De helado a tibio a caliente Películas como Más Allá de la Montaña (The Mountain Between Us, 2017) hacen que recuperemos -en parte- la confianza en los dramas románticos a la vieja usanza, esos que tenían por fetiche el situar a la pareja en un contexto más o menos problemático para que los “agentes externos” pinchen y pinchen a los involucrados con vistas a que el sufrimiento aparezca en algún momento (este esquema por supuesto se da una vez que el mismo carácter del dúo dejó de ser un inconveniente porque la química sexual ya prevalece). Lejos de ser una maravilla, la obra posee el encanto de las historias bien narradas que tienen en claro lo que quieren desde el primer minuto y en función de ello construyen un desarrollo para conseguirlo de la mejor manera posible, a pesar de esa catarata de estereotipos que casi siempre dice presente y que aquí pasa a segundo plano gracias al realismo sutil de fondo. El catalizador de la trama es la cancelación de un vuelo debido a una tormenta y el encuentro en el aeropuerto de turno de dos extraños, el neurocirujano Ben Bass (Idris Elba) y la fotoperiodista Alex Martin (Kate Winslet). Como ambos necesitan desesperadamente llegar a destino, el primero para la operación de un niño y la segunda para nada menos que su boda, deciden alquilar un pequeño aeroplano, pilotado por el veterano Walter (Beau Bridges), con el objetivo de llegar a otro aeropuerto y desde allí cada uno seguir su camino. Pronto los planes se van al demonio cuando Walter tiene un infarto en pleno vuelo y se estrellan en una zona montañosa muy elevada y cubierta de nieve. Con poca comida, Alex malherida en una pierna y la única compañía del perro de Walter, la dupla de desconocidos tendrá que ponerse de acuerdo en torno a qué hacer a partir de este atribulado momento. Aquí lo que domina es la dialéctica del corazón camuflada bajo los engranajes de los relatos de supervivencia, no obstante por suerte el guión de Chris Weitz y J. Mills Goodloe -a partir de una novela de Charles Martin- no cae en cursilerías ni situaciones forzadas ni chistecitos bobos que pretenden relajar la tensión desde ese infantilismo de cotillón al que buena parte de Hollywood suele estar afiliado en la actualidad. Precisamente por ello, la historia apunta a reforzar el choque de idiosincrasias involucradas: Ben por lo general se muestra conservador y prefiere esperar en los restos del avión a ser rescatado, y Alex por su parte está decidida a salir a buscar auxilio ya que no puede resignarse a la pasividad esperanzada del hombre. Por supuesto que termina ganando la mujer a pura insistencia y de esta manera ambos emprenden un periplo hacia lo desconocido en pos de encontrar ayuda. Si bien a primera vista la elección del realizador Hany Abu-Assad, responsable de las muy interesantes El Paraíso Ahora (Paradise Now, 2005) y Omar (2013), puede parecer bastante curiosa cuanto poco, en verdad el palestino se acopla con gran eficacia a las necesidades del film y hasta se podría señalar que aplica ese humanismo sincero y astuto que pudimos descubrir en sus trabajos previos. En lo que atañe a los dos protagonistas, Elba y Winslet, no hay mucho para decir más allá de que vuelven a confirmar su enorme talento vía una química construida con vehemencia y en función de dos personajes que se van acercando a través de la vieja lógica de ir pasando de helado a tibio a caliente (incluso el último acto, el cual se ubica en la tradición del melodrama más clásico, resulta eficaz en sus propios términos). Desde ya que si nos ponemos quisquillosos habría que afirmar que la obra en su conjunto nos ofrece una crónica amorosa que vimos cientos de veces, pero por lo menos lo hace con solvencia, naturalidad y un cuidado en los detalles que resulta notable…
Más Allá de la Montaña: Hace frío y estoy lejos de casa. Idris Elba y Kate Winslet se ponen al frente de este melodrama de corte clásico, donde los protagonistas deberán unir fuerzas para sobrevivir tras un accidente aéreo. El realizador palestino Hany Abu-Assad (Paradise Now, Omar) se pone detrás de cámaras para ofrecernos este largometraje que si bien nos muestra algo que ya vimos cientos de veces, sale adelante gracias al talento de sus protagonistas y a una eficaz narración de la historia. Se nota que el director tuvo en cuenta qué era lo que quería lograr/contar desde el primer momento y eso se transmite en la realización, ya que consigue brindarnos un relato con cierto encanto y atractivo. La película nos cuenta la historia del doctor Ben Payne (Idris Elba) y la fotoperiodista Ashley Knox (Kate Winslet), que se quedan varados en un aeropuerto por la cancelación de un vuelo y deciden compartir un viaje en un avión privado para llegar a sus respectivos destinos. Él necesita realizar una operación y ella tiene que llegar lo antes posible porque está por casarse con su novio. Es en ese momento que contratan los servicios de un piloto local (Beau Bridges), y mientras el aviador sufre un infarto, el aeroplano pierde el rumbo y terminan estrellándose en lo alto de una montaña. Ben y Ashley, dos desconocidos en una situación adversa, deberán confiar el uno en el otro para sobrevivir las hostilidades climáticas, naturales y salvajes que rodean a las montañas de Colorado. Como bien dije al principio, la película está lejos de ser una obra maestra. Tiene algunas dificultades en el comienzo, por ejemplo al establecer un encuentro fortuito entre los personajes de forma rápida, desprolija y un poco inverosímil, pero se va acomodando con el correr de los minutos. Lo interesante radica en la química que establecen los dos intérpretes de origen inglés que demuestran una vez más su talento. Por otro lado, la historia a pesar de ser conocida, por momentos anticipable y con algunas secuencias sorprendentes e improbables, logra ser narrada con habilidad y oficio, haciendo que el transcurso del relato se desarrolle consiguiendo el interés del espectador por los personajes correctamente construidos. Lo cierto es que el guion escrito por Chris Weitz (Rogue One) y J. Mills Goodloe (The Age of Adaline) basado en una novela de Charles Martin, evita caer en situaciones ridículas o cursis. Es probable que uno sepa cómo va a terminar la historia desde el momento en que ve el póster del film. Lo interesante es ver cómo nos lleva el realizador a ese punto final un poco predecible. En los apartados técnicos lo único que se destaca por sobre la media es la fotografía a cargo de Mandy Walker (Hidden Figures, Australia) que hace un buen trabajo al retratar de manera emotiva y naturalista el paraje gélido e inhóspito que enfrentan los personajes. Además, demuestra una gran destreza en la forma en que fue contada desde la cámara la secuencia del accidente aéreo. Nos encontramos con una historia de amor y de supervivencia bastante convencional, que presenta a dos excelentes actores que consiguen una buena química entre ellos. Con cierto encanto mediante una buena narración, La Montaña entre Nosotros servirá para pasar un buen momento. Si nos ponemos exigentes, podríamos afirmar que la historia la vimos en infinidad de oportunidades, pero nuevamente, el punto fuerte de la cinta radica en su naturalidad, su sinceridad, el cuidado de los detalles, su sencillez y falta de pretensión.
