Llega a nuestros cines la cuarta entrega de la saga que revivió la carrera de Keanu Reeves, estamos hablando obviamente de John Wick, y si bien la saga se venia sintiendo un poco desgastada, veamos porque esta iteración es el golpe de efecto que se estaba pidiendo. La historia es muy simple, y sigue a John Wick en su viaje de venganza contra La Mesa. Pero todo se complica cuando los mandamases le dan poder pleno a El Marques, un despiadado y maquiavélico hombre que planea no solo matar a John, sino con todo lo que él representa. ¿Alguien esperaba una trama compleja? Seamos honestos, una saga que se cimentó en el hecho de buscar venganza por la muerte de una mascota, y que se enroscó en si misma tocando temas como la mafia, la devolución de favores o deudas de los mismos, no podía llegar a una cuarta parte donde se revolucionara la saga misma, y mucho menos al género de acción. Pero así y todas John Wick 4 se las ingenia para ser condenadamente divertida. A muchos les puede asustar las casi tres horas que dura (me incluyo), pero una vez en el cine, y no solo ante las constantes escenas de acción marca de la casa, sino gracias a los nuevos personajes, cada cual más carismático que el otro, hacen que la cuarta parte se posicione como una de las mejores entregas desde la original. A destacar el tridente que conforman Scott Adkins–Bill Skarsgard y en especial Donnie Yen, a quien me hubiera gustado ver desde antes en la saga, pero que con su aparición en la cuatro, se come la película, opacando incluso al propio Keanu Reeves. Y no solo me refiero a sus escenas de acción, sino que, como personaje en sí, es muy divertido. En cuanto a las secuencias de acción, si, tienen las fantasmadas que veníamos viendo, en especial, en la anterior película. Lo bueno es que ahora se dan en unas locaciones por demás vistosas, haciendo que John Wick 4 sea la que quizás, tenga el mejor diseño de producción de toda la franquicia. Atentos a un plano secuencia en el tramo final de la película. Eso sí, vale aclarar que estamos siendo un poco condescendientes con la película. Aparte de su exagerada duración, o las secuencias de acción que no están exentas de cosas ilógicas, también hay que decir que el lore de la franquicia ya casi no da para más; así que podemos decir que si siguen forzando la soga, se va a terminar cortando. En conclusión, John Wick 4 es una película recomendable, tanto si son fans de la saga, o seguidores del genero de acción. Si buscan algo más que tiroteos y personajes carismáticos, no van a encontrar otra cosa.
Si hay un universo del que no se tiene certeza alguna de lo que va a pasar en lo inmediato, es el de DC. Con despidos, reinicios y continuaciones viviendo en simultáneo, llega a nuestros cines ¡Shazam!: la furia de los dioses, secuela de la mediocre y regulera Shazam. Veamos si esta segunda parte mejoró en algo. Volvemos a ver a Billy Batson, quien ya convive armónicamente tanto con su nueva familia, como con los poderes que comparte con la misa. Pero un error del pasado tendrá consecuencias ahora, cuando las hijas de Atlas busquen recobrar sus poderes y de paso, vengarse contra la humanidad. Como habrán intuido en el primer párrafo, la primera entrega de Shazam en el cine me gustó muy poco; en especial, por la nula coherencia que había entre el Billy niño con el Billy superhéroe, siendo este último insoportable, y además encarnado por un actor que no me resulta gracioso. Y si a eso le sumamos que como cinta de superhéroes en sí era un poco genérica, mal vamos. Y por desgracia, o por suerte (si les había gustado), esta segunda parte es bastante continuista con su predecesora. Así que otra vez tendremos una película plagada de chistes que, dependiendo del criterio de cada uno, funcionan o no (en mi caso, la sala estaba muerta) y alguna que otra escena de acción que corta con tanta comedia. Pero ahora con el aliciente de que por la mitad, literalmente no pasa nada, al grado de escucharse varios bostezos. Esto es sinónimo de que el ritmo de ¡Shazam!: la furia de los dioses es bastante irregular, con algunos momentos de sopor, y otros de bastante adrenalina. Porque si, esto no se puede negar, en el tramo final, la película levanta bastante, y si bien no presenta nada que no se haya visto antes, no se puede negar que la cosa se pone entretenida, al grado de importarnos si nuestro protagonista muere o no, y eso también es síntoma de que por momentos, hay cosas destacables dentro del mar normalidad que presenciamos. También toca hablar un poco de los efectos especiales, algo casi obligatorio en el subgénero de superhéroes. Por momentos se ve muuuuuuy bien, y el diseño del dragón que se ve en el trailer es espectacular. Pero en otras escenas, tanto las caras o como el “pegado” de los actores con el fondo, nos hace acordar bastante a los peores momentos de la competencia de DC. En conclusión, ¡Shazam!: la furia de los dioses es una película regular. Por momentos aburre bastante, pero cuando se pone buena, lo es. Después dependerá de cada uno si entra en el humor que propone, o que tanto la va a recordar con el paso de los días.
