Hay algo más divertido que ver un ejército de ratoncitos blancos practicando el Kug-fu en defensa propia? Luego de aquel éxito The Nut Job (2014) llega el estreno de esta secuela llamada The Nut Job 2: Nutty by Nature en español Locos por las nueces 2 con la dirección de Cal Brunker y las voces de Maya Rudolph, Jackie Chan, Will Arnett, Katherine Heigl y Sebastian Maniscalco Surly y sus amigos están de parabienes, pasándola de diez, comiendo todo lo que quieran de la gran tienda de nueces con todo a su disposición. Ante un hecho fortuito (como dejar la llave de gas abierta y que explote literalmente el lugar) deberán regresar al parque para buscar (de forma digna) su alimento, como su especie animal lo indica. Sin embargo, el miserable alcalde de la ciudad tiene planes para ese espacio verde, que es instalar un gran parque de diversiones. Esto desencadenará una aventura épica para lograr que esto no suceda con nuestros amiguitos que tomaran las riendas junto a invalorables nuevos personajes. Muy entretenida para pasarla genial en familia junto con los más niños y con aseguradas sonrisas.
Precioso film israelí cargado de ingenuidad, ternura, fe y amor. El titulo original de Un novio para mi boda es Laavor et hakir (y en inglés se la puede encontrar como Through the Wall o The wedding plan) una comedia romántica dirigida por Rama Burshtein. Sin dudas que una peli de esta naturaleza debía estar dirigida por una mujer. Porque es un desborde de emoción y sensibilidad. Una historia sencilla tan cálidamente contada. Para conocer y descubrir un poco la religión ortodoxa judía. Y para esclarecer que el amor solo se consigue, se logra, con más amor. Mijal (o Michal) una joven de 30 y pico de años decide contratar todo para su boda (salón, templo, servicio de comida) en determinada importante próxima fecha. El detalle para nada menor es que ella se encuentra soltera (no existe “el novio” aun) si está en una especie de desesperada búsqueda. Esta situación la pone frente al ridículo constantemente, pero es tanto lo que cree en Dios que es a él (de alguna manera) a quien pone contra la pared para que aparezca ese novio. Tan tierna historia, tan bien todos los personajes (madre, familia, amigas, posibles novios/esposos) tan creíble y por sobre todo tan bien realizada. La cámara, el zoom, los planos, los detalles están siempre donde deben estar. Super recomendable, no te la arruino para nada si te digo que triunfa ampliamente el amor.
Decime tu nombre, a qué se dedican tus padres y luego sacá una hoja. Basada en hechos reales la historia nos sitúa en Bratislava (Checoslovaquia) en el año 1983. Al colegio se incorpora una recién llegada maestra de nombre Maria Drazdechova (excelente trabajo de la actriz Zuzana Mauréry) mostrando un costado mezquino, manipulador, corrupto desde el vamos por la forma de manejarse con sus alumnos. Esto hace que se realice con urgencia una reunión extraordinaria de padres y directivos de la institución para tratar el tema. La maestra tiene relación/vinculación directa con el partido comunista, y en esa reunión se decidirá si se la denuncia o piden el traslado de la docente. Ante el temor de algunos padres que se vieron afectados por el manejo inescrupuloso y las injustas malas notas a sus hijos. La dirección -y el guión- es de Jan Hrebejk logrando un interesantísimo film. Con una maravillosa puesta, gran manejo de la cámara y un elenco impecable. La maestra desnuda una cruda realidad, y cómo la mala educación de una miserable docente puede dar vuelta un hogar/familia. Y con un final que no sorprende, pero si deja un sabor amargo.
Cuando escuches esa canción… solo recuérdame. Mateo (Leonardo Sbaraglia) recién salido de la cárcel va en búsqueda de su antigua camioneta para luego ir tras su gallo “el rey” ganador de riñas. Él es un ladrón de gallinas, un buscavida. En su recorrido por la llanura pampeana se encontrará de forma casual con Aurelia y Carmelo (adorable trabajo de Cumelen Sanz y Santiago Saranite) dos hermanos que están tras los rastros de su padre abandónico. Deciden entonces ir los tres juntos hacia el sur. Todo sucede en ese recorrido. La historia es sencilla, encantadora, con pinturas fotográficas. Una propuesta atractiva por la forma que nosotros -los espectadores- nos subimos en ese viaje. Más que una película es como un bello poema. La forma de contarse, la música, esos rostros que hablan poco, pero lo dicen todo. Precioso primer trabajo, cargado de sensibilidad, de su directora Fernanda Ramondo.