“Más allá de la montaña” (“The mountain between us”) es una película dirigida por Hany Abu-Assad (“Paradise Now”, “Omar”, “The Courier”) y escrita por Chris Weitz y J. Mills Goodloe, la cual está basada en la novela del mismo nombre publicada en el año 2011 por el escritor estadounidense Charles Martin. El film se estrenará en los cines argentinos este jueves 19 de octubre y cuenta con las participaciones de Kate Winslet (Alex Martin), Idris Elba (Ben Bass), Dermot Mulroney (Mark) y Beau Bridges (Walter). La trama se centra principalmente en sus dos personajes principales, Alex (una fotoperiodista) y Ben (un cirujano), quienes, luego de perder sus vuelos debido a una fuerte tormenta, deciden tomar juntos (a pesar de no conocerse en lo absoluto) una avioneta para llegar a toda costa a sus destinos correspondientes. Y es aquí donde los problemas para ambos comienzan, ya que luego de sufrir un trágico accidente permanecen varados en la inmensidad de una montaña cubierta de nieve en Colorado. A pesar de que ambos sobreviven al accidente, Alex queda gravemente herida por lo que Ben decide cuidarla. A medida que Alex recupera fuerzas gracias a la ayuda de Ben, ambos deberán confiar el uno con el otro para poder sobrevivir y encontrar ayuda. Ahora bien, tenemos varios puntos a desarrollar, tanto positivos como negativos, en lo que respecta a esta película. Comenzando con los positivos, lo más sorprendente a destacar a nivel estético son los hermosos paisajes naturales que podemos ver a lo largo del film, esto le otorga más intensidad a la historia y la hace más real en lo relacionado a las escenas de riesgo y vértigo. Otro punto a favor es la banda sonora, la cual está compuesta por el famoso compositor y productor Ramin Djawadi (“Game of Thrones”, “Prison Break”, “Iron Man”, “Dracula Untold”) que como siempre hace muy bien su trabajo y nos brinda una banda sonora realmente alucinante y acorde a la película. Por otro lado, hay ciertos puntos que poseen una connotación un tanto negativa. Uno de ellos es la relación entre los personajes principales. Al comienzo de la película podemos ver que ambos poseen una buena química, pero a lo largo de la cinta esa relación comienza a tornarse forzada y poco creíble, donde los diálogos son poco convincentes y se vuelven un tanto densos. Entonces debido a esto, la química entre ambos se percibe más como compañeros de supervivencia que como amantes, situación que resulta también sumamente predecible desde el comienzo del film. En cuanto al guion y el final de la película, también podemos decir que casi desde el comienzo podemos llegar a darnos una idea de cómo se van a desarrollar los hechos, donde no hay efecto sorpresa o giros inesperados que remonten esta historia del posible fracaso. En conclusión, “Más allá de la montaña” es una película que en su comienzo presenta mucho dinamismo pero que, lamentablemente, no cumple del todo con las expectativas que nos muestra el trailer, donde ni la historia ni los personajes son del todo convincentes, por lo que podemos decir que es una buena obra para ver más que nada en nuestras casas.
La tragedia del amor. Un grave accidente de aviación es lo que enmarca esta historia de amor. Dos extraños en el aeropuerto y su vuelo que no sale, ella que decide alquilar una avioneta para poder llegar a tiempo a su boda y que decide invitarlo a él (para compartir gastos) que lo escucha tener prisa por regresar para atender a sus pacientes. Muy bien filmada y con una preciosa fotografía se torna una película que en algún momento nos parece haber visto. La referencia que se me ocurre rápidamente, inclusive por los paisajes nevados seria “Viven”, esa historia real ocurrida con un equipo de rugby y su avión que cae en la cordillera. Está muy bien contada y no se me hizo larga, pero no escapa de algunos lugares comunes. El trabajo de ambos protagonistas (Kate Winslet y Idris Elba) es maravilloso, recomendada para aquellos que aman y persiguen el bien/el amor por el prójimo.
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El director palestino de El paraíso ahora, Omar y El ídolo debutó en Hollywood con esta película de supervivencia y romance basada en el best sellar de Charles Martin. El resultado es una narración prolija y atrapante al servicio de dos estrellas como Elba y Winslet, pero que extraña la audacia y la provocación de sus trabajos previos. ¿Qué pasaría si tomáramos la anécdota de ¡Viven! (Alive, 1993) y, en lugar de en clave de aventura de supervivencia, la contáramos abrazando todos y cada uno de los lugares comunes de esos dramones sobre romances intensos y absolutos imposibilitados por su contexto? Posiblemente obtendríamos algo muy parecido a Más allá de la montaña. Quienes se acerquen a las salas esperando encontrar alguna huella del cine del palestino Hany Abu-Assad (Paradise Now, Omar) se llevarán una decepción. Más allá de la montaña es un producto impersonal, hecho en modo automático y sin riesgo, pero que sabe muy bien qué quiere contar y cuál es la mejor forma de hacerlo. Todo empieza con un encuentro en el aeropuerto entre el neurocirujano Ben Bass (Idris Elba) y la fotógrafa Alex Martin (Kate Winslet) después de un vuelo cancelado por mal clima. Ambos necesitan llegar a destino cuanto antes (él tiene que operar; ella ni más ni menos que casarse) y deciden alquilar una avioneta que, claro, se cae en medio de una zona montañosa cubierta de nieve. El piloto muerto y Alex herida e inconsciente es el panorama que ve Ben cuando despierta, lo que lo lleva a hacerse cargo de la situación. En medio de esa vertiente de supervivencia, entre salvatajes, cuidados y charlas, Ben empieza a enamorarse perdidamente de Alex. Y ella también, más allá del casorio inminente. La tragedia aérea será una anécdota menor cuando Más allá de la montaña devele el carácter de ejercicio romántico sencillo y demodé que anida en su núcleo. La lucha contra viento y marea (o nieve) de la parejita enamorada en medio de un contexto adverso es una fórmula tan vieja como el cine mismo que, sin embargo, Abu-Assad narra con la convicción de quien parece haberla descubierto mientras la recorría. Entre excesos, diálogos grandilocuentes, innumerables tomas panorámicas aéreas y un sentido de la metáfora cuanto menos evidente (ver el uso del fuego), Más allá de la montaña es la crónica de una lucha contra el destino. Lucha que ya hemos visto y sabemos cómo va a terminar, pero que siempre puede volver a verse.
Romance en las alturas "El corazón es sólo un músculo", dice Ben (Idris Elba) al explicarle a Alex (Kate Winslet) por qué decidió ser neurocirujano y dedicarse al cerebro, el órgano del cuerpo humano que él considera más importante. Todo lo que le sucederá después de esta declaración vendrá a demostrar que esa observación puede ser una verdad médica, pero no una metáfora. Tal vez también sea una clave para ver Más allá de la montaña. Acá es el cerebro del espectador, en todo caso, el que debe buscar cierta lógica en el relato, aunque ese ejercicio intelectual no terminará de ahorrarle los clichés y las escenas un poco melosas del film dirigido por Hany Abu-Assad, que no terminará de satisfacer su deseo. Es probable, en cambio, que el corazón aumente sus latidos mientras crece el romance entre dos personas desconocidas y tan distintas, que se ven obligadas a luchar juntas para sobrevivir tras sufrir un accidente en un avión y quedar varadas en medio de montañas muy alejadas de la civilización. Si esto sucede es casi exclusivamente gracias a los dos protagonistas, carismáticos y talentosos. La actriz británica tiene la capacidad de transmitir los sentimientos de su personaje con un despliegue mesurado de recursos. Elba no se queda atrás, y no sólo funciona como un galán perfecto, sino que hace creíble el camino que debe recorrer su personaje hasta que descubre las razones por las que el corazón es mucho más que un músculo.
