Los fantasmas de del Toro. Crimson Peak es el retorno de Guillermo Del Toro a sus orígenes, al estilo que supo consagrarlo en la industria cinematográfica y le abrió las puertas de Hollywood. Luego de muchos años de proyectos alternativos, el director mejicano regresa con una historia de fantasmas, frenética y apasionada, fácilmente comparable con sus obras españolas en cuanto a la estética, aunque levemente inferior en cuanto a la calidad narrativa. Es fácil reconocer el arte de Del Toro detrás de las imágenes. Las reminiscencias con El Espinazo del Diablo y El Laberinto del Fauno son inmediatas y gratificantes. Crimson Peak acapara la atención del espectador desde el comienzo con una historia lúgubre y personajes enigmáticos, creando una atmósfera innegablemente seductora. Pero los vicios de Hollywood pueden corromper incluso al mejor, y si bien los méritos de la propuesta son muchos, también existen pequeños detalles en el desarrollo de la trama que conspiran contra el resultado final. Atajos narrativos y alguna que otra resolución abreviada e inverosímil restan contundencia al relato, algo a lo que Del Toro no nos tenía acostumbrados en el cine español, pero que sí ya había evidenciado en Pacific Rim, aunque en un género completamente distinto. Crimson Peak está un escalón debajo de El Espinazo del Diablo y varios de El Laberinto del Fauno, pero incluso así es interesante, atrapante y bienvenida. Es una película de terror gótica imperfecta, pero claramente por encima del promedio.
Suspenso con mensaje. Joel Edgerton sorprende gratamente en su debut como director de un largometraje, entregando una propuesta de suspenso original y bien narrada que escapa a los estándares usuales del género. No es el típico thriller. Las partes por separado en un principio pueden resultar familiares, pero a medida que se van encastrando para estructurar su argumento, The Gift comienza a tomar distancia de la receta habitual, diferenciándose en calidad narrativa. Edgerton se las rebusca para contar una historia adulta y verosímil sin ceder intensidad y lo logra, principalmente, gracias a las enormes actuaciones de sus protagonistas, lo que por supuesto lo incluye. Rebecca Hall y Jason Bateman completan el reparto con interpretaciones soberbias, aportando credibilidad a la historia. The Gift atrapa, entretiene, sorprende y también nos deja pensando. No es usual que el género sea conductor de un mensaje contundente, y ése es uno de los grandes méritos de la ópera prima de Edgerton, quien se recibe de realizador con una nota alta, dejando un interesante precedente para el futuro.
Tierra de lobos. Dos años más tarde de haber presentado uno de los mejores policiales negros de las últimas décadas, Denis Villeneuve vuelve a sacudir la pantalla grande con otro thriller implacable, ambientado en el universo del narcotráfico, y más precisamente, en la frontera entre EEUU y México. Sicario es ficción, pero su base narrativa es real. La de la droga, no es una guerra entre buenos y malos, sino entre malos y malísimos, y creo que la película logra transmitir a la perfección ese mensaje, gracias al impecable trabajo de su reparto. Blunt, Del Toro y Brolin, los tres protagonistas de la historia, le dan vida a sus personajes con un realismo envidiable, lo que facilita que el espectador quede poco menos que hipnotizado ante el desarrollo de la trama. Villeneuve es, por sobre todas las cosas, un genio de la fotografía. Ya sean planos fijos o en movimiento, para generar suspenso o para impactar con una secuencia de acción, el director canadiense demuestra un dominio absoluto de la cámara, muy por encima del promedio de la industria. Sicario es una propuesta oscura, violenta y visceral, que cautiva y sorprende sensorialmente, de principio a fin, con escenas que cortan aliento. Ése quizás sea el mayor mérito, pero no el único, de esta joya del género. Sicario no presenta un argumento extraordinario, pero nutre su trama con personajes vivos, que le sacan chispas a la pantalla. Otra soberbia y enorme dirección de Villeneuve, quien se apuntala en el género suspenso como uno de los grandes realizadores del cine contemporáneo. Probablemente Sicario sea una de las mejores películas del 2015.
Mi marciano favorito. Hacía mucho tiempo que Ridley Scott no dirigía una película digna de su talento. El inglés evidentemente no encontraba la inspiración necesaria para desplegar el potencial cinematográfico que lo ha posicionado como uno de los mejores directores de la historia. En la última década, tuvo a su cargo propuestas épicas y mega producciones que no estuvieron a la altura de las expectativas, quizás por falta de motivación. The Martian, sin embargo, logró despertarlo de su letargo. No es casualidad que haya sido ésta la propuesta que volvió a entusiasmar a Scott. The Martian es una propuesta original y única en su género: una aventura de supervivencia encuadrada dentro de la ciencia ficción, pero abordada desde el humor. No es una comedia, pero hace reír; no es un drama, pero hace llorar y definitivamente no es un thriller, pero por momentos genera climas de suspenso que cortan el aliento. ¿Qué es entonces The Martian? Es una de esas gratas y raras entregas del cine difíciles de catalogar, pero que se disfrutan de principio a fin. Hay 3 pilares en la propuesta que la definen exitosamente: la cinematografía, el reparto y fundamentalmente el guión. Lo primero es una constante indiscutida en el cine de Scott, por lo que no sorprende que The Martian sea imponente a los ojos. Lo segundo también es frecuente en la cinematografía del director, aunque en esta oportunidad pareciera que todos y cada uno de los protagonistas han sido aprovechados al máximo. Causa de lo segundo es lo tercero: el guión, donde The Martian hace la diferencia. La historia está fantásticamente escrita para la pantalla y soberbiamente contada por el director. Celebro el regreso de un genio de la pantalla grande, como es Ridley Scott. Él, que fue un protagonista indiscutido en la historia del cine de ciencia ficción, vuelve a sorprender con una propuesta que explora el género desde ángulos inusuales. The Martian es auténtica, impactante y entretenida. También es, por supuesto, imperdible.
Terror venéreo. Afirmar que It Follows es una pavada sería pecar de escueto en una apreciación argumental. Su trama es inverosímil e improvisada sin atenuantes. Por otro lado, decir que es una película de terror sumamente efectiva también sería justo, gracias a un trabajo muy fino de su director en ambientación y fotografía. Es un híbrido raro, que no convence, pero sí asusta. No hay motivos ni explicaciones. Las cosas suceden porque sí, de principio a fin. Los afines al esoterismo encontrarán sustancia simbólica para rellenar el vacío argumental, pero lo cierto es que el guión de It Follows no posee mayor complejidad ni sofisticación de lo que podría ser la opera prima de un adolescente púber que jamás ha leído un libro. Es una historia ingenua, poco creativa y terriblemente inconsistente, que a pesar de sus falencias en lo narrativo logra cautivar al espectador con un gran despliegue visual y excelencia rítmica. Se ve y se respira terror casi sin interrupciones. Los escenarios, los personajes y las circunstancias son tétricas, y es difícil no quedar envuelto en el aura de suspenso permanente muy bien propuesto por el director. It Follows posee lo peor del cine de terror adolescente americano y lo mejor de la cinematografía de suspenso adulta. En ese híbrido se desarrolla el filme, que dividirá a la audiencia en amantes y detractores. Los que solo se enfoquen en su capacidad de generar miedo la adorarán. Los que, por el contrario, no reparen en el cómo sino en el qué, estarán decepcionados. Yo voy a pararme en el medio y reconocer que es una estupidez, pero de las que asustan.
Bien contada, pero no impactante. Guy Ritchie tiene un sello propio en el cine, y The Man from UNCLE lleva la marca indeleble del director inglés sin lugar a dudas, sobre todo en materia de edición, donde generalmente hace la diferencia. Pero así como se nota su estilo en el trámite narrativo, también se nota la falta del mismo a la hora de la acción, donde sorpresivamente este proyecto defrauda, muy a pesar de su realizador. The Man from UNCLE es una propuesta de espionaje entretenida y bien contada a la que le falta impacto. Por algún extraño motivo, Ritchie prefirió desplegar su arsenal cinematográfico en torno a la narración, dejando las secuencias de alto voltaje en un segundo plano, lo que termina siendo un desperdicio, porque la película incurre obligadamente en estas últimas, por su género y por el guión. Pareciera que el director evitó a propósito explotar su experiencia y talento en la materia, soslayando los tiros, las piñas y las patadas. Por momentos es un placer ver The Man from UNCLE, porque a pesar de que cuenta una historia relativamente simple, lo hace muy bien. El problema se da cuando la línea argumental recae indefectiblemente en una escena de acción, que son bastantes, donde el trabajo de Ritchie se presenta curiosamente deslucido. El resultado final dependerá, en definitiva, de las expectativas del espectador. Para mi gusto, en este género hay que saber contar, pero también impactar. La película falla en lo segundo.
De zurda. Antoine Fuqua carga con una mochila pesada en su cinematografía: luego de su temprana obra maestra, Training Day, jamás ha podido repetir tan grato resultado. Lo ha intentado varias veces, con diversas variantes argumentales en las que siempre predomina la acción, y si bien nunca derrapó, hasta hace poco no había podido entregar una experiencia verdaderamente contundente. Southpaw revierte esa tendencia, para convertirse, probablemente, en la segunda mejor pieza de su filmografía. Fuqua cambia la fórmula y esta vez va por un drama, que si bien está lejos de ser original, es altamente efectivo. Hemos visto ya muchas veces la trama del boxeador que busca redimirse, pero quizás sea ésta otra prueba más de que una historia conocida bien contada paga la entrada. Southpaw es un drama al estilo del director, quien suele manejarse en un plano intermedio entre la realidad y la ficción. Con esto último quiero decir que la propuesta no es ni la primera Rocky, ni Rocky 4, sino que se mueve narrativamente entre lo verosímil y lo espectacular, con muy buenos resultados. Es una película cinematográficamente impecable, como todas las entregas del director, y magníficamente contada. Párrafo aparte merecen las actuaciones de Gyllenhaal y Whitaker. El primero vuelve a demostrar que no hay papel que le quede grande, sin importar el desafío del que se trate. El segundo, a esta altura de su carrera no tiene nada que demostrar, y siempre es un placer verlo en pantalla. Entre los dos logran buena química, y aunque tal vez la relación entre ambos no sea el tema preponderante de la película, se los disfruta en pantalla. Es para celebrar que un un director tan sólido en lo técnico vuelva a dar en el clavo después de mucho tiempo. Southpaw es un muy buen drama que entretiene y engancha de principio a fin. Su falta de originalidad es de sobra compensada con narración y fotografía. Después de todo, el cine es el arte de entretener, sin necesariamente tener que sorprender.
La obra maestra de Trapero. Pablo Trapero es, junto a Adrían Caetano, uno de los grandes revolucionarios del cine ríoplatense. Él ha sido un protagonista indiscutible de la evolución del arte dramático de nuestro país, contribuyendo a perfeccionar el modo en que se cuentan nuestras historias más sentidas en la pantalla grande, y El Clan es, para mí, su gran obra maestra a la fecha. Detrás de las mejores cámaras y de la mucho más refinada edición subyace el estilo cinematográfico que supo hacer célebre a Pablo Trapero, quien siempre demuestra que, con muchos o pocos recursos, lo que él sabe hacer es contar historias. El potencial del director ya no es una especulación sino una contundente realidad, y esta quizás sea la pieza de su cinematografía que mejor lo ejemplifica. El Clan es un escalofriante thriller basado en una historia real cuyo ritmo es poco menos que impecable. Y es que, haciendo alusión a lo mencionado anteriormente acerca de la escasez de presupuesto, Trapero ya no necesita apelar casi exclusivamente a la calidad actoral de sus dirigidos, sino que ahora puede invertir en imágenes y en su posterior edición como un modo alternativo de perfeccionar la experiencia. El resultado es soberbio. El Clan no sólo consta de sólida sustancia dramática, sino que también incorpora recursos narrativos variados que dinamizan la adaptación de un muy buen guión. Hay escenas brillantes y para todos los gustos; planos secuencia y planos fijos maravillosos, siempre acompañados por una edición de sonido prácticamente simbiótica. Y por supuesto están Francella y Lanzani, quienes han superado cualquier umbral de expectativas. Esto último es un mérito ya conocido de Trapero, quien suele arrancarle lo mejor a sus actores. No exagero cuando digo que El Clan es una de las mejores películas argentinas que vi en mi vida. Toma una historia real que supera a la ficción y la traduce visualmente con un talento poco usual en la industria. Es un orgullo del cine nacional, sin lugar a dudas.
La reinvención de lo imposible Sin lugar a dudas Misión Imposible es una de las sagas de acción más sólidas de la historia del cine, al punto que ya pareciera evidente que se ha convertido en una franquicia perpetua, al estilo 007, y que seguramente trascenderá a Tom Cruise en un futuro. Esta quinta entrega es, según mi parecer, la menos virtuosa de todas, y no por eso una mala película. Empecemos dando las malas noticias: la cámara rápida en las escenas de acción ha llegado a Misión Imposible. Planos efímeros y cambios súbitos de ángulo desdibujan las secuencias de combate cuerpo a cuerpo. Todavía no se sabe por qué ciertos directores quieren seguir apostando al caos fotográfico y evadir los planos explícitos, donde el espectador puede apreciar con claridad lo que sucede. Es sinceramente una pena que el cine de acción moderno se empecine en una técnica cinematográfica tan diametralmente opuesta a los estándares clásicos del séptimo arte. La otra crítica que voy a hacer con respecto a lo malo de la propuesta tiene que ver con el deslucido rol de Jeremy Renner, quien había sido introducido en el reparto en Protocolo Fantasma y en esta oportunidad pierde el protagonismo en contraposición con toda expectativa. Es verdaderamente un desperdicio que un actor con tanta personalidad pase la mitad del tiempo en pantalla hablando por teléfono… En todo lo demás, Rogue Nation cumple, comprometiéndose a brindar un buen entretenimiento. Hay muy buenas escenas, entre las cuales se destacan la del avión en la presentación y la acuática promediando el filme. Lo increíble quizás sea, después de cinco entregas, que Misión Imposible aún siga sorprendiendo por momentos con escenas creativas y magníficamente ejecutadas. Rogue Nation tal vez no esté a la altura de sus predecesoras, pero conserva el espíritu de la saga y entretiene de principio a fin. Quienes quieran otras dos horas de vértigo ininterrumpidos de la mano de Ethan Hunt, no quedarán defraudados.
La hormiga atómica. Ant-man es algo así como una regresión de Marvel al antiguo cine de superhéroes, dada su escasa profundidad argumental y su poca complejidad dramática, pero no por eso es una mala película. No es, claramente, de lo mejor que ha entregado la empresa de comics devenida en estudio de cine, pero aun así es una aventura divertida que puede disfrutarse en familia. Una trama superficial y personajes inverosímiles nos recuerdan lo que solía ser el cine del estilo: sólo divertimento. Ant-man es nada más y nada menos que eso. Nada menos, porque su enfoque por entretener es altamente efectivo, gracias a una gran dirección cinematográfica y a un guión que sabe incorporar el humor a la historia. Pero es una propuesta, al menos en lo argumental, más llana de lo acostumbrado en el universo Marvel, con protagonistas acartonados y atajos dramáticos poco convincentes. Es muy difícil tomarse en serio Ant-man, cuando creo que la gran revolución del cine de superhéroes ha venido por ese lado: la humanización de sus personajes. Aquí no existe eso, sino apenas una historia ridículamente simple en la que los protagonistas hacen buenos chistes y de vez en cuando le sacan chispas a la pantalla con escenas bien logradas. El hombre hormiga entretiene, pero no cautiva.