Un sentido homenaje aunque denso en su desarrollo. Por simples cuestiones de sentido común, si te interesa el prospecto de ver Al Cine con Amor es porque tenés al menos una vaga idea de quién fue Roger Ebert, sabes del rol trascendental que le termino dando a la crítica cinematográfica y de su no menos trascendental dupla con Gene Siskel que dio vida a un ciclo televisivo, cuyos clips en You Tube promedian los 100.000 visionados cada uno. Pero, incluso a pesar de su target indefectiblemente cinéfilo, ¿Cuan meritoria es como narración esta semblanza al crítico que puso de moda la expresión: “Dos pulgares arriba”? La vida de Roger roger2Al Cine con Amor narra la vida de Roger Ebert tomando como punto de partida el último año de vida que le quedaba al crítico por un tumor que lo despojó de su mandíbula, y por ende de su capacidad de hablar, comer, etc. La película hace un recorrido por su educación, sus problemas con el alcoholismo, la historia de amor con su mujer, la relación de amor-odio que tenia con su adorado compinche Gene Siskel, y por supuesto la enfermedad que lo aquejó hasta sus últimos días. Al Cine con Amor es un relato denso que tiene menos referencias a películas de las que se pensaba; es simplemente la vida y la obra de un tipo que a fuerza de inteligencia y actitud logró hacerse de un lugar de privilegio en el mundo de la cultura. A pesar de su densidad, es un retrato sentido, con mucho corazón y posee esa ironía con la cual muchos nos quisiéramos enfrentar a nuestros últimos días. Es también un título valiente, porque del mismo modo que se anima a mostrar sus mejores momentos (así como aquellos de índole más dolorosa), muestra también (y con la misma apertura) el lado oscuro que tuvo Ebert. Las biografías de hoy en día, tienen tanta manipulación de la familia para “santificar” a sus seres queridos que al final los deshumanizan, cuando precisamente la idea de una película biográfica es ver al ser humano detrás de la leyenda, con sus luces y sus sombras. Por eso es de destacar que Al Cine con Amor pone toda la carne al asador en ese apartado. Podrá ser cansadora, poco fluida y solo para entendidos, pero posee una honestidad incuestionable. Conclusión A pesar de ser honesta, con corazón y mucho sentimiento, Al Cine con Amor no está lo suficientemente armada como para que apele a cualquier clase de público, y como disfrute para los exclusivamente cinéfilos, cumple con solo lo justo y necesario, amen de carecer seriamente de ritmo. Si quieren ver a Ebert haciendo lo que sabía hacer mejor, vean cualquiera de sus reportajes o críticas en You Tube o lean sus notas en su página oficial.
Un sólido film nacional con un guión rigurosamente armado. Para que una película nacional pueda destacar hoy por hoy tiene que tener muchos méritos para llamar la atención del espectador: Un reparto de estrellas, valores de producción estéticamente impecables, y por encima de todo un guion sólido por los cuatro costados. Sobra decir que pocas, muy pocas, películas nacionales pueden acceder a estos méritos y todavía son menos las que a pesar de carecer de estos recursos se las ingenian para poner sobre la mesa una narración sólida. Para su consideración, una película nacional que si bien no hará mella en la historia, los méritos de su producto final son suficientes para ganarse la chance de pelear en ese cada vez mas inaccesible ring que es la taquilla nacional. Disciplina narrativa de alto nivel El Patrón cuenta la historia de Hermógenes SaldÍvar (Joaquín Furriel), un carnicero analfabeto, que es arrestado por el asesinato de su jefe, Don Latuada (Luis Ziembrowski). A partir de ahí la historia alterna entre el caso judicial que investiga su abogado (Guillermo Pfening) y se retrotrae a los eventos que llevaron al crimen. Adaptación de un caso real ocurrido hace 30 años, el guión de El Patrón es de un enorme rigor investigativo. Un rigor deuda obviamente de la trayectoria de su realizador como director de documentales. El verosímil que expone esta historia es verdaderamente admirable, ya que no sólo nos adentra en todo detalle en el detrás de escena del oficio de carnicero, sino que expone todas y cada una de los trucos de las que se valen los menos escrupulosos (no metámos a todos los carniceros en la misma bolsa) para vender una mercadería que no sobreviviría un análisis bromatológico. Me alegra enormemente decir que ese mismo rigor que Sebastián Schindel y sus guionistas aplicaron a la verosimilitud de ese universo, también fue aplicado al desarrollo de los personajes que lo integran, y aún más importante, a los vínculos que poseen entre sí, consiguiendo de este modo despertar la empatía del espectador. Suficiente buena factura El Patrón posee una correcta fotografía que complementa a una dirección de arte calculada hasta el más mínimo detalle, un desempeño en este rubro que no es común en el cine nacional. Pero esta película hace sus mayores méritos en el apartado actoral. Joaquín Furriel entrega un trabajo, que si bien en algunas