Desventuras de un romance Una pareja se enamora tras quedarse varada porque su taxi aéreo sufre un accidente a raíz de una fuerte tormenta. El comienzo de Más allá de la montaña es engañoso y hace pensar que el cineasta palestino Hany Abu-Assad, que compitió por el Óscar a Mejor Película Extranjera con El paraíso ahora y Omar , desembarcó en Hollywood con una película de cine catástrofe. Dos extraños no aceptan la cancelación de un vuelo por cuestiones climáticas y decidieron alquilar juntos una pequeña avioneta y despegar antes de que cierre el aeropuerto. Ella es Alex (Kate Winslet), una emocional fotógrafa periodística que necesita llegar sí o sí a Nueva York para casarse. Él es Ben (Idris Elba), un demasiado neurocirujano británico que viaja para operar de urgencia a un niño. Pero la tormenta tiene otros planes, y en medio de una secuencia inolvidable, el taxi aéreo deja a los protagonistas heridos y abandonados a su suerte en medio de la montaña, acompañados por un carismático labrador que tranquilamente podría llevarse un premio de la Academia. El perrito sin nombre es lo único que parece unir las personalidades opuestas de Ben y Alex, aunque la tensión entre ellos queda en segundo plano mientras intentan sobrevivir. A esta altura es difícil creer que Abu-Assad haya transformado esta premisa en un drama romántico. El instinto de supervivencia se vuelve una metáfora más del romance cuando los protagonistas aprendan la diferencia entre vivir la vida y tratar de sobrevivir. Más allá de la montaña parece dividida en dos partes que se amoldan a las personalidades de Ben y Alex. La primera mitad sigue el razonamiento del cauteloso neurocirujano y encuentra a los protagonistas esperando ayuda. A medida que van perdiendo la fe en una misión de rescate, la intempestiva lógica de la fotógrafa se apodera del relato y los protagonistas salen a desafiar la tormenta en busca de la civilización. El cineasta estiliza al extremo el largo camino de Ben y Alex y eso produce secuencias impactantes mientras los protagonistas luchan por su vida, pero también se aplica a momentos ridículos, como cuando el fuego se vuelve símbolo de pasión. La química es impecable entre Idris Elba y Kate Winslet, una especialista en romances imposibles, y ellos son los responsables de redimensionar una timorata escena de sexo. La pacatería de Abu-Assad al filmar ese momento sorprende por la naturalidad con la que retrata a una pareja interracial, toda una rareza en Hollywood, sobre todo para una película que celebra la acción y la voluntad de lucha.
Lo primero que uno se pregunta al ver esta película es dónde está Hany Abu-Assad, un realizador que supo hacer maravillas como “Paradise Now” y “Omar” y que se desdibuja en esta obvia y almibarada historia de amor y supervivencia entre dos seres opuestos en medio de una catástrofe. Si bien el tono del inicio acompaña a Kate Winslet e Idris Elba en sus flirteos, no hay química entre ambos, y las circunstancias que les tocan vivir tampoco son condición necesaria para luego empatizar con la supuestamente “entrañable” historia de amor que entre ellos surge. Gran despliegue de producción, efectos visuales y sonoros para recaer en el final en planos comprometidos de dudosa elección. Olvidable.
Dos extraños en la nieve Cuando el cine une a dos súper estrellas de la industria, los productores suelen frotarse las manos mientras se imaginan la cantidad de billetes que van a contar al momento de estrenar la película. Porque suponen que, independientemente de la historia que les toque protagonizar, su mera presencia conjunta ya es garantía de éxito comercial. En el caso de Más Allá de la Montaña (The Mountain Between Us, 2017), el israelí Hany Abu-Assad tiene el mérito de unir a Kate Winsley e Idris Elba en pantalla, pero no logra aprovecharlos al 100% dentro de una historia despareja. Los caminos de Alex y Ben (Winslet y Elba) se cruzan fortuitamente en un aeropuerto del cual no pueden salir porque su vuelo se canceló, y ambos comparten un pequeño avión piloteado por el veterano Walter (Beau Bridges) para poder llegar a destino en tiempo y forma. Cuando Walter sufre un paro cardíaco en pleno vuelo y el pequeño avión se estrella, Alex y Ben se encuentran a merced de los elementos, varados en medio de las montañas. Lo que comienza siendo una historia en clave Viven (Alive, 1993) pero en versión “vuelo charter”, nos invita a transitar el derrotero de la pareja unida accidentalmente y su lucha por sobrevivir con todo en contra. No obstante, conforme llegamos a la mitad del segundo acto, la cuestión da un giro curioso que despega el relato del drama de supervivencia y lo acerca a una experiencia con aires de telefilm, digno del desaparecido Hallamark Channel. Movida bastante extraña, ya que el costado sentimental del film se percibe descolocado, incapaz de encontrar el tono correcto. La fotografía de Mandy Walker retrata con belleza el entorno natural que contiene a los protagonistas, pero la química entre ellos no termina de cuajar por completo, a pesar de entregar interpretaciones de buen nivel. El guión de Chriz Weitz busca crear intriga en torno al background de los personajes, aunque muchas veces cae en un despliegue de información redundante, tal vez por miedo a no perder la atención del espectador; da la sensación de desperdiciar el talento de sus estrellas. Algo raro debía haber con este guión: tanto Margot Robbie y Michael Fassbender como Charlie Hunnam y Rosamund Pike se bajaron del proyecto antes de que llegaran Winslet y Elba. Con una historia que no aporta un ángulo novedoso respecto del subgénero survival y cae en el lugar común y novelesco cuando explota su costado sentimental, Más Allá de la Montaña termina siendo una idea que promete desde sus estrellas más de lo que su propia narrativa puede cautivar y sostener.
Más allá de la montaña es una película Hallmark de lujo. Si alguna vez vieron una propuesta romántica de esa compañía habrán notado que todas las historias tienen características muy similares. Por lo general son producciones románticas de bajo presupuesto, protagonizadas por actores desconocidos, que abordan historias de amor sin demasiada profundidad en las temáticas que trabajan. Si bien eso no las convierte necesariamente en películas malas, son propuestas livianas para matar el tiempo en las que el público sabe que no encontrará ninguna complejidad. En este estreno encontramos una típica historia Hallmark con la particularidad que tuvo un mayor presupuesto y a dos artistas de primer nivel en los roles protagónicos. El director palestino Hany Abu-Assad, que hace unos años obtuvo reconocimiento internacional con el film Omar (2013) ofrece una producción de estilo hollywoodense que logra ser entretenida por el trabajo de los protagonistas. La aventura de supervivencia que viven los personajes principales es bastante liviana y nunca se desarrolla en el terreno dramático de Viven. Es decir, el director palestino encara el drama con el mencionado enfoque Hallmark, donde la tragedia es seria, pero nunca llega a ser demasiado perturbadora. Una gran debilidad de esta producción, ya que en sus avances promocionales se vendía un thriller intenso que no vas a encontrar en el cine. No obstante, Kate Winslet entabla una muy buena dupla con Idris Elba y ambos consiguen que la trama sea llevadera. Los dos protagonistas se cargan la película en sus hombros y gracias a sus interpretaciones consiguen opacar las debilidades argumentales. Luego dependerá del grado de cinismo que tenga cada espectador a la hora de digerir algunas situaciones inverosímiles del argumento que resaltan las falencias del film En lo personal disfruté de Más allá de la montaña y como drama romántico me parece una producción amena que entretiene y se deja ver.
Las películas que tratan sobre la supervivencia del ser humano siempre suele estar presente en Hollywood, desde hacía bastante tiempo (que yo recuerde) no veíamos una cinta de este género en las salas de cine, ahora nos llega esta historia de dos desconocidos que lucharan por seguir viviendo mientras recorren las frías montañas que los rodean. Alex Martin (Kate Winslet) es una mujer que se desataca como fotoperiodista para un medio grafico muy conocido, ella decide tomar un avión rumbo a su destino en donde está previsto llevarse a cabo su boda con su comprometido, por su parte Ben Bass (Idris Elba) es un neurocirujano que debe asistir a un paciente de emergencia, por desgracia los planes de estos desconocidos se ven truncados ya que todos los vuelos han sido cancelados debido a una tormenta que se aproxima, ambos toman la decisión de alquilar una avioneta para llegar a tiempo a sus destinos, por desgracia dicha avioneta se estrella en medio de la nada dejando a nuestros protagonistas desolados en ese frio desierto nevado rodeado de montañas. La historia de supervivencia no es novedosa pero teniendo a Kate Winslet y Idris Elba como sus protagonistas logran funcionar de la manera más acertada. La química que hay entre ambos a lo largo de toda la cinta es muy correcta y funciona, Kate Wislet es una actriz que no le teme a las tomas difíciles de llevar a cabo y acá la vemos constantemente recorriendo las frías montañas con un pie malherido e incluso cayendo sobre las heladas aguas, ella es la que se lleva las de ganar en la cinta, por su parte a Idris Elba también logra ganarse al publico pese a que su personaje es el más dañado psicológicamente en la cinta, cosa que para mí fue lo más aburrido de la película. Gran parte de la película fue filmada en las zonas más frías de Canadá, filmar en escenarios naturales no fue nada fácil por lo que se llega a ver, pero es el acierto más grande de todos, las locaciones y los paisajes son un protagonista más en el film. Disfrute mucho de Más Allá de la Montaña, es una película de supervivencia pero también es sobre romance, pero un romance que se va construyendo de buena manera con el pasar de los minutos de la cinta y sin caer en cosas tontas de por medio, su gran desventaja es hacia el final en donde le cuesta concluir la historia haciendo que se exceda en su duración.
