“Agentes 355” de Simon Kinberg. Crítica. Una mas de espías, pero no mucho más. Simon Kinberg nos presenta su segunda película como director, tras su fracaso con “X-Men: Dark Phoenix”. “Agentes 355” trae aparejada una elenco de nombres resonantes como Jessica Chastain, Penélope Cruz, Diane Kruger, Lupita Nyong’o y Sebastian Stan. A pesar de su internacional elenco, se las arregla para no proponer nada sólido. Llegando a las salas de cines el próximo 13 de enero, a fin de completar la cuota de acción no superheroica. Un arma cibernética, que permite el acceso a todo lo que tenga rastros de tecnología, se encuentra dando vueltas por el mundo. Una agente de la CIA se ve involucrada en una misión para recuperarla, antes que caiga en las manos equivocadas. Para conseguirlo deberá aliarse con una agente francesa, una experta en informática inglesa y una psicóloga colombiana. Formando así un grupo al que luego se le sumará un misterioso personaje chino. Todas juntas intentarán que el mundo no caiga en la tercera guerra mundial. Lo que más sorprende en el film, es la falta de química entre las integrantes del grupo. No se le exige que de repente sean todas amigas, pues la confianza es algo que se construye con el tiempo. Pero ni siquiera en sus puntos álgidos se sienten como un grupo homogéneo, por el contrario son cinco personas que luchan cada una por su causa. El interés romántico de la protagonista con su compañero tampoco se logra, Jessica Chastain y Sebastian Stan parecieran dos hielos expresando deseo. Por otra parte el audiovisual falla a nivel narrativo. Sus puntos de giro son predecibles y en ningún momento logra sorprender al espectador, siendo una película de engaños y espías. Utilizando recursos convencionales y repetitivos, de un género que se encuentra en vías de extinción por su falta de verosimilitud. A su vez, el ritmo de la historia no es uniforme. Los frenéticos momentos de acción chocan contra la lenta pared que se crea cada vez que nadie está disparando en la pantalla. Jugando en contra la extensión de 124 minutos, sobrando como mínimo unos 20 minutos. Podemos encontrar buenas intenciones en el giro que se le da al género de espías internacionales, pero no mucho más. Un elenco de este nivel amerita una historia más sólida, que deje de lado la espectacularidad de la acción por un momento. Simon Kinberg se presenta como un director difícil de defender en estos momentos, con dos tropiezos importantes en su haber. Sin embargo, con un gran tarro de pochoclos y sin grandes expectativas, “Agentes 355” puede resultar algo pasable.
Bienvenida esta atrapante propuesta que pone, en el cine de acción, y, particularmente, en películas de espionaje, a la mujer en el centro, con un dream team de actrices que logran hacer verdadera cada escena de esta trepidante aventura en los cinco continentes.
El director del film Simon Kinberg se hizo conocido en este último tiempo por estar entre los creadores del reboot de la serie «The Twilight Zone» junto con Jordan Peele y Marco Ramírez. Esta vez nos trae a la pantalla grande «Agentes 355», un film de pura acción y con una selección de actrices a las cuales queríamos ver actuar juntas. Mace (Jessica Chastain) es una agente de la CIA que hace trabajos de encubierto a la que le dan una misión que termina siendo una emboscada buena y mala. Todo surge a raíz de que un objeto, que es básicamente un arma que amenaza al mundo, es buscado por temidos delincuentes y terroristas. Para ello, ¿qué mejor que trabajar en equipo y evitar que caiga en manos peligrosas? Así arma un verdadero círculo de agentes de distintos países con un mismo objetivo y deber. Este trabajo sin dudas va a ser el más importante de sus carreras y de sus vidas porque el peligro las acecha en todo momento. Así demostrarán verdaderamente la esencia de ser una Agente 355. El cast estuvo muy bien elegido, cada una aporta lo que el personaje pide. Teníamos muchas ganas de ver a semejantes actrices juntas en una misma película: Lupita Nyongo , Diane Kruger, Penélope Cruz y Fan Bing-Bing. Además de ellas, no podemos pasar por alto a Edgar Ramírez y Sebastian Stan, quienes también son parte del film. Sin embargo algo que fue muy notorio en los personajes de los villanos es que les faltó que sean, valga la redundancia, más villanos, para que el contraste sea mucho más significativo y le diera más fuerza a las heroínas de la historia. Esto implicó que en varios momentos de la película hubieran momentos flojos en dónde la película decae un poco en ritmo Lo que sí atrae del film, además de ver actuar caras conocidas y talentosas, son las escenas de acción y de pelea que están muy bien coreografiadas y los efectos especiales que se destacan mucho. Han optado por una fotografía y estética que están al nivel del film. «Agentes 355» es una película en donde hay mucho girl power pero hay un cierto desequilibrio en la historia y en el guión. Tiene dos horas de duración y tranquilamente podría haber durado menos, ya que recién a la mitad de la misma comienza a generar más atracción.
