Opresores y oprimidos Ambiciosa, peligrosa y pretenciosa película que decepciona en casi todo su relato. Un desafío narrativo el cual no pudo ser resuelto de la mejor manera y, por lo tanto, en vez de asombrar por su singularidad, termina aburriendo por su enorme duración y falta de conexión sólida que unifique de manera relevante a las seis historias que integran la película. Una monstruosa trama la cual desborda artificialidad y carece de emociones genuinas. Cloud Atlas está compuesta de seis historias de las cuales algunas difieren entre sí notablemente y de otras donde se presentan similitudes importantes. Todas ellas mantienen un hilo que las une y sus personajes están interpretados por los mismos actores. En todas ellas hay un despliegue visual muy atractivo y los interpretes son maquillados y vestidos acorde a sus caracterizaciones. En cada historia se relata la aventura de un protagonista oprimido y casi esclavizado por un ser o civilización superior. Todas las historias encuentran su unión en el karma y como las acciones de unos (historia a) repercute en los otros (historia b). Por lo tanto, es claro que esta producción es ambiciosa por su descomunal relato, peligrosa por su gran presupuesto y potenciales pérdidas económicas, y pretenciosa en su búsqueda filosófica sobre las relaciones en las acciones de los seres humanos. Todo está armado para brindar un gran espectáculo, sin embargo falta lo más importante, la linea central. Una guía con principio, desarrollo y desenlace. Es decir, un delineamiento que ordene las acciones para de esta manera mantener en vilo al espectador. Esta línea argumental puede estar formada por seis relatos, como en este caso, pero si o sí tiene que estar. La realidad demuestra que no hubo consideración por esta regla y las consecuencias son muy notorias. Para empezar, el hecho de que los seis relatos se desarrollen exactamente a la par solo crea problemas, ya que de esta manera el inicio se hace interminable, el desarrollo no lleva a ninguna parte, y en el final cada clímax (momento culmine de la película) se opaca entre sí. Luego aparece el espectador deseoso de encontrar las conexiones entre las historias. Uniones que al ser simples detalles, con el correr de los minutos solo generan fastidio. También se genera el inconveniente de agotar al espectador con el atropello de robarle la conclusión a un giro de la historia. O sea, es imposible no frustrarse cuando al suceder algo interesante en una trama deliberadamente se lo transporta a otra. Por último, la narración simultanea crea la noción de un universo único que engloba a las seis historias. Por lo tanto, una comedia casi de caricatura o una aventura de tintes fantásticos nunca se va relacionar de manera plena con cuatro dramas bien fuertes de tono realista. Es probable que hubiera sido mejor plantear las seis historias por separado de manera más tradicional. Aunque esto no necesariamente hubiera resuelto el problema, simplemente hubiera cambiado los desafíos. En todo caso, Cloud Atlas falla a la hora de armar una historia solida y es por eso que no logra ser un producto entero. Tal vez, el objetivo final nunca contó con una premisa del todo fuerte o convincente.
Dale, estamos solos Entretenida película de terror sobre cinco adolescentes sometidos al horror por un grupo de científicos dispuestos a matarlos con un manual. Una historia llena de giros y guiños al género, que tiene la audacia de ser un respiro de originalidad y someter al espectador a un mundo terrorífico lleno de todo tipo de criaturas. El único problema es que la película no se encarga, ni parece estar interesada, de generar emociones, sustos o tensión alguna. Simplemente se deleita a través de su auto-conciencia e intriga de intentar conocer qué está pasando. La principal atracción de "La cabaña del terror" radica en aquel grupo de científicos con sus personalidades, actitudes y procedimientos. En aquella oficina, que remite a la película "The Truman Show" por su omnipresencia y control del mundo, se producen todos los elementos que le otorgan sabor a la trama. Allí hay gracia, humor y horror. A través de ese sitio se teje el verdadero entramado de la historia, donde los operarios le van dando vida a los distintos obstáculos de los protagonistas. Con ellos se percibe la presencia de un mal mayor e imperceptible y con cada acción suya se van poniendo en evidencia tanto los clichés del género como las exigencias del espectador ideal. La película contiene un gran ritmo que evita que uno se distraiga por un segundo, pero lamentablemente no logra impedir que pasen desapercibidos los innumerables y gigantescos baches que va dejando la trama a medida que avanza. Incluso la falta de empatía del espectador con cualquiera de los personajes, hace que realmente no importe, ni en lo más mínimo, el destino de sus protagonistas. Por lo tanto, la historia quedará vacía de emociones y su resultado final será bastante seco. "La cabaña del terror" presenta un universo muy atractivo, el cual es un deleite ir descubriendo a medida que avanza la película. Sin embargo, es solo una linda envoltura sin un gran contenido y termina siendo una decepción al no poder desplegar al máximo su gran potencial.