escenas puede llegar a ser desparejo, también tiene escenas donde brilla y sorprende con la radical transformación a la que se sometió para dar vida a su personaje. Guillermo Pfening, Luis Ziembrowski y Monica Lairana entregan más que dignas interpretaciones como contrapartes del personaje de Furriel. Pero en quien me quiero detener es en Germán De Silva, quién entrega una interpretación tan precisa del carnicero que le enseña el oficio al protagonista, que a más de uno le va a recordar a su carnicero de confianza. Conclusión El Patrón es un producto digno y eso no es poco en el paisaje cinematográfico actual en lo que a la Argentina refiere. Bien escrita, Bien filmada y Bien actuada, es un producto que aunque dista de alinearse con los mejores exponentes de nuestro cine, es una narración con la que vale la pena arriesgarse. Porque creo, firmemente, que ésta es una película que por sus logros y su solidez se ha ganado la oportunidad de pelear. Un producto, que aunque humilde en sus intenciones, no olvida jamás que hay un espectador del otro lado.
Una lisérgica tragicomedia en plano secuencia Cuando me puse a revisar la oferta de películas en el Festival de Mar Del Plata y vi que en el listado figuraba Birdman, inmediatamente paso a mi lista de indispensables; la que tenía que ver o ver. La prensa internacional de todos los sabores y colores dijeron que se trata de toda una proeza a nivel dirección por parte de Alejandro González Iñárritu y un laburo de Michael Keaton que está para llevarse todos los premios. ¿El producto final estará a la altura de tanto hype? A continuación mis dos centavos al respecto. Entre el ego y la locura Riggan Thomson (Michael Keaton) es un actor que supo conocer la fama a dar vida a un superheroe llamado Birdman en una trilogía de películas estrenadas durante los años ’90. Los años posteriores no lo trataron muy bien, y ve en la adaptación teatral de un cuento de Raymond Carver (¿De que hablamos cuando hablamos de Amor?) la posibilidad de recuperar no solo su estatus perdido, sino de alcanzar el prestigio artístico que le fue esquivo incluso cuando conoció las mieles de la fama. Pero esta no es la única de las preocupaciones de Riggan, es apenas un escenario, literal y metafóricamente, donde los dilemas de su vida personal y profesional empezarán a pasarle factura: una hija a la que prácticamente desconoce (Emma Stone), un excéntrico actor obsesionado con el realismo que no hace más que darle dolores de cabeza (Edward Norton) y una amante quien le reprocha su falta de compromiso (Andrea Riseborough). Seamos justos; esta es una historia que ya vimos mil veces, con subtramas que hemos visto mil veces, pero no puede negarse que Iñárritu y sus guionistas le encontraron vueltas originales, cómicas, hasta incluso fantasiosas. También se las arregla para atacar a los críticos y a la predominancia de las redes sociales que están tan en boga estos días. Las preguntas son ¿La comedia es funcional a la trama? Sí. ¿La fantasia es funcional a la trama? Si, pero hasta ahí. Pero estos dos elementos ayudan a sostener la historia en un nivel básico, mas que ayudar a sólidificarla. Pero que conste en acta una cosa: Que te doblás de risa, te doblás de risa. La Jaula del Pájaro Birdman es toda una proeza técnica, cabe decirlo. La mejor manera de resumirlo para que se den una idea, lectores, es apelar al famoso plano secuencia de El Secreto de sus Ojos, que no es un plano secuencia hecho y derecho sino varios planos cosidos entre sí mediante efectos visuales para que parezcan uno solo (en caso de que recién te enteres, lamento haber roto la magia). Bueno, Birdman es 115 minutos de eso. Aunque hay veces donde se percibe claramente el paso del tiempo, la continuidad emocional en la marcación actoral fue crucial para que el truco salga fluido. Por el costado actoral, Michael Keaton entrega una interpretación sólida, comprometida y multidimensional. Aunque para mi tiene mas madera de nominado a premios que de ganador asegurado, no me cabe la menor duda que la industria lo va a empezar a ver con mejores ojos, y a apostar en él como no lo hicieron antes. Por fuera de Keaton, el resto del reparto entrega interpretaciones hilarantes y a la altura del desafío transmitiendo a la perfección la neurosis de sus personajes; en particular Naomi Watts, Andrea Riseborough y Zach Galifianakis. Pero el que se roba la película y se lleva las palmas (cuando apareció su nombre el publico aplaudió a manos rojas) es definitivamente Edward Norton. El actor al que da vida es políticamente incorrecto, escatológico y absolutamente desopilante; cuando comparte escena con Keaton es todo un duelo. Conclusión Aunque el resultado final es muy sólido, crítico, y definitivamente entretenido, Birdman no me parece el caballo para temporada de premios que muchos creen. Pero aunque la propuesta es definitivamente inusual, y hasta demasiado artística para las sensibildades mainstream, van a pasar un muy buen rato en el cine. Si la eligen, mal no la van a pasar.
