Psicosis en la web Resulta de lo más gracioso que en una época como la presente, dominada por una violencia e individualismo permanentes a nivel cotidiano, las apariencias y la proverbial “opinión de los otros” tengan la preeminencia que tienen en el enclave virtual, lo que por cierto pone el acento en una distorsión comunal que privilegia la pantomima de las redes sociales en detrimento de la realidad material y la cultura compartida a diario. Como era de esperarse en este estado de cosas, las ficciones tienen un mayor asidero que la verdad y derivan continuamente en delirios masivos en los que las mentes menos iluminadas se comen el verso que sea y terminan -entre otras cosas- convalidando a los oligarcas y adoptando su ideología. Entre los infantes y adolescentes, en el ámbito cultural y durante las dos últimas décadas, se han difundido mucho diversas leyendas on line conocidas como “creepypastas”. Sin duda el más afamado de estos mitos modernos del terror es el que tiene como centro al denominado Slender Man, un personaje ficcional creado en 2009 por Eric Knudsen que se caracteriza por su generosa altura, su delgadez, su rostro blanco sin facciones, su traje negro y unos brazos símil tentáculos que le sirven para secuestrar/ llevarse con él a chicos y chicas. Como la criatura en cuestión rápidamente se hizo viral, desembocó en una serie web para YouTube llamada Marble Hornets que a su vez tuvo su reglamentaria adaptación cinematográfica de la mano de la muy floja Always Watching: A Marble Hornets Story (2015). No obstante el verdadero despegue en “popularidad” del susodicho se dio cuando dos niñas de 12 años, Anissa Weier y Morgan Geyser, apuñalaron 19 veces a su compañera Payton Leutner en un bosque de Wisconsin en plan de sacrificio en honor a Slender Man. Al Hollywood de nuestros días le cuesta muchísimo generar productos potables de influjo exploitation y prueba de ello es la paupérrima Slender Man (2018), un slasher sobrenatural deslucido y sumamente rutinario que pretende levantar unos billetes a raíz del furor morboso contemporáneo en torno al personaje y que en términos cualitativos se ubica muy por debajo de Beware the Slenderman (2016), aquel documental apenas correcto de Irene Taylor Brodsky acerca del intento de homicidio infantil. La película que nos ocupa no se propone explícitamente ficcionalizar el ataque de 2014 pero más o menos por ahí va la cosa porque elige de núcleo dramático a la fascinación con el señor delgado por parte de cuatro adolescentes, Wren (Joey King), Hallie (Julia Goldani Telles), Chloe (Jaz Sinclair) y Katie (Annalise Basso), que invocan a la figura espectral viendo un simpático videíto en Internet. El realizador Sylvain White y el guionista David Birke no cuentan ni con una mínima idea interesante que le otorgue algo de vida a una obra apresada en un desarrollo muy previsible y demasiados estereotipos que no están bien ejecutados, a diferencia de lo que ocurría -por ejemplo- con dos de las últimas y disfrutables entregas de Blumhouse Productions, Feliz Día de tu Muerte (Happy Death Day, 2017) y Verdad o Reto (Truth or Dare, 2018), las cuales nunca podrían ganar un premio a la originalidad pero eran de lo más eficaces en este rubro del slasher metafísico. Si bien en ocasiones el film se hace aburrido, incluye un par de escenas atractivas alrededor del acecho fantasmal de turno, sin embargo no alcanzan para construir un retrato en serio de la psicosis en la web ni una propuesta con peso propio más allá de la referencia al “creepypasta estrella” de todos los imberbes y púberes en general…
El cuco virtual. Anissa Weier y Morgan Geyser, quizás el nombre no nos diga mucho pero asociado a un asesinato de una niña, Payton Leutner en un bosque como ofrenda a un ser siniestro, cambie el panorama. Lo cierto es que este hecho verídico involucró a dos niñas de doce años de Wisconsin, quienes apuñalaron diecinueve veces a otra amiga y nombraron a Slender man, una suerte de cuco creado por las leyendas urbanas de las redes sociales y que se caracteriza por raptar niñas cuando lo invocan, o al menos dejarlas tan perturbadas que son capaces de cometer atrocidades como ofrenda. El Hollywood de esta última época hace de todo lo medianamente popular una fuente de ingresos extra y por ello no sorprende esta propuesta de terror, que no aporta absolutamente nada novedoso al género. La paranoia adolescente también es un buen pretexto para engrosar las arcas a expensas de un público ávido de consumir estas historias básicas, donde los gritos y el efectismo suplen ideas interesantes en los guiones. Slender man no tiene rostro, es flaco y tiene tentáculos. Aparece en el bosque o incluso entre alucinaciones, y sus víctimas son adolescentes como las de esta película dirigida por Sylvain White. Por momentos funciona la idea del rumor que encuentra en la multiplicación de las redes sociales un efecto más intenso que el que se generaba desde la transmisión oral de alguna leyenda urbana. Es decir, que lo que origina la acción de esta historia de terror es tan viejo como la idea de control social, a partir de la representación de algún monstruo represor. No obstante, el film en cuestión no pasa del susto y del efecto. Seguramente encuentre su público, aunque todavía en cartelera se pueden elegir mejores películas del género.
Un personaje alto que tiene como rostro una máscara blanca sin boca ni orejas y que esconde tentáculos en su espalda para atrapar a los adolescentes aparece en el firmamento del terror en Slender Man. Se trata de un personaje surgido en internet en 2009 al que muchos creyeron real e incluso hay un polémico y sangriento caso policial de 2014 sobre dos chicas de 12 años que apuñalaron a una de sus amigas para congraciar a la monstruosa criatura, que se convirtió en meme y se filmó el documental documental Beware the Slenderman sobre sus supuestas apariciones. Lo cierto es que el negocio se puso en marcha y llegó a la pantalla grande con esta película que parte de una campaña publicitaria similar a la de El proyecto Blair Witch, con un relato convencional que no ofrece nada nuevo dentro del género e impone la figura del villano de turno en este enloquecedor juego que mezcla realidad y escenas oníricas. El filme dirigido por Sylvain White, protagonizado por Joey King, narra la historia de un grupo de jovencitas que investiga la leyenda de este ser sobrenatural a partir de un video que ven en sus celulares y de la desaparición de una de sus compañeras. La trama no ofrece más que eso, una estudiantina de terror que cambia la figura de Freddy Krueger por la de Slender Man y toma la premisa de la recordada La llamada. Si bien la película tiene algunas escenas logradas -como la del bosque o la presencia fantasmal dentro de la casa hasta llegar al cuarto de una de las chicasa- no sale del convencionalismo y no siempre da en el blanco al combinar el terreno fantástico inmerso en ambientes cotidianos como el colegio y la biblioteca. Son épocas del terror viralizado en la que los alaridos se ven empañados por el escaso suspenso.
