Amigos son los amigos. Las Novias de mis Amigos (That Awkward Moment, 2014) es una comedia romántica sobre tres jóvenes amigos de toda la vida en Nueva York, estandarizados en personalidades y actitudes prototípicas de la amistad actual y de la cultura del after office, que enfrentan el fin de la etapa de una aparente adolescencia tardía. La trama del debut como guionista y director de Tom Gormican se enfoca en Jason (Zac Efron), un soltero que no valora las relaciones a largo plazo y que no quiere comprometerse hasta que conoce a Ellie (Imogen Poots), una bella artista con la que se genera una relación que lo va enamorando. Por otro lado, Daniel (Miles Teller), otro soltero empedernido siempre en la búsqueda de una nueva conquista en base a una repetida pero eficaz técnica, comienza una relación amorosa con su mejor amiga, Chelsea (Mackenzie Davis). Finalmente, Mikey (Michael B. Jordan) es un enfermero enfocado en su trabajo que se acaba de separar de su esposa Vera (Jessica Lucas). Para acompañar a Mikey en su difícil separación, los tres amigos hacen un pacto de mantenerse solteros que ninguno tiene la intención de cumplir. Los enredos y las mentiras se combinan con la tragedia, la alegría y la diversión en una pintura sobre la construcción de modelos sociales y el surgimiento y consolidación de nuevos actores. La película es un compendio de escenas de un humor y romanticismo juvenil desabridos sobre estereotipos de clase media alta acomodada de poco interés sociológico y cultural, e intenta rescatar los valores artísticos que otrora sostenía la ciudad, ahora presentados en un envase pretencioso y pedante. Las Novias de mis Amigos es otro producto fallido destinado a un público adorador del entretenimiento vacío y las caras lindas. Las relaciones humanas son mucho más que momentos embarazosos de jóvenes sin compromisos ni preocupaciones, pero eso no les importa a los equipos de marketing que diseñan lo que queremos y necesitamos ver este año…
Una comedia que poco tiene para ofrecer mas allá de sus carismáticos protagonistas. Jason (Zac Efron), Daniel (Miles Teller) y Mikey (Michael B. Jordan) son tres amigos que disfrutan de las chicas y la buena vida en Nueva York. Pero cuando Mikey es repentinamente dejado por su esposa, Jason y Daniel, dos solteros empedernidos, le hacen una promesa: Los tres se mantendrán solteros durante el mayor tiempo posible para poder salir juntos de fiesta y divertirse. Pero luego Jason conoce a Ellie (Imogen Poots), una muchacha que a primera vista pareciera ser perfecta para el, y Daniel comienza a desarrolar sentimientos por su amiga Chelsea (Mackenzie Davis) y Mikey se propone reconquistar a su esposa Jessica Lucas, quien el cree que es el amor de su vida. Con amigos como estos… Las Novias de mis Amigos es el primer trabajo como escritor y director de Tom Gormican, un hombre que, hasta el momento, su único crédito era como productor de la despareja comedia Proyecto 43. Con un elenco formado por jóvenes luminarias (y en el caso de Teller y Jordan me animaría a decir jóvenes promesas), el film intenta ser algo así como una comedia romántica apuntada al público masculino con un tono “edgy” o atrevido. Desde que las luces se apagan y los títulos empiezan a correr sabemos que estamos ante la presencia de una película que no tendrá demasiado por ofrecernos pero, al mismo tiempo, sería un error entrar esperando demasiado de ella. Las Novias de mis Amigos apunta a hacernos pasar un rato ameno adentro del cine y quizás intercambiar unas cuantas palabras al respecto cuando dejamos la sala. Y mientras que la película llega a cumplir sus bajas expectativas, uno solo puede lamentarse por la oportunidad desperdiciada, ya que su elenco principal es verdaderamente carismático y talentoso, por lo que una sensación de desaprovecho también comienza a inundarnos. Las Novias de mis Amigos intenta desaforadamente alejarse de las comedias románticas simplonas con incontables bromas sobre el sexo, el amor y la vida en pareja, pero casi sin quererlo termina convirtiéndose en una de ellas. Esto se debe a que ese costado “edgy” que Gormican intentó darle nunca termina de funcionar por completo ya que todos los chistes o “punch lines” parecieran estar cuidados para no pasarse de la raya. Osea, quiere ser atrevida… pero no tanto. Como ya dije previamente, el punto mas alto lo podremos encontrar en su elenco principal, conformado por Zac Efron, Miles Teller y Michael B. Jordan. A esta altura lo de Efron no es ninguna novedad, ya que siempre demostró ser un actor carismático con un muy buen “timing” para la comedia. Pero por otro lado tenemos a Teller y Jordan (a quienes el próximo año veremos en la nueva versión de Los Cuatro Fantásticos) quienes ya habían demostrados sus aptitudes dramáticas en The Spectacular Now y Fruitvale Station respectivamente y aquí demuestran que puede hacer comedia igual de bien que un drama. Conclusión Las Novias de mis Amigos es una comedia romántica que intenta alejarse de otras propuestas del género aprovechándose de su costado mas atrevido, pero termina quedándose a mitad de camino. Zac Efron, Miles Teller y Michael B. Jordan, sus protagonistas, entregan mas de lo que el guión podría exigirles y solo por eso el film merece una oportunidad. El resultado final es una película entretenida durante gran parte de su metraje, pero fácilmente olvidable.
