New York, dating life, desencuentros amorosos, algo que ya hemos visto muchas veces ¿no?, pues no importa amigos porque Hollywood se recicla por minuto y así es como estos proyectos se producen.Cómo ser soltera no aporta nada nuevo al género y sin embargo no es una mala película e incluso cuenta con algunas escenas muy divertidas.Analizar la historia sería medio tonto de mi parte por lo que solo voy a destacar que algunos diálogos y gags son buenos.La gran mayoría por parte de Leslie Mann, quien hace un buen trabajo como siempre. También nos encontramos con una Dakota Johnson a la que le sienta muy bien la comedia.Y hablando de comedia, la exageración de la misma en el personaje de Rebel Wilson es casi insoportable. En un momento es imposible que el espectador no piense “esto ya es demasiado”.El director Christian Ditter, quien viene de ese gran cliché llamado (Love, Rosie, 2014), hace un buen laburo no queriendo demostrar algo más de lo que la película pretende ser.Por otro lago, y esto es lo que le resta mucho al film pero no sabemos si es culpa de él o del estudio, no manejó muy bien el montaje de la película y se nota demasiado.Hay una escena con un salto en el tiempo inexplicable y donde la tijera se nota demasiado. Es imposible no pensar que falta algo ahí, más que nada porque tiene que ver con el arco argumental de Dakota Johnson y su interés amoroso (Damon Wayans Jr.).Amén de esto la cinta se deja ver sin mayores problemas pero siempre y cuando sepamos que nos vamos a encontrar con una simple comedia sin novedades y para pasar el rato.Cómo ser soltera es ideal para que la vean un grupo de amigas antes de ir a bailar, una opción ideal para crear ese tipo de combo poco usual: cine y boliche.
Depende con qué ojo se mire a Carol uno puede llegar a decir que es excelente o muy aburrida. Yo estoy en algún lugar en el medio entre esas dos posturas.Desde el punto de vista cinematográfico es impecable y tiene muy merecidas sus nominaciones al Oscar por fotografía y vestuario. Tiene unos encuadres y planos preciosos y la vestimenta es fenomenal al igual que toda la recreación de época.El director Todd Haynes vuelve al cine luego de unos cuantos años (su último film fue la genial retrospectiva de Bob Dylan llamada I’m Not There en 2007) con una historia que si se la mira con los ojos de hoy en día puede resultar simple pero si hacemos el ejercicio de trasladarnos a la década del ’50 vamos a entender lo fuerte del relato.El gran atractivo del film y causa principal de elogios es la dupla protagónica: Cate Blanchett y Rooney Mara, ambas nominadas al Oscar en protagónico y reparto.Blanchett vuelve a demostrar una vez más que es una actriz de raza. Le da gran profundidad a su papel y solo con miradas nos puede transmitir todo, y Mara toma mucho de eso en su personaje pero de forma más naif en un principio para luego desarrollar.Esto es lo buena del film y no es poco. ¿Lo malo? Es muy aburrida, sobre todo el primer acto.Desde el principio sabemos cual es el conflicto y se dilata mucho el movimiento de los personajes para llegar al nudo de la historia por más que los diálogos sean muy buenos. El ritmo no acompaña.Si esto a ustedes no les pasa se encontrarán con una joya sin desperdicios tal como lo expuse al principio.Amén de ambas posturas, Carol es un film solemne que aborda un tema tan común como es enamorarse pero que las circunstancias, la época y la discriminación lo complican. Es profunda, te hace pensar y tiene clases magistrales de actuación. Definitivamente es un film para no perdérselo.
Queda claro desde el principio (e incluso antes debido a la promoción) que Una familia espacial no es una producción de Disney, motivo por el cual sus personajes no trascienden pero eso tampoco es algo malo.Nos encontramos ante una co-producción española y norteamericana pero que en los papeles en una película ibérica (de hecho batió record de espectadores allá) pero no en identidad porque todo lo que ocurre es bien yanqui.No digo esto con mala intención ni para desacreditar nada, solo es algo que me llamó la atención.Ahora bien, desde lo técnico el film no tiene nada que envidiarle a las grandes producciones de Hollywood si comparamos presupuestos. La factura técnica es muy buena.Pero lo que destaco principalmente es el espíritu de aventuras, algo que no se ve mucho últimamente y que los más chicos van a disfrutar a full en el cine.Si bien hay muchos clichés y situaciones repetidísimas, no se opaca el entretenimiento aunque el producto final no asombre y sea olvidable.En resumen, Una familia espacial es un buen film para que chicos de alrededor de 10 años pasen un muy buen rato en el cine, y los padres también.