Sufrimiento familiar Basada en hechos reales, una familia sufre de los desastres provocados por un temible tsunami que los obliga a separarse. Conmovedora historia donde a través de un gran despliegue técnico reconstruye con enorme veracidad los terribles acontecimientos. Sin embargo, a pesar de contar con grandes actuaciones, una dirección técnica envidiable y un marco insuperable, la película no logra salir de la anécdota preliminar para convertirse en un fuerte relato de supervivencia y termina mostrando las costuras de su narración. Al ser una película extremadamente dramática, uno sabe que se va a encontrar con situaciones límites donde la brecha entre el llanto verdadero y el golpe bajo es muy estrecha. Para algunos puede haber una manipulación desleal por parte del realizador y para otros las escenas serán tan reales como emotivas. Sin embargo, la utilización de un título tan grandilocuente como "Lo imposible" no da buenos augurios y tampoco serán los continuos llantos, exclamaciones de dolor o gritos de auxilio los que apacigüen las acusaciones de entretenimiento morboso. Son escenas como el reconocimiento de los objetos personales de la madre por parte del hijo mayor, la admiración de las estrellas muertas o el reencuentro final, las que sentencian a la película como un producto no del todo loable. Incluso la aparición selectiva de los horrores del Tsunami muestran de manera más precisa la extrema manipulación hacia el espectador. La única razón por la que la película no cae en el exceso es el gran nivel actoral de sus interpretes, ya sean las figuras consolidadas o los chicos principiantes. Todos entregan una solida interpretación que al estar acompañada de un imponente despliegue visual crean a la perfección aquel ambiente de destrucción y desolación. Tanto el maquillaje como vestuario nos muestra con gran potencia el impacto del Tsunami en sus cuerpos y sus espíritus. Incluso la reconstrucción de la gigantesca ola con su incontrolable paso, hacen de "Lo imposible" una película difícil de olvidar. Sin embargo, es la historia misma la cual a su modo dificulta la conexión emocional con el espectador. Una vez transcurrida la mitad de la película uno ya sabe que los integrantes de la familia están vivos y, por lo tanto, cualquier cuota de peligro sobre sus vidas ya se ha perdido. Es verdad que la familia se ha separado en dos y ahora el drama provendrá de la búsqueda por el reencuentro, pero después de haber sobrevivido semejante catástrofe uno en cierta manera ya esta aliviado. Podrán pasar todas las penurias posibles para reencontrarse, pero lo peor ya paso y lo único que queda por hacer es esperar a que ellos se vuelvan a juntar.
