Un mundo no tan ideal En el arranque de Zootopia (2016) una joven Judy (una coneja) representa en un acto escolar la evolución animal y la polarización de los instintos asesinos y depredadores entre estos, algo que ha permitido la convivencia en armonía, civilizada y sin incidentes. En ese mismo acto Judy, y no a manera de juego, afirmó que en un futuro ella quisiera ser agente de policía, para de alguna manera, demostrar que en la vida a fuerza de empeño y tezón nada está determinado. Pero luego Judy termina siendo atacada en un pequeño lobo, que le asegura que nunca podrá ser lo que realmente desea, y la película da un salto hacia el presente, en el que la pequeña coneja, ahora convertida en una joven esbelta y segura de sí misma, se transforma en la primera policía de su especie. Desde ese momento, y cuando la narración ubique las escenas en la ciudad del nombre del film, la película dirigida por Byron Howard, Rich Moore, con asistencia de Jared Bush, comienza un registro de género símil buddy movie, en la que Judy se ensambla con un timador de nombre Nick para investigar qué es lo que hay detrás de los extraños sucesos de transformación y desaparición de ciertos depredadores ante la imposibilidad de predecir su origen. Una serie de personajes secundarios, como Garraza, el recepcionista amable y gentil de la estación policial (fanático de una estrella pop llamada Gazelle), o el impasible e intransigente Jefe Bogo, el alcalde Leodore y su asistente Bellwether, sumarán al relato la dosis de “realidad” para avanzar en la historia. La animación tradicional y los coloridos escenarios en los que se desarrolla, posibilitan que la película genere más atención en el qué que en el cómo de la misma, logrando una profundidad narrativa poco común para un film animado de Disney. En el avanzar de procedimiento policial, la tensión y los conflictos van a ir apareciendo a medida que los descubrimientos por parte de la dupla protagónica aparezcan, y también la crítica hacia la vida en convivencia en las grandes urbes. Hay cierta mirada irónica a los mismos estudios que la producen, dato no menor que se desprende de afirmaciones del estilo “la vida no es un musical”, o cuando la contraposición de expectativas frente a la realidad de los actantes choca con la realidad de Zootopía, una metrópolis que sólo en la convivencia de animales que relegaron su instinto se plantea como la verdadera utopía, porque luego la ciudad es tan real con su burocracia, timos, estafas, bajezas y demás, que termina desnudando para los más pequeños una realidad tan vigente como dolorosa. Ahí, cuando la crítica a la sociedad que termina destruyendo sueños y anhelos personales, se potencia, es en donde Zootopia se afirma como producto que nada tiene que ver con los almibarados relatos infantiles. Busca un espectador más comprometido y maduro, siendo el ideal niños entrando en su segunda infancia que pueden discernir entre la crítica a la vida en sociedad, y la identificación con Judy, en su búsqueda de verdad para cumplir sus sueños.
Disney tiene una nueva aventura animada para ofrecernos, esta vez, una plagada de animalitos que dan forma a una clásica “buddy cop movie” llena de acción, humor, misterio, referencias pop y temas tan actuales como la diversidad y la inclusión. La cosa viene más o menos así: a lo largo de miles de años, los mamíferos lograron evolucionar, abandonar su lado salvaje y su condición de presa y depredador, y ahora conviven en una enorme ciudad (Zootopia), dividida en diferentes vecindarios donde las especies se acomodan a sus necesidades. Estos animales antropomórficos llevan vidas muy parecidas a las de los humanos y, aunque ovejas y leones por ejemplo, pueden vivir y trabajar en perfecta armonía, los prejuicios y recelos entre especies no pueden dejarse completamente de lado. Durante toda su vida, la conejita Judy Hopps (voz de Ginnifer Goodwin) soñó con convertirse en oficial de policía para hacer de este mundo un lugar mejor. Oponiéndose a la voluntad (y los miedos) de sus padres granjeros, que pretenden que se una al negocio familiar junto a sus más de doscientos hermanos, Judy está decidida a ser la mejor oficial de su clase, más allá de las desventajas de tamaño y fuerza que la separan de sus compañeros, todos mamíferos mucho más grandes y feroces. La coneja se gradúa con honores, y gracias a un nuevo programa de inclusión, consigue unirse a la unidad más importante en el centro de la metrópoli. A pesar de su perseverancia y buena predisposición, Judy no está bien vista por su capitán que enseguida le asigna las engorrosas tareas de tránsito. Desilusionada y siempre a punto de abandonar sus sueños, la misteriosa desaparición de una nutria y otros animales, le dará el impulso y la oportunidad que necesita para demostrar de qué está hecha. Ahí es donde cruza su camino con Nick Wilde (Jason Bateman), un zorro estafador y delincuente de poca monta, pero con mucha sabiduría y contactos que la pueden ayudar a resolver este delicado caso. Claro que acá no hay amistad, sino pura conveniencia, ya que la oficial también tiene sus trucos para engañar a su nuevo compañero de aventuras. A partir de ahí, “Zootopia” se transforma es la típica “buddy cop movie”, muy del estilo de “48 Horas” (48 Hours, 1982) o cualquier otro clásico de este subgénero, sólo que acá tenemos animalitos de todas clases, muchas veces, jugando con las características propias de cada especie. La película dirigida por Byron Howard, Rich Moore, Jared Bush -responsables de éxitos animados más recientes como “Grandes Héroes” (Big Hero 6, 2014), “Frozen- Una Aventura Congelada” (Frozen, 2013) y “Ralph el Demoledor” (Wreck it Raph, 2012)- toma como punto de partida las convenciones del género sin dejar de lado el humor que hila más fino, haciendo referencias a clásicos y no tan clásicos de la cultura popular altamente reconocidos por el publico. “Zootopia” es divertida y además esconde una trama de suspenso y conspiraciones que hay que resolver, pero también hace hincapié en temas mucho más importantes para los grandes y chicos, como la inclusión, la diversidad y los prejuicios que todos escondemos y debemos dejar de lado para convivir. No estamos ante una típica película de animalitos parlanchines. “Zootopia” reemplaza humanos por animales y los sumerge en un mundo tan fantástico como reconocible. Visualmente impecable y cargadísima de detalles imposibles de apreciar en una sola pasada, Disney deja de lado los musicales y se despacha con una comedia policial con grandes personajes, equilibrando lo clásico, lo moderno y lo actual en una aventura que no pierde el ritmo ni por un minuto. Dirección: Byron Howard, Rich Moore, Jared Bush Guión: Jared Bush, Phil Johnston Elenco: Ginnifer Goodwin, Jason Bateman, Idris Elba, Kristen Bell, Alan Tudyk, J.K. Simmons, Jenny Slate, Bonnie Hunt, Katie Lowes, Shakira, Tommy 'Tiny' Lister, Octavia Spencer.
La domesticación del instinto. Zootopia es la nueva aventura de Disney, que propone la idea utópica de convivencia entre animales depredadores y presas en un mundo muy parecido al humano. Eso significa que no todo es bello ni musical en esta nueva apuesta a la antropomorfización de una ecléctica fauna con personajes simpáticos, pero que resulta un tanto preocupante por su pereza a la hora de pensar universos con autonomía y leyes propias. La protagonista es una coneja, cuyo sueño de la infancia era convertirse en la primera policía, a pesar del recelo de sus padres para quienes la única posibilidad de futuro de conejo es el campo. Sin embargo, en Zootopia todo es posible y hacia allí se dirige la coneja policía, para ganarse su lugar y respeto entre pares de otras especies que prejuzgan su vulnerabilidad dado su tamaño y su origen no precisamente feroz. La relegada tarea como agente de tránsito pone a Judy en el marco de la rutina y su encuentro azaroso con un zorro embaucador abre el camino a que juntos intenten resolver la misteriosa desaparición de animales. La idea de buddy movie se aplica perfecto a la trama que acumula gags con cierta eficacia cuando se trata de la ironía camuflada en crítica social que no apunta al público menudo, sino directamente a sus padres. La investigación arroja como resultado una serie de personajes secundarios pintorescos, siempre ligados a la iconografía del cine, como El padrino, por citar el caso más reconocido. Sin demasiadas innovaciones en lo que a diseño visual se refiere, la técnica de la animación es impecable, como suele ocurrir en productos de esta característica, aunque no se aparta de los cánones habituales de calidad y no escapa del estándar. Así las cosas, Zootopia se deja ver, es disfrutable y equilibrada en lo que hace a la historia, personajes y moraleja tradicional.
Disney con sabor a Pixar La interrelación entre ambos estudios llega a su máxima expresión en esta inteligente y sofisticada comedia animal. Muchas veces se ha hablado de los cambios de Pixar desde su incorporación a la órbita de Disney en 2006. Pero poco del camino inverso: esto es, de cómo las particularidades creativas del estudio del velador saltarín supo enquistarse en el núcleo de los productos animados de la casa de Mickey. Separados por poco menos de tres meses, los estrenos de Un gran dinosaurio y Zootopia muestran que la retroalimentación ha llegado a uno de sus puntos máximos: si la primera, por tono y público al que apunta, es la película de Pixar más “Disney”, la segunda es la de Disney más “Pixar”. La protagonista de Zootopia es Judy Hopps, una conejita que sueña con ser policía en la ciudad del título, donde todos los animales conviven en paz. El problema es que Judy es diminuta en un entorno de uniformados tamaño búfalo y elefante, por lo que es marginada a tareas de tránsito. Allí conoce a Nick Wilde, un zorro pícaro, sobrador, canchero y chamuyero (¡¿por qué no lo llamaron a George Clooney en lugar de Jason Bateman para que le pusiera su voz?!) con quien terminará involucrada en un caso policial cuyos detalles conviene no revelar. Zootopia tiene la velocidad, el humor (la escena de los perezosos es extraordinaria), la capacidad creativa, uno de los temas recurrentes (la pérdida de la inocencia), los personajes verborrágicos y simpatiquísimos aun contra su voluntad e incluso cierta oscuridad de una de Pixar. Pero también un subtexto complejo, solapado bajo el lustroso diseño arquitectónico de la megalópolis animal. Así, la suerte de conciliación entre predadores y presas en pos de un objetivo mayor (la convivencia en armonía) bien puede prestarse a interpretaciones sociales y políticas relacionadas con el mundo actual (las diferencias racionales en Estados Unidos, la más evidente) que el film de Byron Howard, Rich Moore y Jared Bush tiene el atino de nunca subrayar. Sin embargo, aun siendo inteligente y, por qué no, sofisticada, Zootopia elige recordar(se) que es un producto Disney cuando en algunos momentos entronice los valores de la familia y fuerce las situaciones para amarrar su desarrollo en un puerto feliz. Desenlace que deja todo abierto para una secuela en la que, ojalá, Pixar meta todavía un poco más la cola.
