Un cambio de punto de vista que trivializa su propia tesis. Hay quienes dirían que películas como Maléfica están para exponer la tesis de que no existe tal cosa como la maldad pura, y que de existir ésta siempre nace del bien. Si calamos más hondo, también se podría decir que tomar un villano de un título conocido y contar la historia desde su punto de vista le daría una multidimensionalidad cuya carencia suele ser a menudo el error clásico que denota un antagonista mal construido narrativamente. Maléfica cambia el punto de vista y el formato –de animación a live action— de la historia de La Bella Durmiente, pero mantiene una superficialidad que aunque aceptable en la animación, no lo es tanto dentro de la dramatización a la que quieren apuntar. ¿Cómo está en el papel? En una lejana tierra hay dos reinos, el de las hadas y el de los humanos. Maléfica es la guardiana del primero y conoce a Stefan, un habitante del segundo. Se hacen amigos y la amistad se convierte en algo más. Pero cuando el soberano del reino de los humanos se encuentra cerca de la muerte, decide convertir en su sucesor a quien le traiga la cabeza de Maléfica. Stefan la droga, le corta las alas a modo de llevarlas como prueba y se convierte en el nuevo Rey. Años más tarde, el ahora Rey Stefan tiene una hija y en venganza, Maléfica le echa una terrible maldición. Dicha niña es oculta en una lejana cabaña bajo el cuidado de tres hadas, y a medida que Maléfica vigila a la niña mientras crece no puede evitar empezar a sentir un apego casi maternal hacia ella. maléfica Maléfica es como ese episodio de Los Simpson donde el Sr. Burns va a juicio por atropellar a Bart. Cada uno cuenta la misma historia desde su punto de vista, y según quien la cuenta, el narrador es una pobre alma torturada que tuvo la desgracia de experimentar ese accidente y la contraparte es un exageradamente sádico villano que hace maldades porque si. Aquí se aplica el mismo concepto solo que a la historia de La Bella Durmiente y Maléfica sería como la versión del Sr. Burns (Noooo, llévame a mí, yo soy un viejo!!!!). Pasándoselos en limpio, misma historia, misma superficialidad, diferente punto de vista. ¿Qué quiero decir? El personaje protagonista es el único medianamente desarrollado, pero los secundarios son absolutamente superficiales, y cuando digo superficiales no digo solamente que los buenos son muy buenos y los malos son mas malos que la sarna, sino que no los profundiza en ningún aspecto, no hace que nos preocupemos o entendamos porque hacen lo que hacen, y cualquier vago intento de demostrarlo parece forzado o insuficiente; ya sea por sus acciones (en particular, humoradas que no causan nada de gracia), o por el dialogo absolutamente carente de subtexto que domina la película, que ni en la versión animada era tan acartonado. Conocemos todo sobre Maléfica, pero poco y nada sobre Stefan. De ella sabemos que es toda una luchadora, y de él que es un cobarde que por su ambición es capaz de hacer lo que sea. maléfica 5 El nombre de la protagonista tampoco me cierra. Tanto la definición local de Maléfica como la de su título original en inglés, Maleficient, en sus respectivos diccionarios responden a aquella que es dañina en intento o efecto, o capaz de producir maldades por influencia o naturaleza. Si esta es la definición de Maléfica con la que se guían, me cuesta creer enormemente que una nena inocente y bienhechora se llame Maléfica. Puedo entender que esa es su identidad como villana, pero ¿No podían hacer tipo como Darth Vader o Gollum y darle un nombre no tan obvio al personaje como identidad previa a su transformación? ¿Cómo está en la pantalla? maléfica 2La estética de Maléfica podría definirse en muchas ocasiones como el “Avatar Medieval”. Con paisajes nocturnos, lagunas fluorescentes y bichos de luz volando por todos lados. Luego me entero que el diseñador de producción (escenógrafo, para los que no son tan versados) de la película de James Cameron, Robert Stromberg, fue el director de esta película, y padece las mismas carencias de aquel film: Un mundo visualmente imponente, pero quienes lo habitan tienen poco o casi nada de personalidad. La estética es caramelo visual puro, pero la dirección de actores es débil. Angelina Jolie es lo mas logrado a nivel interpretativo, a pesar de que ella padece al igual que el resto del reparto de un dialogo acartonado. Sharlto Copley, Imelda Staunton y hasta incluso Elle Fanning, todos actores que han demostrado una solida pericia interpretativa en el pasado, aquí quedan desaprovechados por un guion y unos personajes a los cuales no le pueden sacar mucho jugo. Conclusión Un punto de vista alterno que debería ofrecernos una mayor dimensionalidad para una historia conocida, pero termina incurriendo en las mismas superficialidades, con la diferencia que la magia de la animación no puede venir a rescatarla. Los más chicos la encontrarán definitivamente entretenida; no puedo decir lo mismo de aquellos que se encuentren en un rango etario mayor.