La nueva película del bizarro personaje es un efectivo entretenimiento para los más chicos. Bob Esponja, creación de Stephen Hillenburg, es una de los más bizarros exponentes de los dibujos animados para niños. Querido y parodiado por igual, no sorprende que le hayan dado no una, sino dos películas para expandir sus aventuras televisivas en la gran pantalla. Aunque la película que nos compete no goza tanto de la rimbombancia de su predecesora, es al menos un entretenimiento digno. ¿Cómo está en el papel? Bob Esponja trabaja chocho en el restaurante “El Crustaceo Cascarudo” cocinando la especialidad de la casa, la famosa Cangreburger, cuando un día su archienemigo Plankton trata, por enésima vez, de robarle la receta secreta de dicho bocadillo. En el forcejeo entre ambos, la botella con la receta desaparece mágicamente, propiciando una decadencia al mejor estilo Mad Max entre los habitantes de Fondo de Bikini. Ahora el Héroe y su habitual villano deberán unir fuerzas para recuperar la receta de manos de un pirata (Antonio Banderas) y restituir el orden. El guion de esta nueva película de Bob Esponja no es ninguna novedad o maravilla, pero por lo menos es lo suficientemente sólido y mantiene un desarrollo estable, sin perder demasiado tiempo entre escena y escena. Las situaciones humorísticas no te matan pero por lo menos son correctas. Los que siguen al personaje con asiduidad van a disfrutarlo todavía más. ¿Cómo está en la pantalla? La película mantiene la misma paleta de colores que en la serie, salvo por un segmento filmado en live action donde vemos a versiones 3D deambular por nuestro mundo (con un código de vestuario que es una clara parodia a The Avengers). Ahora si, el 3D no es lo que se dice malo, pero tampoco es indispensable. Conclusión Bob Esponja: Un Héroe Fuera del Agua no es lo que se dice una película imperdible, pero tiene los suficientes meritos narrativos para ser un efectivo entretenimiento para los más chicos. Aunque los mas leales al personaje le sacarán más provecho, si tenés la plata, y no sabes qué hacer con tus chicos por 93 minutos, tal vez quieras darle una chance.