[REVIEW] SLENDERMAN. Un personaje creado para aterrorizar a los internautas, allí por el 2009, tiene por fin su propia película. Y adivinen qué: Sí, no da nada de miedo. Slenderman fue creado en 2009 por Victor Surge, un aficionado al terror en un famoso “foro” llamado Something Awful. Hecho como un experimento de photoshop, fue tomando fuerzas hasta ser el Creepypasta definitivo y volverse un hito de la cultura pop y una verdadera leyenda urbana. Surge bebió influencias de sus escritores de horror favoritos para la creación de tal personaje: HP Lovecraft, Stephen King (específicamente sus cuentos), las fantasías surrealistas de William S. Burroughs y, además, un par de juegos del género survival horror como Silent Hill y Resident Evil. Slenderman pasó de ser una creación “de nicho” a un fenómeno mundial. Las características son reconocidas por cualquier ávido a la internet: tiene un rostro blanco, sin rasgos y parece que está vestido con un traje oscuro y corbata. Slenderman está asociado al bosque y tiene la habilidad de tele-transportarse. La proximidad al Slenderman se dice a menudo que desencadena la «enfermedad Slender»; un rápido inicio de la paranoia, pesadillas y delirios acompañadas de hemorragias nasales. El mito es tal que en 2014 dos niñas de 12 años en Wisconsin apuñalaron a otra de la misma edad alegando que Slenderman “las observaba, podía leer sus mentes, y teletransportarse”. Este caso originó el muy recomendable documental de HBO “Beware the Slenderman (2016)”. Para los neófitos que no sabían de la existencia de esta especie de leyenda urbana, hecha está la introducción. Ahora, si están dispuestos a ir al cine a ver “Slenderman (2018)”, aquí está mi opinión: El film dirigido por el francés Sylvain White peca de llegar bastante tarde con una fórmula vista cientos de veces ya en el género; un grupo de adolescentes se junta en una casa, invocan a una entidad sobrenatural por medio de un video con imágenes perturbadoras y este ente luego las acecha por cualquier vía tecnológica que haya hasta matarlas. Si estabas pensando en, por ejemplo, “La Llamada (The Ring, 2002)”, no te equivocas. Pero estamos en 2018, el terror ya pasó por la manos de James Wan para reinventarse y “Slenderman” no es siquiera un slasher decente. Así de chato es el guión. Dentro de lo previsible, no hay tantos jumpscares como para, aunque sea, disfrutar de un buen grito en la sala de cine, la atmósfera que crea el gran Ramin Djawadi con su banda sonora es desaprovechada poco después de comenzar el metraje, en un repetitivo leit motiv que pierde fuerza con el correr de los minutos. Y si hablamos de desaprovechamientos, el de Javier Botet es imperdonable: un actor que hace de sus criaturas una verdadera pesadilla no llega a identificarse nunca ya que parece que la mayoría de los momentos del Slender son CGI (malos). Slenderman podría hablar de los Shadowman. Podría hablar de la soledad en la adolescencia y sus adicciones. Podría incluso ser una alegoría sobre los secuestros de jóvenes y la trata. Pero se queda a medio camino en el cliché viejo y pasado de moda de films similares que lo hicieron mucho mejor. Hace 15 años atrás, mínimo. Quizás otra cosa más destacable sea la actuación de Joey King, la actriz de El Stand de los Besos, quien muestra una versatilidad en un papel totalmente diferente al que nos tiene acostumbrados. De las demás actuaciones mejor ni hablar. Un film que pudo haber tenido muchas buenas intenciones, pero llega tarde y no se nota el esfuerzo por hacer un producto siquiera mediocre.
La historia de este personaje nace en Internet en el 2009. El guionista se basa en lo publicado por un tal “Víctor Surge” (Eric Knudsen) en un foro web, “Something Awful”, con imágenes creadas por photoshop e información de supuestos horribles crímenes con niños de parte de ese personaje. Los memes y los fanáticos crearon la leyenda en las redes. Y un escalofriante caso policial en el 2014, de dos niñas de 12 años atacando a una tercera con 19 cuchilladas, para congraciarse con el personaje en el que creían firmemente, hicieron el resto. Con este material el guión de David Birke se dedicó a corporizar este “meme” que tiene “inspiraciones” en otros personajes terroríficos. El director Sylvain White se centró en un grupo de chicas aburridas que convocan al personaje, y este les provoca no solo pesadillas sino la desaparición de una ellas y el sufrimiento de las demás. El film tarda demasiado en asustar un poco y se regodea en climas y algunos efectos que promete mas que logran asustar. Con un buen elenco donde sobresalen Julia Goldani Telles y Joe King que hubiesen merecido personajes con mas complejidades. Para los amantes del género un plato módico.
Algo curioso sucede con este film de terror basada en la leyenda urbana de un ser misterioso, delgado y sin rostro, que aparentemente hace desaparecer personas: resulta mucho más cercano al drama que al miedo. Y los actores hacen mucho para sacar a flote lo que resulta más el bastidor de un guión que una verdadera historia sobrenatural -con lo que implica esa definición. El resultado -aunque mediocre- está por encima del material de base.
El atrapa niños “Slender Man” (2018) es una película de terror dirigida por Sylvain White y escrita por David Birke. Basada en el personaje creado por Víctor Surge, el reparto está compuesto por Julia Goldani Telles, Joey King (Ramona & Beezus, 7 Deseos), Annalise Basso (Capitán Fantástico), Jaz Sinclair, Taylor Richardson, Alex Fitzalan, entre otros. La historia se centra en Hallie (Julia Goldani Telles), Wren (Joey King), Chloe (Jaz Sinclair) y Katie (Annalise Basso), cuatro jóvenes estudiantes que son mejores amigas y viven en un pueblo de Massachusetts. Al enterarse que un grupo de chicos se juntarán en una casa para invocar a Slender Man (hombre delgado, muy alto, sin cara y con ramificaciones), ellas deciden hacer lo mismo por lo que a la noche se reúnen y buscan información en Internet. Luego de una semana de haber visto un video perturbador sobre la criatura, las amigas no se sienten igual que siempre ya que las pesadillas son recurrentes. En una excursión al cementerio organizada por el colegio, Katie desaparece sin dejar rastro. Desde ese momento, Hallie, Wren y Chloe no la pasarán para nada bien. Vayamos al grano: si hay un filme que abunda en errores es éste. Primero y principal, Slender Man está catalogada como película de terror, sin embargo en ningún momento genera miedo salvo algún que otro salto en la butaca por el sonido fuerte repentino. Cuando ya se hace un abuso de este recurso, sumado a los repetitivos sonidos raros al anochecer y las recurrentes alucinaciones, la cinta se vuelve cada vez más y más aburrida. Y lo peor es que en ningún momento logra repuntar. En vez de explicar aunque sea un poco el origen del monstruo, el director optó por contar una historia que pasa de un cliché a otro sin parar. Personajes estúpidos, búsqueda de datos por Google, pueblito en el que casi nunca pareciera que viven adultos, un bosque tenebroso, un video maldito y la lista continúa. A pesar de que la película dura tan solo una hora y media, luego de los primeros minutos uno no ve la hora de que acabe. Por otro lado, los efectos especiales dejan mucho que desear. Cuando a Slender Man se lo muestra en todo su esplendor, con sus múltiples brazos y su cara sin ojos, nariz ni boca, el efecto no es el esperado (más bien da risa). En varios momentos donde las escenas son en blanco y negro el film recuerda bastante a La Llamada (The Ring, 2002) por lo que la falta de originalidad resulta notoria. En cuanto a las actuaciones, las jóvenes hacen lo que pueden con el pobre guión que se les dio. Joey King logra ser la más convincente por el único motivo de que su personaje en cierto punto es mucho más sensato que los demás. Hay partes que carecen totalmente de lógica, como por ejemplo que las chicas se preocupen por su amiga desaparecida pero que a otra que anda perturbada no le den demasiada importancia o que la criatura haga videollamadas. Si lo que buscás es una película con buenos sustos y trama, “Slender Man” no es recomendable. Lenta, sin ritmo ni mucho contenido interesante, la cinta queda en el olvido ni bien acaba.
