Un eficiente relato sobre uno de los más memorables guionistas. Dalton Trumbo, para aquellos que no lo sepan, fue el guionista de Espartaco. Pero esta consagración fue el punto final de un largo derrotero a causa de la caza de brujas en Hollywood de la que fue víctima por su afiliación al Partido Comunista. Por rehusarse a ceder a la persecución del Comité de Actividades Anti-Americanas, y a pesar de que la Constitución Norteamericana admitía la libertad de expresión, Trumbo conoció la cárcel y, al salir, tuvo que subsistir escribiendo para producciones de segunda con un seudónimo. Jay Roach, de amplia experiencia en la comedia por las películas de Austin Powers y La Familia de mi Novia, se despacha con Regreso con Gloria, un adecuado drama que arroja suficientes luces y sombras de una persona que, con total independencia de cuan identificado estés o no con su ideología política, fue todo un héroe de su época. Pureza y astucia La historia de Regreso con Gloria, esencialmente, ilustra la odisea de como Dalton Trumbo consiguió subsistir desempeñando su oficio a pesar de la enorme persecución que padecía, así como el enorme costo personal que le significó defender estos ideales. El guion no solo ilustra, con luces y sombras en igual distribución, la obvia valentía y astucia del protagonista, sino que muestra sin juzgar y con una luz muy humana lo que el miedo podía hacer con uno durante esa época negra de la historia. Donde los gestos nobles debían ser meditados más que automáticos, ya que ponían a uno en la difícil posición de verse obligado a manchar su integridad moral solo para sobrevivir económicamente. Regreso con Gloria se sostiene lo suficiente porque se trata más que nada de una odisea moral. Uno se pregunta si Trumbo hace lo correcto por un ideal o por su propio ego, y esa duda es la que lo hace al personaje más humano y verosímil. Aunque era un idealista, pintarlo como uno absoluto no hubiera ayudado al relato. (No hablemos de imagen a nivel histórico, no olvidemos que después de todo es una película, una dramatización, que como tal tiene sus licencias) A nivel técnico, la película tiene logrados aciertos en la reproducción de época y posee una fotografía decente. Pero si Regreso con Gloria consigue destacar es por obra y gracia de Bryan Cranston, quien entrega una interpretación digna de la nominación al Oscar que obtuvo por esta película. El carisma del actor es lo que consigue que esta película pueda seguirse hasta el final, aunque debe destacarse que hay interpretaciones meritorias de Helen Mirren; Louis C.K.; Diane Lane, como la esposa de Trumbo; y la joven Elle Fanning como su hija mayor. Conclusión Aunque no deslumbra, Regreso con Gloria es un relato eficiente que consigue mantener el interés del espectador a pulso de una decente puesta en escena y un nivel interpretativo encabezado por un actor de enorme carisma. Si contás con la plata, el tiempo, y te gusta como labura Bryan Cranston puede que no te desilusione.
