Siempre hay reglas Sin muchas perspectivas de futuro ni opciones de presente, Nati (Martina Krasinsky) es una más subsistiendo en un entorno donde la violencia está más naturalizada que no llegar a fin de mes con el sueldo. Ella y su hermano colaboran con la madre repartiendo sándwiches en moto por el barrio, pero todo eso no alcanza para pagar la deuda que la familia contrajo para subsistir mientras su padre estuvo preso. Para conseguir al menos parte de ese dinero que ahora reclama el acreedor y jefe de una banda de asaltantes, Nati lo convence de permitirle participar del próximo golpe en un restaurant; pero en parte por su carácter intempestivo, el atraco no sale del todo bien y se gana la enemistad del resto del grupo. Con su familia desmoronándose a su alrededor y expulsada de la banda, Nati se deja llevar por su enojo. Lejos de lograr ser aceptada de nuevo, solo consigue empeorar las cosas. Para hablar de la furia, la impotencia y la decisión de perdonar o no a quienes provocan daños terribles, ¿Yo te gusto? no le tiene miedo a meterse en complejidades y contradicciones que no le quitan lo inverosímil. Por eso Nati puede explotar con violencia en una escena y mirar con cariño sincero a su padre en la siguiente, o ser egoísta y comprensiva según su propio código lo indique en cada situación; pero si hay algo que no puede soportar es que le digan lo que puede o no puede hacer, algo que promete ser su ruina desde el primer momento. Todo sucede velozmente en esta historia, sin mucha reflexión ni premeditación. La mayoría de los personajes están atrapados en la corriente, dejándose llevar por lo que su entorno o sus impulsos les ordenan; solo el villano (Daniel Aráoz) parece tener cierto control sobre lo que sucede, algo de poder al decidir cómo son las cosas. Tiene sentido: es el único que puede ver más allá de su supervivencia inmediata. Es necesario intentar entender a los personajes, porque en ¿Yo te gusto? terminan siendo tanto o más importantes que la trama, una que cuando parece que arranca, se termina. En el proceso de construir ese punto de clímax que desencadena un apresurado desenlace, son esos hilos paralelos los que sostienen el interés. Aunque la red que arman no es del todo pareja, ese grupo de personajes donde ninguno es del todo querible, hace que tenga sentido. Todo es intenso en esta historia. Camina por el borde pasándose de exagerado un par de veces sin desentonar, como si hiciera falta cruzar algunos límites para decir lo que pretende. Sin embargo, justo al tema que parece ser su mayor interés le dedica muy poco tiempo en comparación: se desvía profundizando innecesariamente en la historia de la madre de la protagonista, algo que no aporta mucho salvo mostrar el ejemplo de lo que ella no quiere llegar a ser. La propuesta de esta película no es demasiado original pero logra darle un giro con personalidad propia, con un trabajo correcto y prolijo de realización que abarca desde las caracterizaciones o la elección de la música, hasta a la habilidad de ponerle una correa firme a la actriz que usualmente sobreactúa a los gritos pero que en este caso hace un rol más que correcto, casi sin mostrar sus habituales manierismos.
La necesidad tiene rostro de violencia La violencia parece la única respuesta frente a la carencia. De todo tipo y color y la protagonista de esta historia se dispone a pagar caro un intento de torcer el rumbo de una vida de carencias tanto materiales como de otro nivel. Ayuda a su madre, acompaña a su hermano pero siempre con el objetivo de crear su propio destino y si para ello debe demostrar que es la más fuerte está dispuesta a todo. Este es el entramado de una trepidante historia que toma ciertos elementos de género y dibuja personajes secundarios de poco volumen dramático salvo el de un antagonista, a saber prestamista que explota la necesidad de los demás, consigue que roben para él sin repartir equitativamente hablando y al cual Daniel Aráoz le aporta su salsa. Antagonista de Nati en la piel de la temperamental Martina Krasinsky, decidida a cualquier cosa y enfrentamiento para saldar deudas de su padre. El ritmo y los vaivenes de la trama son el punto fuerte de este opus del director de Tuya (2015), aunque al acumular algunas subtramas, incluida la violencia de género, por momentos pierde el eje y más aún hacia el último tercio del film donde la violencia, los tiros y muertes parecen algo forzados.
YO TE GUSTO? La nueva película de Edgardo González Amer (TUYA) propone un viaje al universo de una joven (Martina Krasinsky, una revelación) que debe seguir sus impulsos mientras lucha con mandatos, situación social, y, particularmente, el pequeño infierno que vive en su casa. Una madre que no logra dar pie con bola (Leticia Brédice), un padre ausente (Daniel Loisi), y la marginalidad y violencia al alcance de la mano, hacen de esta propuesta, de la que también participan Marco Antonio Caponi y Daniel Aráoz, un relato necesario que escapa a lugares comunes y estereotipos.
