El mismo ritual Con la misma temática que las versiones anteriores -en que los hechos sobrenaturales quedan grabados en video por medio de cámaras digitales, notebooks, y demás aparatos tecnológicos que parecen estar presentes, prendidos y siempre con batería, para registrar todos los hechos que suceden en esta familia feliz- se presenta esta cuarta entrega de una saga que no da para mucho más. En la primera parte de la película, vemos un video en el que una tía desaparece junto con su sobrino, y nunca más se sabrá de ellos. Años después un nuevo video registra otra familia, feliz, con dos hijos y una casa hermosa. Hasta que un pequeño vecino misterioso debe pasar unos días con ellos, y cosas raras comienzan a suceder. Mucho susto a base de efectos de sonido y alto volumen, combinados con imágenes "realistas" que buscan generar mayor cercanía con el espectador, no alcanzan para provocar un horror auténtico y apenas sí provoca una emoción más cercana a la que ofrece un laberinto del terror de un parque de diversiones. Si solo se busca esa mínima emoción, está bien; después de todo no pretende ser más que un entretenimiento absolutamente pasatista, y en ese sentido cumple.
A un clic del miedo Cámaras nocturnas, una gran casa vacía, hechos sobrenaturales y un ruido denso, sórdido, sembró el terror cinco años atrás de la mano de Oren Peli y su primer Actividad paranormal . Este nuevo guión del israelí (más Zack Estrin) se sostiene en la reencarnación de la eterna Katie y el niño Hunter, desaparecidos en 2006, al final de la segunda parte. La historia gira en torno al pequeño Wyatt (Aiden Lovekamp), su familia y un invitado especial: el enigmático Robbie, amigo de Wyatt, quien es acogido por la familia luego de que su madre fuese internada. Desde la llegada de la inquietante visita -con gestos hostiles y miradas penetrantes, lo mejor del cast -, la vivienda sufre embates sobrenaturales que asustan a Alex, una rubiecita adolescente de discreto papel, quien se alía a Ben, su amigo nerd que programa dispositivos de filmación caseros para no perder rastros de los extraños sonidos que acechan la casa. Como si fuese una larga sesión (de días y noches) de videollamada instantánea, la película refleja un espanto siglo XXI: la ciberadicción donde las notebooks acompañan a cada integrante de la familia adonde vayan: a mamá Alice en la cocina, a Alex por todos los ambientes y al pequeño Wyatt hasta el borde de una bañadera. ¿Otra muestra? Una consola de juegos interactiva irradia rayos verdes que dibujan las siluetas de los entes malignos. Con el correr del argumento, Wyatt y Robbie se ven envueltos en un ritual antiguo, con figuras geométricas incluidas, bajo la atemorizante supervisión espectral de Katie, la protagonista involucrada en toda la saga paranormal. Su designio de sembrar terror y muerte es bien crudo. Impacta. Con un transcurrir más lento de lo habitual (varios planos inertes), Actividad paranormal 4 incluye remates de escena predecibles: elementos que caen, puertas que se abren, arrastres de cuerpos y objetos. Desde lo inofensivo surgen sustos bien logrados: un gato, bromas de Ben (con algún que otro gag), una vecina nocturna y hasta la ingenuidad de la chica. Las escenas diurnas es uno de los puntos fuertes del filme, no se recae en la noche, lo fácil. El tramo final se atropella en ideas y recursos -con un guiño a otra rama del miedo- y reúne la adrenalina necesaria para hacer temblar. Con esta cuarta parte, la dupla Joost-Schulman (al frente de la tercer parte) sacaron el poco jugo que le quedó a la exitosa fórmula terrorífica de antaño, hoy, tecnología y virtualidad al servicio del miedo. Pero a no darle más rosca, porque el chiste ya se falseó.