Una buena receta es, por un lado, una película interesante si es que te resulta atractivo la actividad culinaria de alto vuelo, pero también es una película un tanto vacía que cuenta con un gran elenco. La historia ya la hemos visto en otros contextos: hombre talentoso que había caído en desgracia vuelve para superarse y tratar de triunfar. El director John Wells viene de un gran trabajo como lo fue Agosto (2013) pero la mayor parte de su carrera la pasa dirigiendo televisión, y este estreno tiene algo de telefilm. No digo que un telefilm sea algo malo (porque hay muchos buenísimos) sino que uso el ejemplo para describir un formato. A esta película le falta escala. Bradley Cooper es un gran actor dependiendo con quien trabaje y aquí anda medio solitario tanto delante como detrás de cámara. Si bien Sienna Miller y Daniel Brühl hacen un buen laburo, sus personajes no llegan a ser lo suficientemente interesantes como para detenerse en ellos. Lo mismo con el resto del elenco, amén de los cameos de Emma Thompson, Uma Thurman y Alicia Vikander. Lo que si el film hace muy bien es mostrar el mundo de estos chefs de elite y sus cocinas. Emociona y sorprende. En definitiva, Una buena receta es una película que se deja ver y se puede pasar un buen rato si uno no se pone muy exigente.
Me gustaría que alguien me explique el odio y rechazo que hay en gran parte de la comunidad cinéfila hacia Alejandro González Iñárritu. Sus credenciales y su Oscar como mejor director poco importan a la hora de criticar su trabajo de forma casi visceral pero sin mayor sustento más que una falsa intelectualidad. Pero en fin, así es el arte. Lo cierto es que puede gustar más o menos pero no se puede negar que las películas de este hombre causan algo y eso es lo bueno de El Renacido, porque logra incomodar al espectador. Ahora bien, también hay que decir que el film se hace demasiado largo y que por momentos puede llegar a resultar aburrido. Si miramos a este estreno como un todo (que es lo que hay que hacer siempre) nos encontramos ante la película más floja del director mexicano. No solo por la lentitud que señalaba antes sino por unas graves inconsistencias y arbitrariedades de guión. Pero si desmenuzamos el film nos vamos a encontrar con genialidades, siendo dos las que hay que resaltar: primero la espectacular y apabullante fotografía por parte de Emmanuel Lubezki -quien suele trabajar con Iñárritu y con su compatriota Alfonso Cuarón- donde las fugas hacia los grandes paisajes (de Canadá y Tierra del Fuego) son impresionantes. Lo mismo que las subjetivas que dan la sensación de estar ahí. Y segundo, el señor actor Leonardo DiCaprio, que si no gana su merecidísimo y retrasado Oscar en esta oportunidad, tiene el derecho de prender fuego la sede central de la Academia. No estoy seguro si este es su mejor papel porque ha tenido otros muy grosos, pero la intensidad que le pone a su personaje es descomunal. Deja todo ahí, se transforma. La escena de la pelea con el oso es formidable en todo sentido, lo técnico (VFX, cámara y sonido) impresiona pero es la interpretación del protagonista la que te hace creer y agarrarte la cabeza. El resto del elenco está muy bien pero es Tom Hardy el que se roba los aplausos. Lamentablemente no se puede alabar más de esta cinta que su elenco y fotografía, cosa que no es poco pero que no alcanza para los galardones que está recibiendo. No porque sea pretenciosa e irreal en un contexto que no es tal sino porque tiene demasiados defectos muy bien maquillados por DiCaprio. De todos modos, El renacido se encuentra nominada al Oscar y es deber de todo buen cinéfilo ir a verla (en el cine).