Llega a nuestras salas una de las películas más esperadas, al menos, de este semestre, La ballena. Y no es para menos, ya que desde hace meses veníamos recibiendo noticias de que el proyecto era aplaudido en todos los festivales donde se proyectaba; pero en especial, la labor del querido Brendan Fraser. Así que veamos si ese hype que se fue cociendo poco a poco, estaba justificado. En esta ocasión, Fraser encarna a Charlie, un hombre sumido en una tremenda depresión, que decidió quitarse la vida a base de comer. Con un enorme sobrepeso, Charlie solo tiene de amiga a una enfermera que es al mismo tiempo es su cuñada; y gracias a ella, quiere mantenerse vivo unos días más para poder ayudar a su hija, quien guarda un profundo resentimiento hacia él por haberla abandonado. Antes de ver La ballena, tenía miedo que se le este dando demasiado bombo, solo por contar con el queridísimo Brendan Fraser en el rol principal, y que incluso capaz que su actuación no era para tanto; y solo nos estaba ganando la nostalgia y el cariño. Y que lindo fue tenerme que haber tragado las palabras después de haberla visto; porque sin duda, estamos ante uno de los dramas más tensos y tristes que hemos visto los últimos meses. Y no solo lo digo por la desgarradora actuación de Fraser; sino porque todo el elenco tiene su momento para brillar y conmover. No voy a indagar en las motivaciones de los otros personajes; pero cada uno tiene razón para estar en el estado en el que se encuentra; destacando por sobre todos, a la enfermera, interpretada por la también (justa) nominada Hong Chau, que, desde este humilde lugar, deseamos que se alce con la estatuilla. Quizás como único punto negativo podamos decir que para aquellos que no les gustan las películas que se asemejan demasiado a obras de teatro, La ballena es de esas. Y no es para menos, ya que de ahí es donde fue adaptada. Pero eso va más en gustos personales que en algo objetivo para con este proyecto. Sin llegar a las dos horas, La ballena nos habla sobre la redención, y como pese a lo que pensamos, nunca es tarde para intentar hacer las cosas bien; en especial, para aquellos a los que amamos. Si son de lagrima fácil, esta película les va a costar ver, pero sin duda es una experiencia que nadie se debería perder. En especial, antes de que Brendan Fraser gane ese merecido Oscar.