Una película que hace honor a su título… pero no del modo en que se piensa. ¿De que la va? En el Delta del Tigre desembarca la producción de un reality show de búsqueda de talentos llamado El Desafío, encabezada por un prepotente y vanidoso conductor (Diego Ramos). La producción planta bandera en un parador de playa que se encuentra al borde de la quiebra, cuyo dueño (Gastón Soffritti) va a aprovechar la oportunidad para salvar su bar, tarea que se complica por el floreciente romance que surge entre una de las productoras del programa (Rocío Igarzabal) y su mejor amigo (Nicolás Riera) un músico frustrado con dos hermanos a su cargo. La “Crítica” Cuando uno reseña una película se debe tener en cuenta, entre otras cosas, al público al que apunta la misma. Siendo ese el caso, El Desafío funciona, claro que funciona… funciona para las adolescentes que quieran ver a Nicolás Riera casi en tarlipes o cantando (debo admitir que el muchacho tiene buena voz). La factura técnica de la película es de muy buena calidad. Una estética fotográfica elaborada, cristalina en su iluminación y dinámica en sus movimientos de cámara, que muestra un Delta del Tigre como pocas veces se lo vió. Por el costado actoral Diego Ramos y Maida Andrenacci son los únicos rescatables por aportar necesarias cuotas de comedia que ayudan a balancear la melaza inherente a películas de esta naturaleza. La Crítica Ahora me dirijo exclusivamente a quienes tengan la penosa tarea de obrar como acompañantes de quienes quieran ver esta película. El personaje de Riera canta “No tengas miedo”. Y yo les digo que a 95 pesos la entrada y considerando lo que vi, TENGAN MUCHO, MUCHO MIEDO. El Desafío parece un piloto para una tira juvenil. Estamos ante un guión que evidentemente fue escrito a los ponchazos, y que necesitaba de muchas, muchas, muchas, muchas, muchas, muchas, muchas reescrituras. MUCHAS. Los diálogos son tan acartonados que el verdadero desafío es ver la película sin llevarse las manos a la cara del estupor. Por ejemplo, la protagonista femenina llega a la conclusión de que su enamorado es bueno simplemente porque canta (con ese juicio de carácter, querida, cualquier Pepe Muzzarella te mete el perro). El intercambio de palabras que se produce después de esa frase es angustiante… pero por la desesperación de que termine todo de una buena vez. Las historias de amor se supone que tienen obstáculos, pero en El Desafío están prácticamente de adorno. Claro ¿Quién necesita carnadura dramática teniendo a la pareja protagonista franeleando?, y cuando se acuerdan que los guiones tienen una estructura, ahí convenientemente el protagonista tiene hermanos, convenientemente el jefe es un forro a la enésima potencia, y ahí convenientemente los amigos se pelean por una mujer. Por el costado actoral, y créanme que le di muchas vueltas al asunto, hicieron falta ensayos como el guion necesitaba reescrituras. Los tres protagonistas se nota que están acostumbrados a la prisa de la tira diaria y no la pudieron adaptar a la gran pantalla, donde el detenimiento, los detalles y el trabajo con el subtexto son ley para crear mínimamente un ser humano creíble. Acá memorizaron las líneas y nada más. Mis disculpas si hicieron un esfuerzo denodado, pero el resultado final dice otra cosa. Conclusión Uno no debe pedir peras al olmo con esta clase de películas. Uno no espera una enorme reflexión intelectual o un mensaje profundo. Pero lo que sí uno espera es una película medianamente bien escrita y mínimamente ensayada. Acá se confió demasiado en la racha televisiva de los protagonistas, y esa falta de cuidado conlleva a que salgan más perjudicados que beneficiados por el producto final. No soy quién para decirle que película deben ver o no. Pero por como están las entradas hoy, los espectadores estamos en la obligación de exigir calidad hasta en el más liviano de los productos. Usted ya leyó lo que pienso. De aquí en más, queda a su criterio, y quiero cerrar este texto con un número. Solo un número. 95 Ahora piénselo.