Género de montaña, film de supervivencia, The Mountain Between Us es la adaptación del libro del escritor Charles Martin. Kate Winslet e Idris Elba protagonizan este relato en el cual dos desconocidos sufren un accidente que los deja varados en medio de una región montañosa. Mucha nieve, mucho sudor, un perro y, como no podía ser de otra forma, un fogoso e inesperado romance que ayuda a pasar mejor las semanas en las que los personajes se verán a la intemperie del sublime poderío de la madre naturaleza.
Dos extraños atraviesan una cordillera en una avioneta que se accidenta y no hay nadie alrededor que pueda ayudarlos, lo que implica emprender un viaje complicado y peligroso. Esto termina como una historia romántica, un melodrama con la Naturaleza jugando en contra de los personajes. Eso no está mal: en el fondo, es de esa clase de películas entretenidas que Hollywood hacía por toneladas sin esfuerzo. Pero aquí el realizador holando-palestino Abu Asad tiene la tendencia a usar el cuento de aventuras y romance para decir “cosas”. Kate Winslet e Idris Elba son dos profesionales extraordinarios que saben saltar esa valla para poner el acento del cuerpo y la mirada en lo que es importante. Si la película funciona y emociona por momentos se debe al trabajo de estos dos tipos, un verdero equipo.
Más allá de la montaña, de Hany Abu-Assad Por Jorge Barnárdez Un cirujano trata de viajar en los días de navidad, pero el aeropuerto está colapsado por la fecha y por el mal tiempo. A unos pocos metros una mujer intenta volar en una ruta parecida a la del médico y tampoco consigue pasaje. Ahí mismo la mujer lo convence al cirujano para compartir una avioneta privada y llegar a destino. Ahí mismo y como salido de una película de Indiana Jones, consiguen una nave con una aviador veterano que los llevara a través del Norte de América a sus respectivos destinos con su avioneta y un perro labrador. El médico debe llegar a una cirugía de un niño de diez años, ella debe llegar a su propia boda. Ella es periodista y viene de cubrir una nota sobre neonazis. Él es racional y técnico, ella es audaz y actúa de manera emocional. El viaje se pone agitado, la tormenta parece cambiar de rumbo, el aviador empieza a agitarse, habla con la torre de control, sus diálogos se vuelven inconexos y el médico le dice a su ocasional compañera de viaje que el piloto está teniendo un infarto o algo así. Los acontecimientos y el avión se precipitan en el medio de la cadena montañosa. El médico, la periodista y el perro se disponen a dar la batalla por la supervivencia. Falta aclarar que él es Idris Elba y ella es Kate Winslet. La verdad es que entre los dos y el perro labrador hacen todo lo posible para llevar adelante una película dirigida por el palestino Hany Abu-Assad (El paraíso ahora, Omar y El ídolo) , que cuando se centra en la supervivencia, logra tensión además de mostrar paisaje montañosos de gran belleza pero a la vez bastante riesgoso. Mientras no se conocen demasiado, la película es fluida, a medida que se va logrando el acercamiento entre los dos protagonistas, la tensión se va disolviendo y todo termina de manera bastante blanda y lacrimógena. MÁS ALLÁ DE LA MONTAÑA The Mountain Between Us. Estados Unidos, 2017. Dirección: Hany Abu-Assad. Intérpretes: Idris Elba, Kate Winslet, Dermot Mulroney, Beau Bridges, Waleed Zuaiter, Lucia Walters y Marci T. House. Guión: Chris Weitz y J. Mills Goodloe, sobre una novela de Charles Martin. Fotografía: Mandy Walker. Música: Ramin Djawadi. Distribuidora: Fox. Duración: 112 minutos.
Amarás a un extraño. Más allá de la Montaña es la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Charles Martin (aunque en la traducción al español se la bautizó como Un Segundo Amanecer, el título original de The Mountain between us es el mismo para el libro y la película) protagonizada por Idris Elba y Kate Winslet. La dirección está a cargo del israelí Hany Abu-Assad quien en 2013 nos trajera la muy recomendable Omar. Alex (Winslet) es una reportera gráfica que se encuentra en el aeropuerto de Ohio en la víspera de su vuelo a Nueva York donde contraerá matrimonio con su prometido, Mark (Dermot Mulroney). Ben (Elba), por su parte, se encuentra en el citado aeropuerto esperando por el mismo vuelo que Alex ya que su presencia como neurocirujano es requerida para realizar una compleja operación de cerebro en un niño. Luego de que su vuelo sea cancelado estos desconocidos, por sugerencia de Alex, compartirán los gastos de un viaje particular en avioneta dadas las urgencias que ambos presentan por llegar a su destino lo antes posible. Un episodio cardíaco sufrido por el piloto que contratan provocará el choque de la nave donde este muere, dejando a Ben y Alex con heridas leves pero varados en lo más alto de una cadena montañosa donde no hay más que rocas y nieve en varios kilómetros a la redonda. Como se puede entrever por la sinopsis, Más allá de la Montaña es una historia de preceptos simples que irá encontrando complejidad en la relación que se establece entre sus protagonistas, dos completos extraños que se encuentran en una situación de altísimo riesgo para sus vidas en la que establecer lazos de intimidad personal resulta inevitable. En este sentido, el director Hany Abu-Assad consigue buen equilibrio entre las formas que tiene de presentar esa intimidad ya que intercala correctamente escenas donde los protagonistas pelean, se ríen e investigan un poco el uno del otro para ir estableciendo así el clima de una historia marcada por una tragedia que, a su vez, necesita informar al espectador constantemente acerca del pasado de los personajes para saber qué se puede esperar de su relación y de los pormenores técnicos de su situación luego del accidente con miras a su supervivencia que lejos está de ser algo seguro. A partir de esa sólida primera parte, tan fundamental para lo que sigue, la película irá sufriendo distintos reveses en el devenir de su pareja protagónica que responden a esa premisa de la simpleza fáctica con complejidad interna respecto a la forma que los personajes tiene de procesar lo que les va ocurriendo en un contexto sumamente hostil que permanentemente choca con los sentimientos que van desarrollando el uno por el otro. Ya acercándose al final, la trama experimentará un giro total, muy propio de las novelas adaptadas al cine que, en este caso, no corre la mira del principal interrogante sino que lo resuelve de forma muy sólida. Hay sobrados casos de historias similares a esta que, con la excusa de presentarnos un hecho muy puntual en la trama, buscan eximirse de resolver cuestiones centrales ya planteadas. Si bien en este tipo de historias “lo que pasa” es interesante dada su imprevisibilidad (es esa sensación de que puede pasar cualquier cosa en cualquier momento), llegando al final por más interés que se pueda generar con un nuevo hecho, lo que buscamos como espectadores es saber cómo terminan los protagonistas en todo sentido. Y, afortunadamente, acá esa resolución integral está. Con un trabajo de fotografía espectacular y actuaciones protagónicas que están a la altura, Más allá de la Montaña es una historia muy atractiva, con buena carga de suspenso y de ese sufrimiento lindo del espectador que acompaña a los personajes y un contenido humano que se mete en temas muy complejos con el compromiso necesario dada esa profundidad temática. Muy recomendable.