“Tan insustancial que hace que Los Ángeles de Charlie parezca digna de Cannes”. “Una película de robos frustrante y trillada”. “Qué pena empezar 2022 en el cine con este bodrio vacío y sin alma”. Las frases corresponden a fragmentos de varias críticas inglesas y estadounidenses que despachurraron a Agentes 355 con particular saña. Es cierto que la película de Simon Kinberg es una típica historia de acción que lleva por el mundo a sus protagonistas para desbaratar los planes de caos planetario pergeñados por uno de esos villanos maquiavélicos sacados de una de James Bond. Tan cierto como que exhibe una conciencia plena de sus limitaciones y que sabe muy bien qué quiere ser y, lo mejor, cómo hacerlo. Que nadie espere una revolución del lenguaje audiovisual ni tampoco una de esas películas que dejan huella en la pantalla grande. Pero de allí a catalogar como “bodrio” o “frustrante” un ejercicio de género correcto y entretenido, hecho con ritmo y la inevitable cuota de inverosimilitud que suelen presentar los relatos de espionaje internacional, hay una distancia enorme. Coproducción entre Estados Unidos y el poderoso mercado audiovisual chino, lo que explica que la última posta de un recorrido que incluye cafés parisinos y mercados marroquíes sea la opulenta Shanghái, Agentes 355 comienza con una agente de la CIA (Jessica Chastain) intentando evitar que un arma secreta capaz de manipular el uso de Internet caiga en las manos equivocadas. Luego de que el operativo falle, unirá fuerzas con una agente alemana que en principio es su rival (Diane Kruger), una especialista informática aliada del MI6 británico (Lupita Nyong’o) y una psicóloga colombiana (la española Penélope Cruz haciendo lo que puede con el acento cafetero). Lo que sigue, es verdad, se ha visto mil veces antes: las chicas, cuya dinámica interna empuja a Agentes 355 al terreno de una buddy movie, trazan los mil y un planes para hacerse de un dispositivo anhelado por un buen número de multimillonarios. Habrá, desde ya, traiciones, identidades dobles y una gran cantidad de escenas de acción filmadas con buen pulso por el también guionista de parte de la saga X-Men. No será mucho, pero tampoco es el desastre que preanunciaban desde el Norte.
Hace apenas unos meses, cuando se discutía la sucesión de Daniel Craig en la piel de James Bond y se especulaba con la elección de una actriz para encarnar al mítico personaje, Phoebe Waller-Bridge -guionista invitada de la despedida en Sin tiempo para morir-, decía que antes de convertir a James Bond en una mujer era mejor crear personajes femeninos interesantes, con identidades propias y con buenas historias para contar. Esa mera alteración de género es la que se consagra en Agentes 355, película que acumula estrellas en una narrativa de espionaje que no logra escapar a los estereotipos que padecieron las actrices cuando eran apenas un adorno de esas historias. Acá tenemos a una agente de cada servicio secreto: Jessica Chastain es miembro de la CIA, obsesiva y solitaria, que escapa a las historias de amor para mantener el deber como prioridad. Diane Kruger es una oficial rebelde de la inteligencia alemana cuyo único vínculo afectivo es su jefe y mentor en el espionaje. Lupita Nyong’o es del MI6, retirada del servicio activo y dedicada a la investigación y la enseñanza, quien forzosamente debe regresar a la acción no sin pagar un alto precio por ello. Y, por último, el único personaje reacio a las armas es Penélope Cruz, convertida en una psicóloga colombiana para la que la familia es lo primero. En ese enredo de lugares comunes, discursos feministas y persecuciones vertiginosas, la película no es más que un torpe reflejo de aquello de lo que quiere emanciparse. Las actrices hacen lo que pueden con personajes que están escritos como la contraprueba de toda una tradición: el de Chastain para demostrar que una mujer puede ser tan vengativa como un hombre cuando es engañada; el de Kruger, para asegurar que puede ser tan fría cuando es traicionada; el de Nyong’o, que puede ser tan íntegra cuando debe esconder sus emociones. El título evoca el código de una célebre espía cuya identidad nunca fue develada y la trama supone un arma superpoderosa que puede destruir al mundo si cae en las manos equivocadas. Un clásico. Sin embargo, la alianza que se forja entre ellas, no exenta de sospechas y algún que otro desencuentro, se sostiene siempre en el mundo extracinematográfico: la explicación redundante de que juntas son más fuertes ante a los hombres que las han sometido. La dirección de Simon Kinberg, responsable de la inexplicable X-Men: Dark Phoenix, se concentra únicamente en el vértigo que quiere imprimirle al relato a cualquier precio. En ese afán todo es fragmentario, el ritmo se confunde con la velocidad, y las secuencias se extinguen una vez que cumplieron el cometido de brindar información. La que sale mejor parada es Chastain, que ha demostrado en películas notables como La noche más oscura (2011) de Bigelow, o incluso en la efectiva Miss Sloane (2016), que es una actriz que puede cargar sobre sus hombros una heroína compleja, con creíbles contradicciones. En Agente 355 asume el único conflicto verdadero que atraviesa al grupo, juega las mejores escenas de acción y pone el mayor empuje en que la dinámica de conjunto funcione más allá del guion. Quizás a la hora de pensar narrativas propias, lo mejor sería desmarcarse de lo peor de los moldes apropiados.
Con un elenco femenino de lujo, llega a los cines una película de espionaje y acción que se queda a medio camino, satisfaciendo a unos pocos.
