Me declaro fan de los efectos especiales. Aunque si vienen por montón y sin historia, ¿cuál es su finalidad? Si los efectos sirven a la historia, el filme del que hablamos se convierte en algo de magnitudes desproporcionalmente épicas e incomparables. Hace 5 años que Guillermo Del Toro no se sentaba en la silla de director y hace lo que mejor sabe hacer: dirigir sus propios sueños y plasmarlos en historias que nos dejen con el sabor de boca de querer más. Y no es porque sea mexicano, sino porque es de esos genios que no se dejan absorber por el dinero hollywoodense y prefieren contar lo que quieren contar, tomando lo mejor del cine comercial y llevándonos por un viaje maravilloso de metal y fantasía. Titanes del pacífico es, en muchos sentidos, un homenaje a aquellos primeros pasos de efectos que mostraban la destrucción de ciudades, y en el mejor de los casos, a aquellos ánimes futuristas que nos hacían soñar con tripular un mecha. Titanes es una metáfora. "Es el mundo salvando al mundo" como lo dijo del Toro. Es un trabajo de efectos especiales que cuenta la historia de la batalla entre unos robots gigantes, los Jaegers, contra los demonios internos -literalmente- de la tierra, los Kaijus. En media hora, Del Toro le enseña a muchos directores, cómo contar una historia "de orígen" sin ser tediosos, sin mucho diálogo y repleta de acciones. No se guarda el despliegue de efectos para el final, no es el típico héroe -sino dos- que tiene que convencerse a sí mismo de que es el único que puede salvar al mundo, ni todo gira como tornado para desembocar en la batalla final en una oscuridad tremenda cuya física imposible nos haga preguntar: ¿Para esto pagué un 3D? No. Titanes del pacífico es más que un blockbuster americano de mitad de verano. Es una cinta de acción, de fantasía, de heroísmo, de drama, de comedia, infantil, de amor y todos los géneros que se puedan. Es una mezcla interracial -de nuevo, literalmente- cuyos protagonistas nos hacen sentirnos emocionados y querer formar un enlace mental con la persona que está a nuestro lado en la butaca, para salvar el mundo. Porque señores, les digo que ya tenemos ganadora a efectos especiales de la próxima entrega de oscar. Un 3D impresionantemente impactante (si pueden verla en Imax 3D o en la nueva tecnología 4D les digo que vale muchísimo la pena), una historia que no decae en ritmo y cuya fantasía nos hace sentir que en cualquier momento se nos viene la invasión. Y no, no está hecha para quienes busquen una actuación digna de oscar, sino como puro entretenimiento. Y por eso, es el mejor espectáculo de verano.
Todos sabemos lo patriotas que son nuestros vecinos del norte cuando se habla de películas bélicas. Ya sea contando un poco de historia (Pearl Harbor), imaginando invasiones alienígenas (Día de la Independencia), o contando historias de superación personal (Nacido el 4 de Julio, Hombres de Honor). Pero, ¿qué pasa cuando intentan justificar sus actos mediante un reflejo en una situación actual? Suena un poco rebuscada la frase, pero imaginen: EU invadió Afganistán en la justificación de destruir las armas químicas que poseían. Ahora imaginen que Corea del Norte, en una especie de golpe de estado, decide invadir los EU sin previo aviso, tomando el poder en las calles y sembrando el pánico. Una situación que podría darse con la tensión política actual y que, sin embargo, pasa de ser un conflicto mundial a una escala local. Y es que, Jed Eckert (un acartonado Chris Hemsworth) es un soldado que no encuentra su lugar después de regresar de la guerra de Irak. Su incomprendido hermano Matt (Josh Peck, a quien por cierto no le sentó nada bien bajar tanto de peso), sólo tiene problemas con él. Y un día cualqueira, comienzan a llover paracaídas del cielo con soldados orientales que comienzan a capturar a la gente y a matar a quienes se le resistan. Obvio, el espíritu de libertad está presente, y formando una pequeña guerrilla, Matt y Jed, con otros amigos, forman una resistencia que se hace llamar "The Wolverines" y crean disturbios con tal de vengar las muertes de unos seres queridos. Es totalmente una película de acción, y como tal, no esperen muchos diálogos ni justificación de acciones. Todos saben hacer acrobacias, todos esquivan balas y siempre salen bien librados. El típico giro del final está presente y obvio, dejan abierto el final para una posible secuela. Sin embargo, nada funciona bien aquí. Nunca hay empatía con los rebeldes. Nunca hay justificación de invasión y curiosamente, nunca hay intervención del ejército del país. Todo depende de los atontados jóvenes enamorados que se guían por sus sentimientos, y en una historia que pudo haber resultado en una mejor película de acción, termina por volverse completamente aburrida, predecible y sin sentido. Ni los nombres del cartel bastan para hacer un producto más atractivo para las audiencias. Olvidable de pies a cabeza. Dirigida por Dan Bradley (debut en la silla grande), si la ven en cartelera o en su videoclub más cercano, huyan de ella!
