por Leon Cancino "Fiel adaptación con interpretación propia" “Gretel and Hansel”(2020), del Director neoyorkino Oz Perkins es la adaptación del cuento “Hansel y Gretel”, sin embargo esta película busca redescubrir la trama trabajando sobre el vínculo entre Hansel y Gretel y sus miedos. De esta forma, nos involucra de manera permanente con la psicología de los personajes y sus conflictos. Relata la historia de dos hermanos que por falta de recursos se adentran el el bosque hasta encontrar una casa, sin embargo, pronto descubren que no todo es tan bueno como parece y se ven involucrados en un conflicto mayor que el hambre, sus miedos son expuestos a flor de piel. El film nos ofrece una fotografía y locaciones increíbles. La fotografía logra que exploremos muy bien los elementos macabros y las locaciones crean un ambiente tétrico, pero realista al mismo tiempo. A su vez las actuaciones se destacan por ser convincentes permitiendo así que nos comprometamos con la historia y en cierta forma, participemos. El aspecto técnico de la película es sumamente bueno y se disfruta constantemente. Más allá del aspecto técnico la película trata una historia de forma fiel, pero le da un plus de interpretación, ya que explora ámbitos más psicológicos, dándole una cierta profundidad a la película. A su vez la simbología y lo escabroso que puede volverse la película, desarrollan de forma novedosa una historia que todos conocemos. "Gretel y Hansel es un film que hace bien su trabajo de redescubrir una historia clásica, la cual puede llegar a ser interesante y que podrá convencer a más de un amante del terror." Calificación 7/10 Título original: Gretel & Hansel Año: 2020 Duración: 99 min. País: Estados Unidos Título original: Gretel & Hansel Dirección: Oz Perkins Guión: Rob Hayes Música: Robin Coudert Fotografía: Galo Olivares Reparto: Sophia Lillis, Ian Kenny, Charles Babalola, Alice Krige, Abdul Alshareef, Jessica De Gouw, Samuel Leakey, Loreece Harrison, Beatrix Perkins, Manuel Pombo Angulo Productora: Automatik Entertainment / Orion Pictures / Bron Studios / Wild Atlantic Pictures / Creative Wealth Media Finance. Distribuida por GEM Entertainment Género: Terror. Fantástico | Cuentos
Sin piedritas ni migas de pan En tiempos de hambre y pobreza, Gretel & Hanselapenas subsisten con una madre que parece ansiosa por deshacerse de ellos como pueda. Ella intenta entregarlos en servidumbre y mandar a Gretel (Sophia Lillis, la joven Beverly de IT) a un convento. Ante su negativa, directamente los expulsa por la fuerza de la granja para que se las arreglen como puedan en el mundo exterior. Con lo puesto, ambos huyen y vagan varios días por el bosque buscando un nuevo lugar donde conseguir un trabajo que les permita ganarse el sustento. Famélicos y desesperados, encuentran una misteriosa casa con una gran mesa preparada para dar un banquete a muchas personas. Curiosamente, en ella solo vive una anciana (Alice Krige, de The OA), quien con generosidad los invita a comer de su mesa y quedarse con ella a cambio de ayudarla en las tareas del hogar. En un principio, ni siquiera la desconfiada Gretel está en condiciones de rechazar una oferta tan generosa. Decisión que empieza a cuestionarse a medida que empeoran las extrañas y terroríficas visiones que la visitan cada noche mientras duerme, revelándole las verdaderas intenciones de su anfitriona. La del sombrero rosa La inversión de los nombres en el título no es solo un truco publicitario, aunque más de uno saliera a comentar en redes sociales ofendido por el atropello y lograra justamente eso. En Gretel & Hansel es ella la protagonista y narradora de la historia, poniendo todo desde su perspectiva. Sin llegar a ser una adulta, pero tampoco una niña como su hermano, ha comenzado a entender la oscuridad del mundo que la rodea y lo crueles que pueden ser los adultos con un mínimo de poder sobre ella. También intuye desde pequeña que hay más en el mundo de lo que se ve a simple vista, aunque nunca tuvo con quien compartir esas ideas hasta que es recibida por la amable anciana que parece conocerla mejor que nadie. Por eso su historia está más cerca de ser un coming of age sobrenatural, que del terror genérico que aparenta en los avances. Aunque, por supuesto, todo esté ambientado dentro de un constante clima inquietante que insinúa los horrores que les esperan fuera de cuadro, mientras la adolescente se replantea su propia identidad y los caminos que se le abren como posibles opciones de futuro. Con recursos limitados pero en general correctos, Gretel & Hanselusa muy pocos personajes en un puñado de locaciones iluminadas con lo justo para construir el clima de thriller sobrenatural que pretende, sin exponer de más a la reconstrucción de época que propone. Sin un gran conflicto externo que resolver, pirotecnia en CGI ni jumpscares, todo queda más que nada en el conflicto interno de Gretel y su relación con la bruja que pretende manipularla. Esa ausencia de sustos efectistas la deja mucho más cerca de La Bruja que de Blair Witch, por poner ejemplos dentro de una misma temática. Con muchas menos pretensiones y un poco más de acción que la película de Eggers, Gretel & Hansel retoma la idea de una joven siendo tentada por la brujería como respuesta a las injusticias del mundo terrenal, con un discurso al que van a acusar de anacrónico pero que suma mucho a una trama que de otra forma no tendría casi nada para decir.
Crítica de Gretel y Hansel Gretel y Hansel es una película de horror, basada en el cuento del mismo nombre, pero con un tono mucho más oscuro. La cinta toma la clásica trama de esta historia sobre los dos hermanos, Hansel y Gretel, quienes se perdieron en un bosque tras haber salido de su hogar. Las razones por las que se van presentando los hechos en el el film, claramente son muy diferentes a las que conocíamos previamente por parte de otras versiones. La nueva entrega se encarga de volcar toda la oscuridad posible a la hora de narrar la historia, donde poco a poco se presentan elementos de terror psicológico, que terminan por enriquecer el relato dándole esa dosis de suspenso que el público busca en una película de dicho estilo. Las cuestiones técnicas durante el rodaje son acertadas, la fotografía y el tono de imagenes que se utilizan en las escenas del bosque, son las indicadas para poner al espectador en el lugar que pretende hacerlo. Si bien el guión no es algo que valga la pena destacar, se las arregla para mostrar escenas memorables gracias a las actuaciones de Lillis (quien ya tiene gran experiencia adquirida en este campo por su trabajo en ambas cintas de IT), pero sobre todo a la intensidad de Krige en su papel de bruja. Es dirigida por Oz Perkins y protagonizada por Sophia Lillis y Alice Krige. Logra entretener con éxito y promete con lo que cumple, aunque eso no significa que vaya a ser una gran referente en su género. Calificación: 70/100
Vagabundeo por el bosque Si hace unos años los climas ligados al horror arty o la reutilización de sintetizadores a la Goblin fueron parte de cierta renovación del cine de terror, hoy en día son la regla; de hecho es más probable encontrar apuestas en el género más duro o en la clase B más marginal que en el art-horror de aceptación instantánea como el de Robert Eggers o Ari Aster (independientemente de lo buenas o malas que nos parezcan sus películas). Lo de Oz Perkins va por ese lado, climas densos y ominosos de estética cuidada, la estilización de Argento pasada por un prisma aséptico, libre de las imperfecciones que le dan vida. De todos modos, las decisiones solemnes de Perkins no tienen que ver con un aprovechamiento de la coyuntura, en sus dos películas previas (The Blackcoat’s Daughter e I Am the Pretty Thing That Lives in the House, de 2015 y 2016 respectivamente) ya había una búsqueda estética similar. Tampoco pareciera haber un aprovechamiento en su decisión de poner a Gretel adelante en el título ni en darle mayor protagonismo porque ya es una constante su elección de personajes femeninos; además de que tal protagonismo no implica de por sí una posición feminista. Incluso podría parecer lo opuesto, tal como señala Kimber Myers en Los Angeles Times, “el público podría preguntarse si el director y el guionista encuentran al poder femenino irremediablemente contaminado por una capa de maldad”. Gretel & Hansel forma parte de una tradición de adaptaciones que va desde la animación al live action, y desde el fantástico de presupuesto al cine de explotación. Adaptaciones que atravesaron casi toda la historia del cine y entre las que se encuentran rarezas de directores conocidos como Tim Burton y deformidades fumancheras como Hansel and Gretel Get Baked (2013). La de Perkins es bastante fiel al cuento de los hermanos Grimm, porque aunque dé vuelta el título no tiene intención de hacer lo mismo con la historia y uno de los pocos cambios significativos se da recién en una vuelta de tuerca en el tercer acto. Después de un prólogo en pantalla ancha que cobra más sentido con la progresión del metraje, comienza la historia de Gretel (Sophia Lillis, conocida por su papel en las nuevas versiones de IT) en el formato algo más cuadrado de 1.55:1, y el vagabundeo junto a su hermano Hansel (Sammy Leakey) por el bosque oscuro en el que encuentran la casa de la bruja Holda (Alice Krige). Perkins -hijo de la leyenda Anthony- hace un coming of age en clave fantástica de ritmo algo aletargado con algunas formas deudoras del gótico y del expresionismo, siempre anteponiendo lo climático a lo narrativo; tal vez por eso una de las mejores escenas sea la de los hermanos comiendo unos hongos y viajando entre risas y paranoias.
