La comedia es un género binario; lo relevante no es si se usan vulgaridades o sutilezas, lo que cuenta es si poster la fiesta de las salchichasgenera risas. La Fiesta de las Salchichas, aunque es una propuesta narrativamente decente, se propone en todo momento borronear la línea que separa ambos límites de la comedia. A tal punto que ese borrón tiene más prioridad que la historia que están contando. En un supermercado donde todos los alimentos son antropomorfos, Frank, una salchicha parte de un paquete, y Brenda, un pan para panchos, no ven la hora de ir al “gran más allá”, o sea al mundo fuera del supermercado que le espera a todos los alimentos elegidos por los seres humanos a quienes ven como dioses. Pero todo cambiaráa cuando -a causa de un accidente- Frank descubra lo que en realidad le espera a los alimentos cuando llegan a los hogares humanos. El guion de La Fiesta de las Salchichas es uno, en apariencia, bien armado. ¿Hay un conflicto claro que redobla la apuesta narrativa con cada obstáculo? Sí ¿Hay un correcto desarrollo de personaje? Sí ¿Hace un planteamiento temático que vale la pena? Sí, se anima a hablar de temas como la religión y la vida después de la muerte. Pero la pregunta fundamental acá es ¿Consigue su objetivo de hacer reír? Sí, pero depende de qué tipo de humor le puede gustar al espectador, porque desde lo personal es una de esos films que parten aguas. Es una película que apunta al humor gráfico, de doble sentido y políticamente incorrecto en todo momento. Haciendo a un lado todo esto, debo decir que la única contra narrativa que le encuentro a un guion de otro modo prolijo, es una resolución que parece tirada de los pelos y elige evitar la premisa temática que supo exponer con tanta inteligencia. En el costado técnico, la animación está muy lograda con una dirección de arte que sabe utilizar ingeniosamente los colores. También cuenta con buenos momentos musicales. Por el costado actoral, ya que tuve la suerte de ver la versión subtitulada, se destacan las labores de Seth Rogen, Michael Cera, Kristen Wiig, Edward Norton y una desopilante Salma Hayek como una tortilla de Taco lesbiana que busca ganarse al personaje de Wiig. Conclusión: Personalmente, La Fiesta de las Salchichas es una película que no me sacó ni una risa, aunque no me cuesta mucho trabajo ver que pueda hacerlo con alguien más. Es un guion con una propuesta inteligente, pero que pisa fuerte el acelerador en materia de humor irreverente a tal punto que deja de serle funcional a la historia, para ser la irreverencia por la irreverencia misma. Lo concreto es que estamos hablando de una cinta que no es para todo el mundo: requiere de una mente muy abierta no tanto para apreciar su humor, sino para saber poner la inteligencia de sus temas en su justo lugar. Suba bajo su propio riesgo.
La premisa de un contador con una puntería tan afilada como su habilidad para manejar los libros contables puede resultar atractiva para el espectador, del modo que solo puede proponerlo una película del género de acción. Por el reparto que el director Gavin O’Connor supo reunir El Contador es una de esas películas que apuesta fuerte a la multidimensionalidad de sus personajes, pero ¿será una de esas apuestas que termina en ganancia? Cuenta conmigo… los mafiosos que baja Ben Christian Wolff es un genio matemático que padece una variación del Síndrome de Asperger, razón por la cual seposter el contador lleva mejor con los números que con la gente. Se gana la vida como contador, pero esa profesión es de hecho una fachada para una labor mucho más turbia que realiza para figuras del crimen organizado. Sus talentos lo llevan a una firma de robótica, con la misión de descubrir cuál de sus miembros estuvo malversando fondos. En el desempeño de dicha labor, se volverá él