Terror antropomorfo en tiempos virtuales Quién asumió el desafío de revivir cinematográficamente este mito terrorífico que nació de la web, es Sylvain White, quien mayormente dirige series televisivas. Si bien no trasladó a pie y juntilla lo que sucedió en el caso real acontecido en EEUU, en el que dos niñas de 12 años apuñalaron a su amiga para invocar a Slender Man; si jugó con la idea que dio inicio a esta leyenda creepypasta, cuando entre los escombros de un incendio en California se encontró una fotografía en la que aparecía un grupo de niños jugando en un parque, y al fondo había una figura alta, delgada, masculina y sin rostro. Inmediatamente comenzó a correr el rumor de que los menores que estaban en la imagen, desaparecieron. Mezclando un poco de está dos versiones, la trama de la cinta gira en torno a un grupo de amigas, que una noche de diversión invocan a este ser a través de la visión de un extraño video, que se esparcirá en sus mentes como un virus. A partir de este suceso no serán las mismas, tendrán pesadillas, visiones y malos presentimientos, sobre todo cuando una de las jóvenes se esfume en el bosque sin dejar rastro. Es así que se darán cuenta que llamar a este demonio sin rostro con brazos de pulpo, no fue una buena idea. La sugestión y el acecho continuó de este ser energético, irá absorbiendo sus vidas poco a poco. Es cierto que Slender Man tiene varias falencias: los diálogos son poco cuidados, hay varios clichés del género, la materialización del monstruo resta suspense, y la búsqueda de generar terror psicológico, se difuma en una lógica impredecible. Pero en esa falta de lógica, o en esa lógica atípica, donde suceden cosas sin sentido, es donde gana algo de potencia relato. Todo parece sumirse a una especie de universo que solo comprenden estas cuatro amigas quienes vieron cara a cara al hombre de la bolsa. Un universo onírico y sobrenatural que se fusiona con la pérdida de cordura; justamente todos los síntomas que contagia este demonio electromagnético que no contempla motivo en su accionar. También vale rescatar el trabajo actoral de las adolescentes, quienes hacen creíble este mundo caótico, carente de toda regla social prestablecida. Por lo pronto, no busques el video en internet, y ni se te ocurra salir a pasear solo por el bosque.
Luego de "La monja", uno de los estrenos de terror más esperados era "Slender Man", la nueva creación del director norteamericano Sylvain White, que ya había tenido cierto acercamiento al género en 2006 con "Yo siempre sabré lo que hicieron el verano pasado". Pero lejos de aquel filme hecho a la medida del mainstream, en "Slender Man" el cineasta logró sacarle bastante jugo a la leyenda de internet que da título a la película. La misma se sostiene con tenacidad gracias a las particularmente buenas actuaciones de las jóvenes protagonistas, Joey King ("El conjuro 1"), Annalise Basso, Julia Goldani Telles y Jaz Sinclair. El grupo de amigas de la secundaria vive en un pequeño pueblo en Massachussetts y en una noche de juntada no tienen mejor idea que invocar un ritual que se inicia a través de un extraño video que circula en la web. TERROR VIRTUAL Al principio, como todo lo que provenga de internet, no es tomado demasiado en serio por las estudiantes, pero cuando una de ellas desaparece sin dejar rastros se dan cuenta del terrible mal que desataron. El ambiente del pequeño condado se torna cada vez más opresivo y oscuro a medida que el filme avanza. Las callecitas mal iluminadas del barrio rodeado de bosques se vuelven el entorno perfecto para la cacería del escurridizo Slenderman, una suerte de sombra con forma humana pero sin rostro que se alimenta de niños. Y pese a que las comparaciones son odiosas, es imposible no pensar en la trilogía de "La llamada", donde la espectral Samara salía literalmente de la pantalla de los televisores para saciar su sed de sangre con los ilusos que osaban ver el video. Con algunos cabos sueltos -los padres de las adolescentes y la policía se meten poco y nada- y lugares comunes del género, "Slender Man" es el personaje que faltaba en la nutrida galería del horror presentada por Hollywood recientemente, forjando una suerte de terror millenial lleno de sobresaltos y muy entretenido.
Para aquellos ajenos al mundo de los youtubers y redes sociales, un creepypasta, es nada más ni nada menos que un video de youtube que recupera historias, leyendas urbanas, mitos, en forma de video y que intentan asustar a aquellos que lo ven. “Slenderman” ha sido una de las creepypastas más exitosas de los últimos tiempos, imponiéndose entre las preferidas de los jóvenes que pasan horas y horas mirando videos de corta duración en la plataforma por excelencia para ver videos. Ni lerdos, ni perezosos, los estudios de Hollywood, han estado atentos a la información que circula por la web, sabiendo que si se traduce uno de esos fenómenos en película, el resultado en la taquilla sería asombroso. En “Slenderman” no hay ni más ni menos que eso, la proliferación de información ya circulada con anterioridad sobre este “hombre esbelto” que acecha a quienes osan invocarlo pensando que sólo es un inocente juego. En esta oportunidad cuatro amigas, en una noche más de rutina entre copas, revelación de verdades y aspiraciones, se animan a ver el video que supuestamente abriría las puertas del universo del Slenderman. La leyenda indica que si este sujeto las atrapa no podrán volver a la vida nunca más, y en el caso que logren escapar de sus garras, nunca volverán a ser como antes ya que el solo contacto con él es para nunca más volver a recuperar su “ser”. Narrada con mucho de los artificios utilizados por los creepypasta (cámara en mano, ritmo vertiginoso, dinamismo en las tomas, planos circulares, primeros planos) y con la clara convicción de responder al nicho al que se dirige, “Slenderman” es un interesante ejercicio de género que responde a convicciones necesarias para cumplir con su verosímil. Curiosamente, en la elección del cast protagónico, además hay cierta reminiscencia a clásicos como “Jóvenes Brujas”, una película que en los años noventa, del siglo pasado, estableció leyes para un sinfín de otras propuestas que anclan en posesiones y brujerías su sentido. Para reforzar aún más su propuesta, la clara decisión de sumar en el casting a Joey King (“El Conjuro”) y Annalise Basso (“Ouija, el origen del mal”, “Oculus”) reafirman su interés por no sólo aprovechar el fenómeno que inspira el relato, sino que, además, hacerlo en un contexto de claro apoyo y respeto al género. Más allá de su linealidad y simpleza, y de la búsqueda de algunos efectos de guion para generar susto en el espectador, “Slenderman” cumple con su afán de presentarse como una teen horror movie sin pretensiones, y desde allí desarrollar narrativamente el creepypasta que eligió como motor de su progresión dramática. Aquellos que esperen LA película de género del año, pueden seguir esperando, mientras que aquellos que decidan encontrar un relato fresco, inspirado en un fenómeno que ha trascendido youtube, saldrán con la convicción de las salas de haber estado frente a un producto honesto que no reniega de sus falencias, pero que prefiere potenciar su narración desde el lugar que la pantalla le otorga.
En el pasado estaba la magia negra y las invocaciones a las fuerzas ocultas, en los 80 el juego de la copa, en los tempranos 2000 los últimos estertores del VHS que dieron origen a la nena de pelo largo de La llamada, ahora es un videíto alojado en un misterioso sitio web la puerta al mismo miedo a lo desconocido. Eso que siempre resulta inexplicable aquí cobra la forma de un hombre sin rostro, delgado y vestido de traje, cuyas largos brazos se confunden con las ramas de una boscosa y tétrica arboleda. Explorar la obsesión con ese espeluznante hombre de la bolsa (en la cabeza) podría darnos más de un susto si la película del director Sylvain White y el guionista David Birke no fuera tan limitada. Los recursos oscilan entre la repetición de tópicos demasiado conocidos (cuatro adolescentes, un bosque misterioso, la amenaza de un monstruo) y resoluciones entre redundantes (las campanadas, el sonido de las ramas) y ridículas (los sueños, la deformación del espacio). El único momento en el que algo parece salir bien es una escena en la que Wren (Joey King, la que mejor funciona del elenco) se interna en una biblioteca para seguir la pista del mito de Slender Man: los límites de la razón y el saber se concentran en ese espacio que se angosta, en la mente que se retrae, en la lucidez que se obnubila. En una película en la que poco se consigue, en la que no hay demasiados sustos y ninguna risa, un momento logrado se celebra.