Una traición a los seguidores de la saga Lo que en 2007 surgió como una interesante vuelta de tuerca al cine de terror de bajo presupuesto con un inteligente trabajo sobre el punto de vista, el fuera de campo y una bienvenida dosificación de los efectos visuales para generar buenos sustos en los momentos indicados, hoy -con una cuarta película (tercera en los últimos tres años)- luce como una saga con pocas innovaciones y sorpresas. Se trata simplemente de "maquillar" un poco la propuesta, apelar al piloto automático y estirar la franquicia -muy rentable, por cierto- todo lo que se pueda. ¿Qué tiene de "nuevo" este cuarto episodio? En principio, que el protagonismo está puesto esta vez en una adolescente (una rubia que sería algo así como un resumen, una acumulación de las características de las prototípicas chicas de hoy) y su novio, quienes viven hiperconectados. Así, la película ya no será narrada como antes por cámaras de seguridad, sino por dispositivos más modernos como laptops, celulares y consolas de juegos (una idea para que los expertos del "product placement" nos regalen múltiples referencias e imágenes de los iPhone, la Xbox Kinect, las MacPro y un largo etcétera). Pero este despliegue tecnológico -al igual que los otros, ya conocidos, de crecientes presencias fantasmales- termina por abrumar. Los directores Henry Joost y Ariel Schulman y el guionista Christopher Landon parecen tener sólo un puñado de ideas y -como ocurre con la saga en su conjunto- se dedican a exprimirlas y a estirarlas todo lo posible. Hay, también, unos niños bastante perturbados y perturbadores, algunas simpáticas pinceladas sobre las dinámicas familiares actuales y la (re)aparición de Katie Featherston, protagonista del film original. El principal problema de Actividad paranormal 4, de todas maneras, no es su escasa creatividad sino que -luego de manipular emocionalmente al espectador durante una hora y media- lo "traiciona" con un final previsible y a todas luces ampuloso. Si algo mantenía esta saga era la idea de un terror minimalista (un elemento que se mueve, una sombra que se ve en el fondo, un ruido que se escucha a lo lejos). Con el desenlace por el que aquí se opta ya ni eso quedó en pie.
Un festival de sustos. Si la primera causó sensación, con muy poco y la saga cosechó adeptos incondicionales, esta cuarta entrega tiene sobresaltos desde un comienzo y así continúa, aunque la trama no se sostenga y tenga como finalidad la sucesión de mieditos: cuchillos que vuelan, cuerpos que se elevan, niñito casi ahogado, niñito poseído. Sólo para adictos al género.
Las mil y una noches Luego de tres Actividad(es) Paranormal(es) es difícil renovar el repertorio de sustos y de esquema. O sea, filmaciones caseras, enumeración de noches, puertas que se abren solas (¡nunca visto!) y fuerzas invisibles que revolean gente a lo loco. Si esperaban más de lo mismo, van a sentirse satisfechos, los que buscaban alguna nueva idea para el género espíritus-en-pseudo-documental, ni se detengan a ver el póster. Este film no funciona como hecho aislado, hay que seguir mínimamente la secuencia de acontecimientos para comprender ciertos puntos de esta cuarta entrega. El bebé desaparecido en la segunda y la explicación del final de la tercera complementa para dar una conclusión a la historia. ¿Conclusión? Al parecer están realizando una quinta parte. Mientras cierren las cuentas, los espíritus no van a descansar en paz. En esta ocasión hay algunos cambios que mejoran a su predecesora. Una es la modificación de protagonista. Esta vez la que carga con la mayor parte de la historia es una adolescente y su novio. La parejita transmite una mayor empatía que los personajes de los films anteriores, y el agregado de un niño, hijo del vecino de enfrente al que tienen que cuidar, aporta la suficiente sensación de extrañeza como para crear un clima tenso. El carácter anormal y encriptado del niño funciona como disparador para que la "presencia" este siempre rondando. No es ninguna novedad la idea de niños con extrema sensibilidad a los espíritus o como vehículo de terror, pero en este caso, y a pesar de la falta de originalidad, logra ser efectivo. El uso de la tecnología es otro agregado en está versión "paranormal 2.0", las filmaciones son a través de computadoras y la presencia del celular, Youtube, Google, Facebook o la Xbox es natural, una actualización necesaria por la edad de los protagonistas y por el público al que está apuntado. La principal falencia de estás películas es el ritmo cansino y la utilización del fuera de campo. Grandes recursos para generar temor pero que luego de las tres películas (y derivaciones voluntarias e involuntarias) de igual estructura y mismo desenvolvimiento de acontecimientos terminan por agotarse, transformando al terror de Actividad Paranormal 4 en algo carente de matices y asombro.