Exactitud histórica, deflación narrativa Llegan las pascuas, y junto a la época de mayor venta en las pescaderías, también llegan las películas sobre Jesucristo. La iteración que nos compete este año, La Resurrección de Cristo, viene de la mano de Kevin Reynolds, responsable de Waterworld, aquel fiasco de taquilla de 1995, que al día de hoy tiene seguidores tanto como detractores. Jerusalem Confidencial Es el año 33 D.C. (cuec) y Clavius, un tribuno al servicio de Poncio Pilato tiene el deber de encontrar el cadáver del recientemente crucificado, muerto y sepultado Jesucristo que mágicamente ha desaparecido de la cueva donde estaba. Clavius debe hallar dicho cadáver antes de que el emperador romano llegué a Jerusalén, pero su búsqueda de este cuerpo lenta y progresivamente lo lleva a una revelación. Primero cabe aclarar que La Resurrección de Cristo posee una exactitud histórica notable en el universo que presenta, donde, por un lado, se pueden destacar lugares comunes tales como que los hebreos no queden muy bien parados y la enorme violencia explícita en el acto de la crucifixión (sin llegar a los extremos gráficos de La Pasión de Cristo); y por otro lado, tenemos la fidelidad en la forma que se tratan y se saludan los romanos (incluyendo su saludo, infamemente popularizado por Adolf Hitler), amén de que el Jesucristo de esta película posee un parecido más acorde al perfil de una ilustración reciente, en oposición al adonis de ojos celestes que el Cine y las Santerías han quemado en nuestras retinas. Pero respecto a la narración, ¿Cómo andamos? Durante la primera mitad de la película, el guion logra sostener el ritmo al mejor estilo de un policial; con pistas, interrogatorios y raides en busca de los mismos. No obstante, a la mitad de la película, la trama se desinfla y el protagonista deja de ser pro-activo y simplemente contempla los milagros de Jesucristo; sin oposición, sin conflicto, sin ningún dilema o sacrificio que el personaje deba hacer a la luz de esta nueva información. Cosa que hace su viaje incompleto y, desafortunadamente, aburrido. La reconstrucción de época a nivel escenografía y vestuario tienen la misma riqueza de detalle que el guión. La fotografía y el montaje son decentes y la música se limita a subrayar. Joseph Fiennes, como el tribuno protagonista, entrega una interpretación sobria y sostenida. Igual que Peter Firth en su rol de Poncio Pilato. Conclusión A pesar de que sigue los miles de lugares comunes de este tipo de películas, La Resurrección de Cristo entrega una estética históricamente más cercana a lo exacto. No obstante, a pesar de esta virtud, su narrativa se desinfla a la mitad y se vuelve tediosa.
En 1971, de la mano de William Friedkin y la actuación de Gene Hackman llegó Contacto en Francia, una película basada en un caso policial real, donde se ilustraba como traficantes de drogas franceses hacían llegar su venenoso producto a los Estados Unidos. Ahora nos llega Conexión Marsella, que es más o menos la misma historia pero desde el costado Francés. De Policías y Narcos Pierre Michel, un juez de menores, es promovido como nueva cabeza de la oficina Anti-Drogas y su primera tarea es derrocar al cartel liderado por Gaetan Zampa, cuya pesquisa lo lleva de Francia hasta los Estados Unidos. Conexión Marsella es un policial ágil y profundo; ágil, por no gastar más tiempo del necesario en el desarrollo de las escenas, y profundo, por indagar igualitariamente en las obsesiones y pérdidas personales tanto del juez como del traficante para alcanzar sus metas. No hay una bajada de línea; es una reproducción de los hechos con igual dramatismo y conflicto en ambos lados de la cuestión. Vemos el costo que tiene este caso sobre la familia del Juez y vemos como la Disco del Traficante no resulta ser el negocio que esperaba. Sobra decir que hay un desenlace, y uno de los dos pierde la pulseada. Pero ese es el ingenio del guión; pone al espectador en una posición donde siente que cualquiera de los dos puede ganar. Por el costado actoral, Jean Dujardin entrega una eficiente interpretación como el juez protagonista. No obstante, su contrincante actoral, Gilles Lellouche es quien se lleva los aplausos al tener la performance más potente. Párrafo aparte merecen Céline Sallette y Mélanie Doutey como sus respectivas mujeres. Por el costado técnico, tenemos una notoria fotografía en Cinemascope, acompañada de una detallada dirección artística y una banda de sonido de afilado gusto. Conclusión La Fuego Contra Fuego francesa existe y se llama Conexión Marsella. Un policial de primera línea, con actuaciones sobresalientes y un ritmo incuestionablemente ágil. Los fieles al género o aquellos que sólo quieren disfrutar de una buena película le sacarán mucho provecho.