Una coneja policía y un zorro con mala fama protagonizan la nueva película de Disney, una aventura ideal para grandes y chicos. Judy es una coneja que desde chica sueña con ser policía, en un mundo donde los depredadores suelen ocupar esos puestos de poder. A pesar de esto, está decidida a lograrlo y a dejar el trabajo en la granja que tiene su familia, para vivir en la ciudad de Zootopia y combatir el crimen. Su determinación, inteligencia y valentía la convierten en la primera coneja policía de la historia. En su primer día de trabajo, Judy no puede creer su suerte cuando se entera de que hay un caso misterioso en la metrópolis: 14 animales han desaparecido sin dejar rastro. Lista para comenzar a trabajar, sus ilusiones se evaporan muy rápido, ya que el Jefe Bogo la envía a controlar los parquímetros de la ciudad. A pesar de su tristeza, porque ella quiere ser “una policía de verdad”, decide que hará su trabajo lo mejor posible. La coneja no tarda demasiado en tratar de meterse en el caso de los animales desaparecidos. El Jefe Bogo se molesta con ella, así que decide darle 48hs para que resuelva uno de los casos, de lo contrario, Judy deberá presentar su renuncia. La pequeña policía tendrá la ayuda, en un principio a la fuerza, de Nick, un zorro que pasa sus días estafando a la gente. Al igual que Judy, quien quiere probar que una coneja puede hacer el mismo trabajo que cualquier otro animal, Nick también quiere desterrar los prejuicios sobre que los zorros son todos mentirosos y poco confiables. Juntos se embarcarán en una aventura para develar el misterio que acecha la ciudad y donde se pondrá en jaque el mundo de paz en el que viven los depredadores y las presas. Dirigida por Byron Howard (Enredados, Bolt: un perro fuera de serie), Rich Moore (Wreck-It Ralph) y co-dirigida con Jared Bush, Zootopia es entretenimiento garantizado para niños y también para adultos (hay referencias a El padrino y hasta a Breaking Bad con las que es imposible contener las risas). A diferencia de una gran cantidad de películas de Disney, en este caso el espectador no se va a encontrar con golpes bajos y el mensaje o moraleja que quiere transmitir no resultará forzado ni como un sermón. Los actores de doblaje que realizan la versión latina hacen un muy buen trabajo, siendo Shakira la única que participa en esta y en la versión original. Ginnifer Goodwin, Jason Bateman, Idris Elba y J.K. Simmons son algunos de los reconocidos actores que se escucharán si se opta por ver la película en inglés. Además de tener una buena historia y una excelente animación, son los personajes el motor del film, quienes lo hacen tan eficaz. Si bien tiene varios personajes entrañables, Judy y Nick, con sus múltiples diferencias y también con sus puntos en común, son una de las duplas animadas más efectivas que dio Disney en los últimos años y hacen que el espectador finalice la película con el deseo de pronto poder verlos en nuevas aventuras.
Llega una nueva película animada de Disney, con un universo nuevo y más que divertido. Juddy Hopps es una coneja que cumple su sueño de ser policía y es enviada a la ciudad de Zootopia. En la ciudad hay que investigar sobre la desaparición de unos animales. Ella junto Nick, un zorro que dedica su tiempo a estafar deberá resolver el misterio.
Zootopia, la nueva película animada de Disney nos presenta un mundo nuevo, protagonizado por mamíferos, pero parecido al nuestro. Judy Hopps (voz original de Ginnifer Goodwin) es una conejita que desde pequeña sueña con ser policía. Pero su raza parece estar destinada a labores de granja y sus padres y entorno no le dan muchas esperanzas de lograr hacer algo más con su vida. No obstante, su personalidad no permite que nadie se entrometa en su camino y decide enlistarse y convertirse en policía, y así llega a la ciudad, Zootopia. “Seguiré cometiendo errores, los cometeré día a día”, canta Shakira en la canción principal del film donde interpreta a la gacela estrella pop del momento, “Try everything” (intentarlo todo), desde el ipod de Judy mientras mira la ciudad con los ojos abiertos de par en par y fascinada por el mundo que se abre ante ella. “En Zootopia cualquier persona puede ser lo que desee”, y ella quiere hacer del mundo un lugar mejor. Pero en su primer día de trabajo se encuentra con el caos de la ciudad. No obtiene el puesto que desea (su trabajo es ponerle multas a los autos mal estacionados), es engañada por un zorro, Nick Wilde (Jason Bateman), y llega sola a su deprimente apartamento donde se enfrenta a ella misma como si volviera a escuchar lo que sus padres le dijeron de pequeña: para qué tener sueños, éstos llevan al fracaso, mejor es conformarse. “No se trata de cuánto quieras algo, sino de lo que eres capaz de hacer”, le dice el Jefe Bogo, en la voz de Idris Elba en su idioma original. La perseverancia de Judy la lleva a tomar un caso sobre animales desaparecidos y su única pista es el zorro que supo engañarla. A partir de este momento comienza una película con una historia más bien clásica, de dos personajes opuestos pero complementarios, que se llevan mal pero aprender a cuidarse el uno del otro. A esto se le suma una gran dosis de humor, producto de un muy buen uso de la comedia. También hay muchas referencias, a películas de Disney, a algún clásico del cine negro e incluso a una famosa serie de televisión. La construcción de este mundo es notable, habiéndole prestado atención a todos los detalles, haciendo que cada especie tenga una razón de ser y un propio hábitat. Divertida, con un mensaje más que claro sobre la perseverancia y la importancia de luchar por lo que uno cree y quiere y sobre no prejuzgar a alguien por su raza o el lugar donde nació, con un guión clásico y efectivo, Zootopia es una película que disfrutarán niños y adultos, aunque los más pequeños puede que se pierdan un poco en la trama
Mucho más que “una peli de animalitos” No se trata sólo de su excelencia técnica, que también es destacable; lo mejor del nuevo film del estudio del ratón es el tono elegido y sobre todo su manera de narrar, cruzando las buddy movies con el thriller y sin por ello desvirtuar su carácter infantil. Comenzar a elogiar a Zootopía, la habitual gran apuesta de principio de temporada de los estudios Disney, por el extraordinario nivel técnico de su animación, es empezar por lo más obvio. Lo cual no significa que no sea necesario porque, como ya es costumbre en los productos de la casa del ratón más famoso del mundo, es verdad que el trabajo realizado para dar vida a una megaciudad habitada por animales (cuyos diseño y arquitectura parecen basarse en las de Nueva York para las áreas céntricas y en las de Los Angeles para los suburbios) es excepcional. No podía esperarse menos de los padres de la animación industrial. Sobre todo desde que el genio creativo de John Lasseter, uno de los fundadores de los revolucionarios estudios Pixar, se hiciera cargo de las producciones animadas de Disney. Desde que él está al frente del área en 2006, rebautizada para la ocasión como Walt Disney Animation Studios, el salto de calidad entre el antes y el después es notable. Películas como Enredados (2010), Grandes héroes (2014) o la ya olvidada pero no menos elogiable La familia del futuro (2007), que representó el debut de Lasseter en su nuevo cargo, dan fe de un cambio en el estándar de calidad que abarca mucho más que los méritos técnicos y que hacen que hoy Disney viva una nueva era dorada. Un estatus que Zootopía viene a confirmar del modo más amplio.Lejos de limitarse a sorprender con el nivel de detalle con que los animales son humanizados o la precisión con que se imita el movimiento real de cada hebra del pelaje de los protagonistas, en Zootopía hay un cuidado análogo en los detalles que involucran la creación de personajes y la narración de una historia que no sólo posee un interés en sí misma, sino que dialoga y pone en marcha elementos esenciales del relato cinematográfico. Aunque comienza como una típica historia de superación, en la que la conejita Judy Hopps convierte en realidad su sueño de ser la primera conejo policía en la historia de la ciudad de Zootopía, lo cierto es que durante la segunda mitad el film deviene algo más parecido a un thriller policial que a una tierna historia de animalitos. Claro que tampoco se trata de Pecados capitales de David Fincher porque, por supuesto, la comedia es el género que marca el tono del relato; pero la trama policial está muy presente y es tomada con total seriedad. Tal vez al modelo al que más se aproxime Zootopía sea el de las buddy movies policiales (o buddy cops), aquel que de algún modo inauguró Walter Hill con esa gran comedia policial que es 48 horas. Como en aquella, en la que Nick Nolte hacía de un policía duro que necesitaba de la ayuda de un estafador parlanchín encarnado por el mejor de los Eddie Murphy posibles, acá también la novata oficial Hopps precisa de Nick Wilde, un zorro que se parece demasiado al personaje de Murphy. En ambos casos, aunque por diferentes motivos, las dos parejas tienen sólo 48 horas para resolver el misterio que las reúne.Más allá del alma policial que vertebra el relato, los elementos de comedia funcionan con suma precisión. Y además los creadores no le han temido a tomar las decisiones que fueran necesarias, por complejas que estas resulten a priori, para hacer que el producto final funcione. Por ejemplo, si toda la secuencia de los empleados públicos resulta maravillosa no es sólo por el acierto irónico de poner en su lugar a los lerdos perezosos (el estigma de la lentitud persigue a los burócratas de todas las latitudes), sino porque no se ha tenido miedo a dedicarle a ella todo el tiempo que necesita para funcionar de la manera en que lo hace. Si se tratara de música, a eso se le llamaría tempo. En el cine se puede hablar de timing, un elemento que es importante en cualquier caso, pero que en la comedia resulta fundamental. Y Zootopía hace gala de un timing minucioso, cuya evidencia se hace patente en un montaje muy certero que potencia sus no pocas virtudes narrativas.Si de ironías se trata, la película también cumple con honores. Como cuando los padres de Judy, dos conejos granjeros muy conservadores –más por timoratos que por convicción–, tratan de disuadir a la pequeña conejita de su idea de convertirse en policía, diciéndole que “tener sueños es hermoso, mientras no creas que al final se convertirán en realidad”. Una extraordinaria muestra de sarcasmo que se burla de una de las premisas que ha motorizado a muchas de las grandes películas (incluyendo aéesta) que los propios estudios Disney han producido desde el estreno de Blancanieves y los siete enanitos, el primero todos, hace ya casi 80 años.