mismo un blanco de la compañía (junto con una contadora de la misma) al descubrir un secreto mucho más turbio. En materia guion, la película tiene un brillante desarrollo de personajes, cada uno con sus tics, su pasado y su agenda, pero que son revelados de manera orgánica en el recorrido de la trama. A nivel estructural la película parece ser tan ordenada como las obsesiones de su protagonista, pero pasada la mitad, casi a las puertas del tercer acto, se desinfla y termina frustrando lo que podría haber sido una película redonda. Cabe aclarar que la cinta cuenta con sendas escenas de acción y de pelea cuidadosamente coreografiadas. En materia actoral, tenemos una fuerte labor interpretativa de Ben Affleck, que cautiva desde la primera vez que se lo ve en pantalla; inmerso, detallista y a la altura del enorme desafio que implica interpretar a alguien con la condición de su personaje. Podemos, valga la redundancia, contar a El Contador como parte del renacimiento de su solidez actoral. Affleck está muy bien acompañado por las labores de Anna Kendrick como el cuasi interés romántico de su personaje; J.K. Simmons como un implacable agente federal; y sobre todo por el cada vez más ascendente Jon Bernthal como el sádico e irónico antagonista de turno. Por el costado técnico, la película cuenta con un sobrio trabajo en claves frías de fotografía y cámara con cuidadas composiciones de cuadro, las cuales se hermanan perfectamente con una dirección de arte que refleja la meticulosidad obsesiva del mundo en donde vive el personaje de Affleck. Estos detalles encuentran la cima de su eficiencia narrativa con su prolijo montaje. Conclusión: El Contador, si bien promete la acción que dejan ver sus avances, es un ejercicio de actuación y desarrollo de personajes que le puede gustar al espectador. Si bien camino a su resolución puede desinflarse un poco, es una de esas propuestas para las cuales si se cuenta con el tiempo y el dinero tal vez le quieran dar una chance.
Una historia que va al punto pero que también tiene sus divagues. En la China hay una tradición que dice que en el momento de morir las parejas deben ser enterradas juntas. Dicha tradición es el punto de partida de Una Novia de Shanghai, una película breve y al punto pero con unos divagues que le juegan en contra. Con la caja a todos lados: En la ciudad de Shanghai, dos estafadores de poca monta se hospedan en un hotel tras su último golpe. Al entrar en la habitación descubren que hay pertenencias de alguien que todavía vive ahí. Las mismas resultan pertenecer a un caballero que falleció recientemente, y cuyo espíritu le pide a los dos protagonistas que exhumen el cadáver de la mujer que ama y se lo lleve al puerto para poderse reunir con ella en el mas allá. Una Novia de Shanghai posee un guion con un objetivo y estructura argumental claros. Por desgracia su desarrollo está lleno de divagues, incoherencias y escenas de relleno que no suman absolutamente nada al desarrollo de la trama o al desarrollo de los personajes (el cual, dicho sea de paso, brilla por su ausencia), y terminan por ralentizar el ritmo de la película. Por el costado técnico no hay mucho que criticar, pero tampoco mucho para admirar. Lo mismo aplica al apartado actoral; es difícil destacar con un guion que no ofrece muchas oportunidades de lucimiento interpretativo más allá de algún monologo de índole filosófica o alguna que otra endeble humorada. Conclusión: Una Novia de Shanghai contaba con una buena premisa, un buen conflicto y los personajes justos para hacer una película interesante. Si bien son utilizados en un sentido clásico y entendible, no los utiliza en todo su potencial; en cambio, elige operar mediante divagues y rellenos innecesarios que a la postre contribuyen que la película se vuelva olvidable.