La verosimilitud cae cuesta abajo. Igual que una conversación en la que se cambia varias veces de idioma sobre la marcha, la experiencia que propone Más allá de la montaña, de Hany Abu–Assad, puede volverse algo confusa. Pero no porque sus vericuetos sean difíciles de seguir, sino porque la película misma parece nunca ponerse de acuerdo en cuál de todos esos lenguajes quiere contar su historia. Aunque al principio todo hace pensar que el idioma elegido será el de la tragedia de aventuras. Ben y Alex no se conocen pero tienen el mismo problema: necesitan llegar a Nueva York justo el día en que todos los vuelos se cancelaron a causa de una tormenta. Ella le propone entonces alquilar juntos una avioneta para sortear el escollo y él acepta. Todo va bien hasta que al sobrevolar las montañas parece que la tormenta finalmente los alcanzará, pero antes de que eso ocurra al piloto le da un infarto y el avión cae sobre una de las cumbres heladas. Primer llamado de atención que hace temer un guión manipulador: aunque la tormenta podría haber sido suficiente para desencadenar la tragedia, matando al piloto los autores se aseguran de que sus criaturas no tengan ninguna posibilidad de salvarse. De ese modo dejan bien claro que están dispuestos a cualquier cosa con tal de dejarlos sin salida. Una vez caído el avión Más allá de la montaña se convierte por un rato en una versión modesta de ¡Víven! (1993, Frank Marshall), en la que Ben y Alex deben sobrevivir mientras esperan ser rescatados. Como eso no ocurre, la película vuelve a mutar, adoptando la forma de El renacido (2015, Alejandro González Iñárritu), con sus protagonistas desafiando al paisaje nevado en busca de su propia salvación. Mientras tanto, la cosa va tomando de a poco el color de una historia de amor con mucho de síndrome de Estocolmo. Como dijo Karl Marx en algún momento, pero refiriéndose a algo bastante más importante, la historia de Más allá de la montaña empieza como tragedia y termina como farsa. Porque una vez pasados los dos tercios del segundo acto y ya a punto de desembocar en el desenlace, la película parece no poder ponerse un límite a sí misma y las situaciones por las que los pobres Ben y Alex son obligados a pasar se vuelven involuntariamente risibles. En su afán por crear emoción, Abu–Assad no consigue darse cuenta de que la mano se le va yendo y solo le falta hacer que a los protagonistas les caiga un piano en la cabeza. Porque algunas de las cosas que les ocurren no están muy lejos de este tipo de fatalidades, tan comunes en los episodios del Coyote y el Correcaminos u otros dibujos animados. Si hasta promediar su extensión el relato consigue que el verosímil se mantenga a flote, en el último tramo la cosa se va volviendo barranca abajo (o cuesta arriba). Entonces el final feliz, que en otras circunstancias podría haber sido bienvenido, se convierte en una decepción que pone en evidencia lo prosaico y forzado de mucho de lo que inicialmente había sido dado por bueno.
Recordando títulos como Viven!, el director palestino Hany Abu-Assad -Omar- salta a Hollywood y cuenta una historia de dos personajes que no se conocen y unen fuerzas para sobrevivir ante situaciones inesperadas y extremas. Ese es el punto de partida de La montaña entre nosotros, un relato que va virando de tono en su tramo final. El neurocirujano Ben Bass -Idris Elba- y la fotógrafa Alex Martin -Kate Winslet- se ven empujados a alquilar un vuelo privado para llegar a sus respectivos destinos cuando los vuelos comerciales son suspendidos por una fuerte tormenta. Ben tiene que realizar una operación de alto riesgo a un niño y ella debe estar a tiempo para su casamiento. Son dos extraños que suben a una vieja avioneta -piloteada por Beau Bridges y en companía de su perro- que, tras sufrir un accidente en las montañas de Colorado, quedan varado en la inmensidad del lugar. El film concentra catástrofe, tensión y peligro en su comienzo para iniciar luego un largo peregrinaje de los protagonistas, en compañía del can, cuando se dan cuenta que el alimento se acaba y la ayuda no llega. El relato está sostenido por la química establecida entre la dupla protagónica: el Ben encarnado por Elba arrastra un drama del pasado que no termina de hablar con su compañera de aventuras y se muestra distante pero pragmático a la hora de resolver situaciones inesperadas; mientras que Alex intenta saber más sobre el pasado de su compañero en un presente incierto en el que ambos contemplan la idea de la muerte cercana. Si bien no guarda sorpresas, la película impone la grandilocuencia del escenario natural congelado, un personaje clave dentro de la trama y, que en el título original, es lo que se interpone entre ambos. El hecho de necesitarse uno al otro para sobrevivir los va acercando cada vez más en un improbable romance, no sin tener que pagar luego consecuencias en sus vidas y alterar a aquellos que los rodean. Kate Winslet siempre convence en su rol y le brinda debilidad y fortaleza a su personaje. Entre heridas, ataques de animales y un cabaña que se convierte en un cálido refugio, Más allá de la montaña entrega lo que promete aunque posiblemente el espectador espere un poco más.
Alex y Ben quedan varados en un aeropuerto por culpa de una tremenda tormenta que se acerca a la zona donde se encuentran. Ambos tienen que viajar de forma urgente por diferentes razones: ella porque se casa, él porque tiene que realizar una cirugía de forma urgente. Al ver que no pueden salir del lugar, ambos deciden alquilar y compartir una avioneta privada que los acercará a sus diferentes destinos; pero un accidente en pleno vuelo los deja varados en el medio de una zona montañosa, aislados y casi sin recursos. Ahora deberán apoyarse mutuamente y usar su ingenio para lograr salir de ahí con vida. Más allá de la montaña (The Mountain Between Us, 2017) podría entenderse, o ser vendida, como una película de supervivencia donde los protagonistas quedan varados en un lugar hostil, perdidos en el medio de la nada y deben valerse de sí mismos para poder salir con vida. Y si bien en la película pasa esto, también tenemos bastante más por debajo de la trama principal. A lo largo de las casi dos horas que dura Más allá de la montaña, veremos cómo ambos personajes van exponiendo sus miedos y traumas. Por un lado tenemos a una periodista que toda la vida se arriesgó y ahora está a punto de dar un paso importante en su vida al establecerse y pasar el resto de su vida con alguien más. Por otro lado a un médico (no es gratuito el por qué de las profesiones de ambos) que siempre quiso tener control sobre todo, y que no puede soltar nada y seguir adelante. Es una lástima que tanto las tramas de supervivencia y superación personal no terminan juntas; dándonos un epílogo larguísimo, demasiado hablado y que no aporta demasiado a la historia; haciendo que el film se estire y que al final, las casi dos horas de metraje se terminen sintiendo y jugándole en contra al producto final. En cuanto a las actuaciones, podemos decir que por fin lo vemos a Idris Elba en una buena película. No sólo porque Más allá de la montaña es buena en sí, sino que también el actor británico carga con la mayor parte del peso dramático del film, y se lo siente muy cómodo y natural. Kate Winslet cede un poco de terreno en pos de Elba; aunque no por eso la veremos interpretar a una damisela en peligro que necesita ser salvada siempre. Ambos forman una buena dupla en pantalla y no molestaría volver a verlos juntos. Más allá de la montaña es una sólida película que usa la excusa de situar a los protagonistas en una situación de peligro extrema, para indagar en sus personalidades y cómo dos personas casi opuestas pueden salir adelante trabajando en equipo y complementarse. Aprovechando que esta semana no hay grandes tanques hollywoodenses en cartelera, estamos ante una de las propuestas más interesantes que hay a la hora de ir al cine.