En la ciudad de la jungla Un auténtico crisol de razas es la muy divertida y políticamente correcta película de Disney. Películas animadas con personajes animales de distintas especies (El Rey León, La Era de hielo) que deben convivir a la fuerza son la base en la que se asienta Zootopia, la nueva de Disney Animation. También se asienta en el género de las buddies movies, las películas en las que dos personajes en principio antagónicos deben actuar juntos en pos de un fin superior, vaya como ejemplo Arma mortal, ya que en Zootopia uno de los personajes es una policía. Y cómo Disney consigue hacer algo novedoso a partir de dos premisas ya conocidas es lo que primero sorprende. Ya no la animación, que sigue escalando, ni cómo el desenvolvimiento de animales en dos patas (la coneja, el zorro, elefantes y otras especies) pasa como natural. Claro que Disney tira mensaje subliminal, o más directo, como la tolerancia, el respeto hacia quien es diferente y cómo las presas y los depredadores pueden vivir en armonía. Al menos en la oscuridad de un cine. Así es la vida en la ciudad del título, adonde llega Judy Hopps, la coneja que, sólo por su tamaño más que por su condición femenina, deberá ganarse un lugar como agente de policía. También es la historia del ciudadano del interior -Judy proviene de una familia de granjeros, cuyo padre le dice algo tan risueño como cierto: si no tienes sueños, no puedes fracasar- que llega embelesado a la gran ciudad. Habrá un caso que investigar, que a Hopps se le asigna casi por casualidad cuando en verdad le habían asignado ser agente de multas de tránsito, que es como conoce a Nick Wilde, el zorro. Para los adultos que nos agarramos de los chicos para ver Zootopia hay guiños y relaciones con otros títulos, como El Padrino, La isla del Dr. Moreau y siguen las citas. Es una fábula, con dos personajes que deberían ser enemigos por naturaleza, pero que, en la ciudad de la jungla, se unen. Ella va a aprender enfrentando la realidad, al lado de un zorro que se las sabe todas. Obvio que una de las escenas más cómicas es la de los perezosos (si aún no vieron el trailer, saltéenlo) y deben quedarse hasta que terminen los créditos. Por cierto, Disney ha cambiado desde que John Lasseter, el mandamás de Pixar, tiene influencias en los contenidos y desarrollos. De nuevo, como en Frozen, un personaje femenino es el protagonista. Otra muestra de que los horizontes se amplían en este, como nunca, crisol de razas.
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En los últimos años, mientras a Pixar se le criticaba la dependencia de secuelas y la pérdida de la originalidad que la había caracterizado, el pariente Disney Animation tomaba vigor para convertirse en uno de los estudios más importantes del ramo. Tangled, Wreck-It Ralph, Frozen y Big Hero 6 dan cuenta de una seguidilla notable de grandes producciones animadas, capaces de arrasar en la taquilla y también ganarse el visto bueno de la crítica, el público y de aquellos que otorgan los premios importantes. Con Zootopia, afortunadamente, continúa esta danza de películas destacadas, que viene a consolidar un cuerpo de trabajo formidable para la compañía dentro de este lustro.
Esta semana, varias películas renuevan la cartelera, entre ellas la esperada nueva cinta asomada de Disney. En Zootopia los depredadores y las presas han evolucionado y ahora conviven de manera civilizada en grandes urbes anomalísticas. En ese contexto, Judy –una coneja perseverante– vence los prejuicios y se convierte en policía. Ayudada por un zorro estafador debe resolver un misterio: la desaparición de varios animales de distintas especies. Disney logra una de las películas animadas más entretenidas y elaboradas de los últimos tiempos. Byron Howard y Rich Moore, dos de los mejores realizadores del género, dotan a la película de un enorme despliegue visual, con escenarios coloridos y detallistas, personajes plagados de texturas y gestualidad y una trama en la que conviven el humor, la acción, la intriga y claro... la emoción. Por supuesto, no sólo es entretenimiento, Zootopia está cargada de valores y tiene varios mensajes positivos, una parábola a la no discriminación y un claro incentivo a la superación personal. Fantástica, una experiencia para vivir en familia.
Un mundo ideal Hace un buen tiempo que las películas animadas con protagonistas animales tienen poco para decir. Va para el caso las continuaciones de La era de hielo, Madagascar y sus Pingüinos, Un gallo con mucho huevo, por poner algunos ejemplos. Pero Zootopia de Disney logró desprenderse de esa falta de originalidad y demostrarnos que aún queda algo por contar. Con una imagen muy a lo Pixar (John Lasseter, uno de los fundadores de Pixar, se encuentra a cargo de las producciones animadas de Disney), Zootopia cuenta con un guion sólido y con una elaborada trama, donde los momentos de comedia son supremos. Hay variedad de animales (algunos adorables y otros más aterradores), que entretienen a los niños mientras los más adultos intentan descubrir las referencias a la cultura pop entre medio de tanto delirio y un discurso incisivo acerca de la gestión social y política. No solo se trata de excelencia técnica (la precisión con que se imita el movimiento real de cada animalito es excelente y a cada especie se le otorgó una razón para estar y un hábitat propio.) y artística: como toda película animada, no está exenta su moraleja, con un claro mensaje de inclusión, perseverancia y lucha, y el tono elegido es el indicado, sobre todo por su forma de narrar la historia. Tierna como un conejo y astuta como un zorro, esta película logró un resultado muy bueno, donde combina el policial y la comedia sin recurrir a golpes bajos. Disney hizo de nuevo un film para toda la familia, un reto para la llegada de las nuevas películas con animales de la temporada: La vida secreta de tus mascotas y Sing.
Si Walt Disney estuviera vivo el 90 por ciento de los artistas que actualmente trabajan en el estudio estarían vendiendo seguros.El creador del ratón Mickey jamás en la vida hubiera permitido que su compañìa estrenara filmes génericos que podrían haber sido realizados por la competencia.Ese es el gran problema que tiene la compañía Disney en la actualidad. Perdieron personalidad y las películas que desarrollan ya no tienen la magia y el espíritu de lo que solían ser sus obras.Salvo por algunas excepciones como Frozen y los filmes de Tinkerbell, en la actualidad es imposible reconocer el sello Disney en las producciones que estrenan.Probablemente esto cambie un poco a fin de año cuando se estrene Moana, el nuevo trabajo de esa gran dupla de directores que forman Ron Clements y John Musker (La sirenita, Aladdin, La princesa y el sapo), dos veteranos realizadores que dificilmente confundan el cine de Disney con el que hace la competencia. Zootopia es una película que tiene algunos elementos interesantes, pero al igual que ocurrió con Grandes Héroes, también es una propuesta que tranquilamente podría haber sido estrenada por Dreamworks, Sony o Blue Sky (Snoopy).No es una película que represente el arte de Disney si bien la trama incluye varias referencias a clásicos del pasado.Esa es la diferencia que se produce con los grandés clásicos de aventuras de este estudio.Hoy repasás Bernardo y Bianca (1977), El gran ratón detective (1986) o El planeta del tesoro (2002) y no tenés dudas a que compañía pertenecen esas obras.Con filmes como Ralph, el demoledor, Grandes Héroes y Zootopia ocurre exactamente lo contrario.Las historias son entretenidas y los más chicos se pueden entretener un rato, pero el espíritu de esta compañía brilla por su ausencia.El cine de Disney no tiene nada que ver con esto.Lo más interesante de Zootopia, más allá de estas cuestiones, es que presenta una propuesta de corte policial que evoca las clásicas buddy movies del cine de acción.Obviamente con una propuesta orientada al público infantil. Eso me pareció original y los elementos que incorporan de este subgénero estuvieron bien insertados en la trama.Otro punto a favor es que los momentos humorísticos funcionan y los personajes principales son lo suficientemente simpáticos para hacer llevadera la intriga de la trama.Sin embargo, lo mejor de este estreno pasa por la soberbia labor del David Goetz (honorable discípulo de Don Bluth), quien hizo un trabajo fascinante con el diseño de producción de esta película.Los escenarios que creó estan plagados de detalles creativos que contribuyeron a darle una fuerte personalidad a la ciudad de Zootopia, a tal punto que se convierte en un protagonista más del film.Esta producción la verdad que no es el mejor esfuerzo de Disney en el cine de animación pero brinda una película amena que puede ser disfrutada por público de todas las edades.
Y va llegando el día en que empezamos a pensar que todo lo bueno en animación, no es exclusivo de Dreamworks y Pixar. Esta vez los aplausos son para Walt Disney Animation Studios, con Byron Howard, Rich Moore y Jared Bush (grosos de verdad, gente que hizo desde "Tangled" hasta "Big Hero 6") subiendo la apuesta y logrando un hecho casi inédito en la industria: hacer una "buddy cop movie" dentro de las convenciones de una película familiar. Un mix que defino como "dual", por así decirlo...¿Por qué decimos que "Zootopia" es una cinta de género dual? Porque no sólo plantea el escenario habitual de historia de superación y progreso sino que va más allá y directamente se anima a instalar una trama de suspenso, policial (en este caso, jugado en pareja), dentro de un universo inesperado para la propuesta. Zootopia es la cumbre de la evolución para los animales... A ver, este mundo donde nos instalan sorprende porque justamente estos seres tienen una vida igual a la de los humanos de hoy en día. ¡Darwin estaría feliz en este territorio ! Allí conoceremos a nuestra protagonista: Judy (Ginnifer Goodwin) conejita inquieta y con grandes sueños. A pesar de que sus padres son granjeros, ella su aspiración es servir a la ley como policía. La mayor parte de los que componen esa fuerza con animales de gran peso y ferocidad, pero ella está decidida a cumplir su destino y a pesar de la resistencia inicial de su familia, logra entrar en la academia, graduarse con altas calificaciones y lograr el pase para trabajar como agente en la ciudad central de este universo: justamente Zootopia. La ciudad de la pacífica convivencia...Si bien todo luce tranquilo y apacible, lo cierto es que es una ciudad donde hay problemas. De hecho, hay un tema con animales desaparecidos. Judy quiere tomar el caso pero sus superiores no la dejan, basada en su inexperiencia, tamaño y presunta habilidad. Ella termina haciendo multas de tránsito y accidentalmente da con un par de estafadores de poca monta, entre los que descubre a Nick (Jason Bateman), un zorro muy astuto con el confronta primero pero que será central, cuando la trama avance, para enfrentar la tarea que se viene...Porque Judy, logra apoyo de la alcaldía para abordar el caso y tendrá solo 48 horas para resolver el misterio de las desapariciones. Deberá trabajar rápido si quiere ser detective calificada. Es así que ella y Nick se transformarán en compañeros (no anticiparemos cómo), tratando de seguir la pista que de con el paradero de los animales perdidos. "Zootopia" tiene aristas particulares y únicas. La construcción de su universo es fantástica. El latente conflicto entre los depredadores y sus presas está bien caracterizado, la magia de los detalles de la ciudad (los logos que tienen los dispositivos electrónicos son geniales) es absorbente y posee todas las convenciones de la "buddy cop movie", en la cual cada uno complementa la habilidad del otro y potencia el motor de la investigación. Sin dejar de destacar que el proceso que los protagonistas realizan para develar lo sucedido, es metódico y lógico. Te sentís de a ratos intrigado como en un policial clásico. No sólo los rubros técnicos son excelentes, además, sino que la película atrapa a grandes y chicos por igual. Como nota destacada, tenemos además a Shakira haciendo un pequeño pero importante rol y haciendo el tema principal de la película. Humor físico para los más chiquitos, mucha ternura (estos animalitos son adorables) y a la par de esos atributos, un policial de investigación, para felicidad de los más grandes. ¿Se puede pedir algo más? Yo creo que no. De lo mejor del año en animación. Y recién estamos en febrero. Es una muy buena noticia.