Un cumplidor entretenimiento que no puede evitar caer presa de las tendencias modernas de las adaptaciones. Desde que algún ejecutivo tuvo la “brillante” idea de separar la adaptación del último libro de Harry Potter en dos mitades, todas las sagas literarias con potencial cinematográfico empezaron a correr este mismo destino. Pasó con la saga Crepúsculo, pasó con la saga Los Juegos del Hambre, y la más reciente víctima de esta estratagema de marketing: la saga que nos compete, la de Divergente y su más reciente episodio, Leal. Las rajaduras se están empezando a notar Chicago esta libre del yugo de Jeanine, y Evelyn ha tomado el control. Pero ella no tiene ningún interés en que los habitantes puedan ver que hay más allá del muro de contención. Tris, Cuatro, y el resto de la banda, percatándose de que la nueva administración no es muy distinta de la vieja, deciden huir y ver que hay más allá del muro por su cuenta. Al hacerlo, descubren una civilización liderada por David, quien revela que la raza de los Divergentes son parte de un complejo experimento que separa a la sociedad no tanto en facciones, sino en “puros” y “dañados” con la idea de salvar y preservar a la humanidad. Tris es la clave de dicho experimento que parece apelar a métodos cuestionables para ser llevado a cabo. A nivel guion, Leal posee una estructura que fluye; es una narración entretenida, con escenas de acción dinámicas, y donde los personajes son puestos en constantes indecisiones al no estar plenamente seguros de quien confiar. Es decir, mantiene el nivel narrativo de las dos anteriores entregas, pero, infortunadamente, la necesidad de dividir el final en dos partes les afecta, dado a que hay un severo nivel de predictibilidad. Podes oler las traiciones de determinados personajes con mucha antelación. Por la parte técnica, Leal apela a un notorio arsenal de efectos visuales para retratar la utopía de la ciudad más allá de las paredes, y de las tecnologías de defensa de las que se valen para estar protegidos. La fotografía, música y montaje responde a un tratamiento estándar del cine de acción. Por la parte actoral, Shailene Woodley continúa demostrando estar a la altura del desafío; igual que Miles Teller, Theo James y Ansel Egort. Naomi Watts, Octavia Spencer, y Jeff Daniels, siendo los actores de trayectoria que le dan prestigio a la saga, entregan trabajos a la altura de sus talentos. Conclusión A pesar de incurrir en predictibilidades y excesos en los efectos visuales, cosa que supieron evitar en las anteriores entregas, Leal mantiene el dinamismo con el que la saga Divergente se comprometió desde su primera entrega. Es un producto que dista de ser perfecto, pero no es en absoluto aburrido, y eso no es poca cosa.
Cuando lo cotidiano alcanza una masa crítica y se vuelve un dilema moral. Lo único que sabía de La Otra Guerra hasta que me llego la invitación a la función privada era su nominación al Oscar como Mejor Película Extranjera. Mas cuando descubrí que era una película escrita y dirigida por Tobias Lindholm, guionista (junto a Thomas Vinterberg) de la genial La Cacería, sabía que iba a ser por lo menos una película bien narrada. Y lo fue, pero de un modo que el espectador podría no dejarlo pasar con facilidad. La guerra dentro y fuera de casa La película esencialmente cuenta dos historias: Una es la de Claus, el comandante de un escuadrón del ejército danés en un Afganistán diezmado por los Talibanes y el día a día (muchas veces mutilado y sangriento) en el campo de batalla. La otra historia es la de su esposa y sus hijos, en Dinamarca, sobrellevando también un día a día plagado de problemas domésticos y el mal comportamiento típico en niños pequeños, más que nada por la ausencia de su padre. De las dos horas que dura la película, una hora y cuarto son una concatenación de escenas cotidianas de cada línea argumental; conflictos concretos y apropiadamente manejados pero que no se desarrolla hacia una meta en particular. No obstante, los 45 minutos finales de la película, que es donde las dos líneas argumentales se fusionan, es cuando la película adquiere vapor y va camino a una meta dramática específica, rica en intriga y dilemas morales. Naturalmente, yo consideraría lo ocurrido en la primera gran parte de la película como una falencia en materia de ritmo. Pero mirando en retrospectiva, me percaté que esta prolongada alternación entre el horror de la guerra y la ausencia paterna fue necesaria para que el espectador pueda entender la postura de los personajes ante el dilema moral que les presenta el desenlace. Por el costado técnico, la cámara en mano le insufla a la película un estilo documental que consigue retratar con realismo tanto lo visceral de la guerra como lo traumático de la familia que queda atrás. El aspecto interpretativo no es sorprendente, pero sobrio y eficiente a los usos y propósitos de la historia. Conclusión La Otra Guerra es un drama bélico honesto, de rigor casi documental, pero que sabe cuándo debe imponerse la narración dramática tradicional para que el viaje de los personajes sea completo y los temas que trata lleguen al espectador. Tal vez el acercamiento elegido por Tobias Lindholm sea desafiante y hasta soporífero para el público general, pero si se le tiene paciencia el saldo final será lo suficientemente satisfactorio.