Un relato que oscila entre la burocracia y la jerga técnica. “El hombre es el lobo del hombre”. Esta es una moraleja tan vieja como el tiempo mismo. No han sido pocas las veces que hemos visto, al menos en el cine, a corporativos dispuestos a sacrificar vidas inocentes por ahorrar o ganarse unos cuantos millones de dólares. La denuncia nunca va a cansar, y de hecho es necesaria, pero si te vas a alejar del camino más transitado para hablar de algo así, que suele ser habitualmente un documental, y te vas a animar con una dramatización, necesitás jugar de acuerdo a sus reglas. Unas reglas que a mi parecer Horizonte Profundo no sigue, y no estamos hablando de ese quiebre en lo establecido que destaca a largo plazo. Pozos de ambición: horizonte-profundoBasada en hechos reales, Horizonte Profundo cuenta la historia de una planta petrolífera que estalló en 2010, la lucha contra la irresponsabilidad corporativa, quienes contribuyeron a que dicho incidente se produzca y la encarnizada lucha por sobrevivir cuando la tragedia finalmente ocurre. La trama de Horizonte Profundo está dividida claramente en dos mitades. La primera sobre el maremágnum burocrático con el que se deben enfrentar los protagonistas cuando descubren la falla, y la segunda es la explosión en sí misma. Todo lo que es la explosión esta tratado en la clave tradicional de una película de cine catástrofe. Es decir, te sobresaltás cuando ves que una grúa o un enorme pedazo de metal se lleva puesto a alguno de los pobres inocentes, y si bien las escenas de riesgo están bien trabajadas, no sentís nada por los personajes. Es como si hubieran puesto más empeño en mostrar los hechos que desarrollar a los personajes. Este tipo de cine existe y se llama docuficción, pero cuando la misma se molesta en mostrar la vida de familia de los personajes e introducir sus idiosincrasias personales en el primer acto, es porque apuntás a buscar una reacción y una conexión desde un costado humano, que lamentablemente no se consigue, sino que se establece y luego se abandona en favor del plato fuerte que es el de ilustrar la catástrofe. Es una película que busca mostrar como la codicia e indiferencia corporativa termina costando vidas. El mensaje llega, pero el cómo es donde yo me animo a discrepar y decir que un documental hubiera sido más conveniente que una película de ficción. En el rubro actoral tenemos labores decentes de Mark Wahlberg, John Malkovich y Kate Hudson (esta última casi de adorno), pero quien en realidad destaca a nivel interpretativo es Kurt Russell como el jefe de Wahlberg. A nivel técnico tenemos una fotografía decente, con una cámara en mano casi documental y un montaje que se sabe adaptar a las necesidades dramáticas de la historia, pero no mucho más. Eso sí, cabe decir que cuando la película abarca el tema de la explosión, hace gala de un trabajo notable de efectos visuales y efectos de sonido. Conclusión: Si bien Horizonte Profundo cumple con comunicar su mensaje de los peligros de la implacable codicia corporativa, y sus escenas de acción están bastante logradas, el componente humano al que seguramente apuntaron desde un principio es insuficiente y no logra una verdadera conexión y una verdadera preocupación en el espectador. Un documental hubiera ayudado mucho más a su denuncia, pero no tendría la convocatoria que seguramente implica el tener este reparto.
Un guion y actuaciones excepcionales al servicio de una historia que elige sabiamente no idealizar la locura. La sanidad mental ha sido tema de muchas películas, y aunque tiene un potencial de comedia garantizado, se debe velar por cierto nivel de verosímil para evitar ciertos idealismos que no tienen nada que ver con la realidad. Con esto en mente, Loca Alegría es un díptico dramático-cómico que triunfa ampliamente en ambos frentes. Balada para dos locas: PrintBeatrice, una mujer de la alta sociedad, es una de las muchas pacientes en una residencia psiquiátrica. Ella tiene delirios de grandeza y le gusta creer que está vinculada con gente del jet-set. Un día, llega a la residencia Donatella, una joven con un oscuro pasado. A la larga, terminan trabando amistad, y durante un viaje supervisado por la residencia, aprovechan para escaparse e ir en busca del hijo que le ha sido quitado a Donatella, mientras Beatrice busca hacer lo propio con su amante. Loca Alegría es un guion sólido por donde se lo mire. Una estructura narrativamente perfecta, personajes tan desarrollados como multidimensionales y un ritmo orgánico de admirable fluidez. A medida que progresa la trama, conocemos más y más del pasado de las protagonistas, pero no es información que se mete con calzador, sino una información cuya aparición es justificada e inherente a la acción que transcurre en el presente. Cuando termina la película te queda la sensación de haber conocido a fondo a estos dos personajes, y de haber experimentado el viaje con ellas, a pesar de que te preocupe lo