Pequeños valientes El regreso al universo de la tierra media trae consigo emociones muy diversas. Por un lado significa reencontrarse con una gran historia de aventura llena situaciones épicas y espectaculares efectos visuales. Mientras, por otro lado, también implica una sensación de déjà vu y desilusión si se la compara con "El señor de los Anillos". No es exactamente que "El Hobbit: Un viaje inesperado" no este a la altura de la anterior trilogía, pero su muy similar estructura narrativa y sus repetidos guiños a la misma es lo que no le permiten independizarse de aquella gran obra. Como todos saben, "El hobbit" es un libro de J.R.R. Tolkien que narra la aventura de como 13 enanos, un hobbit y un mago intentan recuperar un reino perdido de las garras de un feroz dragón. Por lo cual, para realizar su adaptación cinematográfica se decidió partir la historia en tres películas. En esta primera entrega, la trama se centra en como Bilbo Bolsón, un Hobbit que nunca salió de su sencilla comunidad, sale en búsqueda de aventura y como lentamente va dejando su personalidad temerosa para terminar convirtiéndose en una persona valiente y heroica. Bilbo es el principal personaje de la historia, sin embargo su protagonismo es debilitado enormemente por varios factores y esto perjudica notablemente a la trama. Algunos positivos y otros no tanto. En primer lugar, se encuentra el noble enano sin reino cuya riña personal con un poderoso orco se ubica en los puntos más altos de la película. Sin embargo, luego aparecen las historias de un mago llamado Radagast o un exacerbado protagonismo del mago Gandalf que traen consigo lo peor del film. Estas dos lineas narrativas se unen para tratar el punto más problemático del relato, la conexión con "El señor de los anillos". Hay una enorme cantidad de escenas que involucran la mención de un misterioso enigma sobre un creciente mal. A pesar de que cualquier fanático de la saga ya sepa de que se trata, su extrema discreción (no tiene desarrollo ni desenlace) y falta de real ensamble con la aventura de los enanos, aburre y molesta al espectador. Escenas como la discusión entre Gandalf, Saruman, Galadriel o Elron prueban estar demás. Incluso el comienzo extremadamente dilatado con la innecesaria presencia de Frodo o el largo primer encuentro con los enanos, donde si bien al principio era simpático como se adueñaban de la casa de Bilbo, ya transcurrido el tiempo uno se cansaba de sus travesuras, no le daban el mejor inicio a la aventura. Para colmo, por momentos era muy evidente como la historia mostraba su estructura escalonada lo cual pausaba las acciones y, por ende, aburría. Esto se debe a que, en el principio, el relato se encontraba muy fracturado en escenas largas y separadas, como las acciones en la comarca o el encuentro con los ogros, que no le permitían tener a la trama recorrido o fluidez. No obstante, desde el momento que re-aparece en el relato el temible Azog, un poderoso orco que juro matar a Thorin (el lider de los enanos), la historia empieza a encaminarse. Ahora acecha el peligro y se presenta el primer obstáculo a superar. A partir de esa situación, se materializa el villano de la película y las escenas comienzan a encontrar otro ritmo que le otorgan a la trama la tensión y emoción necesaria para atrapar al espectador y no soltarlo. Es posible que "El hobbit" pueda considerarse una película de aventuras más infantil que "El señor de los anillos", pero esto no es necesariamente algo negativo. Hay más elementos fantásticos como espadas mágicas, encantamientos o un anillo con el poder de la invisibilidad que le dan otro tinte a está película volviéndola más imaginativa y creativa. Incluso, aunque las secuencias de los enanos limpiando la casa de Bilbo de una forma similar a Blancanieves o la presencia de unos ogros que se comportan como "los tres chiflados", esencialmente son para un público más simple, también son escenas muy pintorescas y divertidas. No obstante, es probable que la falta de muertes o relaciones complejas entre los protagonistas sea lo que le de esa categorización. Ya promediando la última hora y media, todo lo que vaya a suceder va a demostrar estar ante una gran película situada en un gran escenario mítico de gran entretenimiento. Su poderoso despliegue visual, donde dos montañas se baten a duelo mientras nuestros protagonistas se encuentran en una de ellas, se encuentra entre lo mejor de la historia del cine. Su relato de aventura, donde un miedoso se convierte en un héroe a través de enormes retos que prueban su habilidad, astucia inteligencia y valentía, es impecable. Historias sobre la redención, la ausencia de un hogar o la camaradería se amoldan perfectamente con la trama principal dándole un gran relleno y una enorme sensibilidad. Incluso la presencia de ese enigmático personaje llamado Gollum y su reto de acertijos, elevan por completo al relato. La idea de poder pausar el relato, para poder hacer que su protagonista se bata a un duelo de inteligencia por su vida es excitante y muy interesante. En conclusión, "El Hobbit: Un viaje inesperado" es muy similar a la trilogía de "El señor de los anillos". Es diferente, con sus pros y sus contras, pero es espectacular. Sin embargo obtiene el mismo resultado que su primera parte, entusiasma y deja al espectador con muchas ansias de ver la continuación.