"Zootopía", historia de una amistad poco común Judy Hopps (Ginnifer Goodwin) es una conejita que vive con sus padres y sus centenares de hermanos en Las Madrigueras, un lugar rural donde habitan todos los agricultores. Pero ella no quiere seguir la tradición familiar y sí seguir su sueño: convertirse en la primera coneja oficial de policía (todos los policías son animales grandes como rinocerontes, hipopótamos o elefantes). A pesar de que nadie tiene fe en ella, logra superar el riguroso entrenamiento y se gradúa primera en su clase. Por su gran esfuerzo, el alcalde Leodoro Leonzález la recompensa enviándola a la ciudad de Zootopia al Precinto 1, comandado por el Jefe Bogo. Judy no podría estar más feliz, ya que esa ciudad es un lugar en donde todas las especies de animales conviven en armonía en sus distintos hábitats y en donde cualquiera "puede cumplir su sueño y lograr lo que se proponga". Claro que una vez allí a la pobre le dan como tarea controlar parquímetros y poner multas. Todo lo que ella soñaba empieza lentamente a derrumbarse hasta que, por una situación fortuita, su jefe la pone a investigar la extraña desaparición de algunos depredadores. Pero tiene una condición: tiene 48 horas para resolver el misterio, de lo contrario deberá renunciar al Departamento de Policía. Judy aprovechará esta oportunidad aunque tenga que asociarse con Nick Wilde (Jason Bateman), un astuto y charlatán zorro, estafador experto, quien conoce todos los trucos, artimañas y animales que ella necesita para avanzar en la investigación. Esto es lo que propone "Zootopia" (2016), la nueva película de Walt Disney Animation Studios, que a pesar de que posee Pixar hace una década sigue desarrollando sus proyectos. Claro que, salvo dos o tres películas, nunca alcanzan el nivel de la progenitora de "Toy Story" (1995). Sin entrar en cuestiones técnicas ni de animación -prácticamente todas las compañías dedicadas al género tienen un nivel superlativo-, hay que centrarse en la historia. La idea es muy buena: una sociedad en donde no existen los humanos y sólo es habitada por animales, una coneja y un zorro (enemigos naturales) que se convierten en compañeros y amigos, la idea de acabar con preconceptos y prejuicios y el emblema de que todos los sueños pueden ser cumplidos si sólo se tiene la perseverancia de proponérselo. El problema más grande con "Zootopia" es que se toma demasiado en serio. Profundicemos: si se piensa bien, las grandes películas de animación no tienen tramas complicadas. Son pequeños problemas que para los protagonistas son enormes, ya sea porque son juguetes, peces, monstruos o lo que sea. De ahí el éxito y el aplauso por la idea y la imaginación. Con una ciudad que está compuesta por animales podrían haberse hecho millones de chistes, como el que hacen de los perezosos atendiendo una oficina pública. Esas escenas, en donde se desacelera un poco el ritmo, son brillantes. Pero los realizadores decidieron darle más "seriedad" al filme y ahí es donde perdieron. Tal vez sea porque a último momento cambiaron de protagonista e hicieron que Judy sea el principal antes que Nick. Demasiado trabajo y muy poco tiempo para hacer bien las cosas. Jason Bateman demuestra que no le hace falta más que su voz para poder actuar. Lo hace bien frente, y también fuera, de cámara. Tampoco hay que restarle mérito a Ginnifer Goodwin que brinda una adorable conejita. Ah, los latinos tenemos representante con Shakira, que además de tener el tema principal del filme le pone la voz a la estrella pop Gazelle. Si venden bien, seguramente habrá secuela. Sólo esperemos que le pongan más el ojo a la historia. No es mucho pedir.
Divertida sátira urbana para grandes y chicos Disney vuelve a centrar un largometraje animado en animalitos, pero esta vez con un criterio menos minimalista que, por ejemplo, "El rey león". De hecho, lo más atractivo de esta película para grandes y chicos es el concepto de sátira urbana donde los distintos animales (todos mamíferos, eso sí, para simplificar un poco las cosas) asumen los roles de las personas en el mundo real. El resultado es muy divertido y bastante novedoso. "Zootopia" es un mundo ultramoderno habitado sólo por animales, con distintos barrios que sirven para fijar los diferentes climas a los que corresponden las distintas especies, como una tundra helada, uno tropical y así. En ese contexto, la película se centra en la relación entre una liebre de campo que quiere ser policía, pero a la que sus superiores rinocerontes y búfalos sólo la dejan hacerse cargo de las multas de estacionamiento, y un astuto zorro que en su primer día de trabajo la engaña para que compre un helado tamaño elefante que convertirá en cientos de pequeños helados para lemmings (si uno compra un helado, todos los que vienen atrás lo imitan). La anécdota policial que une a esta pareja despareja es graciosa, pero lo que realmente tiene gracia son los detalles y situaciones a las que da lugar. Una visita al mundo burocrático de las marmotas, por ejemplo, simplemente no tiene desperdicio. Pero lo mejor de "Zootopia" son las poderosas y coloridas imágenes, de una creatividad superlativa. Sobre todo en lo relativo al diseño de esa ciudad utópica donde todo tiene que tener puertas gigantes para paquidermos al lado de pequeñas puertitas -bien clásicas de los viejos cartoons- para los roedores. Otro punto fuerte es que aquí no hay mucho énfasis en lo musical, salvo un tema de Shakira realmente pegadizo.
Cada uno de los personajes resultan bastante atractivos, son animales que realizan actividades y hablan como humanos (algo similar a “El gran dinosaurio”), estos tienen distintas alturas, mucho humor, misterio, y algunos resultan muy tramposos. Contiene varios mensajes, es positiva, (si perseveras en tus metas ganas), divertida y colorida, para toda la familia, tiene varias referencias de distintas películas que reconocerán rápidamente los adultos. Se encuentra acompañada con un tema cantado e interpretado por la cantante internacional Shakira, “Try Everyting”, es una Gacela. Una linda banda sonora.
Tras la ingeniosa "Intensa-mente" y el traspié de "Un Gran Dinosaurio", Disney vuelve al ruedo con otra genialidad en la que mucho tienen que ver sus directores Richard Moore -"Los Simpson", "Futurama", "Ralph el demoledor"- y Byron Howard -"Bolt", "Enredados"-, así como el aporte de Pixar que además del perfeccionismo en la animación busca poner siempre el acento en la expresividad de los personajes. Disney retoma una de las principales características de su cine, confiriendo a los animales sueños, miedos, fracasos y éxitos, y los eleva a un plano aun mayor ubicándolos en una moderna metrópolis al estilo de New York donde conviven todas las especies de animales, tanto depredadores como presas, en perfecta armonía, dotando de conductas y una condición humana a un mundo donde sólo habitan los animales. Así es como Judy, una conejita que a pesar de los mandatos familiares y prejuicios sociales, sigue su sueño de ser policía e incorporarse a la fuerza en la gran ciudad, donde los animales de todas las especies –a excepción de las aves y reptiles que no figuran en la historia- conviven armoniosamente desde hace muchos años. Pero cuando llega a Zootopia descubre que perseguir su sueño y demostrar quién es no será nada fácil. No tardara en involucrarse en un complicado caso policial e incorporar como compañero nada menos que al archienemigo de los conejos, un zorro charlatán y estafador. Zootopia combina el ingenio y ocurrencia en cuanto a los detalles de animación -Los autobuses tienen puertas y asientos de todos los tamaños tanto para jirafas como para ratones, las computadoras y celulares con el logo de una zanahoria, los diferentes paisajes y lugares emblemáticos de new york parodiados en la gran urbe, entre otros-, con personajes queribles y una trama que propone aventura, acción, humor, giros hacia el thriller y el policial muy bien resueltos; con diálogos sin desperdicio, burlándose de las parejas en las comedias policiales; homenajes a Vito Corleone de El Padrino; guiños claros a Breaking Bad; referencias a viejas y nuevas películas del estudio e, incluso, una sátira amable a la cultura pop y sociedad norteamericana -encarnada en el personaje de Gazelle, a la que pone voz la cantante Shakira.-. Todo esto adobado con los infaltables mensajes sobre perseverancia, amistad, tolerancia y respeto característicos de Disney.Todos y cada uno de los animales y situaciones que aparecen enZootopia funcionan a la perfección, desde la entrañable y pertinaz conejita, pasando por el zorro estafador, la vice alcaldesa oveja, los lobos contagiándose aullidos como bostezos, el club nudista para animales, la oficina de tráfico cuyos funcionarios son osos perezosos y algunos personajes marginales, entre otros, y sirven para desmontar algunos estereotipos sobre ciertas especies animales y exponer una reflexión sobre la condición humana de la sociedad actual. Un alegato contra los prejuicios y la discriminación basada en criterios de raza, sexo y condición social.Zootopia fluye de principio a fin con buen ritmo, mezclando hábilmente los géneros y entreteniendo por igual a todas las edades, con la moraleja para adolescentes y un final sin príncipes redentores y lecturas interesantes para los adultos
Una muy buena película de animación La nueva animación de Disney, Zootopia, cuenta la historia de la coneja Judy Hopps, de cómo quiere cumplir su sueño y de cómo se le complica su camino por lograrlo. De entrada nomás se deja en claro el tema de fondo: en una suerte de prólogo, unos animales–niños representan una obra en la que se habla del miedo como la fuerza que dominaba al mundo hace miles de años. Judy vive con sus padres en un pueblo y quiere ser policía a pesar de la talla. La niña coneja crece, se recibe de oficial con mucho esfuerzo y logra viajar a la gran ciudad para trabajar de lo que más ama. Pero en el primer día de trabajo se da cuenta de que la cosa es mucho más difícil de lo que imaginaba, más aún si se tiene en cuenta su condición de presa en un mundo habitado por depredadores. La ciudad futurista y súper moderna se llama Zootopia, una unión de las palabras Zoo y Utopia, esa sociedad política ideal de la que hablaba Tomás Moro. Lo acertado del filme es que esa ciudad moderna no es perfecta, sino que tiene los mismos problemas que las grandes ciudades actuales. Para el enfado y amargura de Judy, el jefe de departamento de policía, un búfalo enorme, la designa como guardia de tránsito. Y es en la calle donde conoce a Nick Wilde, un zorro estafador que se dedica a la venta ilegal de unos helados que fabrica de manera fraudulenta junto con un cómplice que se hace pasar por el hijo. El problema surge cuando una nutria desaparece misteriosamente. No hay pistas, sólo una foto y las ganas de Judy de hacerse cargo del caso para demostrarle al búfalo que puede ser una oficial hecha y derecha y no una simple repartidora de boletas en la vía pública. Es así que, en sociedad con el zorro Nick, se pone a investigar el asunto, lo que da pie a la aparición de personajes desopilantes (los más graciosos son los perezosos, encargados de la administración pública). Zootopia es una película en la que dos personajes antagónicos (un policía y un ladrón) deben trabajar juntos para resolver un crimen, o capturar a un criminal, mientras se van haciendo amigos. Pero es también una película de aventuras con toques de cine noir y de mafiosos, que viene con un plus musical a cargo de Shakira. En el filme no hay humanos y por momentos parece destinada más para grandes que para chicos, ya que hay muchas referencias cinematográficas y chistes que van desde una parodia a Marlon Brando en El padrino hasta la serie Breaking Bad. Es una apuesta con cierta complejidad, que abre nuevas puertas hasta que la historia cierra con un mensaje claro y preciso.