Sex and the city en versión masculina ¿Cómo sería la serie televisiva Sex and the city pero protagonizada por chicos? Las novias de mis amigos es el resultado. Zac Efron, quien además es el narrador de la película hacia la escena introductoria y el final, es el protagonista que derrocha un gran magnetismo con las chicas; algo así como la versión masculina de Carrie en lo más literal: éxito económico, fracaso amoroso. Este es el nudo de la historia, donde los tres protagonistas hacen un pacto de soltería que termina siendo sólo palabras. No obstante, el bueno de Efron no está solo, sus amigos de apoyo lo acompañan. Por un lado está el médico, Mikey, interpretado por Michael B. Jordan, quien intenta salvar su matrimonio luego de que su esposa (Jessica Lucas) le pidiera el divorcio y por otro lado el graciosísimo Daniel, encarnado por Miles Teller, quien es un término medio de ambos. Como todo buen elenco masculino, también existe un gran elenco femenino: Imoggen Poots, a quien recientemente pudimos ver en la adaptación cinematográfica del videogame Need for speed tiene una carrera por delante y su introducción le aportó el romanticismo necesario al film. Sin embargo, quien me gustó mucho más y me generó mayor empatía es el personaje de Chelsea (Mackenzie Davis) quien tiene mucha más personalidad que su compañera y participa de las escenas más graciosas junto a Teller. Y ya que mencioné a Teller, es el turno de los chicos que como dije en el párrafo anterior eran una versión masculina de Sex on the city (basándome en su ropa de última moda, la misma ciudad y sus enredos amorosos). Tanto Teller como Jordan le aportan gracia a la película y me cuesta pensar que estos muchachitos no muy pronto harán lo suyo en el polémico reinicio de Los cuatro fantásticos que llegaría a los cines en 2015. La historia en si está plagada de gags sexuales pero discretos, ya que apenas hacen reír y acá radica el error del debutante director Tom Gormican, quien parece temerle a este género y termina siendo un término medio que es lo que le da la debilidad al film. Otro punto que quedó en la nada fue la historia de Mikey, ya que tenía mucho más potencial para ser explotado y sobre el final parecía que el director tenía la duración contada y debió terminar el film abruptamente. De todos modos, esos puntos no fueron tan graves, ya que compensa que el film mantuvo un guión sólido durante los 94 minutos tratándose de un director debutante, quien seguramente en los próximos films corrija los pequeños errores mencionados. Las novias de mis amigos es una comedia romántica que no aporta nada nuevo a lo ya visto aunque es entretenida, atenti a la escena de Zac con el consolador que es una de las mejores y con respecto a los créditos, el director encontró una forma de hacerlos mucho más divertidos, así que no se muevan de sus butacas.
Las novias de mis amigos (That Awkward Moment en su versión original) es una de esas películas a las cuales no hay que darles muchas vueltas. O sea, no hay que esperar grandes revelaciones ni grandes actuaciones y desde el vamos se sabe que se olvidará ni bien termine. Pero la pregunta en cuestión es si durante sus 94 minutos cumple su cometido y la respuesta es que si porque entretiene bastante. Si bien es una comedia que no descubre nada nuevo en lo que es la historia (amores y desamores), sus personajes son muy queribles y hay bastante química en el elenco. Seguramente la parte de la crítica a la cual ya le pasó su cuarto de hora (aquella que dice que para hablar de películas se tiene que haber visto cine ruso de la década del ’20) la encontrará como vacía y sin sentido. Pero el enfoque tiene que ser otro y ver hacia qué tipo de público está dirigida. Ahí es donde este film gana porque un grupo de amigos en sus veintes o incluso parejas se pueden ver reflejados en situaciones y charlas que tienen los protagonistas con respecto a la pareja, el compromiso y el amor. Salvando las distancias entre New York y Buenos Aires o cualquier otra ciudad de Argentina, muchas secuencias que se observan en la cinta tranquilamente pueden ser vividas por un porteño o un cordobés. El trío compuesto por Zac Efron, Miles Teller y Michael B. Jordan está muy bien encausado por el guionista y director Tom Gormican cuya ópera prima contiene diálogos graciosos y, aunque se trata de una “película de fórmula establecida”, no cae en la mediocridad. Las novias de mis amigos es una historia de amistad muy bien actuada por las estrellas del mañana y logra entretener al que guste de este tipo de propuestas y que no busque nada nuevo por descubrir.
Tres amigos. Dos solteros. Uno en proceso de separarse. Las chicas. El levante. El alcohol. La amistad. El juramento de no comprometerse con ninguna. Bueno, ya tenemos muchos años de cine atrás, mucho Hollywood línea media, muchas comedias con algún carilindo que fue estrella de alguna marca que supo ser fuerte (Zac Efron de High School Musical). Y Las novias de mis amigos no viene a contradecir lo que se espera de ella sin ponerse imaginativo ni exigente. Claro, es el año 2014 y, un poco en automático, podría afirmarse que en estas comedias hay mayor escatología y crudeza sexual que en otras décadas. ¿O no? Aquí tenemos bastante, pero se queda en los diálogos: se habla y se describe un pene, pero no se ve el pene; se habla de sexo, pero prácticamente no hay desnudos. Una película de los ochenta sobre "solteros en tren de dejar de serlo" como Despedida de soltero (con Tom Hanks, un actor mucho más completo que Efron) era mucho más salvaje. Pero esa película era una fiesta y Las novias de mis amigos es otra cosa: es una comedia romántica con tres protagonistas masculinos. Durante un buen rato entre Nueva York, trabajos cool, ambientes hipster, canchereadas y chistes, el relato al menos es consciente de que la velocidad es un valor a tener en cuenta y los diálogos de seducción y de colisión se arman con ese objetivo. Las dos chicas principales -la inglesa Imogen Poots y la flaca Mackenzie Davis- y el chico con cara de cine de los ochenta -Miles Teller- afilan la dicción y sueltan frases con gracia. Zac Efron también lo hace, y sabe hablar rápido, pero en su mirada acuosa se nota la amenaza que se aproxima: la película, en su último tercio, apela al "conflicto", a plantear un "tercer acto" de resolución, a las más pavotas convenciones narrativas de las comedias románticas. Se plantan a lo bruto un par de desavenencias entre chicos y chicas para generar un supuesto suspenso que en este caso nunca es tal, sino un retraso innecesario del final con un cambio de tono que se lleva mal con la velocidad y liviandad anteriores. En ese momento se nota más que sobra mucha música, que el montaje es un tanto torpe y que todo está muy gastado. ¿Para qué meter estos conflictos que los mayores 18 años (la calificación que recibió la película) vimos al menos mil veces? El director debutante Tom Gornican abusa, como tantos otros, de los personajes con tazas cool de café agarradas de manera cool en lugares cool de Nueva York (el cine y su magia para dotar al café como objeto de deseo supremo) y pone algunas buenas frases sobre la ciudad. Quizá se tendría que haber animado a hacer algo extremo: sólo momentos de tazas lindas de café con conversaciones sin mayores conflictos. El corazón y el atractivo de la película estaban ahí y las convenciones narrativas mal desplegadas la hacen dejar de latir y echan demasiada luz sobre sus fallas.