Un título visualmente prolijo que a pesar de ciertos cripticismos se molesta en establecer una narración. Cuando un director tiene algo que decir sobre el mundo que lo rodea puede inclinarse por un enfoque literal y cotidiano, o bien, y esto es considerado un curso de acción mucho más inteligente, tomar la historia y/o las convenciones de un género específico para, con mucha sutileza, hablar de un problema actual. Estas para mí son las habas que se cuecen en esta concisa propuesta que es El Movimiento. Claridad y Densidad El Movimiento tiene lugar en 1835, con la Argentina surcada por la peste y la anarquía. En este escenario, un político, acompañado de sus dos lacayos, surca el país buscando reclutar miembros para lo que él llama “El Movimiento” y según él, “depurar el país”, aun si esto implica matar y saquear a aquellos que se opongan a unírseles. Aunque el desarrollo del guion de El Movimiento sea a veces críptico, no se puede negar que tiene una premisa dramática muy clara y un recorrido muy conciso (70 minutos) que el espectador que no suele tener paciencia con este tema. No obstante, El Movimiento es una película que llega a las salas con algo que decir, y si bien los más curtidos en materia histórica y política sabrán reconocer el subtexto desde la primera escena, el desenlace lo deja tremendamente claro y, lo más importante, no se lo deletrea al espectador; las imágenes y las acciones de los personajes hacen el trabajo. Por el costado técnico, hay una reconstrucción de época (en materia dirección de arte y vestuario) que si bien no sumerge es completamente creíble. No obstante, es de destacar la nítida fotografía en blanco y negro que se limita a los personajes y nada más, haciendo un uso frecuente de primeros planos de índole expresionista. Hay segmentos en donde no hay otro fondo que la oscuridad y da la impresión que estamos ante un teatro cinematográfico. En lo que respecta al aspecto interpretativo, Pablo Cedrón gobierna la película con una confianza y una convicción que es muchas veces el norte por el que se guía el espectador. Hay ocasiones que no tenés idea quien es este personaje, o que es lo que quiere, pero te queda claro que sea lo que fuere, este lo quiere con pasión a tal modo que es capaz de hacer lo que sea. Incluyendo acciones cuestionables. Conclusión El Movimiento es una película de ideas, de imágenes claras, y con el drama justo. No es una película para todo el mundo, pero el uso del subtexto en la narración, es decir el uso de las circunstancias históricas para hablar de problemas actuales, interesará a aquellos con inclinaciones de curiosidad histórica o sean versados en el análisis político. Es un testimonio críptico y directo, pero que no exige mucha paciencia del espectador que la elija.