Detrás de cada hombre Película rara en todos los sentidos. Nunca se sabe bien qué es lo que narra, cuál es su objetivo, cómo planea conseguirlo, para qué sucede tal cosa o, en todo caso, cuál es el propósito de los acontecimientos. Basada en la novela de Guy de Maupassant, "Bel ami" presenta todos los problemas de las adaptaciones literarias: no hay vida en las actuaciones, las escenas se suceden sin un rumbo claro, etcétera. Si no fuera por el gran calibre del elenco y la hermosa puesta en escena, la película carecería de valor. Cuando uno está viendo la película no puede dejar de pensar que está ante una versión infantil de la adultez. Se habla de romance, sexo, poder, política, economía, pero siempre de la manera más superficial posible. Nunca con profundidad. Aunque cada personaje tiene sus complejos y ambigüedades, e incluso la historia tiene aristas sumamente interesantes, todo parece ser transportado al mundo del cliché y, por ende, cualquier intento de originalidad o creatividad desaparece por completo. Lo único que queda es un relato vacío y sin fuerza. Sin embargo, lo más preocupante de toda la producción es la falta de un hilo conductor claro y definido que delinee el andar de sus protagonistas. Todo se sucede sin que el espectador tenga una noción clara de porqué le debe importar que pase tal o cual cosa. Incluso, la película también carece de conflicto alguno. La sinopsis, habla de la disputa entre la moral y el beneficio personal, pero en ningún momento se sienta la base de que el protagonista tenga algún tipo de escrúpulos. Por lo tanto, si nunca se sabe que busca el personaje principal y ni siquiera se tiene claro cuál es el obstáculo que debe enfrentar para conseguirlo, cómo van a pretender que el espectador se sienta atraído por esta película. Lo único destacable de la película es el nivel interpretativo de los actores, con picos en las actuaciones de Uma Thurman y Chirstina Ricci, el impresionante despliegue visual y ambientación de la época y, aunque parezca mentira, el cuento original que se narra. El relato de cómo el protagonista asciende los estratos sociales es apasionante, lástima que como cualquier historia, sin importar que tan buena sea, siempre va a depender de la habilidad del narrador.
El viaje a casa Al igual que a principio del año, Cronenberg vuelve a estrenar una película de ritmo pausado con diálogos complejos y perturbadores. En este caso, nos encontramos ante una historia intrigante sobre un financista muy exitoso que prácticamente vive en su limusina llena de exesos y a pesar de haber recibido una amenaza de muerte, decide cruzar la convulsionada ciudad de un extremo a otro para recibir un nuevo corte de pelo. Una película apasionante que exige al máximo al espectador, pero que por varios pasajes se mete en lagunas vacías de sentido. Lo primero que uno debe saber, es que se encuentra ante una película sobre un viaje. Un recorrido por el cual el protagonista pasará de un estado a otro. Lo que en un principio se puede observar como un capricho (cortarse al pelo), a medida que la historia avance cada vez más irá resignificandose en algo mayor y más complejo. Ir a la peluquería será un retorno a la realidad, a su infancia y a su parte más humana. Parker, el protagonista, es una persona que a perdido conexión con el mundo. Vive en una abstracción de la realidad la cual en cierto sentido lo limita pero le da poder ilimitado. Su habilidad única para los negocios lo ha convertido en alguien inalcanzable por sus pares. Único. Sin embargo, tal abstracción trae sus consecuencias, como tener una poco sana rutina de tener un chequeo médico completo todos los días. La película puede verse como una crítica al sistema capitalista, pero en realidad es más una visión mucho más intimista sobre los lideres de este sistema. A través de toda la historia uno podrá observar como ciertas apreciaciones giran en torno a su conducta, personalidad y ambiciones. En este caso, Parker será el espécimen a observar y en él encontraremos la máxima enajenación con el mundo. Toda