¿Yo te gusto?, de Edgardo González Amer Por Ricardo Ottone Si hay un tema recurrente en la filmografía previa de Edgardo González Amer, que cuenta con los largometrajes El infinito sin estrellas (2007), Familia para armar (2010) y Tuya (2015), ese tema es la familia, y en particular las dificultades y adversidades que esta familia enfrenta para estar unida y sobrevivir como tal. Dificultades que pueden venir desde un entorno hostil o desde su propia dinámica. Y esto en el marco de diferentes géneros, el drama, la comedia o el thriller. La familia es también un tema primordial en ¿Yo te gusto?, su cuarto largometraje, esta vez desde un marco que se mueve entre el cine policial y el drama social. Esta familia está compuesta por Joaco (Daniel Loisi), un padre que salió de prisión y ahora trata de mantenerse limpio trabajando como colectivero, Mary (Leticia Bredice), una madre que maneja un bar y prepara comidas para vender, y sus dos hijos adolescentes Nati (Martina Krasinsky) y Sebas (Sebastián Chávez), que colaboran con el reparto del bar pero también se juntan con una banda del barrio que se dedica a cometer asaltos para el Yuca (Daniel Araoz), dueño de un desarmadero y mafioso local. La familia sobrevive como puede mientras la aquejan dificultades varias, la relación de pareja entre Joaco y Mary parece haberse enfriado y esta se enfrenta a los continuos intentos de seducción de Nacho (Marco Antonio Caponi), un carpintero del barrio que la visita en el bar. Por otro lado una deuda impagable los tiene bajo constante amenaza. Nati, que es la verdadera protagonista del film, es una joven de personalidad provocadora que tiene una muy buena relación con su padre y choca constantemente con su madre, sobre todo cuando empieza a advertir lo que pasa entre ella y Nacho. Naty es además bastante irreflexiva e irritable (e irritante) y va constantemente al choque, por lo que su carácter la mete constantemente en problemas. Juega con el peligro y trata de mostrarse fuerte en parte para ocultar su angustia e inseguridad. Los dos hermanos se involucran en las actividades delictivas manejadas por el Yuca, y Nati, sin medir con quien se está enfrentando, va a terminar metiéndose en problemas serios. ¿Yo te gusto? juega con recursos del cine policial, del western y también de las “películas de venganza”, subgénero del cual podemos recordar antecedentes como Ángel de venganza (1981) de Abel Ferrara, y que llega a nuestros días como en la reciente Revenge (2017) de Coralie Farjeat. Participa también de la corriente de películas que retratan la marginalidad y la delincuencia de cineastas como Caetano, Trapero o Campusano. En ese marco, sin embargo, su planteo se acerca sobre todo al de una Tragedia, incluso en el sentido más griego del término, llevado en este caso al entorno de los monoblocks del barrio Piedrabuena en Villa Lugano. Hay algo del destino fatal e inexorable al que la protagonista trata de rebelarse pero al que a la vez se dirige prácticamente en línea recta. Un destino fatal al que está en parte determinada por el entorno hostil y agobiante del que quiere escapar y en parte por su propio carácter que la arrincona cada vez más. Por otro lado a pesar de que Naty es un bardo, es impulsiva y toma pésimas decisiones, es también cierto que, como buena heroína trágica, trata con las escasas armas de que dispone de hacer lo que ella cree que es correcto, que es ayudar a su familia, tratar de influir en su madre para que no engaña a su padre, y se involucra en los actos delictivos del Yuca, no solo como acto de autoafirmación sino principalmente para ayudar a pagar la deuda que tiene a su familia contra la pared. Una historia así es todo lo previsible que puede esperarse dadas las circunstancias y el hecho de que el espectador sepa lo que se viene, no disminuye la tensión ni la angustia. Las historias de jóvenes marginales suelen estar contadas por realizadores más cercanos generacionalmente a los personajes que retratan. Gonzalez Amer sin embargo, un director más grande, trata de acercarse sin prejuicios a estos jóvenes que además viven en un entorno particular de muchas carencias (materiales, afectivas) tratando de entenderlos, mostrarlos en su entorno cotidiano, en este caso poblado de monoblocks, familias quebradas, transas, violencia física y psicológica y una banda sonora de hip hop, y contar sus historias de manera empática (aun si a veces no son muy empatizables), sin una mirada condescendiente, y a la vez sin juzgarlos. ¿YO TE GUSTO? ¿Yo te gusto? Argentina. 2019. Dirección: Edgardo González Amer. Intérpretes: Martina Krasinsky, Daniel Aráoz, Leticia Brédice, Marco Antonio Caponi, Sebastián Chávez, Daniel Loisi. Guión: Edgardo González Amer. Fotografía: Sebastián Gallo. Música: Mariano Barrella. Montaje: Anabela Lattanzio. Dirección de Arte: Jimena Soldo. Dirección de Sonido: Maxi Gorriti. Dirección de Producción: Andrea Braga. Jefe de Producción:: Santiago Guzmán. Producción Ejecutiva: Daniel Pensa, Miguel Angel Rocca. Distribuye: Primer Plano Film Group. Duración: 78 minutos
Martina Krasinsky ilustra a una joven sin límites y dolor. Crítica de “¿Yo te gusto?”. La película argentina “¿Yo te gusto?, no perdonarás” un filme que conceptualiza el agobio y encierro de los personajes, en particular: Mary(Leticia Brédice) y Nati( Martina Krasinsky) que ponen en manifiesto sus deseos y reacciones sin pedir permiso debido a su realidad incómoda, violenta y acosadora. Por. Florencia Fico. La dirección de Edgardo González Amer recreó un western urbano con recursos bien empleados. Hay un grupo de compañeros que conforman una banda delictiva, una familia con necesidades que debe dinero, un abuso sexual y la venganza; éstos elementos funcionaron como disparadores constantes y con éxito contuvieron diferentes toques de tensión. El guion fue escrito por Amer y se inspiró en “La Patota” pero con un giro narrativo mientras que en aquella película de Santiago Mitre da tregua a una situación de violación por cuestiones religiosas; en el filme de Edgardo hay una propuesta diferente e interpela al espectador: ¿Qué pasa si no se perdona?. En la película de Amer se da énfasis a personajes femeninos como Mary en la piel de Leticia Brédice y Nati (Martina Krasinsky) que se destacan como madre e hija, ambas con carácter no subordinadas, expresivas y explosivas. Las actrices acapararon todo el filme una Leticia Brédice fresca que irradia irreverencia y matriarcado. Su hija encarnada por Krasinsky que se trepa, habla con poder e interpreta tanto de manera desgarradora e insolente una cruda vida adolescente. Resultado de imagen para yo te gusto pelicula Hay imágenes de un astronauta