Un documental con notables aciertos narrativos. No soy de los documentales. Menos que menos los documentales sobre deporte. Pero cuando la narración no solo es buena, sino que te conecta emocionalmente al sujeto de la misma, no hay prejuicio que valga, y contra todos los pronósticos el título a reseñar es un documental notable. ¿Cómo está en el papel? La película cuenta la historia de cómo el boxeador Maravilla Martínez, tras ser despojado de su titulo como Campeón Mundial de Peso Mediano, inicia una lucha dentro y fuera del ring, para recuperar su titulo de las manos de Julio Cesar Chávez, Jr. Habitualmente un documental de esta naturaleza tomaría la pelea con Chávez como un fragmento más de un gran mosaico sobre la vida y obra del boxeador, pero Juan Pablo Cadaveira muy sabiamente elige ir a contrapelo de esto y elige, del mismo modo que los biopics de ficción más efectivos, tomar un episodio particular de su vida y utilizarlo como un marco para ilustrar su carácter; usando su historia de vida –la cual no podía faltar– como una subtrama. Esto termina jugándole enormemente a favor, porque uno termina sintiéndose identificado con Maravilla, y el titulo “un luchador dentro y fuera del ring”, no es en absoluto hagiográfico. Se ve la lucha de Maravilla por triunfar a pesar de tener una edad en la que muchos dirían que ya no tiene nada para ofrecer. Se ve la lucha de él, junto a sus representantes, ante la comisión de boxeo que no ve en él un negocio. Se lo ve competir contra Julio Cesar Chávez, Jr., a quien la comisión le tiene más fe por el simple y solo hecho de ser el hijo de una leyenda del boxeo. La historia de Maravilla llega porque es la historia de cualquiera que hace lo que ama con corazón y talento, y tiene que luchar el doble por ser esas virtudes ignoradas en un mundo donde la codicia desmedida, el acomodo, el lobbying y los contactos parecen ser tristemente más importantes para trascender en lo que sea. Cosa que se nota en cada cuadro del documental y hace que sintamos su victoria como algo verdaderamente eufórico, con total independencia de que seas un fanático del boxeo o de cualquier deporte. Cuando algo así hace clic, cuando el deporte es percibido mas como metáfora de algo y no tanto como universo, es porque el film logró lo que se proponía. ¿Cómo está en la pantalla? El documental está construido con una cruza de imágenes de archivo (algunas comprensiblemente de baja calidad), entrevistas rodadas en la actualidad y seguimientos a protagonistas en momentos específicos. El montaje no se limita simplemente a operar según el orden del guion –y de la premisa que plantea Cadaveira– y alternar entre los tres formatos, sino que es uno de los pocos documentales que vi, donde se percibe que el corte se hace es, no tanto por orden y organización narrativa, sino por impacto emocional. El mejor ejemplo de cómo opera esto es el momento de la pelea final, que alterna entre la pelea con Chávez y como la vive la familia de Maravilla. La yuxtaposición entre Maravilla dándolo todo y sus seres queridos reaccionando te hace olvidar por un momento que estás viendo un documental; la escena parece sacada de una película de Rocky. Te preocupa mas allá de que sea una historia de la cual ya sabes el final, y cuando a pesar de esto estas al borde de tu asiento como si no lo supieras, es un ejemplo de lo lograda que es la película. En un párrafo aparte, me gustaría preguntarle a Cadaveira que cámara –y/o que tratamiento de imagen– utilizó para los fragmentos actuales, porque hay un plano general de la calle Corrientes que ni en la mejor película de ficción salió tan bien fotografiada. Conclusión Si Gatica el Mono de Leonardo Favio es nuestro Toro Salvaje, este documental es indudablemente lo más cercano que vamos a tener a un Rocky. La pericia narrativa de Juan Pablo Cadaveira asi lo demuestra. Lo aplaudo por haber concebido un documental con la intriga y el valor identificatorio de la ficción más esperanzadora. Establece a Maravilla como todo un héroe, al menos en el sentido cinematográfico de la palabra.