Una efectiva comedia que aprovecha todo lo que su conflicto tiene para ofrecer. En 1967 el director Stanley Kramer, reunió a Sidney Poitier, Katherine Hepburn y a Spencer Tracy para realizar ¿Adivina Quién Viene a Cenar?.En dicha película una pareja de padres que se dicen modernos deben hacerle frente a la verdadera intolerancia que los domina cuando su única hija les presenta a su futuro marido: un caballero afroamericano. Yo procuro, en la medida de lo posible, tratar de no hacer referencia a otras películas cuando reseño la película de turno. Pero la enorme similitud de Dios Mío, ¿Qué Hemos Hecho? a reseñar con la trama base de aquella película hace la comparación algo inevitable como la gravedad. Dios, Alá, Buda, los amo a todos Claude y Marie Verneuil son un matrimonio francés católico de pura cepa, cuyas tres de sus cuatro hijas se han casado, muy a su pesar, con un Chino, un Musulmán y Judío. Su única esperanza es que su hija menor, la única que todavía no ha contraído matrimonio, sea la que finalmente lo haga con un francés católico como ellos. El conflicto surge cuando la señorita en cuestión les anuncia a los padres que se va a casar, y que el candidato es un francés católico como ellos esperan. El único detalle es que este caballero es de piel negra, lo que pone al matrimonio, y en extensión a toda la familia (tanto política como de sangre) en jaque. Si hay algo que no puede achacársele a esta película es que no tenga guión. Como ya dije mas arriba, toman la premisa de la película de Kramer, solo que le agregan a la mezcla un Chino, un Judío y un Musulmán. Lo que trae como resultado que esta peli desborde de conflictos a resolver, ya sea de índole religiosa o de dinámica suegro-consuegro-yerno/cuñado-concuñado. Esto garantiza que la película sea, por lo menos, entretenida y llevadera. En ese frente, la historia triunfa y con creces. No obstante, a pesar de su efectividad, hay algo en la estructura de su guion que no me cierra del todo. Es como que esperan hasta la mitad de la película para establecer el conflicto principal. Pero es algo que se llega a perdonar ya que la historia se toma las suficientes molestias para establecer su tema de entrada y antes de que te des cuenta de este “tropiezo” ya sucedieron miles de situaciones cómicas que nacen mas del tema que de la trama, lo que es, en cierto modo, un curso de acción adecuado para el viaje que hacen los personajes. La Familia Benetton Del costado técnico no hay mucho que decir: Una fotografía en clave alta que se limita a que la escena se vea bien y un montaje fluido que ayuda al ritmo sostenido de la película. Por el costado actoral, los actores que dan vida a los hijos entregan interpretaciones adecuadas. En el costado interpretativo los que verdaderamente destacan son Christian Clavier y Chantal Lauby que dan vida a la pareja de padres que ven desafiada su percepción de la tolerancia. Conclusión Dios Mío, ¿Qué Hemos Hecho? es una comedia que aprovecha todo el potencial que su premisa tiene para ofrecer y el resultado final es una comedia que, si bien no es lo que se dice completamente desopilante, es definitivamente disfrutable.
Una narración estrictamente clásica dentro de una temática controversial. Hay pocos, muy pocos directores en la actualidad que mejoren con cada título y demuestren ser una buena inversión de la plata del espectador como Clint Eastwood. Si bien su más reciente opus puede resultar un poco patriotero e intenso para el gusto de algunos, Eastwood demuestra por enésima vez que una narración clásica comunica con efectividad su tema y sostiene el interés del espectador. A continuación mis dos centavos sobre Francotirador. Donde pone el ojo… A Chris Kyle (Bradley Cooper) siempre se le enseñó desde que era purrete que había tres clases de personas: las ovejas, que no se pueden defender; los lobos, que se aprovechan de las ovejas; y finalmente, los perros pastores, que protegen a las ovejas. Así que cuando la sombra del terrorismo comienza a cernirse sobre Estados Unidos, Chris decide formar parte de los Navy Seals, las Fuerzas Especiales de la Naval Estadounidense. En el transcurso de todo esto, Chris conoce a Taya (Sienna Miller) y empiezan a formar una familia. Este sueño americano no tarda en convertirse en una pesadilla cuando ocurren los atentados del 11 de Septiembre y sin miramientos, Chris marcha raudo para Irak en donde no tarda en convertirse en el francotirador con más bajas en la historia de Estados Unidos. Pero el problema más serio que tiene Chris, no es con el enemigo, sino en casa donde descubre