Ahora que está de moda en hollywood reciclar guiones y hacer reboots, de la mano de J. J. Abrams (Super 8), nos llega Star Trek, en la oscuridad, continuación de aquella Star Trek que nos llegara en 2009 y que recibió tantas críticas positivas por su manera de reinventar una franquicia que se sentía gastada después de la infumable Star Trek Némesis de 2004 (no, estos datos no los saqué de IMDB. También soy fan de Star Trek aunque no sepa hablar klingon ni me sepa todos los nombres de la tripulación del USS Enterprise). Con Chris Pine como el emblemático Capitán Kirk y Zachary Quinto como Spock (de lejos lo más acertado del cast), En la oscuridad nos presenta a John Harrison (un genial Benedict Cumberbatch), integrante de la flota estelar que busca venganza en contra de los altos comandos por un crímen contra su vida (y su "pueblo"). En medio de unos efectos buenos (aunque el 3D no es lo espectacular que se promete), la cinta es una especie de montaña rusa de emociones. Mientras abrimos con una secuencia vertiginosa en un volcán, caemos un poco al tedio de los diálogos. Posteriormente más adrenalina, más diálogos, y así avanzamos la película hasta el acto final. Eso si, hay que decir que en ningún momento se siente tediosa, todo lo contrario, tiene el ritmo justo para mantener al espectador atento, si bien la primera mitad puede llegar a sentirse sin el mismo interés que el final. Ahora que están de moda los viajes en el tiempo, Abrams aprovecha el giro argumental que dio con la primera parte, en 2009, jugando con la posibilidad del espacio-tiempo y abriendo una línea de tiempo alternativa para contar la misma historia de un modo diferente. Si ustedes son fans de la saga desde aquellos lejanos años 80, habrán notado que la película de 2009 tiene muchas semejanzas con aquella de 1979. De igual modo, ésta nueva entrega tiene otras tantas semejanzas con aquella Star Trek II, La ira de Khan. Y no sabemos si fue a modo de homenaje o fue por continuar con el reboot, aunque apostamos por la segunda, pues la mención de "una misión de 5 años" nos refiere directamente a las 3 temporadas de la primera serie. Entonces ¿Es reboot u homenaje?. Cualquiera que haya sido la intención lo logra de una buena manera, haciendo una historia moderna con sus diferencias a aquellas historias (valiéndose, ya dijimos, del recurso espacio tiempo que usó en 2009), y al mismo tiempo un homenaje, volviendo a incluir a Leonard Nimoy en una emblemática escena (lástima que nos falte William Shatner). Como sea, Star Trek en la oscuridad logra ser una buena apuesta en este verano (aunque ya se haya estrenado desde el mes pasado) y sigue siendo del agrado del público para aquellos trekkies de antaño, como para los nuevos adeptos a este universo. Recomendable para los amantes de la ciencia ficción
A los "críticos" de cine, muchas veces se les olvidan las verdaderas razones por las que van al cine. Tanto a los profesionales, como a los amateurs. Y deberían recordar dos premisas fundamentales: Por qué van al cine y para qué hacen las críticas. Las respuestas van de la mano. Si se olvidan de la primera, se olvidan de la segunda. Hay que recordar que el cine, en su papel de arte, es un medio de expresión, pero también de entretenimiento. Si no fuera así, los precios no serían excesivos ni estarían en constante reinvención con las tecnologías tanto en la forma de hacer pélículas como en la sala de proyección. Y