Esperá sentado! El resbaladizo terreno amoroso ofrece otra visión sobre este trío de jóvenes que se ve amenazado cuando son abandonados y uno de ellos queda destrozado después de su ruptura sentimental. Entonces deciden sellar un pacto para mantener la soltería. Las novias de mis amigos, del director Tom Gormican, somete a sus personajes a todos los pesares cuando el "verdadero" amor llegue a sus vidas y tengan que quebrar el pacto. Con situaciones salidas de títulos como American Pie, otras de enredos y supuestamente chistosas, la película está pensada para las seguidoras de Zac Efron (17 otra vez, Cuando te encuentre) y ofrece algunos momentos divertidos que juegan con semidesnudos (salen del baño y se topan con toda la familia) y la necesaria cuota romántica que también llevan adelante Daniel (Miles Teller) y Mikey (Michael B. Jordan). Ellos están en un momento especial en sus vidas y el relato los captura en todas sus etapas: el enamoramiento, la decepción, el quiebre y las hormonas en plena ebullición como movilizadora de las acciones. Mientras tanto, el amor verdadero se hace esperar en el banco de una plaza.
A los chicos les cuesta madurar Tres amigos que viven en Nueva York, uno de ellos recién separado, y los otros dos obstinadamente solteros, han hecho el pacto de mantener su soltería a como de lugar, saliendo todas las noches y llevando siempre a casa una chica diferente; evitando así, ese incómodo momento en el que sus compañeras preguntan hacia donde va la relación. Pero por supuesto para poder llegar al momento romántico de esta comedia, el amor aparece en sus vidas, y hay una chica a la que es difícil dejar, solo para poder seguir saliendo con los muchachos. El protagonista se debate entonces entre una relación que puede llegar al compromiso, o seguir su vida soltero, feliz y sin sobresaltos. Como en la mayoría de este tipo de comedias, los tres amigos y sus chicas de turno son todos muy lindos y cool, apenas trabajan pero tiene unos departamentos envidiables, y ropa costosísima, y siempre un café de Starbucks en la mano. Es una comedia muy entretenida, dinámica, como una sitcom de una hora y media, con buenas actuaciones, buena música, lindos lugares, y una historia sobre amigos, amor y relaciones que ya vimos unas cuantas veces.
“That Awkward Moment”: Sonrisas que no fallan. Invitar al cine y entretener a una chica es uno de los principales objetivos de algunos hombres a la hora de una cita. Comer pochoclos, enternecerse y reírse son el combo perfecto para cubrir un buen lapso tiempo y salir de la sala con un buen humor para poder así idear nuevos planes de cara a lo que sobra de la noche. De esta forma definiría al tipo de público que encaja perfecto para este nuevo film, llamado “Las novias de mis amigos” en nuestro país. Tan solo con ese título y la cara de Zac Efron en el cartel, les bastará para elegirla. El relato cuenta básicamente la historia de tres amigos adolescentes llenos de energías que van a bares, toman alcohol, trabajan de lo que quieren y frecuentan el sexo opuesto manteniendo así una desacomodada vida saludable. Luego de hacer una promesa en la que deciden no engancharse con el amor, lo contrario a ‘American Pie’ (1999), comienzan a acontecer los episodios que pondrán en duda su fidelidad como amigos. Recordemos que el protagonista principal ya no es aquel hombrecito de ‘High School Musical’ sino que ahora es un muchachito rebelde, facherito, romántico y que parece conseguir lo que quiere con sus ojos y su sonrisa. Junto a Milles Tiller (Sutter de ‘The Spectacular Now’), de lo mejorcito del reparto, encarnan a una dupla creativa de diseñadores de portadas de libros. Algo de moda, nada nuevo. El tercero de ellos es Michael B. Jordan (sí, se llama como el basquetbolista), el hombre de color que nunca puede faltar y genera empatía con la gente que está sentada. Por último, la actriz de mayor relevancia es Imogen Poots, la desalineada pero atrapante rubia que también es parte de la reciente ‘Need For Speed’. Aunque por momentos la película busca ser cruda y atrevida, no lo consigue. Explícito erotismo, chistes sobre sexo, mujeres bellas, ropa de marca y casa propia, son esos elementos que construyen a las personalidades de nuestros personajes y generan en el espectador una envidia sana. En fin, no hay mucho más para decir sobre esta película. Las acciones se dan en cadena, los sucesos son claros, el drama aparece en el momento justo y el amor florecerá con paciencia. Fórmulas que nunca fallan y sonrisas que siempre agradan, nada para discutirle a los productores que cumplen bien su trabajo a pesar de no acercarse al cine desde el plano artístico. Seguramente si no salieran intensamente este tipo de propuestas fílmicas, muchos hombres se desorientarían y perderían a sus mujeres.