Luego del desastre que hizo en X-Men: Dark Phoenix, que representó el tiro de gracia final a la saga de los mutantes, Simon Kinberg vuelve a ofrecer otra película horrenda con esta inepta incursión en el género de acción. Un sujeto que hizo una carrera decente en Hollywood donde fue responsable de filmes de calidad como The Martian, Cenicienta y Sherlock Holmes (Guy Ritchie) pero en su faceta como realizador hasta ahora llamó la atención por su incompetencia. La premisa de la trama presenta una mezcla entre Los Ángeles de Charlie y Misión: Imposible con una historia genérica donde un grupo de agentes femeninas deben impedir que se desate la Tercera Guerra Mundial. Una idea que por cierto hubiera sido más efectiva si se trabaja desde la sátira, sin embargo el film escoge el camino contrario y genera que todo resulte más ridículo. El argumento es tonto, los personajes no tienen un mínimo desarrollo y el mismo tipo de conflicto en el pasado se trabajó en producciones mejores. Sin embargo el gran problema del film no pasa por estas cuestiones sino por la dirección chapucera de Kingberg, quien desperdicia un reparto que estaba para más. La debacle surge en los primeros minutos con una persecución deplorable entre Jessica Chastain y Diane Kruger que sienta las bases del tratamiento que le otorgará el director a la acción en el resto del film. Toda la secuencia es retratada con la nefasta cámara movediza que no se detiene un segundo e impide registrar lo que ocurre en la pantalla de un modo claro y prolijo. A esto se le suma los reiterados cortes de edición que arruinan permanentemente la tensión de la situación que se presenta y dan como resultado una película para el dvd concebida en el 2002. Kingberg no demuestra el mínimo interés en elaborar escenas de acción emocionantes y después de la tercera pelea y tiroteo filmada con el mismo estilo, su trabajo resulta mediocre y redundante. Hasta la serie de televisión Nikita, con Peta Wilson, de fines de los años ´90 tiene momentos de ese tipo mucho más destacados que este bodrio, que tampoco funciona en lo argumental. Las heroínas son caricaturas sin vida que nunca consigue formar un equipo con química, en parte porque el guión tampoco les da espacio para que se conecten entre sí. Dentro del reparto Diane Kruger y Lupita Nyong'o lo único destacable de este estreno) le ponen un poco más de onda a sus personajes y con eso les alcanza para sobresalir frente a sus compañeras que trabajan en piloto automático. El peor caso es el de Penélope Cruz quien suele expresar más entusiasmo en las publicidades de perfume. No ayuda tampoco el ritmo de la narración que genera que los 124 minutos de duración se vuelvan interminables. Como propuesta de acción Agentes 355 es realmente olvidable y por ese motivo cuesta recomendar su visionado en el cine.
Una española, una americana, una alemana, una inglesa y una china entran a un bar. No, no entran a un bar: se unen como espías super poderosas que son para derrotar a una organización que prepara un arma mortífera. Alguien debería decirles a los genios de la producción en busca de material “inclusivo” que desde Vesper Lynd hay espías femeninas. Pero igual es lo de menos: el problema es que este conjunto de gente talentosa tiene que interpretar clichés que no discriminan: tratan a todo espectador, si distinción de género, como tonto.
Una morena y una rubia. Y una colorada, una afroamericana y una asiática. Cruzando la acción de espionaje a la James Bond, a la Jason Borune, con la buddy movie femenina, en clave Ángeles de Charlie, Agentes 355 convoca a un elenco de estrellas y cubre el cupo de todos los acentos. Fórmula pura, sí, al servicio de una aventura que hilvana escenas de acción en distintos escenarios. Ya saben, se desayuna en París y se termina el día en Marruecos, de una balacera a otra. Los escenarios, cuanto más caprichosos, mejor, pues son esas secuencias de acción el núcleo duro de una historia puesta a su servicio. Todo lo que pasa entre una “acción” y otra —secuencias, hay que decir, entretenidas, y resueltas con cierta gracia— da más o menos igual. Hay un McGuffin, un pretexto que vuelve locos a los más poderosos agentes secretos y a los más poderosos mafiosos. Algo así como un dispositivo capaz de proveer el control de la Internet toda. Tan importante artilugio provoca, en la introducción, la muerte de un buen número de colombianos, y poco después destrozos importantes en París, hasta donde ha llegado la agente Mace (Jessica Chastain) y su colega, y amante, Nick (Sebastian Stan). Un cambio de mochilas (con Edgar Ramírez), una camarera que en realidad es otra agente (Diane Kruger), arrastrarán a un cruce entre mujeres de armas tomar. A ellas se suma una psicóloga y madre colombiana (Penélope Cruz, peleando también, una vez más, con los acentos) y Lupita Nyongo, agente británica experta en ciberseguridad. Las frenemistades derivarán en forzosa camaradería, mientras pasan como pantallas las locaciones, latitudes en las que las bellas espías libran sus batallas. Sin jamás perder estilo ni glamour.
Las espías también lloran. Un arma virtual ultrasecreta, que es capaz de vulnerar cualquier sistema de seguridad del mundo, es el punto de partida para esta historia de espías a pura acción, secretos y traiciones, que está protagonizada por cinco mujeres a las que reúne el destino y sin dudas la causalidad. Mujeres fuertes e inteligentes que no tienen nada que envidiar a James Bond, y que no tienen pudor a la hora de demostrar su sensibilidad. Después de un encargo fallido en la que aparentemente pierde a su compañero, la agente especial de la CIA, Mason “Mace” Brown (Jessica Chastain), quiere investigar más sobre el turbio asunto que involucra a esta peligrosa arma y une fuerzas junto a la agente alemana Marie (Diane Kruger); la ex aliada del MI6 y especialista en informática Khadijah (Lupita Nyong’o); la psicóloga colombiana Graciela (Penélope Cruz); y la agente china Lin Mi Sheng (Fan Bingbing), quién aparece más tarde, pero es relevante en la misión. Algunas son convocadas y a otras las sitúa la vida misma, pero todas buscan lo mismo: que el poderoso sistema no caiga en manos equivocadas. Y así nos involucramos en un relato dinámico que nos traslada a distintas partes del mundo, con nuestras chicas haciendo de las suyas. Es cierto, que a nivel narrativo y dirección Agentes 355 es bastante plana y no escapa a los clichés del género, pero por esto no es menos explosiva que su tremendo reparto. Más allá de la acción y la adrenalina propiamente dicha, las actrices son y están muy efectivas, mostrando en sus personajes su flanco más humano. No salen ilesas y elegantes de una persecución feroz, ellas se manchan con sangre. Tampoco resignan el amor por sus peligrosas carreras, más allá de la traición o la pérdida. Vale decir que por momentos el relato es un poco rebuscado y se alarga, pero nunca pierde el interés. Una spy movies con chicas super poderosas, que cumple.