Película dirigida por Oz Perkins, protagonizada por Sophia Lillis(Gretel), Samuel Leakey(Hansel) y Alice Krige(en el papel de la bruja Holda). Encontramos en esta nueva adaptación del cuento clásico una trama que buscó ser un poco más fidedigna a la historia original que es más oscura en comparación al cuento que muchos conocemos desde niños. Ya de por si el título llama un poco la atención en la película, porque muchos lo conocemos como Hansel y Gretel, pero esta adaptación decidió poner el nombre de Gretel primero, no en vano debido a que la película está enfocada en ella. Como diría el tío Ben, un gran poder conlleva una gran responsabilidad; y Oz se encargó de esto, para esta adaptación donde la industria cinematográfica demanda lo políticamente correcto, la inclusividad y el empoderamiento femenino tenemos una película que encuentro bastante equilibrada, en mi opinión, sobre lo que se quiere representar o dar a entender. Conocemos que el cine como arte no solo busca entretener, sino que también llama a concientizar o dar un mensaje al espectador. Y este se entiende perfectamente durante la película, sin necesidad de caer en la literalidad de las cosas. La representación de los personajes y el guion se encuentran bien desarrolladas para este tipo de adaptación. La evolución de la historia se vuelve atrapante debido el misterio que envuelve al personaje de Gretel y su pasado, la ambientación de los escenarios me parecieron muy bueno, salvo quizás la casa de la bruja que en mi opinión parecía chalet alpino posmoderno (como de las cabañas modernas que se suelen ver en instagram), algo fuera de época. Sin embargo, los efectos, maquillaje y vestuarios me parecieron bastante buenos. Cuando hablamos de empoderamiento femenino tenemos a una excelente Gretel a mi parecer, pues hoy en día existe una polarización de opinión en cuanto al feminismo; y encuentro a ésta película que sin ánimo de alabar el movimiento, con un enfoque de lo que es o podría llegar a convertirse. Y no quiero meterme tanto en este tipo temas, en cuanto a pensamiento o ideologías, pues lo dejo en la opinión de cada uno. Pero en mi opinión(sin ser feminista) encuentro todo bien con esta Gretel. Calificación: 7/10
«Gretel & Hansel» es una nueva adaptación del cuento clásico de Wilhelm Grimm y Jacob Grimm, esta vez dirigido por Oz Perkins y escrito por Rob Hayes. Está protagonizado por Sophia Lillis, Ian Kenny, Charles Babalola, Alice Krige, entre otros. La propuesta que nos trae Oz dista bastante de lo que se suele ver últimamente en cuanto a adaptaciones y films originales del género de terror, es decir, que están plagadas de clichés y jumpscares por todas partes con tal de conseguir el susto fácil en el espectador. En cambio, en este largometraje tenemos algo más tétrico y medianamente psicodélico. Aún así, la trama es bastante sencilla y el hecho de que esté contada desde el punto de vista de Gretel (Sophia Lillis), logra que el film tenga un ritmo un poco más ligero y no se estanque tanto en determinados momentos. El problema es que nunca se llega a comprender el verdadero mensaje que quiere dejar el director en su cinta, generando cierta confusión en el público. Sobre las actuaciones, la más correcta es la de Sophia Lillis, logrando bastante bien las diversas expresiones de su personaje frente a las situaciones de máxima tensión dentro de la historia. De Hansel no podemos decir mucho ya que no parece tener tanto peso en la trama, a pesar de que participa en ciertas situaciones de mayor incidencia de la película como en el cuento. ¿Y la bruja? Alice Krige consigue una interpretación a medias para un personaje que podría haber dado más. A pesar de todas esas cuestiones, «Gretel & Hansel» se destaca bastante con su puesta en escena y toda la ambientación tétrica que posee de principio a fin. Y a pesar de que tiene una historia que suele no avanzar por momentos, la propuesta de Oz Perkins queda en un casi decente film más de fantasía que de terror/terror psicológico.