La peor película que vi en los últimos meses. Así de concreto y paso a explicar por qué: La quinta ola no es solo otra película para adolescentes situada en un futuro post apocalíptico, no es solo otra película cuya protagonista se encuentra en un triángulo amoroso entre dos pibes facheros y/o opuestos, no es solo otra película en donde el mundo adulto pareciera que no existe, no estimados, La quinta ola es una aberración incluso para el género que representa. Los diálogos de telenovela colombiana son pronunciados por personas que necesitan cursos intensivos de actuación. Pero aún así no lograrían hacerle creer algo a nadie. Ni siquiera Jennifer Lawrence podría legitimar a un personaje tan chato y lineal como Cassie, y Clohë Moretz, actriz a quien banco mucho, sale muy mal parada en el vano intento de querer darle una identidad. Más allá de los clichés, que son lógicos y esperables en este tipo de films, la inverosimilitud de algunas escenas se pasan de mambo tales como declaraciones amorosas paupérrimas en medio de tiroteos y edificios derrumbándose. Las arbitrariedades de guión son increíbles, tanto que en un momento te dejás de agarrar la cabeza para empezar a reírte de lo ridículo. Solo así la película se hace soportable hasta el final. Lo único bueno que logró el director es el opening. Los primeros veinte minutos incluso prometen, motivo por el cual la caída es más estrepitosa. Ojo que sé (como siempre remarco) que hay un público determinado para esta película y que miles de fans del libro la están esperando. Pero eso no es justificativo, se ha demostrado y con creces que se puede hacer buen cine de este tipo de novelas tal como lo fue la saga Los juegos del hambre. La verdadera culpa la tienen los productores por comprar derechos de cualquier basura que posea romances amorosos adolescentes en futuros distópicos. Estos tipos son los que tendrían que devolverle el dinero de la entrada a los pobres diablos que no sepan dónde se están metiendo cuando eligieron ver un film llamado La quinta ola.
No va a ser la primera vez que escriba algo así pero es bueno recordarlo: la gran mayoría de las remakes son innecesarias, más aún cuando se vuelve sobre un clásico indiscutido y popular. Es en esta categoría que entra Punto de quiebre. Claramente el film está dirigido a quienes no hayan visto la cinta original de 1991 con aquella dupla sensacional que fue la de Keanu Reeves y Patrick Swayze porque sino no se entiendo que los realizadores no hayan podido canalizar siquiera algo de esa mística del film dirigido por Kathryn Bigelow. Si sos una de esas personas que no vio la película original con seguridad que te van a fascinar las grandes secuencias de deportes extremos y la tensión. Porque incluso los puristas no pueden dejar pasar ello por alto. El film está bien realizado, más teniendo en cuenta todas las idas y vueltas que tuvo a nivel producción y el director Ericson Core hace un trabajo decente en lo que es a ciencia cierta una “película de estudio” sin impronta alguna. Donde se falla feo es en el cast y no por comparación sino porque esta nueva dupla no transmite sentimiento alguno y convierte al largometraje en algo frío cuando tendría que ser todo lo contrario. De manera individual Édgar Ramírez está bien, él es un buen actor y su Bodhi tiene algo de carisma. Pero Jonny Utah es el hielo mismo. La composición que realizó el australiano Luke Bracey es verdaderamente horrible. Amén del personaje de Teresa Palmer, estereotipo total y marca de la misoginia de la cinta. Pese a todos estos contrapuntos, vuelvo a recalcar que quien no haya visto la original encontrará una película divertida para ver y pasar el rato. Pero no más que eso.