Una comedia dramática que fracasa en ambos frentes. Es muy poco frecuente que una película mexicana tenga un estreno comercial en nuestro país. Las pocas veces que se dió fue cuando el titulo en cuestión batió los records de taquilla en su país de origen, como fue el caso de Amores Perros o El Crimen del Padre Amaro. Ahora desembarca No se Aceptan Devoluciones, debut cinematográfico de la personalidad televisiva mexicana Eugenio Derbez, que cosecho un gran éxito no solo en su país sino en el exigente mercado norteamericano. No obstante el titulo a reseñar es el endeble intento de un realizador de querer ser Roberto Benigni o Charles Chaplin (como reza el propio realizador en la gacetilla de prensa), solo para terminar entregando un producto que resulta ser la antítesis absoluta de ambos. ¿Cómo esta en el papel? No se Aceptan Devoluciones cuenta la historia de Valentín Bravo, un mujeriego solterón que se da la gran vida en las playas de Acapulco. Pero un buen día, uno de estos affaires se le presenta en la puerta de su edificio con una bebe de un año y medio. Le pide diez dólares para el Taxi y, para hacer corta una historia larga, abandona a la nena con él para irse a Los Ángeles. Cuando caen en dicha ciudad, descubren que la madre se ha ido, y no le queda otra que quedarse en esa ciudad donde consigue un trabajo como doble de riesgo. El problema surgirá siete años más tarde cuando vuelva la madre a recuperar la tenencia de su hija. El guion de la película no hace agua, llega ahogado de entrada. Tiene agujeros en la trama por los que puede pasar un camión cisterna con un tanque australiano atado. Tiene tantos problemas de verosímil que se puede sacar un promedio por minuto. Los momentos cómicos no hacen reír en lo mas mínimo, y no porque se usan muchos coloquialismos mexicanos; al contrario, todos los “chistes” son bastante universales. Pero no causan NADA pero absolutamente NADA de gracia. NADA. Como si esto fuera poco, las situaciones dramáticas oscilan entre lo empalagosamente meloso, y una sucesión de golpes bajos a los que patéticamente tratan de disfrazar como “sorpresivos” giros de guion. ¿Cómo está en la pantalla? Por el costado actoral, como si Eugenio Derbez no tuviera suficientes problemas como guionista y director, su interpretación tiene el gravísimo problema de no poder cambiar de registro de una forma creíble. Es como si estuviera en modo comedia todo el tiempo, y se hubiera olvidado de cambiar el switch al modo dramático. Con el resto de los intérpretes no me voy a meter porque si no logran destacar pasa mas por las debilidades de la historia que por sus habilidades. Curiosamente, lo mejor a nivel interpretativo, es Loreto Peralta, quien da vida a la hija de su personaje. La parte técnica está bien. ¿Pero cuanto puede servir eso cuando todo lo demás esta desperdiciado? Conclusión No se Aceptan Devoluciones es una comedia que no hace reír en lo mas mínimo, mientras que como drama oscila entre el golpe bajo más extremo y los momentos más melosos que uno se pueda imaginar. No le puedo decir que no la vea, lector, pero si le voy a decir que suba bajo su propio riesgo y lo piense mucho antes de hacerlo.
Un film periodístico tanto en su base como en su narración. El periodismo tiene el estricto deber de contar solamente los hechos. Aunque carente de dramatismo —con la salvedad del periodismo amarillo—, es una pieza de narración que como cualquier otra tiene el deber de enganchar al espectador con la historia que está contando; tarea difícil ya que el factor identificatorio es algo que no depende de quien escribe la pieza. No obstante, La Gran Noticia cuenta una historia real, solo que para no caer en recursos realistas que sumarian en un documental pero serian la muerte en una ficción, elige contarla a través de las peculiares idiosincrasias de tres personajes. ¿Cómo está en el papel? Abril de 1974, las autoridades suizas se muestran preocupadas por el tono subversivo que está mostrando la emisora local francófona. En respuesta a esto, su principal directivo propone enviar un equipo a Portugal en orden de documentar el efecto que tuvo la ayuda financiera Suiza en ese país. El equipo está compuesto de Julie, una determinada reportera feminista; Cauvin, un veterano corresponsal de guerra que tiene algunos problemas de memoria; y Bob, un técnico de sonido próximo a la jubilación. Podría detallar en profundidad el conflicto de la película, pero sería contárselas entera. La película hace honor al título (argentino) que lleva, ya que los personajes están en búsqueda de La Gran Noticia a la que alude. No solo para tener algo que presentarle a su jefe, sino algo que les de significado a ellos mismos. La película se limita a contar solo los hechos, y aunque lo tangible de su objetivo se pierde levemente a la mitad del metraje, la idiosincrasia de los personajes es lo que salva las papas del fuego. Cuando el aspecto periodístico no domina la historia, la batalla de los sexos entre Cauvin y Julie es la carne de la película, casi del mismo modo que una comedia romántica. ¿Cómo está en la pantalla? La película goza de ricas composiciones de cuadro en Cinemascope, con gran sentido de la economía narrativa en la cantidad de planos y como estos ensamblan con ritmo en el montaje. Los tres actores protagonistas entregan interpretaciones a la altura del desafío, y cada uno a su manera consiguen sacar a flote lo entrañable de sus personajes. Conclusión La Gran Noticia es un film de corte periodístico sin vueltas y al punto, que si bien carece de un tema preciso, conquistara a quien lo elija por la idiosincrasia de sus personajes.