la segunda, que pienso que es la más fundamental, para recordar, recomendar (y hasta prevenir) al espectador medio dónde ir a gastar su dinero y su tiempo, para pasar 2 horas de su vida ante una secuencia de imágenes que logren hacerlo disfrutar de acuerdo a los gustos de cada quien. Y aquí entra una nueva pregunta, ¿para qué te acercas al cine a ver una película de un género que no te gusta, si después la vas a destrozar con tus pseudocríticas? Esto lo comento porque Man of Steel, la nueva producción de héroes de DC ha sido injustamente mal criticada. Y miren que no nos estamos metiendo con las críticas del algunas personas que conozco que se van a palabras altisonantes como "metafísica" y otros términos que en lo personal dudo que ellos mismos entiendan. ¿Para qué comparar una película de super hérores con teorías filosóficas o antropológicas? Superman es lo que es: un superhéroe con un objetivo específico: la gente que ama los cómics. ¿Fantasiosa? Es un extraterrestre. ¿Irreal? Es un súperhéroe. ¿Demasiados efectos? Es el más´poderoso de todos los héroes. Y desde ya les digo que es la segunda mejor película que he visto en este 2012 (y la primera es un género diferente y a la vez similar, como Cloud Atlas). De la mano del amo de los efectos especiales de Zack Snyder, y con el respaldo del equipo de Christopher Nolan en la producción, Man of Steel es la clara muestra de lo que debe ser una película del mejor de los super héroes, y lo digo, por ser el más poderoso de todos ellos. Christopher Reeve (aquel que personificara al hombre del traje azul y rojo en la década de los 80) nos entregó un personaje carismático y entrañable que nunca se va a olvidar. Pero ahora, Henry Cavill nos entrega su mejor actuación y en conjunto nos regalan una película increíble, impactante, un derroche de efectos, de peleas épicas, de destrucción, de lo que deberían ser los súper héroes. Si la tecnología ha dejado de ser limitante, hay que aprovecharla al máximo y Snyder sabe como hacerlo. Basta de "orígenes". La historia de la infancia con los Kent está más que trillada, y aplaudo esa visión de Krypton que nunca antes nos habían entregado. Aplaudo el peso que le dan a Jor-El encarnado en un magnífico Russell Crowe. Agradezco a la intrépida Lois Lane en la piel de la multinominada al oscar Amy Adams. Las pocas pero oportunas (y muy bonitas apariciones) de un Kevin Costner como Jonathan Kent; agradezco que estén reinventando el universo y mostrando que una ADAPTACIÓN de una historia totalmente clásica, puede ser bien hecha. Gracias Hans Zimmer por reinventar el clásico tema de John Williams. No es perfecta. Pero como si lo fuera. Los huecos en el guión se pueden perdonar. El desarrollo de personajes no es le mejor, pero la película no se centra en ellos, sino en él. El conflicto interno "a la Nolan" está presente pero sin ser tan profundo y tan repetitivo como en el Caballero de la Oscuridad (Superman los tiene, pero no tan oscuros). El 3D luce la última hora (aunque no es imprescindible) y Un Michael Shannon que cumple como el némesis Zod, pero es opacado por una espectacular Antje Traue (Faora). Y no, no es lo mismo que aquel Superman II que nunca explotó al máximo los poderes Kriptonianos. Sólo digo, agárrense de sus asientos por que es la batalla más impresionante de todas. ¿Avengers? No gracias. Muy infantil. Ésta si es batalla. Una película que vien vale la pena ver más de una vez.
Hablando de musicales, no es lo mismo poner una historia de amor (Moulin Rouge) o álguna fecha histórica (Les Miserables) que convertir una historia para adolescentes en un musical. QUizá el mejor ejemplo que se tenga es Glee, en la pantalla chica, y a pesar de su mala fama (y más de una temporada de tropezón), no se puede negar que se ha convertido en un fenómeno mediático que, en el ámbito de la música, ha significado que mucha gente se abra a nuevos mercados, a pesar del enojo de otros sectores que prefieren que sus verdaderos fans sean aquellos que escucharon la música de un artista determinado desde sus orígenes, y no muchos años después (y aquí en verdad no entiendo su postura). Pero ésta nota no es para hablar de Glee, sino de Notas Perfectas, el debut en pantalla grande de Jason Moore (que hasta ahora sólo había dirigido capítulos de series de TV), y que nos cuenta la historia de Beca (Anna Kendrick, -Amor sin escalas, 50/50), una chica recién integrada a la universidad, y que nos muestra el ambiente entre los "grupos" y los clubes que se forman, al más puro estilo gringo. Es una chica tímida que un día, casi por accidente, es descubierta por una miembro del club de "Las Bellas", club de canto a capella (sin música) de la escuela. Es así que ingresa a un grupo que, de ser muy selectivo, pasa a ser la burla y necesita una reconstrucción para ganar el concurso de canto regional. Quizá lo mejor de la película es que explota (o intenta explotar, pues en algunos casos no funciona) el potencial de la voz de los actores. El canto a capella, es una modalidad del club coral que consiste en cantar sin música, o con la oportunidad de imitar sonidos de instrumentos con la voz misma. Tenemos éxitos desde los beatles y madonna hasta katy perry y david Guetta. Para todos los gustos. Y tiene el extra de lograr escenas hilarantes con variedad de personajes que, aunque no son desarrollados, por lo menos generarán alguna identificación con nuestro tiempo en la preparatoria o en la universidad y ese afán de pertenecer a un grupo social. Entretenida para ver con amigos, no va más allá de ser una mera pretensión musical para adolescentes, que aún así se disfruta. Pasó bastante desapercibida y con críticas medianas que no la han favorecido mucho, pero en mi opinión, pasable para un rato de entretenimiento.
Imagino que, sin importar el lugar en el que vivan, siempre han escuchado aquel famoso dicho "los niños y los borrachos dicen la verdad". No sé si por costumbre o por tradición, comunmente se afirma que los niños no tienen malicia y que es imposible que digan alguna mentira. En parte es cierto, o lo era hace algunos años, antes de que tuvieran más acceso al contenido tan "abierto" que hoy en día ofrece la televisión y el internet. Aunque siempre ha sido común escuchar que un pequeño miente´por interés, ya sea para conseguir un juguete o un helado, ahora es más fácil escuchar que un pequeño hable de besos o del amor sólo porque lo ha visto en las novelas, y a los padres nos hace gracia o simplemente pasamos por alto lo que consideramos "juegos" en la creencia de que niño e inocencia son palabras que van de la mano. La Caza (The hunt en inglés) es una película de Thomas Vinterberg (It´s all about love), y protagonizada por Mads Mikkelsen (A Royal Affair), que interpreta a Lucas, un profesor de jardín de niños, que vive separado de su mujer y con quien pelea la custodia de su hijo. Es así que, un día común, jugando con sus pequeños pupilos, por capricho de uno de ellos, dice una pequeña mentira que desata el caos en su vida. La película es bastante complicada. No es ágil, no tiene escenas de acción y no tiene efectos. Aquí todo es habilidad del director, de los actores y del proceso de edición. Y La Caza, logra ser una película que no necesita de mucha teatralidad para mantenerte al borde de tu asiento. Esperando por lo que sigue. Indignándose ante la "naturaleza" del ser humano, esa naturaleza irreflexiva, que nos hace ser capaces de cometer las peores injusticias y de reaccionar de maneras que no pensamos puedan ser posibles. Esa irracionalidad de juzgar a los demás sin conocer la historia a fondo. Y sufrimos con el personaje de Mikkelsen, que sobra decirlo, es un grandísimo actor. De las mejores películas del 2012, que increíblemente pasó desapercibida en los oscares, pero que afortunadamente resultó reconocida en otros lugares (Cannes, BAFTA, Vancouver). Imperdible para los que busquen mejor cine. Eso si, no apta para susceptibles.
Si alguno de ustedes sabe un poco de fútbol americano (si,el de las tackleadas), entenderá que lo de Playbook es referido al libro de jugadas preparado para este deporte. Aunado a eso, el cartel principal con el que la película es promocionado, hace referencia a ello. Pero aunque no entra en la trama principal, uno de los equipos, las Águilas de Filadelfia, es la gran pasión de la familia Solitano: Pat Sr. (Robert de Niro), Pat Jr (Bradley Cooper) y Dolores (Jackie Weaver). Pat Jr. está recluñdo en una institución mental tras sufrir la separación de su esposa, y conforme retoma la vida intentando volver a acercarse a ella demostrándole que ha cambiado y que no es en absoluto violento, conoce a Tiffany Maxwell (Jennifer Lawrence, el alma de la película), quien resulta conocer a su esposa y se convierte en su enlace a cambio de un pequeño favor: participar en un concurso de baile. SIn embargo, Tiffany también tiene sus propios problemas, y sin saberlo ni planearlo, ambos se convierten en excelentes confidentes y se ayudan el uno al otro a salir adelante y a ver "El lado luminoso de la vida". Ya con esta pequeña explicación de la trama, la mayoría de ustedes pensará que se trata de una comedia romántica americana típica. Aunque a decir verdad, tiene más momentos de drama que de comedia. Y sobre todo, queda ahí el detalle de ser un poco más allegada a quien ha padecido de un transtorno mental por la pérdida de un ser querido (especialmente depresión, pero también un poco de esquizofrenia), o ha conocido a alguien que haya atravesado por algo así. El guión, adaptado por David O Rusell, de la novela de Matthew Quick, se siente floja por momentos, teniendo su mejor soporte en los actores principales, que fueron reconocidos en el oscar y en varias premiaciones. Quizá lo más flojito es Jackie Weaver, quien sólo cumple en sus apariciones sin sobresalir, y la mejor sin duda es Jennifer Lawrence, que aunque muchos digan que el reciente oscar que ganó lo merecía más Emmanuelle Riva por la excelente Amour de Haneke, creo que Lawrence se lo lleva merecidamente pues era una dura competencia entre estas dos grandes actrices en enormes papeles que saben explotar al máximo. Cooper se queda opacado por su compañera de cuadro y De Niro, como ya sabemos, sin importar el papel que le pongan, siempre será cumplidor y talentoso. Pero como lo mencionamos, sigue siendo una típica película romántica americana, pues empieza con dos personas solitarias que atraviesan una serie de obstáculos y al final terminan juntos, aunque en esta ocasión, el camino que recorren es un poco más crudo y realista al ofrecer a dos personas desequilibradas mentalmente, sin llegar al exceso de una película pero si con el toque realista de una enfermedad que puede padecer nuestro mejor amigo o nuestro vecino y los esfuerzos por reintegrarse a una sociedad cada vez más fría que sólo juzga sin comprender (un buen ejemplo lo tenemos en la competencia de baile), pero siempre saliendo adelante por inspiración propia o por la fortaleza de la gente que nunca nos abandona, empezando por esa persona que nos enseña lo que es el amor.
Un musical siempre va a generar polémica, pues aunque estoy completamente seguro de que TODOS los humanos disfrutamos de la música, más allá de que gustemos de uno u otro género, siempre disfrutaremos un buen pedazo de música. Componer canciones no es tarea fácil, y menos si esas canciones no sólo deben describir un sentimiento o una situación, sino que deben describir pasajes enteros de libros que, hablando del cine, considero que son mucho más fáciles de adaptar con un guión elaborado en donde los diálogos lleven todo el peso del filme, mientras que las canciones queden como incidentales (como la mayoría de las películas de Disney, por hablar de algo mundial). Les Miserables, de Tom Hooper (ganador del oscar a mejor película y mejor director hace apenas un año por El Discurso del Rey), arriesga en pantalla al presentar el ya mundialmente famoso musical de Broadway a la pantalla grande. ¿Su ventaja? Jugar con la dirección de arte (que es majestuosa verla en pantalla grande), con los escenarios, la edición (y obviamente editar las voces), y manejar a su antojo las tomas y los escenarios. ¿La desventaja? Los musicales de este tipo no están hechos para la pantalla grande, porque se sienten cansados, mal ensamblados y terminan por aburrir y por no saber si criticar la forma de cantar de los actores o sus actuaciones (cosa que en el teatro realmente es diferente). Pero claro, no hay que desmerecerla. De entrada, la obra de Víctor Hugo sobre la revolución francesa desde el punto de vista de un ex-presidiario y su convivencia con la gente pobre de parís es bastante hermosa y totalmente teatral (o cinematográfica -para más información consultar interpretaciones anteriores-), y hacer una película resulta sencillo y hasta presuntuosa en plena temporada de premios, aunque al final sólo se llevó edición de sonido y vestuario, incluyendo el premio de mejor actriz de reparto para la deslumbrante Anne Hathaway. Pero como decimos, más allá de que los rumores sobre que los actores cantaron en vivo o cantaron en un estudio para después insertar sus voces, hacer una película de dos horas donde absolutamente nadie habla y todos cantan, se siente perdida, sin fuerza. Y aquí yo preguntaba si eso viene desde las mismas canciones del musical o si sólo era que los actores no le imprimían la suficiente fuerza, considerando que ninguno es cantante profesional y dudo mucho que alguno tenga experiencia en teatro musical, para que nos de un resultado visualmente precioso, pero insufriblemente cansado. Lo mejor queda plasmado en Jackman y Hathaway, mientras que lo peor no es Russell Crowe, como muchos se empeñan en asegurar, sino la insufrible voz chillona de Amanda Seyfried (¿Qué nadie le advirtió que para cantar como una Soprano se lleva años de estudio para perfeccionar los tonos agudos altos? De verdad, ojalá pudieran quitar el sonido en las partes en las que ella canta, ¡desafina terrible!). Finalmente nos encontramos ante un experimento fallido. No es lo mismo cantar en teatro con gente experimentada, que poner a actores de renombre e intentar descubrir talentos ocultos (realmente muy pocos lo logran). Sin duda lo mejor de la película son los escenarios, I dreamed a Dream, interpretada por Hathaway, y la maravillosa On My Own de una Samantha Barks injustamente olvidada en los reflectores. Si soportan la cansada hora y media después de que Fantine muere... me cuentan qué les pareció.
No sabemos hasta qué punto a la humanidad le gusta recordar aquellos desastres que marcan al mundo en su hora más oscura. Por que han existido toda clase de películas que, con el propósito de engrandecer el espíritu humano, se sirven de las más grandes tragedias para demostrar al mundo que una y otra vez, las personas somos capaces de las mejores (y hasta de las peores) cosas una y otra vez. Y siempre estaremos ante una discusión, sobre si las personas pueden doblarse pero no romperse, y si las situaciones límite muestran lo mejor o lo peor de cada uno de nosotros. Lo imposible, nos muestra (con unos efectos especiales bastante impresionantes), el tsunami que arrasó con la costa asiática de Indonesia en 2004. Dirigida por Juan Antonio Bayona (El Orfanato), y de manufactura española, nos narra la historia de una familia, los padres, Ewan McGregor y Naomi Watts (nominada al oscar como mejor actriz, una sorpresa para muchos), y tres pequeños que, estando de vacaciones en el "exótico continente asiático", se ven envueltos en ésta tragedia, siendo apenas un pequeño fragmento de lo que miles de personas padecieron