Son incontables las adaptaciones del famoso cuento de hadas alemán publicado en 1800 por los hermanos Grimm. Pero la historia de Hansel y Gretel - o mejor dicho, Gretel y Hansel - regresó en una versión más siniestra y oscura. Una niña, acompañada por su pequeño hermano, es obligada a abandonar su hogar para buscar comida y trabajo. Desorientados, se pierden en un bosque en donde encuentran una cabaña mágica habitada por una anciana aparentemente amable. Si bien creen haber encontrado refugio, una serie de situaciones extrañas los inquietará constantemente. Bajo la dirección de Oz Perkins y guionada por Rob Hayes, la película no tiene grandes aciertos. Quien espere ver un film que lo haga saltar de la butaca, saldrá desilusionado con “Gretel y Hansel”. No obstante, se destaca en muchos otros factores que equilibran el desarrollo de esta cinta. Un claro ejemplo de ello, es la actuación de Sophia Lillis, quién deslumbró a los fanáticos de “IT” en sus últimas versiones. Con 18 años recién cumplidos, la joven actriz vuelve a ponerse en la piel de una niña aterrada consiguiendo un trabajo efectivo y digno de aplaudir. Sammy Leakey, el encargado de llevar adelante el papel de Hansel, logra su cometido en cada una de las escenas. En tanto, la interpretación de Alice Krige resulta correcta aunque se queda a medio camino. Por otro lado, es importante resaltar los aspectos técnicos que se mantienen impecables durante los 88 minutos que dura la película, conservando la oscuridad que caracteriza al film. ---> https://www.youtube.com/watch?v=lMvlT8OEjVM TITULO ALTERNATIVO: Gretel & Hansel: un siniestro cuento de hadas DIRECCIÓN: Oz Perkins. ACTORES: Sophia Lillis, Samuel Leakey, Alice Krige, Jessica De Gouw, Charles Babalola. GUION: Rob Hayes. FOTOGRAFIA: Galo Olivares. GENERO: Terror . ORIGEN: Estados Unidos. DURACION: 88 Minutos CALIFICACION: Apta mayores de 13 años con reservas DISTRIBUIDORA: Digicine FORMATOS: 2D. ESTRENO: 20 de Febrero de 2020
Gretel & Hansel: un siniestro cuento de hadas es una nueva adaptación a la fábula de los hermanos Grimm que tantas horas de historias audiovisuales nos dio. En este caso, y con la renacida productora Orion detrás, la historia busca dar un vuelco no sólo cambiando el orden de los factores en el título, sino también alterando el producto… La película, dirigida por Oz Perkins y escrita por Rob Hayes (dos nombres con poco CV en sus espaldas) se centra en la magia, en las posibilidades que los encantamientos y poderes atávicos pueden ofrecer en una era oscura y sin la sobre-información que ostentamos hoy día. Pero también dialoga con los mandatos: el mandato de ser madre, el mandato de cuidar a tu familia y sobre todo a tener que ser una sirviente de los hombres si sos mujer. En este escenario Gretel (Sophia Lillis, a quien vimos en It y ahora veremos en I Am Not Okay with This por Netflix) es una wild card, una mujer independiente y fuerte que no quiere someterse a los mandatos de la época, eso hace que tenga que abandonar su pueblo para buscar un trabajo junto a su hermano menor, Hansel (Samuel Leakey) una vez que su madre les abandona por no querer “entrar en el sistema”… que significa dejarte violar por un viejo sólo por el hecho de ofrecerte un techo y matrimonio. Así, ambos hermanos, parias del sistema comienzan a vagar hasta llegar a la famosa cabaña llena de dulces, que en este caso es menos colorida pero no por eso menos abundante en alimento cárnico. Y allí aparece la bruja, llamada Holda (Alice Krige, a quien conocimos como la reina Borg en Star Trek: First Contact) quien siempre parece sospechosa, y que empatiza con Gretel viendo en ella su posible heredera. La nueva adaptación arranca como una suerte de manifiesto feminista que buscar reforzar la idea que en la edad media la cacería de brujas se dio ante la avanzada de mujeres fuertes que buscaban ir contra un sistema que las quería sometidas, no obstante ese eje se va corriendo y lo que parecía una suerte de entrenamiento jedi entre Holda y Gretel se va desvirtuando junto a la idea de ALGO que da vueltas en el bosque, algo que quiere a los hermanos… ¿o sólo a Hansel? La casa de la bruja se termina convirtiendo en una suerte de Dagobah, ese planeta donde Luke Skywalker iba a entrenar conociendo a Yoda en la hermosa The Empire Strikes Back, con un espacio oscuro y lleno de negrura donde no hay que ir, salvo que quieras enfrentarte a tu propia oscuridad. Hacia el final ya con todas las cartas sobre la mesa (al igual que toda la comida que la bruja prepara de manera que ruborizaría a bromatología en casa), encontramos alguna que otra sorpresita y asistimos a un enfrentamiento jedi entre maestra y aprendiz que nos hace pensar “¿qué empezamos a ver y cómo terminamos acá?”. Gretel & Hansel: un siniestro cuento de hadas apela a lo climático, haciendo avanzar todo muy lentamente (a veces demasiado) y utilizando las texturas, las luces y sobre todo las sombras para indagar en una fábula sobre encontrarse a uno mismo, cuidar a tu familia y sobre todo aprender a usar la fuerza para elevar la nave espacial que se encuentra bajo el agua y poder escapar de ese oscuro lugar.
Un cuento dentro de otro. Decir que este film apoya la movida feminista y no realizar un breve análisis es quedarse en la puerta, además de ser una información implícita en el titulo del film. El director Oz Perkins (hijo de Anthony Perkins), sin subestimar al espectador, avanza y nos entrega la posibilidad de observar esos detalles, los cuales relatan lo que desea transmitir. El mensaje se oculta allí. Recomendada para el espectador tentado por el terror sugerente e interesado en ser partícipe de la historia. Gretel & Hansel (2020) está basada en el clásico cuento de los hermanos Grimm. En Baviera, a principios del siglo XIV, Gretel (Sophia Lillis) y Hansel (Samuel Leakey), de 13 y 12 años respectivamente, viven en la miseria más absoluta. Su padre murió hace años y su madre ahora está casada con un malvado hombre. Debido a la falta de recursos y al creciente miedo que les produce su padrastro, Gretel y Hansel deciden huir del pueblo. En el bosque se encuentran con varias personas que, de una forma u otra, intentan aprovecharse de ellos. Huyendo, conocen a un amigable cazador que por fin les indica cuál es el camino seguro a seguir. Así, los dos hermanos llegan a la cabaña de Holda (Alice Krige), una simpática mujer que decide acogerlos. Al principio disfrutan de la abundancia de comida y los juegos, pero pronto se dan cuenta que algo no acaba de encajar. Lo que Gretel y Hansel no pueden imaginarse es que en esa cabaña tendrán que enfrentarse a sus peores miedos si quieren sobrevivir. Perkins es un ejemplo a la hora de ejecutar y aprovechar todos los recursos con los que cuenta, en una película que no debería pasar inadvertida por el espectador. Contando con un guión para nada inocente ni pretencioso, nos invita a sumergirnos en esa historia que siempre percibimos los más curiosos cuando nos contaron el cuento original. Se trata de la oscuridad que también describe nuestra esencia y que, en vano, intentamos ocultar, relatada aquí en perfecta armonía dramática, de allí que se trate de una película de terror. Una fotografía excepcional de la mano de Galo Olivares (Roma, 2018), quien utilizó una paleta de colores fríos y locaciones lúgubres. Además, un trabajo excelente de montaje combinado con la música adecuada, y la notable interpretación de Sophia Lillis y del elenco en general. Es de destacar su estética, repleta de simbolismos. Recomiendo esta película para disfrutar en pantalla grande y leer entrelíneas. A buen entendedor… pocas palabras. “Genial alegoría de la vida”, “ver lo que no queremos ver”: ambas frases aplican a este film que nos relata la verdad sin brindarnos escapatoria. Con reminiscencias a La Bruja (2015) y a la reciente, -a mi parecer, mejor y controversial película de terror de estos tiempos- Midsommar (2019), un innovador género que deviene de lo tácito. Films como estos estábamos esperando este año, en contrapartida a ese puro terror taquillero. Y es de celebrar, puesto que el espectador se está renovando y exige films diferentes, historias que despierten el interés desde un lugar nuevo e inteligente. Lo explícito, por fortuna, pasó a la historia y contamos con realizadores que están a la altura.