Un tema maduro en su tratamiento pero que rema con dificultad en densas aguas narrativas. Pocas relaciones son tan fáciles y a la vez tan complejas de entender como las que existen entre una madre y un hijo. El vínculo que existe puede ser tan fuerte, que hasta a veces dificulta que ambos se vean el uno al otro solo como seres humanos. Pero ¿Qué pasa cuando esto resulta en el daño a un tercero, a otra mitad de un vínculo tan fuerte como el de ellos? Esa es la pregunta que viene a contestar La Mirada del Hijo. ¿Cómo está en el papel? La Mirada del Hijo cuenta la historia de Cornelia, una arquitecta de la alta sociedad rumana, se encuentra repentinamente en un predicamento cuando Barbu, su hijo de 32 años, se ve involucrado en un accidente automovilístico que resulto en la muerte de un niño. Cornelia luchara contra viento y marea para evitar que su hijo vaya a la cárcel, aun si eso implica llevar a cabo acciones cuestionables. La película claramente trata el tema del abandono del nido, del hijo que inevitablemente tendrá que irse del lado de su madre, y la renuencia de esta a aceptar este hecho. El director, muy inteligentemente, elige para vehiculizar este tema algo tan desgarrador como un crimen y sus consecuencias. Es un vinculo, una burbuja, tan intensa y tan increíblemente dependiente que se vuelve añicos inmediatamente con el hecho delictivo. La deshonestidad en la que incurre Cornelia es una resistencia a aceptar esto, por más que se vea y se sienta como el amor de una madre. El daño a un tercero, a un hijo de otra madre, será la piedrita en el zapato de Cornelia, quien progresivamente comenzara a sentirse en los zapatos de la otra persona. Al tener que preguntarse que haría si estuviera del otro lado de la contienda. Aunque tiene un tratamiento maduro de su tema y un desarrollo de personajes tan complejo como rico, su progresión dramática es demasiado lenta para su bien. Las escenas están cargadas de subtexto, pero el espectador tiene que hacer un enorme esfuerzo para descubrirlo, tampoco le ayuda el ritmo de las escenas, que cuando no están ocupadas introduciendo excesivamente la acción, la alargan de modo tal que uno le pierde el hilo no solo a lo que cuenta, sino también al mensaje que quiere dejar. ¿Cómo está en la pantalla? La mayoría de la película esta filmada con cámara en mano, y casi sin hacer cortes. Aunque esto suma a la hora de crear un retrato visceral, no ayuda en el relato de una historia que desde el papel es muy exigente y estratégico para una estética tan librada a la improvisación como lo es esta. Por el costado actoral, se destaca gratamente a Luminita Gheorghiu, quien da vida a Cornelia a través de una gran expresividad y el uso justo de las palabras; una máscara de frialdad que expresa miles de sentimientos encontrados. Por la manera en que ella trabaja la última escena de la película, aun a pesar de las complejidades del relato en que se mueve, podemos sacar, y con toda justicia, que estamos ante un gran talento interpretativo. Conclusión La Mirada del Hijo ofrece un tema complejo pero definitivamente maduro y que a pesar de contar con un gran talento interpretativo para desarrollarlo, se encuentra en un marco narrativo demasiado pesado que a la postre le juega en contra.