Fue en Cannes, en pleno festival, cuando a Jessica Chastain se le ocurrió que era hora de que hubiera una película de acción al estilo de las que hace Stallone con todos los viejos héroes del cine de tiros ochentero. Enseguida puso manos a la obra, se juntó con la gente que estaba dispuesta a poner el dinero y llamó a Simon Kinberg, el director de X-Men: Dark Phoenix (ouch!) y busco alguien que escribiera un guión. El resultado es Agentes 355. Mace Brown (Chastain) es una agente de la CIA que se encuentra en París con un compañero para llevar adelante una misión que no parece que vaya a tener muchos problemas, al menos ese es el clima que ambos agentes parecen manejar, pero por supuesto todo se complica. El asunto es así: unos colombianos están decididos a dejar el negocio de las drogas para entrar a otra liga y directamente dominar el mundo al mejor estilo de los villanos de James Bond. El instrumento con el piensan lograrlo es un disco rígido que tiene la clave para entrar a manejar todo lo que se les ocurre, desde sistemas eléctricos a radares militares, pero en el comienzo del relato el artefacto es robado y pone en marcha a distintos interesados en tener el aparato. Por eso, además de Mace y su compañero de la CIA también andan por ahí Marie (Diane Kruger), que es de los servicios de inteligencia alemanes y también Khadijah (Lupita Nyong’o) del MI6 británico y Graciela (Penélope Cruz) que es una espía colombiana (acaso Bond no tuvo una agente boliviana en Quantum of solace?). El grupo se va a relacionar primero como antagonistas, pero luego a fuerza de giros de guión, se une para salvar el mundo. A favor de la película juega el grupo de actrices a las que les sobra el talento para meterse en estos personajes, que la trama sea hasta el último tercio muy entretenida y que las escenas de acción están mucho mejor que el pastiche que filmó Simon Kinber en aquel desastre que fue la última película de los X-Men. Otro punto a favor es que un poco a contramano de lo que ocurre con el género de acción, Agentes 355 no es “canchera” ni tiene humor metido a la fuerza, como ocurre por ejemplo con muchas de las películas de Marvel. Agentes 355 es entretenida, que no intenta ser otra cosa, en la que un grupo de grandes actrices se divierten haciendo de espías. Es posible que el guión tenga algunas “conveniencias”, pero ¿qué película del género no se toma ciertas libertades? El final es más o menos abierto, como para proponer una segunda película en la que pueda participar Marion Cotillard que finalmente se quedó afuera de esta cuando empezaban a filmar. AGENTES 355 The 355. Estados Unidos/China, 2022. Dirección: Simon Kinberg. Intérpretes: Jessica Chastain, Penélope Cruz, Diane Kruger, Lupita Nyong’o, Fan Bingbing, Sebastian Stan, Edgar Ramirez y Jason Wong. Guion: Theresa Rebeck y Simon Kinberg. Fotografía: Tim Maurice-Jones. Música: Junkie XL. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 124 minutos.
Equipo de actrices superpoderosas, Penélope Cruz, Diane Kruger, Lupita Nyong´o, Fan Bingbing , convocadas por la protagonista y productora Jessica Chastain, tiene desde el vamos un gran atractivo. Si se complementa con Edgar Ramírez, Sebastian Stan, Jason Fleming, hay suficiente brillo de estrellas para asegurar recaudación. Lo demás dirigidos por Simon Kinberg, que escribió el guión junto a Teresa Rebeck, es una entretenida diversión de espías, contrarias o enemigas, principiantes o experimentadas que se unen en un equipo infalible de solidaridad y acción, con ingredientes a los James Bond o la saga Bourne. Un arma secreta que pone en peligro a todo el mundo no puede caer en manos equivocadas, y allí están ellas para salvarnos de tamaña barbaridad. Para eso muestran sus habilidades en la lucha, deducción, eficiencia o el comienzo de un camino inesperado. Siempre serán eficientes y letales. La trama las lleva por Francia, Marruecos o Shangai, vestidas sencillas o glamorosas, sin descanso contra el crimen. El resultado tiene encanto y una segura segunda parte.
🎬Película: Agentes 355 Director: Simon Kinberg 🕵🏻♀️Jessica Chastain, Diane Kruger, Penélope Cruz, Fan Bingbing y Lupita Nyong'o protagonizan un film que intenta ser poderoso: Girl Power en su máxima expresión💪🏻 💥Cuatro agentes multinacionales utilizarán sus conocimientos para intentar detener a una perversa organización que planea expandir una peligrosa arma tecnológica capaz de generar caos en todo el planeta. Con una misión en común cinco mujeres emprenden un viaje donde además de sortear situaciones adversas deberán reconocer si hay algún infiltrado entre sus aliados. 🍿Armas, asesinatos y adrenalina le sobran para que “Agentes 355” se sume al catálogo del género de acción. Me gustó que, por un lado, pretenda ser innovadora pero, por el otro lamentablemente, recae en el cliché de asociar el narcotráfico con países latinos. Innecesariamente extensa, si le quitas 20 minutos la película sigue funcionando. El número 355 hace referencia a la primera mujer espía en la Revolución Americana. 🚨Puntuación: 7/10💥
Penélope Cruz, Jessica Chastain y una película sin ideas Agentes 355, la película dirigida por Simon Kinberg, es un intento fallido más de tomar un nicho comercial de público relacionado con cambios sociales necesarios (empujados por reclamos fuertes que activan victorias) y hacer dinero con ello. Bueno, tal vez sea hora de hacerle entender a los estudios, y a los directores, que sin un buen guion no alcanza. Que aún si lograran reunir a las estrellas más reconocidas del planeta y todas se encolumnaran detrás de una historia que pretenda graficar ese empuje social de los tiempos que vendrán, si una historia no funciona, es simple: no funciona. Agentes 355 no tiene ni pies ni cabeza. Parte de una premisa floja, intenta explicar la conformación del equipo de mujeres especialistas en inteligencia (Penélope Cruz, Diane Kruger, Jessica Chastain y Lupita Nyong’o) sin darles buen sustento, con una anécdota histórica floja, vacía, poco creíble dentro del contexto de ficción, en principio real pero lejana y poco firme, sobre una de las primeras espías de los Estados Unidos durante la Revolución Americana, cuyo nombre en clave de da título al film. Es entonces que el relato se desarma y pierde enfoque. Del resto no hay mucho que decir. Las cuestiones técnicas, las consideraciones generales que hacen que una película se vea mejor o peor en la pantalla, en todo o en sus partes, se cumplen y es entendible, porque si además de lo ya dicho, fallaran también los puntos referentes a ello, con semejante presupuesto sería una vergüenza. Suele suceder, aunque por suerte este no es el caso. Para estas agentes, si acaso cabe el consejo, les dejo mi ayuda: pueden ver cómo manejan las cosas Sidney y Gale en Scream. A ellas no les va nada mal.
