere representar con el personaje de Romeo. Graduación no es una película para todo el mundo, y por desgracia pasará desapercibida en las salas argentinas entre tantos live action de films animados. Pero para aquellos que quieran ir al cine a ver algo distinto, o gusten de las pocas películas europeas no españolas, inglesas o francesas que nos llegan, Graduación se presenta como la mejor opción para el fin de semana.
Los Guardianes están de vuelta. Lo que parece una misión más donde debían proteger unas baterías valiosas de una criatura intergaláctica, termina con el grupo de “héroes” siendo perseguidos por la propia raza que los contrató, para cobrarse venganza luego de una avivada de Rocket. Con la nave destruida deben refugiarse en un planeta mientras un extraño ser se les aparece, diciendo ser el padre biológico de Peter. Ahora los Guardianes deberán intentar confiar en esta persona mientras son cazados por viejos y nuevos enemigos. Si se es fan de los comics, de los superhéroes, de las películas pochocleras o los films espaciales, es innegable que Guardianes de la Galaxia Vol. 2 era una de las cintas más esperadas de este 2017, más allá si uno es fan de DC o Marvel. De hecho el verdadero seguidor de estas producciones, gusta de ambas empresas, pero ese es un debate para otro día. La gran pregunta que todos se deben estar haciendo es ¿Guardianes de la Galaxia Vol. 2 está a la altura del hype que se creó en los espectadores? Como todos sabemos, las expectativas es algo peligroso de manejar, ya que si son demasiado altas y el film en cuestión no está a la altura, se lo considera flojo, y si uno las tenía por el piso y el asunto terminó siendo mejor de lo que se esperaba, ya pasa a ser una buena película. Así que mi consejo antes que nada, es que vayan al cine con el hype controlado. Lo que sí está claro es que como en toda secuela, el factor sorpresa se pierde, y es algo de lo que padece Guardianes de la Galaxia Vol. 2, ya que uno sabe que estamos ante una seguidilla de gags con base en la cultura pop. Pero así como se perdió eso, James Gunn se las ingenió para hacer una película bastante distinta a la primera, sin recurrir al temido copy/past. Así es como vemos que en esta entrega la trama se centra bastante más en el tema de la familia, tanto la biológica como la que uno decide formar con personas cercanas. Esta temática tocará en mayor o menor medida a todos los personajes; y en algunas ocasiones se resuelve de una forma mucho mejor lograda que en otras. Pero así como se gana en historia, se pierde un poco en acción, y el segundo acto de la película para algunos pecará de ser demasiado hablado y sin grandes escenas de acción (aunque esto es compensado con una tremenda batalla al final). También muchos espectadores ajenos al comic se sentirán perdidos o indiferentes ante las apariciones o nombres de diferentes personajes que sí son conocidos para los lectores más asiduos. Con respecto a los Guardianes en sí, ya los conocemos y todos mantienen su nivel así que hablando de los nuevos personajes; todos ellos están impecables. Tanto Kurt Russell como Ego y Pom Klementieff interpretando a Manthis dotan de vida y carisma sus roles, y son una adición perfecta al MCU. Quizás la presencia de Sylvester Stallone no aporta demasiado aunque ya se confirmó que estará en futuras entregas de otros films espaciales. Guardianes de la Galaxia Vol. 2 termina siendo una gran película. Quizás más disfrutable para un público conocedor del material original, pero de todas formas se puede ver, entretiene y está a la altura de su predecesora; algo que pocas secuelas pueden presumir.