cayendo que alude a un mensaje subyacente y evidencia una vida en pendiente, en suspenso, a la deriva o en caída libre. La música de Mariano Barrella apuesta al Hip – Hop un ritmo que cuadra con el esquema de western urbano la película se mueve al paso de ese género con cantantes y bailarines. La fotografía de Sebastian Gallo con planos envolventes casi circulares proyecta ese clima donde no hay salida. Los primeros planos a Nati la describen sensiblemente. Cuando ella emprende una persecución las tomas agilizan y movilizan al espectador. A veces utiliza el barrido donde las capturas son borrosas con el fin de seguir la acción de los personajes. El reparto también tiene las figuras como Marco Antonio Caponi como Nacho un carpintero y cliente habitual del bar en el que trabaja Mary; un papel que da mucha luz al filme, un personaje que da respiro a una zona de constante batalla personal. Entre ellos existe un naciente enamoramiento aunque ella esté casada con Joaco un colectivero; ambos ex presidiarios. Resultado de imagen para yo te gusto pelicula También Daniel Aráoz como “Yuca” se vuelve a poner la capa de maldito y alcanza una sensación de desagrado al encabezar un desarmadero. Él los introduce a Nati y Seba (Sebastián Chavez) su hermano a robar kioscos, restaurantes y vender estupefacientes. Las productoras a cargo fueron: Pensa&Rocca Cine y Amer Cine El género engloba todas las gamas del thriller, un suspenso que congela la sangre y pisa fuerte en un lugar humilde Piedra Buena como locación principal. Dos hermanos Nati y Seba que se protegen de los peligros al estar inmersos en actos ilícitos. Una protagonista dura Nati que tiene como fin juntar algo de dinero para las deudas que tienen sus padres Mary y Joaco, la suma equivale al costo de su casa; los dejarían en la calle. Un antagonista Yuca un mafioso muy entrenado. Se desarrollan diversas confrontaciones. Resultado de imagen para yo te gusto pelicula Los hermanos se involucran en un asalto a un restaurante japonés pero los planes no salen como esperaban y Nati queda expuesta como traicionera; al no seguir con los lineamientos de Yuca. Tras la equivocación de ella, él la viola y en manada. La perturbación luego de éste abuso no termina ahí; enciende una flama interna en ella; un sabor lleno de furia y castigo. Puntaje: 80
¿Yo te gusto?: Salir de la marginalidad «¿Yo te gusto?» es una película dirigida por Edgardo González Amer que muestra la historia de Nati, una chica de 17 años de un barrio marginal que se ve envuelta en robos, drogas y hasta en una violación. Con la dirección de Edgardo Rodríguez Amer (“El infinito sin estrellas” – 2017) y la producción de Pensa & Rocca Producciones y Amer Cine SRL, «¿Yo te gusto?» es protagonizada por Martina Krasinsky, Leticia Brédice y Daniel Aráoz. La historia narra la vida de de Nati (Martina Krasinsky), una chica de 17 años que vive en un barrio humilde y marginal, un ambiente violento y plagado de necesidades. Junto a sus padres (Leticia Bredice y Daniel Loisi) deben afrontar una deuda de una gran suma de dinero que hará llevarlos a los peores extremos de cada uno. Pero todo se desencadena cuando Nati se une a la banda en la cual delinque su hermano Sebas (Sebastian Chavez) comandada por el Yuca (Daniel Aráoz) para ayudar a sus padres y todo se verá mezclado en una historia de traición, violencia, venganza y violación. Ante la falta de argumentos la película de González Amer sigue la línea del conflicto interno de su protagonista y nos muestra la marginalidad desde otro ángulo junto con la falta de acción social y educación. Entonces lo que realmente afronta este filme es la justificación de una violación. Esa indignación al ver que los personajes se preguntan “¿Qué hiciste Nati para que te violaran?”. Podemos ver lo que le afecta a la protagonista el affaire de su madre con otro delincuente y ese es el trasfondo que nosotros como espectadores podemos apreciar, ¿será por eso que ella necesita estar rodeada de rebeldía y drogas?. Otro tópico que hace mención el director es sobre un astronauta en el espacio, una alegoría simpática para definir el comportamiento de la protagonista devenida en guerrera. La película está contada desde los códigos del género de acción (por momentos es un thriller, por momentos un western) y aunque los diálogos son un tanto forzados, Rodríguez logra contar la historia de esta familia humilde desde una perspectiva social muy bien lograda. ¿Será capaz Nati de vengar a quienes le hicieron vivir la peor pesadilla de su vida?
“Yo te gusto?” trata de una joven llamada Nati (17) (Martina Krasinsky) que vive junto a sus padres y hermano en un barrio marginal. A pesar de la mala relación que tiene con su madre, (mezcla de competencia y sospechas hacia ella) Mary (Leticia Brédice), quiere ayudarla a pagar la deuda que contrajo cuando su marido Joaco (Daniel Loisi) y padre de sus hijos, estuvo en la cárcel. Su mamá tiene un bar que ella misma atiende, ella misma cocina y sus hijos hacen el delivery de sandwiches en moto. Su padre ahora maneja un colectivo y tiene un carácter bonachón, fruto, seguramente, de los malos años pasados en el encierro. Nati, en contraposición con lo que siente por su madre, tiene una relación muy buena con su padre. Ella, aún con su corta edad, demuestra una fuerte personalidad, que según las circunstancias, se quiebra. En el afán por ayudar a su familia la protagonista decide involucrarse en un grupo de delincuentes junto a su hermano Sebas (Sebastián Chávez) para cometer un asalto. Nati cree poder elegir si pertenece o no a la banda, pero su jefe, el odioso Yuca (Daniel Aráoz) le demostrará que no es ella quien decide. Al entrar en la banda sucederán cosas no planeadas que desatarán lo peor de Nati, de Yuca y sus secuaces. La representación de la clase baja es muy acertada: con carencias y siempre al límite de caer más bajo aún. Sin embargo, el rol que juega la mujer en la película la encasilla en un lugar de donde la mujer, en la actualidad, está tratando de salir. Lo mejor del film dirigido por Edgardo González Amer es la actuación de Martina Krasinsky; aunque el resto del elenco incluidos Brédice, Aráoz y Marco Antonio Caponi (Nacho), quien juega el papel de un cliente interesado en Mary, cumple a la perfección. Un guión que no depara sorpresas, aunque tampoco nos deja indiferentes. https://www.youtube.com/watch?v=oEKAlnK9oDc ACTORES: Leticia Bredice, Marco Antonio Caponi, Martina Krasinsky. Daniel Aráoz. GENERO: Drama . DIRECCION: Edgardo González Amer. ORIGEN: Argentina. DURACION: No informada CALIFICACION: Apta mayores de 16 años con reservas FECHA DE ESTRENO: 24 de Octubre de 2019 FORMATOS: 2D.