delirantes que están. Si hay algo que tengo que destacar de Loca Alegría es que se trata de una película que no idealiza la locura. Durante los títulos finales, antes de que aparezca el nombre de un solo actor o técnico, sale una larga lista de los miles de asesores médicos, psicológicos y psiquiátricos que ayudaron en la película. Esa asesoría se nota desde la primera hasta la última escena. Es una historia que tiene esos momentos de locura que te sacan una risa, pero también tiene esos momentos fuertes que te preocupan por lo mal que se encuentran estas dos mujeres. Por el costado actoral, Valeria Bruni Tedeschi y Micaela Ramazzotti entregan dos interpretaciones de puro lujo; brillan tanto juntas como separadas. Entre las dos existe una química innegable con la que el espectador se hace cómplice de inmediato. El nivel de expresividad que tienen en sus rostros, las cosas que pueden decir con tan solo una mirada o un gesto y la enorme naturalidad que le saben insuflar a sus personajes dota a la historia de una intensa humanidad. El guion es solo una intención y si llega a tan buen puerto es gracias a estas dos poderosas labores interpretativas. El apartado técnico es uno que elige no interponerse en la labor interpretativa. Las puestas de cámara son tan meditadas como el montaje utilizado. El director Paolo Virzi no dejó nada al azar, ni siquiera en la banda de sonido, que cobra una importancia emocional enorme para las protagonistas en determinadas escenas. Conclusión: A fuerza de un guion y una labor interpretativa sobresaliente, Loca Alegría es un caldero de emociones. Un coctel de risas y llantos que tiene los pies en la tierra pero no se corta las alas. Narrativa de primerísimo nivel. Altamente recomendable.
Dinámica y entretenida, pero con baches difíciles de ignorar. Sostener una película de acción para su consumo cinematográfico es una tarea cada vez más titánica. Dichas historias dependen más y más de personajes bien construidos y multidimensionales en vez del “puedelotodo” especialista en armas, artes marciales, conductor experimentado, etc. Cosa que nos gusta, pero no es precisamente la única. Si bien a películas como esta no hay que exigirles demasiado, debe decirse que El Especialista: Resurrección es una propuesta que se toma demasiado en serio su premisa de dejar el cerebro antes de entrar a la sala. Experto en pinchazos: el-especialista-resurreccion-1Arthur Bishop es un asesino profesional que se distingue por hacer pasar a todos sus trabajos por “accidentes”. Pero durante los últimos años se alejó de este oficio y fingió su muerte para poder empezar una nueva vida. Lamentablemente, un traficante de armas descubrió su pequeña charada y lo coacciona para que lo ayude a eliminar a sus tres principales competidores. ¿Qué ocurrirá si no lo hace? Una nueva mujer que acaba de entrar a su vida morirá y la información de su paradero será vendida al mejor postor. Arthur deberá deshacerse de los tres objetivos, buscando la manera en el proceso de salvar a la chica en cuestión. A un guión como el de El Especialista: Resurrección no se le debe pedir mucho. Por predecible que sea, cumple su propósito de entretener vía escenas de acción en apariencia demenciales que uno sabe el protagonista va a superar. No obstante, lo que no me cierra de este guión son inverosimilitudes que no tienen cabida siquiera en el género. Les tiro dos ejemplos: La muchacha protagonista es una ex-soldado y sin embargo es dominada físicamente por los esbirros del villano como si fuera una damisela en apuros estándar. ¿Dónde cazzo está su entrenamiento militar?. El otro ejemplo, involucrando también a esta damisela, tiene que ver con su verdadera naturaleza como secuaz a la fuerza del villano. Antes de que me tiren tomates, aviso que esto se revela en los primeros minutos de película, y es una información que no se vuelve a utilizar o recordar nunca más. El guion quiso hacerse el fino evitando el cliché de la mujer que en realidad trabaja para el villano. Perfecto, se evitó, pero dicha evasión la tenés que trabajar a favor tuyo o mostrar una consecuencia de esa acción. Con sólo evitar el cliché no hacés nada. En materia técnica la película está bien filmada y bien editada; rápida y dinámica como uno puede imaginarse. Naturalmente el pico más logrado son las escenas de pelea y de tiroteos entre los personajes. Por el costado actoral, Jason Statham entrega una interpretación no muy distinta de la que ofrece en sus trabajos más destacados. Es una labor decente, a la altura del desafío, pero no mucho más. Jessica Alba también entrega un trabajo bastante apropiado, y tampoco es que haya mucho para analizar con el personaje chato que el guion le otorgó. Conclusión: El Especialista: Resurrección es un título de acción que se limita a ser un buen entretenimiento y nada más. Pero sus baches de verosímil, aunque pocos, son demasiado groseros para ser ignorados. Suba bajo su propio riesgo.