¿Se acuerdan cuando anunciaron que iban a seguir exprimiendo la franquicia de Rocky con una nueva entrega, pero sin Stallone como protagonista? Todos nos reímos, pero la sorpresa que nos llevamos fue por demás gratificante; al grado que nos ilusionamos con un Oscar para el veterano actor. Quien hubiera pensado que íbamos a recibir una tercera entrega así… La trama es bastante simple; y es que otra vez volvemos a la vida de Adonis Creed, quien ahora está retirado y regenta el gimnasio donde se formó. Un día reaparece un viejo amigo, que, tras dieciocho años preso, le pide ayuda para volverse un boxeador profesional. Pero este no es el único deseo que tiene el supuesto amigo. Ya sin Stallone en el casting, Michael B. Jordan protagoniza y dirige esta tercera entrega, que luego de haberla visto, debo decir que toma demasiadas cosas prestadas de Rocky lll, estando ante el claro ejemplo de un remake disfrazado de secuela; llamada también rekuela. Esto no tendría nada de malo, si es que a nivel guion Creed lll tiene más problemas, que golpes recibidos por los boxeadores. El primero de ellos es que se busca indagar en el pasado del protagonista, quien esconde un oscuro secreto, y que la propia película se encarga de mostrarnos lo forzada que fue la situación para que Adonis se sienta en deuda con Dame (su amigo). No queda claro porque el comportamiento de ambos, o como la policía no logra resolver varios problemas teniendo las evidencias en las manos de los propios personajes principales. Por suerte para compensar este desastre argumental lo tenemos a Jonathan Majors, quien hace tiempo se viene posicionando como uno de los actores más interesantes para seguir su carrera. Y si bien su personaje es casi un remake del de Mr. T en la ya mencionada Rocky lll, el actor tiene el suficiente carisma como para darle personalidad propia a su rol. Aparte de tener buena química con Jordan en pantalla. Y hablando de este último; su dirección es bastante ambigua. Propone algunas cosas interesantes, aparte de tener buen pulso a la hora de dirigir las peleas; pero al mismo tiempo por momentos dichas secuencias de las mismas se sienten como una coreografía entrenada al son de música o palmas, que una pelea real. Veremos si sigue probando con la dirección o esto fue solo un experimento. En conclusión, Creed lll es una película regular tirando a malilla. Si este es el final de la saga spin off del Semental Italiano, podemos asegurarles que no merecía terminar así.
Continuamos con nuestro seguimiento a las nominadas a los Oscar, y hoy toca hablar de uno de los estrenos de la semana, El triángulo de la tristeza. Veamos porque esta película tan poco mencionada, logró meterse en la discusión por el premio mayor del cine. La película sigue a un grupo de personas que se embarca en un crucero de lujo para pasar unas vacaciones de placer. Pero un inconveniente con la comida, más las decisiones de un capitán ebrio y comunista, van a poner a todos en peligro, teniéndose que valer por sí mismos por primera vez en sus vidas; si es que quieren volver a la civilización. A grandes rasgos esa seria la trama, que por desgracia se diluye en unas innecesarias dos horas y medias. Y si tenemos en cuenta que al menos el primer tercio de la cinta se centra en una pareja de modelos que no brilla demasiado por la inteligencia de ambos, hacen que como espectadores empecemos a bostezar y mirar la hora constantemente. Y si bien el ritmo se elevaba bastante cuando ya nos adentramos en el crucero, pero por desgracia, el daño ya estaba hecho. Lo que sí, vale aclarar, es que la película maneja un humor muy negro. En varios momentos veremos situaciones extremadamente surrealistas y con unos recursos humorísticos dignos de los hermanos Cohen, así, que, si disfrutan de ese estilo de hacer comedia, la van a pasar bien con El triángulo de la tristeza; pero si son un poco sensibles, no sabemos cuánto van a poder disfrutar de la misma. Y aconsejamos encarecidamente que no se pongan a comer en cierta parte de la historia, están avisados… En cuanto a la trama, si bien se explora un poco el choque de clases entre los turistas ricachones y los empleados del barco, sentimos que no se explotó al máximo dicha posibilidad. Y peor aún, viendo lo bien que se maneja la comedia, se deja ver que había talento e imaginación para hacer una crítica ácida al comportamiento de la supuesta gente más educada; pero esto no se hizo. El triángulo de la tristeza se presenta como una buena comedia, pero que peca de ser excesivamente larga. Con una interminable primera secuencia que se podría haber reducido a diez minutos, la historia va a poner a prueba su paciencia; pero si logran sortear ese bajón inicial, se van a encontrar con una grata sorpresa.