Tres pícaros sinvergüenzas Dentro del manual de la comedia estadounidense del siglo XXI, si en pantalla hay tres jóvenes más o menos apuestos, con la libido en alza, el resultado serán gags zafados, escenas de sexo y, cuándo no, otros escatológicos. La regla se cumple casi al pie de la letra en Las novias de mis amigos, con la rara excepción de que las actuaciones están por encima de lo que ofrece la trama. Tres amigos veinteañeros juran fidelidad a una idea: no estar en pareja, o algo así como tener sexo, pero no comprometerse. Como cada uno anda tras lo suyo (Mickey acaba de enterarse de que su mujer le es infiel, y la dejó, pero la sigue viendo; Daniel empieza a ver con otros ojos a una amiga; Jason se acuesta con una rubia y la confunde con una prostituta, para luego enamorarse), el asunto se les complicará. Hoy un juramento, mañana una traición. Las novias de mis amigos también se diferencia de las películas de humor más grosero en que es más lo que se esboza que lo que se confirma en imágenes. Y en que, más que una comedia a secas, la película termina apuntando hacia la comedia romántica. Y también en que, transcurriendo en Nueva York, salvo los vasos de papel de café con los que deambulan, no hay íconos de la Gran manzana, sino todo lo contrario. El muy buen actor que es Michael B. Jordan aquí está lejos del papel dramático de Fruitvale Station, galardonada en Cannes 2013. Y si las mejores líneas las tiene Miles Teller (Daniel, algo misógino y tramposo), en el centro de atención está Zac Efron. El ex High School Musical tuvo una enorme oportunidad de pegar un giro a su carrera, de la mano de Richard Linklater en la aquí no estrenada Me and Orson Welles. El californiano optó por el camino más corto y sencillo, y aquí está, mostrando sus músculos, haciendo morisquetas y ganándose al público femenino. Son tres embaucadores, tres pícaros sinvergüenzas que protegen el corazón hasta que les estalla el pecho, pero no por una bala y sin una gota de sangre.
Comedia livianita, muy livianita sobre tres amigos que por distintas razones, decepciones sentimentales, soledad, hacen un pacto para que ninguno de los tres se comprometa y sigan con su vida supuestamente divertida de solteros en Nueva York. Nada nuevo, como es previsible romperán sus promesas con resultados diversos. Para nostalgiosas de Zac Efron, apenas pasable.
Estamos juntos en esto La única forma de presentar esta película con honestidad implica establecer que no es otra cosa más que entretenimiento puro. No tiene ningún tipo de pretensión artística. No aspira a conmover ni a subvertir ni a explorar ni a resignificar. Lo cual no es automáticamente negativo, para nada. A veces en nombre del arte se inviste de solemnidad a un concepto igualmente soporífero y esa motivación aislada no supone de forma alguna un valor extra cualitativo. Y a veces el entretenimiento, vejado por esa implícita vacuidad, logra perfeccionarse hasta un punto de consumación suprema. Muchas veces, sin embargo, también es caca. Caca visualmente amena, auditivamente coherente. No tan diferente a cualquier otro tipo de caca audiovisual que consumimos en otros formatos y que nos resulta tan imperiosa y narcotizante. Nos nutrimos de esa clase de excremento todo el tiempo. Y nos gusta y volvemos por más y emitimos opiniones forjadas en caca sobre la misma caca que las cimienta. Así como la mosca que se reposa, come, defeca y vomita al mismo tiempo en esa especie de compulsión escatológica retroalimentativa nos sumergimos en estos estímulos. Algunos con intermitencia, los más persistentes con cierta religiosidad. Las novias de mis amigos (That Awkward Moment, 2014) llega a las salas argentinas con el heroísmo taciturno de todas las de su clase para suplir esa urgencia y nadie que pretenda tener la experiencia cinematográfica más ordinaria del mundo debería dejar de verla. Tres amigos se reconocen a sí mismos en la decepción amorosa. Como si estuviera pactado, cada vez que se aproximan al momento de oficializar una relación, se escabullen y así evitan la formalidad y el compromiso. Sus vidas se ven convulsionadas cuando conocen a tres mujeres con características parecidas y la trama comienza a complejizarse cuando los sentimientos toman protagonismo y el caos emocional empieza a desenvolverse. Las novias de mis amigos cuenta con tres columnas vertebrales que sostienen el argumento. Entre sus tres actores principales hay dos estrellas en claro ascenso; Miles Teller de Aquí y Ahora (The Spectacular Now, 2013) y Divergente (Divergent, 2014) y Michael B. Jordan, de tradición televisiva, que alguna vez representó la muerte de la inocencia con su entrañable personaje de Wallace en la fantástica The Wire (The Wire, 2002-2006). El tercero es quizá el más reconocido, Zac Efron que luego de vender su alma al diablo por fama y fortuna participando en High School Musical intenta recomponer o revitalizar su carrera de intérprete con esfuerzos realmente admirables que incluyen Yo y Orson Welles (Me and Orson Welles, 2009), Amor y Letras (Liberal Arts, 2012) y El chico del periódico (The Paperboy, 2012). El guión es una pieza decente pero sin mucho potencial fílmico. Por eso la ejecución es mediocre, de todos los gags muy pocos vuelan y aún menos cuentan con la conclusión básica del remate. La película contó con un presupuesto de 8 millones de dólares. Tiene dos escenarios recurrentes (interiores, departamentos) y tres o cuatro en exteriores. La mejor forma de sintetizarla es decir que son un grupo de jóvenes conversando, teniendo sexo (con mujeres, no entre ellos) y conversando sobre el sexo que tuvieron con esas mujeres. Peleando, con las mujeres y entre ellos y reconciliándose en un gran acto de amor universal. La recaudación total, hasta la fecha, es de 26 millones. Más del 200% en relación al costo original.