y sufrieron durante meses incluso. Como ya dijimos, los efectos están muy bien logrados. Es impresionante y sobrecogedor presenciar el momento en el que la ola gigante golpea la costa, los hoteles y comienza a arrastra todo a su paso. Y el maquillaje, que representa muy fielmente todos los golpes, las heridas y demás detalles, que de hecho, habrá que decirlo, juega incluso un mejor papel que la cara de tristeza y desesperación que en todo momento todos los actores debían poner. En detalles técnicos no falla. El problema con Lo Imposible, viene cuando la historia no se sostiene por sí misma. Sólo hay un par de momentos en el que se demuestra la solidaridad humana, un par de momentos en los que se muestra un poco de fortaleza, pero creo yo que el filme queda muy lejos de representar lo que realmente sucedió en una tragedia como esa. Si, es la historia personal de una familia que afortunadamente sobrevivió y se reencontró en medio del caos, pero es tan personal, que realmente más que parecer filme, parece la historia personal que un abuelo contaría a sus nietos de "cómo sobreviví en Indonesia". Hay escenas y situaciones que se sienten totalmente forzadas y muchas otras que son contadas de una forma tan inverosímil, que por momentos nos sentimos intrusos en una historia demasiado personal en donde se ahorran detalles y sólo muestran el lado "bonito" de la situación. Es complicado de explicar, pero es como un sentimiento de "es mi historia, y te cuento lo que yo quiera", y no aprovechan el fondo de la situación para contar algo que explore los límites de la naturaleza humana, como otras películas del mismo tema. Lo imposible es, básicamente, un filme para aquellos que gustan de llorar con cualquier situación triste, porque realmente, no llega tanto al corazón o al alma, ni mueve sentimientos a un nivel tan profundo como pudieron haberlo hecho de haber ido más allá. Ah, y Naomi Watts ni siquiera merecía la nominación al oscar. Un par de gritos y poner cara de tristeza cualquiera lo puede hacer.
No necesitamos haber nacido en los Estados Unidos de América para haber escuchado un poco de Lincoln, quién fue, qué hizo por su país, y por qué incluso hay una estatua de él, la más clásica, sentado en su sillón. No necesitamos saber su biografía, y Spielberg no intenta contarnos sus orígenes, cómo llegó al poder o incluso, cómo se fue. Sino que cuenta por qué la historia lo recuerda como tal: la 13ava enmienda. Y sin embargo, necesitamos lo más básico de historia para entender mejor éste filme (incluido chiste de Washington). Daniel Day Lewis encarna a un presidente curioso, entregado a su gente, en medio de una guerra civil que enfrentaba a los republicanos contra los demócratas, a los liberales contra los conservadores, a los de "raza blanca" contra los de "raza negra" por la libertad, por la abolición de la esclavitud, por la igualdad de condiciones. Y aunque se le acuse de "falta de carácter", Lewis se entrega por completo a su personaje, regalándonos una interpretación magnífica, digna de premios (cualquier premio). Y Spielberg se supera a sí mismo, desde la magnífica Munich, con un producto que, aunque ligeramente largo, no decae en su ritmo y nos muestra a un Lincoln vulnerable, un Lincoln humano, enfrentando toda clase de problemas, tanto políticos como familiares y personales, mientras intentaba cumplir su sueño. "Soy la persona más poderosa del mundo. Debo usar ese poder para el bien". Y en tiempos de tanta agitación política no sólo en los vecinos del norte sino en cualquier país del mundo, en medio de crisis, en medio de un mundo donde se han perdido tantos valores, nos preguntamos, ¿Por qué no puede existir una persona como él?, Un presidente que entienda la responsabilidad del poder y que lo use para el bienestar de todos, para acabar con los problemas sin importar el precio, simplemente por satisfacción personal y no con el afán de engrandecerse o enriquecerse. Sally Field correcta en su papel de la señora Lincoln (aunque dudamos que le alcance para el oscar), un Tommy Lee Jones con un personaje complejamente bien ejecutado y un montaje y un soundtrack que hacen de esta película un redondo espectáculo. Nuestro espacio no es para discutir de política ni de historia, aunque el cine siempre va de la mano y muchas veces con esos temas nos entrega las mejores historias, claro, siempre y cuando tenga un buen guión y mejores actores. Y señores, nos encontramos ante el ganador a mejor actor, mejor actor de reparto y sin duda, la ganadora de mejor película de este año.