Les pasa por apurados. Dos extraños con mucha urgencia por llegar a destino se niegan a resignarse ante un vuelo cancelado por tormenta y contratan un pequeño avión privado que los acerque hasta el aeropuerto, donde deben hacer combinación con otro vuelo de línea, confiados de poder esquivar el mal clima sobre las montañas. A pesar de las garantías del piloto, el viaje termina antes de tiempo con la aeronave estrellada sobre las montañas, dejando incomunicados a Ben Bass (Idris Elba) y Alex Martin (Kate Winslet), herida en una pierna dificultando su movilidad. La pareja queda obligada a confiar el uno en el otro si pretenden sobrevivir en una remota montaña cubierta de nieve, especialmente cuando tras varios días comienzan a sospechar que la ayuda no va a llegar, por lo que emprenden el largo descenso por tierras desconocidas y deshabitadas. Secretos en la montaña: El público desprevenido puede interpretar por los avances que Mas Allá de la Montaña es un thriller de supervivencia en la alta montaña: recién a mitad de metraje deducirán que los peligros a los que se exponen no parecen destinados a poner a prueba su destreza trampeando a la muerte, sino que cada problema apunta a fortalecer un lazo romántico entre ambos, cargado de factores previsibles pero que de todas formas terminan sintiéndose caprichoso. Evidentemente para que esos dos terminaran juntos hacia falta dejarlos un mes aislados del resto del mundo. Los dos intérpretes se cargan al hombro todo el peso de la historia y prácticamente la otra única interacción es con un perro que misteriosamente también sobrevivió ileso a la caída. La trama y sus diálogos son lo suficientemente acartonados como para que el can transmita más carisma que sus compañeros humanos cada vez que entra a la historia para ayudarlos. Por el contrario, aunque la seguridad de los dos protagonistas es amenazada con frecuencia, nunca se sienten realmente en peligro ni preocupa demasiado lo que les pueda pasar, hasta que sin mucho prólogo se desata la trama romántica para ocupar el centro de la película. Mas Allá de la Montaña intenta darle un giro diferente a la clásica historia de dos personas desparejas que se conocen en el momento inoportuno y se enamoran, pero se pierde en el camino y no logra construir progresivamente el vínculo como para que no parezca metido a la fuerza, como excusa para desnudar a dos personajes que un instante antes parecían estar al borde de la hipotermia. Desde el aspecto visual, salvo algún que otro montaje empalagoso rejuntando imágenes que ya vimos para convencernos de que se habían ido enamorando de a poco, la película es más que correcta y hace buen uso del impactante entorno natural donde se ubica, logrando transmitir la idea de un paisaje tan aislado que es a la vez deslumbrante y peligroso para cualquiera que se pierda en él.. Conclusión: El género romántico no se caracteriza por grandes innovaciones narrativas; Mas Allá de la Montaña intenta darle un poco de aire fresco pero no deja de repetir muchos de los clásicos lugares comunes.
Desde el vamos la película tiene a dos actores carismáticos, buenos profesionales, que durante la filmación se arriesgaron bastante y obviaron dobles en escenas engorrosas. Kate Winslet e Idris Elba son una pareja despareja muy atractiva. Ella una fotoperiodista que necesita llegar a su boda, el un neurocirujano que debe operar a un niño de diez años. Los dos varados por una tormenta de nieve que provoca la suspensión de todos los vuelos. Ella decide alquilar un pequeño avión, lo invita a él a compartir la solución que en realidad los encamina a una tragedia filmada como los dioses como para prometer un film que sacude al espectador. Pero no. A partir del desastre el film hurga sin demasiada profundidad en estos seres sobrevivientes, el entero, ella herida, perro que se roba escenas. Sobrevivir es difícil, los obstáculos terribles a veces se multiplican demasiado y desembocan en una cabaña donde las escenas sexuales son inevitables, bellas, frente a un fuego encendido son bellas y convencionales. Pero a partir de allí la cosa no viene mejor. Y hacia el final todas las promesas se derrumban con la necesidad de cerrar a lo Hollywood lo que el director palestino no puede esquivar, a pesar de sus buenos antecedentes (“Paradise now” y “Omar”). La película entretiene. Kate Winslet es una de esas actrices talentosas, intensas que le da verdad a cada trabajo que hace. Idris Elba tiene una carga de humanidad que se rebela con gestos mínimos e intensos. Por ellos, por los paisajes nevados bellísimos se salva un film que pudo tenerlo todo pero que se interna en un final que no convence.
"Más allá de la montaña", de Hany Abu-Assad, apela a más lugares comunes del romanticismo que de la supervivencia para contar la historia de dos personas que se ven obligados a convivir para sobrevivir en la nieve. Alex (Kate Winslet) es una reportera fotógrafa que tiene que tomar un avión a Baltimore porque allí, su prometido Mark (Dermot Mulroney) la espera para casarse. Ben, también debe viajar a Baltimore para integrarse a un equipo de cirujanos. En el aeropuerto hay mucha demora y les ofrecen reprogramar sus vuelos con otras fechas. Por supuesto que no, ambos encuentran una solución, alquilan a medias un avión privado que los llevará a destino. Nada puede salir mal, o sí. El piloto Walter (Beau Bridges) los carga a ellos, carga a su perro de tipo labrador que le hace compañía, y emprende viaje. Pero en el medio del camino, justo cuando están atravesando unas nevadas montañas, Walter sufre un para cardiaco, y el avión se estrella. Alex, Ben y el perro (que no saben su nombre) sobreviven ¿pero por cuánto tiempo en ese paisaje tan alejado de todo? Desde "Viven" y "Naúfrago", pasando por "Voraz", las películas de supervivencia son un subgénero en sí mismo. Pero "Más allá de la montaña", basada en la novela de Charles Martin, le suma un ingrediente fundamental, el romance. Alex sobrevive pero está muy herida, o por lo menos más herida que Ben, así que será él quien deba buscar los refugios y protegerla de que nada le/s suceda. En el medio, estas dos personas desconocidas cruzadas por el destino, crearán un vínculo que se irá fortaleciendo en base a la necesidad y la soledad, pero que puede girar en algo mucho más fuerte. Hany Abu-Assad se hizo conocido cuando su film "Paradise Now" fue nominado a los Premios Oscar a la Mejor Película Extranjera y se convirtió en un éxito mundial. Sin embargo, ya desde aquel film se intuía algo, lo suyo es un cine cosmopolita, y hasta algo (bastante) complaciente. Siguientes films como Omar o El ídolo lo fueron comprobando; y en este, segundo film en EE.UU. luego del más desconocido "The Coulier", corrobora sus aptitudes para pasar desapercibido detrás de cámara. No es que haga una mal labor, es casi un piloto automático, de esos que hubiesen salvado ocasionalmente a Alex, Ben, y el perro del accidente. Más allá de la montaña es un film convencional, no aburre (o es poco lo que aburre), no tiene grandes fallas, y hasta tiene cierta belleza visual en sus escenarios gélidos imposibles de filmar mal. Pero no posee nada que lo saque de una media. La historia repasa todos y cada uno de los clichés y lugares comunes. La supervivencia es medida, olvídense de escenas fuertes, de sadismo, o de grandes momentos de tensión. Todo pasa más por la veta dramática. Desde la primera vez que se miran, uno puede adivinar sin errarle en nada, todo lo que va a suceder con Alex y Ben, solo queda relajarse y sentir el placer de nuestras predicciones hechas realidad. Todas las situaciones son presentadas de un modo adecuado para que el romance entre los dos nazca. Ni siquiera se permite el humor, como en Insólito destino, no explota nunca una veta de opuestos, nunca se llevan mal, siempre ser cordiales el uno con el otro. Hasta el conflicto que hace que ellos dos no se declaren el amor de una (algo en el pasado de uno, y algo en el futuro de otro) es resuelto sin más, como una cascarita que queda cuando la piel ya cicatrizó y solo hace falta rascar un poquito para que saga y deje de molestar sin sangrar ni dejar una mínima marca. Kate Winslet rema todo, otra vez vuelve a demostrar que le pone toda la garra a cualquier papel que se le cruce, tiene talento de sobra, y si Alex no es un personaje plano, es por cada gesto, pose y mirada de ella, una de las grandes actrices de su generación. Idris Elba se muestra tan frío como de costumbre, como si hiciese más tiempo que vive allí entre las montañas tapadas de nieve. Su labor es correcta. Eso sí, la química entre ellos no siempre fluye bien, por momentos pareciera que cada uno actúa por su lado. El perro (que en realidad lo interpretan dos perros) es el detalle simpático y donde depositaremos la mirada cuando la parejita ya nos haya cansado. "Más allá de la montaña" es un propuesta prolija, entretenida, y que entrega lo que ofrece, un romance ente dos seres que ya eran solitarios antes de extraviarse en la montañas. La supervivencia queda algo en segundo plano, pero le da el colorido necesario para que no sea todo tan monótono.