Un prolijo ejercicio dramático sobre un tema que no pierde vigencia. El mandato paterno es una sombra, un desafío, un obstáculo que debemos sortear en orden de crear nuestra propia identidad, de poder ser, final y verdaderamente, nosotros mismos. Ese debate entre tradición e individualidad, universal y tan viejo como el tiempo mismo, es el marco dramático en el que se mueve el film Israelí Querido Papá, que llega a nuestras salas habiendo tenido la distinción de ser la representante de su país para el Oscar a Mejor Película Extranjera (pero sin haber logrado la nominación) y habiéndose presentado en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Rebelión en la Granja: querido papaItzhak maneja una granja de pavos. Dicha empresa es el negocio familiar; él lo recibió de su padre, y planea pasarle el mando algún día a su hijo, Moti. Las complicaciones surgen cuando Moti, sin deseo alguno de estar involucrado en dicho negocio, desarrolla una pasión y una gran habilidad para diseñar kartings. Una situación que Itzhak buscará corregir por todos los medios posibles pero no le resultará fácil. El guion de Querido Papá es uno prolijo y eficiente. No se molesta en inventar la pólvora, sino que trata de utilizarla para contar una historia lo mejor que puede. La película goza de momentos bien armados en donde se desarrollan los personajes y sus actitudes, así como sendos momentos de tensión y conflicto entre el padre y el hijo. Incluso temáticamente es un guion prolijo, ya que introduce, siempre que puede, el tema de quererse separar de la tradición para ser uno mismo, mostrando las dos caras de la moneda: quien siguió el mandato paterno “como corresponde” pero quedo desprovisto de una identidad propia y quien lo desafió, fue rechazado, pero cuenta con la enorme seguridad que solo se halla habiendo encontrado su propio ser. La labor técnica de Querido Papá no es una muy estilizada, sino que está al servicio de lo interpretativo. Las escenas o tienen muy pocos cortes entre plano y plano, o se desarrollan todas en un gran plano maestro. Naturalmente, la fotografía aprovecha ciertos preciosismos como algunos planos de los paisajes de Israel. Pero por fuera de eso, se limita exclusivamente a acentuar la tensión y el drama del conflicto que deben sobrellevar los personajes. En materia interpretativa, los actores que encarnan tanto al padre como al hijo dan labores verosímiles y funcionales a la historia. No son esos trabajos que te parten al borde del llanto, pero cumplen con la función de comunicar apropiadamente el conflicto y el subtexto de la historia. Conclusión: Valido de un guion prolijo en todos sus apartados, y sostenido por una labor visual e interpretativa decentes y sin muchas pretensiones, Querido Papá es una narración que cumple su objetivo en lo mínimo indispensable. No es una de esas películas que van a quedar en tu memoria, pero si te va a quedar el sabor de boca de haber visto, por lo menos, una historia bien contada, cosa que no abunda hoy en día.
