Soñar sí, pero no a lo grande. The secret life of Walter Mitty es una película visualmente impactante, que sin dudas demuestra las habilidades de Ben Stiller como director, pero que a mi gusto no llega a entregar una buena historia en lo argumental. La cinematografía es verdaderamente impresionante, y en particular hay que de destacar la edición. Las transiciones entre la realidad y la ficción son brillantes y no se ven venir, simplemente toman por sorpresa al espectador de modo muy gratificante. Pero luego está el guion. The secret life of Walter Mitty cuenta una historia vaga, no solo en contenido, sino también en materia narrativa. No hay un claro foco en el mensaje. La trama abre varios frentes narrativos pero no se compromete con ninguno en particular. Walter Mitty se mueve a la deriva de un punto al otro con un gran despliegue visual, pero sin convencer a la audiencia. No hay sustancia argumental, sino una secuencia de imágenes en movimiento muy bien lograda. The secret life of Walter Mitty es entretenida y su calidad técnica es innegable, pero su costado narrativo es mediocre. Ben Stiller ha demostrado saber cómo dirigir una obra épica, pero ahora le falta dar con un guion que esté a la altura de la proeza.
La realidad que intenta exageradamente superar la ficción. Michael Bay es un referente indiscutido del buen cine comercial norteamericano. Desde Bad Boys hasta su saga de Transformers, este fanático del video clip ha sabido entretener a la audiencia con distintas propuestas, pero siempre apelando a un mismo estilo: el despliegue visual. Bay es un animal de la fotografía y la edición, y como tal, la estética de sus películas es siempre imponente. Pain and Gain, en lo técnico, no es una excepción en la filmografía del director, aunque sí lo es todo lo demás. La película está basada en una historia verídica sucedida en la década del 90’ en Miami, en la que tres fisicoculturistas improvisados deciden convertirse en criminales de un día para el otro, con el objeto de dar un salto económico importante. Bay acierta en todo lo contextual: vestuario, escenarios y ambiente están muy bien representados en el filme; y luego, Bay quizás erre en casi todo lo demás. Pain and Gain está realizada en clave de comedia negra, presentando a sus personajes de modo casi caricaturesco, lo que genera un cierto contraste con la premisa original de la propuesta, que es contar una historia verídica. Es cierto que se trata de hechos increíbles, pero la caracterización de los personajes es tan grotesca y escueta, que es casi imposible dar crédito a lo que se ve. Las cámaras están muy bien y la edición es impecable, pero la historia se cuenta a través de líneas inocuas e imágenes llenas de estética, pero vacías de contenido. Michael Bay es un gran cineasta a la hora de traducir historias simples en imágenes, pero cuando el guión es sustancial, muchas veces no alcanza con buenos planos y una edición creativa. Pain and Gain es una película a la que le falta desarrollo argumental en cuanto a las motivaciones y sensaciones de sus protagonistas, quienes terminan luciendo acartonados y exageradamente irreales. Una historia contundente necesita un guión sólido de base y lo cinematográfico se construye sobre él. Pareciera que Bay acá ha hecho al revés, fiel a su estilo. Cuando uno ve Armageddon o The Rock, sinceramente no tiene mucha importancia; pero cuando se trata de una historia verídica, con un desfile de buenas imágenes no es suficiente.
Una bala malgastada Yo soy de los cree que Sylvester Stallone aparenta 20 años menos, más allá de los esteroides, las cirugías y las miles de críticas que suele recibir del público. Para mí es notable lo bien que ha llegado el tipo a sus casi 70 años y sinceramente todavía disfruto de verlo en la pantalla interpretando a héroes de acción. Esta película, sin embargo, no es su mejor exponente. Bullet to the head es un intento de volver al cine de acción de los 80’, que falla en presentar una trama interesante y en la construcción de sus protagonistas. Las escenas de acción están bien logradas y la actuación de Stallone está acorde con el personaje que le toca interpretar, pero el argumento es tan mediocre que cuesta quedarse sentando viendo. No hay sustancia narrativa de ningún tipo, sino apenas secuencias que corren una tras otra forzadamente. Ni los personajes, ni el conflicto central llegan a llamar la atención del espectador en esta pobre entrega, que apenas si entretiene al momento de los golpes y los tiros. Bullet to the head es una bala cinematográfica que conviene esquivar. Es básicamente una pérdida de tiempo.