que no puede concebir la vida sin estar en el campo de batalla. Un deber que se confunde fácilmente con la adicción y que puede costarle su familia. El guión de Francotirador es uno de los pocos que elige distanciarse de la estética narrativa documental que pueblan muchas de las historias sobre la guerra de Irak, y elige, lisa y sencillamente, dar a su protagonista un objetivo concreto (agarrar a un francotirador enemigo) y un riesgo emocional interno claro (la familia que él está dejando atrás y cómo la guerra lo afecta al punto de no poder vivir sin ella). Del mismo modo que en La Conquista del Honor, acá la temática es sobre como el mote de “Leyenda” le pesa al protagonista y lo atormenta más que hacerlo sentir orgulloso. Los momentos de tensión en las escenas de acción están a la par con las escenas dramáticas en donde el protagonista tiene intensos debates con su mujer sobre cómo esta guerra lentamente saca lo peor de él mismo. Es una efectiva película de acción, apropiadamente sazonada con drama familiar, en donde ambos tienen el mismo peso en el desarrollo narrativo. …pone la bala Francotirador te engancha desde el primer plano que Eastwood pone ante nuestros ojos. Pero los aspectos técnicos que brillan son el Montaje y el Sonido. Particularmente una escena en donde la mujer de Kyle, embarazadísima, trata de tener una conversación con su marido, pero a este le empiezan a llover las balas y se le cae el teléfono. La desesperación es tal que estas más preocupado porque Kyle agarre el teléfono y le diga a la mujer que está bien, que por los tiros enemigos que recibe. Solo Eastwood (y sus hábiles montajistas Joel Cox y Gary D. Roach) puede lograr algo así. Una cátedra de suspenso a través del montaje. Por el costado actoral, Bradley Cooper sostiene con mucha dignidad la película, y bajo la dirección de Eastwood este muchacho no hace más que confirmarse como uno de los actores más sólidos de su generación. Manifiesta el remordimiento de su personaje hasta con la más sutil de las miradas. Un gran laburo interpretativo. Conclusión Francotirador es una sólida narración de un director que a esta altura ya no tiene nada que demostrar. La pericia de Eastwood y la narración de Cooper prueban ser una buena inversión. ¿Cómo lo sé? Digamos que cuando termino la función, y salieron los créditos, cayó un silencio de sepulcro en la sala. Uno de esos silencios contundentes por lo que uno acababa de ver. Uno de esos silencios que deja claro que no viste cualquier cosa, sino que viste algo que te afectó.
Subido de tono pero elegante. No tenía ni idea de que podía llegar a tratar Mortdecai, pero cuando vi un poster con Johnny Depp luciendo un bizarrísimo bigote no hacía falta mucha intuición para darse cuenta que íbamos a ver al actor en uno de esos roles excéntricos que a esta altura del partido son su marca de fábrica. Señoritos Ingleses mortdecaiLord Charlie Mortdecai (Johnny Depp) es un elegante dealer de arte que está agobiado por las deudas. Para saldarlas decide aceptar la misión del Inspector Martland (Ewan McGregor) de encontrar una obra de arte robada que parece tener los códigos de una caja fuerte que puede contener oro nazi. Debo serles sincero, pensé que lo que iba a entrar a ver iba a ser una película apta para todo público, con un humor “sano” para los “pequeñuelos”, y me encontré con un registro humorístico tan elegantemente subido de tono que debo admitir hace el desarrollo de esta película algo entretenido de ver a pesar de la predictibilidad de su trama. Five O’Clock Tea David Koepp dirige con eficiente pulso esta comedia en la que predomina una detallada y gustosa dirección de arte y una luminosa fotografía que no hace mas que resaltar la comedia negra a la que apunta. Por el costado actoral Johnny Depp es Johnny Depp… si, lectores, mucho no ha cambiado en este apartado; es todo lo que habitualmente se imaginan de él. Ewan McGregor y Gwyneth Paltrow (como la esposa del protagonista) entregan sobrias interpretaciones, pero para mí el que destaca es Paul Bettany como el tosco mujeriego que Mortdecai tiene como guardaespaldas, chofer y mayordomo. Conclusión Mortdecai cumple con lo justo y necesario su objetivo de entretener a través de la risa. No es lo que se dice imperdible, pero si la eligen, mal no la van a pasar.