Un guión desigual, pero con una factura técnica impecable y una potente labor de su intérprete principal. No soy lo que se dice un conocedor o siquiera alguien que sepa apreciar la cumbia, pero la historia de Gilda es una que no pasa desapercibida en la Argentina de los últimos 20 años, trascendiendo incluso los límites de la música, cuando algunos fanáticos, por diversos motivos, le atribuyeron fama de santa. El hecho concreto es que nuestro cine, tarde o temprano, no iba a querer quedarse afuera de esto, y de esa forma hoy nos llega Gilda, No me Arrepiento de este Amor. Todo eso fuiste… Gilda no me arrepiento de este amorMiriam, una maestra jardinera deseosa de llegar a más y con notorias aspiraciones musicales, pasa una prueba de canto para formar parte de una banda de cumbia. A partir de acá veremos los diversos obstáculos que debe superar para convertirse en Gilda: las presiones del crimen organizado, el rechazo de los sellos discográficos, los celos de su marido y los problemas con sus hijos. Gilda, No me Arrepiento de este Amor es un espectáculo visual y sonoro a todo trapo. Lorena Muñoz es una directora con un firme dominio del lenguaje audiovisual, y utiliza todo el arsenal del mismo a su máximo potencial. No hay un solo apartado descuidado: La fotografía concede una atmósfera tan turbia como celestial, la dirección de arte y el vestuario tienen una enorme riqueza de detalle, el montaje es utilizado en su plenitud como la herramienta de manipulación de ritmo y tiempo que es, y el uso del sonido (más indispensable que nunca por tratarse del biopic de una cantante) es tan potente como lo es conmovedor. En materia actoral, me saco el sombrero ante Natalia Oreiro. Ella nació para ser Gilda en la gran pantalla. Aunque naturalmente domina con una presencia demoledora a la Gilda cantante, lo que me hace extenderle este elogio es que no haya descuidado los aspectos más íntimos del personaje. Este no es un personaje más para Oreiro; su dedicación y preparación se perciben en cada fotograma que la película le otorga. Pero una película es un todo; no es sólo sus actuaciones, no es sólo su factura técnica, es también su guión, y es precisamente este un aspecto flojo en una cinta que de otro modo sería impecable. Explayémonos: Si hay algo que no le falta al guion de la película es conflicto; una gran mayoría de las escenas siempre lidian con alguno en mayor o en menor medida. Pero ¿por qué a pesar de cumplir con esta esencial virtud narrativa, siento que el guion de esta película no me termina de convencer?. Después de pensar el prospecto en mi cabeza, he llegado a la conclusión de que el guión no me convence por cómo trata y distribuye las subtramas. La película se reparte entre tres líneas argumentales: el ascenso de la protagonista en el mundo de la música, su vida personal y su niñez con su padre. La película desarrolla fluidamente y con lujo de detalle la primera línea argumental, pero en vez de trabajar adecuadamente las otras dos líneas, las tiene de relleno, de rueda de auxilio, cuando deberían ser líneas narrativas con autonomía, que refuerzan y corren paralelas a la principal. A esto se suma el que las intenciones de los personajes secundarios no quedan claramente establecidas: de la nada el marido es un celoso, de la nada el manager tiene sentimientos por la protagonista, de la nada tuvo una madre que nunca estuvo. Los personajes están, pero las relaciones en estas líneas no se desarrollan o evolucionan; ni como una estructura en sí, ni como complementarias a la trama principal. Por lo tanto, la inserción de estas escenas se sienten forzadas y el sentimiento, ese ingrediente conmovedor al que querían llegar, no llega nunca. Un guion para ser sólido necesita tener todos sus elementos en orden, y aunque la película tiene el enorme acierto de jamás embellecer o romantizar el universo de la protagonista, son estos tropiezos los que me impiden alabarla como un drama impecable. Conclusión: A pesar de contar con un guión desigual, Gilda, No me Arrepiento de este Amor hace gala de una impecable factura técnica y una labor interpretativa prácticamente intachable de su protagonista. Si te interesa ver como Natalia Oreiro canaliza con esfuerzo, habilidad y fortaleza de presencia al personaje, le vas a querer dar una oportunidad. Ahora, como un relato por sí mismo, como un todo, me veo impedido de extenderle la misma recomendación.