La película se encuentra basada en la novela del mismo nombre del escritor Charles Martin dirigida por el holandés-palestino Hany Abu-Assad (“Paradise Now”, “Omar”). Si miras con atención el tráiler rápidamente descubrís la trama. Todo gira en torno a dos extraños que se conocen circunstancialmente en el aeropuerto, los vuelos son cancelados debido a una tormenta, estos pasajeros son: un neurocirujano Ben Bass (Idris Elba) y la fotógrafa periodista Alex Martin (Kate Winslet), cada uno debe llegar a destino por distintas razones. Ella le propone a este desconocido contratar un piloto para llegar a destino, esta avioneta es conducida por Walter (Beau Bridges), pero este sufre un infarto en pleno vuelo y se estrellan en una zona montañosa cubierta de nieve y a varios metros de altura. Ellos quedan mal heridos y se encuentran en medio de la nada, con poca comida, sin celulares, bajo un pintoresco paisaje que en esta oportunidad para ellos resulta inhóspito dado que allí hace mucho frío aunque sea enero y están desprovistos de todo. Si bien resulta previsible vemos estos dos personajes que solo se tienen el uno al otro y luchan para sobrevivir, bajo personalidades e ideas muy diferentes entre sí y una vez más se muestra en el cine la capacidad que tiene el ser humano de sobreponerse a situaciones extremas. Se encuentra muy bien filmada, con un importante plano secuencia para mostrar el accidente, cada detalle, técnicamente asombrosa, tiene realismo y rodada bajo escenarios naturales prodigiosos se puede apreciar como el ser humano se ve chico ante un paisaje imponente. La historia se sostiene gracias a los protagonistas que tienen química, transmiten lo que están viviendo ante las miradas, los gestos, los silencios y lo corporal. Resulta un buen pasatiempo y posee algunos mensajes
Kate Winslet, una especialista en supervivencias Hany Abud Assad, director palestino de la excelente "El ídolo", llega a Hollywood con una historia bastante convencional, pero bien hecha, de supervivencia y romance. Idris Elba y Kate Winslet están demasiado apurados para perderse un vuelo comercial y la casualidad hace que estos dos desconocidos alquilen juntos un pequeño avión, ansiedad que se entiende un poco más en el caso de la protagonista, que tiene que volar para no llegar tarde a su propia boda. Dado que el piloto es el veterano Beau Bridges los personajes deberían haber sospechado algo, pero en todo caso terminan estrellados juntos en medio de la nieve y el hielo de las montañas Rocallosas. El primer interrogante es si quedarse en los restos del pequeño avión, esperando que alguien los vea y los salve, o si lo que tendrían que hacer es salir a buscar ayuda en medio de un paraje desolador. La situación no es la mejor para el romance, pero así son las películas, y ésta es bastante entretenida, bien filmada, y no depende sólo de las dos creíbles actuaciones sino también de paisajes alucinantes. Extraño vehículo para empezar una carrera hollywoodense para Abud Assad, pero seguramente ya vendrá otro tipo de material.
ESQUIVANDO EL PRECIPICIO Las chances de que Más allá de la montaña fuera un desastre eran altas. El argumento, centrado en un hombre y una mujer que, luego de un terrible accidente aéreo, quedan aislados en medio de una montaña y forman una inesperada conexión romántica mientras luchan por sobrevivir, podría haber salido de cualquier novela barata de Nicholas Sparks o de alguno de esos telefilms que cada tanto nos entregan las cadenas Hallmark o Lifetime. Y sin embargo, en la película del israelí Hany Abu-Assad (El ídolo, Omar, El paraíso ahora) hay unos cuantos elementos para rescatar. Empezando por los protagonistas, sobre los que la película sostiene buena parte de su atractivo. Tanto Kate Winslet como Idris Elba van construyendo progresivamente la química entre ambos, sin prisa pero sin pausa, aprovechando y potenciando los matices (y hasta defectos) de sus personajes: si Alex no para de hacer preguntas, casi sin filtros, mientras no cesa de hablar de su futuro casamiento, Ben es casi el colmo de la introspección y sus dificultades para comunicarse muy patentes. Ambos deberán realizar un proceso de aprendizaje, dejar de lado ciertos egoísmos, construirse –e incluso reconstruirse- desde el contacto con el otro. En ese viaje interior que va de la mano de la lucha por llegar a la civilización y salvar sus vidas, lo de ambos actores es digno de reconocimiento, porque nunca necesitan exagerar el gesto para transmitir los dilemas de los personajes. Hay un trabajo desde los cuerpos y las miradas que dice mucho más que las palabras. Abu-Assad entiende muy bien que en el relato de Más allá de la montaña lo decisivo son los cuerpos, las miradas, los pequeños gestos y ese paisaje abismal que rodea a los protagonistas. Por eso hay en la película una labor en la puesta en escena que arranca con un estupendo plano secuencia durante el accidente que consigue transmitir a la perfección la angustia de ese momento y que luego va a dos puntas: por un lado, explotando el poder de los planos generales, que explicitan los desafíos planteados por una naturaleza hostil, y por otro, recurriendo a puntuales primeros planos sobre los rostros de Elba y Winslet, que con sus miradas lo dicen todo. Además, si el film sustenta su entramado en buena medida sobre lo espacial, también lo temporal juega su rol: hay momento de contemplación, de indecisión, de acción incluso, que le dan entidad al conflicto y hasta permiten que un perro tenga un papel decisivo, como si fuera un personaje más, con sus propias motivaciones. Claro que Más allá de la montaña también necesita hablar y es en sus diálogos donde en unas cuantas ocasiones termina patinando, casi desbarrancando: hay parlamentos que redundan en los conflictos y remarcaciones que en vez de sumar, restan. Eso se nota particularmente en los minutos finales, donde hay también algunos giros innecesarios, en pos de forzar los desencuentros y agregarle dramatismo a la historia. Eso no quita los riesgos del film de Abu-Assad, que consigue alejarse a tiempo de potenciales golpes bajos y no cae en instancias lacrimógenas baratas. No se trata de frialdad -aunque haya en la película pasajes donde no se establece la cercanía necesaria- sino de conciencia de que hay angustias que pasan por dentro de los sujetos. Sin deslumbrar y con desniveles, pero con ambiciones tan precisas como sensibles, Más allá de la montaña es un objeto raro, poco habitual dentro del Hollywood actual. Tanto como Elba y Winslet, dos intérpretes brillantes, que forman una pareja tan inesperada como bienvenida.
Crítica emitida en "Cartelera 1030" por Radio Del Plata (AM 1030) Sábado 21/10/17 de 20-21hs.