su existencia se encuentra en una limusina de lujo que navega en solitario por un mar caótico e inmundo. Ese automóvil blindado donde sus tripulantes pueden ignorar al exterior. Un lugar donde pantallas llenas de números son la realidad y toda conexión con la misma se deriva a analizar o teorizar sobre su comportamiento para luego sacar su mejor rédito. Continuamente, a pesar del aparente lento transcurrir, van pasando cosas en la película. Cada diálogo, cada escena trae consigo un trasfondo y un conflicto. Mientras habla con una de sus empleadas, le están haciendo un examen de próstata. Mientras charla con su jefa de teoría el mundo a su alrededor convulsiona en caos. Todo lo que suceda en esa limusina cumple con su propósito y crea un ambiente fascinante. Lamentablemente, cuando Parker decide salir de su automóvil es cuando de forma repetida la película pierde su rumbo. Las continuas charlas con su reciente esposa o el enfrentamiento con su asesino, carecen de fuerza o relevancia. Son conversaciones demasiado extensas que se van dilatando en el tiempo donde a pesar de intentar mostrar más capas de su personaje principal solo terminan desnudando complicados desenlaces que no le hacen justicia a la trama ni sus pretenciones. En estos dos casos particulares, los personajes son más bien conclusiones que desarrollo. Son las consecuencias de lo acontecido. Por lo tanto, sus explicaciones a sus conductas carecen de sentido. Aquí es cuando el delicado balance de la historia implosiona en diálogos pretenciosos y tiempos muertos intrascendentes que ocasionan una falta de coherencia y contundencia en el relato. En conclusión, Cosmópolis es una película interesante, no es ni mala ni excelente. Tiene aciertos como defectos. Sin embargo, definitivamente es una película sugestiva de gran riesgo artístico y totalmente única.
Esperando la batalla Amanecer, parte 2, es una decepción constante que tiene una enorme falencia constitucional en su historia. Todo el relato es acerca de un batalla final y de como los vampiros buenos se preparan y la esperan. La idea no es mala, ya que sería un perfecto cierre a la saga, pero presenta el inconveniente de exigir que el desenlace sea espectacular. Por lo tanto, si al final no resulta serlo, toda la película se derrumba. No solo la batalla es intrascendente, sino que durante el resto de la historia (inicio y desarrollo) tampoco sucede algo relevante. Unos de los clichés que más se utilizan en las historias bélicas es decir que el momento previo a la batalla es la peor parte. Probablemente sea un poco exagerado, sin embargo esencialmente tiene mucha verdad. La instancia previa a cualquier combate es una situación llena de tensión y ansiedad que atormenta a los combatientes. Obviamente sería un error exigir que la película sea de tal o cual forma, pero si estamos ante una historia en la cual todo se basa en esperar una batalla final, uno supondría que algo debe suceder en esos minutos. Podrían haber sido hechos o conflictos internos, pero lamentablemente solo se ven viajes y reclutamientos de más vampiros, lo cual no propone nada de real trascendencia para los protagonistas. Asimismo, todavía no se toco el punto clave del relato donde todo parece resultar un gran chiste: el final. Sin tratar de revelar demasiado, hay que adelantar que el desenlace del final es una decepción rotunda. Carece de creatividad, emoción o ritmo. Es tan anticlimático que uno duda de la seriedad de la producción. Si bien nunca la crítica actúo de manera muy favorable con la cinta, uno duda que en este caso haya tenido una consideración honesta con los fanáticos de la saga. Por otro lado, es necesario sostener que está película junto a las demás de la saga han marcado a todo un grupo de personas que durante la misma se han sentido tan emocionalmente conectados con los protagonistas que cuando las luces se apagaron y los créditos iniciales empezaron, un murmullo lleno excitación y nerviosismo invadió la sala. Una conexión (logro) tan fuerte que solo un puñado de películas logran obtener.