Un Woody Allen pasable pero no exento de baches. Otro año pasa y otro año que nos llega lo nuevo de Woody Allen. Con el Jazz, Nueva York, Hollywood y una historia de amor delante de todo, llegó a las salas Café Society. Con el agregado de que se trata del primer film del legendario director rodado íntegramente en digital. Cuadrángulo Hollywoodense: Corren los años 30 y Bobby Dorfman viaja de Nueva York a Hollywood porque desea formar parte del mundo del cine, y cree que su Tío Phil, un agente que representa a sendas estrellas de Hollywood, puede ayudarlo a conseguir esa meta, pero las cosas se complicarán cuando se enamore de Vonnie, la secretaria de Phil, pues Bobby no sabe que ella resulta ser también su amante. El guion esta moderadamente bien estructurado, con algunas escenas de comedia bien logradas (en particular la del encuentro del protagonista con una prostituta debutante), y se vale de algunos tics de guion interesantes tales como la utilización de recursos visuales para accionar los giros de la trama, asi como de administrar sabiamente la información que saben los personajes y la que sólo sabe el espectador. Pero, como un todo, debe decirse que tiene un problema de desarrollo que llama la atención: a mitad de película, se abandona súbitamente el conflicto principal, no se lo toca durante 20 o 30 minutos, y la narración se lo saca de la galera en el tercer acto para cerrar una historia cuyo rumbo se perdió. Lo ocurrido en esos 20 o 30 minutos si bien contribuyen al crecimiento del personaje, contribuyen muy escasamente al conflicto esencial de la película como un todo. En materia técnica, Allen sale más que airoso de su primer desafío digital, ya que la fotografía de Vittorio Storaro es magistral por su uso de los colores y los chiaroscuros que son una marca registrada de su estilo desde Apocalypse Now. Es más, su estilo es mucho más apreciable cuando se pone al servicio de un estilo de rodaje que no depende de tantas puestas de cámara como es el de Woody Allen. Aparte cabe aclarar que todo esto es complementado por una dirección de arte que refleja con un gran nivel de detalle (en textura, color y diseño) el Hollywood y el Nueva York de los años 30 y 40s En lo que a las actuaciones refiere, Jesse Eisenberg es modesto, pero se esfuerza demasiado en parecerse a Allen. Kristen Stewart, aun en las manos de un director ganador del Oscar, sigue siendo Poker Face. Steve Carell y Corey Stoll los únicos destacables, y de paso cañazo pregunto ¿Alguien más se avivó que quien hace de la mujer de Carell es Sheryl Lee (Laura Palmer de Twin Peaks)? Conclusión: Aunque dueña de una riqueza visual incuestionable, Café Society termina siendo una película apenas pasable, gracias a un guion que abandona su conflicto a mitad de camino y un ensamble actoral donde no todos destacan. Sólo para los incondicionales que siguen año a año la filmografía de Woody Allen.
desopilante historia de una familia peculiar. Habitualmente cuando ves una película en un festival, contemplás y te quedas pensando con las historias que miras. Pero muy pocas veces uno se cruza con una película que consigue todo eso y aparte resulta ser entretenida. Primavera es eso: una experiencia entretenida sobre las cómicas vicisitudes de una familia poco habitual. Secretos de Familia. Primavera es contada desde el punto de vista de Leopoldo, un chico de 11 años que fue criado en el seno de una familia de artistas (su padre es un autor y director teatral), la cual entre el 21 de Septiembre y el día de Navidad experimenta una serie de enredos tales como el inminente matrimonio igualitario entre su padre y su compañero, el ensayo de una obra de teatro con una actriz difícil, la verdad sobre la figura paterna de su hermanito por nacer y, finalmente, una naciente historia de amor entre él y una chica que conoce en una clase de poesía. El guión de la película goza de sendas situaciones cómicas, cuyo desarrollo y remate consiguen tener al espectador pendiente de lo que va a ocurrir y como va a terminar la historia; no obstante, cabe aclarar que si llega a tan buen puerto narrativo es por obra y gracia de una galería de personajes deliciosamente delineados e incluso queribles. El aspecto técnico de la historia no se queda atrás. La imagen de Primavera está compuesta de sendos planos secuencia realizados en Steadicam con una precisión, una exquisitez coreográfica, y una riqueza de composición de cuadro que es digna de estudio. Pero lo más sorprendente de todo es que no se nota; un truco de magia sutil que vale la pena aprender. Sobra decir que la película descansa en los hombros de los actores, y todos en el reparto estelar de Primavera destacan sin importar la longitud de tiempo que tengan en pantalla. Eso sí, de todo el reparto destaco en particular a Catarina Spinetta, como la madre próxima a parir de esta familia; una interpretación caricaturesca y enternecedora que hace acordar a las capocómicas de antaño. Conclusión. A pulso de una puesta en escena impecable y un desarrollo de personajes atento y detallado, Santiago Giralt trae como resultado una comedia tremendamente entretenida. Pocas veces se van a reír tanto en una sala de cine.