Aparentemente la primera espia femenina que puso en actividad George Washington fue denominada ascéticamente con el numero 355 y de ahí viene el titulo de esta película de agentes secretas que tiene momentos entretenidos aunque no mucho más. La idea de Simon Kinsberg (dirigió la ultima de los X Men y de la protagonista y productora) es que si los espias del cine deben salvar el mundo por enésima vez, por lo menos que en una ocasión sean sólo mujeres. Asi es como la agente de la CIA Chastain falla en recuperar un dispositivo de hackeo masivo que podría gatillar la tercera guerra mundial, y arma un equipo de espías de todo el mundo que incluye a Penelope Cruz de Colombia, Diane Kruger de Alemania, Lupita N. Yongo de Inglaterra y Bingbing Fran de China. Cada una de ellas tiene sus puntos fuertes y sus debilidades, incluyendo ser mas vulnerables que sus colegas masculinos, pero también llenas de trucos femeninos que son lo que agregan una pizca de gracia a este film qie contiene escenas de acción que funcionan. Las protagonistas están bastante a gusto con sus personajes, especialmente una Penélope Cruz que en medio de las más peligrosas misiones solo extraña estar con sus hijos, mientras que la misteriosa Bingbing Fan se roba cada escena. Lo que le falta a la película es un poco más de garra en los giros del argumento, que son un poco previsibles.
Qué claro y contundente es cuando una película es completamente fallida. Algo sale mal desde el origen y no tiene arreglo. El guión está mal, la actuación está mal. Hay muchas escenas donde hasta el espectador más distraído se encontrará perplejo ante el nivel de arbitrariedad y torpeza. Agentes 355 tiene ese tono de lo resuelto de cualquier manera porque nadie quiso pensar un poco acerca de cómo ejecutar tal o cual situación. Se hace muy difícil, aún con paciencia, tolerar dos horas de película tan improvisada y aun así de alto presupuesto. El gancho era conseguir cuatro estrellas para que compartieran cartel, formando un equipo de espías improbable pero aún así con una posible química que las hiciera interesantes. Las actrices no son ajenas a un proyecto malo y se nota que ninguna pudo poner finalmente su corazón para elevar aunque sea un poco el resultado. El McGuffin de la historia es un programa capaz de acceder a todos los sistemas del planeta, dándole un poder absoluto a quien lo tenga en sus manos. La agente especial de la CIA, Mace Brown (Jessica Chastain) deberá unirse a la agente alemana Marie (Diane Kruger), la ex MI6 y especialista en informática Khadijah (Lupita Nyong’o), y una psicóloga colombiana Graciela (Penélope Cruz) para recuperar dicho programa. Una quinta mujer, Lin Mi Sheng (Fan Bingbing), sigue de cerca sus pasos, sin que se sepa para qué bando juega. Nada se ve natural, auténtico, hecho con ganas. Nadie se siente a gusto, ni los que hicieron la película ni cualquiera que se siente a verla. Un par de escenas al comienzo buscan enganchar, pero siempre algún detalle expulsa todo encanto que se haya desplegado frente a nosotros. No hay nada que hacer, cuando algo sale mal, no se puede inventar nada.
UNA HUMILDE ACTION-ADVENTURE SPY FILM Una serie de agentes y espías de distintos países se unen con el objetivo común de evitar que un arma destructiva caiga en manos de un grupo terrorista, en esta película de espionaje internacional con tono de action-adventure protagonizado por un elenco de actrices de primera línea tales como Jessica Chastain, Penélope Cruz, Diane Kruger y Lupita Nyong’o. Agentes 355 podría funcionar en este sentido como una historia de origen: narra los acontecimientos que llevan a la conformación de una suerte de equipo que, debido a su carácter incorruptible, opera al margen de un sistema depravado e inmoral (una fórmula que encuentra antecedentes en la serie Brigada A). Este último se encuentra en su totalidad conformado por varones, los cuales se oponen a las mujeres por su mirada cínica y egoísta del mundo. La película juguetea, en efecto, con alguna forma elemental y comercial de discurso feminista, y si bien por momentos no puede dejar de percibirse un uso interesado de ciertas fórmulas que a esta altura son reconocibles por su utilización reiterada en algunos largometrajes que pretenden apelar (y moldear) a cierto público, Agentes 355 tiene el suficiente criterio como para no permitir que este componente cope la trama o a sus personajes. Lo cierto es que, en los arcos narrativos de Mace y Marie (que tratan en realidad acerca de la soledad), subyacen algunas cuestiones de género que poseen un tratamiento acertado. A ambas les cuesta construir vínculos, ya que viven de manera problemática el hecho de que no se identifican con el rol de madre de familia tradicional y no terminan de encontrar una forma de relacionarse con los demás en la vida que han elegido. Al encontrarse y dialogar con Graciela (el personaje de Penélope Cruz), una madre más convencional, y Khadijah (interpretada por Lupita Nyong’o), que tiene una relación estable con su novio, ambas logran volverse más flexibles y comienzan a establecer nuevas amistades. Por lo demás, la película sabe componer alguna secuencia de acción correcta y narra exitosamente el cambio que experimentan sus protagonistas a medida que ocurren ciertos acontecimientos, pero en ningún momento destaca con una escena de acción memorable, un momento de verdadera intensidad emocional o un misterio atrapante. De hecho, es en este aspecto en el que el largometraje languidece con mayor notoriedad: para ser una spy movie, la trama no posee suspenso más allá de la insistente repetición de una misma situación, en la que el McGuffin principal pasa de las manos de los villanos a la de las heroínas y viceversa, una y otra y otra vez. Con todo, Agentes 355 ofrece un muy humilde entretenimiento, del estilo de esas películas que uno puede dejar de fondo un domingo a la tarde mientras hace otras cosas.