Inteligente visión sobre la redención dentro del más hostil de los entornos. El Holocausto es un tema que va a seguir dando que hablar en materia cinematográfica; no es una moda, es una necesidad recordar el horror acontecido en ese negro capítulo de la historia. Pero si aparte de documentar el horror, se puede contar una historia y a través de un mecanismo narrativo que incluye al espectador en vez de excluirlo con golpes bajos (que pueden despertar la empatía y la conciencia, pero no el interés) estamos ante un gran espectáculo que merece su recomendación. A continuación te digo porqué. Antígona en un campo de concentración Saúl Auslander, un judío húngaro, trabaja cual esclavo en el campo de concentración en Auschwitz como un sonderkommando. Día tras día, ve como los prisioneros son engañados hacia las cámaras de gas, los asesinan, y luego tiene que arrastrar los cadáveres (descriptos por los Nazis como “pedazos”) a los hornos, tras lo cual arrojan las cenizas al rio como si nada. Un día, Saúl atestigua como un joven sobrevive a la cámara de gas, solo para ser ahogado en el acto por un médico del régimen Nazi. A partir de aquí, Saúl moverá cielo y tierra para darle al chico un entierro decente (o lo más decente que pueda) según la liturgia judía; probablemente su última acción en esta vida antes de que él mismo sea ejecutado. El guion de El Hijo de Saúl es impecable. La película va derecho al punto sin hacernos perder el tiempo, usando nada más que acciones y sonidos para meternos en la cabeza de Saúl y entender el porqué de sus acciones. El desarrollo de la historia es rico en sendos conflictos, donde el protagonista no solo enfrenta obstáculos de los nazis, sino de su propia gente. Es un personaje con una meta clara, y con el tiempo en contra hace lo que sea para cumplir con ella. Como corresponde a un gran guion. La técnica de la película es verdaderamente impecable, ya que estamos con Saúl en todo momento. La cámara no lo abandona jamás, y vemos a través de su hombro cual testigos. El montaje solo hace contraplanos donde es necesario y nada más. Y cuando digo necesario, digo a cuentagotas. Esto es una puesta en escena meditada al dedillo y ejecutada con una inteligencia que es digna de estudio. Una labor de dirección notable. Pero nada de esto tendría sentido sin la sobria, eficiente y dinámica labor interpretativa de Géza Röhrig que si bien no despliega un gran abanico de emociones tiene la expresión justa para la situación indicada; un actor espontaneo que piensa sobre la marcha y le sale perfectamente natural. Conclusión El Hijo de Saúl es una película narrada con mucho ritmo y con las ideas claras. A base de una propuesta visual innovadora pero que no elude lo clásico, sumado a una labor interpretativa eficiente y un guion sólido, el resultado no es solo una gran película sobre el Holocausto, sino una gran película y punto. Si cuentan con el tiempo y el dinero no los va a decepcionar en absoluto.
Un esfuerzo adecuado pero con lo mínimo indispensable. Desembarca desde Ecuador Ochentaisiete, una iteración de dicho país sobre la adolescencia y la madurez, como una suerte de Cuenta Conmigo a la ecuatoriana. ¿Consiguen lo que se proponen los realizadores con este título? A continuación se los expreso. Verosimil aceptable – Emocional discutible Corre el año 2002 y Pablo vuelve al Ecuador donde se crió en su niñez, después de años de exilio en su Argentina natal. Allí se reencuentra con su amigo de la infancia Andrés. A partir de aquí, comienzan a rememorar la última vez que se vieron, hace 15 años (el 87 al que alude el titulo) y de la amistad que tenían con Juan, un chico que se escapó de su casa y Carolina, una chica que entra en sus vidas. Como guion, Ochentaisiete no es malo, pero tampoco es muy bueno. Está bien de estructura (tres actos con puntos de giro claramente definidos), pero tiene lo justo y necesario en materia desarrollo de personajes. Uno siente que había mucha más madera para cortar con los personajes de lo que nos dejaron ver. Hay una tragedia sugerida, que el espectador la ve venir y no deja mucho misterio sobre el porqué de personajes que no aparecen en una línea temporal que si aparecen en otra. La falta de desarrollo de personajes es un factor considerable a la predictibilidad de este elemento. Por el costado técnico, es de apreciar el tremendo sacrificio y búsqueda estética de filmar en 35 mm, en una industria latinoamericana que prácticamente ya se abocó al digital, pero me parece que el sacrificio no va mas allá de la anécdota técnica cuando uno ve los resultados en pantalla. La película casi no se ve, es como si hubieran intentado filmar con luz natural o luz disponible en la locación pero les jugó en contra o no lo supieron dominar a su favor. Esto se nota particularmente en los exteriores noche y los interiores. Eso sí, cabe aclarar que a pesar de su notorio bajo presupuesto, la dirección de arte consiguió reproducir un 1987 bastante creíble. No te sumerge, pero si te muestran ese mundo y te dicen que es de esa época, hay poco casi nada que pueda probar lo contrario. Por el costado actoral, hay buenos trabajos de los intérpretes (tanto adultos como adolescentes), pero no se puede decir mucho más porque el guion tampoco les ofrece mucho con que trabajar. Es uno de esos trabajos que el espectador va a creer, pero con el que no se va a emocionar. Conclusión Ochentaisiete es una película que narrativa, actoral y estéticamente esta en el borde. No tiene suficientes aciertos para ser buena, pero tampoco suficientes errores para ser mala. Se balancea durante sus 88 minutos de un modo tal que cuando termina, uno no despotrica por lo malo ni se extasía por lo bueno. Sea cual fuere la reacción que se tenga, uno se olvida de la experiencia de verla cuando se sale de la sala.