Una efectiva película de acción. Brick Mansions sería una película que hubiera pasado desapercibida por las carteleras argentinas —o directamente no hubiera pasado— si no fuera porque se trata de la última película que Paul Walker, protagonista de la saga Rápido y Furioso, terminó antes de fallecer trágicamente en un accidente automovilístico. No obstante, lo que suma puntos —y un poquito de interés— es el prospecto de que se trate de un guion de Luc Besson, un caballero que, a pesar de no haber entregado en los últimos años un titulo a la altura de sus trabajos más logrados, no ha perdido el tacto sobre cómo escribir una película de acción efectiva y llevadera. ¿Cómo esta en el papel? Es el año 2018. El vecindario de Brick Mansions en la ciudad de Detroit se ha convertido una zona de guerra, por lo que las autoridades deciden erguir un muro alrededor de la misma. Damien, un policía encubierto tiene el deber de infiltrarse en dicha zona, y frenar el ataque del mafioso Tremaine Alexander, que consiste en un misil que tiene apuntado hacia la ciudad. Para llegar a él, Damien tendrá la ayuda de Lino, un presidiario cuya novia ha sido secuestrada por Tremaine. La trama de la peli es sencilla sin mayores complicaciones, con un desarrollo sin vueltas y al punto. Están los típicos intercambios humorísticos entre los personajes y las escenas de acción son sendas y no decae en ningún momento. Puede reprochársele cierta superficialidad e incoherencias en el desarrollo de sus personajes, pero eso se olvida a manos de la acción física que puebla la trama; la cual es, al fin y al cabo, la razón de ser de esta película. ¿Cómo está en la pantalla? Paul Walker en su último trabajo entrega una interpretación bastante decente. Nada del otro mundo ni memorable, pero efectivo a las necesidades de la historia. Aun sin ser extraordinario, Walker consigue ser lo más alto a nivel interpretativo; tarea fácil considerando que David Belle habla poco —y salta mucho; al fin y al cabo para eso es lo que esta— y RZA directamente es muy poco creíble —de madera— como un capo mafioso. Por el costado del aspecto técnico, recae en los típicos clichés de tener mil cortes por escena, y una cámara en mano con zooms indecisos hasta el final. Aun a pesar de este enfoque “moderno” en la puesta en escena, no le impide al espectador entender lo que esta pasando. Conclusión Una película de acción ideal para pasar el rato. Aunque el gancho definitivamente será el que se trate de la última actuación de Walker, Brick Mansions es una titulo cumplidor, y no mucho mas. Es una de esas pelis que uno ve con los amigos un sábado cuando llueve o no hay ningún lado al cual ir.
Solo para fanáticos de los personajes… y nada mas. Esta review es corta. Esta review es rápida. ¿Cómo está en el papel? Esta secuela comienza donde quedo la anterior (literalmente), por lo que los Muppets deciden irse de gira, no sin antes contratar los servicios de un representante (Ricky Gervais) que es en realidad un secuaz de Constantin, una malvada rana idéntica a Kermit (o René como muchos la conocemos), quien escapó de la cárcel. Dicho malhechor consigue que las autoridades confundan a Kermit con él, para así usar el espectáculo de los Muppets como fachada para robar las joyas de la corona británica. Esta película son dos cosas y dos cosas nada mas: Cantaleta y el juego de cuantos cameos de famosos podes identificar, por fuera de eso, la trama en si es débil y repetitiva. Me rehúso a aceptar como excusa el reclamo de “Es una película para chicos”. En los 90 tal vez te podías salir con la tuya diciendo eso, hoy no. Hemos llegado a una época donde hasta la película para chicos más deficiente, hace un esfuerzo por escribir un guion medianamente inteligente. ¿Cómo está en la pantalla? Todo el aspecto visual esta obviamente muy bien trabajado. Ahora por el aspecto interpretativo, quiero creer que Tina Fey y Ricky Gervais son fanáticos de Los Muppets, porque es la única razón que se me ocurre para que dos humoristas de su prestigio se asocien a este proyecto. No es que sean de madera, de hecho trabajan en el mismo registro de sus trabajos más logrados, pero el guion de este título simplemente no los ayuda. Como buena película apta para todo público que es, este título nos llega doblado al español, y es un doblaje con valores altamente esquizofrénicos. En una película con muchas canciones, hay dos caminos a seguir: Uno, doblar tanto las canciones como los diálogos; Dos, doblar solo los diálogos y las canciones que salgan en su idioma original. Aquí hay números musicales que son doblados, y otros a los que inexplicablemente los dejan en su idioma original. Lo ilógico del mecanismo como que te saca un poco de la experiencia de la peli. Conclusión Recomendable solo para fanáticos de los Muppets. Para el que no lo sea o no tenga ni idea, puedo asegurarles que si eligen dejarla pasar, no se van a estar perdiendo de nada.