Pobre comedia adolescente, con protagonistas sin ningún tipo de timing para el genero. Ni ZAC EFRON, un verdadero experto en el "rubro teen", puede con un papel y un guion que parece escrito a las apuradas con la sola intención de recaudar. No es creíble, está cargada de lugares comunes, ni uno solo de sus gags funciona y se hace eterna a pesar de no durar más de los clásicos noventa minutos.
Tufillo a enseñanza aleccionadora Un repaso por la cartelera y lanzamientos a DVD de los últimos años muestra que la comedia goza de buena salud, manifestándose en exponentes para todos los gustos y públicos: las hubo absurdas y delirantes (No te metas con Zohan), estúpidas (Jackass 3D), anárquicas y retorcidas (Proyecto 43), inteligentes y melancólicas (Bienvenidos a los 40), festivas pero amargas (21: La gran fiesta), salvajes (la primera ¿Qué pasó ayer?, ¿Quién *&$%! son los Miller?, Proyecto X) e incluso adultas y sofisticadas (Saber dar, ¿Cómo saber si es amor?, Una segunda oportunidad). Todas ellas son, además de buenas para arriba, ejercicios de autoconciencia creativa, películas en cuya génesis subyace la intencionalidad de no ser más de lo que proponen. Las novias de mis amigos la pifia feo desde su misma idea inicial, presumiéndose “profunda” cuando es un muestreo apenas simpaticón de lo buen comediante que podría llegar a ser Zac Efron cuando acepte que ya no es el galancete infanto-juvenil de High School Musical. El resultado es, parafraseando al crítico norteamericano Scott Foundas, un producto menor que quizá disfruten aquellos “adolescentes y veinteañeros que tengan menos experiencia de vida y menos madurez emocional que estos personajes”. El punto de partida de Las novias de mis amigos no es original, pero había antecedentes que abrían un resquicio de interés. Al fin y al cabo, la bisagra entre una adolescencia que no termina de irse y los temores de una adultez inminente es el tema predilecto de Judd Apatow desde las fundacionales Freaks and Geeks y Undeclared, pasando por gran parte de su filmografía posterior como director y productor. El film de Tom Gormican, en cambio, limita la complejidad del crecimiento al aspecto únicamente sexual, con esos tres amigos –Efron, un tal Michael Jordan que no es el 23 de los Bulls y el gran Miles Teller, revelación absoluta desde El laberinto en adelante– prometiéndose que seguirán solteros por largo rato, empardando así responsabilidad y madurez con noviazgo. El descontrol y el absurdo era una posibilidad, pero Gormican elige mostrarles a sus personajes –y a los espectadores, claro– que en el fondo todos quieren encontrar su media naranja. Así, el derrotero emocional del trío terminará emanando un tufillo a enseñanza aleccionadora patentado en la aparición de una mujer ideal para cada uno de ellos. Mujeres que, como no podía ser de otra forma en una comedia que malentiende al universo masculino, son huecas, básicas y enamoradizas. Igual que estos tres amigotes dominados por su entrepierna.
Se burla de los clichés pero cae en todos Este es uno de esos casos tan frecuentes donde el título original no tiene nada, pero nada, que ver con el que le pusieron en la Argentina. "That Awkward Moment" se refiere al punto incómodo de un noviazgo que, de golpe, parece estar a punto de convertirse en algo más serio, lo que implicaría tomar la relación con más compromiso, y que le da al hombre el recelo de que algo muy agradable que siempre sucedía en la cama, ahora podría cambar de dirección y encaminarse hacia el altar. Como viene sucediendo hace años en este tipo de comedias románticas filmadas por directores jóvenes (en este caso se trata, además, de una opera prima), con actores "cool" como Zac Efron, la película empieza intentando marcar la diferencia con lo que se espera del género según las tradiciones hollywoodenses, y luego se va suavizando hasta caer en todos los clichés de lo que se esforzó por diferenciarse. Pero esta película no tiene sólo ese problema, sino varios. Por ejemplo, presenta a tres amigos, dos que trabajan en una empresa de diseño gráfico neoyorquina, donde hacen portadas de libros, que deciden solidarizarse con un amigo médico al que su mujer le está pidiendo el divorcio de buenas a primeras. La solidaridad consiste en hacer un pacto de no volver a tener parejas fijas, sino sólo historias de una noche. El pacto tendría sentido y podría interesar un poco al público si el argumento se hubiera ocupado de describir cómo era la vida amorosa de estos badulaques. Pero la verdad es que aun con más trabajo narrativo, los personajes son muy poco interesantes en cualquiera de las direcciones que pueda tomar la película. Y para colmo una de esas direcciones se va derecho al melodramón, en un tono más pesado de lo razonable, sobre todo teniendo en cuenta que en el primer tercio de proyección, el director intentaba pasarse de listo amagando con gags más o menos audaces relativos a las costumbres de gusto dudoso de algunos adultos jóvenes (veinteañeros que actúan un poco como los de la vieja serie "Thirty something"). Como los actores tienen talento, soportan tanto las situaciones de drama más densos que dramáticos, igual que los chistes desubicados y no muy graciosos de la primera parte. La ambientación neoyorquina es un tanto remanida, y para eso ya existe Woody Allen. Pero, por otro lado, hay que reconocer que es un producto bien filmado, y al menos tiene más escenas eróticas que la película promedio filmada en Estados Unidos. Esas escenas son casi las únicas de acción de este conversadísimo asunto.