Suspenso y drama en su máxima expresión. Prisoners es un thriller fácilmente comparable con lo mejor en su género, muy en sintonía con entregas como Gone baby gone, de Affleck, o incluso con la posterior Changeling, de Clint Eastwood. Se trata de una propuesta de suspenso que ahonda dramáticamente en sus personajes, sin resignar densidad argumental en el relato. La historia está no sólo muy bien construida, sino también –y fundamentalmente– excelentemente narrada. No hay flancos débiles en Prisoners. Las actuaciones son brillantes, los diálogos contundentes y el trámite narrativo es de una solidez admirable. Hay también mucho realismo en la forma en que se tratan y resuelven los conflictos, lo que le agrega una enorme sensación de verosimilitud a la narración, distinguiéndola de la mayoría de los exponentes del estilo. Es muy interesante el enfoque que logra darle el director, porque si bien dedica mucho tiempo a describir el drama por el que atraviesan los personajes principales, en ningún momento resigna recursos hacia el suspenso. Prisoners quizás no profundice en el perfil psicológico de los criminales, como lo hacen Seven o El silencio de los inocentes, pero sí invierte mucho tiempo en el desarrollo de la investigación y la revelación de los hechos. En otras palabras, se trata de un thriller de una contundencia absoluta, que no sólo se las ingenia para mantener al espectador en vilo hasta el mismísimo instante final, sino que además lo hace sentir partícipe de la historia, a través de un meticuloso desarrollo de los protagonistas. Sin exagerar, Prisoners califica como una de las mejores películas de suspenso de las últimas dos décadas. La solidez de su relato en sintonía con las soberbias interpretaciones de su reparto hacen de esta propuesta una experiencia de rara ocurrencia en el cine contemporáneo. Imperdible.
Si Forrest Gump fuera un drama de la vida real... y mala. El trabajo de un director de cine es contar una historia con los recursos disponibles. The Butler es una película sobrada en recursos, pero carente de idoneidad en la dirección. Las falencias narrativas se evidencian desde recién comenzada la película, con una introducción que pretende ser contundente y termina siendo apresurada e insulsa. El relato luego prosigue, inocuo y caótico, a un ritmo que impide el desarrollo de la multiplicidad de personajes propuestos por la historia. Hay protagonistas cuyo ciclo de vida es de escasos 2 o 3 minutos, y aun así se los intenta mostrar como trascendentales; hay pausas forzadas que en vez de consolidar la narración conspiran en su contra, poniendo el foco en hechos insubstanciales o despachándose con diálogos inverosímiles. Hay, en definitiva, una infinidad de deficiencias en la composición de la trama y el modo en que se cuenta. Es sinceramente difícil de entender por qué la crítica ha sido condescendiente con un filme tan malogrado. Evidentemente, la seriedad del tema tratado ha podido con la objetividad técnica. The Butler tiene una historia con un potencial enorme y un elenco envidiable, pero le falta todo lo demás, que es, casualmente, lo más importante.
Otra condena brutal. Dos íconos del cine de acción se han reunido para el deleite de sus fanáticos. Sly y Arnold, los actores más exitosos de la historia del género, comparten protagonismo en la pantalla como nunca antes lo habían hecho (ya habían trabajado juntos, pero nunca ambos en roles protagónicos) y terminan entregando no menos de lo esperado: una película entretenida. Desde ya, Escape plan despliega una historia altamente improbable, pero bien presentada. La falta de verosimilitud del relato es compensada por una narración sólida que invierte tiempo en describir y desarrollar a sus personajes, ciñéndose a muy buenos estándares cinematográficos. Hay buenas cámaras, buena edición y un guion decente, que si bien posee imperfecciones, también tiene algún que otro destello de ingenio. Escape plan es cine entretenimiento y cumple como tal. Stallone hace un buen papel, Schwarzenegger acompaña como puede y Caviezel se adapta a las necesidades de su personaje. Quizás la conclusión sea un poco apresurada, pero dentro de todo es una historia bien contada que no defraudará a los aficionados del género.