Película cumplidora… para los que gustan del humor irreverente. Cuando vi por primera vez el poster de Dirty Grandpa (título original de Mi Abuelo es un Peligro) y noté que en el poster estaban Robert DeNiro y Zac Efron, no necesité ver ningún tráiler para saber de qué iba a ir la película. Intuitivamente presentía que se iba a tratar de DeNiro repartiendo improperios a mansalva con Efron haciendo del nene correcto que soporta sus gansadas. Meses más tarde al asistir a la proyección descubrí que no la erré en lo más mínimo. Vió Tetas y el viejo se me engomó Richard Kelly es un militar retirado que perdió recientemente a su mujer a manos de un cáncer, casi inmediatamente convence a su nieto Jason que lo acompañe a la Florida a encontrarse con un amigo de sus días en el ejercito. Lo que Jason no sabe es que la visita a este amigo no es el único plan de su abuelo, sino irse de juerga como un pendex, con el alcoholismo, drogas y sexo que gobiernan durante la época conocida como el Spring Break, cosa que a Jason no le hace nada de gracia a razón de su inminente casamiento con una insoportable mujer. Mi Abuelo es un Peligro no va a ganar puntos por originalidad (el personaje de DeNiro es una fusión de sus personajes en La Familia de mi Novia y Analízame) ni sobrevivir al más mínimo análisis de solidez narrativa; el guion sigue al pie de la letra la formula estructural básica de la comedia Hollywoodense, tiene algunos agujeros narrativos notables, y el poco contenido temático que tiene parece metido más por convención que por convicción. No obstante, Mi Abuelo es un Peligro cumple con creces el objetivo de cualquier película y es el de no aburrir, el de mantenerte interesado en saber qué es lo que va a pasar. No tanto con cómo va a terminar, ya que se nota a la legua, sino que improperio tiene en reserva el guion para ejercer a través de la actuación de DeNiro. Por el costado técnico, no hay mucho que hablar. La peli esta adecuadamente filmada, diseñada y editada para el lucimiento interpretativo, que es el mayor fuerte de esta película, y si de interpretación nos ponemos a hablar, debe decirse que Robert DeNiro es quien sostiene esta película a base de una metralleta de improperios, tanto verbales como físicos, que generan casi todas las risas de la película. Zac Efron provee un digno acompañamiento como el sufrido nieto que debe soportar las tropelías de su abuelo. Debe destacarse que la platea femenina podrá disfrutar del físico de Efron como pocas veces. Conclusión Mi Abuelo es un Peligro es una película que tiene muy claro lo que es y a que publico apunta. Esta película adopta el espíritu de la comedia chabacana de los años 80 y debe ser tomada como eso. Si sos una de esas personas que piensa “Que bajo que cayó DeNiro” la peli te va a parecer eso. No va a pasar ni a cañonazos a la historia, y hasta seguro te la olvidás ni bien salís de la sala, pero si buscas reírte por un rato, en eso la película cumple… y mucho.