Un sólidamente narrado western gaucho con todas las de la ley ¿Habrá empezado Aballay una nueva tendencia? No lo sé, lo que si se es que El Grito en la Sangre es un ejemplo muy bien armado de lo que es un western gaucho. Con la diferencia de que no “agauchan” lo visto en miles de westerns, sino que crean los mismos debates de esas películas (amor, honor, venganza, justicia) dentro del universo gaucho. ¿Cómo esta en el papel? El Grito en la Sangre cuenta la historia de Mario, quien ve a morir a su padre morir de un disparo en una carrera de caballos. La tradición gaucha establece que cuando un hombre fue muerto a traición, su alma no descansará en paz hasta que el hijo mayor del finado vengue esa muerte. Cuando los sospechosos habituales prueban no tener nada que ver, Mario se encamina en un viaje para buscar al verdadero asesino. Su viaje lo lleva al campo de Don Clemente, donde encontrara el amor de Lucia, la hija de patrón, y el consejo de Don Chuco, el capataz de dicho lugar quien lo toma bajo su ala. El guion se desarrolla adecuadamente con un conflicto claro y los puntos de giro bien establecidos. Los antagonistas son escasos pero presentes y la historia no se la deja fácil al protagonista para cumplir con su objetivo, cosa que suma muchos puntos. Cierto, la subtrama romántica de tanto en tanto se pasa de revoluciones, pero a la postre se elige no descuidar la trama principal; lo que lo hace un traspié chico pero perdonable. La resolución elegida probablemente a muchos no les cierre, pero cuando mastiquen la película se percataran que otra alternativa no podía quedar. Decisión arriesgada pero acertada. No es una obra maestra del guion cinematográfico, pero está bien narrado, y eso ya es para agradecer, sobre todo por no caer en muchos de los clichés en los que se han incurrido a lo largo de la historia a la hora de retratar la cultura gaucha. ¿Cómo está en la pantalla? La factura técnica de la película es impecable. El uso de los colores, los contrastes y las sombras contribuye muchísimo a la creación de climas y al sostén de la tensión. Todo esto por no mencionar la riqueza en las composiciones de cuadro, y la estrategia, justificación e inteligencia a la hora de mover la cámara. La factura actoral es bastante adecuada, Abel Ayala se lleva con mucha dignidad al hombro y trae a suficiente buen puerto al protagonista, lo mismo podemos decir de Florencia Otero. Pero definitivamente el punto más alto a nivel interpretativo es definitivamente para Horacio Guarany, a quien el rol de mentor le calza como guante; una suerte de Obi Wan Kenobi gaucho. Sus escenas están entre lo más alto de la peli; una actuación que da gusto. Párrafo aparte merece destacar que esta fue la ultima película del gran Ulises Dumont (la película se rodó en 2007, poco antes de su muerte), que entrega un personaje tal vez pequeño pero que se vuelve fundamental no tanto para la trama en sí, sino para el viaje del personaje protagonista. Conclusión Claro en sus ideas, decente en sus actuaciones, y sobresaliente en su técnica, con El Grito en la Sangre Fernando Musa pone sobre la mesa una narración a la cual difícilmente se la pueda catalogar de obra maestra, pero sienta un precedente para encarar este nuevo subgénero de manera tal que enganche al espectador y se mantenga fiel al universo elegido para narrar su historia sin caer en la exageración.