Para poder seguir cazando, la poli necesita que haya depredadores Es más que una inspirada comedia con animalitos, acción, humor y suspenso. También es un film que entre esos enredos lanza algunos dardos sobre algo tan actual como la seguridad y el comportamiento de quienes deben cuidarnos. Es la historia de una coneja policía que es destinada a una gran ciudad donde los distintos animales (todos mamíferos) asumen los roles de las personas. Y allí va. Al comienzo la ningunean alevosamente y la ponen a cobrar multas de tránsito. Al final, capturará los bandidos y hasta revelará la trama corrupta de los que manejan la policía. La conejita acompañada por un zorro –también mal visto- se encargará de poner de relieve los prejuicios (y maldades) de un institución que, según Disney, necesita tener siempre predadores en el horizonte para justificar su rol de cazadores implacables. Es una idea para conversar, bien sostenida, que esta puesta como al pasar, pero que le da contenido a una película que además del mensaje feminista (la salvadora y la malvada lo son) proclama la convivencia entre los distintos y dice que los animales no nacen peligrosos, que es el sistema el que los transforma. Un film logrado, chispeante, inteligente y lleno de simpatía.
Zootopia tiene la particularidad de haber sido concebida como una buddy movie con un guión digno de un film-noir. Si bien el gen Disney se puede distinguir en la historia a través de la moralidad educativa y la clase de principios y valores que desprenden los diálogos de sus personajes, lo interesante es que el elemento de policial/thriller supera a la necesidad de redondear todo con una moraleja. El mensaje positivo es poco sutil, como siempre, pero el gran mérito de los guionistas es redondear un relato que sabe unir a la perfección la comedia con su naturaleza detectivesca repleta de giros inesperados que nos mantienen en vilo hasta el último minuto de metraje. Los estudios del ratón más famoso de la industria cinematográfica parecen querer acortar distancias con el departamento de al lado de Pixar a paso ligero. No solo la historia es distinta (aunque sí, otra vez son animalitos simpáticos que hablan), sino que también la animación tiene una calidad técnica hipnotizadora con sus fluidos personajes y sus coloridos escenarios. Uno de los puntos más fuertes de la película recae en los personajes secundarios cuya gracia excede por momentos a los mismos protagonistas. El oso perezoso que se puede apreciar en el trailer tiene sin dudas la escena más celebrada de la película. Y también hay espacio para pequeños homenajes a otras cintas que mejor descubrir por cuenta propia. Ni siquiera la forzada participación de una estrella del pop latino cantando en inglés como Shakira (al parecer funcionaría bien para atraer al público de habla hispana) es capaz de restarle mérito al producto final. Zootopia difícilmente se convierta en un fenómeno como otras películas animadas que sí lo lograron con notable menor merecimiento (¿alguien dijo Minions?), pero es sin dudas una pequeña joya del cine de animación.
En la ciudad sin furia Las películas con animales antropomorfizados ya son una regla bastante incómoda. También, el discurso de realización personal del relato de animación más clásico. Byron Howard (Bolt, Enredados) y Rich Moore (Ralph el demoledor) -¿y deberíamos decir, también John Lasseter, aquí productor?- son tipos inteligentes y por tanto, trascienden lo que la propuesta de Zootopia parecía indicarnos desde un comienzo: veamos un mundo como el nuestro pero habitado por animales; veamos cómo una conejita se convierte en agente de policía contra el mundo que se lo niega. Sobre lo primero, la película no hace mayor alarde e impone velozmente sus reglas sin estar connotando cómo cada elemento de ese lugar que habitan los personajes es el nuestro reconvertido (gran problema que enfrentaba Cars, por ejemplo). Y sobre lo segundo, hay un giro final que pone al film en otro lugar y muestra la complejidad del asunto: si bien Judy logra su objetivo, no le alcanza, básicamente porque ser eso que soñó se descubre como algo incompleto. Zootopia, desde una estructura que bebe de múltiples referencias cinematográficas, es una película plagada de detalles arriesgados y singulares. Lo primero es el diseño, resuelto con virtuosismo. Judy viaja a Zootopia, y ese viaje es también el del espectador: la fascinación de Judy es la nuestra, lo que ella ve por primera vez en ese tren también lo hacen nuestros ojos vírgenes. Esa escena es notable y está resuelta con inteligencia por la economía de recursos: mete tanto al personaje como al espectador en la lógica del film, a la vez que clausura la etapa de descubrimiento necesaria en todo producto audiovisual donde el diseño es parte fundamental. Alejada la fascinación del iniciado, es momento de desandar la historia: Judy, la niña del prólogo, esa que quería ser policía, viaja a la gran ciudad para hacer realidad el sueño. Y ahí Howard y Moore usan otras de las posibilidades de la animación: la invención constante, es decir el diseño (que es algo inmóvil y tiene que ver con la arquitectura) puesto en funcionamiento (que es la forma en que lo ingenioso se hace coherente con los temas que la película aborda): el chiste de los perezosos burócratas es la cima de esto que decimos, de cómo una idea se ejecuta con precisión; cómo el trazo y el movimiento sostienen el timing perfecto de un chiste tan creativo como inteligente. Toda Zootopia es ejemplar en ese sentido. Es interesante (y evidencia un gran trabajo de guión) cómo el conflicto de la protagonista se replica tanto en su partenaire (el zorro Nick) como en el mundo que habita: esa ciudad utópica (ese zoológico utópico, como juega con sorna el título original) donde los depredadores han alcanzado un altísimo grado de convivencia con sus habituales presas. El tema central parece ser el sueño, individual en el caso de Judy o colectivo en el caso del alcalde Lionheart y la sociedad que desea poner en práctica, y cómo resulta imposible cumplirlo porque siempre algún obstáculo se interpone: el juicio de los demás, el miedo, la intolerancia, qué otra cosa. La forma de alcanzar los sueños es la persistencia (moraleja habitual), pero también puede ser una renuncia para convertirse en el prejuicio que los demás sostienen (moraleja incómoda para el padre acompaña-niños): ahí tenemos al zorro Nick que es un mentiroso compulsivo porque, en definitiva, para qué modificar aquello que los demás piensan que uno es. Nick parece aceptar la máxima de los padres de Judy: “está bueno seguir los sueños, salvo que uno piense que se van a cumplir”. Zootopia pone en juego estos dilemas existenciales, a veces subrayándolos en exceso (la película parece atravesar sin problemas la escuela Disney más aleccionadora), pero desde una construcción genérica que asombra porque es adulta y compleja sin hacer alardes de ello (no es adulta a lo Intensa-Mente, por ejemplo), mientras no deja de ser un entretenimiento infantil enorme con personajes totalmente carismáticos. Zootopia es un policial, incluso un policial negro con rasgos de buddy movie, donde los protagonistas se involucran en una trama que los supera segundo a segundo. Y todo este desarrollo sofisticado, termina por dar un film político: Zootopia pone en juego la propia construcción social que desarrolla, eso que imagina como espacio ideal, y lo rompe, lo quiebra constantemente. La reflexión sobre depredadores y presas, que abarca toda la película, incorpora una mirada incómoda: convierte en víctima al supuesto victimario, poniendo patas para arriba los prejuicios que se sostienen desde este lado de la pantalla. ¿Es posible la plena convivencia? ¿Qué es la tolerancia, cómo se incluye a los diversos sectores? Y el dilema fundamental: ¿cómo se desarrolla una sociedad sin furia? Como pocas producciones animadas, esta de Disney es una película que interpela constantemente al espectador y lo pone en jaque, ya sea desde su arriesgado entramado narrativo hasta los temas que aborda y las resoluciones a las que llega. Y todo esto sin perder el sentido lúdico, el juego del movimiento, la creación de espacios y personajes fascinantes, el humor constante, los grandes chistes y hasta el potencial desarrollo de un merchandising masivo. Zootopia es la más osada criatura surgida del mainstream industrial de Disney, y nos dice que lo novedoso surge en cualquier lugar. Claro que aquí disfrazado de peluche que uno quiere abrazar hasta el final.
Escuchá el audio haciendo clic en "ver crítica original". Los sábados de 16 a 18 hs. por Radio AM750. Con las voces de Fernando Juan Lima y Sergio Napoli.