El combo David O. Russell / Jennifer Lawrence es garantía de calidad. Por tercera vez consecutiva nos brindan una gran película donde los personajes y su desarrollo son todo. Así como lo hicieron en El lado luminoso de la vida (2013) y Escándalo americano (2014), nos traen una historia completamente diferente a la anterior pero con el mismo magnetismo. En esta oportunidad O. Russell trabaja sobre el tema que los norteamericanos aman ver: una historia de auto superación y triunfo sobre las adversidades. “Only in America”, suelen decir. La historia real de la inventora Joy Mangano es entrañable y desconocida. Una receta fundamental para que este film funcione muy bien al ritmo de un drama con pases de comedia. Para que algo así ocurra el elenco tiene que ser clave y obvio que aquí lo es. Jennifer Lawrence demuestra, una vez más, por qué es la mejor de su generación. Solo alterando el look de su cabello basta para que su persona se transforme. En esta oportunidad una frustrada ama de casa con una gran idea y la lucha por ella. Claro que está muy bien acompañada por Robert De Niro, Édgar Ramírez y el infaltable Bradley Cooper, en un papel menor esta vuelta. La película es bastante entretenida y con un buen mensaje. Su único problema es que la resolución es muy obvia. Joy: el nombre del éxito, es uno de esos films que pesa fuerte en esta temporada de premiaciones y la verdad es que se lo merece. ver crítica resumida
Seguro que ésta no es la mejor película de Quentin Tarantino, pero eso no quiere decir de ninguna manera que sea mala. Cuando uno se dispone a ver un film de este realizador sabe que se va a encontrar con algo atípico, diferente. El ojo más entrenado (más cinematográfico) encontrará genialidades en planos y puestas. En tanto el espectador medio se quedará únicamente con la historia y por lo tanto no saldrá tan satisfecho. Es larga, y la primera hora se estira demasiado la presentación de los personajes. Luego se pasa rápido al ritmo de la acción tarantinesca aunque muy dialogada (con grandes y largos monólogos) de todos los personajes. Y si bien estamos viendo un western, por momentos no lo parece dado a que la gran mayoría ocurre en una sola locación y la división de los actos no está tan clara por ser reemplazada por capítulos. Pero bueno, tiene algunas secuencias verdaderamente geniales y tan divertidas que te reis a las carcajadas si es que disfrutás ese tipo de humor (grotesco y sangriento). La fotografía es un 10 absoluto y la banda de sonido (que acaba de ganar un Globo de Oro) realizada por el mismísimo Ennio Morricone, quien ya ha trabajado más de una vez con el director, es fabulosa. El elenco está muy bien pero en un código llevado al extremo, motivo por el cual parece un poco sobreactuada. De todos modos, el problema es que uno no se logra enganchar con ninguno de los personajes. Algo que resta bastante para este tipo de films. En definitiva, nos encontramos ante la película que menos se destaca en una filmografía impecable pero que es deber de buen cinéfilo verla, y por sobretodo verla en el cine.
Camino a la paz es de esos films nacionales que uno desearía que pudiesen contar con un mayor aparato de publicidad para que pueda llegar a más gente porque sería una verdadera pena que se la pierdan. La historia es entrañable, inspiradora y reconfortante en cierto punto. Hace que uno piense en sus seres queridos y los valores que tenemos. Que un film cause eso es muchísimo y habla muy bien de la obra como un todo. Si bien la historia es simple y ya la hemos visto en road movies similares (dos personas opuestas comparten un viaje y terminan formando un gran vínculo) poco importa porque la emoción opaca al resto. Algo muy importante para remarcar es el nivel de producción, dado a que filmar una película en tantas locaciones diferentes, inclusive otros países, no es nada sencillo. Estos escenarios naturales se convierten en un protagonista más y uno fundamental para contar la historia que viven los personajes de Rodrigo De la Serna y Ernesto Suarez. Ambos geniales en cada aspecto y detalle. Dos verdaderos actores con todas las letras, de esos que da placer ver. El director Francisco Varone le saca lo mejor a cada uno a través de muy bellos planos y fotografía en su ópera prima. Otro aspecto para destacar es el lugar y la importancia del Islam en el film. Se ha hecho muy poco en el cine argentino con esta religión, algo que Camino a la paz corrige muy bien enseñándonos como es en verdad y con personas auténticas en lugar de la mala información (muchas veces adrede) que viene de películas de Hollywood sobre este credo tan importante en el mundo. Por todo esto puedo decir que nos encontramos ante un estreno nacional que te emociona de verdad, vayan a verla.