Un titulo que entretiene con muchísimas creces y consigue que el espectador se identifique lo suficiente para seguir el viaje. Si he de ser sincero no daba ni dos pesos por Divergente, ni dos pesos, ni dos centavos, ni dos de esos botones que en un bolsillo uno ingenuamente confunde por monedas. Entre a la privada, con el prejuicio a flor de piel por la terrible reputación que las adaptaciones cinematográficas de novelas Y.A. (Young Adult) vinieron cosechando por obra y gracia de Crepúsculo, (al igual las muchas que han tratado de repetir su “éxito”) solo para ser volteado del caballo y en buena lid. Defender una película como esta no es fácil; primero no leí la novela en la que se inspira, y segundo, no lei la saga de libros de The Hunger Games (o vi sus adaptaciones cinematográficas; no me linchen) de la cual muchos creen esta saga es un plagio. Eso se lo voy a dejar a los fans. Aca la cuestión es si funciona como narrativa, y la respuesta, al menos desde mi humilde opinión, es que si. No es una obra maestra, estas cambian la cinematografía y Divergente no apunta a eso. Pero me rehuso categóricamente a tildarla de mediocre, como muchos otros probablemente harán. ¿Qué motivos puedo tener? Principalmente, y por encima de todo, Divergente no aburre… para nada. ¿Cómo está en el papel? En una Chicago post-apocalíptica rodeada por una gran cerca como resultado de una gran guerra, la sociedad está dividida en cinco facciones: Erudición, Abnegación, Osadía, Cordialidad y Verdad. Nuestra protagonista, Tris Prior, nació y fue criada dentro de la facción abnegada y al cumplir 16 años debe elegir a que facción va a pertenecer el resto de su vida. Previa a esta elección, debe someterse a un examen que le dira para que facción esta mas predispuesta. Dicho examen la muestra con igual predisposición para la Osadía, la Erudición y la Abnegación, o sea una Divergente, o sea que no entra en una categoría especifica, o sea una amenaza para esta sociedad que desea tener todo controlado. Cuando ella debe elegir en una ceremonia, se inclina por la facción de Osadía, la que probara tener una iniciación con una serie de pruebas absolutamente desafiantes, tanto a nivel físico como a nivel mental. Pero a medida que progresa su entrenamiento, ella descubre que hay una conspiración por parte de la facción de la Erudición para desbancar del poder a los de la Abnegación, etapa en la cual no solo no podrá confiar en nadie sino que deberá cuidarse de que no descubran lo que ella es. La historia pone a la protagonista desde el incidente desencadenante hasta el desenlace en una situación constante de elegir entre dos opciones irreconciliables. Todos y cada uno de los desafíos a los que se expone no solo representan un desafío físico, sino mental y emocional. En cada escena siempre hay algo en riesgo. En cada escena la protagonista aprende o se equivoca. Se fortalece y se debilita. Una montaña rusa que no da tregua. No pude sacar los ojos de la pantalla en ningún momento. ¿Pero que tal el costado temático, el subtexto? Aquí es habitualmente donde las historias Y.A. suelen pifiarla fiero, y es el objetivo de la mayoría de las criticas, bromas y ataques de quienes no toleran el género. ¿Cómo rinde Divergente en este apartado? Bastante mejor les diría, o al menos en comparación a sus poco ilustres antecesoras. No tiene lo que se dice ¡Guau, que profundidad filosófica!, pero las escenas siempre encuentran la manera de fusionar los conflictos y obstáculos con los temas de la película: los miedos, la confianza, la pertenencia y la identidad. En especial este último punto, ya que no se limita a una simple cuestión de confianza en uno mismo, sino de elegir un camino propio a pesar de que toda nuestra formación nos impulsa a encajar, a elegir un camino predeterminado que nada tiene que ver con nuestros deseos, o siquiera con lo que somos en el fondo. Es sobre la valentía de afrontar esa decisión, las consecuencias que esta conlleva, por devastadoras que estas sean y no rendirse. No olvidemos, es Y.A., y esas cuestiones son habituales y la película las sabe poner en el contexto de la historia sin necesidad de ser discursiva. ¿Y qué tal la subtrama romántica? Otro apartado en donde la mayoría de las historias Y.A. la pifian aun más fiero es en el desarrollo y el mensaje que estas dejan, y si he de ser brutalmente sincero, donde la mayoría de mis prejuicios estaban arraigados; “Pibe fachero, es obvio que termina ligando a la protagonista”. Si bien no hace falta ser un genio para saber que se va a dar así, lo que me hizo dejárselo pasar es como se termina dando. No es un romance arraigado en las apariencias y en el rol del interés romántico como el gran salvador de la protagonista cual damisela en apuros, sino todo lo contrario. Este la entrena, la guía, la inspira a confiar en si misma, pero la acción ultima siempre queda a manos de ella. Es un amor basado más en la confianza y en el respeto mutuo. Como debe ser. ¿Cómo esta en la pantalla? Si bien tiene los efectos visuales y el diseño de producción justos y necesarios para hacer creíbles este futuro distópico, el aspecto técnico responde más a ser un trasfondo adecuado para el lucimiento físico y expresivo del aspecto interpretativo. Shailene Woodley da vida con increíble madurez a Tris Prior. Ella despliega con fluidez y mucha credibilidad el enorme abanico de emociones que le exige el guion. Sabe como manifestar la fragilidad y a la vez la rudeza que adquiere su personaje con el devenir del relato. Su expresividad y su entrega fueron cruciales para poder seguir al personaje en su viaje. Kate Winslet, en lo poco que aparece, da vida con mucha clase y precisión a una villana fría y manipuladora, dándole una distinción que otra actriz sin su talento hubiera reducido a un cliché. Conclusión Solo el tiempo dirá si la saga de Divergente se consolidará con el tiempo o quedara relegada a un efectivo primer episodio y nada más. Pero me veo obligado a decir que agradezco el que haya derribado mis prejuicios y me haya hecho pasar un rato más que agradable en la sala de cine. Este título cumple de forma sobresaliente su intención de entretener, no decae en ningún momento y tiene las bases tematicas lo suficientemente cubiertas para no ser descartada como hueca. Si la eligen, mal no la van a pasar.