Impecable y encantadora película para divertirse en grande. El film atrapa a cualquier espectador ya que su historia se podría decir que es de humanos pero actuada por animales animados, donde obviamente es muy...
CORAZÓN SALVAJE Una colección de animales antropomórficos que hablan, animados de manera espectacular son el gancho de una historia de misterio policial casi noir envuelta en un mensaje contra el prejuicio que habita en todos. Otra aventura light y familiar de Disney adaptada a los politicamente correctos tiempos que corren con elementos lo suficientemente eficaces para satisfacer a padres e hijos, nada fuera de la fórmula acostumbrada, si algo no está roto, para que arreglarlo. Judy es una coneja que llega a la ciudad para convertirse en la primera oficial de policía. Asi se involucra en un caso que amenaza con poner a los animales de presa tradicionales – la gran mayoría de la población – en contra de la minoría depredadora. Para resolver el misterio, Judy forma de mala gana un equipo con Nick, un astuto zorro de rápido hablar y estafar. El caso trae una manada de animales diversos a la acción – algunos, como los perezosos en el Departamento de Vehículos Motorizados, se utilizan para el efecto cómico, otros, como el elefante olvidadizo y el “Padrino” musaraña, para subrayar estereotipos. La estrella del pop latino Shakira interpreta a la estrella del pop animal Gazelle. Pasado ese momento de perplejidad la variedad de los animales mantiene a los niños interesados en la historia durante la mayoría del tiempo, mientras que los padres son distraídos por las referencias de la cultura pop (¿Breaking Bad? ¿really?). Si bien nunca abusa del sermón, la película deja en claro su mensaje acerca del peligro de estereotipar y traza el obvio paralelo con los casos de prejuicio racial cotidiano en la selva de los seres humanos. Es suficiente.
La sabiduría del callejón. Si hay un estudio hollywoodense que suele mostrarse orgulloso de su conservadurismo, sin lugar a dudas es Disney: tantas décadas en el mercado inevitablemente derivaron en una serie de rasgos formales y de contenido que reaparecen una y otra vez en cada nuevo producto de la factoría, como si la introducción de elementos novedosos -o un simple reordenamiento de la cadena de referencias- desvirtuase la “marca registrada” o ahuyentase al público cautivo de turno (se supone que son los niños/ adolescentes aunque la tendencia de los últimos lustros, vinculada a un proceso de aggiornamiento leve, pareciera indicar que los adultos también pasaron a ser el objetivo). Aclarado el panorama a nivel macro, es momento de afirmar que Zootopia (2016) funciona como un intento bienintencionado por torcer un poco la línea narrativa de la compañía y volcarla hacia el campo de los policiales. Pensando a la película dentro del entramado mainstream de nuestros días, resulta amena por la suma de sus partes y no gracias a cada capítulo específico: de hecho, para olvidar la previsibilidad de cada acto en solitario debemos sopesar a la propuesta en su conjunto, la cual está sustentada en cambios de tono muy pronunciados. La trama comienza con el viejo esquema del “pueblerino idealista en la gran ciudad” y su primer golpe de realidad (aquí Judy Hopps, una hembra de conejo, viaja a la urbe de Zootopia y cumple su sueño de ser policía, una profesión reservada a los predadores, pero es asignada al control del tránsito y el estacionamiento), en el nudo del relato el asunto deriva hacia un film noir bastante lelo (desapariciones misteriosas y un submundo criminal de por medio) y todo termina en el terreno de un drama de conspiraciones (para colmo con una fuerte conciencia antirracista). Hoy la dialéctica de las diferencias aparece precisamente bajo una suerte de dirigencia de mamíferos predadores, los cuales dominan el destino de Zootopia, y la posición relegada de las “presas”, quienes conviven en relativa armonía con los primeros aunque con abusos esporádicos y dicha hipocresía, centrada en la disparidad de oportunidades. El film, al igual que su protagonista, en buena medida se lava las manos en lo que respecta al apartado ideológico y decide coquetear -desde la seguridad ATP y una más que generosa distancia para con el trasfondo sórdido- con algunos motivos de ¿Quién Engañó a Roger Rabbit? (Who Framed Roger Rabbit?, 1988), aquella maravilla del Robert Zemeckis más audaz, ya desaparecido. El contrapeso de Judy, un personaje quizás demasiado simplón, es Nick Wilde, un zorro que se dedica a pequeñas estafas y que aporta toda la sabiduría del callejón. Otro punto interesante de Zootopia pasa por el catalizador de la historia, relacionado con súbitas reconversiones hacia lo “salvaje” por parte de determinados secundarios y/ o víctimas, no obstante el detalle tampoco se profundiza más allá de lo políticamente correcto para un producto de la Disney (por supuesto que el fantasma de la intolerancia y el odio se transforma en el gran enemigo al momento de redondear la moraleja, por más que sea en los términos ambiguos del desenlace). El opus de Byron Howard, Rich Moore y Jared Bush amaga con una verdadera metamorfosis en cuanto al típico “camino del héroe” y su estructuración general, sin embargo se queda en la medianía y lamentablemente desperdicia una chance única orientada a maquillar un semblante industrial alicaído. Aun así, la obra cumple desde su ligereza y hasta llega a sorprender en algunas escalas de su desarrollo…
Crítica emitida por radio.
Una fábula policial “Zootopia” es un producto de los Walt Disney Studios (como se aclara desde el principio, con el logo del Steamboat Willie, el primer Mickey Mouse), aunque las experiencias Pixar (hoy parte del gigante del entretenimiento, como tantas otras empresas y franquicias) están presentes en la propuesta, empezando por la producción del histórico John Lasseter. Estamos nuevamente ante uno de esos casos en los que dudamos hacia quién está destinado el producto: ya Intensamente nos parecía una película más dirigida hacia los adultos criados en la era post Toy Story que para niños actuales. ¿Las claves de la afirmación? La duración (108 minutos), el género (en el fondo, policial negro de trama compleja) y los subtextos sobre los prejuicios y los ghettos que dividen a las sociedades supuestamente civilizadas. Rompiendo los límites En principio, estaban dadas las condiciones para hacer una historia bastante ñoña: el universo en el que se ambienta es una sociedad de mamíferos evolucionados y antropomorfizados. Pero ya en el principio, en la obra teatral escolar, se cuenta el contrato social (más en la línea de Locke o Rousseau que en la de Hobbes, que hablaba de contener a los lobos). Un buen día nació la nueva sociedad en la que ovejas y lobos, zorros e hipopótamos conviven en armonía: ya estamos más en el terreno de los animales de las fábulas clásicas (predicando virtudes y defectos humanos), que de los de “Madagascar”. Pero esa utopía básicamente quiere decir que nadie se come a nadie, que los predadores no se cargan a las presas. Pero las fronteras existen, y la joven coneja Judy Hopps es la que desafía eso: a fuerza de sacrificio y tenacidad se convierte en la primera oficial de policía de su especie, con el mejor promedio de su clase. Lo que no le sirve para nada, porque nadie espera que sea más que una granjera, empezando por su jefe, el comisario búfalo Bogo. La oportunidad le llegará cuando la esposa de Emmitt Otterton (Nutriales en el doblaje) venga a pedir ayuda y ella tome el caso, apoyada por la vicealcaldesa Bellwether (una oveja, puesta en la fórmula para compensar al alcalde Lionheart/Leonzales, un león). Bogo le da 48 horas y nada de apoyo, con el objetivo de sacársela de encima. Tenaz (y venciendo los temores inculcados por su familia), Judy recurre a Nick Wilde, un zorro pícaro y timador, en las fronteras de la ley, que puede tener un poco de información. No es que Nick sea tan malo, sino que ha cumplido lo que la sociedad esperaba de él: que sea mentiroso y avivado. Como vemos, los prejuicios van en los dos lados. La desaparición parece estar conectada con otros casos, y la pareja despareja arrancará a destapar ollas cada vez más oscuras, donde se mezcla la política, las “tensiones raciales” y el submundo criminal más propiamente dicho. Cruce de géneros Como dijimos, la historia se afinca en el género del policial negro, donde el caso que dispara el relato en realidad es una excusa para hacer un corte transversal que muestre las disfuncionalidades de un sistema, que luce irreprochable desde la superficie. Por supuesto, estamos en una cinta animada que se pretende infantil, por lo que el tono de comedia prevalece, con hincapié en las tensiones de la dupla: alguno recordará comedias policiales al estilo “48 horas” o “Rush Hour”. El grupo de directores integrado por Byron Howard, Rich Moore y Jared Bush está a la altura de las circunstancias, sosteniendo el guión escrito por un gran equipo encabezado por Bush y Phil Johnston, por lo que el interés no decae en ningún momento, saliendo airosos del desafío de moverse entre géneros. El diseño de producción a cargo de Dan Cooper y David Goetz, y la dirección de arte de Matthias Lechner se encargan de darle unidad estética a un trabajo de animación digital vistoso y cuidadoso de los detalles (pelajes, por ejemplo, o elementos como la lluvia sobre los charcos), con un diseño de personajes que busca el punto justo entre la antropomorfización y las características propias de cada especie. Entre los guiños para adultos (más), o referencias a la cultura popular, está el parecido del mafioso Mr. Big con el Vito Corleone de Brando, y el chiste del banco Lemming Brothers (más querible que el verdadero, Lehmann Brothers), dirigido por... lemmings, y hay algún guiño a la propia historia de Disney. Estrellas pop En cuanto al elenco, la versión doblada nos priva de los protagónicos de Ginnifer Goodwin y Jason Bateman y las participaciones de Alan Tudyk, J.K. Simmons o Kristen Bell (el cuidado doblaje en origen rescata a las voces latinas en los créditos), aunque contó con la participación de Shakira doblando sus propias partes originales como Gazelle, la estrella pop de la ciudad de Zootopia, con algunos detalles que recuerdan a la propia barranquillera de caderas movedizas. Las canciones permanecen en inglés, con “Try Everything”, la de los créditos, coescrita por Sia Furler, la cantante y compositora australiana que desde la publicación de su disco “1000 forms of fear” se ha vuelto una de las figuras centrales de la música actual (en estas páginas nombramos a Alive, coescrita con Adele, como tema de cierre de “La quinta ola”). En definitiva, una historia bien contada, personajes con pasta para desarrollar en secuelas futuras, y una buena forma de reflexionar sobre las tensiones que animan cualquier sociedad, por evolucionada que se proclame.