Para qué son los amigos Gran comedia negra sobre un grupo de psicópatas que se ven envueltos en una trama llena de violencia y excesos gracias al robo de un perro. A través de la utilización de unos diálogos ácidos y escenas muy gráficas, la película encuentra sus mayores atributos a la hora de crear un mundo apasionante donde todos sus personajes gozan de un carisma tan fuerte como peligroso. Una excelente historia llena de gracia y acción que sin dudas garantiza el entretenimiento del espectador. Cuando uno ve una película acerca de psicópatas sabe que va a ser entretenida. La mismísima definición de este peculiar trastorno indica misterio y seducción. Por lo tanto, si los actores detrás de los personajes son nada menos que los excéntricos Sam Rockwell, Woody Harrelson y Christopher Walken, son muy pocas las chances de caer en aburrimiento. Incluso si sus interpretaciones son potenciadas por el rol de Colin Farrell, como un alcohólico egocéntrico quien afligido por su bloqueo creativo desea extraer de ellos el máximo de su personalidad, la situación logra ser llevada a extremos fascinantes. El ritmo y la tensión de la película es casi perfecto. Por momentos la historia se descontrola el desviarse en momentos algo absurdos y repetitivos (como el cuento del vietnamita), pero sin lugar a dudas en la mayor parte de su duración logra exaltar y motivar al espectador. Los hechos progresan de tal manera que todo es hipnótico. Tal vez esta será la razón del desencanto del espectador cuando el relato se fracture en un tiempo más lento. Aunque la decisión de parar la acción no sea del todo fallida, desilusionan por su falta de cohesión con lo visto anteriormente. En el momento en que los personajes escapan con éxito y se refugian en el desierto, la historia toma el peligroso camino de cambiar abruptamente y lamentablemente no sale bien parada. Ya no hay intriga y la adrenalina se extingue. Una pena ya que la trama venía muy bien, pero no supo elegir bien los caminos para terminar. No obstante, en ese impasse narrativo la película expone uno de los aspectos más interesantes de su historia. Allí la idea del cine dentro del cine se materializa de forma más certera y los personajes parecen tener un control absoluto de su destino. Lo cual le da un sentido más metafísico y complejo a la trama. Sin embargo, a pesar de sus buenas intenciones (dentro de todo, está bien construido), parece un recurso más ególatra que un elemento propio de la historia. Probablemente sean sus continuas menciones a las falencias del guión, como el flojo rol de las mujeres o el vietnamita, la que desenmascaren este problema. De esta manera se comete el error de suponer que a través de esta licencia se van tomar a estos fallidos detalles menores como guiños de originalidad cuando en realidad solo enfatizan las aristas más débiles de la trama. "Siete psicópatas" es una muy entretenida historia que padece del inconveniente de haber aspirado a buscar ser más de lo que era, cuando tristemente ya era perfecta.