Una premisa original que a pesar de algunos frenos se sostiene sin golpes bajos. Si he de ser sincero no me entusiasmaba mucho el prospecto de ver una película sobre una familia de sordomudos. Pero debo decir que el tráiler derribo mis prejuicios y la premisa dramática me compró. A continuación mis dos centavos sobre esta La Familia Bélier. Las señas de una narración La familia Bélier maneja una granja lechera, y sus integrantes tienen la particularidad de ser casi todos sordos. Ese “casi” es la hija mayor de la familia, Paula, de 16 años, la única que puede oír y que sirve de interprete en el día a día de todas las actividades administrativas de la granja. Las dificultades surgirán cuando Paula descubra que tiene una maravillosa voz para cantar, y su excéntrico profesor de música quiera prepararla para ingresar en el prestigioso coro de Radio France con sede en Paris, cuestión que perjudicaría a su familia. Como dije arriba, la claridad y concisión de la premisa dramática la hicieron tremendamente atractiva. Ahora si esta película se sostiene es por la eficaz utilización de la comedia en el día a día de esta peculiar familia, sin la necesidad de victimizarse en ningún momento. Ahora sí, lo que debe destacarse es que para ser una película de 105 minutos se siente como de dos horas. Si bien la historia de la familia y la historia de la formación musical de la muchacha protagonista encajan bien la una con la otra y se complementan, ambas líneas argumentales terminan haciendo pesado al producto final por dos razones: por un lado ambas líneas tienen escenas de mas y por otro no queda del todo claro cuál es la historia principal y cuál la subtrama; una indecisión que contribuye a que se haga difícil de sentir el riesgo de su premisa dramática. Lenguaje de imágenes La película tiene una técnica sobria; sin mucho para destacar salvo una escena en el tercer acto donde con sutileza y creatividad nos meten con mucha emoción dentro de la perspectiva de un sordo. La sutileza y ejecución de esta escena es uno de los puntos altos de la película a nivel técnico. El costado actoral es uno de los puntos mas logrados de La Familia Bélier. Pasando desde la protagonista Louane Emera, otrora participante de La Voz Francesa, en su primer rol en cine, hasta Karin Viard y Françóis Damiens, cuyos trabajos desconocía hasta esta película, a tal punto de que tuve que buscar videos de ellos en YouTube, porque por la fluidez y la expresividad que le dan a sus personajes me tuvieron creyendo toda la peli que estaba viendo a actores mudos de verdad. No obstante el punto álgido del aspecto interpretativo es Eric Elmosnino, cuyo excéntrico profesor de canto genera muchas de las carcajadas de la película. Conclusión La Familia Bélier esuna efectiva comedia con peculiares personajes que llega a conmover lo suficiente. Si tienen ganas de ver algo distinto tal vez quieran darle una chance, porque a pesar de ciertas lentitudes en su desarrollo, los momentos cómicos están definitivamente logrados.
Acción clásica y cumplidora Debo decir que desde hace un largo tiempo no veía una película que supiera combinar de una manera sobria el espionaje y el cine de acción. Si bien El Aprendiz dista bastante de ser lo que se dice un peliculón es lo suficientemente cumplidor. ¿Cómo está en el papel? Peter Deveraux (Pierce Brosnan) es un otrora agente de la CIA que debe volver al ruedo cuando un antiguo amor, una agente del servicio secreto ruso, está en peligro dado a que tiene información sobre el paradero de una señorita, cuyo testimonio podría derrocar al próximo presidente de Rusia. Todo sale a pedir de boca, la dama rusa en cuestión es rescatada por Peter cual caballero blanco, solo para que esta muera por los corchazos de un francotirador. Como si la trama no fuera lo suficientemente complicada, los que apretaron el gatillo parece que son de la misma CIA y Peter debe ponerse en contacto con la testigo antes de que la CIA lo haga. Como si esto fuera poco (esta sinopsis ya parece propaganda de Sprayette), el equipo que lidera esta misión non-sancta cuenta entre sus miembros a un antiguo protegido de cual Peter. El guion de El Aprendiz tiene conflictos por los cuatro costados y por ende tiene el suficiente potencial para sostener una película de 100 minutos. Temáticamente, trata lo que se suele encontrar en las películas de espionaje: Confianza, Lealtad, Debilidad, Intimidad, Humanidad, y que nada es lo que parece. Todo esto siempre entretejido dentro de los conflictos de cada escena y de la película como un todo. Ahora sí, esto dista de ser un guion perfecto porque tiene un giro con el que se toman miles de molestias para que parezca sorpresivo, cuando en realidad se nota desde el vamos. ¿Cómo está en la pantalla? La película está correctamente filmada, y montada con precisión quirúrgica. Roger Donaldson es uno de esos artesanos del cine de acción que no pretende revolucionar la narrativa, se limita a usar lo que ya ha sido probado y el resultado es una película decentemente narrada que cumple con lo mínimo indispensable: Hacer que te preguntes como va a terminar. Aun a pesar de que el guion no lo ayuda. Por el costado actoral, Pierce Brosnan entrega un laburo a la altura del desafío. Por obvias razones, encarnar a un espía mucho no le cuesta. Pero el carisma que le sabe entregar a este papel destaca, aun a pesar de que haya escenas en la que su personaje haga cosas no muy admirables. Conclusión El Aprendiz es un decentemente cocinado titulo de acción que puede llegar a gustar a aquellos que sean asiduos consumidores del género. No ofrece novedades, pero sí un viaje satisfactorio.