El coco está en la casa Si hay algo que está vigente desde los inicios de la humanidad son los mitos y leyendas urbanas. Antes transmitidas de boca en boca y en oportunidades compiladas por escrito, también llegaron a internet. Conocidas bajo el nombre de creepypastas, son relatos de tinte fantástico o terror que salen de la estricta oralidad para incorporar otros formatos: fotos y videos que pretenden respaldar los hechos a menudo inexplicables. Los principales consumidores de estos relatos son adolescentes, que, con la facilidad de las redes, pueden poner en circulación sus propias creaciones. Y, quizás un poco tarde (la popularidad de los creepypastas viene en picada, además de lo fugaces que son las temáticas virales) llegó Slender Man, basada en una de estas criaturas ¿ficticias? Lejos de inaugurar un nuevo sub-género en el cine de terror, choca una Ferrari. Cuatro amigas, cada una con algunos problemas o intereses que no son realmente relevantes, una noche de aburrimiento deciden seguir los pasos de un video viral y convocar a Slender Man… una criatura que no cumple deseos ni ejecuta venganzas ni hace nada que amerite que lo llamen. Es un mito de internet, un hombre delgado de entre dos y cuatro metros de alto sin facciones en su rostro y con seis tentáculos en su espalda con los que atrapa a sus vínculos. No, no hay razones para querer que aparezca en tu camino. Pero como “los varoncitos cancheros del grupo” lo iban a convocar, ellas lo llaman también. Y ahí comienza el clásico camino de estas películas: tratar de averiguar qué está pasando, cómo solucionarlo y hacerlo lo suficientemente rápido como para no morir a manos del villano de turno. El principal problema es el guion. Los personajes actúan de modo forzado, sin lógica, corriendo para dónde le convenga a la acción. Hilando más fino, tiene un gran problema en el punto de vista: vamos asistiendo a las desventuras de las diferentes personajes por separado, cambiando el foco protagónico sin ningún tipo de lógica. Si a priori era difícil empatizar con cualquiera por la propia distancia que tenemos con una adolescente de clase media en los Estados Unidos asustada por algo que vio en internet, más nos cuesta si nos cambian el personaje que lleva la acción adelante constantemente. Dirigida por Sylvain White, la propuesta no tiene casi nada para rescatar. Ya la base es incoherente y llena de huecos como el mito en que se basa. Las actuaciones no aportan nada nuevo, de hecho por momento rozan la exageración. Los ambientes sonoros que pueden construirse en el género de terror están completamente desperdiciados en detrimento de una banda que no genera ningún valor agregado. Por momentos tiene alguna búsqueda visual, que, al no tener continuidad alguna, pasa desapercibida como un esporádico momento de lucidez. Slender Man podía colocar de modo definitivo a los creepypastas en la pantalla grande como fuente de inspiración para renovar temáticas de terror pero otorga un resultado final muy pobre. Con decirles que es preferible ver un video de YouTube grabado con Loquendo (la voz automatizada que se utiliza en este tipo de relatos) es suficiente.
Problemas de Centennials De puro aburrimiento y sin creer realmente que fuera real, cuatro amigas de la escuela pasan una noche haciendo lo que supuestamente unos varones del curso están realizando esa misma noche: invocar a Slender Man. Alcanza con un simple ritual consistente en reproducir un video por internet que las inquieta más de lo que admiten. Especialmente a una de ellas, quien tras mostrar un comportamiento errático durante algunos días desaparece de una excursión en el bosque sin dejar rastros. Descartadas explicaciones más terrenales, sus amigas descubren que la desaparecida pasó sus últimos días obsesionada con Slender Man, investigando en internet y llenando su escritorio de dibujos. Desandando sus pasos, se convencen de que todo es mucho más real que una simple historia de internet y que están siendo acechadas por un extraño ser sin rostro capaz de enloquecer a cualquiera que se lo encuentre. Padres y guión ausentes. Era cuestión de tiempo para que el referente más conocido de la mitología de Internet llegara al cine. Tampoco sorprende que no lo hiciera con una calidad mucho mejor que cualquiera de los videos fanmade basados en algún creepypasta. La trama podría estar sacada de cualquier foro, rellenada para que alcance a la hora y media reglamentaria, que en este caso se siente como un rato más que eso. El ser que atrapó la atención de toda una generación de púberes tiene varios puntos a favor para ser un mito interesante, incluso a pesar de su historia algo inconstante que va cambiando según quien la cuente. Ninguna de estas historias se cuenta en la película más que de forma elemental; sus protagonistas comienzan desconociendo a Slender Man casi por completo y no hay interés de explorar ese camino. Alcanza con saber que cuenta con potentes habilidades psíquicas utilizadas para acechar y enloquecer a sus víctimas, hasta que finalmente decida llevarse algunas de ellas. Las que no mueren o pierden el juicio antes, claro. Sus motivaciones, métodos y criterios se ignoran, pero solo va tras jóvenes que muestran interés en él. Los adultos están ausentes en esta historia claramente apuntada a un sector demográfico muy acotado, el cual seguramente ya conoce sobre la mitología de Slender Man todo lo que la película prefiere apenas pasar por encima, quizás justamente contando con este detalle. La habilidad de Slenderman para causar aterradoras alucinaciones a sus víctimas tiene bastante potencial como para contar una historia que resulte al menos inquietante, pero con un presupuesto limitado que insisten en usar para escenas en CGI insostenibles y un elenco de adolescentes sin mucho guión para darle forma a sus chatos personajes, es esperable que el resultado sea aburrido y asuste menos que Beware the Slenderman, el documental de HBO sobre el caso real (RESEÑA ACA) de las chicas obsesionadas con el personaje al punto de planificar un sacrificio humano a Slenderman. El documental al menos cuenta algo.
Un grupo de chicas que asiste a un instituto de un pueblo perdido en el medio de la nada y rodeado por un frondoso bosque, decide una noche cualquiera, ver un video con el que, en teoría, se puede invocar a Slender Man. Lo que no sabían es que estaban por adentrarse en su peor pesadilla. Y finalmente llega a nuestros cines Slender Man, film sobre el mito urbano nacido en internet hace ya casi una década, y que tuvo su tardía adaptación al cine. Y viendo el resultado final, se hubiera quedado en la red de redes. Slender Man es una película mala, hay que decirlo sin rodeos. Pero es de esos films tan malos, que deja bastante tela para cortar, y que sirve de ejemplo de lo que no hay que hacer en una producción que pretende ser seria. Uno de sus mayores problemas radica en el guion. No solo porque es una seguidilla de clichés y jumpscares que no asustan a nadie, sino que carece de cualquier tipo de construcción, sobre cualquier apartado. No tenemos mito de origen del villano, los personajes principales no tienen un back up emocional que nos haga conectar con ellos, y más de una secuencia, implica que alguna de estas cuatro chicas lea en voz alta algo en internet o un libro, y que de inmediato pase lo que acaba de decir; rozando un nivel de literalidad que trata al espectador como si fuera un nene de cinco años. Quizás uno de las pocas cosas rescatables que podemos ver en Slender Man, es que se intentó mostrar muy poco al propio Slender Man de forma directa. Casi siempre lo veremos entre sombras, o por apenas un segundo. No sabemos si esta decisión fue consiente del director al saber del bajo presupuesto con el que contaba, o si fue mera casualidad, pero el hecho de que no veamos a la criatura por demasiado tiempo y tan de frente, es algo que suma puntos ya que juega con el suspenso y la insinuación. Y ahí podríamos terminar con lo destacable de Slender Man (eso y que dura poco), porque ni siquiera podemos mencionar alguna actuación que merezca ser rescatada. Quizás la ya conocida en el género Joey King es quien puede salvarse del desastre. Slender Man es de esas películas que terminan dándole argumentos a favor a los detractores del cine de horror. Ya con esto estamos diciendo todo lo que podríamos decir sobre un film olvidable y que esperemos, nadie recuerde en el futuro cercano.