Cuando un dispositivo que puede manejar todo tipo de información solicitada cae en las manos equivocadas, Mace Brown (Jessica Chastain), agente de la CIA, es seleccionada junto con su compañero Nick Fowler (Sebastian Stan) para llevar a cabo una misión: encontrar y proteger el artefacto de los enemigos. Sin embargo, las cosas no salen como lo planeado, haciendo que la protagonista se respalde en nuevas y viejas compañeras, interpretadas por Lupita Nyong’o, Penélope Cruz y Diane Kruger, que colaborarán para cumplir sus objetivos. A pesar de tener un elenco de estrellas ganadoras de Premios Oscar, al que se le suma la participación de Édgar Ramírez y Fan Bing-bing, Agentes 355 (The 355, 2022) sigue siendo una película de acción y espías convencional y bastante predecible. El director Simon Kinberg, conocido por producir la saga de X-Men, nos regala unas divertidas escenas de acción que se destacan y en sí se puede considerar como un filme entretenido para pasar el rato. De cualquier manera, se podría haber aprovechado mejor la calidad actoral del reparto para hacer un largometraje más atractivo, con una mayor cantidad de momentos dramáticos o de suspenso, y así darle un toque más distintivo.
Un dispositivo peligroso se convierte en un arma secreta que cae en las manos equivocadas y es la misión de la agente de la CIA Mason Brown (Jessica Chastain) encontrarla. Para dar con el dispositivo, conformará una brigada no oficial de élite internacional, integrada por la psicóloga colombiana Graciela (Penélope Cruz), una experta en ciberinteligencia Khadijah (Lupita Nyong’o) y la agente alemana Marie (Diane Kruger), las cuales serán perseguidas sigilosamente por la agente china Sheng (Fan Bingbing). La premisa de “Agentes 355” es su reparto de mujeres como protagonistas en honor a las agentes femeninas que actúan por el bien de la humanidad de manera invisible y que sus identidades no son conocidas y no lo serán nunca, es decir, heroínas sin capas. Hay que destacar que la película es acción pura como Hollywood nos tiene acostumbrado, algo así como Atomic Blonde (Sin la música sublime) pero con más actrices interpretando roles protagónicos. De esta forma se intenta hacer eco de los movimientos feministas que están transcribiendo la historia, incluso llegando a tocar las arcas del cine mainstream, dominado por un puñado de hombres. En definitiva, lo que falta en esta película es una mujer en la dirección y no Simon Kinberg (Logan, Deadpool, X-Men: Dark Phoenix, Sr. y Sra. Smith). Esto se ve reflejado en la recepción de la película, que de por sí, es muy baja, por lo que se estima que no pueda recuperar los 75 millones de dólares de inversión.
Mujeres en acción, mujeres de armas tomar, mujeres al ataque. Espectadores cinéfilos al borde de una butaca o al borde de un ataque, y no almodovariano, aunque los nervios traicionen si el buen gusto no avisa que brillará por su ausencia. «Agentes 355» puede concatenar, en sus excesivas dos horas de duración, todos los recursos, estereotipos y convenciones habidas y por haber en films precedentes de su estilo. Hollywood se encarga de entender las alarmas y sellar la sentencia máxima a una enfermedad de pronóstico incurable. El cine es cada vez menos lo que era, en tiempos donde películas como la presente consiguen salas de exhibición en detrimento de pares que harían la delicia de todo amante del séptimo arte. Que el flamante film de Pedro Almodóvar se estrene en salas en número reducido es un sacrilegio. Que hayan rotulado de fracaso y quitado de cartelera en Norteamérica a la última obra de arte de Joel Coen (sellando su nula suerte para las salas del resto del mundo) es un claro indicativo de tan nefasto panorama. Don Shakespeare y Don Pedro (casi) directo al streaming. Bochornoso. Sin embargo, apuestas como «Agentes 355» no agotarán su interés para los fines taquilleros que olvidan la esencia. Los tiempos cambian. El film de Simon Kinberg corre peor suerte que el intento de revivir la franquicia «Ocean’s» bajo un cast de lujo femenino. La memoria nos lleva directamente hacia «Los Ángeles de Charlie». Porque no al logrado relato coral femenino de Steve McQueen en «Viudas». Ha habido antecedentes mejores. Nada que objetar al cuarteto estelar de divas listas para emprender la misión aquí. Penélope Cruz (¿colombiana!?), Jessica Chastain, Diane Kruger y Lupita Nyong’o entregan cuerpo y alma. Bendito seas Edgar Ramírez entre todas las mujeres. También arroja el cuarteto de damas elegidas la singularidad de sus respectivas procedencias, consecuente con un ejemplar globalizado, acorde a los tiempos que corren. La corrección política que cumple su máxima incontrastable: hay lugar para todas. Pero la fórmula segura no garantizará calidad, más bien asegurará la consumación de ese tipo de refritos pasatistas y de nulo carácter. Las escenas de acción se acumulan, pretendiendo disuadir toda clase de vacío argumental. La reunión femenina imposta empoderamiento e igualdad de oportunidades, pero acaba siendo tan solo la fachada, el envoltorio, de un producto deficiente y nimio. Copia certificada de nimios productos para la dispersión millennial.