Crónica de una peligrosa rivalidad. No ser aficionado al automovilismo no presenta mayores inconvenientes a la hora de ver Rush, porque no se trata de una película exclusivamente realizada para los fanáticos de la F1, sino que cuenta una interesante historia verídica que trasciende los límites de lo contextual. Rush relata la rivalidad de dos eximios pilotos automovilísticos que han arriesgado todo por la competencia, y su director, Ron Howard, lo hace con un sólido despliegue cinematográfico. La fotografía y la edición de la película son espectaculares, e incluso aquellos que no disfruten de las carreras de autos, no podrán menos que asombrarse con el realismo alcanzado en sus imágenes. El aspecto narrativo de la película, por otro lado, quizás no esté a la altura de su calidad técnica, lo que de ninguna manera quiere decir que sea deficiente, pero Rush es una película que avanza a las zancadas, a veces dejando la sensación de que todo ha sucedido muy rápido. El guion, de cualquier modo, es todo lo bueno que puede ser dada la duración del filme. 2 horas quizás no sean suficientes para desarrollar exhaustivamente a dos protagonistas en forma paralela. Si algo debe destacarse, de hecho, es que a pesar de la restricción de tiempo, el relato logra enfocarse en los detalles más salientes de la historia. Rush, para los fans de la F1, es una propuesta imperdible. Para el resto de los espectadores, es una muy buena historia de la vida real llevada a la pantalla en forma impecable. Con media hora más de cinta invertida en las historias personales de los protagonistas sería excepcional, pero el tiempo es tirano y los productores de Hollywood odian las películas largas…
Allen 2013. Para mí Woody Allen está lejos de ser el director extraordinario que muchos le atribuyen ser. Yo, por el contrario, creo que es un cineasta regular adicto a la escritura que necesita sacar una película por año en forma compulsiva. No encuentro en su cinematografía ninguna genialidad, sino muchas películas regulares y buenas, muy enfocadas en los diálogos y en la descripción de lo cotidiano, pero jamás sorprendentes. En otras palabras, Woody Allen nunca me voló la cabeza con una de sus películas. Blue Jasmine tampoco me voló la cabeza, pero la considero dentro de lo bueno que ha hecho Allen en su carrera. Es una digna exponente de su filmografía, con diálogos suspicaces y personajes cercanos a la realidad, cuyos problemas pueden hasta sonar familiares. Las actuaciones son excelentes, y Cate Blanchett sinceramente la rompe interpretando su papel. Mucho más que eso no hay. La historia es entretenida, pero no es nada que no se haya visto antes en la pantalla y la cinematografía es sencilla y modesta, como en toda película del director. Blue Jasmine es una buena película y punto. Las caracterizaciones y los diálogos son su base y el argumento entretiene. Los fanáticos de Woody Allen van a amarla y el resto de los espectadores, como yo, van a pasar un buen rato.
Cine envolvente. El espacio es quizás el escenario más inhóspito que el ser humano pueda imaginar. Gravity se hace de esa premisa y elabora un relato escalofriante que no le da descanso al espectador de principio a fin. Prácticamente no hay historia que contar en la película, pero tampoco es necesaria. Gravitiy no es un cuento de supervivencia, sino más bien una experiencia. Hay una línea argumental que aporta cierta perspectiva a los hechos, pero el filme pone el foco en los aspectos sensitivos, no en lo narrativo, y lo hace con excelencia, gracias a una dirección que tiene más que merecida el Oscar. Se trata casi de una lección de cinematografía. La película transcurre en continuado y su percepción de tiempo real es inigualable, gracias una edición que supera todos los estándares conocidos. Lo interesante es que los realizadores no hayan caído en la tentación de utilizar técnicas de filmación propias de películas como Blair Witch Project o Cloverfield, sino que se hayan ceñido a la fotografía tradicional. Aunque tradicional, en este caso, no implique falta de originalidad. La fotografía de Gravity se destaca no sólo por sus soberbias tomas, sino por el dinamismo incluido dentro de las mismas. Hay un trabajo de planificación de cámaras y ángulos sinceramente impactante, amén de la ya comentada edición, que sin dudas incluye un impresionante despliegue de efectos especiales. Gravity son 91 minutos de frenetismo, asombro e impacto sensorial. Es una de las experiencias espaciales más inmersivas que se hayan visto en la historia de la pantalla grande, y como tal, es de visón imprescindible para todos aquellos amantes del buen cine.
Escenario imponente, película mediocre. El director Neill Blomkamp tiene un estilo difícil de comprar. La aclamada District 9 ya había evidenciado su interés por combinar diversos elementos en el plano de la ficción de modo bizarro. Drama social, acción y humor en un marco de ciencia ficción a priori suena como un género prometedor, pero lo más importante es siempre la forma. Para mi gusto, la visión del cineasta sudafricano es demasiado irreal. Elysium tiene una premisa sumamente interesante, pero un trámite vago e insustancial. El escenario presentado, en conjunto con dos o tres personajes prometedores, se diluyen en una narrativa inocua que pone el foco en aspectos irrelevantes y protagonistas desprovistos de carisma. Hay un fuerte contraste entre la historia propuesta y la forma en que se cuenta. El malo de la película, sin ir más lejos, es un personaje caricaturesco con rasgos exagerados, que bien podría haberse escapado de un proyecto clase b de Robert Rodriguez. Jodie Foster y Matt Damon, por otro lado, que encarnan protagonistas más complejos, están totalmente desaprovechados. El reparto lo completan otra media docena de personajes que agregan poco y nada a la historia. Elysium es una propuesta multifacética que no funciona, por el enorme contraste que existe entre la premisa original y el trámite narrativo. El escenario es brillante, pero todo lo demás es rápidamente olvidable.