Basada en la novela The mountain between us, escrita por Charles Martin, llega a las salas de cine Más allá de la montaña, dirigida por el palestino Hany Abu-Assad. La trama se centra en la fotoperiodista Alex Martin (Kate Winslet) y el neurocirujano Ben Bass (Idris Elba), dos desconocidos que se ven obligados a solicitar el servicio de una avioneta privada luego de que el vuelo que debían tomar fuera cancelado a causa de una tormenta. Con el piloto Walter (Beau Bridges), la pareja emprende el viaje: ella para llegar a su boda, él para la operación de un niño. Todo parece marchar bien hasta que, en medio del recorrido, Walter sufre un infarto y la avioneta termina estrellándose en una montaña. Varados en medio de la nada, y con el perro del piloto fallecido como única compañía, los protagonistas deberán hacer lo posible para sobrevivir. Atascados en una zona montañosa con temperaturas bajo cero, y con pocas provisiones, los protagonistas comienzan a mostrar sus diferencias a la hora de resolver el conflicto. Mientras que Ben se muestra más conservador y asegura que lo ideal es quedarse en el lugar del incidente, Alex -quien resultó malherida de una pierna-, insiste en que la solución es salir en la búsqueda de ayuda. El primer desacierto de la película es la falta de consistencia en su narrativa. Con un personaje malherido, un perro a su cuidado y las constantes amenazas que presentaría un entorno similar, resulta inverosímil la resolución de su trayecto. En muy pocos momentos los protagonistas realmente parecen estar en peligro alguno y, la idea de que se está frente a una película, se hace presente constantemente. El otro punto ineficiente (y lo peor del film) es el romance hollywoodense que decidieron incluir en Más allá de la montaña. Dejando de lado lo que parecía ser la trama principal, la historia toma un nuevo foco: un romance completamente forzado entre los protagonistas. Si bien uno nunca sabe dónde va a encontrar al amor, la realidad es que acá se da de una forma tan abrupta y carente de sentido que resulta imposible tomárselo en serio. Más allá de la montaña podría haber funcionado -y hasta cierto punto (ya que habría que eliminar ciertas inverosimilitudes)- si el foco hubiese estado puesto en la supervivencia, pero insistieron en poner énfasis en un romance que por momentos se asemeja al de dos adolescentes encaprichados. Con sus dos focos principales fallidos, las actuaciones de la carismática Winslet y del multifacético Elba son lo único que logra ayudar un poco a un guion que hace agua por donde se lo mire. Sin embargo, una película no se vale sólo de la buena interpretación de los actores y, por mucho esfuerzo que ellos hagan, difícilmente puedan resolver una situación que ya no está en sus manos.
La pregunta “¿para qué?”, genera curiosidad adicional (en algunos casos) cuando se trata de entender los propósitos de una obra cinematográfica. Dejemos de lado el tema económico en el caso de la industria Hollywoodense, porque sino lo dejamos de lado la respuesta sería (casi siempre) “para ganar plata”. Un proyecto como “Más allá de la montaña” necesita imperiosamente esquivar esta cuestión porque la obviedad de su guión hace imposible un análisis serio, Incluso si se trata de un caso real. “¡Viven!” (Frank Marshall, 1993) ¿funcionaba porque estaba basada en los hechos reales de un equipo de rugby uruguayo que sufrió un accidente aéreo cruzando la Cordillera de los Andes? No. Funcionaba porque el guión se ocupaba del tremendo dilema moral que los sobrevivientes sufrieron, justamente para sobrevivir. Casi 25 años después de semejante ejemplo ésta producción sólo se ocupa de lo formal en términos estéticos y plantea, como mínimo, dilemas de dudoso planteo: A esta altura: ¿el amor interracial sólo es posible en una catástrofe? ¿Un médico, por ser médico, no cree en el amor universal? Un vuelo privado con un piloto (ridículo y con un sobreactuado trabajo de Beau Bridges por donde se lo mire) sale mal. Al tipo le agarra un patatús y el avioncito se estrella en lo alto de una montaña. Por suerte para su trabajo actoral el piloto no sobrevive. Sí lo hacen Ben (Idris Elba), Alex (Kate Winstlet) y un perro que debe haber tenido las manos de Robocop para aferrarse al fuselaje pese a la ruptura de la cola del avión, cuyo diagnóstico técnico real hubiese dejado al guionista sin trabajo. Él es negro, ella blanca. Él cuida de ella hasta que se despierta y cuando lo hace veremos una de las escenas más inverosímiles de la historia del cine catástrofe, seguida de otras tantas serviles a destruir toda posibilidad de conexión emocional con la situación de ambos, objetivo logrado con creces realmente El argumento, débil como anzuelo de nylon, dice que la distancia entre ambos está marcada por la diferencia de color. Aun cuando la misma está disfrazada del ímpetu de ella (que quiere bajar la montaña, renga y con el perro a cuestas); versus el sentido común de él que en realidad está disfrazado de cobarde (por no adjetivar escatológicamente). Aquí empezamos a descubrir una caterva de diálogos que llaman a la risa en el contexto de la adversidad del paisaj, y la banda de sonido que insiste en subrayar el sentimentalismo barato. Hay varias escenas antológicas en las cuales no faltará una chimenea pulcra y prístina dentro de una cabaña abandonada. ¡Ah!, pero el amor todo lo puede. Incluso tener sexo y no transpirar. Brillante. ¡Ah!, antes del accidente ella estaba viajando a casarse y él (que es cirujano o algo así) convencido que el corazón es sólo un músculo. Obviamente nadie usa el cerebro en este libreto. Nota al pie:: a veinte años de “Titanic” (James Cameron, 1997) está claro que Kate Winstlet ya sobrevivió a un accidente marítimo enamorada de un irlandés y a uno aéreo en “Más allá de la montaña” enamorada de un afroamericano. ¿En 2037 sobrevivirá a un terremoto con Jackie Chan? Suficiente.
Un film un tanto regular con mediano interés. La venta que se hace de esta película da toda la apariencia de que su trama consiste en mostrar la gran lucha por sobrevivir, pero nada más lejos de ello, ya que no hay prácticamente nada que...
Perdidos en la altura ¿Cuántas veces se puede contar la misma historia de amor? El cine ha probado que muchísimas veces. El tema no es cuánto sino cómo: el tema es la verosimilitud de la historia, la intensidad de los personajes, la precisión de los diálogos y el grado de identificación con el espectador. En ese sentido, como drama romántico, "Más allá de la montaña" falla. Kate Winslet es Alex, una fotógrafa periodística, emocional e impulsiva, que necesita llegar a Nueva York para casarse. Idris Elba es Ben, un neurocirujano prudente y pensante que debe operar de urgencia a un niño. Los dos se encuentran casualmente en un aeropuerto con el mismo problema: su vuelo se canceló pero ellos quieren llegar a destino cuanto antes. Alex le propone a Ben alquilar una avioneta, y ahí empieza la odisea: la avioneta tiene un accidente, cae en una zona montañosa y nevada... y los protagonistas sobreviven. Solos y aislados, con Alex herida, ven cómo los días pasan y el rescate no llega. Entonces empiezan un largo periplo para intentar salvarse. El relato es extenso pero aquí no hay ningún spoiler, porque esto es sólo la mitad de la película. Con "Más allá de la montaña" había cierta expectativa porque el director es el palestino Hany Abu-Assad, que compitió por el Oscar a mejor filme extranjero con "El paraíso ahora" y "Omar". Sin embargo, acá no se notan las huellas del realizador, porque estamos ante un cine totalmente industrial e impersonal. La vieja fórmula de dos personas desconocidas y distintas que se enamoran en un contexto hostil se respeta a rajatabla, paso por paso, y los personajes no tienen la suficiente carnadura como para transmitir sus emociones. Winslet es una actriz brillante, y Elba no se queda atrás, pero esta historia previsible les queda demasiado chica.
Crítica emitida por radio.