RIDICULIZAR LA FÁBULA El mito Slender man surgido de una creepypasta o leyenda urbana generada por usuarios comunes dentro de diversos portales y llevados al canal Youtube, fue el folklore de esta década. La verdadera fuente moderna interesante de relatos de terror que arrojaron miles de personajes nuevos, y Slender man -o el hombre sin rostro delgado y monstruosamente altísimo con traje y corbata- fue el que recibió mayor popularidad. Su historia fue llevada al cine directo a dvd en varias oportunidades sin buen resultado como Entity: the Slender Man o Always watching: a marble hornest story y otras más indies subidas al canal Youtube que ni vale la pena mencionar. Todas ellas de pocos recursos y un terror miserable. Sin embargo, existieron dos excelentes opciones dentro del mundo del misterioso personaje que superan a la floja película del creador de la serie Castlevania, Sylvain White. Ellas son, la efectiva y muy amateur webserie que continuó alimentando el mito de la figura fantasmal en Marble hornest. Súper recomendadísima y alarmante que demuestra que con ínfimas herramientas puede hacerse un producto elogiable. Y el real y siniestro documental -también híper recomendado- de HBO, Beware the Slender man, donde dos niñas en aquel entonces de 12 años entre “inocencia” y serios problemas psicológicos intentan asesinar a otra amiguita a “pedido” de la esbelta entidad. Sin embargo y ya dejando de lado las referencias con todo este buen material, la película de White que supo “venderla” en un excelente tráiler con gancho y que recordaba el estilo visual y videoclipero de La llamada -film japonés acorde a su época de estreno y adaptada al mundo occidental-, aquí termina por desilusionar a todos los espectadores. White sobrestima a su público apuntado a mayores de 13 años, según su clasificación. Un público que ha mutado y que detesta la banalidad ofrecida en su trama donde un grupo de amigas adolescentes invocan a la maldita figura. Lo que traerá sólo más y serios problemas. En fin, un público que exige consistencia y contenido sin por ello que le ofrezcan algo demasiado sesudo o aburrido. Slender man solo resulta un acto fallido, una nueva desilusión del terror comercial de este año que se agrupa junto a La monja y La casa Winchester para acrecentar la montaña de películas malas. Una obra que tenía todas las de ganar y fue esperada con expectativas por todo el folklore que el personaje trae consigo. Sólo cae en la ridiculización del villano, en la falta de clima atemorizante y en una nula empatía con sus protagonistas, a las que daría gusto que las aniquile de un plumazo y sin tanto metraje derrochado. Si White intentó hacer la nueva La llamada, no lo logró por mala inspiración y no saber adaptarse a los nuevos tiempos del género que más muta en la historia junto a su sociedad. Y si intentó ese clima de desapariciones o enigmas que a mediados de los 90’s supieron conseguir (adaptándose y haciendo una relectura socio/política del público joven del momento) Craven con Scream o Gillespie con Sé lo que hicieron…, tampoco. Este producto recuerda más bien a toda esa parafernalia innecesaria y poco seria con personajes salidos del mundo de El conjuro como Anabelle, La monja y la que está por desembarcar, The crooked man. Por eso, para recordar el mito de The Slender man volvemos a sugerir su serie amateur de Internet y la tenebrosa vida real de las chicas “asesinas” documentada por HBO. Tal vez allí residía un buen guión ficcional pero por los derechos y garantías -y las familias de las víctimas- sería imposible de llevarlo a cabo.
ESPECTÁCULOS SUSCRIBITE Regular Crítica de “Slender Man”: Este flacucho no mete miedo El personaje creado por un forista de Internet llega al cine en un filme pasteurizado, que aburre más de lo que asusta. Joey King (izquierda, en el papel de Wren) y Julia Goldani-Telles (Hallie) son dos de las cuatros adolescentes acosadas por Slender Man. GASPAR ZIMERMAN 27/09/2018 - 19:08Clarin.comEspectáculosCine Críticas De CinePelículas De Terror Slender Man (“Hombre delgado”) es un producto de Internet: lo creó en 2009 un tal Eric Knudsen -bajo el seudónimo Victor Surge- para un concurso de un foro, cuya consigna consistía en alterar fotografías comunes con Photoshop de modo de convertirlas en imágenes horrorosas. Así nació este personaje alto, flaco, de traje y sin rostro al que se veía acechando de lejos a niños y adolescentes. Slender Man tuvo éxito y se convirtió en una de las más famosas “creepypastas”, como se llama a los textos o imágenes de terror que circulan viralmente por la red. En 2014 el personaje alcanzó aún mayor repercusión a raíz un incidente que involucró a tres nenas de doce años: dos de ellas apuñalaron a la tercera (que se salvó milagrosamente de morir) y dijeron que lo habían hecho por órdenes de Slender Man. Por eso, el anuncio de la realización de una película basada en esta siniestra criatura levantó polvareda: el padre de la víctima declaró que se estaba explotando una tragedia y el sufrimiento de tres familias. La controversia hizo que el estreno se demorara y que la versión que llegó a los cines esté llena de cortes para “suavizarla”. Algo que no necesariamente es negativo: la película sugiere más de lo que muestra, y eso podría haber resultado efectivo. El terror está más centrado en los sonidos, las sombras y lo que parece haber, que en lo que efectivamente hay. Pero todo quedó tan pasteurizado que cuando Slender Man aparece, es una desilusión: el bueno del esqueleto protagonista de El extraño mundo de Jack era más inquietante. El argumento tiene un lejano parentesco con el caso real y le da algo de razón al padre indignado. Cuatro adolescentes aburridas de su vida pueblerina invocan a Slender Man a través de un video que encuentran en un foro de Internet: una de ellas desaparece y otra, obsesionada por encontrarla, somete a las demás a rituales nocturnos en el bosque, que sólo incrementan la pesadilla. Pero quedó dicho: nada de lo que les sucede -ni las alucinaciones, ni el acoso del flaco escopeta- produce mayores sobresaltos. El tedio termina ganándole al miedo.
Un ejemplo más de una película arruinada completamente por el estudio que la concibió, en este caso Sony Screen Gems. Para entender por qué Slender Man es una de las peores producciones que pasaron por la cartelera este año, dentro del género de terror, es necesario conocer su curioso origen. Este personaje nació en internet en el 2009 a través de un concurso de Photoshop sobre la temática de situaciones paranormales. Slender Man era una figura que tomaba cierta influencia de los relatos de Lovecraft y enseguida se hizo viral. De repente empezaron a surgir en la web relatos de ficción que lo tenían como protagonista e inclusive algunos memes graciosos. Los aficionados al terror construyeron una leyenda urbana en torno a este ser sobrenatural que alcanzó su pico de popularidad con su aparición en la serie web Marble Hornets (2009-2014), donde fue interpretado por Doug Jones (La forma del agua). Slender Man era la nueva sensación y enseguida tuvo su video juego y la película Always Watching en el 2015. En varios estudios de Hollywood estaban convencidos que el personaje era un nuevo ícono del terror que seguiría los pasos de Freddy Krueger, Jason, Chucky y Michael Myers. En el 2016 Sony enseguida puso en marcha la producción que se estrena esta semana, con la dirección de Sylvain White, quien brindó una buena adaptación del cómic The Losers y el guión de David Birke, autor de Elle, la última película de Paul Verhoeven. La película se concibió como una obra no apta para menores de 16 años y Slender Man iba a ser representado de un modo más brutal. Algo que se podía percibir en el primer trailer que se conoció de esta producción. Un tiempo atrás, el 31 de mayo del 2014, unas chicas de 12 años de Wisconsin que tenían un serio desequilibrio mental apuñalaron a una amiga, como parte de un ritual para convocar a Slender Man. Las jóvenes, que creían en la existencia del personaje, no fueron encarceladas debido a sus condiciones psicológicas y el hecho que la víctima sobrevivió luego de pasar un tiempo en el hospital. Cuando el padre de la chica que sufrió el ataque se enteró del estreno de Slender Man acusó al estudio Sony en los medios de comunicación de explotar estos hechos que podrían haber terminado peor. Ante el temor que se desencadenara una reacción negativa contra la compañía, que pudiera afectar el estreno de futuras producciones, los ejecutivos de sello Sony Screen Gems decidieron modificar la película del director drásticamente. Todas las escenas sangrientas fueron eliminadas y la obra se adaptó a una propuesta que tuviera la calificación "no apta para menores de 13 años". De hecho, en Sony fueron más lejos todavía y semanas antes del estreno en Estados Unidos hicieron todo lo posible por venderle el film a otras distribuidoras así se la sacaban de encima. Una razón que explica también la falta de promoción que tuvo esta propuesta. Todos estos problemas que menciono se perciben claramente en la película, donde se nota que la masacraron en la sala de edición de un modo muy desprolijo. Slender Man quedó convertida en una obra incoherente que le escapa al género de terror, donde los personajes secundarios desaparecen del relato sin explicación, y varias escenas que se veían en los avances ni siquiera figuran en el corte para cines. Por momentos el film parece un collage de secuencias que no tienen relación entre sí o se cortan abruptamente. Los personajes viven situaciones que luego no se llegan a retomar ni tienen ninguna repercusión en la historia. El producto final que quedó tras las modificaciones del estudio es una película extremadamente aburrida donde no hay situaciones de suspenso y la figura de este ser sobrenatural resultó muy desdibujada. No colaboraron tampoco las olvidables actuaciones del reparto adolescente y los efectos de CGI chapuceros a la hora de levantar una obra que fue destruida en la edición. Si uno se deja llevar por las mediocres interpretaciones de las protagonistas es claro que el trabajo original del director White tampoco era gran cosa, pero este corte que llega a la salas es realmente muy malo. A quienes les de curiosidad la pueden ver más adelante por otras vías pero para una salida al cine no la recomiendo.