Nati (Martina Krasinsky) es una chica que vive en un barrio humilde, quien, junto a su hermano Seba (Sebastián Chávez), reparten la comida que realiza su madre Mary (Leticia Brédice), pero este trabajo no logra saldar la deuda de su familia. Por lo tanto, los dos hermanos deciden unirse a una banda liderada por Yuca (Daniel Aráoz), quienes realizan diversos delitos en el barrio, de una manera demasiado agresiva. La rebeldía de Nati ocasionará conflictos en el grupo y el enojo del jefe, quien volcará su ira sobre la chica, la cual no se quedará con los brazos cruzados, no los perdonará y efectuará la venganza sobre ellos. La representación de lo marginal se llevó a cabo en numerosas películas y series televisivas en nuestro país. Ninguna de ellas pueden evitar recaer en los estereotipos que se han conformado sobre este universo, a partir de maneras de hablar, moverse en el espacio, vestirse, actuar, etc. “¿Yo te gusto?” también lo hace, reflejando también la violencia como un suceso irremediable en los barrios humildes. La película está protagonizada por Martina Krasinsky, quien, por primera vez, se encuentra ante esta responsabilidad de ser la actriz principal en un film y se logra desenvolver de una gran manera, especialmente en las escenas donde debe enfrentarse a actos sumamente violentos. Asimismo, está acompañada por reconocidos actores como Leticia Brédice, Marco Antonio Caponi y Daniel Aráoz. El film es presentado como un “western urbano” y toma las características del género para transmitir este acto de venganza realizado por Nati, la protagonista, quien, ante el acto violento al que fue sometida, prepara su arma y mientras la música la acompaña y los planos detalle acentúan sus acciones, como un cowboy que, en lugar de calzarse su sombrero, se coloca su campera roja que será el elemento destacado de su vestimenta. Aquí no hay desierto, no se desenvuelve en el Oeste Americano, sino en un barrio de la Ciudad de Buenos Aires. En resumen, “¿Yo te gusto?” es un film donde la violencia es la principal protagonista y las actuaciones están bien desarrolladas, pero caen en los estereotipos que se han formado en el imaginario de los realizadores audiovisuales, al igual que el carácter violento que nombramos previamente.
Una chica de armas tomar ¿Yo te gusto? (2019) tiene la forma de un cuento trágico. Su manera de abarcar la marginalidad se aleja, por suerte, de la representación realista y condescendiente de la pobreza. La película está contada desde los códigos del género de acción (por momentos es un thriller, por momentos un western) que insertan a la propuesta en otra línea, alejada del mensaje moralizante. Natalia (Martina Krasinsky) recorre el barrio con su hermano repartiendo los sanguches que hace su madre (Leticia Brédice). En ese contexto la delincuencia es una opción para conseguir dinero fácil. Cuando su padre colectivero (Daniel Loisi) no puede afrontar una deuda, la chica se inserta en una banda criminal manejada por Yuca (Daniel Aráoz). Su actitud rebelde en el asalto tiene consecuencias: ella es violada por los delincuentes a modo de castigo. La venganza no se hará esperar. La nueva película del director de El infinito sin estrellas (2007), Familia para armar (2010) y Tuya (2014) tiene un aire de renovación al mirar a la marginalidad desde otro ángulo. Esta actitud le da ritmo y color a un universo plagado de historias y conflictos provenientes de las urgencias sociales. Las buenas actuaciones y la incorporación de caras nuevas ayudan a recrear este imaginario cuento de sangre, sudor y balas, del mismo modo que la música de hip hop. Sin embargo, los mayores problemas que afronta esta película son relacionados al argumento. Los motivos y disparadores de las acciones parecen no alcanzar para justificar la violencia que emerge luego. Y en un relato que funciona desde las reglas del género es indispensable que los motivos queden claros. No es muy evidente cuánto le afecta a Natalia el affaire de su madre ¿es por eso que se vincula con los delincuentes? Tampoco la gravedad de su actitud rebelde para ser castigada de semejante manera ¿desobedeció una orden o no quiso continuar en la banda? la relación con su padre y hermano son otro de los interrogantes que arrojan dudas. Ante la falta de argumentos la película de Edgardo González Amer sigue la línea del conflicto interno de su protagonista. ¿Qué quiere Natalia de la vida? El astronauta que flota en la estratósfera es una alegoría simpática para definir el comportamiento de la protagonista devenida en guerrera. Pero justo ahí cuando ¿Yo te gusto? funcionaba mejor en la acción termina desarrollando conflictos internos y contradiciendo su planteo inicial. Más allá de esto, hay una energía enriquecedora que se desprende de los actores: el definitivamente atemorizante Yuca que compone Daniel Aráoz, la zigzagueante madre que interpreta Leticia Brédice y la desafiante Natalia de Martina Krasinsky, justifican el visionado de la película.
La protagonista de la historia es Nati, que vive con sus padres y su hermano Seba en un barrio marginal. Nati y Seba se juntan con una banda de delincuentes que hace trabajos para el Yuca, el dueño de un desarmadero y delincuente pesado de la zona. En uno de los delitos a mano armada que realizan algo no sale como lo planearon y por no obedecer las reglas Nati recibirá un castigo de la banda que desatará la venganza de ella. Por momentos un policial, por momentos un film social y por momentos también un western, la película tiene aciertos y falencias por partes iguales. En la línea de películas como I Spit on Your Grave (1978) Ms .45 (1981) entre muchas otras de lo que se conoce como el género rape and revenge (violación y venganza) la película tiene fuerza y convicción cuando llega a su clímax narrativo, pero hasta ese momento le cuesta generar algún tipo de empatía por cualquiera de sus personajes, incluso por su protagonista. Su pertenencia a este subgénero no incluyo el ambiguo morbo de mucho de estos films, esto hay que aclararlo. Al final de la trama, cuando el film despierta y se asume como película de género, es cuando encuentra su sentido y su corazón. En su retrato de la vida marginal no consigue lo mismo y produce una distancia y un desinterés que la iguala con demasiadas películas argentinas. Su costado social resulta ser lo menos creíble e interesante y es una pena que no se asuma el género desde el inicio.