No piensen que no me gusta la franquicia, ni que soy de esos críticos que defenestran este tipo de producto. Me gustó el punto de partida y la construcción de los elementos que son pilares de la propuesta y la sigo, desde su inicio. El año pasado disfruté la tercera entrega, aunque ya en aquella oportunidad, sentí que daba algunos signos de agotamiento la progresión argumental y que sería reemplazada un poco por el humor negro, sutil en la anterior y extraviado, en esta última. "Paranormal Activity" siempre tuvo una premisa de salida interesante, aportar con cámara fija un encuadre particular para subrayar el suspenso en hogares y lugares cerrados. Claro, con el correr de las entregas hubo que agregar modificaciones, generar un eje conductor y apelar a algunos cambios tecnológicos para seguir sosteniendo el interés de la audiencia. En este opus cuatro de la saga, los que brillan son los dispositivos tipo notebook, que pululan por toda la casa y con los que se comunican la protagonista de la historia, una adolescente que vive conectada a sus máquinas y eso justifica que las cámaras que se vean correspondan a ese ángulo. La historia, es la de una familia común, que tiene dos hijos, uno adoptado y un vecinito que juega mucho con ellos. Viven en los suburbios, de manera confortable (es una casa amplia, de varios pisos, ideal para ser filmada en este contexto) donde pasan cosas. Los seguidores y fans de la propuesta entienden rápido como viene la mano: este pequeño tiene un pasado que lo condena, pero su grupo primario no lo sabe y deberá enterarse de la peor manera, cuando vengan por él... Nada más se puede ni se debe contar. El rol central está en manos de una teen con pocas luces (Kathryn Newton) así que no tengan muchas esperanzas de ver una buena curva dramática porque no se dará, simplemente. Los aspectos técnicos, son los que ya conocidos, puertas que se abren y cierran, gente levitando, gritos, arañas que se caen, estallidos, bah, los que usteedes ya conocen... están correctos. Nada que no sepamos. La dirección de Henry Hoost y Ariel Schulman (quienes vienen de hacer la anterior pero esta vez no eligieron un buen libreto, se ve) es convencional y apagada, perdieron el humor que habían encontrado en la anterior y sólo se permiten narrar con lo ya conocido, que se va agotando con el correr de las entregas... Seguramente, es el punto más bajo de todas las "Paranormal Activities" pero hay que reconocer que tiene su público cautivo y convocará muchos fieles para disfrutar del rito otra vez. Lo cual está bueno. Si, me gustaría, que para la próxima, hubiera un mayor compromiso con el libro a la hora de pensar cómo seguir adelante, sin caer en la repetición de ideas. Esperemos. Digo, tenemos un año hasta la próxima. Tiempo hay.
¡Urgente! Se necesitan ideas Actividad Paranormal es una de las peores películas de los últimos tiempos, aunque como en muchos casos del cine estadounidense la calidad no siempre coincide con los números en la taquilla. Aquel primer film de Oren Peli tuvo una buena aceptación por parte del público, lo que facilitó que el negocio siga marchando con su vieja historia de las secuelas. En el presente ya se encuentra en circulación la cuarta entrega, si vieron las anteriores es – en términos generales - exactamente lo mismo, nada cambia, todo se repite en torno a un mismo formato que como dio resultado anteriormente, se vuelve a proyectar, usando locaciones parecidas y a lo sumo cambiando algunos actores...
Fantasmas que ya no asustan, sólo marean Dado lo barato de la fórmula de «Actividad paranormal» (básicamente, una histoira de fantasmas registrados a través de las cámaras de seguridad de una casa), sus productores continuaron la historia dándole una suerte de aire de saga familiar, y hasta retrocedieron en el tiempo en la última entrega para cambiar las más impersonales cámaras de vigilancia por una vhs de fines de los 80. Insostenibles en guión todas y cada una de ellas, al menos tenían una cualidad distintiva al lado de otras muestras de «reality terror» o historias de espectros y monstruos grabados en tape que empezaron a florecer luego del suceso de «El proyecto de la bruja de Blair»: y esa gran cualidad es que al menos en «Actividad paranormal» las cámaras estaban fijas y no debían obligar a los productores a simular groseros movimientos convulsivos de supuestos camarógrafos amateurs (incluso en «Actividad Paranomral 3», el personaje que filmaba todo con su vhs era bastante prolijo, con aspiraciones de profesional). Esta cualidad se ha perdido en esta cuarta e impresentable película, ya que ahora los sucesos se ven a través de videochats, celulares, y cualquier cibergagdget empleado por unos adolescentes descerebrados que como protagonistas son realmente muy poco interesantes. Los personajes lucen como esos típicos teenagers que eran asesinados en el segundo acto de cualquier film de terror de la era de Jason o Freddy, pero lamentablemente el formato de esta saga les permite sobrevivir hasta el último minuto.. La trama es abismal: una familia tipo recela de sus extraños vecinos, una mujer extraña y su perturbador hijito con más cara del Damien de «La profecía» que otra cosa. Cuando la madre sufre una crisis nerviosa, o mejor dicho, paranormalmente escandalosa, los buenos vecinos se ofrecen a cuidar al pequeño monstruito y, de golpe, empieza la actividad, que en este caso es sobrenaturalmente tonta. Esto podría ser recomendado solamente para divertirse viendo una película realmente mala en un cine. El problema es que la variedad de ciber imágenes se vuelve muy molesta,. No tiene sentido verla en cine, ni siquiera en el cable. habría que verla en la Tablet, el iPod, el Smartphone o cualqier variante por el estilo, si es posible en un auto en movimiento asi la pantalla se sacude más que las imágenes.