Casi enamorados "Las novias de mis amigos" es un pasatiempo insatisfactorio que confronta la tradición de la buena comedia norteamericana. Esta película sí que ocupa un lugar inmerecido en la cartelera. Con tanto bueno que habría para ver, lo mejor que podría pasarnos como espectadores, es castigarla con una ausencia tan notoria, que hiciera que los distribuidores se cuidasen de mostrar y traer por aquí bodoques parecidos en el futuro. "Okey, puede que no me guste a mí, pero tal vez está dirigida a jovencitos más inocentes e impresionables", se podría decir, con cierta condescendencia. Pero, ¿vamos a dejar que los alimenten con eso y después les pediremos que voten con inteligencia? Las novias de mis amigos es un filme que provoca un poco de confusión. Pero sólo porque coquetea todo el tiempo. Es un filme piola. Es elegante. Es sensiblón. Y además, muy bobo. Sólo se vale de música agradable, bares de copas, oficinas modernas, y chicas y chicos bonitos, y de corazón inestable, que hacen bromas pesadas y que, de cada tres palabras que dicen, dos son "what?" y "fuck!". La película comienza con tres amigos neoyorquinos y sus asuntos del corazón. A uno está dejándolo la esposa, que lo engaña con alguien. Los otros dos están en el pináculo de sus carreras hormonales. Entonces, se paran en la calle y gritan "viva la soltería" con una convicción casi ridícula. "Es hora de volver a llenar casilleros", le aconsejan al abandonado, para iniciar una carrera en la que no hay tiempo ni espacio para conflictos sobre violencia de género, guerra de los sexos ni nada por el estilo. Sin embargo, los chicos comienzan a involucrarse con sus chicas y sus seguridades de amantes sin compromiso comienzan a trastabillar. Poco faltará para que confirmen que en la vida se puede perder algo más que apuestas. Se pueden perder afectos. Es entonces cuando la cosa se vuelve seria, aunque sea por un rato, pero la película no tolera tanto cambio de tono. Incluso, de a ratos se vuelve melancólica y el efecto es tan contradictorio y desconcertante que ni siquiera queda claro si esa fue la intención de los autores del libro o sólo un problema de dirección. Los norteamericanos tienen pasta para la comedia romántica. Sobran ejemplos de esto. Pero con arrestos como este, en los que les sale el tiro por la culata, el estandarte de una industria que marca tendencia en la manera de entretenerse, se convierte en un pasatiempo insatisfactorio.
Es simpática. ¿Qué implica que un film sea “simpático”? Pues lo mismo que cuando uno describía a una chica como “sí... es simpática”: carece del atractivo suficiente como para conquistarnos pero, al menos, es de caer bien a la mayoría de las personas. Este film forma parte de lo que podríamos llamar “comedias de la inmadurez” o de la adolescencia eterna (Virgen a los 40, Este es el fin... y otras que examinan la inmadurez) y aquí tres amigos deciden permanecer sin compromiso tras la fea ruptura amorosa de uno de ellos. Como la biología y los guiones están para eso, el amor cae y el pacto se vuelve inestable. El problema es que los diálogos son pobres y las situaciones, trilladas: lo que vuelve el conjunto visible y amable (en un sentido más bien tenue) es el trabajo de los protagonistas, que resulta un conjunto de buenos comediantes que parecen comprender mejor a sus criaturas que el director. En algunos momentos, incluso se parece a una película argentina mediocre.
Ese momento incómodo Las novias de mis amigos es una película incómoda en el peor de los sentidos, de esas que dan la sensación de que uno vio por lo menos diez parecidas y mejores. Tom Gormican se esfuerza en esto de (como diría el lejano Coco Basile) hacer un mix entre una comedia de amigotes de joda en Nueva York y una lisa y llana comedia romántica. Sin embargo, su esfuerzo es en vano, ya que termina imponiéndose, o por falta de buenos chistes, o por la fotogenia inmoral de Imogen Poots y Zack Efron, la comedia romántica berreta. Entonces si vas a hacer una película de amigos guarra, no hay que olvidarse que Seth Rogen, Johah Hill y compañía han hecho las mejores, y como realizador uno debería plantearse el deber de al menos intentar emular un poco las virtudes de, por ejemplo, Supercool o Ni en sueños. Pero en Las novias de mis amigos están el bueno de Miles Teller, que solo no puede, ya que Michael B. Jordan (no se puede tener ese nombre) está bastante irregular y Efron, a pesar de tener cierto timing, no logra despegarse del todo de su rol de galán. Los tres son personajes laboralmente exitosos pero emocionalmente incapaces. Me pregunto: ¿ya no hay perdedores en Manhattan? ¿Philip J. Fry era una mentira? Seamos buenos entre nosotros: Sex and the city ya agotó esas escasas posibilidades. Decíamos que Tom Gormican opta por subrayar la historia de los personajes que interpretan Efron e Imogen Poots, quienes lamentablemente ya desde su construcción inicial tienen algunos problemas. Ella es la joven naif que viene a perseguir su sueño a la mejor ciudad del mundo y luego de intentar unos meses lo consigue con una facilidad abrumadora. No solamente es linda, sino que también es buena e inteligente y literalmente nunca hace nada egoísta. El es emocionalmente distante, a tal punto de que indefectiblemente siempre hace lo contrario a lo que siente y es absurdamente incapaz de tener un gesto copado con una chica que claramente es perfecta para él. De acá se desprende una mirada un tanto problemática de la película de Gormican, una especie de machismo al revés, unos cuantos prejuicios sobre el comportamiento de los tipos en general. Dos de los personajes varones son imbéciles que sólo piensan en sexo y videojuegos y en no comprometerse. Dos de las tres chicas son literalmente perfectas. La pareja de casados/divorciados que interpretan Michael B. Jordan y Jessica Lucas apuesta sin embargo al machismo convencional: ella engaña y lastima, él es una pobre víctima. Entonces lo incómodo de esta película es en un sentido negativo, ya que siempre festejamos la incomodidad generada por las buenas comedias. Aquí está la incomodidad de la ansiedad que provoca el aburrimiento, y la sensación de que esto ya se vio diez veces y mejor concretado en todos los casos.
