Detalles de derecha. Como todos los actores que se hicieron un nombre en el cine de acción, mitad por decisión propia y mitad porque la misma industria los encaminó hacia dicho rumbo (el mainstream vive enamorado perdidamente de croquis y fórmulas ya testeadas), Jason Statham está en una especie de segundo plano dentro de la estratificación del Hollywood contemporáneo, ese que destina gran parte de sus millones de dólares a un puñado de tanques anuales basados en una catarata de CGI, protagonistas adolescentes y gestas fastuosas, cada día más y más esquemáticas. Si nos concentramos en el caso concreto de la acción “old school” tracción a stunts y violencia explícita, tampoco podemos afirmar que nos perdemos de mucho porque el promedio del género -cuando estaba en la cúspide, allá en las derechosas décadas de los 80 y 90- era de una película potable cada tres o cuatro fiascos y/ o desastres. Lamentablemente el film que nos ocupa se ubica en la franja negativa del rubro, algo por demás trágico si recordamos que esta nueva franquicia se inspiró en The Mechanic (1972), del gran Michael Winner, sin duda uno de los mejores trabajos de Charles Bronson. Así las cosas, primero nos encontramos con la bastante floja El Mecánico (The Mechanic, 2011), la que por cierto poco y nada tenía que ver con el minimalismo y la paciencia de la original, y hoy nos topamos con su primera secuela, El Especialista: Resurrección (Mechanic: Resurrection, 2016), cuyo título en castellano nos reenvía -irónicamente- hacia la también lastimosa e ingenua El Especialista (The Specialist, 1994), protagonizada por un Sylvester Stallone abandonando de a poco el mainstream. La propuesta resulta perezosa debido a la presencia de clichés dramáticos innecesarios y muchas escenas de acción muy derivativas. Sin ir más lejos, toda la primera media hora de los 99 minutos totales, luego de la apertura reglamentaria a pura adrenalina, está dedicada a apuntalar una aburridísima relación entre Statham y Jessica Alba, hoy interpretando a una suerte de damisela en peligro a la que secuestra un viejo enemigo del señor para obligarlo a volver al ruedo, calzarse el traje de sicario, recorrer el globo y ejecutar a tres caudillos del crimen organizado, por supuesto mediante asesinatos camuflados de accidentes. Más allá de esta jugada vetusta y fallida con vistas a ganarse al público femenino adepto a las historias baratas de amor, lo que sigue a continuación tampoco es una maravilla ni llega a compensar el estoicismo empleado para soportar lo anterior: a partir de ese momento la película le hace justicia a su título original porque se dedica a un desarrollo “mecánico” vinculado a las misiones de los videojuegos. En lo que respecta a Statham, en El Especialista: Resurrección se puede decir que está un poco más cuadrado a nivel actoral que de costumbre, no obstante él no es el mayor problema del opus ni mucho menos. Lo que debería ser el corazón de un producto como el presente, léase el manojo de secuencias de acción, aquí derrapa feo ya que no ofrece ni un gramo de originalidad o verdadero desparpajo (sólo se destacan en parte el segundo asesinato -el de la piscina- y ese desenlace a todo trapo). Otra característica desagradable es la cantidad de golpes que recibe Alba a lo largo del metraje, en especial tratándose de un personaje que no está a la par del protagonista o los villanos, “detalle” que no califica como incorrección política sino más bien como estupidez de derecha. Ni siquiera la aparición de un bizarro Tommy Lee Jones alcanza para salvar del fracaso a un bodrio de esta magnitud…
Ola de acción El mecánico 2, rebautizada localmente como El Especialista: Resurrección (Mechanic: Resurretion, 2016), es la película que el fan de Jason Statham espera ver para salir conforme del cine. Cuenta con el despliegue técnico superior a sus films anteriores, con varias locaciones en diferentes países, una escena memorable y actores de renombre (Jessica Alba, Tommy Lee Jones) para poner de vuelta al actor de El transportador (The Transporter, 2002) en la cima de los héroes de acción contemporáneos. Arthur Bishop (Jason Statham) está retirado de su pasado de asesino a sueldo y pasa sus días en una embarcación en las paradisíacas playas de Río de Janeiro. Pero un cliente obsesionado lo ubica y manda a “convencer” de realizar tres asesinatos “que parezcan un accidente”. El tipo se niega a puro golpe y escapa…a Thailandia. Ahí se topa con Gina (Jessica Alba), quien también lo trata de convencer enviada por el mismo villano, pero por una buena causa: tiene un grupo de niños en el tercer mundo que apadrinar. Cliché mediante la chica se enamora del musculoso héroe y renuncia a su encargo. Entonces el cliente la secuestra y Bishop deberá cumplir con el trabajo para recuperarla. Una de las curiosidades de la película es que la dirige el alemán Dennis Gansel, responsable de la afamada La Ola (Die Welle, 2007), aunque nunca más alejada de las inquietudes de autor de su director: claramente no estamos frente a un cine de autor europeo sino ante un producto de género armado entorno al Star System clásico. El actor estrella es Jason Statham y alrededor de él se diagrama la película. Presente en casi todas las escenas, luce sus músculos y coreografías de acción que no escatiman golpes de puño o patadas. El guión se las rebusca para que el hombre tenga siempre la última palabra y salga mejor parado de las situaciones. En esa estética publicitaria aparecen él y la co-protagonista femenina Jessica Alba, quizás la más desaprovechada al ser ubicada en el rol de mujer desvalida que debe ser rescatada por su héroe. Alba tiene un rostro angelical pero también buen desempeño en films de acción como mujer luchadora en las películas de Robert Rodríguez. Diferente es el aporte de Tommy Lee Jones que aparece sobre el final para darle veracidad a una película que nunca se toma demasiado en serio a sí misma. La cuota de humor es siempre agradecida para sobre llevar la trama. Esta secuela obliga al argumento a trasladar la acción por turísticas ciudades de Brasil, Thailandia, y entre otras, Australia, donde sucede la mejor escena de la película entorno al segundo asesinato con Jason Statham colgado de un rascacielos para “desagotar” una pileta construida en altura. El asesino a sueldo que interpreta en la serie del mecánico tiende a ser el segundo personaje en importancia para Statham después de El transportador. Es necesario recordar que El mecánico (The mechanic, 2011) está basada en el film homónimo de 1972 con Charles Bronson y no era una gran remake. En esa línea y con un poco más de acción y efectos se desarrolla esta secuela que cumple suministrando un rato agradable y no mucho más.
"El especialista: Resurrección", del director alemán Dennis Gansel, es vertiginosa, pero también resulta convencional y no tiene conexión con su antecesora. Jason Statham nuevamente se impone como el duro que reparte golpes y tiros por doquier. Como un émulo de James Bond y Mac Gyver, Jason Statham regresa a la pantalla grande como el héroe de las películas de acción del estilo de los años ochenta. Atrás quedaron Charles Bronson, Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, y Statham ocupa todavía ese lugar que había quedado vacante dentro del género. El especialista -2011-, remake del film que protagonizó Bronson en 1972 encuentra en la secuela El especialista: Resurrección, a Arthur Bishop -Statham- tratando de rehacer su vida en Brasil. Concebida como un relato que sitúa la acción en diversos escenarios internacionales, desde Río de Janeiro, Sydney, Tailandia y hasta Varsovia, cuando su enemigo Crain -Sam Hazeldine- secuestra a su nueva conquista amorosa -Jessica Alba- y, lo presiona para cometer tres asesinatos de traficantes de armas, gracias a sus habilidades, para que aparezcan "simples accidentes". Con esta estructura, el relato despliega vértigo y muchas secuencias de acción pero también falla en su premisa -¿por qué alguien como Bishop arriesgaría su vida por una mujer a la que recién conoce?- aún para los seguidores de este tipo de propuestas donde al héroe de turno le sale todo a la perfección. Los meticulosos crímenes son preparados para rescatar a su amada y ahí reside el mayor atractivo del film que no tiene ninguna conexión con su antecesora, donde el antagonista era Donald Sutherland. La secuencia de la piscina ubicada en lo alto de un rascacielos australiano es, lejos, lo mejor de la propuesta, y la acción también se extiende a una cárcel ubicada en una isla rodeada de tiburones y de la que es imposible salir vivo. El último objetivo a cumplir es liquidar a un extravagante traficante -un desperdiciado Tommy Lee Jones- con quien Bishop cambiará las reglas del juego entre perseguidor y perseguido. El especialista: Resurrección, del director alemán Dennis Gansel, es vertiginosa, tiene buenos momentos, pero resulta convencional, rutinaria y hasta ingenua con sus luchas cuerpo a cuerpo, tiroteos, explosiones -digitales- y escenas submarinas. No se trata del mejor film de Statham, visto antes en las saga de El transportador, Rápìdo y Furioso, Crank y Los indestructibles.
El director alemán de La ola filma una película "a reglamento" que se ubica entre lo más flojo de ese gran héroe de acción que es Jason Statham. Casi un subgénero en sí misma, la filmografía de Jason Statham remite invariablemente a las de Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y otros tantos héroes del cine de acción de los años ’80 o ’90, lo que permite entender su presencia en aquella reunión de amigotes que fue Los indestructibles. Lo cierto es que el pelado entrega aquí una de las peores películas de su carrera, un mecanizado y reglamentario relato centrado en las piñas y patadas que, para colmo, no son tantas. El británico es aquí Arthur Bishop, un reputado asesino a sueldo que ahora disfruta las mieles del éxito –y del dinero- en una paradisíaca playa de Río de Janeiro. Allí recibe y rechaza una llamada con una oferta para volver al ruedo. El contratista, entonces, envía a una hermosa mujer (Jessica Alba) con el objetivo de enamorarlo y después fingir su secuestro para obligarlo a trabajar para él a cambio de su liberación. El plan sale aún mejor: ellos se enamoran en serio. Así, Bishop deberá ejecutar a tres referentes del crimen organizado y demás negocios ilegales, siempre sin que se note demasiado. Durante esa primera parte, el guión de esta secuela de El mecánico (2011) exhibe un desgano inhabitual para los cánones hollywoodenses, enhebrando diálogos imposibles y/o gastados que preludiarán aquello en lo que debería estar el punto fuerte del film, que son las escenas de acción. El alemán Dennis Gansel (La ola) filma a puro reglamento, sin vuelo ni creatividad, aun cuando la metodología de los asesinatos son bastante originales. Por ahí también anda un Tommy Lee Jones totalmente desatado en la piel de un capo narco y testigo fiel de un desenlace que difícilmente sorprenda a alguien.
Jason Statham vuelve a ser Arthur Bishop, el mecánico o el especialista, en esta segunda parte titulada resurrección. El asesino a sueldo más peligroso del mundo pensó que había dejado su pasado criminal en el olvido, hasta que su peor enemigo secuestra a la mujer de su vida. Ahora se verá obligado a viajar por el mundo para completar tres asesinatos imposibles y hacer lo que mejor sabe… que se vean como accidentes. Jason Statham es quizás el actor de acción más carismático del nuevo grupo. No es extrañar que se haya destacado en films como Snatch o Spy. Desde allí, su repertorio de sagas han pasado del El Transportador hasta Los Mercenarios. La remake de El Especialista (alguna vez protagonizada por Charles Bronson) lo tiene en un papel que no brinda muchas lineas en sus diálogos; pero que tampoco propicia una buena cantidad de patadas y golpes. Como bien lo dice el título, la elaboración de los asesinatos y las tretas que realiza para lograrlos, es lo más interesante del film. Las ciudades son un condimento al flojo argumento, por lo menos sirven de excusa para que el protagonista recorra el mundo y lleva al espectador a estos lugares paradisíacos. Aunque hay que felicitar por lo menos la escena de la piscina, que bien puede ser inhópista y e irreal; sale fuera de lo común e impacta en su forma de estar filmada y elaborada.
Entretenimiento pochoclero asegurado, pero muy pobre y trillado.Si es que vas al cine en busca de una película que ofrezca entretenimiento un tanto liviano, con un argumento bastante soso y las clásicas escenas del género de acción, sobre todo las que ya...
Cualquier excusa es buena para matar Uno de los momentos más divertidos y autoconscientes de la genial película El último gran héroe (John McTiernan, 1993) ocurría cuando en la ficción dentro de la ficción se promocionaba el nuevo film de la estrella de acción Jack Slater (Schwarzenegger) con un trailer que anunciaba que el vengador estaba enojado porque los villanos se habían metido con su primo segundo. Débil excusa para salir a matar a diestra y siniestra pero de eso se trataba. La película se burlaba de otras que le daban al héroe motivos cada vez más ridículos para transformarse en una máquina asesina. Exactamente lo que sucede en El especialista: resurrección, la continuación de El mecánico (2011) en el que Jason Statham interpretaba a Arthur Bishop, un asesino a sueldo. Ahora, Bishop está retirado, hasta que todo se desmorona cuando un antiguo colega lo busca para que cometa tres asesinatos.Y aunque en principio el ex sicario se resiste a volver al "trabajo", rápidamente cambia cuando la bella y solidaria Gina (Jessica Alba), llega a su vida. Y del amor casi instantáneo Bishop pasa directamente a los asesinatos armando unos planes detallistas y sofisticados para matar a sus objetivos. Casi un superhéore de cómic que se salva del ridículo gracias al enorme carisma y presencia escénica de Statham. Aunque la aparición de Tommy Lee Jones es mínima el veterano actor aporta un necesario guiño humorístico a la película.
Balas y piñas, por amor Jason Statham tiene el porte del moderno héroe de acción: pocas palabras y mucha acción. Los héroes de acción son así. Pelean con todas sus fuerzas, logran doblegar a más de un oponente y dan hasta lo que no tienen por amor, o por dinero. Los héroes de acción son así, desde siempre. Y el que diga serlo y no cumpla estos preceptos, que tire la primera bala. Athur Bishop creyó que podía dejar atrás su pasado criminal, pero no. En el filme original -que era remake de uno con Charles Bronson de los años ‘70. vuelta de tuerca mediante- Bishop era un personaje cosido a la medida de Jason Statham, su protagonista. Como su personaje en El transportador, Statham hablaba poco y pasaba a la acción. Y en esta secuela podría decirse que ocurre lo mismo, por lo que los fans del actor de Snatch: Cerdos y diamantes y Los indestructibles lo disfrutarán a sus anchas. La nueva trama tiene sus vueltas. Bishop está lo más tranquilo (lo más tranquilo que puede estar un asesino frío, al que dan por muerto) cuando se topa con Craine, un antiguo enemigo. Este elige chantajearlo: sino comete tres asesinatos que le encarga, develará que está vivo. La cosa se pondrá peor, porque por más que logre escapar, Bishop se enamorará en tierras de Asia de una chica humanitaria (Jessica Alba), que está al frente de una escuela para niños en Camboya. Y Craine encuentra en ella el anzuelo, la secuestra y entonces Bishop debe cumplir con lo que le pidió, o despedirse de la rubia. La película de Dennis Gansel -el director alemán de la controvertida La ola (2008)- está estructurada como en capítulos. El cine de acción también ya empieza a tener una estructura, a partir de escenas de peleas bien coreografiadas, que pueden meterse en cualquier momento del guión. No es nuevo, pero cuando funciona, el objetivo de entretener a los golpes, funciona. Hay una escena que recuerda a la de Tom Cruise en el Burj Khalifa en Misión: Imposible, Protocolo Fantasma. Y Statham interactúa con Tommy Lee Jones: usted elija si prefiere las que tiene con Alba.
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Dentro del género de acción la compañía Millenniun hoy ocupa el lugar que tenía la productora Cannon en los años ´80 con Jason Statham entre sus figuras principales. A veces presentan películas decentes, como las primeras dos entregas de Expendables, Homefront (Statham) o las historias de ninjas con Scott Adkins, pero también cuentan con algunos fiascos. El especialista: Resurrección es una producción mediocre que brinda una continuación innecesaria del film estrenado en el 2011 , que significó un éxito comercial para Millennium. Aquella remake del clásico de Charles Bronson de 1972 no era peliculón memorable, pero adaptaba con dignidad en un contexto moderno la premisa de la historia original. Simon West, el director de Con Air, elaboró buenas secuencias de acción y la trama era llevadera por el duelo que se generaba entre Statham y Ben Foster. La segunda parte es muy pobre y fue realizada por el alemán Dennis Gansel, responsable de una buena película como fue el thriller político La ola. En este caso abordó un género con el que no está familiarizado y el resultado es terrible. Gansel ofrece secuencias de acción paupérrimas que logran que uno ria a carcajadas por las situaciones ridículas que presenta la trama. Ya desde la introducción del protagonista, quien se tira al vacío desde el teleférico del Pan de Azúcar, en Brasil, para aterrizar perfecto en un ala delta, el director establece el tono de estupidez del film. A veces está bueno distraerse un rato con este tipo de propuestas, pero las películas no funcionan cuando presentan a un héroe extremadamente perfecto. El personaje de Statham tiene balas ilimitadas en sus armas, acierta todos los tiros y vence a sus oponentes en las peleas sin un mínimo rasguño. Por alguna razón inexplicable al mercenario Bishop en esta continuación lo convirtieron en un personaje ridículo que se ve envuelto en situaciones que no tienen sentido. Por ejemplo, el protagonista conoce dos minutos a Jessica Alba (con quien tiene cero química) y en la siguiente escena es el gran amor de su vida a la que debe rescatar de un villano trillado. La gracia del rol del asesino Arthur Bishop era que elaboraba planes complejos y estrategias creativas para eliminar a sus víctimas, no era el héroe de acción mecánico que emulaba el James Bond de Roger Moore. Jason Statham por momentos parece encarnar una parodia de Frank Martin (El transportador), algo desconcertante si se tiene en cuenta el tono que había tenido el film anterior. Desde los aspectos técnicos esta continuación también es terrible. El trabajo de fotografía es muy pobre y en las mediocres escenas de acción se nota en más de una ocasión que los escenarios naturales fueron elaborados en post-producción con CGI. Una tristeza encontrar en este estreno a grossos del cine como Tommy Lee Jones y Michelle Yeoh, quienes estuvieron completamente desperdiciados en la historia. Por lejos, una de las peores películas que hizo Jason Statham en el último tiempo. No vale la pena perder tiempo con esto, a lo seguidores del cine de acción les recomiendo que busquen Blood Father, un gran regreso de Mel Gibson que por lo menos le hace justicia al género.
ADRENALINA SI, INGENIO NO Jason Statham que con la saga de “El transportador” se instaló como la novedad de un tipo de films de mucho éxito, y como estrella de acción con todas las cualidades: cara de piedra, cuerpo musculoso, imbatible, secundado por argumentos misteriosos. Claro que también probó que puede con el humor y formar parte de elenco multiestelares. Aquí con esta segunda de “El especialista” (la primera fue una remake del film de Charles Bronson) prueba que por más que la acción sea vertiginosa, que no falta la chica linda, en este caso Jessica Alba (magro rol) y que tenga que matar disimuladamente a gente imposible, simplemente eso no alcanza. Le falta un cierto ángel que perdió en el camino y se quedó con la parafernalia de los efectos especiales, el vértigo de persecuciones y explosiones y poco más. Seguramente tendrá un éxito de público adicto a la acción y su fama alcanzara para buenas taquillas. Pero supo entretenernos mucho mejor.
Jason Statham a los tiros Arthur Bishop pensó que había dejado atrás su pasado criminal, pero cuando la mujer de su vida es secuestrada se ve obligado a viajar por el mundo para llevar a cabo asesinatos imposibles que a la vez parezcan accidentes. El Especialista: Resurrección, en realidad es la secuela de El Mecánico, que a su vez era una remake bastante libre de un filme homónimo de Charles Bronson. Si la primera entrega resultaba fresca y original, ésta parece un compilado de lugares comunes y clichés, eso sí, rodados en locaciones internacionales dignas de una cinta de James Bond. Jason Statham, ícono del género, se mueve como pez en el agua, tiene carisma, es irónico y creíble en su papel de asesino implacable. La estructura narrativa que recuerda a los niveles de un videojuego, funcionan y resultan más acordes que la trama más tradicional destinada a narrar la relación de nuestro héroe de turno con la damisela en peligro compuesta por Jessica Alba. Algunas secuencias con "violencia de género" son gratuitas y de mal gusto, y el villano encarnado por Tommy Lee Jones parece salido de un grotesco comic. Pese a esto, los seguidores de Statham y los cultores de los tiros, piñas y persecuciones fílmicas la disfrutarán.
La secuela de la película protagonizada por Jason Statham en el 2011, El Mecánico, nos reencuentra con nuestro protagonista, en Brasil, retirado y básicamente pasando en paz los días. Nadie sabe quien es, ni lo que hacia. Para todo el mundo Arthur Bishop esta muerto. Pero esa paz es rota por una misteriosa mujer, que le da un ultimátum: o mata a tres personas haciéndolo parecer un accidente, o todo el mundo sabrá que todavía esta vivo. Así comienza la historia de esta fallida película de “acción”. Y lo pongo entre comillas, porque si bien comienza como una película que se perfila como eso (la escena del ala delta y el teleférico al principio roza lo ridículo), de ahí en mas lo único que nos brida es al personaje de Statham básicamente trabajando a regañadientes para dicha organización, sin siquiera cambiar o lograr matices en la actuación, siempre enojado y con cara de transito lento. La relación entre el personaje de Alba y el de Statham es tan forzada, que a uno le da la sensación de haberse dormido y perdido una parte de la historia. Como llegaron a este punto? Que me perdí? Como pasamos del punto A al B sin ninguna lógica? Es sinceramente un misterio. Si a eso le agregamos la manera en la que han desperdiciado a Tommy Lee Jones, sinceramente por más que trato no logro encontrar una sola cualidad positiva en esta cinta. Cuando uno ingresa a ver este tipo de películas sabe lo que va a ver. Sabe que las escenas de acción serán exageradas, que Jason va a patear a todo el mundo y saldrá victorioso al final. Pero ni aun con eso en mente la película entretiene. Básicamente son 90 minutos de incoherencias, en bellos pasiajes en varios continentes, con una bella Jessica Alba puesta en el medio con el único motivo de mover la historia, y Jason Statham haciendo lo mínimo y necesario para cobrar el cheque, e irse a ver Snatch, para emborracharse y pensar que paso con ese tipo que hizo esa película, y que de a poco se esta transformando en una caricatura de si mismo, al mejor estilo Jean Claude Van Damme.
Volvió Bishop, volvió el mecánico -o el especialista-. En 2011, el director Simon West presentó The mecanic, la remake de un film de 1972 protagonizado por Charles Bronson y dirigido por Michael Winner. En la segunda parte de la nueva versión, el director y los guionistas son otros. El alemán Dennis Gansel, realizador de las buenas La ola y Napola, aparece por primera vez en la industria norteamericana. Arthur Bishop (Jason Statham) vive la buena vida en una isla paradisíaca hasta que desembarca en el lugar una preciosa joven llamada Gina (Jessica Alba). La llegada de la mujer se relaciona con un viejo enemigo de Bishop, que se acercará a su paradero con el fin de secuestrarlo y ofrecerle un trabajo complicado: asesinar a tres importantes traficantes. Tommy Lee Jones y Sam Hazeldine vienen a reemplazar a Donald Sutherland y Ben Foster, acompañantes de Statham en la primera parte. Uno de los traspiés de Resurrección es que su guion corre en el límite entre lo estereotipado y la vergüenza ajena. Jones interpreta a Max Adams, una de las tres personas a las que Statham tiene que asesinar. No solo es ridícula la construcción de este personaje, sino que también es totalmente inherente a la trama. Gansel, aquel que podría haber sido el héroe salvador del film, se entrega por completo a lo prefijado y realiza una “película fotocopia” de otras fallas del género. El único motor que tiene Bishop para cometer sus asesinatos es Alba, la damisela en apuros. La sensibilidad repentina que adquiere el asesino más eficaz y feroz lo introduce en situaciones descabelladas -algo tenía que “moverle el piso” para que pudiera aparecer en otra película-. Las escenas de matanzas de relleno -aquellas en las que el personaje se saca de encima infinidad de enemigos antes de dar con el “big boss”- están tan cuidadas como en una comedia de Jackie Chan. No hay desmesuras ni impacto en un filme que intenta consagrarse en el género como “seria”, algo que sí logra, por ejemplo, Jason Bourne. Las secuencias de acción determinantes, a diferencia de las de matanzas de relleno, se desarrollan con mayor eficacia y las resoluciones son creativas. En ese aspecto, Gansel da en el blanco. Alguna que otra buena risa incrédula y la destreza física del carismático Statham pueden ser dos buenas excusas para ver El especialista: Resurrección. Sin embargo, el film está plagado de fallas técnicas y de desilusiones, como el mal paso de un director interesante al cine norteamericano y la inexplicable ubicación del oscarizado Tommy Lee Jones en el reparto.
Cinco años tardaron en realizar la secuela de “The Mechanic” (2011), la remake del filme de 1972 del mismo nombre. La distancia en el tiempo se nota, no solo en la repetición de formulas, sino en la carencia de ideas para ofrecerle al espectador un entretenimiento de acción destacable. Artur Bishop se niega a aceptar una misión de un viejo adversario, pero al ver que su nuevo amor queda secuestrado por sus garras, no le queda otra opción que comenzar una nueva cacería. Su objetivo: asesinar a tres importantes personas con el fin de recuperar a su mujer con vida.
Cinco años después de Mechanic llega la secuela, con el director alemán Dennis Gansel a cargo de poner en escena las increíbles hazañas de ese héroe de acción humano, carismático y con sentido del humor que es el inglés Jason Statham. El especialista arranca con su personaje, el asesino a sueldo Arthur Bishop de retiro en Río de Janeiro, pero claro: los problemas, y su sangriento pasado, no están dispuestos a dejarlo en paz. El villano Crain envía con sus mensajeros el "pedido" de liquidar no a una sino a tres personas y Bishop, después de sacárselos limpiamente de encima, aparece en Tailandia, en un paraíso remoto donde, por supuesto, tampoco habrá paz. Habrá secuencias de acción en el agua, en el aire, en una cárcel, en las calles, con el trabajado torso de Statham en primer plano, venga a cuento o no lo de sacarse la camiseta. También un amor -Jessica Alba- en bikini, en peligro, en baile sexy, en las garras de los malvados. Apenas la ha conocido, pero Bishop le da el reloj que fue de su padre y que jamás se sacó de la muñeca por nadie: él hará cualquier cosa por vos, le dice Crain a la chica. Como ese romance, todo en El Especialista es apurado, palo y a la bolsa. También aparece Tommy Lee Jones, como un traficante de armas en bata y con anteojos colorados. Sin la magia de la saga Transportador, a esta acumulación de secuencias de acción macgyverianas con decorados multinacionales le cuesta convencernos de que su simpática ridiculez es realmente divertida. Todo es tan arbitrario y atolondrado que ni el gesto irónico de Statham, en piloto automático, basta para movernos a la risa.
Los amores complicados de un asesino por encargo Jason Statsham se liquida unos 150 tipos en esta película de acción bastante entretenida, aunque no especialmente original. El personaje conocido en "The Mechanic" está ahora tranquilo dando un servicio de buceo en Rio de Janeiro, y alejado de su vida criminal anterior. Pero el pasado siempre vuelve y un viejo conocido quiere presionarlo para que cometa tres asesinatos imposibles. El protagonista huye a una isla paradisíaca regenteada por Michelle Yeoh (que increíblemente no tiene ninguna escena de acción), donde conoce a Jessica Alba, que se convierte en su gran amor y gran debilidad, ya que al raptarla el villano consigue obligarlo a cometer los asesinatos. Las tres tareas implican meterse en una cárcel tailandesa donde se encuentra un genocida africano, viajar a Australia para matar a un magnate de la minería, y a Bulgaria a buscar a un traficante de armas a gran escala. Este último trabajo hace un gran aporte al film, ya que el hombre a matar es un excelente Tommy Lee Jones en su veta más humorística. Jessica Alba trata de dar un par de patadas voladoras sin mucho despliegue y todo el peso de la acción está en Statham, que ha hecho este tipo de personajes un par de docenas de veces y no tiene que esforzarse demasiado para que le salgan bien. Las escenas de acción son muchas y buenas, y entre los asesinatos se destaca uno muy ingenioso, quebrando el fondo de una piscina de cristal ubicada en el piso 76.
Dinámica y entretenida, pero con baches difíciles de ignorar. Sostener una película de acción para su consumo cinematográfico es una tarea cada vez más titánica. Dichas historias dependen más y más de personajes bien construidos y multidimensionales en vez del “puedelotodo” especialista en armas, artes marciales, conductor experimentado, etc. Cosa que nos gusta, pero no es precisamente la única. Si bien a películas como esta no hay que exigirles demasiado, debe decirse que El Especialista: Resurrección es una propuesta que se toma demasiado en serio su premisa de dejar el cerebro antes de entrar a la sala. Experto en pinchazos: el-especialista-resurreccion-1Arthur Bishop es un asesino profesional que se distingue por hacer pasar a todos sus trabajos por “accidentes”. Pero durante los últimos años se alejó de este oficio y fingió su muerte para poder empezar una nueva vida. Lamentablemente, un traficante de armas descubrió su pequeña charada y lo coacciona para que lo ayude a eliminar a sus tres principales competidores. ¿Qué ocurrirá si no lo hace? Una nueva mujer que acaba de entrar a su vida morirá y la información de su paradero será vendida al mejor postor. Arthur deberá deshacerse de los tres objetivos, buscando la manera en el proceso de salvar a la chica en cuestión. A un guión como el de El Especialista: Resurrección no se le debe pedir mucho. Por predecible que sea, cumple su propósito de entretener vía escenas de acción en apariencia demenciales que uno sabe el protagonista va a superar. No obstante, lo que no me cierra de este guión son inverosimilitudes que no tienen cabida siquiera en el género. Les tiro dos ejemplos: La muchacha protagonista es una ex-soldado y sin embargo es dominada físicamente por los esbirros del villano como si fuera una damisela en apuros estándar. ¿Dónde cazzo está su entrenamiento militar?. El otro ejemplo, involucrando también a esta damisela, tiene que ver con su verdadera naturaleza como secuaz a la fuerza del villano. Antes de que me tiren tomates, aviso que esto se revela en los primeros minutos de película, y es una información que no se vuelve a utilizar o recordar nunca más. El guion quiso hacerse el fino evitando el cliché de la mujer que en realidad trabaja para el villano. Perfecto, se evitó, pero dicha evasión la tenés que trabajar a favor tuyo o mostrar una consecuencia de esa acción. Con sólo evitar el cliché no hacés nada. En materia técnica la película está bien filmada y bien editada; rápida y dinámica como uno puede imaginarse. Naturalmente el pico más logrado son las escenas de pelea y de tiroteos entre los personajes. Por el costado actoral, Jason Statham entrega una interpretación no muy distinta de la que ofrece en sus trabajos más destacados. Es una labor decente, a la altura del desafío, pero no mucho más. Jessica Alba también entrega un trabajo bastante apropiado, y tampoco es que haya mucho para analizar con el personaje chato que el guion le otorgó. Conclusión: El Especialista: Resurrección es un título de acción que se limita a ser un buen entretenimiento y nada más. Pero sus baches de verosímil, aunque pocos, son demasiado groseros para ser ignorados. Suba bajo su propio riesgo.
El actor de cine y modelo británico Jason Statham (49) es un gran protagonista de las películas de acción y aventura. Experto en natación, perteneció al Ejército Británico formó parte del regimiento de paracaidistas, fue modelo promocional y conoce varias artes marciales, en escenas de acción no suele usar dobles. Esta nueva entrega contiene mucha acción, tiros, peleas, persecuciones, explosiones, buenas locaciones y coreografías. Statham tiene mucho carisma, es un gran conocedor de este tipo de historias, donde debe proteger a la bella Jessica Alba y el villano de turno está encarnado por Tommy Lee Jones, por cierto poco aprovechado. Con un flojo guión, y muy predecible, constituye un buen entretenimiento, solo eso.
Miraba las notas de producción, y decía, "¿cómo pueden haber querido hacer una segunda parte de esta peli cuando la primera no fue un éxito?". Se ve que Jason Statham tiene la idea de que debe seguir sosteniendo su perfil de héroe de acción, no importa la calidad del guión que le pongan delante. Como "Fast..." ya está en posproducción, aquí tenemos entonces algo para entretenernos en el "mientras tanto"... Y eso que Statham para esta segunda entrega de "The mechanic", consiguió los servicios de un gran director alemán (es el hombre que trajo "Die Welle" - "La ola" en 2008, ese fantástico film sobre el fascismo en una escuela), Dennis Gansel. Sin embargo, el guión de Philip Shelby y Tony Mosher (el primero hizo la potable "Survivor" hace unos años), no logra en ningún momentos instalarnos en la vorágine esperada y sólo promueve una sucesión de secuencias (muy sólidas) de acción en diferentes lugares del globo, acordes a lo que mejor sabe hacer su protagonista. Ya sabemos que Arthur Bishop (Statham) está fuera del radar, después del final del capítulo anterior. Pero hoy en día, no es fácil ni siquiera para los espías mantenerse ocultos. La cuestión es que, Bishop está viviendo su vida, enamoradísimo de Gina (Jessica Alba, ¿qué fue de ese buen proyecto de actriz?), hasta que los malos se interponen para extorsionarlo. O realiza una serie de trabajos (léase asesinatos) pedidos por quienes secuestraron a su amada, o será el fin de dicha relación. Impresiona la poca cantidad de líneas del guión. Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y listo. Ya tenemos el escenario, podemos ocuparnos de las locaciones exóticas, las secuencias que aportan el vértigo: visitaremos Brasil, Tailandia, Camboya, Malasia, Australia y Bulgaria. Así que si lo tuyo son los viajes y los golpes, patadas y tiros, hay entretenimiento asegurado. El malo en cuestión es Tommy Lee Jones, quien aparece poco, pero lo suficiente para conseguir un jugoso cheque por sus servicios. Nota interesante, la original "The mechanic" es una versión modificada de un clásico de Charles Bronson de los 70'... Dos perfiles de hombres de acción distintos, y una franquicia que quiere despegar. Veremos como le va. Si te gusta el género, es entretenida, pero aporta poquitísimo a la carrera de Statham.
Statham sigue siendo el gran heredero de los aventureros forzudos y un poco –o un mucho– al margen de la ley de los años ochenta. Aquí a su “mecánico” (el tipo que mata pero hace que todo parezca un accidente) lo obligan a tres trabajos para salvar la vida de la persona que ama. Y ahí está la creatividad a la hora del entretenimiento de tiros, buenos y malos, y la velocidad total que Statham garantiza.
El Especialista: Resurrección, el regreso del pelado peleador La nueva película del británico Jason Statham parece un calco de sus incontables incursiones cinematográficas pero así y todo presenta los ingredientes (y actores) necesarios para tener personalidad propia. En los ochenta reinaban en las taquillas Sylvester Stallone, Chuck Norris y Arnold Schwarzenegger y por detrás había una verdadera marea de películas que buscaban colgarse de su éxito. En la actualidad, y con esos ídolos al borde de su retiro, le cabe al ex nadador Jason Statham el título de heredero de todos ellos. Con un estilo propio, el calvo se hizo un nombre dentro del género e incluso fue convocado como "su segundo" por Sylvester Stallone en las películas de "Los Indestructibles" pero, paralelamente, sigue estrenando entre una y tres (¡3!) películas por año, todas ellas muy parecidas entre sí. El caso de El Especialista: Resurrección es extraño. La película original, que se estrenó acá en 2011 bajo el título de El Mecánico, era una remake de un film de los años ´70 protagonizado por Charles Bronson; pero para esta secuela eligieron transformar al "mecánico" por "Especialista", quizá como una manera de relacionarlo con el clásaico film de Stallone y Sharon Stone estrenado en 1994 (¡!). Lo cierto es que en este film, Statham retoma el papel de Bishop, quien es descubierto en Brasil por un viejo amigo que ahora lo quiere muerto pero no sin antes cumplir tres "trabajitos" bajo pena de asesinar a una mujer (Jessica Alba) que no sólo conquistó esa roca que lleva como corazón sino además es la responsable de un hogar de huérfanos que quedará librado a su suerte si ella muere. Esta premisa es la "excusa" para que Statham protagonice una serie de escenas de acción explosiva, de esas que captan la atención por lo bueno de las coreografías y la precisión con la que todo está planificado. El protagonista luce sólido en su papel (esto, literalmente) pero eso no es excusa para disfrutar de una hora y cuarenta minutos de piñas, patadas, tiros, explosiones y costosos vehículos destrozados por doquier en locaciones paradisiacas en las que los espectadores pueden descubrir tranquilamente su próximo destino vacacional. El agregado de Tomy Lee Jones y Michele Yeoh, no hace más que convocar a los fanáticos de este tipo de films aunque dichos intérpretes no aporten mucho a la trama y sus papeles están escritos más a modo de homenaje que a otra cosa. En definitiva, si la intención es divertirse "sanamente y en familia", El Especialista: Resurrección es una interesante opción para este fin de semana. Si no, su llegada al cable será la alternativa.
A "El especialista" no la salva ni Jason Statham Hay que ser muy perezoso para arruinar una película protagonizada por Jason Statham. El actor inglés ya demostró que puede sacar del pozo cualquier mamarracho que un grupo de inversores internacionales considere que es un guion. Pero no le pidan lo imposible. La pereza de El especialista es tan visible que a través de la pantalla uno casi puede leer las mentes de quienes depositaron sus millones para producirla: Statham sumado a Jessica Alba y multiplicado por Tommy Lee Jones, ¡boom garantizado! La ironía es que la recaudación no estuvo a la altura de los cálculos, y difícilmente recuperen los 40 millones de dólares declarados en la producción. Moraleja: está bien que te guste el dinero, pero debería gustarte un poquito el cine también para que el negocio sea divertido para todos. El especialista es una secuela de El mecánico. Es decir: sus antecedentes no eran nada auspiciosos. De hecho, lo que en aquella película aparecía como sintomático (clichés, corrección política y sentimental, falta de ritmo) aquí adquiere la dimensión de una enfermedad terminal. Y esta vez el director es el alemán Dennis Gansel, que tanto escándalo generó con La ola. Lo más evidente es que una buena parte de los 40 millones de dólares deben de haber salido de las arcas de las oficinas de turismo de Brasil, Malasia, Tailandia, Australia y Bulgaria. La belleza de tarjeta postal con que se muestra Río de Janeiro en los minutos iniciales, por ejemplo, resulta más inverosímil que las proezas físicas, mecánicas y electrónicas del personaje de Arthur Bishop, el asesino a sueldo con ganas de jubilarse que compone Statham. Todo reluce, todo está limpio, todo tiene esa pulcritud que sólo exhiben los estudios de publicidad y no las ciudades donde hay favelas. Pero si la fotografía es de un satinado incandescente (¿o indecente?), la narración se desarrolla a través de un esquema tan básico de dificultades crecientes que habría que retroceder varias décadas en la historia de los videojuegos para encontrar algo comparable. Bishop debe matar a tres capos internacionales del tráfico de armas si quiere salvar a la chica que, en menos de una semana de convivencia, le ha ablandado el corazón con su currículum de benefactora de huérfanos asiáticos y su anatomía latina siempre a punto de hacer saltar el botón del escote. Muchas escenas en el mar, muchas muertes tipo muñeco que cae, peleas cuerpo a cuerpo, tiroteos y una cantidad aceptable de explosiones hacen de El especialista una especie de maqueta de película de acción a la que la presencia de Statham no alcanzó para insuflarle algo parecido a un alma.
Vuelve el hombre Jason Statham pasa por ser uno de los últimos “Macho Man” (tal y como cantaban los mítico Village People) que pululan por esas pantallas de cine del mundo mundial. Reivindicando un tipo de cine que arrasó en los 80 de la era Ronald Reagan y mirándose en el espejo de otro hombretón que las mataba bien muertas como Charles Bronson (la película que nos ocupa es la continuación de un remake de Asesino a precio fijo (The Mechanic, 1972), Statham ha marcado estilo con esa barba cerrada donde podrían irse encendiendo un montón de cerillas sin que se inmutara y con una calva seductora que rivaliza en estilosa con la de Zinedine Zidane. Sus películas son todas bastantes parecidas, no nos vamos a engañar. Por eso celebramos de vez en cuando que el actor pateador se salga un poco de los clichés establecidos y se entregue a la autoparodia más festiva en títulos como los primeros de Guy Ritchie con los que se dio a conocer: Juegos, trampas y dos armas humeantes (1998) y Snatch: cerdos y diamantes (2000) o la más reciente Spy: Una espía despistada (2015) donde da rienda suelta a su vis más comica. Este no es el caso, y de manera un tanto desmayada nos regala un capítulo más del libro de estilo del tipo de películas violentas donde el héroe salva un montón de obstáculos mediante piruetas imposibles y está a punto de morir mil veces en manos de unos ineptos malvados que no saben cómo frenar a esta auténtica máquina de matar. Como no puede ser de otra manera, entre medias de toda la pirotecnia y acción sin fin al superhéroe aún le quedará un resquicio de tiempo para robarle el corazón a la tía buena de turno, aquí interpretada por una Jessica Alba claramente a la baja (2015 no es que haya sido su mejor año, preñado de películas malas como Barely Lethal o El Velo, ambas inéditas en Argentina). Por allí también asoman el palmito una muy desaprovechada Michelle Yeoh, quien con sus conocimientos en el mundo de las artes marciales, tal y como demostró en films como El mañana nunca muere (1997) o la muy celebrada El tigre y el dragón (2000) aquí no tiene ninguna posibilidad de demostrarlos, limitándose a un par de escenas donde tampoco se sabe muy bien que pinta (suponemos que alguna productora china ha metido algo de dinero en el proyecto), además de un Tommy Lee Jones en modo cameo que al menos aporta algo de entidad actoral al conjunto. Si metes en una coctelera un poquito de James Bond, otra pizca de Jason Bourne y la cara de mala leche constante de Statham, ya tienes un producto de consumo rápido que se olvida a los cinco minutos de haber salido del cine. Eso sí, los productores han tirado la casa por la ventana en cuanto a localizaciones se refiere y a modo de Phileas Fogg de La vuelta al mundo en 80 días se han llevado al protagonista a darse un paseo por medio planeta. Ahí es nada: Bulgaria, Brasil, Tailandia, Australia, Camboya… En la parte positiva de la propuesta hay que destacar el buen manejo del director (el alemán Dennis Gansel, que se ha vendido al dólar tras postularse como cineasta de culto en éxitos como La ola o Somos la noche) en la planificación de las constantes escenas de acción (sobre todo en aquellas en las que Arthur Bishop debe ir eliminando de forma harto ingeniosa a una serie de villanos de medio pelo a los que tiene que asesinar si quiere recuperar a su nuevo amor secuestrado por el más malo de todos (a quien da vida el británico Sam Hazeldine). En definitiva, nada nuevo bajo el sol en una filmografía como la de Jason Statham que se va rellenando a base de secuelas, precuelas, remakes y demás formas de intentar perpetuar un tipo de cine que ya hace tiempo está viviendo su ocaso. Ahora le espera la octava entrega de Rápidos y furiosos y otra excelencia filmada titulada Meg donde se las verá nada más y nada menos que con un tiburón gigante (un megalodonte) que se extinguió en la época del Pleistoceno. Como para salir corriendo…
UN MECANICO A DOMICILIO QUE NO SIEMPRE TE MATA Desde que Guy Ritchie lo reinventara como personaje de acción en Juegos, trampas y dos armas humeantes o en Snatch, el ex atleta y ex modelo publicitario Jason Statham nos viene dando parejo en cuanto a la imposición de personajes de similar estructura pero con ciertos matices o diferencias que le permiten experimentar en sus capacidades actorales, en apariencia limitadas. Tal es el caso de sus villanos despiadados (Celular, Rápido y furioso 7), los hombres de perfil psicológico atormentado (Redención, Revolver) o los héroes jocosos y satíricos (Crank, Spy: una espía despistada). Pero volviendo a lo seguro lo que más rédito le da es jugar al héroe de acción más convencional como en El transportador, Los indestructibles o Carrera contra la muerte. El especialista: resurrección no es la excepción ya que si bien habla de la historia de un asesino (un “mecánico” en el título original) que se especializa en matar por contrato de modo que “parezca un accidente” siempre termina obedeciendo a una reserva moral propia que genera empatía inmediata como para convertirlo en héroe. La primera entrega del 2011 ya era una remake del film homónimo de 1972 The mechanic, en la que el personaje central era interpretado por Charles Bronson y, a decir verdad, cuesta distinguir entre el film de Michael Winner (director de la saga de El vengador anónimo) y el de Simon West que no hace más que aggiornarlo agregándole el ritmo del cine de acción del nuevo milenio. En la anterior entrega Arthur Bishop (Statham) era puesto a prueba a la hora de tener que matar por encargo a su mejor amigo (Donald Sutherland) y así logra ganarse la rivalidad de su hijo (Ben Foster), para terminar solucionando las cosas a su modo y desaparecer del radar, dado por muerto como no podía ser de otra manera. En esta, ya retirado en un lugar paradisíaco de Brasil y con nueva identidad, se lo tienta nada menos que con Jessica Alba como cebo para que caiga en la trampa de la doncella en peligro y así acceda a volver al trabajo que consiste en eliminar a tres blancos estratégicos a los que se presenta como gente muy mala sin la cual tendríamos un mundo mejor. Pero uno de ellos, un traficante de armas multimillonario (Tommy Lee Jones), lo hace recapacitar en la finalidad de quien lo manipula para que lo elimine y allí es donde surge esa reserva moral de la que les hablaba, que hace que nuestro asesino acabe siendo el héroe. La película del alemán Dennis Gansel, cuyo mérito mayor fue el de habernos regalado La ola (Die welle, 2008), no arriesga demasiado en lo que sabe debe manejar sin demasiadas innovaciones. Desde el guión juega a destapar las obviedades desde el principio casi en tono de broma o juego cómplice con el espectador para que luego terminen corroborándose en una maraña de extorsiones, traición y habilidades sobrehumanas que sólo pueden marcar una diferencia en base al realismo en cada situación de acción explícita. Porque es realista que Jessica Alba parezca una damisela sufrida en apuros, que se ocupe de tareas humanitarias aunque sea el más grande cliché y que alguien la use para enamorar a este duro tan difícil de engañar por aquello de lo poderoso e invencible de la feminidad frente a otras cosas como las yuntas de bueyes o los ejércitos de mercenarios armados hasta los dientes, pero en realidad a lo que me refiero es al realismo de las escenas de acción. Hay dos cosas que esperamos en una película con Statham: que se quede en cueros en medio de una rueda de agresores que vengan a pelearlo de a uno, y que haga malabarismo con toda clase de armas y partes del cuerpo de sus oponentes hasta hacerles crujir sus huesos. El especialista: resurrección cumple en eso con creces y con una muy buena edición de imagen y sonido nos logra meter de lleno en la peligrosidad que vive la pareja protagonista, ya sea tierra adentro o en un lujoso yate. No se explica cómo de repente el pollito mojado y asustado al que interpreta Jessica Alba se convierte en una rehén que sabe pelear mejor que cualquier maestra promedio y causarles problemas serios a la gente que se dedica a lidiar con presas mucho más peligrosas, pero no deja de ser un detalle de color que completa absurdo por verosímil y cumple su función. Es destacable el cambio de look y simpatía del personaje de Tommy Lee Jones -la villanía le sienta mejor que los amargados agentes de gobierno que le toca interpretar siempre-, así como el desperdicio de Michelle Yeoh, ícono de acción del cine de artes marciales y ex chica Bond a quien aquí no la vemos más que hacer de celestina entre Bishop y su nueva amiga. El especialista: resurrección no es ni más ni menos de lo que se espera de ella, también asegura en todo caso una nueva entrega si se mantiene cierto nivel o en todo caso si Statham no se aburre de la saga como le pudo haber pasado con El transportador, si no es que consideró que pasar de chofer a mecánico fuese un verdadero ascenso.
Los héroes de acción tienen algunas características comunes: Jason Bourne, Jack Reacher, James Bond, Ethan Hunt. Arthur Bishop, el personaje protagonista de “El especialista: Resurrección”, segunda entrega de la franquicia, no escapa a la regla: agudo, sabe escapar a tiempo de cualquier peligro, tiene licencia para matar, se sabe poco de él y de su pasado, no tiene conflictos internos y sí pocos matices: termina en segundo, con armas o a las trompadas, con quienes se le enfrenten. Y las sagas que protagonizan tampoco escapan a un patrón común, todo a un ritmo vertiginoso y una trama que avanza imparable gracias al carisma de sus actores y una intriga simple pero entretenida. Bishop, con la ayuda de su intérprete, Jason Statham, tiene todo eso, y un plus: es, además, un ingenioso constructor de gadgets y bombas, y parece desafiar el coraje, el ingenio y el vértigo de todos sus predecesores, trepando paredes, saltando al vacío y colgado de arneses. En esta segunda entrega Bishop disfruta del retiro de su trabajo como asesino profesional, pero todo cambia cuando es contratado mediante extorsión para volver al ruedo y terminar con tres delincuentes internacionales. El anzuelo es una chica linda y de buen corazón de la cual se él se enamora, a cargo de Jessica Alba. La dama luego es secuestrada para obligar a Bishop a cumplir su parte del trato y eventualmente rescatarla de sus captores, como un príncipe azul y letal. En ese momento la trama se vuelve episódica, y cada encargo se resuelve de manera ingeniosa y se desarrolla en los lugares más inaccesibles hasta donde Bishop deberá llegar para terminar con la vida de traficantes de armas y de personas.
Jason Statham se calza una vez más la piel de Arthur Bishop, esta vez, disfrutando de su retiro en Brasil rodeado de sol, chicas y samba. Ahora bien, como a todo ex-asesino, la “vida loca” no le dura mucho y Bishop va a tener que retomar su letal especialidad. Desde el primer minuto la fotografía, a cargo de Daniel Gottschalk que llama la atención, colores fuertes inundan la pantalla con un estilo imponente, claro y acorde a la temática del film. Esto traslada al espectador a un ambiente relajante, festivo y sin dudas hace pensar que estamos ante un film a nivel visual muy ambicioso. Claro, todo puede verse fantástico, pero ¿lo es? y aquí viene el primer problema de El Especialista: Resurrección. La película, en sus primeros 20 minutos es sumamente aburrida, todo lo que pasa en el transcurso de ese tiempo se siente superficial - incluso para una película del genero acción - el espectador empieza a dudar si realmente el film en un momento va a despegar de este “embole” visual que se hace presente. La sala puede llegar a sentir que está viendo la última campaña publicitaria de algún perfume, hasta se ve la infaltable escena de escape al mejor estilo “publicidad de Antonio Banderas”. No obstante, tenemos que agradecer que estamos ante una película con Jason Statham. Con efectos especiales obsoletos que resultan opuestos al trabajo fotográfico, The Mechanic 2 – titulo original de la película – alcanza con lo justo para entretener al público, digo esto porque lo que vemos en pantalla en grado de acción es muy bueno, pero cuando se utiliza un exceso de CGI, se opaca la calidad total de una gran escena de acción y estas no terminan de convencer. Contando con la ayuda de grandes nombres del espectáculo global como Michelle Yeoh y Tommy Lee Jones -este último hace un cameo extendido que trae nuevamente a escena a una especie de William Strannix de Alerta Máxima-, la película no se termina de hundir completamente. Tengo que decir que sus roles son mínimos y los podrían haber cumplido algún Juan/Juana Pérez y la entrega de ellos sería buena de todas formas. El Especialista: Resurrección es una película que está hecha para un público especifico y amante de la acción, Jason Statham empuja y consigue cargarse la película entera de una forma que roza lo bueno, pero no pide nada de cambio extra. Para pasar el rato y entretenerse un poco.
Si algo bueno tuvo la remake realizada por Simon West en el 2011 del clásico protagonizado por Charles Bronson en 1972, era el mantenimiento del espíritu del personaje adaptado a las nuevas tecnologías. El final de la película de West establecía la ficticia muerte del personaje, valga la posible redundancia de un filme de ficción. En esta segunda parte todo comienza cuando Arthur Bishop (Jason Statham) es descubierto por un temible traficante de armas en Río de Janeiro, teniendo una vida nueva y apacible bajo seudónimo, claro. El malvado desea contratarlo para que trabaje para él. El bueno de Bishop está decidido a no matar a nadie más, por lo que en una de las escenas de acción más ridículas e inverosímiles de la historia del género, se escapa y desaparece. Nada va hacer que él vuelva a la senda de “San La Muerte”. Recala en una isla del otro lado del mundo, donde lo espera una antigua amiga y un refugio establecido por él, por las dudas. Pero parece ser demasiado grande, pues cinco minutos después es descubierto por el mismo ignominioso personaje, claro está que Bishop, antes debía hacer contacto con Gina (Jesicca Alba), la doncella a la que deberá rescatar de las garras del malo, una vez que la secuestren, por supuesto. En medio cumplir con el mandato de asesinar a tres personas que Riah Crain (Sam Hazeldine) le señale, otros muy malos por antonomasia, tanto que es más difícil llegar a ellos que entrar a Fort Knox o al Area 51. Todo el filme esta así construido circulando desde lo inverosímil a lo estúpido, pasando por lo ridículo. Una lástima, tanta lastima da ver que el otrora inteligente Arthur ahora se parece a Alan Ladd, ese actor que nunca se despeinaba, manteniendo inconmovible su jopo, peleara con quien se peleara, el tiempo que lo hiciera. (Ya van a aparecer detractores señalando la calvicie de Statham). Sin olvidarnos que es un producción de acción, donde lo importante se centra en las escenas que le dan notoriedad al estilo, están bien filmadas, buen montaje, con rápidos cortes de planos, buena fotografía, nada de arte, por supuesto, buenas actuaciones, y punto. Desde estructura narrativa clásica el guión, la construcción de los personajes y la progresión dramática, todo, es no sólo inverosímil, como dije antes, sino que al mismo tiempo es extremadamente previsible, lo que implica aburrimiento asegurado, por lo que sólo quedaría la adrenalina impuesta por la violencia y el vértigo. O sea nada, porque terminan provocando risa, no asombro.
Las películas de acción siempre son bienvenidas, sobre todo si el protagonista es el pelado potro Jason Statham (suspiros). Uno realmente no se espera ningún tipo de desafío intelectual a la hora de entrar a la sala a ver sus aventuras, pero claro, no todo son tiros y explosiones; estas películas también tienen un mínimo exigible, y la pregunta siempre es si van a cubrir nuestras expectativas más básicas. Arrancamos con Arthur Bishop (Jason Statham) recluído en Brasil, llevando una vida tranquila: estaba retirado y, como puntapié inicial de la película, lo van a buscar para que ejecute un triple asesinato con la metodología que más conoce: hacer pasar los crímenes como accidentes. Como obviamente no acepta, su vida tranquila llega a su fin y comienza la huida. Los malos, ni lentos ni perezosos, le ponen en su camino a Gina (Jessica Alba), tramando un complicado plan de ex-novia stalker: la cruzan en su camino para que él se enamore y, una vez que mordió el anzuelo, secuestrarla para así obligarlo a matar a los tres tipos en cuestión. Por más rebuscado y absurdo que suene el plan, finalmente funciona, y la vida de Gina depende de la puntería de Bishop. El grueso del desarrollo pasa por la planificación y ejecución de cada uno de los crímenes. La película es más una aventura de espionaje, de planificación, que de acción a lo bruto, a los tiros y a las patadas. El ingenio de nuestro especialista termina ganando por partida doble: por un lado, acceder a las víctimas que obviamente no están al alcance de la mano, y por otro lado, la precaución de que los crímenes parezcan accidentes. El plan global tiene varios vaivenes y cambios sobre la marcha. Ese es quizás el punto más interesante de la historia: procura mostrar un héroe mas humano, con dudas y contradicciones, aunque estas mismas vueltas le resten quizás fuerza al envión general de la acción. Lo que sí es una pena es que siga habiendo cierta tibieza en el verosímil. En materia de acción , prácticamente todo se ha visto ya y las películas recurren cada vez a hazañas menos realistas. Una de las partes más flasheras es justamente la secuencia en que, para matar a una de sus víctimas, Bishop coloca un explosivo en el fondo de una pileta de vidrio colocada a modo de balcón en un piso cincuenta y pico. La disparidad entre métodos justificados vs. objetivos y acciones completamente disparatados hacen tambalear el universo que la propia película construye: de a ratos pretende ser tomada en serio y de a ratos explota al máximo situaciones desopilantes que incluso arrancan carcajadas por la exageración. El papel de la mujer, como objeto a rescatar, atrasa respecto a las mujeres que queremos ver en pantalla. Afortunadamente la historia no se queda sólo con el papel de Gina sino que, en compensación, surge el personaje de Mei (Michelle Yeoh), una amiga de Bishop que va bastante al frente; incluso la primera villana que vemos, al comienzo, en Brasil (la mensajera interpretada por Yayaying Rhatha Phongam), si bien pierde el duelo con Bishop y éste escapa, no duda en plantársele al pelado mano a mano. Respecto a las actuaciones no hay mucho que decir: el punto fuerte de los héroes de acción no es el dramatismo, sino la pose de persona invencible, la seriedad, y la sonrisita que deja deslizar en algunos momentos. Una buena actuación es una buena presencia, y Statham la cumple con creces. El resto del cast no desentona y sorprende la química entre el protagonista y Jessica Alba; realmente da ganas de verlos juntos en alguna otra aventura. VEREDICTO: 7.00 - ACCIÓN Y ENTRETENIMIENTO GARANTIZADOS Apoyándose un poco en cierto costado humanitario y moral de la historia, otro poco en las actuaciones, y poniendo una tercer pata en la inclusión de hazañas cada vez mas increíbles desde la lógica (pero sin caer en una exagerada espectacularidad visual de explosiones innecesarias), El Especialista: Resurrección te lleva de la mano a través de una trama simple y previsible pero llena de acción y algunos inesperados toques de humor.