Apaguen todas las cámaras "Actividad Paranormal 4" no está a la altura de las anteriores películas de la saga, aunque cuenta con buenas actuaciones y momentos inquietantes Siempre se agota más rápido una idea que un negocio. Sin embargo ese principio de rentabilidad no explica del todo esta cuarta parte de Actividad Paranormal. Hay en ella una interesante indagación sobre las cámaras incorporadas a los teléfonos celulares, las computadoras y los televisores inteligentes que en cierto modo complementa la exploración precedente sobre distintas versiones de aparatos de visión (caseros, de vigilancia o profesionales). El concepto de que los artefactos ven lo que las personas no pueden captar a simple vista es la particular variante de lo siniestro que encontró Oren Peli en la primera película y que supieron respetar tanto Todd Williams, en la segunda, como Henry Joost y Ariel Schulman, los responsables de la tercera y de esta cuarta entrega. No obstante, Jools y Schulman ya habían introducido una hipótesis histórica y esotérica para explicar los orígenes de la extraña entidad maligna que asedia a Katie (Katie Featherson) que la persigue a cualquier lugar adonde vaya. En cierto modo traicionaban así el principio rector de la saga de que el mal puede ser visible en sus efectos pero nunca inteligible. Las computadoras y los celulares justifican la inclusión de una adolescente como protagonista. La estrategia comercial resulta obvia: ella es una especie de representante en la ficción del público objetivo de esta clase productos. Básicamente, alguien con quien identificarse rápido. Sin dudas el personaje de Alex, interpretado por Kathryn Newton, reaviva la fórmula de Actividad Paranormal al menos en los primeros 30 minutos. Ella y su amigovio, también llamado Alex (Matt Shively), aceleran el paso de la acción y el ritmo de los sentimientos y las sensaciones. A esto se suma la cantidad de escenas diurnas, inusuales en una película de terror. Pero es evidente que el hecho de contar por primera vez con una buena actriz generó un exceso de confianza en los directores. Eso se nota en la abundancia de tiempos muertos y escenas neutras, que carecen de valor narrativo y emocional. La trama retoma el final de la segunda película en la que Katie desaparecía con Hunter, el bebé de su hermana. Ahora el niño ya tiene seis años y fue adoptado por una familia que tiene una hija adolescente. El mal vendrá de la misma tía Katie y de otro niño que se mudan a la casa del frente. A diferencia de las películas anteriores, en la cuales la tensión crecía de manera exponencial minuto a minuto, en esta la expectativa se alarga demasiado y se desgasta el sentido de la inminencia. Pero lo más grave es la resolución, tan rápida que no da tiempo ni para asustarse.
Los vecinitos de enfrente Este cuarto eslabón de la película original pensada y creada por el israelí Oren Peli no funciona ni como precuela ni como continuación de las anteriores, porque el escenario es otro, aunque mantiene sus puntos de conexión entre los personajes. El film echa mano a los mismos recursos que la caracterizan (puertas que se abren, arañas que caen al piso, sonidos estremecedores y presencias capturadas en la oscuridad) y agrega como novedad el terror diurno, escaso en las anteriores historias. Una nueva casa, habitada por los padres (con conflictos matrimoniales), la hija adolescente y un niño, serán las nuevas víctimas de esta presencia que sigue moviéndose entre las sombras con impunidad. En esta entrega, la maldición se transmite a los extraños vecinos de enfrente. La presencia de la "famosa" hermana de los títulos anteriores y la aparición de un niño enigmático, se irá revelando a lo largo del film. En ese sentido, los elementos relacionados con niños y animales (al igual que en Poltergeist) dicen presente a través de una pelota, un triciclo y juguetes que sorprenderán al espectador. Más de lo mismo, pero con algunos sacudones y un nuevo agregado tecnológico, como lo son los celulares con cámara y las innumerables computadoras portátiles (¿hay tantas por cada hogar?) que registran las actividades paranormales a lo largo de 14 días de noviembre de 2011. Del mismo modo que El proyecto Blair Witch trajo un formato de registro con "cámara en mano" (y como originalidad, netbook en mano) visto en numerosas producciones que fueron un éxito, ahora Actividad Paranormal 4 recorre el mismo camino y va por su cuarta entrega, dejando la mesa servida para su quinta producción. Actividad Paranormal 4 se estrena en Argentina antes que en el resto del mundo (gracias a los fans que la votaron) y eso marca una pauta de lo esperados que siguen siendo sus sobresaltos.