TRES BOBOS SUELTOS Son tres amigos: dos solteros y un casado que anda tristón porque su mujer hizo justicia y lo abandonó. Bajón colectivo del trío y la decisión, para solidarizarse con el dolorido, de que ninguno de los tres se va a comprometer con ninguna chica. Algo que deberían agradecer las lindas muchachas Juramento de soltería hasta donde se pueda. Pacto adolescentes de tres inmaduros. Una comedia sin chispa, protagonizada -¡otra vez!- por tres treinteañeros bobalicones que dicen tonterías a mil por hora, que se comportan como nenes de la primaria, que se hacen los cancheros hasta que, por supuesto, aparece un par de lindas señoritas que les hacen renunciar a pactos y estupideces. El planteo podría avanzar si tuviera un libretista inspirado, unos actores con gracia, una puesta imaginativa, un par de escenas divertidas. Pero, no hay nada de esto, sólo Nueva York, como siempre, pone algo de encanto ante tanta chatura. Palabras gruesas, chistes ramplones sobre el sexo, audacias verbales y pacatería visual, infaltables escenas escatológicas y un final que se quiere poner serio y romanticón y apela a una gastadísima declaración de amor con mucho público que aplaude. Pero lo peor son sus personajes: tres impresentables que se piden permiso para poder acostarse con su chica, que se cuentan todo, que interrumpen y se meten en el cuarto cuando el otro está haciendo el amor. Al final, dos saldrán a flote, pero el esposo engañado, no. Dan ganas de abandonar a los tres.
Allá por 2002 el errático director Michael Lehmann terminaba de tirar su carrera por la borda (y la de sus protagonistas Josh Harnett y Shannyn Sossamon consigo) cuando se estrenaba la muy fallida comedia 40 días y 40 noches que caia en todo tipo de chistes entre lo burdo y lo desagradable sobre un joven galán que jugaba una apuesta de no tener sexo durante el período del título justo cuando conoce el amor. Doce años después, el debutante Tom Gormican realiza Las novias de mis amigos, con una premisa ligeramente similar a aquella, aunque de primer plano pareciera hablar más del compromiso que del sexo. Claro, ambas se inspiran en Trabajos de Amor Perdidos de William Shakespeare (la cual también ha tenido sus adptaciones). La historia se centra en tres amigos, Jason (Zac Efron), Daniel (Miles Terrier), y Mikey (Michael B. Jordan) viviendo lo que se dice el sueño – joven – americano. Los tres son rompecorazones (por supuesto, Jason es el más “pícaro”), pero cuando Mikey es abandonado por su esposa, hacen un juramento mantenerse alejado de las relaciones con el otro sexo, y hasta crean un sistema de ayuda y contención similar al de AA. Por supuesto el destino es engañoso, y el guión de esta película no quiere darnos sorpresas, por lo que casi automáticamente, luego de hacer este pacto, los tres lo pondrán en riesgo. Jason conoce a Ellie (Imogen Poots) una chica seria a quien primero confunde con una prostituta de lujo; Daniel empieza a sentir que su amiga de toda la vida Chelsea (Mackenzie Davis) es más que eso, y Mikey pretende reconquistar a su esposa Vera (Jessica Lucas). En el medio, y sin demasiada explicación ni demasiado ingenio, los tres muchachos, por junto o por separados van a vivir “aventuras” que depararan en chistes de muy dudoso gusto y menos gracia. Erecciones, eyaculaciones, órganos sexuales de ambos sexos, y coitos de toda clase serán de la orden del día. Claro que estamos frente a un film cuya idea es poner a la ex estrellita de High School Musical en un rol de galán “joven adulto” por lo que los chistes quedan a mitad de camino, lo mismo que las escenas osadas mayormente insinuadas u ocultadas torpemente. Sí, para las chicas, Efron aparece en calzoncillito y hasta un roce de desnudez, pero del modo menos erótico posible. Por otro lado, Gormican, que también se encarga del guión, pretende hacer algunas reflexiones serias sobre el ser veinteañero en la urbe estadounidense, plagar la escena de referencias culturales, y hasta hacer inserciones publicitarias caras al estilo Sex & the City, pero todo queda trunco al próximo chiste fácil. Terrier y Jordan intentan sacar adelante sus personajes con oficio, pero todo se empeña en poner adelanta a Zac Efron que hace poco más que cualquier actor de publicidad de Colgate, mostrar una sonrisa blanca. El trío femenino no corre con mejor suerte, es papeles difíciles de definir. Es poco lo que se puede rescatar de un producto como Las novias de mis amigos, con espíritu de estudiantina y aire de post-universitaria. Algunos chistes nos pueden causar gracia porque todos tenemos el instinto de reírnos ante un absurdo. Algunos momento en donde aflora el romance también pueden ser inspirados aunque clichés, pero otra vez, luego de lo romántico, hay una necesidad imperiosa de arrojar otro momento burdo; así, a ese ritmo avanza esta película.