No perdonarás En el medio de un contexto de crisis como el actual, en los barrios se siente el doble y quienes tienen locales o -como en este caso- bares/restaurantes quedan a la deriva para mantener no solo el alquiler, sino las diferentes deudas que se empiezan a apilar con los diferentes proveedores. Nati (Martina Krasinsky) es la rebelde de la familia, quien junto a su hermano (Sebastián Chavez) intentarán sacar la situación adelante cometiendo pequeños actos delictivos pero, por falta de contención, quedan inmersos en un grupo de delincuentes que lidera Yuca (Daniel Aráoz). El film comienza mostrando la realidad económica que viven en el barrio, sumado a un lunfardo que por momentos está muy bien recreado y por otros algo inverosímil. Todos están armados y el límite entre la vida y la muerte se vuelve algo mínimo, esto le permite generar un buen clima de tensión y suspenso para con los personajes. Lo mejor de la película es la espléndida interpretación que nos ofrece Leticia Brédice, un papel que le calza a la perfección, logra que nos metamos dentro de la pantalla y vivamos sus situaciones. El resto del elenco cumple con lo requerido para solidificar el film. Por otra parte, el guion tiene diferentes incoherencias y pasa de un lado a otro sin retomar puntos ni circunstancias que parecían claves, a su vez, es sabida la dificultad que conllevan las escenas de acción y por eso no se logra resolver de la mejor manera. Se deja llevar por un suceso final donde comienza el climax pero no se vuelve del todo efectivo. Tanto la fotografía como el sonido le aportan mucho a la narración.
Un buen ejemplo de cine de género Aquí hay una joven que, en barrio marginal, tiene un plan para salvar a su familia de una deuda criminal. Las películas de venganza tienen el atractivo de convertirse en cables a tierra de nuestros deseos más terribles. Aquí hay una joven que, en barrio marginal, tiene un plan para salvar a su familia de una deuda criminal, lo que deriva la historia hacia lo violento y lo trágico. Bien actuada, sobre todo por Martina Krasinski, y con momentos de muy alta tensión dramática, es un buen ejemplo de cómo utilizar el cine de género.
Nati (Martina Krasinsky) es una adolescente de 17 años que vive en un barrio marginal. Sus padres (Leticia Brédice y Daniel Loisi) no se llevan precisamente bien y encima están acuciados por las deudas. La protagonista encuentra en su hermano Seba (Sebastián Chavez) algo de ayuda, apoyo y comprensión, pero el contexto socioeconómico es desolador y luce particularmente sórdido para una chica rebelde e impulsiva como ella. La tentación de sumarse a una banda liderada por el “pesado” Yuca (Daniel Aráoz) está siempre latente, ya que puede ser una forma de conseguir un respido económico, pero también resulta un riesgo muy difícil de manejar. Entre el drama familiar, la pintura social de los sectores más humildes, el thriller psicológico, el western urbano y ciertos códigos del policial, este nuevo film de Edgardo González Amer es un relato de abusos y venganza, pero el guionista y director elude la moraleja redentoria y las exortaciones al empoderamiento femenino tan en boga en estos tiempos para construir, en definitiva, una narración seca y por momentos incómoda. El protagónico de Krasinsky es lo mejor de un elenco que combina intérpretes profesionales y otros sin experiencia previa para una historia no demasiado sorprendente y en ciertos pasajes incluso bastante obvia y subrayada, aunque construida con indudable pericia técnica y un sólido acabado formal. Un film que no irrita, pero al que un poco más de riesgo y audacia le hubiesen venido bien dentro de esta exploración de una familia de clase media-baja que se ve inmersa en el submundo criminal.
Nati es una joven que vive con sus padres y su hermano Seba en un barrio marginal. Ambos trabajan haciendo repartos para el bar de su madre y pasan el resto de su tiempo con un grupo de amigos que suelen cometer robos menores. Cuando Nati se entera de que sus padres tienen una deuda que no pueden pagar intenta unirse a la banda para conseguir el dinero necesario que salve a su madre, pero ello se convertirá en un caos cuando sus amigos deciden asaltar un restaurant. Nati desobedece al jefe del grupo, pone en peligro el plan trazado por los integrantes de la banda y es violada por el jefe de la pandilla en represalia. Convertida en una máquina de matar, Nati decide entonces vengarse eliminando a cada uno de los integrantes de esa banda. El director Edgardo González Amer (El infinito sin estrellas, Familia para armar y Tuya) logró así un thriller violento en el que, sin embargo, sobresale la necesidad de su protagonista de ayudar a su madre. Martina Krasinsky, Leticia Brédice y Daniel Aráoz encabezan, con indudable calidad, el elenco de este film que habla de los deseos de venganza de esa muchacha envuelta, sin quererlo, en un laberinto sin salida.
Filmada en el barrio Piedrabuena, de Villa Lugano, ¿Yo te gusto? es pariente de esas historias de marginalidad en las que se especializó Adrián Caetano, desde Pizza, birra, faso hasta El marginal. Pero, acorde a los tiempos de la marea verde, Edgardo González Amer (Familia para armar, Tuya) pone el foco en una protagonista femenina y su lucha por hacerse respetar en un ambiente masculino. Nati (Martina Krasinsky) es una adolescente que, junto a su hermano, forma parte de la legión de los nini (ni estudian ni trabajan). Vive con sus padres, agobiados por una deuda que sus sueldos como colectivero y encargada de un bar jamás les permitirán saldar. Para ayudarlos, ella quiere entrar a la banda del capanga del barrio, pero su fama de díscola le complica todo. Muñeca brava, Nati desafía a todas las autoridades que se le cruzan por el camino, empezando por su madre (Leticia Bredice) y siguiendo por el mafioso de la zona (Daniel Aráoz, en un papel parecido al que hizo en Porno para principiantes). Paisaje de monoblocks, ritmo de cumbia y hip hop, lunfardo tumbero: son los elementos que componen el agobiante ambiente donde se desarrollan esos dos conflictos paralelos. El de mayor potencia dramática es el que enfrenta a madre e hija: Bredice se luce como esa mujer abnegada, emocionalmente limitada, que esperó a su marido durante los años que él pasó en la cárcel y no quiere que sus hijos sigan ese mismo camino. Pero luego de construir pacientemente ese mundo áspero, González Amer privilegia el western urbano sobre el drama social, y entonces ¿Yo te gusto? toma el más transitado y menos interesante rumbo de la acción. De modo que la tensión entre Nati y su madre, al igual que una subtrama que involucra al personaje de Bredice con el de Marco Antonio Caponi, pasan a segundo plano, tapadas por el ruido de los disparos. Una decisión narrativa que le da un cierre demasiado abrupto a esta historia de incomunicación y desesperanza.