Es bueno que los estudios Disney sepan que sucesos artístico-comerciales como Frozen ocurren una vez cada muchísimo tiempo. Es decir, la perfecta combinación entre diseño, creatividad, originalidad (dentro del género, claro), y a su vez un arrasador éxito en la recaudación, tiene una lista de títulos privilegiada en la historia del cine pues trascienden la pantalla y son acopiados por la gente hasta convertirlos en parte de su identidad cultural. Saber esto es, a los efectos de la continuidad del engranaje industrial, un aliciente para los artistas y un revoltijo de nervios para dirigentes que quieren superar las toneladas de dólares año a año. Ese aliciente le sienta muy cómodo a “Zootopía” (pronúnciese “zutopia”), estreno de esta semana que deja, al terminar de verla, una agradable sensación a relajo de tensiones y esparcimiento sano y bien pensado. Judy Hopps (voz de Romina Marroquín Payró) es una conejita campesina que se crió soñando con ir a vivir al lugar más hermoso del mundo. Un lugar en donde depredadores y mamíferos conviven pacíficamente desde hace mucho tiempo. Hasta representa una obra de teatro infantil en su colegio. Tiempo después se encuentra despidiéndose de su familia para ingresar en el cuerpo de policía de la ciudad con el gran desafío de convertirse en la primera cadete mamífero en recibirse allí. Resignada por el jefe Bogo (voz de Octavio Rojas) a oficial de tránsito, Judy verá pronto que la gran ciudad (y los sueños) no son tan fáciles ni tan accesibles. Claro, tendrá su oportunidad cuando se ponga a investigar un caso de desaparición de animales junto con su ocasional, involuntario y forzado compañero Nick Wilde (voz de René García). Ahí comienza otro formato en la misma cinta: el de buddy movie, ya que ambos tienen poco tiempo para resolver el caso, en especial ella, a riesgo de tener que renunciar si no lo logra. Más allá de la impronta de Esopo con la cual está “bañado” el proyecto (los personajes son animales y hay varias moralejas), desde el vamos se propone algo sugestivo pues, si desgranamos el título, hay una combinación de zoo (animal) y utopía (en el juego sonoro de palabras), ergo, estamos frente a una utopía ya construida por los animales. Es decir, cuando arrancamos los primeros minutos, el texto cinematográfico ya propone e instala a Zootopía como el mundo ideal, el mundo utópico si se quiere. Sólo hay que tomarse el tren. Judy, en realidad, irá viviendo día a día una realidad que confirma, para su decepción, que si bien ha elegido una profesión para defender ese estándar de vida, lo cierto es que hay corrupción, engaño, traición, ruptura de códigos, discriminación, subestimación… Todo esto subyace en el guión de Byron Howard, Rich Moore y Jared Bush, quienes también dirigen esta pieza que posee varios guiños sutiles al cine de los ‘80 con particular enfoque en “48 horas” de Walter Hill, aquella de 1982, que unía a Eddie Murphy y Nick Nolte (ladrón y policía, respectivamente) durante un lapso de dos días para resolver un caso y beneficiarse mutuamente. Visto de lejos parece una gran campaña de reclutamiento para la policía, pero la realización sobrevive a eso gracias a la estupenda construcción de personajes que, de un lado y del otro, se marginan del sistema; además hay mucha más profundidad de lo que parece respecto de perseguir los ideales y, por cierto, tiene al menos dos de los mejores gags de la temporada: uno es una sutil y genial ironía sobre la lentitud de los trámites y de la burocracia institucional, el otro tiene que ver con “El Padrino” (1972), de Francis Coppola. “Zootopía”, con su aroma a fábula, no esquiva los mensajes sobre la perseverancia y la confianza en el compañero, ampoco la buena dosis de acción continua y un humor particularmente saludable. Claro, los elementos que en definitiva llevan al público a ver una película.
Las películas de Disney con reparto exclusivamente animal son escasas, casi nulas. De allí que, a pesar del lugar común, Zootopia no deja de tener su riesgo: cómo volver plausible una sociedad donde el león convive con el cordero. Lo interesante de la película consiste en que el núcleo y tema de la historia es, justamente, esa tensión: los predadores conviviendo pacíficamente con sus presas. Por el lado bueno, el film evita las metáforas tontas al respecto. Por el malo, machaca insistentemente el tema de la discriminación no solo desde la trama sino directamente desde el discurso. Pero en medio de todo esto y de la intriga policial -es una “buddy-buddy”, film de pareja despareja, en este caso integrada por la primer conejo en convertirse en policía -trabajo de bichos rudos- y un zorro que vive de pequeñas casi estafas, enfrentados a la desaparición misteriosa de algunos ciudadanos. El diseño de la película es bellísimo y muchas secuencias cumplen con lo que proponen (se lleva las palmas el perezoso Flash, obviamente). Pero hay algo de apresuramiento en la manera cómo se resuelve la historia que conspira contra el módico suspenso de la situación final. De todos modos, es una película apreciable y agradable, quizás demasiado “infantil” respecto del último Disney pero que venderá toneladas de peluches. Es preferible verla en inglés: las inflexiones de Jason Bateman -un comediante extraordinario- se pierden en castellano.
Cómo contar Tarde pero seguro (bah, en un avión), vi Steve Jobs de Danny Boyle. Después de la bastante catastrófica Jobs de Joshua Michael Stern con Ashton Kutcher de 2013, este proyecto sobre Jobs necesitaba con claridad una salida, preferentemente por arriba del laberinto de la fórmula del biopic tradicional. Y así fue que sobre el libro de Walter Isaacson Aaron Sorkin planteó una concentración dramática en tres actos de una vida. No, no una vida, esa es la notable gambeta de Sorkin y Boyle: la concentración es en tres momentos que definen una personalidad fílmica, tres momentos de antes de, tres momentos de estrategia profesional, interrumpida a cada rato por los daños, sobre todo emocionales, que el genio iba dejando a cada paso. La pintura de Sorkin y Boyle oscila entre el monstruo bigger than life y el genio bigger than life y el cretino bigger than life. La verdad, o lo que sea que se le parezca y se presente vestida de tal cosa, se construye a los gritos, a las recriminaciones, a los conflictos, a las presiones, a los ajustes de cuentas. Steve Jobs es una película que concentra, en casi nada, todo, que exagera, que cuenta con la posteridad como prueba de las intensidades a las que apuesta. Una apuesta, más que simple, concentrada y pensada con acierto, de forma certera. Una película hecha con la decisión de su personaje protagónico. Y con actores -Fassbender, Winslet, Rogen- que se notan satisfechos de estar bien escritos. Zootopia tiene dos directores, Byron Howard y Rich Moore, y un co-director, Jared Bush. Y ostenta ocho personas en el departamento del guión. Ocho. Y, a diferencia del unipersonal de guión de Sorkin para Steve Jobs, la narrativa no hace cohesión. El look visual animado de Zootopia es deslumbrante, los pelos, los movimientos y los gestos de los animales 3D digital son un prodigio. Los chistes son muy destacables (el timing perezoso, por ejemplo), el ritmo está sostenido y apuntalado desde muchos ángulos, hay canciones, los personajes están bien delineados, hay de todo, y mucho, como hay muchos guionistas. Sin embargo, todos esos elementos se tambalean parcialmente porque la historia que se cuenta se va armando como un mecano, se agrega una pieza y luego otra, y lo que une todo el paquete -brillante y con buenos de chistes, como se dijo- es alguna idea general sobre la convivencia y una puesta en ácido de la corrección política en extremo. Pero esa tensión del arco narrativo que se maneja a la perfección en Steve Jobs está aquí ausente, o quizás demasiado distribuida entre muchas cabezas que escriben. Una película con tremenda tensión en el arco narrativo es El desconocido de Dani de la Torre, recientemente exhibida en el ciclo Espanoramas, y que en un contexto más diverso de la distribución debería tener su estreno comercial asegurado. El desconocido es un thriller filmado con el aplomo de alguien que vio y comprendió el cine de Michael Mann, que seguramente también conozca y valore el cine de Fabián Bielinsky, y que sabe sacar lo mejor de sus actores (además de Luis Tosar, son en extremo certeras y prodigiosas Elvira Mínguez y la adolescente Paula del Río). Dani de la Torre no sólo sabe filmar con tremenda eficacia la acción y las amenazas en un coche y alrededor de él -un poco como Speed de Jan de Bont- sino que además sabe integrar el territorio de la ciudad de La Coruña a su mapa particular del relato. Lástima que le hayan puesto tanta música y una bajada de línea bienpensante y explícita sobre el final. Pero acá hay definitivamente un director a seguir.
Una utopía inteligente, de técnica deslumbrante que deviene en una fabula sobre la tolerancia y la discriminación. En ese mundo de animales humanizados, pero sin humanos, hay un derroche de creatividad, en la construcción de ese mundo. Pero además con humor de distintos niveles, la historia tiene todos los ingredientes, suspenso, acción, vueltas de tuerca e ironías.