"Las novias de mis amigos" es una película para pasar el tiempo sin usar mucho el cerebro... 3 amigos que deciden mantenerse solteros (y les cuesta mucho, porque son galanes) mientras que sucede de todo... ¿Qué pasá? Escenas que deberían haber terminado siendo cómicas y no lo son, y algunas (pocas) que funcionan. Los 3 protagonistas le ponen mucha onda, pero el guión no se sostiene por ningún lado. Como dije antes, queres ver algo pasatista, con mucho enredo de por medio, y verle la cola a Zac Efron (?) - bueno, para las chicas -, ya sabes, "Las novias de mis amigos" se estrena hoy y podes disfrutarla en pantalla grande.
Tres amigos inseparables un pacto que pueden traer consecuencias. Esta es una comedia romántica liviana que tiene como principal protagonista al carilindo Zac Efron, su presencia en los afiches del cine y en la pantalla resulta atractivo para sus seguidoras. La trama es muy sencilla se desarrolla en Nueva York ellos son tres amigos inseparables: Jason (Zac Efron) Daniel (Miles Teller “Proyecto X”) y Mikey (Michael B. Jordan, “Poder sin límites”). Ellos hacen un pacto; mantener su soltería, divertirse, tener sexo, ser libres y no comprometerse con nadie, esto sucede cuando su amigo Mikey queda destrozado al separarse de su esposa Vera (Jessica Lucas) y además se entera de su infidelidad, y como si fueran los tres mosqueteros y amigos inseparables su lema será “uno para todos, todos para uno”. Pero desde los primeros minutos que corre la cinta se sabe que ellos no van a cumplir con esto y es muy previsible, Jason (Zac Efron), no quiere comprometerse con nadie, tiene sexo ocasionalmente hasta que conoce a Ellie (Imogen Poots, “V de venganza”), mantiene una relación pero no tarda en sentirse enamorando; Mikey trabaja de enfermero intenta concentrarse en su trabajo pero no puede olvidar a su esposa Vera y sin que nadie lo sepa continua viéndola y Daniel pese a todas las libertades que se toma termina teniendo una relación amorosa con su mejor amiga Chelsea (Mackenzie Davis). Todo lo que se va viendo está muy trillado, relaciones ocasionales con enredos, mentiras, engaños, Efron, Teller y Jordan tienen buena química, Chicos con hormonas alteradas, gags de todo tipo, protagonistas desnudos, lindas chicas, algún juguete sexual, chistes escatológicos, un guión poco sólido, situaciones tontas, una comedia fallida y floja. Solo para aquellos seguidores de este tipo de comedias y para disfrutar de unos pochoclos.
Las novias de mis amigos es recomendada solamente para los seguidores de Zac Efron que por lo menos pueden justificar el precio de la entrada si la pasan bien con sólo verlo. Desde el comienzo la historia comienza a aburrir y no toma vuelo en ningún momento. Los gags son prácticamente todos con referencias sexuales, pero lamentablemente muy pocos son eficaces. Tampoco ...
Misma fórmula con cara más sofisticada "That awkward moment" es una nueva comedia romántica teen dirigida por el debutante en largometrajes, Tom Gormican. La película se centra en las relaciones amorosas de tres mejores amigos con personalidades distintas que pasan de ser los copados de la noche y el levante a soldados del amor y las relaciones serias. La premisa ya de por sí no es de lo más original y está claramente apuntada al público femenino por debajo de los 20 años que se preocupa más por disfrutar de la presencia física de sus ídolos en pantalla que por la historia. El casting también fue claramente concebido para atraer a ese target específico; el mismo incluye al trío de moda por estos días, Zac Efron ("High School Musical", "17 otra vez"), Miles Teller ("The Spectacular Now", "Divergente") y Michael B. Jordan ("Poder sin límites", "Fruitvale Station"). Si bien la comedia es prolija y no hay mayores inconvenientes interpretativos, la trama es tan predecible y básica que pierde nivel a medida que va avanzando el metraje. Es prácticamente la misma fórmula trillada de siempre con algunos toques de contemporaneidad. En esta línea, el humor es una combinación de nueva comedia americana (más zafada, guarra) y comedia clásica de films románticos, y si bien conviven ambas armónicamente, no llegan a ofrecer un combo que realmente satisfaga al espectador promedio. Es una lástima que algunos actores famosos se autoencasillan en roles que les quedan cómodos, como por ejemplo Zac Efron, que si bien no es un genio de la actuación se defiende bien en pantalla, tiene carisma y madera humorística. Los otros dos actores al menos incursionan un poco más en el plano independiente y seleccionan roles más variados. Lo más interesante si se quiere viene del lado de las contrapartes femeninas, sobre todo Imogen Poots ("28 Weeks Later") y McKenzie Davis ("Breathe In") que demuestran tener carisma y se salen un poco del rol de minita esperando el príncipe azul, aunque por momentos la trama misma las lleva a ponerse en la situación nuevamente. En conclusión, la propuesta es bastante básica e infantil, con algún que otro momento realmente divertido y un final cantado desde el trailer. Las seguidoras más acérrimas del musculoso Efron seguro estarán conformes, pero el espectador que va buscando una comedia romántica distinta y de calidad se decepcionará con seguridad.