La brujería a través de los tiempos Si nos sinceramos podríamos decir que Actividad Paranormal 4 (Paranormal Activity 4, 2012) es una propuesta entretenida aunque mediocre que pretende satisfacer sólo a los fanáticos acérrimos de la saga, dejando afuera del convite a cualquier otro espectador circunstancial. De hecho, esta “línea de montaje” orientada a construir secuelas infinitas a partir de moldes prefijados funciona como un mecanismo estándar dentro del terror industrial desde la década del 50, así el público a captar reconoce de inmediato un producto de bajo costo, sincero en su planteo, limitado al extremo y con altos márgenes de ganancia. El problema específico de la franquicia de las puertas movedizas y las sombras espectrales pasa por un doble cansancio conceptual que abarca tanto el encadenamiento temporal ininterrumpido (una película por año termina suprimiendo toda posibilidad de sorpresa) como los resortes propios de los llamados “falsos documentales” (prácticamente el único subgénero que le interesa al Hollywood actual dentro del horror). La saturación mediante réplicas eficaces hasta cierto punto pero a la vez triviales a nivel dramático puede resultar contraproducente en términos comerciales y acortar la vida de la triste ola de “dinero fácil”. Repasemos un poco dónde estamos parados narrativamente: el film original se centró en los padecimientos de Katie (Katie Featherston), la segunda parte en el martirio de su hermana Kristi (Sprague Grayden) y la tercera fue una especie de “precuela” que presentó a las susodichas de niñas y el consiguiente nacimiento de lo que a esa altura giró hacia los feudos de la brujería y los aquelarres infernales. Dejando de lado la paupérrima rip-off japonesa, hoy los directores reincidentes Henry Joost y Ariel Schulman ofrecen el regreso de Katie a través del punto de vista de unos vecinos que cuidan a Hunter, el hijo raptado de Kristi. Si bien la anterior había constituido una importante mejoría con respecto a la segunda, a decir verdad la realización minimalista de Oren Peli sigue siendo imbatible en lo que a sustos cronometrados y desarrollo formal se refiere. Actividad Paranormal 4 recupera el tono profesional de la tercera, trabaja con humor algunos detalles generales y hasta incluye un inesperado homenaje a El Resplandor (The Shining, 1980). Aún así la ausencia de novedades significativas le juega muy en contra y ya comienza a cansar la estrategia de “tirar hacia adelante” la materialización concreta de la ceremonia de iniciación satánica…
Un malévolo spíritu fenómenos paranormales. Extraños ruidos. Símbolos que se repiten en todas partes. “Actividad paranormal 4” comienza con imágenes de un matrimonio que vive felizmente con sus dos hijos en una casa alejada de la ciudad. De pronto, un accidente, que nunca se sabe qué es, deja solo a un niño de cinco años que vive en la casa lindera. En consecuencia, la familia protagonista se debe hacer cargo del niño hasta que su madre se recupere del trágico episodio. Desde que Robbie queda en manos de los padres de Alice (el típico prototipo de protagonista de película de terror: rubia con cara de nada y personalidad ingenua), empiezan a suceder cosas raras en la enorme casa. Para despejar el misterio, la adolescente y su novio instalan cámaras en todas las habitaciones de la casa. Así, noche tras noche, hasta llegar a la número doce, los chicos observan qué sucede cuando todos duermen. La película es la cuarta parte de la saga que continúa con el mismo tipo de relato que las tres anteriores, con cámara en primera persona y extraños seres que aparecen y desaparecen sin saber qué son. Pues es el desconocimiento lo que hace a esta película atrapante, manteniendo al espectador tenso ante la gran pantalla esperando el final. Aunque no asuste tanto como las dos primeras de la saga, los espíritus malévolos siguen dando que hablar.
Solo para los seguidores incondicionales de la saga. Este film comenzó en Estados Unidos siendo algo novedoso. Su historia tuvo su remakes japonesas, y un gran éxito de taquilla, con el tiempo se fue transformando en una secuela. La primera se estrenó en Estados Unidos el 14 de octubre de 2007 mientras que en Argentina fue el 10 de diciembre de 2009 dirigida por el israelí Oren Peli. Su historia se centra en una joven pareja: Katie y Micah, que intenta capturar con una cámara de video evidencia de una presencia paranormal en su casa (de manera similar a las películas The Blair Witch Project y The Last Broadcast). La secuela, Actividad Paranormal 2, con un nuevo director Tod Williams se estreno el 22 de octubre de 2010, en Argentina el 4 de noviembre de ese año, y fue seguida por otra secuela titulada Actividad Paranormal 3, dirigida por Henry Joost y Ariel Schulman el 20 de octubre de 2011 en Argentina, todas éxito de taquilla. Y tuvo su lugar Actividad paranormal 0: El origen se estreno el 06 de octubre de 2011 (Argentina) bajo la dirección del japonés Toshikazu Nagae. Ya se esta preparando Actividad Paranormal 5 cuyo posible estreno se prevé para el 2014; pero ahora llega Actividad Paranormal 4 película horror sobrenatural del 2012 con la dirección por Henry Joost y Ariel Schulman (los mismos que en la tercera parte), y escrita por Christopher Landon y Oren Peli, el elenco: Katie Featherston, Kathryn Newton, el pequeño Brady Allen, entre otros. En esta nueva entrega, lo que sucede viene después de lo que sucedió en las dos primeras partes. Aquí vemos una familia, el pequeño Wyatt (Aiden Lovekamp), Alex (Kathryn Newton), una adolescente que empieza advertir sucesos paranormales en su hogar a partir de la llegada de unos nuevos vecinos; esta comienza a sospechar que Robbie (Allen), un niño vecino del barrio, que ahora vive con ellos después que su madre fue internada, este tiene algo que ver con una serie de sucesos enigmáticos. El film mantiene los mismos recursos que lo caracterizan, puertas que se abren, objetos que se golpean, arañas que caen al piso de forma inexplicable, sonidos, situaciones extrañas en la oscuridad, entre otros recursos , intentando mantener la tensión y aplicando situaciones para obtener mayores sobresaltos. Sólo apta para los seguidores de la saga y quizás para quienes nunca vieron esta propuesta tal vez se sorprendan pero tienen que haber visto las anteriores.
VideoComentario (ver link).
Actividad paranormal 4 tiene una premisa muy buena y la historia entretiene, ya que uno está todo el tiempo a la expectativa por ver qué va a suceder, aunque de a poco la desilusión va llegando cuando el tiempo pasa y los sustos escasean. Lamentablemente hay pocas escenas que espanten en comparación con las entregas anteriores. Por ejemplo, cerca de los 25 minutos...
Ninguna maldición es eterna La cuestión de una fórmula es que para repetirla hasta el hartazgo hay que atenerse a su base formal ¿Por qué arrancar diciendo esto sobre Actividad paranormal 4, una película tan mediocre como innecesaria? Porque aquí se demuestra cómo en la repetición comienzan a aparecer algunas flaquezas que terminan por arruinar una saga que, desde la 3, venía con carencias que esta entrega termina de confirmar. La solidez de ese formato basado en la sugestión que habían sido las dos primeras partes cae, precisamente, por abandonar las posibilidades narrativas que entrega el found footage (esa especie de subgénero que ha obligado a más de uno a rever Holocausto caníbal). En algunos segmentos es sencillamente una película de terror filmada con técnicas que no tienen ningún sentido. Veamos: en Actividad paranormal aparece un elemento voyeurista que se distingue en el registro de la privacidad. De esta forma, la generación Youtube encuentra un elemento cotidiano que los aterra en elementos tan comunes como los videos que suben a internet. El registro termina siendo el núcleo de la historia y el montaje de lo que sucede, la manipulación de los climas, de la tensión. En la 1 la premisa fluye a pesar de deficiencias técnicas y muestra las bases de la idea, en la 2 la solvencia técnica es superior pero el uso del montaje termina atentando en la idea de “registro casual” para obtener un enfoque más narrativo y en la 3 se repite el error de la 2, sumando la confusa existencia de un registro del registro y un final que daba respuestas que en verdad nunca eran buscadas. Actividad paranormal es sobre la duda, eso es lo que espanta: todos los trucos visuales, el trabajo de sonido y el fuera de campo tienen esa finalidad, la sugestión de un espectador que construye la película en su cabeza. Con la mitad de la 3 y gran parte de la 4, esa idea termina siendo abandonada. Pero en la 4 sucede algo más. El registro ya se encuentra limitado a determinados momentos y la cámara se mueve constantemente porque nuestros personajes registran absolutamente todo. A pesar de lo incómodo que pueda resultar y la situación extrema a la que se ven forzados, la pobre Alex (Kathryn Newton) lleva su notebook a todas partes para registrar lo que le pasa. En la situación que se da en cierto garaje es donde, por ejemplo, el verosímil se rompe completamente. Lo mismo en el final que se pretende climático, pero es sólo una suma de incoherencias narrativas que mostrando terminan atentando contra la saga. En definitiva, Actividad paranormal 4 es un ejercicio desafortunado y carente de las virtudes de las dos primeras películas, buceando entre el sin sentido y la falta de ideas, poniendo la primera palada de tierra sobre esta saga que ya comienza a verse caduca. Y sí, además tiene pocos (y poco efectivos) sustos.
Es cierto que la serie tiene sus sustos, que la familia maldita, las nenas asesinas, los señores partidos al medio ya forman parte de una especie de melodrama sobrenatural bastante trivial cuyo mayor atractivo reside -o residía- en la idea de que todo es “real” porque se toma con cámaras de seguridad, camcorders caseras, etcétera. Pero si algo ha sucedido con esta serie es que descubre -o redescubre- algo central: no alcanza con el susto para generar miedo, sino que hace falta una historia y que tengamos empatía con sus criaturas. Esta nueva entrega mantiene el procedimiento repetido de las imágenes pero intenta abrir un poco la trama hacia nuevos personajes, aunque sin perder relación con los tres films anteriores. Pero tiene el mismo defecto: estamos esperando el momento en que nos vamos a asustar o tener miedo. Y llega, pero como siempre pasa, no todos nos asustamos de lo mismo. La persistencia en el juego hace que estas Actividades... se acerquen peligrosamente a la serie de TV.
Nada sabíamos del paradero de Katie y Hunter desde el final de la segunda parte de la saga de “Actividad Paranormal”, la seguidilla de filmes que vino a ocupar el lugar que dejó vacante la ya desaparecida (y pronta a ser relanzada) serie de “El juego del miedo”. Lejos de la cámara en mano o de los objetivos con fines meramente de seguridad, aquí toda la acción será captada por dispositivos tecnológicos vinculados con la computación o el entretenimiento. Netbooks, iPhones y PC varias serán de la partida. La adolescente Alice comienza a descubrir que sus nuevos vecinos, una madre ausente y un perturbador niño de ocho años, distan años luz de lo que podríamos considerar “normales”. Para cuando logre descifrar el enigma, por supuesto ya será demasiado tarde. Como suele suceder con cada una de estas franquicias, nada queda de la creatividad o de los trucos que en una primera instancia podían llegar a sorprender al espectador. Lo que no significa que los casi noventa minutos de proyección estén carentes de sobresaltos, mayormente apuntados al público adolescente, el nicho de mercado para el cual se ha pensado esta tercera secuela (ya se ha confirmado la realización de dos nuevas entregas, una de ellas probablemente localizada en Sudamérica). El carisma de sus protagonistas, el bienvenido clima de auto parodia que se respira en el aire y un par de sustos bien creados compensan el final grandilocuente que poco tiene que ver con el espíritu original de la historia.
¿Producción en serie del Terror? Lamentablemente, no cumplió con las expectativas que se habían generado luego de la exitosa 3ra entrega y creo incluso, que es la peor de toda la franquicia. Es verdad que no soy un seguidor entusiasta de la saga, pero cualquier amante del terror de calidad estaría de acuerdo conmigo en decir que la historia de Actividad Paranormal, ¡no da para más! Una trama muy pobre cuyo único logro fue conectar estos nuevos eventos paranormales con la protagonista de la 1ra entrega, algo que remite a tiempos cinematográficos mejores... no mucho más... Prácticamente no sucede nada de nada hasta el minuto 60 de la película, aburriendo al espectador y haciéndolo caer en la cuenta de que volvió a tirar dinero a la basura. Literalmente hay momentos de captación en cámara por parte de los videoaficionados que protagonizan el film, que no muestran nada más que un destello de luz o una sombra borrosa que se mueve sutilmente... Si nos quieren asustar con esas huevadas en el año 2012, no me queda otra cosa que pensar que nos están tomando el pelo. Lo dije anteriormente en la review que hice sobre la cinta "Con el diablo adentro" y lo vuelvo a repetir: ¿Hasta cuándo vamos a consumir esta bobada? Parece mentira, pero cuando uno revisa el top 5 de films con más espectadores en Octubre según el sitio especializado Ultracine, "Actividad Paranormal 4" se ubica 1ra cómoda, dejando mucho más abajo al tanque "Búsqueda Implacable 2" y a "Sinister", otra historia de terror que supera ampliamente en calidad cinematográfica a esta bazofia que cada vez se aleja más del arte y se va convirtiendo en un producto perecedero que se produce en masa y sistemáticamente (es la 3ra entrega en el 3er año consecutivo) con el único objetivo de recaudar guita hasta que los números den en rojo y recién ahí, dejar de castigarnos con estas pobres producciones. Considero que el cine debería ser más meticuloso y cuidadoso con el arte que aplica a sus historias que una empresa de producción masiva o en serie... ¿Estamos llegando a la era de la producción en masa de films? ¿Secuelas interminables de estreno anual que sobreviven mientras los dividendos estén en verde? Espero por el bien de todos, que NO. Los protagonistas de "Actividad Paranormal 4" son insulsos, sobre todo el personaje principal, una adolescente estándar que nota algo raro en su vecinito, Robbie, o mejor dicho Hunter. Hay objetos que se mueven solos, sobresaltos de sonido y personas poseídas... igual que en todas las entregas anteriores con la diferencia de que en ésta, el miedo y la tensión brillan por su ausencia.
En el 2007 Oren Peli se anotó un gol de media cancha con Actividad Paranormal, una de fantasmas y posesiones demoníacas rodada con cámara en mano y protagonista en primera persona a lo Blair Witch Project. No sólo el filme de Peli fue un éxito arrollador en lo comercial sino que sirvió para redescubrir la frescura del lenguaje narrativo aplicado en The Blair Witch Project, el cual pronto probó que podía transplantarse hacia otros géneros con implacable eficacia. Así se sucedieron una avalancha de filmes rodados en primera persona que tuvieron por protagonistas a alienígenas, monstruos gigantescos, zombies, super héroes y manadas de dinosaurios, por sólo mencionar los primeros ejemplos que se me ocurren, los cuales tuvieron rendimientos más que aceptables en la taquilla. Mientras que el estilo "documental" le da efectividad a los shocks, por otro lado desmerece la historia en cuanto a la tridimensionalidad de los personajes y la profundidad de la trama; todo es demasiado inmediato y circunscripto a lo que pasa en el plano que capta la cámara, con lo cual desaparece el resto del mundo, los flashbacks para explayar cosas, o siquiera las escenas protagonizadas por otros personajes que no sean los principales. En cuanto al cine de horror, Actividad Paranormal era tremendamente efectiva. Ok, es estúpido que alguien grabe todo el tiempo cosas espantosas que están ocurriendo cerca de uno o, que es peor, cuando están a punto de devorarlo a uno; pero, por el otro lado, es un enfoque delicioso que ubica al espectador en el mismísimo lugar de los hechos. Es por eso que la gente ha tolerado los problemas argumentales de Actividad Paranormal y sus secuelas, simplemente porque estos filmes tienen mayor cantidad, calidad y efectividad de sustos que el 90% de los tan mentados filmes de terror que se producen hoy en día. Pero, si uno analiza en detalle la saga, verá que la historia de fondo ha avanzado poco y nada; las secuelas han funcionado básicamente como precuelas, intentando dar pistas sobre el origen de la entidad maléfica que ha perseguido (y poseído) a la protagonista del primer filme desde que era niña pero, por otro lado, por cada pregunta respondida se generaban una parva de nuevas inquietudes... que la siguiente secuela / precuela nunca terminaba de satisfacer y que sólo terminaba por acumular en una montaña interminable de interrogantes.
Si tenes ganas de esperar 75 minutos para que tu entrada valga la pena, entonces Actividad Paranormal 4 lo vale. La cuarta entrega se ubica en eventos posteriores a las dos primeras pelis (después de que Katie y Kristi fueran perseguidas por un malévolo espíritu). En esta ocasión la protagonista es una adolescente llamada Alice, cuya familia comienza a experimentar acontecimientos extraños en coincidencia con la llegada de nuevos vecinos, entre los que se encuentra un misterioso niño. Es una franquicia que ha generado más ingresos que gastos en producción. La idea original fue un golazo de la industria, que con poco presupuesto logró el efecto que necesitaba: hacer saltar a la audiencia de sus butacas de cine. En esta nueva entrega, la cuarta de la saga, lo lograrán… casi con los mismos efectos usados y con un final que te deja boquiabierto. No hay mucho para decir, ya que es muy conocido lo que ocurrirá. Golpes de sonido, objetos que se mueven, personas que levitan, aparatos que se encienden solos. Todo grabado por cámaras de celulares, o notebooks que están instaladas por la casa. Nada nuevo, nada sorprendente, buenos sustos y un desenlace que termina de pagar la entrada. Un dato para los ansiosos que se levantan de las butacas ni bien comienzan los créditos, se perderán un gancho final que indica que la empresa quiere seguir facturando. ¿Actividad Paranormal 5?