Julia parece estar rearmando su vida. Luego de padecer violencia de género con su ex, ahora está a punto de casarse con un galán, con una hija con quien de a poco se irán haciendo amigas y en una hermosa y enorme casa. Pero este sueño empieza a ser una pesadilla cuando Julia conoce a Tessa, la perfeccionista y fría ex de su actual pareja. De a poco la relación entre ambas mujeres se irá poniendo cada vez más tirante, mientras Tessa muestra su peor cara. Siempre son interesantes lo films que tratan sobre como el/la actual pareja de alguien, tiene que lidiar con el/la ex de dicha persona, ya que es un problema que no es ajeno a nadie y le podría pasar a cualquiera. Por eso Mío o de Nadie se presentaba como una película que al menos nos iba a entretener. Y si hablamos en potencial es porque al final, nada de esto pasó. Lo primero que falla de Mío o de Nadie es el casting. Todos sabemos que Katherine Heigl es habitué a las comedias románticas que pasan sin pena ni gloria primero en el cine y luego en la televisión. Y si bien físicamente queda bien en el rol de ex mujer gélida y fría, no así se corresponde su actuación; ya que todo el metraje sentimos que es un personaje que le queda incómodo y que no es para ella. Por suerte Rosario Dawson sí está bien en su interpretación, y aunque nunca fue una actriz que destaque demasiado por su talento, sabe cargarse la cinta a sus espaldas y darle algo de seriedad y credibilidad a un guión que no la ayuda (ni a ella ni a nadie) en lo mas mínimo. Porque si algo tiene de malo Mío o de Nadie, y podríamos decir que incluso hasta de ridículo, es el guión. No citaremos situaciones sin el mayor sentido para no spoilear a nadie que quiera ver esta película en cine; pero sí diremos que más de una vez este redactor y toda la sala se rieron, cuando en el film no hay momentos de comedia. Poco hay para destacar de Mío o de Nadie. Ya nombramos la acertada actuación de Rosario Dawson, y podríamos decir que la dirección de Denise Di Novi, quien debuta con esta película y que pese a que el guión escrito por Christina Hodson y David Leslie Johnson no la ayuda demasiado, sale airosa en esta primera experiencia en la silla de directora. Mío o de Nadie es una mala película, eso no hay que dudarlo. Pero algunos errores en su trama hacen que al menos uno se entretenga con una historia que por momentos no tiene ni pies ni cabeza. Es una lástima que no sea una comedia.
El patriota Esta vez nos toca hablar de Día del atentado, un nuevo film que pone a Estados Unidos como el objetivo para que los terroristas intenten enviar un mensaje mediante bombas y asesinatos, pero con la particularidad de que este es un caso real y no una película de acción exagerada como vimos estos últimos años. Sí, suena totalmente a típica película americana, pero hay que ser conscientes de que es un film producido en el seno de Hollywood, y si ellos no pueden darse el gusto de hacer cuanta película pro patria quieran, ¿quiénes somos nosotros para impedírselo? De hecho varios films que fueron catalogados así, si uno los miraba de forma objetiva, resultaban buenos. Lamentablemente esta vez no es el caso. Lo que tira abajo como producto a Día del atentado no es su exceso de patriotismo, sino que como film, no cuenta nada interesante o nuevo a un espectador no norteamericano, que ya se cansó de ver estos proyectos sin alma, plagados de estrellas y que solo buscan lucrar con el sentido patriótico de un público acotado a determinado país. Así vemos como se desperdicia a actores como Mark Wahlberg, John Goodman o J.K.Simmons en un elenco repleto de caras conocidas que aporta poco y nada a la trama, ya que nunca llegamos a conocer demasiado de ellos, y que cuando la historia se pone peligrosa para estos personajes, nunca nos interesa qué les pasa. Peor aún es la dirección de Peter Berg, quien jamás crea tensión o suspenso desde la cámara, usando planos que cualquiera sin mucho conocimiento utilizaría, y desperdiciando la oportunidad de poner al espectador con los pelos de punta a sabiendas que hay una bomba que todos desconocen y que va a arruinar la vida de muchísimas personas. Cuesta encontrarle cosas positivas a Día del atentado (que en su nombre original se llama burdamente Patriots Day). Quizás algún tiroteo entre los policías y los responsables del atentado, aunque a esa altura de la película, poco le interesa al espectador quien vive o quien muere; ya que para hacer las cosas aún peores, el film es largo (más de dos horas) y se siente eterno. Día del atentado no peca de patriota, sino de tediosa y repetida. Siempre sentiremos que esto ya lo vimos y no precisamente en los noticieros. Y si se tiene en cuenta el potencial que había para hacer algo interesante, no nos queda más motivos que decir que estamos ante un film aburrido.