Edgardo González Amer construye un policial frenético, una historia de venganza, un verdadero western urbano ubicado en las zonas marginales del cono urbano bonaerense, al ritmo del hip hop, sin tomarse demasiado tiempo para reflexiones y con algunas decisiones apresuradas, pero con una intensidad y un vértigo bien logrado. No da respiro. Como lo que sienten los protagonistas en un mundo con pocas opciones. Una adolescente, que cuando su padre regresa de la cárcel y es recibido por su esposa sin amor, pero convencida de su rol, el descubrimiento de una deuda para lograr la libertad de ese hombre que respeta, la lleva a rogar entrar a la banda de delincuentes. Un mafioso regentea una pandilla donde su hermano forma parte. Ella se siente poderosa en un mundo salvaje, un rol que cumple muy bien Martina Krasinsky, con el desparpajo de su adolescencia y una determinación irrefrenable. Es un mundo cerrado, con códigos de hierro. Se lucen Daniel Araoz, como caudillo del mal. Se los ve entregados y perfectos a Marco Antonio Caponi y Leticia Brédice. Y cumple muy bien su rol Sebastián Chavez. Rápida y furiosa realmente, no permite treguas. Esa espiral de violencia y castigos, muerte y tiros, arrastra al espectador.
"¿Yo te gusto? No perdonarás": la venganza femenina Una adolescente de barrio “pesado” del conurbano toma la 9 mm y sale a cobrarse las deudas, después de sufrir una doble violación. Cambio de marcha para el realizador Edgardo González Amer (El infinito sin estrellas, Tuya), ¿Yo te gusto? No perdonarás (todo eso) adscribe a una corriente de films: los de venganza femenina.Precedida por películas de los 70 hechas por hombres (Foxy Brown, Ms .45), esta serie fílmica, que en casi todos los casos narra una venganza armada contra uno o más violadores, se extendió a lo largo de este siglo, incluyendo experiencias extremas (Baise Moi, I Spit On Your Grave), thrillers (Revenge), films de acción (el telefilm Big Driver, escrito por Stephen King), de terror (Run! Bitch Run!) y películas “de prestigio” premiadas en festivales, como Elle. En ¿Yo te gusto? una adolescente de barrio “pesado” del conurbano toma la 9 mm y sale a cobrarse las deudas, después de una doble violación encargada por el “poronga” de la zona. Lo hará como si fuera una versión menudita de El vengador anónimo. “Es puro nervio esta paleta”, se queja Mary (Leticia Bredice) cuando su marido Joaco (Daniel Loisi) le pasa el fiambre que compró, según parece para el almuerzo. Mary suma plata para la familia haciendo sándwiches, que vende en el bar que administra. O que sus hijos Nati (Martina Krasinsky) y Seba (Sebastián Chávez) reparten entre los trabajadores de la zona. El otro ingreso familiar es el del padre, Joaco, chofer de colectivo. Joaco y Mary tienen una deuda impagable, contraída con Yuca, la clase de tipo con el que conviene no tener problemas (Daniel Aráoz, que transmite muy bien esa certidumbre). Nati, que lleva medio pelo platinado y la otra mitad rapado, que tiene tatuajes y usa minishorts y no tiene problema en putearse de igual a igual con los pibes del barrio, toma una decisión. Rara, teniendo en cuenta que a la madre no le da la más mínima pelota (con el padre la relación es mejor). Va a sumarse a la banda que integran sus amigos, para reunir plata que les permita pagar la deuda. Lo otro raro es que la banda la maneja justamente Yuca, acreedor de sus padres. No la aceptan en la banda, los convence a fuerza de insistencia, roban un restorán, Nati desobedece una orden, Yuca la echa y allí ella hace lo que la sensatez aconseja no hacer: robarle unos pesos al “poronga”. El castigo será cosa de bárbaros. En una segunda línea, González Amer (autor del guion) narra la relación de deseo entre Mary y un joven carpintero (el siempre firme Marco Antonio Caponi). Relación que aumenta la bronca que Nati tiene con su madre. Despeinada y sin maquillaje, Leticia Bredice despliega, como de costumbre, una gestualidad de alta intensidad. A diferencia de otras ocasiones, detrás de esa intensidad hay algo más que pose. Hay cansancio, resignación, hastío. La sensación de que la vida se le va y ella sigue cortando paleta. Su personaje tiene matices, dudas y contradicciones, Bredice se los sabe dar y eso hace interesante a Mary. Detrás de ella, a Daniel Loisi se lo ve relajado en el papel de Joaco. Lo que no resulta muy creíble, teniendo en cuenta su pinta de buen tipo, es que haya pasado unos cuantos años en “la tumba”, y no ayuda no saber por qué los pasó. El de Nati es un personaje que desafía límites. Es capaz de “hacerle” un billete a un varón de su edad y es capaz, también, de charlar en tetas con su hermano, en la cama y con las piernas entrelazadas. “¿Qué te pasa a vos?”, la regaña la madre, y el espectador puede llegar a preguntarse lo mismo. Nati (como suele suceder con los actores profesionales en un caso así, a Martina Krasinsky no siempre se la ve cómoda componiendo a esta heavyconurbana) tiene la suficiente resolución como para encarar a los tipos que abusaron de ella, arma en mano y empoderada, haciendo una pregunta inexplicable. Lo que no tiene es sentido del cálculo, conciencia de las relaciones de poder. Eso la lleva a meterse con el que corta el bacalao, sola, a la descubierta y encima mojándole la oreja. A veces lo que debería salir mal sale bien, y eso explica que Nati llegue a un final que más que un final parece una pausa.