El cine podría ser un cúmulo de cosas. Si lo equiparamos de una forma verbalmente sencilla llegaría a decir que es un viaje mágico, entonces Valerian y la ciudad de los mil planetas sería una de esas fantásticas travesías jamás vista e imaginada. Dentro de la filmografía de Luc Besson encontramos Azul profundo (Le Grand Bleu 1988), Nikita (1990), El Perfecto Asesino (Léon 1994), El quinto elemento (1997), entre tantas otras. De alguna manera fue de la mano de este genial director de cine (también guionista, escritor y productor francés) que terminé de descubrir el enorme valor de la ubicación de la cámara en el cuadro. El compromiso que se asume. Qué mostrar, qué no y por qué. Cómo llegar a conmover con esa arma que no dispara balas, pero desnuda una verdad. Y qué bien utilizada, arrebata hasta la emoción. Y me pregunto hasta dónde llega la mente o la capacidad del hombre para imaginar esos escenarios, esos personajes, y esta historia futurista… apasionante. Dos agentes especiales (Valerian y Laureline) designados a una misión en Alpha, como disparador que nos lleva a colonizar una galaxia llena de nuevas sensaciones. Deslumbrante largometraje que tiene todo, aventuras, ciencia ficción, romance. Son 137 minutos de duración que te vuelan literalmente la cabeza. Sin lugar a duda entra por el portal de las imperdibles. Animáte a este vuelo, te aseguro que no te vas a arrepentir.
Cuando mercado libre te salva las papas del fuego. Porque Mario (Mike Amigorena) no está atravesando su mejor momento, se gana la vida haciendo encuestas/degustación de alimentos. Se lo ve poco motivado y con la música, su gran amor, no logra despegar como para poder vivir de ella. Su mejor amigo, sonidista y representante “El Oso” (Iair Said) logra cerrar una serie de presentaciones que tiene publicado a través del conocido sitio de compraventas. Mario tiene un repertorio musical amplio, pero lo que le demanda el mercado al que está dirigido -despedidas de solteras, casamientos, cumpleaños- son covers que hace tributo a Sandro. Ese disparador hace que comience lo que podría llamarse una road movie. Cargan los equipos de sonido en el viejo Renault 18 familiar, pasan a buscar a Lucas (Román Almaraz) el hijo adolescente (Mario está separado y tiene una relación distante con su ex y con Lucas) y emprenden esta aventura rutera con destino final en Santa Teresita. La historia se desarrolla en ese contexto, donde vemos la poca afinidad entre ellos, en el medio los compromisos asumidos, el Oso que parece malísimo (por como trata al joven o por como se queda con plata de los shows que no le corresponde) y no lo es tanto. Por el otro la madre y su actual pareja en la desesperada búsqueda de Lucas, ya que no habían autorizado una salida de estas características, más una desopilante escena en el hospital -para mi gusto lo mejor de la peli-
Un libro entreverado y la difícil tarea de trasladarlo con éxito a la magia del cine. La película está dirigida por Nikolaj Arcel, con guión de Akiva Goldsman, Jeff Pinkner y Anders Thomas Jensen y Nikolaj Arcel, basada en las novelas de Stephen King. Soy de los que piensa que no todos los textos aplican de maravilla en el medio audiovisual, tal vez este sea uno de esos casos, será que a veces mucho menos es más (?) Jake Chambers (Tom Taylor) sufre temibles sueños/pesadillas que lo llevan casi impulsivamente a realizar diferentes dibujos donde trata de esclarecer lo que ve en su cabeza. Toda esa fantasía ira cobrando realidad, sin que su madre (y padrastro) lo entiendan, creyendo que está atravesando problemas psicológicos relacionados con la muerte de su padre. El bien y el mal se cruzan por diferentes portales que nos llevan de un planeta a otro. Por un lado, el Pistolero Roland Deschain (muy buen trabajo de Idris Elba) por el otro Walter Odim (perfecto Matthew McConaughey) el Hombre de Negro, un diablo con temibles poderes. Y esa torre que hay que destruir para que el mal entre definitivamente a la Tierra, provocando el apocalipsis. Al que necesitan es a Jake, su cerebro, su capacidad, para lograr esta atrocidad. Una mezcla interesante y extraña a la vez, cuando suceden terremotos o movimientos sísmicos y que están directamente relacionados con estos hechos. La torre oscura es entretenida, pretensiosa, visualmente impecable, se hace muy llevadera de ver, aunque tal vez la historia, por cómo está contada, no termine de convencer.