Gretel & Hansel: Un siniestro cuento de hadas (y de mujeres). Gretel & Hansel (2020), una nueva versión del cuento clásico, llega a los cines argentinos esta semana, y ya se perfila como un exponente más de la llamada extra-oficialmente «Nueva ola del cine de terror». Hace ya un par de años venimos siendo testigos de una nueva ola de cine de género, más precisamente, de una nueva ola de cine de terror. Films que, si bien llegan a las grandes salas, no son pochocleros, sus tramas no vienen tan «masticadas» ni sobre explicadas, aportan nuevas miradas – y por qué no, un nuevo concepto de «oscuridad»- y hasta utilizan otros recursos, recorren otras líneas argumentales y, sin duda, le exigen al espectador más atención, comprensión y análisis. Estas películas, claramente, parecen no ser para todos los públicos. Después de ver en cine gemas como Hereditary (2018), Midsommar (2019) y Nosotros (Us, 2019), muchos seguramente habrán quedado un tanto desconcertados e incluso insatisfechos. Gretel & Hansel: Un siniestro cuento de hadas, de Oz Perkins (hijo del gran Anthony Perkins, que interpretó a Norman Bates en Psicosis de Alfred Hitchcock) proviene del cuento clásico alemán de los hermanos Grimm publicado en 1812. Ya todos conocen su historia y hubo varias adaptaciones para la pantalla grande. Pero bien podría decirse que ésta pertenece a la nueva ola de películas mencionada más arriba. Ya desde la inversión de los nombres de sus personajes en el título, nos podemos hacer una idea de que muchos aspectos cambian. Y así fue. La preponderancia, el protagonismo, es de Gretel (el personaje femenino en cuestión, interpretado por la siempre destacable Sophia Lillis, recordada por su glorioso papel en It (2017)). En ella radica mayormente el potencial de la película. Y complementa muy bien otra figura femenina: Holda, la anciana, encarnada por la excelente actriz sudafricana Alice Krige, quien le aporta una gran profundidad a su «Bruja». Juntas dan pie a la fórmula infaltable en una película que reivindica el empoderamiento de la mujer y el surgimiento de un nuevo tipo de villana de cuentos; aquella que se deshace de los hombres y «adoctrina» a las jóvenes para formar un clan de mujeres poderosas. Por su parte, Gretel – desde pequeña y antes de dar con la bruja – ya conoce lo que es la muerte, la pérdida, la pobreza, el abandono y los peligros del mundo. Así transita con su hermano por el bosque (el mundo), como su protectora, aferrándose a la idea de supervivencia. Pero ella tiene el poder de decidir por sí misma, de arriesgarse. Es la joven empoderada que el cine hace tiempo viene representando. Y todo ese poder, en la película, se irá transformando. Del cuento clásico, entonces, sólo queda la estructura. Los dos hermanos se van de su casa en búsqueda de comida y trabajo, se encuentran con un leñador que los orienta en su camino, luego encuentran una misteriosa cabaña y, atraídos por las luces y el aroma a comida, deciden entrar y quedarse, aunque con cierto temor. Lo demás son giros arriesgados en un film muy seguro de sí mismo y de lo que quiere contar. Sostiene el relato, además, todo el bagaje visual: una especie de atmósfera gótica, un peculiar uso de sombras y contraluces y los colores llevados al extremo en los planos referentes al bosque. Gretel & Hansel: Un siniestro cuento de hadas desembarca como una rareza contemplativa, una película lenta pero inmersiva, que conserva el folclore alemán y la fantasía, pero mucho más perturbadora y adulta. Sin dudas el cuento nos asustó de chicos, pero esta reinterpretación de Perkins también tiene sus componentes aterradores. Y para los aficionados al género, que haya sido producida por el mismo equipo que se encargó de films como Sinister (2012) y La Morgue (The Autopsy of Jane Doe, 2016), seguramente resulte ser una buena referencia.
Esta vuelta de tuerca del clásico infantil convierte de la historia de los hermanitos perdidos en el bosque en una fábula oscura. Muy oscura. Bienvenido el riesgo y el resultado. El director y actor Oz Perkins (el mismo del original de Netflix “I am the pretty thing that lives in the house”) toma el guión de Rob Hayes y lo llena de imágenes escalofriantes y repulsivas. Una niña a punto de morir es salvada por fuerzas malévolas a pedido de su padre. Desarrollando clarividencia, crece y sus poderes se vuelven temerarios y descontrolados. El poblado decide que sea devuelta a la oscuridad que la salvó. Pero alejarla no será la solución ya que ella se nutrirá de los pequeños niños quienes se verán atraídos por su llamado.
Esta nueva adaptación de uno de los clásicos de los hermanos Grimm llega con varias modificaciones acordes a los tiempos que corren. La más visible es un título que alteró el orden de los protagonistas, lo que denota las intenciones del director Oz Perkins (el hijo de Anthony Perkins) de situar el punto de vista en los ojos de ella. Sin embargo, Gretel & Hansel: Un siniestro cuento de hadas es otra de las tantas películas de terror fácilmente intercambiables que pueblan la cartelera comercial. Desde la secuencia introductoria queda claro que la originalidad, más allá de esa visión de Gretel como una adolescente empoderada, no será uno de los puntos fuertes de la película. Allí se cuenta la leyenda de una niña cuya vida es salvada por una hechicera y adquiere una serie de poderes sobrenaturales que la aíslan de su entorno, obligándola a atraer chicos y chicas para no quedarse sola. Tiempo después, Gretel (Sophia Lillis, vista en It / Eso) y su hermano Hansel (Sammy Leakey) son echados de la casa de su madre debido a que no tiene medios para mantenerlos, por lo que terminan caminando solos por el bosque en busca de techo y comida. Desoyendo las advertencias de un cazador, los chicos entrarán a la casa de aquella muchachita hechizada devenida en anciana solitaria, quien les ofrece un banquete imposible de rechazar. El resto es historia conocida. La eficacia de Gretel & Hansel... radica más en un acertado uso de la fotografía y el diseño de producción que en la potencia de una historia atrapante que pueda ir más allá de la media del género. El resultado es un film visualmente volcado a la construcción de una atmósfera siniestra y pesadillesca, en especial gracias a esos contrastes con que iluminan a los personajes, aunque narrativamente convencional y con pocas ideas para el desarrollo de sus personajes. Así, lo que debía ser un tétrico y gótico relato madurativo termina como una película de terror limitada a generar sustos a través de recursos demasiado trillados, como por ejemplo esos clásicos e inevitables golpes de sonido.
Oz Perkins ya había demostrado en la modesta Soy la cosa bella que vive en esta casa (2016) -disponible en Netflix- que el cine de terror puede prescindir de historias densas y laberínticas y disponerse a construir un creciente estado de inquietud. La anécdota entonces era la ambigua relación entre una enfermera y una novelista anciana y el inquietante espacio, una húmeda casona plagada de recuerdos y fantasmas. Ahora el director retoma el tradicional relato de los hermanos Grimm ( Hansel y Gretel) para subvertirlo en su estilo y protagonismo: es Gretel (Sophia Lillis) la que conduce la aventura junto a su pequeño y hambriento hermano Hansel (Samuel Leakey) hasta una casa escondida en el bosque. El universo ocre y expresionista se convierte en un permanente preámbulo de una tensión dramática que no termina de erizarnos la piel. La película es visualmente deslumbrante pero bajo esas maravillas, el horror tiende a diluirse en una narrativa indecisa -demasiado apoyada en la voz en off- y una serie de resoluciones anticlimáticas. Si persiste su atractivo es gracias a la potencia de la historia vista desde el prisma femenino: la joven en el vértice de su descubrimiento como mujer que encuentra en aquel banquete todos los espejos posibles. La ambición de Perkins, concentrada en el magnetismo de las imágenes, se olvida de afinar una progresión dramática que es, en última instancia, la que nos involucra en la suerte de los que queremos y odiamos.
Ten cuidado con los extraños “Gretel y Hansel: un siniestro cuento de hadas” (Gretel & Hansel, 2020) es una película de horror y fantasía dirigida por Oz Perkins, que también se ocupó del guión junto a Rob Hayes. Filmada en Dublín, Irlanda, la cinta funciona como una adaptación del cuento alemán recogido por los hermanos Grimm. Protagonizada por Sophia Lillis (Beverly Marsh en It), el reparto se completa con Samuel Leakey, Alice Krige, Charles Babalola, Jessica De Gouw, entre otros. Hace mucho tiempo atrás en el campo, la joven Gretel (Sophia Lillis) intenta conseguir trabajo como criada pero se da cuenta que el empleador tiene otras intenciones, por lo que decide no aceptar y huir de allí. Cuando su madre se entera del rechazo a esa oferta laboral, ésta se enfurece tanto que decide echarla de la casa, diciéndole que también se lleve a Hansel (Samuel Leakey), su hermano de ocho años. Solos contra el mundo, Gretel y Hansel se adentrarán en un oscuro bosque con el fin de hallar comida y un lugar donde poder dormir. Todos conocemos el cuento de hadas de Hansel y Gretel, ya sea porque nos lo leyeron cuando éramos chicos o porque vimos algunas de las tantas adaptaciones cinematográficas. No obstante, con esta producción el director le da una vuelta de tuerca a la historia agregando detalles de los que no estábamos enterados y centrándose principalmente en crear una atmósfera ultra sombría, ideal para ser disfrutada por el espectador adulto. Teniendo en cuenta a “La enviada del mal” (The blackcoat’s daughter, 2015) y a “Soy la cosa bella que vive en esta casa” (I am the pretty thing that lives in the house, 2016), las dos obras anteriores del cineasta, “Gretel y Hansel” sigue ese mismo camino. A Oz Perkins no le interesa generar sustos fáciles o sobresaltar por el simple hecho de entretener, él prefiere manejar su propio ritmo para que tanto el bosque como la casa de la bruja sean dos protagonistas más. Si no se conoce el trabajo previo de Perkins, es posible que a algunos la cinta les pueda llegar a parecer aburrida y lenta por su sosegado guión. Aunque el momento del clímax no logra otorgar todo el potencial que se venía construyendo, Perkins consigue darnos escenas muy perturbadoras desde la perspectiva de Gretel, una adolescente que de la noche a la mañana debe arreglárselas sola para que su hermano pequeño no pase hambre. Sophia Lillis vuelve a salir airosa en una cinta de este género gracias a su expresividad: sin decir mucho, sus gestos faciales nos hacen conectar con ella de inmediato. Su personaje es inteligente, precavido, trabajador y protector. A su vez, Gretel deja buenos mensajes sobre el cuidado que hay que tener con los desconocidos (muchas veces su amabilidad es para obtener algo a cambio) y lo mal que está acostumbrarse a vivir en la abundancia. Por otro lado, la bruja Holda, interpretada por Alice Krige en su versión anciana y por Jessica De Gouw de joven, aquí cuenta con un mayor trasfondo. Con un uso adecuado de sus vestiduras y un buen maquillaje, la poderosa villana tiene otras formas de engatusar a los chicos (la situación incómoda alrededor del horno ya no está presente). Mucho más tenebrosa que las versiones anteriores, “Gretel y Hansel: un siniestro cuento de hadas” se destaca por la capacidad del director al lograr una ambientación oscurísima que incluye pesadillas bastante realistas y escenas que inquietan así como asquean. Aunque a veces el dinamismo se pierda o el desenlace no tenga la potencia requerida, esta nueva adaptación vale la pena para los que buscan adentrarse en una historia de horror que fue tomada en serio.
Enero y febrero suelen ser los meses donde aparecen los estrenos malos de terror que los estudios de Hollywood se sacan de encima con muy poca difusión. Dentro de este tradicional panorama hay que darle el crédito a la histórica productora Orion por hacer el esfuerzo de intentar ofrecer algo diferente con este proyecto. La idea de trabajar el cuento de Hansel y Gretel a través del género de terror no es nueva, en el pasado el cine coreano abordó un concepto similar con mejores resultados en esa gran película del director Yim Pil-sun (estrenada en el 2008) que le daba una vuelta muy original al clásico relato. En este caso el director Oz Perkins desarrolla el argumento con una mayor orientación hacia la fantasía oscura y los elementos esotéricos del folclore europeo. Una diferencia que presenta este film con otras adaptaciones es que Gretel acapara más la atención dentro de la dupla que conforman los hermanos. Hansel es prácticamente un florero que no aporta nada y el peso del conflicto recae en la temática de brujería y la experiencia del despertar a la adultez que atraviesa la protagonista. Perkins presenta un buen trabajo con toda la puesta en escena creativa que la aporta a su narración y el modo en que representa esos elementos macabros fascinantes que rodean a los personajes. Esta no es una película que se centre en jumpscares predecibles sino que intenta generar climas de tensión con las atmósferas que elabora el director. Lamentablemente este estreno es también uno de esos casos donde el estilo visual prima sobre el contenido y la ausencia de un argumento más sólido termina por afectar la experiencia. Se nota que Perkins se enamoró de toda la iconografía macabra que quería aportarle al cuento de hadas y los aspectos estéticos, pero descuidó el guión que ofrece un relato muy aburrido. Ni siquiera la presencia de una buena actriz como Sophia Lillis consigue que se pueda conectar con el personaje principal que nunca despierta interés. En esta producción por cierto tampoco ofrece su labor más inspirada. Alice Krige le inyecta un poco de vida a esta película en el rol de la bruja con una composición que presenta algunos de los mejores momentos de la trama. El tema con esta producción es que no tiene un buen desarrollo de la historia, el director introduce conceptos e ideas que después quedan en la nada y el destino final al que llega el film resulta insatisfactorio para la intriga que pretendía construir. Pese a que apenas dura 87 minutos, el film se siente mucho más largo y la experiencia resulta algo decepcionante. Gretel y Hansel representa esa clase de películas que son lentas sin otro motivo que tener la pretensión de hacer algo “más artístico”. Comparada con las últimas historias de fantasmistas vengativos que llegaron a las salas la propuesta de Perkins al menos es un poco más decente en los aspectos técnicos, sin embargo dentro de la fantasía oscura ni siquiera le hace sombra a clásicos como Blancanieves: un cuento de terror o En compañía de lobos, de Neil Jordan que en el pasado trabajaron con más solidez el mismo subgénero. Quedará en manos del Hombre invisible y el nuevo Dark Universe levantar la moral de los fans del terror en la cartelera.
Este “siniestro cuento de hadas” dirigido por Oz Perkins y escrito por Rob Hayes, sobre el original de los hermanos Grimm, vuelve a las fuentes y es decididamente feminista. Por eso el cambio de orden en los nombres, la diferencia de edad mayor entre los hermanos perdidos en el bosque y el enfoque en la madurez de la protagonista, más que en el niño glotón y desesperado por convertirse en hachador. Esta película no tiene efectos baratos de película de terror y visualmente es deslumbrante, en sus climas y colores, en el trabajo de un gran fotógrafo como Galo Olivares (trabajo con Cuarón en Roma) que se luce con iluminación a velas, siempre elegante y sugerente. El film tiene un trío de actrices notables: Sophia Lillis (“It” ), Alice Krige (“Cuento de fantasmas”) como la bruja adulta y Jessica de Gouw ( “Arrow” y “Dracula” en la tele) en versión más joven de la hechicera. Las mujeres importantes de la historia, en un despertar de orígenes, crecimiento y la aceptación o no de un destino con final abierto, le dan al film el suspenso necesario. Todos los rubros técnicos lucen impecables e imaginativos: desde los vestidos hasta la casa de la bruja y sus lados misteriosos. Un film sorprendente que no hay que perderse. Para los que no ven habitualmente terror, y para los fanáticos que tendrán que armarse de paciencia y serán recompensados.
."Gretel y Hansel", una relectura en clave feminista El director Oz Perkins invierte los roles para adaptar el conocido relato al paradigma actual. Casi desde su fundación, la industria del cine se encargó de confirmar la riqueza de los cuentos de hadas, apropiándose de su potencia para alimentar una usina que siempre necesita hallar nuevos yacimientos de relatos para mantenerse en movimiento. Gretel y Hansel: Un siniestro cuento de hadas, novedosa versión del clásico Hansel y Gretel filtrada por el imaginario y los recursos del cine fantástico y de terror, abreva justamente en el universo de la narrativa popular más tradicional. Un juego que, por otra parte, no es la primera vez que se realiza ni con los cuentos de hadas en general, ni con la historia de los dos hermanos abandonados en el bosque en particular. La inversión en el orden de los nombres en el título, colocando a la hermana delante, tiene varias interpretaciones posibles. Aunque quizá lo más oportuno sea leerla como un intento de adaptar el relato clásico al paradigma feminista actual, una idea que se sostiene en numerosas justificaciones narrativas. Al revés del cuento, acá Gretel es la mayor, una adolescente, y sobre ella pesa la responsabilidad de cuidar al pequeño Hansel. Sus padres han muerto a causa de la peste y la hambruna ha devastado la aldea en la que viven. La tragedia los obliga a atravesar el bosque en busca de una utópica comunidad de leñadores que, según creen, los recibirá, cuidará de ellos con gusto y les dará un oficio. Pero ya se sabe lo que encontrarán en el camino. La disolución familiar coloca a Gretel en el doble rol de asumir la representación de la figura materna, en tanto siente el impulso y el deber de mantener viva la ilusión de un hogar, pero también el instinto paterno de velar por Hansel en un mundo que es percibido como una amenaza. El resultado es una figura fuerte como la que en la actualidad reivindica para sí el colectivo femenino. Esa dualidad es representada con eficacia por la actriz Sophia Lillis, la joven pelirroja de IT, del argentino Andy Muschietti. Gretel y Hansel juega con la imagen andrógina de Lillis para potenciar la fusión y darle al relato un oportuno anclaje contemporáneo. Dicha intención se confirma de forma temprana cuando Gretel rechaza tanto trabajar como sirvienta para un burgués que trata de imponerle “servicios adicionales”, como la reclusión en un convento, ambas alternativas impuestas por la madre agonizante. Con una estupenda labor de arte y fotografía, y una relectura del clásico en clave pesadillesca que por momentos evoca a los trabajos del británico Peter Strickland, Gretel y Hansel resulta estimulante a partir de su enfoque diverso (pero deudor del original) y de la construcción de un mundo oscuro tanto en lo narrativo como en lo visual. Pero también por el complejo abanico simbólico que despliega para re-apropiarse y reinterpretar a los arquetipos clásicos, en busca de encontrar en ellos nuevas formas de representar lo femenino y sus particularidades. En ese intento, que a veces también puede volverse un poco obvio, está lo mejor de este trabajo.
Cuento que no es cuento Oz Perkins dirige esta revision de la fábula de los hermanos Grimm, en la que la importancia de los roles se invierte, presentando a Gretel como la mayor de los dos hermanos que sufren la pérdida de sus padres a causa de la peste y huyen a través del bosque con la esperanza de ser salvados por un grupo de leñadores que, en teoría, les enseñarán oficios y les permitirán vivir de ellos en el futuro. Pero las cosas no salen como se esperaba (esto si remite al cuento original) y se encuentran con la casa de la famosa bruja. Aquí es donde la historia se modifica y Gretel toma el mando, convirtiéndose en una aprendiz de hechicera ideal que va recibiendo cada día mensajes más poderosos entre sueños y logra una comunicación con el más allá que le hace ver que su poder y sus capacidades mágicas aumentan. Sophia Lillis, con su look que se mueve entre la languidez, la androginia y una imagen aniñada que parece perpetua, interpreta muy bien su papel, y cumple con lo que la historia le va pidiendo. Sus cualidades como actriz son indiscutibles y sostiene el relato por fuera de las intenciones del mismo. Lamentablemente, el director que me sorprendió hace algunos años (más precisamente en 2016 ) con Soy la cosa hermosa que vive en esta casa, con un terror agobiante, un manejo de lo femenino muy interesante, una segunda capa de lo fantasmagórico recorriendo todo el film, en este caso no puede repetir y la película, de excelente factura técnica, no sostiene el relato que recorre a la deriva casi la mayor parte de su duración, y si no fuera por la excelente fotografía a cargo de Galo Olivares, la maravillosa ambientación, y, como ya dije antes, la interpretación de Lillis, sería una película un poquito olvidable en una vorágine de producción que no cesa y entrega todo el tiempo títulos con los que sorprenderse (o no), semana tras semana. Gretel & Hansel es una película perfecta en lo técnico pero que, en su afán por brindar una nueva versión del cuento clásico ajustada a los tiempos y los cambios sociales, cae por su propio peso al poner por encima del relato las intenciones y no la construcción del mismo para poder transmitir las mismas luego.
Una madre al borde del abismo echa a sus hijos de la casa. La mayor se niega a aceptar un trabajo denigrante y se lleva a su pequeño hermano. Esperan llegar con los leñadores, donde puedan conseguir trabajo y tener una familia, pero en el medio encuentran una casa con más comida de la que vieron en su vida y la anciana que vive ahí los invita a quedarse. Gretel & Hansel es una reversión de la fábula, que se apropia de la historia y crea algo único e incómodo que vale la pena ver.
Bastante motivo de desconfianza es que una película basada en uno de los cuentos más famosos de todos los tiempos decida como primera medida alterar el nombre para intercambiar el orden de los protagonistas. Tal vez sea una de las dos o tres ideas sueltas que este film de terror tenga. La vuelta de tuerca de una Gretel más grande de edad, el origen de la bruja del bosque y el tono abiertamente de terror sean los elementos a destacar. Y, como dato de color, vale la pena mencionar que el director es Oz Perkins, hijo del actor Anthony Perkins. La película tiene un cuidado trabajo de fotografía, brillante por momentos, pero su búsqueda estética la aleja del terror y la convierte en un ejercicio visual sin fuerza narrativa. La belleza de varias escenas se combina con el asco de otras, pero nunca produce verdadero terror. El cambio de sentido del cuento es un truco tan viejo que ya no sorprende. Los cuentos de hadas no son tan fáciles de adaptar como parece.
La mayor virtud de esta versión siniestra del clásico de los hermanos Grimm son sus aportes visuales (increíble dirección de fotografía, decorados y otros recursos estilísticos), al tiempo que el mayor defecto es su aspecto narrativo. Esto último, por supuesto, tira demasiado en contra a la hora de hacer llevadera una película que en sus escasos 87 minutos se siente lenta, pero lo primero al menos la salva del tedio, ya que Gretel y Hansel es lo más parecido a una serie de obras pictóricas (¿gótico americano, quizás?) en movimiento. Es una película que puede funcionar solo para los más fanáticos de las lúgubres historias de los Grimm (en su esencia original, sin la adulteración o, mejor dicho, infantilización post Siglo XX), o que tranquilamente resulta ideal para vender televisores HDR en una tienda de shopping, de esas por las que uno pasa y de reojo al ver nuevas tecnologías de la imagen piensa “¡Oh! ¡pero qué bonito!”. Sophia Lillis, la talentosa joven actriz que parece estar haciendo carrera en el género tras su participación en IT, encarna a esta versión un tanto más joven-adulta de Gretel con sobrado oficio y convicción. No es de sorprender que el peso de esta reversión de la historia caiga sobre ella, siendo que ya el título decide invertir el orden de los protagonistas del cuento original y, claro, hablar desde una perspectiva de empoderamiento femenino. Hay algunas lecturas sobre la maternidad, el rol que la sociedad impone a las mujeres como supuesto eslabón débil que debe limitarse a cuidar de lxs hijxs y algunos pasajes de humor oscuro que, sin embargo, no terminan de funcionar. Oz Perkins, quien anteriormente a este film realizó la discreta pero moderadamente exitosa Soy la cosa bonita que vive en la casa (I’m the pretty thing that lives in the house, Netflix, 2016), se regodea tanto en lo visual que se termina mareando. De manera similar, sus personajes prueban al comienzo de la película unos hongos que se ven muy bonitos pero que no sirven como buen alimento. Moraleja que el guión no supo predicar.