Nati vive con sus padres y su hermano en Lugano, la familia tiene una deuda que parecen no poder saldar nunca y los chicos se unen a una banda para intentar ayudar. Escrito y dirigido por Edgardo González Amer, ¿Yo te gusto? No Perdonarás es un drama marginal que por momentos recuerda a otras cosas que ya hemos visto pero lo hace con estilo propio. Una historia cruda y bien construida que por momentos se excede en el morbo.
El cuarto filme de Edgardo Gonzalez Amer, el mismo de ¨Tuya¨ (2015), se adentra en los límites de la marginalidad, para ello intenta realizarlo transitando una delgada línea entre dos géneros muy diferenciados, por un lado el policial, del tipo más frecuentado por el cine argentino, el de los ¨bajos fondos¨, y por otro tratando de establecerse en el género del drama con tintes sociales. Para ello constituye el relato atravesando dos sub tramas, pues la que debería ser la esencial, esa que impulsa las acciones de la protagonista, se empieza a desdibujar cuando la secundaria se regodea, sin que aporte nada, en un sinfín de situaciones que en principio demoran el establecimiento de la trama principal, para luego, una vez dentro, apresurarse en cerrar el relato casi antes de abrirlo. El filme abre con una escena que luego derivara en ser todo una gran analepsis. Vemos a Nati (Martina Krasinsky) corriendo ensangrentada, o más específicamente, con su ropa, su rostro y manos llenas de sangre. Un corte y el relato se establece tiempo antes, para luego construir el retorno a la primera escena. Alli serán presentados los personajes de nuestra historia, recalcando la importancia de los mismos en desmedro del guion que por demasiado transitado se torna demasiado previsible. ¿De qué va la historia?, Una familia de las comunes en uno de los barrios pobres de la ciudad, Joaco (Daniel Loisi), el padre, salió de prisión e intenta mantenerse dentro de la ley como colectivero, Mary (Leticia Bredice), la madre. regentea un bar y además prepara emparedados de milanesas para que vendan sus dos hijos adolescentes Nati y Sebas (Sebastián Chávez), quienes conformes con colaborar con el reparto del bar, se juntan con la banda del barrio que se dedica a cometer asaltos para el Yuca (Daniel Araoz). Hasta aquí los personajes más importantes, para denominarlos de alguna manera. Poco importa si Mary es asediada por un joven del barrio, esta debería ser la sub trama, no produce ningún quiebre ni aporta nada a la progresión dramática del relato Tampoco ayuda demasiado la poca y mal realizada presentación, constitución y desarrollo de los mismos. Hasta se podría afirmar que derivándose en un filme de personajes, lo poco acertado de los mismos es su peor enemigo. Ajustándonos al personaje principal, para no entrar en detalle, en la historia del cine, desde el lenguaje mismo y sus reglas nadie se transforma de una adolescente, un poco rebelde, por generación espontánea en Paul Kersey (el personaje de Charles Bronson en ¨El Vengador anónimo¨ 1974). En todos los demás personajes es más la ausencia de peso dramático lo que produciría el desdén del espectador sobre ellos. No hacen a las historias, podrían haber tenido un poco más de elaboración y eso redundaría en las acciones de los personajes principales. De este incendio se salva Yuca, que a ciencia cierta no se podría asegurar que las bondades del personaje este predeterminado por su inmenso estereotipo o si esto lo logra el actor con sus recursos histriónicos. Me inclino por una conjunción de ambas. Esto no aplica sobre el rubro de las actuaciones, Leticia Bredice sale airosa de lo que le tocó en suerte. Si es loable la performance de Martina Krasinsky, hasta se hace por momentos empatica, situación que daría la impresión, para nada buscada. Que todo esto derive en disposición de agresión extrema, con temas como la violencia de género, la violación como un elemento más del paisaje cotidiano, la venganza como recurso idóneo, todo porque así debe ser, nada está construido y justificado de manera fehaciente o real. El relato sí, posiblemente, pero en cine se necesita algo más, no es sólo el cuento, es como lo cuento.
Edgardo González Amer (Tuya) dirige un thriller enmarcado en un barrio marginal y protagonizado por Martina Krasinsky como una joven que se termina convirtiendo en vengadora. Apostando a un clima asfixiante, lo nuevo de Edgardo González Amer es un thriller alejado a aquel que lo posicionó: Tuya. Otro ritmo, otro escenario, otro tono. Más cercano quizás a sus inicios como realizador. En ¿Yo te gusto?, Nati (Martina Krasinsky) vive con su familia en el seno de un barrio marginal. Un padre que labura incansablemente y pasa largas horas manejando un colectivo, y una madre que cocina, entre otras cosas, los sandwiches que ella sale a repartir junto a su hermano. Como si fuera poco, la familia lleva a cuestas una deuda de la cual nunca logra librarse. Es entonces que decide empezar a trabajar para el mismo hombre poderoso al que le deben dinero. Desenfadada y rebelde, incapaz de acatar órdenes, Nati se introduce sin miedo a un mundo que pronto se revela más oscuro y violento de lo que imaginaba. Krasinsky interpreta a su Nati a través del exceso, de una actuación desmesurada, en excepción quizás de las escenas que protagoniza junto a su padre. Tanto Daniel Loisi como Leticia Brédice, más contenida y sobria que nunca, consiguen dar vida a estos padres. Mientras Nati se entiende con él, juzga y choca todo el tiempo con su madre, quien sólo encuentra un poco de refugio junto a un hombre más joven que la corteja y le promete cosas a las que ella no puede acceder. Daniel Aráoz, en el papel del poderoso villano, intenta dotar al personaje de carisma pero se percibe unidimensional. Como sucede con la protagonista, por momentos se siente exagerado, sobreactuado. González Amer dirige su película con un ritmo frenético que se acelera después de que sucede lo peor. La primera parte, demasiado larga hasta llegar a ese momento definitorio, se toma su tiempo en desarrollar personajes, relaciones y problemáticas. Luego todo se resuelve de manera apresurada. ¿Yo te gusto? consigue un ritmo ágil y por momentos vertiginoso. Sin embargo se pierde en un retrato plano (aunque intenso) de la vida en un barrio marginal. Es curioso que quizás lo mejor del film radique en Brédice, quien suele entregar un mismo registro de personajes y acá sorprende con algo nuevo y sutil.