Un péndulo inestable sobre el bien y el mal. La cordillera desprende un halo cautivante y de misterio desde el inicio. La propuesta narrativa, las deslumbrantes imágenes, los planos, el montaje, los caminos de subida y bajada, la pureza de la nieve, el sonido marcando un tiempo, todo te va atrapando/transportando hacia otro lugar, hacia otro estado. Siempre uno hace concesiones como espectador para decidir -de forma inconsciente- si es creíble o no determinada situación, o la propuesta en líneas generales. En este caso se desarrolla con total verosimilitud la cinta. Acompañada con escenarios reales -desde la Casa Rosada hasta el impactante Hotel en los picos de las montañas. Con un elenco maravilloso y de lujo que va desde Ricardo Darin (Hernan Blanco, el presidente), Érica Rivas (Luisa, la secretaria personal), Gerardo Romano (Mariano Castex, el jefe de Gabinete), Dolores Fonzi (Marina, la hija del presidente), entre tantos otros. Cuando el cine está bien hecho tiene esa capacidad medio hipnótica, donde entramos cómodamente en ese viaje, en ese estado de sueño/realidad. Y no es un detalle menor en este largometraje, la hipnosis es más bien un detonante en determinado momento. Y si lo pienso más en lo macro, en los líderes políticos, encuentro que también tienen esa capacidad magnética. Donde muchos son los ciudadanos que aceptan y creen fervientemente en ellos, hasta fanatizarse y defender a ultranza. Poniéndose como en un velo imaginario, de irrealidad, y por sobre eso, perdiendo hasta la capacidad de intercambiar ideas, seguramente opuestas. Sin saber, casi con una mirada inocente, desconocemos que, para llegar a ese lugar, en ese camino sinuoso donde fueron acumulando poder, también fueron acumulando en su placard situaciones e historias que prefieren esconder u olvidar. Nadie llega con las manos limpias a la cumbre. Bajo la impecable dirección de Santiago Mitre llega este jueves el estreno de esta atrevida película llamada La cordillera.
Una comedia que trata la problemática del fanatismo, en este caso por el fútbol. Como disparador tiene enganche. Un conflicto divisor, que un día pone contra la pared a Mario cuando su esposa Verónica le advierte: “el fútbol o yo”. La peli está bien arriba -lo que refiere a las actuaciones- y si bien en un principio me incomodó, luego con el correr de la cinta me pareció que fue muy acertada la apuesta. Era necesario para contar esta historia de encuentros y desencuentros subir uno o varios tonos. Una comedia que esta prolijamente dirigida y contada en base a un libro bien trabajado. Con maravillosa fotografía y planos logrados de altísima calidad. Todos tiene su momento de brillo. Decir que adoro esa mezcla de desenfado, de todo me importa un bledo, de Alfredo Casero seria poco. En este caso ese amigo que aparece para ayudar. Julieta Diaz la esposa, conmovedor rol donde solo podemos comprenderla. Esos amigos tan fanáticos, Federico D’Elía y Peto Menahem, que se llevan las partes más graciosas, Mario Moscoso el adorable coordinador de grupo de autoayuda, Rafael Spregelburd el particular vecino con esa presencia que lo destaca, Marcelo D’Andrea y ese jefe que le sale bien desde adentro de las entrañas. Impecables. Y seguramente me faltan varios por nombrar. Tal vez los años, tal vez las tablas de teatro, tal vez la complicidad lograda con la cámara, tal vez un conjunto de situaciones vividas en su vida personal, tal vez las sumas de todo esto logran de Adrian Suar su mejor actuación. Totalmente creíble, mostrando un todo. Desde la postura, los gestos, el color de la voz, la mirada. Apareció el mejor chueco, para mi gusto, sin ninguna duda.
Un mundo de emociones. Si faltaba algo era una película que toque la problemática de un emoji (ciclotímico?). Nuestro protagonista llamado Gene -hijo de dos emojis Meh- que en su “naturaleza” siempre debería estar casi triste/deprimido/aburrido casi nada… sufre un complicado trastorno que le impide mostrarse como debería y es capaz de hacer múltiples expresiones. Ellos viven en Textopolis una ciudad donde están todos y esperan por ser elegidos para mostrar su “mejor” cara. Todo esto ocurre dentro de un celular de un jovencito llamado Alex. El problema ocurre cuando llega el turno de Gene y es elegido, ubicándose en una especie de ciber cápsulas para ser escaneados y enviar en ese instante el estado, y el resultado fue este: