Tras Fantástico Mr. Fox, su primera y acertada incursión en la animación stop-motion, Wes Anderson vuelve a imprimir su sello de calidad y originalidad sorprendiendo con una encantadora y divertida maravilla visual y narrativa, que le ha llevado a conquistar, entre otros premios, el Oso de Plata en la Berlinale. Una historia cautivadora impregnada de un lúdico sentido de la aventura, fantasía, el particular sentido del humor de Anderson e ingeniosos diálogos con una importante bajada de línea política y social, que se combina con un diseño de los personajes brillante y una estética inequívocamente nipona con imaginativos fondos y mezcla de estilos, repleta de detalles hermosos y enfocada a subrayar la perplejidad animal. Ambientada en Japón en futuro distópico, donde antiguamente los perros dominaban el mundo y en la actualidad los humanos, la saturación canina ha alcanzado nuevamente proporciones enormes y aprovechando un brote de gripe canina que se propaga los perros enfermos son enviados al exilio a la Isla de la Basura por Kobayashi el tirano alcalde de la ciudad. Pero su sobrino Atari parte para rescatar a su perro Spots y se une a los otros caninos de la isla para conseguir que los animales puedan volver a la ciudad, convirtiéndose en todo un símbolo de la rebelión. Anderson invoca el cine de Akira Kurosawa, Hayao Miyazaki y otros referentes fílmicos, musicales y visuales japoneses para componer una fabula en el que el uso de la lengua -los personajes humanos hablan en su idioma nativo y algunos de los diálogos no estén ni doblados ni subtitulados intencionalmente, mientras que los perros hablan en inglés- es tan significativo como la gestualidad de sus personajes. Cabe aclarar que el juego de traducciones sólo tiene sentido en versión original subtitulada. La técnica de stop motion sumada a la arriesgada y maravillosa propuesta estética junto a la banda sonora de Alexandre Desplat -ganador del Oscar por La forma del agua-, deleitan los sentidos con cada plano, donde el detalle o un simple movimiento de hocico o ceja cuenta, y con un reparto de estrellas cuyas voces -Scarlett Johansson, Jeff Goldblum, Edward Norton, Greta Gerwig, Harvey Keitel, Bill Murray y Frances McDormand- logran transmitir la naturaleza humana con gran elocuencia, dotando a cada uno de los perros con una personalidad distinguible destacándose Bryan Cranston como la voz del perro callejero Chief. Anderson atraviesa sus entrañables personajes con una mirada tierna y triste a la vez, ingenua pero sarcástica, que denotan la desolación y el vacío pero que aprovechan la aventura para renacer. Si en Fantástico Mr. Fox, confeccionaba una fábula precisa sobre el bien y el mal, en Isla de Perros entrelaza sus tópicos habituales, como los niños prodigio, el salto de la infancia a la edad adulta y el desamparo, con una fabula que busca reflexionar social y políticamente sobre los refugiados, los abusos del absolutismo, la xenofobia y la necesidad de revalorar la solidaridad y la democracia. Isla de Perros no es una película infantil en absoluto, sino una película animada que cautiva, sorprende y emociona, que se disfruta como un niño al que le cuentan una fabula que siempre recordara.
Concebido para saltarse todas las reglas, menos las indispensables que dan estructura lógica para narrar una historia, Deadpool -Tim Miller, 2016- supuso un salto en la pantalla grande a la hora de presentar un superhéroe que imprimiera dosis de irreverencia que excedieran las fronteras de lo políticamente correcto dentro del cine comercial convencional, rompiendo la cuarta pared dirigiéndose al espectador con naturalidad marginal y reciclando con humor múltiples referencias de la cultura popular. En esta secuela, el superhéroe atípico, insolente, fuera de la ley pero autoconsciente de su condición y del que la audiencia ya conoce su capacidad para romper la cuarta pared, su cinismo y capacidad para revivir -algo que da libertad par jugar con el guión-, vuelve más agudo que en la primera e igual de divertida. Tal vez le falta esa frescura inherente y sorpresa que tenía su predecesora, pero la capacidad de Ryan Reynolds para sacar humor del dolor y hacer de la auto parodia un arte burlándose de todo, continúa funcionando. Con un argumento básico en el que Deadpool encontrara su verdadera familia de pertenencia, David Leitch -artífice de John Wick o Atómica- mantiene el estilo e incluso la brillantez de las secuencias de acción y su nivel de locura y violencia -aunque se aprecian menos menciones al tema sexual-, en una historia donde lo que importan son los gags, las referencias múltiples a Marvel -especialmente los X-Men y Lobezno - y bolas de fuego para DC, Disney y otros referentes de la cultura popular. Regresa Coloso -Stefan Kapicic-, Morena Baccarin, como esposa de Wade/Deadpool, la joven Brianna Hildebrand -como Negasonic Teenage Warhead- y se incorpora una figura femenina a recordar para próximas entregas en la piel de Zazie Beetz como Dominó. Pero el coprotagonismo se lo lleva Cable -Josh Brolin-, parodiando a Terminator y del cual no descartaría un spin-off, siendo uno de sus puntos mas débiles Puño de fuego -Julian Dennison- con una falta de carisma total. Deadpool 2 se divierte jugando consigo misma y hace lo mismo con el espectador durante sus dos horas, en una solida comedia de acción, violencia y superhéroes políticamente incorrectos que incluye hasta una pegadiza canción de Céline Dion.
Tomando un personaje de cuento clásico ingles creado por la escritora e ilustradora Beatrix Potter en 1902 -que sirvió de inspiración para que la Warner de vida a Bugs Bunny muchos años después-, el director Will Gluck -Annie- le rinde tributo con esta adaptación contemporánea que mezcla con eficiencia personajes y entornos reales con animación, para narrar las aventuras de este rebelde, travieso y adorable conejo que viste chaqueta azul -al estilo Paddington- y que junto a sus hermanas y primo luchan por conseguir los preciados productos de la granja del malvado señor McGregor. Ambientada en Inglaterra, y con numerosas referencias a la obra original de Potter -como las atractivas y oportunas animaciones en 2D y cuadros que aparecen-, Las travesuras de Peter Rabbit se destaca por una extraordinaria animación de los animales con chaquetas que los vuelven completamente verosímiles -con marcadas influencias del oso Paddington-, y una trama sencilla que avanza de manera fluida. Una entretenida comedia familiar, con algunos clichés melodramáticos al estilo Disney y bastante predecible pero que va equilibrando, al ritmo de hip hop y éxitos musicales Pop del momento, la aventura, humor, cierta parodia a los clichés de películas de acción y hasta una historia de amor. Las travesuras de Peter Rabbitno llega a ser tan encantadora como el oso Paddington, pero cumple con su cometido de entretener a niños y adultos por igual sin mayores pretensiones. Una mención aparte para el guiño adulto que reposa sobre el atormentado y depresivo gallo, que cada mañana vuelve a despertarse lamentando y padeciendo sus actos cometidos el día anterior a la espera de que cada noche sea su última.
15 años después de la saga protagonizada por Angelina Jolie, que resultó en un exitoso primer film y una secuela que quedo en el olvido, llega esta nueva adaptación del famoso videojuego de acción, readaptada a los tiempos políticamente correctos y protagonizada por Alicia Vikander, alejándose mas del personaje que fue un símbolo sexual en las dos versiones anteriores y recuperando la esencia de la versión mas aventurera del videojuego. En 2013 el juego dio un giro total y transformo a la Lara Croft femme fatale en una jovencísima exploradora, valiente y capaz, pero frágil como cualquier humano en entornos hostiles. Esta nueva versión bebe de dichos cambios y propone una entretenida, aunque predecible, propuesta de acción y aventuras con marcadas influencias de Indiana Jones y una Lara Croft protagonizada por una actriz ganadora del Oscar con más talento de lo que la historia requiere, que recibe un poco de profundidad que nunca existió en las películas de Angelina Jolie. Una carismática Alicia Vikander -la actriz sueca más conocida por sus participaciones en dramas como La Chica Danesa, por el cual ganó un Oscar a mejor actriz de reparto en 2016- logra registrar una versión más humana de Lara Croft, estilizada y menos voluptuosa de la que ofreció Jolie, mostrando una vulnerabilidad emocional real pero no menos heroica que vive haciendo delivery en bicicleta un poco alejada de su verdadero destino, hasta que su apretada realidad económica la lleva a descubrir un acertijo y su llamado a la aventura. Es indiscutible, como ya lo era en el juego, la influencia de Indiana Jones tanto en las escenas de acción como en los escenarios y la cuota de misticismo y sus acertijos, aunque no así el suspenso y trama a la hora de unir las piezas del rompecabezas. Basta con mencionar que la aventura se traslada a una isla remota en la costa de Japón, en el infame Mar del Diablo, donde intentara rescatar a su padre y enfrentarse a un inescrupuloso villano para encontrar la tumba de Himiko, una milenaria emperatriz hechicera. El director noruego Roar Uthaug -La ola- propone una película que se parece mucho al videojuego presentándonos no solo una historia fiel, sino que también acierta en la ambientación, con parajes exóticos, templos y civilizaciones antiguas, y guiños estéticos al juego como una Lara Croft desalineada, resolución de acertijos y puzles, la habilidad y varias escenas que parecerían sacadas del videojuego. Si bien Tomb Raider: Las aventuras de Lara Croft logra llevarse varios laureles, en comparación a otras adaptaciones desechables como lo sucedido con Warcraft: El origen y Assassin’s Creed, hay un aspecto de los videojuegos más complejo de trasladar a la experiencia cinematográfica como es la interactividad. Ni la dosificación del suspenso para resolver los misterios, ni sus personajes secundarios unidimensionales con un débil e intrascendente villano, seducen al espectador a interesarse por otra cosa que no sea el desarrollo de la aventura. Aun así, Tomb Raider: Las aventuras de Lara Croft cumple como una entretenida película de aventuras al estilo Indiana Jones, cuyas secuelas serán directamente proporcional a sus resultados en la taquilla.
Esta adaptación de la novela homónima de Jason Matthews, centrada en la escuela de agentes sumisos y reemplazables al servicio del estado Ruso durante la Guerra Fría, propone un buen Thriller de espías clásico que rescata el ambiente de intriga, deslealtad y traiciones existentes en ambos bandos y la caracterización de los rusos y americanos estereotipada de los films de los 80, pero sin el grado de acción y tensión que caracterizaban a aquellos, ni las persecuciones y explosiones propias de Hollywood como Nikita o la reciente Atómica. Operación Red Sparrow se centra mas en el factor psicológico de estos atormentados personajes, con una cautivante Jennifer Lawrence sufriendo vejaciones físicas y psicológicas, un gran reparto que incluye a Charlotte Rampling, Mary-Louise Parker, Jeremy Irons y Ciaran Hindsentre otros, y cierto atributo del director Francis Lawrence para filmar sin escrúpulos algunas escenas de violencia. Dominika, una retirada bailarina del Ballet Bolshoi con sus sueños destruidos y su madre enferma a cargo, sucumbe a los favores de su tío que la envía a un funesto lugar en el que aprenderá el arte de la seducción aplicado al espionaje de Estado. Con la misión de extraer información a un agente de la CIA-Joel Edgerton-, comenzara una espiral de amenazas, engaños y atracción sexual que pondrá en peligro tanto su vida como la seguridad de sus respectivas naciones. Operación Red Sparrow brilla en la superficie, con una elegante puesta en escena; la opulencia de palacios y hoteles; una fotografía plomiza que junto a la crudeza del invierno ruso y la banda sonora contribuyen a crear esa atmósfera tan particular de misterio e incertidumbre que pesa alrededor de todos los personajes de la película; y principalmente por una solemne Jennifer Lawrence que se debate entre el bien y el mal en su conversión de inocente joven a femme fatale impredecible, para terminar imponiendo su libre albedrío a la voluntad del estado Ruso. Pero mas allá de la protagonista y la puesta en escena con eficaces y un tanto sádicas escenas de violencia, que incluyen múltiples intentos de violación y una maquina para filetear piel humana, Operación Red Sparrowse hace larga. La intriga simplemente no sostiene el interés con fuerza suficiente durante dos horas y veinte de metraje, sumado a la falta de vertiginosas escenas de acción y que falta un poco mas de química entre sus dos protagonistas. Sobre el final, una vuelta de tuerca vuelve a despabilar al espectador de este film que aparentaba especialmente retorcido en el comienzo y que termina quedándose solo en un buen Thriller de espías. Mención aparte para la incomprensible, aunque deliberada claro esta por su director, decisión de ambientar la historia en la Rusia actual, cuando en la puesta observamos que las intenciones son otras, teniendo que recurrir incluso a tres escenas -casi como si fueran de otro film- para justificar la contextualidad de actualidad. ¿Hacían falta celulares?
Ambientada durante la guerra fría, cuando la carrera militar y espacial de rusos y americanos está en su punto más álgido, con científicos y agentes soviéticos infiltrados, se desarrolla este cuento fantástico que reverbera ecos de la Bella y la Bestia -aunque nunca la Bella ha abrazado a la Bestia de forma tan entusiasta- pero con cierta nostalgia por el cine clase B de hace más de medio siglo -con su villano extremo y caricaturizado-, huellas de El monstruo de la laguna negra, que despierta a la protagonista de su letargo, pero también combinando géneros y un virtuosismo visual, una banda sonora y, sobre todo, personajes que envuelven al espectador en un precioso cuento de hadas que parece haber sido diseñado para todas aquellas generaciones acostumbradas a disfrutar del visionado de films en una sala de cine y cuyas historias apasionaban. Guillermo Del Toro es un director cinéfilo y con La forma del aguavuelve a dejarlo bien en claro. Una fábula que narra la historia de amor entre una joven muda que limpia en un laboratorio secreto del gobierno estadounidense, y una criatura anfibia de cualidades únicas que llega para ser víctima de diversos experimentos. Entre la ingenuidad de Amélie y la fascinación por lo anómalo, la deformación y el choque entre nuestro mundo y criaturas sobrenaturales -ya presente en mayor o menor medida en títulos como Mimic, Hellboy o El laberinto del fauno-, Del Toro da forma a este cuento romántico y fantástico que pasea con total naturalidad y armonía por varios géneros. Hay acción, intriga, comedia y romanticismo, homenajea la época silente, los musicales clásicos y el melodrama, juega con los espías y altera los cuentos de hadas de Disney, con un trasfondo completamente adulto y embebido de un realismo mágico en el que se coloca a lo irreal o extraño como parte de la vida cotidiana, sin perder su naturaleza de fábula y con un final Inesperado, profundo y conmovedor. Merecedora del Oscar, Sally Hawkins compone magistralmente a esa heroína poco glamorosa, solitaria, frágil pero valiente y cuya rutinaria vida incluye un baño onanista, que sin hablar lograr transmitir los sentimientos y emociones de un personaje que siempre se ha sentido invisible y encuentra la humanidad que falta a su alrededor en una criatura que, como ella, necesita ser salvada. Acompañada de atribulados personajes, como Octavia Spencer, su compañera de trabajo negra que la protege y ayuda a comunicarse; su viejo vecino artista, homosexual y casi siempre desolado que interpreta Richard Jenkins; un científico y espía ruso -Michael Stuhlbarg-, que debe afrontar un dilema ético y moral; Michael Shanon personificando a un caricaturizado villano realmente despreciable, violento y malvado que por momentos recuerda a "Diente de oro" -Richard Kiel- que perseguía históricamente al agente 007; y la hermosa criatura anfibia de colores turquesa y dorado encarnada por Doug Jones, que han tenido que sufrir en sus carnes el rechazo o la marginación. Todos, en efecto, criaturas que sirven de metáfora a Del Toro para desarrollar su discurso sobre la diferencia, los prejuicios racistas o xenófobos, el machismo y la intolerancia a lo extraño, en un relato cautivante que en la superficie plasma de forma bella la historia de amor fantástica entre dos seres aprisionados, pero que sumergida yace una gran burla al "American Wai of life" y los estragos de una época que presumió de paz, orden y pulcritud mientras se prodigaba en conductas aberrantes a una sociedad que empezó a dudar agrietada por el racismo y la amenaza nuclear. La maravillosa fotografía y puesta en escena, con perfectas composiciones simétricas y esa atmósfera del relato de espionaje combinada con el realismo mágico, una banda sonora que deleita y personajes entrañables que hacen de su virtuosa anomalía su razón de ser, hacen de La forma del agua una fábula para adultos que reivindica la imaginación, la necesidad de lo otro, todo aquello que, desde la sombra, construye y desarma la propia realidad para generar otra. Una de esa películas que, al margen de sus 13 nominaciones al Oscar, devuelven al publico la posibilidad de disfrutar y encantarse nuevamente en una sala de cine.
Paddington, el entrañable oso parlante con buenas modales y educación, vestido siempre con abrigo azul, un sombrero rojo y su maleta, creado por Michael Bond desde 1958 y que se convirtió en personaje clave de la literatura infantil británica, ya nos sorprendió en 2014 en su primera aventura cinematográfica. Ahora vuelve en esta secuela con un cautivador relato, derrochando encanto y sensibilidad, con una apuesta visual que combina ingeniosamente la técnica del Libro pop-up con la animación y entorno real, sumado a un sutil llamado a la tolerancia y los buenos modales. Paddington ya es un miembro importante y respetado de la sociedad y la familia Brown. Pero la elección de un obsequio para el cumpleaños de su querida tía Lucy lo embarcará en una aventura que lo llevara a la cárcel, incriminado falsamente por un actor en decadencia -Hugh Grant-, y su lucha y la de la familia Brown por probar su inocencia y limpiar su nombre. La maravillosa integración del pop-up, en la que Londres cobra vida como una extensión del libro, con el personaje animado y los efectos digitales en la imagen real no solo establecen el marco ideal para cautivar al espectador, si no que contribuyen a humanizar mas a Paddington, dan fluidez a una historia divertida, de naturaleza clásica y previsible, pero que conserva el sentido de la maravilla, la inocencia y la aventura de la anterior, y hasta se da lugar para homenajear con sus técnicas y gags a Mélies, Chaplin, Buster Keaton y otros pioneros de la comedia. Los exquisitos modales de lord, su generosidad, ingenuidad, honestidad y humor ingles, que aportan dulzura sin caer en el sentimentalismo, vuelven entrañable a este oso que junto a un elenco de nivel encabezado por Hugh Grant, componiendo con grandes dosis de ironía y auto parodia al villano de turno, un actor de capa caída y egocéntrico que dialoga con los maniquíes, acompañado de Brendan Gleeson, Sally Hawkins y Julie Walters, consiguen retener las virtudes de su predecesora y narrar una historia tierna y divertida. Paddington destaca el valor de la inocencia, los buenos modales y la trascendencia de las relaciones familiares, en una película que cautiva a niños y adultos por igual gracias a las andanzas y carisma de su protagonista, su brillante propuesta visual y perspicaces homenajes a maestros de la comedia.
Mas oportunista que oportuna, considerando su estreno tan próximo a la temporada de premios, su poco marketing previo y el reciente enamoramiento de Hollywood con la prensa y la merecida igualdad de genero, The Post encaja a la perfección para cumplir con los criterios que suelen cautivar a la Academia de Hollywood y obtener varios premios. Basada en hechos reales, The Postse adentra en la investigación y lucha por hacer públicos unos archivos del Pentágono que se filtraron a la prensa en 1971 que denunciaban irregularidades y mentiras sistemáticas de sucesivos gobiernos estadounidense en torno a su involucramiento en la Guerra de Vietnam, y cuyos verdaderos objetivos fueron ocultados y camuflados permitiendo la masacre sangrienta e inútil que soldados estadounidenses y vietnamitas padecieron. La historia se centra en Kay Graham -Meryl Streep-, propietaria y primera editora mujer del Washington Post, que al mismo tiempo que los archivos secretos del pentágono eran develados por la competencia y judicializado por el gobierno de turno, su diario comenzaba a cotizar en la bolsa de valores y un problema existencial le imponía la duda entre, preservar la libertad de expresión, el futuro económico del diario y desafiar al Gobierno de Richard Nixon. Una película patriótica, reivindicatoria de los valores democráticos de los Estados Unidos, la igualdad de genero y un merecido homenaje a un oficio tan necesario como vapuleado poseedor del titulo de "cuarto poder", y que Spielberg se encarga de honrar retratando el ambiente y la temperatura de la redacción y sus rotativas en pleno funcionamiento, los profesionales que hurgan en los engaños del poder político pero también los intereses, la corrupción y la mentira que rodean indefectiblemente en su investigación, aunque su meta sea la verdad, la independencia, la libertad de expresión, la objetividad y la denuncia de la injusticia, entre otras utopías. The Post podría funcionar como una precuela dentro de una saga formada por notables films como: Todos los hombres del presidente, sobre el escándalo de Watergate por el que luego sería destituido Nixon y en el que jugaron un papel esencial dos periodistas del Washington Post; Frost/Nixon: La entrevista del escándalo, dirigida por Ron Howard, basada en la entrevista que llevó a la fama al periodista británico David Frost, acorralando a Nixon y logrando declaraciones impactantes sobre el caso Watergate; y Spotlight, ganadora del Oscar a la mejor película en 2015 que cuenta la historia de cómo la unidad de investigación del periódico Boston Globe desenmascaró un escándalo de abusos sexuales perpetrados por distintos sacerdotes de Boston, y por el cual el Globe ganó el Premio Pulitzer en la sección servicio público de 2003. Pero lejos de las conspiraciones políticas y la sordidez de lo oculto en los títulos mencionados, o la intriga y acción de Munich o Puente de espías, Spielbergfunciona aquí como un elegante y eficiente piloto automático, centrado mucho más en las actuaciones de sus dos protagonistas y los clímax que corresponden a cada uno de los momentos en que la directora o el editor deben tomar una decisión importante, y alejándose cada vez más de lo espectacular y cautivador. Simple, con su perfección técnica característica y lo justo y necesario, Spielberg deposita todo el peso de la película sobre una Meryl Streep que inyecta veracidad a cualquier personaje que interprete, un Tom Hankspoco interesante y un gran número de secundarios que dan consistencia y profundidad a la historia, incluso algunos mas interesantes que Hanks. "Suponiendo" que efectivamente así se sucedieron los hechos por parte del diario en cuestión, The Post: Los Oscuros Secretos del Pentágono viene a honrar al periodismo, la libertad de prensa y búsqueda de la verdad así como la visibilidad femenina, en un momento donde la prensa y el gobierno de Donald Trump brindan una batalla casi permanente, y en la que Hollywood no dudara en galardonar.
Jessica Chastain encarna a Molly Bloom, una esquiadora de talla mundial que tras sufrir un accidente decide dar un vuelco a su vida y huyendo de las exigencias de su padre -Kevin Costner-, un cúmulo de casualidades y explotando su inteligencia e ingenio sin ayuda de nadie, se convierte en menos de diez años en millonaria e impulsora de las más exclusivas apuestas de póker clandestinas en las que participan estrellas de Hollywood, deportistas, empresarios y hasta la mafia rusa. Un imperio que comienza a desmoronarse por la ambición y que encuentra en el prestigioso abogado Charlie Jaffey -Idris Elba- su única posibilidad para librarse de la cárcel. Con una estructura similar a La red social -combinando flashbacks con una entrevista con su abogado y el uso de la voz en off-, un vertiginoso prólogo con montaje casi de videoclip o Serie de TV -que recuerda Escándalo Americano, La gran apuesta o El lobo de Wall Street-, referencias fugaces a la cultura pop, su sello dramaturgo plasmado en diálogos y monólogos de indiscutible brillantez formal pero por momentos algo tediosos y largos, sumados a sus ya habituales referencias intelectuales -en este caso con 'El crisol', de Arthur Miller-, Sorkin logra aunar su toque comercial con una historia interesante, una gran actuación de Jessica Chastain y una trama que por momentos abunda en explicaciones y que supera las dos horas, diluyendo cierto interés en varios fragmentos del relato. Tras el vértigo y emoción del comienzo que lleva a la protagonista a darle un nuevo rumbo a su vida, Sorkin elije centrarse en la explicación acelerada del juego con sus códigos y algunas partidas espectaculares -poco atrapante para los ignotos del póker-, para luego posar la mirada sobre los que juegan y como funcionaba el negocio de Molly Bloom, cómo organizaba las partidas, captaba jugadores y manejaba el dinero. Promediando la mitad del relato es cuando comienza a desarrollarse el drama íntimo del Molly, marcada por una familia de lo más exigente y peculiar, mostrando toda la evolución psicológica de su personaje y renunciando a tópicos como el sexo, la mafia y la violencia, para dar lugar al cuento moral de superación basado en una heroína real, audaz e inteligente pero también con defectos. Tal vez sobre el tramo final, cierto simplismo en la resolución de su problema -aunque ello derive en una de las mejores escenas del film, el encuentro Jessica Chastain con Kevin Costner- y la demasiada racionalización y condescendencia con los actos de la protagonista, sumado a algunas características poco verosímiles -no por ello menos verídicas- como el hecho de no mantener relaciones con sus clientes, no tener guardaespaldas y ser extremadamente generosa restan fuerza al relato. El carisma y talento de Jessica Chastain para darle los diferentes matices a esa deportista malograda, pero autoexigente y obstinada que se reinventó hasta convertirse en "la princesa del póquer", se complementan con un notable Idris Elba y un fantástico, aunque breve, Kevin Costner que pone el broche de oro sobre el final con su «terapia de tres años en tres minutos».
Premiada por su guión en el festival de Venecia y ganadora de tres Globos de Oro como mejor película dramática, mejor actriz a Frances McDormand y mejor actor de reparto a Sam Rockwell, Tres anuncios por un crimenpropone un drama triste y profundo con acertados momentos de humor negro y mordaz que recuerdan el universo de los hermanos Coen, en lo que podría describirse como un western moderno protagonizado por una variante femenina del clásico Jim West, pero cuya única arma es su ingenio -y alguna que otra bomba molotov-. Frances McDormand encarna a una madre desconsolada y enfurecida con la policía que tras meses sin esclarecer la violación y asesinato de su hija, decide poner tres anuncios en el camino a su pueblo con un mensaje controversial, poniendo en vergüenza al sheriff local -Woody Harrelson- y convulsionando la pequeña comunidad que entrará literalmente en combustión. Martin McDonagh, director y guionista, toma los anuncios como una especie de macguffin para construir un relato que combina hábilmente el drama de esa madre angustiada ante la injusticia, con pequeños momentos de humor negro con un gran tacto, y un espiral de violencia gestionada con maestría acompañado de diálogos ingeniosos y vueltas de tuerca con cambios de matices en los personajes. Personajes que si bien responden a los estereotipos sureños de los Estados Unidos, y al dicho "pueblo chico infierno grande", a la vez son lo suficientemente particulares como para generar una extraña forma de empatía.Son seres con defectos, muchos despreciables, que están en búsqueda de su propia forma de justicia y a los que McDonagh se atreve a acercarse más en profundidad a las difíciles y conflictivas emociones que atraviesan, y a los que también les da la posibilidad de cambiar. Es la fantástica Frances McDormand, quien personifica de manera única a esta madre devastada, agraviada y fracturada por dentro pero también fuerte, determinada, violenta y sin remordimiento que se convierte en el héroe solitario que enfrenta de manera desafiante a un pueblo entero. McDormand logra recorrer la gama entre la congoja, la ira y el dolor profundo acompañado de un humor negro reflejando nuestra más íntima amargura o el simple odio que nos habita. Violenta, despiadada, pero a la vez tierna, ingeniosa e incapaz de bajar la guardia y acceder a sus emociones. El gran trabajo de Sam Rockwell, en la piel del típico policía sureño con tendencias violentas, tan racista como infantil a la vez, que además roza lo patético por su incompetencia y una relación en extremo disfuncional con su madre con la que vive, logra ser divertido, trágico y triste, produciendo en el espectador una sensación de desprecio total al comienzo y cierta compasión forzada hacia el final. Woody Harrelson se corre de los villanos y psicópatas al que nos tiene acostumbrados para componer con acierto a ese sheriff, presentado como un ignorante y estúpido, que es tanto el enemigo declarado de Mildred como su única esperanza. Un jefe de policía de buen corazón, venerado y querido por su comunidad, que intenta más tarde una sabia conciliación ante un destino devastador. Aunque previsible una vez promediado el relato, la acertada combinación del drama y los toques de humor negro, con el constante cambio tonal de sus personajes -incluso hasta los personajes secundarios relucen en sus escenas-, una lograda banda sonora y las excelentes actuaciones de Francés McDormand, Woody Harrelson y Sam Rockwell respaldan esta historia que tiene grandes momentos, y que hacen de Tres anuncios por un crimen un film entretenido que cobra fuerza mientras se transita, mas allá de su final.