El mundo del espionaje y Jessica Chastain cada vez parecen más interconectados. Luego de producir y protagonizar 'Ava' en el 2020, la actriz nacida en California vuelve a reincidir en el género ocupando los mismos roles, aunque tras una propuesta más ambiciosa. Con un enfoque de género muy presente, "Agentes 355" intenta ser una reversión de las películas de espías pero su falta de personalidad y de identidad la termina condenando al más profundo desinterés. Lo cual es una lástima, porque desaprovechar semejante reparto para algo tan chiquito resulta, cómo mínimo, frustrante. • En sus inicios la historia nos presenta algo así como una especie de Mcguffin que irá guiando la trama. Se trata de un artefacto tecnológico capaz de hackear cualquier conexión posible y provocar desastres mundiales. Es tan infantil el aparato como el rol de las agencias de inteligencia que deberán resguardarlo. CIA, MI6, BND y más serán representadas por las actrices protagonistas (Chastain, Cruz, Nyong'o, Kruger), que tras ciertos giros de guión aceptarán aunar esfuerzos. Es cierto que "Agentes 355" tiene muchos problemas. Que las actrices fallan en las escenas de acción, que el guión es limitadísimo, que los personajes son vacíos, etc.. Pero hay algo que no es tolerable y es su falta de definición. Una película de acción que no sabe si quiere ser Misión Imposible o Los Indestructibles, solo puede traducirse en una experiencia poco satisfactoria. Esa especie de 'no lugar', donde no existe la inteligencia de una película de espías clásica, ni tampoco la autocelebración paródica del género, es el peor de los mundos. • Seguramente en la cabeza del director Simon Kinberg esta película le haya parecido una idea magnífica, superadora o incluso disruptiva. Sin embargo, a la hora de llevarla a la gran pantalla los resultados son exactamente opuestos. Teniendo en cuenta que la idea nació mientras filmaba la lamentable "Dark Phoenix", tampoco habría que sorprenderse de mucho.
Agente 355 o la guerra de géneros al fin se ha desatado Una vez, hace tiempo, en un taller de literatura, para acompañar la lectura de “Mi amigo alemán” de Camus, la profesora nos mostró escenas de Olimpia, en el momento que los grupos olímpicos se presentan ante el Führer, la profesora comenta ¡que ganas de entrar en guerra que tenía el mundo! Quizás en esos momentos, como dice Camus, la esperanza de ganar o perder, ni siquiera llega a las capas superficiales de la razón y mucho menos los verdaderos motivos por lo que se va ir a morir. Palabras como paz, gloria, los hijos; el futuro justifica los actos más viles y deshumanizantes. Parece que de la pandemia permitió gestar un “nuevo” monstruo; Inglaterra tiene mucho que ver con esto, país empeñado hace un tiempo en recuperar el espacio que empieza a dejar vacante EEUU en términos de cine. Las producciones se desparraman por el mundo, receptivo a esta violencia bajo la forma de guerra de géneros. Porque sí, porque está claro que lo que hace Simon Kinberg, productor y escritor también, de otras “pegadas” como DeadPool o la supuestamente postmoderna: Abraham Lincoln: Vampire Hunter. Suele existir en el universo del habla , un forma particular, que es la siguiente: afirmar algo cuya afirmación en sí mismo es tiempo es su propia negación, en el marco del universo Freudiano ésto se podría aplicar al siguiente chiste: Analizante al analista: soñe con alguien que me exitó mucho…. Analista: mmmmmaja Analizante: pero no era mi madre. En este chiste (si lo fuese) lo que es importante es que la negación (no es mi madre) es en realidad una afirmación pero negada; o sea, lo que se está diciendo es lo contrario a lo que se niega; esto puede funcionar de muchas maneras. Una de estas es el film de Simon Kinberg: Agentes 355. Claramente Brit. (aunque el autor muestre doble nacionalidad) el ascendente directo es el estilo marca Guy Ritchie: colores saturados, mucha acción, chistes en medio y a través de la propia acción; acá el momento más gracioso (si la violencia puede ser graciosa) es el despropósito de golpes que termina en una brutal paliza que la protagonista Jessica Chastain le da a un gigantesco mafioso, supuestamente ruso, y los mafiosos ahora son rusos en la línea de cliché que niega toda la afirmación, porque si hay uno son todos, toda la película es un gigantesco cliché. El film tiene la apariencia de estar a la época, los hombres cuidan a los hijos, las mujeres se van a defender la libertad del mundo; Lukács se granjeó la enemistad de la izquierda primero, cuando afirmó que la desestalinización no era más que otro estalinismo, o sea que por cambiar los roles, no se cambia lo que realmente importa, que es lo que produce la propia violencia. Por otra parte, si uno mira con perspicacia los filmes del Beat Kitano, él hace rato viene haciendo un cine de género, donde deja entrever que los hombres se pelean porque no tienen otra cosa que hacer. Vayamos a los personajes: Jessica Chastain es la mujer herida, la que reincide en el mal amor, con un mentón que era patrimonio de los hombres o sea masculinizado, a lo Clark Gable o del finado Ricardo Fort; Diane Kruger en un personaje que levanta la figura más repudiable de todas, la de la de haber delatado al padre; figura que Occidente se encarga de repudiar de la revolución cultural de Mao, y típica del tercer reich, pero cuando el fascismo viene de Occidente libre no es fascismo y no es delación, aplausos a esta propuesta de mujer herida. Lupita Nyong’o, que de una tranquila mujer de la