Un espectáculo visual y actoral sin parangón, con un guion justo pero que sufre por su extensa duración. El mexicano Alejandro Gonzalez Iñárritu es uno de los directores más viscerales que hay en la actualidad. Si bien no soy lo que se dice un fanático extremo de su filmografía (eso sí, sus tres primeras películas son impecables), me veo obligado a reconocer que tiene una habilidad visual, una manera de guiar las actuaciones y un modo de que estas confluyan de una manera tal que se nutran mutuamente que es digno de análisis para cualquiera que se anime a esto de hacer cine. Pero también debo decir que desde que se separo de Guillermo Arriaga, y aunque sus películas se afilaron y superaron tanto en los aspectos visuales como actorales, los guiones de Iñárritu, aunque claros en sus intenciones y estructura, se han vuelto demasiado extensos, demasiado crípticos. El Renacido se aleja de este cripticismo, pero se debilita por una nimiedad. Todo un Parto En 1823, Hugh Glass, un cazador furtivo, es parte de una expedición que surca los bosques de Norteamérica en busca de pieles, que esa época eran de muchísimo valor. Tras el ataque de un oso que casi lo mata, ve como uno de sus compañeros mata a su hijo, y lo deja a su suerte. El Renacido es la historia de cómo Glass, debe recuperar el uso de su cuerpo, esquivar a los Indios y sobrellevar la crueldad que la madre naturaleza le echa encima para poder llevar a cabo su venganza. Si hay algo que no le puedo criticar al guion de El Renacido es que sea poco claro en sus ideas. Es una historia de venganza tremendamente sencilla, con personajes motivados muy claramente y que recurre al dialogo muy esporádicamente, dejando que las imágenes y las acciones hagan todo el trabajo; como debe ser. Pero lo que si voy a criticar es que se extiende demasiado. Es una historia que no justificaba los miles de flashback esotéricos que posee y no justificaba la extensión de muchas escenas. Pasadas las escenas de acción (el ataque indio del principio y la por todos conocida escena del Oso) el ritmo de la película empieza a reptar como una babosa, empieza a aburrir. No fluye, y es una pena, porque con los elementos visuales y actorales que poseía, una duración menos extensa, y un tratamiento mas directo, sin vueltas y al punto le hubiera beneficiado increíblemente. Por el costado técnico, ovación de pie, silbidos y vuvuzelas para Emmanuel Lubezki, porque su utilización de la luz natural es magistral. Tanto en el día como en la noche. Su tratamiento visual en esta película es digno de análisis, estudios, imitación, etc. porque la nitidez y claridad que consiguió el famoso “Chivo” en absolutamente toda la película es de una extrema riqueza. Por el nivel actoral, la pregunta del millón es ¿Cómo esta Leonardo DiCaprio? Lectores, se los pongo así: Si a DiCaprio no le dan el Oscar, seria la mayor injusticia de la vida. Ninguno de los otros cuatro nominados se expuso una onza de lo que tuvo que sufrir este hombre para dar una interpretación conmovedora. Se salió a miles de kilómetros de su zona de confort, desafiando su mente y su cuerpo para un papel que en muchas ocasiones no le permitía usar la palabra. Este hombre no solo se empujo hasta el límite, lo paso a tal punto que es un pelito, un punto. Ahora, si somos justos, aunque la actuación de DiCaprio es meritoria y merecedora de todos los premios que se le pueda dar, Tom Hardy no se queda para nada atrás. Su Fitzgerald es tan simple como lo es complejo y tan violento como lo es racional. Uno de los mejores papeles de un actor que sigue creciendo. Conclusión El titulo local de El Renacido le viene de perlas a esta película porque su extensión la hace, sinceramente, un parto. Un ritmo que desafía al extremo la paciencia del espectador; una lentitud innecesaria para una historia que no tiene tantos rebusques. Si querés ver una buena narración, con ritmo y fluidez, te podes desilusionar. Pero si querés ver unas visuales impresionantes, esta es tu película. Si querés ver a DiCaprio hacer el compromiso más extremo que puede hacer un actor para con su profesión y ver como lo borda como un verdadero maestro, esta es tu película.