Un título que invita a encontrar el balance entre lo bueno y lo malo. Un amigo me dijo una vez que detrás de todo pesimista se esconde un optimista frustrado. Mas seguido que no, un pesimista cuando es acusado de tal, es capaz de retrucar con que es realista. Pero es un falso realismo. El Crítico, muy a su manera, trata de insertar la tesis que el pesimismo y el optimismo son relativos más que absolutos. ¿Cómo esta en el papel? Tellez (Rafael Spregelburd) es un crítico de cine que no pierde oportunidad de hacer pelota cuanta película vea. Cree que el buen cine hace rato ha muerto y su lugar lo han tomado un montón de comedietas románticas intranscendentes y clichadas, las cuales detesta. Pero el cine no es su único problema, busca mudarse de departamento y justo cuando lo encuentra tiene el problema de encontrarse con Sofía (Dolores Fonzi), otra candidata por el inmueble. La discusión llevara eventualmente a un romance en el que Tellez no pueda evitar encontrar en Sofía la personificación de todos esos clichés que detesta. El Crítico alude en muchas oportunidades a como el cine se ha vuelto la lente en la que más de uno puede llegar a ver la vida, pero también nos invita a ser precavidos y velar a que esa lente no se distorsione. Porque del mismo modo que tanta comedia romántica nos puede persuadir que todo en la vida puede tener un final feliz, tanta película sobre la Nouvelle Vague nos puede persuadir que todo termina mal. La vida es un término medio existente entre ambos, una tesis que esta película expone con mucha inteligencia a nivel guion. La originalidad y la inteligencia antes mencionada de este guion reside precisamente en como elige desarrollar esa tesis. Cualquier otro realizador hubiera utilizado a una amante de las comedias románticas, pero Hernan Guerschuny nos aviva de que ese camino, aunque original, es el más fácil, y no solo eso, sino que ha sido transitado más veces de las que nos podemos dar cuenta. Por elegir este camino poco transitado se garantiza desde el primer cuadro que su historia no sea una más del montón. El único hueco que le encuentro son las referencias cinéfilas, te hacen llegar a la conclusión que tenés que ser muy cinéfilo para entender ciertos detalles de la trama y por qué Tellez hace lo que hace. Pero afortunadamente esos detalles no son vitales a la trama, solo para entender al personaje, solo eso nada mas le resta puntos. ¿Cómo está en la pantalla? La película tiene un uso del montaje y la fotografía bastante sobrios, y cuando digo sobrios es que no entran en preciosismos, sino que están en función del guion y la interpretación. Rafael Spregelburd entrega un muy buen rol como Tellez. El da vida al estereotipo del crítico (que existe en la vida real), pero cuando la trama evoluciona y lo saca progresivamente de ese estereotipo, hasta el cambio más radical en sus expresiones y acciones guardan toda lógica con el personaje que ha venido construyendo, y por saber cómo guardar esa lógica hace reír, incluso enternecer. Conclusión El Cine, como arte que es, es un espejo de la realidad, y lo que ocurre en la realidad se refleja en estos espejos. Vamos a ellos por consejo y esperanza. Pero a veces mirarse mucho en ese espejo puede lograr que distorsionemos la realidad que nos muestra. El Crítico nos viene a recordar que el cine es más que nada una cuestión de perspectiva, la que cada película ofrezca, y las lecciones que nos dejan se aprenden mas por la sumatoria de muchas de esas perspectivas; tanto negativas como positivas; una de cal y una de arena (frase hecha pero necesaria). Cómo obramos con el resultado de esa sumatoria, ya depende de nosotros.