informática, frente al asesinato de su pareja se vuelve una ¿black panther?una mau mau, ojo con las mujeres enojadas parece querer alertarnos Kinberg, (seguramente algunos dirán que n me doy cuenta que es una comedia). Bingbing Fan, un personaje que no termina de delinearse más que por la aparente necesidad de mostrar un gesto de amistad a China, recordar la cínica frase de Mcnamara: “que en el fondo no supimos entender a los vietnamitas”, pero con padre obedece sus órdenes ¿amorosamente? Hasta que lo matan. Finalmente Penélope cruz, latina, psicoanalista y madre, ¿no resulta por lo menos llamativa esta distribución de conflictos personales, donde hay una catalogación de los conflictos de la mujer, incluso repartidos por nacionalidades? ¿No es esto todo lo contrario de lo que parece decir oculto detrás de una gran lluvia de tiros y golpes? Lo único que falta es que el próximo film se trate de un golpe de estado que es resuelto por estas mujeres. Otro de los tantos clichés culturales, es el comienzo del film, el origen del conflicto. Acá deberíamos decir que ahí habría que levantarse de la sala e irse, pero bueno, finalmente uno en su curiosidad termina siendo cómplice. Esto es lo que una y otra vez reincide el cine angloamericano, es sobre la mitomanía de la violencia colombiana, hace parecer que el mismo es de carácter ontológica, por lo menos es lo que subyace al cliché; un villano colombiano en una ambientación realmente burda, le dice al otro villano anglosajón: “antes probábamos la cocaína ¿te acordas?” Ahora te muestro como se derriba un avión. ¿qué quiere decir esto? Es que el mal, para el autor, no tiene final, ahora es tecnológico y la única posibilidad que hay es destruirla, es entendible que Heidegger tenga una nueva resurrección, (es uno de los autores actualmente, inexplicable por su dificultad, más vendidos) otro de los clichés, es que un adolescente, aislado en la selva (¿será su cuarto en el covid? ) se puede hacer una llave para todo sistema, que nos está queriendo decir? Qué mensaje le da a los adolescentes, que pueden ser lo que quieran encerrados en sus cuartos, que opinion emite sobre el mismo? Por otra parte seguir insistiendo con la cocaína y Colombia oculta un factor que nunca se dice que es el origen de la violencia en Colombia: “Este artículo ofrece una comparación de los mecanismos que definen la relación de las economías cocalera y esmeraldera con el conflicto interno colombiano. Las dos economías comparten aspectos de central importancia: altos niveles de criminalización, violencia crónica, fuertes nexos con mercados globales, entre otros. No obstante, el desarrollo de cada una ha sido muy distinto. A pesar de que Colombia se convirtió de manera relativamente tardía en un país productor de coca –a principios de la década de 1980, solamente servía de intermediario comercial–, ya en 1978, algunos grupos guerrilleros comenzaban a debatir cómo asumir el nuevo cultivo (Ferro y Uribe 2002). A partir de allí, diversos actores, desde paramilitares hasta funcionarios oficiales, comenzaron a vincular crecientemente sus intereses con los de la industria de la drogas. De esa manera, la coca pasó a ser definida como “el combustible” de la guerra colombiana. Aunque tal definición puede ser una simplificación, es claro que nuestro conflicto no puede ser analizado sin tener en cuenta la existencia de un gigantesco mercado global cuya regulación y tributación están, por definición, más allá de la esfera estatal. Por otro lado, desde las primeras décadas del siglo XX, el país mantiene la condición de ser el mayor productor mundial de esmeraldas del mundo, no sólo gracias al volumen de producción sino también a su calidad”[1],[2] La esmeralda sigue cartelizada y nadie dice nada, nadie se horroriza y en definitiva, la producción de cocaína compitió con la esmeralda, seguir con ese mito es adjudicar a Latinoamérica una condición violenta ontológica, y no ver las causas de los grandes carteles de explotación minera que en definitiva compran Europa, Canadá y EEUU. Finalmente el personaje de Penélope Cruz, que siempre sabe compensar belleza y actuación, pero el tema es que una Latinoamericana es psicóloga y madre, o sea la psicología y la maternidad feliz es patrimonio latinoamericano. Por último, algo que el film se dedica a retacear, es todo el universo LGTBIQ+, directamente lo niega, todo sucede entre hombres y mujeres sis, y está mostrado e forma de guerra, el beso final que podría haberle inyectado algo de aire al film está negado. Si Thelma & Louise (Thelma & Louise, Ridley Scott, EEUU, 1991) era una película tardía cuyo final moralista y explícitamente autocomplaciente, se planteaba una posibilidad que este film, 20 años después no se anima, o quiere corregir. Hay maneras honestas de discutir los planteos o algunos planteos del feminismo, pero travestirse de feminista para decir que pueden hacer lo mismo que los hombres, ya lo habían dicho peliculas mucho mas obvias y menos ampulosas como por ejemplo la también de Ridley Scott. Hasta el limite (G.I. Jane, Ridley Scott, EEUU, 1997) [1] Lo que hace especiales a las esmeraldas colombianas es que poseen una perfecta proporción de cromo, mientras que esmeraldas como las brasileñas y las africanas tienen exceso de cromo, lo que les resta brillo. [2] Subsidiary orders, Coca, Emeralds: War and Peace, Francisco Gutiérrez Sanín, Mauricio Barón; colombia. int.no.67 Bogotá Jun./June 2008 http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-56122008000100006