“Slender Man”, de Sylvain White Por Jorge Bernárdez Las redes ya crearon su propio personaje que saltó el mundo virtual para instalarse como mito urbano. Slender Man es una criatura fantasmal que se dedica a secuestrar y desaparecer chicos y jóvenes. Lo que empezó como una creepy pasta, un juego tipo cadáver exquisito en los foros del portal especializado Something Awful en 2009, se volvió mito popular, serie de HBO y película. La serie se llama Cuidado con Slender Man y se apoya en el caso real de dos chicas de 12 años que apuñalaron 19 veces a una amiga porque pensaron que era una enviada de la criatura imaginaria. Más allá de narrar el caso analiza los efectos que puede tener en ciertas personalidades la influencia de las redes. Lo cierto es que todos los antecedentes de Slender Man son mas interesantes que la película, que se queda un poco a mitad de camino. Lo bueno del relato es que no sigue el rumbo de las películas de terror de última generación, que parecen conformarse con ser muestrarios de mutilaciones, en cambio, el camino elegido es el de seguir los efectos que invocar a Slender Man produce en un grupo de amigas que tras ver el video que circula en las redes y seguir las instrucciones, se ven afectadas emocionalmente. Slender Man es apenas una especie de apertura a la historia, si se quiere un infomercial de un personaje que bien manejado puede volverse un clásico, pero eso todavía está por verse. Esta película es apenas una muestra gratis de un mito que merecía algo más. SLENDER MAN Slender Man. Estados Unidos, 2018. Dirección: Sylvain White. Guión: Victor Surge. Intérpretes: Joey King, Julia Goldani Telles, Jaz Sinclair, Annalise Basso, Alex Fitzalan, Taylor Richardson, Javier Botet, Jessica Blank, Michael Reilly Burke, Kevin Chapman. Producción: Bradley J. Fischer, Robyn Meisinger, William Sherak, Sarah Snow y James Vanderbilt. Distribuidora: Sony. Duración: 93 minutos.
Horror memético Slender Man (2018) es una película de terror tan inepta, genérica y desprovista de imaginación que hace que La monja (The Nun, 2018) parezca en retrospectiva el pináculo del esplendor gótico. La existencia de la película parte con dos desventajas: el monstruo - un coco espectral que allá por 2009 era tema favorito en el trucaje de fotografías tétricas en ciertos foros de internet - es irrelevante hace años, y en 2014 su nombre quedó indeleblemente relacionado a un intento de homicidio. Atrapado entre el temor a la demora y el temor a la controversia, Sony ha terminado lanzando la película como quien se saca la tarea de encima: sin ganas, sin esfuerzo y sin vergüenza. Por demanda de la distribuidora la clasificación por edad de la película tuvo que ser reducida, el guión tuvo que ser reescrito y hasta el montaje original tuvo que ser descuartizado más allá de la lógica de acción o continuidad. El resultado es un producto demasiado ininteligible aún para gozar el cuestionable honor de ser un film de terror mediocre. Aún si la película no estuviera agujereada como se la presenta hoy - con elipsis insólitas, cortes sinsentido, personajes desaparecidos y narrativas inconclusas - nada sugiere que había una visión motivando la génesis del proyecto. La trama, o lo que se infiere como tal, reúne un cuarteto de chicas adolescentes en un pueblito anónimo compuesto por una escuela, un bosque, cuatro casas y una calle mal iluminada. Luego de ver en internet un video maldito que tiene todo que envidiarle al de La llamada (The Ring, 2002) las chicas empiezan a encontrarse, una por una, con fenómenos sobrenaturales que no responden a ningún sentido salvo el de asustarlas. Una por una desaparecen; supuestamente por “Slender Man”, aunque el montaje las olvida igual de indiscriminadamente. No hay gran arte en la composición del director Sylvain White, que proviene de la televisión y filma como tal. Cuando una de las chicas habla el director dedica diligentemente planos singulares a cada una de las otras, para que sepamos que están escuchando. La película prueba suerte en distintas localidades en teoría atemorizantes - un bosque, un hospital, una biblioteca - pero no da con la atmósfera en ninguna de ellas. Los sets se reciclan tanto que las cuatro casas de las cuatro chicas podrían ser la misma, lo cual rinde una metáfora apropiada para el hecho de que las chicas también son indistinguibles entre sí. Las actuaciones del reparto, desde las protagonistas hasta el elenco de adultos que las rodea, son entumecidas y rayan la recitación. ¿Qué le queda a Slender Man? Algunas imágenes sueltas que, con el contexto adecuado, podrían llegar a surtir efecto. La criatura en sí es interpretada por Javier Botet, que daba miedo en la serie REC (2007-2012) y La cumbre escarlata (Crimson Peak, 2015) y como distintos cocos en otras películas. Dado que el modus operandi de Slender Man es quedarse parado el contorsionista no tiene gran espacio para inyectar personalidad o temor al monstruo. Claro que el movimiento es antitético al aura espeluznante de un ser que nunca fue tan espantoso como cuando apenas se vislumbraba, borroso y diminuto, en el fondo de una fotografía en blanco y negro. Toda la película, incoherente como ha quedado y recargada de melodrama y sustos baratos, es antitética a la sutileza que hizo del monstruo alguna vez algo atemorizante.