Seguimos en nuestra incursión por las películas nominadas a los Oscar 2023 y hoy toca hablar de Tár, que tiene varias ternas como postulante, pero en la que más destaca es en la de Mejor Actriz, con Cate Blanchett siendo la candidata más obvia a llevarse el premio. Veamos por qué porque tanto galardón. La historia nos cuenta la vida de una directora de orquesta, Lydia Tár, quien es considerada una de las mejores en su rubor, independientemente de si es mujer o no; pero con los obvios prejuicios que hay en la profesión hacia el rol de la misma a cargo de un grupo de músicos. A lo largo de dos horas y media, veremos tanto la vida personal como profesional de Tár. Si, aclaro la duración de la película porque al menos para mí, fue importante a la hora de juzgarlo como un todo. Y es que estamos ante esos casos donde la historia es casi un unipersonal, puesto todo en función del lucimiento de en este caso, la actriz principal, olvidándose de construir personajes secundarios. Y si bien tenemos algunos que afectan en algo la vida de Lydia Tár, tampoco tienen tanto peso. Pero por suerte tenemos a Blanchett en dicho rol. Que es una de las mejores actrices del mundo, eso ya lo sabemos. Que tiene inmunidad para hacer bazofias y luego estos proyectos independientes, también lo sabemos. Y con esta película vuelve a mostrar porque tiene esa impunidad, porque da una actuación sin fisuras, y que está muy por encima de sus competidoras al premio de Mejor Actriz. Lo sentimos Michelle Yeoh, te queremos mucho pero este no va a ser el año. En cuanto a la dirección, categoría por la que también compite Tár, la sentimos un poco sosa. A sabiendas que la historia se mueve por el ambiente de la música, se podría haber jugado bastante más con los planos e incluso con la edición, pero esto no sucede, dando como resultado una cinta un poco normalita; siendo que en los últimos años recibimos otros proyectos musicales o de músicos, y que se arriesgaron bastante más. En conclusión, Tár es una película buena, pero sentimos que se sostiene demasiado en la actuación de Cate Blanchett. Una lastima porque sentimos que desperdiciaron una buena oportunidad de adentrarse más en el mundo de las orquestas. Será la próxima.
La historia se centra en nuestro protagonista, un perro pastor que fue una famosa estrella de rock, que ahora se tiene que conformar con ser jurado y coach en un reality musical, más precisamente en entrenar a un trío de cantantes de pop. Pero su orgullo y prejuicio le jugara en contra. Para serles sincero, nunca vi, y dudo que vea las dos anteriores entregas de esta saga, y si bien me informé de que iba, no es lo mismo que haberlas visto. y para suerte mía y de muchos espectadores casuales, no hace falta haberles pegado un visionado, porque podríamos decir que Rock Dog 3 es autoconclusiva y con un mensaje bastante claro, en especial para los más pequeños. Y este mensaje es simple, y es el de aprender a quitarse del reflejo de los focos, y ceder nuestro lugar a otra persona; aprender a resignar nuestro ego en pos del bien de otra persona que necesita ese momento de reconocimiento mucho más que uno mismo. y si bien dije que la película apunta a un público infantil, más de un adulto va a necesitar aprender esta lección. Aunque seamos honestos, la mayoría de los adultos se van a aburrir un poco con esta cinta. Esto lo digo porque el humor es bien básico, funcionando a base de caídas y poco más. Y si bien se hace parodia a The Voice y demás realitys musicales con los jueces que se creen capocómicos, son contados los casos donde los mayores nos reiremos con ganas. Por suerte para nosotros, la película apenas pasa de la hora y media, así que tampoco podemos ponernos tan quejosos. Con una animación que cumple y ya, Rock Dog 3 es una película rendidora y poco más. Los chicos no se van a aburrir, a nosotros no se nos va a hacer demasiado infantil, y el mensaje no está para nada mal, así que si en estas vacaciones querían ir al cine en familia, acá tienen una opción más que viable.