Nuestros secretos Clásica película estadounidense sobre el drama adolescente donde prácticamente se abordan todos los temas relacionados con esa difícil etapa, pero ninguno se toca o desarrolla de manera reelevante. Sin embargo, la seriedad y dedicación puesta en la trama, impiden que la historia se torne superficial y de manera sutil, aunque por momentos no tanto, se logra crear un relato muy emotivo y entretenido. Es importante saber entender que estamos ante una película de excesos. Podrá ser lenta y minuciosa la manera en que se desarrollan los temas, pero nunca una trama donde todos los protagonistas tienen traumas o peculiares personalidades va a pasar por realista o natural. Incluso la manera tan común y transitada en que se resuelven algunos conflictos achatan a la historia. También, las fuertes elipsis entre las escenas le podrán dar mucha intensidad a la película, lo cual la hace fácil de transitar, pero le impiden al espectador tener una verdadera conexión con el nivel emocional del protagonista. Por lo tanto, el problema de la historia recae básicamente en el equilibrio de sus escenas. En algunos momentos son excesivas y lentas (ej. flashbacks de la tía), mientras en otros aunque son intensos carecen de desarrollo (ej. la pelea de los amigos). Todo en la historia pudo haber sido sumamente pesado y denso. Desde el guión son pocas las escenas que transmitían algún sentimiento genuino o profundo. Sin embargo, las interpretaciones de los actores y esa rara presencia de la música como factor relevante en las relaciones, le otorgan una humanidad a la película que convierten a las secuencias bobas (ej. el noviazgo entre Mary Elizabeth y Charlie) en momentos pasables y le otorgan a las distintas líneas dramáticas, principalmente romántica, el nivel de emoción necesario. Lo más interesante y más logrado de la película se centra básicamente en las cartas que el protagonista le escribe a su fallecido amigo. A través de ellas conocemos su salud mental (sus progresos y caídas), los acontecimientos de las escenas se resinifican y, más importante, enrarecen el ambiente, lo vuelven esencialmente trágico. Incluso sirven para enmarcar el relato y son útiles a la hora de realizar los saltos de tiempo. También, encuentra su mayor beneficio en poder expresar, no de forma muy directa, los pensamientos internos de alguien que prácticamente no habla. En conclusión, "Las ventajas de ser invisible" es un relato sumamente emocional y atrapante sobre los problemas internos de un chico cuyos traumas no lo dejan crecer. Por momentos será muy superficial, pero nunca deja de ser honesto y eso es algo valioso.
El viaje del reencuentro Amable película sobre un cazador de talentos al borde del retiro que recibe la indeseada asistencia de su hija, con quien tiene una relación distante, y donde juntos tomaran un viaje para el reencuentro. Simple historia, de buenos y malos definidos (tal vez su mayor problema) donde con gran carisma y mucha emotividad se puede disfrutar apaciblemente de una trama de pocas pretensiones pero con mucho corazón. Una historia agradable, donde Clint Eastwood interpreta a un personaje terco, testarudo y muy reservado, quien tras la muerte de su esposa ha mantenido una relación distante con su hija, Amy Adams, la cual ha sufrido del abandono de su padre en varias instancias y en consecuencia se le hace difícil relacionarse emocionalmente con otras personas. Un conflicto potente que a pesar de comenzar de una manera bastante básica, se va complejizando gradualmente hasta el punto de terminar siendo llevado de la manera más natural posible. Incluso la aparición de un joven cazatalentos, Justin Timberlake y posterior relación con la hija irá demostrando que ha medida que ella vaya solucionando sus temas con su padre podrá finalmente irse abriendo sentimentalmente. La película tiene el mérito de tratar complejas relaciones afectivas de manera muy natural y sencilla. Aunque en algunos momentos las palabras dicen más que las acciones, es admirable como con sutileza se logra desarrollar con interés el desarrollo de la relación padre e hija. Incluso es posible que la causa de la separación sea algo exagerada, sin embargo en un sentido logra darle un aire de nobleza al abandono del cual ella sufre. No obstante la película pierde muchísima fuerza emocional al crear personajes e instancias muy predecibles. Los personajes secundarios, aunque puedan ser reales, destruyen cualquier noción de intriga de la trama. Incluso los distintos avatares laborales que sufren tanto Amy Adams como Clint Eastwood, son también muy básicos. Probablemente ninguno de estos inconvenientes sean demasiado graves, pero el modo tan común y tan transitado por el cine, en que son llevadas cada situación perjudican el verosímil de la película. Por otro lado, la trama intenta llevar un mensaje sobre priorizar la vocación sobre la carrera exitosa o , dicho de otro modo, la felicidad sobre el dinero. Sin embargo, es imposible tomarlo en serio, ya que presenta el problema de toda la película. Parece ser más una verdad obvia sobre la buena vida, que una conclusión o reflexión extraída de la historia. En conclusión, "Curvas de la vida" es una película muy disfrutable que se sustenta en base del carisma de sus actores y que propone una historia bastante simple de recorrido amable donde, a pesar de ser predecible, emociona a lo largo de su duración.