No debería de extrañar el estreno de “Slender man” a sólo nueve años de su creación. Es más, podríamos decir que esta será la primera de varias adaptaciones de las famosas “creepypastas”. Ya lo sé, usted acaba de frenar en seco y pasarse de largo como esos dibujos de Tex Avery que de tan rápido que iban el frenazo los sacaba fuera del fotograma. Vamos por partes, así lo ponemos en tema. Las creepypastas son pequeñas historias de terror inventadas por un grupo de internautas. La mayoría de ellas no tienen pies ni cabeza en su construcción, y hasta podríamos decir que son la versión moderna de leyendas urbanas o suburbanas al estilo de “la luz mala”. Al ser productos creados por fanáticos de internet su éxito se basa en la cantidad de seguidores que estas publicaciones logran. La más famosa de estas es, precisamente, Slender Man. David Knudsen, su creador (usando el seudónimo de Victor Surge), editó un par de fotos del campamento estudiantil, agregándole a estas una figura larga, sin rostro y con tentáculos, mimetizada entre los árboles de un bosque. Una suerte de presencia fantasmal y maligna a la cual le inventó ciertos poderes pero, en especial, su propósito de ser una entidad que se alimenta del secuestro de niños y niñas. Todos estos elementos sirvieron luego para crear un video juego, luego otro, y otro. Millones de fans han seguido, y siguen, descargándolo, sumados a otros millones de “me gusta” en YouTube. Fanáticos queriendo saber más del personaje para ampliar el universo. Ahora sí volvamos a la primera frase: No debería de extrañar el estreno de “Slender man” a sólo nueve años de su creación. Está claro que arranca con un público cautivo, ávido de algunas revelaciones extra de lo que ya conocen y, en este sentido, los fans tendrán varias razones para llenar las salas. Pero no olvidemos que estamos frente a un producto cinematográfico. Una historia que en términos clásicos necesita ser narrada como pide el género hoy en día: suspenso, sustos con la banda sonora y mucho efecto especial. Hay que reconocerle a Sylvaine White una intención clara de tratar de evitar estos elementos demasiado Hollywoodenses, y por largos pasajes logra trocar los efectismos por un argumento hilvanado en el sufrimiento de los niños. Es decir, “Slender man” está en sintonía con productos como la serie “Stranger things” (2016 / 2017, Netflix), “Súper 8” (J.J. Abrahams, 2014) o “It”(Andy Muschietti, 2017), en los cuales los chicos son los protagonistas y los miedos de la edad los verdaderos antagonistas. La historia es la de cuatro amigas-compinches en plena secundaria que deciden juntarse una noche en casa de una de ellas. Hallie (Julia Goldani Telles), Chloe (Jaz Sinclair), Katie (Annalise Basso) y Wren (Joey King, que de haber nacido varón y argentino le hubiese competido al chico Ferro que hace de Robledo Puch en “El Ángel”) están charla va, charla viene hasta que sacan “el tema”. Entre todas las cosas que hacen en las redes sociales le dan cabida a la invocación vía video a un tal Slender man. Hay que seguir algunas instrucciones estrambóticas (cerrar los ojos, escuchar campanas, etc) pero en definitiva quedan conectadas. Como siempre uno de los secretos está en el casting, porque estamos en plena presentación de los personajes y la empatía con el público es fundamental. Las cuatro chicas están realmente bien, pero un viejo conocedor ya se da cuenta que de seguir adelante y elegir bien, tenemos en Annalise Basso y Joey King un futuro tremendo. Cada una en su registro, fresco, desprejuiciado y espontáneo, tiene con qué destacarse. La invocación da resultado y a partir de aquí habrá algunos sustos bien producidos y un in crescendo correcto para un género que no pide más que eso. Desde el punto de vista de la creatividad el asiduo al cine de terror encontrará reminiscencias de varias fuentes. Los lugares comunes seguirán siéndolos siempre. Nadie prende la luz, los bosques están filmados con el filtro azul de costumbre, las sombras, las pesadillas que parecen reales, etc. Por suerte hay una apuesta por algunos silencios y por estirar al máximo los clímax de cada escena. La dirección de arte, banda sonora, y fotografía logran extrapolar el universo del personaje ya instalado en las redes y darle verdadero juego cinematográfico, con lo cual se puede hablar de una buena adaptación de un formato a otro respetando la esencia del personaje, sí, pero además otorgándole la necesaria consistencia para ningún espectador se quede afuera.
Keanu Reeves triste, lo que le gusta o no a Drake, el novio distraído, aliens, Dawson llorando, Philosoraptor, Fry con sus ojos entrecerrados, el Willy Wonka condescendiente, los hechos de Chuck Norris… ¿Quién no disfruta de un buen meme? Una imagen dice más que mil palabras y un meme en el momento oportuno es más contundente que cuanta teoría se pueda formular. Con un perfil de terror y no de comedia, Slender Man tuvo ese mismo origen. Un meme creado hace cerca de una década en un sitio, con un par de fotografías alteradas con Photoshop, una historia inventada para dar entidad a su existencia y el resto es historia. Como La Llorona, el Chupacabras o que Paul McCartney está muerto y fue reemplazado por un doble, la leyenda urbana de esta criatura alargada y con un rostro sin expresiones se pasa de persona a persona gracias a la magia de la Internet. Una película era el siguiente paso lógico para continuar la expansión de este mito, aunque teniendo en cuenta su resultado lo mejor hubiera sido que quedara confinado a la web.
La trama está relacionada con cuatro amigas: Hallie (Julia Goldani Telles), Wren (Joey King), Chloe (Jaz Sinclair) y Katie (Annalise Basso) que juntas ven un video de internet que va a desatar la peor de sus pesadillas ya que sin saberlo abren el portal e ingresa en sus vidas un ser maligno que las atormenta. Existe una criatura sobrenatural perteneciente a una leyenda urbana llamada “Slender Man” (Javier Botet, “It”, “La momia”), que se lleva a niños y adolescentes sin dejar rastro, este no tiene rostro y con sus tentáculos se lleva a sus víctimas. Aquí, primero desaparece Katie de forma muy misteriosa y durante una excursión escolar; lo que sigue es una terrible maldición que las chicas no comprenden ni saben cómo escarpar, además una serie de situaciones terroríficas comienzan a suceder en sus vidas. La cinta contiene buenos efectos especiales, gritos y varios sobresaltos a través de ambientes bien creados, pero posee tanto un guion como actuaciones flojas, escenas que le restan suspenso y trucos simples que no logran sorprender al espectador dado que lo advierte por demás.
DE TERROR… “Scream: Vigila Quién Llama” (Scream, 1996) le hizo muy mal al terror porque, a partir de ahí, ya no podemos aceptar que los jóvenes protagonistas de este tipo de historias no conozcan las “reglas del juego” y sigan cayendo en todos los lugares comunes del género. ¿En serio? Pleno siglo XXI, toda la tecnología al alcance de un click, y estos personajes medio nabos siguen bajando/subiendo escaleras en la oscuridad después de escuchar ruiditos sospechoso. Está claro que las protagonistas de “Slender Man” (2018) nunca vieron una película de terror… ni sintieron miedo alguno al caminar por una calle/bosque/ciudad/vivienda oscura y terrorífica. Nos alegramos por ustedes chicas, pero sepan que este tipo de actitudes “despreocupadas” le quitan un poco (bastante) de credibilidad a cualquier relato. Hasta en la comedia más ingenua, las mujeres (y los hombres) no salen a la mitad noche a pasearse por el bosque más cercano. Estas son las historias fallidas que tanto desprestigian a un género que la tiene que remar para alejarse de los clichés y sorprendernos con sus personajes y argumentos. Por suerte, en los últimos tiempos la balanza se viene inclinando para el lado del bien con ositas como “¡Huye!”, “El Legado del Diablo”, “Raw” y “Un Lugar en Silencio”, que aportan originalidad, maestría y verdaderos sustos que, poco y nada tienen que ver con los clásicos ‘jump scares’ de manual. Los buenos realizadores buscan hacer la diferencia desde la narrativa, la coyuntura o, simplemente, con una película bien hecha. En el caso de “Slender Man”, ni podemos imaginar que quiso hacer el director Sylvain White, responsable de “The Losers” (2010) y de un montón de capítulos televisivos, cuando decidió adaptar este creepypasta -algo así como una leyenda urbana que surge de las páginas de la web- creado por Eric Knudsen. Sabemos que a Hollywood se le acabaron las ideas desde hace rato, y raspando el tarro encontraron estos mitos de Internet que podrán funcionar para asustar a algún adolescente que abre desprevenido un mensajito de texto, pero que hacen imposible