Si hay un realizador del que me enamore de inmediato al ver su opera prima (In Brujes), es Martin McDonagh. Es por eso que sigo de cerca cualquier nuevo proyecto que tenga, como es el que hoy nos compete, The banshees of Inisherin. Veamos que salió de acá. Vamos a la ficticia isla de Inisherin, donde a principio del siglo pasado, vemos como dos amigos se distancian por la decisión de uno de ellos. Este suceso tan banal, va a desatar una guerra declarada entre ambos, afectando a toda la comunidad. La historia puede ser una tontería, más si tenemos en cuenta que The banshees of Inisherin dura casi dos horas. Y pese a que la trama se basa en puro dialogo y presentación de universo, al menos a quien le habla, esa duración casi no la sentí. Y no lo digo por estar cegado por mi fanatismo hacia el director; solo basta ver las nominaciones en la próxima edición de los Globos de Oro para darse cuenta que si estamos ante una buena película. Como reza el dicho de “pueblo chico, infierno grande”, eso es lo que nos plantea McDonagh con su nueva película. A priori pareciera que nada pasa en Inisherin y que todos conforman una comunidad unida que trabaja, va a la iglesia, y por las noches se reúnen en el único pub que hay para cantar y charlar entre amigos. Nada más lejos de la realidad. A medida que los personajes conversan (en apariencia de nada), vemos como es el funcionamiento interno de esta isla. Tenemos a la tendera chismosa, el policía violento, hasta incluso el tonto del pueblo. Y a nuestros protagonistas, dos hombres que pasaron los cuarenta hace tiempo, que al parecer eran buenos amigos de toda la vida hasta que uno se hartó del otro considerándolo aburrido. Seamos honestos, en la vida real, también nos molesta cuando perdemos una amistad, imagínense si eso se da en un lugar apartado de la civilización, con apenas unos mil habitantes. Pero para que esto funcione, hay que hablar de la fotografía. Todo lo que se imaginan de una Irlanda antigua, se puede ver acá. Y no solo lo decimos por el irlandés mega cerrado que hablan todos, sino por las carretas, la iluminación a base de velas o lámparas de aceite, y como el no tener otra cosa que hacer más que pasarse el día en el pub tomando una cerveza (negra, obvio), criticando a otros habitantes de la región. Para ir cerrando, el ultimo punto a destacar son las actuaciones. Si bien Colin Farrell es el principal, sobresalen Brendan Gleeson y en especial, Barry Keoghan en el rol del tonto del pueblo. Martin McDonagh vuelve a demostrar que es de los realizadores más interesantes que hay actualmente en el medio. Si bien creo que no se va a llevar ningún Oscar, seria bueno ver esta película con algunas nominaciones en la próxima edición. Sería lo más justo.