Hay un motivo recurrente en ¿Yo te gusto?:un astronauta gira en el espacio como si se tratara de un recreo infinito en las estrellas, reiterado espectáculo cósmico que resulta en una visión de un universo abierto e ilimitado, exacto reverso del orbe asfixiante y sin horizonte en el que viven los personajes del filme. El espacio infinito está en las antípodas del orbe en el que transitan Nati, de 17 años, y su hermano Seba, un poco mayor, quienes viven con sus padres en ese yermo territorio camuflado de cemento al que llamamos conurbano.
Edgardo González Amer (“El infinito sin estrellas”, 2017) llega a los cines con la historia de Nati, una chica de un barrio marginal y violento, que se ve envuelta en hechos delictivos, lo que culmina en una tragedia. Protagonizada por Martina Krasinsky, Leticia Brédice y Daniel Aráoz, esta producción es un thriller dentro del subgénero “rape and revenge [violación y venganza]” donde los personajes buscan una salida a su terrible destino. La historia muestra la vida de de Nati (Martina Krasinsky), una chica de 17 años que vive en un barrio humilde, un ambiente violento y lleno de miserias. Su madre (Leticia Brédice) atiende un bar deprimente y prepara sándwiches que sus hijos reparten en el barrio. Su amorío con un vecino (Marco Antonio Caponi) no le gusta para nada a Natalia, sobre todo, debido a que es muy pegada a su padre (Daniel Loisi), un colectivero en bancarrota, con una deuda que no puede levantar. Cuando Nati se entera de ello, se une a la banda criminal en la que participa su hermano, Sebas (Sebastian Chavez), comandada por el Yuca (Daniel Aráoz), pero su irreverencia la llevará a una situación de violencia sexual que la marcará de por vida. Sin embargo, podrá ejecutar su venganza enseguida. Nos enfrentamos entonces a la indignación que provoca ver que varios personajes se preguntan qué habrá hecho Nat para que la violen. La dirección de González Amer se nota precisa en cuanto a la presentación de los personajes con naturalidad, sin una mirada prejuiciosa o peyorativa. En su primer protagónico, Martina Krasinsky sorprende con una brillante caracterización de un personaje sumamente complejo, que va de la ternura del mate con su papá al odio extremo con los delincuentes. Leticia Brédice y Daniel Araoz acompañan muy bien, junto con Sebastián Chávez, quien hace un trabajo destacable. El problema de la película quizás sea que, una vez acontecido el hecho bisagra, todos los demás se suceden precipitadamente y ciertas motivaciones quedan sin justificar a partir de la sucesión de hechos sangrientos para cerrar la historia. Esto se hace notar al punto que uno piensa que hubiesen venido bien algunos minutos más para desarrollar la venganza con tanto detalle como el que se usó para presentar a los personajes al principio. Con la presencia que tiene el movimiento feminista en la actualidad, esta película tiene una vigencia inigualable, no solo por el tema que trata, sino por la manera de ser narrada, la fuerza de la mujer y las decisiones que toma la protagonista en un entorno machista. Una obra que vale la pena ver y pensar.
En su cuarto largometraje, el director de Tuya o Familia para armar se mete en el submundo de un barrio marginal en el que la adolescente Nati (la estupenda Martina Krasinsky) intenta ayudar a su familia a salir adelante. Su madre (Leticia Bredice) y su padre están desesperados por las deudas, y la presencia de una banda con líder pesado (Daniel Aráoz), aparece como una vía posible para conseguir plata. Todo en la vida de Nati es duro, excepto acaso la compañía de su hermano, con el que tiene una relación de intimidad asombrosa. Así, en lugar de salir a vender como la madre exige, para alejarlos de la delincuencia, la cosa se va poniendo cada vez más pesada. Y cuando la joven cruza cierta línea, en los códigos no escritos de los delincuentes, sus colegas feroces, se desata un nudo de violencia sin vueltas. Con un muy logrado trabajo audiovisual, y el cuidado por alejarse de los clichés, estereotipos y exploitation de lo marginal que suelen hundir tantas aproximaciones al mismo universo, la película cruza policial, con secuencias de gran tensión, y drama con apuntes sociales. Pero sin bajar línea ni cargar las tintas, sino concentrándose en contar la dura historia de esta suerte de Rosario Tijeras de monobloque de Villa Lugano. También se agradece la ausencia de subrayados feministas, innecesarios con una poderosa protagonista como esta. Interpretada por una actriz muy bien acompañada por actores de gran presencia (Marco Antonio Caponi, Bredice, Aráoz), junto a otros no profesionales con los que terminan de delinear un universo peligroso y terrible.
“Yo me la banco sola” y “la gente nunca cambia” se oye en el reggaetón empoderado que abre la película y es toda una declaración de principios. Edgardo González Amer decidió encarar un relato en formato de western urbano en medio de la marginalidad de Villa Lugano. La miseria es moneda corriente en la vida de Nati (impecable rol de Martina Krasinsky), quien ama a su padre (sólido Daniel Loisi), ahora colectivero y con pasado en la delincuencia. Hay una deuda que él no puede pagar y Nati lo sufre. Su madre (eficaz papel de Brédice) coquetea con un vecino (Caponi) y a la vez está desesperada por sacar su familia a flote, pero ni Nati ni su hermano Seba trabajan, así que cuesta cada vez más parar la olla. “La necesidad no conoce leyes” se lee en el primer capítulo de esta historia. Nati decide agarrar “los fierros” y sumarse a una barra pesada del barrio para levantar una moneda. Para eso tendrá que estar a las órdenes de Yuca (Aráoz, en un rol muy estereotipado). Cuando ella se subleva, Yuca la viola, así de terrible. Nati urdirá una venganza feroz. La película interpela desde la fragilidad de los sectores marginales, con víctimas que se convierten en victimarios, atrapados en un sistema que oprime hasta asfixiar.