sostener una hora y media de película. Es más, “Slender Man” podría haber funcionado mucho mejor como un episodio de media hora dentro de alguna antología de terror, pero llega un punto que la historia de White no avanza y se vuelve repetitiva, justamente, porque no sabe qué hacer ni con sus personajes ni con su criatura. Estamos en un pequeño pueblito de Massachusetts, Wren (Joey King), Hallie (Julia Goldani Telles), Chloe (Jaz Sinclair) y Katie (Annalise Basso) son cuatro súper amigas y compañeras de secundaria que sólo quisieran escapar de la monotonía del lugar y que, sin mucho más que hacer un viernes por la noche, deciden (con énfasis en deciden) invocar a Slender Man, una misteriosa figura humanoide y sin rostro (el flaquito pálido ese que aparece en los afiches) al que, según cuenta la leyenda, le copa secuestrar niñitos y traumatizar a aquellos que no se lleva. Una vez más, ¿por qué querrían invocar a semejante espectro? Muy al estilo de “La Llamada” (The Ring, 2002), las chicas ven un video por la web, con las instrucciones adjuntas, y listo, así dejan la puerta abierta para que esta criatura comience a acecharlas. Una semana después, Hallie comienza a experimentar extrañas pesadillas y alucinaciones, y durante una excursión escolar Katie desaparece sin dejar rastro. Claro que la mayoría del pueblo cree que se escapó o fue secuestrada, o es lo que suponemos, ya que no la buscan mucho que digamos. Para eso están sus amigas, que van a tratar de averiguar qué anda pasando, además de encontrar la manera de rescatarla. Se podrán imaginar que no tardan mucho en descubrir que todo tiene que ver con el dichoso video y Slender Man, que empieza a aparecer cada vez de forma más frecuente en sus visiones, llevando a cada una de las chicas al borde de la locura. Esto es básicamente “Slender Man”, una película donde las adolescentes son imbéciles a más no poder (elijan el cliché del género que más les guste que, acá, lo van a encontrar); donde los adultos brillan por su ausencia, es más, en el 99% de los casos ni hay un padre, tutor o encargado a la vista que se anime a preguntarle a su hija/alumna si le pasa algo; mucho menos una autoridad competente que investigue la desaparición. Todo recae en estas tres protagonistas que van a recurrir a la web (cuando no) y a un misterioso personaje que las va a guiar para que puedan ayudar a su amiga. Nota para los que están leyendo: esto NO se hace, siempre conviene acudir a un adulto responsable… claro que, como dijimos, no hay ninguno a la vista. A White no parecen preocuparle ni los lugares comunes que atestan su relato, ni las incongruencias, mucho menos los personajes y situaciones que van quedando inconclusos (o sin justificación) por el camino. Trata de darle una explicación a la criatura, anclarla en relatos míticos, pero cuando nada de esto funciona, inunda la pantalla con una parafernalia visual (un montón de imágenes estroboscópicas y sin sentido) que molesta más al espectador que a las víctimas de Slender Man. Triste que Ramin Djawadi se haya prestado para este mamarracho y no, ni su banda sonora (compartida con Brandon Campbell) ayuda a salvar una historia que, desde el primer momento, sabemos que da para fiasco. Mejor busquen el creepypasta original, seguro que algún susto les arranca. No es el caso de esta historia que cae en los lugares más elementales, incluso, desde sus movimientos de cámara. LO MEJOR: - Vamos a decir que la banda sonoro de Djawadi, aunque sea intrascendente. - Que si fracasa van a dejar de hacer estos mamarrachos. LO PEOR: - Si decimos TODO, ¿es mucho? - Bueno, todo. - Ok, la historia, los personajes, la criatura, etc.
Me atrevo a decir que Slender Man es una de las peores películas del año, empecemos por ahí. Si bien no todo es terrible , ya que la cinta cuenta con una correcta factura técnica, además del llamativo diseño del villano. Pero la realidad es que todo lo bueno que tiene en lo técnico, lo tiene de malo en lo argumental. Ya que es un film con un guión muy desordenado, tonto y que en ningún momento se molesta por buscar respuestas o una solución viable al conflicto principal. Verdaderamente es una lastima que haya sucedido esto, ya que la leyenda de Slender Man, cuenta con un atractivo a través del culto que se ha armado a raíz de aparentes casos y apariciones. La trama comienza con un grupo de amigas , que empiezan a hablar sobre Slender Man luego de que sus compañeros del colegio hagan alarde de su posible invocación. Tiempo libre e internet, hacen que estas adolescentes busquen información sobre este ser , y terminan viendo un vídeo, que finaliza con su invocación. Luego de esto son perseguidas por este ser , donde no se saben verdaderamente sus intenciones, pero mientras tanto se toma el tiempo para jugar y hacerlas enloquecer un poco. El relato desde un principio es absurdo, si bien desde ese punto pueden surgir cosas interesantes, pero este no es el caso. En ningún momento sabemos algo sobre el origen de este villano, no sabemos lo que realmente quiere , ni mucho menos como derrotarlo. La película es solamente una serie de situaciones “Terroríficas” que no va hacia ninguna dirección , además de que algunos personajes y subtramas quedan relegados a nada , y el conflicto principal… ¿Cual era ? No existe la necesidad de hacer un apartado sobre las actuaciones, ya que nadie se salva en este campo. Quizá la única que se salva es Joey King (una de las 5 hijas en El conjuro) , ya que es el único personajes que está un poco desarrollado y no brinda una actuación tan mediocre. Pequeña mención al trabajo del Director Sylvain White, quien desaprovechó una interesante premisa solo para limitarse a tomar secuencias e ideas prestadas de otra película, pero sin ningún orden y verosimilitud. Slender Man es un film con mucha mediocridad y poco argumento, que parte de una premisa interesante pero muy mal desaprovecha. Tiene algunas escenas de terror logradas y un buen diseño del villano, por si quieren algo bueno de esta cinta olvidable. Calificación 3/10
Otra de terror estéril Otra de esas películas que dicen llamarse de terror y lo único que hacen es bastardear un género que ha recibido muchos golpes en la última década. Por suerte gente como Andy Muschetti, James Wan, Ari Aster, Robert Eggers y Jordan Peele están de a poco apuntalando este género que es uno de los más entretenidos y cinematográficos que se pueden disfrutar. Cuando están bien construidos, claro está. En esta ocasión, nos cuentan la historia de ''Slender Man'', un mito urbano estadounidense que guarda cierta similitud con el folclore de ''The Ring''. Básicamente vez un video en internet que te muestra al Slender Man y quedás condenado. El demonio se mete en tu cabeza y no tenés escapatoria porque lo ves en todo momento y te aterroriza las 24 horas del día. Hasta acá nada nuevo. Sobran los ejemplos de propuestas de terror de este tipo. Las protagonistas son un grupo de adolescentes incrédulas de este tipo de situaciones que tratan de demostrar que toda esta leyenda urbana es un fiasco, hasta que un día una de ellas desaparece. A partir de ahí, las demás se adentran mucho más en el mundo oculto de Slender Man y comienzan a caer una a una. Nada nuevo tampoco. Si a esto le sumamos que los efectos especiales del demonio que aterroriza a la chicas es muy básico, tenemos un combo de basura cinematográfica que no vale la pena ver. Cae en todos los lugares comunes de este tipo de películas y lo hace sin vergüenza alguna. Diría de hecho que es un compilado de clichés y malas decisiones de los protagonistas sacado de manual. Golpes de sonido espontáneos que pretenden ser terroríficos, apariciones de repente de un demonio que parece mas un maniquí barato que un ente capaz de crispar los nervios de alguien, y gritos, muchos gritos femeninos que sólo dan la sensación de un tipo de cine viejo, anticuado que queremos dejar atrás. Creo que es evidente que estos tipos de exponentes y no causan ningún tipo de terror. Un prende el noticiero al mediodía y ve cosas más terroríficas que las que muestra ''Slender Man''. El nuevo terror va a lo psicológico, al juego mental, a la situación que podría sucederle a cualquiera con un toque extra de misticismo. El nuevo terror construye de a poco, con paciencia, y no se arrebata en querer mostrar gritos y apariciones cada cinco minutos. Pero bueno, entiendo que este tipo de producciones son muy baratas de hacer (para los estándares de Holywood) y la recaudación siempre llega a cubrir los costos y un poco más. Sí, todavía quedan bastantes espectadores consumidores de cine malo. En fin, una experiencia aburrida y ruidosa que sólo logrará sacarte varios bostezos.
Critica emitida por radio