Desde el vamos, los cuentos infantiles tienen una esencia tenebrosa. Pretenden enseñar valores, pero no le escapan a los detalles más incómodos. Muchas adaptaciones suavizan las partes más oscuras, pero otras deciden potenciarlas con orgullo, como Gretel & Hansel: Un siniestro cuento de hadas. El esqueleto argumental sigue siendo el de siempre: dos hermanitos se pierden en el bosque y llegan a la casa de una bruja que tiene planes horripilantes para ambos. Pero una vez más, la gracia está en la manera de ser contada. No es un capricho coyuntural que Gretel (Sophia Lillis) figure antes que Hansel (Sammy Leakey) en el título, ya que ella es quien tiene más peso en la trama. Aquí es una adolescente que debe cuidar de su hermanito de las injusticias que les tocan vivir por parte de los adultos que los rodean, incluyendo la madre de ambos. Además, cuenta con un don especial, y la bruja (Alice Krige) parece ser la única que puede guiarla. G&H es la tercera película de Osgood “Oz” Perkins, luego de las muy atendibles The Blackcoat’s Daughter y I Am the Pretty Thing That Lives in the House. Además de ser hijo de Anthony Perkins, está demostrando ser uno de los nuevos nombres fuertes del terror actual. Su estilo se encuentra a medio camino de los golpes de efecto de James Wan y los climas opresivos de Robert Eggers y Ari Aster. De hecho, con su atmósfera sobrenatural que va in crescendo, varias secuencias remiten a La bruja, de Eggers, y a los mejores aspectos del folk horror. Sin embargo, Perkins evita la cita fácil y los recursos baratos para asustar, y siempre guarda bajo la manga algún giro sorprendente, sin tomarle el pelo al espectador. La única desinteligencia del director fue usar la voz en off de Gretel para sobreexplicar algunos pasajes, aunque eso no estropea el resultado final. Sophia Lillis le otorga a Gretel algunos rasgos ya vistos en la primera parte de It: joven torturada que ante una situación extrema debe sobrevivir sacando lo mejor de sí. Eso no impide que el personaje sea creíble y rico en complejidad, de modo que uno no deje de preocuparse nunca por su arco dramático. En tanto, Sammy Leakey es un descubrimiento, mientras que la sudafricana Alice Krige nos recuerda que sabe componer a mujeres misteriosas, cautivantes, incluso letales, como en La maldición de los sonámbulos y Silent Hill, sin olvidar la extraña Institute Benjamenta, de los hermanos Quay. Gretel & Hansel levanta la bandera de la extravagancia y la perversidad, y demuestra que, cuando hay creativos audaces detrás, las historias ya conocidas se sienten como nuevas.
Hace más de 200 años los hermanos Grimm publicaban un cuento de hadas que se convertiría rápidamente en un clásico de la literatura infantil, pero a medida que fueron pasando los años varias adaptaciones del mismo comenzaron a crearse (tanto teatrales como cinematográficas). La mayoría siguen siendo para niños, pero qué pasa si en una de esas adaptaciones creamos una bruja más terrorífica y un boque mucho más frío y solitario. Primero transportémonos a un bosque en Dublín, Irlanda, una locación casi perfecta para este tipo de películas, ya que podríamos decir que este puede ser un personaje más si logramos contar bien la historia. En este caso de eso se va a encargar el director Oz Perkins, que a pesar de tener un par de factores importantes, el resultado no fue el esperado. Con las actuaciones de Sophia Lillis (IT), Charles Babalola y Sam Leakey, la cinta busca montar un relato fantástico con elementos de horror que nunca terminan por lograr su cometido. El guión fiel a la historia original, cuenta cómo dos hermanos se escapan para tener un futuro sin miseria pero al cruzar el bosque en busca de alimentos, Gretel y Hansel, se encuentran con una misteriosa casa donde todos los días, hay manjares sobre la mesa que son preparados por una extraña anciana que fuera de querer ayudarlos los engaña. La historia en sí es un clásico pero el guión adaptado es un poco pobre. Las interpretaciones son muy buenas, y la supuesta bruja cumple su rol y está bien personalizada, los FX y Make-Up son buenos y logran que la bruja asuste un poco. Por el lado de Lillis creo que su potencial no está explotado al 100%. Tiene un decrescendo a lo largo de la película que solo cambia en las últimas escenas pero tampoco es para tanto. Lo altamente rescatable es la fotografía. El trabajo de claro/oscuro o los cambios drásticos de cálido a frío son tratados muy finamente y hacen que las escenas queden muy bien. Los momentos de fantasía con un toque de terror a veces quedan de más y no logran encajar con el hilo de la misma. Lo que se perfilaba como una película de terror termina convirtiéndose en un drama con algunas partes aburridas, no logra dar miedo y da como resultado una adaptación burda que no logra expresar lo que su categoría refleja. Por Keila Ayala
Una nueva versión cinematográfica del cuento clásico de los hermanos Grimm. Le alcanzará con el cambio de orden de los nombres en el título?
El cambio en el orden del nombre del popular cuento infantil de los hermanos Grimm no es aleatorio en Gretel & Hansel, esta tercera película de terror, pero primera de gran presupuesto, de Oz Perkins, hijo del actor y director Anthony Perkins, el Norman Bates de Psicosis, y de Berry Berenson, actriz y fotógrafa que murió en uno de los aviones que impactó contra las Torres Gemelas. Perkins vuelve a apostar por los personajes protagónicos femeninos, como en Soy la cosa bella que vive en esta casa y February, así que Gretel se adueña de la marquesina por encima de Hansel en esta fábula de empoderamiento que subvierte buena parte del imaginario del cuento infantil. En principio, el cineasta parece apelar al público adolescente con la elección en el rol protagónico de Sophia Lillis, la pelirroja Beverly de la saga It, que tiene el talento suficiente como para compartir personaje con Jessica Chastain, en la secuela de la película de Andy Muschetti, y con Amy Adams en la serie de HBO Sharp Objects. Gretel tiene 16, el doble que su hermanito, en esta historia de crecimiento que apuesta por el aggiornamiento feminista del cuento clásico con el foco puesto en el terror ambiental, donde los sustos están más en el tono siniestro creado por el cineasta que en los sobresaltos por alguna aparición sorpresiva, razón por la cual parece desubicada una secuencia que involucra a un cazador con una especie de zombi fantasmal. Ese tipo de momentos parecen de relleno, como si Perkins supiera que el cuento no le da suficiente para la hora y media de película y, en busca de la suculencia, le hiciera falta engordarlo con lo que sea como al pobre Hansel. El verdadero espanto de Gretel & Hansel aparece de entrada en una entrevista de trabajo, cuando el potencial empleador de la joven le da la bienvenida al mundo laboral preguntándole si todavía es virgen. La creación de climas es lo mejor de la película, ya sea utilizando como excusa la ingesta de hongos alucinógenos o en la inquietante transformación de vísceras humanas en un suculento banquete.
Nueva adaptación del clásico literario de los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm. Solo que esta vez cuenta con un tono de “fantasía dark” que, acompañada del introductorio logo setentoso de Orion y a la sazón de recursos estéticos -ya sea por colorimetría o banda sonora-, bien le gustaría haberse convertido en una forma retorcida del giallo italiano. Desde este punto, su principal conflicto pasa por suponer que es suficiente con la incorporación de elementos gore, pero termina por desplazar ese ingrediente clave de intriga y misterio que es movido por las pesquisas de al menos un personaje, sea o no detective. En esta ocasión tenemos sustos amortiguados, algo que se agradece porque mueve al género de su zona de confort. Sin embargo, todo se sirve al azar y la película descree por completo de su identidad. En la famosa novela universal de Bram Stoker (‘Drácula’, por supuesto), el relato se narra de manera epistolar y el discurso es apropiado por más de cinco protagonistas. El más letrado de ellos, el Profesor Van Helsing, le repite a sus colegas en reiteradas ocasiones las cualidades de la entidad que enfrentarán juntos. Esto se justifica inicialmente porque el Profesor recopila los datos que cada uno de ellos había obtenido individualmente y, al atarlos por la gracia de sus conocimientos, les brinda un sentido. Además, sus discípulos necesitan que les repitan lo que ya saben porque se mueren de miedo con la sola idea de tener que confrontar al Conde. En ‘Gretel & Hansel’ la repetición de información avanza con frivolidad. Por una inversión de roles artificial y vacua (como lo señala el título del film), Gretel (Sophia Lillis) se ocupa de las tareas esenciales de su hermano menor. Ambos vagan por los bosques a causa de la muerte de su padre (porque, sí, el abandono original por parte del padre biológico de los jóvenes resulta demasiado oscuro para retomar en esta versión oscura) y ella tiene visiones en forma de sueños a lo largo de la película. Decía Fox Mulder, en una célebre frase de ‘Los Expedientes Secretos X’ (en el doceavo episodio de la segunda temporada, titulado ‘Aubrey’), que para él los sueños son respuestas a preguntas que no nos sabemos auto formular. Solo con haber oído esto, Oz Perkins no se habría gastado en aplicar la voz en off de su protagonista, esa que solo aparece de día, después de los sueños, para explicarnos unilateralmente el significado de todos y cada uno de ellos. ¿Entonces hasta las actuaciones están mal? Nunca dijimos eso. Sophia Lillis ya dejó de ser la promesa de la primera ‘It’ dirigida por Andy Muschietti, ya es un hecho, es una de las mejores actrices de su generación. A su vez comparte buena interacción con la bruja encarnada por Alice Krige, pero todo se pierde en cuento que por tradición se sostenía en una combinación de géneros, mientras que ahora estamos parados en una base de nada. Por lo menos conservaron a la bruja, aunque no fue suficiente: lo que prometía ser una reconfiguración feminista del asunto, se convirtió en la aniquilación de un acoplamiento de géneros en conjunto.
EMPODERAMIENTO Y TACITAS DE TÉ No es casualidad que el título de este film comience primero con el nombre de Gretel, esto se debe a que su director Oz Perkins -hijo del mítico actor Anthony Perkins de Psicosis– quiso poner foco en el protagonismo femenino del personaje de la talentosísima Sophia Lillis -la colo de la primera It de Muschietti- por sobre el pequeño Hansel, expuesto como un niño inocente y débil. Entonces, en contrapartida a Hansel hay cierto empoderamiento de la figura de la mujer tanto en la evolución de Gretel -de niña a mujer adolescente y otras herencias- como su antagonista, la siniestra bruja, en quien se ahonda su leyenda nunca antes relatada con tanta profundidad con respecto a otras versiones de la misma historia. Perkins quiso proponer aquí una vuelta de tuerca original y arriesgada al clásico cuento de los hermanos Grimm, que ha sido reversionado hasta al cansancio por animaciones o ficciones humanas con finales felices tan distantes de las creaciones originales. Las cuales terminaban de formas tétricas y cuyas moralejas servían para aleccionar a los niños de su tiempo. Tal vez por ello esta versión sea superior a la sobrevalorada y aburrida adaptación, también de terror, que en el 2007 realizó el coreano Yim Pil-Sung (Doomsday book). Y hasta lo mejor en la filmografía del propio Perkins, que tenía en su haber el thriller February (2015) y la pretenciosa Soy la bonita criatura que vive en esta casa (2016) para la plataforma Netflix. Ambos proyectos, con un impacto visual interesante pero de una densidad narrativa que no cuenta con emoción alguna. Aquí la historia transcurre en el Siglo XIV, en las afueras de Baviera, donde la situación de los hermanos Gretel y Hansel es paupérrima y miserable, y hasta la creciente locura materna los obliga a buscar un nuevo hogar donde saciar su hambre y sueño. Al adentrarse en medio del bosque encuentran una cálida cabaña -derribando el mito de la casita de chocolate-, donde son recibidos en principio por una siniestra y amable viejita interpretada excelentemente por Alice Krige (Star Trek: First Contact). Perkins gana en contar una historia de aspecto sombrío, misterioso y mucho más realista al contexto histórico pero sin dejar de lado el contraste de esa atmósfera fantasiosa que recuerda a films como En compañía de lobos de Neil Jordan, donde se mezclaban relatos clásicos de fantasía con un terror a lo desconocido, un miedo a lo pagano, o Leyenda de Ridley Scott, que envolvía todo un halo de magia y de encanto al amor de una princesa y un plebeyo contra las fuerzas oscuras que habitaban más allá del bosque. Gretel y Hansel resulta un terror elegante y de una fuerza visual poderosa que responde al nuevo cine de terror estilizado de la talla de Ari Aster y Robert Eggers. Por tanto elegancia visual que se transmite en lo que respecta a la iluminación, por ejemplo, donde se vuelve un personaje más en lo narrativo. Podemos recordar la calidez de la luz que se cuela dentro del hogar de la bruja como un espacio confortable y de protección. Mientras que en el exterior lo son los rayos de luz que atraviesan el espeso bosque solitario para contrarrestar el miedo a lo desconocido. Pero son luces diabólicas y fluorescentes las que se proyectan a la noche y responden al enojo de Gretel contra Hansel. Luces acompañadas de una banda sonora con sintetizadores a la cabeza -la moda de romper esquemas en películas como Detrás del arco iris negro o Mandy– que entremezclan el sonido ochentoso que utilizaban los films de ciencia ficción. Aquí son incorporados de una forma natural a una película que sigue otro estilo o género. En contra tal vez, lo más pobre del film sea su resolución poco cuidada con el nivel de toda su narrativa. Una conclusión desarrollada con demasiado aletargamiento -algo típico en las cintas de Perkins-, casi como una partida de ajedrez donde las protagonistas se debaten tomando té y discutiendo los niveles de su empoderamiento y destinos. Un poco de juego alegórico también a lo Jodorowsky, solo para mostrar el poder del impacto visual pero sin un contenido interesante que explique la razón de ser de todo aquello. Un final que siembra más dudas y aperturas, con cierto misticismo de nuevas esperanzas, que una conclusión acabada al estilo tradicional. Y esto, recordamos, que no es un capricho de Perkins, quien eligió como innovación en este clásico a la figura de Gretel por sobre Hansel.