Sabemos que el cine de género en Argentina no está muy explotado, pese a que las pocas propuestas que se hacen, en su mayoría son de buena calidad, y termina gustando a la gente. Aparte de que tenemos un lindo nicho de espectadores que sí esperan estas películas; e incluso hasta realizamos un festival anual en Buenos Aires. Pero es que, aunque uno quiera ser bueno, con El nido no podemos evitar decir la verdad. Antes de empezar a decir las cosas malas, toca contar un poco sobre la historia, que se centra en una realidad donde un virus vuelve a las personas en zombis, pero por suerte, hay un tratamiento para aplacar dicha transformación. Así es como conocemos a una adolescente que, tras ser atacada a la salida del colegio, es rescatada por un voluntario que la lleva a un nido; un búnker con todo lo que necesitan. Ahora deberán pasar la cuarentena solos y aislados del resto del mundo. Si la trama les suena conocida, es porque quizás recuerden que hace poco reseñamos Cloverfield 10 Lane, donde un hombre ayudaba a una chica metiéndola en un búnker mientras en el exterior se sucedía un ataque alienígena; y con el grueso de la trama sucediendo en ese espacio reducido y aislado. Si, podríamos intercambiar la sinopsis y nadie se daría cuenta. Pero que una película se parezca a otra no tiene nada de malo, lo malo es que no transmita nada, como este caso y no lo decimos únicamente por lo insoportables que son los dos personajes, con una siendo histérica que no entiende que está contagiada, y otro que le rinde culto a un búnker. Y si bien en algún que otro momento se intenta indagar en la psiquis de ambos, no terminan por convencernos. Pero donde quiero hacer hincapié es en la historia. Hagamos de cuenta que la cinta anteriormente citada no existe, El nido tampoco funciona como proyecto original, ya que tiene varios momentos muertos donde no pasa nada, dejándonos la sensación de que en realidad, esto hubiera funcionado mejor como un cortometraje y no como una película (corta, eso sí). En conclusión, El nido tenía buenas papeletas para haber terminado siendo una película interesante, o al menos, destacable en el escaso rubro del cine de genero en Argentina pero por desgracia, y pese a tener a buen actor como Luciano Cáceres, el proyecto se queda bastante corto, terminando por ser otra cinta olvidable. Una pena.
Nos acercamos al cierre del año, pero no por eso dejamos de ver películas. Y una de las grandes rumoradas a estar nominada a los premios fuertes de los Oscar, The Fabelmans, se acaba de estrenar en las diferentes plataformas de streaming verde; así que veamos que nos trajo Steven Spielberg esta vez. Para el que no sabe de qué estamos hablando, esta vez Spielberg nos presenta a los Fabelman, una familia de ascendencia judía de mediados de los 50. En ella tenemos al joven Sam, quien de a poco va mostrando pasión y talento para con el cine, pese a filmar cortos con cámaras rudimentarias. A medida que pasan los años, este talento se irá mostrando cada vez más, mientras los problemas familiares se hacen presentes. Si todo esto le suena de algo, es que hicieron bien la tarea y saben que The Fabelmans es una biopic encubierta de la infancia del propio Steven Spielberg. Y si él mismo está dirigiendo, asumimos que todo lo que vemos sucedió de verdad; incluido ese tema familiar que se nos presenta, y que sorprende ver cómo el realizador no titubeo a la hora de mostrar a sus progenitores como personas con falencias, y no perfectos como hubieran hecho todos. Y con eso, pasamos a las actuaciones, quizás el punto fuerte de The Fabelmans. Primero que nada, destacar a Michelle Williams y Paul Dano, quienes vienen estando en todas las terminas de actuación, y posiblemente repitan en los próximos Oscar. También destacar al sorpresivo Seth Rogen, quien no desentona para nada con el resto del elenco, y en especial, al para mi desconocido Gabrielle LaBelle, nuestro protagonista y símil Spielberg. Eso sí, les tenemos que decir que hay que tenerle un poco de paciencia a la película. Podríamos decir que el primer tramo se siente un poco largo, y no es hasta cuando nuestro protagonista se encamina hacia la adolescencia y empiezan los problemas en la casa, es cuando The Fabelmans se pone interesante y comienza a ser una oda al cine, y a aquellos que soñamos (cumpliéndolo o no) con filmar algún proyecto. Para no extendernos demasiado, The Fabelmans es una buena película que recomendamos al 100%. Les interese la vida de Spielberg o no, la historia es bastante emotiva. Si bien peca de ser un poco larga, ya deberíamos estar acostumbrados a esto, viendo los choclos de casi tres horas que nos tenemos que aguantar.