“48 horas” con animalitos La nueva producción de Disney cuenta con el trabajo de nada más y nada menos que tres directores y siete guionistas. Así no hay quien pierda Disney lo hizo de nuevo: no sólo retomó su tradición de hacer películas protagonizadas por animales como Robin Hood, El Rey León o la más reciente La Princesa y El Sapo sino que incluso, partiendo de una premisa mil veces vista, dio a luz un film de esos que los chicos piden ver una y otra vez (y los grandes acompañan). En este caso, la historia remite en un principio a ese gran policial de Walter Hill llamado 48 horas (1982) que lanzó a la fama a Eddie Murphy y agregó otro hit a la carrera de Nick Nolte, es decir, un policía recto se une a un criminal de poca monta para a atrapar a peligrosos delincuentes. Claro que, viniendo de Disney, la cosa va así: en un mundo habitado por animales, los mamíferos predadores han evolucionado al punto de llegar a convivir en paz y armonía con los herbívoros en una mega ciudad llamada Zootopia donde, a pesar de todo, los recelos no han sido enterrados. La protagonista es una coneja llamada Judy Hopps que, tras convertirse en la primera de su clase en graduarse de policía, logra que le asignen su primer caso: encontrar a una nutria desaparecida en misteriosas circunstancias. Coneja de cuidado, Judy manipula a un zorro que vive de estafar a los ciudadanos de Zootopia (aunque sin causar daño alguno) y consigue que la ayude a seguir las pistas que la llevarán a descubrir que pasó con la nutria. Lo cierto es que Zootopia es el tercer estreno animado de Disney en tan sólo un año teniendo en cuenta los dos de Pixar (Intensa-Mente y Un Gran Dinosaurio) y eso da cuentas de las ganas que tiene la empresa de copar un mercado en el que tenían predominio pero en los últimos años les salió una fuerte competencia (ver Snoopy, los Minions y otra tantas joyas animadas de los últimos tiempos) y ahora hay que poner toda la carne en el asador. De esta manera, Zootopia cuenta con nada menos que tres directores: al ideólogo Byron Howard se le sumaron Rich Moore (responsable de Ralph El Demoledor) y Jared Bush. Pero además, la presión ha llegado a que la película tenga acreditados siete guionistas: los tres directores más Josie Trinidad, Jim Reardon, Phil Johnston y Jennifer Lee, todos ellos veteranos escribas de películas y series como Wall-E, Ralph El Demoledor, Tiny Toons y Frozen, entre otras. Disney ha tenido demasiadas fallas en los últimos tiempos como Tomorrowland y es hora de minimizar errores, por lo que parece. Por lo demás, el filme es una genial sucesión de ideas, diseños y talento desplegado a un nivel sin igual. Si bien es cierto que hay estudios pisándole los talones, Disney saca el máximo provecho al hecho de tener de su lado a los máximos responsables de Pixar (el ex propietario de esa empresa y actual director creativo de Disney es el productor ejecutivo) y por eso se ve la mano artesanal en cada fotograma (si es que todavía existen) de la producción. Punto aparte para la participación de Shakira que interpreta a Gazelle, una cantante que en Zootopia tiene una voz preponderante por sobre todo el resto de los artistas y que hipnotiza con su tema "Try Everything", su nuevo hit que ya suena en todas las radios y YouTube. Pero además, Zootopia retoma también la tradición de agregar un mensaje extra dentro de la historia, en este caso una historia de superación para el caso de la coneja, de redención para el zorro y opinión política para los mayores. En definitiva, Zootopia es una opción más ideal para llevar a los chicos antes de que termine el verano y, en el futuro, una compra segura en el local de DVD´s con el fin de disfrutar una y otra vez de todos y cada uno de los momentos que provee este filme.
Si hay un imperio acostumbrado a resurgir de sus cenizas, ése sin dudas es Disney. Llevados a la gloria por su creador, caídos en desgracia tras la desaparición física de éste, rehabilitándose con una nueva camada de creativos que le dió una segunda época de oro al estudio y ahora, que se han convertido en la fuerza de entretenimiento mas masiva, innovadora y exitosa del planeta - además de su apartado animación tienen a Pixar, Marvel y la franquicia de La Guerra de las Galaxias -, no existe nadie en el mundo del espectáculo que siquiera se les pueda asemejar. Zootopia es la última entrega de su departamento de animación; y mientras que su socia Pixar parece haber caído en el estancamiento creativo y la secuelitis, la Disney - ahora con Zootopia y antes con Wreck-it Ralph y Big Hero 6 - parece haber tomado la posta y haber entrado en una etapa de esplendor y originalidad imposible de frenar. Si este año el mundo del espectáculo se puso denso con el tema de la diversidad racial - especialmente a la hora de las nominaciones al Oscar -, esperen a ver lo que Disney ha preparado con Zootopia. En este mundo utópico los animales no sólo hablan sino que han evolucionado hasta ser capaces de crear una sociedad cosmopolita. Como fruto de dicha evolución los depredadores perdieron sus instintos de ataque y hoy conviven con quienes fueran sus presas en el pasado. Aún con ello, la sociedad de Zootopia está lejos de ser perfecta o armónica: la fortaleza y el tamaño priman como factor de discriminación, eso sin contar con la mala fama que algunas razas se han ganado de acuerdo a su naturaleza traicionera. En ese contexto aparece nuestra protagonista, cuyo empecinamiento en ser oficial del orden le ha hecho ganarse un puesto en el cuerpo de policía - un lugar reservado para animales mas fuertes y corpulentos, y en donde su ingreso no es para nada bien visto -. Como la conejita es inquieta - y pelea para hacerse valer por mérito propio - decide tomar por su cuenta un caso - en el cual han desaparecido misteriosamente varios depredadores a lo largo de toda la ciudad -, y para ello termina utilizando los servicios de un zorro, un estafador callejero de poca monta que parece estar al tanto de las últimas novedades en el mundo del crimen. oferta software de sueldos La investigación es la excusa para que el guión ilustre - de mil maneras diferentes y creativas - todos los puntos de vista posibles sobre el tema de la discriminación. Sea por razas - los zorros siempre son considerados criminales o mentirosos compulsivos -, por el lugar de nacimiento - los granjeros no pueden policías o tener un empleo letrado -, por puesto - las ovejas solo sirven para secretarias, y los depredadores son aptos para los puestos políticos -, todo esto matizado por una investigación policial que, aunque rutinaria y cargada de clichés, no deja de bastante densa para el público infantil al que apunta. Para compensar esto el libreto dispara gags (el de los perezosos es mortal!) y - sobre todo - persecuciones, las cuales están coreografiadas con gran altura. Si hay algo que impresiona, es el preciosismo visual que exhibe. Zootopia es una ciudad viva, plagada de acción y plena de detalles. Mientras los protagonistas hablan en primer plano, uno puede ver en el fondo decenas de detalles - animales renegando con sus autos, yendo de compras, peleándose en un embotellamiento de tránsito, yendo con sus cachorros a la escuela, etc -, lo que lo hace un filme tan rico en lo visual que requiere por lo menos una segunda visión para poder apreciar todos sus pormenores. Los efectos de luces, los decorados, la expresividad de los personajes es abrumadora y, si no fuera por los créditos técnicos, Zootopia podría haber pasado perfectamente por una típica película de Pixar. Zootopia es un gran filme para toda la familia. Lo calificaría como uno de los mejores títulos que ha dado a luz la Disney en la última década. Es una excelente parábola sobre la discriminación disfrazada de entretenimiento familiar, la cual me parece de visión obligatoria para nuestros pequeños, dándoles a entender sobre la existencia de esas diferencias - mas mentales que reales - que establecemos los humanos entre nosotros mismos, intentando sentirnos superiores con aquellos que no se ven, piensan o sienten como nosotros.
Divertida aventura animal "Zootopia" es el nuevo film de Walt Disney Animation Studios que la viene rompiendo y no es para menos. Si bien para este título no se asoció con su otra unidad de negocios Pixar, algo que suele garantizarle un producto de calidad y exitoso en recaudación, logra entregar una historia con un mensaje muy actual, positivo sin ser meloso y por supuesto divertido. La trama se enfoca en Judy Hopps (Ginnifer Goodwin), una conejita de zona rural periférica de Zootopia cuyo sueño es convertirse en una agente de policía de la gran metrópolis. Con mucho esfuerzo y perseverancia lo logra. El problema es que sus propios compañeros de la fuerza de policía no la aceptan demasiado por ser de una especie más chica y débil físicamente. Su jefe, el temible capitán Bogo (Idris Elba), la pone a prueba bajo riesgo de tener que abandonar el trabajo por el cual tanto luchó si no logra resolver un misterioso caso. La acompañará un poco confiable zorro que se dedica a la estafa para sobrevivir. La historia toca temas actuales como el poder de las mujeres, el respeto por las minorías, las segundas oportunidades, la confianza, la amistad y el hecho de que el fin no justifica los medios. Lo bueno es que a pesar de la cantidad de temáticas, todo está bien cohesionado y el relato fluye con naturalidad. Hay momentos realmente divertidos como el que involucra a los perezosos en un dependencia de atención pública de Zootopia. Esa escena es simplemente genial. También hay homenajes a grandes películas como "El Padrino", algo que está puesto claramente para el público adulto que acompaña a sus hijos o sobrinos al cine. Se agradece. A nivel visual también es impecable y nos ofrece un mundo fantástico que emula a una Nueva York tomada por el reino animal. Nada que envidiarle a su ocasional socio de animación, Pixar. Los colores y el diseño de los animales es realmente bueno y divertido. Una más que buena opción para el entretenimiento de chicos y grandes. Concebida de manera muy inteligente y con un alto sentido del entretenimiento. Muy recomendable.
Los animales lograron evolucionar, abandonando definitivamente su condición salvaje, y ahora coexisten todos juntos en su propia ciudad (Zootopia), claramente repartida en diferentes zonas donde cada uno se ubica según su menester. En este contexto, nuestra simpática protagonista -la conejita Judy Hopps- siempre soñó con cumplir su sueño de mudarse a la gran Zootopia y convertirse en la primera coneja policía en la historia de la ciudad. Enfrentándose a las exigencias de sus padres, Judy decide encarar el desafío. A pesar de su buena predisposición, le asignan sólo tareas de tránsito. Pero la misteriosa desaparición de una nutria le dará la oportunidad para demostrar su carácter, perspicacia y valentía. En esta búsqueda conoce a Nick Wilde, un estafador zorro con mucha astucia, que la ayudará con el misterio del cual tienen tan sólo 48 horas para resolverlo. Esta primera parte, enmarcada en una típica historia de superación personal de parte de nuestra protagonista, deviene en más en un thriller policial que en una simpática aventura de animales. Aunque claramente la comedia marca el pulso de la historia, lo policial está muy presente y se torna central. Claro guiño a las buddy movies policiales -subgénero que inició el director norteamericano Walter Hill con esa comedia policial llamada 48 horas (1982) protagonizado por Eddie Murphy y Nick Nolte- donde los personajes centrales, aunque de naturalezas completamente diferentes, deberán unirse para un fin en común. El proyecto es dirigido por Bryon Howard, Rich Moore y Jared Bush, responsables de éxitos animados como "Grandes Héroes" (2014), "Frozen: Una Aventura Congelada"(2013) y "Ralph el Demoledor" (2012). La intención original era retomar el espíritu de "Robin Hood" (1973), pero además darle una vuelta de tuerca a la historia en lo referente a su hábitat, dándole vida a una majestuosa ciudad poblada por simpáticos animales. El cambio dentro de la dinámica de los padres de la animación es sorprendente. Sobre todo desde la llegada de John Lasseter, uno de los fundadores de los estudios Pixar. Desde que se hizo cargo de las producciones animadas de Disney en 2006 los cambios son notables. Desde la genialidad de los recursos técnicos y de efectos, hasta los cambios en sus temáticas. Zootopia nos invita a recorrer un mundo tan mágico como misterioso, donde grandes personajes equilibran lo moderno y lo clásico sin perder el ritmo y su carácter infantil.